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21 julio 2016

Erdogan, presagios del totalitarismo (I)





Un extraño paralelismo entre el régimen de Erdogan y la Alemania nazi

Por: Tito Andino U.


Una introducción necesaria de última hora

Al leer diferentes crónicas de la "Red Voltaire" sobre el caos político en Turquía hizo surgir la idea de desarrollar la presente entrega. Este reportaje estaba listo para ser publicado antes del golpe contra el ego del señor Presidente de Turquía, más los hechos acaecidos desde el 15 de julio 2016 obliga a modificarlo. No obstante, seguiré con el proyecto trazado (las coincidencias entre el régimen Erdogan y el régimen nazi)

El frustrado golpe de estado contra Erdogan lo analizaremos en una siguiente entrega. La información aun esta ventilándose, muchos trapos sucios apenas están intentando lavarse, pero lo que en mi punto de vista se refiere, no comparto el criterio de mucha gente que afirma, sin evidencia, que podría tratarse de un autogolpe que afiance a Erdogan en el poder y actué, con reformas legales, como un verdadero dictador a carta cabal.

No es de extrañar el desvío político que está dando el presidente turco a su nación, la otrora Turquía laica y liberal ha estado transformándose, poco a poco, en un estado policíaco e islamista, al estilo alemán de la década de los treinta y cuarenta del siglo pasado y esto mucho antes de la tentativa del golpe de estado de los días recientes. No obstante las repercusiones de la última sublevación y de los ataques terroristas en el aeropuerto de Estambul han estremecido la nación turca. La posición intransigente del jefe de estado que ya era latente ha recrudecido ante la ofensa a su persona (Erdogan se siente más golpeando en su ego personal y no mide las consecuencias de sus declaraciones en el ámbito internacional).

El señor Presidente de Turquía (hay que tratarlo así para evitar su enfado) a pesar de haber pedido “perdón” a los rusos por el derribo de un avión de combate y de su repentino miedo a que la criatura que ayudó a engendrar y alimentar (el Estado Islámico) se ponga en su contra, sigue madurando la idea de asumir el papel de Fuhrer regional. 

Era lógico que el espectro político interno y externo de Turquía, antes de la fallida intentona golpista, no nos permitía plantear una hipótesis a corto plazo sobre el papel turco en la crisis de Medio Oriente. Hoy si podemos conjeturar que el régimen turco ha venido peligrosamente jugando no solo a dos sino a tres o más bandos, veamos: Aliados con la OTAN y socio estratégico de Estados Unidos e Israel, por un lado; acercándose discretamente a Rusia e incluso hablando la posibilidad de colaborar en la lucha antiterrorista, por otro lado; su continuo papel desestabilizador de la región con un plan independiente turco-francés (plan Juppé-Davutoglu); y, su propio programa radical de aplastar a la resistencia kurda dentro y más allende de sus fronteras, aun irrespetando el Derecho Internacional y a sus socios occidentales. 

Es cierto que las repercusiones del fracaso de la intentona golpista, otorgará carta blanca para una irrazonable “cacería de brujas” dentro del territorio turco, pero la radicalización del señor Presidente, que ya estaba en marcha, era solo cuestión de algún suceso notable para extremarla, el pretexto está servido.

Sin, ánimo de confundir, a pesar que Erdogan anhela convertirse en el “Califa” de los musulmanes, rememorando el pasado del imperio otomano, parece que al sentirse ofendido por los occidentales (USA/OTAN) se ha visto forzado a dar un giro hacia la conciliación con el enemigo Number One de Occidente, Rusia.

Lo que Rusia opine sobre las purgas al estilo stalinista del régimen de Erdogan es una hipótesis a desarrollar, si es que se llegara a confirmar un supuesto acuerdo ruso-turco que iría más allá del pedir perdón por el derribo del avión Sukhoi-24 y de la normalización económica. Un hecho de esa naturaleza podría ser una notable razón para que la OTAN se haya alarmado y haya consentido, o aun más, haya alentado la intentona golpista. Un arreglo con Rusia por parte de Turquía necesariamente tendría implicaciones en el desarrollo de la guerra en Siria e Irak, cosa que parece estarse cumpliendo, muchas fuentes afirman que las tropas turcas ya abandonan Irak y han retirado a los agentes del servicio secreto y comandos operativos que participaban en las acciones junto a los yihadistas o con grupos “moderados” contra el ejército árabe sirio.

Otro hecho que forzosamente debería cumplirse en un imprevisto e hipotético acuerdo turco-ruso es la cuestión kurda. Sigue siendo un misterio – a pesar de ser solo una hipótesis- cómo debería actuar Rusia ante algo que los turcos jamás van a negociar, es decir: Cero concesiones para los intentos autonómicos kurdos dentro de las fronteras turcas y cómo controlar a las diversas organizaciones armadas kurdas que actúan dentro de Siria e Irak. Los PKK son hostiles a Turquía, no así los peshmergas iraquíes, no obstante los PKK también operan en Irak; a eso debemos sumar la facción disidente del YPG siria que ha cambiado de bando y lucha ahora junto a Turquía en búsqueda de consolidar un programa para la creación de un estado kurdo en el norte de Siria, lugar donde, supuestamente, deberían ser deportados los millones de ciudadanos turco-kurdos que viven en las provincias turcas fronterizas con Siria e Irak. Un verdadero rompecabezas.
   

El giro hacia el totalitarismo

Asalto contra la libertad de expresión, el poder judicial y la administración pública

Los pretextos pueden ser muchos, pero los más esgrimidos son la lucha contra  el “terrorismo”, “la defensa de la integridad patria” y la “defensa de la democracia”. Conceptos que cualquier jefe de estado recurre para reprimir ciertas reivindicaciones sociales o acallar las protestas. A esto, debemos sumar la influencia religiosa en la vida política (en los estados musulmanes, generalmente), para nadie es extraño recordar que Erdogan, aunque lo niegue, es un fiel devoto de la “Hermandad Musulmana” y como tal, dentro del fundamentalismo que profesa esta Cofradía, la radicalización islamista del país se hace latente cada vez más.

Otro detalle es la terrible censura que sufre la prensa turca, si no se está alineado con el gobierno, lo más probable es que sean amenazados los diferentes medios con la clausura y el enjuiciamiento de periodistas. Por algo hay un dato revelador, Turquía es el primer país del mundo donde se coarta la libertad de expresión. Naturalmente, eso es “democracia” dentro de un estado que es miembro de la OTAN y auspicia a organizaciones terroristas para la desestabilización de otros estados. Tras el fiasco del golpe de estado, debe darse por hecho que la libertad de prensa, la poca independiente que existía, va a morir lentamente.

El presidente turco y sus asesores afirmaban que criticar al mandatario  no corresponde al concepto de “libertad de expresión", que ello sobrepasa "los límites de la crítica" porque lo que se pretende es "humillar" a Erdogan. Los procesos por injurias al presidente Erdogan se han multiplicando alarmantemente desde su nombramiento como jefe de Estado (agosto 2014), un claro síntoma del camino al autoritarismo.

















Para estas fechas, en la democrática República de Turquía existen alrededor de 2000 procesos judiciales contra simples ciudadanos, periodistas y artistas. El asunto ha sobrepasado las fronteras, en Europa, los inmigrantes turcos que critican al señor presidente vía redes sociales son inmediatamente identificados y conminados a retractarse y borrar sus comentarios, so pena de tener problemas en su próxima visita a la patria. En la red social Twitter, el gobierno turco encabeza el ranking mundial de exigencias de eliminación de tuits, con el 60% a nivel global, según la prensa internacional.

Para junio del 2013, decenas de abogados fueron arrestados por protestar en el Palacio de Justicia de Estambul y alrededor de treinta abogados ya se encontraban previamente enjuiciados y encarcelados bajo el cargo de supuestos nexos con grupos “extremistas”, es decir, por pertenecer a organizaciones de izquierda o simplemente por apoyar a los kurdos.  

Así mismo, siguiendo las órdenes del “Califa” (Erdogan) se ha sancionado a medios televisivos por informar en vivo sobre la represión policial a las manifestaciones de junio de 2013 en la plaza Taksim. Esos medios fueron los canales turcos: EM TV, Halk TV, Cem TV y Ulusul TV. El argumento esgrimido por el Consejo Superior de la Radio y la Televisión de Turquía es que las imágenes difundidas de las acciones policiales “dañan el desarrollo físico, moral e intelectual de niños y adolescentes”. (1)

En octubre del 2015, siguiendo órdenes de la presidencia, efectivos policiales turcos procedieron violentamente a clausurar dos canales de televisión: Kanalturk  y Bugun TV. La razón es que estos medios eran vigilados por los servicios secretos por cuanto estaban bajo influencia de Fethullah Gülen, el más terrible opositor que tuvo Erdogan por muchos años y contra quien se dictó una condena bajo la consigna de haber organizado, financiado y dirigido una organización terrorista, es decir, los seguidores del clérigo Fethullah Gülen. (2)

Peor, aun es el caso de quienes se atreven criticar u opinar sobre la cuestión del genocidio contra los armenios y la cuestión kurda. Aquí recordaré un caso del 2005!. El famoso novelista turco Orhan Pamuk fue llevado ante los tribunales por afirmar a un medio suizo que Turquía había asesinado a 30.000 kurdos y a un millón de armenios. En Turquía el sistema judicial está fraccionado entre los de pensamiento liberal y por el otro lado quienes rechazan cualquier intento de apertura. Muchos años antes que Pamuk, Yasar Kemal criticó la política kurda de Ankara, recibió condena condicional por 20 meses pero se haría efectiva si reitera sus palabras en cinco años. (3)

Si los nuevos dueños del poder judicial de Turquia (AKP), antes del fallido golpe, no solo que intimidaban a todos los sectores descritos, también los jueces corrían el mismo riesgo por oponerse a las acciones de corte criminal de los actuales  gobernantes de Turquía. Así, el caso del arresto y destitución de cuatro jueces bajo el cargo de espionaje. El ex juez Suleyman Bagriyanik y sus ex adjuntos Ozcan Sisman, Aziz Takci y Ahmet Karaca, quienes en cumplimiento de la Ley detuvieron en enero de 2015 un convoy de camiones que transportaban armas destinadas al Emirato Islámico. Sin embargo, los responsables del convoy, miembros de los servicios secretos turcos (MIT) impidieron a un coronel de la policía cumplir la orden judicial de detener los vehículos. Policías, militares y jueces, en uso de sus facultades legales, hoy están en prisión, el juez y sus adjuntos, así como el coronel de policía fueron destituidos por el propio Recep Tayyip Erdogan. (4)

Podríamos seguir enumerando los casos, pero este no es el propósito de este ensayo. Simplemente diremos que los ejemplos son una mínima expresión de un síntoma agudo dentro de la “democrática” Turquía, candidata a la Unión Europea por ser “campeona” de los derechos humanos, la libertad de expresión, la libertad de culto, etc.

