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16 junio 2020

La revolución de color finalmente está en casa



     Foto cortesía de Miami Diario

Introducción del editor del blog.
Selección de varios artículos


Antes de dar revista al punto central de esta entrega, es necesario un análisis previo y resumido del tema de actualidad, las protestas en los Estados Unidos contra el racismo. 

Ha llamado la atención internacional una declaración del actual presidente de Irak, Barham Salih, de origen kurdo y político miembro del partido Unión Patriótica del Kurdistán. Hace algunos días en una conferencia de prensa, con mucha ironía, expresó: “Vamos a llevar la democracia a Estados Unidos”, dejando en claro que sería una “intervención pacífica” de la tierra dirigida por el presidente Trump. "Hay que liberar a ese pueblo, no podemos quedarnos impasibles”, insistió Salih ante la sonrisa de los asistentes, "invadir Estados Unidos es lo que haría Estados Unidos". Fuera de las irónicas expresiones manifestó estar horrorizado por las “terribles imágenes de violencia y brutalidad policial” en Estados Unidos y que han sido conocidas en su país a través de las redes sociales.

Por otro lado, citando al internacionalista francés Thierry Meyssan, "Ya no se trata de luchar por la igualdad de derechos para todos, ni de ‎cuestionar los prejuicios de ciertos policías sino de reabrir un verdadero conflicto ‎cultural, lo cual implica el riesgo de hacer estallar una nueva Guerra de Secesión".‎

Se aprecia no solo manifestaciones dirigidas contra el racismo, también contra los ‎símbolos de la historia del país (La Guardia Nacional se movilizó para proteger ‎monumentos), esto ha traspasado fronteras. 

En los Estados Unidos se aprecia claramente un reagrupamiento geográfico conforme la afinidad cultural, un fenómeno percibido desde varias décadas, eso es una mala señal. "La ‎integridad de Estados Unidos estaría en peligro cuando otras minorías, aparte de los negros, ‎se unieran al movimiento de protesta.‎ Eso es precisamente lo que hoy estamos viendo. El conflicto ya no es de blancos contra negros ‎ya que los blancos se han hecho mayoritarios en ciertas manifestaciones antirracistas y visto ‎el hecho que hispanos y asiáticos se han unido a las marchas y que el Partido Demócrata ahora ‎se implica en ellas". ‎

Trump ganó la presidencia al ofrecer una vía alternativa, bajo ‎el lema "America First!", que no es nada nueva, el "sueño americano", es decir, la vía del ‎empresariado contrario al mundo de las altas finanzas, repatriar las  grandes ‎transnacionales al país para fortalecer el empleo en casa. Detractores de Trump, como el general James Mattis, ex secretario de Defensa, afirman que la política de ‎Trump agrava la división en vez de unir.
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Históricamente no es tan cierto que la "Guerra de Secesión" (1861-1865), ‎usada como referencia por los manifestantes de hoy, haya sido un enfrentamiento del sur esclavista y el norte humanista. La actual protesta inicia de un acto racista –el linchamiento de George Floyd por un policía blanco en ‎Minneapolis– está dando lugar a la destrucción de estatuas de generales sudistas, como Robert ‎Lee, y eso también ha ocurrido en otros países, pero en los Estados Unidos tiene mayor importancia por la participación de varios gobernadores del Partido ‎Demócrata. 

Ralph Northam, gobernador de Virginia por el Partido Demócrata, "anunció el ‎desmantelamiento de una célebre estatua del general sudista Robert Lee, a pedido de ‎manifestantes blancos. Ya no se trata de luchar contra el racismo sino de destruir los símbolos ‎de la unidad del país" (Nota de la red Voltaire).
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Hay que dejar aclarado que en la "Guerra de Secesión" los dos bandos ‎eran esclavistas y los dos bandos terminaron siendo antiesclavistas. "El fin del esclavismo no fue un ‎logro de los abolicionistas. Simplemente, ambos bandos necesitaban más soldados para enviarlos ‎al frente". ‎

Conforme estudia el caso, Meyssan concuerda que la guerra de secesión enfrentó al sur agrícola, católico y rico contra el norte industrial, ‎protestante y ansioso de riqueza. El conflicto se cristalizó alrededor de la cuestión de los ‎derechos de aduana –los sudistas estimaban que cada Estado debía establecer sus derechos de ‎aduana pero los nordistas querían abolirlos entre los Estados y dejar su control en manos del ‎gobierno federal. 
Hoy, la eliminación de símbolos sudistas, vistos como restos del esclavismo provoca que, ‎en realidad, se rechace la visión sudista de la Unión. "Es particularmente injusto ‎arremeter contra la memoria del general Robert Lee, quien puso fin a la Guerra de Secesión ‎al rechazar la adopción de una táctica de acciones de guerrillas para proseguir el conflicto desde ‎las montañas y optó por la unidad nacional".
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"Hoy en día, las antiguas nociones estadounidenses de norte y sur ya no corresponden a ‎realidades geográficas. Sería más apropiado hablar de Dallas contra Nueva York y Los Angeles. ‎No es posible escoger sólo los aspectos considerados positivos en la historias de un país y destruir ‎todo lo que se considera “malo” sin cuestionar todo lo construido".
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Richard Nixon, en las elecciones de 1968, tuvo un eslogan: "Law and Order" (Ley y Orden), y al invocarlo "Trump no predica el odio racista, como afirman numerosos ‎comentaristas, sino que vuelve al pensamiento del autor de ese eslogan. Trump no está interesado en provocar la disgregación de Estados Unidos sino en hacer ‎volver el país al pensamiento de Andrew Jackson, contrario al predominio del mundo de la ‎finanza". 
Muy pocos como Thierry Meyssan reflexionan sobre los siguiente: 

"Donald Trump se ve en la situación que vivió el soviético Mijaíl Gorbachov a ‎finales de los años 1980. La economía de su país –no la finanza– está en evidente declive desde hace ‎décadas, pero sus conciudadanos se niegan a reconocer las consecuencias de ese declive. Estados Unidos sólo puede sobrevivir si se fija nuevos objetivos. Pero ‎ese tipo de cambio se hace especialmente difícil en periodo de recesión. ‎El problema de la URSS era diferente, pero la situación es la misma. Gorbachov fracasó y la URSS ‎se derrumbó. Sería sorprendente que el próximo presidente de Estados Unidos, sea quien sea, ‎lograra preservar la unidad nacional. 



Las manifestaciones en Estados Unidos ya no están dirigidas contra el racismo sino contra los ‎símbolos de la historia del país. La Guardia Nacional fue desplegada para proteger ‎monumentos. Aquí la vemos, el 2 de junio de 2020, en el Lincoln Memorial de Washington (Nota de la red Voltaire). 


Paradójicamente, Donald Trump se aferra al ´American Dream´, el célebre ´Sueño ‎Americano´, la posibilidad de “hacer fortuna”, en una sociedad estadounidense estancada, donde ‎la clase media está en vías de desaparición y en momentos en que los nuevos inmigrantes ya ‎no son europeos. Frente a él, sus opositores –la Fed, Wall Street y Silicon Valley– proponen un ‎nuevo modelo, pero en detrimento de las masas". ‎


*****

Es momento de leer un punto de vista diferente, una visión, hasta cierto punto "real", del como ciertos sectores europeos miran en perspectiva la crisis identataria de la Unión Americana. Desde Serbia, Dragana Trifković nos presenta un interesante artículo: "Драгана Трифковић: Обојена револуција се вратила кући", traducido al inglés para el sitio web Sott como "The Color Revolution is Finally Home" (La revolución del color finalmente está en casa), de ésta última website (versión en inglés) hemos traducido al castellano.

