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10 julio 2020

¡No seas como Hitler!



Un mordaz pasquín motivacional basado en once pifias del Führer

Publicado por Kiko Amat
Jotdown


1) Escoge bien tus amistades: 

Nunca lo de «dime con quién andas y te diré quien eres» ha resultado más cierto que con el malo de Adolf. Desde su mocedad, Hitler erigió a su alrededor una auténtica pandilla basura. Ernst Röhm, fundador de las SA e ilustre víctima de ´La Noche de los Cuchillos Largos´, era un lerdo, un simple bruto, irascible y tosco a más no poder. Heinrich Himmler era, como dijo Hugh Trevor-Roper en ´Los últimos días de Hitler´, un «creyente elemental» cuyos actos de despiadada crueldad no obedecían a frialdad de temple sino a «pobreza de sangre». El muy memo creía a pies juntillas todas las chifladuras teutónicas de la religión nazi, las majaderías wagnerianas, las chorreces rúnicas, el rosicrucianismo-para-gilipollas y ese irritante misticismo nórdico, tan dado a la palabrería grandilocuente. Era un tocho, en fin. Joseph Goebbels, por su parte, era un fanático inteligente, receta infalible para la más holocáustica de las catástrofes. Suyas eran las ideas de la «guerra total», «movilización total» y quizás incluso el Mákina Total. Era además un predicador eficacísimo y un radical insobornable. El único «intelectual» auténtico del Reich era, en suma, más peligroso que unas manoplas hechas de cuchillas de afeitar (cosidas por fuera). Rudolf Hess era más zopenco aún que Rohm; un tío incapaz de limpiarse el trasero sin consultar antes un manual de instrucciones. En los retratos, sus ojuelos de topillo quedan a la sombra de una única ceja colosal, protuberante y negruzca como una visera de contable. Y qué me dicen de Hermann Goering, creador de la Lutwaffe e inspirador de la Gestapo, que aunque no era tan acémila como Su Ceporridad (Hess), sí era un putero, un morfinómano arribista y corrupto, un «hombre entregado a la voluptuosidad, como un perfumado Nerón tocando la cítara mientras Roma ardía» (Trevor-Roper dixit). Y estaba loco como una cabra, al modo Heliogábalo. Himmler declaró que Goering pasaba su tiempo «tomando cocaína, envuelto en una toga y pintándose las uñas de rojo». No suena como la compañía ideal para alguien como AH, que ya no estaba muy fino. Y en cuanto a Jodl, Bormann, Berger, Keitel… Tiralevitas asquerosos y aduladores rastreros, del primero al último. Y los que no le besaban el culo a AH se frotaban las manos y preparaban el alfanjazo a traición: Schellenberg, el conde de Bernadotte, el cuñadísimo Fegelein (otra moraleja: nunca se fíen de los cuñados), y por supuesto Hess —que se esfumó en aquel aeroplano hacia Escocia—, Himmler y Goering, entre tantos otros. Yo no digo que no tuviesen razón; solo digo que como amigos eran un asquito. Excepto Albert Speer. Speer era el único que parecía tenerle un afecto sincero a Adolf. Lo que, a su vez, dice bastante poco de él: ¿quién podría haber trabado amistad con aquel zombi de vidriosos ojos vacíos, cenas macrobióticas y odio racista congénito? Menuda panda, macho.


El gran dictador, 1940. Imagen: Warner Home Video


2) No seas nihilista: 

Los expertos afirman que las soflamas apocalípticas que AH excretaba incesantemente durante los últimos días del búnker son la «auténtica voz del nazismo». Hitler no era un estadista al modo occidental ni un samurái confuciano, como ya se apunta en ´Los últimos días de Hitler´, y desde luego no era un buenazo como Gandhi o Epi (de Epi y Blas); su figura se parece más a la de los grandes maestros de la tierra calcinada y la destrucción atorrante: Atila, Gengis Khan, Galactus… Ese perfil de jerarca devastador. Al Führer lo que le ponía era arrasar, no la dominación mundial o el triunfo ario. Eso eran minucias. Lo de la «revolución permanente» hay que tomarlo al pie de la letra: Hitler era como el pastillero descerebrado que no quiere irse a dormir nunca, ni siquiera tras el undécimo after. Le chutaba incluso la autodestrucción, como al Lou Reed de 1974, y tomó con notable alborozo los primeros bombardeos al Berlín sitiado («¡Podemos ser destruidos, pero en ese caso arrastraremos con nosotros a todo el mundo envuelto en llamas!», berreaba, el muy pillado). Goebbels era igual, y eso es lo que les hace tan chungos: ese mesianismo turulato, que no ablandan ni cien almohadones. No se puede ir por la vida así, leñe; creo que estamos de acuerdo. Llega un momento en que el guerrero sensato desea descalzarse las botas de crujir, embutir los juanetes en un mullido par de babuchas, servirse la copa balón de Calvados y magrear a la parienta. Hitler no: lo suyo era el No-Pares-Sigue-Sigue hasta el traumatismo craneoencefálico y el armagedón universal. Y así le fue.


3) Ten sentido del humor: 

El nazismo era tan divertido como comerse una toalla ajena. Una toalla usada. De bidé. Alguien con un mínimo sentido del humor jamás se habría embarcado en serio en una cruzada tan risible, basada en esos bigotes imposibles, baluartes floridos, andares grotescos (John Cleese no tuvo que exagerar el paso de la oca para que fuese hilarante), esas filípicas flamígeras y plomizas, los mentones al aire y las pomposas poses (lo del Duce era para morirse de risa, no me jodan; y lo de Hitler también lo sería si no se hubiese cargado a medio planeta). 

Sí, el nazismo era más pomposo que Luis XIV declamando en latín ´La casa de hojas´ de Danielewski. Pretencioso e incomprensible y solemne como una teoría musical de Stockhausen. Y la solemnidad, por supuesto, es el perfecto opuesto del humor y todo lo que es guay en este buen mundo. El nazismo no solo era más feo que un plato de morros, desagradable y malicioso y de poca monta: era aburrido, monótono, pequeñoburgués. AH disfrutaba horrores con el arte nimio y los pastelillos de crema, era vegetariano a ultranza, un abstemio irreductible y un conversador privado más aburrido que la fotosíntesis en tiempo real. Y para colmo era el perro del hortelano: si él no bebía, nadie lo hacía (menuda farra, aquellas sobremesas de cuatro horas en el Berghof). Un puto aguafiestas, vaya. El mundo ideal de la religión nacionalsocialista era, así, monocromo, serio y estanco, sin especias ni chispa

Yo siempre he considerado el aburrimiento como totalitario, y a la gente aburrida como criptonazis pasivo-agresivos. Arréame con un extintor en la ingle, chaval, pero No. Me. Aburras. Recuerda que si ríes, el mundo reirá contigo, y todo eso.


