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04 marzo 2016

'FUERA DE CONTROL'




El nuevo libro de Daniel Estulin: “Fuera de Control”.


Un breve comentario sobre el autor: 

El autor ha dedicado su tiempo al periodismo en el área de la investigación, considerado por la crítica especializada imparcial, uno de los mejores analistas políticos del mundo y, cosa rara en esta clase de trabajo exploratorio, no es solo un excelente escritor sino un orador innato. Aunque su idioma natal es el ruso, domina perfectamente el inglés, lengua en que  suele escribir sus ensayos para luego ser traducidos al castellano, por cierto domina de forma correcta el español, con ese particular acento extranjero. Yo he seguido su trayectoria ya desde la primera aparición de “La verdadera historia del Club Bilderberg”, el gobierno mundial en la sombra. Sus libros sobre aquella organización se convertieron en un éxito total, seis millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, publicados en 67 países y traducidos a 44 idiomas.

Sus investigaciones siempre se han convertido en ‘best sellers’ y, aunque eso aparentaría ser obras comerciales más que trabajos académicos, son documentos de alto valor para comprender como se maneja la política mundial contemporánea. Leer a Daniel Estulin significa sumergirse en un mundo de “humos y espejos” que bien suele citar él mismo. El mérito de Estulin, al igual que otros notables investigadores, es haber desenmascarado uno de los aparatos más funestos que el mundo haya conocido, el autodenominado “Club Bilderberg”, un ente que controla las decisiones político-económicas que deberán aplicar los gobiernos en un ciclo determinado, manejando una agenda de control mundial. Para Daniel Estulin y otros, “Bilderberg” es el poder real oculto que controla el mundo.

Aunque no comparto esa posición de Estulin, no deja de ser verdadera su aseveración, en efecto “el Club Bilderberg” es la cabeza visible de los amos del mundo, pero no son los titiriteros de esa nefasta política mundial de controlar las naciones y la economía, imponer gobiernos en sus sesiones privadas y decidir cuándo y cómo deberán realizarse las guerras contra las naciones que se rebelan ante sus planes.  Esta visión, aunque cierta, reitero, es un falso rastro dejado premeditadamente, con el propósito de encubrir la verdadera tarea e identidad de los bilderbergs.

Me inclino, al igual que otros investigadores, a la tesis de que el “Club Bilderberg” es una criatura engendrada en los pasillos de la Organización del Atlántico Norte (OTAN/NATO), su misión no es otra que imponer las bases de acción a los gobiernos y, a través de los líderes nacionales, manipular a la opinión pública que deberá forzosamente “aceptar los conceptos y acciones de la alianza atlántica”, una evidente imposición político-económica-militar.

No abordaremos aquí el origen del Bilderberg, quizá en otra ocasión. Aquí vamos a resumir en un magistral trabajo de 'Periodista Digital' el nuevo libro de investigación de Daniel Estulín.


                                                                                             Tito Andino

   

“El ISIS es una creación, una prolongación y un agente de la OTAN”

"Dubai es el epicentro del terrorismo, el narcotráfico y el blanqueo de capitales".
“El ISIS está estrechamente ligado al MI6 británico y a la CIA, que respaldan una gran cantidad de sus operaciones”.


Aunque tanto los medios de comunicación como los gobiernos occidentales se han esforzado en hacernos creer que los atentados terroristas de Charlie Hebdo en París fueron exclusivamente obra de radicales yihadistas, la realidad de los atentados nos enseña una lección muy distinta.

Lo que está ocurriendo no es una guerra de religión, sino un juego geopolítico dirigido por las potencias occidentales y los Amos del Mundo. A día de hoy, Estados Unidos, Gran Bretaña y sus socios regionales como Arabia Saudí han creado, armado, financiado, protegido y desatado el extremismo islámico sobre el mundo.

Su objetivo: un cambio de orden en Oriente Medio. Fruto de toda esta estrategia, la tensión con las naciones islámicas irá en aumento y la crisis internacional crecerá en un futuro próximo. 'Fuera de control' revela las claves de este peligroso juego y evalúa las consecuencias de su profundo y largo alcance.

Entre las amenazas y peligros que actualmente se ciernen sobre el mundo, sin duda uno de los primeros es el terrorismo islámico. Superada la Guerra Fría, resueltos los conflictos a que dio lugar la descomposición del bloque del Este, en vías de encauzarse las guerrillas latinoamericanas, prácticamente todos los focos de tensión actuales tienen que ver con el Islam y el terrorismo practicado en su nombre.

Daniel Estulin, autor de importantes best sellers sobre las fuerzas secretas que mueven el mundo, especialmente el Club Bilderberg, se ocupa en este nuevo libro del terrorismo islámico, entrando a fondo en sus entresijos y secretos, y desvelando sorprendentes complicidades.

Dicho de otra forma, muestra las estrechas relaciones que hay entre esas élites político-financieras mundiales que se mueven en la sombra y por encima de los gobiernos, y el terrorismo yihadista.

Fiel a su estilo, lo hace sin morderse la lengua y apoyándose en una voluminosa documentación (el libro tiene más de 700 notas que remiten a un conjunto muy variado de fuentes: informes, revistas especializadas, declaraciones de expertos, documentos de difícil acceso...).

Y aunque pone el foco en este aspecto concreto, las tesis de Estulin son coherentes con lo que viene denunciando en libros anteriores: la existencia de oscuros poderes que trascienden a los gobiernos democráticos y manejan los hilos que mueven a su vez a grupos e instituciones que son como marionetas suyas. En este caso, las marionetas son los grupos terroristas yihadistas.

Sus conclusiones son rotundas:

"No estamos a salvo. No tanto de los terroristas, sino de quienes los financian, les suministran armamento, los entrenan y los utilizan para sus propios objetivos a largo plazo" "El objetivo final de la guerra global contra el terrorismo [esta expresión, Estulin la pone siempre en cursiva o entre comillas, que es una forma de ponerla en tela de juicio] es subyugar a los ciudadanos, despolitizar totalmente la vida social en Estados Unidos, impedir que la gente piense y conceptualice...".

"La llamada guerra global contra el terrorismo se ha convertido en uno de los mayores engaños criminales de la historia moderna". "La amenaza terrorista local es una invención. Sí, los terroristas existen, y sin embargo ¿quién los puso ahí en primer lugar? ¿Quién sentó las bases, los financió, les proporcionó armamento, les observaba marchar y asesinar con impunidad por casi todo Oriente Medio?".

Esas preguntas son minuciosamente respondidas en las bien documentadas páginas del libro. 'Fuera de control' se divide en tres grandes bloques (bien que profusamente comunicados entre sí): El juego del diablo, Los saudíes y El ISIS y todo lo demás.

El primer apartado es una visión panorámica e histórica sobre las insospechadas y terribles complicidades de las grandes potencias e instituciones (principalmente el Imperio británico, que Estulin sostiene que sigue existiendo como tal) con el terrorismo islámico. Los siguientes se centran en lo que anuncian sus títulos. En todo caso, a lo largo del libro los temas se entrecruzan y reaparecen en páginas sucesivas.

EL OTRO EJE DEL MAL



El comienzo no puede ser más claro ni contundente:

"Quiero empezar diciendo que la guerra global contra el terrorismo es una invención basada en la mentira y la idea equivocada de que un hombre, Osama bin Laden, fue más listo que los Servicios de Inteligencia estadounidenses, dotados de un presupuesto anual de cuarenta mil millones de dólares. La guerra contra el terrorismo es una guerra de conquista".

Y añade dirigiéndose directamente al lector, recurso que emplea a menudo en el libro: "¿Te has fijado en que allí donde haya un país con un gobierno independiente que tenga reservas petrolíferas o recursos financieros, agrícolas o estratégicos que no se hayan sometido aún al control corporativo transnacional siempre existe una campaña liderada por Estados Unidos para destruirlo?"

Y para que no queden dudas:

"Desde los atentados del 11 de septiembre, Estados Unidos, junto con sus aliados regionales, ha patrocinado cada vez más a yihadistas de todo tipo para destruir cualquier estado social que se resista a sucumbir a las pretensiones hegemónicas del Imperio... El Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS) es un instrumento al servicio de la estrategia de la guerra civil, y está financiado y armado por las mismas fuerzas lideradas por Estados Unidos que lanzan bombas sobre él en Siria e Iraq".

¿Difícil de creer? El propio Estulin lo viene a reconocer cuando dice que esto es "la locura encarnada". El autor sostiene que, tanto el ISIS como otros movimientos islámicos extremistas -Al Qaeda en el Magreb Islámico, Hermanos Musulmanes, talibanes...- "son el resultado de objetivos políticos a largo plazo diseñados en Washington y Londres, y financiados a través de organizaciones benéficas saudíes".