Si esto pasaba antes del fracaso del “putsch”, hoy, atreverse alzar la voz en contra del señor Presidente, será un suicidio para el más simple ciudadano turco. Simplemente las cosas se pondrán tan duras que hasta una posible reforma legal para implantar la pena de muerte desatará el pánico de aquel que esté pensando hablar mal de Su Eminencia, el “Califa” de todos los turcos, Don Recep Tayip Erdogan, elegido por la Gracia de Dios... y de los "Hermanos Musulmanes".



Más de doce años en el poder del AKP confirman los hechos:

Antes del desastroso intento golpista,Turquía ostentaba el record mundial de detenciones de militares de rango superior (generales y almirantes), parlamentarios y jefes de grupos políticos, de abogados y periodistas, todos ellos encarcelados, procesados y otros a la espera de juicio por el simple hecho de ser opositores al régimen. Sin embargo, la “democrática” Turquía del señor Erdogan era presentada por Occidente y la OTAN como ejemplo de “democracia”; y, sin amilanarse, mediante el uso del clásico chantaje, el dignatario turco quería ser miembro activo de la Unión Europea. Como hemos dicho veladamente, la humillación a no ser acogido en ese seno puede derivar en un comportamiento psicótico, propio de un niño malcriado, al sentirse ofendido por Occidente es probable que Erdogan corra a brazos de los rusos, como así ya se intuye por el “perdón” solicitado.

Volviendo a los detenidos dentro de Turquía (antes del golpe), como ejemplo: Dentro de una prisión (Siliviri) el 5 de agosto del 2013 se emitió sentencia dentro del caso “Ergenekon”, se declaró que 275 jefes militares, periodistas y políticos eran culpables de “complot contra el Estado” y sentenciados a duras penas de prisión.
















Algunas de las personas que fueron procesadas en Turquía dentro del denominado caso “Ergenekon”.


Cualquier jurista del mundo que haya seguido el caso tenía suficientes argumentos legales para replicar que ese fue un proceso amañado, sin respetar las mínimas garantías de un juicio imparcial y de justicia universal. El caso se inició con la acusación de fiscales “especiales” y ante una jurisdicción inexistente, creada ad hoc, jueces y cortes especiales y, sobre todo, en el interior de una cárcel edificada solamente para este acto. Las pruebas fueron impugnadas y los testigos de la acusación fueron gente anónima.

Para críticos como Thierry Meyssan, los condenados presentaban una característica común: Todos estaban en contra de la hegemonía estadounidense y por su oposición a la guerra secreta turca contra Siria. (5)

NOTA: En uno de los pocos intervalos de lucidez judicial, la Corte Suprema de Turquía a fines de abril de 2016, anuló el proceso Ergenekon, por tanto las 275 condenas pronunciadas contra los procesados, acusados, entre otros cargos, de labrar un golpe de Estado contra el gobierno de Erdogan. La Corte Suprema expresa en el veredicto que nunca se comprobó la existencia del complot Ergenekon. Los oficiales superiores de las fuerzas armadas, periodistas, profesores condenados y exonerados ya no podrán recuperar sus cargos.

Si esto pasó antes del fracasado golpe de julio del 2016, nada que pueda calificarse de “proceso legal” espera a los futuros encausados, ya no serán 275, sino miles de militares, periodistas, juristas, jueces, fiscales y simples opositores y ciudadanos corren el riesgo no solo de recibir largas penas de prisión sino que cabe la posibilidad (depende de una argucia legal reformatoria de la Constitución y de la ley penal) de enfrentarse a la ejecución, pena de muerte.

Tras el fallido golpe las detenciones masivas no se detienen, no son solo militares, también opositores, funcionarios contrarios a las políticas del régimen y, lo más alarmante, ya contamos con 755 magistrados de todos los rangos, desde simples jueces hasta magistrados de la Corte Suprema y Constitucional e incluso fiscales. Como hemos visto más arriba esto no es nuevo, el acoso a los jueces y fiscales ha sido la política oficial del régimen para buscar alinearlos a su política interna y externa  La intención es muy clara, el Señor de todos los turcos fructificará del suceso eliminando el sistema judicial y centralizando la administración de justicia en sus manos y las de sus acólitos, no existirá más la imparcialidad e independencia del órgano judicial. Sin duda, entre las autoridades judiciales sacrificadas constarán aquellos juristas que anularon el pasado mes de abril el proceso Ergenekon (acusaciones falsas sobre un anterior e inexistente golpe de estado contra Erdogan). Estamos hablando, hasta el momento, que han sobrepasado las 9.000 detenciones sumarias.

No estamos hablando de un proceso sino de una purga al mejor estilo de dictadores como Hitler y Stalin. No se arresta a los líderes de la tentativa golpista únicamente, se ordena la detención de miles de militares y funcionarios públicos, se va a destituir a miles de empleados que no tenían nada que ver con el golpe, algo que incluso va a afectar a miles de maestros, se aprestan a cesar miles de policías y todos los jueces y funcionarios del fuero militar han sido removidos, todos -hablamos de decenas de miles de personas- bajo la acusación de fraternizar con el “enemigo”, es decir con los “terroristas” a órdenes de Fetulhá Gülen (exiliado en Estados Unidos).

Es evidente, no hay duda, es la coartada perfecta de Erdogan para efectuar una profunda purga de todo opositor al régimen y contra quienes se oponían a la islamización del otrora estado laico y moderno de Turquía, como lo instauró Ataturk y cuyo legado es defendido por las fuerzas armadas turcas, o lo que queda de ellas (van camino a ser el ejército privado de Erdogan y sus lacayos). 


Hablar de una purga es no exagerar los hechos ni los términos, en Turquía se conocía perfectamente la existencia de las “listas negras“ previas al golpe. Por ejemplo, llama la atención la inmediata cacería de jueces, se deduce que la “lista negra” de magistrados estaba ya elaborada con antelación a la asonada golpista, solamente era cuestión de un incidente de proporciones para poner en marcha el plan.

Si a todo esto, además, se pretende restablecer la pena de muerte, ley que se aplicaría retroactivamente para degollar a los sublevados y otros indeseables para el régimen… las cosas no pueden ser más claras. De aquí a que el señor Erdogan se inventé un “Tribunal del Pueblo” no queda mucho trecho.

La Alemania nazi tenía como prerrogativa “interpretar” el supuesto “sano sentimiento popular” con la finalidad de ejercer el control político total sobre el órgano judicial, de esas forma fue raro el caso del presunto infractor a ser juzgado que haya sido absuelto. Hans Frank, abogado y ministro del Reich, condenado en Nurenberg por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad envió en su día un mensaje a los jueces del Tercer Reich:


“No existe ninguna independencia de la ley respecto al nacionalsocialismo. En cada decisión que adopten, díganse a sí mismos: ¿cómo actuaría el Führer en mi lugar?”.

De esa forma, Hitler consiguió que su “sentimiento”, no el del “pueblo”, fuera la Ley en Alemania, alineando en su entorno una nueva organización judicial conocida como “La Liga Nacionalsocialista de Juristas Alemanes". Hitler manipuló la justicia para legitimar una serie de conductas criminales inaceptables en un estado de Derecho, solo así podemos entender que las leyes surgidas viabilizaron ese sistema policiaco que terminó con el genocidio. Para la Alemania nazi y para sus seguidores pos-guerra todo era legal porque esa era la “Ley”. La “Ley sobre el delincuente habitual peligroso”, tempranamente dictada, llevó a miles de ciudadanos alemanes a los campos de “reeducación”, posteriormente conocidos como “campos de concentración”, “cláusulas especiales para arios” permitieron la exclusión de profesores universitarios, abogados y jueces judíos y opositores de su actividad profesional.

Estamos solamente a un paso de que la ley del “sano sentimiento popular” sea heredada en la Turquía del señor Erdogan. "El intento de golpe de Estado es una bendición de Dios que permitirá limpiar el Ejército", declaró el presidente turco.

 Y continuó: "Vamos a limpiar nuestro Ejército de traidores. Han levantado las armas contra el pueblo. Habrá muchas detenciones en nuestras fuerzas armadas, incluidos en los puestos más altos". Afirmó, ante la multitud que lo respalda, que se piensa restablecer en la Constitución la pena capital tras la tentativa de derrocarlo. "En una democracia no se pueden ignorar las exigencias del pueblo, es vuestro derecho, las instancias correspondientes lo examinarán (una reforma para dictar la pena de muerte) y tomarán una decisión". (6). Finalmente expresó: 


"El pueblo ahora, tras tantos incidentes terroristas, cree que estos terroristas deberían morir" 

Y se pregunta:"¿Por qué tengo que mantenerlos y alimentarlos en cárceles durante años?". En este caso, la voluntad del pueblo deberemos interpretarla como el deseo de los seguidores de Erdogan.