El gran dictador, 1940. Fotografía: Warner Home Video.


4) No dejes que te dominen las viejas obsesiones: 

Es bien sabido que, de haber sido un estratega decente, Hitler podría haberse retirado de la guerra en términos favorables para Alemania. Pusilánimes comeyogures y pequineses falderos de la diplomacia internacional como Chamberlain o Daladier jamás le hubiesen obligado a devolver los Sudetes, Austria o demás territorios anexionados estilo Risk (con un par de tiradas de dados) cuando el berenjenal del anschluss (o anexión del «espacio vital» alemán). Hitler habría cumplido sus promesas políticas iniciales, y podría haberse perpetuado en el poder durante décadas, tan pancho él tras una serie de victorias blizkrieg tan impresionantes (en términos bélicos, quiero decir) como suertudas. O mirémoslo por otro costado: de haber resultado vencedor de la contienda, Hitler habría sido más o menos generoso con Inglaterra (declaró que estaba dispuesto a «garantizar el Imperio Británico») y tampoco conservaba demasiada inquina para con los galos, a los que solo planeaba aplastar una miaja hasta convertirles en una «nación de segundo orden» como Croacia, Eslovaquia u otros eriales ignotos donde el primer ministro es un tractor. Pero Adolf, queridos lectores, tenía una OBSESIÓN, y no es la que están pensando. Ni tampoco esa otra (sobre la sexualidad de Hitler un poco más abajo). La ojeriza mortífera a los judíos era capital en el Reich, sí, pero uno sospecha que obedecía a motivos tácticos —el «enemigo interior», etc.— y a tradiciones germánicas tan antañonas como vomitivas (el musgoso antisemitismo teutón es más viejo que la polka; medieval, como mínimo). No, la monomanía particular de Hitler tenía otro nombre: Rusia. Trevor-Roper (habrán intuido que es mi prefe) insiste en recordarnos el «básico significado antirruso» del nazismo. Para Rusia no valían diplomacias, ni siquiera conquistas al modo tradicional: Rusia debía ser vapuleada, violada rectal-y-bucalmente y esclavizadas las masas de «eslavos subhumanos» supervivientes. Y, de postre, exterminada cual plaga de pulgón. Relean Mein Kampf, o analicen el carácter místico-majara de las SS, o estudien los discursos de Himmler, ese babieca con sangre de horchata y cráneo ovoide: Rusia sale todo el rato. Si el Reich fuese una película sobre acosadores sexuales, habría una escena en que entramos en la casa del sospechoso y la encontramos completamente empapelada de fotos de Rusia en pelotas. La expansión hacia el este que tanto obsesionaba a AH explica el devenir del Tercer Reich, el resultado de la Segunda Guerra Mundial, incluso el tipo de muerte del Führer (los rusos le exhumaron y ocultaron su cadáver; quizás tras orinar sobre sus humeantes muñones). Rusia era la homérica obsesión de Hitler, causa de su insomnio y fuente primordial de sus espléndidas almorranas austríacas. Dicen que a AH nunca se le vio tan feliz como el día en que defecó sobre el pacto Ribbentrop-Molótov de no agresión ruso-germana y lanzó a los tanques contra la URSS. Su alivio debió resultar patente, aunque hoy en día no importe mucho (ya saben ustedes lo bien que fue Stalingrado). La moraleja se antoja meridiana, en todo caso: cuidado con las obsesiones, que las carga el diablo.


5) No abras un segundo frente: 

Ni en el trabajo ni en el amor. AH lo hizo con la Operación Barbarroja (la invasión de la URSS en julio de 1941), y miren cómo terminó aquella feliz idea. Muy poca gente puede mantener una zapatiesta a dos manos y contra dos adversarios a la vez: Obélix, Bud Spencer y para de contar. Enzarzarse en una bulla cuando ya estás enfrascado en otra es un acto condenado al más rotundo de los fracasos. La Operación Barbarroja es mi metáfora favorita para los insensatos que insisten en practicar este desaconsejable faux pas (modo de uso en conversación: «¿Cómo dices, Manuel María? ¿Que estabas peleado con tu esposa y ahora estás riñendo con tu amante? Joder, eso sí es una Operación Barbarroja de libro de estilo, tío»). No recuerdo muy bien lo que decía Sun-Tzu en ´El arte de la guerra´, pero debería existir un capítulo dedicado a esto: a compartimentar las batallas, y no emprenderla a guantazos con dos enemigos al alimón. Es una táctica excrementicia, como AH demostró sobradamente.


El gran dictador, 1940. Fotografía: Warner Home Video.


6) Mantén a los expertos cerca: 

En todos los aspectos de la vida, desde una calçotada a la construcción de una catedral, conviene tener alrededor a gente que sepa lo que se va a hacer. Expertos. Profesionales. Fulanos que tienen un trabajo encomendado y saben realizarlo con oficio y gracia. Hitler, que era un ególatra tarado, un visionario-cegato y un pajillero infeliz con manía persecutoria, hizo todo lo contrario: fue cesando uno a uno a todo aquel que tenía idea de algo, tanto en la diplomacia como en el campo de batalla, hasta quedarse rodeado exclusivamente de curanderos, lameculos e incapaces. En serio que el escenario de los últimos meses de Hitler es un quién-es-quién de los tíos más inútiles, arteros y soplapollas del país. De sobra conocido es que las grandes victorias militares de AH se debieron a pura suerte del principiante y arrojo del mochales (y estulticia del enemigo). Por desgracia, fueron esas mismas victorias relámpago las que convencieron al Guía del Pueblo Alemán de que era una eminencia en el arte de la guerra, lo que le llevó a enemistarse con —y luego diezmar a— su Estado Mayor. Ustedes ya saben lo que sucedió después, porque han visto ´El hundimiento´: un demente hebefrénico pegando alaridos y reclamando movimientos de pinza a ejércitos que solo existen en sus ensoñaciones de belladona, sobre un mapa bélico imaginario y ante una trémula cohorte de los generales más apocados y estultos de la Wehrmacht (los únicos que no ensombrecerían su «genio»). Moraleja: no puede uno saber de todo, y de vez en cuando hay que encomendarse a los expertos. Aparte de que es un gesto de humildad y nobleza: delegar en quien controla, y no ir de listeras por el mundo como hizo Adolf.


