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18 enero 2020

ARGELIA: la historia no tan secreta del colonialismo francés (1)





Por Tito Andino U.
Selección y resumen de 
varios artículos.


Colonialismo, la V República, el ascenso de Charles De Gaulle

Retornamos al África para presentar algunos antecedentes de la historia sangrienta del colonialismo francés en su ex colonia del Magreb, Argelia. Francia impuso mano dura ante los desafíos independentistas de los argelinos, los relatos desgarradores se pueden encontrar publicadas en artículos de prensa, libros y documentales. Como siempre, en este tipo de casos, este blog prefiere explicar la historia mediante ENTREVISTAS a los protagonistas o expertos historiadores (ello será en la siguiente entrega).

Previamente. debemos recordar que a mediados de diciembre pasado (2019) Argelia experimentó un proceso electoral que puede ser considerado un nuevo revés para el neocolonialismo francés, Abdel Mayid Tebbún (o Abdelmadjid Tebboune) fue elegido presidente de Argelia, ya en 2017 este personaje fue destituido de su cargo de primer ministro simplemente por  advertir que se debía separarse el dinero de la política atacando a la oligarquía corrupta. Y ese sigue siendo su lema, la lucha contra la corrupción, por la que ha ganado las elecciones presidenciales, algo que no ha gustado para nada en París, donde pese a todo, siguen imponiendo las condiciones "democráticas" a los argelinos y a otras ex colonias. Francia exigió un período de transición y el aplazamiento de las elecciones. 

Se ha arribado a este proceso democrático cuando el ex presidente, Abdelaziz Buteflika, tras 20 años en el poder quiso ser reelegido, largas semanas de protesta masiva por su anuncio le obligaron a renunciar, hasta los todopoderosos jefes militares argelinos cedieron y elevaron la petición de que el mandatario sea declarado incapaz de cumplir con sus deberes dada su enfermedad y avanzada edad. Pero, hay algunas voces que dicen que Tabbún es un as escondido de los militares, dada su profunda amistad, incluso personal con los altos mandos, lo que si parece claro es que el presidente electo no es del agrado de París.

Tebbún, mandatario electo,  recordó que el 20 de octubre de 2019, “veinte días después de mi nombramiento, hubo una reunión, en Marsella, de empresarios y otros, a la que se unió el hombre que afirmaba defender a los trabajadores (Abdel Mayid Sidi Said, ex jefe de UGTA, el sindicato más poderoso de Argelia). Ellos reunieron 35 millones de euros para, según Said, destruir a Tebbún”. 


Está claro que si un grupo de personas se reunen en un país extranjero (Francia) y bajo supervisión de autoridades de ese país para decidir sobre asuntos de gobierno de otra nación, solo puede ser interpretada como imposición neocolonial. Lo que piensen ahora en el gobierno francés debe estar relacionado a como volver a desestabilizar al nuevo gobierno argelino. 

***** 

Una histórica confesión nos libera de comentarios y nos dirige directamente a las motivaciones y consecuencias de la conquista francesa del territorio argelino; esa situación no cambió casi nada durante más de un siglo hasta que tras otra sangrienta contienda los argelinos consiguieron su independencia en 1962. 

El teniente coronel De Montagnac, oficial francés durante la conquista de Argelia, escribió en Philippeville, el 15 de marzo de 1843:


"Todos los poblados que no acepten nuestras condiciones deben ser arrasados. Hay que llevárselo todo, saquearlo todo, sin distinción de edad ni de sexo; que la hierba no vuelva a crecer por donde el ejército francés haya pasado. Quien quiere algo no puede reparar en los medios, independientemente de lo que digan los filántropos. Todos los buenos militares que tengo el honor de comandar están prevenidos por mi propia boca de que si me traen un árabe vivo, recibirán una tanda de golpes con la parte plana del sable. (...) He aquí, mi buen amigo, cómo hay que guerrear con los árabes: matar a todos los hombres hasta la edad de quince años, tomar a todas las mujeres y niños (...) meterlos en los buques y enviarlos a las islas Marquesas o a otro sitio. En una palabra, aniquilar todo cuando no se arrastre a nuestros pies como perros". (Fuente: Lettres d’un soldat por el teniente coronel De Montagnac, Plon éd., Paris, 1885, reeditado por Christian Destremeau, 1998).


Comprender esta historia significa conocer que pasaba en la metrópolis francesa. Avancemos en el tiempo y detengámonos en los momentos en que Francia ejercía el terrorismo de estado en una de sus colonias llamada Argelia. Un ex espía, Constantin Melnik, describe en su libro "Un espion dans le siécle"  (Un espía en el siglo) las acciones de los servicios secretos franceses durante la guerra de Argelia, París ordenaba el asesinato en serie de sus opositores en el tiempo del primer ministro Michel Debré (gobierno de la V República Francesa 1959-1962), presidencia de Charles de Gaulle; por supuesto, estas obscuras páginas de la historia francesa nunca han sido reconocidas de manera oficial por el Estado.

Durante la Guerra de Argelia, el gobierno de París ordenó la conformación de un comando especial compuesto de mil paracaidistas para cometer asesinatos en el extranjero, una fuerza que fue calificada como una máquina de matar, sin el menor escrúpulo fueron victimados cientos de abogados, líderes independentistas, ciudadanos y hasta traficantes de armas. Todo ello, conforme el libro de Melnik, tuvo lugar en el periodo 1959-1962.

El mismo Melnik participó en muchas de esas selectivas ejecuciones. Afirma que un comité ad hoc constituido por Melnik, Debré y un delegado del General De Gaulle redactaban una lista con los nombres de las futuras víctimas (generalmente opositores políticos), quienes eran marcados con una cruz eran los inmediatos blancos a eliminar. La tarea de Melnik era transmitir esas órdenes al jefe de los servicios secretos para su ejecución. El modus operandi de las cientos de acciones comando es ya conocido: coches bomba; agentes armados asesinando a la víctima en cualquier lugar público o privado; se llegó hasta hundir barcos que transportaban armas para los independentistas argelinos.

Melnik recuerda, entre otros casos, el asesinato de Aït Ahcene, jefe del "Frente de Liberación Nacional para la Independencia de Argelia" en Bonn - Alemania (1959); el asesinato del traficante de armas Marcel Leopold en Ginebra - Suiza (1959). Para 1960, conforme Melnik, 135 personas fueron asesinadas con esos métodos. Hubo, naturalmente, operaciones fracasadas, como la negativa a eliminar a franceses -aun opositores abiertos que denunciaban los crímenes-. Un escandaloso crimen se perpetró en Roma, cuando un coche bomba se activó al intentar un niño recoger su pelota donde se hallaba una bomba destinada a un blanco seleccionado.



Recuerdan nuestros artículos sobre el Stay-Behind, la Operación Gladio, la CIA-OTAN, los Ejércitos Secretos?. El modus operandi era el mismo, los servicios secretos engañaban a la ciudadanía inventándose la autoría de esos hechos por parte de inexistentes o misteriosas organizaciones terroristas. Al final, de nada sirvió tanto asesinato impune, De Gaulle ante la imposibilidad de conservar Argelia como colonia francesa y tanteando las consecuencias políticas en Francia no tuvo otra opción que otorgar la "independencia" a los argelinos. 

