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17 abril 2015

Desempolvando viejos archivos: El cómo se fraguó la guerra contra Siria








Es excepcional encontrarse con documentos de tanta relevancia escritos hace más de diez años (2005), en el siguiente reportaje elaborado por el investigador Paul Labarique, usted podrá encontrar los antecedentes y los planes urgidos en contra de Siria desde el gobierno de George W. Bush.

Las confabulaciones no siempre resultan como son diseñadas, pero la intención prevalecerá indefinidamente. La conspiración inicial no se pudo concretar en el tiempo y lugar deseado, diversos factores de política exterior no permitieron que la conjuración contra Siria se efectúe en los plazos acordados, pero eso para los halcones de la Casa Blanca es solo una ligera molestia de tiempo. El objetivo ha sido ya marcado hace mucho lapso, solamente había que acomodarlo a las circunstancias y momentos adecuados.

Como dato adscrito a este reportaje, al final encontraremos un extracto del discurso  sobre “el Estado de la Unión” 2005, pronunciado por George W. Bush en que determina el destino que correrá Siria si no se convierte en vasallo del Imperio.

                                                                         t. andino



«GUERRAS PREVENTIVAS»

Siria: un objetivo militar imperialista



por Paul Labarique
8 de febrero del 2005


Indiferentes a la oposición de Colin Powell, los «halcones» preparan la próxima etapa de la remodelación del Medio Oriente: la «liberación» del Líbano y el ataque a Siria. Ya empiezan a configurar su expediente acusatorio para justificar estas operaciones mediante la misma retórica que utilizaron para Irak: apoyo al «terrorismo internacional» y posesión de armas de destrucción masiva. El Pentágono sabe que puede apoyarse en el general Sharon, impaciente por crear un Estado maronita en el Líbano y por acabar con la resistencia palestina. El dispositivo militar ya está operativo desde junio de 2004.


Después de Afganistán, en octubre de 2001, y de Irak, en 2003, los halcones norteamericanos han planificado el desplazamiento de su guerra itinerante para mediados de 2004 hacia Siria o el Líbano. La rotación del cuerpo expedicionario en Irak para la utilización de tropas frescas, el despliegue de nuevas unidades en la zona y la renovación de las flotas en el Mediterráneo y en el Mar de Arabia terminarán en junio.

Washington prosigue su proyecto de «remodelación del Medio Oriente», reafirmado por el presidente George W. Bush durante su discurso sobre el estado de la Unión. Esta estrategia tiene como objetivo controlar las reservas energéticas de los Estados del Golfo, así como conquistar nuevos mercados, apoyándose en Israel a nivel regional.

Los Estados Unidos pueden contar con el servilismo asumido de Jordania -a pesar de la reciente participación de Ammán en la defensa de la Autoridad Palestina en el caso del «muro de separación»- y con la pasividad de la mayor parte de los emiratos. Con el control sobre Irak asegurado, sólo hay algunas potencias que escapan a su autoridad imperial, e Irán, Siria y el Líbano constituyen el eje central de las mismas. También se encuentra amenazada Arabia Saudita, que desde hace un año reafirma sus veleidades de independencia.

Para Israel, los intereses estratégicos son aún más evidentes y fueron teorizados, hace cincuenta años, por David Ben Gourion. Para dejar de verse rodeado por sus vecinos, Israel debe tomar el control del «eslabón más débil de la cadena de la Liga Árabe»: el Líbano. Para ello Tel Aviv deberá exacerbar los conflictos internos y empujar a la población cristiana a transformar el país en un Estado maronita.

Esto irá necesariamente acompañado por un «retroceso de las fronteras del Líbano» y, como corolario, de una expansión del Estado judío. Por otra parte, precisa Ben Gourion el 27 de febrero de 1954, en una carta a Moshe Sharett, entonces primer ministro de Israel, «si se encuentran personas y elementos en el Líbano que se movilicen para la creación de un Estado maronita, no tendrían necesidad de vastas fronteras ni de una considerable población musulmana, y no será esto lo que creará dificultades».

Este modelo teórico fue retomado por el general Ariel Sharon, con menos delicadeza, cuando en 1982 entró en Beirut y ayudó a las milicias cristianas a masacrar a los habitantes de los campamentos de refugiados de la capital, Sabra y Chatila.

Por otra parte, para vencer a los movimientos de resistencia palestinos, Israel debe ante todo destruir sus bases en la retaguardia y para ello debe penetrar en Siria y el Líbano.