7) No tomes un montón de drogas: 

Lo de la belladona no era una de mis espléndidas hipérboles: Hitler realmente iba empapuzado de narcóticos la mayor parte del tiempo. Es curioso cuán familiares resultan los casos de Elvis Presley, Sid Vicious o Keith Moon comparados con el apetito narcótico del Führer. Sí, amigos: el destino del pueblo alemán estuvo durante una década y pico en las manos de un mostrenco que iba más pasado que Peter Tosh el día de la independencia de Jamaica. ¿Sabía el volk que su líder espiritual era una especie de Shaun Ryder en gesticulante, pichafloja y antisemita? De ser así quizás no le habrían seguido de esa forma tan poco meditada. En honor a la verdad hay que decir que —como le sucedió a Elvis— Hitler no sabía lo ciego que iba por estos mundos de Dios. El muy iluso creía que todo aquello eran «vitaminas». La culpa hay que echársela al doctor Morell, quizás el personaje más repulsivo y odioso y rastrero del Reich (y créanme: la competición era dura). Trevor-Roper, un hombre por lo demás comedido en sus afirmaciones, dice de él que era un hechicero «de hablar poco articulado y con las costumbres higiénicas de un cerdo». Una lista casi completa de las drogas que Morell inyectó a Hitler contenía veintiocho tipos de narcóticos, estimulantes y afrodisíacos. En los dos últimos años, Hitler «se inyectaba a diario». Morell también le suministraba algo conocido como «Píldoras antigas del Doctor Koester», compuestas de estricnina y belladona, un mejunje para combatir la flatulencia hitleriana (no me lo invento) que convertiría a cualquiera en una especie de tambaleante fauno de ojos enloquecidos y pito morcillón. A la luz de estos descubrimientos, su comportamiento empieza a cobrar otro cariz: ¡Hitler iba alto! ¡Por eso hacía y decía esas insensateces! Un par de sus últimas ofensivas las dirigió más enchufado que un roadie de Grateful Dead. ¿Cómo no prever el batacazo existencial que les esperaba como pueblo y potencia mundial? Simplemente di NO, Adolf.


El gran dictador, 1940. Fotografía: Warner Home Video.


8) Conoce tus talentos: 

Del mismo modo que el simplón de AH era incapaz de aceptar que no era Alejandro Magno ni Federico el Grande, y que lo de la rendición de la Francia obedecía más a la pobre defensa gabacha que a su propia maestría como estratega, el amigo también se resistía a creer que no era Van Gogh o Pieter Brueghel el ´Viejo´ Es de juzgado de guardia, pero AH, en su puro desquicie, se creía dotado de un gran talento artístico (Alan Bullock, en su ´Hitler: a study in tiranny´, dijo que Hitler tenía «el temperamento de un artista sin nada del talento, la formación o la energía creativa»). Ustedes saben bien que la mayoría de la gente que cree poseer un gran talento no tiene una mierda: solo visiten la galería de arte o disquería más próxima. Hitler era así. Tomemos su legado pictórico, recuperado de su imberbe etapa vienesa: una colección de grandes cagarrutas postalicias de pintamonas ramblero, y unas cuantas acuarelas con menos vida que un palomo espachurrado en el asfalto. Casi sin humanos: solo fríos mondongos rectilíneos de cemento y ladrillo sin alma (el símil con su corazón se antoja inevitable, pero no lo haré). Es bien sabido que el categórico rechazo de la Academia de Artes de Viena le sumió en el más resentido y miasmático de los infiernos de la paranoia. Y sin embargo, podría haber sido todo tan distinto… Cada vez que escucho el lugar común de «¿Qué harías si tuvieses una máquina del tiempo? Matar a Hitler» no puedo evitar pensar que con un sello de Aprobado en Viena ya habría bastado. No iba a ser el primer inútil calentando plaza en una universidad, y nos habríamos ahorrado Treblinka.


9) Intenta ser un padre decente: 

Lo de AH es de manual. Realmente su padre era un gran bastardo: les presento a Alois Hitler: es ese merluzo, el que tiene una cara de puerco airado más cómicamente exagerada que el bulldog de Tom y Jerry tras haberse sentado sobre sus propios colgajos. Los comienzos ya eran aciagos: Alois era hijo ilegítimo (lo de bastardo no era por faltar). También era un vagazo (Hitler heredaría ese rasgo) que terminó de abúlico agente de aduanas en la alta Austria, y casóse tres veces. Sus dos anteriores mujeres murieron mientras él engendraba algún que otro bastardo más. Klara Hitler, su tercera esposa, era veintitrés años más joven que él (AH demostró haber heredado también este cuestionable eslabón de ADN cuando se enamoró de Geli Raubal, ¡su sobrina de diecisiete años!). En ´Hitler The Private Man´ (el documental de 1995) subrayaban lo borrico que era Alois y lo santa que era Klara, pero Ian Kershaw o Alan Bullock no le dan tanta importancia al asunto. Bullock aduce simplemente que era «duro, antipático y tenía mal genio». A Hitler le chiflaba repetir (en el Mein Kampf, y en múltiples discursos) que su padre se opuso de manera tajante a su carrera de artista, pero los hechos demuestran que esto no fue así (para empezar, Alois murió cuando AH tenía catorce años). Simplemente, Adolf no tuvo los santos cojones de aceptar aquel vistoso cate en Bellas Artes y dedicarse a la arquitectura (sugerencia de sus tutores), porque era un holgazán y odiaba aplicarse en nada que implicara el más mínimo esfuerzo. Pero en fin: lo cortés no quita lo valiente. Alois Hitler era un patán indolente, un airado adefesio con rasgos simiescos y una figura paterna apestosa en lo moral y lo afectivo. Y de tal palo…


El gran dictador, 1940. Fotografía: Warner Home Video.


10) Folla: Sí. 

En la medida de lo posible, amigo mío, intenta fornicar (con algo de dulzura y amor, si no es mucho pedir). La sexualidad de Hitler ocupa un nada desdeñable espacio de la red (googleen «Hitler Sex Life»), aunque mucho de lo que se dice son embustes. Para empezar, lo de que AH era un «coprófilo impotente» (pasión por los zurullos + flacidez penil) solo aparece en un informe de 1943 de los servicios estratégicos estadounidenses (OSS), y resulta que lo habían oído de Otto Strasser. Ah, súper: esa sí es una fuente fiable: el opositor principal a Hitler en la rama «izquierdista» (no era nada izquierdista) del NSDAP, declarado por Goebbels enemigo público del Reich, que había sufrido el asesinato político de su hermano Gregor en aquella cuchillesca noche y que tuvo que exiliarse de Alemania en 1933, y luego pasó el resto de su vida mentándole la madre a Hitler… Este es el pájaro ecuánime y objetivo que puede ofrecernos una versión equilibrada de la vida amatoria del Führer. A ver: que AH no era Giacomo Casanova salta a la vista. Un psicópata neurasténico y megalómano difícilmente va a clasificarse como mejor amante de la historia, de eso no cabe duda, pero lo cierto es que no existen pruebas de lo que sucedía en la privacidad de su alcoba. Hitler y Eva Braun (a quien Speer, asaz agudo él, definió como «la futura gran decepción de los historiadores») dormían en habitaciones separadas pero compartían baño, y la pícara Braun había afirmado alguna vez que si tal o tal sofá «pudiesen contar lo que ha sucedido en ellos…». Espero que nunca lo hagan, pues una descripción del culo grisáceo de Hitler bombeando entre las piernas de la mujer más sosa y pánfila de toda Baviera es lo último que necesito escuchar antes del desayuno. En resumen: todo apunta a que Hitler era un malfollao. Y miren lo que pasó luego.


