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23 noviembre 2017

ÁFRICA: Apocalipsis Now



Sudán del Sur


por: Daniel Estulin / Tito Andino U.


Nota aclaratoria del editor del blog.

Como es política de este blog, intentamos explicar que “la Historia nos enseña por analogía, no por identidad” (Daniel Estulin). Lo que pasa en África ya no es una novedad, tampoco resulta novedoso saber quiénes son los verdaderos actores de las tragedias en el continente. Nuestro amigo, Daniel Estulin, ha sido uno de los principales inspiradores de este blog y con su permiso hemos citado sus trabajos como fuente de consulta, algunos los hemos reproducido, acompañados de alguna nota de introducción. Sus investigaciones son de interés en la actualidad, pese haberse escrito una década atrás, continúan vigentes.

Las políticas del intervencionismo occidental, no solo en África, sigue su curso, no es un proceso a corto plazo, suele sobrepasar generaciones, pero el objetivo se mantiene imperturbable. Habrá éxitos y fracasos –es una guerra– entre superpotencias. Por el momento es una guerra de carácter económico pero que mata gente con la presencia de grupos radicales, generalmente de corte islamista; y, en cualquier momento puede desbocar en un gran conflicto armado entre las grandes potencias en guerra por el África.

África es una guerra imperceptible para la mayoría, se desarrolla entre socios de las viejas potencias colonialistas europeas y el poder financiero de la City de Londres y los Estados Unidos, luchan entre sí. Francia contra los Estados Unidos (lo hemos visto, los franceses han perdido para siempre su influencia en Medio Oriente en beneficio de los EEUU); franceses contra británicos por seguir influyendo en sus ex colonias y norteamericanos luchando contra ellos en África. Chinos y rusos dispuestos a obtener beneficios, metiéndose en esas disputas para ganar mercados. Es una guerra económica de todos contra todos –pero utilizando las armas y la sangre de los pueblos africanos–. Otro ejemplo de esa guerra silenciosa por la globalización económica es la victoria aplastante de los EEUU contra China en las guerras del Golfo, destruyendo toda la infraestructura y la influencia china en Irak, lo mismo hicieron en Libia y otros estados. Los chinos que han penetrado profundamente en el corazón de África, parecen decir ya basta!.

La presente investigación se basa en dos viejas ponencias (por el tiempo) desarrolladas por Daniel Estulin, recalcando –una vez más- que siguen imperecederas en el espacio-tiempo del escenario africano. Como es habitual, una nota aclaratoria a manera de prologo abre el tema central que es complementado y actualizado en el contexto del presente mediante notas del editor y datos de actualidad.

En este trabajo de recopilación priman dos factores: en la primera parte la impronunciable utilización ideológica del sentimiento religioso en la tragedia africana y, luego, los fundamentos económicos de las guerras imperiales, provengan de cualquier sector.


EL IMPULSO RELIGIOSO




Kanungu o Kanunga – Uganda. 17 de marzo del 2000, víctimas del fanatismo del “Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios”, una secta desviada de la Iglesia Católica Romana en Uganda, conocido por la infamia del sacrificio de alrededor de mil personas rociadas con gasolina en la iglesia del pueblo. Uno de sus líderes fue un conocido político demócrata ugandés, Joseph Kibweteere, principal incitador del mayor suicidio colectivo de la historia. Kibweteere persuadió a sus seguidores que el fin del mundo llegaría en el 2000, los convenció sobre la próxima aparición de la Virgen quien les llevaría al cielo. Después de varias ceremonias rituales y ofrendas decidieron encerrarse en la iglesia, evitando que nadie se arrepintiese, se rociaron gasolina y ardió el fuego que carbonizó a todos los presentes. Se cree que Kibweteere murió en el incidente, pero la policía ugandesa emitió poco después de la masacre una orden de arresto contra él y otros líderes del grupo. La Policía de Uganda, en 2014, afirmó tener informes que Kibweteere se escondía en Malawi.


Sin duda, África es un laboratorio de la muerte, una continuación del “choque de civilizaciones”, una estrategia planificada por los halcones del Pentágono y sus aliados europeos que vende muy bien después del fin de la guerra fría. Los hechos se han precipitado después del 11-S, fecha en que empezó a implementarse los planes esbozados desde tiempos de Ronald Reagan.

Suele contemplarse en reportajes de televisión la vida de esa África rural llena de tranquilidad, alejada de la modernidad sin teléfonos móviles, ni internet, sin agua potable ni mucho menos electricidad, conviviendo en sus ancestrales costumbres.

Con toda razón, muchos se preguntan cómo es posible que se haya implantado el terror en casi todo el continente desde hace mucho tiempo. La gente de buena voluntad, los misioneros de verdad, que operan sobre el terreno, no pueden dar crédito al hecho que millones de africanos han sido asesinados en un programa de exterminio organizado.

Es innegable que ya estamos viviendo en África –no hoy, sino desde el siglo pasado- esa lucha por la supervivencia, por la competencia sobre el control de los recursos minerales entre las grandes potencias mundiales. Desde rusos, norteamericanos, chinos, europeos occidentales, potencias islámicas, todos purgan hacerse con parte del botín. Estulin decía hace varios años, África es “la última frontera de la lucha de supervivencia”.

Esta es una visión apocalíptica. Por qué hay tantas guerras, hambruna y, sobre todo, intereses por llevar la “paz” al continente negro?. Las “ayudas” humanitarias fluyen; mas, el hambre y la sangre siguen extendiéndose sobre la tierra.