La doctrina de la «guerra preventiva» elaborada por la administración Bush, que permite golpear a cualquiera que amenace, amenazara o amenace con amenazar a los Estados Unidos, autoriza a los halcones a determinar entre ellos su futuro objetivo.



Después corresponderá a los portavoces de los diferentes organismos gubernamentales organizar la propaganda y la construcción de la amenaza, incluidas las imputaciones fantasiosas mutuamente validadas por diferentes servicios secretos israelíes, estadounidenses o británicos [1].

Tras la campaña iraquí los temas son conocidos: la acusación de apoyo al terrorismo y de desarrollo de armas de destrucción masiva es suficiente para justificar una intervención militar global en un país soberano, fuera de todo marco jurídico, así como su ocupación y su saqueo. La presentación del Líbano como país ocupado por Siria autoriza a su «liberación» y luego a perseguir al «invasor» hasta Damasco.

Como preludio del conflicto que se prepara, la aviación militar israelí violó el espacio aéreo libanés, en octubre de 2003, para bombardear «campos de entrenamiento terroristas» en Siria. De paso, los cazas que acompañaban a los bombarderos se desviaron para realizar ejercicios de acrobacia aérea sobre la residencia familiar del presidente Bachar el-Assad.

Esta agresión fue descrita por Washington y Tel Aviv, pero también por toda la prensa occidental, como parte de la guerra global contra el terrorismo. Pocos fueron los que entonces consideraron conveniente señalar que tal ofensiva, ilegal desde el punto de vista del derecho internacional, se producía exactamente 30 años después del ataque de Egipto y Siria contra Israel, lo que marcó el inicio de la guerra del Kippur y debía interpretarse como una última advertencia que auguraba operaciones militares por venir.

En enero de 2004, un buldózer del ejército israelí atravesó la Línea Azul, que separa a ambos países, antes de ser destruido por disparos de cañón del Hezbollah. Esta incursión suscitó inmediatamente en Israel y en los Estados Unidos la renovación de las advertencias ya realizadas contra Siria, país al que imponían renunciar al apoyo a los «terroristas» y el desmantelamiento de sus armas de destrucción masiva.


Acusaciones ya desmentidas

Dado el cargado contexto histórico y los recientes acontecimientos regionales, es legítima la inquietud de los dirigentes sirios al frente de quienes se encuentra el presidente Bashar al-Assad, tanto más cuanto que el discurso de Washington y Tel Aviv contra Siria parece calcado del que justificó la intervención en Irak en marzo de 2003.

Como se ha visto, no pasa una semana sin que alguna autoridad de alguno de los dos países se exprese ante una comisión parlamentaria de relaciones exteriores sobre la amenaza de Siria para la estabilidad de la región. En este sentido, el 20 de junio de 2003 Colin Powell declaraba, en una conferencia de prensa en la que participaba también Ariel Sharon, que si Siria continuaba siendo «una nación de apoyo al terrorismo» sufriría las consecuencias.

En el otoño, el expediente de las infiltraciones de terroristas en Irak a partir de Siria permite al secretario de Estado de los Estados Unidos aumentar la presión sobre Damasco [2]. El 16 de septiembre de 2003, el subsecretario de Estado norteamericano para el control de armamentos y la seguridad internacional declara ante una comisión parlamentaria norteamericana que Siria continúa dejando pasar hacia Irak a personas determinadas a matar a soldados de la Coalición.

Además, afirma que «Siria ha permitido la entrada de equipamiento militar a Irak, antes y durante la guerra». Igualmente habla de una transferencia de armas, en el otro sentido esta vez, desde Irak hacia Siria.

Así, Sadam Husein habría disimulado sus armas de destrucción masiva ocultándolas en el territorio vecino antes de la invasión norteamericana. Sin embargo, se considera incapaz de confirmar sus afirmaciones mediante la más mínima prueba material [3].

En Israel, Damasco es siempre señalado por su apoyo al «terrorismo» y no sólo al Hezbollah. Los servicios de inteligencia israelíes acusan a Siria de financiar y entrenar kamikazes palestinos para cometer atentados suicidas en Israel. Los «campamentos de entrenamiento terroristas» que fueron blanco de ataques el 5 de octubre de 2003 habrían servido a tales efectos, como lo afirmó en ese momento la prensa israelí [4].

