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14 mayo 2020

Cuando Churchill pensaba en una alianza con los nazis




Nota de introducción por el editor del blog


En estos días que el mundo conmemora los 75 años de la Víctoria contra el nazismo y la Liberación de Europa, es el momento oportuno para hablar de un aspecto muy debatido en el mundo occidental, el intento por desconocer la historia y la "rusofobia". 

Michael Davis profesor de la Universidad de California preguntó (2005) a sus alumnos:


¿De parte de quién combatieron los rusos durante la Segunda Guerra Mundial?

La pregunta formulada no es tan absurda como podría parecer, la mayoría de ellos tuvieron dificultades en responder. Muchos supusieron que del lado alemán o japonés, el profesor se esforzó por aclarar este importante hecho de la historia mundial, al principio fueron acogidos con mucha desconfianza por su joven auditorio. "Los estadounidenses nunca han querido reconocer los méritos del Ejército Soviético, cuando les digo que la URSS y EEUU eran aliados, les cuesta trabajo creerlo y aceptarlo", dijo Davis.

Y esa sigue siendo la visión general del estadounidense (sumemos a ella a británicos y europeos occidentales), que incluye a la clase política gobernante; es decir, no son capaces de comprender, ni reconocer el enorme sacrificio en vidas de los soldados rusos y soviéticos no solo en Rusia o en la URSS, sino en países como Polonia, Hungría, Checoslovaquia y hasta en Alemania. Tampoco quieren comprender cuántos millones de personas fueron salvadas por el Ejército Rojo, no obstante que luego quedarían bajo el férreo control de la "cortina de hierro". Los laureles del vencedor son para las democracias occidentales, por el simple hecho de que eran democracias, a diferencia de la URSS, que era un estado totalitarista, al haber declarado la "dictadura del proletariado".


Un destacado historiador ruso, Vladímir Simonov, afirma que "no conviene reprocharles a los estudiantes de la Universidad de California su ignorancia. Desde el momento en que ellos aprendieron a deletrear, se les ofrecía una versión oficial de la Segunda Guerra Mundial escrita por un historiador influyente, pero poco escrupuloso: La Guerra Fría".

Los estudiantes del profesor Davis habrán podido encontrar reminiscencias de esa tesis en "La Historia Militar de EEUU", cuyos autores afirman: "El aporte de la URSS está muy exagerado, pues la guerra que se libró en el Este era una guerra en tierra firme y en un solo frente, mientras que en el Oeste los aliados combatían en dos frentes en tierra firme, así como realizaban operaciones en aire y mar".

Conforme explica el profesor Simonov, en 1944 la extensión del frente soviético-alemán era cuatro veces más grande que la de todos los frentes en que luchaban nuestros aliados juntos. En aquel período, en el frente del Este combatían a un mismo tiempo hasta 201 divisiones del adversario, mientras que las tropas anglo-estadounidenses tenían que hacer frente a un enemigo mucho menos numeroso, de 2 a 21 divisiones. La apertura del segundo frente por Occidente cambió poco esa correlación. Los aliados tenían concentrados 1.5 millones de efectivos en Europa Occidental, y los alemanes, 560 mil. Al propio tiempo, en el frente soviético-alemán 6.5 millones de soldados soviéticos combatían contra 4.5 millones de alemanes. Las bajas fundamentales fueron sufridas por las tropas de Hitler en los combates contra el Ejército Rojo: el 70 por ciento de los efectivos y el 75 por ciento de todo el material de guerra, incluidos carros blindados, piezas de artillería y aviones".




Antes de que se declare a la Rusia de Putin enemiga de la democracia, hubo un tiempo en que políticos e historiadores se apegaban más a la historia verdadera (a pesar de los textos de enseñanza). En la correspondencia entre Stalin y Churchill (de dominio público) encontramos una frase que le dejará sin aliento, Churchill expresó: "Fue el Ejército ruso que sacó las tripas a la máquina de guerra alemana". En nuestros tiempos, para el año 2005, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, en una ceremonia junto a Vladimir Putín (60 aniversario del desembarco en Normandía), dijo: "Si no hubiera sido por Rusia, no existiría nada de esto...".

Pero, tampoco es justo atribuir el mérito solamente a los soviéticos, pese a todo, Francia y sobre todo Gran Bretaña lucharon con heroismo por defender Europa Occidental ante la invasión nazi, la Batalla de Inglaterra es un claro ejemplo; tampoco es dable negar el aporte estadounidense, aunque no determinante, con el programa de préstamos y arriendos a la URSS (lend lease) y la tardía apertura del segundo frente en junio de 1944. Es indudable que los estadounidenses dedicaron su mayor esfuerzo de guerra al teatro de operaciones en el Pacífico de 1942 a 1945 y contribuyeron con la producción industrial a sostener la resistencia británica y la ulterior invasión.

En general, la segunda guerra mundial fue ganada por el aporte de todos los Aliados, destacándose el papel soviético en la liberación de Europa y de los Estados Unidos en el triunfo contra el Imperio del Japón. El mérito corresponde a los soldados, a los militares que mantuvieron ese sentimiento de camaradería. Lastimosamente, no se puede decir lo mismo de los políticos, que reinventan la historia acorde a ciertos intereses. 

Debe quedar sentado que el punto de vista político "occidental" sobre los orígenes de la IIGM está disponible por cualquier medio y en cantidades industriales (por ejemplo en la industria cinematográfica). Tras las divergencias geopolíticas entre las grandes potencias mundiales, iniciado el siglo XXI, sigue existiendo ese celo por divulgar hechos históricos debidamente documentados, menospreciándose a verdaderos académicos e historiadores y sus publicaciones. Bajo estas circunstancias, siempre viene bien y hasta se vuelve imprescindible conocer lo que piensan historiadores y académicos de la Rusia actual. Para "tranquilidad" de algunos, estos hombres de ciencia son, generalmente, anti-estalinistas y retractores del comunismo.

Las siguientes son prácticas, entendibles y sobre todo esclarecedoras entrevistas (en tres entregas, dado su tamaño) que aportan a la comprensión del papel de la URSS, en una visión diferente -pero no politizada- de la historia de la segunda guerra mundial y la actual política de la Rusia poscomunista. 

Los siguientes trabajos datan del año 2005cuando todavía Rusia era considerada amiga y socia de los Estados Unidos. Aparecieron por primera vez a través de la agencia RIA Novosti (Rusia). La entrevista es conducida por Viktor Litovkine al historiador ruso Valentín Falin. Para la traducción en castellano nos valemos de la Red Voltaire, que las publicó entre marzo y abril de 2005, como un especial para el público español y latinoamericano, en colaboración con la mencionada agencia, con motivo de los 60 años conmemorativos de la Victoria sobre el fascismo y la finalización del conflicto. 

Esta conversación brinda aspectos antes poco conocidos de la Segunda Guerra Mundial (Gran Guerra Patria para los rusos).

