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14 mayo 2020

Cuando Churchill pensaba en una alianza con los nazis




Nota de introducción por el editor del blog


En estos días que el mundo conmemora los 75 años de la Víctoria contra el nazismo y la Liberación de Europa, es el momento oportuno para hablar de un aspecto muy debatido en el mundo occidental, el intento por desconocer la historia y la "rusofobia". 

Michael Davis profesor de la Universidad de California preguntó (2005) a sus alumnos:


¿De parte de quién combatieron los rusos durante la Segunda Guerra Mundial?

La pregunta formulada no es tan absurda como podría parecer, la mayoría de ellos tuvieron dificultades en responder. Muchos supusieron que del lado alemán o japonés, el profesor se esforzó por aclarar este importante hecho de la historia mundial, al principio fueron acogidos con mucha desconfianza por su joven auditorio. "Los estadounidenses nunca han querido reconocer los méritos del Ejército Soviético, cuando les digo que la URSS y EEUU eran aliados, les cuesta trabajo creerlo y aceptarlo", dijo Davis.

Y esa sigue siendo la visión general del estadounidense (sumemos a ella a británicos y europeos occidentales), que incluye a la clase política gobernante; es decir, no son capaces de comprender, ni reconocer el enorme sacrificio en vidas de los soldados rusos y soviéticos no solo en Rusia o en la URSS, sino en países como Polonia, Hungría, Checoslovaquia y hasta en Alemania. Tampoco quieren comprender cuántos millones de personas fueron salvadas por el Ejército Rojo, no obstante que luego quedarían bajo el férreo control de la "cortina de hierro". Los laureles del vencedor son para las democracias occidentales, por el simple hecho de que eran democracias, a diferencia de la URSS, que era un estado totalitarista, al haber declarado la "dictadura del proletariado".


Un destacado historiador ruso, Vladímir Simonov, afirma que "no conviene reprocharles a los estudiantes de la Universidad de California su ignorancia. Desde el momento en que ellos aprendieron a deletrear, se les ofrecía una versión oficial de la Segunda Guerra Mundial escrita por un historiador influyente, pero poco escrupuloso: La Guerra Fría".

Los estudiantes del profesor Davis habrán podido encontrar reminiscencias de esa tesis en "La Historia Militar de EEUU", cuyos autores afirman: "El aporte de la URSS está muy exagerado, pues la guerra que se libró en el Este era una guerra en tierra firme y en un solo frente, mientras que en el Oeste los aliados combatían en dos frentes en tierra firme, así como realizaban operaciones en aire y mar".

Conforme explica el profesor Simonov, en 1944 la extensión del frente soviético-alemán era cuatro veces más grande que la de todos los frentes en que luchaban nuestros aliados juntos. En aquel período, en el frente del Este combatían a un mismo tiempo hasta 201 divisiones del adversario, mientras que las tropas anglo-estadounidenses tenían que hacer frente a un enemigo mucho menos numeroso, de 2 a 21 divisiones. La apertura del segundo frente por Occidente cambió poco esa correlación. Los aliados tenían concentrados 1.5 millones de efectivos en Europa Occidental, y los alemanes, 560 mil. Al propio tiempo, en el frente soviético-alemán 6.5 millones de soldados soviéticos combatían contra 4.5 millones de alemanes. Las bajas fundamentales fueron sufridas por las tropas de Hitler en los combates contra el Ejército Rojo: el 70 por ciento de los efectivos y el 75 por ciento de todo el material de guerra, incluidos carros blindados, piezas de artillería y aviones".




Antes de que se declare a la Rusia de Putin enemiga de la democracia, hubo un tiempo en que políticos e historiadores se apegaban más a la historia verdadera (a pesar de los textos de enseñanza). En la correspondencia entre Stalin y Churchill (de dominio público) encontramos una frase que le dejará sin aliento, Churchill expresó: "Fue el Ejército ruso que sacó las tripas a la máquina de guerra alemana". En nuestros tiempos, para el año 2005, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, en una ceremonia junto a Vladimir Putín (60 aniversario del desembarco en Normandía), dijo: "Si no hubiera sido por Rusia, no existiría nada de esto...".

Pero, tampoco es justo atribuir el mérito solamente a los soviéticos, pese a todo, Francia y sobre todo Gran Bretaña lucharon con heroismo por defender Europa Occidental ante la invasión nazi, la Batalla de Inglaterra es un claro ejemplo; tampoco es dable negar el aporte estadounidense, aunque no determinante, con el programa de préstamos y arriendos a la URSS (lend lease) y la tardía apertura del segundo frente en junio de 1944. Es indudable que los estadounidenses dedicaron su mayor esfuerzo de guerra al teatro de operaciones en el Pacífico de 1942 a 1945 y contribuyeron con la producción industrial a sostener la resistencia británica y la ulterior invasión.

En general, la segunda guerra mundial fue ganada por el aporte de todos los Aliados, destacándose el papel soviético en la liberación de Europa y de los Estados Unidos en el triunfo contra el Imperio del Japón. El mérito corresponde a los soldados, a los militares que mantuvieron ese sentimiento de camaradería. Lastimosamente, no se puede decir lo mismo de los políticos, que reinventan la historia acorde a ciertos intereses. 

Debe quedar sentado que el punto de vista político "occidental" sobre los orígenes de la IIGM está disponible por cualquier medio y en cantidades industriales (por ejemplo en la industria cinematográfica). Tras las divergencias geopolíticas entre las grandes potencias mundiales, iniciado el siglo XXI, sigue existiendo ese celo por divulgar hechos históricos debidamente documentados, menospreciándose a verdaderos académicos e historiadores y sus publicaciones. Bajo estas circunstancias, siempre viene bien y hasta se vuelve imprescindible conocer lo que piensan historiadores y académicos de la Rusia actual. Para "tranquilidad" de algunos, estos hombres de ciencia son, generalmente, anti-estalinistas y retractores del comunismo.