El diario parisino Le Monde, sin embargo, revelará algunos días después del ataque que el lugar estaba desierto desde hacía varios años, «quizás diez» [5]. Las acusaciones de autoridades israelíes se suceden ante la comisión de la Knesset para las Relaciones Exteriores y la Defensa a fin de documentar la implicación siria en la «red mundial del terrorismo islámico» a pesar del carácter laico del régimen y de la larga prohibición a los hermanos musulmanes.

Recientemente aún, Silvan Shalom, ministro de Relaciones Exteriores israelí, acusó a Siria de haber aprovechado los convoys humanitarios hacia Irán para traer, de regreso, cargamentos de armas destinados a organizaciones «terroristas».

El tema de las armas de destrucción masiva es igualmente decisivo, como lo demostró la experiencia iraquí en la primavera pasada. Por lo tanto todo está implementado, en el sistema de comunicación norteamericano, para hacer aparecer un programa de armamento secreto por parte de Damasco.

En junio de 2004 la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, prestó gran atención al testimonio de Nizar Nayyouf, opositor sirio residente en París. Este afirmaba «poseer informaciones suministradas por un oficial superior sirio, actualmente disidente (...), que indicaba los lugares en los que fueron enterradas las armas de destrucción masiva iraquíes a fin de sustraerlas al control de inspectores en Irak.

Más cínico aún, Ha’aretz revelaba el 15 de diciembre de 2003, al día siguiente del arresto de Sadam Hussein, que el ejército de los Estados Unidos podría ofrecerle a este una transacción si revelaba informaciones sobre sus armas de destrucción masiva, especialmente si las poseía, y, en caso afirmativo, si las había ocultado en Siria ante la inminencia de la invasión norteamericana.

Estas «verdades», afirmadas sin la más mínima prueba, permitieron la adopción del Syria Accountability Act, un régimen de sanciones comerciales y diplomáticas contra Siria, aplicable a discreción del presidente norteamericano que puede fijar por sí solo sus modalidades de aplicación. Sin embargo, como para el expediente de las armas de destrucción masivas iraquíes, las exageraciones y las incoherencias de estas acusaciones han sido ya ampliamente desmentidas por varias fuentes oficiales.

El ex emisario norteamericano Theodore Kattouf, declaró así, el 12 de noviembre de 2003, que según él Siria no había facilitado el paso de militantes fundamentalistas hacia Irak desde el mes de abril, fecha en que fue cerrada su frontera. En cuanto al reciente ataque del Hezbollah contra un buldózer israelí que atravesara la Línea Azul, este no había sido coordinado con Siria, según confidencias de un jefe de Estado del Tsahal [6].



Preparativos ante la ofensiva

Los acontecimientos se precipitaron desde el arresto del rais, y las asociaciones con el Hezbollah se multiplicaron en la frontera entre el Líbano e Israel. Las tensiones volvieron a aumentar exacerbadas por las palabras de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa norteamericano, quien dijo, el 8 de mayo de 2004, considerar el envío de tropas especiales a la llanura libanesa de la Bekaa bajo control sirio «para apresar terroristas».

Según L’Orient Le Jour, el inicio de tal operación «sería marítimo o quizás terrestre, a partir de Irak, y según un modo «policiaco» con el objetivo de capturar a «terroristas» cada vez más buscados.»

La incursión israelí en territorio libanés, el 20 de enero de 2004, es igualmente interpretada por el diario libanés como un signo de escalada belicista en la región. Citando a un diplomático europeo en Beirut, el editorialista Emile Khoury escribe el 22 de enero de 2004: «El Sr. Sharon podría verse tentado a utilizar el período de la campaña presidencial norteamericana, en el que ya nos encontramos, para lanzar una nueva aventura militar so pretexto de la lucha contra el terrorismo. De ahí el rechazo del primer ministro israelí a retomar las conversaciones con Siria a partir del punto en el que habían quedado (...), pues, viendo aumentar la tensión, el presidente Bashar al-Assad ofreció, en el mes de diciembre de 2003, retomar las negociaciones con Israel a partir del punto a que las habían llevado su padre, Hafez al-Assad, y el entonces primer ministro israelí, Yitzakh Rabin.

Las discusiones habían permitido entonces un acuerdo que preveía la retirada israelí del Golán, pero claro que esta solución no satisface a Ariel Sharon quien, apoyándose en las conclusiones del informe Perle de 1993, puede permitirse hacer durar la inestabilidad en este frente, en espera de obtener más tarde mejores resultados en las negociaciones. Esta es la razón por la que Israel garantiza totalmente su función de «obstáculo para la paz».

