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05 agosto 2021

Informe OPAQ y las dudas sobre los ataques químicos del "régimen" sirio



 

Debemos ser claros. Este sitio no oculta información, y sería un absurdo total que su editor discuta sobre temas científicos -en este caso sobre conclusiones a las que ha llegado la máxima instancia mundial para la Prohibición de las Armas Químicas-. 


Viene de la entrevista de Aaron Maté


Se cuestiona aspectos extra profesionales que puede influir, debido a presiones de terceros (potencias extranjeras),  en las conclusiones de inspectores y autoridades de ese órgano de control internacional, todos los caminos nos llevan a esa evidencia. ¿Quién puede dudar que la política impositiva de los Estados Unidos no afecta los resultados técnicos de éste y otros organismos internacionales de la ONU?... ¿Y quiénes financian la ONU?

La OPAQ cuenta con 193 estados que han ratificado su compromiso con la Convención sobre Armas Químicas. En teoría, el 98% de la población mundial vivimos bajo la protección de la Convención. Así como el organismo dice haber verificado que el 98% de las existencias de armas químicas declaradas por los estados fueron destruidas. ¿Qué tan cierto son estos datos? ¿Respetan los Estados Unidos, Israel y hasta Rusia esos compromisos?. ¿Acaso no fue la misma OPAQ que verificó in situ la destrucción del material de guerra químico que almacenó por décadas el estado sirio?

El organismo de control mundial sobre armas químicas dijo haber reforzado sus hallazgos sobre un ataque químico en Siria en abril de 2018 y de paso se metió en polémicas políticas entre las grandes potencias. La OPAQ afirma haber desmantelando una campaña de propaganda y desinformación liderada por Rusia que intentaba socavar las inspecciones de un supuesto hecho acaecido el 7 de abril de 2018, es decir, el lanzamiento de una bomba química en el balcón de un edificio de varios pisos en Douma, un vecindario cercano a Damasco. Al menos 34 personas murieron, en otros informes habla de 43 civiles muertos.

De inmediato Estados Unidos y sus aliados europeos culparon al presidente sirio Bashar al-Assad y lanzaron ataques aéreos para castigarlo. Los funcionarios sirios negaron que haya habido un bombardeo con bombas de cloro, las fuerzas rusas sostienen que el ataque fue organizado para justificar una intervención de la OTAN. 

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) en el informe de 2019 (marzo) dijo encontrar "motivos razonables de que el uso de una sustancia química tóxica como arma tuvo lugar el 7 de abril de 2018. Esta sustancia química tóxica contenía cloro reactivo", pero no certificó haber evidencia de la presencia de algún agente nervioso, como afirman organismos "imparciales" como el "Centro de Documentación de Violaciones" (VDC) y los informes de la "Red Siria de Derechos Humanos" que no se han cansado señalar que el régimen arrojó sarín y gas cloro en Douma, matando a 41 civiles e hiriendo a cientos más.

Como la polémica persiste, sobre todo con los "disidentes" de la OPAQ, en febrero de 2020, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas publicó un nuevo informe de "investigación independiente" sobre dos miembros del personal disidentes. Señala que estos hombres no tuvieron un papel significativo en la Misión de Investigación de la OPAQ, filtraron sus afirmaciones para desafiar la conclusión de las FFM de un ataque con cloro en Douma, cerca de la capital de Siria, Damasco, que mató a 43 civiles.

Bueno, aquí otra novedad: Los "investigadores externos independientes" concluyeron que los "dos ex funcionarios de la OPAQ violaron sus obligaciones con respecto a la protección de la información confidencial relacionada con la investigación de FFM Douma. Esta determinación se debe a la divulgación no autorizada de información altamente protegida a personas que no tenían la necesidad de conocer dicha información.

Al presentar el informe en la sede de la OPAQ en los Países Bajos, el embajador español Fernando Arias González, en su calidad de secretario general de la OPAQ, destacó la conclusión condenatoria de los investigadores.

Los inspectores A y B no son denunciantes. Son personas que no pueden aceptar que sus opiniones no estén respaldadas por pruebas. Cuando sus opiniones no pudieron ganar terreno, tomaron el asunto en sus propias manos e incumplieron sus obligaciones con la Organización. Su comportamiento es aún más atroz, ya que tenían información manifiestamente incompleta sobre la investigación de Douma. Por lo tanto, como era de esperar, sus conclusiones son erróneas, desinformadas y equivocadas".


       Mapa elaborado por VDC

Vamos a ser más imparciales que los "investigadores externos independientes", presentamos el siguiente enlace: The OPCW FFM's Report on the April 7th 2018 Douma Chemical Attack Versus The Open Source Evidence, en castellano "Reporte de la misión de la OPAQ sobre el ataque químico de Douma del 7 de abril de 2018 frente a la evidencia de código abierto".

El titular no es tan cierto ya que recoge información no solo de la OPAQ, lo hace de los "rebeldes moderados" y "cascos blancos" sirios; toma información de The New York Times y Forensic Architecture que trabajaron juntos en una investigación que incluyó una reconstrucción del presunto ataque (se publicó en junio de 2018 bajo el título: "One Building, One Bomb: How Assad Gassed His Own People" (Un edificio, una bomba: Cómo Assad gaseó a su propia gente); recoge mapas de  la Red Siria por los Derechos Humanos  y del VDC (Centro de Documentación de Violaciones): "map of attacks in Douma on April 7th 2018"; informes del "Observatorio Sirio para los Derechos Humanos", con sede en Londres; de la Sociedad Médica Sirio Americana (SAMS). Es decir, organizaciones "independientes". Insistiré que no estamos en capacidad de competir (recursos) con los estudios imparciales y hasta podríamos decir con sus conclusiones científicas, ya que no somos científicos. Por ello presentamos las dos caras de la moneda.

Bien, hasta aquí nuestra colaboración.

Aaron Maté continúa con la trama.

T. Andino


I parte


Presionado por respuestas sobre el encubrimiento en Siria, el jefe de la OPAQ ofrece nuevas mentiras y excusas.

(Pressed for answers on Syria cover-up, OPCW chief offers new lies and excuses)

AARÓN MATÉ / 2 de julio 2021

The Grayzone


Ante la creciente indignación, el director general de la OPAQ, Fernando Arias, compareció ante la ONU y contó nuevas falsedades sobre el escándalo de encubrimiento de su organización en Siria, junto con más excusas falsas para evitar abordarlo.


En los dos años transcurridos desde que se descubrió la censura de una investigación sobre armas químicas en Siria, el jefe de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Fernando Arias, se ha resistido enérgicamente a la rendición de cuentas.

Arias se ha negado a investigar o explicar la extensa manipulación de la investigación de la OPAQ de un presunto ataque de cloro en abril de 2018 en Douma. En lugar de responder a las llamadas para reunirse con los inspectores veteranos que protestaron por el engaño, Arias los ha menospreciado. El Director General (DG) de la OPAQ incluso ha recurrido a fingir ignorancia sobre el escándalo, afirmando recientemente que "no sé por qué" el informe final de la organización sobre Douma "fue impugnado".

Ante la creciente presión para abordar el encubrimiento - lo más prominente en una “declaración de preocupación” de 28 firmantes notables, entre ellos cinco ex altos funcionarios de la OPAQ - Arias se presentó ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 3 de junio a responder a las preguntas en una sesión abierta por primera vez.

En un gesto de asentimiento a la protesta pública, Arias se retractó de una declaración anterior de que la controversia de Douma no podía ser revisada. Pero si bien parecía sugerir que la investigación podría reabrirse, Arias ofreció más falsedades sobre el escándalo y nuevas excusas falsas para evitar abordarlo.

Este informe (en dos partes) resume las últimas evasiones y distorsiones de Arias, que incluyen lo siguiente:


Rechazando propuestas para resolver la controversia de Douma, Arias invocó restricciones que parecen no existir. Arias afirmó falsamente que la Junta Asesora Científica (SAB) de la OPAQ "no tiene autoridad" para examinar las pruebas suprimidas de Douma. Arias también afirmó que él personalmente "no tiene autoridad alguna para reabrir esta investigación", a pesar de que las regulaciones de la OPAQ no contienen tales límites.

• Para desacreditar la gran cantidad de trabajo que se realizó para el informe original de la investigación, que no encontró evidencia de un ataque de cloro, Arias afirmó falsamente que el “grueso” del análisis se realizó después de que su autor principal ya no estuviera involucrado. Para avanzar en esta falsedad, Arias citó una figura fabricada.

Arias se retractó tácitamente de una afirmación falsa anterior de que ningún estado ha cuestionado las conclusiones del informe Douma. Pero en lugar de reconocer esa falsedad anterior, la reemplazó por una nueva.

• Arias no respondió preguntas directas sobre el fraude científico documentado en la investigación de Douma y cómo planea abordarlo. El Director General ignoró una pregunta de la delegación rusa sobre por qué el Informe Final omitió las conclusiones de los toxicólogos de los estados miembros de la OTAN que descartaron el cloro gaseoso como la causa de la muerte. Y por tercera vez, Arias no respondió a una pregunta en la que se le preguntaba si accedería a reunirse con los inspectores disidentes.

• Arias continuó minimizando engañosamente el papel del inspector disidente clave, el Dr. Brendan Whelan. Arias restó importancia al hecho de que Whelan era el coordinador científico y autor principal del informe original del equipo, y afirmó falsamente que solo estaba involucrado "en una capacidad limitada".

• Arias también continuó minimizando falsamente el papel del segundo denunciante conocido, Ian Henderson. Las últimas distorsiones de Arias sobre Whelan y Henderson se abordan en la segunda parte de este informe.


La aparición de Arias en la ONU fue el último capítulo de una saga que ha puesto patas arriba al perro guardián de las armas químicas del mundo. En abril de 2018, Estados Unidos, Reino Unido y Francia bombardearon Siria después de acusar a su gobierno de cometer un ataque químico en Douma. En marzo de 2019, la OPAQ publicó un informe final que se alineaba con la narrativa estadounidense de que Siria era culpable de arrojar cilindros de gas cloro en un par de edificios de apartamentos, incluido uno donde se filmaron decenas de cadáveres. Pero un extraordinario tesoro de filtraciones pronto reveló que la OPAQ había publicado un encubrimiento.

