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30 agosto 2019

El Legado del Apartheid: Armas químicas





Este artículo va previo a la publicación de una serie de ensayos que vendrán sobre la historia de Sudáfrica. 

Una evidencia documental e histórica demuestra que los supremacistas del apartheid también recibieron con agrado a las grandes potencias occidentales para convertir a la nación y a la población negra en "conejillos de indias". 

Un incidente comprobado fue el uso de armas químicas por parte de la hoy inexistente República de Rodhesia (en honor a Cecil Rhodes) encabezada -por supuesto- por supremacistas blancos, generalmente originarios del régimen del apartheid sudafricano, contra tropas de Mozambique el 8 de junio de 1977. También usaron armas biológicadentro de una estrategia que causó un indeterminado número de muertes. En el libro de Glenn Cross "Guerra Sucia: Rhodesia y la guerra química - biológica 1975-1980", argumenta que en su intento de defender al gobierno blanco, los agentes de los colonos (blancos) de Rhodesia mataron de 1 000 a 2 500 personas con armas químicas y biológicas. Se debe incluir cientos o más en Mozambique, más de dos mil, según el libro "The Fallen Heroes of Zimbabwe" (publicado en 1983 por el gobierno de Zimbabwe). Solo recordar que Rhodesia se transformó en Zimbabwe (en el sur) y en la actual Zambia (en el norte).

El caso del doctor Wouter Basson y el programa secreto de investigación biológica y química conocido como Project Coast lo demuestra el siguiente estudio.


Sudáfrica, antiguo laboratorio secreto de terrorismo biológico de algunos países «democráticos»


 

Sudáfrica, era del Apartheid, década de 1980. El Dr. Wouter Basson trabajó en el proyecto secreto de armas biológicas denominado "Proyect Coast". Objetivo: desarrollar agentes químicos y biológicos con la intención de matar o esterilizar a la población negra y eventualmente eliminar a los adversarios políticos. Entre los agentes desarrollados destacan los virus Ébola y Marburg.


por Red Voltaire


EL CASO DR. WOUTER BASSON

En los años 80, el sistema de apartheid estaba amenazado en Sudáfrica. El régimen lanzó un programa secreto de investigación biológica y química llamado Project Coast. Su objetivo era la producción de sustancias mortales, que pudieran ser étnicamente selectivas y destructivas, que permitieran reducir la población negra.


Centro de Salud, África del Sur en la época del apartheid.


Se ignora el número de personas que murieron en esas experiencias: se afirma que varios miles. El director del proyecto, el doctor Wouter Basson, fue liberado el 12 de abril de 2002 tras un extraño proceso.

En la actualidad, el escándalo compromete a Suiza que habría colaborado en las investigaciones del «doctor Muerte». En efecto, parece que para evitar los tratados de no proliferación de armas de destrucción masiva, el régimen del apartheid subcontrató a varias democracias para realizar sus investigaciones.


El Dr. Wouter Basson (primero de la izquierda) en la Corte de Justicia de la ciudad de Pretoria (África del Sur), el 24 de enero 2000, junto a su abogado (centro) y un agente de los servicios secretos sudafricanos. Foto Tristan Mendes France.


Algunos lo llaman «doctor Muerte» y el calificativo no es demasiado fuerte. A los 52 años de edad, ese hijo de cantante, brillante químico y ardiente patriota, trabaja en uno de los proyectos político-militares más temibles que haya conocido la posguerra.

Estamos en 1984 y el gobierno racista del apartheid, en una guerra larvada con sus vecinos y sobre todo con Angola, no logra que su propaganda anticomunista le traiga apoyos internacionales. Con el pretexto de temer a un ataque químico biológico, las autoridades militares establecidas decidieron desarrollar una unidad especial encargada del Chemical and Biological Warfare (CBW). Nombre en código: Project Coast.

El, en ese entonces, presidente del Freedom Front, general Viljoen, parlamentario cercano al político racista francés de extrema derecha Le Pen, a quien impregnó con la llama frondista, todavía se vanagloriaba de haber ratificado políticamente el proyecto cuando dirigía la Defensa sudafricana en los años 80. Este general es quien encargó el proyecto al doctor sudafricano Wouter Basson, quien recibirá el nombre de «doctor Muerte», tras desarrollarlo.


Johannes Chaka, último paciente del Dr Wouter Basson en el hospital público de Pretoria. 27 de enero 2000. Foto TMF.


Los años 80 anunciaban la llegada de Mandela y de su democracia; las autoridades políticas se dan cuenta de lo nada favorable que resulta para ellos la demografía y, que ante la consigna de una voz un voto, la comunidad "Afrikánder" (blancos descendientes de europeos, generalmente ingleses o holandeses) muy pronto no tendrá más peso político.

Esa constatación llevará al doctor Basson a hacer un simple análisis: mientras menos negros haya menos votos negros habrá.

Pero la ecuación cuesta dinero. De esa forma, el gobierno racista que utilizaba la política del apartheid otorgó millones de francos poco antes de los años 90 para crear un laboratorio militar tecnológicamente muy bien equipado en las afueras de Pretoria en Roodeplaat.

A partir de ese momento se llevaron a cabo intensas investigaciones a fin de desarrollar una molécula mortal, sensible a la melanina que pigmenta la piel de los negros. En otras palabras, un arma de exterminio étnicamente selectiva.

Asimismo, el laboratorio militar del doctor Basson estudia, basándose en muestras, la posibilidad de propagar graves epidemias entre las poblaciones africanas. También otra sección del Project Coast se interesa en el método científico más adecuado para esterilizar en masa a las mujeres negras.

Las esferas militares extranjeras especializadas en la guerra químico-biológica van a contribuir de buen grado a ese esfuerzo de investigación: Inglaterra, Estados Unidos, Suiza, Francia, pero también Irak o Libia figuran entre los colaboradores generosos u ocasionales.

Y todo ello pese a la firma de numerosos tratados de no proliferación químico-biológica o a pesar del embargo internacional decretado por las Naciones Unidas al régimen de apartheid...


Cartones conteniendo los informes y documentos de la investigación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación sobre los experimentos biológicos y químicos del "Doctor Muerte". Foto TMF.


El laboratorio llamado Roodeplaat se había convertido en una verdadera farmacia macabra: botulinum, talio, ántrax, sida, cólera, en cantidades alucinantes... Una tecnología mortal bajo la autoridad de un hombre, el doctor Basson, con un único objetivo: la población negra.

Las actividades de ese doctor solo se revelaron en 1998 durante las muy especiales audiencias de la Comisión Verdad y Reconciliación sudafricana (CVR). Pero ya hace muchos años que se considera un hombre libre, tras la fianza simbólica, ante el Alto Tribunal de Justicia de Pretoria. La causa principal de porque se le llevó ante la justicia fue por fraude al fisco y la producción masiva de drogas, y solo fue acusado de forma muy secundaria por los sesenta asesinatos o tentativas de ello, entre los que se encuentran muy altas personalidades como el ex presidente Mandela, el reverendo Franck Chikane (ex asesor del presidente Mbeki).

Dicho esto, las audiciones de la Comisión Verdad y Reconciliación demostraron que era razonable pensar que varios miles de negros habían desaparecido en las experiencias o los asesinatos políticos dirigidos por los laboratorios bajo su mando. El doctor Basson vivía en un barrio señorial de Pretoria. Como cardiólogo, contaba incluso con un cargo en el Hospital Docente de la ciudad, lo que no constituye una seguridad para su clientela, en su mayoría negra.




Eso también significa que sigue siendo empleado por el Estado sudafricano, a lo que se añade el hecho de que Basson también era miembro del ejército sudafricano. Esa situación por lo menos sorprendente fue muy denunciada por magistrados de la Comisión Verdad y Reconciliación quienes demandaron la creación de un tribunal internacional, para que al fin se juzguen los crímenes de lesa humanidad perpetrados por Basson y los suyos.

El proceso que se entabló contra él a comienzos de 1999 no develó todas sus actividades criminales, más aún cuando el muy conservador y extremadamente controvertido juez Willie Hartzenberg (hermano del presidente del Partido Conservador sudafricano, nombrado durante el apartheid), se mostró muy parcial, reduciendo a polvo las acusaciones en cada audiencia.