En diciembre de 2003, un diario israelí relata cómo el gobierno de Ariel Sharon había rechazado recientemente una propuesta siria, con vistas a garantizar un cese al fuego duradero en la Línea Azul, a cambio del cese de las violaciones del espacio aéreo libanés por parte del ejército israelí y de sus maniobras a lo largo de la frontera [7].

De ahí igualmente las recientes declaraciones de diversos miembros del gobierno Sharon para denunciar el engaño que representa, según ellos, el llamado a las negociaciones del presidente al-Assad. Ariel Sharon ha declarado especialmente no desear iniciar discusiones que llevarían, al final, a una retirada del Golán actualmente ocupado por Israel [8].


                                  David Kay

El plan de desestabilización de la región parece así listo y su campo de acción delimitado en el valle de la Bekaa. La revista de referencia Jane’s Intelligence Digest no se equivocó al dedicar un artículo, el viernes 23 de junio, a las recientes declaraciones de la administración norteamericana sobre Siria. La misma escribe que Donald Rumsfeld está considerando provocar una confrontación militar con Siria atacando las bases del Hezbollah cerca de la frontera sirio-libanesa.

Sin embargo, ya surgen los obstáculos en el camino de Damasco: el fracaso la semana pasada de la reunión de la oposición siria pronorteamericana en el hotel Holiday Inn, de Bruselas, provoca un retraso en la creación de una alternativa política creíble, como ocurrió con el Consejo Nacional Iraquí de Ahmed Chalabi. No obstante el golpe más duro vino de los Estados Unidos, donde David Kay, jefe del equipo de los inspectores estadounidenses encargado de descubrir las armas de destrucción masiva iraquíes, renunció a mediados de enero indicando que el programa de armamentos de Sadan Hussein no había vuelto a reanudarse desde el final de la Primera Guerra del Golfo, afirmación que tuvo que matizar algunos días más tarde en una breve declaración al Sunday Telegraph en la que llegaba a admitir que «componentes del programa de armas de destrucción masiva» del ex dictador iraquí fueron transferidas a Siria antes de la guerra «aunque no se tratara de una gran cantidad de armas», sólo los restos de un programa de armamentos abandonado hacía 13 años.

Esta polémica, proveniente de un experto oficial de la CIA, manifiesta la oposición de la Agencia a los neoconservadores y la voluntad de su director, George Tenet, de privar al Pentágono de un pretexto sin fundamentos.

Puede además observarse que el plan de los halcones, previsto desde hace mucho, se encuentra con una dificultad inesperada. Turquía, miembro de la OTAN y aliada militar de Israel, le ha retirado su solidaridad a los Estados Unidos durante la guerra contra Irak. Se negó a tomar parte en la misma y le prohibió a la Coalición sobrevolar su espacio aéreo, lo que ha obligado al Pentágono a reconfigurar sus fuerzas ante de lanzarse a la ofensiva a un costo considerable de la operación.

Ahora bien, Washington, precipitando su calendario para hacer frente a la resistencia iraquí, anunció demasiado rápido su intención de crear un Kurdistán autónomo y luego independiente. Sacando provecho de la situación, Siria se volvió inmediatamente hacia su socio tradicional, Irán, y hacia Turquía para hacer fracasar el proyecto. Los tres Estados, que albergan a las minorías kurdas, se sienten amenazados con estallidos a la yugoeslava si se comenzara a crear Estados monoétnicos.

La teoría huntingtonniana de un pretendido eje maléfico chiíta (Irán-Siria-Líbano) ya no corresponde a las alianzas actuales.

Sin embargo, el gobierno de Ariel Sharon podría beneficiarse con la campaña electoral presidencial norteamericana para lanzar la ofensiva militar regional. Utilizando sus contactos privilegiados con los «halcones» de la administración Bush, precipitaría así al Pentágono a una guerra que algunos esperan aún poder impedir.