Desde el Norte de África, desde el Magreb, pasando por el Sahel hasta el Mar Rojo, el fuego de las armas prevalece; más hacia el sur, en las tierras de los auténticos africanos las tragedias humanas surgen y resurgen: crisis bélicas, sequías atroces, hambruna, pestes, enfermedades endémicas, brotes de virus mortales, quizá, elaboradas en laboratorios secretos, son una realidad latente en el continente.

No debemos dudar un solo instante que en África, como en cualquier otro lugar, las creencias religiosas mantienen un rol trascendental en las decisiones y acciones políticas de las naciones.

Al igual que en Medio Oriente, hay quienes se aprovechan del sentimiento religioso para desatar la ira en contra de otro sector, es la vieja política del caos, confusión y división de los estados. Habría que interrogarse hasta qué punto el extremismo tiene algo que ver con lo que está pasando estos momentos en África o si es indicio de la desesperación que suele aflorar en convulsivos tiempos en que la gente se aferra a cualquier cosa que le proporciona esperanza.

En un momento determinado cualquier religión milenaria puede experimentar un rebrote del impulso fundamentalista, ese deseo de regresar a algún imaginario estado social y cultural puro por medio de la estricta observación de un conjunto de creencias y prácticas que se consideran básicas para esa fe.

No solo hablamos del extremismo yihadista, grupos radicales que dicen defender la Fe Islámica, como Boko Haram en Nigeria y diversas milicias en Somalia y otros países vienen sembrando el pánico en los años recientes. Pero, “un sepulcral silencio ha rodeado ya la historia de África, nadie, en estos últimos tiempos quiere recordar la tragedia africana con la imposición colonial del fundamentalismo cristiano”.

Decía Estulin en su ensayo original que “los tiranos y matones no tienen clase” y que el mal es ordinario. El mal es acaso más elegante que el bien y etiquetarlo como vulgar u ordinario no es más que una estratagema para obviar su indudable atractivo- y a la sazón exagerar lo vulgar que puede parecer a veces. La banalidad del mal es otro asunto, pero tal vez nos olvidamos de sus implicaciones morales. Y es que el mal es literalmente impronunciable… Dadas las circunstancias, podría llegarse a pensar que Dios es un sinónimo del silencio”.























¿Dónde y cuándo se vuelven fanáticos los curiosos?.

No hay más que darse una vuelta por Nairobi, la capital de Kenia, o Harare, la capital de Zimbabwe a la hora de comer, una muchedumbre escuchando a profetas desaliñados que predican esperanza a voz en grito, habitualmente acompañada de traducciones simultáneas de swahili al inglés... La gente familiarizada con la tortuosa situación en África está convencida que el extremismo está ligado a los esfuerzos por conservar las creencias y prácticas tradicionales africanas. Las víctimas de Kanunga (Uganda) formaban parte del “Movimiento por la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios”. No era ninguna iglesia convencional, tampoco lo son otras tantas y cada vez más populares iglesias que surgen por toda la zona. Mientras tanto, los católicos y protestantes- que todavía representan la mayoría de los cristianos del país- afirman que la tragedia de Kanunga afectó la posición del cristianismo y que incluso podría afectar su continuidad en el país a largo plazo. Culpan a los grupos de renacidos, a quienes califican de “sectas” y están a favor del control gubernamental sobre sus actividades. Pocos días después de la masacre de Kanunga, el gobierno advirtió que revocaría las licencias de todas las iglesias no convencionales -también llamadas “renacidas”- implicadas en actividades sospechosas. Obviamente era un intento de ofrecer una respuesta contundente y ganar puntos políticos, pero puede resultar contraproducente.

Lo que las distingue es que todas mezclan enseñanzas cristianas con creencias tradicionales africanas. En vez de condenar la cultura popular como hicieron en el pasado, lo que hacen muchos evangelistas ahora es adoptar entusiastamente sus formas para crear un mundo de entretenimiento paralelo, un paraíso de consumismo autóctono. Hace casi veinte años era una sub-cultura en estado embrionario, hoy en día es todo lo contrario.

Tal vez el extremismo tenga algo que ver con un extraño exceso de respeto que los africanos parecen tener hacia la autoridad en general y la autoridad divina en particular, incluso en contra del sentido común. Una encuesta (2011) reveló que un abrumador porcentaje de los cristianos africanos cree que los acontecimientos reflejados en el Apocalipsis se harán realidad; la extraordinaria popularidad del apocalíptico Movimiento por la Restauración de los Diez Mandamientos es algo que sí debemos tener en cuenta.

El dinero y el poder -por consiguiente la política- está contribuyendo el despertar de las identidades religiosas y en las crecientes tensiones religiosas,  por tanto, el incremento del radicalismo religioso.

Los seguidores de los líderes de estos nuevos movimientos religiosos, para quienes éstos revelan fuentes alternativas de identidad y esperanza, a menudo abren generosamente para ellos no sólo sus corazones, sino sus carteras. Y parece que cuánto más extremo y exclusivo sea el mensaje, más dinero y patrimonio personal están dispuestos a dar los nuevos adeptos.

Ahí es donde entra la política. Porque los núcleos alternativos de poder suelen tener un efecto desestabilizador en los gobiernos, sobre todo si, como muchos de ellos en esta región, no están seguros de su popularidad.