Las siguientes son prácticas, entendibles y sobre todo esclarecedoras entrevistas (en tres entregas, dado su tamaño) que aportan a la comprensión del papel de la URSS, en una visión diferente -pero no politizada- de la historia de la segunda guerra mundial y la actual política de la Rusia poscomunista. 

Los siguientes trabajos datan del año 2005cuando todavía Rusia era considerada amiga y socia de los Estados Unidos. Aparecieron por primera vez a través de la agencia RIA Novosti (Rusia). La entrevista es conducida por Viktor Litovkine al historiador ruso Valentín Falin. Para la traducción en castellano nos valemos de la Red Voltaire, que las publicó entre marzo y abril de 2005, como un especial para el público español y latinoamericano, en colaboración con la mencionada agencia, con motivo de los 60 años conmemorativos de la Victoria sobre el fascismo y la finalización del conflicto. 

Esta conversación brinda aspectos antes poco conocidos de la Segunda Guerra Mundial (Gran Guerra Patria para los rusos).

Buena lectura.

t. andino


***

La historia, su realidad y mitos, constituyen retos políticos permanentes. Valentín Falin ofrece una lectura de la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista ruso, con frecuencia desconocido por el público occidental, basado en 
Archivos históricos inéditos abiertos recientemente a los investigadores que el  ha teniendo la oportunidad de estudiar y analizarlos. 


Primera parte I: 
 La Segunda Guerra Mundial podía haber terminado en 1943
Cuando Churchill pensaba en una alianza con los nazis

EntrevistaValentín Falin 
(Doctor en Historia). 
Entrevistador: Viktor Litovkine 
(Comentarista militar de Ria Novosti)
2005



A pesar de la barbarie nazi en la Segunda Guerra Mundial, muchos dirigentes occidentales, entre ellos el primer ministro conservador británico Winston Churchill, estaban convencidos que habría que luchar primero contra el comunismo soviético y promovían una alianza con los nazis de Adolf Hitler. 

La reciente apertura de archivos históricos inéditos demuestran mecanismos que han permanecido desconocidos para un vasto público, así como los móviles de la toma de unas u otras decisiones al más alto nivel político en esa época, los cuales ejercieron una influencia decisiva sobre el desarrollo y desenlace de la Segunda Guerra Mundial.

➤  Viktor Litovkin: La historiografía contemporánea de la Segunda Guerra Mundial ofrece diversas valoraciones de su etapa final. Unos expertos afirman que la guerra podía haber terminado mucho antes. De ello escribió, por ejemplo, en sus memorias el mariscal Chuikov. Otros sostienen que podía alargarse un año más, como mínimo. ¿Quién está más cercano a la verdad y en qué consiste ésta? ¿Cuál es el punto de vista de usted?
Valentín Falin: Los debates al respecto se desarrollan no solamente en la historiografía contemporánea. De cuánto iba a durar la guerra en Europa y cuándo terminaría se discutía ya en el transcurso de la guerra, y a partir de 1942, ello se hacía sin cesar. Para ser más exactos, se debe reconocer que ese problema interesaba a los políticos y los militares desde 1942.

En aquel entonces la mayoría de los estadistas, incluidos Roosevelt y Churchill, creían que la Unión Soviética podría resistir durante cuatro o seis semanas, al máximo. Tan sólo Benes afirmaba que la URSS resistiría la invasión nazi y, en fin de cuentas, derrotaría a Alemania.


La historiografía significa el estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre la historia y sus fuentes, y de los autores que han tratado de estas materias. Es decir, es una disciplina que se vale de técnicas y teorías relacionadas con el estudio, análisis y manera de interpretar la historia. 
  
➤  Viktor Litovkin: Eduard Benes era, si no lo recuerdo mal, presidente de Checoeslovaquia en el exilio. Después del complot de Munich de 1938 y la ocupación del país, él residía en Gran Bretaña.
Valentín Falin:  Sí. Pero más tarde, cuando dichas valoraciones - o tasaciones, si usted permite -de nuestra capacidad de resistir no se justificaron, cuando Alemania sufrió la primera -quiero recalcarlo- derrota estratégica en la batalla de Moscú, muchos cambiaron bruscamente de opinión. En Occidente empezaron a expresar recelos de que la Unión Soviética pudiese salir demasiado fuerte de la guerra, y como tal, comenzase a determinar la faz de la futura Europa.


Eduard Benes, presidente de la República de Checoslovaquia

Lo decía, por ejemplo, Berle, secretario de Estado adjunto de EE.UU y coordinador de los servicios de inteligencia estadounidenses. De este mismo parecer eran los allegados de Churchill, incluidas unas personas muy influyentes, que antes de empezar la guerra y en su transcurso elaboraban la doctrina de las acciones a desarrollar por las Fuerzas Armadas británicas y también la política de Gran Bretaña.

Con ello se explica en mucho grado la resistencia que Churchill oponía a la apertura del Segundo Frente en 1942. Aunque Beaverbrook y Cripps en la dirigencia británica, y especialmente Eisenhower y otros elaboradores de los planes militares estadounidenses, suponían que existían premisas técnicas y otras para asestar una derrota a los alemanes precisamente en 1942, utilizando la circunstancia de que el grueso de las fuerzas alemanas estaban concentradas en el Este y que había una costa de dos mil kilómetros de largo de Francia, Holanda, Bélgica, Noruega y de la propia Alemania, abierta para la incursión de los Ejércitos de los aliados. Los nazis no tenían fortificaciones permanentes en la costa atlántica.