BUSH: EL DISCURSO SOBRE EL ESTADO DE LA UNIÓN 2005

Los Estados Unidos amenazan a Siria e Irán
8 de febrero del 2005

Paul Labarique (extractos)




El presidente George W. Bush acaba de pronunciar dos importantes discursos con varios días de intervalo entre uno y otro. El primero fue el día de su toma de posesión el 20 de enero, y que le dio la oportunidad de fijar el rumbo para los próximos cuatro años. El segundo, el 2 de febrero, sobre el estado de la Unión, le permitió explicitar las acciones planificadas para 2005. Por supuesto que ambas intervenciones están dirigidas a los ciudadanos estadounidenses, pero han sido igualmente concebidas como mensajes del Imperio al resto del mundo.

En cuanto al discurso de 2005 sobre el estado de la Unión, el mismo brinda tres informaciones importantes en materia de política exterior acerca de Palestina, el «Gran Medio Oriente» y los próximos objetivos.

El señor Bush relanzó su proyecto de remodelación del «Gran Medio Oriente», una zona geográficamente discontinua en la que Washington pretende imponer su ley mediante el «soft power» (es decir, por medios ajenos a la fuerza militar). Marruecos, Jordania, Bahrein y sobre todo Egipto obtuvieron buena puntación, mientras que Arabia Saudita era llamada al orden.

El presidente designó por sus nombres a sus próximos blancos: Siria (y una parte del Líbano), así como a Irán. Estados en los que pretende aplicar el «hard power» para integrarlos por la fuerza al «Gran Medio Oriente», aunque pareció vacilar en cuanto al orden de prioridad.

Recordó que el Congreso le había dado ya carta blanca para atacar a Siria, pero aseguró que Irán representaba un peligro quizás más importante al proseguir con su programa nuclear. La credibilidad de esta última imputación puede medirse recordando el discurso de 2003 sobre el estado de la Unión durante el cual aseguró que Irak había comprado uranio en África.

En cuanto a la forma, es conveniente citar los pronunciamientos del presidente Bush como conclusión a su discurso: «Como lo recordara un día Franklin Roosevelt a los norteamericanos, “cada era es un sueño que muere o un sueño que se realiza”. Vivimos en el país en que nacen los sueños más ambiciosos. La abolición de la esclavitud sólo era un sueño... hasta el día en que se convirtió en realidad. La liberación de la Europa aplastada por el fascismo era un sueño... hasta el día en que se realizó. La caída del imperio comunista sólo era un sueño... hasta el día en que se produjo».

Como en el relato de Orwell, el dictador reescribe la Historia y aprendemos entonces que el movimiento abolicionista nació en los Estados Unidos, y que fue allí donde se concibió el sueño de derrotar al fascismo -cuando sólo entraron en la guerra a finales de 1942 ! y la familia Bush continuó haciendo negocios con el Reich hasta el final de la misma! .

Ya habíamos podido oír al primer ministro Tony Blair afirmar, durante las celebraciones por el sexagésimo aniversario del desembarco en Normandía, que el Reino Unido había entrado en la guerra (en 1939) par detener la exterminación de los judíos por parte de los nazis (que sólo fue planificada en 1942 por la Conferencia de Wansee). La Coalición parece molesta con la Historia.

Otro elemento de su sección «Propaganda», el señor Bush encontró un nuevo personaje para asustar a los niños y elevó así a Abu Musab al Zarqawi al plano de sucesor de Bin Laden, de modo que fue para crear obstáculos al nuevo e incapturable enemigo público número uno que las fuerzas de la Coalición han matado a más de cien mil civiles que nada habían pedido.



Paul Labarique



NOTAS:               

[1] Ver: «Un réseau militaire d’intoxication» txto en francés, Red Voltaire, 8 de diciembre de 2003. [2] Ver «Colin Powell relance la pression diplomatique sur la Syrie» (Colin Powell lanza otra vez la presión diplomática sobre Siria), Regards du Proche-Orient, 16 de septiembre de 2003.
[3] «Les États-Unis se disent "soucieux" du programme d’armement syrien» (Los EEUU se dicen «preocupados» por el programa de armamento sirio), Regards du Proche-Orient, 17 de septiembre de 2003.
[4] Ver: «Pour le Jerusalem Post, l’attaque israélienne vise un camp terroriste financé par l’Iran» (Para el diario Jerusalen Post, el ataque israelí apunta un campo terrorista financiado por Irán), en Regards du Proche Orient, 6 de octubre de 2003.
[5] «Le camp palestinien bombardé par l’aviation israélienne en Syrie était déserté depuis longtemps» (El campo palestino bombardeado por la aviación israelí estaba desierto desde hace tiempo), texto en francés, por Lucien George, diario parisino Le Monde, 10 de octubre de 2003.
[6] «IDF: Syria wasn’t tied to latest Hezbollah attack», por Amos Harel, diario israelí Ha’aretz, 22 de enero de 2004.
[7] «Un quotidien israélien affirme qu’Israël a refusé un cessez-le-feu proposé par la Syrie» (Un cotidiano israelí afirma que Israel ha rechazado un alto el fuego propuesto por la Siria), Regards du Proche-Orient, 4 de diciembre de 2003.
[8] «Ariel Sharon ne veut pas ouvrir avec la Syrie des négociations pouvant aboutir à un retrait du Golan» (Ariel Sharon no quiere iniciar con Siria las negociaciones que culminen con una retirada del Golán), texto en francés, Regards du Proche-Orient, 20 de enero de 2004.