Buena lectura.

t. andino


***

La historia, su realidad y mitos, constituyen retos políticos permanentes. Valentín Falin ofrece una lectura de la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista ruso, con frecuencia desconocido por el público occidental, basado en 
Archivos históricos inéditos abiertos recientemente a los investigadores que el  ha teniendo la oportunidad de estudiar y analizarlos. 


Primera parte I: 
 La Segunda Guerra Mundial podía haber terminado en 1943
Cuando Churchill pensaba en una alianza con los nazis

EntrevistaValentín Falin 
(Doctor en Historia). 
Entrevistador: Viktor Litovkine 
(Comentarista militar de Ria Novosti)
2005



A pesar de la barbarie nazi en la Segunda Guerra Mundial, muchos dirigentes occidentales, entre ellos el primer ministro conservador británico Winston Churchill, estaban convencidos que habría que luchar primero contra el comunismo soviético y promovían una alianza con los nazis de Adolf Hitler. 

La reciente apertura de archivos históricos inéditos demuestran mecanismos que han permanecido desconocidos para un vasto público, así como los móviles de la toma de unas u otras decisiones al más alto nivel político en esa época, los cuales ejercieron una influencia decisiva sobre el desarrollo y desenlace de la Segunda Guerra Mundial.

➤  Viktor Litovkin: La historiografía contemporánea de la Segunda Guerra Mundial ofrece diversas valoraciones de su etapa final. Unos expertos afirman que la guerra podía haber terminado mucho antes. De ello escribió, por ejemplo, en sus memorias el mariscal Chuikov. Otros sostienen que podía alargarse un año más, como mínimo. ¿Quién está más cercano a la verdad y en qué consiste ésta? ¿Cuál es el punto de vista de usted?
Valentín Falin: Los debates al respecto se desarrollan no solamente en la historiografía contemporánea. De cuánto iba a durar la guerra en Europa y cuándo terminaría se discutía ya en el transcurso de la guerra, y a partir de 1942, ello se hacía sin cesar. Para ser más exactos, se debe reconocer que ese problema interesaba a los políticos y los militares desde 1942.

En aquel entonces la mayoría de los estadistas, incluidos Roosevelt y Churchill, creían que la Unión Soviética podría resistir durante cuatro o seis semanas, al máximo. Tan sólo Benes afirmaba que la URSS resistiría la invasión nazi y, en fin de cuentas, derrotaría a Alemania.


La historiografía significa el estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre la historia y sus fuentes, y de los autores que han tratado de estas materias. Es decir, es una disciplina que se vale de técnicas y teorías relacionadas con el estudio, análisis y manera de interpretar la historia. 
  
➤  Viktor Litovkin: Eduard Benes era, si no lo recuerdo mal, presidente de Checoeslovaquia en el exilio. Después del complot de Munich de 1938 y la ocupación del país, él residía en Gran Bretaña.
Valentín Falin:  Sí. Pero más tarde, cuando dichas valoraciones - o tasaciones, si usted permite -de nuestra capacidad de resistir no se justificaron, cuando Alemania sufrió la primera -quiero recalcarlo- derrota estratégica en la batalla de Moscú, muchos cambiaron bruscamente de opinión. En Occidente empezaron a expresar recelos de que la Unión Soviética pudiese salir demasiado fuerte de la guerra, y como tal, comenzase a determinar la faz de la futura Europa.


Eduard Benes, presidente de la República de Checoslovaquia

Lo decía, por ejemplo, Berle, secretario de Estado adjunto de EE.UU y coordinador de los servicios de inteligencia estadounidenses. De este mismo parecer eran los allegados de Churchill, incluidas unas personas muy influyentes, que antes de empezar la guerra y en su transcurso elaboraban la doctrina de las acciones a desarrollar por las Fuerzas Armadas británicas y también la política de Gran Bretaña.

Con ello se explica en mucho grado la resistencia que Churchill oponía a la apertura del Segundo Frente en 1942. Aunque Beaverbrook y Cripps en la dirigencia británica, y especialmente Eisenhower y otros elaboradores de los planes militares estadounidenses, suponían que existían premisas técnicas y otras para asestar una derrota a los alemanes precisamente en 1942, utilizando la circunstancia de que el grueso de las fuerzas alemanas estaban concentradas en el Este y que había una costa de dos mil kilómetros de largo de Francia, Holanda, Bélgica, Noruega y de la propia Alemania, abierta para la incursión de los Ejércitos de los aliados. Los nazis no tenían fortificaciones permanentes en la costa atlántica.

Es más, los militares estadounidenses procuraban persuadir a Roosevelt (existen varios memorándums de Eisenhower al respecto) de que el Segundo Frente era necesario, que era posible abrirlo y que su apertura acortaría la guerra en Europa y haría capitular a Alemania, si no en 1942, en 1943 a más tardar.

Pero esos cálculos no le convenían a Gran Bretaña ni a los conservadores de la cúpula estadounidense.

➤  Viktor Litovkin: ¿A quién se refiere usted?
Valentín Falin: Por ejemplo, el Departamento de Estado, con Hall a la cabeza, mantenía una actitud muy adversa con respecto a la URSS. Es por ello que Roosevelt no lo llevó consigo cuando se dirigía a la Conferencia de Teherán. El secretario de Estado recibió los protocolos de las reuniones del «gran trío» sólo al cabo de seis meses de haberse celebrado la conferencia. Lo curioso es que la inteligencia política del Reich haya informado de su contenido a Hitler pasadas tres o cuatro semanas. La vida está llena de paradojas.

Después de la batalla de Kursk de 1943, que culminó con la derrota de la Wehrmacht, en Québec (Canadá) se reunieron el 20 de agosto los jefes de los Estados Mayores de EE.UU y Gran Bretaña, así como Churchill y Roosevelt. En el orden del día estaba el tema de un eventual abandono por Estados Unidos y Gran Bretaña de la coalición antihitleriana y la formación de una alianza con los generales nazis con el fin de librar guerra conjunta contra la Unión Soviética.


Tanques alemanes en el frente de Kursk (Rusia), batalla que ha quedado registrado hasta hoy día como el más grande choque de blindados de la historia militar. 

➤  Viktor Litovkin: ¿Por qué?
Valentín Falin: Porque, según la ideología de Churcill y quienes la compartían en Washington, había que detener a los «bárbaros rusos» en el Este, lo más lejos posible, y si no derrotar a la Unión Soviética, por lo menos debilitarla al máximo. Hacerlo, antes que nada, por las manos de los alemanes. Así se formulaba la tarea.

Era un plan muy viejo de Churchill. Él había desarrollado esa idea al conversar con el general Kutepov ya en 1919. Los norteamericanos, los ingleses y los franceses están sufriendo un revés y no podrán aplastar a la Rusia soviética, decía él.

Hace falta que de ello se ocupen los japoneses y los alemanes. En 1930, Churchill le explicaba la tarea en la misma clave a Bismarck, primer secretario de la Embajada de Alemania en Londres. Los alemanes se portaron durante la Primera Guerra Mundial como unos necios, decía él.