Durante el procedimiento de investigación incluso desaparecieron los tres CD del doctor, compilación que se hizo a todo correr antes de su arresto y que reagrupa todos los resultados de los diversos experimentos.

El proceso terminó el 12 de abril de 2002 con la absolución del doctor Basson. En el momento en que se creaba el Tribunal Penal Internacional... Inmediatamente, el fiscal anunció que apelaría y el respetado y reconocido religioso Monseñor Desmond Tute, en un mensaje dirigido a la opinión pública, habló «de un día sombrío para Sudáfrica».

Muchas interrogantes y pocas respuestas, pero algunas certezas: el arsenal químico desarrollado no se perdió para todo el mundo, y su principal instigador era aún un militar dependiente del ministerio de Defensa, pagado por el contribuyente sudafricano.

Otra verdad: los tratados de no proliferación químico-biológicos firmados por los países occidentales no han impedido el comercio de ese siniestro conocimiento y no es inverosímil que sin nuestra colaboración, el «doctor Muerte» nunca hubiera existido.

En el momento del terrorismo químico biológico, urge crear una comisión internacional independiente a fin de identificar a todos los que colaboraron con el programa Coast, y localizar la reserva de armas químico-biológicas.


***

La colaboración suiza en las experiencias del doctor Basson. A inicios de junio de 2002, se crea una delegación parlamentaria suiza (llamada Comisiones de Gestión o Del CdG) a fin de examinar en qué medida Suiza y sus servicios colaboraron con el programa de guerra biológica y química sudafricana, el Project Coast, dirigido por el Doctor Wouter Basson.
Pero el trabajo de la Del CdG, que debía presentar su informe oficialmente en la primavera de 2003, parece haberse interrumpido. Mientras tanto, el DDPS (Departamento Federal de la Defensa) tomó la iniciativa de interrogar a Wouter Basson directamente en Pretoria en forma de cuestionario por escrito en papel con timbre oficial de la administración suiza. La iniciativa del DDPS corresponde a un acto oficial para un ciudadano extranjero residente en el extranjero, lo que prohíbe formalmente la Convención de Ginebra sin el visto bueno expreso del país interesado, en este caso Sudáfrica, que descubrió el caso ante los medios de comunicación.
Esta molesta forma de pasar por encima de lo establecido fue revelada por el periódico suizo WeltWoche de la semana del 20 de octubre de 2002. La Del CdG entonces se dignó a hacer una nota informativa el 24 de octubre de 2002. Hizo recaer su responsabilidad en el DDPS precisando que no se pronunciará sobre sus actividades hasta la presentación de su informe. En cuanto al DDPS, admite haber cometido un «error» en sus transmisiones y declara a su vez que «la Del CdG es responsable de sus actos ante el Parlamento».
Sucede que Suiza se encontraba en una situación delicada respecto de Sudáfrica que puede no seguir colaborando con la investigación. Una forma original de enterrar un tema que molesta.

Libros y documentales

- Dr. la Muerte, Investigación sobre el terrorismo biológico de Estado en Sudáfrica por Tristan Mendès-France

- Passé sous silence - Docteur La Mort Documental escrito por Tristan Mendès-France y realizado por Jean Pierre Prévost. Francia 3, jueves 31 de octubre de 2002, 23:55 (50 min) Informes

- La maîtrise des armements chimiques et biologiques, informe de la Asamblea Parlamentaria de la Unión de Europa Occidental (UEO), 5 de diciembre de 2001. Ver sobre todo la introducción del informe y el capítulo «Les difficultés d’application de la CAB»

- Les rapports entretenus par les services de renseignements suisses avec l’Afrique du Sud, informe de la Delegación de las Comisiones de Gestión de las Cámaras Federales sobre el papel de los servicios de información suizos en el marco de las relaciones entre Suiza y Sudáfrica. Ver sobre todo, en el capítulo 2, la parte «Pretendida participación del Laboratorio AC de Spiez en los proyectos sudafricanos de desarrollo de armas biológicas y químicas».

 

*****

* Otro legado del Apartheid: La bomba atómica lo revisaremos posteriormente

Fuentes:

17 noviembre 2018

Geopolítica del poder: La Ruta de la Seda (IX)





Introducción del redactor del blog

Una nueva entrega de esta serie de artículos referentes a la moderna "Ruta de la Seda" que en términos geopolíticos han constituido a lo largo del siglo XX y del presente una estrategia para consolidar el dominio de las grandes potencias en el comercio global. 

El papel de China no es indiferente para las élites occidentales y de Rusia. China cada vez da pasos más grandes para imponer (exportar) su gigantesca producción industrial al mundo; así  mismo, invierte miles de millones de dólares cada año con ese propósito, al firmar convenios con diversos países, de diferente ideología y religión, China lanza el mensaje que la era de las diferencias político, económico o religiosas son cosas del pasado - al menos para los chinos-. 

La República Popular China, comunista, en teoría, es hoy por hoy, con el perdón de los Estados Unidos, la mayor potencia industrial del mundo. A pesar que el mercado está inundado de productos de manufacturación china de pésima calidad (generalmente burdas falsificaciones) el original producto chino es altamente competitivo con cualquier otro producido en otras naciones superdesarrolladas.

Lo que no está claro, aun, es en que va a terminar aquella disputa y "guerra verbal" entre los Estados Unidos y China, sobre todo por la materia industrial y aranceles, así como la soberanía de las aguas territoriales del Mar de la China Meridional, aguas en las que estas y otras potencias han fijado sus intereses, sin olvidarnos de otras regiones del Índico y del Próximo Oriente, sin descartar la incursión china en la zona "natural" de influencia norteamericana (latinoamérica). Analistas internacionales preven un gran conflicto bélico entre China y los EEUU que podría terminar en el hipotético uso de armas nucleares. Se ha dicho -y con toda razón- que China constituye en este momento un mayor peligro para los intereses estadounidenses que la propia Rusia

Toda la actividad bélica de los Estados Unidos en Medio Oriente y el África desde finales del siglo XX hasta el presente han sido encaminadas a destruir las infraestructuras chinas en diversos países, sobre todo en el área petrolera, haciendo tambalear la economía mundial. Esa ha sido la forma de oponerse a la "infiltración" china, una confrontación armada no directa, planificada a través de otros actores. 

Evitar que el proyecto de la renacida "Ruta de la Seda" llegue a consolidarse es fundamental para la supervivencia de los estadounidenses y británicos (y sus aliados europeos). La razón? Si llegara a abrirse las antiguas rutas comerciales terrestres por Irak, Irán, Siria, Líbano, el Cáucaso, sería el final del predominio de las rutas comerciales marítimas, controladas por la Gran Bretaña y los EEUU. En este contexto debemos entender el por qué de la perpetua zozobra en que viven las regiones enunciadas, la "Ruta de la Seda" que une Oriente con Occidente es obstruida por innumerables e inacabables conflictos armados que surgen "espontáneamente" por medio del 'yihadismo', 'primaveras' y 'revoluciones'. 

Ya hemos abordado esto en otros artículos, en lo referente al siguiente análisis que daremos lectura, nos queda algunas interrogantes: Cuál es la verdadera posición de los EEUU sobre los acuerdos a los que han llegado chinos e israelíes? Y sobre todo, qué sucederá, en adelante, con verdaderos grupos de resistencia nacional ante el acuerdo comercial chino israelí?. Para ser más concretos, si Israel ataca al Líbano, sin duda Hezbolá responderá, pero atacará las infraestructuras israelíes que pronto podrán ser controladas por los chinos?. China ha mantenido una excelente relación con la resistencia libanesa, seguirá siéndolo en un futuro mediato?. Podría tratarse de una estrategia estadounidense para lograr lo que no pudieron décadas de guerra, es decir, terminar con el eje de la resistencia, a través del ahogamiento económico y privándoles del respaldo político de uno de los grandes protagonistas mundiales (China)?...