14 abril 2015

Islamofobia






por: Tito Andino U.


"Los hombres nunca hacen el mal  tan a conciencia  y alegremente como cuando lo hacen por convicción religiosa”. Pascal.


Ante la arremetida Occidental pro alineada a los intereses norteamericanos – OTAN, hay que recordar, una vez más, que hay un objetivo claro: dividir profundamente a los estados árabes, basándose en una falsa premisa de lucha entre shiitas y sunnitas, esa acción es instrumentalizada especialmente contra aquellos estados árabes que han optado por el sendero del laicismo, sin que por ello hayan dejado de ser sociedades creyentes, simplemente han buscado con afán el desarrollo que sus pueblos carecían; por tanto, es condenable la posición de ciertos sectores islámicos (wahabíes principlamente) de condenar el progreso, que no es solamente un símbolo sino un derecho natural.

La arraigada fe del musulmán no tiene por que estar en contradicción con el adelanto científico, la educación, la cultura y la convivencia pacífica. El Líbano y Siria fueron ejemplos, antes de que Occidente les declare la guerra por medio de intermediarios, del cotidiano convivir multi confesional pacífico. Le gente puede llevarse bien, sin importarle su credo religioso y eso, lamentablemente, no gusta a los radicales musulmanes que, en una no muy clara posición política, aceptan concientemente ser manipulados por entornos sociales, culturales, económicos y políticos  ajenos a la tergiversada creencia de profesan.   

Inclusive, la tradición religiosa del wahabismo, que encasilla a todo el Islam como ”perverso”, no debería ser obstáculo para algo que es evidente, las monarquías árabes del Golfo Pérsico pueden desarrollarse y hasta “evolucionar” junto a Occidente, basados en la cooperación económica derivada de su riqueza petrolera. 

Sin embargo, una fuerte presencia de fanatismo e intolerancia en sus decisiones políticas cotidianas aflora exclusivamente para su población, no para el liderazgo, imponiendo  de forma absolutista (solo para el pueblo llano) una arcaica tradición no compatible con los tiempos, que contradice (tergiversa) la interpretación auténtica y no literal del Islam que enseñan los verdaderos doctos de la ley coránica. El Islam, al igual que la Biblia cristiana, está basado en metáforas para que la gente pueda interpretar su mensaje. 


El fanatismo es retrogrado. 

Mientras otras sociedades progresistas árabes optan por el avance científico, acorde a los tiempos, manteniendo el  respeto a la identidad cultural y tradicional de la nación, es algo moralmente aceptado. La República Islámica de Irán es el ejemplo de esa combinación, extraña para los occidentales, de modernismo, desarrollo tecnológico y tradicionalismo en la Ley Islámica.

Una simple manera de diferenciar entre el shiísmo o chiísmo y el sunnísmo (por ser las más grandes corrientes islámicas), en el ámbito político, es la siguiente:

El sunnísmo político siempre ha pretendido tener protagonismo mundial, se ha caracterizado por su ímpetu expansionista, el ejemplo más claro fue el Imperio Turco Otomano hasta finalizada la primera guerra mundial. No lo es solamente en el sentido de conquista territorial, pretende ampliarse, difundir su corriente no solo en todo el Medio Oriente sino en el mundo. Pero, su mensaje se ha ido tergiversado por la aparición del wahabismo y sus grupos takfires y por la corriente salafista, que imponen una práctica rigurosa y literal del Islam a todos los musulmanes, si es necesario, inclusive, mediante la práctica de la yihad, es decir, la guerra contra los musulmanes que no aceptan sus dogmas.