Estados Unidos, Gran Bretaña, Arabia Saudí (sin olvidar a Israel). Estulin nombra directamente a los principales miembros de este otro eje del mal, en el que destaca especialmente Gran Bretaña, "primus inter pares de la oligarquía financiera del mundo".

Y les señala una y otra vez. Las frases acusatorias, extremadamente bien apoyados por la voluminosa documentación, recorren todo el libro: "Londres es el centro neurálgico del terrorismo islámico".

"El recrudecimiento de la locura islámica [...] es un proyecto de la City de Londres". "Los Hermanos Musulmanes [son] una secta fundamentalista musulmana engendrada por los servicios secretos británicos".

"Londres es el epicentro y la sede de decenas de las organizaciones terroristas internacionales más sangrientas, financiadas y protegidas por el gobierno y por la propia Corona británica".

El HUT (Partido de la Liberación), "uno de los grupos armados más violentos de Asia Central" es "un grupo terrorista británico protegido por Tony Blair y el gobierno británico... controlado por el Servicio de Su Majestad".

En resumen: "La palabrería de Londres en nombre de las víctimas del terrorismo es detestable a la luz de la absoluta falta de consideración del Reino Unido hacia el derecho internacional. El Reino Unido no sólo es el epicentro y el hogar de decenas de las organizaciones terroristas internacionales más sangrientas, sino que los terroristas afincados en Inglaterra operan amparados por el gobierno y la Corona británicos".


LOS SAUDÍES

Dentro de ese auténtico eje del mal que aparenta serlo del bien, Arabia Saudí juega un papel esencial. Ha sido un elemento clave a la hora de propagar el islamismo radical por todo Oriente Medio, lo que no hubiera conseguido sin el patrocinio del Imperio británico. Los saudíes, que gobiernan en virtud de una alianza centenaria con los fanáticos wahabíes, son la mayor fuente de financiación del terrorismo yihadista global. Arabia Saudí es "el punto neurálgico del control y despliegue del terror wahabí en todo el planeta".

Arabia Saudí, creación del Imperio británico, es una marioneta en sus manos, "el actor clave en este programa de caos y disturbios planificados". Y "no queda ninguna duda de que Riad y Al Qaeda actúan en estrecha colaboración".

"En la actualidad, la fuente de todo el terrorismo internacional importante es la alianza imperial anglo-saudí".

Y dentro de esa alianza imperial hay un claro reparto de papeles: "Los británicos fijaron la política, definieron el diseño, organizaron el terreno y protegieron y apoyaron a los terroristas, pero el dinero siempre procedía de Arabia".

Estulin denuncia "una estructura jerárquica anglo-saudí que controla Al Qaeda y todos los demás grupos del frente yihadista... Los Hermanos Musulmanes, Al Qaeda, los talibanes y el ISIS son una creación anglo-saudí... Los anglo-saudíes los dirigen como si fueran un ejército internacional con el fin de destruir los estados nación y aterrorizar a la población".

En cuanto al vecino Dubai, Estulin considera "irrefutable" que se trata del epicentro del terrorismo, el narcotráfico y el blanqueo de capitales.


DOMINAR IMPIDIENDO EL DESARROLLO

Los hechos actuales hunden sus raíces en lo que Estulin considera un punto de inflexión en la historia de Oriente Medio y del mundo islámico: la caída del shá de Irán y la toma del poder por el ayatolá Jomeini en 1979, lo que constituyó "el primer paso para imponer los intereses económicos anglo-estadounidenses".

Aquel episodio supuso la sustitución de un régimen pro-occidental y laico, en pleno proceso de industrialización, por otro islámico fundamentalista y contrario a la industrialización y la modernización. Y fue una operación diseñada "para desencadenar la propagación del fundamentalismo islámico por todo el mundo musulmán".

Fue el primer eslabón de la cadena de acontecimientos que siguieron, de un vasto plan que se puede explicar así: El Estado nación es la base del progreso económico, científico y político de la humanidad, la forma más adecuada que las naciones han encontrado para crecer y desarrollarse.

Por lo tanto, las potencias que quieren apoderarse de las riquezas y recursos del planeta necesitan hacer retroceder a los países del Tercer Mundo en vías de desarrollo, desintegrándolos y balcanizándolos. Y un excelente método para ello es fomentar las formas más retrógradas de pensamiento en contra de las corrientes liberales y modernizadoras.

Esto, en los países de Oriente Medio y Asia Central, supone fomentar el fundamentalismo islámico. En el fondo, se trata de una ecuación simple: fundamentalismo = atraso político y económico = facilidad de dominación.

El objetivo final es destruir hasta el último vestigio de cualquier estado nación soberano para crear un estado supranacional controlado por la élite. Esa élite considera que los recursos naturales mundiales le pertenecen, y para apropiárselos y saquear libremente el planeta, los pueblos son un obstáculo, sobre todo los pueblos que progresan organizados como Estado nación.

La jugada de Irán en 1979 se ha seguido repitiendo en otros sitios, de distintas formas pero con el mismo fondo común: combatir los movimientos nacionalistas regionales en Oriente Medio y Asia Central con el objetivo de perpetuar la falta de unidad árabe y acabar con el panarabismo.

Estulin insiste en esta idea a lo largo del libro:

"Las élites consideraban suyos los recursos de la Tierra y no querían compartirlos con un Tercer Mundo emergente y en vías de desarrollo. El Imperio es consciente de que el progreso de la humanidad comporta su inminente fin. Que no puede sobrevivir en un mundo donde existe un progreso tecnológico y científico generalizado. El Imperio del dinero depende de la supresión del progreso científico y del conocimiento, favoreciendo el atraso y la ignorancia. El Imperio necesita un mundo con habitantes ignorantes y dóciles".


BENEFICIOS COLATERALES

El atraso y la disgregación de estos países es la premisa para que sean dominados a largo plazo. Pero ya en el corto plazo el Imperio obtiene beneficios. "Allí donde esté presente Al Qaeda aparece a continuación el ejército estadounidense, y en la retaguardia de los militares las compañías petroleras esperan y presionan; y detrás de éstas, los bancos ganan dinero", describe Estulin el proceso.

Otra fuente enorme de beneficios es el narcotráfico, cuya mafia -dice Estulin- está dirigida por las altas esferas de Londres y Wall Street. El dinero que éste genera es una parte fundamental del sistema financiero y bancario mundial. Por ello no sorprende que la CIA, a la que señala como cómplice de la mafia afgana del narcotráfico desde 1947 hasta hoy, haya llegado a un acuerdo secreto para proteger la ruta siria del narcotráfico.

Por eso, afirma Estulin, "no puede hablarse en serio de desmantelar redes terroristas, ya que eso implicaría desmantelar toda la maquinaria mundial que alimenta a ese monstruo y que a su vez vive a costa de él. Ningún servicio de Inteligencia se arriesgará a perder miles de millones de dólares de financiación de su presupuesto en negro para desmantelar las organizaciones terroristas que ellos mismos controlan".


EL ISIS, EL ÚLTIMO CAPÍTULO POR AHORA















El capítulo más reciente del terrorismo islámico, es decir, de su utilización para desestabilizar y balcanizar a los países árabes, es el siniestro Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS), tristemente célebre por las decapitaciones masivas y la destrucción del patrimonio cultural.

Estulin empieza por llamar la atención sobre el hecho sorprendente de que este "variopinto grupo de terroristas no tenía ninguna posibilidad de tomar por sí solo el control de una ciudad y un territorio tan grandes {Mosul y Tikrit] -recuérdese cuánto tardó el ejército estadounidense en tomar el control de Faluya, en Iraq-, y mucho menos ejercer ningún control sobre grandes ciudades o territorios sin el apoyo de potencias regionales o incluso mundiales".

Semejante capacidad militar sólo se explica por los respaldos con que cuentan estos yihadistas. Respaldos que enumera con detalle el autor del libro.

"El ISIS es una creación, una prolongación y un agente de la OTAN. Es evidente que la amenaza del ISIS ha sido obra de la OTAN desde el principio". Además, "el ISIS está estrechamente ligado al MI6 británico y a la CIA, que respaldan una gran cantidad de sus operaciones".

"Los anglo-estadounidenses, en connivencia con los ricos países petroleros árabes liderados por Arabia Saudí, han creado un ejército del Califato con los yihadistas que han salido de la guerra de Siria... algo que los yihadistas nunca habrían logrado por sí solos".

El ISIS, dice Estulin, es un pretexto para lanzar un nuevo ataque imperialista abierto en Oriente Medio, y gran parte de sus principales generales y combatientes "fueron seleccionados a dedo, trasladados, armados y equipados por los aliados de Estados Unidos, la OTAN y los países del Golfo".

"La Administración Obama usa a Al Qaeda, y ahora al ISIS, para derrocar a gobiernos independientes con el fin de balcanizar o desintegrar después los países en cuestión, o bien utilizarlos como marionetas kamikazes contra mayores enemigos, como Rusia, China o Irán", añade Estulin.