La foto vale más que las palabras. A esto se reducía el poder judicial en la Alemania nazi. Al centro el más famoso jurista nazi, Roland Freisler, quien incluso participó en la Conferencia de Wanssee donde surgió el proyecto de “Solución Final al problema judío en Europa”. Los “Tribunales del Pueblo” condenaron a decenas de miles de ciudadanos por ser “indeseables” para la comunidad y dictaminó la pena muerte a miles de alemanes solamente por hacer una crítica al régimen. Ni en la propia casa se podía estar seguro. Contar inocentes chistes contra el Fuhrer era causa para ser juzgado y decapitado por “alta traición”, las acusaciones iban desde “derrotismo”, “sedición”, “desmoralización”. Las bromas eran “cosa de derrotistas” arguían los juristas nazis. El enemigo “interior” es decir los alemanes sospechosos de derrotismo que ponían en duda la victoria del ejército nazi eran considerados “despreciables”, tenían asegurada la guillotina. Hitler ordenó al general Wilhelm Keitel redactar una ley que castigara a aquellos que osaran atacar a Alemania con la palabra. La norma decía: «Se aplicará la pena de muerte en caso de desmoralización de las fuerzas defensivas…”. La Gestapo tuvo mucho trabajo arrestando a cualquier persona que hablara contra el régimen. Las primeras víctimas fueron quienes contaban un chiste sobre Hitler ante un grupo de personas. Las penas al principio fueron desde una amonestación llegando a la pena de muerte. Un caso muy conocido es el de Marianne Elise K, una viuda de guerra alemana que trabajaba en una fábrica de armas. Su error fue contar un inocente chiste relacionado con Hitler y Goering: “Hitler y Goering están en la torre de radiodifusión de Berlín. Hitler dice que quiere darles una alegría a los berlineses. A lo que Göring le contesta: ¡Entonces, salta desde la torre!”. Fue denunciada en su propio trabajo por “derrotismo” y “antipatriota”. Llevada ante el “Tribunal del Pueblo” (Volksgerichtshof), Su caso término en manos de Roland Freisler, que solía burlarse de los acusados durante los procesos judiciales. Tras un juicio más parecido a una función de circo que a un verdadero proceso judicial, el 26 de junio de 1943, el «Tribunal del Pueblo» dictó la siguiente sentencia: «La Sra. Marianne K., en su condición de viuda alemana de guerra, ha intentado socavar nuestra sólida moral de defensa y nuestro trabajo eficiente en aras de la victoria en una fábrica de armas haciendo uso de palabras malévolas contra el Führer y el pueblo alemán, expresando con ello el deseo de que perdamos la guerra. Por eso, y debido a que se ha comportado como una checa, aunque es alemana, se ha situado al margen de nuestra comunidad patriótica. Ha perdido el honor para siempre y por lo tanto es condenada a muerte». Freisler hacía honor a su predecesor en el cargo: “En general, el juez del Tribunal del Pueblo se debe habituar a considerar que lo primordial son las ideas e intenciones del Gobierno y lo secundario el destino humano que está en sus manos”. Estos y otros detalles se encuentran redactados en la obra de Rudolph Herzog: “Heil Hitler, el cerdo está muerto”



LA “RAZA” TURCA

No caeremos en el error de querer demostrar lo indemostrable, la “raza” turca no existe, siendo este un término eminentemente político con fines propagandísticos de corte nacionalista que viene con mayor fuerza desde el surgimiento de Turquía como república, lo explicaremos más adelante.

Lo que si está claro es lo que une a los diversos pueblos turquinos o túrquicos, no es la raza, si no el idioma.

En nuestra época contemporánea “turco” constituye lo referente a la nación y a los ciudadanos de Turquía. Un hecho anecdótico, se denomina “turco” y Turquía no porque los habitantes sean originarios del suelo que ocupan, Turquía lleva ese nombre porque esa tierra fue invadida hace siglos por una rama de los turcos, los otomanos, que ocuparon la Anatolia en detrimento de antiguas etnias griegas. (a manera de ejemplo: Francia lleva su nombre debido que ese territorio fue invadido por los francos).

Los pueblos turquinos comparten modos culturales e históricos en diferentes aspectos y en menor grado étnicos. Lo que les ata es una peculiar fonética, es decir una lingüística común con algunas variantes. Así diferentes pueblos túrquicos de Eurasia tienen lenguajes y dialectos que provienen del tronco de la familia túrquica.

Los orígenes de los turcos es sumamente difícil trazar, en parte debido a que fueron hordas nómadas, parte de las tribus Bárbaras que asolaron Europa hace muchos siglos. Los rastros se pierden y se entremezclan desde la más profunda medianoche de los tiempos. Algunos estudiosos afirman que los turcos son una rama de los hunos (de cuyo tronco proviene el célebre Atila). También descienden de los mongoles (de allí que una gran parte de turcos idolatran a Gengis Khan como un antepasado). Se dice que su origen sería el Asia Central. Otros estudios refieren que incluso provienen –una de las muchas ramas turcas- de Siberia, de origen altaico, de los que se derivarían otros pueblos como los kazajos, los kirguiz, uzbecos, azeríes, turcos, etc, y que éstos últimos se marcharon hacia el sur a la región conocida como Anatolia. Lo que si está documentado es que para el siglo XIII los turcos eran solamente el 10% de la población de la región de Anatolia.

El mestizaje, a pesar que se lo quiera negar, fue un proceso real pero enmarañado. A lo largo de los siglos diferentes pueblos como los hunos, mongoles, siberianos, helénicos, árabes, judíos y otros han venido entremezclándose; y, de forma excepcional hasta chinos, persas, armenios se fundieron con los turcos. En tiempos más modernos, regiones del Imperio Bizantino fueron paulatinamente cruzándose con los pueblos turcos. En el campo religioso, los otomanos, en general, fueron tolerantes con las prácticas de otras culturas sometidas a su vasto imperio, pero sus antecesores, los selyúcidas, si que fueron fanáticos religiosos. El Islam tampoco constituyó la fe primigenia  de los turcos, fueron los árabes quienes les convirtieron al Islam alrededor del siglo VIII de nuestra era, antes practicaron el cristianismo ortodoxo y hasta el budismo.

Al terminar la Primera Guerra Mundial, el imperio Otomano fue derrotado y condenado a su forzosa desaparición y perdieron definitivamente el control sobre las regiones árabes. Estuvo a punto de desaparecer, lo que hoy es la actual Turquía fue invadida, ocupada y dividida en zonas de influencia entre las potencia vencedoras. 


Cuando surgió Turquía predominaban los armenios, kurdos y griegos como más de la tercera parte de los habitantes del Asia Menor. Esos pueblos, curiosamente, hoy son para los turcos sus acérrimos enemigos.


Mustafa Kemal –Ataturk-


Tras la caída del Imperio, en un caso excepcionalísimo, como salvador de la cultura turca, apareció en escena un activo militar, Mustafa Kemal, más conocido como Ataturk, quien dio batalla a las fuerzas extranjeras, a la vez que aplicaba la diplomacia para conservar la unidad del resto del extinto imperio. Abolió el Califato, exilió al último sultán y lo más importante fundó la República de Turquía, desafío a los ultra conservadores religiosos declarando el laicismo, es el impulsor de un estado islámico moderno y liberal, acogió el calendario gregoriano, impuso el alfabeto occidental en detrimento del árabe, declaró la igualdad de derechos de la mujer y el hombre, prohibió la vestimenta tradicional, etc. Una serie de reformas impensadas para la época, un súbito cambio cultural del recién sepultado imperio otomano.

Turquía es quizá un caso singular, de su probable extinción tras el colapso del imperio en la primera guerra mundial, emergió gracias a la voluntad de un solo hombre, Ataturk.


Ataturk no lo consiguió con discursos sino guerreando contra sus enemigos, aplicando mano de hierro para consolidar el espacio geográfico remanente en la que ejercería la hegemonía de la “raza” turca, expulsando a otras culturas y minorías no turcas e, históricamente demostrado, continuó con una campaña de exterminio de las nacionalidades armenias, kurdas e inclusive griegas.   

Los turcos guardan gran devoción a la ideología “kemalista” (de Mustafá Kemal). Ataturk fue la cabeza visible del Movimiento “Los Jóvenes Turcos”, hoy sigue siendo un icono a semejanza de lo sagrado, es lo más próximo al “culto a la personalidad”. Sin Ataturk y su movimiento, sin sus guerras contra la ocupación internacional del ex territorio otomano, la actual Turquía simplemente no existiría. No es raro escuchar en Turquía que “Ataturk es más grande que Dios”, aunque esto ofenda a la creencia religiosa islámica.

Pero Mustafá Kemal no fue un devoto religioso, más bien muchos lo tildan de ateo, ha influido en la historia de Turquía como militar y político nacionalista. Se declaró defensor de la historia, de la “raza” y del pueblo turco. Su método, ya lo hemos dicho, enalteciendo las glorias del pasado y fusionándola con una corriente ultra nacionalista turca. De hecho, sus sucesores han exagerado y exasperado el ambiente cultural turco con el tema “racial”.

En la Constitución turca de 1924 se expresaba que “turco” es cualquier ciudadano del país, independiente de su idioma o religión e instituye el turco como único “idioma de Turquía”, por tanto, se declaró la  prohibición del lenguaje kurdo (aunque los kurdos tiene diferentes dialectos que hablan en las distintas regiones que habitan). Se negó la existencia a través de la historia de una cultura kurda, se declaró ilegal cualquier asociación o movimiento político kurdo, negándoles el derecho a tener escaños en el Parlamento y con el transcurso de los años se dio una fuerte represión oficial.

La Constitución turca de 1981 (en vigencia) tácitamente declara que no se permite enseñar como lengua materna ningún idioma que no sea el turco. En 1991 se abolió la ley que prohibía el uso del idioma kurdo en la calle, aunque explícitamente hablar kurdo dentro de Turquía fue por muchos años más un “delito”. Esta represión “cultural” fue disminuyendo en décadas recientes, permitiéndose enseñar kurdo a la gente adulta.

Las fuerzas armadas turcas son custodios del legado de su líder y defienden férrea y severamente la ideología “kemalista”, reiterando, un nacionalismo turco a ultranza. Por lo mismo, el ejército turco jamás consentirá que las pretensiones kurdas logren sus objetivos. La mayoría de la población turca ve a los kurdos-turcos como un pueblo extranjero, por ende, se opone que una tercera parte de su territorio (son 23 provincias) se convierta siquiera en una zona autónoma.

Para quien conoce la idiosincrasia del pueblo turco, no debe llamarle la atención un hecho, a simple vista banal, pero que esconde un latente peligro para el resto de pueblos de sus cercanías. Desde su fundación se viene inculcando a la gente simple de Turquía que ellos constituyen una “raza” pura. Es un “pecado” que el turco se cruce con otra persona que no sea de su “raza”; quien así lo hace, generalmente es expulsado del seno familiar y mal visto por el resto de la población (este principio más se acoge a las mujeres, porque los hombres –aunque no bien visto- pueden contraer matrimonio con “extranjeras”). El turco, aun el inmigrante y los nacidos en ciudades europeas suelen llamar “extranjero” a los ciudadanos del país que los acoge y prefieren comunicarse en su propia lengua natal.