11) No tengas complejo de mesías: 

Parece sensato afirmar que, dejando de lado su cargante tendencia a expresarse en parábolas (Pedro: «¿Tienes a mano el pasaporte, Jesús? Están a punto de chapar el check-in, tío». Jesús de Nazaret: «Una zorra se topó una vez con un leproso, y le espetó: bienaventurados los portadores de documento de identidad, fuere este permiso de conducción o DNI, pues ellos…». Pedro: «Vale, julay, déjalo. Ya han cerrado la puerta de embarque»), JC era un tipo harto molante. Algún accesillo de ciega ira destructiva le agarraba (con los incautos mercachifles del templo, por ejemplo), como a todos puede sucedernos en un mal día, pero en general parecía un piernas bondadoso, bienintencionado y capaz de practicar esquí acuático sin tabla, lancha ni leches. Lo jodido, claro, es la gente que padece complejo de mesías sin nada de la benignidad o la capacidad piscimultiplicatoria del Salvador, y para colmo impulsados en exclusiva por intenciones aviesas; como Bono Vox, José María Aznar o aquel par de miserables de Twitter. ¿Hay algo peor que un santurrón sin nada de la santidad? Hitler se tomaba a sí mismo muy en serio (signo inconfundible de los imbéciles de espíritu) y estaba convencido que su destino era salvarnos. Exterminándonos un montón, eso sí, si éramos judíos, gays, anarquistas, socialistas, socialdemócratas, mods o rockers, morenos con el cabello acaracolado y nariz aguileña, usuarios de aceite de oliva, reparadores de acordeones con tendencia a la bizquera, fans zurdos del waterpolo, funambulistas palentinos, miembros del foro Club Rubik Catalunya y, resumiendo, TODO EL MUNDO QUE NO FUESE ÉL. Así que, Hitlerín: no nos salves, majo. Dedícate a sacarle el polvo al felpudo de la Braun, o a la cría y manutención de tortuguitas domésticas, o al perfeccionamiento de la decoración de cupcakes. Mártires, ya lo saben: los justos.


El gran dictador, 1940. Fotografía: Warner Home Video.


05 julio 2020

Eso estuvo demasiado cerca ... Cinco veces en que la guerra nuclear NO estalló



Test de armas nucleares en 1958 (Never Was Magazine)


Por Andy Cooke

Título original en inglés
That Was Too Close... 
Five times Nuclear war DIDN'T break out




Faltan dos minutos para la medianoche, cuando escribo este artículo. También son las ocho de la noche, horario de verano británico.


La primera declaración es del Boletín de los Científicos Atómicos, y se refiere a lo cerca que estamos, como especie, del fin del mundo. El segundo es, más prosaicamente, el tiempo real.

El Reloj del Juicio Final se inventó en 1947 y se estableció en siete minutos para la medianoche. Para 1949, faltaban tres minutos para la medianoche; en 1953, llegamos a dos minutos para la medianoche. Desde entonces, se ha alejado (hasta diecisiete minutos de la medianoche en 1991) y ha regresado nuevamente. 


Con Trump, Putin, los disturbios de Medio Oriente, las tensiones en Cachemira, junto con las preocupaciones sobre el cambio climático, estamos tan cerca del final como lo hemos estado siempre.

Cuando estás tan cerca del Armagedón, la mala suerte puede llevarte al límite. Casi lo han hecho en el pasado. Una vez más, como con muchos de mis artículos, he tenido dificultades para mantener el número en cinco. Utilicé mi método estándar para ver qué evento tenía la mayor probabilidad de cambiar la historia, tanto en probabilidad como en impacto.  

(Me he saltado algunos incidentes en los que sentí que las precauciones tomadas probablemente detendrían el estallido de la guerra, pero aprendimos de ellos. Por ejemplo, NO deje cintas de entrenamiento en equipos en vivo sin decirle al próximo turno, a menos que quiera que miren fijamente horrorizados ante las pantallas que les dicen que cientos de misiles están llegando al Polo)


El SIOP




Gran parte del impacto potencial de una falla cercana gira en torno a algo llamado SIOP: el Plan Operativo Único Integrado. A fines de 1960, fue creado por el personal de defensa de los Estados Unidos, es decir, el plan de guerra de Estados Unidos. Existe para especificar los objetivos nucleares y para dictar cuándo, cómo, dónde y quién atacaría cada objetivo, sería un plan unificado y conjunto, integrando completamente todas las armas de los militares y trabajando en estrecha colaboración con los aliados (por ejemplo, en su primera versión, el Reino Unido destruiría tres bases aéreas, seis objetivos de defensa aérea y cuarenta y ocho ciudades).

Debido al daño asombroso que podría ser causado por un primer ataque, Estados Unidos no esperaría a que las bombas golpearan antes de lanzar su propio ataque, sino que "lanzarían una advertencia" (la filosofía de "usarlos o perderlos").

Es importante destacar que las primeras versiones del SIOP fueron inflexibles y deterministas. Hubo intentos fallidos de incluir opciones como "Opciones Nucleares Limitadas" y "Opciones Nucleares Regionales", pero año tras año, nadie pudo domar el SIOP. Se intentaron introducir pasos de escalada, pero, en la práctica, estos habrían tenido una eficacia cuestionable y limitada. En esencia, cuando el SIOP se activara, el mundo se acabaría.

Sin embargo, en 1991, el jefe entrante del Comando Aéreo Estratégico, el General Butler, echó un vistazo al SIOP que había heredado y se opuso:


"Con la posible excepción del plan de guerra nuclear soviética", dijo, "este fue el documento más absurdo e irresponsable que jamás haya revisado en mi vida. Llegué a apreciar plenamente ... escapamos de la Guerra Fría sin un holocausto nuclear por alguna combinación de habilidad, suerte e intervención divina, y sospecho que este último en mayor proporción".

