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04 noviembre 2019

La crisis de los rehenes en Irán




por Tito Andino U.


4 noviembre 1979 - La toma de la embajada estadounidense en Teherán  

40 años atrás un grupo de estudiantes asaltaban en Teherán la Central del espionaje estadounidense, hecho que es conocido mundialmente como la toma de la embajada de los Estados Unidos. Aunque se habla de rehenes, otros consideran que se tomaron prisioneros, 52 en total. Lo inaudito de este incidente internacional es que Estados Unidos NUNCA protestó formalmente por la violación del Derecho Internacional, en este caso ante las Naciones Unidas. Al contrario, aunque parezca mentira era la propia embajada estadounidense quien contrariaba las normas del Derecho Internacional, concretamente la Convención de Viena, por qué? "Todo" el mundo, menos los iraníes parecían no darse cuenta que no era un centro diplomático, el edificio que ocupaba la embajada de los Estados Unidos en Teherán era un "nido de espías", con ese término se lo conocería para la perpetuidad. 

El 4 de noviembre de 1979, la todavía Revolución iraní que depuso al Sha amaneció con la noticia de que alrededor de 400 estudiantes revolucionarios se habían tomado la Embajada con pancartas que decían "Jomeiní lucha, Carter tiembla", exigían que Washington extradite al derrocado Sha que había llegado a los Estados Unidos para tratarse medicamente. 

Inicialmente el propósito fue ese, presionar a Carter para que repatrie al Sha para ser juzgado por corrupción. Naturalmente que entre los partícipes de la toma de la embajada había gente convencida que se preparaba un golpe de estado para acabar con la naciente revolución. Los estudiantes tenían programado ocupar la embajada durante 48 horas, pero con el apoyo dado por el ayatolá Jomeini las cosas tomaron otro rumbo que involucraba la política internacional, el mundo del espionaje y las amenazas.


 El lider espiritual y lider de la Revolución Iraní, Ruholla Jomeini o Khomeini (1902-1989)


Un historiador imparcial no debe pasar por alto un hecho histórico previo. La naciente Revolución Iraní, encabezada por el ayatolá Jomeini, comenzaba a cuestionarse si era necesario mantener relaciones diplomáticas con los Estados Unidos. Jomeini respaldó a través de los medios oficiales la ocupación de la Embajada y llamó a la lucha contra el "Gran Satán".

Jomeini aprovechó la toma para expandir el nuevo poder islámico. Recordemos que el ayatolá Jomeini aun no era el líder indiscutible de Irán en 1979, habían pasado largos meses en que el país estuvo convulsionado por una ola de disturbios, acciones separatistas, protestas obreras y sobre todo luchas intestinas para llenar el vacío del poder dejado por el Sha. En ese caos hubo sectores oficiales que se opusieron a la toma de la Embajada, el caso más notorio fue el primer ministro Mehdi Bazargan, quien dimitió a los pocos días junto al resto del gobierno que dirigía, como protesta a la toma de la sede de la diplomacia estadounidense, consideraba que ese acto era contrario a los intereses nacionales. Los ayatolás se afianzaron de esa forma en el control total del país.

Por sentado que un acto de esta naturaleza obligó a la Casa Blanca a romper relaciones diplomáticas con Irán en 1980, desde aquel momento ya nada sería igual, un ambiente de guerra mediática y psicológica ha sido la constante a lo largo de cuatro décadas.

El 4 de noviembre de 1979 tuvo un giro inesperado. Una vez que los partidarios y fuerzas leales a los ayatolás tomaron el control cedido por los estudiantes se empieza a explotar la oportunidad ocasionada por la retención de los estadounidenses. Identificar y detener a los numerosos agentes de la CIA ahí presentes, éstos inclusive fueron sorprendidos ‎‎in fraganti en una cámara secreta dentro de la embajada destruyendo documentación confidencial. 



Este episodio no es rebatido ni en los Estados Unidos en la actualidad, ex espías o ex rehenes, funcionarios de la CIA, lo han confirmado. La historia ha sido corroborada en divesas ocasiones, hasta al menos dos marines ‎liberados en la embajada dan por válidas las denuncias iraníes sobre el "nido de espías". Y Hollywood ha producido films que reconocen implícitamente tal naturaleza, así como documentales de cadenas estadounidenses.