La historia no quedará completa si no repasamos (brevemente) el golpe de estado del 13 de mayo de 1958, cuando por obra y gracia de los Ejércitos Secretos de la OTAN, el "Stay-Behind" puso al General De Gaulle en la presidencia francesa en plena crisis de la guerra en Argelia. Es histórico que los EEUU/OTAN decidieron intervenir para rescatar a la IV República ante la amenaza latente que constituía el Frente Popular (socialistas, comunistas, anarquistas franceses) y  ante la posibilidad de que el Frente de Liberación Nacional en Argelia (prosoviético) llegue a tomar el poder por las armas, a pesar del envío de cientos de miles de tropas francesas a la colonia. 


El Stay-Behind y otras redes de extrema derecha organizaron el golpe militar en Argel, que significó la caída de la República y el ascenso del General De Gaulle.

Pero el golpe no debía parecer para nada una dictadura, debía conservarse las libertades democráticas, eso sí, alejando a los comunistas de la posibilidad de entrar en el poder. Se repetía el guión de la segunda guerra mundial en la que De Gaulle, un personaje secundario, dirigía un gobierno en el exilio (Francia Libre), sin mayor decisión política entre los Aliados (nunca participó en la grandes conferencias de los líderes Aliados) y se le permitió formar un gobierno provisional tras la liberación para evitar sorpresas de los comunistas. En 1957 el mando de la OTAN está resuelto a evitar sobresaltos en Europa ante los revoltosos franceses del Frente Popular preparándose la llegada de De Gaulle a través de complots rigurosamente trazados en el seno de las redes "stay-behind". Uno de eso planes es conocido como la "Gran O" cuya tarea es salvar el Imperio francés poniendo al ejército en el poder, teniendo a su disposición ilimitados medios militares y políticos  en Argelia con los que aplastar la rebelión

Charles De Gaulle está conforme con todo lo que le imponen, incluso el "New York Times" le entrevista si él puede conquistar el poder, De Gaulle respondió: "¿Por qué no? Ya di dos golpes de estado en mi vida. En junio de 1940, cuando organicé nuestro movimiento en Londres, concreté un golpe de Estado. Y, en septiembre de 1944, di un golpe de Estado en París… Constituí un gobierno, yo era el gobierno".

El General Charles De Gaulle, fotografía de febrero de 1943.


El 9 de mayo de 1958 son los estadounidenses quienes transmiten la orden para la operación. Ese día, el general francés Raoul Salan advierte al gobierno:


"La prensa hace pensar que el abandono de Argelia se estudia por el proceso diplomático que comenzaría mediante negociaciones con vistas a un cese del fuego … El ejército francés, de manera unánime, interpretaría como un ultraje el abandono de ese patrimonio nacional. Es imposible prever su reacción ante esa decepción". 

Mientras tanto, en Argel, el 13 de mayo se celebra un homenaje de los colonos por algunos prisioneros ejecutados por el FLN, el acto se convierte en un motín dirigido encubiertamente por los militares; la multitud asalta y saquea el Palacio de Gobierno. Los Jefes militares que dirigen la represión en Argelia asumen el mando de los amotinados, anuncian la formación de un Comité de Salvación Pública Civil y Militar en Argel, en otras palabras, un gobierno provisional, la proclama exige "la creación en París de una gobierno de Salvación Pública, único capaz de salvar Argelia, parte integrante de la Metrópoli"; a la vez se hace el llamamiento a Charles De Gaulle. En Argel esos días la multitud grita "!El Ejército al poder!", los mandos militares corean "¡Viva Francia!", "¡Viva la Argelia francesa!", "¡Viva el general De Gaulle!". 

En París, se funden en un solo grito tanto los simpatizantes del Comité de Salvación Pública, gaullistas y hasta grupos profascistas. En París se conforma un nuevo gobierno (16 mayo) que no adopta ninguna medida contra los generales sublevados en Argel intentando que no pase lo mismo en la metrópolis; el Parlamento vota la declaración de estado de emergencia por tres meses. 

De Gaulle apareció el 15 de mayo y declara:


"... desde hace 12 años, Francia, inmersa en problemas demasiado arduos para el régimen de partidos, se ha visto sumida en este desastroso proceso. En el pasado, el país … confió en mí para conducirlo en su conjunto hasta su salvación. Hoy, ante los obstáculos que de nuevo se alzan ante él, debe saber que yo estoy dispuesto a asumir los poderes de la República". 

El diario L’Humanité resume en primera plana el siguiente titular:


"De Gaulle se quita la careta. El jefe de los generales sediciosos reclama el poder personal. ¡Abajo la dictadura militar! ¡Trabajadores, republicanos de todas las tendencias, únanse, actúen, organícense para acabar con todo intento de golpe de Estado! ¡Viva la República!" (16 de mayo). 

El Comité de Salvación Pública, en nombre de De Gaulle, recauda de empresarios y otros sectores millones de francos destinados al financiamiento del golpe gaullista, el "stay-behind" organiza en favor de De Gaulle más manifestaciones. La Asamblea Nacional empieza a desestabilizarse, el gobierno es incapaz de actuar, solo los partidos y sindicatos de izquierda se movilizan  en París al grito de "¡Alto al fascismo! ¡No a la dictadura! ¡Paz para Argelia!".

El 26 de mayo, el Comité de Salvación Pública instaura un triunvirato que se compone de Massu, Soustelle y el doctor Sid Cara (el último como representante musulmán) Desde Argel paracaidistas arriban a Córcega y toman por asalto la prefectura de Ajaccio (capital de la isla de Córcega), siendo notoria la presencia de miembros de la Red Orion que operaba bajo la ocupación nazi. 

De Gaulle da un paso más contra el Gobierno de la República, el 27 de mayo proclama:


"Ayer emprendí el proceso regular necesario para el establecimiento de un gobierno republicano capaz de garantizar la unidad y la independencia del país. Cuento con la continuación de ese proceso y con que el país demuestre con su calma y su dignidad su deseo de verlo concretarse …Espero de las fuerzas terrestres, navales y aéreas presentes en Argelia que se mantengan de forma ejemplar bajo las órdenes de sus jefes. A esos jefes, les expreso mi confianza y mi intención de ponerme rápidamente en contacto con ellos".

El 28 de mayo el gobierno Pflimlin renuncia. De Gaulle se niega a comparecer ante la Asamblea para su investidura y exige que lo pongan en el poder sin tener que someterse a un debate sobre sus intenciones. El general Jacques Massu declara que es el general De Gaulle quien decide si el ejército debe llevarlo al poder por la fuerza o no. Confundidos por el despliegue de tropas en París, los parlamentarios proclaman, sin debate, a Charles De Gaulle como Presidente del Consejo, es decir, Jefe del Gobierno Francés, el primero de junio de 1958; el 3 de junio la Asamblea se autodisuelve no sin antes autorizar al general-presidente hacer uso de poderes especiales en Argelia, así como le concede poderes constituyentes y plenos poderes por seis meses. 

De esa forma la IV República es derrocada sin correr sangre, ya no eran necesarios los paracaidistas que habían despegado para asaltar la sede de la Asamblea Nacional y capturar a los principales líderes de la izquierda; igualmente, las acciones preparadas por los comandos civiles armados de los Comités de Salvación suspenden los preparativos para el gran asalto.

Un retrato oficial de Charles de Gaulle de 1959, como Presidente de la V República Francesa.