Los documentos internos de la OPAQ mostraron que los inspectores que investigaron el incidente de Douma no habían encontrado evidencia de un ataque con armas químicas. Los archivos también revelaron graves inconsistencias en la narrativa predominante de que el cloro fue la causa de la muerte. Estos hallazgos, de ser publicados, habrían reforzado los fuertes indicios de que los insurgentes extremistas que controlaban Douma habían organizado el incidente, justo cuando las fuerzas sirias estaban preparadas para retomar el control. Pero la evidencia de Douma se ocultó en un encubrimiento de varias etapas.


Se sorprendió a altos funcionarios desconocidos de la OPAQ tratando de modificar el informe original del equipo para sugerir falsamente evidencia de un ataque químico. Una delegación de funcionarios estadounidenses también visitó La Haya y, en un movimiento muy irregular,  trató de convencer al equipo de  que el gobierno sirio utilizaba cloro gaseoso. La mayor parte del equipo original que se desplegó en Douma fue marginado, reemplazado por funcionarios que, en su mayor parte, ni siquiera habían puesto un pie en Siria. El resultado fue un informe final engañoso que borró los hallazgos clave del original censurado.


Aunque las filtraciones de la OPAQ surgieron por primera vez en mayo de 2019, Arias no enfrentó cuestionamientos directos sobre la controversia hasta diciembre del año pasado, cuando compareció ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sin embargo, Arias se negó a responder en sesión abierta y, según los informes, dio respuestas vagas y sin fundamento en privado.

La decisión del Director General de regresar a la ONU para responder preguntas en una sesión abierta siguió a la creciente presión pública, liderada por el ex alto funcionario de la ONU Hans von Sponeck, así como por Bustani, exjefe de la OPAQ. La confianza de Arias en falsedades y excusas huecas ofreció la demostración más cruda hasta ahora de que su manejo del encubrimiento de Douma no se puede defender de buena fe.

- El jefe de la OPAQ afirma falsamente que "no tiene autoridad alguna" para abordar el encubrimiento de Douma.

- Apenas unas semanas antes de su aparición en la ONU, Arias dijo al Parlamento Europeo el 14 de abril que cuando se trata de escándalo Douma de la OPAQ, “el asunto está cerrado”.

- Pero cuando se presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU el 3 de junio, Arias cambió de opinión. En lugar de cerrar personalmente la puerta al volver a visitar la investigación, Arias ahora afirmó que no tiene la autoridad para volver a abrirla. Arias lo hizo citando reglas y restricciones de la OPAQ que no parecen existir.

La falaz excusa de Arias surgió en respuesta a una nueva propuesta para salir del impasse. En abril, el Grupo 21 de Berlín, establecido por el exsecretario general adjunto de la ONU Hans von Sponeck, el exjefe de la OPAQ, José Bustani y Richard Falk, un eminente profesor de derecho de Princeton, propuso una forma de abordar la disputa sobre el informe Douma. Instaron a Arias a permitir que la propia Junta Asesora Científica (SAB) de la OPAQ, un órgano subsidiario formado por 25 expertos científicos y técnicos independientes que sirven a título personal, evalúe las afirmaciones de los inspectores disidentes.

"El SAB posee la experiencia científica y técnica necesaria", dijo el comunicado del Grupo 21 de Berlín . “[Creemos] que dejar el debate científico en manos de los científicos, quienes mejor comprenden los temas en cuestión, proporcionaría un enfoque más objetivo y racional para comenzar a resolver esta desafortunada y altamente dañina controversia que rodea a la OPAQ y pone en peligro indirectamente la seguridad global al erosionar confianza en los resultados futuros pertinentes a los presuntos usos de armas químicas".

En el Consejo de Seguridad de la ONU, Arias rechazó esta propuesta, alegando que sus manos están atadas por las propias regulaciones de la OPAQ:

El objetivo de la Junta Científica Asesora está escrito, en el mandato, es permitir que el Director General preste asesoramiento especializado en relación con asuntos y cuestiones muy sofisticados y muy complicados relacionados con las sustancias químicas y las armas químicas.  Lo que significa que el SAB no tiene ningún papel para evaluar los hallazgos del FFM. La FFM está encargada de investigar y activar una investigación para producir un informe. Y este informe va directamente a los órganos normativos, en este caso al Consejo Ejecutivo.  Lo que significa que el SAB no tiene autoridad para reevaluar la investigación del FFM o para evaluar cualquier opinión de los inspectores producida a título personal.

Al afirmar que el SAB “no tiene autoridad para reevaluar” las conclusiones de Douma FFM, Arias invoca una restricción que no existe.

Al citar los términos de referencia (TdR) del SAB, Arias no mencionó que, junto con la Convención sobre Armas Químicas, se permite explícitamente el establecimiento de un grupo de trabajo temporal de expertos científicos para proporcionar recomendaciones sobre "cuestiones específicas", exactamente como Propuesta del Grupo 21 de Berlín. El párrafo 9 de los términos de referencia del SAB establece:

En consulta con los miembros de la Junta [Asesora Científica], el Director General podrá establecer grupos de trabajo temporales de expertos científicos para formular recomendaciones dentro de un plazo específico sobre cuestiones específicas, de conformidad con el párrafo 45 del artículo VIII de la [Armas químicas] Convención.


 Contrariamente a la afirmación de Arias, no hay nada que le impida convocar a un grupo de trabajo de expertos científicos para revisar el "tema específico" que es la investigación de Douma, posiblemente el tema específico más controvertido internamente en la historia de la OPAQ. Sin embargo, Arias afirma que de alguna manera se ve obstaculizado por regulaciones que, en realidad, le otorgan explícitamente la autoridad para hacer exactamente lo que ahora afirma que no puede.

Al exponer esta excusa, Arias también desestimó el trabajo de los inspectores disidentes por haber sido “producido a título personal” y, por lo tanto, no sujeto a reevaluación. Sin embargo, no había nada "personal" en el informe original escrito por Brendan Whelan, completado en junio de 2018 y revisado y sancionado por otros inspectores, incluido el líder del equipo. Lo que permanece desconocido es quiénes fueron exactamente los altos funcionarios de la OPAQ que manipularon personalmente su contenido, una pregunta que Arias se ha negado a investigar.

Arias también ofreció otra excusa hueca. El jefe de la OPAQ afirmó que ya no puede volver a examinar la investigación de Douma porque ya no está "en manos" de su oficina, sino de las organizaciones de formulación de políticas de la OPAQ. Según Arias, ese poder ahora está en manos del Consejo Ejecutivo (el grupo rotatorio de 41 estados miembros que gobiernan la OPAQ) y la Conferencia de Estados Partes en pleno (todos los estados miembros de la OPAQ):

"Debo decir que el informe de la FFM dirigido a Douma está en manos del Consejo Ejecutivo y de la Conferencia. El Director General no tiene autoridad alguna para reabrir esta investigación que concluyó y fue reportada al Consejo Ejecutivo, ya través del Consejo Ejecutivo a la Conferencia. El asunto está en manos de los órganos normativos y no del Director General. El Consejo Ejecutivo ya se ocupó del asunto en marzo de 2019".

Esta es la primera vez que el Director General afirma que el informe está fuera de su control y, en cambio, está “en manos” de un organismo superior. Al introducir esta trampilla de escape, Arias ahora da la apariencia de que, en principio, ya no se opone a la reapertura de la investigación. En realidad, está eludiendo la responsabilidad de esa decisión al pasarla a los órganos ejecutivos que han bloqueado cualquier esfuerzo por discutir el encubrimiento desde el principio. Tras la publicación del informe final de Douma en marzo de 2019, el Consejo Ejecutivo rechazó inmediatamente una propuesta para escuchar a todos los expertos que trabajaron en el caso de Douma. La delegación de Estados Unidos presionó para bloquear la votación argumentando, según los informes, que tal audiencia sería similar a "juicios estalinistas".

Contrariamente a las afirmaciones de Arias, la Convención sobre Armas Químicas no respalda su afirmación de que una vez que se emite un informe final, queda "en manos del Consejo Ejecutivo y la Conferencia". El pasaje pertinente de la CAQ simplemente establece que el "Director General transmitirá sin demora los informes preliminar y final al Consejo Ejecutivo y a todos los Estados Partes". (Parte XI del Anexo sobre verificación de la CAQ, Investigaciones de presuntos usos de armas químicas, Sección D [Informes], párrafo 23.)

No hay nada que sugiera aquí que el Consejo Ejecutivo - o los Estados Partes - se convierta en el custodio de estos informes, o que la Secretaría Técnica (ST), que supervisa el Director General, de alguna manera pierda el control sobre ellos.

De hecho, esto está confirmado por la práctica anterior. Es común que la ST haga enmiendas a los informes finales y los emita sin el permiso del Consejo Ejecutivo. Dichas enmiendas, que se publican como “Anexos” oficiales de la ST a los informes publicados, pueden ser pequeñas correcciones técnicas o tipográficas, pero también importantes adiciones sustantivas.

Esta práctica incluye una investigación previa de la OPAQ en Siria. Después de publicar un informe final sobre presuntos ataques químicos perpetrados por insurgentes en Siria en diciembre de 2015 ( S / 1318/2015 / Rev.1 ), las autoridades sirias invitaron a la OPAQ a regresar para recopilar más pruebas que, según el informe, faltaban. El equipo de FFM realizó una segunda visita a Siria un mes después y publicó un Addendum al informe final, con detalles de su despliegue adicional, en febrero de 2016 ( S / 1318/2015 / Rev.1 / Add.1 ).

El Addendum no contiene ninguna mención del Consejo Ejecutivo, y no hay registro de ningún voto del CE para autorizarlo. El párrafo de apertura dice:

Esta adición proporciona información adicional al “Informe de la misión de investigación de la OPAQ en Siria sobre los incidentes descritos en las comunicaciones del Viceministro de Relaciones Exteriores y Expatriados y Jefe de la Autoridad Nacional de la República Árabe Siria” (S / 1318 / 2015 / Rev.1, de 17 de diciembre de 2015 ').

En el caso de Douma, nadie está proponiendo siquiera que la OPAQ regrese a Siria, como hizo después de emitir ese informe final de diciembre de 2015. Simplemente se le pide a la OPAQ que escuche a los propios inspectores de la investigación de Douma y atienda sus quejas. incluida la corrección del informe original de la misión. Arias está pasando la pelota a una autoridad superior inventada para evitar ejercer la suya propia.

Despreciando a los denunciantes, el jefe de la OPAQ cita una figura fabricada.