Es más, los militares estadounidenses procuraban persuadir a Roosevelt (existen varios memorándums de Eisenhower al respecto) de que el Segundo Frente era necesario, que era posible abrirlo y que su apertura acortaría la guerra en Europa y haría capitular a Alemania, si no en 1942, en 1943 a más tardar.

Pero esos cálculos no le convenían a Gran Bretaña ni a los conservadores de la cúpula estadounidense.

➤  Viktor Litovkin: ¿A quién se refiere usted?
Valentín Falin: Por ejemplo, el Departamento de Estado, con Hall a la cabeza, mantenía una actitud muy adversa con respecto a la URSS. Es por ello que Roosevelt no lo llevó consigo cuando se dirigía a la Conferencia de Teherán. El secretario de Estado recibió los protocolos de las reuniones del «gran trío» sólo al cabo de seis meses de haberse celebrado la conferencia. Lo curioso es que la inteligencia política del Reich haya informado de su contenido a Hitler pasadas tres o cuatro semanas. La vida está llena de paradojas.

Después de la batalla de Kursk de 1943, que culminó con la derrota de la Wehrmacht, en Québec (Canadá) se reunieron el 20 de agosto los jefes de los Estados Mayores de EE.UU y Gran Bretaña, así como Churchill y Roosevelt. En el orden del día estaba el tema de un eventual abandono por Estados Unidos y Gran Bretaña de la coalición antihitleriana y la formación de una alianza con los generales nazis con el fin de librar guerra conjunta contra la Unión Soviética.


Tanques alemanes en el frente de Kursk (Rusia), batalla que ha quedado registrado hasta hoy día como el más grande choque de blindados de la historia militar. 

➤  Viktor Litovkin: ¿Por qué?
Valentín Falin: Porque, según la ideología de Churcill y quienes la compartían en Washington, había que detener a los «bárbaros rusos» en el Este, lo más lejos posible, y si no derrotar a la Unión Soviética, por lo menos debilitarla al máximo. Hacerlo, antes que nada, por las manos de los alemanes. Así se formulaba la tarea.

Era un plan muy viejo de Churchill. Él había desarrollado esa idea al conversar con el general Kutepov ya en 1919. Los norteamericanos, los ingleses y los franceses están sufriendo un revés y no podrán aplastar a la Rusia soviética, decía él.

Hace falta que de ello se ocupen los japoneses y los alemanes. En 1930, Churchill le explicaba la tarea en la misma clave a Bismarck, primer secretario de la Embajada de Alemania en Londres. Los alemanes se portaron durante la Primera Guerra Mundial como unos necios, decía él.

En vez de reconcentrarse en inflingir la derrota a Rusia, empezaron a librar la guerra en dos frentes. Si ellos se hubieran ocupado sólo de Rusia, Inglaterra habría neutralizado a Francia.

Churchill lo percibía no tanto como una lucha contra los bolcheviques cuanto como continuación de la guerra de Crimea de 1853-1856, en la que Rusia procuró poner fin a la expansión británica, no importa con qué resultado.

Viktor Litovkin: En Transcaucasia, Asia Central y Oriente Próximo rico en petróleo...
Valentín Falin: Por supuesto. Por consiguiente, cuando estamos hablando de diversas variantes de librar la guerra contra la Alemania nazi, no debemos olvidar que existían diversos enfoques de la filosofía de ser aliados y de los compromisos que Inglaterra y EE.UU querían asumir ante Moscú.

Voy a hacer una digresión. En 1954 o en 1955, en Gent se celebró un simposio religioso sobre el tema de si se besan los ángeles. Como resultado de los debates de muchos días se llegó a la conclusión de que sí, se besan, pero sin sentir pasión. Dentro de la coalición antihitleriana, las relaciones de aliados semejaban ser unos besos así, por no decir que eran unos besos de Judas. Se hacían promesas, sin asumir compromisos, o -aún peor- para inducir a error a la parte soviética.

Esa táctica hizo fracasar las negociaciones entre la URSS, Gran Bretaña y Francia en agosto de 1939, cuando todavía existía la posibilidad de hacer algo para detener la agresión nazi. A los dirigentes soviéticos no les dejaron otra opción que concertar el pacto de no agresión con Alemania.

Nos expusieron al golpe de la máquina militar nazi, ya preparada para agredir. Conviene citar la directriz formulada en el despacho de Chamberlain: «Si Londres no puede evitar pactar con la Unión Soviética, la firma británica que se ponga al pie del documento no debe significar que en caso de agredir los alemanes contra la URSS los ingleses le acudan en ayuda a la víctima de la agresión, declarando guerra a Alemania. Debemos reservarnos la posibilidad de manifestar que Gran Bretaña y la Unión Soviética interpretan los hechos de distintos modos».



Hitler pasa revista a sus tropas luego de la rendición polaca en septiembre 1939.

➤ Viktor Litovkin: Existe otro ejemplo histórico bien conocido: cuando Alemania agredió en septiembre de 1939 a Polonia, aliada de Gran Bretaña, Londres declaró guerra a Berlín, mas no dio ni un paso concreto para ayudar realmente a Varsovia.
Valentín Falin: Pero en nuestro caso ni se trató de declarar guerra aunque sea de pura forma. Los tories (políticos conservadores británicos) partían de que la apisonadora alemana iba a llegar a los Urales, aplastándolo todo en su camino. Y que no quedaría quien se quejase de la Perfidia de Albión.

