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17 julio 2022

El místico contra Hitler, o las gafas de Fritz Gerlich




Parte I

Introducción sobre el periodista alemán Fritz Gerlich

Tito Andino

Recopilación de artículos y notas personales 


Fritz Gerlich, seguramente no significa nada en la actualidad, ni en Alemania, ni en el mundo. Una desconocida víctima más de las centenares de miles que produjo el nazismo antes de la segunda guerra mundial. 


© Archiv des Erzbistums München und Freising_h2000


Fritz Gerlich fue un destacado periodista alemán en los años del ascenso político de Hitler, crítico mordaz del Führer, se ganó el odio de los nazis que pusieron precio a su cabeza. En 1920 fue nombrado redactor-jefe del diario "Münchner Neueste Nachrichten", un "periódico bastión de la renovación nacional contra el socialismo y la política republicana", pues si, Gerlich al principio era un convencido nacionalista y anticomunista, incluso en los primeros años de la década de 1920 se reunió con Hitler.

Aún así, este nombre no significará nada en el presente, salvo, quizás, para quienes apreciaron "Hitler: The Rise of Evil", una miniserie canadiense (2003) de dos episodios que detalla la toma del poder de Adolf Hitler. La trama enfoca a un desconocido orador que consigue poco a poco llamar la atención del periodismo de Múnich, entre otros de Fritz Gerlich. Pero, cuando comprenden el brutal odio y la doctrina antisemita, aquel orador, más que afectos conquistó algunos opositores en los todavía independientes medios de Baviera que se ahondará más con el fallido Putsch de la Cervecería (noviembre 1923), tras lo cual Gerlich se convierte en un serio opositor y feroz crítico de Hitler y el nazismo. 

Gerlich renunció a su cargo de redactor-jefe del "Münchner Neueste Nachrichten" y retornó a su antiguo empleo en el Archivo Nacional de Baviera. Junto a un círculo de amigos fundaron un semanario político, "a fin de reorientar a la izquierda y la derecha lejos del extremismo político. Apoyado por un rico mecenas, el príncipe Erich Walburg-Zeil, Gerlich fue capaz de liderar el semanario "Der Illustrierte Sonntag", renombrado "Der gerade Weg" a partir de 1932".

Gerlich siguió luchando contra las doctrinas políticas del comunismo, el nacionalsocialismo y el antisemitismo. El peligro del nazismo, en pleno apogeo, era citado con frecuencia con su pluma. "La enfática y a veces estridente entonación de su batalla periodística le dio al periódico un creciente espectro de lectores". A fines de 1932, la circulación del semanario sobrepasaba los 100.000 lectores. Gerlich decía: "El nacionalsocialismo se entiende como la enemistad con las naciones vecinas, la tiranía interna, la guerra civil, la guerra mundial, la mentira, el odio, el fratricidio y los ilimitados deseos". (Ron Rosenbaum,  "Explaining Hitler: The Search for the Origins of his Evil (1998) Explicar a Hitler: Los orígenes de su maldad)


Obra del artista neerlandés L.J. Jordaan, 

Los nazis a pesar de sus ataques y palizas a la prensa opositora "solo" pudieron actuar drásticamente contra Gerlich tras la toma del poder, un día después del ascenso al gobierno de Alemania los nazis decidieron eliminarlo. El 9 de marzo de 1933 asaltaron sus oficinas, le propinaron una gran paliza y lo encarcelaron junto a millares de opositores en el campo de concentración de Dachau

Según Ronald Hayman, en "Hitler & Geli" (1997), Gerlich estaba obstinado en preparar la edición del 12 de marzo de 1933 para Der Gerade Weg e ignoró la ya vigente prohibición de los periódicos de la oposición, no escuchó a los amigos que le aconsejaron mantenerse lejos de su oficina. Se cree que el artículo principal del semanario presentaría una acusación contra los nazis de iniciar el incendio del Reichstag, además de exponer los planes secretos para la aniquilación de las Iglesias, revelar un pacto secreto entre Rohm y Deterding o la financiación extranjera de los nazis y exponer los hechos que Gerlich había descubierto sobre la muerte de Geli Raubal (la media sobrina de Hitler), según se desprende del citado libro de Ron Rosenbaum. Todas esas verdades (o parte de ellas) han desaparecido de la historia.

El 9 de marzo de 1933, Max Amann y Emil Maurice -cercanos secuaces de Hitler- condujeron a un grupo de tropas de asalto a las oficinas de Gerlich, destrozaron todas las máquinas, destruyeron el contenido de escritorios, archivos, armarios y cajones, incluida la copia para el próximo número de Der Gerade Weg. Amann, quien como editor del Volkischer Beobachter a menudo había sido vilipendiado por Gerlich, lo golpeó con fuerza en la cara, le rompió las gafas y lastimó ambos ojos. 

En Dachau, Fritz Gerlich fue asesinado el 30 de junio de 1934, durante "la noche de los cuchillos largos", la Gestapo lo sacó de su celda y le disparó en la cabeza. Los esbirros de Hitler escogieron un modo cruel y aterrador de notificar el hecho a la esposa de Gerlich, le enviaron las gafas del periodista, manchadas de sangre. Sophie Gerlich nunca recibió notificación oficial de la muerte de su esposo.

"Otros católicos asesinados ese día incluyeron a Erich Klausener, presidente del movimiento de Acción Católica y Adalbert Probst, director nacional de la Asociación Deportiva Juvenil Católica". Richard Evans, autor de "The Third Reich in Power" (2005) sugiere que "el asesinato de Klausener envió un mensaje claro a los católicos de que no se toleraría un resurgimiento de la actividad política católica independiente".

Max Amman, en su calidad de nazi prominente fue arrestado por las tropas Aliadas al terminar la guerra, sentenciado el 8 de septiembre de 1948 a diez años en un campo de trabajo, fue liberado en 1953. Fue despojado de su propiedad, pensión, derechos y prácticamente toda su fortuna confiscada. Amann murió el 30 de marzo de 1957 en Munich.



Portada del "Der Gerade Weg", del 11 de enero de 1933 "Hitler y la Biblia de Satanás" 


Gerlich sobre la muerte de Geli Raubal

En la mañana del sábado 19 de septiembre de 1931, Geli Raubal, la sobrina de Adolf Hitler, fue hallada muerta en el piso de su habitación. Había sido asesinada por una pistola Walther 6.35, propiedad de Hitler. Los periódicos anti-Hitler, incluido Der Gerade Weg, sugirieron que Hitler había asesinado a Geli. Según el hijo de un hombre que trabajaba para Gerlich, el periódico obtuvo una copia de "una investigación del fiscal del estado sobre el asunto de Geli Raubal" que supuestamente "mostraba que Geli fue asesinado por orden de Hitler".