"Nos encontramos ante una iniciativa liderada por Estados Unidos para azotar la región por medio del ISIS y sus fuerzas asociadas, con el fin de acabar totalmente con la estabilidad y la capacidad de Siria, Iraq e Irán de coordinar cualquier acción militar, económica o política significativa".

Paralelamente, su increíble potencia económica no se explica sin tener en cuenta a los "financieros entre bambalinas" de Arabia Saudí, Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, cuyas donaciones se blanquean como ayuda humanitaria.

Este último capítulo es una nueva vuelta de tuerca a la tesis central del libro sobre el gran engaño que constituye la llamada "guerra global contra el terrorismo":

"El Programa Antiterrorista de Washington en Iraq y Siria se basa en el apoyo a los terroristas. La incursión del Estado Islámico... se enmarcó en una operación de la Inteligencia militar cuidadosamente planificada y apoyada en secreto por Estados Unidos, la OTAN, Arabia Saudí e Israel. La misión antiterrorista es una ficción sin sentido, dado que Estados Unidos es el principal estado patrocinador del terrorismo".

Como el propio Estulin ha dicho en las páginas anteriores, "la locura encarnada" o "el mundo al revés".



PUBLICACION ORIGINAL:
PERIODISTA DIGITAL: 
Daniel Estulin: "El ISIS es una creación, una prolongación y un agente de la OTAN" 

29 febrero 2016

La guerra siria vista por caricaturistas (9)


A paso lento, pero seguro el ejército de la República Árabe Siria va consolidando las victorias en el campo de batalla. Con sus propias milicias populares y las de sus aliados se encuentran barriendo el terreno apoyados por la aviación rusa. Los wahabíes saudíes y sus socios turcos, pese a sus pataleos y chillidos, están retrocediendo en sus pretensiones, más no en sus objetivos de ver al presidente sirio fuera del poder, con ese pretexto continúan alimentado el terrorismo.

Muy a pesar, la guerra en Siria continuará algún tiempo más, pero será otro tipo de guerra, ya no la sañuda invasión mercenaria extranjera, que se mantendrá aisladamente. Ahora se está observando los actos de sabotaje y terrorismo asesino puro, atentados con coches bombas y suicidas en las ciudades sirias, el asesinato de rehenes y otros actos de venganza como ejecutar a sus propios desertores. Ante el fracaso, el extremismo recurre a la única medida desesperada. Los retrógrados barbudos se ocultarán en sus madrigueras y emboscarán traicioneramente.

Con ustedes la novena entrega de la popular saga: LA GUERRA SIRIA VISTA POR CARICATURISTAS.





















































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25 febrero 2016

LIBIA: Tragedia en el Mare Nostrum (IV)





















QUIÉNES ESTÁN DETRÁS DE LA GUERRA DE LIBIA


El motor de la Guerra de Libia han sido los intereses de una oligarquía económica francesa cristalizada en torno a Sarkozy, y el lobby sionista de los Estados Unidos y Reino Unido.

El senador Joseph Lieberman fue quien transmitió una petición de Tel-Aviv a la Casa Blanca en febrero de 2011, exigiendo que Obama suministrase armas, asesoramiento y dinero a los rebeldes para poder establecer una zona de exclusión aérea sobre Libia. Otro senador, Lindsey Graham, declararía en la CNN que "Mi recomendación para la OTAN y la Administración es cortar la cabeza de la serpiente: ir a Trípoli y empezar a bombardear".

En una carta abierta a la House of Republicans, una serie de personajes de la política estadounidense pedían que Washington se saltase las resoluciones "humanitarias" de la ONU de marzo de 2011 y empezase a armar a los "rebeldes" para derrocar a Gadafi y propiciar un cambio de régimen. Los firmantes: Elliot Abrams, John Podhoretz, Robert y Fred Kagan, Lawrence Kaplan, Robert Lieber, Michael Makovsky, Eric Eldelman, Kenneth Weinstein, Paul Wolfowitz (que tuvo un papel esencial apoyando la Guerra de Iraq en 2003), Randy Schneunemann y el neocon William Kristol, quien en la Fox declaró simplemente "No podemos dejar a Gadafi en el poder, y no vamos a dejar a Gadafi en el poder".

En la edición del 22 de agosto de 2011 del "Financial Times", un artículo titulado "Libia ahora necesita botas sobre el terreno", Richard Haass, el presidente del poderoso CFR (Consejo de Relaciones Exteriores), finalmente reconocía abiertamente que las operaciones en Libia tenían por objetivo derrocar a Gadafi (ni rastro de "proteger a la población civil" o brindar "ayuda humanitaria").

La Guerra de Libia puede interpretarse en buena medida como una operación comercial por parte de las petroleras angloamericanas y francesas para resarcirse de las posiciones perdidas respectivamente en Iraq (a favor de Irán y China) e Irán (cuando Francia aceptó retirar su petrolera 'Total' debido a las sanciones internacionales sobre Teherán).


¿QUIÉNES SON "LOS REBELDES LIBIOS"?


En Libia NO ha habido un cambio de régimen por "revueltas populares". Gadafi era extraordinariamente popular, no sólo en Libia, sino en buena parte de África subsahariana. Las famosas "revueltas de Libia" no han sido sino un golpe de Estado, un alzamiento por parte de una porción del Ejército y otros cuadros de mando del régimen libio. 

Estas facciones gubernamentales se desgajaron de la autoridad de Trípoli cuando Gadafi anunció otra ronda de nacionalizaciones petroleras. Dicha acción iba a privar a estos señores de acaparar beneficios y erigirse en la versión libia de los jeques árabes del Golfo. Así tenemos por ejemplo al presidente del CNT (Consejo Nacional de Transición), Mustafá Abdul Jalil, antiguo ministro de justicia de la Yamahiriya. Jalil fue invitado a Londres para discutir su participación de los beneficios petroleros. En la práctica, puede decirse que es simplemente un disidente gadafista sobornado por Occidente. Lo mismo puede decirse de Mahmud Jibril, alto funcionario económico que había intentado "neoliberalizar" el país con una oleada de privatizaciones, y que no veía con buenos ojos el proyecto de redistribución de riqueza que Gadafi había anunciado en 2008. Seis meses antes del conflicto libio, Jibril, cuyo modelo de Estado económico liberal era Singapur, se había reunido en Australia con Bernard-Henri Lévy, un "intelectual" francés, para discutir sobre la formación del Consejo Nacional de Transición y el derrocamiento de Gadafi. En cuanto estalló la rebelión en Bengasi, Jibril voló inmediatamente a Cairo, para encontrarse con el igualmente rebelde Consejo Nacional Sirio y con Lévy de nuevo. Puede ser una de las razones por las que el nuevo gobierno libio ha reconocido al CNS como el gobierno legítimo de Siria.

En cuanto a los "rebeldes libios" propiamente dichos, la mayoría ni siquiera son propiamente libios, sino soldados qataríes y jordanos, así como mercenarios y muyahidines saudíes (concretamente del príncipe Bandar), emiratenses, kuwaitíes, ex-talibanes, ex-"presos" de Guantánamo, al-qaederos pakistaníes e incluso contratistas colombianos y mexicanos (de hecho, en el vídeo de la captura de Gadafi se ha podido escuchar a varios "rebeldes libios" hablando en español iberoamericano). Esta heterogénea tropa ha estado activamente asesorada desde primeros de marzo de 2011, puede que antes, por la CIA, el MI6, la Inteligencia francesa y grupos de operaciones especiales de EEUU y Reino Unido. 

Buena parte de estos combatientes son la respuesta de los petro-regímenes del Golfo a la ayuda brindada por EEUU durante las revueltas populares en lugares como Bahrein y Yemen ―que fueron sofocadas con tremenda brutalidad pero que, a diferencia de Libia, no han suscitado una respuesta por parte de "la Comunidad Internacional". La presencia de combatientes del Golfo era tan obvia para las fuerzas lealistas de Gadafi que a menudo, para distinguir a los "rebeldes", les bastaba hablarles en árabe libio. Si la respuesta era en árabe del Golfo, se les tiroteaba sin más.

Aquellos "rebeldes" que sí son libios son principalmente radicales musulmanes y gente vinculada con Al-Qaeda, procedentes esencialmente de Derna y Bengasi, al Este del país, y cuyo objetivo es imponer la Sharia en Libia, cosa que por cierto van a conseguir. A toda esta morralla se le debe que hayamos escuchado innumerables gritos de "¡Allah akbar!" en diversos vídeos sobre los "rebeldes" filtrados a la opinión pública, igual que en el caso de los "rebeldes sirios".