El doctor B.R. Ambedkar, político y filósofo indio advirtió en 1949: “En religión, Bhakti, o la idolatría, puede ser un camino para la salvación del alma. Pero en política, Bhakti es un camino seguro hacia la degradación y la dictadura.” (Nota del editor del blog: El bhakti, movimiento religioso hinduista, enfatiza el amor de un devoto por Dios. El bhakti es dualista:  relación entre el creyente y una deidad, generalmente en torno a las encarnaciones de Visnú, Rama y Krisna).

Hay que recordar que el dictador de Uganda, Idi Amin, también prohibió todos los grupos religiosos, con la excepción de las corrientes convencionales de catolicismo, protestantismo e Islam.

Pase lo que pase con estas maniobras políticas, la terrible realidad de las matanzas en nombre de la religión permanecen vigentes, muchas de las disputas y masacres tribales tienen un fuerte sustento religioso. Casi seguro se desatarán otras. Sin embargo, en el fondo se trata de algo más que la psicología africana y su cultura.


LA GEO-POLÍTICA
                                    




Apartando el matiz religioso que se pretende dar a todo conflicto en el África, suele ser mejor entender lo que está pasando en la región a través de la realidad geo-política, la situación energética en la zona. Sudán, Nigeria, Libia y otros son los ejemplos prácticos.

Los factores cruciales son el acceso al petróleo, tanto geográfico como geológico y el tiempo que demora en llegar al mercado. Se tarda seis semanas para que el petróleo llegue desde el Golfo Pérsico hasta las gasolineras americanas. Desde África Occidental el crudo tarda solamente unos dos semanas en llegar. La infraestructura petrolífera en África Occidental está al alcance de la mano para las fuerzas navales estadounidenses desde el Océano Atlántico. Con la línea recta desde los Estados Unidos hacia África Occidental, los EEUU no tienen necesidad de crear coaliciones a través de las Naciones Unidas para intervenir en la zona. Logística sencilla y acceso fácil.


Sudán y Sudán del Sur

Sudán técnicamente sigue en guerra en cuatro frentes: Sudán del Sur, Uganda, Chad, y Etiopía, países con presencia militar estadounidense.

El sur de Sudán (hoy establecido como estado “independiente”) desde el Nilo Superior hasta las fronteras del Chad son tierras ricas en petróleo y todo indica que las transnacionales petroleras lo sabían antes que el mismo gobierno de Sudán que había otorgado a la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) la posibilidad de hacer las más grandes inversiones, desarrollando por miles de millones de dólares la infraestructura petrolera. Se calcula que desde 1999 al 2007, China invirtió unos 15.000 millones de dólares en Sudán, a pesar que los yacimientos petrolíferos se concentraban en el sur y la guerra civil secesionista estaba vigente. Los chinos construyeron un oleoducto desde el sur de Sudán hasta Port Sudan en el Mar Rojo, donde se embarca el crudo a China. China recibía entre el 65% y 80% de la producción diaria de Sudán. La guerra en el sur financiada en secreto por las agencias estadounidenses están dedicadas no a proteger a los negros de los árabes del norte de Sudán, sino a privar a los chinos de esa fuente energética.

La crisis se extendió luego a la región sudanesa de Darfur, fronteriza con Chad y la República Centroafricana, cuando en 2005 se anunció el hallazgo de petróleo en el sur de Darfur. Coincidencia?, el conflicto en Darfur estalló. Las campañas “Salvemos Darfur” surgieron “espontáneamente” en los EEUU y el resto de Occidente. Pero antes ya existían mapas con las concesiones para la explotación petrolera en Darfur. Veamos el siguiente mapa.



Mapa de las concesiones petroleras y de gas en Darfur, 2002. Fuente: USAID



Las acusaciones de genocidio iban acompañadas de solicitudes de intervención militar “humanitaria”, para el mejor entendedor: desplegar contingentes militares extranjeros en la región petrolera de Sudán. Sin resquicios de duda, los EEUU entrenaron y dotaron de armamento al denominado Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLA), consecuencia: decenas de miles de muertos y millones de desplazados. En Darfur se constituyeron contra el gobierno sudanés de Omar al-Bashir, el Movimiento Justicia por la Igualdad (JEM) y el Ejército por la Liberación de Sudán (SLA).


Un objetivo cumplido fue la imposición de Estados Unidos en Darfur de tropas de la Unión Africana (UA), supuestamente “neutrales” y “garantes de la paz”. Los Estados Unidos se toman en serio el asunto, es la guerra económica y energética contra China, las ayudas de la USAID en el Sub-Sahara, se redujeron drásticamente para incrementar el apoyo militar.


Chad

Compartiendo fronteras con Sudán, el Chad acoge a grandes empresas norteamericanas del petróleo: Chevron y ExxonMobil. Construyeron un oleoducto desde Doba (centro de Chad, próximo a Darfur) con salida directa al Océano Atlántico, Kribi (Camerún), puerto de embarque directo a los EEUU.

Previamente, Idriss Deby, presidente del Chad, se alió con los Estados Unidos para luchar contra el “terrorismo islámico”, cabe señalar que el islamismo es predominante en la zona de Darfur. Fue precisamente el Chad, mejor dicho, el presidente Deby quien organizó los ataques que originaron el conflicto en Darfur en 2004, las consecuencias son de dominio público. Las publicitadas campañas contra el “genocidio de Darfur” y “Salvemos Darfur” coinciden con el inicio de operaciones del oleoducto que une el Chad y Camerún y, desde allí los EEUU se han infiltrado en Darfur para apoderarse del petróleo sudanés (recuerden que Sudán está entre los primeros estados patrocinadores del “terrorismo” mundial, según la lista made in USA).