"En julio de 1958, el secretario de Estado estadounidense, John Foster Dulles, llega a París para reunirse oficialmente con Charles de Gaulle. Dulles comienza la entrevista con una alusión al proyecto de complot que él mismo había preparado con De Gaulle en 1947, una forma elegante de recordarle a su interlocutor la existencia de secretos compartidos y de una relación desigual. Después, pasa en revista la situación y se asegura de que su interlocutor haya entendido bien lo que Estados Unidos espera de él, sobre todo en cuanto a la cuestión nuclear. Poco después del regreso de Dulles a Washington, se reune el Consejo de Seguridad Nacional (NSC). Este órgano se congratula por la llegada de De Gaulle al poder y el cambio de rumbo que ello implica. Después de oír el informe del general Lauris Nordstadt, el Consejo de Seguridad Nacional decide alinear la política de seguridad de los Estados Unidos en el Mediterráneo con la de Francia" (Thierry Meyssan Cuando el stay-behind puso a De Gaulle en el poder)

A las pocas horas, 4 de junio, De Gaulle viaja a Argel, desde el balcón del Palacio de Gobierno expresa su conocido " ¡Yo los entiendo! ... En toda Argelia hay una sola categoría de habitantes: sólo hay franceses con todos los derechos". Se pronuncia por la Argelia francesa, propone a los nacionalistas argelinos una "paz de valientes" a cambio de desarrollo, los exiliados nacionalistas responden que lucharán hasta lograr la independencia de Argelia, formando un Gobierno Provisional de la República Argelina (GPRA) para negociar la retirada de las fuerzas coloniales. En esas circunstancias, los militares de Argel obtienen en enorme presupuesto suplementario, la guerra continuará hasta las últimas consecuencias, para ello el estado francés se ve obligado a imponer nuevos impuestos y solicitar más préstamos. En la misma capital francesa ocurre lo insospechado, una represión sin precedentes contra los árabes y kabiles que viven en la ciudad siendo enviados a un centro de internamiento. 

El General De Gaulle y su nuevo gobierno cívico militar prepara una nueva Constitución a la vez que inicia una gira por las colonias expresando su deseo de reorganizar el Imperio siguiendo el modelo británico "Commonwealth" en la que cada territorio será autónomo. Parece ser que De Gaulle aspiraba una especie de descolonización de África en la que los habitantes tengan libertad, a la vez que debían seguir gozando del favor de Francia, a través de la Comunidad. Dicho criterio no era nada compartido por el núcleo duro del poder francés y tampoco por los independentistas en las colonias. La gira resulta un fracaso, el intento por ganarse la confianza de esos pueblos termina en cada acto con la aparición de protestas y pancartas exigiendo la independencia. Ya en casa las cosas no mejoran, a pesar de la propaganda estatal, decenas de miles de simpatizantes convocados por el Partido Comunista Francés corean "¡No! ¡No! ¡No! !No!" al proyecto constitucional, la censura oficial silenciará la represión.

Muchas personalidades de la política de la época creen ver en el proyecto constitucional de De Gaulle sometido a Referéndum una similitud pasmosa con el proyecto de Constitución que había elaborado el mariscal Philippe Pétain en la era de la ocupación nazi. Se intentaba separar el destino de Argelia –llamada a seguir siendo parte de Francia– del destino de los demás territorios de ultramar, que supuestamente serían autónomos y asociados en la Comunidad. (Sin ánimos partidistas ni ideológicos parece ser que solo los comunistas se oponían ferreamente a estas intenciones).



El presidente De Gaulle junto al presidente estadounidense John F. Kennedy, saliendo del Palacio del Elíseo, 1961.


En Argelia, "las reuniones a favor del No se prohiben y se confisca el material electoral. Durante las operaciones de voto, el ejército elabora las listas electorales, transporta a la población hasta los colegios electorales, se ocupa de las urnas y cuenta las boletas. La farsa es total. En la metrópolis, la Constitución resulta aprobada con el 79,25% de los votos efectivos. En las colonias, la media del Sí es del 94%. Incluso se reporta un 99,99% en Costa de Marfil. Guinea será la oveja negra. De Gaulle había decidido dejarla en libertad y hacerle pagar caro la afrenta que él mismo había sufrido en Conakry. Espera que esto sea, además, una forma de disuadir a todos los que exigen la independencia en las demás colonias. Así que, en Guinea, sin control del ejército sobre las elecciones y sin que se reporte ningún fraude de consideración, el Sí obtiene… el 4,6%". (Meyssan)

Adoptada la Constitución, los plenos poderes concedidos por la IV República debían terminar, disposiciones transitorias previstas en el artículo 92 de la nueva Constitución la prolongarán cuatro meses más, tiempo necesario para organizar la elección del primer presidente de la V República y los nuevos diputados... Charles de Gaulle es elegido con un 78%

Contrariamente a lo que afirma la historia oficial, la IV República no murió de exceso de democracia sino por no haber sido lo bastante republicana. 

Es cierto que el acoso parlamentario contra el gobierno dio lugar a una inestabilidad que impedía la realización de grandes reformas. La IV República no supo aplicar los principios universalistas que tanto proclamaba. Rechazó con obstinación la igualdad de derechos de los "pueblos asociados". 


"Ante tales contradicciones, De Gaulle representa una coherencia: la dominación por la fuerza. Para seguir manteniendo el derecho francés sobre los colonizados, De Gaulle se propone exaltar el nacionalismo y renunciar al ideal universalista de la República. Para lograrlo concede total autonomía a cada colonia, de forma tal que el principio de igualdad en vigor en la metrópoli pueda coexistir con varios tipos de sistemas discriminatorios fuera de la metrópoli, y que se pueda mantener la explotación económica de las colonias. De Gaulle pretende además eliminar la democracia representativa que le parece despreciable, e instaurar un poder personal. Siguiendo la tradición bonapartista, el general pretende, a través de su persona, conciliar lo inconciliable: el contrato social de la República y la Francia eterna del Ancien Régime (el periodo de la historia de Francia comprendido entre el fin del Renacimiento y la Revolución Francesa). Por eso termina sus discursos e intervenciones públicas con un paradójico «¡Viva la República! ¡Viva Francia!»."

Como bien aprecian los historiadores, lo único que las instituciones de la V República tienen de republicanas es el nombre ya que convierte al presidente de la seudorepública en presidente por derecho de toda la Comunidad, la V República le hace personalmente responsable del Imperio, de la misma manera en que los reyes de Bélgica eran personalmente propietarios de sus colonias.

Continuaremos...


Lecturas consultadas:

La V República Francesa. Una puerta abierta a la dictadura constitucional. Tecnos SA, Madrid 1958, 191 páginas.

06 enero 2020

La Unión Europea, África y el neocolonialismo






Selección y resumen de varios artículos
por el editor del blog



La esclavitud perpetua

El internacionalista francés Thierry Meyssan, en su más reciente ensayo "Para la Unión Europea, llegó el momento ‎de usar la fuerza", analiza el escenario ante un eventual abandono de los Estados Unidos de su hegemonía mundial. Por ello, según la Comisión Europea, es necesario manejar un proyecto para devolver a Europa Occidental su predominio indiscutible en su vieja esfera de influencia y ‎dominación mundial, recordatorio de las fuerzas imperiales en la época colonial de los siglos XVI hasta las primeras décadas del ‎siglo XX. Con ese fin, Europa está adaptando "una ideología barata que invierte el sentido ‎del vocabulario de sus filósofos. Sería una postura risible, si no fuese porque puede ‎llevar a la guerra".

La nueva presidente de la Comisión Europea, Ursula van der Leyen, dice querer priorizar un programa de restauración de ‎la dominación europea: Ha llegado el momento, "Tenemos que ‎hacer uso de la Fuerza",  declaró.
Sin embargo, hasta un niño entiende que el mundo actual es diferente, que ya no se puede retroceder a los imperios coloniales, ni que tampoco se puede estigmatizar a otras razas no europeas como "salvajes”, incivilizados, etc, para ejercer control sobre ellos. En ese contexto hay que utilizar las técnicas ideológicas ya existentes, que las viene aplicando Estados Unidos.