Dragana Trifković, autora del siguiente artículo, es Directora del Centro de Estudios Geoestratégicos en Belgrado, Serbia.


Protestas en la Casa Blanca tras el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd.

La revolución del color finalmente está en casa

por Dragana Trifković
stanjestvari com / Sott net


Cuando los liberales pro-occidentales piensan en Occidente, generalmente piensan en democracia, libertad de expresión y derechos humanos. Oriente, por otro lado, les hace pensar en la dictadura y la represión. Generan conceptos erróneos sobre la base de informes y propaganda de los medios que han sido difundidos por los medios mundiales durante décadas. Si les preguntas qué piensan acerca de la aplicación de la democracia por las bombas, no tendrán una respuesta a esa pregunta.

Su tema favorito son los gulags soviéticos, aunque saben poco sobre ellos. El símbolo de la dictadura comunista es Stalin, y si les preguntas sobre el sangriento Lenin, solo escucharás cosas buenas sobre él.



Prensa occidental sobre Vladimir Putin


No pueden soportar a Putin e inmediatamente tienen un colapso nervioso cuando se menciona su nombre. Es muy difícil hablar con ellos, especialmente si son demasiado celosos, y en la mayoría de los casos lo son.

Son particularmente intolerantes con los argumentos directos. La democracia estadounidense es su modelo indiscutible y debe implementarse en todas partes. Sin embargo, ya nada va bien allí, ya que la democracia acaba de explotar en Estados Unidos. En el sentido literal de la palabra. Eso no me hace feliz en absoluto. Sé que el establecimiento estadounidense, además de bombardear la mitad del mundo, incluido mi país, ha destruido su propio estado. Y todo esto bajo el lema de la llamada lucha por los derechos humanos.

Pero la doctrina es una cosa, las estadísticas otra muy distinta...

Estados Unidos ha gastado mucho dinero en guerras en las últimas décadas. Todos los contribuyentes estadounidenses han contribuido para que el ejército estadounidense pueda lanzar bombas en algún lugar del mundo. La cantidad en cuestión no es fácil de determinar, pero según una investigación realizada por el Instituto Watson para Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown, Estados Unidos ha gastado $ 6,4 billones solo para financiar guerras desde el 11 de septiembre de 2001 y la declaración de la guerra contra el terrorismo. Su conclusión es que las guerras han estado acompañadas de violaciones de los derechos humanos y las libertades civiles, tanto en los Estados Unidos como en el extranjero.

Julian Assange también ha informado al mundo acerca de esto, publicando archivos completos de varios documentos oficiales y comunicaciones en su sitio web Wikileaks. Bueno, por mostrarle al mundo la verdad sobre el asesinato de civiles y periodistas en Afganistán e Irak, recibió el Premio Nobel de la Paz. Oh no, espera, el Premio Nobel de la Paz fue otorgado a Obama, quien continuó las viejas guerras y comenzó otras nuevas en el Medio Oriente. Y, por cierto, él también es conocido por matar personas con drones. ¿Quizás es por eso que recibió el Premio Nobel de la Paz? Pero, ¿por qué se le llama "premio de la paz"? Estoy haciendo preguntas estúpidas de nuevo.


Premio Nobel de la paz para Obama (2015)
Un premio Nobel de la paz antes de ver qué acciones militares tomaría o no. ¿Acción afirmativa?


Y Ed Snowden fue quien reveló al mundo que los servicios de inteligencia estadounidenses escuchaban a sus ciudadanos y recopilaban datos sobre ellos sin autorización. Además de eso, están encarcelando rutinariamente a denunciantes sin juicio ni evidencia. Bueno, este es realmente el epítome de la democracia. Snowden fue promovido para tal divulgación. Oh no, espera, Snowden tuvo que huir de los Estados Unidos. ¿Y sabes dónde? ¡Huyó al país del dictador Putin!

Algo me dice que las cosas no están muy claras. En el pasado, los disidentes solían huir de Oriente a Occidente, ¿y ahora están haciendo exactamente lo contrario? Parecen no tener ninguna comprensión de la democracia en absoluto.

Al mismo tiempo, nadie les pidió a Assange y Snowden que revelaran secretos tan inquietantes al mundo y que molestaran a los liberales con los hechos concretos e irrefutables sobre la democracia estadounidense. ¿Quién les dio ese derecho? Pero espera un minuto, se supone que todos tienen esos derechos en una democracia, ¿verdad? ¿Y todos tienen derecho a saber la verdad? Quizás no, si la verdad "no es lo suficientemente buena" para escuchar.



Edward Snowden.


Volvamos a esos gulags soviéticos, las prisiones rusas y chinas. Quizás podamos aprender de ellos. Muy a menudo vemos en la televisión a esos enormes tipos de OMON (Unidades especiales de la policía rusa) tirando manifestantes en camionetas. Para los liberales, esta es la principal prueba de que la represión gobierna en Rusia. Traté de explicarle a un amigo liberal que los manifestantes están violando la ley porque a menudo no han pedido autorización para las manifestaciones, y en Rusia no está permitido violar la ley. Me dijo que yo era un agente del Kremlin y que él no escucharía mi propaganda. Solo me reí, lo que hizo que me odiara aún más.

Pero todavía tenía una conciencia culpable porque no lo había molestado lo suficiente. Entonces me fui a casa y me puse a trabajar. Encontré un sitio en Internet que publica análisis del número de prisioneros en diferentes países. Para no ponerlo en la posición de acusarme de difundir propaganda pro-rusa, encontré datos de investigación publicado por el Instituto de Investigación de Política Criminal de la Universidad de Londres. ¿Y adivina qué país tiene más prisioneros, per cápita, en el mundo? Sí, lo has adivinado, ese bastión de la democracia: los Estados Unidos. Hay más de dos millones, doscientas mil personas (2.200,000) en las cárceles estadounidenses. ¿Y sabes cuántos hay en el 'gulag' en Rusia? ¡Más de cuatro veces menos! Por supuesto, Estados Unidos tiene más habitantes, por lo que, en términos porcentuales, Estados Unidos tiene el doble de prisioneros per cápita que Rusia.

Video

Prison Overcrowding in the United States Documentary


Grabé debidamente todos los datos, copié los enlaces y envié un mensaje a este amigo liberal diciéndole que lamentaba tratar de convencerlo con propaganda rusa ordinaria, así que me sentí obligado a proporcionarle datos más precisos de fuentes occidentales. El nunca me respondió.

Por la dignidad

Sucede que, el mismo día, comenzaron las protestas en los Estados Unidos. Vi ese video aterrador de un policía sosteniendo una rodilla en el cuello de un hombre que gime porque no puede respirar. Ni siquiera se resistió al arresto; en el video me pareció que estaba en un estado alcohólico y apenas podía moverse, arrastrando las piernas detrás de él. El oficial de policía lo tiró al suelo y le puso la rodilla en el cuello. Perdió el conocimiento y murió poco después. Brutal.

Este evento desencadenó una serie de protestas en más de 150 ciudades de los Estados Unidos.