Ronald Hayman, en "Hitler & Geli" (1997) señala: "Al ver una oportunidad para desacreditar a Hitler, Gerlich usó todas sus habilidades periodísticas para investigar la muerte de Geli. A medida que sus sospechas se endurecieron, reunió pruebas para publicarlas en forma de panfleto. Si podemos confiar en el resumen del folleto en "Las memorias de Bridget Hitler", obtuvo declaraciones juradas de Willi Schmidt, el crítico al que Geli había consultado sobre los profesores en Viena, y de uno de los inspectores de policía que había visitado el piso. Este hombre -no sabemos si era Sauer o Forster- creía que Hitler estaba en el apartamento cuando se disparó el tiro... Gerlich llegó a la conclusión de que, en lugar de partir hacia Nuremberg, Hitler había pospuesto su viaje. Herr Zehnter, propietario de un restaurante de Múnich llamado Bratwurstglockl, testificó que Hitler llegó con Geli la tarde del viernes 18 de septiembre de 1931, que estuvieron en una habitación privada en el primer piso hasta casi la una de la mañana, y que Hitler, que rara vez tocaba el alcohol, bebía cerveza. Según este resumen del panfleto, él y Geli regresaron al departamento, donde la amenazó con su revólver y le disparó”.

Sin lugar a dudas, uno de los hechos más recordados de la carrera periodística de Gerlich nos recuerda a un gran artista alemán, muy cercano al periodismo militante, hablamos de John Heartfield, uno de los pioneros del fotomontaje satírico anti-nazi, solo que el artista presentaba su sátira en publicaciones de expresión política para medios comunistas como el diario "Die Rote Fahne" y el semanario "Arbeiter-Illustrierte-Zeitung" (AIZ), este último presentó las obras de Heartfield por las que es recordado en el presente. En cambio, el periodista Gerlich se inclinaba más por la derecha conservadora.



"Uno de sus momentos más polémicos fue el haber convertido la imagen de Hitler en una composición donde sus rasgos faciales eran exagerados y él estaba del brazo de una mujer negra. En el artículo, Fritz sugirió que los lectores aplicasen esta propia ciencia de Hitler de la fisonomía al propio Hitler, y cuando es aplicada, está claro que Hitler no es ni siquiera ario, sino de un subtipo de Mongolia. Este insulto fue el último clavo en el ataúd de Fritz, que había utilizado sistemáticamente el poder de la pluma para combatir a Hitler a cada paso del camino. Gerlich sirve como ejemplo de los muchos periodistas que fueron amenazados, golpeados y asesinados por revelar la verdad. Solo en la oscuridad se pueden ocultar las cosas malas". (Brently Kopopolous)


Der Gerade Weg, edición del 17 de julio de 1932, "¿Tiene Hitler sangre mongola?" 


Adolf Hitler: ¿ario o mongol?

Ron Rosenbaum afirma que Adolf Hitler estaba particularmente molesto por un artículo de Gerlich que apareció el 17 de julio de 1932 en Der Gerade Weg (El camino recto), que tenía el titular, "¿Tiene Hitler sangre de Mongolia?". En su libro "Explicando a Hitler" Rosenbaum argumenta: "Todavía tiene el poder de impactar: Adolf Hitler casado con una novia negra. Más de seis décadas después de esta extraordinaria imagen fotocompuesta de Hitler con sombrero de copa y frac, del brazo de una novia negra en una escena de felicidad el día de la boda, apareció en la portada de uno de los principales periódicos de Múnich, esta representación burlona de Hitler, en un contexto de decapitación, mestizaje, sexo transgresor y desfiguración violenta, todavía emite un aura de temeridad de peligro..."

El sitio web "Spartacus", profundiza al respecto. En el artículo, Gerlich usa la ridícula "ciencia racial" de Hitler para probar que Hitler no era ario sino mongol. Mira de cerca la nariz de Hitler, que describe como "eslava". El tipo eslavo, señala, "se formó por la mezcla después de la invasión de los hunos de los mongoles con sangre eslava original". Gerlich continúa argumentando: "La estrategia de guerra de aquellos tiempos hizo que los ejércitos victoriosos tuvieran la costumbre de tener relaciones sexuales con las mujeres y niñas de los pueblos derrotados... Tenemos que suponer que en la región natal extranjera de la familia de Hitler, no quedó sangre nórdica".

Fritz Gerlich, en Der Gerade Weg (17 julio 1932) explicaba que en el movimiento político de Hitler solo hay una voluntad y esa es la suya... Él nunca tiene que explicar lo que hace... sus seguidores tienen que ejecutar sus órdenes sin ninguna información... El contraste entre el verdadero ideal nórdico y el de Hitler no se puede expresar de forma más dramática. La actitud de Hitler es absolutamente antinórdica y antigermánica. Es, racialmente, mongol puro... Es el despotismo absoluto mongol que se expresa en la actitud de Hitler y que puede explicarse por el hecho de que este hombre es un bastardo típico que tiene sangre principalmente no nórdica en sus venas.

En la edición siguiente, Der Gerade Weg (24 de julio de 1932), artículo de seguimiento de la edición anterior, Fritz Gerlich, afirma:

"No podemos entender cómo las personas que se llaman a sí mismas católicas justas pueden sentirse molestas por la yuxtaposición de Hitler y una mujer negra. ¿Qué les preocupa exactamente, queridos señores y señoras? ¿No habéis aprendido, en los primeros principios del catecismo de nuestra religión, no solo que todos los hombres tienen el alma donada por Dios, sino también que todos somos descendientes de un padre y una madre, hijos de Adán y Eva: Según nuestros propios principios católicos, los negros son nuestros hermanos y hermanas incluso de sangre. Es totalmente imposible para aquellos de nosotros con cosmovisiones católicas "degradar" a un centroeuropeo como Adolf Hitler emparejándolo con una mujer negra. Una mujer negra no es una persona de raza inferior... Consideramos a una mujer negra como nuestra hermana de sangre". (citado por Ron Rosenbaum).

La sentencia de muerte contra Carl Albert Fritz Michael Gerlich se había dictado.

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Parte II

El místico contra Hitler, o las gafas de Fritz Gerlich

 


 Laura Knight-Jadczyk

Original versión en inglés tomado de su personal y oficial web site.