Para ello, tratan siempre de tener en la ignorancia a sus pueblos, la clase dirigente se ha alineado con Occidente y éste le brinda la garantía de mantener su estatus regional y poder personal a sus líderes a cambio del servilismo disimulado. De esta extraña alianza entre el sunnismo político y las potencias coloniales occidentales surgió la “Hermandad Musulmana”, perversa en sus entrañas, el motor de la profundización de la enemistad de las sociedades islámicas.

Pero los sunníes, la gran mayoría de los musulmanes practicantes, no son como su clase dirigencial, no. El musulmán sunní también opta por el respeto y la convivencia pacífica, son personas normales de carne y hueso como cualquier ser humano. Son las corrientes enunciadas, formadas como plataformas ideológicas en el transcurso del tiempo, las que han tergiversado la fe y “satanizado” al Islam.

El shiísmo o chiísmo (político), al contrario, no es expansionista, ni siquiera para divulgar su mensaje, no pretende extender sus fronteras (religiosas y territoriales), pero tampoco está dispuesto a ser avasallado. Es lo que denominaríamos, en política, una poderosa fuerza nacionalista, aferrada a su tradición y tierra. Al ser la minoría de los musulmanes practicantes busca mantener la armonía confesional. De hecho, a lo largo de la historia, contrario a lo que pasa con la corriente sunní, el shiísmo, que también tiene sus derivaciones (drusos, alulíes, hutíes, etc.) rara vez se han confrontado entre sí, la explicación ya se ha dicho, no profesan la ideología de la guerra como instrumento de imposición y conquista. Pero, férreamente combaten al ser atacados, eso es natural, es el sentido de supervivencia, intrínseco en el ser humano. El antagonismo provocado por las ideologías sunníes matizadas de fanatismo e intolerancia religiosa obliga, imperiosamente, a los shiíes asumir su defensa.

La rivalidad entre las grandes escuelas del Islam, nacida desde la muerte del Profeta, hoy es explotada por intereses de tipo económico y geoestratégico. El Medio Oriente y los musulmanes siguen siendo vistos por los poderosos de Occidente como su colonia inagotable de fuentes energéticas.

Divide y reinarás, la divisa maquiavélica que perdura por los tiempos, mantener al mundo árabe en constante guerra es vital para las potencias europeas, Estados Unidos e Israel, quienes se enriquecen por la industria bélica y mantienen el control hegemónico del petróleo.  

Debemos condenar la corriente tergiversada del wahabísmo y su brazo takfir y del salafismo, derivaciones horrorosas del sunnismo. Estas ideologías están siendo combatidas por los mismos sunnitas. La supuesta guerra entre sunníes y chiíes, a pesar de la violencia actual, tiene un responsable: El muy “civilizado” y cristiano Occidente (cuando hablamos de Occidente nos referimos a los Estados Unidos, Reino Unido, Francia y otros que respaldan plenamente su política).
   
Ahora, la cuestión es reflexionar en algo que la civilización occidental pretende silenciar. Acaso no ha pasado lo mismo con la historia del cristianismo?. No existe división en el cristianismo?. No se han dado  guerras a lo largo de la historia por meras disputas de carácter religioso?. No han existido “cruzadas” contra cristianos ordenadas por el poder papal?. Las dos últimas guerras mundiales se han desatado entre naciones “civilizadas” que profesan el cristianismo y que enarbolan el estandarte del modernismo y progreso. Que eso es cosa del pasado dirán algunos, falso. Las guerras de hoy siguen siendo estrategias preparadas, fomentadas, financiadas y armadas por todopoderosas naciones “puritanas” de Occidente que humillan a las católicas naciones “tercermundistas” de Latinoamérica y del mundo. Lo que pasa en el mundo cristiano y en el mundo islámico es lo mismo. La religión es solo un pretexto para disimular la verdad.

Pero hay objetivos finales más siniestros, aparte de destruir la identidad del arabismo, provocar conflictos sin fin es una estrategia. En las sombras se maneja el plan siniestro de eliminación de las “bocas inútiles”. No hablamos de controlar la natalidad, hablamos de un programa drástico y radical de despoblación mundial, “somos demasiados en la tierra y los recursos se agotan” proclaman devotos “cristianos” en Norteamérica. Esa es la meta trazada desde mucho tiempo atrás, es la consigna de los “Intocables” que controlan los hilos de la política mundial, de los amos del mundo. La guerra, la hambruna provocada, las pestes y enfermedades incontrolables son el camino elegido. 