La razón fue la represión policial excesiva, que no es nueva en los Estados Unidos. A modo de comparación, en 2015, cuando el presidente de Estados Unidos fue Barack Obama, de acuerdo con los británicos The Guardian 's análisis, en los primeros 24 días de 2015, más personas fueron asesinadas por la policía americana (59) que en el Reino Unido durante 24 años (54). El movimiento Black Lives Matter, que lidera las protestas actuales en muchas ciudades estadounidenses, surgió por primera vez en 2012, momento en el que Barack Obama estaba al mando de los Estados Unidos, tras el asesinato de un adolescente afroamericano (Trayvon Martin) y un aumento de las tensiones raciales. El asesinato ocurrió cuando un estadounidense armado, George Zimmerman, un "coordinador de vigilancia vecinal" para una comunidad residencial cerrada, sospechó que el adolescente estaba involucrado en actividades delictivas, lo confrontó y luego le disparó fatalmente. La "guardia civil" de la que formó parte Zimmerman está compuesta por miembros de comunidades locales que se organizan para proteger a su comunidad contra robos.

Estos hechos indican varias cosas. La primera es que la seguridad de los ciudadanos estadounidenses no está en un nivel satisfactorio si los ciudadanos tienen que organizarse en patrullas. La segunda cosa a tener en cuenta es que esta es una sociedad en la que hay un alto nivel de tensión y, posiblemente, intolerancia racial. Lo tercero es que el sistema de justicia estadounidense no cumple con las expectativas de los ciudadanos, como lo demostró el epílogo judicial del caso (Zimmerman fue declarado no culpable de asesinato sobre la base de que mató a Martin en defensa propia), pero hay muchos Otros ejemplos. El cuarto y último punto es el énfasis en el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía estadounidense. Todos pueden estar de acuerdo en que, para un país que se supone que es considerado como EL modelo de democracia, un modelo deseado para todo el mundo y un país que se ha declarado como el árbitro de la justicia en todo el mundo, llamado a proteger el los derechos humanos de toda la humanidad, etc., sus ciudadanos, actuando a título oficial o de otra manera, simplemente usan demasiada fuerza. Resulta que este país ni siquiera está en condiciones de 'proteger los derechos humanos' en su propio suelo.


Mural de George Floyd. Black Lives Matter cree que los negros en los Estados Unidos son discriminados y que el 'racismo sistémico' se perpetúa en ese país.


La insatisfacción de los ciudadanos estadounidenses se ha convertido en una violencia aún peor, con las protestas actuales que toman la forma de guerras callejeras reales en algunas ciudades. En lugar de mostrar dignidad buscando justicia por el asesinato de George Floyd, muchos aprovecharon el momento para romper los escaparates, robar bolsos Louis Vuitton, relojes Rolex, zapatillas Nike y nuevos chándales. Al hacerlo, generaron dudas sobre sus intenciones y profundizaron los problemas que enfrenta la sociedad.

El problema en la sociedad estadounidense es el uso del estereotipo de los afroamericanos, que se basa en motivos racistas. En los Estados Unidos, hay un sitio web que se especializa en estadísticas sobre el riesgo de muerte durante las intervenciones policiales. Según los datos en ese sitio web, de 2012 a 2018, la policía mató a un promedio de 2.8 personas por día. Los negros están en mayor riesgo y, según las estadísticas de ese período, fueron asesinados 2.4 afroamericanos, 1.2 hispanos y 0.7 blancos.
(Nota / Comentario: La autora ha descuidado contextualizar esos datos dentro de datos más amplios sobre la tasa de encuentros policiales, que es proporcionalmente mayor para los negros. Un error comprensible, dada la racialización del problema real, correctamente definido por la autora como "represión policial excesiva", por BLM y los medios de comunicación - Nota de Sott en inglés).

A las acciones de protesta en los Estados Unidos se unieron miembros de la organización extremista ANTIFA, que causó disturbios y conflictos en algunas ciudades. Además del conflicto con la policía, muchos negocios fueron destruidos y saqueados, se causaron grandes daños materiales y se provocaron incendios en algunas ciudades. Tales eventos han agravado aún más la situación económica, que ya había sufrido un duro golpe como resultado de las medidas de emergencia implementadas debido a la pandemia de coronavirus. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que iniciará un procedimiento para incluir ANTIFA en la lista oficial de organizaciones terroristas de los Estados Unidos.

Es obvio que existe una grieta profunda y grave en la sociedad estadounidense y que las dos partes opuestas están entrando en un conflicto creciente, utilizando todos los medios posibles a su disposición. Las elecciones presidenciales en los Estados Unidos se celebrarán a principios de noviembre de este año, en las que el actual presidente Donald Trump luchará por un nuevo mandato. Esta es la razón principal por la cual ANTIFA, que está comprometida con las estructuras del 'Estado Profundo', ha organizado provocaciones con el objetivo de desatar la mayor cantidad de disturbios posible en los Estados Unidos.
(Nota / Comentario: No del todo. Antifa y los extremistas aliados del SJW quieren una 'revolución total', una revisión sistémica de 'desgarrar y reconstruir desde las cenizas' al estilo de 1917. Las figuras del Establecimiento del Partido Demócrata, los medios y la 'comunidad de inteligencia' piensan que pueden usar a esos idiotas para expulsar a Trump y / o alejar a los votantes de él en noviembre. * SJW son las iniciales de "Social Justice Warrior", se utiliza en sentido peyorativo para toda persona que promueve la defensa de todo aquello que se puede considerar como posturas socialmente catalogadas como progresistas. Nota de Sott en inglés y del editor de este blog)

Maidan para Donald

Detrás de los titulares, se está produciendo un conflicto aún mayor entre, por un lado, las estructuras liberales basadas en la adhesión al sistema estadounidense del Estado Profundo (políticos liberales de ambos partidos, la mayoría de la élite de Hollywood, los principales medios de comunicación, banqueros, etc.), y por otro lado, las estructuras conservadoras y patrióticas (políticos conservadores de ambos partidos, el sector de seguridad militar, empresarios, personas orientadas a la familia, etc.). Esta lucha ha estado en curso desde que Donald Trump asumió como presidente de los Estados Unidos, y durante los últimos cuatro años, dependiendo de su perspectiva, ha estado tratando de cambiar el sistema o evitar que siga cambiando.

El 'pantano' estadounidense no pudo ser drenado en un solo término, por lo que él y sus partidarios argumentarían que su trabajo acaba de comenzar. Sin embargo, la reelección de Trump sería un gran peligro para el orden liberal, y es por eso que lo que está sucediendo actualmente en los Estados Unidos es un claro ejemplo de la organización de un golpe de estado contra políticos indeseables que no encajan en la agenda de las estructuras liberales.

Por otro lado, el uso excesivo de la fuerza por parte de las estructuras de seguridad militar contra los manifestantes es precisamente el apalancamiento que usa Estados Unidos para interferir en los asuntos internos de otros países. ¿Podría Rusia ahora, por ejemplo, tomar medidas internacionales para proteger los derechos humanos de los manifestantes en los Estados Unidos? Probablemente sería apoyado por Venezuela, Siria, Irán, China y quién sabe cuántos otros países que Estados Unidos ha 'recompensado democráticamente' con bombas y caos revolucionario.

Además de las crisis políticas, sociales y de salud en los Estados Unidos, el mayor problema del país es la crisis económica. Trump dice que ha hecho más por los afroamericanos en los Estados Unidos que cualquier otro presidente desde Abraham Lincoln. Si observamos los indicadores económicos de los últimos cuatro años, se refiere al hecho de que ha reducido el desempleo en los Estados Unidos. La crisis económica que estalló en los Estados Unidos en 2008 amenazó a los grupos socialmente más vulnerables, incluidos los afroamericanos. Un gran número de personas negras también habían perdido sus empleos como resultado de la reubicación de la producción de los Estados Unidos en Asia.