En uno de sus pocos intentos de hacer un reclamo sustantivo en defensa de la investigación de Douma, el director general de la OPAQ, Fernando Arias, ha afirmado repetidamente que "la mayor parte del trabajo analítico se llevó a cabo" en los últimos seis o siete meses, cuando los inspectores disidentes ya no formaban parte de la Misión de Investigación de Douma (FFM). Debido a esto, Arias ha afirmado que los denunciantes "tenían información manifiestamente incompleta sobre la investigación de Douma", lo que hace que sus protestas sean "atroces".

En el Consejo de Seguridad de la ONU, Arias redobló este argumento aduciendo, por primera vez, una supuesta cifra para corroborarlo. Según Arias, 70 muestras fueron analizadas por la OPAQ en los últimos seis meses de la investigación, cuando los inspectores disidentes ya no estaban involucrados. Arias hizo esta afirmación dos veces:

"El FFM, después de la partida del inspector B, trabajó durante más de seis meses, durante los cuales el equipo obtuvo la mayor parte de los resultados de la investigación. Por ejemplo, de las más de 100 muestras, se obtuvieron alrededor de 70 resultados en los últimos seis meses de la investigación.

… Por supuesto, la mayor parte de las investigaciones relacionadas con Douma se produjo después de que llegué a la Organización después de julio de 2018. De las más de 100 muestras, se analizaron más de 70 buenas muestras después del verano de 2018. La mayor parte de la investigación, la mayor parte del análisis, de toda la información que se había recopilado se produjo después de que los dos inspectores se marcharon". 

La afirmación de Arias de que “más de 70” muestras “fueron analizadas después del verano de 2018” en los “últimos seis meses de la investigación” es una falsedad demostrable. A menos que la OPAQ de alguna manera no haya reportado docenas de muestras analizadas hasta ahora, la afirmación de 70 muestras es una cifra inventada. En realidad, el informe final sobre Douma muestra que solo se analizaron 44 muestras a lo largo de todo el sondeo. Y solo 13 de esas muestras se analizaron después de la emisión del informe provisional, es decir, después de que los inspectores disidentes desaparecieron.

Con solo 44 muestras analizadas para toda la sonda, y solo 13 nuevas muestras analizadas en los últimos seis meses, esto significa que el 70% del análisis total de muestras de la investigación de Douma se llevó a cabo en su primer mes.

Invirtiendo completamente esa realidad, Arias ahora ha producido una figura falsa que pinta una imagen falsa del trabajo realizado en los seis meses posteriores a que los inspectores disidentes fueron marginados.


Según el Informe Final, el 70% del total de muestras químicas analizadas se analizaron en el primer mes de la sonda. Solo se analizaron 13 muestras en los últimos siete meses, lo que socava la nueva afirmación del DG Arias de la OPAQ de que se analizaron 70 muestras en ese período. (Extracto de la presentación de Aaron Maté ante la ONU, 16 de abril de 2021)


Al afirmar que "la mayor parte de la investigación" se llevó a cabo después de que los denunciantes ya no estaban involucrados, Arias también está borrando otras áreas críticas de trabajo realizadas en los primeros dos meses e incluidas en el informe original suprimido.

Como detallé recientemente en una presentación de la ONU, una comparación entre el informe intermedio de julio de 2018 y el informe final de marzo de 2019 muestra que la gran mayoría de la investigación ya se realizó en los dos primeros meses en múltiples áreas clave: el 100% de la investigación de la literatura científica; El 87% del total de entrevistas se había realizado y analizado; se convocó una reunión con cuatro toxicólogos de la OTAN y se llevó a cabo el 98,5% del análisis de metadatos de los archivos multimedia de Douma. Además, se informó de un estudio epidemiológico completo en el informe original, gran parte del cual se eliminó del informe final.

Esto significa que, contrariamente a lo que afirma Arias, la mayor parte del trabajo se llevó a cabo en los primeros dos meses de la investigación.

Retractándose de una falsedad, Arias la reemplaza por otra.

En el Parlamento Europeo en abril, Arias afirmó falsamente que ningún Estado parte ha desafiado ninguna de las conclusiones del informe Douma, y que Rusia incluso "está de acuerdo" con ellas:

"Las conclusiones del informe, paradójicamente, nunca han sido cuestionadas por un Estado parte. Incluso la delegación rusa está de acuerdo con las conclusiones".

El argumento inverosímil de Arias fue que, a pesar de la acalorada disputa pública de dos años sobre la investigación de Douma, ningún estado miembro la ha impugnado. Sin embargo, Siria y Rusia han desafiado enérgicamente las conclusiones del informe, dentro de la propia OPAQ y en una serie de debates del Consejo de Seguridad de la ONU.

Como The Grayzone informó anteriormente, este falso tema de conversación fue presentado por primera vez por el sitio web Bellingcat vinculado a la OTAN el año pasado. Bellingcat reprodujo extractos de una carta que, según afirmó, fue enviada por Arias en junio de 2019 al Dr. Brendan Whelan, el inspector disidente clave. Esta carta, declaró Bellingcat, "revela que a nivel diplomático a puerta cerrada, los gobiernos de Rusia y Siria han estado de acuerdo con las conclusiones del informe de la OPAQ".

Pero The Grayzone luego reveló que esta afirmación no solo era ridícula, sino que se basaba en una "carta" que en realidad nunca se envió. Grayzone obtuvo y publicó la carta real de Arias a Whelan, que no contenía ningún texto de Bellingcat.

En una señal de que ha reconocido ahora la falacia del punto promovido por Bellingcat, Arias tácitamente se dirigió de nuevo en junio en su tercera aparición en la ONU. Pero en lugar de reconocer su error anterior, lo reemplazó por uno nuevo. Arias ahora afirmó:

"Ninguno de los 193 Estados miembros de la OPAQ ha cuestionado las conclusiones del FFM de que se encontró cloro en el lugar del ataque, en Douma".

Para respaldar su afirmación sobre el cloro encontrado en la escena, Arias citó una nota verbal (correspondencia diplomática) de Rusia:

"Tengo aquí frente a mí una nota verbal de la Embajada de Rusia, fechada el 26 de abril de 2019, nota # 759 que incluye un archivo adjunto. Es un documento de la Federación Rusa, sobre la base de las conclusiones del informe de la FFM en Douma. Y esta nota me obligó a difundir este informe. Esta nota, o informe adjunto a la nota de la Embajada de Rusia en La Haya, decía: “Conclusión. La Federación de Rusia no cuestiona los hallazgos contenidos en el informe FFM con respecto a la posible presencia de cloro molecular en los cilindros, etc." Esto está en la página web de la Organización.

La propia fuente de Arias socava su afirmación. Mientras que Arias le dijo a la ONU que ningún estado ha "desafiado las conclusiones del FFM de que se encontró cloro en la escena", su evidencia para esa declaración - una nota verbal rusa - simplemente establece que Rusia "no cuestiona" que hubo un "posible presencia de cloro molecular en los cilindros".

La correspondencia de Rusia pasa a explicar por qué explícitamente no impugnar la conclusión del informe final que el cloro fue probablemente utilizado como arma química. Respondiendo a Arias en la ONU, el embajador ruso Vasily Nebenzya leyó el pasaje relevante en su totalidad:

"La Federación de Rusia no cuestiona las conclusiones contenidas en el informe FFM con respecto a la posible presencia de cloro molecular en los cilindros. Sin embargo, los parámetros, características y exterior de los cilindros, así como los datos obtenidos de las ubicaciones de esos incidentes, no son consistentes con el argumento de que fueron arrojados desde una aeronave. Es más probable que los hechos existentes indiquen que existe una alta probabilidad de que ambos cilindros se colocaron en las ubicaciones 2 y 4 manualmente en lugar de soltarlos desde una aeronave Al parecer, el material fáctico contenido en el informe no nos permite sacar una conclusión sobre el uso de un producto químico tóxico como arma. Sobre esa base, la Federación de Rusia insiste en la versión de que hubo pruebas falsas y en el carácter escenificado del incidente en Douma".

Por lo tanto, el único argumento que Rusia no impugnó es el de una "posible" presencia de cloro molecular en los cilindros que se encuentran en Douma. Eso es por razones obvias.


CBS News encontró un bote de gas amarillo en el techo de un edificio presuntamente arrojado en Douma.


Nadie ha argumentado que no existía la posibilidad de presencia de cloro. Después de todo, se encontraron dos cilindros de cloro en la escena, por lo que se podían esperar rastros de cloro. En realidad, la OPAQ ni siquiera informó de ningún hallazgo de cloro gaseoso en el cilindro. Encontraron cloruro, un producto de descomposición del cloro gaseoso, pero también una sustancia muy común en el medio ambiente y en productos domésticos como la sal de mesa y otras sales de cloruro. En teoría, el cloruro podría haberse dispersado alrededor de los cilindros.

Otra posible evidencia del uso de cloro gaseoso provino de trazas muy bajas de varios compuestos orgánicos que contienen cloro (CLOC) encontrados en la escena, la mayoría, si no todos, de los cuales pueden estar presentes en el medio ambiente. Debido a que la OPAQ no evaluó las muestras de fondo, un descuido u omisión deliberada que Whelan describió más tarde como científicamente indefendible, no pudo determinarse si estas trazas de CLOC encontradas en la escena apuntaban al uso de cloro gaseoso o si provenían de fuentes benignas.

Cuando fue desafiado en la ONU por su tergiversación de la nota verbal rusa, Arias no ofreció una refutación. En cambio, dijo lacónicamente: "La nota verbal rusa se publica y eso es lo que tienen que decir".

La voluntad de Arias de engañar a la ONU sobre los detalles de la investigación de Douma y la propia capacidad de la OPAQ para abordarla también se extiende a su retrato de los denunciantes, como explicaremos en detalle en la segunda parte de este informe.

Aaron Maté

Continuar con la lectura de la investigación

28 julio 2021

SIRIA: Armas químicas, un cuento de nunca acabar




Lo de las "armas químicas" usadas por el "régimen" sirio es ya un cuento inacabable y nada creíble por la sociedad civil alrededor del mundo, no obstante sigue siendo el mejor pretexto de las potencias atlantistas para reavivar la invasión internacional contra la República Árabe Siria (2011-2021). 


El tema de las "armas químicas" (generalmente el uso de gas cloro a manera de bomba) marca la diferencia entre la verdad y la mentira en centenares de medios de difusión alineadas al mundo pro Occidental (OTAN). "Bulos", "falsa bandera", "fake news", etc. son ya sinónimos en una interminable cadena desinformativa a la que calza a la perfección la frase "medios de embrutecimiento intensivo" en vez de "medios de comunicación".