Como vemos, el pensamiento nacionalista turco no es exclusivo de la fuerza pública. La clase política, los medios de información y, lo más trascendental, el pueblo, la gente común y corriente, los 70 o más millones de ciudadanos turcos, mantienen análoga filosofía. Como ejemplo, los turcos aceptan como un deber la lucha contra los "terroristas kurdos". Solo así se puede explicar el silencio de una población contra la devastación actual que sufren los pueblos kurdos del este de Turquia (aunque también la censura de prensa es total).

En términos generales, la mayoría de turcos detestan y ven como un enemigo al kurdo (naturalmente existen excepciones, corrientes políticas más favorables al dialogo y respeto a los derechos de las minorías. Así como existen dentro de Turquía miles de kurdos que rechazan la lucha por la independencia de su nación, muchos kurdos forman parte de las fuerzas del orden turcas porque son ciudadanos de Turquía y muchos han caído en acciones militares contra el PKK).



Documento auténtico. Gráfico publicado por el gobierno nazi en 1935, explicando los esquemas familiares que determinaban la limpieza de sangre. Gráfico para describir Leyes de Nuremberg de 1935. Las "Leyes de Nuremberg" establecieron una base pseudo-científica para la identificación racial. Solo las personas con cuatro abuelos alemanes (cuatro círculos blancos en la fila superior izquierda) eran de "sangre alemana". Un Judío es una persona que desciende de tres o cuatro abuelos judíos (círculos negros en fila superior derecha). En el medio de la gente de pie "sangre mezclada" del "primer o segundo grado." Un abuelo judío se define como una persona que sea o haya sido miembro de una comunidad religiosa judía. También incluye una lista de matrimonios permitidos ("Ehe gestattet") y los matrimonios prohibidos ("Ehe verboten"). Cita tomada de la Wikipedia en inglés.



Turquía lleva un trabajo de adoctrinamiento férreo en la creencia de la “raza turca” por generaciones y, por regla general, el simple ciudadano turco desaprueba la mezcla “racial”. La identidad de la cultura turca se la lleva incluso a otros países donde emigran masivamente huyendo de la extrema pobreza (como Alemania, los Países Bajos, Bélgica, y otras naciones europeas), no se sienten ciudadanos del país que les acoge, a pesar que reciben todo tipo de beneficios, tanto padres como sus hijos nacidos en otro país suelen responder que son turcos y muchos demuestran su desprecio por el país que nacieron y que les da todo (naturalmente que hay excepciones aisladas). Esto es comparable al ideal de cultura “aria” implantado por Hitler en la Alemania nazi, la diferencia es que el alemán logró, en menos de doce años, convertir y adoctrinar a la juventud alemana, la educación nazi transformó todos los estándares de la vida social de la nación. 


Para explicar el término “raza” turca y sus implicaciones en el ámbito cultural del actual turco, nos valdremos de un excelente artículo, “Los alumnos de Mustafa Kemal Atatürk” (7) que sintetiza un libro titulado ‘Cankaya’, del periodista y escritor turco Falih Rifki Atay, contemporáneo e incondicional de Mustafa Kemal. En su libro (el aquí invocado, además ha escrito muchos libros) detalla lo que es la ideología llamada “Kemalismo”, es decir, la filosofía y doctrina oficial de la República de Turquía, aún vigente en estos días.

Las citas textuales a continuación son tomadas del artículo de referencia: página  319): 


En el cincuentenario nos visitó una delegación de Hitler. Hitler, totalmente poseído por el orgullo dijo: ‘Mustafa Kemal nos ha demostrado, que fue un hombre que ha sabido salvar a su pueblo por todos los medios y a conseguir los medios necesarios para hacerlo, su primer alumno fue Mussolini, el segundo soy yo”.

Luego escribe Falih Rifki Atay (S.451):


“Hitler alabó a Atatürk y dijo: “Cuando un pueblo es despojado por todos los medios, tiene que buscar el camino para salvarse. Esto lo ha demostrado Mustafa Kemal Atatürk, HI)”. (…) “Cuando se piensa en la turqueidad de los años 1923-1924 se debe dar la razón a  Hitler.”

Atatürk, que era de origen albano, ordenó investigar las características de la raza turca. “Desde que no se encontraron estas características de la raza turca, nosotros representaremos a la raza aria”, dijo.






Muchos científicos opinaban que la así llamada “raza turca” existe solamente en un pequeño porcentaje de personas en Turquía. Sin embargo se promueve por parte del Estado una especie de “turqueidad”.

Desde hace 80 años le robaron los kemalistas su identidad a la gente para designarles a todos como turcos. Es igual que fueran kurdos, judíos, armenios, lazos, cherqueses, para esa ideología da igual. “Quien no es turco, solo tiene derecho a permanecer en Turquía, para servir a los turcos”, dijo el ministro de Justicia Mahmut Esat Bozkurt.



Medición craneal en la Alemania nazi. La obsesión de Hitler con las ideas raciales se reflejaron desde su aparición en la política en sus escritos y discursos. Ese principio no cambió nunca: "pureza" racial, superioridad de la "raza aria" (germana) o la "raza superior". La raza debía permanecer pura para asumir el control del mundo en algún momento de la historia. Sin embargo, sigue habiendo gente que lo pone en duda. El ideal "ario"  de Hitler era un hombre alto, de ojos azules y rubio. Al asumir en 1933 el poder esa ideología del nazismo (ahora del gobierno) se publicó en carteles de propaganda, en la radio, en la prensa escrita, en las escuelas y en el cine, todo bajo el auspicio de científicos alemanes (partidarios del nazismo) que apoyaban la lucha contra las razas "inferiores". Tomando el control legal del estado, los nazis promulgaron leyes que facultaron a los médicos alemanes, de forma pública, realizar esterilizaciones y cirugías forzadas para impedir la reproducción de los “enemigos”. Los primeros fueron los gitanos (unos 30.000 en Alemania); personas discapacitadas, con problemas mentales, sordos, ciegos. Luego vendría la caza de brujas contra el judaísmo. Por lo que las primeras víctimas del nazismo, no fueron precisamente los judíos, sino los propios alemanes discapacitados. La tesis de Hitler respecto a los judíos era que éstos no eran un grupo religioso, sino una "raza" venenosa que "vivía a costa" de otras razas y las debilitaba. En las escuelas se comenzó aplicar el "principio" de la ciencia racial. Medir el tamaño de la cabeza, el largo de la nariz, registrar el color del cabello y los ojos de los niños, con el objetivo de determinar si pertenecían a la verdadera "raza aria". Los alumnos judíos y gitanos eran humillados.


El importante periódico ‘Hürriyet’ de Turquía tiene como lema: ”Turquía para los turcos”. “Cuando estuve en un internado en Turquía en el año 1950, nuestro maestro entró al aula con un centímetro para medir nuestras cabezas. Cuando un kurdo no alcanzó la masa requerida sacudió la cabeza y dijo ”Oh Dios! Por qué no tienes la cabeza de un turco!?”. El Kemalismo quería construir una raza turca que fuera, aplicada, inteligente y naturalmente muy habilidosa”. “Un turco es igual al Universo !” etc. Ese lema era escrito con grandes letras y especialmente colgado en el perchero de los kurdos”.

Los maestros enseñaban:


”Los hombres turcos son los mas fuertes del mundo. Su cuerpo se fue transformando por mutación hasta alcanzar la forma del cuerpo de un lobo. Piernas cortas, torzo largo y hombros anchos”.

Hay turcos que no quieren trasfusiones para no mezclar su sangre "pura" turca con otra. Luego del terremoto en Izmir (en 1999) el Ministro de Salud se negó a aceptar las conservas de sangre de los griegos ya que la estructura de la noble y pura sangre turca no habría de mezclarse con la sangre impura griega. (A nadie debe sorprender que lo mismo hacían los fanáticos de las SS hitlerianas, al ser heridos y capturados por los aliados, preferían dejarse morir a recibir una transfusión “contaminada” con sangre “inferior”).

En el Libro Rojo Secreto del Estado, los kurdos son el enemigo interior y los pueblos vecinos son el enemigo exterior. “Para un turco no existe mas amigo que otro turco” dice un refrán usual entre los nacionalistas.

Si en los libros escolares figuran los turcos como la única raza dominante, se ignora por consecuencia a los demás pueblos. Por eso mismo encuentro una farsa hablar allí de igualdad de derechos, democracia y libertad.

Mientras los militares estén de guardianes del ‘Kemalismo’ y no toleren ni el temblor de una hoja que se le oponga, como se puede lograr la Democracia? La lucha entre el Bien y el Mal ya estaría decidida, si los políticos europeos fueran más sinceros. Al fin de cuentas Turquía, apoya ese sistema que le gobierna desde hace 80 años, concluye el artículo de referencia.

NOTA: Por el libro Rojo, se entiende un dossier secreto que maneja el Consejo de Seguridad Nacional –MGK-. Por ejemplo, en fechas recientes Erdogan anunció que el movimiento ‘Hizmet’ será incluido en la lista de amenazas a la seguridad nacional, el mismo Erdogan se refiere a esto como el “librito rojo”, que va siendo actualizado constantemente con todos los “enemigos” potenciales del estado.
“Durante años, el librito rojo incluía “movimientos reaccionarios” considerados como una amenaza nacional con el objetivo de reprimir los movimientos religiosos en el país y para justificar medidas antidemocráticas adoptadas contra ellos, a propósito del golpe de estado el 28 de febrero de 1997. Erdoğan afirmó también que existía el libro rojo por el bien de la ingeniería social, y para crear miedo y justificar actos contra los movimientos reaccionarios y el separatismo. “Hemos eliminado el libro rojo”, afirmó Erdogan. Ahora parece como si estuviera tratando de devolverlo a su lugar original”. (8) La única razón por la que los funcionarios de seguridad y del gobierno utilizan este documento secreto solo puede significar una cosa: La República de Turquía no es un Estado de Derecho.