La política de Trump tenía como objetivo resolver estos problemas, y de hecho ha tenido excelentes resultados. Sin embargo, como resultado de la pandemia de coronavirus, 40 millones de estadounidenses perdieron sus empleos. El desempleo era del 3.5%, pero ahora es de alrededor del 15%, lo que significa que uno de cada cuatro estadounidenses que pueden trabajar está desempleado. Esta situación pone en tela de juicio todos los resultados obtenidos anteriormente, y las manifestaciones están desestabilizando aún más la situación, y no a favor del actual presidente de los Estados Unidos. Por otro lado, el oponente de Trump es un político que está profundamente involucrado en la corrupción y contra quien ya se está llevando a cabo una investigación sobre el abuso de poder en Ucrania. La oponente de Trump en 2016, Hillary Clinton, también está bajo investigación por abuso de poder, corrupción, financiamiento del terrorismo, etc. Hay indicios de que también se puede iniciar una investigación contra Obama.

Con toda probabilidad, continuará después de las elecciones presidenciales, independientemente del resultado. Los países en los que Estados Unidos ha dado golpes de estado y revoluciones de color generalmente permanecen desestabilizados a largo plazo.

Mientras tanto, las protestas contra la represión policial y el racismo en los Estados Unidos se han convertido en actos de saqueo de bienes de consumo y confrontación con símbolos de la cultura y la historia estadounidenses. Estas también son cosas que ya hemos visto varias veces en los últimos años, en Irak, Siria, Ucrania, Libia ...

Si Trump necesita ayuda para restaurar el orden, estaremos muy contentos de enviarle soldados estadounidenses desde bases de ocupación en todo el mundo. Si eso no ayuda, siempre puede pedirle consejo a Rusia.

Es obvio que hay una grieta profunda y grave en la sociedad estadounidense, así como que las dos partes opuestas están entrando en un conflicto creciente, utilizando todos los medios posibles a su disposición. 


"...Cuando comiencen los robos, comenzarán los disparos": Twitter ocultó este mensaje de Trump porque "glorifica la violencia" (Fuente: Captura de pantalla / Twitter)

Dragana Trifković


Sobre la traducción al inglés

The Color Revolution is Finally Home
En la traducción al inglés se encuentran las fuentes de consulta del artículo original.

Artículo relacionado: 

America´s Own Color Revolution  F. William Engdahl

Otras consultas:


23 enero 2020

Estados Unidos vs Irán. Diplomacia secreta en medio de rumores mediáticos





Nota previa del editor del blog


Midiendo fuerzas o llegando a consensos? 

Sin la menor duda, en materia de asuntos internacionales referentes a las crisis frecuentes en Próximo Oriente, el laborioso esfuerzo del investigador francés Thierry Meyssan brinda cordura ante los cientos, miles de agoreros del desastre mundial, sus análisis reflejan las verdaderas y secretas relaciones diplomáticas dentro de la geopolítica ya que ninguna superpotencia anhela desatar una guerra por la que se verían obligados a utilizar misiles balísticos o artilugios tácticos nucleares.

Una vez "agotadas" las noticias de los medios de desinformación masiva, con escandalosos titulares a nivel internacional, ofertando un conflicto nuclear que podría desatar el apocalipsis en la Tierra. Show ‎mediático, nada más, noticias que venden muy bien; entre bastidores, los gobiernos y diplomáticos estadounidenses e iraníes elaboraron y llegaron a un consenso para una salida "digna" y "victoriosa" para las partes tras el asesinato del general iraní Suleimani, Por lo dicho, es momento del análisis serio de la situación.

Estamos ante una posibilidad real de llegar a una  descalada de la crisis, no es nada fácil, pero la sola disposición al dialogo (secreto), al estilo de las conversaciones que llevaron a la firma del Acuerdo Nuclear en 2015, podría  llevar a una retirada estratégica y coordinada de éstos dos antagonistas en el Próximo Oriente. Por sentado que esta iniciativa es de conocimiento y satisfacción para los miembros de la OTAN - Unión Europea. Nadie quiere verse envuelto en un conflicto nuclear, ni siquiera la pequeña y belicosa nación de Israel que siembra tormentas con la irrupción sorpresiva de sus raids aéreos sobre posiciones claves de Irán en Siria, poniendo en apuros a las superpotencias. 
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Thierry Meyssan es preciso, maneja siempre un punto de vista objetivo, respaldado por fuentes de alto nivel que cabildean el acontecer de la diplomacia y el poder, por supuesto, con la documentación oportuna; por ejemplo, desmiente rotundamente que la orden de Donald Trump de asesinar al general iraní Qassem Suleimani en territorio iraquí  hubiese estado a punto de provocar la Tercera Guerra Mundial, posición  propagandística muy adecuada a los intereses de los opositores del partido Demócrata en los Estados Unidos, aportando una "nueva prueba" a la moción de destitución del presidente Trump en el Congreso (impeachment). Sobra decir que el juicio político contra Trump es de mayor relevancia mundial que el asesinato del militar iraní. 

Hay otro hecho que pasa desapercibido, algo que ya no podemos imputar a Trump, Estados Unidos, OTAN, UE, etc. Conforme nuestra fuente, Irán ha dado un paso atrás en cuanto al respeto al Derecho Internacional, y no se trata de un acto al que se ve obligado por las injerencias foráneas, ni por las mutuas acusaciones y forcejeos entre EEUU-Irán. Hay quienes perciben un profundo cambio en la conducta iraní frente a las normas internacionales; en ese sentido, Meyssan afirma que Irán "ha pasado a ignorarlo, ‎uniéndose así a Estados Unidos e Israel, que nunca lo admitieron" (al Derecho Internacional).

Lo mejor será leer las reflexiones de Thierry Meyssan. El siguiente contenido fue presentado recientemente en dos ponencias separadas, dadas las referencias y la obvia relación son presentadas en una sola exposición. Los títulos corresponden a las publicaciones originales.

...Por cierto, la trágica muerte del general Sulemaini nos debería hacer recordar la muerte de otro héroe de guerra, el general druso sirio, Mayor General Issam Zahreddine (ver notas a pie de página)


Los entretelones de las relaciones entre ‎Estados Unidos e Irán

Al referirse a la crisis de los rehenes, que enfrentó al presidente James Carter a Irán en 1979, el ‎presidente Donald Trump despertó el orgullo de Estados Unidos. Pero esa afirmación es sólo una ‎presentación tendenciosa del periodista Walter Cronkite. Al mencionar aquella crisis, Trump enviaba ‎un mensaje al Irán que supo negociar un “happy end” con el presidente Reagan. ‎ 
Dos países divididos
Entender las relaciones entre Estados Unidos e Irán se hace especialmente difícil, sobre todo por ‎tratarse de dos países profundamente divididos:
‎ 
Aunque Donald Trump es el presidente de Estados Unidos, todos los expertos son capaces de ver ‎que está tratando de gobernar a pesar de la oposición de casi toda la administración federal, la cual ‎no aplica sus instrucciones y participa activamente en el proceso parlamentario iniciado para sacarlo ‎de la Casa Blanca. 