Desgarró el documento, eliminando el 75% de los objetivos, introdujo una filosofía de focalización genuinamente flexible y finalmente la domesticó.

Esto significa que entre 1961 y 1991, el impacto de un disparador accidental era mayor y esto se refleja a continuación.


5. Octubre 1960 - La salida de la luna sobre Noruega no da como resultado el holocausto nuclear



La primera falsa alarma grave se produjo poco antes de que el SIOP estuviera listo y justo después de que se pusiera en funcionamiento la primera instalación BMEWS (Sistema de alerta temprana de misiles balísticos) en Groenlandia.  

Sucedió mientras se mostraba a algunos hombres de negocios alrededor del NORAD y se les explicaron los niveles de amenaza: Si el número 1 parpadeaba en rojo, objetos no identificados venían hacia los EE. UU. Si subía a 3, el nivel de amenaza se confirmaba como "alto" y se notificaría a los miembros de mayor rango del ejército. El número 5 era máximo, lo que significa que estaba 99.9% seguro de que Estados Unidos estaba bajo ataque.


Un groenlandés con su trineo mira los radares de la base aérea de Thule, 1966 (NF/Never Was Magazine)


Como si fuera una señal, el número parpadeó 1 . Y comenzó a subir. Al llegar al 4 los oficiales del NORAD entraron corriendo; al 5 los hombres de negocios fueron escoltados.  

El Estado Mayor Conjunto (todos conectados por teléfono) tuvo algunos minutos para tomar una decisión. Las docenas de misiles soviéticos impactarían y eso sería todo. Entonces, el vicecomandante de NORAD tuvo un pensamiento. "¿Dónde está Khruschev?" preguntó.

"Está en Nueva York en la ONU".

Inmediatamente concluyeron que ni siquiera la URSS atacaría a su propio líder y se retiraron. Al final resultó que, un análisis posterior descubrió que el radar BMEWS había interpretado la Luna en ascenso lento, escalando sobre Noruega, como un ataque nuclear soviético.


4. 1985 hasta nuestros días: "Perimeter" no desencadena una guerra nuclear automática

 
Imagen de "Michael" en Wikimedia Commons, licenciada bajo la licencia Creative Commons Attribution 3.0 Unported.

La mayoría de mis artículos tienen un elemento de estilo "categoría", un problema general que podría haber causado el desastre en cualquier momento. El sistema "Perimeter" soviético (también conocido, poéticamente, como "mano muerta") fue uno de ellos.

La Unión Soviética tenía una estructura de comando rígidamente centralizada. Lo cual, por supuesto, lo hizo muy vulnerable a un ataque de decapitación. ¿Podrían realmente tomar represalias después de un primer ataque estadounidense?


Concepto artístico de 1982 de un misil balístico intercontinental soviético con múltiples vehículos de reentrada dirigibles independientemente. Soviet MIRV -Ilustración. Never Was Magazine.

Para 1985, habían completado su sistema perimetral, una red de sensores y computadoras que podrían activar automáticamente el lanzamiento de sus ICBM. La ´Mano Muerta´ se activaría si el Estado Mayor soviético creía que un ataque estadounidense era inminente. Razonaron que esto les daría más oportunidades de investigar posibles falsas alarmas, reduciendo la necesidad de lanzar una advertencia. Desafortunadamente, sin embargo, cualquier posibilidad de una guerra limitada podría morder el polvo: no se programó con pausas o negociaciones.

Y, al igual que Doomsday Machine en Dr. Strangelove, se mantuvo en secreto.

Si se activara y los sensores detectaran explosiones nucleares en suelo soviético (o, lo que es más importante, creyeran que lo habían detectado), la línea del Estado Mayor se cortaría (lo que no era desconocido), eso era todo.

Al momento de escribir, Perimeter todavía se está operativo, según se cree. Con suerte, ahora tiene más flexibilidad.


3. Noviembre de 1961: la pérdida de contacto con sitios clave no causa (bastante) una guerra nuclear



Técnicos de la Fuerza Aérea trabajando en la Sala de Operaciones Tácticas del Sistema de Alerta Temprana de Misiles Balísticos en la Base Aérea de Thule, Groenlandia, 24 de octubre de 1984 (USAF). Never Was Magazine

El sistema de comando y control había sido, desde el principio, una fuente de considerable preocupación para los Estados Unidos. Los primeros intentos de probar el envío de una señal de lanzamiento fueron menos que convincentes: el primer sistema de teletipo de prueba tardó casi cinco horas en pasar. Ese tipo de retraso hizo que cualquier respuesta contra un primer golpe fuera inverosímil.


Los instintos del general Curtis LeMay, belicoso comandante del Comando Aéreo Estratégico de 1948-1957 buscaban la defensa a través de una ofensiva superior, para disuadir a través de la señalización de una verdadera voluntad de contraatacar a la menor provocación. Su sucesor, el general Thomas S. Powers, estaba hecho a la misma medida.

La falta de información confiable en tiempo real frustraba a ambos hombres: hasta mediados de los años sesenta, la información que se exhibía en la sede de SAC se retrasó entre una y seis horas. La primera señal confiable que los soviéticos estaban atacando podría ser la pérdida de señales de las estaciones clave.

El 20 de noviembre de 1961, justo antes del amanecer, la sede de SAC perdió contacto con el radar BMEWS en Thule sin previo aviso. Todos los circuitos de alerta temprana estaban fuera. Las comunicaciones de voz redundantes de respaldo estaban todas fuera.

Inmediatamente, trataron de comunicarse con la sede de NORAD en Colorado Springs en la "línea directa" para averiguar qué podía estar mal. La línea estaba muerta.  

Ambos sitios estaban lógicamente en la parte superior de la cadena para un ataque de decapitación. Estaban usando todos los circuitos redundantes: las posibilidades de que todos fallaran simultáneamente eran insignificantes. SAC ordenó a toda la fuerza de alerta que se preparara para el despegue y el SIOP comenzó a funcionar. Klaxons rugió, cientos de pilotos corrieron a sus aviones. 

Entonces la orden fue cancelada. El "monitor Thule", la última línea de defensa de comunicaciones, un B-52 que volaba permanentemente alrededor de Thule, logró ponerse en contacto con Thule y la sede de SAC simultáneamente, demostrando que era una falsa alarma. Una investigación posterior descubrió que AT&T había escatimado en los circuitos redundantes que habían prometido proporcionar: todos los enlaces fallidos pasaban por un solo interruptor en Colorado, que había fallado.