Las represalias de Washington no se hicieron esperar. 1980 es un año muy convulsivo para los iraníes. No solo se da el intento de rescate de los rehenes, sino que los Estados Unidos consiguen que la República de Irak, aquella de Saddam Hussein, declare la guerra al Irán de los ayatolás, desatándose un dantesco conflicto aprovechado por las potencias occidentales para lucrar en la venta de armamento a los dos bandos. También era evidente que se intentaba desgastar a los iraníes militarmente para una posible caída de la revolución islámica. Se estima que el conflicto ocasiono la muerte de unos 600.000 iraníes, pero no se consiguió el objetivo. 

A pesar que Washington colocó a Irán en la lista del "Eje del Mal" (patrocinadora del terrorismo internacional, luego haría lo mismo con su socio Saddam Hussein) el mundo pudo apreciar actos de atroz terrorismo en 1988 por parte de los estadounidenses al atacar un avión civil iraní de la empresa "Iran Air", como consecuencia 290 civiles victimados. 

En marzo de 1980, Jimmy Carter ordenó una operación militar de rescate de los rehenes, se la bautiza como "Garra de Águila" (Eagle Claw), fiasco total, varias aeronaves se estrellan en el desierto iraní. Se ensayaron algunos planes dignos de una película de Hollywood, pero no eran viables. La única forma era aterrizar en el desierto iraní, muy lejos de Teherán (casi 500 kilómetros). El punto se denominó "Desierto Uno", a ese lugar debían concurrir aerotransportados los miembros de la "Fuerza Delta", utilizándose aviones C-130, luego abordar helicópteros RH-53 que, a su vez, debían aterrizar en otro punto para reabastecerse (a unos 80 kilómetros de Teherán). Según el plan diseñado, la Fuerza Delta debería llegar al atardecer en camiones a Teherán (porque el ruido de los helicópteros los delataría). Tendría lugar, según lo planificado, un asalto directo y los rehenes liberados debían trasladarse al estadio de fútbol para abordar los RH-53, mientras los Hercules C-130 esperaban la "carga". La tarea no terminaba ahí, debía impedirse que la escasa aviación iraní despegara, debían destruir los edificios de la embajada para no dejar rastros o ser utilizados como medio de propaganda. Una vez en el estadio, la Fuerza Delta y los rehenes embarcarían en los helicópteros y volarían hacia un aeródromo abandonado a medio camino entre Teherán y la ciudad de Qom que debía estar protegido por una compañía de Rangers. Todos los participantes y los rehenes debían ser trasladados a Omán en aviones. Estaba previsto, de ser el caso, el respaldo de apoyo aéreo desde los portaaviones Nimitz y Coral Sea. Un plan, a todas luces, demasiado ambicioso, solo en Hollywood podría contemplarse el éxito.


Miembros del 8° Escuadrón de Operaciones Especiales en una foto grupal frente a un MC-130E Combat Talon I, antes de partir para la Operación Eagle Claw el 24 de abril de 1980. El Mayor de la Fuerza Aérea de EE. UU. Lyn McIntosh (cuarto desde la derecha), de Moody Air Force Base, Georgia, fue una de las ocho personas perdidas en esa misión.

A finales de 1979 se inició el despliegue del equipo militar. El 16 de abril de 1980 el presidente Carter dio el visto bueno para la operación militar. Debido a la complejidad se necesitaba el apoyo de otros estados, por cuestiones estratégicas y de movilización, Turquía, Egipto, Israel, Omán y Baréin quedaron involucrados. Entonces se ordenó el envío de la Fuerza Delta hacia Egipto donde se ubicaría el mando operativo, la fuerza de ataque partiría desde una isla en Omán. 

El día 24 de abril 1980, tres C-130 despegaron de Egipto, un total de 132 efectivos (93 de la Fuerza Delta y 13 del equipo de rescate, más otro personal indispensable) rumbo a "Desierto Uno" en Irán, en vuelo rasante para evitar ser detectados por los radares. El avión de avanzada llegó a su destino pero antes de volver a despegar se involucro en incidentes armados. 

El mal tiempo y volar a baja altura afectó no solo la visibilidad sino a las aeronaves por las partículas de polvo en suspensión, al menos tres de ellos quedaron inoperables, se necesitaba como mínimo seis y solo disponían de cinco helicópeteros a esos momentos. Carter ordenó abortar la misión. 

La evacuación fue caótica un C-130 y un RH-53 chocaron, causando bajas mortales, los iraníes aparecieron en la zona, los comandos lograron escapar en los otros C-130, todos los helicópteros fueron abandonados. 


Helicópteros RH-53 en la cubierta del USS Nimitz.


Como consecuencia, los rehenes fueron dispersados para evitar nuevas tentativas de rescate. El presidente Carter en un discurso televisivo asumió la responsabilidad de la fallida misión, su secretario de Estado dimitió. Ese mismo año Carter pierde las elecciones ante Ronald Reagan. 