No se trata de una división política entre republicanos y demócratas ya que el presidente Trump ‎no es un republicano propiamente dicho, aunque obtuvo la investidura del Partido Republicano. ‎Se trata más bien de una diferencia heredada de las tres guerras civiles anglosajonas –la guerra civil ‎británica, la guerra de independencia estadounidense y la Guerra de Secesión. Se enfrentan así la ‎cultura de los rednecks, herederos de la conquista del Far West (el Lejano Oeste) y la cultura de los ‎puritanos, herederos de los «Padres peregrinos» que llegaron a América a bordo del buque ‎‎Mayflower.‎

- En Irán existen dos poderes que compiten entre sí: el gobierno del jeque-presidente Hassan Rohani y ‎la estructura de poder que depende del Guía de la Revolución, el ayatola Alí Khamenei. Digan lo que ‎digan los medios occidentales, en Irán no hay un grupo que esté paralizando el país. La causa de la ‎parálisis es la lucha a muerte entre esos dos grupos. 

- El presidente Rohani representa los intereses de la burguesía de Teherán y de Ispahán –‎comerciantes interesados en el intercambio internacional y duramente golpeados por las sanciones ‎estadounidenses. El jeque Rohani es un viejo amigo del Estado Profundo estadounidense: fue ‎el primer contacto iraní de la administración Reagan y de Israel en el momento del caso Irán-Contras, ‎en 1985. Fue a través de Rohani que el ayatola Hashemi Rafsanyani se puso en contacto con los ‎hombres del coronel estadounidense Oliver North, lo cual permitió a Rafsanyani dedicarse a la compra ‎de armas, hacerse con el mando de los ejércitos iraníes y convertirse de paso en el hombre más rico ‎de Irán, para llegar después a ser presidente de la República Islámica. Más tarde, durante las ‎negociaciones secretas irano-estadounidenses en Omán, en 2013, el jeque Rohani fue seleccionado ‎por la administración Obama y por Alí Akbar Velayati para acabar con el nacionalismo laico del entonces ‎presidente Mahmud Ahmadineyad y restablecer las relaciones entre Estados Unidos e Irán



Jeque Hassan Rohani, Presidente de la República Islámica de Irán desde 2013.


- Por el contrario, la función del Guía de la Revolución fue creada por el imam Ruholla Khomeini ‎según el modelo del sabio de la República de Platón –modelo que nada tiene que ver con la religión ‎musulmana. El ayatola Khamenei supuestamente debe velar por que las decisiones políticas no violen ‎los preceptos del islam ni los principios de la Revolución antimperialista iraní de 1978. De él ‎dependen los Guardianes de la Revolución, el cuerpo armado al que pertenecía el general Qassem ‎Suleimani. El Guía de la Revolución dispone de un presupuesto extremadamente variable, determinado ‎por las fluctuaciones imprevistas de los ingresos provenientes del petróleo. Por consiguiente, la ‎estructura de poder más afectada por las sanciones estadounidenses no es la administración del presidente Rohani sino la que depende del Guía de la Revolución. Durante los últimos años, el ayatola ‎Alí Khamenei ha tratado de imponerse como referencia en el seno del islam en general, invitando a ‎todos los jefes políticos y religiosos del mundo musulmán a viajar a Teherán, incluso a sus más feroces ‎adversarios. ‎



Alí Hoseiní Jamenei, actualmente Líder Supremo de Irán y máximo dirigente de la clase dirigente clerical islámica de Irán. Fue presidente de Irán entre 1981 y 1989, y Líder Supremo desde su designación para suceder al ayatolá Jomeini (junio de 1989)

Tanto en Estados Unidos como en Irán, la mayoría de las decisiones adoptadas por uno de los poderes ‎anteriormente descritos encuentra de inmediato la oposición de su adversario interno. ‎

Otro elemento que dificulta la comprensión de lo que sucede tiene que ver con las mentiras que ‎se han acumulado entre ambas potencias durante todos estos años, mentiras que a menudo siguen ‎muy presentes. Sólo citaremos aquí las que se han mencionado en los últimos días:

Aunque se sigue hablando de la famosa «crisis de los rehenes» de 1979, lo cierto es que el ‎personal diplomático estadounidense detenido entonces en Irán fue sorprendido en flagrante delito de ‎espionaje. La embajada de Estados Unidos en Irán era el cuartel general de la CIA para todo el ‎Medio Oriente. No fueron los iraníes sino Estados Unidos quien violó las normas y obligaciones del ‎estatuto diplomático. Dos marines miembros del personal a cargo de la custodia de la embajada ‎denunciaron las actividades que realizaba la CIA en aquella sede diplomática, el equipamiento de ‎espionaje que allí existía todavía está expuesto al público hoy en día en los locales que ocupaba la ‎embajada de Estados Unidos en Teherán y los documentos ultrasecretos descubiertos allí fueron ‎publicados en más de 80 volúmenes

La República Islámica nunca ha reconocido el Estado de Israel, pero tampoco se ha planteado nunca la ‎liquidación de la populación judía sino que se pronuncia por el principio de «un hombre, un voto», ‎señalando que ese principio también se aplica a todos los palestinos que hayan emigrado y adquirido ‎otra nacionalidad. En 2019, la República Islámica presentó al Consejo de Seguridad de la ONU un ‎proyecto de referéndum de autodeterminación aplicable en la Palestina geográfica, que abarca todo ‎Israel y la Palestina política. 

Aunque los medios tratan de hacernos creer lo contrario, Irán e Israel no son enemigos ‎irreconciliables ya que están explotando juntos el oleoducto Eilat-Ascalón, cuya propiedad comparten‎. 

Las potencias occidentales siguen fingiendo creer lo contrario, pero saben perfectamente que Irán ‎renunció a toda investigación sobre las armas nucleares en 1988, cuando el imam Khomeini declaró ‎las armas de destrucción masiva incompatibles con el islam. Los documentos robados por Israel y ‎revelados con bombo y platillo por el premier israelí Benyamin Netanyahu en 2018 demuestran que ‎las investigaciones posteriores a la decisión del imam Khomeini sólo tenían que ver con un generador ‎de onda de choque, elemento que puede formar parte de la fabricación de un detonador para bombas ‎atómicas. O sea, ‎no era una pieza “nuclear” sino un componente mecánico que puede tener múltiples usos. ‎


Para las potencias occidentales, al ordenar el asesinato del general Qassem ‎Suleimani, el presidente Trump, agregó otro nombre a la lista de terroristas eliminados. Pero, ‎desde la perspectiva del Medio Oriente, Trump cambió de bando: después de haber luchado ‎contra el Emirato Islámico (Daesh) y de haber abatido al “califa” al-Baghdadi, el presidente ‎estadounidense asesinó al principal enemigo de Daesh, que era el general Suleimani. ‎ 
El asesinato del héroe
General Qassem Suleimani, jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), unidad más conocida como los Guardianes de la Revolución.


