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09 febrero 2015

MUNDO BELICO, los héroes del cine americano


















por: Tito Andino U.


Desde comienzos de año mucho se ha publicitado un film de guerra “El francotirador” (American Sniper), una producción americana dirigida por el famoso “Harry el Sucio”, Clint Eastwood. Según los críticos de cine es una autobiografía de Chris Kyle, un militar estadounidense retirado que formó parte de los SEAL (fuerza especial del cuerpo de la Infantería de Marina de los Estados Unidos).

A Kyle se le atribuye más de cien bajas al enemigo, en este caso “terroristas” iraquíes, este detalle le enmarca dentro del selecto club mundial de los francotiradores más mortíferos que han existido en la historia reciente como el finlandés Simo Häyhä, el mítico fusilero ruso Vassili Zaitsev o la también rusa  Natalya Kovshova y varios miembros de la infantería de marina americana a quienes se les atribuye más de cien blancos en la guerra de Vietnam.

El motivo de este artículo no es hablar de francotiradores ni del número de bajas que ocasionaron, queremos enfocarnos en algo sorprendente, como el Pentágono explota en su beneficio el sentimiento popular manipulado por intermedio de la industria cinematográfica a través de ingentes recursos financieros que genera publicitar el “arte de la guerra” al estilo Hollywood. 

El cine es uno de los mejores aliados con que cuenta el complejo militar industrial, por ende constituye el medio propagandístico de la política exterior norteamericana, que nos vende la imagen de los salvadores y pacificadores de las crisis internacionales (que ellos mismo provocan).

Esta difusión mundial del cine de guerra de Hollywood aparenta ser nada más que eso, cine, películas de acción con un matiz histórico, pero tras bastidores se encuentra una alianza tácita entre los productores cinematográficos, inversores privados,  la industria militar, el Pentágono, el Gobierno estadounidense y los servicios secretos en una alianza para enaltecer el poder, la grandeza de una nación y dotar de una supuesta fuerza moral a sus combatientes por la "libertad" en todo el mundo. Lo último, debemos entender como propaganda, lógicamente.


¿Cuáles son los objetivos que persigue la alianza Pentágono - Hollywood?. 

No pretende conseguir solo el visto bueno de la ciudadanía para una política intervencionista global, sino, al mismo tiempo ganar muchos, muchísimos millones de dólares utilizando a famosos artistas que tienen la capacidad de influir en las mentes y actitudes de las masas:

1) Adoctrinar a la población con un engañoso sentimiento de patriotismo mediante los programas de guerra psicológica preparados por la CIA;

2) Crear el mito del invencible héroe guerrero americano, tipo Rambo, un solo fornido y valeroso comando eliminando a decenas de ‘malos’;

3) Exaltar la guerra como medio “lógico” de la solución de las controversias internacionales;
4) Inculcar a la gente que el gobierno tiene el derecho de matar en nombre de su país, aunque los antecedentes que originan un conflicto sean sumamente dudosos;
5) Validar cualquier objetivo –civil o militar – en la lucha contra el  “terrorismo”, son los resultados los que cuentan y no las vidas destruidas;
6) Desconocer, cuando es necesario para sus intereses, las normas del derecho internacional que garantizan la protección de los no combatientes (civiles);
7) Acusar a cualquier estado por crímenes de guerra, excepto los Estados Unidos de Norteamérica, porque al auto nombrarse “Policía Mundial” tiene libertad para señalar la diferencia entre el bien y el mal, de allí que se enfatice en los países miembros del “eje del mal” como dictaduras tiránicas, promotoras del terrorismo, etc., por consiguiente un objetivo legítimo;
8) Enviar un mensaje al mundo entero, cualquiera que ose alzar la voz será punto de mira de sus francotiradores;

9) Eliminar cualquier vestigio de duda o culpa en la población y en las tropas por el frecuente uso de la tortura en su lucha contra el “terror”, argumentando que hacen el trabajo necesario para mantener la paz y estabilidad en el mundo, clarísimo, el fin justifica los medios;
10) Garantizar, únicamente mediante la  propaganda del cine de guerra, un alto índice de reclutamiento de nuevos voluntarios para las fuerzas armadas estadounidenses, valiéndose de famosos actores. ¿Quién no desea imitar a Stallone, Schwarzenegger, Brad Pitt, Tom Cruise, George Clooney, Tom Hanks y los clásicos de antaño, etc.?

Antecedentes históricos de la relación Hollywood – Complejo militar industrial – Casa Blanca.