En vez de reconcentrarse en inflingir la derrota a Rusia, empezaron a librar la guerra en dos frentes. Si ellos se hubieran ocupado sólo de Rusia, Inglaterra habría neutralizado a Francia.

Churchill lo percibía no tanto como una lucha contra los bolcheviques cuanto como continuación de la guerra de Crimea de 1853-1856, en la que Rusia procuró poner fin a la expansión británica, no importa con qué resultado.

Viktor Litovkin: En Transcaucasia, Asia Central y Oriente Próximo rico en petróleo...
Valentín Falin: Por supuesto. Por consiguiente, cuando estamos hablando de diversas variantes de librar la guerra contra la Alemania nazi, no debemos olvidar que existían diversos enfoques de la filosofía de ser aliados y de los compromisos que Inglaterra y EE.UU querían asumir ante Moscú.

Voy a hacer una digresión. En 1954 o en 1955, en Gent se celebró un simposio religioso sobre el tema de si se besan los ángeles. Como resultado de los debates de muchos días se llegó a la conclusión de que sí, se besan, pero sin sentir pasión. Dentro de la coalición antihitleriana, las relaciones de aliados semejaban ser unos besos así, por no decir que eran unos besos de Judas. Se hacían promesas, sin asumir compromisos, o -aún peor- para inducir a error a la parte soviética.

Esa táctica hizo fracasar las negociaciones entre la URSS, Gran Bretaña y Francia en agosto de 1939, cuando todavía existía la posibilidad de hacer algo para detener la agresión nazi. A los dirigentes soviéticos no les dejaron otra opción que concertar el pacto de no agresión con Alemania.

Nos expusieron al golpe de la máquina militar nazi, ya preparada para agredir. Conviene citar la directriz formulada en el despacho de Chamberlain: «Si Londres no puede evitar pactar con la Unión Soviética, la firma británica que se ponga al pie del documento no debe significar que en caso de agredir los alemanes contra la URSS los ingleses le acudan en ayuda a la víctima de la agresión, declarando guerra a Alemania. Debemos reservarnos la posibilidad de manifestar que Gran Bretaña y la Unión Soviética interpretan los hechos de distintos modos».



Hitler pasa revista a sus tropas luego de la rendición polaca en septiembre 1939.

➤ Viktor Litovkin: Existe otro ejemplo histórico bien conocido: cuando Alemania agredió en septiembre de 1939 a Polonia, aliada de Gran Bretaña, Londres declaró guerra a Berlín, mas no dio ni un paso concreto para ayudar realmente a Varsovia.
Valentín Falin: Pero en nuestro caso ni se trató de declarar guerra aunque sea de pura forma. Los tories (políticos conservadores británicos) partían de que la apisonadora alemana iba a llegar a los Urales, aplastándolo todo en su camino. Y que no quedaría quien se quejase de la Perfidia de Albión.

Esa ligazón entre las épocas y los acontecimientos siguió existiendo durante la guerra, dando pábulo para las reflexiones. Y las conclusiones a que se llegaba no eran muy optimistas para nosotros, según me parece a mí.

➤ Viktor Litovkin: Volvamos al deslinde de los años 1944 y 1945. ¿Podíamos haber concluido la guerra antes del mes de mayo o no?
Valentín Falin: Hagamos la pregunta de otro modo: ¿Por qué el desembarco de los aliados se planeaba precisamente para 1944? Nadie lo acentúa, pero la fecha no se escogió por una casualidad. En Occidente tomaban nota de que en Stalingrado habíamos perdido un inmenso número de soldados, oficiales y material de guerra, que habíamos sufrido colosales pérdidas en el arco de Kursk... Perdimos más carros blindados que los alemanes.

En 1944, la URSS ya se veía obligada a movilizar a muchachos de 17 años de edad. El campo ya estaba sin la mano de obra masculina. Sólo evitaban llamar a filas a los hombres de los años de nacimiento 1926 y 1927 que trabajaban en las empresas de la industria de guerra, por protestar mucho los directores de éstas.

Los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, al valorar las perspectivas, coincidían en que hacia la primavera de 1944 el potencial ofensivo de la Unión Soviética se vería agotado por completo, ya no habría reservas humanas, y la Unión Soviética ya no podría asestarle a la Wehrmacht un golpe comparable con los que ésta recibió en las batallas de Moscú, Stalingrado y Kursk.

Según sus cálculos, atascados en la confrontación con los nazis, los soviéticos cederían la iniciativa estratégica a EE.UU e Inglaterra hacia las fechas de comenzar el desembarco.

Con el desembarco de los aliados en el continente se hizo coincidir un complot tramado contra Hitler. Los generales, si se hiciesen con el poder en el Reich, tenían que disolver el Frente Occidental y abrir paso a los estadounidenses y los ingleses para que éstos ocuparan a Alemania y «liberaran» a Polonia, Checoeslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia y Austria... Se pretendía hacer parar al Ejército Rojo en las fronteras del año 1939.

➤ Viktor Litovkin: Recuerdo que los estadounidenses y los ingleses hasta desembarcaron en Hungría, cerca de Balatón, con el fin de apoderarse de Budapest, pero los alemanes liquidaron a todo el grupo...
Valentín Falin: No era un desembarco en sí, era un grupo al que se encomendó restablecer contactos con las fuerzas antisfascitas húngaras. Pero se hizo fracasar no sólo ese plan. Después del atentado, Hitler quedó a salvo, Rommel fue gravemente herido y salió del juego, aunque en Occidente se ponían las miras precisamente en él. Los demás generales se acobardaron.

Sucedió lo que sucedió. A los estadounidenses no les resultó recorrer Alemania en marcha alegre bajo el son de la música marcial. Ellos se vieron obligados a entrar en combates, a veces pesados, baste con recordar la operación de las Ardenas. Pero pese a todo eso, ellos cumplían sus tareas, a veces de una manera bastante cínica.

Voy a aducir un ejemplo concreto. Las tropas de EE.UU se acercaron a París. Allí había estallado una sublevación. Los estadounidenses se detuvieron a treinta kilómetros de la capital, esperando a que los alemanes acabasen con los rebeldes, porque se trataba en primer lugar de los comunistas.

Según diversos datos, fueron muertas de tres a cinco mil personas. Pero los sublevados lograron imponerse, y entonces los estadounidenses tomaron París. Algo análogo sucedió en la parte Sur de Francia. Volvamos a aquel deslinde del que empezamos a hablar.


Tanques alemanes en formación durante la batalla de las Ardenas. Invierno 1944-45 (foto captura de video documental)

➤ Viktor Litovkin: Del invierno de 1944 y 1945.
Valentín Falin: Sí. En otoño de 1944 en Alemania se celebraron varias reuniones, primero bajo dirección de Hitler, y luego, por encargo de éste, de Jodl y Keitel. Su sentido se reducía a lo siguiente: Si les damos una buena tunda a los estadounidenses, en EE.UU e Inglaterra despertará el gusto por volver a las negociaciones que se habían celebrado entre 1942 y 1943 ocultándolo de Moscú.

