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29 julio 2022

Desenmascarando los fraudes del revisionismo (IV)





       Otros mitos de la economía nazi

Por Tito Andino

Este artículo es continuación del episodio anterior denominado "El Trono de Oro", trata en profundidad un análisis histórico - económico de la Alemania hitleriana y los falsos mitos sobre el "milagro" nazi para levantarse de la ruinosa situación financiera heredada del fracaso expansionista en la primera guerra mundial o Gran Guerra. 

Una aclaración importante. El siguiente artículo originalmente fue publicado como Parte II de "El Trono de Oro", en enero de 2019 y forma parte de la serie de artículos denominados "Desenmascarando los fraudes del revisionismo". Sugirieron separarlos, por cuestiones prácticas, dejando la parte histórica aparte del real estudio de la economía implantada durante el régimen nazi, aparte que los largos textos de la publicación original pudieron haber causado distracción y cansancio mental  en el lector.

Entonces, he aquí el resultado, esta nueva versión corregida y ampliada para mejor comprensión del gentil lector.

Buena lectura.

             La verdadera economía de Hitler 

Continuemos con algo que el señor Salvador Borrego (autor del libro "Derrota Mundial") y todos los "expertos revisionistas" en "economía nacionalsocialista" pretenden ignorar. 




La economía de compulsión “zwangswirtschaft”

Ni los nazis, ni los economistas y banqueros del gobierno de Hitler transformaron la banca alemana, el sistema bancario nacionalizado ya estaba operando en la República de Weimar. Al asumir el poder los nazis la tuvieron fácil, usaron el sistema para generar el crédito inflacionario y contaron con la enorme suerte que la crisis mundial económica llegaba a su fin casi paralelo a la ascensión de Hitler.

La 'Zwangswirtschaft' ha pasado a la historia por las draconianas medidas que acompañaron su aplicación. No se ha visto nunca algo parecido (y en eso si estamos de acuerdo con el escritor mexicano Salvador Borrego). Para el nazismo el control de los precios tenía un lineamiento político dictatorial y belicista. Goering, Schacht y Funk reconocieron en 1946 que el control de los salarios y precios implicaba desde vigilar el trabajo de la gente hasta sus propias vidas"Ningún país puede conformarse sólo con hacer parte del trabajo" señalaron.

Hitler se valió de la economía de compulsión para edificar su “modelo” de economía de guerra en que giraba todo su programa. Los nazis no hicieron otra cosa que imprimir papel moneda en grandes cantidades para el gobierno, eso es lo usual y lo hacen todas las naciones cuando necesitan recursos, para evitar la inflación estaba la “zwangswirtschaft”, es decir, el control del trabajo y la vida del alemán, para buen entendedor: los campos de concentración aguardaban a cualquier libre pensador. Los nazis si fueron innovadores en ese aspecto. 

"La economía de compulsión de la Alemania nazi", en un estudio de referencia que hemos consultado, consistía en "establecer sucesivamente precios máximos sobre aquellos artículos que van viéndose afectados por la inflación. Una vez que el gobierno se embarca en controlar precios, el proceso de compulsión ya no se detiene. La combinación de más dinero en las manos del gobierno y del público, con los precios invariables tipificados para algunos productos, hace que la oferta ya no pueda satisfacer a todos aquellos que están dispuestos a pagar el precio que se pide. Aparecen así sucesivamente las colas, los desabastecimientos, la acumulación por parte de los consumidores de cualquier producto que tienen la suerte de encontrar en las tiendas, se tenga o no necesidad perentoria de él y finalmente el racionamiento". 

"Lejos de constituir el peor aspecto del problema, los mercados negros sirvieron para evitar el caos absoluto de los desabastecimientos. Eso sí, a costa de convertir a millones de personas decentes, en infractores de la ley. En sus etapas finales, la economía alemana absolutamente devastada por la guerra, se encontraba con paradojas como que, en medio de un hambre generalizada, un sombrero (sin precio controlado) costaba millones de veces más que una hogaza de pan (sobre la que sí existía precio máximo). No es difícil para el lector advertir qué era más conveniente fabricar en estas circunstancias. Los alemanes se encontraron en una situación en la que carecía de sentido trabajar a cambio de un papel moneda del que todos ya tenían ingentes cantidades y cuyo problema era encontrar algún establecimiento aprovisionado donde gastarlo. Pasaron de trabajadores a vagabundos y estuvieron en ese estado de postración hasta que Ludwig Erhard en 1948, devolvió la cordura a la economía con su reforma económica".


El Plan Cuatrienal
  
En 1936, Hitler implantó varias medidas económicas cuyo único propósito fue lograr en Alemania la implantación de una economía basada en la preparación de la guerraLa máxima prioridad de los nazis, en pugna con los economistas, era el rearme. 

La función de los economistas y de sectores industriales, que al principio ignoraban los planes, fue preparar el país hacia la "autarquía, es decir, la capacidad de Alemania de ser autosuficiente". Muchos en el sector empresarial apoyaban el rearme, sin embargo, eran realistas, no podían atender dos frentes dispares, el proveer a la población de suficientes medios de consumo, por un lado; y, por otro, el desmesurado presupuesto para gastos militares. Ese anhelo de Hitler no se logró jamás, los cañones definitivamente vencieron a la mantequilla. 

Sectores empresariales no ligados al segmento armamentista fueron ignorados, por tanto no tenían capacidad de presentar sus puntos de vista a mentalidades cerradas como Goering. Igual de ignorados estaban los economistas, quienes alarmados contemplaban la "mágica" máquina de imprimir papel moneda, rompiéndose la cabeza para no desatar una nuevo proceso inflacionario. Es aquí donde surge la verdadera razón del distanciamiento de personas como Hjlmar Schacht, el ministro de economía y presidente del Reichsbank, quien renunció a sus cargos a instancias de Goering.



La tarea de organizar el Plan Cuatrienal recayó en Hermann Goering, designado Ministro Plenipotenciario del Reich, por tanto con injerencia en los ministerios de Economía, Defensa, Agricultura y otros. El nombramiento de Goering como jefe del plan tuvo beneficios a corto plazo para Hitler, a la larga fue un desastre, ya que Goering apenas tenia conocimientos de economía y no podía aportar nada que no sea una meta política. 


Se transformó en dictador de la economía alemana, controlando el aparato industrial y productivo, mediante decretos ley. La propaganda se encargó de suplir los defectos del señor Goering, en quien se constató el único caso en que la mantequilla triunfó ante los cañones.  

Es cierto que el Plan Cuatrienal tenía como propósito regular las importaciones y exportaciones; intentar reducir el desempleo, realizar proyectos de obra pública (autopistas), la producción de automóviles y fibra sintética, proyectos de construcción; aumentar la producción agrícola; en general, autosuficiencia en producir materias primas. No obstante, todas esas actividades se subordinaban al rearme, la prioridad era la reconstrucción de la defensa militar.

Apenas pocos altos mandos del Partido nazi conocían los detalles minuciosos del Plan Cuatrienal, en agosto de 1936 recibieron una copia clasificada como "Memorándum Secreto". Algunos datos desconocidos lo tomamos del artículo "Plan Cuatrienal". El plan fue anunciado oficialmente en septiembre de 1936, en Nuremberg. Adolf Wagner leyó la orden de Hitler:

"Hoy presento el nuevo Plan Cuatrienal. Durante los próximos cuatro años, Alemania debe ser totalmente independiente del suministro extranjero de aquellas materias  que se pueden producir en cualquier forma a través de la capacidad alemana, a través de nuestra industria química y de nuestra maquinaria industrial, así como a través de nuestra industria de explotación minera. La reconstrucción de esta gran industria alemana de materia prima servirá para dar empleo a las masas. La implementación del plan llevará a cabo con el vigor y la energía nacionalsocialista. Pero además, Alemania no puede renunciar a la solución de sus demandas coloniales. El derecho de los alemanes a vivir es sin duda tan grande como el de otras naciones. El éxito de este plan es sólo una cuestión de nuestra energía y determinación. Los nacionalsocialistas nunca han reconocido la palabra "Imposible".

El cómo conseguir los recursos, la materia prima, los capitales, ya no quedaba dentro de la capacidad de la economía alemana ni de la propaganda nazi, allí es donde intervinieron los industriales alemanes, como subsidiarios de las grandes corporaciones norteamericanas que se instalaron en Alemania, gracias a la benevolencia de Adolf Hitler.