Para Meyssan el sentido de las palabras cambia según las épocas: 

- Desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, el ‎universalismo nos invitaba a luchar contra el colonialismo.
- Desde el siglo XIX hasta el siglo XX, el‎‎«universalismo» determinaba el «deber del hombre blanco» y autorizaba el otorgamiento de ‎mandatos a países «desarrollados» para que “ayudaran” a los «subdesarrollados».
- En el ‎siglo XXI, el «universalismo» se convierte en justificación para el neocolonismo. ‎

Un poco complejo explicar la nueva doctrina europea, Meyssan nos explica la teoría del "universalismo". 

"ya no debe entenderse como la igualdad ‎de todos ante la Ley, independientemente del origen, de la fortuna y de la religión de las ‎personas sino como igualdad en el trato que cada cual puede recibir en cualquier país adonde ‎llegue. Desde esa nueva perspectiva, el verdadero enemigo ya no sería el desorden, tampoco ‎la inseguridad generada por el desorden, sino los Estados que supuestamente deben protegernos ‎y que crean diferencias entre nosotros en función de nacionalidades. ‎¡Excelente doctrina para un Estado supranacional! Pasamos del Estado federal estadounidense al ‎Estado federal europeo".

Se dice que la UE respalda toda forma de migración, es decir algo parecido a la desaparición de las fronteras. El fin de la desigualdad de géneros entre hombre - mujer. La libre circulación de los capitales, la globalización. Esta nueva ideología apoya la injerencia de la "comunidad internacional" en los ‎‎"Estados no globalizados",  es decir contrarios al Nuevo Orden, por lo mismo se permitirá el uso de fuerzas militares no estatales, en otras palabras, determinados estados tendrán que desaparecer. En lo político, se respalda cualquier causa global, como la lucha contra las ‎acciones humanas que determinan el cambio climático. 

En general esto no es sorprendentemente nada nuevo, son situaciones que ya son aplicadas desde hace muchos años. Lo que debe alertarse es que esta ideología rechaza el ‎Derecho Internacional, es decir el Derecho aplicable a todos.  



La libre circulación de los capitales es una de las «Cuatro Libertades» instituidas en la Unión ‎Europea desde la adopción del Acta Única Europea en 1986, pero lo único que ha conseguido es permitir a las ‎grandes empresas evadir los impuestos nacionales, algo que todos deploran… pero nadie quiere ‎abrogarla. La globalización del intercambio ha destruido millones de empleos en Europa y ha comenzado a ‎erosionar las clases medias. La injerencia militar en los estados no globalizados es el núcleo de la ‎doctrina estodounidense desde 2001 (Rumsfeld/Cebrowski). Y, el uso de fuerzas militares no estatales se refleja en el apogeo de las organización ‎yihadistas supranacionales como el Estado Islámico (Daesh). 

Aunque sigue siendo un tema discutible, "la lucha contra la actividad humana señalada como causa del calentamiento climático es ‎ante todo una política tendiente a reformatear la industria automovilística, que ha alcanzado ‎el fin de un ciclo desarrollo, para llevarla a iniciar un ciclo diferente, pasando del motor de ‎combustión interna al motor eléctrico".
 ‎
Lo peor está por verse con la invención de un Derecho global. ‎

Ignorando las diferentes tradiciones jurídicas existentes a través del mundo, la Unión Europea ‎está subvencionando la Corte Penal Internacional (CPI, también designada como Tribunal Penal ‎Internacional o TPI). Después de haber servido por mucho tiempo como instrumento del ‎colonialismo europeo en África, la Corte Penal Internacional pretende establecer una supuesta ‎superioridad de los europeos sobre los demás grupos humanos. ‎

De manera brillante Meyssan reflexiona en el hecho que ‎los europeos no sienten particular interés por el pueblo rohinya, por el pueblo sirio ni por ‎el pueblo palestino, ¿cómo ignorar que la Unión Europea sólo trata en estos casos de ‎llevar la contraria a Estados Unidos y erigirse en defensora de los musulmanes, incluso ‎pisoteando su propia tradición de secularización?‎.

La Unión ‎Europea pretende, como un maestro de escuela, enseñar a los demás la diferencia entre el Bien ‎y el Mal, otorgando buenas o malas calificaciones.

Hasta aquí lo analizado por Thierry Meyssan. Esto me ha llevado a considerar lo que deberán esperar las ex colonias europeas; obviamente, África está a un paso, es el patio trasero de Europa, no así las ex colonias de Medio y Lejano Oriente que son huesos más duros de roer en la actualidad.

A pesar que las siguiente líneas no guardan relación directa con lo resumido arriba, si debemos recordar en términos "globales" (aplicando la globalización) la posición de Europa ante los africanos, sobre todo ante la raza negra, a quienes pretenden volver a gobernar en "otro estilo". Un corto, pero bien reseñado libro "África y la historia", desarrollado por Luis César Bou, investigador y Director del Observatorio de Conflictos (Argentina) y catedrático universitario de Historia de Asia y África, expone lo que aun se piensa del africano en pleno siglo XXI y lo que se espera obtener de ese continente. Un extracto del libro fue presentado en enero del 2003 por el mencionado Observatorio: vale la pena repasar aquel crítico ensayo. (El libro en su totalidad puede ser revisado en PDF, notas a pie de página).

Dadas las recientes declaraciones de la Presidenta de la Comisión Europea "Llegó el momento de usar la fuerza", debemos preguntarnos el por qué del interés en el continente "pobre" y "primitivo" al que la benevolente Europa debe cuidar como un "niño". Para ello no son necesarias las palabras, veamos los siguiente mapas ilustrativos:







África y la historia


Luis César Bou

La esclavitud es una forma de sometimiento del hombre por el hombre que se practicó desde la antigüedad y para vergüenza del hombre, continúa en nuestros días bajo formas diversas.

El que controla el pasado controla el futuro; y el que controla el presente controla el pasado.
George Orwell, 1984



La cuestión de la historicidad de las culturas del África subsahariana es algo que ha entrañado un largo debate en Occidente. En un principio, la propia condición humana del negro era algo que aparecía como discutible. En la Norteamérica del siglo XVIII se generó un interesante intercambio de opiniones sobre este tema. Todo comenzó a partir de si se debía o no permitir el ingreso de los negros en las iglesias. Goodwin Morgan era uno de los defensores de la admisión decía:

Si bien una piel negra es la marca de la maldición de Cam, ello no determina que los negros no sean humanos (Davis: 1968)

Según la Biblia, los hijos de Noé dieron origen a las distintas razas humanas. Cam era el hijo de Noé que había avergonzado a su padre, ganándose su maldición, y el que había dado origen a los pueblos negros. Este estigma bíblico es un tema recurrente en la descalificación del negro. Como prueba de la humanidad del negro Morgan señalaba que los plantadores norteamericanos los empleaban en cuidar el ganado y:

Es sabido que los plantadores difícilmente emplearían animales para cuidar otros animales. (Davis: 1968)

Sin embargo Morgan también estaba convencido de que, en África, los negros efectuaban ayuntamiento con los monos. Esta idea, del negro como el fruto de una relación perversa entre el hombre y el mono también es un tema que se repite de autor en autor. Por ejemplo, un religioso de Virginia de apellido Jordan, si bien no emitía una opinión directa al respecto, decía que:

Los negros y los monos que más se parecen al hombre viven próximos el uno al otro en la misma parte del mundo. (Davis: 1968)