La operación de las Ardenas fue concebida en Berlín no como una llamada a contribuir a la victoria en la guerra, sino para minar las relaciones de aliados entre Occidente y la Unión Soviética. Se pretendía dar a entender a EE.UU que Alemania todavía era fuerte y podía presentar interés para los países occidentales en su confrontación con la Unión Soviética. Y que a ellos mismos no les alcanzarían fuerzas para hacer parar a los «rojos» en los accesos a Alemania.

Hitler subrayaba que nadie iba a conversar con un país que estaba en una situación grave. Con nosotros van a hablar si la Wehrmacht demuestra seguir siendo una fuerza de verdad, decía él.

El factor sorpresa era su as de triunfo. Los aliados se instalaron en locales de invierno, sosteniendo que la zona de Alsacia y las montañas de Ardenas eran un lugar magnífico para descansar y muy malo para librar operaciones de combate. Pero los alemanes tenían planes de abrirse paso hacia Rotterdam y con ello privar a los estadounidenses de la posibilidad de utilizar los puertos de Holanda. Era la circunstancia decisiva para toda la campaña occidental.

El comienzo de la operación de las Ardenas se aplazó en varias ocasiones. A Alemania no le alcanzaban las fuerzas. Empezó en el momento preciso en que en invierno de 1944 el Ejército Rojo libraba extenuantes combates en Hungría, en la zona de Balatón y Budapest. Estaban en juego las últimas fuentes de petróleo -en Austria y algunas en la propia Hungría -controladas todavía por los alemanes.

Esta era una de las causas por las que Hitler decidió defender a Hungría a pesar de todo, y en el apogeo mismo de la operación de las Ardenas y antes de comenzar la de Alsacia empezó a atraer tropas desde la dirección occidental, para lanzarlas al frente soviético-húngaro. La fuerza básica de la operación de Ardenas - el Sexto Ejército de carros blindados de la SS - fue retirada de Ardenas y trasladada a Hungría...

➤ Viktor Litovkin: A Haimasker.
Valentín FalinEl desplazamiento había comenzado en esencia antes de que Roosevelt y Churchill, presas de pánico, le dirigieron a Stalin un llamamiento que, traducido del lenguaje diplomático al corriente, decía: ayúdennos, sálvennos, estamos sufriendo una desgracia.

Hitler a su vez suponía, hay pruebas de ello: puesto que los aliados le fallaban tan a menudo a la Unión Soviética y se ponían a esperar abiertamente cuánto iba a aguantar Moscú y el Ejército Rojo, también la parte soviética podría proceder así.

En 1941 ellos esperaban cuándo iba a caer la capital de la URSS; en 1942, no sólo Turquía y el Japón, también EE.UU estaban aguardando la caída de Stalingrado, para luego empezar a revisar su política. Los aliados ni siquiera quisieron proporcionarle a la URSS los datos obtenidos por sus servicios de inteligencia, por ejemplo de los planes de los alemanes de desarrollar la ofensiva del Don al Volga y después hacia el Cáucaso, y otros por el estilo...

➤ Viktor Litovkin: Si no me equivoco, esa información nos fue suministrada por la legendaria «Orquesta Roja».
Valentín Falin: Los estadounidenses no nos informaban de nada, aunque conocían muchos detalles, hasta días y horas, por ejemplo, respecto a los preparativos de la operación «Ciudadela» en el Arco de Kursk...

Teníamos fundamentos de peso, por supuesto, para ver detenidamente en qué grado nuestros aliados sabían y querían combatir y en qué grado estaban preparados para promover su plan principal durante la realización de la operación en el continente, que era el plan «Rankin».

El plan principal no era el «Overlord», sino precisamente el «Rankin», que preveía establecer control anglo-americano sobre toda Alemania y todos los Estados de Europa del Este, para no dejarnos entrar allá. Eisenhower, cuando fue designado comandante del Segundo Frente, recibió la directriz: ir preparando el plan «Overlord», pero siempre tener en cuenta el «Rankin».

Si surgían las condiciones propicias para realizar el «Rankin», dejar de un lado el «Overlord» y lanzar todas las fuerzas a cumplir el «Rankin». El levantamiento en Varsovia fue organizado con ese objetivo, así como otras muchas actividades.

En este sentido, el año 1944 y comienzos del 1945 eran la hora de la verdad. La guerra no se desarrollaba por dos frentes: el del Este y el del Oeste, sino en dos frentes.

Oficialmente, los aliados realizaban unas operaciones de combate que tenían mucha importancia para nosotros, atando, sin lugar a dudas, una parte de las tropas alemanas.

Pero su plan fundamental consistía en lograr detener en lo posible a la Unión Soviética, según decía Churchill, mientras que algunos de los generales estadounidenses utilizaban palabras más bruscas: «detener a los descendientes de Genghis Khan».

Pero fue Churchill quien formuló esa idea en una forma abiertamente antisoviética en octubre de 1942, cuando todavía no había comenzado nuestra contraofensiva el 19 de noviembre en Stalingrado. «Tenemos que hacer parar a esos bárbaros en el Este, lo más lejos posible», dijo él.


El Comandante Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada, General Dwight David Eisenhower y su Estado Mayor.

Cuando estamos hablando de nuestros aliados, no quiero menospreciar de ningún modo los méritos de sus soldados y oficiales que combatían, igual que nosotros, sin saber nada de las intrigas y maquinaciones políticas de sus gobernantes, combatían con honestidad y firmeza.

Tampoco quiero restarle importancia a la ayuda de «land-lease» (NdE. ley de préstamos y arriendos) que se nos brindaban, aunque nunca fuimos los destinatarios principales. Quiero subrayar simplemente en qué grado la situación era complicada, contradictoria y peligrosa para nosotros a lo largo de toda la guerra, hasta resonar las salvas de la Victoria. En qué grado nos era difícil a veces tomar una u otra decisión, cuando no simplemente nos embaucaban sino que nos exponían al peligro.

➤ Viktor Litovkin: ¿Es decir, la guerra de veras podía haber terminado mucho antes del mayo de 1945?
Valentín Falin: Respondiendo con absoluta franqueza, diré: , podía. Y no es la culpa de nuestro país de que no haya terminado ya en 1943. No es culpa nuestra. Habría terminado, si nuestros aliados hubieran cumplido con honestidad su deber, si se hubieran atenido a los compromisos asumidos ante la Unión Soviética en 1941, 1942 y en la primera mitad de 1943. Pero puesto que no lo hicieron, la guerra se alargó por un año y medio o por dos años, como mínimo.