Esta parte de la historia todavía está por escribirse en un futuro mediato. En las notas a píes de página podrá encontrar tres enlaces de artículos relacionados, desde diferentes perspectivas: la prensa rusa, la prensa británica y una publicación judía en español. La diversidad de opiniones es fundamental para llegar a conclusiones lógicas. Este es un mundo de intereses económicos y geopolíticos estratégicos, no una teoría conspiranoica (sionista) como ya he leído en algunas publicaciones sensacionalistas.

Thierry Meyssan y la Red Voltaire nos traen los siguientes análisis.

Buena lectura

tito andino  



La «ruta de la seda» e Israel

por Thierry Meyssan

China sigue adelante con su proyecto de «Nueva Ruta de la Seda». El vicepresidente chino, Wang Qishan, inició una gira por el Medio Oriente, con una estancia de 4 días en Israel. Según los acuerdos ya firmados, de aquí a 2 años China controlará la mayor parte del mercado agroalimentario israelí, así como la alta tecnología y los intercambios internacionales de Israel. El paso siguiente debería ser la conclusión de un acuerdo de libre comercio. Todo eso modificará radicalmente la geopolítica regional.

La gira del vicepresidente chino Wang Qishan por Israel, Palestina, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos apunta a desarrollar la «Nueva Ruta de la Seda».

En el otoño de 2013, China hizo público su proyecto de creación de vías de comunicación marítimas y principalmente terrestres a través del mundo. Asignó a ese proyecto sumas colosales y comenzó a concretarlo a toda velocidad. Los principales ejes pasan por Asia o por Rusia hacia el oeste de Europa. Pero China prevé también la creación de rutas de transporte a través de África y Latinoamérica.

Los obstáculos a la «Nueva Ruta de la Seda»

El proyecto chino tiene ante sí dos obstáculos: uno es de índole económica y el otro de carácter estratégico.

Desde el punto de vista chino, el objetivo de este proyecto es exportar los productos chinos siguiendo el modelo de la «Ruta de la Seda» que, desde el siglo II hasta el siglo XV, conectó China con Europa a través del valle de Ferganá –en Uzbekistán– y de territorios de Irán y Siria. En aquellos tiempos, los productos se transportaban de ciudad en ciudad y en cada etapa se intercambiaban unos productos por otros, según las necesidades de los comerciantes locales. Hoy en día la intención de China es vender sus productos directamente en Europa y en el resto del mundo.

Pero ya no se trata de productos exóticos (sedas, especias, etc.) sino de productos idénticos a los que fabrican los europeos y a menudo de superior calidad. La ruta comercial se convierte así en autopista. Marco Polo se enamoró de las variedades de seda que descubrió en el Extremo Oriente, incomparablemente superiores a las que podía encontrar en Italia, pero hoy Angela Merkel tiembla de temor ante la posibilidad de ver la industria automovilística alemana aplastada por sus competidores chinos. O sea, los países desarrollados van a tener que comerciar con China y, al mismo tiempo, tratar de proteger sus propias industrias del impacto económico.

Al exportar masivamente su producción, China ocupará en el comercio mundial el lugar que el Reino Unido ocupó, inicialmente en solitario y más tarde junto a Estados Unidos, desde la época de la Revolución Industrial
Fue precisamente para conservar esa supremacía que Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt firmaron la Carta del Atlántico y que Estados Unidos se incorporó a la Segunda Guerra Mundial. Por consiguiente, es probable que los anglosajones no vacilen en recurrir a la fuerza militar para obstaculizar el proyecto chino [1], como ya lo hicieron en el pasado ante los proyectos de alemanes y japoneses.

En todo caso, el Pentágono publicó en 2013 el plan Wright, que preveía la creación de un nuevo Estado en territorios de Irak y Siria para bloquear la ruta de la seda entre Bagdad y Damasco. Esa era la misión encomendada al Emirato Islámico (Daesh), así que China ha modificado el trazado de su ruta. Pekín ha decidido finalmente hacerla pasar por Egipto y, para hacerlo posible, invirtió en la ampliación que multiplicó por dos la capacidad de tránsito a través del Canal de Suez y en la creación de una gran zona industrial a 120 kilómetros de El Cairo [2]

Para garantizar el bloqueo del proyecto chino, el Pentágono organizó también una «revolución de color» en Ucrania, como modo de cortar el tramo europeo de la ruta, y ha venido estimulando desórdenes en Nicaragua para impedir la construcción a través de ese país de un nuevo canal interoceánico que comunicaría las aguas del Pacífico con las del Atlántico.

A pesar del volumen sin precedente de las inversiones chinas en la Nueva Ruta de la Seda, es importante recordar que, en el siglo XV, China llegó a crear una gigantesca flota para garantizar la seguridad de sus rutas marítimas. El almirante chino Zheng He, conocido como «el eunuco de las Tres Joyas», combatió a los piratas de Sry Lanka, construyó pagodas en Etiopía e hizo personalmente el peregrinaje a La Meca. Sin embargo, cuando Zheng He regresó a China, el emperador canceló el proyecto y ordenó quemar la flota. China se replegó entonces sobre sí misma, precedente que indica que no se debe considerar que, desde el punto de vista chino, el éxito del proyecto pueda darse por sentado.

En el pasado reciente, China se implicó en el Medio Oriente sólo con la intención de adquirir el petróleo que necesitaba. En Irak, China construyó refinerías, destruidas por los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh) y por las tropas de las potencias occidentales que simulaban luchar contra esos terroristas. Pekín se convirtió también en el principal comprador del petróleo de Arabia Saudita, donde construyó el gigantesco complejo petrolero de Yasref-Yanbu, a un costo de 10 000 millones de dólares.

Firma de la concesión del puerto israelí de Haifa al Shanghai International Port Group

Israel y la Nueva Ruta de la Seda

Los vínculos entre Israel y China datan del mandato del primer ministro israelí Ehud Olmert, cuyos padres se instalaron en Shanghai luego de haber huido de los nazis. Olmert, predecesor de Benyamin Netanyahu en el cargo de primer ministro, había tratado de establecer fuertes relaciones con Pekín. Pero sus esfuerzos se vieron neutralizados por su propio empeño en respaldar a uno de los grupos de piratas somalíes a los que Estados Unidos había confiado la tarea de obstaculizar el tráfico marítimo de los cargueros rusos y chinos a la salida del Mar Rojo [3]. Aquello estuvo a punto de provocar un gravísimo escándalo. Finalmente, China fue autorizada a abrir una base naval en Yibuti y Ehud Olmert fue separado de la vida política.


Estratégica base naval china en Yibuti, el pequeño país ubicado en el Cuerno de África, también existen bases de los Estados Unidos, Francia, Italia y Japón.

Desde 2016, China venía negociando con Israel un tratado de libre comercio. En ese contexto, el Shanghai International Port Group compró la concesión de explotación de los puertos de Haifa y Ashdod. Eso implica que, en 2021, China controlará el 90% del intercambio comercial de Israel. La transnacional china Bright Food ya adquirió el 56% de la cooperativa Tnuva, que agrupa a los productores de los kibutz, y podría incluso aumentar su participación en ella, de manera que China controlará gran parte del mercado agrícola israelí. Por otra parte, Jack Ma, el célebre fundador del sitio de ventas online Alibaba, estuvo en Tel Aviv como miembro de la delegación oficial china y no ocultó su intención de comprar numerosas startup israelíes para obtener acceso a su alta tecnología.

El sector del armamento ha sido el único ámbito de la economía israelí en mantenerse fuera del alcance del apetito chino. En septiembre, el profesor israelí Shaul Horev organizó en la universidad de Haifa –con ayuda del Hudson Institute estadounidense– una conferencia para alertar a los generales del Pentágono sobre las consecuencias de las inversiones chinas. Los expositores señalaron sobre todo que esos contratos exponen el país a un espionaje intensivo, dificultan el uso de los puertos israelíes por parte de los submarinos estadounidenses capaces de lanzar misiles nucleares y los vínculos de Israel con la Sexta Flota de Estados Unidos.