Historiadora y autora de catorce libros y muchos artículos publicados en forma impresa y en internet. Es fundadora de SOTT.net, radicada en Francia.


A menudo he querido tener en mis manos los periódicos alemanes de la época antes e inmediatamente después de que Hitler llegara al poder para tratar de entender lo que realmente estaba sucediendo en Alemania en ese momento. Me preguntaba si podríamos extraer alguna lección de ello para nuestro tiempo presente. He preguntado a muchas personas si alguna vez han visto algún artículo de este tipo reproducido en algún lugar, o han oído hablar de ellos, y siempre he dibujado un espacio en blanco sobre esa pregunta. Después de todo, si suponemos que nuestro tiempo presente tiene alguna similitud con el Tercer Reich de Hitler, sería bueno tener algún material concreto que se escribió en tiempo real, en ese momento, en el que basar las comparaciones. 

Da la casualidad de que un tipo llamado Ron Rosenbaum también tenía curiosidad al respecto, pero por una razón diferente. Entrevistó a un sobreviviente del Holocausto que mencionó un artículo que recordaba de la época, y Rosenbaum fue a buscarlo. Encontró mucho más de lo que esperaba. Encontró a Fritz Gerlich y al Múnich Post. Rosenbaum llama a Fritz y a los suyos los "Primeros Explicadores".

"Los heroicos periodistas anti-Hitler de Múnich que, de 1920 a 1933 (cuando muchos fueron encarcelados o asesinados) se dedicaron valientemente a la tarea diaria de intentar contarle al mundo sobre la extraña figura que había surgido de las calles de Múnich para convertirse en líder de un movimiento que tomaría el poder e inscribiría un nuevo capítulo en la historia del mal. Mi fascinación por estas figuras en gran parte olvidadas, los reporteros que fueron los primeros en investigar la vida política y personal, la criminalidad y los escándalos de Hitler y "el partido de Hitler", como lo llamaron astutamente, comenzó a crecer a medida que comencé a recoger ecos y rastros de su lucha con Hitler, enterrados en las notas a pie de página de los historiadores de la posguerra ...

Mi fascinación se profundizó cuando me encontré con una colección casi completa de números descamados y amarillentos, de siete décadas de antigüedad, del anti-Hitler Múnich Post, que se escabullían en el sótano de los archivos de la biblioteca Monacensia de Múnich. Desde entonces han sido transferidos al microfilm, pero había algo en la comunión con las copias desmoronadas reales del periódico del partido de Hitler llamado "la cocina venenosa", temas en los que Hitler era una figura viva acechando las páginas, que sirvieron para darme una insinuación dolorosamente inmediata de la frustración enloquecedoramente insoportable de Casandra, el Múnich Post. Los periodistas deben haber sentido, fueron los primeros en sentir las dimensiones del potencial de Hitler para el mal, y en ver la forma en que el mundo ignoraba las advertencias desesperadas de su trabajo.


Fritz Gerlich

© Archivo Estatal de Baviera, Fritz Gerlich, editor del Munich Post


Como periodista, sentí al mismo tiempo un creciente asombro por lo que habían logrado, lo mucho que habían expuesto y lo completamente olvidados que habían sido. El suyo fue el primer intento sostenido de comprender las profundidades del fenómeno Hitler a medida que comenzaba a desarrollarse.

La visión de los Primeros Explicadores fue la visión de los hombres y mujeres que fueron testigos críticos del espectáculo ahora perdido de Hitler convirtiéndose en Hitler. Además de los valientes reporteros y editores del Múnich Post, había otros como Rudolf Olden, Konrad Heiden, Walter Schaber... y Fritz Gerlich, el editor iconoclasta de un periódico conservador de oposición antimarxista y antinazi llamado Der Gerade Weg (El camino correcto, o Camino recto), celebrado como un némesis periodístico de Hitler en su tiempo, en gran parte olvidado ahora.

Gerlich fue asesinado en Dachau por intentar imprimir una exposición dañina de Hitler cinco semanas después de que los nazis tomaran el poder y aplastaran al resto de la prensa de la oposición. Una figura fascinante, Gerlich, un mordaz azote satírico swiftiano de Hitler, poseía una extraña visión de la dinámica racial de la patología de Hitler. Un erudito histórico escéptico, Gerlich, sin embargo, llegó a creer en los poderes proféticos de una estigmatizada bávara controvertida, probablemente fraudulenta, y encontró en ella una fuente de la fe que lo llevó a jugar su vida en un último esfuerzo para derribar a Hitler con su pluma e imprenta. Con una exposición para poner fin a todas las exposiciones de Hitler, esperaba: una historia final que conmocionaría al público y haría que el presidente Paul von Hindenburg depusiera al recién instalado canciller Hitler antes de que fuera demasiado tarde. Fue una apuesta desesperada que fracasó.

El 9 de marzo de 1933, las tropas de asalto irrumpieron en la oficina del periódico de Gerlich, arrancaron su última historia de las prensas, lo golpearon sin sentido y lo arrastraron a Dachau, donde fue asesinado en la Noche de los Cuchillos Largos en junio de 1934. La naturaleza de la exposición que había estado a punto de publicar -algunos dijeron que se refería a las circunstancias de la muerte de la media sobrina de Hitler, Geli Raubal, en su apartamento, otros dijeron que se refería a la verdad sobre el incendio del Reichstag en febrero de 1933 o la financiación extranjera de los nazis- se ha perdido efectivamente en la historia; es uno de los senderos probatorios que he seguido hasta el amargo final...

Logré localizar en Múnich a uno de los últimos colegas vivos de Gerlich, el Dr. Johannes Steiner, un editor retirado de unos noventa años que había sido socio en la condenada hoja de ataque anti-Hitler de Gerlich, Der Gerade Weg. El recuerdo del Dr. Steiner de ese horrible momento, particularmente los últimos días de Gerlich, cuando todos estaban huyendo, era fragmentario. Pero había un momento, un recuerdo que había conservado con una claridad aterradora durante seis décadas: un recuerdo de la Gestapo y los lentes de Fritz Gerlich. Las gafas con montura de acero de Gerlich se habían convertido en una especie de imagen característica para el combativo periodista entre quienes lo conocieron en Múnich, un emblema casi de su férrea determinación y claridad de visión. Pero después de un año en Dachau, después de que la Gestapo lo sacara de su celda y le disparara en la cabeza en la Noche de los Cuchillos Largos, los matones de Hitler eligieron una forma cruel y escalofriante de notificar a la esposa de Gerlich. El Dr. Steiner recordó: "Enviaron a su viuda, Sophie, las gafas de Gerlich, toda salpicada de sangre". (Ron Rosenbaum, Explaining Hitler: The Search for the Origins of His Evil– junioune 1998)

Rosenbaum ve el gesto cruel como, tal vez, un reconocimiento por parte de los matones de Hitler de que Gerlich había visto demasiado y sabía demasiado, "una muestra de cuánto temía y odiaba su visión por el círculo interno de Hitler, por haber visto a través de ellos".