Lo principal es que, si no hubiera sido por ese dar largas a la apertura del Segundo Frente, habrían perecido unos 10 o 12 millones de soviéticos y aliados menos, especialmente en el territorio de la Europa ocupada. Ni habría existido Auschwitz, que funcionó a plena marcha en 1944...
Fuente original en castellano

02 mayo 2020

IIGM: "Alianzas diabólicas" y rusofobía


    Caricatura original de Sputnik


por Tito Andino U.


Introducción

Estamos celebrando 75 años de la derrota del nazi-fascismo y eso es lo que importa a pesar de las controversias del presente.

La historia de la guerra no es tan simple como pretender calificar a unos de "buenos" y a otros de "malos", pero en ocasiones si que existieron causas justas para detener la maldad humana, en ese sentido el nazismo fue intrínsecamente malvado ya que pretendió crear un nuevo orden basado en la supremacía racial y a costa de los "subhombres" (untermensch); y, en eso se diferencia con el totalitarismo soviético de Stalin, al que se denomina estalinismo, cuya ideología política también pretendió, a sangre y fuego, imponer una supuesta igualdad social, cosa que nunca se consiguió. El comunismo, en ese sentido, fue un rotundo fracaso social.

Pero, no estamos aquí para hablar de ideologías, sino de las consecuencias de la política europea en los albores de la segunda guerra mundial. Hablar de "buenos" y de "malos" sigue siendo relativo, ya que tal calificativo proviene de la propaganda de los bandos en disputa. 

La única verdad es que la segunda guerra mundial fue la continuación de la Gran Guerra Imperialista de 1914-1918, en una tregua que forjó el surgimiento de terribles corrientes ideológicas (fascismo y comunismo).  Tomando en cuenta que las guerras son un gran negocio, desagradable eso sí, que deja mucho, mucho dinero, lo mismo podemos decir de la política.

La función del historiador es simple, no está para realizar proselitismo, a ningún bando, se basa en la ciencia de la historia, a través de sus innumerables recursos como la historiografía, única que permite desvelar la verdad, o al menos parte de ella.

En el presente, por cuestiones de pura estretegia, se implementan aspectos ideológicos del pasado. La globalización es meramente un aspecto económico, bajo cobijo ideológico, claro está. Hoy vivimos un "estado de guerra económico" entre grandes superpotencias: Estados Unidos, China y Rusia. 

En esas circunstancias, para la mentalidad de Occidente, dominada por los Estados Unidos y la OTAN, hoy tenemos al gran "enemigo" reencarnado en Rusia, para desgracia de quienes siguen viendo comunistas hasta en la sopa, no lo es; al contrario la Rusia moderna de Putin es tan capitalista que se enfrenta en esa "guerra" económica con los Estados Unidos por abrirse camino en los mercados internacionales, lo mismo sucede con el, "formalmente" estado comunista de la República Popular de China, que de "comunista" solo tiene al Partido (que controla el estado), siendo quizá en este preciso momento la mayor potencia económica capitalista, industrial y financiera del mundo, con el perdón de sus detractores estadounidenses.


Dos caricaturas. la primera, propaganda alemana en la IIGM con el clásico tema del bolchevismo acechando el mundo. La segunda data de 2019, es un intento de copia de la anterior, fue publicada por el medio británico The Guardian, como se aprecia es una caricatura en contra de Putin y de Rusia.


Hasta hace no mucho era muy popular el "revisionismo", supuestamente "histórico" de la segunda guerra mundial,  demostrado quedó que esa "revisión" no era más que propaganda del neonazismo y de círculos de la extrema derecha mundial. Ahora tenemos un nuevo tipo de "revisionismo" al frente del gobierno de los Estados Unidos, que intenta reescribir la historia de la contienda con una nueva versión 'oficial' para la población occidental. Una reciente demostración de hipocresía política ha sido, bajo influencia de la OTAN, la declaración del Parlamento Europeo (septiembre 2019) calificando el Pacto de No Agresión germano- soviético de 1939 como el camino que allanó el estallido de la guerra. En otras palabras, la tácita acusación de que la Alemania Nazi se alió a la Unión Soviética  para provocarla. 

Esto no tiene nada que ver con la historia, sino con la política internacional superditada a los mercados de dominación económica. Es decir, cuestiones para nada fundamentadas bajo parámetros históricos. 

Esta investigación no es apología soviética, ni rusa, ni es una posición anti-estadounidense, es historia documentada y objetiva. Algunos siguen calificando de "idiotas útiles", por intentar "blanquear" a Stalin, a quienes se basan en la ciencia de la historia para refutar tesis de reciente aparición. Me parece que "tontos útiles" han sido siempre aquellos que, sin tener donde caerse muertos (literalmente), aplauden el totalitarismo de ultraderecha, inclinándose ante quienes les roban y explotan en su cara.  

Por sentado, los soviéticos tampoco fueron los "buenos" de la película. Claro que no, en aquellos tiempos rondaba el espectro de la política internacionalista de Lenin, "La Revolución Bolchevique" o una "revolución mundial" que, en teoría, debía llevarse a toda Europa, conforme la doctrina de la Internacional Comunista o Komintern (El 4 de marzo de 1919 se fundó la Tercera Internacional para propiciar la "revolución mundial"). Sin embargo, Stalin suprimió esa doctrina cuando la URSS fue invadida por los nazis, el Komintern fue abolido, el dictador declaró abiertamente que se renunciaba a cualquier intento de socavar el orden de las democracias occidentales, a partir de ese momento los obreros y partidos comunistas en Europa debían valerse por sí mismos y mediante el sistema de la democracia participativa para acceder al poder. 


Pacto de no Agresión Germano-Soviético (1939)




El daño histórico de la URSS quedará marcado por siempre, a pesar de las explicaciones y los motivos que le llevaron a pactar con Hitler. No se puede desconocer que la URSS ocupó una parte de Polonia tras la invasión alemana, encontrándose en la famosa línea Brest-Litovsk. Tampoco hay razones para "ocultar" que los soviéticos invadieron Finlandia y se anexaron los estados bálticos a partir del pacto con los nazis. 

No obstante, conociendo la mentalidad del dictador Stalin, no cabe duda que esa era su intención mucho antes de pactar con Alemania, al fin y al cabo aquellos territorios habían sido parte del Imperio Ruso en continua disputa y/o compartidos con el Imperio Alemán. Los planes soviéticos comtemplarían esa expansión, incluso, sin que mediara alguna alianza o pacto de seguridad con Occidente. Tanto Lenin como Stalin demostrarían que no estaban para políticas de apaciguamiento en los territorios que históricamente consideraban parte de Rusia y del naciente imperio soviético

Stalin no era solo un dictador, era sanguinario, calificado de monstruo mucho antes de que Hitler irrumpiera en la escena política de Europa advirtiendo que llevaría a cabo el "Lebensraum". Hitler quería la guerra y su objetivo eran los territorios del Este y la única forma de lograrlo era contando con la pasividad o neutralidad de Occidente. 