Este es un tema que ya ha sido abordado en nuestro sitio web; de hecho la invasión yihadista, mercenaria y de la OTAN (junto con sus aliados Israel/Monarquías Absolutistas de Oriente Próximo) dio origen al nacimiento de este blog.

Como referencia a nuestro trabajo, aquí los principales enlaces:

- En la barra lateral derecha de este blog, Sección "Documentos", encontrará "Los videos manipulados de la «masacre» de la Ghouta". Haga click para acceder a esclarecedores estudios sobre un primer "ataque químico" (agosto 2013) en la región siria conocida como la Ghouta Oriental (Damasco). Se trata del análisis de las supuestas “pruebas” en vídeo del ataque químico, demostrándose tratarse de un fraude.

- En la misma barra lateral derecha, otro enlace denominado "Siria: Armas químicas" nos lleva a un valioso documento (PDF en inglés), con los errores de Estados Unidos sobre la masacre de la Ghouta y sus posibles implicaciones. El estudio científico hecho por inspectores de armas químicas de las Naciones Unidas (en inglés), titulado "Possible Implications of Faulty US Technical Intelligence in the Damascus Nerve Agent Attack of August 21, 2013"

Artículos de este blog

Siria: Armas químicas, nueva investigación? (agosto 2015)

SIRIA: LA CONSPIRACIÓN DEL MAL. Las mentiras de Occidente. Los supuestos crímenes de guerra (septiembre 2016)

El engaño mundial sobre las armas químicas usadas por el “régimen” sirio. (septiembre 2016)

El retorno de la propaganda negra contra Siria (diciembre 2016)

Los "Cascos Blancos" de Siria van a Hollywood (febrero 2017)

SIRIA: Otra vez el pretexto de las armas químicas? (1) (abril 2017). "Ataque químico" en Idlib

SIRIA: Otra vez el pretexto de las armas químicas? (2) (abril 2018)


Una aclaración más. Debido a la oportuna y veraz intervención de los servicios de inteligencia rusos, el falso bulo y escenificación cinematográfico de periódicos "ataques químicos" sería la noticia más frecuente esparcida por los medios de desinformación masiva a escala global, incluso el día de hoy. Solo cabe preguntarnos:

 

¿Para qué demonios el presidente sirio y el ejército árabe sirio querrían utilizar armas químicas sobre una población civil que repudia al yihadismo y a los "rebeldes moderados", y cuando la guerra está ya ganada

 

Solo la OTAN y sus aliados se niegan, a cualquier coste, a reconocer que la invasión a Siria fue un fracaso. Tampoco se puede negar que las fuerzas de seguridad sirias han actuado con excesiva dureza al momento de reprimir a las bandas armadas o han bombardeado áreas civiles donde se ocultan yihadistas y otras especies moderadas; pero, comparativamente ¿han observado la devastadora destrucción causada por los bombardeos de los Estados Unidos sobre la ciudad siria de Raqqa con miles de civiles muertos y/o heridos? Por desgracia, la población civil no combatiente suele ser la primera víctima de todo conflicto.

La misión de "proteger", "responsabilidad de proteger" solía decir el ex primer ministro británico John Major para invadir un país, y eso hubiese sucedido también en Siria, como antes en Yugoslavia, Irak, Libia, etc,. Solo la disuasión rusa impidió que la "democracia" sea instaurada coercitivamente en la República Árabe Siria.

El cuento no termina, nuevos episodios de los "super archi-terroristas químicos" (militares sirios) se vuelven frecuentes, pero, el rol protagónico lo escenifican  rebeldes "moderados", los cascos blancos, yihadistas y mercenarios en el papel de "defensores" de las presuntas víctimas, la población civil se ve forzada a participar como "extras", mejor dicho sin los civiles nada de la producción audiovisual sería factible. 

En Douma, abril de 2018, tuvo lugar otro incidente "químico", la historia tiene el mismo guión que los anteriores "episodios", solo cambia el plató de rodaje. Polémica servida, Estados Unidos bombardea territorio sirio, la OPAQ es incapaz de armonizar los análisis científicos produciéndose un cisma por la presión externa... en fin, es la investigación que daremos lectura a continuación. Aclarando -eso sí- que se han dado otros intentos más cercanos de presuntos ataques químicos, oportunamente denunciados a nivel mundial por las autoridades rusas que han logrado paralizar el acto teatral de los "cascos blancos" y/o "rebeldes moderados" que ya obtuvieron un Premio Óscar de Hollywood al mejor documental (2017).

Los siguientes artículos pertenecen a Aaron Maté, periodista y productor. Anfitrión de Pushback con Aaron Maté en The Grayzone. Recibió el premio Izzy (que lleva el nombre de IF Stone) por logros sobresalientes en los medios independientes en la cobertura del Russiagate en la revista The Nation. Anteriormente, fue presentador - productor de The Real News y Democracy Now. La siguiente es una entrevista publicada el 18 de noviembre de 2019 en The Grayzone. (Sus investigaciones y conclusiones serán presentadas en otros artículos)

Hay que poner mucha atención para comprender la temática.


Tito Andino


*****


ENTREVISTA 


ENTREVISTADOJonathan Steele

Veterano periodista, primer reportero en entrevistar al segundo denunciante que recientemente dio testimonio en un panel convocado por la Courage Foundation. Steele es autor y ex corresponsal extranjero en jefe de The Guardian.

ENTREVISTADORAaron Maté 

Periodista y productor. Anfitrión de Pushback en The Grayzone. Ex presentador y productor de The Real News y Democracy Now.

FECHA: 18 noviembre 2019

 

Un primer denunciante señala que la OPAQ (Organización para la Prohibición de las Armas Químicas) suprimió la evidencia química de Siria después de la presión de Estados Unidos.

Un segundo denunciante se presentó para acusar a los principales funcionarios de la OPAQ de suprimir pruebas críticas. La evidencia socava las acusaciones de que el gobierno sirio cometió un ataque con armas químicas en Douma en abril de 2018, una acusación que provocó ataques aéreos liderados por Estados Unidos. El segundo denunciante también dice que tres funcionarios estadounidenses participaron en la presión sobre la OPAQ. 


➤ Aaron Maté: Hemos estado cubriendo el escándalo que se desarrolla en la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas. Dos denunciantes de la OPAQ se han presentado para alegar que altos funcionarios suprimieron las pruebas recopiladas en el lugar de un presunto ataque con armas químicas por parte del gobierno sirio en la ciudad de Douma en abril de 2018. Pero esa evidencia nunca se hizo pública.

JONATHAN STEELE: (sobre el segundo denunciante) Bueno, él era uno de los miembros del equipo de investigadores, denominado "Misión de Investigación", que fue enviado a Siria después del presunto ataque con gas. Y era el hombre a cargo de decidir que muestras recoger del suelo y en los edificios relacionados, y decidir cómo recolectarlas, un puesto muy alto. Registraron dos edificios en particular, uno que tenía un cilindro en el techo y el otro que tenía un cilindro en el piso superior de un edificio cercano, justo debajo de un agujero en el techo.

Ahora, los rebeldes afirmaron que estos dos cilindros contenían cloro gaseoso, habían sido arrojados desde helicópteros del gobierno sirio, por eso estaban en la posición donde fueron encontrados. Pero había dudas sobre eso. También hubo dudas sobre la cuestión de si realmente había habido gas.

El primer denunciante, su evidencia se filtró en el informe en marzo de este año, hablé con él por teléfono, llegó a la conclusión que fue aceptada por todos excepto por otro miembro del equipo, que había una mayor probabilidad de que estos cilindros hubieran sido colocados manualmente en el lugar donde fueron encontrados, en lugar de ser arrojados desde helicópteros.

Bueno, el nuevo denunciante no se estaba ocupando de los cilindros como tales; estaba lidiando con si había gas en el medio ambiente. Ahora, el gas de cloro se degrada muy rápidamente, por lo que para cuando los inspectores llegaron al suelo, que fue aproximadamente dos semanas después del presunto ataque con gas, se habría evaporado y desaparecido. Pero eso no significa que no haya posibilidad de averiguar si se ha utilizado gas. Porque, mientras se degrada, contamina o actúa con otros químicos que se encuentran en el medio natural. Y así, puede probar lo que se llaman químicos orgánicos clorados, COC, para ver si los niveles son diferentes de los que se encuentran en el ambiente natural, en el agua potable, en los hogares o en el suelo.

Y tomaron estas muestras, cuando regresaron a La Haya, a la sede de la OPAQ, fueron enviadas a dos laboratorios designados para ser analizadas. Y este denunciante esperaba ansiosamente saber cuáles eran las conclusiones. Y pasaron las semanas, no pasó nada, y luego descubrió que la gerencia había recibido los resultados. No se los había transmitido a él ni a los demás miembros del equipo. Y también descubrió que los niveles de COC, productos químicos orgánicos clorados, en las muestras recogidas en estos edificios clave, eran más bajos, más bajos que los que se encuentran en el entorno natural.

Entonces, esto sugirió que no pudo haber habido un ataque de gas, porque hubiera esperado que fueran más altos, no más bajos. También descubrió que se iba a emitir un informe, que no contendría sus hallazgos ni su análisis, pero afirmaría que los niveles no eran más bajos que en el medio natural. En otras palabras, las pruebas de laboratorio serían totalmente ignoradas y él se quejó a la alta dirección al respecto.


➤ AARON MATÉ : ¿Y qué le dijo la dirección cuando se quejó?

JONATHAN STEELE: Bueno, inicialmente se quejó al director general de la OPAQ, la persona principal, quien dijo que deberían volver a mirar y producir un informe diferente, no el informe de gestión que vio el denunciante.

Pero mientras preparaban este nuevo informe, él y sus colegas insistieron al jefe del equipo de investigación, que en realidad también era otro tunecino llamado Sami Barrek, que debían incluir los niveles más bajos de AOC en el informe, de lo contrario, esto sería distorsionar el análisis de laboratorio que acababan de recibir. Y recibieron promesas de que eso sucedería. Pero luego, dos días antes de que saliera el informe, descubrió que, después de todo, no habían incluido los niveles más bajos de AOC, y eso salió en el informe provisional en julio del año pasado.