“Ustedes creen lo que nosotros queremos que crean", Karl Rove (1)

En cierto tiempo y lugar, durante la época del gobierno de George W. Bush, que declaró la “guerra contra el terror” y el “advenimiento de un nuevo orden mundial”, acaeció una fructífera y apasionada sesión laboral, a ella asistieron los magnates de la Meca, del cine claro está, la banca inversora, representantes del Congreso y los delegados del Pentágono y los servicios secretos, entre ellos destacaba un asesor de Bush, quizá pocos han escuchado sobre él, pero en su época dejó huellas (no muy buenas), Karl Rove es su nombre, a quien debemos la célebre frase “ustedes creen lo que nosotros queremos que crean", en referencia a como Hollywood debía crear y favorecer a la política estadounidense en sus guerras pro globalización; mejor dicho, para que suene más entendible: en la guerra contra el “terrorismo”.

David Robb, periodista y experto conocedor del mundo del cine publicó un libro fruto de su experiencia en el mundillo del espectáculo: “OPERATION HOLLYWOOD. How the Pentagon Shapes and Censors the Movies” (2). Sin duda producir una película cuesta mucho dinero y, por supuesto, hay que mirar el mercado, “más que una buena película, lo que gusta en Hollywood es un buen negocio", afirma el autor.

Los productores de cine encontraron la alianza con los militares sumamente beneficiosa, ya que los costes de la escenografía serian monstruosos sin la participación directa del Pentágono que aporta con  tropas como actores extras, armamento, barcos, aviones y otros materiales logísticos. En compensación los guiones de las futuras películas deben ser “acomodadas” a los intereses de la cúpula militar, cualquier objeción a esos “arreglos” en el argumento puede ocasionar que el film no se realice. No termina allí el asunto, el Alto Mando suele enviar “consejeros” a los escenarios de rodaje para verificar el correcto seguimiento del guión aprobado, así como tienen que ser los primeros en verificar el producto final antes que llegue a las carteleras públicas.



Esta alianza tiene una vieja data, veamos algunos detalles:

Los primeros pasos para “promover el espíritu americano en el mundo” se dieron ya por 1917 en la presidencia de Woodrow Wilson, se llegó a un acuerdo para que Hollywood produzca films informativos para la ciudadanía. 

La Casa Blanca tuvo que otorgar subsidios en la segunda guerra mundial para que Hollywood alimente la propaganda bélica no solo en el ámbito interno sino con proyección  a todo el mundo.

Al llegar la era de la Guerra Fría, Hollywood se unió en el esfuerzo para la caza de fantasmas en la industria del cine al crear listas negras de personas vinculadas a la industria cinematográfica a quienes consideraban sospechosos de simpatizar con el enemigo, el comunismo. De allí surgieron los héroes de fantasía como James Bond.

Luego, Hollywood y el Pentágono necesitaron crear un nuevo enemigo, la industria del cine bélico  corría “peligro” por falta de libretos de acción y guerras (los conflictos de baja intensidad no cuentan, no dan espectadores), por suerte ya estaban presentes los “tiranos” gobernantes que auspiciaban el “terrorismo” en el mundo. Desde el castrismo en Cuba, pasando por la Libia de Gadafi en el África hacia Medio y Extremo Oriente con los terroristas palestinos y  Sadam Hussein, el Viet-cong vietnamita y los malévolos coreanos del norte entre otros  “villanos”, hasta volviéndose a los rezagos del “totalitarismo” en Europa (Yugoslavia) y ni hablar de los perversos rusos con su anterior “Imperio del Mal” según Ronald Reagan y el peligroso Putin que encabeza el actual “Eje del Mal“ junto a los "terroristas" ayatolás iraníes y el "dictador" sirio.  


Las cintas de guerra volvieron a florecer y el Pentágono interpretó una vez más su rol estelar del bueno de la película; por eso, ha sido Hollywood quien determinó y lo seguirá haciendo, mientras ejerza un monopolio en la industria del cine, quien será el vencedor, aunque en este caso, la realidad sea sobrepasada por la ficción.

Desde el fin de la URSS e inconformes con los resultados (económicos – políticos), argumentos para unos excelentes guiones y escenarios brotan de maravilla en el presente, la oportunidad ha llegado gracias a los descerebrados representantes del “terrorismo global”, organizaciones de corte fundamentalista islámico se ofrecieron, conscientes o no, a ser los nuevos coprotagonistas del cine bélico americano, una gran oportunidad para Hollywood y sus socios para seguir haciendo pingues negocios y que el gobierno siga enalteciendo la desinteresada devoción de defender la civilización y la democracia.

De todo esto, es absolutamente irrelevante que la mayoría de los grupos de energúmenos yihadistas sean concebidos por los servicios secretos occidentales, a quién diablos le importa ese insignificante detalle? Lo que importa es el buen cine y las excelentes ganancias.