Esa ligazón entre las épocas y los acontecimientos siguió existiendo durante la guerra, dando pábulo para las reflexiones. Y las conclusiones a que se llegaba no eran muy optimistas para nosotros, según me parece a mí.

➤ Viktor Litovkin: Volvamos al deslinde de los años 1944 y 1945. ¿Podíamos haber concluido la guerra antes del mes de mayo o no?
Valentín Falin: Hagamos la pregunta de otro modo: ¿Por qué el desembarco de los aliados se planeaba precisamente para 1944? Nadie lo acentúa, pero la fecha no se escogió por una casualidad. En Occidente tomaban nota de que en Stalingrado habíamos perdido un inmenso número de soldados, oficiales y material de guerra, que habíamos sufrido colosales pérdidas en el arco de Kursk... Perdimos más carros blindados que los alemanes.

En 1944, la URSS ya se veía obligada a movilizar a muchachos de 17 años de edad. El campo ya estaba sin la mano de obra masculina. Sólo evitaban llamar a filas a los hombres de los años de nacimiento 1926 y 1927 que trabajaban en las empresas de la industria de guerra, por protestar mucho los directores de éstas.

Los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, al valorar las perspectivas, coincidían en que hacia la primavera de 1944 el potencial ofensivo de la Unión Soviética se vería agotado por completo, ya no habría reservas humanas, y la Unión Soviética ya no podría asestarle a la Wehrmacht un golpe comparable con los que ésta recibió en las batallas de Moscú, Stalingrado y Kursk.

Según sus cálculos, atascados en la confrontación con los nazis, los soviéticos cederían la iniciativa estratégica a EE.UU e Inglaterra hacia las fechas de comenzar el desembarco.

Con el desembarco de los aliados en el continente se hizo coincidir un complot tramado contra Hitler. Los generales, si se hiciesen con el poder en el Reich, tenían que disolver el Frente Occidental y abrir paso a los estadounidenses y los ingleses para que éstos ocuparan a Alemania y «liberaran» a Polonia, Checoeslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia y Austria... Se pretendía hacer parar al Ejército Rojo en las fronteras del año 1939.

➤ Viktor Litovkin: Recuerdo que los estadounidenses y los ingleses hasta desembarcaron en Hungría, cerca de Balatón, con el fin de apoderarse de Budapest, pero los alemanes liquidaron a todo el grupo...
Valentín Falin: No era un desembarco en sí, era un grupo al que se encomendó restablecer contactos con las fuerzas antisfascitas húngaras. Pero se hizo fracasar no sólo ese plan. Después del atentado, Hitler quedó a salvo, Rommel fue gravemente herido y salió del juego, aunque en Occidente se ponían las miras precisamente en él. Los demás generales se acobardaron.

Sucedió lo que sucedió. A los estadounidenses no les resultó recorrer Alemania en marcha alegre bajo el son de la música marcial. Ellos se vieron obligados a entrar en combates, a veces pesados, baste con recordar la operación de las Ardenas. Pero pese a todo eso, ellos cumplían sus tareas, a veces de una manera bastante cínica.

Voy a aducir un ejemplo concreto. Las tropas de EE.UU se acercaron a París. Allí había estallado una sublevación. Los estadounidenses se detuvieron a treinta kilómetros de la capital, esperando a que los alemanes acabasen con los rebeldes, porque se trataba en primer lugar de los comunistas.

Según diversos datos, fueron muertas de tres a cinco mil personas. Pero los sublevados lograron imponerse, y entonces los estadounidenses tomaron París. Algo análogo sucedió en la parte Sur de Francia. Volvamos a aquel deslinde del que empezamos a hablar.


Tanques alemanes en formación durante la batalla de las Ardenas. Invierno 1944-45 (foto captura de video documental)

➤ Viktor Litovkin: Del invierno de 1944 y 1945.
Valentín Falin: Sí. En otoño de 1944 en Alemania se celebraron varias reuniones, primero bajo dirección de Hitler, y luego, por encargo de éste, de Jodl y Keitel. Su sentido se reducía a lo siguiente: Si les damos una buena tunda a los estadounidenses, en EE.UU e Inglaterra despertará el gusto por volver a las negociaciones que se habían celebrado entre 1942 y 1943 ocultándolo de Moscú.

La operación de las Ardenas fue concebida en Berlín no como una llamada a contribuir a la victoria en la guerra, sino para minar las relaciones de aliados entre Occidente y la Unión Soviética. Se pretendía dar a entender a EE.UU que Alemania todavía era fuerte y podía presentar interés para los países occidentales en su confrontación con la Unión Soviética. Y que a ellos mismos no les alcanzarían fuerzas para hacer parar a los «rojos» en los accesos a Alemania.

Hitler subrayaba que nadie iba a conversar con un país que estaba en una situación grave. Con nosotros van a hablar si la Wehrmacht demuestra seguir siendo una fuerza de verdad, decía él.

El factor sorpresa era su as de triunfo. Los aliados se instalaron en locales de invierno, sosteniendo que la zona de Alsacia y las montañas de Ardenas eran un lugar magnífico para descansar y muy malo para librar operaciones de combate. Pero los alemanes tenían planes de abrirse paso hacia Rotterdam y con ello privar a los estadounidenses de la posibilidad de utilizar los puertos de Holanda. Era la circunstancia decisiva para toda la campaña occidental.

El comienzo de la operación de las Ardenas se aplazó en varias ocasiones. A Alemania no le alcanzaban las fuerzas. Empezó en el momento preciso en que en invierno de 1944 el Ejército Rojo libraba extenuantes combates en Hungría, en la zona de Balatón y Budapest. Estaban en juego las últimas fuentes de petróleo -en Austria y algunas en la propia Hungría -controladas todavía por los alemanes.