Y luego, en marzo de este año, se publicó el informe final, que nuevamente excluyó los bajos niveles de AOC. Y así, concluyeron los denunciantes, sobre la base de los resultados, que no había habido un evento relacionado con productos químicos. No fueron tan lejos como para decir que la cuestión había sido puesta en escena. De hecho, el informe original del examen de cilindros del año anterior tampoco había dicho eso. Pero se podía hacer la inferencia: si no hubo un ataque de gas químico, ¿cómo habían llegado estos cilindros a la posición que tenían?


➤ AARON MATÉ: Bueno, el primer informe, el que fue suprimido y finalmente filtrado, fue escrito por Ian Henderson, decía que se podía deducir que los cilindros se colocaron manualmente. Sugerir ... no dijo esta parte, pero después de decir eso, si dices que los cilindros se colocan manualmente, eso sugiere que el ataque estaba organizado.


JONATHAN STEELE: Correcto. Porque, por supuesto, los rebeldes estaban a cargo de la zona en el momento del presunto ataque con gas. Aproximadamente una semana después, perdieron el control. Quiero decir, ya habían perdido el control de una gran parte de Douma. La última parte la perdieron, y todos escaparon, muchos de ellos se fueron a Turquía. Y así, para cuando el gobierno sirio entró allí, era razonable y seguro que los inspectores entraran.

Por cierto, en todas las investigaciones de la OPAQ sobre ataques con gas químico por parte del gobierno sirio, esta era la primera vez que se les permitía entrar en tierra, porque cuando los rebeldes tenían el control de áreas, a pesar de que afirmaban había habido ataques con gas, la OPAQ no pudo entrar. O decidieron no entrar o decidieron que la seguridad no era lo suficientemente buena para poder entrar. Entonces, este episodio de Damasco… Douma fue crucial. Los inspectores por primera vez se habían comprometido a ir a la zona y recoger muestras del suelo donde supuestamente se estaba produciendo el ataque con gas.


➤ AARON MATÉ: Y solo para especificar, cuando dices que los rebeldes, el grupo que controlaba Douma en ese momento era una milicia extremista respaldada por Arabia Saudita y financiada por Arabia Saudita llamada Jaysh al-Islam , y ...

JONATHAN STEELE: Jaysh-al-Islam, que significa en árabe el Ejército del Islam.


AARON MATÉ: Correcto. Y la razón por la que esta historia es aún más significativa es porque esto ... la acusación de que hubo un ataque con armas químicas por parte del gobierno sirio provocó, por segundo año consecutivo, ataques aéreos de Estados Unidos, también junto con Gran Bretaña y Francia. Y ahora estamos escuchando a dos denunciantes decir que el fundamento de esas hechos estaba equivocado.

Pero en ese punto, tiene un detalle sorprendente en su artículo, sobre las afirmaciones del segundo denunciante, donde informa sobre esto. Lo leeré. Está hablando de Bob Fairweather, que era el jefe de gabinete en la OPAQ, un funcionario de alto rango allí, y está describiendo los intentos del denunciante de tener sus muestras ... incluir las muestras y tener todas las pruebas. Y escribe esto:

“El 4 de julio hubo otra intervención. Bob Fairweather, el jefe de gabinete, invitó a varios miembros del equipo de redacción (de la OPAQ) a su oficina. Allí encontraron a tres funcionarios estadounidenses que fueron presentados rápidamente sin dejar en claro a qué agencias estadounidenses representaban. Los estadounidenses les dijeron enfáticamente que el régimen sirio había llevado a cabo un ataque con gas y que los dos cilindros encontrados en el techo y el piso superior del edificio contenían 170 kilogramos de cloro. Los inspectores abandonaron la oficina de Fairweather, sintiendo que la invitación a los estadounidenses a dirigirse a ellos era una presión inaceptable y una violación de los principios declarados de independencia e imparcialidad de la OPAQ ".


➤ Entonces, Jonathan Steele, háblenos de eso. Tenemos una intervención aquí de tres funcionarios estadounidenses anónimos.

JONATHAN STEELE: Bueno, es más o menos exactamente como leíste en mi artículo reciente.


➤ AARON MATÉ: Sabes, es interesante, el panel que escuchó el testimonio del segundo denunciante incluyó a José Bustani, el primer… director general fundador de la OPAQ. Y Bustani es famoso porque básicamente fue expulsado de su trabajo por Estados Unidos, y John Bolton lo amenazó infamemente.


JONATHAN STEELE: Así es. Fue el primer director general de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, que recién comenzó en 1997. Estados Unidos estaba en ese momento, obviamente, aumentando la presión contra el Irak de Saddam Hussein. Y la OPAQ había iniciado conversaciones con Bagdad, con la gente de Hussein, sobre si Irak se uniría a la Convención sobre Armas Químicas. Se estaban uniendo varios países; los diferentes países tardaron un poco en incorporarse. Y Estados Unidos aparentemente, y solo podemos especular las razones, pensó que esto socavaría su caso de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, si aceptaba voluntariamente unirse a la Convención de Armas Químicas, que obviamente incluye la promesa de que no tienes armas químicas y las has destruido todas.

Entonces, esto habría socavado el caso de la invasión de Irak en 2003, y John Bolton estaba muy interesado en que Bustani detuviera las negociaciones con Irak. Y Bustani inicialmente se negó, y finalmente lo obligaron a salir y le dijeron que tenía que renunciar. Y así, supuestamente (ellos) amenazaron con presionar a su familia. Dijeron: "Sabemos dónde viven sus hijos". En esa etapa, sus hijos vivían en la ciudad de Nueva York.


➤ AARON MATÉ: Y ahora, 16 años después, parece que, con base en lo que informan aquí, tenemos otro caso de presión estadounidense, presión política, sobre la OPAQ por un evento de gran trascendencia que involucra a la fuerza militar estadounidense. Jonathan Steele, como un periodista veterano, ¿está sorprendido hasta ahora por la falta de atención global a esta historia? Parece un gran escándalo. Dos denunciantes del principal organismo de control de armas químicas del mundo alegando un posible fraude.


JONATHAN STEELE: Bueno, estoy bastante sorprendido, porque, quiero decir, la gente no tiene miedo de criticar la política exterior de Estados Unidos, o la política exterior británica, la política exterior francesa, en general. Entonces, no es un tema tabú criticar a las grandes potencias por la forma en que operan. Pero, de alguna manera, creo que en este caso sirio, porque Bashar al-Assad, el presidente de Siria, ha sido tan fuertemente demonizado, además de que Rusia está siendo demonizada bajo Vladimir Putin, y Putin es, por supuesto, un aliado que ayuda a proteger al gobierno sirio. parece que se les considera tan, tan malvados, que cualquier cosa que les quite un poco la presión es difícil de analizar e investigar por los grandes medios, al parecer. Quiero decir, solo puedo especular por qué no querían hacerlo. Esa es mi suposición...


➤ AARON MATÉ: Los denunciantes, ambos, dicen que quieren testificar en una próxima sesión de la OPAQ. ¿Pueden hablar sobre las inquietudes que quieren llevar a esa sesión, que tendrá lugar a finales de este mes, y si cree que se les permitirá hacerlo?


JONATHAN STEELE: Bueno, hay ... en los estatutos de la OPAQ, se dice que los inspectores tienen derecho a registrar el disenso y el desacuerdo, sin temor a consecuencias adversas para sus carreras, su libertad o sus perspectivas de ascenso, etc. Y, por lo tanto, realmente quieren ejercer su derecho a expresar su desacuerdo con el informe oficial tal como se publicó, tanto el informe intermedio como el final. Y hablar con todos los 193 Estados Miembros de la OPAQ, que está llevando a cabo su 25 ª conferencia anual a partir de noviembre.

Y parece una demanda bastante razonable. Quiero decir, el denunciante que escuché en Bruselas el mes pasado tuvo una presentación en PowerPoint muy impresionante, que probablemente le gustaría mostrar si obtiene permiso para hacerlo en La Haya dentro de una semana. Pero no se si a ellos ... se les dará permiso para hacer eso o no, porque las mismas personas que han distorsionado este informe probablemente no querrán que haya ningún desacuerdo público en la conferencia anual...


➤ AARON MATÉ: Finalmente, Jonathan Steele, al hablar con el segundo denunciante, ¿cuál fue su impresión de él? ¿Crees que quería hacerlo de esta manera, o esperaba que esto se pudiera resolver internamente?


JONATHAN STEELE: Definitivamente esperaba que se resolviera internamente. Y también lo fue Ian Henderson, quien escribió el informe sobre que los cilindros de gas probablemente se colocaron manualmente en el suelo en Douma.

Creo que el punto ... el punto básico es, y me alegra que hayas hecho la pregunta, que estos son científicos profesionales. Han trabajado durante muchos años en la OPAQ. No habrían sido enviados a Siria para recoger pruebas si hubieran tenido fuertes opiniones políticas de un tipo u otro. Simplemente se sienten molestos porque las conclusiones científicas profesionales han sido rechazadas en favor de respuestas políticamente sesgadas que favorecen la agenda de política exterior de ciertos estados occidentales poderosos. Sienten que la ciencia se ha corrompido.


➤ AARON MATÉ : Finalmente, usted se acercó a la OPAQ y les pidió que respondieran a las denuncias de los denunciantes. ¿Qué… qué te dijeron?

JONATHAN STEELE: Bueno, de nuevo, como con el sr. Fairweather, lo hicieron ... simplemente no respondieron. Hubo mucho tiempo, como no los estaba apurando, hay mucho tiempo y todavía no han respondido. Entonces, no se qué conclusiones sacas de eso.


➤ AARON MATÉ: Bueno, lo dejaremos ahí por ahora y continuaremos cubriendo esta historia. Espero que vuelvas para unirse a nosotros, Jonathan Steele... muchas gracias.


JONATHAN STEELE: Gracias por invitarme.


*Este es solo un extracto de la entrevista. Si desea dar lectura a la entrevista completa -en inglés- acceder al siguiente enlace:

Whistleblower: OPCW suppressed Syria chemical evidence after US pressure. AARON MATÉ·NOVEMBER 18, 2019

Lea el artículo de Jonathan Steele en Counterpunch (en inglés): 

The OPCW and Douma: Chemical Weapons Watchdog Accused of Evidence-Tampering by Its Own Inspectors. (La OPAQ y Douma: El organismo de control de las armas químicas acusado de manipulación de pruebas por sus propios inspectores).


CONTIUAREMOS CON LAS ÚLTIMAS ACTUALIZACIONES...

