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17 junio 2019

El templo y los mercaderes (I)





Nota previa del editor del blog

Hace menos de un año (octubre 2018) había publicado uno de los mejores ensayos que se ha escrito sobre la mafia: Mafia como política, política como mafia redactado por Luis Linde en 2006. Pese a la existencia de evidencia documental, histórica y procesal, sobre una extraña relación MAFIA-VATICANO, persiste, a modo de rumor (desde hace mucho tiempo) un intento por ocultar la verdad por cualquier medio.  Libros,  reportajes en la prensa escrita, documentales de televisión ya no son novedad sobre el tema, un fascinante artículo del diario "El Independiente" analizaba la historia de "Los banqueros que sellaron la amistad entre Dios y la mafia", publicado en 2017.

Decía Linde que

"cualquier poder político que pueda hacerse obedecer da miedo visto de lejos y debe de dar mucho más visto de cerca. El poder se expresa, directa y habitualmente, a través del crimen y el genocidio. El poder mafioso puede considerarse una imagen de cualquier poder político visto en su desnuda dureza y, eventualmente, en su intimidad criminal".

En tiempos pasados, en algunas culturas y religiones, estaba -por mandato "divino"- prohibido la usura; hoy, la usura no solo es permitida sino practicada por la Iglesia Católica que justificó ese cambio al diferenciar el interés moderado (legal) y las prácticas usureras (realizada por abusivos prestamistas). Es decir, la iglesia condena y práctica la usura. La Iglesia renunció a una prohibición de siglos para entrar en el negocio.

La definición auténtica de USURA proviene del latín usura o interés que alguien cobra cuando presta dinero, un contrato que implica el crédito y el derecho a la ganancia o utilidad del mismo. Coloquialmente calificamos de usureros a entidades y personas que cobran intereses (bancos, instituciones que prestan dinero para hipotecas, préstamos de consumo, como mutualistas, cooperativas, etc.). Esa es la función de la banca comercial, el préstamo de dinero (usura en su correcta interpretación).

La iglesia católica y los alfaquíes islámicos prohibían la usura porque está prohibido en las escrituras sagradas, sin embargo, esa actividad no solo que era necesaria para los intereses estatales, era vital para comerciar.

Tanto los reyes cristianos como los califas musulmanes, fueron los responsables del surgimiento de una importante banca judía en el corazón del mundo islámico y de la cristiandad al recurrir a quienes ya gozaban de “licencia de Dios” para tales asuntos, los judíos. 

LTorah desde tiempos de Moisés prohibe que entre judíos se cobre interés alguno por préstamos, excluye el caso que un préstamo se haga a un extranjero: 

“No obligues a tu hermano a pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier otra cosa que pueda producir interés. Al extranjero podrás prestar a interés, más a tu hermano no prestarás así” (Deuteronomio, 23:20).

Por siglos el naciente Islam se valía de los judíos para la práctica comercial del préstamo de dinero (usura), la misma actividad era practicada por la sacrosanta iglesia católica en la Edad Media contratando judíos como sirvientes de las Cortes de los Monarcas Cristianos - los Hofjuden- ("Judíos de la Corte”), bajo esa protección, ellos se encargaban de administrar las finanzas de los reinos y de la clase pudiente (aun en el presente). 

A lo largo de la historia ha sido una total hipocresía el dicho que uno no se “mancha las manos con la usura”. Queda establecido de donde proviene la "fama" del "judío prestamista" o del "avaricioso judío". En la Edad Media los judíos no estaban autorizados laborar en profesión u oficio que no sea el ligado a las prácticas "bancarias" del pasado. (este tema en particular ha sido analizado en anteriores ponencias).  

En el presente, con la incursión de la Iglesia en el negocio de la usura, el costo ha sido una secuela de muy terrenales escándalos financieros, el Banco Ambrosiano es un buen ejemplo.

En fin. Tenía intención de profundizar el tema anotado al principio, los modernos baqueros de Dios. Documentándome encontré un excelente reportaje, la idea básica que pretendía desarrollar en un nuevo proyecto: los obscuros negocios vaticanos, sus altas finanzas y sus relaciones con el mundo legal y el submundo de los negocios. No hay necesidad de investigar más, una reseña histórica del Vaticano desde 1870 al presente está disponible, su autor prefiere el anonimato. Pongo a disposición esta investigación.

Tito Andino

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El Templo y los Mercaderes (I)
La historia oculta de las finanzas vaticanas y las cosas extrañas que han sucedido en torno a las mismas entre 1870 y la actualidad.


Escrito está, mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones, pero vosotros la estáis convirtiendo en una cueva de ladrones.