2. Septiembre 1983 - Stanislav Petrov no sigue las órdenes

 

A principios de los años ochenta, las tensiones entre Occidente y el Pacto de Varsovia aumentaron. Estados Unidos, bajo Reagan, comenzó "operaciones de guerra psicológica" contra la URSS. En 1981, Yuri Andropov le dijo al Politburó que estaba seguro de que Estados Unidos estaba planeando un primer ataque. Los aviones estadounidenses volaron deliberadamente en el espacio aéreo de la URSS y se despegaban en el último momento, una y otra vez, varias veces a la semana, 1981 se convirtió en 1982, Brezhnev murió y Andropov se hizo cargo en 1983. Esto fue, obviamente, para los soviéticos un intento de acostumbrarlos a las violaciones cercanas; un día, los aviones vendrían directo. Redoblaron su trabajo en Perimeter y contuvieron la respiración.

A principios de septiembre de 1983, las fuerzas aéreas soviéticas derribaron el vuelo Korean Air 007. Pensarían que era un error entendible, dada la implacable provocación de Occidente. Pero los estadounidenses parecían intensificar su retórica.


Luego, la noche del 26 de septiembre, el teniente coronel Stanislav Petrov estaba de guardia en el Centro de Comando de las fuerzas nucleares soviéticas y observó con horror cómo el sistema de alerta temprana informaba un lanzamiento de ICBM desde los Estados Unidos. Subiendo hacia el cielo hacia la Unión Soviética, ¿podría ser una falsa alarma?

Petrov retuvo su mano, luego se observó otro lanzamiento. Y otro. Y otro. Y otro.

Sus órdenes eran claras: informar esto a sus superiores, incluido el nervioso Andropov. Sin embargo, sus superiores estaban casi seguros de ordenar una respuesta inmediata.

Petrov decidió que cinco misiles eran muy pocos y se negó a pasar la información por la cadena de mando, afirmando que tenía que ser una falsa alarma. Bueno, varias falsas alarmas, simultáneamente. ¿No?

Él estaba en lo correcto. Los satélites de alerta temprana habían interpretado el reflejo del sol desde las nubes como un lanzamiento. Repetidamente.



1. Octubre 1962 - La crisis de los misiles cubanos de alguna manera termina pacíficamente


El embajador estadounidense ante las Naciones Unidas, Adlai Stevenson, presenta evidencia de la presencia de misiles soviéticos en Cuba ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en Nueva York, 25 de octubre de 1962 (ONU). Cita del Never Was Magazine.


Realmente no había muchas dudas sobre cuál debería ser el número uno para este artículo. La crisis de los misiles cubanos ha tenido miles de páginas escritas al respecto y posiblemente fue la más cercana a la guerra nuclear.

El despliegue de misiles nucleares a Cuba por parte de los soviéticos en 1962 fue visto como un claro intento de acercar los misiles de primer ataque a los Estados Unidos. Las armas no estarían protegidas por silos y serían totalmente vulnerables, y por lo tanto, lógicamente, solo serían útiles para un primer ataque.  

La URSS quería que se eliminaran los misiles estadounidenses Júpiter en Turquía (igualmente vulnerables, y usando la misma lógica). Ninguna de las partes estaba dispuesta a mostrar debilidad entre sí y frente al mundo, por lo que ninguna de las dos retrocedía.

Las fuerzas estadounidenses se trasladaron a DEFCON 3, preparándose para la guerra. Los submarinos nucleares salieron del puerto, SAC dispersó cientos de bombarderos a sus sitios de preparación para la guerra, los cargó con armas termonucleares, y sus tripulaciones dormían junto a ellos, listos para despegar con casi cero aviso. Todos los días, alrededor de 65 bombarderos B-52 despegaban y orbitaban cerca de la Unión Soviética, listos para comenzar sus ataques.

Luego se trasladaron a DEFCON 2, un paso debajo de "La guerra es inminente".  

El 27 de octubre, cuando se intercambiaron demandas entre Khrushchev y Kennedy, los asesores de Kennedy se convencieron de que Khrushchev estaba mintiendo cuando ofreció retirar los misiles a cambio de concesiones, ya que dos mensajes de él, muy juntos, tenían tonos muy diferentes. MacNamara, Secretario de Defensa, presionó por un ataque aéreo contra los misiles. El Jefe del Estado Mayor Conjunto recomendó un ataque a gran escala.

Luego, un avión espía U-2 fue derribado sobre Cuba y el piloto murió. La presión sobre Kennedy aumentó. Cuba instó a la Unión Soviética a responder con armas nucleares si Cuba era atacada; Estados Unidos advirtió a sus aliados de la OTAN que la acción probablemente era inminente; La CIA informó que los misiles soviéticos en Cuba estaban operativos y listos para la acción.


Vasili Arkhipov

Un submarino soviético se ubicó cerca de Cuba el mismo día y la Marina de EEUU comenzó a lanzar cargas de profundidad para obligarlo a salir a la superficie, a pesar de estar en aguas internacionales. Los oficiales en el submarino, fuera de contacto con Moscú, supusieron que la guerra había estallado. Su capitán decidió lanzar un torpedo nuclear. El oficial político estuvo de acuerdo. Esto normalmente era suficiente, pero el segundo al mando del submarino, Vasili Arkhipov, también era el comandante de la flotilla, y esto significaba que su consentimiento, inusualmente, también era necesario. Y él no estuvo de acuerdo. Resistiendo la presión sostenida de los otros dos, Arkhipov se negó a permitir que se diera la orden, y finalmente retrocedieron.

Y luego, de alguna manera, todos los demás se calmaron y se evitó la guerra.


Notas:

Toda la información en este artículo se obtuvo de fuentes abiertas, gran parte del libro Command and Control de Eric Schlosser, así como de otras fuentes como Chatham House y la Union of Concerned Scientists.

Fuente original:


Never Was Magazine para algunas notas a pie de foto, fotografías e ilustración de portada.

27 junio 2020

Sobre "tontos útiles" y sitios "pro-rusos" en internet




por Tito Andino U. 

Pregunta: ¿Los "tontos útiles" son solo de izquierda o también los hay de derecha?.
Os acordáis cuando se creía (antes de internet) que la causa de la estupidez colectiva era la falta de acceso a la información?... pues no lo era.


Resulta comprensible que pueda percibirse este blog como pro-ruso o hasta de "comunista", algún desaforado anarquista hasta lo calificó de estalinista!; incluso, algunos de pro-sionista (por algunos temas aquí tratados). Ridiculez total y falsedad absoluta. Se ha explicado infinidad de veces que el compromiso del editor de este blog es meramente histórico. Indudablemente, este esquema defiende las causas de los pueblos subyugados y atacados cobardemente por las potencias coloniales, de hecho, hasta puede ser apreciado bajo parámetros ideológicos, es una inevitable correlación. 