Cañones si, Mantequilla no 


Fotomontajes famosos del artista alemán John Heartfield: "Hurray, die Butter ist Alle!" ("Hurrah, la mantequilla es todo!", se publicó en la portada de la AIZ en 1935. Una parodia de la estética de la propaganda, el fotomontaje muestra a una familia en la mesa de la cocina, donde cuelga un retrato cercano de Hitler y el está adornado con esvásticas. La familia (madre, padre, anciana, joven, bebé y perro) está intentando comerse piezas de metal, como cadenas, manubrios de bicicletas y rifles. A continuación, el título está escrito en letras grandes, además de una cita de Hermann Göring durante la escasez de alimentos. Traducido, la cita dice: "El hierro siempre ha fortalecido a una nación, la mantequilla y la manteca de cerdo solo han engordado a la gente". La sátira sobre las palabras de Goering refiere claramente que "las pistolas son mejores que la mantequilla". A la derecha, Heartfield presenta la "Receta de Goebbels" contra la emergencia alimentaria en Alemania. "¿Qué? La manteca de cerdo y la mantequilla faltan mientras comes?, puedes comerte tus judías".


Excelentes artículos sobre economía explican la disyuntiva, "¿Cañones o mantequilla?", qué elegir para explicar la curva de la Frontera de Posibilidades de Producción, que representa las cantidades máximas posibles de bienes y servicios que pueden producirse en una economía. Hermann Goering, responsable nazi del Plan Cuatrienal, en 1936, dijo: “Los cañones nos harán poderosos, la mantequilla solo nos hará engordar” (como en su caso, privando de mantequilla al pueblo). Goering ante una audiencia detalló la supuesta carrera armamentista de sus vecinos y preguntó: ¿Quieren cañones o mantequilla?

La pregunta es válida aun en el presente, "estos dilemas se escuchan y leen a diario y es frecuente plantearse que en lugar de aviones en la Cumbre del G7 deberíamos gastar en hospitales; pero con ese criterio el Gobierno no destinaría ni un centavo para seguridad y en el país nunca se haría un evento internacional. El mismo criterio podríamos aplicar a las campañas electorales y municipales. El hecho es que en economía se pueden encontrar combinaciones intermedias entre destinar una proporción a gastos sociales y otra para seguridad" 



En el artículo "Cañones o mantequilla: sistemas económicos y coste de oportunidad", se explica que en economía, elegir entre cañones y mantequilla es indiferente. Los cañones se pueden cambiar por mantequilla en el mercado internacional. Hay una tercera alternativa, un estado belicista utilizará sus cañones para apropiarse de la mantequilla de otro. Es aquí donde debemos entender los principios económicos del nazismo, el enorme gasto militar y rearme alemán, con la fabricación de armamento a niveles insospechados, logró el incremento de las fuerzas armadas y la planificación de proyectos donde utilizar esa enorme producción, no cabía duda, una guerra de conquista.

"Las economías autoritarias responden unilateralmente a las preguntas básicas de la economía, imponiendo sus decisiones al resto de la población. En la medida que son unos pocos quienes deciden el destino de muchos, la imposición de las decisiones no siempre son populares de tal forma que el respaldo de las armas no está de más. Otras razones son las defensivas. Si el país logra cierto crecimiento económico y empieza a producir cierta cantidad de mantequilla, puede atraer la envidia de sus vecinos y ser invadido. Tanto los países pobres como los ricos producen cañones pero éstos, a diferencia de los primeros, no necesitan apropiarse de la mantequilla del vecino"

Otro razonamiento sobre el dilema cañones o mantequilla, fue planteado por el investigador Harald Steffahn. "¿Hubiera Alemania ganado la guerra de haber procedido antes a armarse rigurosamente? Contra los EEUU, en ningún caso; contra Inglaterra, solo de haberse decidido por la invasión; contra Rusia quizá, siempre y cuando, naturalmente, que desde el principio no hubiera subestimado sus posibilidades, evitando así los errores cometidos en los primeros tiempos de la campaña"


El mito del "Ministerio Apolítico" -el Ministerio de Hacienda-

Nunca existió tal "ministerio apolítico", las duras imposiciones fiscales a los ciudadanos alemanes así lo demuestran. 

Un libro de reciente aparición (ed. De Gruyter, 2018) del historiador alemán Ralf Banken, "Hitlers Steuertstaat. Die Steuerpolitik im Dritten Reich" (El estado fiscal de Hitler. La política fiscal en el III Reich) destapa otro mito de la economía nazi. El gobierno de Hitler acosó con impuestos fiscales a la clase media y trabajadora. El mito propagandístico conocido es que en materia fiscal el nazismo era "indulgente con las masas" pero "dura con la burguesía". Conforme la investigación de Banken, la carga fiscal sobre los ciudadanos llegó a ser la "mayor que ha experimentado Alemania" en su historia. De hecho, "nunca ha experimentado algo así ningún otro país de la Europa continental"




Entre 1932 y 1940, el impuesto sobre el salario se cuadriplicó. Las clases trabajadoras (no se puede hablar de la existencia de grandes clases medias), estuvieron bajo una "muy dura carga fiscal", golpeadas por las diferentes tasas impositivas sobre la renta. Entre los más pudientes, sin embargo, la tasa impositiva máxima del impuesto sobre la renta que asumieron fue del 65%. En el Tercer Reich, "los grandes patrimonios también estaban bajo la presión fiscal, pero también ganaban muy bien y mucha parte de esa carga fiscal significó menos que para el resto".

Los responsables del ministerio de Hacienda se aprovecharon de los dineros que pagaban los trabajadores en materia de seguros sociales para financiar sus proyectos. Para la clase trabajadora "el principal problema no eran tanto los impuestos sino los seguros sociales de desempleo, seguro médico o las cotizaciones para la jubilación. Estos pagos también comenzaron a subir. En un momento dado llegaron a ser una carga mucho mayor que los impuestos. Ese dinero se empleó para financiar la industria armamentística". Lo mismo puede decirse de los ahorros de las clases trabajadoras. Ese ahorro era consecuencia de que, especialmente en los años de la guerra, había una importante carestía de bienes de consumo. "La gente iba con el dinero a la caja de ahorros o al banco y con ese dinero el estado se financiaba. La gente fue engañada por el Reich", sostiene Banken. 

"El Ministerio de Finanzas del III Reich buscaba recaudar dinero para financiar la industria militar y minimizar así las deudas. No tuvo éxito. Y los impuestos subieron hasta lo imposible".  

El mito de “las autopistas del Führer” 

Otra clara tergiversación de la realidad económica de la Alemania nazi fueron las autopistas, que no son invención de Hitler. No es nada raro que hasta el presente, incluso en Alemania, se mantenga la creencia que las autopistas fueron un invento del nazismo y que por ese medio se redujo el desempleo masivo. Esta es otra mentira histórica.



Ya 
existían grandes proyectos de autopistas desde inicios del siglo XX. Una anécdota curiosa, digna de señalarse es la siguiente, antes de la toma del poder por los nazis:

"Pocos años antes, gran parte del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP) se oponía conjuntamente con el partido comunista, a la construcción de autopistas.. Aducían que la construcción de “vías sólo para automóviles” serviría sólo a los “aristócratas ricos y a los grandes capitalistas judíos”. Cuando Adolf Hitler subió al poder, en 1933, los nazis descubrieron que las carreteras servirían a sus propósitos".

Es cierto que los planes de grandes autopistas no se cristalizaron masivamente en la Alemania de posguerra, consecuencia de la crisis económica mundial, la hiperinflación, la falta de capitales, el cumplimiento de indemnizaciones, pero, ya existían, no solo en proyectos. Por ejemplo, la última antes del nazismo fue una obra del futuro Canciller alemán, Konrad Adenaeur, en 1932, en su calidad de alcalde de Colonia, aunque pequeña (en cuanto a distancia) unía Colonia y Bonn (un eje muy estratégico para la economía); al asumir el poder los nazis no aceptaron esa calidad de autopista y la “degradaron” a una “mera carretera regional”. 

Para el nazismo era imperioso fomentar su mito, el mérito de haber construido la primera autopista del país tenía que ser obra del nazismo. 