Esta era una de las causas por las que Hitler decidió defender a Hungría a pesar de todo, y en el apogeo mismo de la operación de las Ardenas y antes de comenzar la de Alsacia empezó a atraer tropas desde la dirección occidental, para lanzarlas al frente soviético-húngaro. La fuerza básica de la operación de Ardenas - el Sexto Ejército de carros blindados de la SS - fue retirada de Ardenas y trasladada a Hungría...

➤ Viktor Litovkin: A Haimasker.
Valentín FalinEl desplazamiento había comenzado en esencia antes de que Roosevelt y Churchill, presas de pánico, le dirigieron a Stalin un llamamiento que, traducido del lenguaje diplomático al corriente, decía: ayúdennos, sálvennos, estamos sufriendo una desgracia.

Hitler a su vez suponía, hay pruebas de ello: puesto que los aliados le fallaban tan a menudo a la Unión Soviética y se ponían a esperar abiertamente cuánto iba a aguantar Moscú y el Ejército Rojo, también la parte soviética podría proceder así.

En 1941 ellos esperaban cuándo iba a caer la capital de la URSS; en 1942, no sólo Turquía y el Japón, también EE.UU estaban aguardando la caída de Stalingrado, para luego empezar a revisar su política. Los aliados ni siquiera quisieron proporcionarle a la URSS los datos obtenidos por sus servicios de inteligencia, por ejemplo de los planes de los alemanes de desarrollar la ofensiva del Don al Volga y después hacia el Cáucaso, y otros por el estilo...

➤ Viktor Litovkin: Si no me equivoco, esa información nos fue suministrada por la legendaria «Orquesta Roja».
Valentín Falin: Los estadounidenses no nos informaban de nada, aunque conocían muchos detalles, hasta días y horas, por ejemplo, respecto a los preparativos de la operación «Ciudadela» en el Arco de Kursk...

Teníamos fundamentos de peso, por supuesto, para ver detenidamente en qué grado nuestros aliados sabían y querían combatir y en qué grado estaban preparados para promover su plan principal durante la realización de la operación en el continente, que era el plan «Rankin».

El plan principal no era el «Overlord», sino precisamente el «Rankin», que preveía establecer control anglo-americano sobre toda Alemania y todos los Estados de Europa del Este, para no dejarnos entrar allá. Eisenhower, cuando fue designado comandante del Segundo Frente, recibió la directriz: ir preparando el plan «Overlord», pero siempre tener en cuenta el «Rankin».

Si surgían las condiciones propicias para realizar el «Rankin», dejar de un lado el «Overlord» y lanzar todas las fuerzas a cumplir el «Rankin». El levantamiento en Varsovia fue organizado con ese objetivo, así como otras muchas actividades.

En este sentido, el año 1944 y comienzos del 1945 eran la hora de la verdad. La guerra no se desarrollaba por dos frentes: el del Este y el del Oeste, sino en dos frentes.

Oficialmente, los aliados realizaban unas operaciones de combate que tenían mucha importancia para nosotros, atando, sin lugar a dudas, una parte de las tropas alemanas.

Pero su plan fundamental consistía en lograr detener en lo posible a la Unión Soviética, según decía Churchill, mientras que algunos de los generales estadounidenses utilizaban palabras más bruscas: «detener a los descendientes de Genghis Khan».

Pero fue Churchill quien formuló esa idea en una forma abiertamente antisoviética en octubre de 1942, cuando todavía no había comenzado nuestra contraofensiva el 19 de noviembre en Stalingrado. «Tenemos que hacer parar a esos bárbaros en el Este, lo más lejos posible», dijo él.


El Comandante Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada, General Dwight David Eisenhower y su Estado Mayor.

Cuando estamos hablando de nuestros aliados, no quiero menospreciar de ningún modo los méritos de sus soldados y oficiales que combatían, igual que nosotros, sin saber nada de las intrigas y maquinaciones políticas de sus gobernantes, combatían con honestidad y firmeza.

Tampoco quiero restarle importancia a la ayuda de «land-lease» (NdE. ley de préstamos y arriendos) que se nos brindaban, aunque nunca fuimos los destinatarios principales. Quiero subrayar simplemente en qué grado la situación era complicada, contradictoria y peligrosa para nosotros a lo largo de toda la guerra, hasta resonar las salvas de la Victoria. En qué grado nos era difícil a veces tomar una u otra decisión, cuando no simplemente nos embaucaban sino que nos exponían al peligro.

➤ Viktor Litovkin: ¿Es decir, la guerra de veras podía haber terminado mucho antes del mayo de 1945?
Valentín Falin: Respondiendo con absoluta franqueza, diré: , podía. Y no es la culpa de nuestro país de que no haya terminado ya en 1943. No es culpa nuestra. Habría terminado, si nuestros aliados hubieran cumplido con honestidad su deber, si se hubieran atenido a los compromisos asumidos ante la Unión Soviética en 1941, 1942 y en la primera mitad de 1943. Pero puesto que no lo hicieron, la guerra se alargó por un año y medio o por dos años, como mínimo.