Ahora, ¿notó algo particularmente interesante en el breve relato anterior del quién, qué, cuándo y dónde de Fritz Gerlich? Probablemente se deslizó por alto, pero fue esto: "Un erudito histórico escéptico, Gerlich, sin embargo, llegó a creer en los poderes proféticos de un estigma bávaro controvertido, probablemente fraudulento, y encontró en ella una fuente de la fe que lo llevó a jugar su vida en un último esfuerzo para derribar a Hitler con su pluma e imprenta". ¿De qué habla Rosenbaum? ¿Un "estigma bávaro"?

Bueno, antes de llegar a eso, hablemos de Fritz Gerlich y "El juicio de la nariz de Hitler". En julio de 1932, una extraordinaria imagen fotocompuesta de Hitler apareció en la portada de uno de los principales periódicos de Múnich. Intenté, sin éxito, obtener una imagen de este tema, pero un lector la encontró:



Muestra a Hitler con sombrero de copa y colas, del brazo con una novia negra en una escena de boda y el titular decía: "¿Hitler tiene sangre mongola?" Parece que las caricaturas de Hitler habían aparecido en muchos de los periódicos de la oposición y en carteles durante años, pero la mayoría de estos tendían a centrarse en el bigote y el bloqueo o la exageración facial. Esta imagen golpeó mucho más cerca de casa y ciertamente fue la sentencia de muerte de Gerlich. Publicar un ataque tan cruel como este, un ataque que fue de mayor alcance y profundamente hiriente en el cuerpo del texto de lo que incluso la sensacional foto y el titular indicarían, fue un acto de gran coraje personal por parte de un profeta desesperado y condenado. En su pieza de éxito, Gerlich propone que el lector aplique la "ciencia racial" de uno de los teóricos raciales favoritos de Hitler, el Dr. Hans Gunther, quien había prescrito la forma y dimensión precisas de todas y cada una de las características faciales y de la cabeza del "tipo nórdico", a la propia cabeza y cara de Hitler, especialmente a su nariz. Con fotografías adjuntas, Gerlich procede a demostrar que Hitler no era, de hecho, ario, sino que era, más bien, del tipo mongol. Gerlich fue más allá al escribir una "crítica brillante que resultó en la devastadora conclusión de que Hitler, según sus propias luces, no solo carecía de fisonomía aria, sino que carecía de un alma aria". Rosenbaum escribe:

"Una gran satisfacción que al menos aquí, un periodista anti-Hitler había hecho todo lo posible, había ido a por la yugular, había dado rienda suelta a la ira y el desprecio que todos sentían antes de que todos fueran silenciados. Sospecho que esta imprudencia fatal sin límites tiene algo que ver con mi propia fascinación por Gerlich. Es sorprendente descubrir, cuando miras la literatura sobre Hitler y el liderazgo nazi antes y después de la guerra, dentro y fuera de Alemania, cuán poco odio y odio abierto y sincero se expresa en forma impresa. El tono y la tendencia de los explicadores de antes de la guerra era condescender con Hitler, tratarlo como un fenómeno digno de desprecio, y mucho menos de seria consideración. En lugar de instar a la necesidad de combatir a Hitler, los explicadores de antes de la guerra actuaron como si pudiera ser eliminado con palabras, menospreciado hasta el olvido. Lo disminuyeron hasta el punto en que ni siquiera era un objetivo digno para el antagonismo.

La literatura de posguerra tiende a menospreciar a Hitler de un modo diferente; sabiendo bien lo que hizo, la tendencia es argumentar que no era realmente él, eran las fuerzas más profundas detrás y debajo de él, la ola en la que cabalgaba ... La rara excepción como Gerlich arroja la ausencia de pasión en otros lugares en un relieve descarnado... El odio imprudente pero exquisitamente bien perfeccionado bajo la superficie de la sátira de Gerlich ... era más que un aullido, era una herramienta analítica con filo de navaja que llegaba al corazón de la patología de Hitler antes que nadie, antes de que fuera demasiado tarde, si alguien hubiese escuchado". (Ron Rosenbaum)

Así, Ron Rosenbaum ha encontrado un heroico abanderado en la vida y obra de Fritz Gerlich; pero tiene un problema. Dice que Gerlich fue "impulsado por su obsesión con Hitler de lo racional a lo irracional..." ¿Por qué ve al hombre que realizó tales actos de resistencia periodística contra Hitler, actos que admira tanto, incluso hasta el final, como "irracionales"? Es el problema del "estigma bávaro" al que estoy llegando; sea paciente.

Fritz Gerlich nació protestante y recibió un doctorado en historia en la Universidad de Múnich. En 1923, era una figura respetada e influyente en el movimiento nacionalista y, por lo tanto, fue uno de los primeros partidarios de Hitler. Sin embargo, en la primavera de 1923, recibió un visitante en su apartamento, esa estrella en ascenso de las fuerzas nacionalistas de derecha, el propio Adolf Hitler. Nadie sabe lo que sucedió en esa reunión, pero parece que algo dicho entonces, conectado con las cosas que Hitler hizo más tarde, convirtió a Gerlich en un enemigo implacable. Aparentemente, Gerlich había visto algo, las "dos caras de Adolf Hitler".

Gerlich formó un grupo muy unido de colegas que trabajaron primero en el Munchener Neueste Nachrichten, y luego, con Gerlich en su propio periódico anti-Hitler, Der Gerade Weg. Durante diez años, desde 1923 hasta 1933, este grupo fue el centro más abierto del periodismo anti-Hitler entre los conservadores en Alemania. Los miembros del grupo Gerlich que escaparon del arresto en la redada en el periódico en marzo de 1933 se convirtieron en el núcleo del movimiento anti-Hitler que culminó en el fallido intento de asesinato de Claus von Stauffenberg contra Hitler en julio de 1944. Como se puede adivinar, en ese momento, fueron ejecutados.