La única realidad es que las autopistas del Führer tenían un objetivo estratégico fundamental en el área militar, la movilización masiva y rápida de material bélico, pertrechos y tropas (las mismas razones que motivaron a los prusianos a impulsar el ferrocarril); en contrapartida, también fueron un factor determinante para su rápida caída, las “autopistas del Führer” fueron el elemento clave para la fácil y rápida ocupación de Alemania por parte de los Aliados.



En "Hitler y la autopista, una mentira histórica", se relata que el Führer, al aceptar la necesidad de movilidad, dedujo que seduciría a la nación y aseguraría el poder.

"Su aparato de propaganda comenzó entonces a prometerle movilidad a un pueblo que podría al fin viajar. Según los planes, se construirían 1000 kilómetros de autopistas anualmente. En 1934, Hitler hablaba del comienzo de una “batalla laboral” que iba a generar 600.000 puestos de trabajo. La verdad fue otra. En los momentos más intensos apenas llegaron a ser 120.000 obreros los que a punta de pico y pala construyeron esas vías. La enfermedad y el hambre los acompañaban; las huelgas que hicieron fueron su pasaje al campo de concentración. Sus historias no fueron del dominio público. A la vez, en el transcurso del régimen nazi, cada vez más obreros ingresan en la boyante industria armamentista. Lo que realmente ayudó a reducir el desempleo".

En plena guerra, los prisioneros obligados a trabajos forzados se encargaban de construir y mantener las vías. En 1943, con la limitación del tráfico de coches, las bicicletas fueron los amos de las autopistas.

"No obstante, el aparato de propaganda siguió alimentando la mentira. Y tuvo éxito. En las películas y las fotos que difundía se mostraba grandes contingentes de obreros trabajando en autopistas en las que las obras habían sido detenidas hacía ya rato. Estas imágenes marcaron la memoria de toda una generación. Los nazis habían logrado imponer su mito".

La economía y producción de guerra

"La economía de guerra alemana estaba orientada hacia el golpe definitivo y la sorpresa, hacia el ataque relámpago. La crisis para Alemania comenzó en el momento en que fue imposible ganar batallas con esa táctica". 

El Plan Cuatrienal no culminó en la época de paz, se mantuvo aun entrada la guerra, tras la entrega de nuevas funciones a Albert Speer como Ministro de Armamento y Producción de Guerra del Reich, en 1942, cargo que, practicamente, acaparó la producción y economía alemana, luego vendría la declaración de "Guerra Total" de Goebbels. Los "logros" obtenidos por el señor Speer solo tiene un nombre, la utilización forzada de la mano de obra de prisioneros y civiles de los territorios ocupados. 

Mano de obra esclava

¿Acaso podemos olvidar que Alemania ganó millones y millones con la explotación de la mano de obra esclava (prisioneros de guerra o políticos, civiles extranjeros, judíos, etc.)? Sectores tan neurálgicos como la industria armamentista y del desarrollo del naciente misil balístico necesitaba mano de obra calificada, obreros extranjeros provenientes del sector industrial fueron sometidos a salarios de miseria, condiciones de vida restrictivas: hambre, hacinamiento en campamentos o refugios subterráneos. En teoría tenían una “mejor” condición de vida del simple prisionero sometido a trabajos de esclavitud. 

La Alemania nazi y los industriales se enriquecieron enormemente con esa brutal política de “empleo” barato que solo garantizaba una fosa común.

La explotación de la mano de obra esclava en las fábricas alemanas.


La Alemania nazi sobrevivió doce largos años, a pesar que los últimos dos tuvieron que mendigar por combustible para sus ingentes fuerzas mecanizadas de guerra, dado que ya no era posible seguir saqueando las naciones ocupadas, la ya existente ECONOMÍA de GUERRA, vigente desde 1933 con los Planes Cuatrienales del señor Goering, fue reemplazada por la "Guerra Total" del Dr. Goebbles.

La producción de guerra

Como hipótesis suele discutirse la real capacidad de producción bélica de la Alemana nazi, para unos no llegó a ser tan grande, otros encontraron limitaciones materiales y económicas, por lo que se arguye que no estaban listos para una guerra, otros de plano lo niegan. No obstante, no deja de extrañar su cometido, sea como haya sido, los nazis dedicaron sus recursos a la industria bélica y la utilizaron en sus iniciales guerras relámpago. ¿Qué les faltó recursos?. Eso no puede achacársele a otras naciones europeas o al "sabotaje de la banca judía". Apoderándose de los recursos de los países ocupados intentaron cubrir sus carencias materiales y económicas.   

Si, en efecto, una de las fuentes de riqueza favorita de los nazis era la prioritaria producción industrial... de armamento para la guerra, aquella constituyó la principal fuente de ingresos y de empleo para la Alemania nazi. El actual Complejo Militar - Industrial de los EEUU sería el equivalente a la industria en la época de la Alemania nazi, manejando presupuestos enormes y trabajadores bien remunerados.

Spectator hace una magnífica comparación al señalar que gran parte de la economía norteamericana es una economía basada en la guerra, aún en tiempos de paz, lo mismo sucedía en la Alemania nazi. La construcción y mantenimiento de buques de guerra, portaaviones, tanques, aviones supersónicos de quinta generación, satélites espías, sistemas de misiles, armamento ligero y municiones, entre muchas otras cosas, aseguran el empleo bien remunerado de decenas de miles de obreros, ingenieros, técnicos especialistas, diseñadores, contables, consultores, etc

"El mismo Pentágono es el ejemplo supremo de una burocracia extensa y bien pagada que de otro modo estaría desempleada creando problemas sociales".

En política no hay coincidencias, EEUU, acumula la mayor riqueza del momento, al mismo tiempo es la potencia militar más grande en la historia de la humanidad. Un hecho histórico reconocido y aceptado es que los EEUU salió de los efectos de la Depresión Económica de 1929 gracias a la segunda guerra mundial y no a las reformas sociales y económicas impulsadas por Roosevelt.

"¿Qué sería de la economía norteamericana si en cierto momento decidiera prescindir de toda su industria militar, abandonando cualquier pretensión de sostenerse como la primera potencia bélica del planeta? Eso sería tanto como preguntarse: ¿qué se va a hacer con todos los ingenieros, obreros, diseñadores, contadores, técnicos especializados, consultores, soldados, oficiales de alto rango, con empleos muy bien remunerados en dólares? La respuesta obvia es que Estados Unidos simple y sencillamente no está preparado, al menos en lo que a la cuestión de su economía respecta, para prescindir de su industria bélica".



Retrocedamos a la Alemania nazi, una nación que ha sucumbido en la Gran Guerra, sus recursos agotados y unos términos de rendición (Tratado de Versalles) imposibles de cumplir, encima la Gran Depresión en la economía mundial. En medio de ese caos, brota el "milagro" nazi en la economía, materia de "orgullo" de los "revisionistas" y neonazis del presente

Spectator afirma que ese "milagro" no es otra cosa que en menos de una década Hitler construyó el Ejército mejor armado y más poderoso que Europa hubiese conocido en su larga Historia. La Alemania Nazi se armó hasta los dientes equipándose con cantidades astronómicas de armamentos que no salieron de la nada, las que envalentonaron a Hitler para emprender sus hostilidades en contra de sus vecinos. Para producir tanto material de guerra se necesitaron muchos obreros, muchos ingenieros, muchos técnicos, muchos científicos,  muchos contadores, muchas fábricas. Lo cual vino siendo una gran fuente de empleos bien pagados. La gigantesca expansión del Ejército alemán, con la adición de miles y miles de soldados y oficiales de alto rango, contribuyó también a reducir en forma significativa las cifras del desempleo.

Hitler no estaba tan loco, jamás se habría atrevido invadir Polonia en 1939 con el armamento y soldados con que contaba Alemania al final de la Primera Guerra Mundial, no se habría atrevido invadir Rusia teniendo abierto el frente de guerra occidental si no hubiese contado con suficientes armamentos para llevar la guerra simultáneamente a dos frentes. Las promesas de venganza por la humillación en la Gran Guerra, sumada a la promesa de conquista de nuevos territorios (Lebensraum), para darle a Alemania muchas riquezas como botín de guerra, también influyeron en la psiquis alemana. 

