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16 julio 2021

Darwinismo social



por Richard Weikart 


El darwinismo social es una doctrina que surgió en el siglo XIX, un intento de aplicar la teoría darwiniana para comprender las sociedades humanas, afirmando que la sociedad progresa ("evoluciona") a medida que los individuos más adaptados y capacitados sobreviven socialmente, la "supervivencia del más apto". Difundió la idea de progreso y superioridad de la civilización. El darwinismo social intentó formular una visión muy particular de las teorías de Darwin pero que suele contradecirse con el darwinismo original.

 

El artista estadounidense Udo Keppler y su obra de 1902 titulada “Desde el Cabo hasta El Cairo. Aunque el proceso sea costoso, el camino del progreso debe cortarse". (Revista Puck, 10 de diciembre de 1902). Fuente: Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.


El historiador Richard Weikart, profesor de Historia en la Universidad Estatal de California, Stanislaus, analiza en este reportaje un nuevo libro de Jeffrey O'Connell y Michael Ruse: "Social Darwinism" (darwinismo social), Cambridge University Press, abril 2021. Weikart es autor de  Hitler's Ethic: The Nazi Pursuit of Evolutionary Progress; From Darwin to Hitler; Hitler's Religion: The Twisted Ideas that Drove the Third Reich y The Death of Humanity: And the Case for LifeWeikart expresa que una de las principales deficiencias de este nuevo libro es el intento de los autores de poner la mayor distancia posible entre Darwin y el pensamiento eugenésico, y entre Darwin y Hitler.

El mencionado libro describe al seguidor de Darwin, Herbert Spencer como el chico malo defensor de la eugenesia que postula que Darwin y el darwinismo tuvieron poca o ninguna influencia en la retorcida ética de la raza superior de Hitler. Weikart destaca pacientemente algunas pruebas clave de lo contrario, declaraciones al frente y al centro de los escritos de Hitler. ¿Darwin causó a Hitler? No. ¿Darwin habría aprobado a Hitler? Es casi seguro que no. Pero, según Weikart, el propio pensamiento racista y pro-eugenesia de Darwin, combinado con algunas implicaciones de su teoría que él mismo reconoció explícitamente, evidentemente sentó las bases para la perspectiva diabólica de Hitler sobre "la raza superior", "la lucha por la vida", la guerra y la eugenesia.

Richard Weikart presentó sus comentarios sobre el citado libro en tres artículos del 21 al 26 abril del presente año (aquí unificados en uno) bajo el título genérico "New Book: Social Darwinism" (Nuevo libro: Darwinismo social) en el sitio web Evolution News


*****

I

Darwin y Herbert Spencer


Herbert Spencer (Wikimedia Commons)


Cambridge University Press ha publicado un corto nuevo libro de Jeffrey O'Connell y Michael Ruse sobre el darwinismo social que probablemente enfurezca a bastantes personas de diferentes convicciones. Los autores admiten que Darwin fue un racista que promovió la lucha racial, incluso en su libro científico, The Descent of Man, donde Darwin se regocijó de que “las razas civilizadas han extendido, y ahora están extendiendo por todas partes, su rango, para ocupar el lugar de las razas inferiores". (citado en la p. 24) También admiten que Darwin vivía de la riqueza capitalista y se opuso a los sindicatos y las cooperativas porque reducen la competencia humana.

Después de exponer las despiadadas opiniones sociales darwinistas de Andrew Carnegie y Teddy Roosevelt, los autores afirman más tarde que las ideas de estos hombres eran "más complejas". Carnegie no era del todo malo, después de todo, porque usó su riqueza para beneficiar a la gente mediante la fundación de bibliotecas y demás, mientras que Roosevelt "no parece del todo el matón anglosajón que uno podría inferir en una lectura rápida". (p. 30) Estas no son exactamente observaciones "políticamente correctas". También sospecho que E.O. Wilson, el biólogo de Harvard ganador del premio Pulitzer que fundó la sociobiología, no estaría contento de ser llamado un "spenceriano no reconstruido", en contraste con Ruse, uno de los autores de este libro, que trata de tomar el terreno alto al afirmar llevar el manto del verdadero darwinismo.


Cuatro cuestiones clave

Sin embargo, como historiador, lo que más me preocupa de este libro son cuatro cuestiones clave: 

1) Los autores distancian a Darwin y Herbert Spencer (y Ruse y Wilson) un poco más de lo que parece justificado. 

2) El deseo de los autores de sacar a Hitler de las filas de los darwinistas sociales está completamente equivocado. 

3) A excepción de Darwin, los autores nunca discuten los puntos de vista social darwinistas de los biólogos, centrándose en cambio en los industriales, militares y políticos. 

4) La interpretación de los autores de Nietzsche es idiosincrásica y bastante extraña. Abordaré el primer tema, luego discutiré el darwinismo social de Hitler y finalmente discutiré el darwinismo social entre científicos.


Sin embargo, me abstendré de discutir su extraña interpretación de Nietzsche, porque los autores no lo consideran un darwinista social, yo no lo considero un darwinista social, y no conozco a nadie que lo considere un darwinista social (y he leído bastante la literatura sobre el darwinismo social y la literatura sobre la influencia del darwinismo en Nietzsche). Después de leer este libro, estaba completamente desconcertado acerca de por qué se incluyó a Nietzsche (y el capítulo sobre Nietzsche es mucho más largo que la mayoría de los otros capítulos), hasta que descubrí más tarde que la disertación de O'Connell estaba sobre Nietzsche. Está bien, no encaja con el tema, pero es un caballo de batalla. Ahora lo entiendo.

En cualquier caso, volvamos a Darwin y Spencer. O'Connell y Ruse seguramente tienen razón al señalar las diferencias entre Darwin y Spencer. La diferencia más importante, explican, fue su punto de vista sobre la ética. O'Connell y Ruse afirman que “Darwin era un no realista moral. Creía en la ética sustantiva, pero no creía que tuviera ninguna justificación externa". (p. 11) Spencer, por su parte, adoptó la siguiente posición, según los autores: "Es la perspectiva del progreso lo que justifica la lucha por la existencia en el mundo social, permitiendo una sociedad de laissez-faire del tipo más duro". (p. 14) Hacia el final de este libro, los autores afirman: “Para Spencer, el progreso, el holismo y el realismo moral eran todos importantes. Para Darwin, el progreso era secundario y derivado, y tanto el individualismo como el no realismo moral eran importantes". (p. 62)

Admito que esto es en gran parte correcto, pero me pregunto cuánta diferencia hizo esto en sus puntos de vista sociales y políticos (el tema que nos ocupa aquí es, después de todo, el darwinismo social). En un momento, los autores admiten que las "creencias y prescripciones sociales de Darwin no eran muy diferentes de las de Spencer". (p. 23) Además, aunque la visión de Darwin del progreso puede haber sido "secundaria y derivada", a diferencia de la de Spencer, donde era central, no obstante, el deseo de Darwin de fomentar un mayor progreso evolutivo influyó en su perspectiva sociopolítica.


Empapado de nociones de progreso

Las últimas páginas de The Descent of Man, donde Darwin analiza las perspectivas futuras de la humanidad, están empapadas de nociones de progreso. Por ejemplo, Darwin declaró:

"El hombre, como cualquier otro animal, sin duda ha avanzado a su actual condición elevada mediante una lucha por la existencia como consecuencia de su rápida multiplicación; y si ha de avanzar aún más, debe permanecer sujeto a una dura lucha. De lo contrario, pronto se hundiría en la indolencia, y los hombres más dotados no tendrían más éxito en la batalla de la vida que los menos dotados. Por lo tanto, nuestra tasa natural de aumento, aunque conduce a muchos males obvios, no debe reducirse en gran medida de ninguna manera. Debería haber una competencia abierta para todos los hombres; y las leyes o costumbres no deberían impedir que los más capaces tengan el mejor éxito y críen el mayor número de descendientes". 

(DARWIN,  THE DESCENT OF MAN  [PRINCETON: PRINCETON UNIVERSITY PRESS, 1981], 2: 403)


Eso me suena mucho al progreso de Spencer. 

De hecho, la posición de Darwin en este pasaje enfatiza la naturaleza ineludible de la lucha por la existencia incluso más que Spencer. Spencer pensó que a medida que los humanos progresaran, la reproducción humana disminuiría hasta el punto de que la lucha ya no sería aplicable en el futuro. Darwin en este pasaje afirmó que la reproducción "no debe verse disminuida en gran medida de ninguna manera" y que los humanos "deben permanecer sujetos a una lucha severa". Por lo tanto, Darwin enfatizó la beneficencia de la lucha humana por la existencia incluso más que Spencer. (Para más información sobre este tema, consulte mi ensayo "¿Fue Darwin o Spencer el padre del darwinismo social del Laissez-Faire?"  Journal of Economic Behavior and Organisation  71 [2009]: 20-28.)

Su presentación de Darwin y Spencer, sin embargo, es un punto bastante menor en comparación con el capítulo completamente equivocado sobre "El problema de Hitler".