Erdogan y el incremento de la “raza” turca

Una reciente nota de prensa (9) difunde que el presidente Erdogan, dirigiéndose al auditorio, en un discurso pronunciado el 30 de mayo del 2016, se pronunció por la formación de los jóvenes contra el “terrorismo”. Pero, lo trascendental del mensaje del presidente turco es que exhorta a sus conciudadanos a


procrear hijos para desarrollar Turquía. Al parecer los casi 80 millones de turcos no son suficientes para llevarle al desarrollo nacional por sus propios medios.



En este punto deberíamos asombrarnos una semejanza aterradora de los discursos del presidente turco con la Alemana nazi. Hitler proclamaba que Alemania necesita espacio vital (Lebensraum) para 80 millones de ciudadanos y uno de los programas más escandalosos de Hitler fue llevado bajo la consigna ”Dad Hijos al Fuhrer”, evidentemente se requería de las mujeres alemanas, sin importarles asuntos de moralidad o de quien sea el padre, concebir tantos hijos como sean posibles, la única condición era que los padres tenían que ser “arios”, los niños crecieron en los Lebensborn. El objetivo no era otro que dar hijos a Hitler para la guerra de conquista del “espacio vital” a costa de las “razas inferiores”.  

Erdogan afirmó que la responsabilidad de aumentar la población recae principalmente en las madres.

"Digo claramente que nuestra descendencia aumentará y se multiplicarán las generaciones. ¿Planificación de la población y control de natalidad? Ninguna familia musulmana puede involucrase en esa mentalidadSeguiremos el sendero que marca mi dios y mi querido profeta”.

Para nadie que sigue los pasos de la carrera política de Erdogan sería novedad recordar que antes expresó que las mujeres deberían tener “al menos tres hijos” para ayudar a aumentar la población del país, afirmando que la vida de una mujer sin la experiencia de la maternidad está "incompleta", según 'The Guardian'. Erdogan señaló que el trabajo de las mujeres no puede ser un obstáculo para concebir. "Una mujer que prefiere el trabajo a los hijos rechaza su feminidad", según el señor presidente.

Por supuesto que esto le ha granjeado un reproche de las féminas, previamente, en otro discurso por el día internacional de la mujer, Erdogan declaraba que "una mujer es más que nada una madre". En ese acto, que es lógico entender era un homenaje a las mujeres, se atrevió a expresar que la población femenina no puede estar liberada si de esta forma "se destruye el concepto de familia". Citando referencias del Corán, Erdogan asegura que su religión, el Islam, "define una posición para las mujeres: la maternidad", confirma una nota de prensa de RT. (10)

En otra ocasión señaló que los métodos anticonceptivos eran una "traición". Traición, según él, a la “raza” turca e hipócritamente invocaba a Dios. En otro caso, causó irritación en los grupos feministas cuando manifestó que las mujeres no eran iguales a los hombres. No se podría esperar otra cosa de un ferviente miembro de la ultraderechista cofradía “La Hermandad Musulmana” (recordemos que muchos líderes de las organizaciones yihadistas que asolan Medio Oriente provienen de los “Hermanos Musulmanes”, el brazo político internacional del terrorismo).

Más polémica causó la cónyuge del mandatario turco, la señora Emine Erdogan, encendió las críticas cuando en un acto público alabó los harenes de los sultanes de la época imperial otomana, según una nota de la agencia AFP. "El harén fue una escuela para los miembros de la dinastía osmanlí y un institución educativa para preparar a las mujeres para la vida". "En la época de Murad III [del siglo XVI], lo único que no podía entrar en un harén eran libros", según el profesor de la Universidad de Estambul, Ozlem Kurumlar. (11)

Para entender lo que el presidente Erdogan está tratando de hacer hay que recordar que, a finales del siglo XIX, el sultán Abdulhamid II –quien también aspiraba a homogeneizar la población turca– estimuló a los kurdos a expulsar a los cristianos, e incluso a masacrarlos. Aquel plan continuó y incluso se amplió con los "Jóvenes Turcos", que masacraron un millón y medio de griegos pónticos y armenios. La conclusión de ese programa exige que ahora se expulse de Turquía a los kurdos, para reemplazarlos finalmente por turcos o, a falta de turcos, por árabes sunnitas”, concluye una nota sobre el tema.


Para el nazismo el Lebensborn significa “fuente de vida” y se creó en Munich, Alemania en 1935, después se expandió a los países ocupados en el norte y el oeste de Europa. Procrear hijos para el Fuhrer, el objetivo secreto era prepararlos para las futuras guerras. También se hablaba de procrear para expandir la raza “aria”, que debía ser la nueva raza de Europa. Esta organización proveía de hogares de maternidad y asistencia financiera a las esposas de los miembros de las SS y a madres solteras. También administraba orfanatos y programas para dar en adopción a los niños.


Reformas con fuerte contenido religioso:

Continúa imparable el proceso de islamización de Turquía, tras la fallida tentativa de golpe, la purga no solo ha caído en contra de la gente ya nombrada más arriba, también contra organizaciones y sindicados laicos que se oponen a la islamización de la sociedad turca. Así como la Alemania nazi pretendió suprimir el cristianismo por imposición de un grupo de fanáticos creyentes en teorías raciales y neopaganas de un supuesto mundo antiguo, la Turquía de hoy, está abandonando el laicismo, pregonando la vuelta de un Islam más estricto, esos cambios se los ve en las universidades, donde hace poco tiempo era prohibido el uso por las mujeres del velo islámico, hoy se va tornando obligatorio. También, al igual que los nazis, Erdogan y su grupo se halla empeñado en mitificar la “gloria” ancestral de su cultura, con cánticos y marchas militares pan-turquistas.

En una interesante crónica (12) se narra, por ejemplo, que el protocolo oficial de las obsequias fúnebres secundado por la clásica ‘Marcha Fúnebre de Chopin’, está siendo reemplazado por voluntad del grupo de los nuevos otomanos. La Corte de Erdogan exige un himno turco, lo cual no tendría nada de raro, salvo por las implicaciones que esto conlleva. Así, “el Gran Muftí y el Director de Cultos (Diyanet), están llamando a optar por un canto del compositor otomano Itri. Pero resulta que dicho canto no es otro que el Tekbir, el credo musulmán. Para los no entendidos el Tekbir es el mismo cántico que entonan los yihadistas “Allah akbar”, con sus variantes fonéticas como el idioma turco.

El siguiente video demuestra lo relatado (Nota del editor: hemos cambiado de video, el original ha sido eliminado, actualizado marzo 2017).




No está demás decir, que esa comparación cabe con los nazis que erigieron el “Horst Wessel Lied” como marcha oficial alemana, más conocido popularmente como ‘Die Fahne Hoch!’ (La bandera en alto), el himno del movimiento nazi, que en 1933 fue encumbrado, de facto, a himno de Alemania a la par del ‘Deutschlandlied’






NOTAS:

08 julio 2016

PSEUDO CIENCIA EN EL PAIS NAZI (VI parte)



Willy Ley y Werner Von Braun eran muy amigos. Willy Ley relataba en “pseudocience in naziland” como las absurdas creencias de Peter Bender y sus seguidores interfirieron en el trabajo de los científicos alemanes en el período nazi.



El Retorno de los Brujos

El acto final


…Y he aquí que los nazis se encontraban vencidos, aplastados, juzgados, humillados, por gentes vulgares, chupadores de goma de mascar o bebedores de vodka; gentes sin ninguna clase de delirio sagrado, de creencias cortas y de objetivos a ras de tierra. Gentes del mundo de la superficie, positivos, racionales, morales, hombres sencillamente humanos. ¡Millones de hombrecitos de buena voluntad dando jaque a la Voluntad de los caballeros de las tinieblas centelleantes! Ellos, ¡que no sabían lo que eran las grandes energías ocultas! venían a Nuremberg a dar lecciones de moral primaria a los Señores, a los monjes guerreros que habían sellado el pacto con las Potencias, a los Sacrificadores que leían en el espejo negro, a los aliados de Shamballah, ¡ a los herederos del Grial! ¡ Y los enviaban al cadalso, tratándolos de criminales y de locos rabiosos!



*****

Himmler y el problema a la inversa. — El recodo de 1934. — La Orden Negra en el poder. — Los monjes guerreros de la calavera. — La iniciación en los Burgs. — La última oración de Sievers. — Los extraños trabajos de la «Ahnenerbe». — El gran sacerdote Frederic Hielscher. — Una nota olvidaba de jünger. — El sentido de una guerra y de una victoria.


Corría el crudo invierno de 1942. Los mejores soldados alemanes y la flor y nata de la SS, por primera vez, habían dejado de avanzar, bruscamente petrificados en los agujeros de la llanura rusa. Inglaterra, testaruda, se disponía a librar futuros combates, y América ya estaba lanzada a la contienda. Una mañana de aquel invierno, el gordo Kersten, el de las manos cargadas de fluido, encontró a su cliente, el Reichsführer Himmler, triste y abatido.



El todopoderoso Reichsfuhrer de las SS y de la Policía Alemana, Heinrich Himmler.



-Querido señor Kersten, estoy terriblemente desolado.
¿Empezaba a dudar de la victoria? De ninguna manera. Se desabrochó el pantalón para que el médico le diera masaje en el vientre, y se puso a hablar, estirado, con los ojos fijos en el techo. Explicó: el Führer había comprendido que no podía haber paz en la Tierra mientras alentara un solo judío...
Entonces —añadió Himmler—, me ha ordenado liquidar inmediatamente a todos los judíos que estén bajo nuestro poder.
Sus manos, largas y secas, descansaban en el diván, inertes, como heladas. Guardó silencio.
Kersten, estupefacto, creyó percibir un sentimiento de piedad en el jefe de la Orden Negra y, entre su terror, se filtró un rayo de esperanza.
Claro, claro —dijo—; en el fondo de su conciencia, no aprueba usted esta atrocidad... Comprendo su profunda tristeza.
—¡Pero si no es esto! ¡En absoluto! —exclamó Himmler, incorporándose—. ¡No comprende usted nada!