Deliberaciones secretas entre Irán y Estados Unidos habían tenido ya lugar con la mediación de Argelia, la crisis termina con la firma de un acuerdo el 19 de enero de 1981, Teherán libera a los rehenes minutos después de la posesión de Reagan el día 20 de enero. 

Si la crisis de los rehenes duró 444 días, la crisis USA-Irán perdura desde entonces, una crisis que ha estado a punto de desatar un conflicto directo entre los dos estados y hasta ha ocasionado una "crisis nuclear" que también ha estado al borde de una guerra de insondables consecuencias. Parecía que la paz entre estos dos estados llegaría en 2015 tras la suscripción del Acuerdo Nuclear, pero el presidente Trump, de forma unilateral, se apartó de sus términos. 

Fuertes sanciones se han impuesto a Irán en el campo económico a lo largo de estas décadas, el objetivo siempre ha sido minar su espíritu de lucha, acabar con su economía, incitar a revueltas "espontáneas", una forma de guerra psicológica que se aplica con relativo éxito en diferentes escenarios antes de una intervención militar. 

Es cierto que Irán ha dado muestras de apartura, con estricto respeto a su soberanía, era lógico que el aislamiento internacional durante un largo periodo de tiempo terminaría sucumbiendo al país, por ello negoció reformular su desarrollo nuclear a cambio de una apertura económica. 

Es probable que el Acuerdo Nuclear del 2015 evitó que los Halcones del Pentágono y sus socios israelíes, encabezados por Benjamín Netanyahu atacaran militarmente a Irán. Está demostrado que esa hipótesis es verdadera, planes para atacar y destruir las infraestructuras básica de la República Islámica de Irán han existido desde el mismo inicio de la Revolución de los Ayatolás. Pero muy pocos quieren recordar que el programa nuclear iraní tuvo su inició en la época del Sha Mohamed Reza Pahlevi, con el apoyo de los Estados Unidos! 

Y la crisis se mantiene, una "crisis" que es más de carácter retórico, acompañado de sanciones económicas y amenazas, algo que es habitual en el juego geoestratégico mundial, crisis que se repiten de manera constante. Mucho ruido y pocas nueces dirán algunos. Algo parecido a las "crisis" anuales entre los Estados Unidos y Korea del Norte, épocas para hacer pingües negocios energéticos y comercio de armas. Nada fuera de los "normal". la verdad es que detrás de tanto escándalo y "vientos de guerra", las dos grandes superpotencias mundiales -Estados Unidos y Rusia- tiene la última palabra y éstas están en permanente comunicación. 

Como dice Thierry Meyssan: 

"Con tantos actores interpretando papeles equivocados es imposible excluir la ‎posibilidad de que toda la farsa degenere en un incidente que provoque una guerra. El hecho es ‎que la Casa Blanca y el Kremlin se hablan. Ni el secretario de Estado Mike Pompeo ni el ministro ‎ruso de Exteriores Serguei Lavrov desean dejarse arrastrar por la lógica bélica".


ANEXO FOTOGRÁFICO DE LA FALLIDA OPERACIÓN "EAGLE CLAW"











25 mayo 2019

¿Está Turquía durmiendo con el enemigo? La “Triple Alianza” entre Rusia, Turquía e Irán




Introducción por el redactor del blog


Entender la geopolítica es tan complejo como la física cuántica. Así como tan compleja es la personalidad del señor presidente de Turquía, un hombre, que como se pregunta en el artículo de Michel Chossudovsky "¿duerme con el enemigo?". Pero, ¿quién es realmente el enemigo de Turquía?, un dilema infranqueable en las complejas relaciones internacionales donde todo se hace y deshace. Erdogan lo sabe, es su especialidad.

Dado el temperamento del mandatario turco, no muchos se fían de él, aparenta ser un director de orquesta que baila al son de los tiempos. Si hoy está con Rusia e Irán, no será de extrañar que mañana vuelva a los brazos de su amado Occidente. Es que, finalmente, de lo que se trata es quién ofrece más y mejor. Turquía ha permanecido junto al bando atlantista por décadas, no solo como miembro sino participando en provocaciones y en la guerra yihadista de la OTAN contra Siria e Irak; del mismo modo hoy puede enfilarse contra la OTAN y si lo desea concluir tratados con Rusia e Irán. 