El ex director del Mossad, Ephraim Halevy, cuya vinculación con Estados Unidos es harto conocida, subrayó que el Consejo de Seguridad Nacional nunca deliberó sobre esas inversiones, decididas únicamente en función de aprovechar una oportunidad comercial. La interrogante que habría que plantearse es si Washington autorizó o no ese acercamiento entre Tel Aviv y Pekín.

No debemos equivocarnos sobre las razones que permitieron a China abrir una base militar en Yibuti y parece poco probable que Pekín haya concluido con Washington algún acuerdo secreto sobre esta nueva trayectoria de la ruta de la seda. Por supuesto, a Estados Unidos no le importa que se produzca un derrumbe económico de la Unión Europea. Pero, a largo plazo, China y Rusia van a verse obligadas a ponerse de acuerdo para protegerse de las potencias occidentales. La Historia ha demostrado fehacientemente que estas últimas han hecho todo lo posible –y siguen haciéndolo– por desmantelar a los dos gigantes. Por consiguiente, aunque una alianza entre China y Estados Unidos sería en lo inmediato favorable a Pekín, a la larga acabaría conduciendo a la eliminación sucesiva de Rusia y de la propia China.

Los acuerdos entre China e Israel hacen pensar más bien que, como dijera Lenin, «los capitalistas han vendido la cuerda que servirá para colgarlos».

La «ruta de la seda» pasará por Jordania, Egipto e Israel

Luego del asalto del Emirato Islámico (Daesh) contra la ciudad siria de Palmira, China renunció al trayecto histórico de la «ruta de la seda» (Bagdad-Palmira-Damasco-Tiro). Se planteó entonces la posibilidad de recurrir a un trazado alternativo que ya no pasaría por Siria sino por Turquía.

En la Antigüedad existió también un trayecto secundario que pasaba por Petra, en Jordania, y Alejandría, en Egipto. Finalmente, la nueva ruta de la seda debería pasar por Jordania y bifurcar después hacia Egipto e Israel.

El paso a través de Egipto ya contaba con el aval de la administración Obama, que autorizó la ampliación del Canal de Suez al doble de su capacidad –trabajo ya realizado– y la creación de una gran zona industrial –hoy en vías de realización.

Al parecer, la administración Trump ya autorizó el paso por Israel. En todo caso, el Shanghai International Port Group acaba de adquirir una concesión para operar los puertos de Haifa y Asdod. China construirá además el túnel del Monte Carmelo para multiplicar por dos el acceso al puerto de Haifa.

Por consiguiente, para el año 2021 el 90% del comercio internacional de Israel estará en manos de China, lo cual significa que la República Popular China se convertirá –junto a Estados Unidos– en coprotector de Israel, perspectiva que ya encuentra rechazo en los círculos militares israelo-estadounidenses.

Esta modificación del recorrido de la nueva ruta de la seda cambiaría radicalmente la geopolítica regional. China ha sido hasta ahora un socio comercial para Israel –exceptuando el sector del armamento– y un aliado político para el Hamas –que incluso dispone de una representación en Pekín. Al mismo tiempo, China proporcionaba misiles al Hezbollah libanés. En lo adelante, el Hamas y el Hezbollah tendrían que abstenerse de atacar objetivos vinculados al transporte por carretera, por tren o los puertos israelíes para no entrar en conflicto con los intereses chinos. No está de más recordar que el secretario general del Hezbollah, Hassan Nasrallah, explicaba que ante una agresión israelí contra el Líbano, Hezbollah podía bombardear el material nuclear almacenado en el puerto israelí de Haifa.

Pero el nuevo trazado modifica incluso la geopolítica mundial. El acuerdo entre China e Israel supone una autorización previa de Washington. La estrategia comercial china ignora una serie de condiciones políticas ya que modifica profundamente el sentido de la Asociación de la Eurasia Ampliada, pactada entre China y Rusia y que hoy sirve de base a la alianza entre estos dos últimos países.

Por lo pronto, el anuncio de este nuevo trazado revela la existencia de un acuerdo secreto entre Pekín y Washington, a pesar de la escalada bilateral en materia de gravámenes aduanales.

Si el proyecto chino llega a concretarse, todos los países del Medio Oriente tendrán que reposicionarse y todos los países del mundo tendrán adaptarse después a la nueva situación.

El proyecto israelí de ferrocarril del Mediterráneo al Golfo Pérsico



El ministro israelí de Transportes e Inteligencia, Israel Katz, presentó el 5 de noviembre de 2018 ‎su proyecto de ferrocarril entre el Mediterráneo y el Golfo Pérsico. Se trata de construir una vía ‎férrea que pasaría a través de Jordania, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y el sultanato ‎de Omán.

Israel Katz ya había mencionado ese proyecto en abril de 2017. Pero esta vez lo presentó en el ‎congreso mundial de la Unión Internacional del Transporte por Carretera (IRU, siglas en inglés), ‎realizado en Omán. La IRU no es una agencia especializada de la ONU para el transporte ‎ferroviario sino sólo un sindicato de transportistas por carretera (camiones y autobuses) que ‎se ocupa de negociar las condiciones de circulación a través de las fronteras. ‎

El anuncio del ministro israelí, que no se justificaba en el marco del congreso mundial de la URI, ‎puede estar vinculado a la maniobra israelí de acercamiento diplomático a las monarquías ‎del Golfo, maniobra cuyos principales pasos han sido hasta ahora el reciente viaje del primer ‎ministro israelí Benyamin Netanyahu al sultanato de Omán y la visita de la ministro israelí de ‎Cultura y Deportes a la mezquita Jeque Zayed, en los Emiratos Árabes Unidos. ‎

El «Ferrocarril de la Paz», como lo ha llamado Israel, partiría del puerto israelí de Haifa (cuya ‎explotación acaba de ser cedida al Shanghai International Port Group), atravesaría Arabia Saudita ‎‎(el príncipe Mohamed ben Salman, heredero del trono saudita y ministro de Defensa, visitó ‎en secreto Israel hace un año), y terminaría en Omán, donde el sultán Qabus –en plena crisis de ‎Alzheimer– fingió recibir a Netanyahu.‎

El enviado de Estados Unidos para el Medio Oriente, Jason Greenblatt, afirmó en Twitter que ‎‎«esos esfuerzos respaldan los nuestros», sugiriendo así que el proyecto ferrocarrilero de Israel ‎está vinculado al «Acuerdo del Siglo» anunciado por el presidente estadounidense Donald Trump. ‎

Notas:

[1] “The Geopolitics of American Global Decline”, Alfred McCoy, Tom Dispatch (Estados Unidos), Voltaire Network, 22 de junio de 2015.
[2] «China se despliega en el Medio Oriente», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 25 de enero de 2016.
[3] «Piratas, corsarios y filibusteros del siglo XXI», por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), Red Voltaire, 1º de junio de 2010.

Fuente original:

La «ruta de la seda» e Israel
La «ruta de la seda» pasará por Jordania, Egipto e Israel
El proyecto israelí de ferrocarril del Mediterráneo al Golfo Pérsico

27 septiembre 2018

¿Quién quiere reactivar la guerra en Siria? (2)




Nota de introducción del redactor del blog

Desde la intervención rusa en Siria gran parte de la población del país árabe y también gran parte de la Comunidad Internacional se sentían aliviados porque se prevía un pronto final al conflicto dentro de un entorno del Derecho Internacional, las negociaciones entre las grandes potencias hacían presumir el fin de las hostilidades, pero no todos están de acuerdo. Aunque parezca mentira, los Estados Unidos, al menos la administración Trump se ha fijado esa línea (en contra del Pentágono y los Halcones) y, en contra de sus aliados de la OTAN: Francia y el Reino Unido, principalmente. 

La crisis surgida por la provincia siria de Idlib, refugio de millares de terroristas y yihadistas desplazado de otros frentes es ahora la rueda de la discordia. Existen formaciones terroristas como al Qaeda (Frente al Nusra o el nombre que tienen actualmente, Jabhat Fatá al Sham o Hayat Tahrir al Sham), entre otras que se niegan a reconocer una Siria independiente y laica. 