Estos "rebeldes" no son, ni mucho menos, una fuerza homogénea, igual que no ha sido homogénea la fuerza multinacional que ha atacado Libia. Las diversas facciones "rebeldes" incluso han combatido entre ellas, especialmente en Trípoli, debido a sus procedencias tan diversas, sus intereses tan divergentes y especialmente por las concesiones petrolíferas de diversas multinacionales extranjeras. Finalmente, dos son las banderas que se han impuesto en Libia. Una es la antigua bandera monárquica del rey Idris ―un títere de los angloamericanos. La otra es la de Al-Qaeda.


COMIENZA LA GUERRA


La Guerra de Libia forma parte de la primavera árabe y los "movimientos espontáneos" de Occidente. 

Se trata de un conjunto de movimientos variopintos, patrocinados por fundaciones y ONGs del tipo USAID, Albert Einstein Institution, NED, NDI, IRI, ACIL, ICNC, CIPE, Safe Democracy Foundation, CEIP, etc. Y ver aquí. Estas organizaciones son fachadas legales de la CIA que operan en el extranjero bajo la excusa de expandir la democracia liberal, con el verdadero objetivo de privatizar los recursos, propiciar cambios de régimen y abrir las puertas a la influencia extranjera.

La resolución 1973 de la ONU (17 de marzo de 2011), propuesta por Francia, Líbano y Reino Unido, fue adoptada para "tomar todas las medidas necesarias" para "proteger a los civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de los ataques". Esto incluía crear una zona de exclusión aérea sobre Libia, es decir, "desmilitarizar" su espacio aéreo, impedir que la aviación militar libia se echase al cielo. En la práctica, la zona de exclusión aérea tomó un cariz bien distinto. La resolución 1973, desde el principio, se basó en una mentira: la mentira de que Gadafi había bombardeado a su pueblo en febrero. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, que monitorizó Libia desde el principio con satélites del Ejército, afirmó tajantemente que Gadafi no había emprendido ningún bombardeo.

"La primera víctima de la guerra es la verdad", dice la conocida frase de un senador americano. En este caso, la mentira del bombardeo sirvió para tres cosas:

1- Para que la OTAN atacase Libia, lanzando EEUU su "Operación Amanecer de la Odisea", con el único objetivo de servir de ala aérea a los "rebeldes", impedir que las fuerzas gadafistas se defendiesen, asegurar el petróleo y arrasar las infraestructuras civiles y militares de Libia.

2- Para legitimar a Jalil, quien tuvo un pretexto para dimitir como ministro de justicia, desmarcándose así del régimen de Gadafi y lavando su cara para pasar, en tiempo récord, a ser presidente del Consejo Nacional de Transición.

3- Para poporcionar una envoltura humanitaria a un paquete en el que no hay más que una intervención militar violenta a favor de sórdidos beneficios monetarios, petrolíferos y geoestratégicos.

Los únicos países que han voceado una crítica seria y enérgica contra la chapuza de la Guerra de Libia han sido Rusia, Turquía e Irán. En Occidente, la única política que ha sido mínimamente honesta con Libia ha sido Marine Le Pen. Libia ha pasado a formar parte de otras víctimas de la mentira como Serbia (bombardeos humanitarios para proteger a los "pobres e indefensos" albanokosovares), Afganistán (atentados del 11 de Septiembre) e Iraq (armas de destrucción masiva).

Entretanto, otros regímenes árabes, como Yemen y Bahréin, han reprimido verdaderas manifestaciones masivas con increíble brutalidad, sin que los medios de comunicación de Occidente les condenasen ni se rasgasen las vestiduras lo más mínimo. Así, las tropas saudíes pudieron entrar con tanques en Manama, irrumpir en hospitales (incluyendo el Centro Médico Salmaniya), violar a las enfermeras, hacer fuego contra ambulancias, practicar detenciones ilegales, ametrallar al grueso de una manifestación desde carros blindados y helicópteros Cobra made in USA, utilizar gases nerviosos, etc. Incluso desaparecieron "misteriosamente" los órganos de muchos cadáveres (como ya ha pasado y sigue pasando en Kosovo con los serbios) y un preso murió torturado en la cárcel en circunstancias poco claras. Todo bajo la atenta mirada de la V Flota de los Estados Unidos, estacionada en Bahréin. No hubo resolución ni contra Arabia Saudí ni contra la familia real Khalifa (una casta sunnita que gobierna despóticamente un país chiíta, con el único objetivo de contener la influencia iraní en el Golfo Pérsico). No sólo no se brindó nigún apoyo a los rebeldes bahreiníes, sino que hasta se les tachó de extremistas en los medios de comunicación occidentales (por ejemplo, en "El País"). Este repugnante e hipócrita doble estándar está totalmente en contradicción con los elevados valores morales, solidarios, humanitarios y caritativos que, nos hacen creer, mueven cada intervención de la OTAN.


ORGANIZACIÓN TERRORISTA DEL ATLÁNTICO NORTE —CRÍMENES DE GUERRA DE LA OTAN EN LIBIA
 

El atlantismo no parece haber cambiado su naturaleza piratesca, saqueadora y mercenaria desde que Drake y Hawkins atacaban a los barcos españoles en el Siglo XVI. El nuevo nombre de la operación de bombardeo sobre Libia ("Protector Unificado") es una cruel burla. José Riera, el nuevo embajador español en Libia, ha dejado claro que hay mucho que hacer y reconstruir, ya que Libia ha quedado totalmente destruida, pero no por los bombardeos de la OTAN o las atrocidades de los rebeldes, sino... ¡por "cuarenta años de dictadura"! La desfachatez e hipocresía de los políticos occidentales clama al cielo y debe ser denunciada.

La realidad sobre la "intervención humanitaria" es que la OTAN, con la excusa de proteger a los civiles de supuestos bombardeos… ha bombardeado a esa misma población civil y se ha cargado casi todas las infraestructuras económicas de Libia, condenando a la población a la miseria, la hambruna, la sequía y la enfermedad. 

Más de 14.000 misiones de bombardeo han devuelto el país a la edad media. En Septiembre, el nuevo ministerio de sanidad del gobierno rebelde ha hablado de 30.000 muertos y 50.000 heridos sólo en los primeros 6 meses de guerra. La verdadera cifra de muertos en los 9 meses de guerra podría ser mucho mayor: el periodista Thomas C. Mountain habla de 30.000 bombas lanzadas (sin contar 100 misiles de submarinos británicos y estadounidenses) y 60.000 civiles muertos, sólo hasta finales de agosto. 

Repasemos brevemente los cargos contra la OTAN:

1- La OTAN ha bombardeado a la población civil. Ha destruido pueblos, barrios residenciales, universidades, un mercado de verduras y hasta una escuela de síndromes de Down en Trípoli. También ha bombardeado edificios gubernamentales muy valiosos: uno de los primeros edificios bombardeados la OTAN fue la Agencia Libia Anti-Corrupción de Trípoli, el objetivo de este bombardeo era destruir documentos sobre políticos libios que se quedaban con beneficios petroleros y los depositaban en bancos suizos ―estos políticos casualmente fueron los mismos que se pasaron inmediatamente al bando "rebelde". Un obispo católico, Giovanni Innocenzo Martinelli, denunció los sanguinarios "éxitos" de las misiones de bombardeo en Trípoli, que incluyen 40 muertos civiles al colapsar un edificio en el distrito de Buslim. 


Video


                                                       Así ha quedado Sirte (video).


2- La OTAN ha bombardeado infraestructuras vitales. Se trata de los "objetivos de uso dual", así llamados porque pueden ser usados tanto por civiles como por militares (puentes, carreteras, edificios, refugios, acueductos, tendido eléctrico, generación eléctrica, fábricas, etc.).  Esta táctica, que ya se vio en la Guerra del Líbano de 2006, viola totalmente la resolución 1973 de la ONU, por lo cual se han dado casos de pilotos y altos oficiales que se niegan a obedecer las órdenes, sabiendo que en el futuro se les podrá someter a consejo militar y procesar por crímenes de guerra.

3- La OTAN ha empleado armas químicas y armas de destrucción masiva. Uranio empobrecido, gas mostaza, bombas termobáricas, fósforo blanco y bombas-racimo. A menudo ha acusado a las fuerzas gadafistas de utilizar estos métodos, al tiempo que impedía que los periodistas y ONGs accedieran a los lugares de los hechos para verificarlos.

4- Los "rebeldes" han cometido numerosas atrocidades y crímenes de guerra contra población civil desarmada. Esto incluye el asesinato de 267 partidarios de Gadafi en Sirte, 100 personas muertas al estallar una bomba tras el funeral de Gadafi, el asesinato a traición del anciano jefe de la tribu Warfalla (la más numerosa e importante de Libia), el asesinato de 120 miembros de dicha tribu en Bengasi, el terrorismo contra los pobladores de Tawerga, leales a Gadafi, el empalamiento de niños, la decapitación de soldados gadafistas, el ahorcamiento sin juicio de opositores y el asedio de Beni Walid, durante el cual los rebeldes y la OTAN impidieron a las ONGs suministrar agua, comida y medicamentos a los resistentes. Los rebeldes también se han dedicado al saqueo, a la violación, al linchamiento y al vandalismo en las localidades que han tomado, y lo más probable es que la mayor parte de sus atrocidades no lleguen nunca a la opinión pública occidental.