05 julio 2021

La metamorfosis de la mafia en Norteamérica



por E. J. Rodríguez

JotDown


Si comparásemos a la mafia siciliana con un virus, podríamos decir que el virus original terminó fracasando cuando se inoculó en América en su forma original. La mentalidad italiana y las costumbres criminales de Sicilia resultaban demasiado conflictivas y ruidosas en un país, Estados Unidos, donde todo puede amplificarse hasta lo imaginable y donde resulta mucho más difícil mantener la ley del silencio. Si la mafia estadounidense sobrevivió fue solamente porque el virus original mutó en un organismo más complejo, más adaptado al nuevo entorno. 


Requeriría todo un libro explicar esta evolución, pero aquí seremos más breves y nos bastaremos con algunos episodios clave que nos muestran por qué los mafiosos italianos descubrieron que no podían seguir comportándose igual al otro lado del Atlántico.


Acto I: 

En América… la gente habla


Mulberry Street, Little Italy, New York, ca. 1900. Fotografía: Detroit Publishing Co. / Library of Congress.


12 de abril de 1909. Antigua catedral de St. Patrick de Manhattan. Doscientas mil personas se congregan para despedir a Giuseppe Petrosino, el gran héroe de los inmigrantes italianos de Nueva York, que acaba de morir. Petrosino no es un actor, ni un jugador de béisbol, ni siquiera un boxeador famoso. Es un teniente de policía que ha intentado liberar a miles de trabajadores y pequeños comerciantes del yugo de la Mano Negra, una extorsión importada de Sicilia y ejercida por grupos de criminales en todos los barrios italianos de las principales ciudades estadounidenses.

Pocos se libraban de la Mano Negra. En cuanto un inmigrante italiano lograba salir adelante y ganar algo de dinero, recibía una carta amenazante reclamando una parte, firmada con el dibujo de una calavera, un cuchillo, un revólver humeante o la impresión de una mano embadurnada de tinta negra. Los principales objetivos del chantaje eran los negocios, las tiendas y las pequeñas empresas, pero también muchos obreros y asalariados. De hecho se estima que alrededor de un 90 % de los inmigrantes llegaron a ser extorsionados. Si no accedían a pagar, las consecuencias podían ser terribles: una paliza y unos cuantos huesos rotos, el incendio de su negocio o su hogar, incluso el secuestro y asesinato de ellos o de alguno de sus familiares. Las historias que se contaban en la calle y que ocasionalmente saltaban a la prensa eran escalofriantes: ciudadanos que aparecían asesinados dentro de un barril, o peor aún, tétricos ejemplos de crueldad como el secuestro del hijo pequeño de un comerciante que sería devuelto a su familia dentro de una cesta… descuartizado. Historias que nos dicen cuál era el estado de pánico en el que vivía la mayor parte de inmigrantes italianos a principios del siglo XX. Incluso el famoso tenor italiano Enrico Caruso fue víctima de la Mano Negra: cuando se disponía a actuar en Nueva York, una banda local decidió que el cantante tenía que aportar su cuota como todo el mundo. Caruso recibió la correspondiente carta amenazante y, asustado, accedió a pagar. ¡Un tremendo error! Solamente consiguió que empezasen a llegar más cartas pidiendo cantidades todavía mayores de dinero. Finalmente se decidió a acudir a la policía, pero tuvo que llevar escolta a raíz de aquello hasta prácticamente el fin de sus días.


Giuseppe Michele Pasquale Petrosino, JOE PETROSINO, nacido en Salerno Italia en1860, policía de New York (Escuadrón Secreto contra la "Mano Negra". Petrosino viajó a Italia en febrero de 1909, llevaba los nombres de criminales italianos, entre ellos: Giuseppe Morello, Ignazio Lupo, Giuseppe Fontana, Carlo Costantino y Antonio Passananti para obtener sus certificados penales para su extradición de Estados Unidos. El 12 de marzo de 1909, Petrosino fue muerto a tiros en la Piazza Marina, Palermo, se había convertido en el primer y único oficial de la policía de Nueva York en ser asesinado en suelo extranjero mientras estaba de servicio. (Nota adjunta del editor del blog)


El teniente Joe Petrosino, nuestro hombre, había visto cómo la Mano Negra reinaba en las calles mientras la policía apenas se inmiscuía, y consideraba aquel chantaje un «asunto de inmigrantes». Los italianos de Nueva York se sentían indefensos ante los criminales, entre ellos un buen número de mafiosos que pretendían hacer de Manhattan una nueva Sicilia y que tenían barrios enteros bajo su férreo control. Los agentes de la policía neoyorquina —en su mayor parte de origen irlandés— rara vez hablaban italiano y se limitaban a patrullar para evitar los brotes más visibles de violencia, pero sin investigar a fondo la extorsión endémica o aquellos crímenes sangrientos que no llamasen la atención de la prensa. En aquellos barrios, ante la pasividad policial, imperaba la ley del silencio y nadie se atrevía a denunciar a nadie. Pero Joe Petrosino estaba decidido a cambiar el estado de las cosas. Y lo hizo, en solamente unos meses. Cuando hubo conseguido hacerse un nombre en su profesión, labrándose el respeto de sus superiores (incluyendo a Theodore Roosevelt, por entonces comisario de la policía) solicitó crear un cuerpo especial formado por agentes italoamericanos, cuyo objetivo sería el de acabar con la Mano Negra. Inmediatamente se convirtió en el terror de los chantajistas.

Gracias a Petrosino y su nuevo escuadrón, los mafiosos implicados en los asuntos de extorsión aprendieron rápidamente que Nueva York no era Sicilia. Sí, en su isla de origen la omertà funcionaba siempre, incluso entre la gente ajena a la mafia. Pero en América funcionaba solamente cuando la policía se desentendía, y si los ciudadanos no hablaban era porque no se sentían respaldados, no porque no quisieran denunciar una situación de la que muchos, especialmente los sicilianos, habían querido huir al cruzar el Atlántico. Cuando en 1908 el teniente Petrosino se puso manos a la obra, los inmigrantes comenzaron a responder positivamente a sus peticiones de colaboración. El heroico teniente no reparó en esfuerzos. No se quedó detrás de la mesa de un despacho: él mismo recorría los barrios a pie, hablando con comerciantes y vecinos, prometiendo a quien le diese información que no lo abandonaría a su suerte. Así se ganó la confianza de mucha gente que quizá en Sicilia no hubiese abierto la boca, pero que en Nueva York estaba muy dispuesta a hablar. Aquellas investigaciones pronto dieron fruto y Petrosino empezó a llevar a los tribunales casos bien construidos, con testigos creíbles. Casos que en un alto porcentaje terminaban con los malhechores en la cárcel o en un barco de vuelta a Italia. Entre sus mayores logros, por ejemplo, estuvo la inmediata deportación a Sicilia del importante jefe mafioso Vito Cascioferro, quien ya había echado raíces en Nueva York.

Naturalmente, los criminales italianos y muy particularmente los mafiosos sicilianos de Manhattan declararon a Joe Petrosino su enemigo número uno. Lo consideraban especialmente peligroso porque era honrado y porque no podían comprarlo ni chantajearlo. Soñaban con enviarlo a la tumba. Sin embargo, sabían que asesinar a un policía en suelo americano podía traerles muchos problemas, porque las autoridades estadounidenses —al contrario que las sicilianas— no estaban dispuestas a hacer la vista gorda ante algo así. Asesinar a un policía en Nueva York era, pues, tabú. En consecuencia, los mafiosos neoyorquinos estaban entre la espada y la pared; no podían matar a Petrosino, no podían amenazarle, no podían comprarle… era una guerra que tenían perdida. El esforzado teniente, sin embargo, les puso la ocasión en bandeja: pensando que la policía neoyorquina necesitaba coordinarse con la siciliana para controlar el problema mafioso desde su mismo origen, planeó un viaje secreto a la isla mediterránea. No fue una buena idea. El viaje se filtró misteriosamente a la prensa el mismo día de su salida y al poco de llegar a Sicilia murió tiroteado en una plaza de Palermo, donde los mafiosos sabían que las autoridades no iban a perseguir el crimen. Así, a balazo limpio, se apagaba la gran esperanza de los inmigrantes italianos de Manhattan. Petrosino regresó a su ciudad metido en una caja y el funeral que recibió, como decíamos, fue multitudinario.

Sus esfuerzos fueron tan heroicos como breves, sí, pero no fútiles. La mafia le ganó la última batalla en vida, pero Petrosino continuó ganando batallas después de muerto, como el Cid. Puso de manifiesto que a la mafia no le interesaba comportarse en Estados Unidos como lo hacía en Sicilia, ejerciendo un tipo de extorsión rural que solo iba a causarles problemas. En Estados Unidos la ley podía funcionar y por tanto, podía haber ciudadanos que confiasen en la ley y estuviesen dispuestos a delatar a los extorsionadores. Ni el más temido de los mafiosos estaba en condiciones de impedir que en un barrio donde se apretujaban miles y miles de italianos alguno de ellos fuese a hablar con la policía. El asesinato de Petrosino fue una victoria pírrica para la Mano Negra y la extorsión directa sobre los ciudadanos de a pie estaba condenada a desaparecer. Los jefes mafiosos tenían otros negocios a los que dedicarse y no querían tener encima a un nuevo Petrosino entorpeciendo sus actividades. Los propios jefes mafiosos empezaron a limpiarlas calles de chantajes innecesarios, cambiando la extorsión directa a los ciudadanos por una actitud de falso paternalismo (en la película El Padrino II podemos ver escenificado este cambio con la sucesión de poder entre Don Fanucci, ejecutor de la Mano Negra, y Vito Corleone). Ahora se trataba de intentar ganarse a la gente de los barrios haciéndoles favores, evitando además el asesinato de inocentes y otras barbaridades que pudiesen llamar la atención de la prensa y las autoridades.

Las bandas que se empeñaban en seguir ejerciendo la Mano Negra, que las hubo, empezaron a cambiar o empezaron a desaparecer. Terminaron siendo absorbidas por lo que ya era el germen de la Cosa Nostra estadounidense, que en lugares como Manhattan iba creciendo en tamaño y poder, cada vez más centrada en fuentes de dinero alejadas del chantaje ciudadano. Los líderes de las antiguas bandas podían elegir entre renunciar a las prácticas de la Mano Negra y ponerse al servicio de la nueva mafia neoyorquina, o bien podían morir. La decisión era bien fácil. Como consecuencia, empezaron a surgir jefes mafiosos decididos a unificar el crimen italiano en cada ciudad, y particularmente en el epicentro de la mafia estadounidense, Nueva York. Las bandas sicilianas empezaron a transformarse en organizaciones, cada vez más ramificadas, donde empezaba a penalizarse el ataque injustificado a ciudadanos inocentes.