Es irrebatible que desde mediados del siglo XIX (y aún mucho antes) el poder global dominante ha estado en manos de los Imperios europeos (desde su primera etapa colonialista), eso incluye la Rusia Imperial y Zarista hasta inicios del siglo XX (en el ámbito europeo exclusivamente). La Reina indiscutible de este periodo fue la Corona Británica. Las guerras de los últimos siglos en Europa (y fuera de sus fronteras) no han sido otro cosa que guerras imperialistas, una encarnizada lucha por expandir sus imperios, conquistando nuevas colonias e imponiendo su visión dominante, no solo en Europa sino en el mundo. 





El ejemplo más evidente fue la Gran Guerra, bautizada como la Primera Guerra Mundial, que tendría una tregua de dos décadas para que la Alemania Imperial o el Deutsches Reich de Hitler intente reivindicar sus pérdidas en el anterior conflicto. 

El fin de la segunda guerra mundial marcó la decadencia del imperio británico, al menos en el aspecto político, más no en su influencia económica, que tras bastidores siguió y sigue imponiéndose en un competitivo y vigente conflicto económico global entre superpotencias. También vimos la aparición del llamado imperialismo soviético (aun desde antes de la guerra), que terminó con un rotundo fracaso social-económico, condenado por sí mismo a la desaparición.  

La mayor consecuencia de la posguerra fue la consolidación de los Estados Unidos de América como la primera potencia mundial y un nuevo tipo de imperialismo, ya no de tipo colonial con presencia física de ejércitos en los países del mundo conquistados, aquello dejó de ser práctico en nuestros días, hoy ya no tenemos la imposición colonial armada para controlar; hoy existe el neo-colonialismo, la sutil dominación e imposición de reglas político-económicas a los países sujetos a determinada zona de influencia geopolítica. Esa "evolución" puso caducidad al colonialismo físico, dando paso a la imposición financiera de esas mismas ex potencias coloniales, lo que ahora denominamos "Globalización"...

No profeso ningún tipo de ideología, no pertenezco a ningún movimiento político, ni de ninguna especie. Jamás he realizado proselitismo, rechazo la política partidista (aunque la política es necesaria). Soy independiente, no trabajo para nadie. No soy comunista, ni marxista, ni leninista, ni estalinista, ni socialista, mucho menos anarquista; peor aun, ese horrible calificativo de sionista (término muy de moda en la mentalidad neonazi para atacar a quienes no comparten sus absurdas "teorías"). Rechazo el nazismo y el comunismo desde el punto de vista histórico y sociológico; y, si en algo hay que defenderlos -desde un punto de vista histórico- no hay problema. A veces suelo ser sarcástico con los neonazis, ello se debe únicamente a la cantidad de sandeces que suelen escribir. El nazismo fue demasiado nefasto para la humanidad como para tomarlo a la ligera y no digamos de Stalin... 



Lo que sí, como ser racionalista, rechazo los extremismos de la “derecha” política que no solo incluye la concepción fascista del mundo. Si me preguntan si debería situarme ideológica o políticamente, donde encajaría? La verdad que podría denominarme un hombre de “izquierda” a secas (hasta soy zurdo de nacimiento), sin ataduras políticas. Una de las cosas que más detesto, cuando leo noticias de política u observo los noticieros, son esos falsos políticos socio-listos (socialistas de pacotilla).



Es lógico que desde el lado histórico que desarrolla este blog implícitamente brota una demostración de protesta contra la injusticia y la utilización criminal de la política, eso no significa ser anti-estadounidense (aunque los ciudadanos de los Estados Unidos son muy orgullosos y patriotas, también son las primeras víctimas de un poder corruptor que los utiliza). Por ejemplo, me sentiría complacido si Mr. Trump escribiera un artículo sobre historia, en especial de la historia de las guerras en que se ha visto involucrado su nación desde el fin del segundo conflicto mundial, por supuesto que lo reproduciría en este blog (como se hizo con un artículo escrito por el presidente ruso), no está demás leer la historia desde el punto de vista estadounidense. Aquí se ha citado y transcrito muchos temas geopolíticos redactados por investigadores estadounidenses y no he recibido una sola crítica de ser "defensor del imperialismo". No obstante, sobre la segunda guerra mundial, es indudable que los Estados Unidos, mejor dicho, el gobierno de la Unión Americana intenta reescribir la historia, desconociendo el aporte de cientos de eruditos occidentales a lo largo de estas décadas, plasmando sus estudios en obras de increíble valor histórico para la humanidad y no por deferencias políticas o ideológicas.

La pregunta lógica es, ¿ómo defender la posición de los Estados Unidos en los últimos 75 años? ¿Qué cosa puedo alegar en defensa de su intervencionismo político - militar - económico por todo el mundo? De hecho, los ciudadanos estadounidenses alguna vez se han preguntado, ¿por qué nuestro país está en continua guerra por el mundo?, vale la pena pagar altos impuestos para financiar esas guerras, ¿qué saco de provecho yo como simple ciudadano?... 




¿Es posible, quizá mucho pedir, llevar las disputas comerciales y económicas entre las grandes potencias por medios que no sean las guerras o conflictos de baja intensidad a través del globo terráqueo? Es verdad que potencias como Rusia y China han intentado penetrar en las zonas de "influencia natural" de los Estados Unidos en busca de nuevos mercados, la respuesta ha sido siempre: golpes de estado, sublevación militar, guerra civil, auspiciado por el perjudicado... Y, por otro lado, los Estados Unidos provocan conflictos en las zonas de influencia de las otras potencias nombradas con el fin de expandir su presencia geopolítica. 

No debe olvidarse al Imperio Británico, ni a la democrática Francia y otras naciones europeas, éstas potencias son hoy tan responsables por los innumerables conflictos e intervencionismo principalmente en sus ex colonias africanas, éstas suelen, en ocasiones, rivalizar mortalmente a través de terceros intermediarios en los conflictos. La Unión Europea, la Alianza Atlántica, no son exactamente el bonito paisaje político que nos pintan.

No está demás insistir, una vez más, este blog, ni su editor, somos un medio de difusión de propaganda rusa. Se hace justicia ante la realidad y ante la historia. Otro ejemplo, ¿quién en su sano juicio (aunque guarde silencio) puede creerse a estas alturas del siglo XXI que los gobiernos de turno en los Estados Unidos luchan por llevar la "democracia" a todo el mundo... mediante la guerra?. 