Por algo será, por algo están tan próximos, algo habrán hecho. Por algo la mona Chita lo seguía siempre a Tarzán. Sigamos adelante para ver la opinión de Edward Long. Este señor era cuñado del gobernador inglés de Jamaica, residió allí a mediados del siglo XVIII y escribió la primera historia de esa isla. Es reputado como uno de los principales iniciadores americanos del pensamiento liberal. Tenía un conocimiento muy cercano de los negros, inmensa mayoría de la población jamaiquina, y decía que:

Eran incapaces de combinar ideas simples, carecían de sentido moral, no habían prosperado en 2000 años, eran ahora un pueblo animalesco, ignorante, ocioso, artero, traicionero, sanguinario, ladrón e indigno de confianza. Todos los pueblos del mundo poseían algunas buenas cualidades, excepto los africanos. Señalaba como prueba de que los negros no pertenecían a la especie humana que la unión de dos mulatos no produciría ninguna descendencia. (Davis: 1968)

Cuando, en los umbrales del siglo XIX, se produjo en el parlamento inglés el debate en torno a la abolición de la esclavitud, Edward Long fue citado con profusión. Es interesante ver como llega a hablar mejor de los monos que de los negros. Citaba noticias de África que hablaban de monos que utilizaban herramientas y construían sus propias chozas, a las que a veces llevaban mujeres negras.

Todas estas consideraciones tienen un sentido muy claro: Si el negro no hubiese sido considerado como un sub-hombre no podría haber sido objeto de comercio. Esto no es nuevo, ya los agrónomos latinos asimilaban al esclavo con el ganado y los aperos. El esclavo era el instrumentum vocale, el ganado el instrumentum semivocale y las herramientas el instrumentum mutuum. Lo único que diferenciaba a unos de otros en la consideración técnica de la administración rural era su distinta capacidad para el lenguaje. (Dockés: 1984) La deshumanización era la condición básica de la esclavización, esto se va a reeditar en los campos de concentración nazis.

Hasta bien entrado el siglo XIX, a lo sumo se podía considerar al negro en un lugar de la Historia Natural, pero nunca de la Historia humana. De allí que los museos y exposiciones de la época frecuentemente incluyeran negros vivos o embalsamados, para solaz del público europeo. (Bancel: 2000)

Cuando, con el progreso del abolicionismo, dejó de ser necesaria la justificación de la esclavitud, comenzó a serlo la de la colonización. El evolucionismo positivista fue la teoría que acompañó al dominio blanco. El negro dejó de ser el animal para convertirse en el primitivo, el salvaje o, en el mejor de los casos, el niño necesitado de tutelaje. Por ejemplo, el boer Jan Smuts, gran amigo de Gandhi, decía en una conferencia en Oxford en 1929:

El africano es un tipo humano con algunas características maravillosas. En buena medida ha seguido siendo un tipo infantil, con una psicología y un aspecto infantiles. Un ser humano tipo infantil no puede ser una mala persona porque ¿no nos mostramos dispuestos en los asuntos espirituales a ser como niños? Tal vez como resultado directo de este temperamento el africano es el único ser humano feliz con el que me he topado. (Mamdani: 1998)

Qué bien ¿no? Los negros son felices e infantiles, o, mejor, felices por infantiles. No son malos porque no les da la inteligencia para tanto. En Argentina a esto le llamamos ser un "boludo alegre". Desde ya que todo niño necesita la protección de un adulto, que sepa educarlo desde su lugar de autoridad. Un prócer como el doctor Albert Sweitzer, premio Nobel de la paz, lo dijo con todas las letras.

El negro es un niño, y con los niños no se puede hacer nada sin autoridad. (Mamdani: 1998)



¡Qué hermoso soporte para el colonialismo! ¡Cómo los occidentales van a dejar a estos niños huérfanos! La ideología colonialista convirtió a los negros en niños que nunca crecen, en niños Peter Pan de la Tierra de Nunca JamásDemos gracias por no haber tenido un padre como Sweitzer. Esto tuvo su expresión más evidente en la forma en que el blanco se dirigía al negro en las colonias, llamándole boy, muchacho. Hasta hace poco, en muchos sitios del Sur de EE.UU., el negro era el boy, independientemente de su edad: Un blanco de 18 años se dirigía a un negro de 60 llamándole boy. Por supuesto que los niños no pueden ser hacedores de historia, como no sea de una historia pueril.

Desde la teoría, la historicidad de las culturas africanas fue negada por el gran Hegel y ¿quién puede contradecir a Hegel, hoy nuevamente en boga? En su Filosofía de la Historia Hegel hace un recorrido por la historia universal, siguiendo el devenir de la Razón. De las 460 páginas del libro dedica poco más de una al África. Sin embargo, en ese pequeño espacio, desarrolla una idea que va a ser sostenida, desde la izquierda, hasta fines del siglo XX. Para empezar dice:

El segundo sector de África consiste en la procelosa vía fluvial del histórico Nilo, que estuvo destinado a convertirse en un importante centro de cultura independiente y que estaba aislada de África de idéntica manera como el continente negro con respecto a los otros. (Hegel: 1976)

O sea que Egipto no es africano. Hay quienes aún hoy sostienen esta idea: Egipto como una civilización blanca, a pesar de los rasgos negroides de las esfinges, de la presencia innegable de dinastías "nubias", del alto contenido de melanina en la piel de las momias, del testimonio de Heródoto, y de muchos notorios elementos culturales comunes con los pueblos melano- africanos. Esta discusión en torno a la negritud de Egipto fue iniciada por Cheik Anta Diop, el padre la historiografía africana independiente. Se prolongó hasta el Coloquio de El Cairo de 1978 en el que, acorralados por las evidencias, algunos hablaron de "blancos con alto contenido de melanina".

Pero sigamos con Hegel y su opinión sobre los negros:

En los negros aparece como detalle saliente el hecho de que su conciencia no ha cristalizado todavía en puntos de mira de estricta objetividad, tal por ejemplo como los conceptos de Dios o ley, en los cuales el ser humano participase con su voluntad y tuviese en los mismos la imagen de su ser. Lo que representan como poder no es, en consecuencia, nada objetivo, concreto y diferente, sino que puede serlo con absoluta indiferencia cualquier objeto al cual elevan a la categoría de un genio, ya sea un animal, una piedra o un palo totémico. (Hegel: 1976)

¿Habrá conocido Hegel alguna vez a un negro que no estuviera embalsamado y dentro de una vitrina? Sin ley y sin Dios, sin imagen de su ser ¡Qué tal! Es lógico que estos seres se esclavicen mutuamente:

De algunos de estos trazos se deduce que es la incivilidad lo que caracteriza al hombre de color. La única relación que han tenido los negros con los europeos y todavía tienen es la de la esclavitud. Por lo general no ven los africanos en la misma algo absolutamente repudiable. Es así que tan luego los británicos, que tanto están haciendo en pro de la abolición de la esclavitud, son peor mirados por los negros. (Hegel: 1976)

¡Tan luego los británicos! Que durante el siglo XVIII fueron los mayores traficantes de esclavos, que financiaron con la trata gran parte de su Revolución Industrial, son mal mirados por los negros. Estos negros aparecen en Hegel como los responsables de la continuidad de la trata pero ¿acaso no hubo esclavos en la antigüedad europea? Si, pero de otra categoría, ya que:

...al ser incorporados en un estado orgánico, llegan a ser necesariamente parte del avance de la sociedad, pues de una u otra manera resultan partícipes de cierta instrucción, de un nivel ético superior y también de una cultura en ascenso. (Hegel: 1976)

Y listo, no hay más nada que decir sobre África:

Con esto abandonamos el tema de África, por cuanto no se trata en nuestro análisis de un continente histórico. No nos ofrece, en razón de su estatismo y de su falta de desarrollo, material de alcance constructivo.[....] Lo que entendemos como África es lo segregado y carente de historia, o sea lo que se halla envuelto todavía en formas sumamente primitivas, que hemos analizado como un peldaño previo antes de incursionar en la historia universal. (Hegel: 1976)

O sea que África se encuentra en el umbral de la historia lo que, para la época en que escribía Hegel (1825) corresponde al umbral de la colonización. En pleno siglo XX, y desde una perspectiva presuntamente marxista, esta idea adquiere cierta popularidad. Como ejemplo tenemos las ideas de George Padmore y Amilcar Cabral.