II

"El problema de Hitler"



En el libro Social Darwinism de Cambridge University Press, Jeffrey O'Connell y Michael Ruse abordan un tema sobre el que he escrito extensamente: las conexiones entre el darwinismo y la ideología nazi. Desafortunadamente, sin embargo, hasta donde yo sé, ignoran casi todo lo que he escrito (tengo que decir "casi" porque citan una publicación de blog que escribí). Sin duda, citan mi libro, De Darwin a Hitler: Ética evolutiva, eugenesia y racismo en Alemania, aunque no puedo decir si leyeron una línea, porque nunca discuten ningún material específico del libro. Peor aún, ni siquiera citan mis últimos libros,  La  Ética de Hitler: La búsqueda nazi del progreso evolutivo (2009) o La religión de Hitler: las ideas retorcidas que impulsaron el Tercer Reich  (2016), aunque estos son los libros académicos más completos e importantes que tratan el tema del darwinismo social de Hitler.

En su capítulo sobre "El problema de Hitler", hacen la afirmación completamente insostenible de que Hitler no creía en la evolución en absoluto. Como es obvio por sus citas, la forma en que llegaron a esta conclusión fue leyendo las obras de Robert Richards, especialmente ¿Hitler era un darwiniano? (Richards responde a su pregunta con un rotundo, ¡No!).


Una avalancha de pruebas

Mi libro, La ética de Hitler, contiene una avalancha de pruebas de que Hitler creía en la evolución, incluida la evolución humana. Mi último libro, La religión de Hitler, contiene un capítulo, "¿Fue Hitler un creacionista?" que refuta directamente los falsos argumentos de Richards. Aquí solo puedo proporcionar algunas cositas, pero si alguien quiere más evidencia, incluidas refutaciones explícitas de las afirmaciones de Richards, consulte estos trabajos.

Permítanme dar algunos ejemplos de la creencia de Hitler en la evolución y el darwinismo social de una variedad de fuentes:  Mein Kampf de Hitler (Segundo Libro), sus discursos, sus monólogos y el testimonio de sus asociados.

En  Mein Kampf  (segundo libro), Hitler no solo usa términos darwinianos constantemente, como evolución, lucha por la existencia y lucha por la vida, sino que varias veces describe explícitamente la lucha por la existencia como una ley natural que los humanos deben tener cuidado de no contravenir. En un pasaje mencionó que la lucha en la naturaleza vence a los débiles y enfermos, y luego declaró:

La lucha siempre es un medio para mejorar la salud y la resistencia de la especie y, por lo tanto, una causa de su evolución. Por cualquier otro proceso cesaría todo desarrollo y evolución, y sucedería exactamente lo contrario.

(HITLER,  MEIN KAMPF , TRADUCCIÓN DE BARROWS MUSSEY [NUEVA YORK: STACKPOLE SONS, 1939], 278)


En el segundo libro de Hitler, el darwinismo social es aún más obvio, ya que Hitler abre el libro con un capítulo sobre “La lucha por la vida” (que dicho sea de paso, es un término que el propio Darwin utilizó como sinónimo de la lucha por la existencia). En este capítulo, Hitler explica en detalle su opinión de que los organismos, incluidos los humanos, se reproducen más rápido que los recursos disponibles y el espacio vital, por lo que la lucha por la existencia es inevitable. "En la limitación de este espacio vital", afirmó Hitler, "reside la compulsión por la lucha por la supervivencia y, la lucha por la supervivencia, a su vez, contiene la condición previa para la evolución". (Adolf Hitler, Segundo libro de Hitler: La secuela inédita de  Mein Kampf, ed. Gerhard L. Weinberg [Nueva York: Enigma Books, 2003], 8)


Un tema frecuente para Hitler

La lucha por la existencia también fue un tema frecuente en los discursos de Hitler, y en un discurso de 1927 aclaró su importancia en la evolución humana, afirmando:

"Eres el producto de esta lucha. Si tus antepasados ​​no hubieran luchado, hoy serías un animal. No ganaron sus derechos a través de debates pacíficos con los animales salvajes, y más tarde quizás también con los humanos, a través del ajuste comparativo de relaciones por un tribunal pacifista de arbitraje, sino que la tierra se ha adquirido sobre la base del derecho de los más fuertes.


En un discurso de 1942, Hitler explicó que Alemania necesitaba librar guerras para cumplir con las leyes de la naturaleza. Luego explicó: “Esta lucha conduce en efecto a una selección inquebrantable y eterna, a la selección  de los mejores y más duros. Vemos, pues, en esta lucha un elemento de la edificación de todos los seres vivos”. Luego reiteró que la lucha es una ley de la naturaleza que produce una "evolución progresiva". (Hitler, "War der Zweite Weltkrieg für Deutschland vermeidbar?" 30 de mayo de 1942, en  Hitlers Tischgespräche, 492) 

En los monólogos de Hitler, a menudo abordó el tema de la evolución y la lucha por la existencia. Por ejemplo, en un largo monólogo sobre la evolución, la ciencia y la religión el 24 de octubre de 1941, despreció el cristianismo y expresó claramente su apoyo a la evolución. Al final del monólogo, declaró:

Ha habido humanos en el rango al menos de un babuino en cualquier caso durante al menos 300.000 años. El simio se distingue menos del humano más bajo que un humano así de un pensador como, por ejemplo, Schopenhauer.

(HITLER,  HITLERS TISCHGESPRÄCHE IM FÜHRERHAUPTQUARTIER , ED. HENRY PICKER [FRANKFURT, 1989], 75)


Otto Dietrich, el publicista de Hitler, afirmó que Hitler consideraba a la naturaleza como la fuente de “la verdad final sobre la vida. Tomó principios tales como la lucha por la existencia, la supervivencia de los más aptos y más fuertes, por la ley de la naturaleza y los consideró un 'imperativo superior' que también debería regir en la vida comunitaria de los hombres". Dietrich también afirmó que los "puntos de vista evolutivos de Hitler sobre la selección natural y la supervivencia del más apto coincidían con las ideas de Darwin y Haeckel". (Otto Dietrich,  The Hitler I Knew, traducción de Richard y Clara Winston [Londres, 1957], 19, 153) 

La secretaria personal de Hitler, Christa Schroeder, estuvo de acuerdo, afirmando que Hitler creía: "La ciencia aún no sabe claramente de qué raíz han surgido los seres humanos. Sin duda, somos la etapa más alta de evolución de cualquier mamífero, que evolucionó de reptiles a mamíferos, quizás a través de simios, a humanos. Somos miembros de la creación e hijos de la naturaleza, y se nos aplican las mismas leyes que a todos los organismos vivos. Y en la naturaleza, la ley de la lucha gobierna desde el principio. Todo lo que sea incapaz de vivir y todo lo débil será eliminado"(Christa Schroeder, Er war mein chef: Aus dem nachlass der sekretÄrin von Adolf Hitler, Ed. Anton Joachimsthaler, 2ª ed. [Munich: Langen MÜller, 1985], 68)


Darwinismo y antisemitismo

O'Connell y Ruse ignoran toda esta evidencia (y mucho, mucho más) que he presentado en mis escritos. En cambio, enfatizan el punto válido de que el antisemitismo fue crucial en la ideología de Hitler, pero Darwin nunca promovió el antisemitismo. Es cierto, pero pasa por alto el punto importante de que nadie, y ciertamente yo no, ha argumentado nunca que el darwinismo contribuyó al antisemitismo o que Hitler derivó todo en su cosmovisión del darwinismo. Por el contrario, he argumentado claramente en todos mis trabajos que Hitler fue un pensador ecléctico que se inspiró en muchas influencias intelectuales diferentes, algunas de ellas contradictorias. Fue influenciado por las ideas de Schopenhauer, Nietzsche, Wagner y muchos otros pensadores, tanto conocidos como oscuros. (Examino muchos de estos extensamente en  Hitler's Religion).

Sin embargo, la influencia del darwinismo social en Hitler no fue mínima, porque fue un ingrediente clave de muchas doctrinas nazis importantes, como la lucha racial, el espacio vital, el militarismo, la eugenesia, la eutanasia y más. No solo eso, sino que, como veremos, estas ideas de Hitler no eran solo ideas marginales de personas que tenían poca comprensión de la biología darwiniana. Muchos biólogos y antropólogos darwinianos también promovieron estas ideas.


III

El darwinismo social entre los biólogos


Ernst Haeckel (Wikimedia Commons)


Uno de los problemas clave del nuevo libro de Jeffrey O'Connell y Michael Ruse sobre el darwinismo social  es que omite: una discusión sustantiva del darwinismo social entre los biólogos darwinianos, especialmente el tipo de darwinismo social que justificaba el militarismo, el racismo e incluso el exterminio racial. Sin duda, discuten sobre el propio Darwin, realmente no pudieron evitar eso. Sin embargo, desde la época de Darwin hasta Julian Huxley a mediados del siglo XX, los únicos biólogos mencionados son aquellos que se oponían al darwinismo social, por ejemplo, Thomas Henry Huxley. (Debo señalar que a pesar de su rechazo de la ética evolutiva, Huxley no estaba completamente libre del darwinismo social).

Las figuras durante este período que sí discuten son industriales, militares y políticos. ¿Por qué es esto? No es por falta de ejemplos, porque muchos biólogos darwinianos de finales del siglo XIX y principios del XX eran darwinistas sociales que promovían el capitalismo del laissez-faire y / o el militarismo y / o el racismo y / o el exterminio racial.