Tampoco deberíamos creer mucho eso de que los rusos apoyan desinteresadamente a países víctimas de los destructivos ataques económicos que llevan muerte por inanición a lo largo y ancho del planeta. La guerra entre los supuestos "buenos" (Estados Unidos) y los "malos" (Rusia, China, Irán, etc) no es más que una disputa geopolítica y económica entre las grandes superpotencias mundiales que buscan imponer el predominio de su producción industrial. ¿Recuerdan qué ocurrió cuando China construyó la infraestructura petrolera en Irak? (época de Saddam Hussein)...

Guerra... por intereses económicos, nada que ver con lo que nos cuentan los noticieros. Otro ejemplo más, la Federación Rusa no lucha solo por defender al gobierno de Siria, lucha por proteger sus intereses geopolíticos, estratégicos y económicos, lucha por evitar ser acorralado por todos los frentes de su inmensa frontera. Es fundamental para Rusia contar con una salida directa al Mediterráneo... Lo mismo podemos decir de la actual disputa económica entre China y los Estados Unidos en su "guerra" por controlar las rutas comerciales marítimas y terrestres. La apertura de la "Nueva Ruta de la Seda" (terrestre) sería un gran logro comercial para China y para el mundo, su entrada directa en los mercados asiáticos y europeos; pero... esto va en perjuicio de los intereses económicos y el predominio mundial marítimo de los anglo-estadounidenses que obstaculizan esos intentos aplicando el arte de la guerra política y militar, en este caso incendiando regiones enteras, es el caso de Pakistán, Afganistán, India, Irak, Irán, Siria, Líbano, el Cáucaso, etc, etc.



Y, ¿qué tiene eso que ver con los simples ciudadanos estadounidenses... o rusos... o chinos. O los millones de víctimas inocentes que mueren en este tipo de conflictos provocados por los intereses particulares de las grandes corporaciones mundiales o de los financieros internacionales? Nada, absolutamente nada. 

Todo tiene un patrón común: Guerra económica para imponerse a la competencia, de allí surgen los conflictos armados

Si llevamos estas reflexiones a la historia, ¿cuál debe ser el rol del historiador?... No vamos a desarrollar concepciones filosóficas para vuestra tranquilidad. La historia es una ciencia, que en este caso, interpreta los fenómenos sociales de forma estructurada (deberíamos repasar el concepto de ciencia), para ello se cuenta con la historiografía que no es otra cosa que el estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre la historia y sus fuentes, así como de sus autores, esta disciplina se vale de técnicas y teorías relacionadas con el estudio, análisis y manera de interpretar la historia, es lo mismo que se aplica al método científico, sus resultados o conocimientos se organizan, en este caso, en forma teórica que generan preguntas, razonamientos e hipótesis, respaldadas por la increíble cantidad de documentos que demostrarán ​tal o cual postulado planteado.

No debemos olvidar que la historia no es un pasatiempo, es una ciencia y tiene sus métodos de demostración científica. Por lo tanto, por enésima vez, este blog no es ideológico, ni es anti-nada. Lo mío es la historia pura que incluso en ocasiones nos permite plantear hipótesis o proyecciones futuras basadas en los acontecimientos habidos; y, hasta nos permitimos divagar con la historia alternativa, como muchos temas planteados aquí. La historia alternativa no solo es un pasatiempo atractivo, en ocasiones los historiadores se valen de ella para demostrar ciertas hipótesis. 



Los tiempos cambian, hasta un giro inesperado de la historia puede ocasionar que se altere el rol de víctimas y victimarios. Siempre tengo presente mi frase favorita, de un escritor estadounidense, Graham Greene: “El escritor debe estar listo para cambiar de bando en cualquier momento. Su misión es defender a las víctimas y las víctimas cambian”. Lo recuerdo constantemente en este blog, luego de haber sido atacado por unos cuantos extremistas “revisionistas de la historia”, mejor dicho negacionistas, que plantean todo lo contrario a la tragedia sufrida por los judíos europeos en la segunda guerra mundial. En contrapartida, en el presente criticamos duramente las políticas segregacionistas del sionismo contra el pueblo palestino a quienes aplica las mismas políticas de terror que recibieron en el pasado reciente.

En la actualidad tenemos dos tipos de "revisionistas" de la historia de la segunda guerra mundial: "revisionistas neonazis", que se diferencian de los "revisionistas" estadounidenses y de la OTAN. Ambos tienen un objetivo, por senderos diferentes, reescribir la historia por cuestiones ideológicas.

Solo a modo de ANÉCDOTA. Solía ser un poco curioso de la actividad de las personas que siguen mis artículos, no estaba ni estoy sorprendido que muchos NEONAZIS, que antes leían este blog, se retiren enfadados por los artículos que afectan al "honor" nazi, ellos creen rabiosa y ciegamente su "dogma" doctrinario. Incluso alguien que se oculta bajo el nick de "Paolo Ross" (o algo parecido) respondía furiosamente que "¡le de un solo nombre de un judío que haya sido muerto en un campo de concentración...uno solo!"... Madre mía!, ¿hasta ese extremo ha llegado la fanatización ideológica?, de verdad creía aquel mozuelo energúmeno que iba a mantener un "debate"?...

Eso no es todo, lo más curioso fue cuando publiqué un artículo referente a Stalin (de otro autor). En esa ocasión no fueron los neonazis los "ofendidos", eran simpatizantes de la URSS, que pueden incluir a comunistas, anarquistas, socio-listos, izquierdistas en general, OFENDIDOS por la descripción de las ejecuciones y persecución del régimen estalinista contra su población; algunos de esos lectores optaron por "DESERTAR" como seguidores del blog. Y, yo, "pobre tonto, ingenuo charlatán" que pensaba que los neonazis eran muy intolerantes, resultó que los del otro bando eran iguales o hasta peores (si hablamos con estadísticas).  

Para no seguir con el cuento: 

Desde el fin de la segunda contienda mundial, se decidió evitar "nuevas" guerras entre europeos y que convivan en paz (a costa de otros); por ello, Estados Unidos y la Gran Bretaña decidieron que desde ese momento la DERECHA y la IZQUIERDA serán lo mismo, representarán los mismos intereses (políticos, financieros e ideológicos), y así lo ha sido desde entonces, aunque todavía tuvieron que lidiar durante la Guerra Fría contra los movimientos comunistas europeos, muy fuertes en aquellos años.

En resumen:

Este blog NO ES MEDIO DE PROPAGANDA "comunista". No se escribe o reproduce artículos para complacer a nadie en particular. El interés es meramente histórico, historia investigada y documentada, no fanatizada, no inventada (a menos que tratemos temas de historia alternativa). 

Terminemos con dos polémicas para analizarlas en la tranquilidad del hogar:







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