Lo principal es que, si no hubiera sido por ese dar largas a la apertura del Segundo Frente, habrían perecido unos 10 o 12 millones de soviéticos y aliados menos, especialmente en el territorio de la Europa ocupada. Ni habría existido Auschwitz, que funcionó a plena marcha en 1944...
Fuente original en castellano

07 mayo 2020

El pulpo en las caricaturas políticas




Nick Ottens
STEAMPUNK
Never Was Magazine


Los pulpos son un tropo popular en el arte político. Se pusieron de moda en la década de 1870, cuando Frederick W. Rose describió a Rusia como un pulpo gigante que dominaba el este de Europa. El monstruo marino fue rápidamente traspasado a Alemania cuando representaba una mayor amenaza para la paz en Europa. Durante la temprana Guerra Fría, fue nuevamente el turno de Rusia. El pulpo fue la metáfora perfecta para difundir el comunismo.

Aquí se expone una selección artística con las mejores y peores criaturas marinas con tentáculos.

Pulpo ruso

1877, mapa de Europa por Frederick W. Rose (Biblioteca de la Universidad de Cornell)


El británico Fred Rose fue el primero en representar a Rusia no como un oso sino como un pulpo. Su mapa de guerra serio-cómico, que sería revisado y traducido a varios idiomas europeos, apareció en marzo de 1877, dos meses después de que Rusia atacara al Imperio Otomano en respuesta a la masacre de cristianos en Bulgaria (representada en el mapa con una calavera).

Rose muestra al gigante pulpo ruso que estrangula a Persia y Polonia, sosteniendo a Finlandia a su alcance y luchando con Turquía.

La política británica estaba dividida en ese momento entre los liberales anti-turcos de William Gladstone, que se disculparon por Rusia, y los conservadores rusos, que pidieron un pacto con los otomanos para bloquear la expansión rusa. La caricatura de Rose ayudó a influir en la opinión pública a su favor.


Tentáculos hacia Asia


1904, mapa de Asia y Europa por Kisaburō Ohara (Biblioteca de la Universidad de Cornell)


Uno de los primeros artistas en imitar a Rose fue Kisaburō Ohara de Japón. Esta caricatura, de la época de la guerra ruso-japonesa, muestra los tentáculos de Rusia que se extienden hacia Asia. Cabe destacar el tentáculo más a la derecha, que toca Port Arthur: el sitio del ataque de 1904 de Japón contra la flota rusa.

El mapa se hizo para persuadir a Gran Bretaña, entonces el principal poder naval del mundo, para que se mantuviera al margen de la guerra.


El pez diablo en aguas egipcias


El pez diablo en aguas egipcias, caricatura publicada en Punch (1888)


El final del siglo XIX fue también la marca del apogeo del imperialismo británico. Esta caricatura de 1888, publicada en Punch, muestra a John Bull, la personificación del Reino Unido, incursionando en aguas egipcias.

"Es una curiosa mezcla de leones, mulas y pulpos", engullendo territorios a lo largo de la ruta a la India: Gibraltar, el Cabo, Malta, Chipre y el recientemente inaugurado Canal de Suez.


Revancha

Detalles de una mapa de portada de La Revanche de 1886, que muestra a soldados franceses y rusos luchando contra un pulpo alemán.


Prusia, y más tarde Alemania, se convirtieron en un pulpo favorito en la propaganda francesa.

Esta portada de la revista francesa de asuntos públicos La Revanche muestra a Francia y Rusia asesinando al pulpo alemán en 1886, quince años después de que Francia perdiera Alsacia y el departamento de Mosela de Lorena en la Guerra de 1870. Francia y Rusia formalizarían una alianza anti-alemana cinco años después.


Gemelos


1915, Mapa británico de pulpos alemanes y austriacos ( Wikimedia Commons )


Este mapa británico de 1915, también traducido a otros idiomas, se burla de la promesa de Alemania de no hacer la guerra "para subyugar a los pueblos extranjeros" al destacar las tierras que Austría tenía anexadas a lo largo de los siglos.

Sin embargo, simplifica la expansión territorial de Prusia y deja de lado el contexto histórico. Baviera, por ejemplo, se fusionó libremente con Prusia para formar el Imperio alemán en 1871. El mapa tampoco menciona el papel que el aliado de Gran Bretaña, Rusia, jugó en la partición de Polonia.


Expansión prusiana


1917, mapa de la expansión de Alemania por Maurice Neumont (IGM)


Es una versión francesa de la anterior. Si mira de cerca podrá apreciar al pulpo con un Pickelhaube en el medio.

Maurice Neumont, el ilustrador, cita a varios políticos franceses que advirtieron contra el expansionismo prusiano. El soldado húngaro representa el tamaño del ejército de Alemania en comparación con el de la Francia revolucionaria un siglo antes. Quizás una comparación más justa hubiera sido con el ejército francés de 1914, que tenía cuatro millones de hombres armados contra 4.5 millones de los alemanes.


Instando a los franceses a resistir


Cartel anticomunista francés de 1936 o 1937


Este cartel de propaganda anticomunista francés de 1936 o 1937 fue uno de los primeros que describió a la Rusia soviética como un pulpo.

Sostiene que toda Europa está luchando contra el comunismo. Tenga en cuenta que los británicos, alemanes, italianos y turcos han cortado uno de los brazos del pulpo. Los nacionalistas españoles están en el proceso de hacer lo mismo. (El bando republicano en la Guerra Civil española fue apoyado por la Unión Soviética, aunque solo una parte de los combatientes fueron militantes comunistas).

Los franceses, por el contrario, supuestamente están permitiendo que la criatura comunista estrangule su bandera.


Stalin el monstruo marino


Cómo funciona el comunismo


Este panfleto anticomunista estadounidense, producido por el Servicio de Biblioteca Católica en 1938, lleva la metáfora del pulpo un paso más allá al representar al líder soviético Joseph Stalin como una criatura marina.