Desde mi punto de vista, Erdogan sueña ser más poderoso, protagonista de las grandes ligas mundiales, cree ser indispensable al dirigir un país estratégicamente útil tanto para la alianza atlántica como para los rusos y chinos, por eso toma decisiones que irritan a la Casa Blanca y al Pentágono; no obstante, nada raro sería que a última hora deje plantada "con el vestido de novia" a Rusia en algunos acuerdos ya pactados. La posición geográfica privilegiada de Turquía obliga a unos descontentos estadounidenses a ser cautos en sus acciones, nadie podría negar que rusos y chinos aspiran beneficiarse de los traspiés en las relaciones Ankara - Washington. 





Vista que la política exterior turca se maneja acorde las conveniencias del momento, sus alianzas son temporales, según el estado de necesidad imperante. La hipotética coyuntura actual con Rusia e Irán podría ser solo una más de sus típicas estrategias. La realidad sobre el terreno es que Turquía sigue manteniendo el doble discurso. Un buen ejemplo de esa dualidad es que éstos siguen operando en territorio sirio en contra los intereses protegidos por Rusia.

Si reflexionamos, el régimen turco juega peligrosamente, no solo a dos sino a tres o más bandos, veamos: por un lado, aliados con la OTAN y socio estratégico de Estados Unidos e Israel; por otro, acercándose discretamente a Rusia e Irán; para ciertos casos, concreta secretamente con otras potencias su continuo papel desestabilizador regional, lo que quedó desenmascarado al revelarse el plan turco-francés (plan Juppé-Davutoglu) para desintegrar el norte de Siria; y, conserva un radical e independiente programa de aplastar a la población kurda de Turquía bajo el pretexto de ser el semillero del terrorismo kurdo, de esa forma han operado dentro y fuera de sus fronteras, irrespetando el Derecho Internacional y sin necesidad de consultar a sus socios occidentales, ni a sus nuevos amigos rusos. 


Una pregunta interesante sería: ¿Son realmente los turcos amigos de Rusia? El panorama que apreciamos en Siria nos dice que no, a pesar que aparezcan Putin y Erdogan estrechándose las manos, Turquía no ha dejado de atacar a la República Árabe Siria en  coordinación con sus socios de la OTAN, ha saqueado sus riquezas y mantiene fuerzas de ocupación, así como arma y protege a grupos ilegales que luchan contra el gobierno legítimo de Damasco.  



Foto de archivo, soldados y blindados turcos en la frontera turco-siria en la provincia de Hatay, enero 2018


Las fuerzas rusas en Siria, en días recientes, abrieron fuego contra posiciones turcas en los sectores de Hama, Idlib y Alepo, ¿por qué? Solamente pocos medios han reportado estos incidentes:


"De acuerdo con informes, Turquía brindó un importante apoyo militar a los grupos terroristas en este combate al traer refuerzos del llamado "ejército nacional" creado por esta última en el norte de Alepo e involucrarlo junto con Hay'at Tahrir al Sham en la apertura del frente contra el Ejército sirio al noroeste de Hama. Fuentes de campo indicaron que el punto de control turco fue el lugar de partida de los vehículos cargados de municiones para los grupos terroristas, así como la existencia de artillería y lanzacohetes que contribuyeron a allanar el camino de los grupos de infantería". (Al Mayadeen: Turquía lidera ataque contra el Ejército sirio al noroeste de Hama, 22 abril 2019). 

Como dicen por mi tierra: "¿amigo?... el ratón del queso..." 


Tres básicos desacuerdos entre Turquía y Estados Unidos

Señalemos antes que la visión política de Turquía en materia de política exterior y diplomática se basa en una vieja máxima: "Para un turco no existe más amigo que otro turco". Es que la doctrina reinante en Turquía que data de tiempos de Atarturk es extremadamente nacionalista.   

1. Los kurdos. La aparente o quizá real enemistad turco estadounidense viene desde hace algún tiempo. Se agudizó con el apoyo del Pentágono a los grupos armados kurdos que operan en Siria, las YPG el brazo armado en Siria del PKK turco y las inventadas FDS (Fuerzas Democráticas de Siria), una creación de la CIA para desestabilizar al gobierno sirio.

Lo he repetido desde hace mucho, Erdogan y, en general, los turcos irán a la guerra contra cualquier nación o estado interesado en revisar sus fronteras. Sus enemigos serán aquellos que intenten desestabilizar la aparente unidad nacional y territorial. En otras palabras, el enemigo está en casa, constituido por sus propios ciudadanos turco-kurdos y aquellos kurdos que habitan al otro lado de sus fronteras, en Siria e Irak, mejor dicho aquellos turco-kurdos obligados a huir de la persecución turca. 