                          Dr. Félix Kersten                                     


Hitler le había llamado. Le pidió que liquidara enseguida a cinco o seis millones de judíos. Era un trabajo abrumador, y Himmler estaba fatigado y, además, tenía mucho quehacer en aquel momento. Era inhumano exigirle esta sobredosis de esfuerzo de los días venideros. Realmente inhumano. Se lo había dado a entender al jefe bienamado, pero éste había montado en cólera, y ahora Himmler estaba triste por haberse dejado llevar por el cansancio y el egoismo. (1) Cómo comprender esta formidable inversión de los valores? Imposible lograrlo invocando únicamente la locura. Todo pasa en un Universo paralelo al nuestro, cuyas estructuras y leyes son radicalmente diferentes. El físico George Gamov imagina un Universo paralelo al nuestro en el cual, por ejemplo, la bola de un billar japonés entraría por dos agujeros al mismo tiempo. El Universo en que viven hombres como Himmler es, por lo menos, tan extraño al nuestro como el de Gamov. El hombre verdadero, el iniciado de Thule, está en comunicación con las Potencias, y toda su energía se orienta a un cambio de la vida sobre el Globo. ¿El médium pide al hombre verdadero que liquide a unos cuantos millones de hombres falsos? De acuerdo, pero ha elegido mal el momento. ¿Es absolutamente preciso? ¿Enseguida? Está bien, se hará. Levantémonos un poco más por encima de nosotros mismos, sigamos sacrificándonos...

(1) Vid. Memorias de Kersten y el libro de Joseph Kessel, La manos del milagro.

El 20 de mayo de 1945, unos soldados británicos detuvieron en el puente de Berwerde, a veinticinco millas al oeste de Lüneburg, a un hombre de cabeza redonda y estrechos hombros, que llevaba documentación a nombre de Hitzinger. Lo condujeron a la Policía militar. Vestía de paisano y llevaba un parche sobre el ojo derecho. Durante tres días, los oficiales británicos trataron de descubrir su verdadera identidad. Por fin, agotado, se quitó el parche y dijo: «Me llamo Heinrich Himmler.» No le creyeron. Insistió. Para probarle, le obligaron a desnudarse. Después le dijeron que eligiese entre un vestido americano o una colcha. Uno de los inquisidores quiso asegurarse de que no ocultaba nada en la intimidad de su cuerpo. Otro le pidió que abriese la boca. Entonces, el prisionero rompió una ampolla de cianuro que llevaba disimulada en una muela y se derrumbó. Tres días más tarde, un comandante y tres suboficiales se hicieron cargo del cadáver. Se dirigieron a un bosque próximo a Lüneburg, cavaron una fosa, arrojaron al cadáver en ella y apisonaron cuidadosamente el suelo. Nadie sabe exactamente dónde reposa Himmler, bajo qué ramas frondosas acaba de descomponerse la carne del que se tenía por reencarnación del emperador Enrique I, llamado el Pajarero.

Si Himmler hubiese vivido y comparecido en el proceso de Nuremberg, ¿qué habría podido decir en su defensa? 

No podía haber un lenguaje común con los miembros del jurado. No vivía en este lado del mundo. Pertenecía por entero a otro orden de cosas y de espíritu. Era un monje guerrero de otro planeta. «Todavía no se ha podido explicar de manera satisfactoria —dice Poetel— las segundas intenciones psicológicas que engendraron Auschwitz y todo lo que este nombre puede representar. 


En el fondo, los procesos de Nuremberg tampoco han aportado mucha luz, y la abundancia de explicaciones psicoanalíticas, que declararon lisa y llanamente que naciones enteras podían perder el equilibrio mental de la misma manera que los individuos aislados, no ha hecho más que embrollar el problema. Nadie sabe lo que pasaba por el cerebro de personas como Himmler y sus semejantes, cuando daba las órdenes de exterminio.» Situándonos en el plano de lo que llamaremos realismo fantástico, nos parece que empezamos a saberlo.


Instantáneas británicas del momento mismo en que Himmler deja de existir luego de morder la cápsula de cianuro que tenía escondida en su dentadura.


Denis de Rougemont decía de Hitler: «Algunos piensan, por haber experimentado en su presencia una especie de escalofrío de horror sagrado, que en él se aloja una Dominación, un Trono o una Potestad, según denomina san Pablo a los espíritus de segundo orden, que pueden penetrar en el cuerpo de un hombre cualquiera y ocuparlo como una fortaleza. Yo le oí pronunciar uno de sus grandes discursos. ¿De dónde le viene el vigor sobrehumano que demuestra tener? Uno comprende bien que una energía de tal naturaleza no procede del individuo, e incluso no puede manifestarse mientras el individuo cuente para algo; éste no es más que el soporte de un poder que escapa a nuestra psicología. Lo que digo sería propio de un folletón de lo más vulgar si la obra realizada por este hombre —y por ello entiendo el poder que se manifestaba a través de él— no fuese una realidad que provoca el estupor del siglo

Ahora bien, durante su ascensión al poder, Hitler, que recibió las enseñanzas de Eckardt y de Haushoffer, parece haber querido usar los Poderes puestos a su disposición, o mejor, que se manifiestan en él, para los fines de una ambición política y nacionalista, a fin de cuentas bastante limitada. Al principio, es un hombrecillo agitado por una fuerte pasión patriótica y social. Se mueve en un plano inferior: su sueño tiene fronteras. Milagrosamente sigue adelante y todo le sale bien. Pero el médium a través del cual circulan las energías no comprende su amplitud y su dirección.

Baila al son de una música que no es suya. Hasta 1934, piensa que los pasos que ejecuta son los buenos. Pero no sigue en absoluto el ritmo. Cree que sólo tiene que servirse de los Poderes. Pero uno no se sirve de los poderes, sino que los sirve. Tal es el significado (o uno de los significados) del cambio fundamental que se opera durante e inmediatamente después de la purga de junio de 1934. El movimiento, que el propio Hitler creyó que debía ser nacional y socialista, se convierte en lo que debía ser, se casa más íntimamente con la doctrina secreta. Hitler no se atreverá jamás a pedir cuentas sobre el «suicidio» de Strasser, y se le hace firmar la orden que eleva a la SS al rango de organización autónoma, superior al Partido. Joachim Gunthe escribe en una revista alemana después del desastre:


 «La idea vital que animaba a la SA fue derrotada el 30 de junio de 1934 por una idea puramente satánica, la de la SS.» «Es difícil precisar el día en que Hitler concibió el sueño de la mutación biológica», dice el doctor Delmas. La idea de la mutación biológica no es más que uno de los aspectos del aparato esotérico, al cual el movimiento nazi se adapta mejor a partir de esta época en que el médium se convierte, no en un loco total, según piensa Rauchsning, sino en un instrumento más dócil, en el tambor de una marcha infinitamente más ambiciosa que la conquista del poder por un partido, por una nación e incluso por una raza.

Himmler es el encargado de la organización de la SS, no como compañía policíaca, sino como verdadera orden religiosa, con sus jerarquías, desde los hermanos legos a los superiores. En las altas esferas se encuentran los responsables conscientes de una Orden Negra, cuya existencia, por otra parte, no fue jamás reconocida oficialmente por el Gobierno nacionalsocialista. En el propio seno del Partido, se hablaba de los que estaban «en el intríngulis del círculo interior», pero jamás se le dio una denominación oficial. Parece cierto que la doctrina, jamás plenamente explicada, descansaba en la creencia absoluta en poderes que rebasan los poderes humanos ordinarios. En las religiones, se distingue la teología, considerada como ciencia, de la mística, intuitiva e incomunicable. Los trabajos de la sociedad «Ahnenerbe», de la que hablaremos más adelante, constituyen el aspecto teológico: la Orden Negra es el aspecto místico de la religión de los Señores de Thule.

Hay que comprender bien que, a partir del momento en que toda la obra de agrupación y de excitación del partido hitleriano cambia de dirección, o mejor, se orienta más severamente en el sentido de la doctrina secreta, más o menos bien comprendida, más o menos bien aplicada hasta aquel instante por el médium colocado en los estrados de la propaganda, dejamos de hallarnos en presencia de un movimiento nacional y político. Los temas seguirán siendo los mismos a grandes rasgos, pero ya no serán más que el lenguaje exotérico que se dirige a las muchedumbres, la descripción de los fines inmediatos, detrás de los cuales se ocultan otros objetivos: «Nada tuvo ya importancia, salvo la persecución incansable de un sueño inaudito. A partir de entonces, si Hitler hubiese tenido a su disposición un pueblo que hubiera podido serle más útil que el alemán para la realización de su idea suprema, no habría vacilado en sacrificar al pueblo alemán.» No «su idea suprema», sino la idea suprema de un grupo mágico que actuaba por medio de él. Brasillach reconoce que «sacrificaría todo el bienestar humano, el suyo y el de su pueblo por añadidura, si el misterioso deber a que obedece se lo ordenase».

«Voy a contarle un secreto —le dice Hitler a Rauschning—: estoy fundando una orden.» Menciona los Burgs, donde se celebrará la primera iniciación. Y añade: «De allí saldrá el segundo grado, el del hombre medida y centro del mundo, el del hombre-dios. El hombre-dios, la figura espléndida del Ser, será como una imagen del culto... Pero hay todavía otros grados de los que no me está permitido hablar...»

Central de energía levantada alrededor de la central matriz, la Orden Negra aísla a todos sus miembros del mundo, sea cual fuere su grado de iniciación. «Naturalmente —escribe Poetel—, sólo un pequeñísimo círculo de altos graduados y de grandes jefes SS estaba al corriente de las teorías y de las reivindicaciones esenciales. Los miembros de las diversas formaciones preparatorias no supieron nada de ellas hasta que se les impuso la obligación de pedir el consentimiento de sus jefes antes de casarse, o hasta que se les colocó bajo una jurisdicción especial, extraordinariamente rigurosa, cuyo objeto era sustraerlos a la competencia de la autoridad civil. Entonces vieron que, fuera de las leyes de la Orden, no tenían ningún otro deber, y que para ellos no existía la vida privada.»

Los monjes combatientes (1), la SS de la calavera (que no hay que confundir con otras agrupaciones, como la Waffen SS, compuestas de hermanos conversos o terciarios de la Orden, o con mecanismos humanos construidos a imitación de la verdadera SS, como reproducciones del modelo hechas con molde), recibirán la primera iniciación en los Burgs. Pero antes habrán pasado por el seminario, la Napóla. Al inaugurar una de estas Napóla o escuelas preparatorias, Himmler reduce la doctrina a su mínimo común denominador: «Creer, obedecer, combatir; esto es todo.» Son escuelas donde, como dice el Schwarze Korps del 26 de noviembre de 1942, «se aprende a dar y a recibir la muerte».