El loco Amaro

No sé si os habéis parado a pensar en ello alguna vez, pero es bien conocido (porque lo cuentan los Evangelios) que, en vísperas de la Pascua judía, el agitador religioso Yeshua bar Yosef, más conocido como Jesucristo, protagonizó una acción contra la explotación económica del Templo de Jerusalén por parte de mercaderes y cambistas, a los cuales expulsó del recinto o al menos amonestó públicamente. Esos comerciantes actuaban en connivencia con las altas jerarquías sacerdotales, las cuales eran perfectamente conscientes de las irregularidades en algunas de aquellas actividades, más aún al ubicarse dentro del mismo recinto sagrado, pero las consentían porque obtenían pingües beneficios económicos con los impuestos que recaudaban gracias a ellas.

Dicho altercado constituye, que sepamos, la única confrontación pública y realmente violenta protagonizada directamente por Jesús contra el orden establecido en su época. El caso es que siempre me ha llamado la atención el que muy posiblemente esto ocurriese durante el último año de vida de Jesús (aunque los propios Evangelios discrepan sobre esto). De ser así da la casualidad de que casi inmediatamente después de esos hechos es cuando Jesucristo -que hasta entonces había podido predicar sin ser molestado que sepamos- fue sujeto de algún tipo de denuncia ante el poder romano por parte de las mencionadas élites sacerdotales judías, juzgado con gran diligencia y ejecutado públicamente. Sucesos, éstos últimos, que a su vez se conmemoran en la Pascua cristiana, aunque dotándolos de un componente puramente místico y simbólico y descartando cualquier relación de causa-efecto entre lo ocurrido en el Templo y el posterior procesamiento de Jesús. A fin de cuentas desde una perspectiva teológica su muerte estaba predestinada por Dios para salvarnos a todos y no tuvo nada que ver con vulgares cuestiones de este mundo relacionadas con el orden público, la política, o los pingües beneficios fiscales relativos a actividades dudosas.


Palacio Arzobispal de Sevilla


Dicho esto, quiero dedicar a recordaros un relato de Manuel Halcón perteneciente a los Cuentos del buen ánimo (1979). En esos cuentos se narra entre otras la historia de un cardenal Arzobispo de Sevilla el cual, mientras se construía el Palacio Arzobispal de dicha ciudad, bajaba muchas tardes a sentarse junto a la llamada Puerta del Lagarto, que daba al Patio de los Naranjos de la catedral, para desde allí presenciar los avances en las obras.

Ocurrió que un día en que el Arzobispo se encontraba en ese lugar, precisamente acompañado de algunos de sus familiares y subordinados, vio acercarse por la calle Placentines a un individuo estrafalario vestido con harapos. El Arzobispo preguntó a sus allegados que quién era aquel pobre hombre y estos le informaron de que se trataba de un loco o un deficiente mental conocido como Amaro y que al parecer era muy famoso y querido en la ciudad por lo que todo el mundo solía darle limosna y así iba sobreviviendo. Al oír eso el humilde prelado, que era muy campechano, le llamó a voces y le mandó por señas que se acercara.

Tras dudar unos instantes Amaro se aproximó al grupo y se quedó delante del señor Arzobispo, el cual le dijo medio en broma:

- Me alegra conocerte, Amaro. No te incomodes que no te llamo por nada malo. El caso es que me han hablado muy bien de ti. Puede verse que eres una persona humilde pero sincera y se que me dirás la verdad, no como todos estos aduladores que me rodean. Así que dime Amaro, ¿qué te parece como van las obras del nuevo palacio que he mandado levantar?.

Y Amaro, con voz respetuosa, le contestó:

- Que su eminencia reverendísima, al revés que Jesucristo, convierte el pan en piedras.

Y así acaba el cuento, con el obispo quedándose escandalizado mientras Amaro se aleja para seguir con su ronda pidiendo limosnas. Puede que no veáis ahora el sentido de esto que os he contado, pero dentro de un rato creo que lo comprenderéis.


El ladrillo y la burbuja

En 1835 unos inversores francobelgas fundaron una institución llamada Banca Romana que, algunos años después, concretamente en 1851, se convirtió en el banco oficial de los Estados Papales. Todo ello en una época en que el Papado -herencia de su pasado como señorío feudal y no solo como entidad espiritual- aún controlaba grandes territorios en el centro de Italia. 


Estados Pontificios


Sin embargo, en las décadas siguientes y debido al proceso de unificación italiana, el Estado Vaticano perdió la mayor parte de esos territorios y quedó más o menos reducido a lo que es hoy llegado el año 1870, en época de Pío IX. Debido a ello, en 1874, esa Banca Romana quedó integrada en la estructura bancaria del Reino de Italia convirtiéndose así en uno de los escasos bancos autorizados a emitir billetes de curso legal dentro del territorio del joven Estado. Las otras entidades autorizadas eran la Banca Nacional de Torino, el Banco de Nápoles, el Banco de Sicilia, la Banca Nacional de Toscana y la Banca Toscana de Crédito.

Pues bien, durante los quince años siguientes se desarrolló en el centro-Norte de Italia un contexto, que resultará fácil de entender para cualquier español actual, caracterizado por un boom económico propulsado por la bonanza en el sector de la construcción y los negocios especulativos ligados al mismo. En esa tesitura la Banca Romana empezó a superar ilegalmente los límites de crédito que estaba autorizada a respaldar. A fin de cuentas cada nuevo crédito concedido parecía ser un negocio redondo, ¿qué no se poseían los fondos para otorgarlo?, daba igual, ya se compensarían los balances con las ganancias derivadas de correr esos riesgos. 