La OTAN y los Estados Unidos han mostrado su disposición de apoyar a los kurdos para que luchen contra el gobierno sirio significa que Turquía corre el riesgo de ver crecer potencialmente a su enemigo con respaldo militar y político internacional, una afrenta para todos los turcos ya de por si creyentes devotos del nacionalismo.

Si Estados Unidos u otras potencias persisten en apoyar a los kurdos en Siria e Irak queda establecido, sin necesidad de declaración oficial, que también son enemigos de Turquía. No hay otra variante posible sobre la cuestión kurda.

2. El mandatario turco fue ofendido y traicionado por los Estados Unidos el 16 de julio de 2016, día que tuvo lugar un intento de golpe militar en su contra, aunque hay quien sostiene que fue "un operativo militar para desarmar el posicionamiento geoestratégico de Rusia en Siria y Oriente Medio", del cual Erdogan estaba plenamente al tanto; es posible que, en parte, así haya sucedido. Sin embargo, los hechos demuestran que Estados Unidos no estaba (ni lo está) feliz con la cambiante política del mandatario turco. Hay evidencias que Washington ve con buenos ojos un cambio de liderazgo en Turquía, afín a sus intereses, claro está.



Militares y civiles partidarios del presidente Erdogan se aglutinan en la Plaza Taksim de Estambul en la noche del 16 de julio 2016


Sobre la intentona golpista de julio del 2016 es casi imposible saber la verdad, la versión oficial turca censura cualquier otro punto de vista. Y ya sabemos que la prensa miente... siempre (no solo en Turquía). Enrique Muñoz Gamarra, analista internacional, reflexiona sobre el caso:


"Un golpe de estado del Pentágono sofocado? Si en verdad hubiera sido así, entonces aquello sería un acontecimiento de tremenda envergadura histórica (una verdadera revolución en el mundo) que de inmediato estaría conduciendo, primero, a la retirada de Turquía de la OTAN, luego, a la finalización de la agresión a Siria y, finalmente, a la pérdida definitiva de la hegemonía mundial estadounidense con grandes cambios en Europa y el mundo entero. Semejante acontecimiento no es cualquiera y, no lo ejecuta cualquier individuo. Para esto deben cumplirse algunas precondiciones. Sus ejecutores deben poseer una solvencia moral revolucionaria a toda prueba. Y Recep Tayyip Erdoğan ciertamente no está a esa altura. Definitivamente".

A simple vista parecería que Erdogan es un hombre singular, único y carismático (de seguro así lo sentirán en parte de Turquía), un auténtico líder que aglutina a todos los turcos a su alrededor, al estilo de un gran e indiscutible caudillo, pero... NO, al  contrario, es un personaje banal que se caracteriza por sembrar el  miedo en sus opositores tanto en casa como en el extranjero.

3. Los S-400 rusos. Supuestamente, la bronca monumental que Mr. Trump le ha echado al señor Erdogan es por el acercamiento turco a los iraníes y rusos por razones económicas y militares. Son los acuerdos turco-rusos para la compra-venta de sistemas de defensa S-400 los detonantes de una nueva "crisis" en el seno de la alianza atlántica? O algo sumamente oculto se está tejiendo en la enmarañada geoestrategia global que manejan las grandes potencias?



Sistemas antiaéreos rusos S-400 Triumf 


Las fuerzas armadas turcas se han decantado por el sistema defensivo de misiles S-400 Triumf en contra de los sistemas usados por la OTAN, made in USA. Es que están en juego miles de milones de dólares que el Complejo Militar Industrial estadounidense dejará de percibir a pesar de presionar a los turcos. Las pérdidas serán mayores si Estados Unidos se niega a entregar los flamantes cazas F-35 (lo último en tecnología militar) que está negociado con Ankara, las conversaciones para la entrega de este avión furtivo se mantienen, la parte turca aspira alcanzar un compromiso que no vendrá solo, Washington insiste en vender a Turquía el sistema de defensa aérea Patriot (rival del S-400), la oferta es tentadora, al ofrecer los USA mejoras en el precio, transferencia de tecnología y hasta producción conjunta, según anunció en estos días el ministro de defensa turco... No era que estaban en rompe...?


Por todos lados, pese a las explicaciones de los EEUU sobre la incompatibilidad del armamento utilizado por la OTAN y el sistema de defensa ruso, no cuadra plenamente, "los misiles S-400 Triumf no son compatibles con las defensas de la OTAN y su adquisición compromete la seguridad de la Alianza" afirman los estadounidenses. El kit del asunto sigue siendo económico y no técnico.