Técnicamente, iniciada la guerra en 1939, británicos y franceses bien pudieron haber fulminado a Alemania sin necesidad de abrir un frente oriental. Y, existe otro razonamiento, ya abordado en otras ponencias. ¿Recuerdan quiénes financiaron a Hitler para la toma del poder en Alemania o les viene a la memoria quiénes financiaron la guerra de Hitler

Aún explicado el caso (por ejemplo, en 80 años atrás ... Mito y realidad del pacto Hitler-Stalin), el hermetismo característico de la era del comunismo soviético no ayudó en nada. Tuvimos que esperar el año 1989 para que la actual Federación Rusa reconociera la existencia del protocolo secreto firmado con los nazis sobre las zonas de influencia en Europa Oriental, es decir, un acto por el cual quedó marcado el destino de Polonia, Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia.




En la foto de arriba, los tanques soviéticos llegan al punto convenido que ya ha sido tomado por los alemanes (Brest Litovsk); abajo, las tropas de los dos ejércitos intercambian saludos (22 sep. 1939)

La ocupación soviética de Polonia tuvo lugar desde el 17 de septiembre de 1939, (y hablamos de ocupación porque una invasión propiamente no tuvo lugar, dada la escasa resistencia polaca). El 22 de septiembre, alemanes y soviéticos coincidieron en la famosa línea Brest-Litovsk, en ese tiempo territorio polaco denominado Brześć Litewski (actual Bielorrusia). Es altamente recomendable que el lector repasara el Tratado de Brest-Litovsk (oficialmente Paz de Brest-Litovsk), del 3 de marzo de 1918, entre el Imperio alemán, Bulgaria, el Imperio Austro-Húngaro, el Imperio Otomano y la Rusia soviética. Por el Tratado Rusia renunciaba a su soberanía territorial en suelos que luego serían parte de Finlandia, Polonia, Estonia, Letonia, Curlandia, Lituania, Ucrania y Besarabia, tras su firma pasaron a ser controlados y explotados económicamente por los Imperios Centrales. La Gran Guerra continuaba en ese momento en el Frente Occidental​.

¿Puede existir un argumento jurídico internacional para que el Tratado de Brest-Litovsk quedara anulado tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial? Legalmente es factible, toda anexión territorial mediante el uso de la fuerza o guerra de agresión, al menos en teoría, está sancionada (prohibida) por el Derecho Internacional. Brest-Litovsk fue producto de la imposición de la fuerza militar alemana que ocupaba esas regiones y que en el fondo pretendía establecer un estado amortiguador (colchón) entre Alemania y Rusia. Esa presunta legalidad dejó de tener vigencia legal al finalizar la contienda con la derrota y abdicación del Kaiser alemán. Citemos un ejemplo, Bielorussia fue ocupada por el Imperio Alemán por las armas entre 1917 y 1918, como efecto de la rendición germana se proclamó la República Popular Bielorrusa, al poco llegarían los soviets... y los polacos... En el caso de Bielorussia, en 1939 fue integramente ocupada por la URSS tras su entrada en Polonia (septiembre 1939) y la expulsión de las fuerzas polacas de esos territorios. 

Sería interminable hablar de todas las repúblicas bálticas, de Finlandia, etc,. La derrota alemana de 1918 dejó sin efecto el Tratado de Brest-Litovsk, dando paso al Tratado de Versalles de 1919. Todas las pérdidas territoriales de Rusia en la Gran Guerra serían recuperadas en 1940, a excepción de los territorios que conservaron Finlandia y la sucesora del Imperio Otomano, Turquía. Polonia no existía como estado independiente hasta luego del proceso de paz (Tratado de Versalles) que puso fin a la primera guerra mundial y "reordenó" el territorio de Europa. Durante la Gran Guerra, el territorio polaco estaba dividido entre las potencias imperiales de la época: Imperio Austro-Húngaro, Imperio Alemán e Imperio Ruso.


 



El general alemán Heinz Guderian y el general ruso Semyon Krivoshein observan el desfile en Brest-Litovsk 

Volvamos a lo principal. El Pacto de No Agresión Germano-Soviético, Molotov-Ribbentrop, Pacto Stalin-Hitler o nazi-soviético, de agosto de 1939, como gusten denominarlo, se cumplió, los actores se pusieron en marcha con la invasión de Polonia, facilitó que alemanes y soviéticos se encontraran en la línea Brest-Litovsk, el 22 de septiembre de 1939. El general Heinz Guderian y el general ruso Semyon Krivoshein brindaron juntos, el ruso invitó a los alemanes a visitar Moscú, les deseó una rápida victoria sobre la Inglaterra capitalista, incluso alemanes y soviéticos realizaron un desfile en Brest celebrando el acontecimiento. Salvo algún "comunista" moderno, nadie niega aquello.

Pero, ¿fue una celebración de la victoria sobre los polacos?, el asunto es discutible. Más que evidente, se cumplió el pacto con la demarcación de la zona de influencia de esas potencias, con desfile incluido, organizado por los alemanes y presidido por Guderian, observándose la participación de  tropas soviéticas junto a los alemanes. Utilizar el término "complicidad" entre las dos potencias totalitaristas de la época es discutible al momento de analizar las circunstancias históricas y legales de los tratados, como el de Brest-Litovsk, en que Rusia hizo concesiones territoriales a las Potencias Centrales para retirarse del conflicto, un tiempo en que, recalcamos, Polonia no existía como entidad soberana y territorial. 

La historia nos demuestra que la "complicidad" no fue exclusiva de soviéticos y nazis. Existen probados antecedentes del por qué se llegó a esa aberración ideológica entre nazis (ultraderechistas y anti-soviéticos) y los odiados bolcheviques que tanto aterraba a las potencias occidentales (británicos, franceses y al lejano Estados Unidos). 

Las potencias occidentales anhelaban (y apoyaban secretamente) que los alemanes destruyeran a los soviéticos militarmente y éstos últimos consiguieron ganar tiempo para prepararse del inminente ataque. Desde esta perspectiva -con irrefutables e innumerables recursos historiográficos- debemos analizar, con sana crítica y sin apasionamientos el tristemente célebre pacto. Eso es, "Pacto", no significó una alianza militar, ni un tratado de paz entre nazis y comunistas, era lo que dice su título "Pacto de No Agresión", como quedó explicado en anteriores ponencias (referencias a pie de página).