Vamos a Rosenbaum ahora para aprender sobre Gerlich y Therese Neumann:


 

© Therese Neumann (1898-1962) 


Pero algo extraño le sucedió a Gerlich y a este pequeño grupo a finales de los años veinte: forjaron una alianza altamente improbable, una que se convirtió en una fuente de la fe que alimentó su valiente campaña contra Hitler. Gerlich y sus amigos se involucraron profundamente con una santa estigmatizada: una mujer bávara muy controvertida, probablemente fraudulenta, pero ampliamente adorada: Therese Neumann. Todavía me parece notable que un historiador escéptico, protestante y racionalista como Gerlich, el sensato editor de un periódico con el ojo de gimlet detrás de las gafas con montura de acero, fuera acogido por esta primitiva mística católica postrada en cama cuya propia iglesia era escéptica ...

Uno de los visitantes (de Teresa), un conservador católico aristocrático, el conde Erwin von Aretin, que sobrevivió para convertirse en el biógrafo de posguerra de Gerlich, se convirtió en creyente. Finalmente, después de repetidas insistencias de sus colegas, el escéptico protestante Gerlich decidió hacer una visita a la estigmatizada. Para sorpresa de casi todos, regresó profundamente impresionado. Más que eso, regresó repetidamente, se vio atraído cada vez más profundamente en el círculo de la campesina, transcribía sus declaraciones visionarias y las traducía en advertencias y profecías sobre la creciente crisis en Alemania... El Dr. Johannes Steiner, colega de Gerlich, retrata a Gerlich primero yendo a Konnersreuth "decidido a desenmascarar cada fraude que encontró ... Si hubiera alguno que encontrar". (Ron Rosenbaum)

Sí, de hecho, el héroe de Rosenbaum estaba conectado con un verdadero "canalizador" en vivo. Rosenbaum, el racionalista, simplemente no puede soportarlo. Continúa con algunos párrafos asegurándonos que Therese Neumann era un fraude, una charlatana, y sin duda fue algo malo en la mente de Gerlich lo que lo llevó a esta tontería, sin importar que continuara haciendo un excelente trabajo, y fue, de hecho, uno de los más valientes de los periodistas que se opusieron a Hitler. Más que esto, parece que el canalizador fue literalmente la inspiración para gran parte del trabajo de Gerlich, ¡y Rosenbaum gira impresionantes ruedas de carro cerebrales tratando de hablar a su manera alrededor de eso! Ahora, ¿cómo puede ser eso? Rosenbaum apenas puede entenderlo.

Da la casualidad de que parece que Therese Neumann NO fue un fraude... Lo que es ciertamente cierto es que Therese Neumann, una canalizadora, fue la inspiración detrás de uno de los periodistas más valientes de Alemania durante los tiempos en que Hitler llegó al poder. Incluso después del asesinato de Gerlich en Dachau, el círculo alrededor de Therese Neumann continuó su participación en la resistencia moralmente significativa a Hitler. Fue la fuente mística de la fuerza de Gerlich la que infundió su incisiva y quirúrgica disección de la mentalidad de Hitler. Y es este legado el que nos ha dejado a todos. A lo largo de la historia, extendiéndose hacia atrás y hacia atrás antes de cualquier registro escrito, la gente obtuvo mucha fuerza de las fuentes místicas. Tales fuentes fueron atacadas con el surgimiento del materialismo. La conexión entre un conocimiento emocional del mundo y un conocimiento intelectual del mundo se rompió. Vivimos bajo las horribles condiciones que son el resultado de esta ruptura. Una gran parte de la humanidad es ahora esclava de su intelecto. El aprehendimiento del mundo a través de las emociones, la intuición, la inspiración, que sugiero que son la base de las experiencias místicas y la canalización genuina van fuera de las estructuras jerárquicas que la mente racional ha construido para encarcelarnos, ya sea la ciencia materialista por un lado o la necesidad de comunicarse con lo divino a través de sacerdotes y otros representantes por otro lado. La conexión directa con lo divino fue asesinada; había que matarlo.

El Dr. Steiner recordó: "Enviaron a su viuda, Sophie, las gafas de Gerlich, todas salpicadas de sangre".

Vivimos -y podemos morir- con este legado.

Laura Knight-Jadczyk

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18 junio 2022

Namibia: El holocausto africano de Alemania

 

         (REUTERS/Christian Mang, 2018)


Otra vergüenza del colonialismo europeo. El genocidio en Namibia

A lo largo de un siglo Alemania se negó ha reconocer el genocidio, negándose a indemnizar a los descendientes de las víctimas ante las protestas de defensores de los derechos humanos y representantes de los pueblos aborígenes de Namibia. Hace más de 100 años, las fuerzas coloniales alemanas en África  asesinaron a más de 70.000 miembros de las tribus herero y nama. Estos hechos sucedieron entre 1904 y 1908 después de que las tribus se rebelaron contra el dominio alemán de la colonia, entonces llamada África Sudoccidental Alemana se conocen como el primer genocidio del siglo XX. 


Namibia formó parte del Imperio Alemán de 1890 a 1915. En 1904, privados de sus tierras y su ganado, los herero se rebelaron contra los colonos alemanes. El genocidio de herero y nama inició el 12 de enero de 1904 tras las tensiones latentes entre los colonos alemanes y los residentes del suroeste de África, un ataque de los herero a los agricultores y comerciantes alemanes en la región de Ovahereroland tenía como objetivo expulsar a los alemanes, pero éstos respondieron al ataque con brutalidad, asesinando a hombres, mujeres y niños.

Las fuerzas alemanas atacaron a los herero que estaban reunidos y buscaban negociar un acuerdo de paz en Omahakari (Waterberg) en el centro de Namibia el 11 de agosto de 1904. Cientos de herero murieron en el acto y muchos de los que escaparon a la región de Omaheke al este fueron perseguidos y asesinados. Un número desconocido de herero perdieron la vida debido a sus esfuerzos por cruzar el Omaheke y huir al Protectorado de Bechuanaland (ahora Botswana).

Los sobrevivientes fueron conducidos al desierto, donde muchos terminaron en campos de concentración para ser utilizados como mano de obra esclava, muchos muriendo de frío, desnutrición y agotamiento.


El general Lothar von Trotha y el kaiser Guillermo II

El gobernador militar de la colonia, Lothar von Trotha, en respuesta al levantamiento de los aborígenes ordenó exterminar las tribus herero y nama. Según diversas estimaciones, entre 70.000 y 80.000 personas fueron víctimas del genocidio (aproximadamente el 50 % o 70 % del total de la población herero, y el 50 % del total de la población namaqua).