Esas bandas terroristas están compuestas por yihadistas y mercenarios extranjeros, naturalmente, existen miles de sirios en esas filas, entrenados y armados fuera de Siria, pero la mayoría son gente ignorante que no tienen idea para quién combaten, no lo hacen para “liberar” Siria, ni siquiera lo hacen por un utópico estado islámico, se han convertido en peones de la peor calaña de una política imperialista.

Pese a nuestro optimismo, lamentablemente, el fin del conflicto no llegará mediatamente, la lucha seguirá, pero algo es ya seguro, Siria no podrá ser destruida como nación, salvo que las potencias occidentales se animen a una guerra mundial para salvar su ego. Se avecin otro tipo de guerra, el tiempo de las grandes ofensivas de mercenarios y yihadistas ya no es posible, es probable que pasemos a una siniestra etapa (que ya se ve en ocasiones): actos de sabotaje y terrorismo, asesinato puro de rehenes, atentando con coches bombas y suicidas en las ciudades sirias. Ante el fracaso, las potencias occidentales y sus aliados utilizarán, una vez más al extremismo como un último recurso desesperado, los retrógrados barbudos se ocultarán en sus madrigueras y emboscarán a traición. No obstante, a paso lento, pero firme las tropas del Ejército Árabe Sirio consolidan sus victorias en el campo de batalla, apoyadas por las milicias populares aliadas de Líbano e Irak, así como por los iraníes y la aviación rusa. 

Así hemos contemplado estas semanas los intentos de Londres y París por iniciar una nueva operación de falsa bandera en Idlib - la clásica "utilización de armas químicas del 'régimen' sirio contra la población civil", ante la inminencia de la ofensiva del ejército sirio, los turcos -otrora defensores de los yihadistas en el norte han acudido en su ayuda- aunque diplomáticamente acuerdan con los rusos posponer la batalla, creando una zona desmilitarizada para "separar" (otra vez!) a la oposición de los yihadistas. Desde Washingotn, Londres y París se amenaza al gobierno sirio y sus aliados con terribles repercusiones si se toca a sus "ahijados" yihadistas. Movilización en aguas internacionales del Mediterráneo de fuerzas navales de la OTAN y Rusia, ejercicios militares frente a las costas sirias, Israel que ataca periodicamente instalaciones sirias escudándose en la legítima defensa (o guerra preventiva) como el reciente caso del derribo del avión militar ruso y la respuesta del Kremlin: los S-300 para Siria. Qué implica eso? supuestamente, que los franceses, ingleses e israelíes -en teoría- ya no podrían siquiera sobrevolar territorio sirio... será de ver.

En la anterior entrega, "¿quién quiere reactivar la guerra en Siria? (1)", ponencia del magistral analista internacional, Thierry Meyssan, ya quedó sentado las responsabilidades, ahora, el maestro Meyssan nos trae cuáles son las pretensiones actuales del mundo occidental respecto a Siria y nos brinda un análisis de la nueva crisis ocasionada por la incursión israelí que ocasionó la muerte de la tripulación del avión ruso.

t. andino.

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   Foto de archivo, miembros de Al Nusra en Siria, estrenando flamantes uniformes y armas.


Las exigencias occidentales sobre Siria

por Thierry Meyssan

En el terreno, la guerra está llegando a su fin y sólo queda la región de Idlib por liberar del control de los terroristas. Sin embargo, los occidentales vuelven a la carga. Ahora acaban de presentar sus exigencias al enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura. Por supuesto, Estados Unidos rechaza el proceso de paz encabezado por Rusia, sólo porque los estadounidenses no han sido partícipes. Mientras tanto, el Reino Unido y Francia pretenden imponer en Siria instituciones que les permitirían controlar el país por debajo de la mesa.


Nombrado en 2014, antes de la intervención militar de Rusia contra los terroristas, Staffan de Mistura es un diplomático proestadounidense que supuestamente tendría que favorecer la paz en Siria en nombre de la ONU. Cuatro años después de su nominación, de Mistura sigue tratando de buscar subterfugios por cuenta de las potencias occidentales.


El enviado especial del secretario general de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, recibió en Ginebra una delegación del Grupo de Astaná (Irán, Rusia y Turquía). Después, el 14 de septiembre, de Mistura se reunió con una representación del Small Group (el “Pequeño Grupo”, o sea Arabia Saudita, Egipto, Estados Unidos, Francia, Jordania y Reino Unido).

Del lado de los occidentales, el embajador James Jeffrey y el coronel Joel Rayburn encabezaban la delegación estadounidense mientras que el embajador y ex director de la DGSE (la Dirección General de la Seguridad Exterior, o sea el servicio francés de inteligencia para el exterior) Francois Senemaud presidía la delegación de Francia.

Cada delegación del Pequeño Grupo entregó a la ONU un documento secreto con sus exigencias, con vistas a influir en las negociaciones entre los sirios. La televisión Russia Today reveló el contenido del documento occidental [1]. Anteriormente, hace dos semanas, el diario ruso Kommersant había revelado las directivas internas de la ONU [2].

- Primera observación, el punto 3 del documento del Pequeño Grupo retoma la directiva interna de la ONU:

«No habrá asistencia internacional para la reconstrucción en las zonas controladas por el gobierno sirio sin un proceso político creíble que conduzca inevitablemente a la reforma constitucional y a elecciones bajo la supervisión de la ONU, de manera satisfactoria para los potenciales donantes.» [3] 

Aunque ha participado en algunas reuniones del Pequeño Grupo, Alemania no parece haber estado representada en la reunión con de Mistura. El día anterior, el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, había emitido una declaración contraria al punto mencionado. Justo antes de reunirse con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, el jefe de la diplomacia alemana había anunciado en Twitter que Alemania está dispuesta a participar en la reconstrucción de Siria «si existe una solución política que lleve a elecciones libres» [4] [5]. O sea, para el Pequeño Grupo, y para la ONU, la reconstrucción no puede comenzar mientras los potenciales países donantes no hayan alcanzado sus objetivos de guerra, pero Alemania estima que la reconstrucción puede realizarse al mismo tiempo que el proceso de reconciliación política.

- Segunda observación: los diferentes interlocutores internacionales mencionan la resolución 2254 del 18 de diciembre de 2015 [6]. Pero el Pequeño Grupo extrapola el sentido de ese texto. La resolución del Consejo de Seguridad estipula que la redacción de una nueva Constitución siria es únicamente una cuestión de los sirios que debe discutirse entre los sirios mientras que el Pequeño Grupo afirma que la Constitución debe ser redactada única y exclusivamente por un comité controlado y supervisado por la ONU.

El objetivo es, evidentemente, echar abajo las decisiones adoptadas en Sochi, o sea destruir lo que se hizo durante los últimos meses y oponerse así al papel de Rusia en la solución de la crisis [7]. Estados Unidos quiere conservar su rango de potencia indispensable mientras que Reino Unido y Francia pretenden continuar su proyecto colonial.


Una fotografía captada el 12 de julio de 2018. Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los países que conforman el "Small Group" (Pequeño Grupo) para "resolver" la crisis en Siria.


- Tercera observación: el Pequeño Grupo no sólo pretende transferir a Ginebra la responsabilidad de redactar la Constitución, hasta ahora en manos de Sochi, sino que ya anuncia su propia visión de cómo tendrá que ser la nueva Constitución: una copia de la Constitución que Washington impuso a Irak y que actualmente mantiene ese país inmerso en una crisis permanente, lo cual beneficia enormemente a las potencias occidentales. Según la Constitución que pretenden imponer a Siria, los poderes del presidente serían exclusivamente protocolares, los del primer ministro serían simplemente inexistentes a nivel regional y los del ejército serían limitados.

Las potencias coloniales mantienen su poder en el Medio Oriente gracias a democracias de fachada. Siempre logran conformar gobiernos que no representan a los pueblos. Desde 1926 en el Líbano y desde 2005 en Irak, las instituciones han sido concebidas sobre todo para impedir que esos países vuelvan a convertirse en Estados-naciones. El Líbano fue dividido en comunidades religiosas. Irak fue dividido en regiones separadas donde predomina una comunidad religiosa. Israel, mientras tanto, tampoco tiene un gobierno representativo, pero no por causa de su Constitución –que no la tiene– sino debido a su sistema electoral.