5- Los "rebeldes" han llevado al cabo una limpieza étnica en toda regla contra los negros. Gadafi era muy popular en África subsahariana y acogía a numerosos inmigrantes de esta región. También contaba con la lealtad de muchas tribus como los tuareg, y con unidades de mercenarios negros. El resultado es que todos los negros, incluso los negros libios que simplemente trabajan como obreros de la construcción, están bajo sospecha de ser mercenarios gadafistas, y se les está liquidando sistemáticamente.

6- Gadafi ha sido asesinado sin juicio y violando el tan cacareado "derecho internacional". Los "rebeldes libios" no han tenido empaque en secuestrar a un hombre de 70 años, herido y aturdido por un bombardeo, insultarlo, maltratarlo, humillarlo, golpearlo, torturarlo y finalmente lincharlo, todo sin dejar de gritar Allah akbar. También podemos añadir a esto la profanación de las tumbas de los padres de Gadafi por parte de yihadistas, o el asesinato de Mutassim Gadafi a manos de unos individuos que no hacen más que gritar Allah akbar.

Para colmo, tanto la OTAN como buena parte de la prensa occidental se han dedicado a manipular datos para intentar criminalizar al régimen gadafista. Así, hemos podido ver cómo desenterraban en Abu Salim una fosa común de supuestos represaliados por Gadafi que luego resultaron ser huesos de camellos (caso no muy distinto a los huesos de cabra y perro de Órgiva, Granada, que los subvencionados de la "memoria histórica" quisieron hacer pasar por 2.000-4.000 represaliados del franquismo), hemos visto a los atlantistas utilizando gas mostaza en Beni Walid y luego acusando a Gadafi de hacerlo, hemos visto a los periodistas de la BBC entrando en un hospital de Trípoli lleno de cadáveres putrefactos, sin decir quiénes fueron los verdaderos asesinos, etc.


Trípoli antes de los bombardeos.



Los vergonzosos titulares de la prensa occidental en general y angloamericana en particular, mostraron bien hasta qué punto la objetividad y la imparcialidad saltaron por la ventana desde el instante en el que Libia se enemistó con el poder del dólar. "La primera víctima de una guerra es la verdad". El mensaje para el resto del mundo: esto es lo que les pasa a los que no doblan la cerviz ante las potencias hegemónicas de la globalización capitalista y neoliberal, esto es lo que les pasa a los regímenes que rechazan la globalización. Que vayan tomando nota Siria, Líbano, Irán, Sudán del Norte, Bielorrusia, Corea del Norte, Cuba, Myanmar, Turkmenistán y Venezuela.





LIBIA EN EL GRAN TABLERO:
LA ATLANTIZACIÓN DEL MEDITERRÁNEO


El Atlántico está perdiendo poco a poco su importancia estratégica. En 2008, la mayor parte del flujo comercial marítimo se lo llevó el Pacífico, con 20 millones de TEUs (contenedores de 20 pies), seguido muy de cerca por el Mediterráneo, con 18,2 millones. El Atlántico sólo vio un flujo de 6,2 millones. Esta tendencia parece que va a persistir, por un lado porque, desde la adopción del euro y el atentado del 11-S, Europa y Norteamérica han dejado paulatinamente de comerciar, volviéndose ambos continentes hacia Asia Oriental. Y por otro lado, existen proyectos, como el Corredor Mediterráneo, que tienden a restarle más protagonismo aun al Atlántico. Además, la nueva doctrina geoestratégica del America’s Pacific Century, enunciada por el Departamento de Estado en Noviembre de 2011, desde luego que no ayuda a reforzar el atlantismo propiamente dicho. 

¿Caminamos hacia un, valga el palabro a falta de otro mejor, "pacifismo"? Cabría recordar que, para construir su "red de relaciones privilegiadas" con el Atlántico y Europa, Washington tuvo que arrasar el corazón de nuestro continente para quitarse del medio al "macho-alfa" regional: Alemania. No fue mediante la diplomacia, sino mediante la guerra, el bombardeo masivo y la represión, que se erigió el atlantismo ―y lo mismo podría decirse de las relaciones de Washington con Tokio. ¿Se erigirá el "pacifismo", o Chimerica, sobre la destrucción del "macho-alfa" de Asia Oriental?

Sea como fuere, estas no son buenas noticias para el eje atlantista, que ahora debe esforzarse aun más para garantizar su influencia en el Mediterráneo, a costa de Rusia, China y, en menor medida, las potencias de la Europa continental. El establecimiento del Estado de Israel en 1948 fue el primer gran paso de este proceso. La desintegración de Yugoslavia en 1992 y la neutralización de Serbia en 1999 fue otro, y la Primavera Árabe de 2011, el más reciente. Atlantizar el Mediterráneo ¿significa desestabilizarlo y balcanizarlo para que el comercio Europeo se oriente al Atlántico y el chino al Pacífico, por la inviabilidad de las rutas navales China-Europa? ¿Significa militarizarlo? ¿Le conviene al atlantismo la expansión del radicalismo islámico por todo el Mediterráneo? Al menos eso parece ser lo que está favoreciendo la OTAN en nuestro mar.

Libia es el país africano con más costa en el Mediterráneo. A pesar de que en el pasado había intentado llevarse bien con todo el mundo, su tendencia a partir de la crisis crediticia en EEUU fue estrechar rápidamente lazos con Rusia, China y dos países que Gadafi pensaba podían beneficiar a Libia: Italia y Francia. Como hemos visto antes, en la provincia de Cirenaica, que es donde estalló la rebelión, "casualmente" había 75 compañías chinas distintas y 36.000 trabajadores chinos (y no sólo obreros, sino también ingenieros, empresarios, funcionarios del Partido y personal de Inteligencia) trabajando en unos 50 proyectos petrolíferos, ferroviarios e inmobiliarios, en los que China había invertido miles de millones de dólares. Que el Mediterráneo albergue un trozo de China es inaceptable para el atlantismo, del mismo modo que albergue un trozo de Rusia: la base naval y de Inteligencia de Tartus (Siria), desde donde se monitoriza todo tipo de movimientos en Chipre, Israel, Suez y Oriente Medio.

Para las potencias atlantistas, el Mediterráneo tiene una cara y una cruz: la cara es que dicho mar es una enorme ría que les permite internarse profundamente en la "Isla Mundial" e interferir en Eurasia y África. La cruz es que estos movimientos dependen del control de puntos estratégicos y de toda una red de puertos y bases muy alejados de las metrópolis ―este control es extremadamente caro y exige una corriente continua de capital.


La perspectiva de "Oceanía" (entendiéndose como tal el concepto geopolítico de vocación marítima y basado en Estados Unidos y Reino Unido). En la idea anglosajona-israelí del Mare Suus (Mar Suyo) el Mediterráneo es un inmenso lago interior, una ría, que les permite a las potencias marítimas penetrar profundamente en "Eurasia" (entendiéndose por tal el concepto geopolítico basado en Europa y la Federación Rusa), estableciendo bases-portaaviones-lanzamisiles al fondo del lago (Israel y Georgia) y en otros lugares estratégicos (Marruecos, Albania-Kosovo, Rumanía, España), pasando al Mar Rojo, al Golfo Pérsico y al Índico, interviniendo en los asuntos internos de infinidad países y accediendo a sus recursos. El estrecho de Gibraltar es clave en esta estrategia. También son claves los contraataques del Kremlin en forma de bases navales (como la de Sebastopol en Ucrania o Tartus en Siria) y de "rusoductos" gasíferos —uno por el Báltico (Nord Stream), otro por el Mediterráneo (South Stream) y otro por África (Trans-Saharan)— que no vienen representados en el mapa.


La importancia del control español sobre la entrada del Mediterráneo quedó de manifiesto en 1973, cuando Franco y Carrero Blanco prohibieron a Washington emplear sus bases españolas para apoyar a Israel durante la guerra del Yom Kippur. La guerra vino en el contexto de una enorme crisis (que no fue petrolera como nos han contado, sino monetaria, del dólar) y produjo un embargo petrolero ―que afectó poco a nuestro país, gracias al petróleo que nos mandaba Saddam Hussein desde Iraq. Actualmente, tanto Siria como Libia, Gaza, Líbano y Argelia (y Serbia antes de taponarse su salida marítima con el estado artificial de Montenegro) son desafíos a la atlantización del Mediterráneo. Al norte, la situación se repite con el Báltico y los Estados-tapón (Estonia, Letonia, Lituania y Polonia). Tanto el Báltico como el Mediterráneo son empleados por Washington para atenazar a Rusia, contener su expansión hacia Europa y frustrar un entendimiento entre Berlín y Moscú.