Uno de sus tentáculos se enrosca alrededor de España, donde la Guerra Civil todavía se está librando. Otro se extiende a Norteamérica: la sugerencia, por supuesto, es que la impía amenaza roja estaba llegando a los Estados Unidos.


Churchill sediento de sangre


Cartel propagandístico francés anti-británico de 1941 que representa a Winston Churchill como un pulpo.


Los fascistas devolvieron el favor en 1941 o 1942 al representar al primer ministro británico en tiempos de guerra, Winston Churchill, como un pulpo.

Sus tentáculos se ven alcanzando África y Oriente Medio. Las amputaciones en Dakar, Mers El Kébir, Egipto, Libia y Siria indican la resistencia del Eje al imperialismo británico.

La idea era convencer a los franceses de que su verdadero enemigo era Gran Bretaña, a pesar de que los nazis estaban ocupando su tierra natal. Los lugares mencionados fueron sitios de acción militar aliada contra la Francia de Vichy, aliado nazi. El ataque de Gran Bretaña a la flota francesa en Mers El Kébir en particular había causado muchas bajas francesas.

Conspiración sionista británica


La caricatura antisemita de la era nazi de Josef Plank muestra a Winston Churchill como un pulpo con la Estrella de David sobre su cabeza (Biblioteca del Congreso)


Esta caricatura alemana antisemita, publicada en algún lugar entre 1935 y 1943, representa de manera similar a Churchill como un pulpo pero con una Estrella de David sobre su cabeza, vinculando el imperialismo británico con una imaginaria conspiración judía global.


Pulpo Rothschild


Un pulpo que representa a la familia bancaria inglesa Rothschild  del Coin's Financial School (1894)


La idea de que los intereses monetarios judíos controlan la política británica es antigua. En un folleto de 1894 se abogaba por la introducción de un estándar mixto del oro y la plata. William Hope Harvey había representado a la familia bancaria Rothschild como sinónimo de Inglaterra. Sus tentáculos se extienden por todo el mundo.


Standard Oil 


1904, Caricatura estadounidense que representa a la compañía Standard Oil como un pulpo (Biblioteca del Congreso).


La caricatura de pulpo más famosa debe ser esta representación de 1904 de Standa Oil de John Rockefeller. Tenga en cuenta que sus tentáculos están envolviendo no solo el Congreso de los Estados Unidos y una casa estatal, sino también las industrias de cobre, acero y transporte marítimo. El próximo objetivo es la Casa Blanca.

Las caricaturas antimonopolistas como estas ayudaron a que Theodore Roosevelt prevaleciera en las elecciones presidenciales de ese año.


Abrazo inoportuno de Japón


Un póster británico en tiempos de guerra contra Japón que amenaza el comercio mundial (LHCMA); y, un cartel de las Indias holandesas de 1944 que pide la liberación de las Indias (NIOD).


Japón no escapó de la representación como un pulpo en la propaganda aliada.

El afiche británico argumentó que la otra potencia amenazaba el comercio mundial de la isla al mostrar sus tentáculos envueltos alrededor de los productos que se encuentran en el este y el sudeste asiático.

El cartel holandés de 1944 pedía la liberación de las Indias Orientales del inoportuno abrazo de Japón. Aunque "liberación" significaba volver al dominio colonial holandés.


El retorno del pulpo rojo 



El pulpo rojo regresó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el oeste capitalista y el este comunista volvieron una vez más a enfrentarse. 

Esta imagen proviene de la portada de un folleto de 1950 difundido por la Liga Económica favorable a las empresas en el Reino Unido. Sugiere que el comunismo está a punto de devorar al mundo entero.


Reconocer el peligro

Cartel electoral del Partido Popular de Austria en 1949 representa al comunismo soviético como un pulpo (ÖNB)


Solo un poco menos amenazante, este cartel electoral de 1949 del conservador Partido Popular de Austria muestra que el comunismo está extendiendo su influencia hacia el oeste de Europa. Insta a los votantes a "reconocer el peligro" de la ideología soviética.

Al igual que Alemania, Austria estaba ocupada por los aliados victoriosos en ese momento. Los soviéticos controlaban lo que se convertiría en los estados de Burgenland y la Baja Austria. Solo después de que el país declaró su neutralidad en 1955, las tropas occidentales y soviéticas se retiraron.


Imperialismo americano


Ante Los Bárbaros


Los movimientos de izquierda también emplearon el tropo de pulpo.

El escritor colombiano José María Vargas Vila, por ejemplo, describió a los Estados Unidos como un monstruo marino hambriento en la portada de su "Ante Los Bárbaros" de 1930, agarrando la isla de Cuba bajo el dominio pro-estadounidense y mirando a Centroamérica.


"Francia no será una colonia"


Cartel del partido comunista francés de los años 50. Los comunistas franceses tuvieron la misma idea. Observe los signos de dólar en los ojos del pulpo estadounidense en este cartel.


En el texto se lee: "¡No! ¡Francia no será un país colonizado! El gobierno francés estaba ansioso en esos momentos por convertirse en un socio dependiente de los estadounidenses.

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Dos ilustraciones interpuestas por el editor del blog


Póster sobre el presidente Donald Trump, que se comercializa vía internet. Titula "Imperio. La Pesadilla del  Líder Codicioso". 


Esta es una representación de Vladimir Putin. Titula "Octoputin", Fue originalmente encargado para ilustrar una portada de The Economist, la autoría corresponde a Jon Berkeley.
 


Anexo 2

El siguiente es un interesante artículo que se reproduce íntegramente.