No pretendo hacer uso de la lista de películas de Hollywood en el género bélico, cualquier lector en este momento tendrá ya en su mente los recuerdos de aquellas emocionantes escenas que han impregnado por siempre el deseo de la niñez y la juventud de convertirse en hombres y enrolarse en el ejército e ir a matar a los malos, como bien señala el autor de “Operation Hollywood”:

“La propaganda persigue un fin común, reclutar personal y vender al público la necesidad de un cuerpo militar victorioso”Por generaciones enteras las fuerzas armadas estadounidenses tienen garantizado un material humano bien adoctrinado desde la infancia.

Como corolario, para la “Guerra contra el Terror” proclamada por George W. Bush, una concepción maestra de un conglomerado de socios notables: Casa Blanca - Pentágono - Complejo Militar Industrial - Hollywood, se resume en que:

No puede haber héroes sin villanos.  


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(1) El ‘cerebro’ del presidente de los EEUU, BUSH –ROVE: POLITICA Y DELITO.- Red Voltaire, 23 septiembre 2004, http://www.voltairenet.org/article122090.html.
(2) “Operación Hollywood: La censura del Pentágono” (versión en castellano).- David L. Robb. Océano Editorial, Primera edición febrero 2006. Páginas 453, ISBN:9788449426964. Barcelona – España.

05 febrero 2015

La guerra Siria vista por caricaturistas (1)



Que mejor forma de entender la crisis siria, en todo su contexto que con el humor gráfico. Las caricaturas reflejan la sinrazón de una invasión programada desde hace mucho tiempo a un estado soberano.
No hace falta palabras.
Las ilustraciones son tomadas de diferentes sitios web, un reconocimiento a dos excelentes artistas iraníes: Taher Shabani y Sajjad Jafari y al virtuoso Vicman desde Venezuela.

























































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Información y desinformación



La guerra y la muerte siempre son una tragedia.

Las calamidades que sufren los pueblos envueltos en conflictos militares espeluzna a cualquier ser consciente. Explicar los motivos de una crisis como la de Siria es demasiado compleja y requiere de verdaderos conocimientos y estudio de geopolítica y sobre todo estar preparado para encontrarse con una desinformación total y global, una complicidad que los medios de comunicación masiva en el mundo no tiene empacho en llevar a cabo. 

En cuanto a temas de política internacional  en ningún medio de masas, me refiero a la prensa comercial, encontrará  el lector algo parecido a la realidad, un enfoque imparcial y justo es algo parecido a una quimera en los grandes rotativos internacionales con intereses más grandes que “informar”. Los editores de las cadenas mundiales de radio - televisión y prensa escrita se encuentran prestos a censurar cualquier atisbo de rebeldía de parte de algún reportero o investigador.
La verdadera prensa independiente, está representada por aquellos periodistas o intelectuales o simples analistas y ciudadanos que no tienen compromisos políticos ni económicos con otros intereses, pero que, naturalmente, conocen, tienen experiencia  y pueden analizar una situación concreta.
Tampoco se necesita tener título de periodista profesional para decir la verdad o, al menos lo que en nuestro entender es lo más cercano a la ecuanimidad. Lamentablemente cientos, miles de periodistas tienen que trabajar para aportar con recursos a la familia, es comprensible que tengan que pasar por la censura del editor para que sus artículos gocen del beneplácito del medio en el que laboran. Siempre será así incuestionablemente.

Ante la censura y la imposibilidad de dar a conocer un trabajo de investigación más apegado a los hechos reales, hoy contamos con la herramienta apropiada, los medios alternativos, en que colaboran no solo periodistas, sino intelectuales, profesionales versados sobre determinadas ramas, filósofos, literatos, sociólogos, economistas, abogados, traductores, psicólogos, militares, en fin, aquel que puede aportar con algo que no sea la redundante información y desinformación que acecha en internet.

La desinformación también viene a través de miles de páginas que buscan una “verdad” surrealista, convenientemente catalogada como fuente independiente, pero que su trabajo consiste en dividir y confundir a la opinión pública, una mezcolanza absurda de hechos, sucesos, invenciones, presencias de seres intangibles, extraterrestres, fuerzas psíquicas, demoníacas, etc, cuya finalidad es apartar al lector del conocimiento, desviar la atención de una objetiva veracidad con análisis insulsos pero apasionantes, si, una buena distracción, como una excelente película de ciencia ficción, claro que tiene sus seguidores, en lo personal me encanta la ciencia ficción para distraerme.

He comenzado este proyecto apenas hace un par de semanas y no tengo interés en ser un medio alternativo de alta difusión, he leído que existe en el mundo más de cien millones de bloqueros y, solamente me llenaría de satisfacción tener, como ya lo tengo, personas que me leen en varios países. Los lectores son pocos, pero estoy satisfecho que se den un paseo por este sitio.

Y, como no quiero aburrir a mis lectores con tantos temas polémicos, les dejo la siguiente entrada con un poco de humor (no aquel de Charlie, que para mi también me resulta de pésimo gusto).
Tito Andino U.

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