"Interesante hubiese sido ver cómo se las habría arreglado Hitler para sostener la recuperación económica de Alemania sin llevar a cabo invasión alguna, al darse cuenta los alemanes que el país contaba ya (para fines de 1938) con un inventario excesivamente grande de armamento sin uso inmediato y sin justificación alguna para seguir construyendo y amasando más material bélico del que ya tenían. 
Bajo el esquema económico de Hitler, Alemania simple y sencillamente no estaba preparada para una paz a largo plazo, porque su economía no estaba diseñada para ser una economía de tiempos de paz; el armamento que ya se tenía debía usarse a como diera lugar para poder mantener las fábricas de armamento funcionando y las fuentes de empleo seguras. El único uso que se le puede dar a un armamento tan grande es usándolo. O dejar el poder, y heredar a otros el problema de convertir una economía basada en el belicismo en una economía basada en el pacifismo, lo cual no resulta nada fácil".

El expolio de Europa 




¿Alguien se atreve a negar que los nazis se apoderaron de las reservas monetarias (divisas) y de oro de los bancos centrales de los países agredidos?.

El Tercer Reich, durante la guerra, fue el reflejo del capitalismo puro y depredador de las riquezas de otras naciones. El “milagro” económico nazi a más de los enunciados, tiene otro nombre: el saqueo de Europa. El expolio de la propiedad privada y pública de las naciones ocupadas también aseguró el sostén de la economía alemana durante la segunda guerra mundial. 

Deberíamos refrescar los conocimientos. Casi a finales del siglo XXSuiza reconoció que sus negociaciones comerciales con el régimen nazi durante el conflicto se finiquitaron con el oro robado por los alemanes a los bancos centrales de los países ocupados.

La neutral  Suiza se constituyó en el más grande distribuidor y operador del mercado del oro en Europa, a través del Banco Nacional de Suiza; además, durante la guerra, intermediaba en la compra-venta del precioso metal de los bancos centrales de los países en conflicto; y, para rematar, la banca suiza intervino en la financiación de los bandos litigantes. 

En la práctica, otras naciones neutrales hicieron lo mismo, el caso de Suecia está siendo revelado tras la desclasificación de documentos reservados. Imitando a Suiza, los suecos vendían sus valiosas mercancías (metales para la fabricación de armas, generalmente hierro, manganeso, cromo) a cambio de oro saqueado. En ese sentido si que las teorías económicas de Hitler funcionaban, ¿para qué transar en papel moneda, sobre todo divisas extranjeras (de las que carecía) cuando bien podía pagar las materias primas con oro?; y, si no es mío, con mayor razón!  

En el escabroso caso sueco, una publicación refiere como funcionaba el sistema. El oro robado a los bancos centrales de los países invadidos era transferido al Banco Central de Estocolmo que, a su vez, entregaba coronas con las que que se pagaba a los proveedores privados suecos. Pese a las advertencias de los aliados de que, si ganaban la guerra, responsabilizarían a Suecia por el tráfico ilícito de oro, su banco central accedió a dicho intercambio, al igual que los bancos centrales de otros países, como Suiza, España y Portugal.

Para 1943, un responsable sueco (según documentos desclasificados) señalaba su preocupación sobre el origen del oro alemán y el riesgo de devolverlo de comprobarse que era robado; mas, el meollo del asunto era que, todo el gobierno sueco estaba conforme con no pedir explicaciones. Hasta inicios de 1944, Suecia, vía su Banco Central, había recibido 34.564 kilos de oro

El Banco de Pagos Internacionales también garantizaba este tipo de operaciones y Hitler tenía su delegado en esa entidad (inicialmente el Dr. Hjalmar Schacht). Tras la guerra, las fuerzas Aliadas iniciaron una investigación para exigir responsabilidades de los países neutrales que aceptaron el oro robado por los nazis. E1946 se formó la Comisión Tripartita –Francia, Reino Unido y Estados Unidos– tendiente a recuperar las reservas de oro confiscadas por los nazis en países comoAlbania, Austria, Bélgica, Checoslovaquia, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia y Yugoslavia. 

Una interesante publicación, especialista en economía  (OroyFinanzas.com) cita un estudio de una agencia inglesa de inversiones en oro. El dato trascendental del artículo, es el conocido saqueo de los bancos centrales de los países invadidos, da un enfoque anterior al estallido de las hostilidades en tres regiones "técnicamente" alemanas, es decir, en las famosas anexiones de Austria y Checoslovaquia, a la que se agregaría luego el oro confiscado en el corredor de Danzing (Prusia Oriental). Primero, el oro era trasladado al Reichsbank y, luego, para poder comercializar (vender) ese oro incautado, los nazis contaban con la colaboración del Banco de InglaterraEn esos días el mercado del oro era supervisado por el Banco de Pagos Internacionales, con sede en Basilea, por el Banco Nacional de Suiza y por el Banco de Inglaterra.

"El objetivo del gobierno alemán nazi era la descapitalización en oro de los países ocupados y entregarles a cambio de ese oro “promesas de papel”. De esta manera, se cambiaba el respaldo de las monedas nacionales en oro por monedas fiduciarias muy devaluadas".

No existen cifras precisas sobre el total de reservas de oro confiscadas por Alemania entre 1936-1945, pero se hacen cálculos periódicos sobre el valor de ese oro a cambios actuales. Es lógico que buena parte de las reclamaciones de oro de las naciones afectadas no pudo jamás ser satisfecho. Se calcula las pérdidas entre el 35 y 40%, el proceso de reclamaciones estuvo abierto hasta 1998 (Comisión Tripartita de posguerra). Evidentemente ese oro había sido ya consumido, según las cantidades requeridas de los depósitos del Reichsbankuna vez impresas las marcas de origen alemán, se ordenaba la venta de lingotes para cubrir los recursos que se destinaba a la industria armamentística.


Al final de la guerra, grandes cantidades de oro fueron recuperados y devueltos a las naciones ofendidas, una pequeña tajada del oro robado desapareció en manos de nazis codiciosos, soldados norteamericanos también robaron oro (lingotes); se cree, según varias leyendas urbanas, que un buen botín de ese oro fue enterrado en alguna parte sin que haya sido recuperado.

Y ¿qué pasa con el oro, joyas, obras de arte de personas particulares confiscados?, es otra larga historia. "En los últimos años se han producido diferentes movimientos para intentar compensar las pérdidas ocasionadas por el robo de las reservas de oro. Por ejemplo, en 1997, el Deutsche Bank donó tres millones de dólares a las víctimas del Holocausto en compensación por el papel que jugó el mayor banco de Europa en las finanzas del Nazismo. En las mismas fechas, la Asociación Suiza de la Banca (Swiss Banking Association) hizo frente a un pago de 270 millones de francos suizos por este mismo concepto".

Otro episodio que desenmascara la mentira de la "noble" economía nazi fue el escamoso tema de la más importante falsificación monetaria de todos los tiempos, un tema popularizado en libros, documentales y hasta en el cine, el lago Toplitz, entre verdades y mentiras, es quizá el más conocido. Pero, muy pocos saben que esta operación de los servicios secretos permitió al gobierno alemán imprimir las divisas que tanto hacían falta en plena guerra

Con las libras esterlinas falsas, el gobierno alemán pagó, como tarde desde 1943, al 70% de su red de agentes en el extranjero. "Los servicios del Gobierno encargados de la "Operación Bernhard" recibieron el 50% de los billetes cambiados, es decir, alrededor de mil millones de marcos en divisas fuertes. El otro 50% se consideró como "gastos" y comisiones de los encargados de realizar el cambio, que transcurrió sin mayores incidentes(La singular arma secreta de Hitler. 'Operación Bernhard', falsificación de moneda)

Esta parte de la historia no es tan simple como apreciamos en el cine o leímos en alguna parte, no consistía en arrojar papel moneda falso desde aviones alemanes sobre Londres o territorios ingleses, sino de una verdadera infiltración en la economía británica y otros países entre 1942 y 1945. 


"Es cierto que el Banco de Inglaterra siguió aceptando y cambiando billetes de libras reconocidos como falsos con objeto de no restar crédito en el mercado mundial al papel moneda inglés. Está demostrado que la falsificación fue tan perfecta que los billetes eran aceptados prácticamente por los bancos de todos los países. Incluso los bancos suizos aseguraron, después de consultar al Banco de Inglaterra, que los billetes 'falsos' eran auténticos y de curso legal".