Omitiendo a Haeckel

La omisión más notoria es la de Ernst Haeckel, el principal biólogo darwiniano de Alemania. En realidad, los autores discuten brevemente a Haeckel, pero sus comentarios implican engañosamente que no era un darwinista social. Por ejemplo, mencionan que se opuso a la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, convenientemente no explican que la razón por la que se opuso a que los países europeos luchen entre sí fue porque pensó que las guerras europeas mataron a las personas equivocadas: los mejores y más brillantes, los llamados "Más aptos". Por lo tanto, pensó que los europeos deberían centrar sus actividades militares en el exterminio de razas "inferiores" en las guerras coloniales. Los autores también olvidan mencionar que durante la Primera Guerra Mundial Haeckel cambió de opinión y escribió un libro completo justificando el esfuerzo bélico alemán y promoviendo el expansionismo alemán.

Haeckel no fue de ninguna manera un caso atípico. Como he demostrado en  De Darwin a Hitler, muchos biólogos alemanes abrazaron el militarismo social darwinista y el exterminio racial. Muchos biólogos estadounidenses también promovieron posiciones sociales darwinistas. Henry Fairfield Osborn, profesor de zoología en la Universidad de Columbia a principios del siglo XX, escribió un prólogo de la frase racista de Madison Grant, El paso de la gran carrera. Charles Davenport, un profesor de Harvard que fundó la Oficina de Registro de Eugenesia, promovió restricciones de inmigración contra las facciones supuestamente inferiores que estaban llegando a los Estados Unidos a principios del siglo XX. El racismo social darwinista era tan común en los Estados Unidos de principios del siglo XX que apareció en los libros de texto de biología estándar.


Huxley y Wilson

A pesar de ignorar a todos estos científicos que promovieron posiciones sociales darwinistas, los autores luego discuten sobre Julian Huxley, un biólogo políticamente progresista que promovió la ética evolutiva, y E.O. Wilson, el fundador de la sociobiología. Sin embargo, en realidad no aclaran si creen que Huxley era un darwinista social o no. Tampoco dicen explícitamente que Wilson es un darwinista social, pero parecen insinuarlo al etiquetarlo como spenceriano (ver más arriba Darwin y Spencer).

¿Por qué esta omisión es tan problemática? Después de todo, este es un libro corto y no pueden discutir todo. La razón es porque implica que el darwinismo social fue una posición adoptada por no científicos que simplemente no entendían la ciencia cuando aplicaron el darwinismo al pensamiento político y social. Una faceta importante de la historia descuidada: muchos biólogos y antropólogos darwinianos de finales del siglo XIX y principios del XX sostenían que la desigualdad biológica, el racismo y el militarismo se basaban en principios científicos sólidos (es decir, darwinianos). Haeckel, por ejemplo, despreció a los socialistas por su igualitarismo no darwiniano. No lo descubrirás en este libro, pero en su apogeo social el racismo darwinista y el militarismo fueron considerados científicos.


Richard Weikart

Artículo referencial:

Following the Science, Doctors Joined the Nazis “In Droves”

(Siguiendo la ciencia, los médicos se unieron a los nazis "en masa")

08 junio 2021

Arte: Daniel Fitzpatrick, maestro del simbolismo anti-nazi




Tito Andino

para la recopilación de textos y gráficas


Daniel Robert Fitzpatrick nació en Superior, Wisconsin en 1891. Después de asistir al Instituto de Arte de Chicago trabajó como caricaturista para el Chicago Daily News y st. Louis Post-Dispatch, se especializó en el dibujo con crayón. Fue dos veces ganador del Premio Pulitzer de caricaturas en 1926 y 1955. "Fitz" llegó a ser uno de los caricaturistas editoriales más importantes de los Estados Unidos. Durante su larga carrera sus caricaturas fueron acogidas y reproducidas en treinta y cinco periódicos de la Unión Americana. Reconocido mundialmente como el decano de los caricaturistas editoriales.

 

Fitzpatrick como caricaturista del "St. Louis Post Dispatch", St. Louis - Missouri. (foto archivo del mencionado medio)

Fitzpatrick de joven abandonó la escuela secundaria, afirmó con el tiempo que dejó la escuela al no recibir apoyo por su amor a la historia que no fue alentado. Estudió dibujo durante dos años en el Instituto de Arte de Chicago antes de conseguir su primer trabajo de dibujos animados en el Chicago Daily-News, de allí pasaría al St. Louis Post-Dispatch hasta su jubilación en 1958. (incluso cursó estudios de anatomía) 


La Primera Guerra Mundial 


El Kaiser Guillermo II era el "favorito" de Fitzpatrick en sus representaciones durante el período de la Gran Guerra


AVISO de Copyright© 

A pesar del tiempo transcurrido, la mayor parte de la obra de Daniel Robert Fitzpatrick está protegida por derechos de autor. Para este segmento de la IGM el permiso para reproducir se puede obtener a través de la "Sociedad Histórica Estatal de Missouri" (The State Historical Society of Missouri)


ARRIBA: IZQ. "El mejor pie hacia adelante" (1918), figura fantasmal alada tiene la paz negociada en la mano, pero empuja hacia adelante el casco, se refiere al tratado Brest - Litovsk; DER. "De estos muertos honrados, tomamos una mayor devoción" (1917), crueces para el soldado Enright, soldado Gresham y soldado Hay. Esquina inferior izquierda: "Los primeros st. louisianos asesinados en la Primera Guerra Mundial". ABAJO: IZQ. "¡conducir!" (1818), en dos marcos: 1 - Kaiser desde delante de la silla del trono grita "¡Conduce!" 2 - Hombres en batalla cayendo por el acantilado. DER. "Apoyo moral" (1918), Un soldado alemán sostiene un arma en la espalda del soldado austriaco, que tiembla y se enfrenta a una serie de bayonetas.


ARRIBA: IZQ. "Algo para el niño!" (1918), el Kaiser y compañero miran hacia París a través de las explosiones de la batalla. DER. "Kaiser revisaba ayer ciertas tropas que se habían distinguido", el Kaiser pasa revista al ejército fantasma. ABAJO: IZQ. "Oh, las armas que dejamos en Nazaret!" (1918), Soldados turco y alemán llorando. DER. "¿A dónde vamos desde aquí?" (1918), conferencia de generales alemanes.



ARRIBA: IZQ. "Sabemos que no lastimarías a un alemán!" (1918), alemán pone la mano en el hombro de Bolsheviki, mientras que a sus pies yace el cuerpo del conde Von Mirbach (embajador alemán en Moscú). DER. "Se acuerda..." (1918), Rusia escribe OK sobre el tratado de paz, mientras que por encima de él se levanta una espada. ABAJO: IZQ. "Considero que es uno de mis principales deberes ahorrar la sangre y la fuerza de nuestros soldados." - Ludendorf. Los soldados alemanes encabezados por su líder corren lejos de la batalla. DER. "V es para la victoria" (1918), el hombre se para frente al gigante 'Victory Loan', V hecho de sacos de dinero para "cuidar a los heridos", "costos de ocupación", "costos de transporte", 'reunir el pago'. (Todos los títulos y notas explicativas fueron tomadas de la página web de The State Historical Society of Missouri)


Fitzpatrick confesó que su trabajo  nunca fue divertido y que el propósito principal de su arte era expresar "simpatía por los desvalidos" y sus derechos atacando al conservador "establishment". Fitzpatrick fue partidario del sufragio femenino, la igualdad de derechos para mujeres y negros y del movimiento sindical a través de sugestivas caricaturas con mensajes. Desafió a políticos importantes y a la política de Missouri en una serie de audaces y provocativos dibujos en contra de la corrupción política en San Luis a través de su serie "Rat Alley".


El nazismo y la segunda guerra mundial


INVASIÓN, 1939. 'Fin del Acto I.' Caricatura sobre el ataque de la Alemania nazi a Polonia y el posterior comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Caricatura de D.R. Fitzpatrick, septiembre de 1939.


Durante la década de 1930 lideró las críticas y ataques contra la fusión y el ascenso del fascismo en Europa. Un crítico, Stephen Hess, ha argumentado que Fitzpatrick jugó un papel importante en el cambio de la opinión pública estadounidense sobre la Alemania nazi y lo logró usando sofisticadas y contundentes imágenes:

 

"Daniel Fitzpatrick, uno de los maestros en el uso del simbolismo, transformó la esvástica de la Alemania nazi en una horrible máquina de la muerte. Mientras los ejércitos de Adolf Hitler marchaban por Europa en la década de 1930, Fitzpatrick utilizó su símbolo repetidamente para desafiar a Estados Unidos a repensar su posición aislacionista y entrar en la Segunda Guerra Mundial".

 




Adolf Hitler llegó al poder en Alemania en 1933 y Fitzpatrick anticipó la futura guerra mundial, su arte -poderosas caricaturas- reflejaba la  amenaza de la máquina de guerra nazi en forma de una esvástica gigante rodando por Europa.
 




Esta es una de las caricaturas más conocidas de Fitzpatrick, fue realizada en 1939. Titula: "Parecía una buena idea en ese momento", sobre las primeras dudas de Hitler por el pacto de no agresión con la URSS y la invasión de Polonia.
 

El fin del nazismo quedó reflejado en las siguientes caricaturas sobre la batalla de Stalingrado y los juicios de Nuremberg.