Habiendo establecido lo anterior, pasemos ahora al asesinato del general iraní Qassem Suleimani y a la ‎crisis provocada por ese hecho.
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El general Suleimani era un soldado excepcional. Luchó en la guerra iniciada por Irak contra Irán, ‎guerra que duró ocho largos años (de 1980 a 1988). Bajo su mando, la fuerza Al-Quds (el nombre ‎árabe y persa de Jerusalén) de los Guardianes de la Revolución aportaron su ayuda a todas las ‎poblaciones víctimas del imperialismo en el Medio Oriente. Durante la agresión israelí de 2006 contra ‎el Líbano, el general Suleimani estuvo en Beirut, dirigiendo la resistencia junto al general sirio Hassan ‎Turkmani y el jefe del Hezbollah, Hassan Nasrallah. Qassem Suleimani entendía la diferencia entre ‎‎Estados Unidos y el imperialismo y a menudo negoció con Washington, proponiéndole incluso ‎alianzas temporales –por ejemplo, en 2001, se alió con la administración de George W. Bush en la ‎lucha contra los talibanes afganos. Sin embargo, desde mayo de 2018, el general Suleimani recibió ‎orden de limitarse a la lucha junto a las comunidades chiitas. Violando el alto al fuego en vigor desde la ‎guerra israelo-siria de 1973, el general iraní lanzó algunos ataques contra Israel desde suelo sirio, ‎poniendo al gobierno de Siria en una situación embarazosa. ‎

El presidente estadounidense Donald Trump había comprendido ciertamente el papel militar que ‎desempeñaba el general Suleimani bajo las órdenes del ayatola Khamenei, pero no entendía que ‎Suleimani se había convertido en un héroe del mundo musulmán, en un verdadero icono, admirado ‎por demás en las academias militares del mundo entero. Al dar luz verde al asesinato del general ‎Suleimani, el presidente Trump actuó en contra de su propia reputación en el Medio Oriente. 


Desde ‎su llegada a la Casa Blanca, Trump había luchado constantemente contra el apoyo estadounidense a ‎al-Qaeda y al Emirato Islámico (Daesh), pero al autorizar el asesinato de Suleimani se convirtió en ‎responsable de la muerte del hombre que encarnó esa lucha con su presencia física en numerosos ‎teatros de operaciones. 

Ni siquiera vale la pena recalcar aquí la naturaleza absolutamente ilegal del ‎asesinato, que además confirmó nuevamente el modus operandi habitual de Estados Unidos desde ‎su surgimiento como país.‎

El asesinato de Qassem Suleimani tiene lugar después de la decisión de Washington de clasificar a los ‎Guardianes de la Revolución iraní como «organización terrorista». Los iraníes comparten la fuerte ‎convicción de que constituyen un pueblo, una civilización. La muerte del general Suleimani ‎en realidad unificó temporalmente a los dos poderes políticos iraníes alrededor de un mismo ‎sentimiento. Millones de iraníes salieron a las calles durante los funerales de Suleimani. ‎



Sólo cuando se hizo evidente que la muerte de Suleimani no iba a desencadenar la Tercera Guerra ‎Mundial, Israel se dio el lujo de aclarar –a través de la CBS– que había confirmado al Pentágono la ‎localización del general iraní y admitió –a través del New York Times que fue informado previamente ‎de que Suleimani iba a ser asesinado. Se trata de informaciones actualmente inverificables. ‎
No habrá conflagración
Todos los medios de difusión occidentales hablaron de los planes iraníes de respuesta, establecidos ‎desde hace años. Pero el Guía Khamenei y el presidente Rohani no reflexionaron en función de esos ‎planes. Los iraníes no son niños que se pelean en un patio de escuela. Los iraníes son una Nación. ‎Ambos responsables iraníes actuaron siguiendo el interés superior de la Nación, como ellos ‎lo conciben. 

A pesar de las declaraciones estruendosas llamando a la venganza, no habrá una ‎venganza iraní de tal magnitud, como no hubo una venganza del Hezbollah después del asesinato ‎ilegal de Imad Moughniyah, perpetrado en 2008, en Damasco.
Para el presidente Rohani, independientemente de la muerte del general Suleimani, es indispensable ‎reanudar el contacto con Washington. Rohani ha considerado hasta ahora que la administración ‎Obama, la que lo puso en la presidencia, siguiendo su interlocutor y que Donald Trump sólo era una ‎especie de accidente llamado a ser destituido rápidamente mediante el Rusiagate o con el flamante ‎‎Ucraniagate. Por esa razón, Rohani ha rechazado hasta ahora los numerosos llamados de Trump a la ‎negociación. Pero Trump sigue en la Casa Blanca y es muy probable que se mantenga allí durante los ‎próximos años. Mientras tanto, la economía iraní se derrumba, gravemente afectada por las sanciones ‎ilegales de Estados Unidos. La reacción internacional de empatía ante el ilegal asesinato del general ‎Suleimani permite actualmente a Rohani abrir la negociación con Washington desde una posición de ‎superioridad moral
Para el ayatola Khamenei, Estados Unidos es el país que ha saqueado Irán durante todo un siglo y ‎Donald Trump no es un hombre de palabra. No porque Trump no haya respetado sus propias ‎promesas sino porque rompió las de su predecesor. El acuerdo 5+1 (JCPOA) había sido aprobado por ‎el Consejo de Seguridad de la ONU. Irán lo consideraba inviolable. Pero Trump decidió simplemente ‎desecharlo, lo cual tenía derecho a hacer. Pero Irán y Estados Unidos habían firmado también un pacto secreto que establecía una nueva distribución de influencias en el Medio Oriente. Trump ‎también anuló ese otro pacto. Ese es el que ahora pretende renegociar de formar bilateral.
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A raíz del asesinato del general Suleimani, Irán anunció rápidamente que no seguiría respetando ‎el acuerdo 5+1 y los diputados chiitas iraquíes exigieron la retirada de las tropas estadounidenses de ‎su país. Los medios de prensa occidentales entendieron esos gestos como muestras de agravación del conflicto, pero ‎en realidad eran ofertas de paz. 

El acuerdo 5+1 dejó de existir cuando Estados Unidos lo abandonó ‎e Irán así lo reconoce ahora, después de haber tratado inútilmente de salvarlo. La retirada de las ‎tropas estadounidenses, no sólo de Irak sino de todo el Medio Oriente, es un compromiso que Trump ‎había contraído durante su campaña electoral, compromiso que no había logrado concretar debido a ‎la oposición de su propia administración. En otras palabras… Irán se pone del lado de Trump.
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Las manifestaciones contra Irán que se registraban en Líbano y en Irak cesaron como por arte ‎de magia.
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El poderoso lobby petrolero estadounidense aportó su respaldo al presidente Trump al cuestionar la ‎‎«doctrina Carter». En 1980, el entonces presidente James Carter había planteado que el petróleo del ‎Golfo era indispensable para la economía de Estados Unidos. Su sucesor creó el CentCom y ‎el Pentágono garantizó el acceso de las compañías estadounidenses al petróleo del Golfo Pérsico. ‎Pero, Estados Unidos ha alcanzado la independencia en el sector energético. Ya no necesita ‎ese petróleo. Por consiguiente, tampoco necesita seguir desplegando sus tropas en esa región. Para ‎Estados Unidos, el objetivo del juego ya no es el de antes. Ya no se trata de apoderarse del petróleo ‎arabo-persa sino de controlar los intercambios petroleros a nivel mundial
Los dirigentes políticos no han sabido adaptarse al desarrollo de los medios de comunicación. ‎Hablan demasiado y demasiado pronto. Adoptan posturas y luego no saben cómo echarse atrás. ‎Después de haber lanzado increíbles llamados de venganza, los Guardianes de la Revolución tenían ‎que hacer algo. Y optaron por bombardear dos bases militares estadounidenses en Irak, sin causar ‎víctimas. Exactamente de la misma manera que Estados Unidos, el Reino Unido y Francia cuando ‎dijeron haber “castigado” a Siria, supuestamente por haber utilizado armas químicas. Esas ‎tres potencias occidentales acabaron bombardeando una base militar vacía –aunque el bombardeo ‎provocó en los alrededores de la base un incendio que dejó algunas víctimas. 
El Estado Profundo estadounidense, después de haber aconsejado mal a Trump, se las arregló para ‎que‎, en la televisión iraní,‎ una voz desconocida exhortara a asesinar al presidente estadounidense, prometiendo además una ‎recompensa en millones de dólares. En adelante, si Trump muere asesinado no habrá que ‎investigar, automáticamente Irán será declarado culpable. Pero vale la pena recordar que cuando ‎el imam Khomeini emitió su fatwa contra la vida de Salman Rushdie, no prometió ninguna ‎recompensa. La promesa de recompensa en dinero corresponde más bien a las costumbres del ‎‎Far West. ‎