El káiser Guillermo II condecoró al gobernador por la represión de la rebelión, pero se distanció a causa de su excesiva crueldad. Bajo el régimen nazi, Von Trotha, fue venerado, se nombró una de las calles de Munich con su nombre. En 2006, ese nombre fue cambiado por calle Herero.

Los huesos humanos de los africanos tenían una gran demanda en Europa a principios del siglo XX. Fueron comprados por museos y científicos, que llevaban a cabo 'experimentos raciales'. Especialmente populares eran los cráneos: mediante el estudio de la estructura de la cabeza, los biólogos de aquella época pretendían encontrar evidencia científica de la superioridad de la raza blanca. A menudo, los restos humanos decoraban las casas de coleccionistas privados.

La mayor parte de los restos de los namibios asesinados por los alemanes fueron almacenados todo el tiempo en la clínica universitaria berlinesa Charité, así como en varios hospitales y museos de Alemania. Solo los depósitos de los museos de Berlín, según cálculos aproximados, pueden contener todavía hasta 11.000 huesos no catalogados.


Prisioneros hereros transportados a campos de concentración. Foto Ullstein Bild


Alemania durante mucho tiempo se negó a reconocer el genocidio. Apenas en 2004 se presentaron disculpas oficiales, insistiendo el Gobierno que las víctimas de las tribus herero y nama no fueron resultado de un acto de genocidio. El termino "genocidio" fue utilizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania en 2015 y posteriormente en documentos oficiales. La responsabilidad en los crímenes por parte de los sacerdotes protestantes también fue reconocida por la Iglesia Evangélica de Alemania.

Alemania se disculpó el 28 de mayo de 2021 por su papel en la masacre de las tribus Herero y Nama en Namibia y describió oficialmente, por primera vez, la masacre como genocidioEl Acuerdo de Reconciliación de Alemania con Namibia reconoce el genocidio en el sentido moral y político contra los pueblos herero y nama en el suroeste de África (Namibia) entre 1904 y 1908, descartado reparaciones económicas a individuos por el genocidio. Es decir, Alemania no retrocedió en su posición de no pagar una compensación a los descendientes de los muertos, insiste en que no existen bases legales internacionales para esto. 

Alemania optó por ayudas económicas para el desarrollo de Namibia, dice haber invertido cientos de millones de euros en Namibia desde su independencia de Sudáfrica en 1990; además, se comprometió financiar proyectos en Namibia por más de mil millones de euros durante 30 años, con ello pretende expiar su rol en el genocidio y la incautación de propiedades en su ex colonia

Alemania no quiere sentar un precedente legal para pagar reparaciones que podrían requerir que el gobierno alemán proporcione una compensación financiera a las víctimas de sus políticas coloniales y poscoloniales. El acuerdo con Namibia puede ser un precedente para futuras negociaciones con las antiguas colonias francesa, británica y portuguesa en África.

El vicepresidente namibio, Nangolo Mbumba, destacó que "Ninguna cantidad de dinero en ninguna moneda puede realmente compensar la vida de un ser humano", tras concluir años de negociaciones con Alemania en mayo del 2021

"No creo que ningún namibio piense que el dinero es suficiente para compensar todo lo que sucedió: ser asesinado, ser expulsado de su país; ninguna cantidad de dinero puede hacer eso".

T. Andino
Resumen de varios textos y notas de prensa 

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Namibia: El holocausto africano de Alemania


Cráneos humanos de los herero y de la etnia nama fueron exhibidos durante una ceremonia en Berlín el 29 de agosto de 2018, para devolver restos humanos de Alemania a Namibia tras el genocidio de 1904-1908. (REUTERS/Christian Mang)


por: Andre Vltchek
septiembre 2014

André Vltchek, novelista, cineasta y periodista de investigación. Cubrió guerras y conflictos en docenas de países. Su último libro: "Luchando contra el imperialismo occidental". Debatió con Noam Chomsky sobre el terrorismo occidental. Su aclamada novela política "Point of No Return" ha sido reeditada. Su largometraje documental, "Gambito de Ruanda" trata sobre la historia de Ruanda y el saqueo de la República Democrática del Congo.


[H] ¡Qué desgarrador, qué desgarrador, qué verdaderamente grotesco! Windhoek City, la capital de Namibia, está, en un extremo, llena de flores y villas de estilo mediterráneo, y en el otro, no es más que un tremendo barrio pobre sin agua ni electricidad. Y en el medio, está el centro de la ciudad, con su toque ordenado germánico, que cuenta con "arquitectura colonial", incluidas iglesias protestantes y placas conmemorativas que lloran a esos valientes hombres, mujeres y niños alemanes, esos mártires, que murieron durante los levantamientos y las guerras llevadas a cabo por los pueblos indígenas locales.


Iglesia alemana con representación racista de la historia, Fidel Castro Street (foto de Andre Vltchek)


El más divisivo y absurdo de esos monumentos es el llamado "Monumento Ecuestre", más comúnmente conocido como "El Caballo" o bajo sus nombres originales alemanes, Reiterdenkmal y Südwester Reiter (Jinete del Suroeste). Es una estatua inaugurada el 27 de enero de 1912, que fue el cumpleaños del emperador alemán Guillermo II. El monumento "honra a los soldados y civiles que murieron en el lado alemán de la 'Guerra' Herero y Namaqua de 1904-1907".

Esa "guerra" no fue realmente una guerra; no fue más que un genocidio, un holocausto.

Y Namibia fue un preludio de lo que los nazis alemanes más tarde intentaron implementar en suelo europeo.

Una experta europea que trabaja para la ONU, mi amiga, habla, como casi todos aquí, apasionadamente, pero sin atreverse a revelar su nombre: "Los primeros campos de concentración en la tierra se construyeron en esta parte de África ... Fueron construidos por el Imperio Británico en Sudáfrica y por los alemanes aquí, en Namibia. Shark Island en la costa fue el primer campo de concentración en Namibia, utilizado para asesinar al pueblo Nama, pero ahora es solo un destino turístico: nunca adivinarías que había personas exterminadas allí. Aquí, en el centro de Windhoek, había otro campo de exterminio; justo en el lugar donde originalmente se encontraba "El Caballo".