- Cuarta observación: la resolución 2254 del Consejo de Seguridad estipula que las elecciones deben desarrollarse bajo la supervisión de la ONU. Pero el Pequeño Grupo considera que el órgano encargado de organizar elecciones tendrá que trabajar diariamente bajo las órdenes de la ONU, principalmente en lo tocante a eventuales denuncias de fraude.

Las potencias occidentales se reservarían así la posibilidad de anular los resultados de las elecciones si esos resultados no corresponden a lo que ellos quieren: bastaría con la presentación de una denuncia de fraude y con declararla inválida. El Pueblo sirio tendría derecho a votar… si acepta caer en la trampa que le tienden y, además, a condición de que luego vote por los individuos ya designados para gobernarlo.

En Europa, los europeos están en busca de su soberanía. En Siria, el Pueblo está luchando por su independencia.


ATAQUE CONTRA LATAKIA Y AVIÓN MILITAR RUSO DERRIBADO
¿Y ahora qué? ¿Sanciones de Moscú y Washington contra Londres, París y Tel Aviv?

El ataque de la semana pasada contra la ciudad siria de Latakia puede conducir a una completa redistribución de las cartas a nivel mundial. Así es por 2 razones, siendo la segunda de ellas algo que se sigue escondiendo a la opinión pública occidental. En primer lugar, el ataque contra Latakia costó la vida a 15 militares rusos. En segundo lugar, en esa agresión, además de Israel, también estuvieron implicados el Reino Unido y Francia. Esta es la crisis potencialmente más peligrosa de los últimos 60 años. La interrogante que ahora se plantea es saber si el presidente estadounidense Trump, en plena campaña electoral legislativa, está en condiciones de apoyar a el presidente ruso, de manera que Estados Unidos y Rusia adopten sanciones contra las potencias coloniales, como ya lo hicieron en 1956, ante la crisis de Suez.


El general Amikam Norkin, jefe del estado mayor de la fuerza aérea de Israel, llega a Moscú, el 20 de septiembre de 2018, en un viaje urgente, para explicar su versión de los acontecimientos alrededor del derribo de un avión militar de la Federación Rusa en Siria. La ulterior verificación de las “pruebas” israelíes y su comparación con otros registros demuestran que Israel miente descaradamente.


El 17 de septiembre de 2018, Francia, Israel y el Reino Unido realizaron una operación militar conjunta contra objetivos sirios. Como consecuencia del enfrentamiento provocado por esa operación, un avión ruso de reconocimiento fue derribado por fuego amigo sirio. El estudio de las grabaciones demuestra que un F-16 israelí “se escondió” tras el Il-20 para protegerse del fuego de la defensa antiaérea siria, que acabó derribando por error el avión militar ruso.

El derribo de un avión militar ruso por causa de Israel durante una operación conjunta israelo-franco-británica ha provocado estupor en todas las cancillerías. Si en los 7 años que han transcurrido desde el inicio del conflicto en Siria había existido una línea roja, era que los protagonistas nunca ponían en peligro fuerzas rusas, estadounidenses o israelíes.

Sobre lo sucedido sólo se sabe a ciencia cierta que: 
- Un avión de reconocimiento británico despegó de Chipre hacia Irak. En su trayectoria violó el espacio aéreo de Siria para “escanear” las defensas sirias y posibilitar el posterior ataque. 
- Menos de una hora después, 4 aviones israelíes F-16 y la fragata francesa Auvergne dispararon misiles contra objetivos en Siria –ubicados en la provincia de Latakia. La defensa antiaérea siria protegió su país disparando misiles tierra-aire S-200 contra los misiles franceses e israelíes. 
- Durante el enfrentamiento, uno de los aviones agresores israelíes se escudó tras un avión de reconocimiento Ilushin-20 ruso que concluía su misión de vigilancia en la zona y de localización de lugares de lanzamiento de drones de los yihadistas. La defensa antiaérea siria disparó un misil tierra-aire dirigido a la señal térmica del F-16 israelí y es teóricamente posible que haya derribado por error el avión ruso, cuya señal térmica, al ser más importante que la del avión israelí –más pequeño– que se escondía tras él, pudo haber atraído el misil antiaéreo.

Sin embargo, esta explicación parece fantasiosa ya que los misiles antiaéreos S-200 disponen de un sistema de reconocimiento que distingue los aviones amigos de los aviones enemigos, detalle que el ministerio ruso de Defensa confirmó y posteriormente desmintió. En todo caso, el avión ruso de reconocimiento fue derribado sin que pueda decirse con certeza cómo y por quién.

La cobardía de los dirigentes británicos y franceses los ha llevado a censurar toda información sobre su propia responsabilidad en la operación. Londres no ha hecho absolutamente ningún comentario y París negó los hechos. La BBC y los medios vinculados a France-Television no se han atrevido a mencionar lo sucedido. Para el Reino Unido y Francia, la realidad de la política exterior está más que nunca totalmente excluida del debate democrático.

Interpretación inmediata de los acontecimientos



No sabemos en realidad si el derribo del avión ruso, que provocó la muerte de los 15 militares que se hallaban a bordo, es imputable al piloto israelí –lo cual parece muy poco probable– a los militares israelíes o a los países implicados en el ataque a Siria.

De la respuesta a esa pregunta depende un posible conflicto entre 4 potencias nucleares. Esta situación es, por tanto, extremadamente grave. De hecho, no tiene precedente desde la creación de la Federación Rusa, a finales de 1991.
La agresión británico-franco-israelí es la respuesta de Londres, París y Tel Aviv al acuerdo ruso-turco firmado en Sochi sólo horas antes. Se produce después de la negativa estadounidense, a principios de septiembre, de bombardear nuevamente Siria con un pretexto falso y al envío de una delegación de la administración Trump al mundo árabe para dar a conocer el desacuerdo de la Casa Blanca con las iniciativas franco-británicas [8].

Turquía firmó los acuerdos de Sochi bajo una fuerte presión de Rusia. En Teherán, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan se había negado antes a firmar el Memorándum sobre el repliegue de las fuerzas yihadistas y las tropas turcas en Idlib y el presidente ruso le había respondido secamente, reafirmando la soberanía y la integridad territorial de Siria [9] y subrayando además –por primera vez– que a la luz del derecho internacional la presencia militar turca en Siria es ilegal. Muy inquieto, Erdogan aceptó una invitación a viajar a Rusia 10 días después.

El acuerdo ruso-turco de Sochi –además de alejar un poco más a Turquía de la OTAN con contratos vinculados al sector energético– de hecho obligaba a Ankara a retirarse de una parte del territorio que ocupa en Siria, supuestamente en aras de mejorar la protección que ofrece a los “rebeldes” reunidos en la provincia de Idlib [10]. Además, Turquía sólo dispone de un mes de plazo para confiscar el armamento pesado de sus compinches de al-Qaeda y Daesh (el Emirato Islámico) [11].

Por supuesto, para Londres, París y Tel Aviv, el acuerdo ruso-turco es inaceptable porque en definitiva implica: 

- el fin de los yihadistas como ejército que Londres ha organizado, dirigido y manipulado durante décadas [12]
- el fin del sueño de un mandato francés sobre Siria y de la creación de una nueva colonia de Francia en el norte de ese país árabe, creación colonial que se justificaría denominándola abusivamente “Kurdistán” (la creación de un Kurdistán sería legítima únicamente dentro de las fronteras reconocidas en 1920 por la Conferencia de Sevres, o sea no en Irán, ni en Irak o en Siria sino únicamente en la actual Turquía [13]); 
- el fin del dominio regional de Israel, que se vería ante una Siria estable bajo la protección de Rusia.

Interpretación a mediano plazo de los acontecimientos

La alianza militar Reino Unido-Francia-Israel no había entrado en acción desde la crisis del Canal de Suez, en 1956. En aquella época, Anthony Eden, Guy Mollet y David Ben Gurión habían implicado las fuerzas de esos tres países de forma conjunta para humillar a los nacionalistas árabes, principalmente al líder egipcio Gamal Abdel Nasser, y restaurar los imperios coloniales de Inglaterra y Francia mediante la «Operación Mosquetero» [14].