Durante la posguerra mostró su preocupación por la militarización de la política exterior de Estados Unidos ganándose la admiración y el respeto de académicos, periodistas, estadistas y lectores regulares de periódicos en todo el mundo. 


"¿Cómo cerrar la brecha?", Berlín 1948, la Guerra Fría está ya en curso


"Fitzpatrick, nunca rehuyó a temas polémicos, se ganó la ira de un juez de Missouri por una caricatura que reprendió a los tribunales después de que una causa penal contra un presunto extorsionador fuera desestimada. Fitzpatrick y Ralph Coghlan, editor de la página editorial Post-Dispatch, fueron multados y condenados a prisión por desacato a la corte. La decisión fue revocada más tarde en apelación ante la Corte Suprema de Missouri".


Dos caricaturas de Daniel Fitzpatrick elaboradas en 1950, la Guerra de Korea


Su éxito no fue solo resultado de su propio genio creativo, tuvo el apoyo del editor del Post-Dispatch, Joseph Pulitzer Jr., acordaron que Fitzpatrick no tendría que dibujar dibujos animados editoriales que difieran de sus propias creencias personales, por esa razón Fitzpatrick tomó licencia del periódico cuando el Post-Dispatch apoyó al candidato presidencial Alf Landon sobre Franklin D. Roosevelt y Thomas E. Dewey sobre Harry S. Truman.

Consciente de su contribución a la historia del siglo XX, Fitzpatrick donó 1.750 dibujos originales a la Sociedad Histórica Estatal de Missuri en 1946.


Fitzpatrick en el "St. Louis Post Dispatch", (foto archivo del mencionado medio)


Daniel Robert Fitzpatrick falleció tras una larga enfermedad el 18 de mayo de 1969, en St. Louis, Missouri. 

AVISO de Copyright© 

Como se indica más arriba, buena parte de la obra de Daniel Robert Fitzpatrick está protegida por derechos de autor. Para el segmento sobre el nazismo se ha consultado algunas colecciones que incluyen imágenes que son de dominio público, no están protegidas por derechos de autor o se desconoce la propiedad de los derechos de autor. En la mayoría de casos estas imágenes no reclaman ningún derecho de autor u otros derechos de propiedad intelectual. Algunos sitios como "alamy" solo brindan acceso a una copia de alta resolución para usar de acuerdo con los términos de la licencia que compre. Otras copias o versiones de esas imágenes pueden estar disponibles en otros lugares.

Fuentes de consulta:

La Sociedad Histórica Estatal de Missuri

Daniel Fitzpatrick

30 mayo 2021

La Francia pos-de Gaulle y la actual crisis de identidad


La Libertad liderando a las personas vestidas con chalecos amarillos (gilets jaunes) Gráfica en la página de Facebook de los Chalecos Amarillos, (Crédito de Sébastien Février)

introducción por el editor del blog


La presente es una recopilación de artículos y documentos que mantiene la secuencia de una anterior entrega dedicada al general Charles de Gaulle. Las siguientes líneas son una visión de la crisis de identidad francesa, su política nacional y su erróneo intervencionismo en sus aventuras en las ex-colonias africanas y del Medio Oriente en las que pretende volver a sembrar "democracia" con la presencia de sus fuerzas militares "pacificadoras".


Suelen decir las expertos que si las ex-potencias coloniales -Francia y Gran Bretaña- (por citar las más importantes) a más de otros estados de Europa Occidental, quieren mantener el nivel de vida al que han acostumbrado a sus ciudadanos, no les queda otro camino que participar en el reparto de los recursos naturales de las naciones "tercermundistas" (lo de "participar en el reparto" es un término suave). Sin exagerar, es una lucha por su futuro; por lo mismo, no tienen ningún interés por defender la "democracia", ni los derechos humanos de los países intervenidos. Si las elites de las grandes metrópolis europeas quieren sobrevivir deben seguir ofreciendo eso que se denomina "estado de bienestar" a costa de otros.

Bien, lo dicho es un tema que no se analizará en las siguientes líneas. Nos centraremos en Francia y su política presente, recordando -imperiosamente- el rol del general de Gaulle luego de la liberación. La élite conservadora y colaboracionista de la ocupación nazi mantuvo su orden socioeconómico, el poder y otros privilegios y eso solo fue posible gracias a de Gaulle que supo manejar a sus compañeros de armas de la Resistencia (predominantemente comunista).

 

Los Estados Unidos no querían a de Gaulle, pero al igual que pensaba Churchill era imposible encontrar alguien como de Gaulle que hubiera prometiendo respetar el statu quo socioeconómico y político. "Los estadounidenses, destinados a suceder a los alemanes como amos de Europa, o al menos de la mitad occidental del continente, estaban decididos a hacer triunfar la "libre empresa" en toda Europa y a convertir el continente en la política y económica del Tío Sam... De Gaulle se transformó así en ´un líder de derecha´, aceptable tanto para la élite francesa como para los estadounidenses, preparado para suceder a los alemanes como "protectores" de los intereses de esa élite. Este es el contexto en el que de Gaulle fue trasladado a París en el momento de la liberación de la ciudad a fines de agosto de 1944. La idea era evitar que la Resistencia, dominada por los comunistas, intentara establecer un gobierno provisional en la capital. Los estadounidenses hicieron arreglos para que de Gaulle se pavoneara por los Campos Elíseos como el salvador que la patriota Francia había estado esperando durante cuatro largos años", comenta acertadamente el Dr. Jacques Pauwels, renombrado historiador y politólogo.

En este preámbulo es necesario un comentario adicional sobre el actual mandatario galo. El Dr. Pauwels mantiene la tesis de varios intelectuales franceses que están convencidos que "Macron busca destruir un estado de bienestar que se introdujo a raíz de la Liberación para evitar cambios revolucionarios propugnados por la Resistencia liderada por los comunistas. Está jugando con fuego. De hecho, al intentar liquidar los servicios sociales que limitan, pero no impiden, la acumulación de capital y, por lo tanto, son esencialmente solo una molestia para el orden socioeconómico establecido, está eliminando un gran obstáculo para la revolución, una genuina amenaza existencial para ese orden. 

Su ofensiva ha provocado una resistencia masiva, la de los "chalecos amarillos". Este variopinto grupo ciertamente no está dirigido por una vanguardia comunista como la Resistencia en tiempos de guerra, pero ciertamente parece tener un potencial revolucionario. El conflicto entre un presidente que representa a la élite francesa y sus tutores estadounidenses, en muchos sentidos el heredero de Pétain y, los gilets jaunes (chalecos amarillos) que representan el descontento, inquietas masas plebeyas anhelando el cambio, herederos de los partisanos de tiempos de guerra, puede que todavía lleve a Francia a experimentar algo que escapó en el momento de la Liberación: una revolución - y una verdadera, en lugar de una falsa depuración". (J. Pauwels: From Pétain to Macron, from the Resistance to the Yellow Vests…: 1944-1945, France’s Fake Purge of “The Collaborators” - De Pétain a Macron. La falsa purga de "Los Colaboracionistas", Francia 1944-1945 a la Resistencia de los Chalecos Amarillos).



Así que tan solo la milagrosa crisis sanitaria nacida del Covid-19 logró frenar la larga, continua e imparable marcha de los "Chalecos Amarillos" en Francia. Decretos de Emergencia, toques de queda, el cierre de un país, han salvado una vez más a las corruptas elites del poder. A ello debemos sumar la afortunada "crisis terrorista" en suelo francés que, con frecuencia -en el preciso momento- aparece para distraer la atención de la plebe, llamando a la "unidad" nacional para afrontar el "terrorismo internacional" que busca desestabilizar la civilización cristiana y humanista que representa el estado francés...


Dicho esto, la crisis moral, política-económica, etc., que afronta Francia con la continua movilización social está pasando ya factura al sostén de las elites del poder, las fuerzas armadas.


Las siguientes líneas son una recopilación de editoriales y documentos presentados hace pocos días por la prensa francesa (Red Voltaire y otros medios) que confirman la recesión en el país. Revisemos estos esclarecedores datos.

T. Andino


Carta abierta de ex militares franceses. ‎‎¿Un complot contra la República?‎ 

Editorial de Red Voltaire

París, 4 mayo 2021




En tres años, Francia ha atravesado dos grandes crisis que han quedado sin respuestas: ‎el cuestionamiento de la globalización por parte de los «Chalecos Amarillos» y la ‎denuncia del desmoronamiento del Estado emitida por los sindicatos de policías, ‎problemas que han quedado sin respuestas de fondo. Todos comparten la alarma de ‎quienes denuncian esos problemas, pero se hace imposible exponerlos públicamente. Lo que mata ‎la democracia no es la ausencia del debate contradictorio sino algo aún peor: la ‎imposición de tabúes. ‎


Los Chalecos Amarillos contra la globalización


Chalecos Amarillos en febrero 2019


Un gran movimiento popular sacudió Francia en 2018: los "Chalecos Amarillos". Surgido del ‎descontento por el alza de precios de la gasolina, ese movimiento se vio rápidamente como una ‎oposición a los efectos sociológicos de la globalización del intercambio: desaparición de las ‎clases medias y relegación de sectores de la población en zonas rurales pobremente equipadas.