Teoría del "Mare Nostrum". Una potencia continental eurasiática acerroja Gibraltar y Suez, blindando el Mediterráneo y haciendo sus países costeros tan inaccesibles al poder marítimo como Suiza o Bielorrusia. "Oceanía" perdería su acceso a Estados como Georgia, Libia, Kosovo, Rumania o Siria, pero seguiría teniendo acceso a Israel (a través del Golfo de Aqaba), a Arabia Saudí y a Iraq. Israel (a menos que se bloquease Aqaba) pasaría a ser un nuevo canal de Suez, una "bisagra de emergencia" entre el Mediterráneo y el Mar Rojo. Sin embargo, abastecer a Israel a través de esta nueva ruta, muchísimo más larga, entrañaría un coste muchísimo mayor, y no está el horno del dólar para bollos. Si el coste económico de este apoyo fuese mayor que el coste de una guerra contra Eurasia, habría guerra.


El Imperio Romano fue la primera y última potencia que consiguió asegurar plenamente todo el Mediterráneo. Tras la caída de Roma, el Mediterráneo se convirtió en un caos de potencias enfrentadas (bizantinos, vándalos, árabes, normandos, cruzados, aragoneses, venecianos, genoveses, turcos, españoles, franceses, británicos, israelíes, etc.), hasta nuestros días. Durante la Segunda Guerra Mundial, Carrero Blanco aconsejó a Franco no entrar en el conflicto a favor del Eje a menos que los alemanes tomasen el canal de Suez, así acordaron Franco y Hitler en Hendaya. El plan sería frustrado por la derrota de Rommel en El Alamein. Durante el franquismo, hubo entendimientos entre Franco y el líder egipcio Nasser que incomodaron mucho al eje atlantista, que temía se pudiese estrangular a la nueva potencia mediterránea: Israel. Hoy en día, incluso aunque se acerrojasen Gibraltar y Suez, Israel podría seguir manteniéndose gracias a su minúscula franja costera en el  Mar Rojo (a menos que desde Egipto y Jordania se bloquease el Golfo de Aqaba).

Las potencias oceánicas tienen que danzar alrededor de las masas de tierra, colarse por los estrechos, establecerse en islas y ascender por las cuencas fluviales. Para una potencia oceánica, controlar, abastecer y sostener un punto costero lejano entraña un coste enorme, coste que actualmente el atlantismo sólo puede cubrir gracias a su control de las rutas comerciales y a su monopolio sobre la moneda de reserva mundial. Para una potencia continental, en cambio, cerrar un estrecho es mucho más fácil, ya que el teatro de operaciones está cercano y en muchas ocasiones ni siquiera es necesario echarse a la mar.


La pesadilla de Oceanía y el único modo de "eurasiatizar" el Mediterráneo al 100%: que Eurasia, como "Estado comercial cerrado", se aproveche de sus masas de tierra, cerrando a cal y canto los estrechos. Oceanía pierde definitivamente su acceso a países como Israel, Iraq o Arabia Saudí, y se convierte en lo que nunca debió dejar de ser: la periferia del mundo. (Seguiría teniendo acceso a los Emiratos Árabes Unidos y por tanto al Golfo Pérsico, a menos que se hiciese algo para bloquear la salida de Al-Fujayrah en el emirato de Abu Dhabi). En este proyecto, cobran una importancia capital Yemen y el Cuerno de África. Estas zonas precisamente se han vuelto altísimamente inestables a medida que ha aumentado el comercio entre Asia Oriental y Europa. Tanto Gadafi como Irán y China estaban/están muy involucrados en el Mar Rojo actualmente.


Esta serie de mapas hace más fácil entender por qué la obesión del atlantismo anglo, desde Clement Attlee hasta Hillary Clinton, ha sido asegurar el liberalismo y "la libertad de navegación en todos los mares": se trata del ideal del "Mare Liberum", formulado por el holandés Hugo Grocio en 1630, en contraposición a quienes querían someter el mar a leyes, como el inglés John Selden con su doctrina del "Mare Clausum" de 1635.









FUTURO DE LIBIA Y PRÓXIMOS PASOS DEL ATLANTISMO EN ÁFRICA

La Libia gadafista era un Estado estable que mantenía a raya al radicalismo islámico y que destinaba la mayor parte de su petróleo a la Unión Europea. Con la caída de Gadafi, varias son los guiones posibles para Libia, pero tres cosas están claras.

1- El nuevo gobierno va a destinar la mayor parte de su petróleo a países como Estados Unidos, Reino Unido y Francia, en detrimento de otros como Italia, Alemania, España, China y Rusia. Los beneficios de la explotación petrolera ya no se quedarán en Libia, sino que engrosarán los bolsillos de las multinacionales y de una nueva oligarquía de petroleros autóctonos mafiosos, al estilo de los jeques árabes del Golfo. El pueblo libio va a hundirse en la miseria.

2- Libia puede convertirse, previa intervención militar, en una base de la OTAN, del mismo modo que Afganistán, Iraq, Albania y Kosovo. Bengasi puede pasar a albergar un nuevo Camp Bondsteel (la mega-base estadounidense en Kosovo). Su cercanía a Europa debería ser motivo de preocupación: puede ser una fuente de narcotráfico, trata de blancas, crimen organizado, tráfico de órganos y de armas, inmigrantes y terrorismo (ver cómo los arsenales gadafistas acabaron en manos de Al-Qaeda).

3- Libia va a ser un país inestable. El orden de la época de Gadafi y la Yamahiriya no volverá. Probablemente la resistencia lealista gadafista tardará mucho en sofocarse y el escenario será comparable a Iraq. Esta inestabilidad se contagiará a Sudán, la franja del Sahel y el Cuerno de África además de África guineana y el Congo. El Mediterráneo no se salvará.

4- El islamismo radical ganará posiciones en Libia. Por lo pronto ya hemos visto la bandera negra de Al-Qaeda ondeando en el palacio de la justicia de Bengasi, y hemos visto al CNT hablando de imponer la Sharia en el país. Más info aquí sobre la presencia de Al-Qaeda en Libia. Los combatientes islamistas en Libia serán empleados después en otros escenarios del mundo musulmán para desestabilizar a los enemigos del atlantismo.

5- Libia va a convertirse en un país emisor de refugiados e inmigrantes. La Libia gadafista era un país lo bastante avanzado como para, no sólo no emitir apenas emigrantes a Europa (sin contar estudiantes becados y similares), sino además atraer inmigrantes de Egipto, Túnez, media África y hasta China. Ahora es previsible que la cosa cambie y que Libia se convierta en un país tercermundista de refugiados, damnificados, desheredados y muertos de hambre, que, desesperados, se precipitarán sobre Italia primero y el resto de la UE después. Por añadidura, los trabajadores subsaharianos que antes emigraban a Libia, ahora lo harán a la UE. La avalancha de negros que Gadafi predijo se precipitaría sobre Europa si él caía, puede desencadenarse bien pronto, especialmente si tenemos en cuenta que la caída de Gadafi va a desestabilizar Argelia, Chad, Níger, Sudán, República Centroafricana, Cuerno de África, etc. Esto no sería un problema si la política migratoria de Europa no estuviese controlada por multinacionales codiciosas y políticos vendidos, pero no es el caso.

Como hemos visto más arriba, los intereses del atlantismo en África son muchos, y no se detienen en Libia. Washington ha mandado fuerzas especiales a la República Centroafricana, y la independencia de Sudán del Sur es el primer paso para frustrar los intereses chinos en África Central. El nuevo país sudanés es un Estado-tapón que evita que el Atlántico y el Mar Rojo se comuniquen a través de dos enormes países (Congo y Sudán). Argelia, país extraordinariamente rico en gas natural y que busca desesperadamente una salida al atlántico a través del Sahara Occidental, ha acogido a Aisha Gadafi y se niega a extraditarla. El presidente argelino Abdelaziz Buteflika temía tanto la acción extranjera que, durante los bombardeos de la OTAN sobre Libia, ni siquiera le cogió el teléfono a Gadafi. Cuando, el 22 de febrero de 2011, la Liga Árabe suspendió a Libia como miembro, Argelia fue uno de los dos Estados que se opuso. El otro fue Siria.

En Níger puede encontrarse Said Gadafi, que, protegido por mercenarios sudafricanos, se llevó a dicho país las reservas de oro libias (que puede utilizar para financiar una resistencia armada) y numerosas obras de arte. El gobierno de Niamey se niega a extraditarlo. Lo mismo reza para Saadi, otro hijo de Gadafi que escapó a Níger el 11 de Septiembre de 2011 con la ayuda de veteranos de las fuerzas especiales de Rusia e Iraq. Níger es también importante por sus reservas de uranio (controladas por la compañía francesa Areya, pero también en el punto de mira de China), por su frontera con Nigeria (que tiene grandes reservas de hidrocarburos) y por utilizar el franco-CFA como moneda de reserva.