En consecuencia, China está siendo derrotada en este frente al perder algunas de sus fuentes de aprovisionamiento energético.


Nigeria

El 2007, J. Peter Pham, consejero del departamento de Estado de la Casa Blanca habló sobre los objetivos estratégicos del AFRICOM: “Proteger el acceso a los hidrocarburos y a otros abundantes recursos estratégicos africanos, una tarea que consiste en proteger la vulnerabilidad de esas riquezas naturales y asegurar que terceras partes como China, India, Japón o Rusia no logren su monopolio o tratamientos especiales”. (Nile Bowie, US AFRICOM Commander Calls for “Huge” Military Campaign in West Africa, Global Research, 11 de abril de 2012).

Dicho lo anterior, Nigeria es la sexta productora petrolífera del mundo (las estadísticas pueden variar en corto tiempo) , sus reservas se  estiman en unos 24 mil millones de barriles, es un país vital para los intereses occidentales, su infraestructura petrolífera puede funcionar con una inversión mínima para contener cualquier crisis o embargo.

En caso de cualquier imprevisto, Nigeria, con los oleoductos, refinerías y técnicos bien entrenados puede aumentar la producción a corto plazo, sirve para controlar el aumento de precios o la falta del suministro. Shell, Chevron-Texaco y TotalFinaElf han invertido muchísimo dinero en el país preparándose para esa eventualidad.

En los inicios del presente siglo, los Estados Unidos empezaron aplicar una terrible presión sobre Nigeria para que salga de la OPEP. Las cuotas estrictas de producción resultaban ser un inconveniente para los EEUU. Para convencer a Nigeria, Bush y Rice utilizaron el arma de la fuerte inversión estadounidense en el país para controlar la crisis y mejorar el nivel de vida de los ciudadanos. Nigeria, es uno de los países más corruptos del mundo. En enero 2002 el gobierno americano patrocinó una conferencia con el CFR (Consejo de Relaciones Exteriores) titulada “Petróleo Africano – una prioridad para la seguridad nacional de los EEUU y el desarrollo Africano”.

A parte de Nigeria, los cinco productores más grandes del petróleo en África en orden descendente son – Argelia, Libia, Egipto y Angola. Angola es el noveno suministrador del petróleo para los EEUU. En actualidad, los Estados Unidos importan más petróleo de estos seis países que de los Saudíes. Las proyecciones de The Petroleum Supply Monthly estimaban que la proporción del petróleo importado desde África sub Sahariana en 2015 era del 25%.

¿Alguien sigue dudando que África será clave en el desarrollo del mundo geoestratégico dentro de nada?


Boko Haram “trabaja” en el norte de Nigeria. Ya hemos señalado que este país es uno de los mayores productores mundiales de petróleo y el primer productor en África, conserva importantes reservas de petróleo bruto. También es el país más habitado y una de las mejores economías, sino la mejor, del continente. Nigeria es el mayor productor de petróleo del continente y dispone del 3,4% de las reservas mundiales de petróleo bruto. En mayo de 2014 African Renaissance News informó que Boko Haram era, posiblemente, otra tapadera de la CIA para llegar a controlar Nigeria. La organización yihadista africana “Boko Haram” pudo haber tenido como objetivo final la desintegración de Nigeria en 2015… pero no lo consiguió. Por mucho tiempo Nigeria lideró los esfuerzoa africanos de unidad y cooperación, lo que no fue bien visto en los EEUU y otras potencias occidentales quienes evitaron que los africanos lideren una fuerza multinacional sin control directo de USA/OTAN. El AFRICOM surgió en el 2000 para frenar la influencia de Nigeria. Fuente: Boko Haram:  Boko Haram: ¿Una operación secreta de la CIA para dividir y reinar en África?

 ¿Alguien duda que las noticias situando al Qaeda y sus nuevos campos de entrenamiento en África Occidental, estén relacionados con petróleo? Hace unos años, la Voz de América, financiado por la CIA informaba que al Qaeda de forma subrepticia está apoyando a las insurgencias tribales y nacionalistas a lo largo de África Occidental.

Sin embargo, el conflicto sobre el petróleo de ninguna manera esta limitado a las zonas de África Occidental. Sahara Occidental, ocupada por Marruecos de forma ilegal desde 1975 ha encontrado grandes yacimientos petrolíferos en la zona. ¿Deberíamos de sorprendernos que las empresas petrolíferas como Kerr-McGhee, representadas por James Baker III, ex secretario de estado en la administración Bush padre haya firmado acuerdos de exploración con el gobierno de Marruecos? Baker fue el principal mediador en el conflicto entre el gobierno de Rabat y el Pueblo Saharaui. ¿Otra coincidencia, quizás?

Como ya hemos comentado sobre la situación geoestratégica actual, el siguiente acto en la “Guerra contra el Terror” se está jugando en África. Era simplemente inevitable. Hoy por hoy, África es el continente más despedazado del mundo. A lo largo de los últimos treinta años, más de treinta países, de los más de cincuenta que conforman África, han experimentado violencia y conflictos bélicos. En el mismo periodo de tiempo, los EEUU han ofrecido asistencia militar a cincuenta de los cincuenta y cuatro países africanos. Durante los años de la Guerra Fría (1950-1989), los Estados Unidos habían enviado más de 1.5 mil millones de dólares en armamento y entrenamiento a los países africanos.