Dos semanas después del inicio de las manifestaciones, grupos no identificados se introdujeron ‎en aquel movimiento para sabotearlo desde adentro. Fue así como, luego de que durante los ‎primeros 15 días los manifestantes se habían limitado a desfilar agitando con orgullo la bandera ‎de Francia y cantando la Marsellesa –algo que no se veía en las manifestaciones populares ‎desde hace 50 años–, grupos de encapuchados vestidos de negro cometieron actos de ‎vandalismo contra el Arco del Triunfo de la Plaza Charles de Gaulle, principalmente contra ‎el grupo escultórico La Marsellesa, esculpido en uno de los pilares del monumento. Durante el subsiguiente proceso judicial quedó demostrado que los provocadores –‎no identificados ya que nunca fueron detenidos– no tenían ninguna relación con los Chalecos ‎Amarillos –que sí fueron arrestados. ‎

Sin líderes capaces de denunciar y condenar aquella intrusión, el movimiento de los Chalecos ‎Amarillos fue debilitándose durante todo un año. Pero los problemas que planteaba no han ‎desaparecido. ‎

Antes, los políticos creaban las llamadas "Comisiones Theodule" para enterrar los problemas ‎que no querían ver. El presidente Emmanuel Macron innovó en ese sentido inventando un ‎‎"Gran Debate Nacional"… para lograr el mismo resultado que aquellas “comisiones” en estos ‎tiempos de información continua. Los interesados pudieron hablar de los problemas… pero ‎nadie recibió respuestas válidas del poder ejecutivo ni de la Asamblea Nacional. 

Los policías contra la desintegración de la nación

‎Acaba de producirse una segunda alerta. Esta vez, el problema es la ausencia de la seguridad, ‎el tercero de los Derechos del Hombre y del Ciudadano proclamados en 1789, derechos que ‎no debemos confundir con la concepción anglosajona de los "derechos humanos". ‎Ese derecho a la seguridad es la capacidad de los ciudadanos para ejercer sus derechos ‎imprescriptibles a la libertad y la propiedad. Actualmente no existe en Francia un incremento general de la ‎delincuencia sino una desigualdad geográfica cada vez más acentuada. Si bien los ciudadanos ‎que viven en el Distrito VII de París no se sienten amenazados, los que viven en el Distrito XV ‎de Marsella sí viven constantemente atenazados por el temor de ser agredidos por algún ‎delincuente.

Además, la función de la policía que debería defender a los ciudadanos ya no es la de antes. ‎La policía ya no se atreve a entrar en ciertos barrios, donde sus funcionarios son atacados por ‎los delincuentes. Numerosos policías tienen razones para temer por sus vidas –cada año, unos ‎‎10 policías mueren durante su servicio. Por otro lado, algunos policías comienzan a convertirse ‎en agentes de represión contra la oposición política. Es así como numerosos policías hicieron un ‎uso desproporcionado de la fuerza contra los Chalecos Amarillos y, hoy en día, nuevamente ‎ejercen una función represiva contra quienes se oponen a la política sanitaria decretada para enfrentar la epidemia de ‎Covid-19. Aunque esos casos no son numerosos a escala nacional, su existencia misma ‎demuestra que se trata de una orientación deliberada, que cuenta con el respaldo de la cúspide ‎del Estado. ‎

Por el momento, los policías mantienen su apego a una formación republicana, o sea al servicio ‎de todos y no solo al servicio de las autoridades políticas. Sus sindicatos lanzan reiteradamente ‎llamados en ese sentido y denuncian las condiciones de reclutamiento de sus jóvenes colegas –‎actualmente se admiten en las escuelas de policía personas con antecedentes de problemas ‎psiquiátricos así como individuos provenientes de la pequeña delincuencia. 


La próxima elección presidencial, en 2022

Después de los Chalecos Amarillos, este segundo movimiento tiene lugar cuando Francia ‎se prepara para una nueva campaña electoral –en mayo de 2022, los franceses deben elegir ‎la persona que ocupará el cargo de presidente de la República. Ya en este momento, se sabe ‎que dos terceras partes de los electores no desean que el presidente actual, Emmanuel Macron, ‎sea candidato a la reelección. ‎

Luego de los fracasos de sus dos predecesores inmediatos, quienes cumplieron cada uno un ‎primer y único mandato –Nicolas Sarkozy no logró la reelección y Francois Hollande prefirió ‎no tratar de obtenerla–, el actual presidente, Emmanuel Macron, solo puede esperar obtener un ‎segundo mandato si satisface las expectativas populares, la expresada por los Chalecos Amarillos ‎contra la globalización y la que expresan los sindicatos de policías contra el retroceso de ‎la República, o sea contra la renuncia al interés general. Al no tener intenciones de llenar esas ‎expectativas, el presidente Macron tendrá que depositar sus esperanzas en una maniobra ‎electoral:

- Propiciando artificialmente un número elevado de candidaturas y desacreditando a los ‎candidatos con más posibilidades de ganar en la primera vuelta, con excepción de uno que el propio ‎Macron habrá escogido para que sea su adversario en la segunda vuelta;‎

- U organizando una segunda vuelta entre él mismo y Marine Le Pen, a quien habrá ‎demonizado previamente para empujar la mayoría de sus opositores a votar por él en nombre de ‎un "frente republicano" contra el fascismo. ‎

Esa estrategia ya funcionó, en 2002, para Jacques Chirac –electo con en la segunda vuelta con un ‎‎82% de los sufragios frente a Jean-Marie Le Pen (17%). Pero hoy puede resultar arriesgada ya que ‎Marine Le Pen no tiene la reputación de fascista que tenía su padre, sino más bien una imagen ‎de republicana. 




El llamado de los ex militares

‎Varios ex militares franceses han publicado una Carta abierta a nuestros gobernantes, donde ‎resaltan la descomposición actual de las instituciones y denuncian por adelantado la posibilidad ‎de que se recurra a las fuerzas armadas –algo que creen inevitable– para resolver el problema de ‎la seguridad. Los firmantes publicaron este llamado en su sitio web, Place d’armes, el 13 de ‎abril de 2021. El semanario de derecha Valeurs actuelles lo reprodujo el 21 de abril, pero ‎no en su edición en papel sino en su sitio web. Marine Le Pen, quien dice compartir desde ‎hace tiempo el diagnóstico de estos ex militares, los invitó a votar por ella. ‎

El equipo de trabajo del presidente Macron estimó que se trataba  de una buena oportunidad y ‎envió uno por uno a todos sus ministros a denunciar en los medios de difusión a una "cuadrilla de generales retirados" que, según la versión macronista, llaman a los militares activos a cometer ‎un golpe de Estado. Todos han fingido ignorar que el llamado de los ex militares se emitió el 13 ‎de abril. De esa manera, los macronistas sitúan falsamente su publicación el día 21 para hacerlo ‎coincidir con el aniversario del putsch de los generales franceses en Argel, cuyo objetivo era ‎impedir que el presidente de Gaulle concretara la independencia de Argelia. Para completar ‎la maniobra, los macronistas denunciaron la fascinación de Marine Le Pen por "el sonido de las ‎botas". ‎

Consciente de sus posibilidades de obtener en 2022 mejores resultados que Emmanuel Macron, ‎el líder de la formación política La France insoumise, Jean-Luc Melenchon, presentó ante el ‎fiscal de la República una denuncia contra los "generales sediciosos". Es importante recordar ‎que en la última elección presidencial Jean-Luc Melenchon quedó en tercer lugar con un 19% de ‎los sufragios, detrás de Emmanuel Macron (24%) y de Marine Le Pen (21%). ‎


El lugar de los militares en el debate público

‎Invitamos nuestros lectores a que analicen el texto de la carta abierta de los ‎ex militares ("Carta abierta de ex militares franceses a sus gobernantes", ‎13 de abril de 2021, más abajo).

Se llama "estado de emergencia" a la posibilidad que tiene el gobierno de recurrir al ejército ‎para mantener el orden público. Pero los militares no están entrenados para eso y ‎su intervención en ciertas situaciones, para las cuales sí están entrenados policías y gendarmes, ‎podría traducirse en pérdidas de vidas humanas. En 2005, en 2015 y también en 2017, varios ‎gobiernos instauraron en Francia el "estado de emergencia". Incluso en este momento, cerca ‎de 10.000 militares pueden ser destinados a la protección de la ciudadanía en suelo francés en el ‎marco de la "Operación Centinela", ante amenazas terroristas. Lo mismo sucede en Bélgica y en ‎Reino Unido. ‎

La Constitución francesa de 1958 prevé en su artículo 36 la posibilidad, como último ‎recurso, de transferir a las fuerzas armadas los poderes de policía y de preservación del orden, ‎que normalmente son competencias del ministerio del Interior. Eso es lo que se designa como ‎‎"estado de sitio", que nunca se ha proclamado en la Francia de la Quinta República, ‎ni siquiera ante el golpe de los generales, en 1961. ‎

‎Más de ‎‎10.000 militares han acabado firmándolo, entre ellos una treintena de generales. El problema ‎que se plantea en esa Carta abierta está ahora en boca de todos y la inacción del gobierno, y ‎de los políticos de todos los partidos, es ahora más evidente que antes. 

¡Firmo con mis camaradas!