El atlantismo parece estar usando los viejos lazos de Francia con África subsahariana para penetrar en lo más profundo del continente, con el objetivo expreso de contener la expansión de la influencia china. Al atlantismo le interesa especialmente frustrar el gasoducto trans-sahariano ―que en buena medida no deja de ser otra tenaza rusa igual que el Nord Stream y el South Stream― y desestabilizar Argelia, Níger y el norte de Nigeria, para que todo el gas y petróleo nigerianos se orienten a las rutas marítimas. También es de particular interés hacer todo lo posible para desestabilizar las zonas interiores del Congo y países limítrofes, para que los abundantes recursos congoleños se dirijan hacia el Oeste (costa atlántica) en lugar de hacia el interior (Mar Rojo, Puerto Sudán). La desestabilización de la mitad norte de Nigeria (donde se ha implantado la Sharia) tiene también por objetivo evitar que sus hidrocarburos encuentren salida hacia el Norte (Argelia y la Unión Europea) a través de Níger.

La zona idónea para balcanizar todo este espacio es cerca de la triple frontera de Argelia-Mali-Níger, donde tiene su base AQMI (Al-Qaeda en el Magreb Islámico) y donde podrían encontrarse los hijos de Gadafi. AQMI es realmente todo un ejército privado y una red de Inteligencia con contactos en el ámbito saudí, marroquí y anglosajón, y opera en buena parte del Sahel (ataques a tropas gubernamentales, control de regiones enteras, secuestro de turistas y voluntarios de ONGs, etc.), desestabilizándolo y brindando cassus belli para la intervención de potencias extranjeras (especialmente Francia mediante su Legión Extranjera y EEUU con AFRICOM). Precisamente Gadafi prestaba apoyo a los gobiernos de Mali, Níger y Argelia para que luchasen contra esta milicia y estabilizasen la zona, ya que sin estabilidad regional, el gasoducto trans-sahariano no es viable.

Níger es por ello una especie de encrucijada estratégica. No sólo parte por la mitad las rutas norte-sur (Argelia-Nigeria), sino que también parte por la mitad una importantísima ruta este-oeste: el Sahel, una franja semi-árida que va desde el Atlántico hasta el Mar Rojo. En particular, la porción del Sahel que incluye la cuenca del río Níger, fue clave históricamente para el florecimiento de muchos imperios africanos (como los almorávides, la época próspera de Timbuktu y una variedad de reinos subsaharianos) que obtenían su poder y enormes riquezas de este núcleo, los recursos que albergaba (especialmente oro) y las rutas que se entrecruzaban en él. La tendencia de los almorávides, canalizada por la geografía, fue dirigirse hacia el Norte, invadiendo las actuales Marruecos y Argelia y penetrando finalmente en España. Finalmente, en el Sahel tiene sus bases el recientemente organizado Frente de Liberación Libio (LLF por sus siglas inglesas, también conocido como "Resistencia Verde"), un ejército de resistentes gadafistas.



La geografía, los yacimientos de hidrocarburos y las infraestructuras energéticas señalan los pasos del atlantismo en África. Las rutas norte-sur (gasoducto trans-sahariano), que conectan el Mediterráneo con el Atlántico, y las rutas este-oeste (franja del Sahel), que conectan el Mar Rojo con el Atlántico, se cruzan en Níger, un país intermedio que es el candidato perfecto para balcanizar todo este espacio desmantelando la "cruz", y que es clave para dominar el corazón de África. También es de notar el papel de España e Italia como receptoras de gran cantidad de hidrocarburos africanos y transmisoras de energía a Europa (papel que se incrementaría enormemente si Nigeria se conectase a la red de gasoductos). El atlantismo quiere evitar a toda costa que se formen rutas terrestres estables y que los países se emancipen de la dependencia de las rutas marítimas. Por tanto, es una mala noticia para el eje Washington-Londres-Tel-Aviv que el gas y el petróleo se dirijan hacia el interior continental en lugar de hacia los puertos marítimos.


España y Argelia

La energía es probablemente el principal móvil en la estrategia de las grandes potencias modernas, es por ello que los hidrocarburos tienen un papel tan importante en la geopolítica. 

De ellos, el carbón fue el primer protagonista, luego el petróleo ha sido durante mucho tiempo el tesoro más codiciado, y en tiempos recientes, el gas natural ha ido adquiriendo un protagonismo cada vez mayor. Los "rusoductos" de Europa del Este han causado graves problemas diplomáticos y son el eje del acercamiento germano-ruso. La diplomacia del gas natural es tan importante para Rusia que el actual Presidente ruso, Dimitri Medvedev, fue anteriormente presidente de la compañía estatal gasífera Gazprom. El campo gasífero de Pars del Sur es una de las razones de la adjudicación del Mundial de fútbol de 2018 a Qatar, el Green Stream era el eje de las relaciones italo-libias, el South Stream amenaza con provocar la resurrección de Serbia y el gasoducto proyectado de Irán-Pakistán-India es un gravísimo problema para Estados Unidos, que se ha opuesto vehementemente al proyecto y está haciendo lo posible por desestabilizar Pakistán (a quien pidió formalmente en Enero de 2010 que cancelase el proyecto, sin éxito), especialmente la región de Baluchistán y las provincias tribales. Hamid Karzai (presidente de Afganistán) y Zalmay Khalilzdad (ex-embajador de EEUU en la ONU, Afganistán e Irak), trabajaron ambos antiguamente para la petrolera Unocal (actualmente parte de Chevron), que tenía intereses gasíferos en el Caspio y Asia Central; el objetivo era construir un gasoducto (el TAP, no confundir con el TAP adriático, que es parte del South Stream ruso) que canalizase el gas del Caspio ―evitando expresamente a Rusia y a Irán― directamente hacia la costa pakistaní, donde sería saqueado por las compañías multinacionales. Esto ha sido frustrado por la decisión de Turkmenistán de exportar gas exclusivamente a Irán, Rusia y China.

Todo esto da una idea acerca de la importancia que la estrategia del gas está adquiriendo en el tablero mundial. El gas natural es el hidrocarburo menos contaminante, más barato, más abundante y más eficiente que existe, y además las reservas gasíferas actuales durarán supuestamente 60 años: dos décadas más que las reservas petrolíferas  (Nota del editor del blog: Volvemos a reiterar que el llamado "pico de petróleo" fue un fraude o un error ya desmentido científica y políticamente). El gas natural se emplea extensamente en la calefacción, la cocina, producción de energía, fertilizantes y también han empezado a aparecer los primeros vehículos que funcionan a base de gas (y se está trabajando en producir aviones). El atlantismo desearía que no hubiese ni un solo gasoducto en toda Eurasia, o que, en todo caso, los gasoductos fuesen directamente a parar a puertos y espacios marítimos controlados por él [1].

En el mapa de más arriba hemos visto que la relación de España y Argelia guarda algunas inquietantes similitudes con la relación entre Italia y Libia. Antaño, los intereses españoles en Argelia venían representados por el peligro de la piratería berberisca, Orán, Argel y otras plazas. Ahora, vienen de la mano del gas natural. Desde 1996, existe un gasoducto, el Maghreb-Europe (también llamado gasoducto Pedro Durán Farell), que conecta el importante campo gasífero de Hassi R’Mel (Argelia) con Córdoba y el resto de la red ibérica y europea. Este gasoducto tiene un problema, y es que pasa por Marruecos, forzando a Europa a estar pendiente de las veleidades de la monarquía alahuita, totalmente adicta a Washington. De hecho, el gobierno marroquí figura en la lista de socios comerciales y operadores del gasoducto (Sonatrach, Reino de Marruecos, Enagás, Metragaz y Transgas).

Por ello, se construyó otro gasoducto, el Medgaz, que unía directamente Argelia con España, concretamente con el importante gasoducto Almería-Albacete. La fecha de inauguración del Medgaz, que libra a España y a Europa de su dependencia gasífera de Marruecos, es sorprendente: 1 de Marzo de 2011, en plena primavera árabe y dos semanas antes de las resoluciones de la ONU sobre Libia. Quizás el único problema planteado por el Medgaz es que se encuentra en una zona geológicamente inestable (véase el terremoto de Lorca el 11 de Mayo de 2011).