Es exactamente lo mismo que ha sucedido en el ataque contra Latakia: como ha confirmado el secretario general del Hezbollah libanés, Hassan Nasrallah, ninguno de los blancos del ataque tenía relación alguna con Irán ni con el Hezbollah. Esta acción militar británico-franco-israelí no tenía ninguna relación con la lucha internacional contra los yihadistas en general o contra Daesh en particular. Sólo estaba relacionada con el deseo de los participantes de propiciar el derrocamiento de la República Árabe Siria o de su presidente, Bachar al-Assad. Su principal objetivo era matar científicos militares, principalmente a los especialistas en cohetería del Instituto de Industrias Técnicas de Latakia.

El ataque contra Latakia es, por consiguiente, la continuación de la política de asesinatos selectivos que Israel ha venido aplicando durante una veintena de años, sucesivamente contra los científicos iraquíes e iraníes y ahora contra los científicos sirios. Este es uno de los pilares de la política colonial: impedir que los pueblos a los que se pretende someter sean capaces de lograr acceso a los mismos sectores del saber que las potencias coloniales. Antiguamente, las metrópolis occidentales prohibían bajo pena de muerte que sus esclavos aprendieran a leer. Hoy en día, asesinan a los científicos de los pueblos que quieren esclavizar.

La política de asesinatos de científicos se interrumpió con la firma del acuerdo 5+1 (JCPOA) con Irán, que de todas maneras impedía el acceso de ese país al saber ya que estipulaba el cierre de las facultades de física nuclear en las universidades iraníes. Pero ha sido reactivada a raíz de la retirada estadounidense de ese acuerdo –el 8 de mayo de 2018. En efecto, exactamente un mes después, el Reino Unido, Francia y Estados Unidos bombardeaban Siria –el 14 de abril de 2018– y el único blanco de ese bombardeo fue el centro de investigación científica ubicado en la localidad siria de Barzeh [15].

Se trata de una simple repartición del trabajo: los yihadistas destruyen el pasado, los occidentales se encargan de destruir el futuro.

Interpretación de los acontecimientos a más largo plazo

Desde que Rusia desplegó fuerzas en Siria –el 13 de septiembre de 2015– para ayudar a ese país en la lucha contra los terroristas, los aliados de Estados Unidos comprendieron que se hacía imposible concretar el plan estadounidense sin arriesgarse a desatar una guerra mundial. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, esos aliados comenzaron a revisar sus objetivos de guerra, abandonaron los del grupo llamado «Amigos de Siria» y se replegaron hacia sus estrategias históricas respectivas [16].

Fue esta lógica lo que los ha llevado a volver a formar la alianza que dio lugar a la crisis de Suez. Y es también esta lógica lo que ha llevado a Alemania a mantenerse a distancia de esa alianza.

Al principio de la Primera Guerra Mundial, los imperios británico, francés y ruso habían decidido cómo iban a repartirse el mundo cuando ganaran la guerra. El británico Mark Sykes, el francés Georges Picot y el ruso Serguei Sazonov se encargaron de negociar esa repartición del mundo. Durante la guerra mundial, los bolcheviques derrocaron al zar en Rusia, así que las regiones asignadas al imperio ruso volvieron a quedar disponibles. En definitiva, al término de la Primera Guerra Mundial, la única parte del plan que llegó a aplicarse fue la que tenía que ver con el Medio Oriente, lo que aún llamamos los «Acuerdos Sykes-Picot».

El regreso de Rusia a la palestra internacional viene por tanto a cuestionar la repartición colonial del Medio Oriente pactada entre británicos y franceses. La posibilidad de un choque acaba de surgir, por accidente o por voluntad de alguien, con el derribo del Ilushin-20 ruso durante la operación militar conjunta del Reino Unido, Francia e Israel contra la ciudad siria de Latakia.

Cómo reaccionar

El estupor de la comunidad internacional ante el repentino resurgimiento de un conflicto que ya tiene un siglo de existencia es palpable en el silencio de la cuenta de Twitter de la Casa Blanca.

Durante la crisis de Suez, las tropas israelíes implicadas contaban el doble de efectivos que el conjunto de las tropas británicas y francesas. El total de aquella fuerza conjunta se elevaba a 250 000 hombres. Comparada con la operación contra Latakia, la de Suez era por tanto una operación de muy gran envergadura. Pero ambas responden a la misma lógica diplomática y pueden llevar a lo mismo.


(Nota del editor del blog) La guerra del Sinaí, también conocida com la "crisis de Suez" o "guerra de Suez", se libró en territorio egipcio, en la Península del Sinaí, en el Canal de Suez y en la Franja de Gaza, entre el 29 de octubre y el 7 de noviembre de 1956. Se conformó una alianza militar entre Francia, Reino Unido e Israel contra Egipto al haber nacionalizado la Compañía del Canal de Suez y bloqueado los estrechos de Tirán. Aunque fue aplastante la victoria militar de la coalición, Egipto pudo conservar la nacionalización del Canal y se puso fin al papel de Francia y Reino Unido como superpotencias mundiales. En la gráfica aparecen dos leyendas de la época, el General israelí Moshe Dayan, Comandante de las operaciones militares israelíes y el político egipcio Gamal Abdel Nasser, presidente de Egipto e impusor del panarabismo y el socialismo árabe.


Durante la crisis de Suez, en plena guerra fría, la Unión Soviética amenazó al Reino Unido, Francia e Israel con una respuesta nuclear si no se retiraban de Egipto. Al principio, la OTAN respaldó a los europeos amenazando a Moscú con una guerra mundial, pero luego… lo pensó mejor. En plena guerra fría, Estados Unidos apoyó temporalmente a la URSS para detener la locura europea.

Para Washington, permitir que los europeos siguieran adelante habría sido empujar a todos los países árabes en brazos de los soviéticos. Era además imposible aceptar la intervención franco-británica en Egipto precisamente en momentos en que denunciaban la intervención del Pacto de Varsovia contra la revuelta húngara.

El presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower y su vicepresidente Richard Nixon desataron un ataque monetario contra la libra esterlina, enviaron fuerzas navales y aéreas estadounidenses a interferir las acciones del dispositivo británico-franco-israelí y prohibieron el uso del material militar francés financiado con fondos de Estados Unidos.

Fue posible preservar la paz internacional gracias a personalidades de terceras partes, como el secretario general de la ONU Dag Hammarskjöld (asesinado 3 años después y laureado con el Premio Nobel de la Paz a título póstumo), el ministro canadiense de Exteriores Lester B. Pearson (también laureado con el Premio Nobel de la Paz) y el líder del Movimiento de Países No Alineados y primer ministro de la India Jawaharlal Nehru.

La crisis de Suez reorganizó profundamente no sólo la vida política internacional sino también la escena política nacional en Reino Unido, Francia e Israel. 

- Burlando el derecho de veto de los europeos en el Consejo de Seguridad, la Asamblea General de la ONU intimó los invasores a retirarse de Egipto y creó la primera fuerza de interposición de las Naciones Unidas. 
- En el Reino Unido, la Cámara de los Comunes exigió el fin de la política colonial para favorecer los intereses económicos de Londres sólo a través del Commonwealth. 
- En Francia, comunistas, gaullistas y poujadistas (entre ellos Jean-Marie Le Pen) se unieron contra los centristas y los socialistas, algo que nunca volvió a suceder desde entonces. Seis años después, el presidente De Gaulle consideró que, al reconocer la independencia de Argelia, ponía fin a la colaboración militar francesa con el Estado colonial de Israel y retomaba la política de amistad y cooperación con los pueblos árabes que siempre había caracterizado a Francia, exceptuando sólo el paréntesis colonial [17].