Sanciones contra quienes lanzan un llamado de alerta

‎El ministro de Defensa ha anunciado que impondrá sanciones a los firmantes de la Carta ‎abierta. La ignominia destinada a Marine Le Pen cae ahora sobre aquellos a quienes ella ‎se dirigía. ‎

Para la realidad es que de los 10.000 firmantes de la Carta abierta solo 18 son militares en ‎servicio activo. Son ellos quienes están ahora amenazados de ser excluidos de las fuerzas ‎armadas, por haber faltado a su obligación de reserva (La “obligación de reserva”, en francés -devoir de réserve-, que rige en Francia ‎el comportamiento de los funcionarios estatales y en particular de los militares, se define ‎generalmente como la obligación de evitar durante su servicio la expresión de opiniones ‎personales, sobre todo de carácter político, que pudieran ser interpretadas como un uso político ‎del estatus de funcionario público)‎. Pero los militares retirados gozan de su ‎plena libertad de expresión, solo podría imponérseles una amonestación… por haber emitido un ‎llamado de alerta. Sin embargo, resultaría como mínimo sorprendente que 10.000 personas ‎fuesen sancionadas por haber hecho uso de su libertad de expresión como ciudadanos. ‎

Los militares, retirados o en servicio activo, ya no son súbditos sino ciudadanos como los demás. ‎A raíz del putsch de Argel, el presidente Charles de Gaulle emprendió una profunda reforma de ‎las fuerzas armadas francesas. Los militares que se habían negado a seguir las órdenes de los ‎generales golpistas se habían puesto así en situación de ser castigados por no haber obedecido ‎órdenes de sus superiores. ‎

El general De Gaulle –quien se había negado en 1940 a obedecer las órdenes de su superior, ‎el mariscal Philippe Petain, y proclamó la Francia Libre– introdujo una distinción entre lo que es ‎‎«legal» y lo que es «legítimo». Así fue modificado el «Código de la Defensa». Ese código ‎no autoriza a los militares “escoger su propio bando” pero los obliga a rechazar órdenes ‎ilegítimas o contrarias al honor e incluso a poner bajo arresto a sus superiores si estos ‎cometiesen ese tipo de actos. Así que no existe ningún complot contra la República. No hay tal ‎comportamiento sedicioso. ‎

Los firmantes de la Carta abierta ejercieron su justo derecho cuando solicitaron hablar ‎‎"de igual a igual" con su jefe de estado mayor, quien los insultaba. Cada soldado, ‎en servicio activo o retirado, tiene ese derecho como ciudadano. Ese derecho está ‎insolublemente ligado a su obligación de Obedecer y Servir. ‎

Tabú

‎El hecho que algunos de los 10.000 firmantes de la Carta abierta sean miembros del partido de ‎la señora Marine Le Pen –el Rassemblement National (Agrupación Nacional), surgido del Frente Nacional, que fue el ‎partido histórico de los ex colaboradores de la ocupación nazi y de los golpistas de Argel– ‎no autoriza ni a condenar ese texto, ni a condenar en bloque a sus firmantes. Bajo el régimen ‎de la República no existe la culpabilidad hereditaria o colectiva. Todos son ciudadanos ‎franceses con plenos derechos. No solo ninguno de los firmantes fue antes objeto de alguna ‎medida que lo proclame indigno de su país sino que incluso hay entre ellos muchos que han ‎servido a nuestro país. ‎

En su diagnóstico, los ex militares no se limitaron a denunciar la ideología del islam político y la ‎retórica woke que inhibe el uso del monopolio público de la violencia. También expresaron su ‎espanto ante el uso antirrepublicano que las autoridades han dado a las fuerzas del orden para reprimir ‎a los Chalecos Amarillos. La reacción desproporcionada del Estado ante su Carta abierta ‎demuestra que pusieron el dedo en la llaga.

 ‎

Cuando se pierden los tres primeros Derechos del Hombre y del Ciudadano –la libertad, ‎la propiedad y la seguridad–, es el momento del cuarto derecho, enunciado en el artículo 2: ‎‎«la resistencia frente a la opresión». ‎



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"Guerra" de comunicados militares 

No podemos pasar por alto posiciones divergentes en la sociedad y fuerzas armadas francesas. El día 13 de abril de 2021 una veintena de generales, un centenar de oficiales de alto rango y más de mil soldados firmaron un llamamiento para "devolver el honor y el deber dentro de la clase política". Los medios y la derecha francesa lo apoyaron, la reacción de la izquierda política y ciertos sectores sociales lo criticaron. 

El texto editado por el Capitán Jean-Pierre FABRE - BERNADAC (Ex oficial del Ejército y Gendarmería) dice:




CARTA ABIERTA A NUESTROS GOBERNANTES: 

 

Señor Presidente,

Señoras y señores de Gobierno,

Damas y caballeros,

La hora es seria, Francia está en peligro, varios peligros mortales la amenazan. Nosotros que, incluso jubilados, seguimos siendo soldados de Francia, no podemos, en las circunstancias actuales, permanecer indiferentes al destino de nuestro hermoso país.

Nuestras banderas tricolores no son solo un trozo de tela, simbolizan la tradición, a través de los tiempos, de aquellos que, cualquiera que sea su color de piel o su fe, sirvieron a Francia y dieron la vida por ella. En estas banderas, encontramos en letras doradas las palabras “Honor y Patria”. Sin embargo, nuestro honor hoy radica en la denuncia de la desintegración que golpea a nuestra Patria.

- Discriminación que, a través de un cierto antirracismo, se manifiesta con un único objetivo: crear en nuestro suelo malestar, incluso odio entre las comunidades. Hoy algunos hablan de racismo, indigenismo y teorías decoloniales, pero, a través de estos términos, es la guerra racial lo que quieren estos partidarios odiosos y fanáticos. Desprecian nuestro país, sus tradiciones, su cultura y quieren verlo disolverse quitándole su pasado y su historia. Así atacan, a través de estatuas, antiguas glorias militares y civiles analizando palabras que tienen siglos de antigüedad.

- Discriminación que, con el islamismo y las hordas suburbanas, lleva al desprendimiento de múltiples parcelas de la nación para transformarlas en territorios sujetos a dogmas contrarios a nuestra constitución. Pero todo francés, sea cual sea su creencia o su no creencia, se siente como en casa en Francia en todas partes; no puede ni debe existir ninguna ciudad, ningún distrito donde no se apliquen las leyes de la República.

- Discriminación porque el odio prevalece sobre la fraternidad durante las manifestaciones donde el poder utiliza a la policía como agente auxiliar y chivo expiatorio ante los franceses con chalecos amarillos que expresan su desesperación. Esto mientras individuos infiltrados y encapuchados saquean negocios y amenazan a estas mismas fuerzas policiales. Sin embargo, estos últimos solo aplican las directivas, a veces contradictorias, dadas por ustedes, los gobernantes.

Los peligros aumentan, la violencia aumenta día a día. ¿Quién hubiera predicho hace diez años que un profesor sería decapitado algún día cuando dejara la universidad? Sin embargo, nosotros, servidores de la Nación, que siempre hemos estado dispuestos a poner nuestra piel al final de nuestro compromiso, como exigía nuestro estado militar, no podemos ser espectadores pasivos ante tales acciones.

Por eso, quienes dirigen nuestro país deben encontrar imperiosamente el coraje necesario para erradicar estos peligros. Para hacer esto, a menudo es suficiente aplicar las leyes existentes sin debilidades. No olvides que, como nosotros, una gran mayoría de nuestros conciudadanos se sienten abrumados por tus silencios incómodos y culpables.

Como dijo el Cardenal Mercier, Primado de Bélgica: “Cuando la prudencia está en todas partes, el coraje no está en ninguna parte. Entonces, señoras y señores, basta de dilaciones, la hora es seria, el trabajo es colosal; no pierda el tiempo y sepa que estamos dispuestos a apoyar políticas que tomen en consideración la salvaguarda de la nación.

Por otro lado, si no se hace nada, la laxitud seguirá extendiéndose inexorablemente en la sociedad, provocando finalmente una explosión y la intervención de nuestros compañeros activos en una peligrosa misión de proteger nuestros valores civilizacionales y salvaguardar a nuestros compatriotas en el territorio nacional.

Como vemos, ya no es el momento de postergar las cosas de lo contrario, mañana la guerra civil pondrá fin a este caos creciente, y las muertes, de las que tú tendrás la responsabilidad, se contarán por miles. 