A todas luces Erdogan quiere ser un ganador, demostrar que puede lidiar con las dos grandes potencias rivales, quiere hacer conocer que goza de un poder absoluto e inalterable, utilizando la trillada consigna nacionalista sobre la grandeza turca. Es él  quien decide a quién, cómo y cuándo compra armamento. Por supuesto, es una forma de enviar un mensaje a Washington, ustedes apoyan a los kurdos, yo compro armas a los rusos. Con el mandatario turco está garantizada la incertidumbre en la región, algo muy provechoso para los mercaderes internacionales de la muerte (industria armamentista). A quién conviene que se perpetúe en el poder?   

Respecto al artículo planteado por el profesor Chossudosky, que viene a continuación, aunque no lo percibimos, es válido preguntarse si Turquía está durmiendo con el enemigo?, la respuesta podría ser tanto un SI como un NO, por ello la interrogación en el título del artículo, sus explicaciones son lógicas, analiza posibles escenarios y recuerda pactos sellados con anterioridad que se mantienen vigentes. Turquía, pese a todo, sigue firme en la OTAN.


De quién es amigo realmente Turquía?, a pesar que la pregunta correcta podría ser: De quién es amigo realmente el señor Erdogan?. El gobernante turco no es amigo de nadie, las amistades, alianzas y compromisos operan sobre la marcha, conforme la invariable doctrina nacional. Es así que no debemos extrañarnos si mañana regresa a los brazos de sus ex mejores amigos.


Tito Andino U.


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Está Turquía durmiendo con el enemigo? La “Triple Alianza” entre Rusia, Turquía e Irán



Por: Prof Michel Chossudovsky

Turquía es un Estado miembro de la OTAN que duerme con el enemigo. Dada su relación con Rusia e Irán, desde la perspectiva logística, la planificación militar coordinada entre Estados Unidos y la OTAN corre peligro.

Existe información que sugiere que el asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, junto con el Secretario de Estado, Mike Pompeo, están “haciendo todo lo posible para llevar adelante una guerra contra Irán” ¿Tendrán éxito?

Bolton y Pompeo están involucrados en actos deliberados de provocación. El grupo de ataque del portaaviones Abraham Lincoln“para enviar un mensaje claro e inequívoco al régimen iraní…”

Esta no es la primera vez que se formulan amenazas de esta naturaleza. La guerra contra Irán ha estado sobre la mesa del Pentágono durante los últimos 16 años. Después de la invasión de Irak en 2003, fuentes militares de Estados Unidos insinuaron en aquel momento que un ataque aéreo a Irán podría implicar un despliegue a gran escala comparable a los bombardeos de “conmoción y temor” de Estados Unidos en Irak en marzo de 2003.

Sin disipar los peligros de la temeraria iniciativa Bolton-Pompeo, es improbable una operación militar a gran escala entre Estados Unidos, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) e Israel dirigida contra Irán desde un punto de vista estratégico y geopolítico en este momento.

Dormir con el enemigo



“Nuestras relaciones no son buenas con Turquía”, apunta Trump.

Donald Trump acaba de mandar un mensaje sucio al presidente turco. ¿Por qué? ¿Qué objetivo hay detrás de la declaración de Trump?

Mientras que, oficialmente, Turquía es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), así como un firme aliado de EE.UU., el presidente Recep Tayyip Erdoğan ha estado forjando “relaciones amistosas” con dos de los enemigos acérrimos de Washington: Irán y Rusia.

La cooperación militar entre EE.UU. y Turquía (incluidas las bases de la Fuerza Aérea estadounidense en Turquía) se remonta a los tiempos de la ‘Guerra Fría’. Hoy en día, la estructura de las alianzas militares está en un grave peligro en detrimento de Washington. No se puede librar con éxito la guerra contra Irán cuando Turquía, su aliado y el peso pesado de la OTAN está “durmiendo con el enemigo”.

¿Qué consecuencias están a la vista tras las declaraciones de Trump?

Amenazas militares y sanciones económicas forman parte de la respuesta de Trump, junto con la manipulación financiera de los mercados de divisas a fin de vapulear la lira turca. Su moneda “se desliza rápidamente hacia abajo contra un dólar nuestro muy fuerte”, se ufana Trump.




El colapso de la Lira turca que, de facto, constituye una guerra financiera dirigida en contra de Turquía.

¿Quién se beneficia de las declaraciones de política exterior hechas por Trump? ¿No son acaso los operadores de divisas que tenían toda la información? La administración de Donald Trump está involucrada en actos de manipulación de divisas con el apoyo total de Wall Street.