 

Ejemplar "auténtico" de un billete falso de veinte libras esterlinas, impreso por la "Operación Bernhard". Adolf Burger, uno de los prisioneros encargados de imprimir los billetes falsos en Sachsenhausen, muestra un billete de 20 libras (foto captura documental History Channel)

Otro ejemplar "auténtico" de un billete falso, este es de diez libras esterlinas, impreso en la "Operación Bernhard".


No es especulación alguna, luego de la guerra muchos de los comisionistas y nazis relacionados con la trama seguían teniendo en su poder grandes cantidades de ese dinero, ya no tenían que rendir cuentas al proveedor. Muchas fortunas nacieron y aseguraron una nueva vida a los "pobres nazis" que "lucharon" contra la "banca judía".  

En conclusión: Lejos de la actual propaganda neonazi, el "trono de oro" convirtió la economía alemana en el motor que impulsó la guerra, la verdadera arma secreta de Hitler en su conquista de Europa.

Nos quedamos sin conocer a quienes hicieron posible el "milagro" económico de Hitler, eso es materia de otros artículos, dado el volumen de información. 

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Artículos relacionados:

De la serie "Desenmascarando los fraudes del Revisionismo":

El "Trono de Oro"

TRAIAN ROMANESCU Un rumano que nunca existió

Desmontando a los “revisionistas” de lengua castellana


FUENTES DE CONSULTA del presente ensayo


Nota: En esta serie de ensayos, conscientemente omito los enlaces directos a las fuentes de consulta, el propósito es motivar al lector buscar por sí mismo la información, que se cerciore por su propio esfuerzo lo planteado en esta ponencia. No obstante el material consultado es el siguiente:


El trono de oroSpectator
-  Hitler y la autopista, una mentira históricaDick, W. / Lichtenberg, A./Mirra Banchón
-  La economía de compulsión de la Alemania nazi. José Ignacio del Castillo.
Se esfumaron toneladas de oro que EEUU guardaba desde la guerraSputnik (importante para saber como se términó con el 'patrón oro')
Suecia aceptó oro robado en su comercio con Alemania en la II Guerra MundialEl País
El robo de las reservas de oro de los países ocupados por la Alemania Nazi y el Banco de InglaterraOro y finanzas.com
La singular arma secreta de Hitler. "Operación Bernhard", falsificación de moneda. Artículo de la Enciclopedia "El Tercer Reich" (Anesa-Noguer)
La descomunal falsificación de libras con la que los nazis buscaron quebrar la economía británica. La Nación
Un tuitero desmonta siete creencias sobre Hitler: “Es importante leer para evitar el ridículo”www.publico.es
Autopistas de AlemaniaWikipedia
-"¿Cañones  o mantequilla?".  El espectador.com 
Cañones o mantequilla (IV): sistemas económicos y coste de oportunidad. Tribuna de economía
- Cañones o mantequilla. Economía de guerra alemana. Harald Steffahn
Cae el mito de la "bondad" fiscal de Hitler con la clase trabajadora. El Diario.es
El Plan CuatrienalNo solo batallas
Plan Cuatrienal. Wikipedia

17 julio 2022

El místico contra Hitler, o las gafas de Fritz Gerlich




Parte I

Introducción sobre el periodista alemán Fritz Gerlich

Tito Andino

Recopilación de artículos y notas personales 


Fritz Gerlich, seguramente no significa nada en la actualidad, ni en Alemania, ni en el mundo. Una desconocida víctima más de las centenares de miles que produjo el nazismo antes de la segunda guerra mundial. 


© Archiv des Erzbistums München und Freising_h2000


Fritz Gerlich fue un destacado periodista alemán en los años del ascenso político de Hitler, crítico mordaz del Führer, se ganó el odio de los nazis que pusieron precio a su cabeza. En 1920 fue nombrado redactor-jefe del diario "Münchner Neueste Nachrichten", un "periódico bastión de la renovación nacional contra el socialismo y la política republicana", pues si, Gerlich al principio era un convencido nacionalista y anticomunista, incluso en los primeros años de la década de 1920 se reunió con Hitler.

Aún así, este nombre no significará nada en el presente, salvo, quizás, para quienes apreciaron "Hitler: The Rise of Evil", una miniserie canadiense (2003) de dos episodios que detalla la toma del poder de Adolf Hitler. La trama enfoca a un desconocido orador que consigue poco a poco llamar la atención del periodismo de Múnich, entre otros de Fritz Gerlich. Pero, cuando comprenden el brutal odio y la doctrina antisemita, aquel orador, más que afectos conquistó algunos opositores en los todavía independientes medios de Baviera que se ahondará más con el fallido Putsch de la Cervecería (noviembre 1923), tras lo cual Gerlich se convierte en un serio opositor y feroz crítico de Hitler y el nazismo. 

Gerlich renunció a su cargo de redactor-jefe del "Münchner Neueste Nachrichten" y retornó a su antiguo empleo en el Archivo Nacional de Baviera. Junto a un círculo de amigos fundaron un semanario político, "a fin de reorientar a la izquierda y la derecha lejos del extremismo político. Apoyado por un rico mecenas, el príncipe Erich Walburg-Zeil, Gerlich fue capaz de liderar el semanario "Der Illustrierte Sonntag", renombrado "Der gerade Weg" a partir de 1932".

Gerlich siguió luchando contra las doctrinas políticas del comunismo, el nacionalsocialismo y el antisemitismo. El peligro del nazismo, en pleno apogeo, era citado con frecuencia con su pluma. "La enfática y a veces estridente entonación de su batalla periodística le dio al periódico un creciente espectro de lectores". A fines de 1932, la circulación del semanario sobrepasaba los 100.000 lectores. Gerlich decía: "El nacionalsocialismo se entiende como la enemistad con las naciones vecinas, la tiranía interna, la guerra civil, la guerra mundial, la mentira, el odio, el fratricidio y los ilimitados deseos". (Ron Rosenbaum,  "Explaining Hitler: The Search for the Origins of his Evil (1998) Explicar a Hitler: Los orígenes de su maldad)


Obra del artista neerlandés L.J. Jordaan, 

Los nazis a pesar de sus ataques y palizas a la prensa opositora "solo" pudieron actuar drásticamente contra Gerlich tras la toma del poder, un día después del ascenso al gobierno de Alemania los nazis decidieron eliminarlo. El 9 de marzo de 1933 asaltaron sus oficinas, le propinaron una gran paliza y lo encarcelaron junto a millares de opositores en el campo de concentración de Dachau

Según Ronald Hayman, en "Hitler & Geli" (1997), Gerlich estaba obstinado en preparar la edición del 12 de marzo de 1933 para Der Gerade Weg e ignoró la ya vigente prohibición de los periódicos de la oposición, no escuchó a los amigos que le aconsejaron mantenerse lejos de su oficina. Se cree que el artículo principal del semanario presentaría una acusación contra los nazis de iniciar el incendio del Reichstag, además de exponer los planes secretos para la aniquilación de las Iglesias, revelar un pacto secreto entre Rohm y Deterding o la financiación extranjera de los nazis y exponer los hechos que Gerlich había descubierto sobre la muerte de Geli Raubal (la media sobrina de Hitler), según se desprende del citado libro de Ron Rosenbaum. Todas esas verdades (o parte de ellas) han desaparecido de la historia.

El 9 de marzo de 1933, Max Amann y Emil Maurice -cercanos secuaces de Hitler- condujeron a un grupo de tropas de asalto a las oficinas de Gerlich, destrozaron todas las máquinas, destruyeron el contenido de escritorios, archivos, armarios y cajones, incluida la copia para el próximo número de Der Gerade Weg. Amann, quien como editor del Volkischer Beobachter a menudo había sido vilipendiado por Gerlich, lo golpeó con fuerza en la cara, le rompió las gafas y lastimó ambos ojos. 

En Dachau, Fritz Gerlich fue asesinado el 30 de junio de 1934, durante "la noche de los cuchillos largos", la Gestapo lo sacó de su celda y le disparó en la cabeza. Los esbirros de Hitler escogieron un modo cruel y aterrador de notificar el hecho a la esposa de Gerlich, le enviaron las gafas del periodista, manchadas de sangre. Sophie Gerlich nunca recibió notificación oficial de la muerte de su esposo.