Firmado: General del Ejército (ER) Christian PIQUEMAL (Legión Extranjera); General del Ejército (2S) Gilles BARRIE (Infantería); General de división (2S) François GAUBERT ex gobernador militar de Lille; General de División (2S) Emmanuel de RICHOUFFTZ (Infantería); General de División (2S) Michel JOSLIN DE NORAY (Tropas de Infantería de Marina); General de la División Aérea Eric CHAMPOISEAU (Fuerza Aérea); General de brigada (2S) André COUSTOU (Infantería); General de Brigada (2S) Philippe DESROUSSEAUX de MEDRANO (Transporte); General de la Brigada Aérea (2S) Antoine MARTINEZ (Fuerza Aérea); General de Brigada Aérea (2S) Daniel GROSMAIRE (Fuerza Aérea); General de brigada (2S) Robert JEANNEROD (Caballería); General de brigada (2S) Pierre Dominique AIGUEPERSE (Infantería); General de Brigada (2S) Roland DUBOIS (Transmisiones); General de brigada (2S) Dominique DELAWARDE (Infantería); General de Brigada (2S) Jean Claude GROLIER (Artillería); General de Brigada (2S) Norbert de CACQUERAY (Dirección General de Armamento); General de brigada (2S) Roger PRIGENT (ALAT); General de Brigada (2S) Alfred LEBRETON (CAT); General Médico (2S) Guy DURAND (Servicio de Salud del Ejército); Contralmirante (2S) Gérard BALASTRE (Armada francesa); General de Brigada Jean Yves NIELLY (Tropas de Infantería de Marina); General de Brigada (2S) Jean Gilles SINTES (Transportes); General de Brigada (2S) Bernard PEYREFITTE (Ingeniero)

Los firmantes publicaron este llamado en su sitio web, Place d’armes, el 13 de ‎abril de 2021

* 2S Segunda Sección - Reserva 

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Bien, la "Carta abierta a nuestros gobernantes" del 13 de abril de 2021 dice ‎alertar sobre la desintegración de Francia y el riesgo de una guerra civil. El gobierno y el jefe del estado mayor respondieron con el anuncio de medidas disciplinarias ‎contra los firmantes, sin embargo, la cantidad de ex militares que apoyaron a los firmantes ha ‎crecido.

La Red Voltaire, el 9 de mayo publicó ese respaldo militar en una nota titulada: "Carta abierta de 100.000 militares ‎franceses en servicio activo a ‎sus gobernantes". Miles de militares en servicio activo –y por consiguiente sujetos tanto al deber ‎de reserva en cuanto a sus opiniones políticas como al deber de defender la Nación– han firmado ‎un segundo texto en las redes sociales. Para tener una idea de la importancia de ese gesto ‎hay que tener en cuenta que las fuerzas armadas de Francia cuentan menos de 210.000 militares ‎en servicio activo.‎

Veamos esta segunda carta:


        (foto de archivo)

* * *

Señor Presidente de la República,

señoras y señores ministros, parlamentarios, oficiales generales, ‎

 

Ya no se canta la séptima estrofa de La Marsellesa, la llamada «estrofa de los hijos». ‎Sin embargo, está llena de enseñanzas. Permítannos recordarla:‎

 

‎«Entraremos en la cantera

cuando nuestros mayores ya no estén,‎

encontraremos sus cenizas‎

y la huella de sus virtudes. ‎

 

Menos deseosos de sobrevivirles

que de compartir su tumba,

tendremos el sublime orgullo

de vengarlos o de seguirlos.»‎


Nuestros mayores son combatientes que se han ganado nuestro respeto. Son, por ejemplo, los ‎viejos soldados cuyo honor ustedes han pisoteado estas últimas semanas. ‎Son esos miles de servidores de Francia, firmantes de una tribuna de un estricto buen sentido, soldados que dieron los mejores años de sus vidas por defender nuestra ‎libertad, obedeciendo las órdenes de ustedes, librando las guerras de ustedes o aplicando las ‎restricciones presupuestarias de ustedes, soldados que ustedes han mancillado a pesar de que ‎el pueblo de Francia los apoyaba. ‎

A esas personas, que han luchado contra todos los enemigos de Francia, ustedes las han llamado ‎conspiradores, cuando su único error ha sido amar el país y llorar ante su visible decadencia. ‎

En esas condiciones, nos toca a nosotros, que recién comenzamos esta carrera, salir al ruedo ‎para tener simplemente el honor de decir allí la verdad. ‎

Pertenecemos a lo que los periódicos han llamado «la generación del fuego». Hombres ‎y mujeres, militares en servicio activo, de todas las armas y de todos los grados, de todas las ‎sensibilidades, amamos nuestro país. Sólo de eso nos vanagloriamos. Y aunque no podemos, ‎debido al reglamento, expresarnos a rostro descubierto, también nos resulta imposible callar. ‎

En Afganistán, en Mali, en República Centroafricana o en otros lugares, cierto número de nosotros ‎hemos enfrentado el fuego enemigo. Algunos han perdido camaradas allí. Dieron sus vidas tratando de acabar con el islamismo, al que ustedes hacen concesiones en nuestra tierra. ‎

Casi todos hemos participado en la Operación Centinela. Hemos visto con nuestros propios ojos ‎los barrios periféricos abandonados, los acomodamientos con la delincuencia. Hemos sufrido los ‎intentos de instrumentalización de varias comunidades religiosas, para las cuales Francia ‎no significa nada –sólo un objeto de sarcasmo, de desprecio o incluso de odio. ‎

Hemos desfilado el 14 de julio. Pero durante meses nos han orientado desconfiar de aquella ‎multitud calurosa y diversa, que nos aclamaba porque venimos de ella; nos han prohibido ‎circular en uniforme, convirtiéndonos en víctimas potenciales, en un territorio que sin embargo ‎estamos llamados a defender. ‎

Sí, tienen razón nuestros mayores sobre el fondo de su texto, en su totalidad. Nosotros vemos la ‎violencia en nuestros pueblos y ciudades. Vemos el comunitarismo instalarse en el espacio ‎público, en el debate público. Vemos el odio a Francia y a su historia convertirse en norma. ‎

No corresponde a militares decir eso, argumentarán ustedes. Es todo lo contrario. Precisamente ‎porque somos apolíticos en nuestras apreciaciones situacionales, lo que emitimos es una ‎observación profesional. Porque esta decadencia ya la hemos visto en muchos países en crisis y ‎es lo que viene antes del derrumbe, es el anuncio del caos y la violencia, y, al contrario de lo que ‎ustedes repiten por ahí, ese caos y esa violencia no vendrán de un «pronunciamiento» militar ‎sino de una insurrección civil. ‎

Hay que ser muy cobarde para dedicarse a charlatanear sobre la forma de la tribuna de nuestros ‎mayores. Hay que ser muy insidioso para invocar un deber de reserva mal interpretado con el ‎objetivo de hacer callar a ciudadanos franceses. Para empujar a los cuadros dirigentes del ejército ‎a tomar posición y a exponerse, para después sancionarlos con saña en cuanto escriben algo ‎diferente a relatos de batallas, hay que ser muy perverso. ‎

Cobardía, insidia, perversión. No es esa nuestra visión de la jerarquía. El ejército es lo contrario. ‎Es, por excelencia, el medio donde se dice la verdad porque uno está jugándose la vida. Es a esa confianza en la institución militar que hacemos un llamado. ‎

Sí, si estalla una guerra civil, el ejército mantendrá el orden en su propio suelo, porque eso es ‎lo que van a pedirle. Esa es la definición misma de la guerra civil. Nadie puede desear una ‎situación tan terrible, ni nuestros mayores ni nosotros mismos. Pero sí, hay que repetirlo, ‎es cierto que la guerra civil está latente en Francia y ustedes lo saben perfectamente. ‎

El grito de alerta de nuestros Mayores en definitiva remite a lejanos ecos. Nuestros mayores son ‎aquellos que lucharon como miembros de la Resistencia en 1940, los mismos a quienes a menudo ‎gente como ustedes calificaban de sediciosos pero que continuaron la lucha mientras que ‎los legalistas, paralizados de miedo, apostaban por hacer concesiones al mal para limitar ‎los daños. Son los soldados de 1914, que morían por unos pocos metros de tierra, mientras que ‎ustedes abandonan pasivamente barrios enteros de nuestro país a la ley del más fuerte. ‎Son todos los muertos, célebres o anónimos, caídos en el frente o después de toda una vida de ‎servicio. ‎

Todos nuestros mayores, aquellos que hicieron de nuestros país lo que es, los que definieron ‎sus contornos, los que defendieron su cultura, los que impartieron o recibieron órdenes en su lengua, ‎‎¿combatieron acaso para que ustedes permitieran que Francia se convierta en un Estado fallido?, ‎‎¿en un Estado que convierte su impotencia regaliana cada vez más patente en una tiranía brutal ‎contra aquellos de sus servidores que todavía se atreven a alertarlo? ‎

Actúen ustedes, señoras y señores. Esta vez no se trata de emociones manipuladas, ni de ‎frases hechas o de mediatización. No se trata de prolongar los mandatos que ustedes ejercen ‎ni de conseguir otros. Se trata de la supervivencia de nuestro país, del país donde también ‎nacieron ustedes. ‎

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La posición del Estado Mayor fue conocida a través de la "Carta del jefe del estado mayor de las ‎fuerzas armadas de Francia", firmado por el General Francois Lecointre.