(1) Monje = monos = solo.


Más tarde, si son dignos de ello, los sacerdotes admitidos en los Burgs comprenderán que «recibir la muerte» puede ser interpretado en el sentido de «morir por sí mismo». Pero, si no son dignos, recibirán la muerte física en los campos de batalla. «La tragedia de la grandeza está en que hay que pisotear cadáveres.» Pero, ¿qué importa? No todos los hombres tienen una existencia, desde los cuasi-hombres, hasta el gran mago. Apenas salido de la nada, el cadete vuelve a ella, después de entrever, para su bien, el camino que conduce a la figura espléndida del Ser...





En los Burgs se pronunciaban los votos y se entraba en un «destino sobrehumano irreversible». La Orden Negra traduce en actos las amenazas del doctor Ley: «Aquel a quien el Partido retire el derecho a la camisa parda, hay que entenderlo bien, no perderá únicamente sus funciones, sino que será aniquilado en su persona, en las de su familia, de su mujer y de sus hijos. Tales son las duras leyes, las leyes implacables de nuestra Orden.»

Henos, pues, fuera del mundo. Ya no se trata de la Alemania eterna o del Estado nacionalsocialista, sino de la preparación mágica del advenimiento del hombre-dios, del hombre según el hombre que las Potencias enviarán a la Tierra cuando hayamos modificado el equilibrio de las fuerzas espirituales. La ceremonia en que se recibía la runa SS debía de parecerse bastante a la que describe Reinhold Schneider cuando evoca a los miembros de la Orden Teutónica, en el gran salón del Remter de Marienburg, cuando se inclinaban para pronunciar los votos que hacía de ellos la Iglesia Militante. «Venían de países diversos y habían llevado una vida agitada. Entraban en la austeridad cerrada de este castillo y abandonaban sus escudos personales cuyas armas habían sido llevadas al menos por cuatro antepasados. Ahora, su blasón sería la cruz que llama al más grave de los combates y que asegura la vida eterna

El que sabe, no habla: no existe ningún relato de la ceremonia de iniciación en los Burgs, pero se sabe que tal ceremonia existía. La llamaban «ceremonia del Aire Denso», aludiendo a la atmósfera de tensión extraordinaria que reinaba y que no se disipaba hasta que habían sido pronunciados los votos. Algunos ocultistas, como Lewis Spence, han querido ver en ella una misa negra de la más pura tradición satánica. Por el contrario, Willi Frieschaurer, en su obra sobre Himmler, interpreta al «Aire Denso» como el momento de atontamiento absoluto de los participantes. Entre estas dos tesis, cabe una interpretación más realista y al propio tiempo, y por ello mismo, más fantástica.

Destino irreversible: se concibieron planes para aislar al SS calavera del mundo de los «cuasihombres» durante toda su vida. Se proyectó crear ciudades, pueblos de veteranos repartidos en todo el mundo y que sólo dependerían de la administración y de la autoridad de la Orden. Pero Himmler y sus «hermanos» concibieron un sueño más vasto. El mundo tendría por modelo un Estado SS soberano. «En la conferencia de la paz —dice Himmler en marzo de 1934— el mundo presenciará la resurrección de la vieja Borgoña, que fue antaño el país de las ciencias y de las artes y que Francia ha relegado al rango de apéndice conservado en alcohol. El Estado soberano de Borgoña, con su Ejército, sus leyes, su moneda y su correo, será el Estado modelo SS. Comprenderá la Suiza romana, la Picardía, la Champaña, el Franco Condado, el Hainaut y el Luxemburgo. La lengua oficial será el alemán, naturalmente. El partido nacionalsocialista no tendrá allí ninguna autoridad. Sólo gobernará la SS, y el mundo quedará a un tiempo estupefacto y maravillado ante este Estado, en el que se aplicará el concepto SS del mundo.»

El verdadero SS de formación «iniciática» se sitúa, a sus propios ojos, más allá del bien y del mal. «La organización de Himmler no cuenta con la ayuda fanática de sádicos que persiguen la voluptuosidad del crimen, sino que cuenta con hombres nuevos.» Fuera del «círculo interior», que comprende los «calaveras», los jefes que se aproximan más a la doctrina secreta cuanto más alta es su categoría y cuyo centro reside en Thule, que es el santo de los santos, hay el SS de tipo medio, que no es más que una máquina sin alma, un servidor autómata. Éste se fabrica en serie, partiendo de «cualidades negativas». Su producción no depende de la doctrina, sino de simples métodos de doma. «No se trata de suprimir la desigualdad entre los hombres, sino, por el contrario, de ampliarla y de convertirla en ley protegida por barreras infranqueables...

 —Dice Hitler—. ¿Qué aspecto tendrá el futuro orden social? Camaradas, os lo voy a decir: habrá una clase de señores; habrá la multitud de miembros del partido, clasificados jerárquicamente; habrá la gran masa anónima, la colectividad de los servidores de los pequeños a perpetuidad, y, por debajo de éstos, la clase de los extranjeros conquistados, los esclavos modernos. Y, por encima de todo esto, una nueva nobleza de la cual no puedo hablar... Pero los simples militantes deben ignorar estos planes...»

El mundo es una materia susceptible de transformación para que se desprenda de ella una energía, concentrada por los magos, una energía psíquica capaz de atraer los Poderes de Fuera, los Superiores Desconocidos, los Dueños del Cosmos. La actividad de la Orden Negra no responde a ninguna necesidad política o militar: responde a una necesidad mágica. Los campos de concentración proceden de una magia imitativa: son un acto simbólico, una maqueta. Todos los pueblos serán arrancados de raíz, convertidos en una inmensa población nómada, en una materia bruta sobre la que será posible actuar y de donde brotará la flor: el hombre en contacto con los dioses. Es el molde en hueco (Barbey d'Aurevilly decía: el infierno es el cielo en hueco) del planeta convertido en campo de operaciones mágicas de la Orden Negra.

En la enseñanza de los Burgs, parte de la doctrina secreta se expresa por la fórmula siguiente: «No existe más que el Cosmos, o el Universo, como ser vivo. Todas las cosas, todos los seres, comprendido el hombre, no son más que formas diversas que se amplifican en el curso de las edades del ser vivo universal.» Nosotros mismos, no vivimos en tanto que no adquirimos conciencia de este Ser, que nos rodea, nos engloba, y prepara otras formas valiéndose de nosotros. La creación no ha terminado, el Espíritu del Cosmos no ha hallado su descanso; estemos atentos a sus órdenes, que los dioses nos transmiten, nosotros, magos feroces, ¡panaderos de la sangrienta y ciega pasta humana! Los hornos de Auschwitz: ritual.



Wolfram Sievers, izquierda, en uniforme de Standartenfuhrer de las SS (coronel); a la derecha Sievers al momento de su captura. Desde 1935 fue director administrativo desde 1935 de la Ahnenerbe, organización de las SS hasta su disolución como formación criminal.



El coronel SS Wolfram Sievers, que se había limitado a una defensa puramente racional, pidió, antes de entrar en la cámara en que iba a ser ahorcado, que le permitieran celebrar por última vez su culto, recitar unas oraciones misteriosas. Después, entregó el cuello al verdugo, impasible.

Había sido administrador general de la «Ahnenerbe» y como tal fue condenado a muerte en Nuremberg. La sociedad de investigación de la herencia de los antepasados, «Ahnenerbe», había sido fundada a título privado por el maestro espiritual de Sievers, Friedrich Hielscher, místico, amigo del explorador suevo Sven Hedin, el cual estaba en estrecha relación con Haushoffer. Sven Hedin, especialista del Extremo Oriente, había vivido largo tiempo en el Tíbet y desempeñó un importante papel de intermediario en el establecimiento de las doctrinas esotéricas nazis. Friedrich Hielscher no fue nunca nazi, e incluso sostuvo relaciones con el filósofo judío Martin Buber. Pero sus tesis profundas tenían contacto con las posiciones «mágicas» de los grandes maestros del nacionalsocialismo. Himmler, en 1935, dos años después de su fundación, hizo de la «Ahnenerbe» una organización oficial, relacionada con la Orden Negra. Los fines declarados eran: «Investigar la localización, el espíritu, los actos, la herencia de la raza indogermana y comunicar al pueblo, bajo una forma Interesante, los resultados de estas investigaciones. Esta misión debe ejecutarse empleando métodos de exactitud científica.» Toda la organización racional alemana puesta al servicio de lo irracional. En enero de 1939, la «Ahnenerbe» fue pura y simplemente incorporada a la SS, y sus jefes, integrados en el Estado Mayor personal de Himmler. En aquel momento, disponía de cincuenta institutos dirigidos por el profesor Wurst, especialista en textos sagrados antiguos y que había enseñado el sánscrito en la Universidad de Munich.

Parece ser que Alemania gastó más en las investigaciones de la «Ahnenerbe» que América en la fabricación de la primera bomba atómica. Estas investigaciones iban desde la actividad científica propiamente dicha hasta el estudio de prácticas ocultas, desde la vivisección practicada en los prisioneros hasta el espionaje de las sociedades secretas. Hubo conversaciones con Skorzeny para organizar una expedición cuyo objeto era el robo del Santo Grial, y Himmler creó una sección especial, un servicio de información encargado del «terreno de lo sobrenatural».

Emblema de la ‘Ahnenerbe’ (Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte‚ Deutsches Ahnenerbe) "Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana",  también conocida como SS-Ahnenerbe, entidad pseudocientífica creada en 1935 por los ideólogos del nazismo, uno de sus objetivos era divulgar la ideología nazi de la supuesta “raza aria”.