"Otros católicos asesinados ese día incluyeron a Erich Klausener, presidente del movimiento de Acción Católica y Adalbert Probst, director nacional de la Asociación Deportiva Juvenil Católica". Richard Evans, autor de "The Third Reich in Power" (2005) sugiere que "el asesinato de Klausener envió un mensaje claro a los católicos de que no se toleraría un resurgimiento de la actividad política católica independiente".

Max Amman, en su calidad de nazi prominente fue arrestado por las tropas Aliadas al terminar la guerra, sentenciado el 8 de septiembre de 1948 a diez años en un campo de trabajo, fue liberado en 1953. Fue despojado de su propiedad, pensión, derechos y prácticamente toda su fortuna confiscada. Amann murió el 30 de marzo de 1957 en Munich.



Portada del "Der Gerade Weg", del 11 de enero de 1933 "Hitler y la Biblia de Satanás" 


Gerlich sobre la muerte de Geli Raubal

En la mañana del sábado 19 de septiembre de 1931, Geli Raubal, la sobrina de Adolf Hitler, fue hallada muerta en el piso de su habitación. Había sido asesinada por una pistola Walther 6.35, propiedad de Hitler. Los periódicos anti-Hitler, incluido Der Gerade Weg, sugirieron que Hitler había asesinado a Geli. Según el hijo de un hombre que trabajaba para Gerlich, el periódico obtuvo una copia de "una investigación del fiscal del estado sobre el asunto de Geli Raubal" que supuestamente "mostraba que Geli fue asesinado por orden de Hitler".


Ronald Hayman, en "Hitler & Geli" (1997) señala: "Al ver una oportunidad para desacreditar a Hitler, Gerlich usó todas sus habilidades periodísticas para investigar la muerte de Geli. A medida que sus sospechas se endurecieron, reunió pruebas para publicarlas en forma de panfleto. Si podemos confiar en el resumen del folleto en "Las memorias de Bridget Hitler", obtuvo declaraciones juradas de Willi Schmidt, el crítico al que Geli había consultado sobre los profesores en Viena, y de uno de los inspectores de policía que había visitado el piso. Este hombre -no sabemos si era Sauer o Forster- creía que Hitler estaba en el apartamento cuando se disparó el tiro... Gerlich llegó a la conclusión de que, en lugar de partir hacia Nuremberg, Hitler había pospuesto su viaje. Herr Zehnter, propietario de un restaurante de Múnich llamado Bratwurstglockl, testificó que Hitler llegó con Geli la tarde del viernes 18 de septiembre de 1931, que estuvieron en una habitación privada en el primer piso hasta casi la una de la mañana, y que Hitler, que rara vez tocaba el alcohol, bebía cerveza. Según este resumen del panfleto, él y Geli regresaron al departamento, donde la amenazó con su revólver y le disparó”.

Sin lugar a dudas, uno de los hechos más recordados de la carrera periodística de Gerlich nos recuerda a un gran artista alemán, muy cercano al periodismo militante, hablamos de John Heartfield, uno de los pioneros del fotomontaje satírico anti-nazi, solo que el artista presentaba su sátira en publicaciones de expresión política para medios comunistas como el diario "Die Rote Fahne" y el semanario "Arbeiter-Illustrierte-Zeitung" (AIZ), este último presentó las obras de Heartfield por las que es recordado en el presente. En cambio, el periodista Gerlich se inclinaba más por la derecha conservadora.



"Uno de sus momentos más polémicos fue el haber convertido la imagen de Hitler en una composición donde sus rasgos faciales eran exagerados y él estaba del brazo de una mujer negra. En el artículo, Fritz sugirió que los lectores aplicasen esta propia ciencia de Hitler de la fisonomía al propio Hitler, y cuando es aplicada, está claro que Hitler no es ni siquiera ario, sino de un subtipo de Mongolia. Este insulto fue el último clavo en el ataúd de Fritz, que había utilizado sistemáticamente el poder de la pluma para combatir a Hitler a cada paso del camino. Gerlich sirve como ejemplo de los muchos periodistas que fueron amenazados, golpeados y asesinados por revelar la verdad. Solo en la oscuridad se pueden ocultar las cosas malas". (Brently Kopopolous)


Der Gerade Weg, edición del 17 de julio de 1932, "¿Tiene Hitler sangre mongola?" 


Adolf Hitler: ¿ario o mongol?

Ron Rosenbaum afirma que Adolf Hitler estaba particularmente molesto por un artículo de Gerlich que apareció el 17 de julio de 1932 en Der Gerade Weg (El camino recto), que tenía el titular, "¿Tiene Hitler sangre de Mongolia?". En su libro "Explicando a Hitler" Rosenbaum argumenta: "Todavía tiene el poder de impactar: Adolf Hitler casado con una novia negra. Más de seis décadas después de esta extraordinaria imagen fotocompuesta de Hitler con sombrero de copa y frac, del brazo de una novia negra en una escena de felicidad el día de la boda, apareció en la portada de uno de los principales periódicos de Múnich, esta representación burlona de Hitler, en un contexto de decapitación, mestizaje, sexo transgresor y desfiguración violenta, todavía emite un aura de temeridad de peligro..."

El sitio web "Spartacus", profundiza al respecto. En el artículo, Gerlich usa la ridícula "ciencia racial" de Hitler para probar que Hitler no era ario sino mongol. Mira de cerca la nariz de Hitler, que describe como "eslava". El tipo eslavo, señala, "se formó por la mezcla después de la invasión de los hunos de los mongoles con sangre eslava original". Gerlich continúa argumentando: "La estrategia de guerra de aquellos tiempos hizo que los ejércitos victoriosos tuvieran la costumbre de tener relaciones sexuales con las mujeres y niñas de los pueblos derrotados... Tenemos que suponer que en la región natal extranjera de la familia de Hitler, no quedó sangre nórdica".

Fritz Gerlich, en Der Gerade Weg (17 julio 1932) explicaba que en el movimiento político de Hitler solo hay una voluntad y esa es la suya... Él nunca tiene que explicar lo que hace... sus seguidores tienen que ejecutar sus órdenes sin ninguna información... El contraste entre el verdadero ideal nórdico y el de Hitler no se puede expresar de forma más dramática. La actitud de Hitler es absolutamente antinórdica y antigermánica. Es, racialmente, mongol puro... Es el despotismo absoluto mongol que se expresa en la actitud de Hitler y que puede explicarse por el hecho de que este hombre es un bastardo típico que tiene sangre principalmente no nórdica en sus venas.

En la edición siguiente, Der Gerade Weg (24 de julio de 1932), artículo de seguimiento de la edición anterior, Fritz Gerlich, afirma:

"No podemos entender cómo las personas que se llaman a sí mismas católicas justas pueden sentirse molestas por la yuxtaposición de Hitler y una mujer negra. ¿Qué les preocupa exactamente, queridos señores y señoras? ¿No habéis aprendido, en los primeros principios del catecismo de nuestra religión, no solo que todos los hombres tienen el alma donada por Dios, sino también que todos somos descendientes de un padre y una madre, hijos de Adán y Eva: Según nuestros propios principios católicos, los negros son nuestros hermanos y hermanas incluso de sangre. Es totalmente imposible para aquellos de nosotros con cosmovisiones católicas "degradar" a un centroeuropeo como Adolf Hitler emparejándolo con una mujer negra. Una mujer negra no es una persona de raza inferior... Consideramos a una mujer negra como nuestra hermana de sangre". (citado por Ron Rosenbaum).

La sentencia de muerte contra Carl Albert Fritz Michael Gerlich se había dictado.

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Parte II

El místico contra Hitler, o las gafas de Fritz Gerlich

 


 Laura Knight-Jadczyk

Original versión en inglés tomado de su personal y oficial web site.

Historiadora y autora de catorce libros y muchos artículos publicados en forma impresa y en internet. Es fundadora de SOTT.net, radicada en Francia.