La posición de los occidentales sobre la agresión contra Latakia es especialmente difícil porque, en violación de lo que ellos mismos habían acordado con Rusia, los israelíes sólo informaron a Moscú mucho después del inicio de la operación y sólo un minuto antes de disparar sus misiles. El Pentágono afirma que nunca fue informado. Pero tenemos que recordar que el acuerdo de no agresión mutua entre Israel y Rusia existe únicamente porque Israel es el arsenal de Estados Unidos en el Medio Oriente –en Israel se encuentran todos los depósitos estadounidenses de municiones para el conjunto de la región. Si Israel no avisó por adelantado al Pentágono sobre la operación contra Latakia, Israel ya no puede gozar de la protección estadounidense y, por consiguiente, Rusia puede cuestionar su pacto de no agresión con Israel.

La respuesta rusa depende de la posición de la Casa Blanca, posición que hoy se desconoce. Esa respuesta estará guiada por la voluntad de reducir la tensión –si fuera posible– y de mantener a la vez su disuasión castigando al o a los culpables que el Kremlin señale. Ni siquiera será necesario que Rusia haga pública esa sanción, a condición de que sean informadas las cancillerías interesadas.

La respuesta rusa


(Nota del editor del blog): El sistema defensivo ruso tierra-aire, S-300 que Moscú asegura, ahora sí, entregar a los sirios en corto plazo. Cuál será la reacción de Israel?, intentará destruirlos como hace con todos los sistemas de misiles que Irán intenta asentar en suelo sirio para el Hezbolá y las tropas gubernamentales sirias?

Rusia puede elegir entre ver el derribo de su avión como una falta cometida por un piloto israelí, atribuirlo a las fuerzas armadas de Israel o responsabilizar a los 3 países implicados (Reino Unido, Francia e Israel).

El ministro de Defensa de la Federación Rusa, Serguei Choigu, telefoneó a su homólogo de Israel, Avigdor Lieberman y le informó que considera a Israel responsable del incidente y que se reserva el derecho de respuesta. Un poco después, el presidente ruso Vladimir Putin declaró que «se trata de una serie de acontecimientos trágicos ya que nuestro avión no fue derribado por un aparato israelí». Putin puso énfasis en diferenciar esta situación del incidente del Sukhoi 24-M derribado deliberadamente por la aviación turca en noviembre de 2015. Así que nos dirigimos hacia la designación pública de Israel como único responsable y la adopción de alguna sanción secreta contra los 3 países implicados.

El encargado de negocios de Israel en Moscú, Keren Cohen Gat, fue convocado por el ministerio ruso de Exteriores mientras que el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, seguía su primer reflejo tratando de culpar a Irán del incidente. Una delegación israelí, encabezada por el general Amikam Norkin, jefe del estado mayor de la fuerza aerea de Israel, corrió a Moscú con celeridad nunca vista. El general Norkin discutió las declaraciones del ministerio ruso de Defensa, clamó la inocencia de Israel y se esforzó por culpar a los sirios.

El presidente Donald Trump, gran admirador de la política exterior de Richard Nixon, tiene así en la mano la oportunidad que necesitaba para acabar con el apoyo del Reino Unido, Francia e Israel al Estado Profundo estadounidense. 

Pero, en plena campaña electoral legislativa, no puede dar la impresión de que apoya al rival ruso sancionando a los aliados de Estados Unidos. Trump está por lo tanto buscando cómo presentar a la opinión pública estadounidense ese importante cambio de posición. Es con esa perspectiva que ya condenó, en una entrevista concedida al sitio web Hill TV, la decisión de George Bush hijo de incrementar la implicación militar de Estados Unidos en el Medio Oriente a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

El domingo 23 de septiembre, el general Igor Konachenkov, vocero del ministerio ruso de Defensa, presentó una síntesis de las informaciones rusas y de los datos que Siria e Israel entregaron a Rusia. 

- El general Konachenkov señaló que –al no avisar con suficiente antelación a la parte rusa sobre su ataque y al mentir sobre la localización de los objetivos de la acción– Israel violó deliberadamente el acuerdo de no agresión mutua de 2015. 

- Señaló que Israel puso en peligro los vuelos civiles en esa zona del Mediterráneo y denunció además que Israel es «enteramente» responsable del derribo del Ilushin-20 ruso. 
- Denunció que Israel no prestó ayuda a los militares rusos al ser alcanzado el avión
- Acusó al general Amikam Norkin, jefe del estado mayor de la fuerza aérea de Israel, de haber mentido al afirmar que los F-16 israelíes ya habían regresado a Israel cuando el avión ruso fue alcanzado. 
- Finalmente, el vocero del ministerio de Defensa de Rusia descartó las acusaciones de amateurismo lanzadas contra la defensa antiaérea de la República Árabe Siria.

Sin embargo, el general Konachenkov se abstuvo de cuestionar públicamente al Reino Unido y Francia a pesar de que estas dos potencias occidentales están implicadas en sus señalamientos contra Israel.

Si la Casa Blanca halla una narración de los hechos aceptable para sus electores, Rusia podría prohibir al Reino Unido, Francia e Israel toda intrusión no autorizada por el gobierno de Damasco en el espacio aéreo, marítimo y terrestre de Siria. Londres y París tendrían entonces que poner fin a sus amenazas de bombardeo contra Siria, que hasta ahora habían justificado con pretextos como los incidentes químicos bajo falsa bandera, y se verían obligados a retirar de Siria sus fuerzas especiales. Esta última medida se aplicaría a todos los protagonistas en general, con excepción de Estados Unidos y, en Idlib, de Turquía.


Thierry Meyssan

Enlace a la primera entrega
¿Quién quiere reactivar la guerra en Siria? (1)

Artículo relacionado:
SIRIA: El ocaso de la guerra

ACLARACIÓN sobre este artículo: 
Todas las fotografías, notas del editor, subrayados, negrillas y cursivas corresponden al editor de este blog (excepto las dos fotografías de portada de la edición original que corresponde a la RED VOLTAIRE la cual puede ser consultada por el lector en los siguientes enlaces)
Fuente original


NOTAS
[1] “Declaración de Principios del Pequeño Grupo para Siria”, Red Voltaire, 18 de septiembre de 2018.
[2] «Parámetros y principios de la asistencia de la ONU en Siria», por Jeffrey D. Feltman, Red Voltaire, 3 de septiembre de 2018.
[3] “There will be no international reconstruction assistance in Syrian-governement-held areas absent a credible political process that leads unalterably to constitutional reform and UN-supervised elections, to the satisfaction of potential donor countries”.
[4] “Wenn es eine politische Lösung in #Syrien gibt, die zu freien Wahlen führt, sind wir bereit Verantwortung beim Wiederaufbau zu übernehmen”
[5] «Alemania toma posición contra la directiva Feltman», Red Voltaire, 14 de septiembre de 2018.
[6] «Resolución 2254 (Plan de Paz para Siria)», Red Voltaire, 18 de diciembre de 2015.
[7] «Consenso entre sirios en Sochi», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 6 de febrero de 2018.
[8] «¿Quién quiere reactivar la guerra en Siria?», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 4 de septiembre de 2018.
[9] «Joint Statement by Irán, Russia and Turkey dealing with Syria», Voltaire Network, 7 de septiembre de 2018.
[10] «Se pospone la batalla de Idlib», Red Voltaire, 18 de septiembre de 2018.
[11] «Memorándum para la estabilización de la situación en la zona de desescalada de Idlib», Red Voltaire, 17 de septiembre de 2018.
[12] Ver la segunda parte del libro De la impostura del 11 de Septiembre a Donald Trump, Thierry Meyssan, Orfila Valentini, 2017.
[13] «Los proyectos (diferentes) de creación de un Kurdistán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de septiembre de 2016.
[14] La «Operación Mosquetero» (en francés «Opération Mousquetaire» y en inglés «Operation Musketeer») fue la operación militar conjunta franco-israelo-británica durante la cual tropas de esos países se apoderaron (en 1956) del Canal de Suez, nacionalizado por el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser. Nota de la Red Voltaire.
[15] «El fiasco del bombardeo occidental contra Siria», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 24 de abril de 2018.
[16] «Salir de la guerra contra Siria», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 11 de septiembre de 2018.
[17] «Conferencia de prensa de Charles De Gaulle, fragmento sobre Israel», Re Voltaire, 27 de noviembre de 1967.

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