Mulberry Street, Little Italy, New York, ca. 1900. Fotografía: Detroit Publishing Co. / Library of Congress.


Acto II

En la guerra todos pierden

Giuseppe Morello nació en el hoy legendario pueblo de Corleone, donde se inició en la mafia, pero tuvo que emigrar a los Estados Unidos para escapar de una condena carcelaria. Tras unos difíciles comienzos en América ejerciendo diversos trabajos de mala muerte (incluyendo la recolección de algodón) abrió un local nocturno en Nueva York y desde allí empezó a dirigir una organización criminal con la que empezó a imponerse a las bandas más dispersas de la ciudad, como las dedicadas a la Mano Negra. El objetivo de Morello era reinar en los bajos fondos de Manhattan y lo consiguió.

Obviamente no era el único mafioso que lo intentaba. El principal escollo era otro temible mafioso llamado Ignazio Lupo, pero ambos entendieron que tenían mucho que ganar si llegaban a un acuerdo y solucionaron el futuro por la vía dinástica: Lupo se casó con la hermana de Morello, y ¡asunto arreglado!

Evidentemente Morello no tenía tantas hermanas como para asimilar a todos los aspirantes a reinar en Manhattan, así que tampoco dudaba en actuar a la siciliana, borrando del mapa a todo el que no quisiera ingresar como subordinado en su nueva alianza. Su método favorito era el de meter los cadáveres de los jefes rivales en un barril que después abandonaba en algún callejón o enviaba por correo fuera de la ciudad, una costumbre que los mafiosos italianos copiaron de los gánsteres irlandeses.

El ascenso de Morello, por cierto, coincidió en el tiempo con el efecto demoledor de las investigaciones de Joe Petrosino, así que lo tuvo bastante fácil para imponer una nueva mentalidad.

La organización por él fundada fue la primera verdaderamente importante de la mafia neoyorquina: hoy conocemos aquella banda como «familia Genovese», la más antigua de las grandes Cinco Familias de Nueva York, las mismas que han inspirado tramas de ficción como El Padrino o Los Soprano.

En 1909, sin embargo, el reinado de Morello quedó truncado por una condena carcelaria. Encerrado, no pudo evitar que otros se apoderasen de sus negocios y cuando salió en libertad once años después muchas cosas habían cambiado. Su antigua organización estaba ahora en manos de un ambicioso compatriota llamado Giuseppe Masseria, al que todos conocían como «Joe el Jefe» y que era básicamente el nuevo rey de Manhattan. Nadie en las calles dudaba del liderazgo de Masseria. En cambio, pocos se acordaban ya de Morello, a quien después de una década languideciendo en una celda no le quedaba nada excepto la lealtad de algunos viejos compinches como Umberto Valenti, su antigua mano derecha. Con todo, los años de cárcel no habían ablandado a Morello y estaba muy dispuesto a recuperar lo que todavía consideraba suyo. Máxime cuando la ley seca estaba convirtiendo el tráfico de alcohol en un negocio increíblemente lucrativo, monopolizado por la mafia en muchos barrios de Nueva York, y del que Giuseppe Morello quería su parte. Quería volver a ser el jefe. Pese a estar en franca inferioridad y contando poco más que con la ayuda de su fiel Valenti, se lanzó a una campaña para eliminar a Joe Masseria, como si estuviese en las calles de Sicilia.


Arriba:  Giuseppe Morello. En el centro: Ignazio Lupo.
 Abajo: Giuseppe Masseria

En los años veinte, de hecho, las guerras abiertas entre bandas mafiosas eran muy habituales en América, como lo eran en Sicilia. Sin embargo, como en tantos otros aspectos, los mafiosos tendrían que aprender nuevas formas de hacer las cosas.


Morello fracasó en el primer intento de asesinar a Masseria (quien, claro, se puso inmediatamente en alerta) y ante la oportunidad perdida se apresuró a enviar un mensaje de paz, solicitando una reunión para que ambos se estrechasen la mano amistosamente y firmasen la paz. Masseria aceptó asistir a la reunión. La cita quedó programada. Ninguno de los dos, claro, hizo acto de presencia. En su lugar, Morello envió a Umberto Valenti para que asesinase a Masseria en cuanto este apareciese, y por su parte Masseria envió a varios sicarios para que matasen a Morello. ¿El resultado? Los sicarios de Masseria se encontraron con Valenti, lo acorralaron en una esquina y uno de ellos —Charlie Luciano, más adelante conocido como «Lucky» Luciano, que estaba tomando buena nota de cómo funcionaban las guerras por el poder— se encargó de eliminar a Valenti a tiros.

Sin su aliado Valenti y recién salido de la cárcel, Morello se había quedado solo. Sobre el papel era hombre muerto. En Sicilia, no cabe duda, hubiera sido el objeto de una inmediata vendetta.

Pero en Sicilia la mafia no tenía rivales, mientras que en América había mucha competición: gánsteres irlandeses, judíos, holandeses, polacos, rusos, jamaicanos, afroamericanos… una guerra interna podía debilitar a la mafia frente a todos ellos. Masseria entendió que no valía la pena enturbiar las calles por un solo hombre y además apreciaba el talento de Morello, así que no solamente le perdonó la vida prescindiendo de toda vendetta sino que le ofreció el puesto de consigliere en su organización. Morello aceptó, sabiendo que sacaría más provecho a los negocios como número dos vivo que morir como aspirante a ser el número uno. Así, los dos enemigos encarnizados se convirtieron en estrechos colaboradores. La continua pelea por el liderazgo y la vendetta eran malas para los negocios; hacían perder tiempo, dinero y valiosos soldados. La violencia, además, atraía la atención policial. No, no podían hacerse las cosas como en Sicilia.

Pero un siciliano de la vieja escuela —un «Moustache Pete», como se los llamaba por la extendida costumbre de llevar bigote— difícilmente podía librarse de todos los hábitos propios de la Sicilia rural. Vito Cascioferro, el mismo al que Joe Petrosino había deportado casi dos décadas atrás, no había olvidado las enormes posibilidades de lucro que había en América y desde la misma Sicilia, pese a su avanzada edad, continuaba empeñado en hacerse con las riendas. Envió a un contingente de mafiosos con orden expresa de hacerle la guerra a Joe Masseria para apoderarse de Manhattan. Estos mafiosos, muchos de ellos procedentes de la ciudad de Castellammare del Golfo y liderados por Salvatore Maranzano, iban a hacer estallar una nueva guerra que iba a costar sangre, sudor, lágrimas y sobre todo mucho, mucho dinero.

Durante esta nueva lucha por el poder murió asesinado Giuseppe Morello. También Charlie Luciano estuvo a punto de morir (el que sobreviviera a un brutal ataque le valió el apodo de «Lucky», afortunado). Pero Joe Masseria no parecía particularmente afectado por los ataques a sus máximos hombres de confianza. La guerra, a fin de cuentas, era algo natural en la mafia. Ante la pasividad de su jefe, Luciano decidió tomar la iniciativa: pensaba que Maranzano estaba ganando la guerra, así que firmó un acuerdo traicionando a Masseria, a quien hizo asesinar en un restaurante. De este modo, Maranzano ganaba y se convertía en el nuevo rey de la mafia neoyorquina, a la que dividió en cinco grandes «familias»Luciano, como premio por haberle vendido a Masseria, recibió el liderazgo de una de ellas.


Charles "Lucky" Luciano, su verdadero nombre era Salvatore Lucania

Pero el acuerdo entre un mafioso de la vieja escuela como Maranzano y otro crecido en Nueva York como Luciano no podía perdurar. Tenían mentalidades demasiado diferentes, y esto era un problema que se producía entre generaciones enteras de mafiosos. Maranzano veía la mafia como una secta gobernada por una lealtad tradicional no muy distinta de como era gobernada en Sicilia. Luciano, en cambio, la veía como una gran empresa. La desconfianza mutua prolongó la guerra. Luciano y Maranzano se citaron para una reunión con el objetivo de asesinarse mutuamente. Luciano se adelantó y varios de sus compinches mataron a Maranzano con una buena dosis de cuchilladas y disparos.

Ahora que Luciano era el jefe absoluto de la mafia neoyorquina, sintió que no bastaba con haber alcanzado el poder, sino que había que garantizar que las costosas guerras no siguieran produciéndose y para ello tenía que desterrar la vieja mentalidad siciliana de la mafia estadounidense. Él ya había vivido dos guerras internas y sabía que eran lo último que la mafia necesitaba para que sus negocios prosperasen.

Todavía quedaban muchos mafiosos de la vieja escuela a quienes Luciano consideraba atrasados, fanáticos, incultos y poco aptos para los negocios en Estados Unidos. También sabía que, de acuerdo a los viejos códigos, no pocos de ellos intentarían vengar a Masseria o Maranzano, según el bando al que hubiesen apoyado… y Luciano, claro, se los había cargado a ambos. Así que, decidido a renovar por completo la mafia, Lucky Luciano envió a sus sicarios para asesinar a un número indeterminado de veteranos, borrando de un plumazo la influencia directa de la mafia siciliana sobre la estadounidense, convertida ahora en un ente autónomo y diferenciado.

Después repartió el poder entre aquellos que veían los negocios de la misma manera que él y fundó un consejo directivo —la «Comisión»— encargado de procurar que los conflictos entre familias mafiosas se resolviesen mediante acuerdos y consensos, no a tiros. La purga de mafiosos de la vieja escuela no acabó definitivamente con las guerras internas en la Cosa Nostra, desde luego, pero sí redujo su frecuencia e intensidad.

La mafia estaba para ganar dinero, pensaba Luciano, y los constantes intentos de desbancar a los jefes perjudicaban al negocio. Las vendettas al estilo siciliano eran indeseables y debían ser solamente un recurso de última necesidad en casos que no se pudiesen resolver de otra manera. Como efecto de la revolución de Luciano, la Cosa Nostra vivió un periodo de estabilidad y solidez hasta entonces desconocido.