A menudo he querido tener en mis manos los periódicos alemanes de la época antes e inmediatamente después de que Hitler llegara al poder para tratar de entender lo que realmente estaba sucediendo en Alemania en ese momento. Me preguntaba si podríamos extraer alguna lección de ello para nuestro tiempo presente. He preguntado a muchas personas si alguna vez han visto algún artículo de este tipo reproducido en algún lugar, o han oído hablar de ellos, y siempre he dibujado un espacio en blanco sobre esa pregunta. Después de todo, si suponemos que nuestro tiempo presente tiene alguna similitud con el Tercer Reich de Hitler, sería bueno tener algún material concreto que se escribió en tiempo real, en ese momento, en el que basar las comparaciones. 

Da la casualidad de que un tipo llamado Ron Rosenbaum también tenía curiosidad al respecto, pero por una razón diferente. Entrevistó a un sobreviviente del Holocausto que mencionó un artículo que recordaba de la época, y Rosenbaum fue a buscarlo. Encontró mucho más de lo que esperaba. Encontró a Fritz Gerlich y al Múnich Post. Rosenbaum llama a Fritz y a los suyos los "Primeros Explicadores".

"Los heroicos periodistas anti-Hitler de Múnich que, de 1920 a 1933 (cuando muchos fueron encarcelados o asesinados) se dedicaron valientemente a la tarea diaria de intentar contarle al mundo sobre la extraña figura que había surgido de las calles de Múnich para convertirse en líder de un movimiento que tomaría el poder e inscribiría un nuevo capítulo en la historia del mal. Mi fascinación por estas figuras en gran parte olvidadas, los reporteros que fueron los primeros en investigar la vida política y personal, la criminalidad y los escándalos de Hitler y "el partido de Hitler", como lo llamaron astutamente, comenzó a crecer a medida que comencé a recoger ecos y rastros de su lucha con Hitler, enterrados en las notas a pie de página de los historiadores de la posguerra ...

Mi fascinación se profundizó cuando me encontré con una colección casi completa de números descamados y amarillentos, de siete décadas de antigüedad, del anti-Hitler Múnich Post, que se escabullían en el sótano de los archivos de la biblioteca Monacensia de Múnich. Desde entonces han sido transferidos al microfilm, pero había algo en la comunión con las copias desmoronadas reales del periódico del partido de Hitler llamado "la cocina venenosa", temas en los que Hitler era una figura viva acechando las páginas, que sirvieron para darme una insinuación dolorosamente inmediata de la frustración enloquecedoramente insoportable de Casandra, el Múnich Post. Los periodistas deben haber sentido, fueron los primeros en sentir las dimensiones del potencial de Hitler para el mal, y en ver la forma en que el mundo ignoraba las advertencias desesperadas de su trabajo.


Fritz Gerlich

© Archivo Estatal de Baviera, Fritz Gerlich, editor del Munich Post


Como periodista, sentí al mismo tiempo un creciente asombro por lo que habían logrado, lo mucho que habían expuesto y lo completamente olvidados que habían sido. El suyo fue el primer intento sostenido de comprender las profundidades del fenómeno Hitler a medida que comenzaba a desarrollarse.

La visión de los Primeros Explicadores fue la visión de los hombres y mujeres que fueron testigos críticos del espectáculo ahora perdido de Hitler convirtiéndose en Hitler. Además de los valientes reporteros y editores del Múnich Post, había otros como Rudolf Olden, Konrad Heiden, Walter Schaber... y Fritz Gerlich, el editor iconoclasta de un periódico conservador de oposición antimarxista y antinazi llamado Der Gerade Weg (El camino correcto, o Camino recto), celebrado como un némesis periodístico de Hitler en su tiempo, en gran parte olvidado ahora.

Gerlich fue asesinado en Dachau por intentar imprimir una exposición dañina de Hitler cinco semanas después de que los nazis tomaran el poder y aplastaran al resto de la prensa de la oposición. Una figura fascinante, Gerlich, un mordaz azote satírico swiftiano de Hitler, poseía una extraña visión de la dinámica racial de la patología de Hitler. Un erudito histórico escéptico, Gerlich, sin embargo, llegó a creer en los poderes proféticos de una estigmatizada bávara controvertida, probablemente fraudulenta, y encontró en ella una fuente de la fe que lo llevó a jugar su vida en un último esfuerzo para derribar a Hitler con su pluma e imprenta. Con una exposición para poner fin a todas las exposiciones de Hitler, esperaba: una historia final que conmocionaría al público y haría que el presidente Paul von Hindenburg depusiera al recién instalado canciller Hitler antes de que fuera demasiado tarde. Fue una apuesta desesperada que fracasó.

El 9 de marzo de 1933, las tropas de asalto irrumpieron en la oficina del periódico de Gerlich, arrancaron su última historia de las prensas, lo golpearon sin sentido y lo arrastraron a Dachau, donde fue asesinado en la Noche de los Cuchillos Largos en junio de 1934. La naturaleza de la exposición que había estado a punto de publicar -algunos dijeron que se refería a las circunstancias de la muerte de la media sobrina de Hitler, Geli Raubal, en su apartamento, otros dijeron que se refería a la verdad sobre el incendio del Reichstag en febrero de 1933 o la financiación extranjera de los nazis- se ha perdido efectivamente en la historia; es uno de los senderos probatorios que he seguido hasta el amargo final...

Logré localizar en Múnich a uno de los últimos colegas vivos de Gerlich, el Dr. Johannes Steiner, un editor retirado de unos noventa años que había sido socio en la condenada hoja de ataque anti-Hitler de Gerlich, Der Gerade Weg. El recuerdo del Dr. Steiner de ese horrible momento, particularmente los últimos días de Gerlich, cuando todos estaban huyendo, era fragmentario. Pero había un momento, un recuerdo que había conservado con una claridad aterradora durante seis décadas: un recuerdo de la Gestapo y los lentes de Fritz Gerlich. Las gafas con montura de acero de Gerlich se habían convertido en una especie de imagen característica para el combativo periodista entre quienes lo conocieron en Múnich, un emblema casi de su férrea determinación y claridad de visión. Pero después de un año en Dachau, después de que la Gestapo lo sacara de su celda y le disparara en la cabeza en la Noche de los Cuchillos Largos, los matones de Hitler eligieron una forma cruel y escalofriante de notificar a la esposa de Gerlich. El Dr. Steiner recordó: "Enviaron a su viuda, Sophie, las gafas de Gerlich, toda salpicada de sangre". (Ron Rosenbaum, Explaining Hitler: The Search for the Origins of His Evil– junioune 1998)

Rosenbaum ve el gesto cruel como, tal vez, un reconocimiento por parte de los matones de Hitler de que Gerlich había visto demasiado y sabía demasiado, "una muestra de cuánto temía y odiaba su visión por el círculo interno de Hitler, por haber visto a través de ellos".

Ahora, ¿notó algo particularmente interesante en el breve relato anterior del quién, qué, cuándo y dónde de Fritz Gerlich? Probablemente se deslizó por alto, pero fue esto: "Un erudito histórico escéptico, Gerlich, sin embargo, llegó a creer en los poderes proféticos de un estigma bávaro controvertido, probablemente fraudulento, y encontró en ella una fuente de la fe que lo llevó a jugar su vida en un último esfuerzo para derribar a Hitler con su pluma e imprenta". ¿De qué habla Rosenbaum? ¿Un "estigma bávaro"?