        (foto de archivo)


Oficiales, suboficiales y oficiales marinos, soldados, marinos, aviadores, en servicio activo o ‎adscritos a la reserva. ‎

Desde hace varias semanas, con la publicación de tribunas en internet o mediante intervenciones ‎en los medios, se ha transgredido ampliamente la obligación de reserva que se impone a todo ‎militar. La adopción de posiciones eminentemente políticas se ha atribuido a militares que tenían ‎la obligación de respetar ese deber de reserva e incluso han sido reivindicadas por esos militares. ‎

Por razones diversas, quizás por ingenuidad, algunos han optado por desconocer esa obligación de ‎reserva. En nombre de la defensa de convicciones personales, han contribuido a arrastrar ‎el ejército a debates políticos en los que (el ejército) no tiene legitimidad ni vocación para ‎intervenir. Ante ello, me parece importante dar prueba de buen sentido y sobre todo de lucidez, ‎en momentos en los que cada uno de nosotros percibe claramente los intentos de ‎instrumentalización de la institución militar así como actos de desestabilización. ‎

Nuestra obligación de reserva es a menudo objeto de una mala comprensión: si bien limita ‎efectivamente la libertad de expresión, también preserva absolutamente la libertad de opinión. ‎Cada militar está en libertad de pensar lo que quiera, pero es su deber distinguir sin ambigüedad ‎lo que es su responsabilidad como ciudadano y lo que es su ‎responsabilidad como militar. La obligación de reserva garantiza la neutralidad política, base de ‎la credibilidad de las fuerzas armadas ante los franceses. Esa neutralidad es lo que permite el ‎compromiso sin reservas y sin segundas intenciones de los militares en beneficio de todos y ‎cada uno de sus compatriotas. ‎

Nuestra misión es una de las más importantes –y de las más nobles: preparar y garantizar, ‎mediante la fuerza de las armas, la defensa de la Patria y de los intereses superiores de la Nación. ‎Por supuesto, esa misión nos impone obligaciones. Debido a ello, tenemos que mostrar, ante ‎cualquier circunstancia, una total eficacia operativa, eficacia que depende en particular de ‎dos virtudes a las que es imposible renunciar: la cohesión y el espíritu de cuerpo. Esas virtudes ‎permiten unir a todos los militares, independientemente de sus orígenes, de sus ideas o de sus ‎creencias. La adhesión colectiva es lo único que puede permitirnos vencer un día a nuestros ‎adversarios o a los enemigos de Francia. Como ejército activo, diariamente comprobamos, en ‎todos los teatros de operaciones, la fuerza de esas virtudes y todos sentimos intuitivamente, ‎incluso visceralmente, que todo lo que viene a fragilizarlas es profundamente nefasto. ‎

Cada uno de nosotros conoce esos principios y sabe cuánto valen. Pero todo individuo está hecho ‎también de sus convicciones. Desde el momento en que esas convicciones conducen a un reclamo ‎político incompatible con el estatuto militar y sus obligaciones, incluso a poner en tela de juicio la ‎estricta subordinación al poder político republicano, democráticamente electo, lo más razonable ‎es ciertamente abandonar la institución para poder exponer públicamente con toda libertad sus ‎ideas y convicciones. ‎

A ustedes todos quiero expresarles nuevamente toda mi confianza. Con vuestro compromiso ‎inquebrantable al servicio de Francia, y en momentos en que miles de ustedes están desplegados ‎en operaciones, demuestran ustedes diariamente su profesionalismo, sus capacidades y su ‎excelencia. Ustedes emanan de la Nación, en toda su diversidad, y es por eso que la Nación ‎se reconoce en ustedes y los admira. Estén orgullosos de ello. ‎

General Francois Lecointre

(reproducido de la publicación de Red Voltaire, 10 de mayo 2021)

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Crítica

No cabe duda sobre la profunda división política, social, económica, cultural, racial, ideológica y militar que viene acarreando Francia por largo tiempo. Hemos apreciado la postura de militares en servicio y pasivos; pero, ¿qué opinan otros que rechazan el pronunciamiento militar? He seleccionado el siguiente alegato, obviamente de un francés (no podía ser de otra manera). Guillaume Ancel (Teniente Coronel retirado), autor de los libros "Rwanda, la fin du silent" (Ruanda, el fin del silencio), Ediciones Les Belles Lettres, 2018. "Glacial Wind on Sarajevo" (Viento glacial en Sarajevo) (2017), y "A Blue Helmet between the Khmers Rouges" (Un casco azul entre los jemeres rojos) (2021), en la colección Mémoires de guerre aux Belles Lettres

Guillaume Ancel escribe en su blog Ne pas subir (No sufras), presentó una mordaz crítica el 27 de abril 2021: "Ces courageux généraux qui ouvrent leur gueule à la retraite, mais qui la fermaient quand l’armée française soutenait les génocidaires du Rwanda, sur ordre de l’Elysée" (Estos valientes generales que abren la boca en la jubilación, pero que la cerraron cuando el ejército francés apoyó a los genocidas de Ruanda, por orden del Elíseo)

Veamos:


            (foto de archivo)

"Los oficiales generales nunca son retirados en Francia, se colocan en la "2ª sección" para mantener un vínculo con el ejército y beneficiarse de algunas ventajas a cambio de obligaciones mal definidas, como la obligación de reserva.

Es entonces cuando algunos de ellos abren la boca, "en general" sobre temas que creen que son populares y siempre en grupo para darse confianza, recreando la fuerza del colectivo cuando como individuos lo han cerrado durante décadas.

Y ahí es donde está el problema, en más de una manera

Cuando una veintena de generales de la 2ª sección publican, en un medio conocido por sus fanáticos "valores", una amenaza cercana al putsch, se pusieron en desacuerdo con la sociedad que dicen querer defender y que nunca les ha confiado la misión de dirigirlo: "Por otro lado, si no se hace nada, la laxitud seguirá extendiéndose inexorablemente en la sociedad, causando en última instancia una explosión y la intervención de nuestros camaradas activos en una peligrosa misión de proteger nuestros valores civilizados y salvaguardarán a nuestros compatriotas".

Estas palabras, que nos llevan de vuelta al nivel democrático de Birmania o Chad, son escalofriantes sobre la incapacidad de estos oficiales para entender la sociedad que los hace vivir, y encerrados en un frasco intelectual que incluso el antiguo régimen habría negado.

Su obsolescencia y sectarismo social probablemente están relacionados con su ociosidad, -se están retirando demasiado pronto...-, también se debe a la increíble tolerancia del ejército por sus tesis extremistas que no son nuevas, así como a los efectos perjudiciales de la cultura del silencio.

De hecho, si al ejército francés le gusta mostrar oficialmente su neutralidad política, la realidad es que siempre ha preservado a aquellos fanáticos de la ultraderecha que no ocultaron sus convicciones cuando estaban activos, simplemente se encargaron de no expresarse públicamente. La cultura del silencio realmente los protegió, ya que les impedía expresar públicamente su estado de ánimo, al menos contradictorio con los fundamentos de nuestra democracia. Y el ejército no tiene nada que hacer para despedirlos, o incluso preocuparse por ellos.

El más llamativo en su amenazante despotricación es su falta de coraje.

A lo largo de sus años de operación, estos oficiales nunca han sido castigados por sus comentarios internos y se han abstenido de hablar públicamente para no ser "descubiertos".

Pero, en la jubilación, se sienten conmovidos por situaciones que de repente encuentran insoportables, a pesar de que han "cerrado la boca" durante décadas, especialmente cuando Francia estaba apoyando a los genocidas de Ruanda, por orden del Elíseo, del Presidente Mitterrand.

Así, con la Operación Turquesa en 1994, el ejército francés protegió efectivamente la "jubilación" de los genocidas que terminaron de masacrar a un millón de personas, ¿tuvieron un suspiro?

La intervención del ejército francés permitió entonces a los genocidas continuar su locura asesina en el Congo, e incluso les dio armas para hacerlo. ¿arrepentimiento?

¿Quién de estos oficiales generales se atrevió a publicar su desacuerdo e indignación? En estos tiempos, solo el general Jean Varret en 2018 y el general Patrice Sartre en 2021...

Por otro lado, muchos de estos oficiales generales eran muy activos, presentes o incluso pesados, para tratar de imponer esta cultura del silencio, que solo respetan a su discreción.

Para no interferir con su "modestia de gacela", mencionaré solo a uno, el general Dary, que utilizó la presidencia de los amistosos saint-cyriens para denunciar mi discurso sobre Ruanda como un "perjurio" y tratar de silenciarme... (Carta abierta del General del Ejército (2s) Bruno DARY a un joven camarada y la respuesta del joven camarada)   

Así que cuando leí a estos generales desvinculados denunciando las "hordas suburbanas" que solo vieron en la televisión, en su cómodo lugar de jubilados, me gustaría invitarlos a mostrar un poco de coraje.

Me hubiera gustado que hablaran con la misma convicción de impedir el compromiso del ejército francés en el último genocidio del siglo XX en Ruanda, que prohíben expresar que algún día podría volver a suceder.

Pero la abrumadora mayoría de ellos han tenido cuidado de no hacerlo, prefiriendo encerrarse en su negación de la realidad y el trágico consuelo de la obediencia, hasta el punto de que su silencio se ha convertido en amnesia".

Guillaume Ancel

27 abril 2021

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NdelE: A las críticas de Ancel sobre las labores de los generales franceses habría que destacar otra como ejemplo (hay más casos), la directa implicación de las fuerzas armadas en la invasión yihadista a Siria y la patética actuación de los servicios secretos franceses dirigiendo a los "rebeldes moderados" y que tuvieron que ser rescatados y expatriados de Siria por fuerzas rusas y del ejército árabe sirio.

Otro punto que quizá confunda al lector es la posición de la Red Voltaire sobre los comunicados militares, en apariencia se alinea con los presuntos "sediciosos", en realidad defiende los principios de la revolución y los derechos inalienables garantizados en su vigente Constitución, trasgredidos por el propio gobierno de Macron.   

SIN más comentarios. 

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