Aquellos que, desde tiempo antes, sabían las declaraciones de Trump (“información privilegiada”) que iba a hacer, hoy están obteniendo ganancias multimillonarias en los mercados de divisas. (un tema que amerita una investigación posterior).

Recordemos que una declaración previa hecha por Trump sobre las sanciones económicas en contra de Moscú provocó una depreciación significativa del rublo ruso.

No hace falta decir que la OTAN está en crisis. Además, las facciones apoyadas por Estados Unidos y Turquía están luchando entre sí en la región Norte de Siria. 

Se está desarrollando un cambio en las alianzas militares entre “grandes potencias”, que es mucho más complejo que el de la Primera Guerra Mundial (es decir, la confrontación entre “La Triple Entente” y “La Triple Alianza”).

La "Triple Alianza" 




Si bien EE.UU. e Israel han contemplado durante muchos años la acción militar (incluido el uso preventivo de armas nucleares) en contra de Teherán, esta agenda militar -que dependía de una alianza de inteligencia militar de larga data entre Israel y Turquía- está actualmente en un serio predicamento. Y también lo está la alianza militar entre Ankara y Washington.

También hay una alianza de inteligencia militar Turquía-Israel que se remonta al Acuerdo de Seguridad y Secreto (SSA, por sus siglas en inglés) firmado con el gobierno de Tansu Çiller en 1993-94. Esta alianza que fue diseñada por la administración Clinton ya no es funcional, incluyó:

…Un memorándum de entendimiento en 1993 que condujo a la creación de “comités conjuntos” (israelíes y turcos) para manejar las denominadas amenazas regionales. Bajo los términos del memorándum, Turquía e Israel acordaron “cooperar en la recopilación de información de inteligencia sobre Siria, Irán e Irak y reunirse de manera regular para compartir evaluaciones relacionadas con el terrorismo y las capacidades militares de estos países.
“Turquía llegó al acuerdo de permitir que las Fuerzas de Defensa y Seguridad israelíes se hicieran de inteligencia electrónica sobre Siria e Irán desde Turquía. A cambio, Israel ayudó a equipar y entrenar a las fuerzas turcas en la guerra antiterrorista a lo largo de las fronteras siria, iraquí e iraní" (Véase Michel Chossudovsky, 2004).

El SSA se constituyó en el instrumento -diseñado cuidadosamente- de la política exterior de EE. UU. que sentó las bases para una relación firme y estrecha entre Israel y Turquía en cuanto a cooperación militar y de inteligencia, ejercicios militares conjuntos, producción de armas y entrenamiento.


Erdogan y Sharon en 2004


Ya durante la administración de Bill Clinton, se había desarrollado una alianza militar triangular entre EE.UU., Israel y Turquía. Esta “Triple Alianza”, denominada así por el Estado Mayor Conjunto de EE. UU., integraba y coordinaba las decisiones de mando militar entre los tres países sobre asuntos del Medio Oriente en general. Se fundamenta en las estrechas relaciones militares de Israel y Turquía con EE.UU., junto con una fuerte relación militar bilateral entre Tel Aviv y Ankara. …

La “Triple Alianza” se combina además con un acuerdo de cooperación militar entre la OTAN e Israel que data de 2005 y que incluye “muchas áreas de intereses comunes, como la lucha contra el terrorismo y ejercicios militares conjuntos”. Estos vínculos de cooperación militar con la OTAN son vistos por los militares israelíes como un medio para “mejorar la capacidad de disuasión de Israel con respecto a enemigos que representan una amenaza potencial, principalmente Irán y Siria”. (Véase Michel Chossudovsky, “Triple Alianza”: Estados Unidos, Turquía, Israel y La guerra contra el Líbano, 6 de agosto de 2006)

En 2006, poco antes de la invasión de Israel al Líbano, EE.UU. y Turquía suscribieron una “visión compartida” (en la que Turquía se comprometió a apoyar a Israel). El acuerdo fue:

“Caracterizado por fuertes lazos de amistad, cooperación, confianza mutua y una misma visión. Compartimos los mismos valores e ideales en nuestros objetivos regionales y globales: la promoción de la paz, la democracia, la libertad y la prosperidad”.

Las alianzas bilaterales EE.UU.-Israel y EE.UU.-Turquía, junto con el acuerdo de cooperación militar y de inteligencia Israel-Turquía, así como el acuerdo entre Israel y la OTAN (2003), constituyen los cimientos de la “Triple Alianza” entre EE.UU., Israel y Turquía, o lo que The Brookings Institute denomina el triángulo EE. UU.-Turquía-Israel.