George Padmore fue el representante por África en la Tercera Internacional. Cuando se constituyó la Komintern, fue notoria la ausencia del representante africano. Allí había delegados de todo el mundo y, por lo tanto, de todas las razas. La excepción eran los negros porque, en África subsahariana no existía ningún grupo comunista, excepto en África del Sur. Y allí se trataba de un grupo integrado exclusivamente por blancos. Quedaba muy mal que el representante por África fuera un blanco. ¿Qué hacer entonces? La solución fue designarlo a Padmore, que no era africano sino caribeño, había nacido en Trinidad; que además nunca había estado en África, recién un año antes de morir, a fines de la década del 50, visitó Ghana, pero que era negro y, por tanto, podía pasar por africano. Su falta de contacto real con África no fue obstáculo para que representara a los africanos en la Komintern, sin que la mayoría de estos por cierto llegara a enterarse, ni para que teorizara sobre la historia africana.

Dentro del estrecho marco teórico stalinista, Padmore ubicó al África precolonial en el estadio de la "comunidad primitiva", o sea una sociedad sin clases.

Dijo Marx que la base de todos los sistemas sociales primitivos, como el de los griegos y los romanos, en el amanecer de la historia, fue la propiedad común de los que en aquella época eran los medios esenciales de vida sobre la tierra. Lo mismo puede observarse en todas las sociedades africanas con anterioridad a la penetración europea y la implantación del derecho de bienes raíces. Y como entre los africanos todas las unidades sociales tenían iguales derechos al suelo, o, para decirlo más correctamente, no existía derecho individual sobre la tierra, no había diferentes privilegios de clase. En consecuencia, esas sociedades primitivas no se dividían en clases económicas como las conocemos hoy. [...] Las relaciones sociales eran, por esa razón, las de igualdad social. (Friedland: 1967, 337) 

Si la historia es el desarrollo de la lucha de clases, el África precolonial de Padmore es una sociedad sin historia. Las clases sociales han sido llevadas por la colonización. En consecuencia, la descolonización implica un retorno a la sociedad sin clases y, por lo tanto, al socialismo, ya que en el ínterin África ha avanzado en el desarrollo de sus fuerzas productivas.

Al final de su vida, Padmore rompió con la versión soviética del comunismo y rectificó muchas de sus ideas de juventud. Pero lo básico de su pensamiento fue mantenido por el stalinismo como una teoría funcional al mundo africano.

Amílcar Cabral conocía lo suficiente de África como para no aceptar esta idea de una época precolonial sin historia, pero no se apartó del dogma de la "comunidad primitiva". La solución de compromiso que encontró fue proponer que la historia precolonial era la historia del desarrollo de las fuerzas productivas:

Siendo el nivel de las fuerzas productivas el verdadero y permanente poder de la historia. (Cabral: 1970)

¡Adiós lucha de clases! Al menos como motor del desarrollo histórico. Aquí Cabral muestra la resaca de su formación stalinista y de la faceta europeizada y asimilada de su persona. Con la salvedad que parece reconocer esto al decir:

Los líderes políticos -aún los más famosos- pueden ser gentes culturalmente alienadas. (Cabral: 1970) 

Hoy sabemos que el marxismo, con ser la negación del capitalismo, es una negación etnocéntrica que, como tal, ha de ser sometida a crítica. Es absurdo creer que Marx haya podido escapar a la ideología orientalista que era el consenso de su época y que tiñe con su tinte aún a los pensadores más radicalizados. (Said: 1990)

Este etnocentrismo es la tónica de la historiografía colonialista, que ve en la época precolonial africana solamente estancamiento y repetición de ciclos vegetativos. 

Por ejemplo, el historiador colonialista Reginald Copland escribió en 1928 la siguiente apreciación sobre el África precolonial:

El grueso de los africanos, de los pueblos negros, que permaneció en sus hogares tropicales entre el Sáhara y el Limpopo, no había tenido...historia. Habían estado durante incalculables siglos hundidos en la barbarie. Esto casi podría parecer que ha sido decretado por la naturaleza... Así que continuaron estancados, sin avanzar ni retroceder. En ninguna parte del mundo se hallaba tan detenida la vida humana, excepto quizá en algunos pantanos llenos de miasmas de América del Sur o en algunas islas abandonadas del Pacífico. El corazón de África apenas latía. (UNESCO: 1987)

Campo de refugiados en el Chad a pocos kilómetros de la frontera con Darfur, Sudán



¡Por suerte el marcapasos colonialista vino a rescatar a los africanos de esta situación! La imagen que aquí aparece es la de un África paleolítica, necesitada de un impulso civilizador. Por supuesto que esto es totalmente falso: Copland era inglés, y debería haber sabido que en la época en que los ingleses se vestían con pieles, comían carne cruda y adoraban a los genios de los bosques, en el África negra existía un reino con una cultura altamente refinada, una escritura propia y que además había adoptado el cristianismo.

Por supuesto que me refiero a Etiopía, el "País de los Negros" de Herodoto. Etiopía, junto con China y Egipto, es uno de los estados con mayor continuidad en la historia. La monarquía etíope se atribuye descender de Menelik, hijo de Salomón y la reina de Saba (La Negra, según la Biblia). La Iglesia copta etíope afirma poseer, en Axúm, el Arca de la Alianza. Nunca perdida por lo tanto, sino sustraída por Menelik del Templo de Jerusalén. El alfabeto etíope es contemporáneo del griego (siglo VI a. C.). Etiopía se convirtió al cristianismo en el siglo IV de nuestra era, en la misma época de la conversión del emperador romano Constantino y por una iniciativa similar de su par Ezana, el "Constantino Negro".

Desde luego, habrá quien diga que Etiopía no pertenece totalmente al África Negra, que hay allí influencias árabes, judías, etc. Como si Europa hubiera desarrollado su cultura en forma endógena, sin tomar el alfabeto de los fenicios, los números de los árabes, la pólvora y el papel de los chinos, etc., etc., etc.

De lo expuesto puede inferirse que la depreciación de la historicidad de las culturas africanas no es más que un epifenómeno del racismo. Y el racismo fue y sigue siendo hoy uno de los avatares de la explotación del hombre por el hombre: Sin racismo y xenofobia el valor de la fuerza de trabajo del africano sería mucho más alto. La discriminación racial en Europa o EE.UU. es funcional al sistema económico

De la misma manera que los esclavos no hubieran podido venderse como ganado si no hubieran sido estimados como animales de labor, es necesario que los inmigrantes de hoy sean considerados inferiores, para pagarles un salario inferior. En ese contexto, su cultura de origen nunca puede ser valorada correctamente (si es que hay que valorar a una cultura) por quienes comparten el consenso ideológico del mundo desarrollado. 