En plena crisis, la defensa antiaérea iraní derribó por error un avión de pasajeros ucraniano que ‎despegaba de Teherán. Así que el embajador del Reino Unido organizó en Teherán una pequeña ‎manifestación donde se exigió la renuncia del ayatola Khamenei. Estos hechos trastocan el juego, ‎privando a Irán de la ventajosa posición de víctima que mantenía desde el asesinato del general ‎Suleimani. ‎

Es evidente que Estados Unidos no cederá nada sin obtener algo a cambio. La retirada de ‎sus tropas se concretará sólo en coordinación con una retirada militar iraní. El general Qassem ‎Suleimani era precisamente el símbolo del despliegue militar iraní. Lo que hoy se negocia es la retirada ‎de ambas partes. 

Ya estamos asistiendo a una retirada estadounidense de Siria e Irak hacia Kuwait. ‎La historia de la carta enviada y luego anulada donde el general William Sheely III anunciaba la ‎retirada estadounidense de Irak demuestra que esas negociaciones están en marcha. 
Los principios de la paz no serán fijados desde ahora, y la llegada de esa paz no será inmediata

Durante el periodo de duelo por la muerte del general Suleimani, Irán no podrá admitir públicamente ‎haber llegado a un acuerdo con Estados UnidosUn acuerdo sólo será válido si cuenta con la aprobación de Irak, Líbano, Siria, Turquía y, ‎por supuesto, de Rusia. A pesar de sus maniobras, el Reino Unido no podrá hacerlo fracasar y ‎tendrá que aceptar que salga a la luz en una conferencia regional. ‎

Qassem Suleimani estaría seguramente orgulloso de su vida si su  muerte permitiera el regreso de ‎la paz en la región.


Deriva iraní hacia el comportamiento de ‎Estados Unidos e Israel‎

Las intervenciones de Irán en la ONU solían captar la atención del mundo entero. Irán enarbolaba el ‎estandarte de los pueblos ante el imperialismo. Hoy nada queda de aquel legado.‎ En la foto, el 23 de septiembre de 2010, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, cuestiona la versión oficial ‎de los atentados del 11 de septiembre de 2001 desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU. ‎ 

Los 195 Estados miembros de la ONU dicen querer resolver sus conflictos sin recurrir a la guerra ‎sino al Derecho. Desde su creación, en la Conferencia de La Haya de 1899, ese Derecho se basa ‎en una idea de muy fácil comprensión: al igual que las personas –incluyendo a los dirigentes ‎políticos–, que aceptan someterse al Derecho Nacional para evitar la guerra civil,‎ los Estados ‎pueden evitar la guerra sometiéndose voluntariamente al Derecho Internacional. ‎

Al hablar aquí de “Derecho Internacional”, no me refiero a lo que, desde la realización de los ‎juicios de Nuremberg hasta la creación de la Corte Penal Internacional (CPI), legaliza que ‎los vencedores juzguen a los vencidos. A lo que me refiero es a los procedimientos que rigen ‎las relaciones entre los Estados. ‎

Tres miembros de la ONU muestran actualmente que no entienden el Derecho Internacional, ‎mientras que otros han dejado de utilizarlo como referencia y, después de haber tergiversado la ‎noción de «Derechos Humanos», prefieren ‎un «multilateralismo basado en reglas».‎
Tres Estados fuera del Derecho
El primero de esos tres países es Estados Unidos, que, desde su creación misma –hace 2 siglos– ‎dice ser una nación «que no se parece a ninguna otra». Según su mito nacional, Estados Unidos sirvió de refugio a la secta ‎puritana de los «Padres Peregrinos», quienes llegaron a América en el barco «Mayflower», y hoy ‎es refugio de todas las personas perseguidas por razones de índole religiosa o política. En nombre ‎de ese mito nacional, Estados Unidos se permite juzgar con extrema severidad los ‎comportamientos de otras países o gobiernos, pero disculpa a priori los comportamientos ‎reprobables de los estadounidenses; y rechaza toda jurisdicción internacional que se interese en ‎los asuntos internos estadounidenses. Fue por eso que ‎Estados Unidos se negó a ser miembro de la Sociedad de Naciones, mientras empujaba a los ‎demás países a incorporarse a ella. Estados Unidos aceptó los principios del Derecho ‎Internacional durante la guerra fría –desde la creación de la ONU hasta la desaparición de ‎la URSS– pero volvió a su comportamiento anterior en cuanto tuvo oportunidad de hacerlo.

‎En 1999, Estados Unidos atacó ilegalmente la República Federal de Yugoslavia, arrastrando sus ‎vasallos de la OTAN a participar en esa agresión. Posteriormente, recurriendo a pretextos falsos, ‎Estados Unidos emprendió guerras contra Afganistán, contra Irak y contra Libia. Las agresiones ‎que Estados Unidos cometió contra los iraníes, el 3 de enero de 2020, son igualmente ilegales.‎

Israel es el segundo país que viola sistemáticamente el Derecho Internacional, desde su ‎proclamación unilateral –el 14 de mayo de 1948–, en violación del proceso que las Naciones ‎Unidas habían aprobado para la Palestina geográfica. Hace 70 años que Tel Aviv viola ‎sistemáticamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y, cuando se plantea la ‎adopción de sanciones, Israel cuenta con la protección de Estados Unidos para garantizarle ‎impunidad. Israel se considera eternamente amenazado y sólo puede sobrevivir a través de ‎la guerra, posición cultural que quizás termine cuando los ciudadanos que se definen como ‎judíos (partidarios del Likud) sean menos numerosos que los que se definen simplemente como ‎israelíes (seguidores de la coalición Azul y Blanco).

En cuanto a Irán, desde siempre Teherán ejecutó líderes opositores en el extranjero, en el mundo ‎entero, pero nunca ciudadanos de otros países. Por ejemplo, el shah Mohamed Reza Pahlevi ‎ordenó el asesinato del filósofo Alí Shariati, perpetrado en Londres, en 1977. Después de 1978, ‎el gobierno islámico eliminó varios líderes contrarrevolucionarios en Europa. Nadie ‎reclamó nunca oficialmente la autoría de aquellas muertes. Durante la guerra de Irak ‎contra Irán, la República Islámica organizó la realización de acciones contra los intereses de ‎sus enemigos en el exterior: por ejemplo, el atentado contra las fuerzas estadounidenses y ‎francesas de la ONU en Beirut, en 1983. Pero la ejecución misma del atentado estuvo a cargo de ‎intermediarios libaneses –que participaron después en la fundación del Hezbollah– y la acción ‎estuvo dirigida contra las actividades ilegales de aquella fuerza –la reunión ‎secreta regional de la CIA. ‎Pero esta vez, Irán lanzó oficialmente varios misiles, desde su territorio, contra fuerzas ‎estadounidenses estacionadas en Irak, violando así la soberanía de Bagdad.‎

Estados Unidos se ve a sí mismo como la nación de los perseguidos y cree que, debido a ese ‎estatus, no tiene que aceptar consejos de los demás… los perseguidores. Israel dice ser el ‎refugio de un pueblo amenazado y que, por esa razón, no tiene que aceptar consejos de quienes ‎alguna vez ignoraron a ese pueblo o, peor aún, lo hicieron víctima de la violencia. ¿Cuál sería ‎entonces la “justificación” de Irán?
La evolución de Irán



Fotografías del General Qassem Suleimani con personalidades chiíes. Arriba: Con el ayatolá Jamenei; en el medio, junto al popular clérigo iraquí Moqtada al-Sadr; abajo, el líder de la revolución islámica ayatolá Jamenei, el jeque Hassan Nasrallha, líder del Hezbolá libanés.