Los resultados de aquella locura colectiva se ve de cerca en los actuales conflictos armados a lo largo y ancho del continente negro. Sin embargo, lo que esta verdaderamente pasando en África, más allá de los focos y cameras de la CNN, es verdaderamente escalofriante. Para el Occidente, África, y sobre todo África sub sahariana, se ha convertido en la última frontera de la civilización. Con la escasez de los recursos naturales y espacio agrícola, las potencias occidentales tienen África en su punto de mira para abastecer la población de sus países. En Europa, Japón, América de Norte, cada metro cuadrado de la tierra agrícola esta siendo cultivado. Para dar de comer a una masa de 7.3 mil millones de personas hace falta mucho más espacio. Sin los pesticidas y fertilizantes basados en petróleo, los expertos predicen que la tierra solamente podría soportar una población de 2 mil millones de personas. Los demás morirán de hambre y frío.

El prestigioso analista político, Pierre Abramovici, lo definió de forma sucinta en las páginas de Le Monde Diplomatique: “Si estamos en los tiempos del Gran Juego en Asia, también estamos viviendo un empuje sin precedentes en África” de parte de las grandes potencias, entre ellos los EEUU, Francia, Rusia, Inglaterra y China.


Emblemas del AFRICOM y otras fuerzas estratégicas desplegadas en Europa y África. El Comando África de Estados Unidos -USAFRICOM o AFRICOM- creado en octubre 2007 (en reemplazo de otro Mando) es el mando de combate  unificado del Departamento de Defensa de Estados Unidos, está a cargo de las operaciones militares de EEUU en toda África (excepto Egipto). Es autónoma y operativa desde septiembre del 2008. Su actual sede está en Alemania, porque ningún Estado Africano aceptó acoger la sede de ese nuevo comando, también opera desde Italia. El AFRICOM está enlazado alrededor de la base estadounidense de Yibuti, (pequeño país situado en el denominado Cuerno Africano, con presencia de tropas israelíes). Uno de sus objetivos es controlar el Golfo de Guinea. Todo esto es reflejo de la lucha económica contra China para cortarle los la explotación y suministro de petróleo de Sudán. Se especula que una de las razones de la invasión de la OTAN a Libia en 2011 garantizará en el futuro la instalación de la principal base del AFRICOM. Las potencias europeas, como Francia están perdiendo el control de sus ex colonias y de su influencia en todo el continente en favor de los EEUU, los franceses no tienen otra opción, a pesar de sus contingentes de la OTAN, que reducir su presencia militar o, mantenerse junto a otros estados de la Unión Europea (EU) bajo mando de la OTAN y, quien nada en la OTAN son los Estados Unidos. Franceses y europeos solamente contribuirán para las “operaciones de paz” junto a los países de la Unión Africana.


Los recursos naturales por desarrollar en África son mucho más amplios. África en sí, está bajo la hegemonía estadounidense. Las reglas del juego en África no se parecen en nada a ninguna otra parte del mundo. El arte del soborno es la forma de vida en el continente negro y, en este sentido, no hay nadie mejor en aprovecharse de los sentimientos avariciosos que los Estados Unidos lo juegan mejor que nadie. La guerra para apoderarse de las reservas de los recursos energéticos comenzó no hace mucho tiempo. Hay sangre en el agua, y sangre en el agua augura una batalla campal. El resto del mundo esta absolutamente de acuerdo, si miramos de cerca sus posturas y la actitud.

Conflictos bélicos en Ruanda, Sierra Leona, Sudán, Sudán del Sur, Gabón, Nigeria, Etiopía, Eritrea, Somalia, Uganda, Burundi, Malí, Congo, Republica Democrática de Congo, Mauritania, Angola, Guinea Ecuatoriana, Liberia, San Tome & Príncipe, Chad, Zimbabwe. El Congreso estadounidense destina millones de dólares en asistencia militar a gobiernos africanos, por ejemplo, a Chad (ex colonia francesa). ¿Por qué Chad? Porque el ejército de Chad está luchando contra Sudán. Sudán tiene petróleo, muchísimo petróleo, además de otros recursos naturales (por esa razón se le ha seccionado y se pretende hacerlo más).

¿Cuánto tiempo antes que estallen los conflictos? Primero entre los “amigos” de las potencias occidentales y después directamente entre las potencias nucleares, con los estadounidenses contra los chinos en Sudán y contra los franceses en Ruanda y Chad. El telón de fondo sigue siendo una supuesta crisis energética y la escasez de alimentación. No quisiéramos pensar que pasaría si alguna de las potencias empieza a perder y se decante por la solución fácil –armas nucleares-.

Para entender lo que esta pasando en África, tenemos que entender que tanto los Estados Unidos como China, Francia, Israel, Rusia, Inglaterra están hasta las cejas metidos en operaciones secretas y sucias en África Occidental, Sudán, Ruanda, Congo, Burundi, Angola, Chad, Etiopía, Somalia y Eritrea. En una anterior entrega superpusimos los mapas de los conflictos bélicos en África contra los mapas estratégicos de los recursos energéticos del continente, encajan perfectamente. Alguien piensa que eso sigue siendo una coincidencia?

John Bellamy Foster escribió un reporte para GlobalResearch afirmaba que “hay pocas dudas que los temas candentes tienen poco que ver con los países africanos, su estado de bienestar o su enfermiza población y todo que ver con el petróleo y la presencia cada vez más amenazante para los intereses de los EEUU de la China en el continente Africano .