Por todo esto, la lucha de los africanos por su historia, iniciada por Cheik Anta Diop hace ya más de cincuenta años, es también la lucha por su libertad.

En un posterior ensayo, Luis César Bou desarrolla "La visión europea del mundo afroasiático", cita el pensamiento del ilustrado Voltaire, quien se refiere a los africanos:

Representa un gran problema respecto de ellos saber si descienden del mono o si el mono desciende de ellos. Nuestros sabios han dicho que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios: ¡he ahí una cómica imagen del Ser eterno, con una nariz aplastada y con poca o ninguna inteligencia! (Voltaire: Lettre d'Amabed, t. XXI, cit. en Ki-Zerbo 1980: 316).

Voltaire se opuso a la esclavitud en muchos escritos, pero también era un buen burgués que invertía sus dinerillos en las compañías dedicadas a la trata negrera de ahí que la igualdad entre los hombres quedara, en estos casos, para el futuro. Este tipo de contradicciones u oportunismos son muy frecuentes entre los intelectuales "progresistas" de Occidente.

En el mejor de los casos, y a partir de la famosa expedición napoleónica a Egipto, se va a valorar el pasado remoto de estas culturas (¿cómo no valorar Egipto, Mesopotamia o China?) pero se va a ver a sus descendientes contemporáneos como el resabio depravado o el residuo contaminado de un pasado grandioso. Cuando los bienes culturales extraeuropeos son innegables, se les atribuye un origen incierto

La consideración europea del mundo afroasiático aparece en el siglo XIX notoriamente marcada por el evolucionismo. Como vertiente etnológica del pensamiento positivista, el evolucionismo sostenía que las culturas pasan por distintos estadios o etapas de evolución. Por supuesto que la etapa superior corresponde a la cultura europea y las inferiores, en distintas gradaciones, al resto de las culturas pasadas y presentes. En realidad, todas las culturas extraeuropeas son más o menos atrasadas o primitivas término este último que aún suele utilizarse para caracterizar a los pueblos del Tercer Mundo. Este atraso o evolución abarca todos los aspectos de la cultura. 

Así, Sir James Frazer hablaba de una secuencia de desarrollo que comenzaba en la magia, seguía en la religión y terminaba en la ciencia. (Frazer, l985) Como si en algún lugar del mundo pudiéramos, aún hoy, encontrar estos tres elementos separados entre sí. 

Otro etnólogo evolucionista, Tylor, va a elucubrar una secuencia en el desarrollo del pensamiento religioso que parte del animismo o fetichismo, sigue con el politeísmo y termina en las religiones monoteístas. El fetichismo deriva su nombre del portugués feicho, cosa hecha o elaborada por el hombre. Se veía primitivismo en adorar ídolos fabricados por los fieles, como si muchas religiones presuntamente monoteístas no utilizaran también objetos de culto o fetiches de distinta índole (imágenes, crucifijos, textos, etc.) (Brelich, l979). 

Las culturas de Asia y África son relictos del pasado, curiosidades etnológicas dignas de ser expuestas a la curiosidad de los "civilizados". Así, vemos que en las principales capitales europeas se organizan "zoos humanos" en los que se expone a los africanos, asiáticos o a los indígenas americanos. Las grandes exposiciones internacionales de fin de siglo van a contar con estos atractivos para solaz del público:

La actitud del público era uno de los temas más sorprendentes: muchos visitantes arrojaban alimentos o chucherías a los grupos que se exhibían, comentaban las fisonomías comparándolas con los primates (retomando con ello uno de los tópicos de la antropología física, ávida de sacar a la luz los "caracteres simiescos" de los indígenas) o riéndose abiertamente viendo a una africana enferma temblequeando en su choza. (Bancel, 2000)

Ciertamente, muchos no soportaban el cambio de clima y enfermaban ¿o enfermarían de la humillación? La mortalidad era alta, también entre algunos de nuestros indios fueguinos que pasaron por las exposiciones de París. Esto se podía hacer sin ningún remordimiento, ya que la propia humanidad de estos seres era discutible. En el mejor de los casos, se pensaba en ellos como en pueblos infantiles a los que no se puede dejar solos, dada su incapacidad para valerse por sí mismos sin hacer salvajadas. De esta forma, la expansión imperialista va a encontrar su justificación científica, pero lo que realmente asombra es la unanimidad de este pensamiento en Occidente

En los debates de la Segunda Internacional podemos ver que incluso los críticos sociales más cáusticos justifican, en función de este respaldo científico, las políticas imperialistas metropolitanas. Y en algunos casos se va más allá de la justificación, es el caso de Henri van Kol, representante por Holanda, quien llega a sostener:

¿tenemos que dejar librada la mitad de la tierra a la arbitrariedad de los pueblos todavía situados en el estadio infantil, que no explotan las colosales riquezas del suelo de sus países, y dejan sin cultivar las partes más fértiles de nuestro planeta? ¿O, en interés de la humanidad, tenemos que intervenir para que la tierra, que pertenece a todo el género humano, proporcione a todos sus habitantes los medios para vivir? ¿Acaso no hay que entender por socialización de los medios de producción que todos los medios para vivir y trabajar tienen que pertenecer a todos? (van Kol, 1978: 31)

Para este señor, el socialismo comienza no por expropiar a los burgueses sino a los indígenas. Esta forma de hacer socialismo no era exclusiva de van Kol, sino que era compartida por muchos otros integrantes de la Segunda Internacional. Por ejemplo, el socialdemócrata inglés Richard Calwer sostenía por aquella época:

En cuanto socialista saludaré siempre, por una cuestión de principios, como un progreso en dirección al socialismo toda colonización capitalista de un país, aunque esta se realice por medio de las formas más reprobables (Calwer, l978: l2)

No tan francamente, muchos socialistas siguieron y siguen sosteniendo posiciones parecidas. El hecho es que todas las ciencias y actividades humanas pueden llegar a estar contaminadas por el etnocentrismo, incluso la crítica artística o estética, como ha sido el caso del arte indio. Para la Inglaterra victoriana el arte indio no podía ser otra cosa que una depravación. Pero no todo el arte de la India sufrió esta descalificación, la excepción fue el arte de Gandhara. En ese lugar los arqueólogos europeos encontraron formas de arte aceptables para occidente. Así, Gandhara fue considerada como la cuna del verdadero arte indio, depravado después paralelamente a la depravación de la cultura india. Hoy sabemos que Gandhara fue un reino helenístico resabio de la conquista alejandrina. Por lo tanto, su arte era arte griego, con alguna influencia india. Finalmente, lo aceptable de la India resultó ser lo que no era indio.

Para concluir por el momento con este tema no podemos dejar de recordar que la medicina y la psiquiatría también tuvieron algo que decir respecto a la inferioridad "científicamente" demostrada del extraeuropeo. Recordemos las consideraciones del profesor Porot, a cargo durante 30 años de la cátedra de psiquiatría en la Facultada de Medicina de Argel, se refería a los argelinos:

El indígena norafricano, cuyas actividades superiores y corticales están poco evolucionadas, es un ser primitivo cuya vida en esencia vegetativa e instintiva está regida sobre todo por su diencéfalo. (Fanon, 1969: 278)

El diencéfalo es la parte más primitiva del cerebro, que también se encuentra presente en los reptiles. Esto tenían que aprender, y creer, los argelinos que quisieran ser médicos. El africano es pueril, sugestionable, sin emotividad ¿Por qué no decir directamente que es un idiota? La afirmación la va a hacer nada menos que un experto de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Carothers, quien en un libro publicado en 1954 en el que resumía sus muchos años de práctica en África decía:

El africano utiliza muy poco sus lóbulos frontales. Todas las particularidades de la psiquiatría africana pueden atribuirse a una pereza frontal.