‎Esa evolución no tiene otra explicación que un cambio profundo del Poder. Todo comenzó a ‎salirse de control a finales del año 2013 y, desde 2017, se han visto manifestaciones no sólo en ‎Teherán e Ispahán sino en todo el país. Poco a poco, las instituciones se han transformado. ‎El sistema judicial, antes independiente del poder ejecutivo y del legislativo, se ha convertido en ‎un órgano de represión política, llegando incluso a condenar a ‎‎15 años de cárcel –en un juicio a puertas cerradas y bajo cargos secretos– al ex vicepresidente ‎nacionalista Hamid Baghaie. El Consejo de los ‎Guardianes, encargado –durante la Revolución– de excluir de las elecciones a los agentes de las ‎potencias extranjeras, se ha convertido en un órgano de censura de la oposición que ha llegado a ‎calificar a los miembros del equipo del ex presidente Mahmud Ahmadineyad como «malos ‎musulmanes». En el islam, la función de los clérigos es la de impartir el derecho, pero en este ‎caso estamos como una clase clerical, que viola todos los principios jurídicos, que vuelve a tomar el ‎control del poder. ‎

Lo hemos repetido constantemente desde hace seis años: esto no tiene nada que ver con la ‎oposición entre prooccidentales y la facción adversa, tampoco es una cuestión de creencias. Es el regreso del problema secular de los iraníes: la ciega veneración hacia la función clerical, ‎sin importar cuál sea la confesión dominante. Y no habrá solución posible sin una separación ‎constitucional entre el poder civil y el poder religioso. Es un problema que se ha planteado en ‎todas las épocas, bajo todo tipo de religiones dominantes, bajo todo tipo de regímenes. ‎

Vuelvo a repetir que este problema no tiene nada que ver con la Revolución de 1978. ‎Contrariamente a la idea preconcebida en Occidente, aquella Revolución no se hizo con la clase ‎clerical sino en contra de esa clase. El ayatola Khomeini había sufrido el rechazo de la clase ‎clerical, que sólo se puso de su lado después de haber comprobado la victoria de Khomeini. ‎La aparente intransigencia que caracterizó entonces la actitud de la clase clerical fue sólo la vía que ‎esa clase encontró para tratar de hacer olvidar sus anteriores excesos. Si usamos como referencia los ‎documentos oficiales estadounidenses ya desclasificados, ‎veremos que el consejero estadounidense de seguridad nacional de aquella época, Zbigniew ‎Brzezinski, veía en la clase clerical iraní un aliado de Estados Unidos ante el shah Mohamed ‎Reza Pahlevi, quien se había vuelto demasiado “goloso”. Brzezinski organizó el regreso del imam ‎Khomeini creyendo –erróneamente– que Khomeini era como los demás clérigos y sólo se dio ‎cuenta del error que había cometido cuando conoció el contenido del discurso antimperialista que ‎Khomeini pronunció en el cementerio de Behesht-e Zahra.‎

Numerosos actores del Medio Oriente, comenzando por el Hezbollah libanés y la República Árabe ‎Siria, han entendido la evolución que ha tenido lugar en Irán. Debido a ello, tanto el Hezbollah ‎como Siria se han distanciado de la política interior iraní. En plena guerra, Teherán tardó más de ‎un año en nombrar un embajador a Damasco. Pero las potencias occidentales han sido ‎incapaces de percibir el cambio porque están atrapadas en su propia propaganda contra la ‎Revolución iraní de 1978. Así que interpretan los movimientos actuales en Irán en función de ‎sus propios intentos –innumerables– de derrocar el “régimen”, en vez de observar los ‎comportamientos de los iraníes. ‎
Las explicaciones de Estados Unidos y de Irán ante el Consejo de Seguridad
Como sucede en cada caso de intervención militar en el exterior, después intercambiar andanadas ‎de misiles, Estados Unidos e Irán dijeron ante el Consejo de Seguridad de la ONU haber ‎actuado respetando la Carta de las Naciones Unidas. 
La carta de la embajadora estadounidense Kelly Craft anunciando el asesinato del general Qassem ‎Suleiman, el 2 de enero de 2020, sólo puede catalogarse como surrealista. La embajadora estadounidense no menciona el intento simultaneo de asesinato contra ‎el segundo del general Suleimani, Abdul Reza Shahlai, quien se encontraba en Yemen.‎ 

Asombrosamente, la carta de Estados Unidos al Consejo de Seguridad contiene una serie de ‎acusaciones contra varios aliados de Irán… pero no contiene ninguna acusación contra el ‎general asesinado. Esa carta no menciona las acusaciones del presidente Trump sobre hipotéticos ataques ‎inminentes –supuestamente preparados por el general Suleimani– contra cuatro embajadas estadounidenses. ‎Por cierto, esas acusaciones de Trump fueron desmentidas implícitamente por… su secretario ‎de Defensa, Mark Esper.‎ La única acusación contra Irán mismo es sobre el ataque iraní de respuesta del 7 de enero. ‎

La carta del embajador iraní Majid Takht Ravanchi es tan inconsistente como la de la embajadora ‎estadounidense.‎ Proclama la legalidad de una respuesta militar iraní, pero no de la del 7 de enero. Nada autoriza ‎a Irán a realizar un ataque contra el territorio iraquí sin autorización del gobierno de Irak. ‎Por su parte, Irak protestó inmediatamente contra los actos de Estados Unidos y de Irán. ‎
El interés del Derecho Internacional
Muchos creen que no hay por qué respetar el Derecho si los demás lo violan. Quienes así ‎piensan no ven el Derecho como una protección sino como un obstáculo. ‎

En su obra Leviatán, el filósofo Thomas Hobbes, quien vivió la Revolución Inglesa (de 1642 ‎a 1651), mostraba que los individuos deben hacer todo lo posible por protegerse del caos. ‎Quienes lucharon contra los ejércitos yihadistas saben cuánta razón tenía Thomas Hobbes. ‎Los demás, cuyo confort nunca fue perturbado, simplemente lo ignoran. Thomas Hobbes ‎pensaba incluso que un Estado autoritario es preferible a los horrores del caos. Hobbes aceptaba ‎así las derivas del Estado, comparándolo con Leviatán, monstruo que cierra el acceso al infierno. ‎

En todo caso, el Derecho Internacional nada tiene de monstruoso. No está en contradicción con ‎la conciencia. Apartarse del Derecho es una amenaza para la paz y, por consiguiente, una grave ‎amenaza para la vida de todos nosotros.

Thierry Meyssan 

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