Wall Street, en uno de sus artículos de opinión hablaba de “África ha llegado a ser el campo geoestratégico de batalle más importante del momento”.

La postura pragmática de China tiene mucho que ver con que las potencias occidentales como Francia y los EEUU, está tomando la política sobre África en serio. Para China, África se ha convertido en el socio más fructífero, aumentando la influencia del gigante asiático en la región a costa de los intereses americanos. El negocio de la China con el continente Africano triplicó en la primera década del siglo XXI a más de 37 mil millones de dólares, entre ellos importantes acuerdos energéticos con Sudán. Además, los chinos están actuando de forma mucho más pro-activa que los americanos. Por ejemplo, la elite africana está estudiando en las universidades y escuelas militares chinas de forma gratuita. ¿Alguien piensa que los chinos lo están haciendo porque les gustaría rebajar el nivel de analfabetismo en el continente? Me temo que no. Como ya hemos visto, no todo es color de rosa para los chinos, también han recibido duros reveses en esa guerra económica en el África por parte de los Estados Unidos.

El CFR es el auténtico gobierno en la sombra de los Estados Unidos, en su informe blanco “Más que Humanitarismo”, (Informe No.56)  se centra en la amenaza de China: China ha alterado el contexto estratégico en África. A lo largo y ancho del continente, China esta adquiriendo control de los recursos naturales, ganando los contratos de infraestructura a las empresas occidentales además de ofrecer los prestamos a un tipo de interés inferior”. El CFR denominó este informe uno de los “informes blancos” más importantes de su historia.

China importaba más de un cuarto de su petróleo de África, sobre todo de Angola, Sudán y Congo. China era el socio e inversor más importante de Sudán, Sudán ahora está desbastada en una larga guerra secesionista. China ofrecía los incentivos económicos a Nigeria, el país más corrupto del mundo, además de venderles aviones de combate, entonces surgió Boko Haram, la milicia yihadista que siembra terror en nombre de… los Estados Unidos.  Angola se convirtió en el principal proveedor africano de petróleo a China desde 2016, superando incluso a Arabia Saudí, préstamos multimillonarios chinos a Angola a tipo de interés mucho más bajos que los del FMI y el Banco Mundial podría significar una nueva crisis en el ahora estable estado angoleño.













En el citado informe del CFR (Informe No.56) las iniciativas pro-activas de China supone una verdadera amenaza a los intereses occidentales para controlar África. “Las reglas del juego han cambiado, con China buscando no solamente hacerse con el control de los recursos, sino también controlar la producción de los recursos y su distribución, posicionándose para el día de escasez energética”.

Claramente, África sub-sahariana y sobre todo África Occidental son vitales para el Imperio. África Occidental esta compuesta principalmente por las ex colonias francesas. Los Estados Unidos entiende que para hacerse con los recursos estratégicos del continente, la influencia de Francia en África tiene que desaparecer. Francia también esta muy conciente del plan y de las intenciones americanas. Aunque los dos países son socios estratégicos en muchas aventuras políticas, África y sus recursos energéticos son vitales para sus intereses de supervivencia.

Aunque para los no iniciados lo que estoy a punto de decir puede parecer una barbaridad, es un hecho innegable que los Estados Unidos y Francia están en una situación de guerra en el sub-continente africano. Ruanda, por ejemplo, es solamente un ejemplo de ese conflicto entre las super potencias. En las palabras de un oficial del departamento del Estado americano: Los intereses estadounidenses en África son monotemáticos y se deletrean: PETRÓLEO. El mundo claramente ha entrado en la recta final del juego energético.

Para terminar, con el mundo enfrentándose por el control energético (no solo petróleo, sino gas y otros minerales), las superpotencias están gastando todos los recursos necesarios para hacerse con la última gota de la energía de cualquier rincón del planeta. África, se ha convertido por proceso de eliminación, en la última frontera de este empuje mundial de la civilización. No hay que esperar mucho tiempo para que los conflictos locales se conviertan en regionales, nacionales y continentales con los EEUU, Rusia, China, Francia e Inglaterra jugando el papel principal. La sangre está en el agua y eso, en el mundo de las superpotencias seguramente nos llevará a una guerra total.

Es solamente cuestión del tiempo, poco, muy poco tiempo.


         Mapa actualizado a octubre 2017. la presencia de tropas norteamricanas en África.



FUENTES de consulta:

Daniel Estulin:

La Apocalipsis africana (19 marzo 2007)
África, el microcosmos final (13 junio 2007)

F. William Engdahl:

13 marzo 2017

Arabia Saudita: El rojo petróleo wahabita





Breve prefacio del redactor del blog:

Con anterioridad en diferentes ponencias nos hemos referido ya sobre el papel que juega el reino wahabí de los Saud en la desestabilización del Medio Oriente y la importancia vital de esta petro, retrógrada y extremista monarquía para los intereses norteamericanos.

Para los Estados Unidos, Israel, la Unión Europea y la OTAN no es sola una fuente de suministro energético, su situación estratégica en el mapa geopolítico lo convierte –necesariamente- en un “aliado”.