David Rockefeller y Henry Kissinger, en alguna ocasión llamaron “estómagos inservibles” a la planeada muerte de tres mil millones de seres humanos (3.000.000.000) por el camino de la guerra y otras pandemias. Ese objetivo debería establecerse máximo hasta el año 2050. Esta información ya fue denunciada hace mucho tiempo por el destacado investigador John Coleman en su libro el “Club de los 300” (Conspirators’ Hierarchy: The Story of the Committee of 300), según Coleman el documento original fue titulado “Global 2000 Report” y aparentemente aprobado por el Gobierno de los Estados Unidos en la Presidencia de Carter (en otro momento dejaré un extracto detallado del libro del señor Coleman). Entre las víctimas a ser eliminadas, ya pueden suponerse que la lista la encabeza los “belicosos árabes”, el África negra y otras “razas inferiores” (nazismo es su más pura esencia), el informe va más lejos, destaca que la población estadounidense deberá establecerse en alrededor de cien millones de habitantes hasta el 2050 (naturalmente que el anglosajón no debería sentirse aludido).

Es probable que esta información no sea más que una de las “teorías de la conspiración” que denuncian los gobiernos de turno de los Estados Unidos; mas, sobre los hechos, lastimosa e inquietantemente, se van cumpliendo. Estamos en 2015, “guerras sin fin” presagió George W. Bush, “guerra de civilizaciones” declaman las élites del poder, “cruzada contra el terror”, crisis energéticas, crecimiento industrial cero (no habéis fijado que la desindustrialización es patente en Norteamérica, no solo por cuestiones de mano de obra, mientras el predominio de la industria bélica está en auge. Los Estados Unidos se está transformando y alimentando de la gigantesca industria armamentista, para qué?).         

Eduardo Galeano señalaba sabiamente: “Las guerras siempre invocan nobles motivos; matan en nombre de la paz, en nombre de Dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia. Y si por las dudas tanta mentira no alcanzara, ahí están los grandes medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero”.

Así que dejemos de satanizar el Islam, rechacemos eso que suena tan feo: “Islamofobia”. Existen peores enemigos para la civilización que los ignorantes e intransigentes yihadistas del Medio Oriente, son otros quienes alientan a esos radicales y los manipulan a su antojo, creando conflictos cuando lo necesitan. El yihadismo no es más que la infantería de fanáticos fundamentalistas del Occidente rico, entre los que se destacan el símil de la “Hermandad Musulmana”, su equivalente en Norteamérica es la “Fellowship Foundation”, deberíamos temer más a estos lobos con piel de cordero, auténticos extremistas del fundamentalismo cristiano con su exégesis particular de la historia de la humanidad.

La “guerra de civilizaciones” es un embuste, la única realidad es que la Fe está al servicio del Poder. 



Youtube/RT. En estos días buses en Filadelfia (Pensilvania) hacen propaganda anti islámica, promocionando fotos de Hitler en una reunión con el Gran Mufti de Jerusalem Al-Husseini en 1941 


NOTA:

En la barra lateral derecha de su ordenador se encuentra bajo el título “Islamofobia” una recopilación de artículos que posiblemente llene los vacíos que podemos tener sobre tan complejo tema. Es posible que ya los hayan leído en una anterior ocasión, de todos modos os invito volver a revisar el tema. Podrán encontrar escritos del Ayatolá Alí Jamenei, Jean-Michel Vernochet, Thierry Meyssan

10 abril 2015

La guerra Siria vista por caricaturistas (3)



Dada la gran acogida alcanzada con las caricaturas, hemos decidido  continuar con esta saga. Para ustedes, la tercera entrega de “La guerra Siria vista por caricaturistas”.

Estos documentos gráficos, incluso visto desde una perspectiva satírica, son una forma práctica de entender un complejo tramado de complots políticos y económicos para desestabilizar no solo Siria e Irak sino todo el Medio Oriente. Aunque el “Rediseño del Medio Oriente Ampliado” ha resultado un fiasco para los USA-OTAN, el plan continúa, ahora se trata de sumir a los países árabes en perpetua guerra, tal es la consigna.

Reiterando un agradecimiento especial para aquellos dibujantes iraníes. Gracias a ellos y a otros magníficos caricaturistas mucha gente ha comprendido que la guerra en Siria no es producto de una “revolución” sino de una invasión extranjera.






























































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