Es tiempo que apreciemos la otra cara de la moneda. Ya que el mundo está "horrorizado" con el pacto Molotov-Ribbentrop de 1939 (y en cierto sentido es entendible); ¿qué pasa con los Acuerdos entre Aliados, es decir, de los Estados Unidos y Reino Unido con la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial y mediata postguerra? Citemos ejemplos: La Conferencia de Moscú 1942, Conferencia de Casablanca enero 1943 (los soviéticos fueron invitados pero no asistieron), Conferencia de Teherán 1943, la Conferencia de Yalta (febrero 1945) que entre otras cosas divide y cede el control de la tercera parte de Alemania a la URSS; y, la Conferencia de Potsdam en julio-agosto 1945. Todas esenciales para acabar con el nazismo. ¿Deberían ser contempladas como complicidad con el "enemigo"? Si nos ceñimos a la "lógica política" actual de Occidente, haberse aliado con los soviéticos debe ser considerado una aberración mayúscula

La Conferencia de Potsdam, firmado en la inmediata posguerra, 3 de agosto de 1945  entre Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética, ratificó el reparto de Alemania, la ocupación militar, nuevas fronteras en territorios alemanes del este, desmilitarización de Alemania, reparaciones de guerra, juzgamiento a los criminales de guerra. Ese Acuerdo no fue un Tratado de Paz, conforme el Derecho internacional y curiosamente Francia fue marginada de Potsdam.​







Previamente, el 25 de abril de 1945 en el Río Elba, fuerzas estadounidenses se dieron la mano, se abrazaron, festejaron, desfilaron, bebieron junto a sus "camaradas" soviéticos en las cercanías de Torgau (Alemania). Ese episodio histórico es conocido como el "Día del Elba". El encuentro no fue casual, en las últimas ofensivas del frente occidental hacia las orillas del río Elba estaba previsto el encuentro con el Ejército Rojo. Eso nos recordará que también, conforme otro pacto, nazis y soviéticos se encontraron en la antigua línea Brest Litovsk. No es lo mismo, ya que una supuestamente era para desatar la guerra y la otra para poner fin a la guerra, las actitudes son las mismas. Todas esas operaciones de los Aliados en los dos frentes fueron coordinadas conforme las Conferencias previas entre Roosevelt, Churchill y Stalin y se denominó Liberación de Europa.

Las famosas fotos fueron publicadas y recorrieron el mundo. En Moscú se celebró como un fatídico día para la Alemania nazi, hasta hubo salvas de artillería, en New York las celebraciones se realizaron en Times Square con motivos oficiales, ya que las fuerzas nazis dejaron de ser operativas, "Estados Unidos y la Unión Soviética juntos pusieron el último clavo en el ataúd del Tercer Reich". El llamado "espíritu del Elba" es recordado siempre en Rusia cada 25 de abril como símbolo de cooperación entre Estados Unidos y la URSS

En el conocido Cementerio Nacional de Arlington, alrededor de Washington D.C. podemos encontrar el monumento denominado "El espíritu del Elba", cada año hay ceremonias conmemorativas, participan veteranos de EEUU y de la extinta URSS (incluso solían asistir diplomáticos de Rusia). Esos actos deberían llamar a la reflexión, hubo un tiempo en que los dos países fueron aliados y que las "lágrima de cocodrilo" actuales no son otra cosa que hipócritas cuestionamientos político-ideológicos de los Estados Unidos y sus aliados (OTAN) por tratar de imponer su predominio económico.


CRONOLOGÍA

Si el lector mantiene dudas, presentamos una cronología de hechos que concluyeron con el "Pacto Germano Soviético de No Agresión" de 1939.

- Los nazis asumen el poder (1933) e inician la violación del Tratado de Rapallo en 1922 suscrito por Alemania y la Rusia Soviética, se desata una campaña contra los representantes diplomáticos de la URSS y periódicos ataques a legaciones soviéticas en Alemania.
- Previamente, Hitler "avisó" desde 1925 (Mein Kampf) a los diplomáticos de Moscú el destino que les espera a los eslavos "untermenschen" (sub-humanos): esclavitud o muerte. Las tierras del Este hasta los Montes Urales deben ser tierras alemanas (Lebensraum).


- En 1933, la URSS plantea en secreto a las potencias occidentales la posibilidad de restablecer la entente antialemana de la Primera Guerra Mundial, así  da inicio la famosa política de contención e incluso de preparación para la nueva guerra (de fracasar la primera opción).
- A fines de 1933, la URSS anuncia oficialmente la nueva política de seguridad colectiva y asistencia mutua contra la Alemania nazi. Ese mismo año  Maxim Litvinov, Comisario del Pueblo para Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, visita Estados Unidos para el reconocimiento diplomático de su estado, se reúne con Franklin D. Roosevelt, se plantea el tema de la seguridad colectiva contra los nazis y el Imperio japonés, en 1934 las conversaciones se enfrian.
- La diplomacia soviética en París, plantea la seguridad colectiva ante los ministros de Asuntos Exteriores francés, Joseph Paul-Boncour y Louis Barthou. Las relaciones con la URSS se normalizaron ya que ambas naciones sentían la amenaza del nazismo. Pero, al igual que en los EEUU fueron saboteadas por el sucesor del asesinado Barthou, Pierre Laval
- Pierre Laval, anticomunista extremo prefería el acercamiento a la Alemania nazi en lugar de la seguridad colectiva propuesta por la URSS. No obstante el Tratado de Asistencia Mutua Franco-Soviético se firma en mayo de 1935. Tras la caída de Francia en 1940, Laval se convierte en colaboracionista de la potencia ocupante alemana, sería pasado por las armas por alta traición tras la liberación en 1945.
- Gran Bretaña tampoco es ajena a la diplomacia soviética, seguridad colectiva contra la Alemania nazi, pero el Acuerdo Naval anglo-alemán de 1935, es decir, el rearme de la armada alemana obstaculiza las conversaciones con los soviets. Los franceses consideran ese acuerdo con los alemanes como traición. En 1936, Anthony Eden, nombrado Secretario de Asuntos Exteriores británico cancela las conversaciones con la URSS.
- Los grandes Imperios coloniales del mundo en esa momento, Francia y la Gran Bretaña, a la que se suma Estados Unidos, deciden terminar unilaterlamente las conversaciones de seguridad colectiva y asistencia mutua con la URSS. El anticomunismo latente en las élites aristocráticas y financieras temen más a la fuerza de los trabajadores que a los radicales nazis, los alemanes son más útiles para sus planes.
- Nadie desconoce que las élites financieras, industriales y políticas simpatizan con Hitler. Por algo se había montado el show en defensa del capitalismo. El fascismo deberá hacer frente a la expansión de los movimientos obreros comunistas en Europa (respaldados por la URSS).

El embajador alemán en Londres, Joachim von Ribbentrop, durante las negociaciones de 1935 para el Acuerdo Naval Anglo-alemán. En la práctica, a pesar que la Kriegsmarine será más pequeña que la flota británica, lo que resalta del acuerdo es que se permite el rearme de la marina de guerra alemana.