Rusia, la (más) mala de la película en los mapas satíricos

Geografía Infinita
Gonzalo Prieto

Los mapas satíricos han sido a lo largo de los siglos una poderosa herramienta de propaganda política. Utilizados con motivo de conflictos o tensiones, son la plasmación gráfica de prejuicios e ideas preconcebidas sobre como unos estados ven a otros.


"The Avenger" (El Vengador): Un mapa alegórico de la guerra en 1877. Frederick Rose.


Rusia fue siempre la mala de la película en este tipo de mapas. O la más mala. 

El siguiente mapa fechado en 1871 representa Europa vista por un nacionalista italiano, muestra a Rusia como un gigante carnicero enfadado.



Visión italiana de Europa. 1871.


El autor aprueba la por entonces anexión italiana de Roma (1870). El “monstruo” francés está muerto (Batalla de Sedán de 1870, de la guerra franco prusiana que se saldó con la detención de Napoleón III).

Los sacos alemanes de dinero situados ante un amenazante Guillermo I podrían ser la contribución que los franceses tuvieron que pagar a partir de 1870, ya que hay un soldado prusiano comiendo las tartas de Alsacia y Lorena y bebiendo vino francés. Por su parte, Gran Bretaña es despreciada.

El mapa está lleno de ironía sobre quienes luchan por su independencia. Grecia mira en un espejo en busca de sus largos dientes perdidos, mientras otras naciones de los Balcanes se representan como ovejas, como Serbia, Bosnia, Albania, Bulgaria.

El siguiente mapa hace referencia a la Guerra de Crimea del XIX. Es un ejemplo de mapa satírico, fechado en 1856, por lo que puede considerarse el primero propagandístico de su tipo, precursor de un estilo que arrasaría en los siguientes 70 años en Europa.


Mapa humorístico del Teatro de Guerra en Europa a vista de pájaro. 1856.


El mapa se enmarca la Guerra de Crimea, que enfrentó a Rusia y el Imperio Otomano, y  es considerada como la primera guerra “moderna”. El enfrentamiento contó por primera vez, con corresponsales de guerra, lo que indica también el aumento del interés de la opinión pública por la situación política internacional.

En el mapa, Rusia aparece como un oso con corona imperial, al tiempo que blande un látigo. Polonia aparece como un esclavo, unido con una cadena. Las garras del oso se corresponden con la península de Crimea, donde las flotas francesa e inglesa intentan cortar esas garras, en oposición a la flota rusa que aparece más al este como “nicht sichtbar” (no visible) ya que el Tratado de París de 1856 estipulaba que los barcos rusos no podían mantener una flota en el Mar Negro.

En el siguiente mapa satírico Bismark frena con un gesto a una anciana Rusia que por 1875 (fecha de realización) mantenía una estructura social anclada en el pasado, mientras en Centroeuropa comenzaban a abrirse paso formas de gobierno tendientes a la democracia.



Das heutige Europa’ (La Europa de Hoy). Mapa de Caesar Schmidt de 1875.


Durante la época victoriana fue muy frecuente la publicación de mapas políticos satíricos. Tanto que se dio inicio a una nueva “corriente”. El Octopus Map, que sigue el estilo iniciado por Joseph Goggin, es uno de los más conocidos y representa los acontecimientos políticos del convulso año 1877 en Europa, expresando la hostilidad británica frente a las ansias expansionistas del Imperio Ruso. Uno de los grandes en la elaboración de estos mapas fue sin duda el británico Frederick Rose.


Mapa satírico de Europa (1877). Frederick Rose. (Wikipedia).


Misma figura para representar a Rusia, utilizado en diferentes países como representación. El siguiente mapa fue producido en la segunda mitad del siglo XIX por J.J. van Bredero de Haarlem (Países Bajos). Es un ejemplo más de los muchos mapas que circularon en Europa con una cartografía antropomórfica con la cual se buscaba ilustrar la tensa situación geopolítica del momento.



Mapa satírico de Rusia de 1870. Humoristische-Oorlogskaart (1870). 


El pulpo aparece en los mapas satíricos para representar a Rusia de manera recurrente. También a principios ya del siglo XX. En el siguiente mapa se puede apreciar como el Zar busca con sus tentáculos alcanzar a Polonia y Finlandia, por entonces (1900) en pleno proceso de absorción. Hasta China siente como se acerca el pulpo, cuyos tentáculos también apuntan a Persia y Afganistán mientras que otro amenaza una vez más al Imperio Otomano, que de nuevo podría ser atacado por el Cáucaso.


John Bull and his Friends. A Serio-Comic Map of Europe


El pulpo tuvo mucho éxito e incluso una corriente “continuadora” que fue años más allá, cerca de 25 desde la elaboración de los primeros mapas de su “especie”. El siguiente mapa satírico japonés de 1904, pintado por Kisaburo Ohara, representa a Rusia con la forma de este molusco.


Mapa satírico japonés de 1904 pintado por Kisaburo Ohara, en el que se representa a Rusia como un pulpo negro.


En el texto de la parte superior izquierda Kisaburo detalla por qué pinta así al pulpo (opresor, intentando abarcar todo lo que está a su alcance). Es una manera de mostrar apoyo a su país (Japón) en la lucha que estaban manteniendo en aquel momento el imperio japonés y ruso en las tierras de Corea y Manchuria (1904-1905).

Sin duda muchos detalles de estos mapas satíricos se nos escapan. No obstante, a través de estos mapas es posible apreciar un claro sesgo propagandístico que deja entrever que la cartografía fue utilizada también como herramienta política. Gracias a estas visualizaciones decimonónicas los autores conseguían trasmitir una idea general sobre las relaciones internacionales, siempre desde el punto de vista del emisor.


Fuentes originales

Nick Ottens
Geografía Infinita

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