Poco les interesa a las afamadas democracias occidentales lo que el reino propiedad de los Saud hagan en materia de derechos humanos – eso existe solo para sus “enemigos”-, es decir, los “defensores de la democracia en el mundo” se desagarran las vestiduras y derraman torrentes de tintas atacando de todas las formas posibles a quienes debemos entender son los “malos”, los enemigos de Estados Unidos, Israel y la OTAN, que no son otros que aquellos “recalcitrantes” países árabes que se niegan someterse a los dictados político-económicos, no del pueblo de los Estados Unidos y de Europa sino de gobiernos que trabajan para intereses del capital financiero en su vano intento por globalizar la economía mundial bajo su exclusivo control.

La Arabia de los Saud constituye, por tanto, el “prototipo” de lo que debe ser la “democracia” para los Estados Unidos y sus aliados europeos y regionales. Los Saud y su reino son el ejemplo a “imitar” por el mundo árabe si no desean que las fuerzas del ARMY USA implante, a punto de matanza y destrucción, la “democracia” en las “tiránicas” Libia, Siria, Irak, Irán, Líbano, Yemen, etc.


Los ricos y el poder. En las fotos de arriba, Abdalá bin Abdelaziz, el reciente desaparecido monarca wahabí condecorando al Premio Nobel de la Paz 2009, Barack Obama. Abajo: Donald Trump junto a Hussain Sajwani, de los Emiratos Árabes Unidos, considerado uno de los hombres más ricos del mundo, tiene una semejanza con Trump, se convirtió en multimillonario por medio de los negocios inmobiliarios y la construcción, según la historia oficial.


Parece ser que la nueva doctrina de los gobernantes y un amplio sector político de los Estados Unidos (no del pueblo estadounidense) es que todos los musulmanes son sospechosos de “terrorismo”, por tanto enemigos de los EEUU, a menos que seas un millonario wahabí, claro está. Y, el ejemplo más claro de lo que es la “democracia” y la “lucha antiterrorista” se encarna en la monarquía wahabí, “paladín” mundial de los “derechos humanos” y de la representación “democrática”, fiel clon de sus aliados de la OTAN y de Israel, impone la “democracia” de los bombardeos indiscriminados contra la indefensa población yemení y apoya material, económica y humanamente a la destrucción de las naciones sirias e iraquí. Fruto de ese arduo trabajo de los Saud, su reino ha sido premiado con un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Es lo que debemos seguir esperando de un organismo internacional que hace mucho se ha prostituido al poder y el dinero.    

Guadi Calvo, experto internacionalista y periodista nos complementa en el siguiente reportaje una descripción realista del rol de los Saud y su reino en la desvastadora campaña contra las naciones que conforman el Eje de la Resistencia.

No sin antes recomendar el repaso de la historia de los Saud y su reino en un reportaje ya presentado en este blog.


Como siempre, buena lectura

                                                                                                           T. Andino



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Arabia Saudita, como principal potencia de las monarquías del golfo, ha arrastrado a sus vecinos Qatar, Emiratos Árabes y Kuwait fundamentalmente, a acompañar y financiar el terrorismo wahabita encarnado en organizaciones como al-Qaeda, Daesh y el Talibán afgano y pakistaní, aunque en otros tiempos a pedido del Pentágono no se ha privado de financiar grupos que nada tienen que ver con el integrismo musulmán como los Contras nicaragüenses o las organizaciones neo fascista italiana Ordine Nuovo, responsable del atentado contra la Estación de Bologna en 1985 que dejó 85 muertos.

Desde la guerra contra los soviéticos en Afganistán, la tiranía de los Saud, ha ido incrementando sus “donaciones” a cuanta organización terrorista que se denomine wahabita, desde Filipinas a Nigeria, pasando por el Cáucaso, Siria, Irak, Afganistán, Somalia, Libia y Mali. 

Riad, fundamentalmente, ha regado de mezquita y madrassas (escuelas coránicas) donde se captan y radicalizan a los jóvenes asistentes a lo largo de toda Europa, África, obviamente el mundo árabe y el sudeste asiático, donde se les inoculan las atrabiliarias lecturas del Corán, de Muhammad Ibn Abd al-Wahab (1703-1792), quien llamaba a la instauración de un islam de los Salaf (predecesores) de allí el termino salafismo. Más tarde sus teorías fueron “actualizadas” en 1928 por el fundador de los Hermanos Musulmanes Hasan al-Banna, hombre del Foreign Office y le continuó Sayyed Qutb, ahorcado en 1964 por el fallido atentando contra el líder egipcio Gamal Abdel Nasser. 

La financiación del terrorismo por parte de las monarquías del golfo, son y fueron toleradas por Washington, para quienes estos grupos no dejan de operar como mano de obra, evitando así utilizar tropa norteamericana como ya ha sucedido en Libia y Siria y en los últimos tiempos en Irak, también. 

La alianza entre el Departamento de Estado y estas dinastías wahabitas, han dado como principal resultado la subsistencia del Estado de Israel, ¿alguien conoce alguna acción de al-Qaeda o el Daesh contra intereses judíos en algún lugar del mundo? 

La existencia de estas monarquías absolutistas, que someten a sus pueblos a sistemas medievales de vida, donde una policía religiosa o Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, llamada mutawa’a, controla el orden moral en las calles, pudiendo detener y castigar a quien falte las estrictas normas impuestas, y donde todavía siguen siendo publicas los ahorcamientos y decapitaciones, no parece ofender los principios de las potencias occidentales como lo han hecho el presidente sirio Bashar al-Assad, el líder libio Muhammad Gadaffi, o el “régimen” de los ayatolás iraníes que han llevado a sus pueblos a niveles de vida similares a países europeos. 