Bueno, antes de llegar a eso, hablemos de Fritz Gerlich y "El juicio de la nariz de Hitler". En julio de 1932, una extraordinaria imagen fotocompuesta de Hitler apareció en la portada de uno de los principales periódicos de Múnich. Intenté, sin éxito, obtener una imagen de este tema, pero un lector la encontró:



Muestra a Hitler con sombrero de copa y colas, del brazo con una novia negra en una escena de boda y el titular decía: "¿Hitler tiene sangre mongola?" Parece que las caricaturas de Hitler habían aparecido en muchos de los periódicos de la oposición y en carteles durante años, pero la mayoría de estos tendían a centrarse en el bigote y el bloqueo o la exageración facial. Esta imagen golpeó mucho más cerca de casa y ciertamente fue la sentencia de muerte de Gerlich. Publicar un ataque tan cruel como este, un ataque que fue de mayor alcance y profundamente hiriente en el cuerpo del texto de lo que incluso la sensacional foto y el titular indicarían, fue un acto de gran coraje personal por parte de un profeta desesperado y condenado. En su pieza de éxito, Gerlich propone que el lector aplique la "ciencia racial" de uno de los teóricos raciales favoritos de Hitler, el Dr. Hans Gunther, quien había prescrito la forma y dimensión precisas de todas y cada una de las características faciales y de la cabeza del "tipo nórdico", a la propia cabeza y cara de Hitler, especialmente a su nariz. Con fotografías adjuntas, Gerlich procede a demostrar que Hitler no era, de hecho, ario, sino que era, más bien, del tipo mongol. Gerlich fue más allá al escribir una "crítica brillante que resultó en la devastadora conclusión de que Hitler, según sus propias luces, no solo carecía de fisonomía aria, sino que carecía de un alma aria". Rosenbaum escribe:

"Una gran satisfacción que al menos aquí, un periodista anti-Hitler había hecho todo lo posible, había ido a por la yugular, había dado rienda suelta a la ira y el desprecio que todos sentían antes de que todos fueran silenciados. Sospecho que esta imprudencia fatal sin límites tiene algo que ver con mi propia fascinación por Gerlich. Es sorprendente descubrir, cuando miras la literatura sobre Hitler y el liderazgo nazi antes y después de la guerra, dentro y fuera de Alemania, cuán poco odio y odio abierto y sincero se expresa en forma impresa. El tono y la tendencia de los explicadores de antes de la guerra era condescender con Hitler, tratarlo como un fenómeno digno de desprecio, y mucho menos de seria consideración. En lugar de instar a la necesidad de combatir a Hitler, los explicadores de antes de la guerra actuaron como si pudiera ser eliminado con palabras, menospreciado hasta el olvido. Lo disminuyeron hasta el punto en que ni siquiera era un objetivo digno para el antagonismo.

La literatura de posguerra tiende a menospreciar a Hitler de un modo diferente; sabiendo bien lo que hizo, la tendencia es argumentar que no era realmente él, eran las fuerzas más profundas detrás y debajo de él, la ola en la que cabalgaba ... La rara excepción como Gerlich arroja la ausencia de pasión en otros lugares en un relieve descarnado... El odio imprudente pero exquisitamente bien perfeccionado bajo la superficie de la sátira de Gerlich ... era más que un aullido, era una herramienta analítica con filo de navaja que llegaba al corazón de la patología de Hitler antes que nadie, antes de que fuera demasiado tarde, si alguien hubiese escuchado". (Ron Rosenbaum)

Así, Ron Rosenbaum ha encontrado un heroico abanderado en la vida y obra de Fritz Gerlich; pero tiene un problema. Dice que Gerlich fue "impulsado por su obsesión con Hitler de lo racional a lo irracional..." ¿Por qué ve al hombre que realizó tales actos de resistencia periodística contra Hitler, actos que admira tanto, incluso hasta el final, como "irracionales"? Es el problema del "estigma bávaro" al que estoy llegando; sea paciente.

Fritz Gerlich nació protestante y recibió un doctorado en historia en la Universidad de Múnich. En 1923, era una figura respetada e influyente en el movimiento nacionalista y, por lo tanto, fue uno de los primeros partidarios de Hitler. Sin embargo, en la primavera de 1923, recibió un visitante en su apartamento, esa estrella en ascenso de las fuerzas nacionalistas de derecha, el propio Adolf Hitler. Nadie sabe lo que sucedió en esa reunión, pero parece que algo dicho entonces, conectado con las cosas que Hitler hizo más tarde, convirtió a Gerlich en un enemigo implacable. Aparentemente, Gerlich había visto algo, las "dos caras de Adolf Hitler".

Gerlich formó un grupo muy unido de colegas que trabajaron primero en el Munchener Neueste Nachrichten, y luego, con Gerlich en su propio periódico anti-Hitler, Der Gerade Weg. Durante diez años, desde 1923 hasta 1933, este grupo fue el centro más abierto del periodismo anti-Hitler entre los conservadores en Alemania. Los miembros del grupo Gerlich que escaparon del arresto en la redada en el periódico en marzo de 1933 se convirtieron en el núcleo del movimiento anti-Hitler que culminó en el fallido intento de asesinato de Claus von Stauffenberg contra Hitler en julio de 1944. Como se puede adivinar, en ese momento, fueron ejecutados.

Vamos a Rosenbaum ahora para aprender sobre Gerlich y Therese Neumann:


 

© Therese Neumann (1898-1962) 


Pero algo extraño le sucedió a Gerlich y a este pequeño grupo a finales de los años veinte: forjaron una alianza altamente improbable, una que se convirtió en una fuente de la fe que alimentó su valiente campaña contra Hitler. Gerlich y sus amigos se involucraron profundamente con una santa estigmatizada: una mujer bávara muy controvertida, probablemente fraudulenta, pero ampliamente adorada: Therese Neumann. Todavía me parece notable que un historiador escéptico, protestante y racionalista como Gerlich, el sensato editor de un periódico con el ojo de gimlet detrás de las gafas con montura de acero, fuera acogido por esta primitiva mística católica postrada en cama cuya propia iglesia era escéptica ...

Uno de los visitantes (de Teresa), un conservador católico aristocrático, el conde Erwin von Aretin, que sobrevivió para convertirse en el biógrafo de posguerra de Gerlich, se convirtió en creyente. Finalmente, después de repetidas insistencias de sus colegas, el escéptico protestante Gerlich decidió hacer una visita a la estigmatizada. Para sorpresa de casi todos, regresó profundamente impresionado. Más que eso, regresó repetidamente, se vio atraído cada vez más profundamente en el círculo de la campesina, transcribía sus declaraciones visionarias y las traducía en advertencias y profecías sobre la creciente crisis en Alemania... El Dr. Johannes Steiner, colega de Gerlich, retrata a Gerlich primero yendo a Konnersreuth "decidido a desenmascarar cada fraude que encontró ... Si hubiera alguno que encontrar". (Ron Rosenbaum)

Sí, de hecho, el héroe de Rosenbaum estaba conectado con un verdadero "canalizador" en vivo. Rosenbaum, el racionalista, simplemente no puede soportarlo. Continúa con algunos párrafos asegurándonos que Therese Neumann era un fraude, una charlatana, y sin duda fue algo malo en la mente de Gerlich lo que lo llevó a esta tontería, sin importar que continuara haciendo un excelente trabajo, y fue, de hecho, uno de los más valientes de los periodistas que se opusieron a Hitler. Más que esto, parece que el canalizador fue literalmente la inspiración para gran parte del trabajo de Gerlich, ¡y Rosenbaum gira impresionantes ruedas de carro cerebrales tratando de hablar a su manera alrededor de eso! Ahora, ¿cómo puede ser eso? Rosenbaum apenas puede entenderlo.

Da la casualidad de que parece que Therese Neumann NO fue un fraude... Lo que es ciertamente cierto es que Therese Neumann, una canalizadora, fue la inspiración detrás de uno de los periodistas más valientes de Alemania durante los tiempos en que Hitler llegó al poder. Incluso después del asesinato de Gerlich en Dachau, el círculo alrededor de Therese Neumann continuó su participación en la resistencia moralmente significativa a Hitler. Fue la fuente mística de la fuerza de Gerlich la que infundió su incisiva y quirúrgica disección de la mentalidad de Hitler. Y es este legado el que nos ha dejado a todos. A lo largo de la historia, extendiéndose hacia atrás y hacia atrás antes de cualquier registro escrito, la gente obtuvo mucha fuerza de las fuentes místicas. Tales fuentes fueron atacadas con el surgimiento del materialismo. La conexión entre un conocimiento emocional del mundo y un conocimiento intelectual del mundo se rompió. Vivimos bajo las horribles condiciones que son el resultado de esta ruptura. Una gran parte de la humanidad es ahora esclava de su intelecto. El aprehendimiento del mundo a través de las emociones, la intuición, la inspiración, que sugiero que son la base de las experiencias místicas y la canalización genuina van fuera de las estructuras jerárquicas que la mente racional ha construido para encarcelarnos, ya sea la ciencia materialista por un lado o la necesidad de comunicarse con lo divino a través de sacerdotes y otros representantes por otro lado. La conexión directa con lo divino fue asesinada; había que matarlo.

El Dr. Steiner recordó: "Enviaron a su viuda, Sophie, las gafas de Gerlich, todas salpicadas de sangre".

Vivimos -y podemos morir- con este legado.

Laura Knight-Jadczyk

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