Y más adelante agrega:

El africano normal es un europeo lobotomizado. (Fanon, l969:280)

Recordemos que la lobotomía fue un procedimiento muy en boga hasta los años '60 para el tratamiento de aquellos enfermos mentales que mostraban agresividad. Consistía en un raspaje de los lóbulos frontales, con el cual se los destruía. El resultado era que el enfermo dejaba de ser agresivo, pero se convertía en algo parecido a un vegetal por el resto de su vida o, en el mejor de los casos en un idiota.

Lo que dice el doctor Crothers, en otros términos es que un idiota europeo se equipara a un africano normal.

 El "tercermundismo"

Campo de refugiados en el Chad a pocos kilómetros de la frontera con Darfur, Sudán.


La crítica a la visión etnocéntrica es algo que aún hoy está en proceso de elaboración, por cuanto se siguen todavía encontrando nuevos aspectos del mismo que, por creerlos secundarios, fueron dejados de lado en un principio. Como fuere, lo cierto es que los inicios sistemáticos de esa crítica datan de la segunda posguerra mundial período también durante el cual se producen las independencias en la mayor parte del mundo colonial. 

En las colonias y ex-colonias, así como en las metrópolis va a comenzar un movimiento intelectual de revalorización de las culturas afroasiáticas. El tercermundismo va a ser parte integrante del pensamiento de izquierda de los años '50 y '60 e implica un compromiso con las luchas nacionales de Asia y África.

El término Tercer Mundo fue acuñado por Alfred Sauvy, eminente demógrafo francés y primer director del Instituto Demográfico de Naciones Unidas. Sauvy utilizó ese concepto para designar a un conjunto de países con características comunes, tales como el haber sido colonias de potencias europeas, haber sufrido una dominación económica, ser productores de materias primas y alimentos, tener determinadas características en cuanto a crecimiento de la población, ingreso per cápita, escolaridad, etc. Nunca habló de un Primer Mundo ni de un Segundo Mundo, por la sencilla razón de que no era eso lo que le interesaba describir y también por la propia significación que busca darle a este concepto. Se trata de una paráfrasis del concepto de Tercer Estado, tan caro a la Francia de aquellos días. Sauvy tenía muy presente la famosa definición dada en l789 por el abate Sieyès:

¿Qué es el Tercer Estado?  Todo.
¿Qué ha significado, hasta ahora, en el orden político?  Nada.
¿Qué pide?  Convertirse en algo.

El contexto de la Guerra Fría le va a dar otra significación al concepto. En l955 se reúne la famosa Conferencia de Bandung, piedra fundacional del Movimiento de Países no-Alineados con pretensiones de tercerismo en esa disputa. Muchos líderes políticos de Asia, África y América Latina hablan de vías nacionales al socialismo concretadas muchas veces en políticas pendulares que llevan a frecuentes inversiones de alianzas en el ámbito internacional. Esto era posible en tanto el contexto de disputa entre EEUU y la URSS otorgaba a esas regiones una inusual importancia política en el ámbito internacional. Tercer Mundo implica en estos casos equidistancia en la disputa Este-Oeste.

En ese mismo contexto, algunos años después, Mao Zedong va a elaborar su teoría de los Tres Mundos. Aquí sí se van a definir los otros dos mundos: el Primero, integrado por las dos superpotencias en conflicto, EEUU y URSS, el Segundo por los países industrializados de alto nivel de vida, Europa, Canadá, Japón, etc. Para Mao el Tercer Mundo es ante todo el mundo campesino de Asia, África y América Latina que, en una estrategia de cerco de las ciudades por el campo, similar a la llevada adelante por el movimiento comunista chino, a la larga debe ser el protagonista de la revolución mundial.

El fin de la Guerra Fría ha provocado la bancarrota de las posturas políticas de no-alineación. El mundo afroasiático dejó de ser (momentaneamente) terreno de disputa de las superpotencias y, por tanto, perdió rápidamente la mayor parte de su importancia política. Los antiguos defensores de vías nacionales al socialismo se convirtieron en muchos casos en paladines de la libre empresa y trataron de ocupar el lugar más cercano posible al ganador, a veces sin demasiado éxito. Por su parte, la Revolución China luego de la muerte de Mao siguió el mismo derrotero. Hoy los chinos consideran que el maoísmo es pensamiento de otra época y, por lo tanto, debe solamente ocupar un lugar en el recuerdo. Es significativo cómo en los años '90 se producen apurados cambios de vestimenta y maquillaje por parte no solo de grupos políticos sino también de instituciones dedicadas a la cooperación con el Tercer Mundo que, rápidamente, borran estas dos últimas palabras de sus nombres.

A mi juicio, la bancarrota del tercerismo no invalida en absoluto el concepto de Tercer Mundo en el sentido que le diera Alfred Sauvy. Muy por el contrario, en tanto la distancia entre ricos y pobres es cada vez mayor en el ámbito internacional también adquiere mayor validez el término. Quizá hoy el Tercer Mundo no coincida con las fronteras estatales de hace cincuenta años. Quizá también haya que incluir en él a los cada vez más numerosos excluidos del propio mundo desarrollado.

Hoy sabemos que el uso de esos términos es incorrecto y, en el caso de que sean inevitables, es necesario salvarlos con comillas. Pero no siempre se tiene la misma idea con respecto al abordaje teórico de las sociedades extraeuropeas. Por ejemplo, la idea de estado-nación es típicamente europea, como también lo es la idea nacionalista, que en Europa surge recién en el siglo XIX. En la historia del mundo afroasiático las tradiciones estatales son muy distintas a las europeas. Si bien existieron estados-nación equiparables a los europeos, también hubo sociedades sin estado, o sociedades en las que varias formaciones estatales compartían un mismo territorio. La propia idea de una frontera estatal se encuentra a veces ausente y en otras exacerbada. 

Creer universal el concepto europeo de estado, de política y de gobierno es condenarse a no entender, o a entender esquemática y equivocadamente gran parte de la historia de Asia y África.

Es el caso que se da con el uso del concepto de "feudalismo". Durante muchos años se creyó encontrar feudalismo por todas partes. Esto tiene que ver con que, para el stalinismo, se trataba de la etapa inmediatamente previa al desarrollo del capitalismo, de manera que en donde no había un capitalismo propiamente desarrollado la solución estaba en rotular esa sociedad como feudal. 

Diferente es también, para terminar con este tema por el momento, la forma en que el mundo afroasiático asumió y asume los fenómenos religiosos. Para empezar existen culturas en las que lisa y llanamente no se reconoce a lo religioso como algo distinto del resto de las actividades humanas, esto se evidencia en que esas culturas carecen incluso de un término como el nuestro de religión. Solo en Occidente y en pocos lugares más se reconoce la diferencia entre lo sagrado y lo profano y, por lo tanto existe la religión. como concepto. (Brelich, l979) En ese contexto, definir la religión como "el opio de los pueblos" no siempre resulta correcto, muchas veces el marco religioso sirvió y sirve para hacerse cargo de las reivindicaciones de los más postergados en esas sociedades.


Fuentes:

Libro en PDF
ÁFRICA Y LA HISTORIA

África y la historia
La visión europea del mundo afroasiático
Pasado y presente de la esclavitud africana
Para la Unión Europea, llegó el momento ‎de usar la fuerza 

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