- Un posible acuerdo de seguridad colectiva llega a su final, volviéndose más imposible con el inicio de la guerra civil española en 1936, las potencias coloniales se ven obligadas a elegir: derecha o izquierda.
- Otros países europeos afrontan igual dilema. Rumania y Checoslovaquia, como ejemplo, desean un acuerdo de seguridad colectiva contra la amenaza nazi. El presidente checoslovaco, Benes, en 1935, firma un Pacto de Asistencia Mutua con la URSS; igual que en Francia, es desconocido por los políticos checos que confían más en Gran Bretaña y Francia que en la URSS. A pesar de ello, los checos mantienen buenas relaciones con los soviéticos.
- Polonia. La URSS intenta armonizar con los polacos quienes se decatan por los nazis. "Los rusos son bárbaros", dicen, "los alemanes, un pueblo civilizado". Polonia firma un Pacto de no Agresión con la Alemania nazi en enero de 1934. En 1938 los polacos serán cómplices del desmembramiento de Checoslovaquia, craso error, serán los siguientes conforme la hoja de ruta nazi.
La seguridad colectiva y asistencia mutua propuesta por la URSS contra la Alemania nazi no prospera, para 1936 los soviets están casi aislados. Sus propuestas, al inicio escuchadas son luego rechazadas. Nadie quiere escuchar las advertencias del peligro nazi y prefieren negociar con mister Hitler, solo desean alejar al lobo lejos de sus puertas. Todos, incluso la luego traicionada Checoslovaquia, tienen una falsa visión, "la idea, tanto declarada como no declarada, es cambiar las ambiciones de Hitler hacia el este contra la URSS", como lo ha escrito el líder nazi desde la década de 1920.

Conferencia de Munich, 1938 


- La URSS insiste en un acuerdo de seguridad colectiva. En abril de 1939 se da otro impulso formal para intentar el pacto anglo-franco-soviético de asistencia mutua contra la Alemania nazi, las conversaciones se prolongan hasta el verano de 1939. En Gran Bretaña y Francia la opinión pública es favorable a un acuerdo con la URSS, tras la ocupación de toda Checoslovaquia (1939). Hitler reclama Memel (en Lituania), Danzig (Polonia). Pero el diálogo no prospera.
- Molotov reemplaza a Litvinov en Asuntos Exteriores en mayo de 1939 e intenta una vez más con Varsovia, los soviéticos garantizan el apoyo militar a Polonia si son agredidos por los nazis, los polacos con desdén no demoran en rechazar la propuesta.
- La URSS, intenta hasta el final buscar el acuerdo anglo-franco-soviético. En pleno verano de 1939, las partes mantienen el diálogo. Sin embargo, los británicos negocian en secreto con Hitler, mientras se envían delegaciones militares británicas y franceses hacía Moscú para finiquitar la alianza, la noticia se filtra a fines de julio, a través de la prensa se desata el escándalo.
- La mencionada misión militar franco-británica viaja en un fletado y lento barco comercial, (¿por qué no en una rápida nave de guerra?) rumbo a la URSS. La misión demora cinco días en llegar a la cita, lo que suscita la duda soviética. Es evidente que las negociaciones buscan ser retardadas y entorpecidas.
- El principal negociador británico, almirante Sir Reginald Drax, no tiene poderes escritos para firmar un acuerdo con la parte soviética. El general francés, Joseph Doumenc, lleva una vaga carta de autoridad del presidente del consejo de Francia, puede negociar pero no firmar un acuerdo... Nada tienen que ofrecer, mientras el Comisario de Guerra soviético, tiene plenos poderes plenipotenciarios.
- ¿Qué demonios? "No son serios", concluyó Stalin. Los gobiernos francés y británico pensaron que podían jugar con él. 
- Los soviéticos comprenden que no habrá un acuerdo de seguridad colectiva... Entonces, fue cuando Molotov se anima a escuchar las propuestas alemanas... (son los alemanes quienes inician el acercamiento).
- La pregunta del millón, ¿Occidente conspiró contra la URSS por temor al comunismo o porque eran simplemente rusos?
- La dirigencia soviética calcula que los occidentales van a dejarla sola en caso de guerra con Alemania, mientras que franceses y británicos se sentarán a contemplar el conflicto. Eso es exactamente lo que hicieron cuando Alemania invadió Polonia, pura retórica: "declaración de guerra". Si no ayudaron a Polonia abriendo el frente occidental, cómo ayudarían a la URSS?
- Los británicos podían enviar varias divisiones a Francia al comienzo de la invasión a Polonia, el Ejército Rojo pudo movilizar de inmediato cien divisiones; las fuerzas soviéticas venían de golpear a los japoneses en la frontera de Manchuria.
- El pacto Molotov-Ribbentrop es el resultado de largos años de fracasado intento soviético por concretar un tratado de seguridad colectiva, en forma de una alianza antinazi con las potencias occidentales. Aceptar las propuestas de los nazis sorprende al mundo, Stalin accede a la oferta que marcará de polémica la historia de la segunda guerra mundial.
- El pacto gemano-soviético establece cláusulas secretas sobre las "zonas de influencia" en Europa del Este en caso de guerra (como era lo previsible). Es un acto reprochable pero no dista mucho de otra aberración firmada en Munich por las mayores potencias coloniales de la época, el sacrificio de Checoslovaquia por parte de británicos y franceses en aras de la seguridad colectiva, sin pedir la opinión de la URSS... ni de los checoeslovacos.

El primer ministro británico Neville Chamberlain en una de sus varias vistas a Alemania para dialogar con el líder nazi. 

- Gran Bretaña y Francia se ponen en pie de guerra solo cuando sus cálculos no resultan, es decir, esperan que Alemania lleve la guerra lejos de Occidente. Los nazis les deparan una sorpresa seduciendo a Stalin.
- Stalin es un verdadero rufián, políticamente habilidoso, al aceptar el pacto gana tiempo y evita una guerra inmediata con Alemania, pero cometerá el gran error de no aceptar las advertencias de sus mandos militares. Hitler continúa con su plan de invadir la URSS, Stalin duda que Hitler vaya a emprender una campaña en su contra al estar enfrascado en una guerra en el frente occidental. 

Finalmente, Gran Bretaña y Estados Unidos se unen a la URSS contra el nazismo, en una calculada alianza. No se debe olvidar que los ingleses luchan con valentía por defender Francia y su propia isla, pero la URSS se enfrentará sola a los nazis en Europa hasta septiembre de 1943 cuando los Estados Unidos ponen pie en Italia, donde quedarán estancados (a pesar de los avances) hasta el final de la guerra. Solo a mediados de 1944 los Aliados occidentales entran en acción en Europa continental propiamente dicha. Para ese momento la Wehrmacht ya no es una gran armada, ha quedado severamente golpeada y debilitada ante el embate soviético en el frente oriental. 


La seguridad colectiva y asistencia mutua con la URSS no prosperó porque todos los países europeos confiaban en la Gran Bretaña, si ellos decían que sí a los soviéticos todos los demás se alinearían, pero eso no sucedió.



Referencias en este blog:





Nota: La cronología se basa en un reportaje del profesor Michael Jabara Carley, de la Universidad de Montreal.  

A History Lesson For Westerners Parrotting The Lie That Stalin 'Colluded With Hitler to Start WW2'

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