El Caballo y los turistas alemanes. (foto Andre Vltchek)


"El Caballo" fue retirado recientemente de su ubicación original, y colocado en el patio del antiguo ala del Museo Nacional, junto con algunas de las placas conmemorativas más escandalosas, glorificando las acciones alemanas en esta parte del mundo. Nada fue destruido, sino simplemente quitado de las ubicaciones principales.

Donde estaba "El Caballo", ahora hay una orgullosa estatua anticolonialista, la de un hombre y una mujer con grilletes rotos, que declara: "Su sangre riega nuestra libertad".

Una visita a esas reliquias genocidas alemanas es "una necesidad absoluta" para innumerables turistas centroeuropeos que descienden todos los días a Namibia. Seguí a varios de estos grupos, escuchando sus conversaciones. Entre estas personas, parece que no hay remordimiento, y casi no hay examen de conciencia: ¡solo instantáneas, posando frente a los monumentos e insignias racistas, bromas al estilo pub / cerveza en lugares donde culturas y naciones enteras fueron exterminadas!

Los turistas centroeuropeos, de habla alemana en Windhoek, parecen estar lobotomizados y totalmente sin emociones. Y también lo son muchos de los descendientes de aquellos "pioneros genocidas" alemanes. Encontrarlos es como un déjà vu; me trae recuerdos de los años en que luchaba contra la colonia nazi alemana, 'Colonia Dignidad' en Chile; o cuando investigaba las atrocidades y vínculos de la comunidad nazi alemana en Paraguay con varios regímenes fascistas sudamericanos que habían sido implantados y mantenidos por Occidente.

Y ahora la comunidad alemana en Namibia está protestando por la eliminación de "El Caballo". Está indignado. Y esta comunidad sigue siendo poderosa, incluso omnipotente, aquí en Namibia.

Casi nadie llama holocausto o genocidio a los "eventos" que tuvieron lugar aquí, por sus nombres legítimos. Todo en Namibia es "sensible".

Pero incluso según la BBC: "En 1985, un informe de la ONU clasificó los eventos como un intento de exterminar a los pueblos herero y nama del suroeste de África y, por lo tanto, el primer intento de genocidio en el siglo 20".

El 21 de octubre de 2012, The Globe and Mail informó: "En los arbustos y matorrales del centro de Namibia, los descendientes de los herero sobrevivientes viven en chozas miserables y pequeñas parcelas de tierra. Al lado, los descendientes de los colonos alemanes todavía poseen vastas propiedades de 20.000 hectáreas o más. Es un contraste que enfurece a muchos herero, alimentando un nuevo radicalismo aquí.

Cada año, los herero celebran ceremonias solemnes para recordar el primer genocidio del siglo más sangriento de la historia, cuando las tropas alemanas los llevaron al desierto para morir, aniquilando al 80 por ciento de su población a través del hambre, la sed y el trabajo esclavo en los campos de concentración. Los Nama, un grupo étnico más pequeño, perdieron la mitad de su población por la misma persecución.

Una nueva investigación sugiere que el genocidio racial alemán en Namibia de 1904 a 1908 fue una influencia significativa en los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Muchos de los elementos clave de la ideología nazi, desde la ciencia racial y la eugenesia, hasta la teoría del Lebensraum (crear un "espacio vital" a través de la colonización), fueron promovidos por veteranos militares y científicos alemanes que habían comenzado sus carreras en áfrica del sudoeste, ahora Namibia, durante el genocidio".


Así es como vive la mayoría de los namibios. (foto Andre Vltchek)


El gobierno de Namibia todavía está negociando el regreso (de Alemania) de todos los cráneos de la población local, que fueron utilizados en laboratorios alemanes y por científicos alemanes para demostrar la superioridad de la raza blanca. Los colonialistas alemanes decapitaron a los herero y nama, y al menos 300 cabezas fueron transportadas a laboratorios alemanes para "investigación científica". Muchos fueron "descubiertos" en el Museo de Historia Médica del hospital Charite de Berlín y en la Universidad de Friburgo.


"Para aquellos alemanes que murieron por el 'Reich' "(foto Andre Vltchek).


El principal médico alemán, que estaba trabajando en "la doctrina de la raza pura" en Namibia (la doctrina utilizada más tarde por los nazis), era el doctor Fisher. Él "educó" a muchos médicos alemanes, incluido el doctor MengeleTodo es una sorpresa muy pequeña, teniendo en cuenta que el primer gobernador alemán de la colonia fue el padre del diputado de Hitler, Herman Goering.

Hasta 2021 Alemania nunca se disculpó oficialmente por sus crímenes contra la humanidad en lo que solía llamar África sudoccidental alemana. No pagó reparaciones.

El holocausto de Alemania en el "África sudoccidental" es, entre otras cosas, una prueba de que la teoría occidental común sobre cómo el nazismo alemán llegó a existir antes de la Segunda Guerra Mundial estaba totalmente equivocada. Según esa teoría, después de la Primera Guerra Mundial, la derrotada y humillada Alemania se radicalizó y "reaccionó" monstruosamente a su condición.

Pero en realidad, antes y durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania simplemente decidió comportarse en Europa exactamente como se estaba comportando en sus colonias, durante muchas décadas.

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En las calles Robert Mugabe y Fidel Castro en el centro de Windhoek se encuentra ese tremendo Museo Nacional, que conmemora la lucha de liberación nacional y el papel de las heroicas tropas cubanas y norcoreanas en su lucha contra el apartheid apoyado por Occidente.


"Su sangre riega nuestra libertad". (foto Andre Vltchek)


Curiosamente, los monumentos e insignias alemanes anteriores a los nazis / Segunda Guerra Mundial literalmente se frotan los hombros junto con esos grandes tributos de la lucha de liberación.

Las divisiones son impactantes: ideológicas, raciales, sociales. En Namibia, hay segregación a una escala enorme, en todas partes.

Mientras que la vecina Sudáfrica se está alejando rápidamente de la segregación racial, introduciendo innumerables políticas sociales, incluida la atención médica gratuita, la educación y la vivienda social, Namibia sigue siendo uno de los países más segregados del mundo, con grandes servicios privados para los ricos y casi nada para la mayoría pobre.

"El apartheid fue aún peor aquí que en Sudáfrica", me dice mi amigo de las Naciones Unidas. "Y hasta ahora ... Vas a Katutura, y ves quién vive allí, todos son gente local allí, todos negros. Katutura significa literalmente 'No tenemos dónde quedarnos'. El 50% de las personas en esta ciudad defecan al aire libre. El saneamiento es totalmente desastroso. Luego vas a la ciudad de Swakop, en la orilla, y es como ver a Alemania recreada en África. También se ven, allí, tiendas con recuerdos nazis. Algunos nazis, que escaparon de Europa, llegaron a Windhoek, a Swakop y otras ciudades. En Swakop, los hombres marchan periódicamente, en réplicas de uniformes nazis".