El libre tránsito de estas monarquías por el siglo XXI, lo toleran Europa y Estados Unidos, por su petróleo barato y porque se han convertido en los mejores clientes globales de la producción armamentística. 

Las monarquías del Golfo incrementaron en un 154% la compra de armamento en estos últimos cinco años, según el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI). Arabia Saudí, Qatar y Kuwait triplicaron sus compras de material militar, al tiempo que el pequeño Omán lo elevó su gasto ocho veces. 

Según la misma fuente el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Bahréin Kuwait Omán, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes, realizan el 16,5% de las compras de armamento a nivel global, a pesar de que representan en total menos del 0,7% mundial. 

El complejo militar industrial norteamericano se ha beneficiado con el 57% de esas compras. El incremento de esas compras se produjo fundamentalmente tras las crecientes olas de protestas en 2011 conocidas como la Primavera Árabes, que precipitó las crisis en Libia, en Siria, profundizó la guerra civil en Irak, y la guerra en Yemen, donde los combatientes huthíes y los grandes sectores de pobres chiíes y suníes, han derrotado el gobierno de Mansur Hadi. 

Entre 2007 y 2011, Arabia Saudita ocupaba el undécimo lugar entre los importadores mundiales de armas para llegar en los últimos cinco años al segundo lugar con un incremento de 212%. 

El Reino Saudita carcomido por el temor a la República Islámica de Irán, ha iniciado  desde hace una década la renovación de todo su equipamiento militar lo que ha disparado contratos millonarios con los grandes centros industriales, casualmente occidentales y casualmente miembros del más exclusivo de los clubes del mundo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con asiento permanente y poder de veto: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China. Los tres primeros junto a Ucrania, Alemania, España, India e Israel, son los grandes proveedores de armas no solo de Arabia Saudita, sino del resto de las monarquías del golfo. 

Emiratos Árabes Unidos (EAU), que fue el tercer importador mundial, es un factor primordial a la hora de disciplinar a enemigos y amigos, colaborador fundamental de Riad en la guerra contra Yemen, ha realizado incursiones aéreas en Libia, en agosto de 2014, contra posiciones fundamentalistas, que se negaban a aceptar las imposiciones de Occidente. Por su parte Kuwait, incrementó la compra de armamento en un 175%. 

Tanto la familia Saud, como el emir Jalifa bin Zayed Al Nahayan, cabeza de EAU. Anunciaron su disposición a continuar con el ritmo de sus importaciones de armamento. 

El emirato de Qatar, dueño de la tercera reserva mundial de gas natural, quizás el país del golfo más involucrado financieramente en la guerra de Siria, sufrió una crisis económica, debido a sus aportes a los terroristas, que obligó a un enroque entre el emir Jalifa al-Thani, con su hijo el jeque Tamim, en julio de 2013. 

El sultanato de Omán, según el SIPRI, junto a Corea del Norte y Eritrea, son las naciones que no informan el porcentaje de su PIB, que invierten en defensa. 

A excepción de Bahréin, el país más pequeño de CCG, que por otra parte acoge la base de la V flota Norteamérica, el resto de sus socios se ubican entre los 30 países compradores de armas desde 2011 a 2016. 

Las compras de las monarquías del golfo, se focalizaron en aviones de combate, helicópteros, sistema de defensas y comunicaciones, además de armamento para la seguridad interna.

En al-Udeid, al suroeste de Doha (Qatar), se ubica la central norteamericana de monitoreo para las operaciones contra el Daesh, en Irak y Siria, con una dotación de cerca de 10 mil efectivos norteamericanos.


Guerra en el sur 


Los ataques de Arabia Saudita, con aviones F 19 y los Commons Marcus Thunderbolt israelíes, y según algunas fuentes piloteados también por oficiales judíos, contra Yemen, iniciadas en marzo de 2015 para reinstaurar al presidente yemení Mansur Hadi, han disparado una crisis humanitaria de consecuencias desconocidas. 

Los ataques de Riad han producido, más de 12 mil bajas en la población civil, casi 4 millones de refugiados, y habiendo destruido todo tipo de infraestructura, deja como resultado que el 82% de los 26.5 millones de yemeníes necesite ayuda humanitaria; 14.4 millones no alcanzan a cubrir sus necesidades alimenticias básicas y Cerca de 20 millones sin agua potable y 14.1 millones no disponen de asistencia sanitaria, cerca de 600 centros de salud han sido clausurados por los daños, además de la falta de insumos médicos y falta de personal. 

A pesar de tanto esfuerzo la embestida del Rey Salman ha podido detener apenas la resistencia huthi, pero si posibilitó el avance de escuadrones de al-Qaeda y DAESH, en los sectores aparentemente “liberados” de la insurgencia huthi. 

Los Al Saud, empantanados en Yemen, pretenden escapar de la situación antes que la guerra comience a incendiar sus propios territorios ya que la minoría chií, cerca de 2, del total de 28 millones de habitantes del reino, se ubican en las regiones del sur, donde también se encuentran los grandes yacimientos petroleros, comienzan a movilizarse a favor de sus hermanos yemeníes.

Sin duda el rojo petróleo del golfo, no solo puede ahogar a sus pueblos sino a las corruptas monarquías que los dominan.


                                                                                                                            Guadi Calvo



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ARTICULO ORIGINAL de Guadi Calvo, escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central
Publicado originalmente en Al mayadeen TV (LIBANO)

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