La lista de las relaciones establecidas con no pocos gastos por la «Ahnenerbe» confunde la imaginación: presencia de la cofradía Rosacruz, simbolismo de la supresión del arpa en el Ulster, significación oculta de las torres góticas y de los sombreros de copa de Eton, etc. Cuando las tropas se disponen a evacuar Napóles, Himmler multiplica las órdenes para que no se olviden de llevarse la gran losa sepulcral del último emperador Hohenstoffen. En 1943, después de la caída de Mussolini, el Reichsführer reúne en una villa de las afueras de Berlín a los seis ocultistas más célebres de Alemania, para descubrir el lugar en que el Duce se encuentra prisionero. Las conferencias de Estado Mayor comienzan por una sesión de concentración yogui. En el Tíbet, y por orden de Sievers, el doctor Scheffer establece múltiples contactos con los monasterios de los lamas. Lleva a Munich, para estudios «científicos», caballos «arios» y abejas «arias», cuya miel tiene virtudes especiales.

Durante la guerra, Sievers organiza, en los campos de deportados, los horribles experimentos que después han dado tema a muchos libros negros. La «Ahnenerbe» se «enriquece» con un «Instituto de investigaciones científicas para la defensa nacional», que dispone de «todas las posibilidades dadas a Dachau». El profesor Hirt, que dirige estos institutos, hace colección de esqueletos típicamente israelíes. Sievers encarga al Ejército de ocupación de Rusia una colección de cráneos de comisarios judíos. Cuando en Nuremberg se recuerdan estos crímenes, Sievers permanece ayuno de todo sentimiento normal, extraño a toda piedad. Está en otra parte. Escucha otras voces.

Hielscher desempeñó sin duda un papel importante en la elaboración de la doctrina secreta. Fuera de esta doctrina, la actitud de Sievers, como la de los otros grandes responsables, sigue siendo incomprensible. Los términos «monstruosidad moral», «crueldad mental», locura, no explican nada. Poco sabemos del maestro espiritual de Sievers. Pero Ernst Jünger habla de él en el Diario que llevó durante sus años de ocupación en París. A nuestro entender, el traductor francés no dio a su versión el tono adecuado. Y es que, en efecto, su sentido no resplandece más que con la explicación «realista-fantástica» del fenómeno nazi. 

Jünger escribe el 14 de octubre de 1943: «Por la noche, visita a Bogo. (Por prudencia, Jünger pone seudónimos a los altos personajes. Bogo es Hielscher, como Kniebolo es Hitler.) En una época tan pobre en fuerzas originales, lo considero como uno de mis conocidos en quien más he reflexionado sin lograr formarme una opinión. Antes pensé que entraría en la historia de nuestra época como uno de esos personajes poco conocidos, pero que tienen una extraordinaria agudeza de ingenio. Ahora pienso que desempeñará un papel más importante. Muchos, si no la mayoría, de los jóvenes intelectuales de la generación que llegó a la edad adulta después de la Gran Guerra, han experimentado su influencia y a menudo han pasado por la escuela... Ha confirmado una sospecha que yo tenía hace mucho tiempo, y es que ha fundado una iglesia. Ahora se sitúa más allá de la dogmática y ha avanzado ya mucho en el terreno de la liturgia. Me ha mostrado una serie de cánticos y un ciclo de fiestas, "el año pagano", que comprende todo un reglamento de dioses, de colores, de animales, de comidas, de piedras, de plantas. Ha advertido que la consagración de la luz se celebra el 2 de febrero...» Y Jünger añade, confirmando nuestra tesis: «He podido comprobar en Bogo un cambio fundamental que me parece característico de toda nuestra élite: se lanza a los terrenos metafísicos con todo el impulso de un pensamiento modelado por el racionalismo. Esto me había chocado ya en Spengler y significa un presagio favorable. Podría decirse en términos generales que el siglo XIX ha sido un siglo racional, y que el siglo xx es el de los cultos. Kniebolo (Hitler) vive también de esto, y de aquí la total incapacidad de los espíritus liberales de comprender siquiera la posición que adopta

Hielscher, que no había sido molestado, prestó declaración a favor de Sievers, en el proceso de Nuremberg. Ante los jueces, se perdió en consideraciones políticas y frases deliberadamente absurdas sobre las razas y las tribus ancestrales. Pidió la merced de acompañar a Sievers al cadalso, y el condenado rezó con él las oraciones particulares de un culto del que jamás hablara en el curso de los interrogatorios. Después, entró en la sombra.


  


Querían cambiar la vida y mezclarla con la muerte de una manera nueva. Preparaban la venida del Superior Desconocido. Tenían un concepto mágico del mundo y del hombre. Habían sacrificado toda la juventud de su país y ofrecido a los dioses un océano de sangre humana. Lo habían hecho todo para captarse la Voluntad de las Potencias. Odiaban la civilización occidental moderna, fuese burguesa u obrera; de aquí su humanismo insulso, y de allí su materialismo limitado. Debían vencer, pues eran portadores de un fuego que sus enemigos, capitalistas o marxistas, habían dejado apagar en sus países mucho tiempo atrás, por dormirse en la idea de un destino llano y estrecho.

Serían los señores por mil años, pues estaban del lado de los magos, de los sumos sacerdotes, de los demiurgos... Y he aquí que se encontraban vencidos, aplastados, juzgados, humillados, por gentes vulgares, chupadores de goma de mascar o bebedores de vodka; gentes sin ninguna clase de delirio sagrado, de creencias cortas y de objetivos a ras de tierra. Gentes del mundo de la superficie, positivos, racionales, morales, hombres sencillamente humanos. ¡Millones de hombrecitos de buena voluntad dando jaque a la Voluntad de los caballeros de las tinieblas centelleantes! 

Los zopencos mecanizados, en el Este, y los puritanos de huesos blandos, en el Oeste, habían construido una cantidad superior de tanques, de aviones, de cañones. Y poseían la bomba atómica, ellos, ¡que no sabían lo que eran las grandes energías ocultas! Y ahora, como los caracoles después del chaparrón, salidos de la lluvia de hierro, unos jueces de antiparras, profesores de derecho humanitario, de virtud horizontal, doctores en mediocridad, barítonos del Ejército de Salvación, camilleros de la Cruz Roja, ingenuos vocingleros del «mañana que canta», venían a Nuremberg a dar lecciones de moral primaria a los Señores, a los monjes guerreros que habían sellado el pacto con las Potencias, a los Sacrificadores que leían en el espejo negro, a los aliados de Shamballah, ¡ a los herederos del Grial! ¡Y los enviaban al cadalso, tratándolos de criminales y de locos rabiosos!





















Los acusados de Nuremberg y sus jefes que se habían suicidado no podían comprender que la civilización que acababa de triunfar era, también y con mayor seguridad, una civilización espiritual, un formidable movimiento que, desde Chicago a Tashkent, arrastraba a la Humanidad hacia un más alto destino. Ellos habían puesto en duda a la razón y la habían sustituido por la magia. Y es que, en efecto, la Razón cartesiana no abarca la totalidad del hombre, la totalidad de su conocimiento. Ellos la habían hecho dormir. Y el sueño de la razón engendra monstruos. Lo que ocurría del otro lado era que la razón no dormida, sino, al contrario, presionada hasta el extremo, encontraba las fuentes de la energía, las armonías universales. Gracias a las exigencias de la razón aparece lo fantástico, y los monstruos engendrados por el sueño de la razón no son más que su negra caricatura.

Pero los jueces de Nuremberg, los portavoces de la civilización victoriosa, ignoraban ellos mismos que la guerra hubiese sido una guerra espiritual. No tenían una visión lo bastante elevada de su propio mundo. Creían solamente que el Bien vencería al Mal, pero sin ver la profundidad del mal vencido ni la altura del bien triunfante. Los místicos guerreros alemanes y japoneses creían ser mejores magos de lo que eran en realidad. Los civilizados que los habían derrotado no comprendían aún el sentido mágico superior que adquiría su propio mundo. Hablaban de la Razón, de la Justicia, de la Libertad, del Respeto a la Vida, etc., en un plano que no era ya el de la segunda mitad del siglo XIX y en el cual se había transformado el conocimiento y se había hecho perceptible el paso a otro estado de conciencia.

Cierto que los nazis habrían tenido que ganar, si el mundo moderno no hubiese sido más que lo que aún cree la mayoría de nosotros: la herencia pura y simple del siglo XIX materialista y científico, y del pensamiento burgués que considera a la Tierra como un lugar que hay que arreglar para gozar mejor de él. Hay dos diablos. El que transforma el orden divino en desorden, y el que transforma el orden en otro orden no divino.





La Orden Negra debía triunfar sobre una civilización que juzgaba caída al nivel de los solos apetitos materiales, envueltos en una moral hipócrita. Pero era algo más que esto. 

Una figura nueva aparecía en el curso del martirio que le infligirían los nazis, como la Faz en el Santo Sudario. Desde el crecimiento de la inteligencia en las masas a la física nuclear, desde la psicología de las cumbres de la conciencia a los cohetes interplanetarios, se operaba un fenómeno de alquimia, se dibujaba la promesa de una transmutación de la Humanidad, de una ascensión del ser vivo. Esto no aparecía tal vez de un modo evidente, y algunos espíritus de mediana profundidad añoraban los antiguos tiempos de la tradición espiritual, atándose así al enemigo por lo más ardiente de su alma, irritados contra este mundo en el que no distinguían más que una mecanización creciente. Pero, al propio tiempo, otros hombres, como Teilhard de Chardin, tenían los ojos bien abiertos. Los ojos de la más elevada inteligencia y los ojos del amor descubren las mismas cosas, pero en planos diferentes. El impulso de los pueblos hacia la libertad, el cántico confiado de los mártires, contenían en germen la gran esperanza arcangélica. Esta civilización, tan mal juzgada desde el interior por los progresistas primarios, tenía que salvarse. El diamante raya el cristal. Pero el corazón, que es un cristal sintético, raya al diamante. La estructura del diamante está mejor ordenada que la del cristal. Los nazis podían vencer. Pero la inteligencia despierta puede crear, en su ascensión, figuras de orden más puras que las que brillan en las tinieblas.

«Cuando me pegan en una mejilla, no presento la otra y tampoco levanto el puño; sino que lanzo el rayo». Era preciso que esta batalla entre los Señores de las profundidades y los hombrecillos de la superficie, entre las Potencias oscuras y la Humanidad en progreso, terminase en Hiroshima bajo el signo claro de la Potencia indiscutible.
                                                                                      FIN


AUTORES: Louis Pauwels y Jacques Bergier
“Le Matin des Magiciens”, 1960.
Versión en castellano: “El retorno de los brujos. Una introducción al realismo fantástico”.


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