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Katutura es donde los negros fueron trasladados, durante el apartheid. Mi amigo, un namibio "de color", que luchó por la independencia de su propio país y de Angola, me llevó a ese escandaloso barrio marginal que parece albergar a una cantidad sustancial de la población de la capital, sin acceso en su mayoría a saneamiento básico o electricidad.


Tren blindado sudafricano de la era del apartheid en Namibia. (foto Andre Vltchek)


También ha optado por permanecer en el anonimato, como ha explicado, para proteger a su encantadora familia. Hablar aquí, a diferencia de Sudáfrica, que puede, en estos días, ser uno de los lugares más libres y abiertos de la tierra, puede ser extremadamente peligroso. Pero aclara más:

"En Namibia, es muy raro que las personas que solían sufrir, hablen de ello públicamente. En Sudáfrica, todo el mundo habla. En Angola, todo el mundo habla... Pero aquí no".

Luego continúa:

"Lo que podemos ver en Namibia es que muchos alemanes todavía tienen el control de las grandes empresas. Están gobernando el país. Tienen granjas de caza y otras grandes fincas y empresas. Los alemanes traen dinero a Namibia, pero se queda con ellos y consolida su poder: no llega a la mayoría. Ni siquiera se puede imaginar cuánto está sufriendo la gente local que trabaja en sus granjas. Sigue siendo como la esclavitud. Pero todo está silenciado aquí".


Conmemorando las batallas populares por la independencia. (foto Andre Vltchek)

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"¿Sprechen Sie Deutch?" Un hombre negro namibio me intercepta, mientras caminaba por la calle Fidel Castro.

"Lo hago, pero prefiero no hacerlo, aquí", explico.

"¿Pero por qué no?" Me sonríe. "Sabes ... no son solo ellos... alemanes... crecí; fui educado en Alemania Oriental durante nuestra lucha por la independencia. Y mi amigo que ves allí, fue trasladado a Checoslovaquia y fue a la escuela allí. Los países comunistas hicieron mucho por nosotros, por los africanos: Cuba, Corea del Norte, La Unión Soviética, Checoslovaquia y Alemania Oriental. ¡Estamos muy agradecidos!"

"Sí", digo. "Pero se acabó, ¿no? Checoslovaquia, Alemania Oriental... Se unieron a los imperialistas, a los gobernantes. Intercambiaron ideales por iPads".

"Sí", dijo. "Pero un día ... Quién sabe... las cosas podrían ser diferentes, de nuevo".

Sí, definitivamente, creo. Pero lo más probable es que no en Europa...

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En el nuevo y lujoso Museo Nacional de Windhoek, saludo a los combatientes namibios y extranjeros contra el apartheid, aquellos que lucharon y murieron por la libertad y la independencia de África.


Cuba y Corea del Norte luchando por la libertad de Namibia. (foto Andre Vltchek)


Luego, descendí ir al "Instituto Goethe", el centro cultural alemán, un edificio colonial rodeado de alambre de púas.

Allí, una estrella local está ensayando en voz alta para algo llamado "una noche bajo las estrellas", o algo de esa naturaleza pop sentimental y azucarada. Estas son básicamente noches diseñadas para reunir a la multitud internacional mimada y esas élites locales que se sienten bien con la vida.

Le pregunto a la estrella si este instituto está tratando de abordar los problemas más dolorosos del pasado y del presente, todos relacionados con Alemania, por supuesto. Es negra pero habla y se comporta como una alemana. Ella me da una sonrisa enorme y prefabricada:

"En Goethe no queremos eso... Estamos tratando de alejarnos de todo esto (es decir, de los problemas coloniales y de segregación). Solo estamos tratando de reunir a alemanes y namibios, ya sabes..."

Más tarde miro a los namibios que están siendo reunidos con los alemanes. No Katutura aquí, naturalmente...

Y por alguna razón, lo que me vino a la mente es una conversación que tuve, por teléfono, hace muchos años, con uno de los editores de la revista alemana, Der Stern, después de que le ofreciera mis hallazgos y fotos de la Colonia Dignidad nazi en Chile. Él dijo: "¡Oh, Colonia Dignidad! ¡Jajaja! Nunca más, ja?"

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Una noche comí en el restaurante angoleño/portugués en Windhoek, O Portuga; una institución conocida por su excelente comida y multitud mixta. ¡Qué noche, qué lugar! Después de la cena, me sumerjo en el 'Andy's Bar' alemán, un lugar cercano que me describieron como "Una institución, a la que ni siquiera un negro o una persona de color de las embajadas o de la ONU se atrevería a entrar".

La cerveza es plana, pero la conversación de la multitud local es extremadamente "aguda". Los clientes están dando libremente a los namibios negros nombres de animales de granja locales. Su rencor es abierto y sincero. Escucho, entiendo. Finalmente me voy.

Tomo un taxi, conducido por un corpulento hombre negro. La radio está a todo volumen y escucho la letra socialista y antiimperialista de 'Ndilimani', una brillante banda política local. Ya es más allá de la medianoche, y a pesar de las advertencias de todos esos "alemanes bien intencionados" que conocí en Windhoek, me siento mucho más seguro en este taxi que en Andy's Bar y en tantas otras instituciones similares.

"¿Está este país realmente gobernado por el marxista SWAPO?" Me pregunto en voz alta. "De ninguna manera", señala el conductor hacia atrás, hacia el bar. " ´Ellos´ nunca se fueron. Siguen controlando el país. La revolución no ha terminado".

Le digo que estoy empezando a entender lo que enloqueció y enojó a Robert Mugabe en Zimbabue. El conductor asiente. Empujo mi asiento hacia atrás y lo hago reclinarse.

"Está todo jodido", le digo.

El conductor piensa un rato, pero luego responde, usando casi las mismas palabras que el hombre que me habló en la calle Fidel Castro: "¡Sí, hermano, sí! Pero un día... Quién sabe... las cosas podrían ser diferentes, de nuevo".


La lucha de SWAPO por la libertad. "South West Africa People’s Organisation" - Organización Popular del Suroeste de África, es un partido político y antiguo movimiento independentista en Namibia (foto Andre Vltchek)


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