Esta estructura triangular de alianzas patrocinada por Estados Unidos está muerta y desaparecida, en detrimento de los intereses de Washington en el Medio Oriente.


La "Triple Entente" 


Lo que se está desarrollando es la construcción de una nueva “Triple Entente” entre Turquía, Irán y Rusia.

En estos momentos, esta “Triple Entente” va más allá de una “alianza de conveniencia”, constituye una importante reestructuración de las alianzas militares y económicas.

Turquía ha desarrollado una alianza de conveniencia con Irán. E Irán, a su vez, cuenta con el apoyo de la mancuerna formada entre China y Rusia, que incluye cooperación militar, gasoductos estratégicos y una amplia variedad de acuerdos comerciales y de inversión.

A su vez, Turquía quiere adquirir el sistema de defensa aérea S-400 de Rusia a un costo de 2,000 millones de dólares. En la práctica, esto significaría que Turquía quedaría excluida del sistema integrado de defensa aérea de EE.UU. y la OTAN (que también incluye la participación de Israel). En la práctica, esto significa también que Turquía ha elegido “extraoficialmente” abandonar la OTAN.


La “relación de amor” de Netanyahu-Putin

Pero hay otro elemento que es absolutamente crucial: Israel también está durmiendo con el enemigo. Netanyahu y Putin han desarrollado a lo largo de los años una relación informal y amigable. Se consultan con frecuencia sobre cuestiones políticas y estratégicas clave.

Si bien la relación Netanyahu-Putin no es una alianza formal, no obstante, sirve a los intereses tanto de Rusia como de Israel. “Putin tiene un amigo en Bibi Netanyahu, y tal vez incluso un alma gemela”. Según Reuters, “Vladimir Putin es lo más parecido a una amistad que Israel ha tenido en Moscú”.


Turquía, salida de la OTAN

El mundo contemporáneo apunta hacia un cambio histórico en la estructura de las alianzas militares que está contribuyendo a debilitar la hegemonía estadounidense en el Medio Oriente, así como a crear una crisis al interior de la OTAN.

¿Emprender una guerra entre Estados Unidos, la OTAN e Israel contra Irán con o sin Turquía?

Turquía es el peso pesado de la OTAN, es el único estado miembro de la OTAN que está (en gran parte) situado en el Medio Oriente que tiene frontera con Irán.



A principios de abril, el secretario de Estado Mike Pompeo se reunió con su homólogo, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, en Ankara. La confrontación de Pompeo-Cavusoglu llegó a los titulares. A su vez, el vicepresidente Pence amenazó abiertamente al gobierno turco:

El vicepresidente Mike Pence advirtió a Turquía no seguir adelante con la compra del sistema de misiles [S-400] de fabricación rusa, horas después de que el ministro turco de Asuntos Exteriores dijera que la adquisición era “un acuerdo hecho” … Pence dijo que la compra de armas podría “amenazar la propia cohesión de la alianza … También dejamos en claro que no nos quedaremos de brazos cruzados mientras los aliados de la OTAN compran armas de nuestros adversarios”, dijo Pence. (CNN, 3 de abril de 2019)

Mike Pence tiene razón: la cohesión de la OTAN está en juego. Y no se puede confiar en Turquía como un fiel aliado de Estados Unidos.

¿Saldrá Turquía de la OTAN? Es casi un hecho.

Y si Turquía sale de la OTAN, otros países podrían seguir su ejemplo. Algo que Washington buscaría evitar.

En el transcurso del mes de abril (tras el error diplomático de Pompeo en Ankara), Turquía e Irán han fortalecido sus relaciones bilaterales. El homólogo de Pompeo, el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, replicó: “No aceptamos sanciones e imposiciones unilaterales sobre cómo construir nuestras relaciones con nuestros vecinos” (citado en Al Monitor, 29 de abril de 2019)

La logística militar entre Estados Unidos, OTAN, Israel está integrada, y Turquía todavía es (oficialmente) parte de la OTAN.

La evolución de las estructuras de las alianzas militares (y las coaliciones transversales), incluida la crisis al interior de la OTAN, no favorece el lanzamiento de una operación militar a gran escala contra Irán. Se supone que Bolton y Pompeo están plenamente consciente de este problema ¿O no?

Esto no excluye la realización de otras formas de guerra, incluidas las sanciones económicas, el sabotaje, los actos de provocación espontáneos al estilo de Bolton, el apoyo encubierto de las organizaciones terroristas, etc.


Artículo original en inglés:


Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).

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