Portada del libro "Lucky Luciano" de Tim Newark. Cuenta la leyenda que en los años 30 se reunieron en Nueva York tres importantes representantes de la mafia para elegir un líder entre ellos. Se trataba de Charles “Lucky” Luciano, Meyer Lansky y Benjamin “Bugsy” Siegel, éstos últimos representando a la mafia judía. Acordaron reunirse en una sala y no salir hasta arreglar el asunto. Antes de cerrarse la puerta, entró veloz un niño con un periódico en la mano y se lo entregó a “Lucky” Luciano para después abandonar la sala. “Tú serás nuestro líder”, le dijo Meyer Lansky. “Pero ¿cómo?” contestó Luciano. “Verás, antes de entrar, le he dicho a mis secuaces que fuesen a los niños que hay en la acera de enfrente, le diesen un periódico a uno y le dijesen que entrase en la sala y se lo diese al jefe…porque el jefe, tiene que parecer el jefe”.


Acto III

Una mafia que ya no es como la mafia

En 1963, los estadounidenses pudieron contemplar atónitos la retransmisión de un comité senatorial que investigaba al crimen organizado. Por primera vez en su historia, un miembro de poca importancia de la Cosa Nostra, Joe Valachi, hablaba públicamente sobre la estructura interna de la mafia.

El público había asociado siempre al crimen organizado con la grandilocuencia casi hollywoodiense del famoso Al Capone, pero ahora descubrían un submundo repleto de secretismo, ceremonias de iniciación y juramentos vivamente descritos por Valachi para asombro de toda la nación. Los estadounidenses de los sesenta sintieron que en su país se les había inoculado una extraña organización cuasi medieval procedente de una lejana y exótica isla mediterránea. Algo que no se parecía en nada a la organización de Capone.

En realidad, el oscurantismo descrito por Valachi y que tanto impresionó a la opinión pública, ocultaba que la mafia había cambiado mucho desde su llegada a las costas americanas. No solamente por la eliminación de la extorsión más básica o por la purga llevada a cabo por Lucky Luciano, sino por la influencia de bandas criminales. Paradójicamente, la mayor influencia venía de la del propio Al Capone. El famoso «Scarface» había nacido en Brooklyn y nunca perteneció a la mafia, aunque creció junto a algunos futuros miembros, colaboró estrechamente con jefes mafiosos y conocía bien su entramado. Pues bien, su forma de hacer las cosas fue tan exitosa en muchos aspectos que los nuevos jefes mafiosos como Luciano pensaron que imitarle no era una mala idea.


Alphonse Gabriel Capone -AL CAPONE- (1899-1947), ficha policial de junio de 1931.

Uno de los motivos por los que al FBI le costó tanto encarcelar a Capone era la imposibilidad de relacionarlo con cualquiera de los crímenes que su organización cometía constantemente.

Cada persona medianamente informada en los Estados Unidos (¡y en todo el planeta!) sabía perfectamente que Capone era el responsable de esos crímenes, pero no había manera de probarlo ante un tribunal. No solamente por el silencio de sus colaboradores inmediatos, sino porque su organización tenía una estructura piramidal donde las órdenes seguían una cadena verbal descendente imposible de rastrear después hacia arriba, y menos sin unos testigos clave que difícilmente iban a aparecer. Esto contrastaba con la costumbre de la mafia siciliana, donde los subordinados debían presentarse y rendir cuentas directamente ante el máximo jefe como señal de respeto. Capone hacía exactamente todo lo contrario: apenas tenía contacto con sus subordinados. Cuanta más distancia hubiese entre sus negocios criminales y él, mejor. De hecho, Capone fue condenado por un asunto de impuestos, pero ninguno de sus otros actos delictivos quedó probado ante un juez. Legalmente hablando, y como él se encargaba bien de recordar, ¡Al Capone era inocente de prácticamente todo lo demás!


Paul Ricca, Salvatore Agoglia, Charlie Luciano, Meyer Lansky, John Senna y Harry Brown  arrestados por la policía de Chicago después de las reuniones de la mafia de Nueva York en la ciudad de Chicago, abril de 1932

Lucky Luciano y otros mafiosos de su generación tomaron buena nota. De hecho, Luciano estaba tan decidido a romper con la tradición mafiosa que pensó en abolir las famosas ceremonias de iniciación e incluso la necesidad de que los miembros de la mafia fuesen necesariamente de origen italiano, aunque sus subordinados le hicieron cambiar de idea, insistiendo en que el sentimiento de cerrada pertenencia ayudaba a estrechar los vínculos de lealtad. Esto era cierto, pero a la larga, como Luciano probablemente temía, la exclusividad de los clubes mafiosos contribuyó a su declive a partir de los años setenta. Pero la organización de Capone (y del ejército del Imperio romano, una aportación sui generis de Salvatore Maranzano) sirvió como modelo para una nueva mafia piramidal, en la que los jefes más exitosos fueron aquellos que menos contacto tuvieron con los subordinados. Quienes no guardaron esta precaución terminarían cayendo tarde o temprano, como le sucedió a John Gotti, encarcelado por cometer el error de hablar directamente con sus hombres después de que se lo hubiese conocido como «el Don de Teflón» por su habilidad para esquivar a la justicia.

Con el tiempo, incluso la mafia de la propia Sicilia terminaría imitando usos y costumbres de la estadounidense, más adaptada a tiempos modernos y entornos más estructurados legal y políticamente, pero siempre ha habido diferencias muy profundas entre ambas


En realidad, poco queda en la Cosa Nostra estadounidense de aquella mafia original que intentó trasplantarse a sí misma allende el océano hace más de un siglo, y que en realidad terminó mutando hasta convertirse en un árbol distinto, que como todo árbol, cuanto más crece más alejada tiene la vanguardia de sus raíces. 


 E. J. Rodríguez

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Nota final adicionada por el editor del blog


La siguiente fotografía a pesar de haber sido reproducida cientos de veces en diferentes sitios e idiomas, rara vez describe quienes son los personajes (salvo especializados medios estadounidenses). Se trata de gánsteres italo-americanos, arrestados por el Departamento de Policía de Cleveland (Ohio) el 5 de diciembre de 1928, a quien corresponde esta fotografía. El lugar es el Hotel Statler. Dieciocho personas fueron encontradas armadas. En la foto aparecen catorce de los veintitrés arrestados. Giuseppe Profaci está en el centro (sentado en la silla de ruedas había tenido un reciente accidente). Sam DiCarlo de Bufalo, está detrás de él. Joseph Magliocco está a la derecha de DiCarlo. Pasqualino Lolordo de Chicago está sentado a la derecha de Profaci. La lista de presuntos mafiosos arrestados fue:

De NUEVA YORK y NUEVA JERSEY: Giuseppe Profaci, Giuseppe Magliocco, Vincenzo Mangano, Giuseppe Traina, Andrea Lombardino, Salvatore Lombardino, Giuseppe Palermo y Michael Russo; 

De CHICAGO: Pasqualino Lolordo, Giuseppe Giunta, Frank Alo, Tony Bella, Emanuele Cammarata, James Intravia, Sam Oliveri y Giuseppe Sacco;

De TAMPA: Ignazio Italiano y Giuseppe Vaglica; 

De ST. LOUIS: Giovanni Mirabella y Calogero SanFilippo; 

De INDIANA: Paul Palazzola de Gary; 

De Cleveland: Sam Tilocco 

Los sospechosos dieron varias historias para explicar su presencia en Cleveland. Los oficiales aceptaron solo las historias contadas por Mangano y Traina, y esos dos líderes de la mafia fueron liberados rápidamente. El resto fue interrogado por la policía y funcionarios de inmigración y luego procesados. Los mafiosos fueron detenidos en Cleveland tras la pista que seguía la policía sobre una presunta convención de mafiosos italo-estadounidenses en el Hotel Statler en Euclid Avenue y East 12th Street. La policía expresó su certeza de que otros delincuentes organizados se estaban quedando en otra parte de la ciudad. Los rumores indicaban que Al Capone de Chicago había sido visto en el área. Algunos historiadores han sugerido, erróneamente, que esa reunión de Cleveland fue la primera convención formativa de la mafia de los EE. UU. (Varios escritores se han referido a la sociedad criminal como la "Unione Siciliana"). En realidad, una red nacional de la Mafia había estado en vigencia durante muchos años, y las reuniones de los mafiosos ocurrían regularmente. Se han ofrecido otras explicaciones. Algunos dicen que la convención fue convocada para reasignar las mafias del inframundo tras los recientes asesinatos de pandillas, para resolver los desacuerdos del hampa en Chicago o para reconocer la ascensión de Profaci al rango de jefe de familia. Sin embargo, los problemas locales o regionales no justificarían la convocatoria de una convención nacional. Parece mucho más probable que el propósito de la convención fuera reconocer al nuevo jefe de jefes de la Mafia de Estados Unidos, Giuseppe Masseria, tras la muerte de Salvatore "Toto" D'Aquila. Desde los albores de la Era de la Prohibición, Masseria había reunido a la familia criminal más fuerte y rica del país y el reciente asesinato de D'Aquila, en una calle de Manhattan, hizo que el nombramiento de Masseria como Jefe de jefes fuera una mera formalidad. Aunque la base de operaciones de Masseria estaba en la ciudad de Nueva York, muchos de sus parientes residían en Cleveland; los aliados de Masseria en Cleveland habían derrotado recientemente allí a una facción pro-D'Aquila. La ciudad habría sido una selección completamente apropiada para una coronación de Masseria. Los críticos de este punto de vista señalan que Masseria y sus aliados no estaban entre los detenidos en el Hotel Statler. Por supuesto, con gran parte de su familia en el área, no habría habido ninguna razón para que Masseria se quedara en ningún hotel. Y la policía expresó públicamente su decepción por el hecho de que la incursión apresurada en el Statler permitió que otros congresistas escaparan. Giuseppe "Joe The Boss" Masseria fue uno de los primeros "capos" o jefe de la Mafia de Nueva York, estuvo a cargo de la más tarde denominada familia 'Genovese' entre los años 1922-1931. Durante esa época se consagró como el mafioso más poderoso de la ciudad. Su manejo buscaba preservar los viejos ideales de la Mafia siciliana tales como el “honor”, la “tradición”, el “respeto” y la “dignidad”, métodos que, a sus espaldas, eran criticados por muchos de sus subordinados. Murió asesinado el 15 de abril de 1931 mientras cenaba en compañía de Lucky Luciano en el "Scarpato's", uno de sus restaurantes favoritos en Coney Island. Tras su muerte Lucky Luciano asumió la jefatura de la familia. (Tomado de 'Caught in Cleveland'. The writers of wrongs).


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