Es posible que la OTAN lleve al cabo una tentativa de desestabilización del régimen argelino. Para ello, podría combinar acciones de AQMI con alguna "rebelión popular" financiada desde el extranjero. El atlantismo teme que Rusia, Argelia, Irán y Turkmenistán formen un cártel gasífero, una especie de OPEP del gas. Argel está bien relacionado con Moscú desde la época soviética. En Marzo de 2006, Putin se convirtió en el primer mandatario ruso en visitar Argelia desde el presidente soviético Nikolai Podgorny en 1969. Los temores a una política gasífera común entre Argelia y Rusia se manifestaron en el "Financial Times" de Londres (23 de Mayo) y en "Le Monde" de Francia (29 de Junio).


Buena parte del material de la Armada argelina es de origen ruso, incluyendo dos corbetas "Tiger" compradas en Julio de 2011. También resultan interesantes las relaciones argelinas con Italia, a cuya empresa Orizzonte Sistemi Navali ha pedido un buque desconocido (probablemente un transporte anfibio de tipo "San Giorgio"). El acercamiento de Italia a Rusia, Argelia y Libia es un fenómeno inevitable que el atlantismo no ve con buenos ojos.



AFRICOM Y EL PROYECTO ATLANTISTA PARA ÁFRICA


                     Mandos regionales del pentágono.


El Pentágono divide el planeta en varias porciones geoestratégicas, que, reveladoramente, tienen mucha más coherencia que la actual red de alianzas militares. Durante mucho tiempo, África fue parte de EUCOM, el mando europeo, fundado en 1952 y con sede en Stuttgart, Alemania. El hecho de que los asuntos africanos se controlasen desde Europa se debía probablemente a que la mayor parte de África aun estaba en manos de potencias europeas, y a que Europa nunca perdería sus contactos con África. Por contraste, la influencia de EEUU en el continente negro todavía era casi inapreciable.

Entre 2006 y 2008, coincidiendo con la irrupción diplomática y comercial de China en África (varios mandatarios chinos hicieron giras por todo el continente asegurando contratos, invirtiendo dinero y construyendo infraestructuras), se creó un mando nuevo para África, AFRICOM. En un principio, la sede estuvo también en Stuttgart, quizás porque ningún país africano permitió establecer semejante centro de espionaje y desestabilización en su territorio (sólo Liberia, cuyo derecho naval es de risa, se ofreció), o quizás porque EEUU aun no había ocupado militarmente ningún país africano. Sudáfrica, Nigeria y Libia se opusieron abiertamente a que se estableciese un cuartel general en su continente.

Sin embargo, en 2008 se supo que Marruecos (el caballo de troya del atlantismo en África, igual que Reino Unido lo es en Europa) había aceptado albergar el cuartel general de AFRICOM, o al menos uno de sus sub-mandos regionales. Se trata de Tan Tan, cerca de Wad el-Drâa (ver aquí). El emplazamiento se encuentra al lado de lo que antes era la frontera entre Marruecos y el Sahara Español, 300 kilómetros al este de la isla española de Lanzarote. 

La excusa para establecer la base ha sido apoyar a las flotas estadounidenses que entran y salen del Mediterráneo, hacer frente a "catástrofes naturales"… y luchar contra el oportuno problema del terrorismo, concretamente la "amenaza" de Al-Qaeda en el Magreb Islámico, o AQMI. Esto viene enmarcado en la Iniciativa Anti-Terrorista Transahariana (TSCTI por sus siglas inglesas), aprobada por el Congreso de los Estados Unidos para "estabilizar" buena parte del Sahel… y otros países de propina. La verdadera excusa es controlar-desestabilizar el Sahel para impedir la formación de un bloque regional estable y para tener un motivo para intervenir en lugares tan ricos en recursos y posición estratégica como Argelia, Nigeria o Níger.


La nueva base aeronaval estadounidense de Tan-Tan es la instalación militar más grande del continente africano, con una superficie de mil hectáreas. También se está construyendo un reactor nuclear.


Tanto Yibuti como Sudán del Sur y Etiopía son otras dos candidatas perfectas para albergar instalaciones militares estadounidenses de AFRICOM, cuya independencia es aun solo nominal y sigue dependiendo en buena medida de EUCOM. Es vital para AFRICOM obtener una gran base en el Nilo o cerca (Sudán del Sur, Etiopía, Uganda, Kenia...). Libia desde luego puede convertirse a largo plazo en una enorme base de la OTAN, y no hay duda de que la Guerra de Libia, y las operaciones venideras, ayudarán a afianzar AFRICOM definitivamente.

Pero entretanto, hay más movimientos por parte de Marruecos: la monarquía alahuí ha emprendido la construcción de otra base (ver aquí) en Kasar Seghir (Ksar Sghir, o la antigua Alcazarseguir), a 20 kilómetros de Ceuta y justo enfrente de la costa de Tarifa. Esta base viola el acuerdo oficioso vigente entre España, Reino Unido y Marruecos: no construir más bases militares en la zona estratégica del estrecho. Aunque en los medios de comunicación españoles estas noticias han pasado mayormente desapercibidas (el fútbol y el corazón acaparan más atención, y no por casualidad), ambos movimientos en Marruecos son particularmente inquietantes en tanto se dirigen estratégicamente contra las únicas posesiones españolas en África: las Islas Canarias, Ceuta y Melilla. Estas dos últimas NO están garantizadas por la OTAN: si Marruecos atacase la España continental, tendríamos el apoyo de la OTAN... pero en caso de que las víctimas fuesen Ceuta y Melilla, estaríamos solos contra un país apoyado por EEUU, Reino Unido y probablemente Francia.


Nueva base militar marroquí en el estrecho de Gibraltar. Ambas bases son una respuesta del eje atlantista a la progresiva pérdida de protagonismo del Atlántico en el gran tablero mundial. La Libia gadafista, enemiga de Marruecos, como Argelia, hubiera podido ser un socio estratégico muy interesante para España, pero mientras Madrid esté sometida a las directrices de Washington, nuestro país no defenderá nunca sus verdaderos intereses.









CONCLUSIONES

Libia fue atacada porque:

• Estaba a punto de pedir oro en vez de dólares a cambio de su petróleo.

• Iba a utilizar oro para respaldar una nueva moneda de reserva, y tenía en esto el apoyo de Dominique Strauss-Kahn y el Banco Central chino.

• Iba a establecer esta nueva moneda común en quizás el 70% del continente africano.

• Con la Unión Africana, amenazaba crear un bloque geopolítico que podría vertebrar al continente africano y cerrarlo en banda a los saqueos de bancos y multinacionales extranjeros.

• Su política de dar préstamos a gobiernos africanos estaba suplantando la influencia de los bancos internacionales.

• Creaba su propio dinero libre de deuda y de interés, en vez de pedirlo prestado como crédito a interés a un banco privado controlado por extranjeros.

• Estaba imponiendo condiciones demasiado duras a las compañías petroleras angloamericanas y abriendo las puertas a la influencia china y rusa en el Mediterráneo, justo en un momento en el que EEUU está decidido a cortar de tajo la expansión china por África.

• Su decisión de emprender otra ronda de nacionalización del petróleo entró en conflicto con oligarquías autóctonas que pretendían convertirse en jeques del Mediterráneo.

• Estaba a punto de permitir la construcción de una o dos bases navales rusas en sus costas (Trípoli y/o Bengasi).

• Estaba activamente involucrada en Sudán, el Cuerno de África y la franja del Sahel, y hubiera podido proporcionarle a China un puente estable desde el Índico hacia el Mediterráneo sin tener que pasar por Suez.

• Lejos quedan los tiempos en los que EEUU podía controlar un continente por las buenas. Tras la irrupción de China en África, el dólar por sí mismo no basta. Al ser papel mojado, debe ser respaldado a tiros y misilazos.

• Gadafi le tomó mal la medida a la OTAN. Pensaba que estaba lo bastante dividida como para no atacarlo, pero se equivocaba, sobre todo en lo que respecta a Francia.

• Libia e Iraq se parecen en muchas cosas. Ambos emprendieron un proceso de modernización para ser autárquicos en tecnología, industria, alimentación y política monetaria, y ambos fueron arrasados.


Por caricaturesca que pueda parecer, esta imagen no difiere mucho de la realidad de la Guerra de Libia.



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NOTAS

[1] Ver aquí cómo las rutas continentales asiáticas (en buena medida vertebradas en torno a la antigua Ruta de la Seda), mucho más sencillas y rápidas, podrían restarle un protagonismo descomunal a la ruta marítima tradicional para llevar el petróleo del Golfo Pérsico a Asia Oriental. El único motivo por el que estos proyectos no se consolidan es por las inestabilidades regionales artificiales que azotan la región y frustran las relaciones diplomáticas. El primer interesado y promotor de la mayor parte de dichas inestabilidades es el atlantismo.


PUBLICACION ORIGINAL
EUROPA SOBERANA
Tragedia en el Mare Nostrum - qué domonios pasa con Libia
http://europasoberana.blogspot.nl/2013/05/tragedia-en-el-mare-nostrum-que.html

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