Pero claro, en economía siempre después de la subida llega la bajada y a finales de los años 80 se produjo una recesión. En 1889 tres pequeños bancos de Turín muy implicados en la especulación inmobiliaria en la ciudad de Roma suspendieron pagos exponiendo gravemente a otras instituciones que a su vez les habían transferido fondos. Entre ellas, claro está, la Banca Romana


Billete de la Banca Romana


En junio de ese año el Ministro de Agricultura encargó a un senador llamado Giuseppe Giacomo Alvisi una inspección en dicha Banca Romana, la cual reveló inicialmente la existencia de un agujero en los fondos por valor de al menos 9 millones de liras. Sin embargo los contables de la Banca alegaron que esa discrepancia en los balances era debida a la “impericia” de los autores de la encuesta. De hecho la cantidad de dinero que supuestamente faltaba apareció misteriosamente de la nada al día siguiente de notarse su ausencia. Obviamente dichos movimientos de capital, cuanto menos extraños, no convencieron a Alvisi ni a los funcionarios del Tesoro que lo asistieron en la inspección, y por ello reflejaron todo lo sucedido en un informe que el propio Alvisi hizo llegar al Gobierno.

De esa forma el primer ministro italiano de la época, Francesco Crispi, así como el Ministerio del Tesoro, Giovanni Giolitti, fueron informados de la anómala situación de la Banca Romana, no obstante durante los tres años siguientes el "informe Alvisi" se mantuvo en secreto y ni ellos ni el siguiente gabinete de Gobierno, encabezado por Antonio di Rudini, hicieron nada al respecto, fuese por presiones extraoficiales de poderes en la sombra o por puro miedo a que una intervención en la Banca que descubriese la situación agravase aún más la crisis económica en el corazón del país al provocar un pánico masivo en los inversores. De hecho en 1891 el gobierno de Rudini impidió en el último momento que el senador Alvisi llegase a exponer en el Senado públicamente los resultados de su inspección.

En mayo de 1892 Giovanni Giolitti (recordemos, había sido por así decirlo Ministro de Economía unos años antes, en la época en que se había descubierto la probable insolvencia de la Banca Romana) fue elegido a su vez Primer Ministro y lo primero que hizo fue intentar que el presidente de la Banca Romana desde hacía más de una década, Bernardo Tanlongo, fuese elegido senador, para que así no se le pudiese procesar en caso, digamos, de que algún día la situación se escapase de control. De hecho Tanlongo constituía un director de banco muy peculiar ya que en origen era un granjero semianalfabeto que había empezado a tejer una red de relaciones ejerciendo como espía, había entrado en el negocio bancario de la mano de desconocidas amistades en el Vaticano y luego había sido mantenido en su puesto al entrar capital toscano en la Banca no se sabe muy bien por qué. Era probablemente un hombre de paja, pero aún hoy no se sabe de quién en concreto. 

En cualquier caso, a finales del año 92, antes de que el Primer Ministro pudiese confirmar a Tanlongo como senador, el primitivo informe destacando las  irregularidades en la Banca Romana fue filtrado a la opinión pública por amigos de Alvisi, quien había fallecido amargado en los meses previos. El escándalo subsiguiente desencadenó la creación de una comisión parlamentaria para verificar la seriedad de las acusaciones vertidas. Estas fueron, cómo no, corroboradas con creces a comienzos del año siguiente, descubriéndose un agujero de más de sesenta millones de liras. Básicamente la Banca Romana había prestado dinero muy por encima de sus posibilidades (hasta acumular deudas que doblaban la suma de sus reservas). De hecho gran parte de los activos inmobiliarios que poseía la entidad en garantía por los préstamos ya no respaldaban las cantidades avaladas debido a la caída de precios en el sector. Incluso, en un intento desesperado de camuflar lo anterior, la Banca Romana usando sus privilegios había llegado a emitir de forma incontrolada y subrepticia billetes por valor de unos 40 millones de liras (una cantidad de dinero enorme en aquella época) de cara a respaldar sus pérdidas.

Al día siguiente de que se conociese todo esto Tanlongo fue detenido y la Banca Romana cerrada en agosto del año siguiente, pero el juicio a Tanlongo y el resto de implicados en la gestión de aquel banco se fue retrasando hasta que todos resultaron exonerados de los cargos que se les imputaban a mediados de 1894 debido a la desaparición, probablemente a manos de la propia policía, de los documentos que probaban su culpabilidad y en los que al parecer se implicaba a personalidades e instituciones muy importantes. 


Aquí no pasa nada


Pero me diréis, ¿y esto que tiene que ver con Jesús y la Iglesia y esas cosas?. Si no os habéis aburrido ya y seguís leyendo dentro de un rato igual lo empezáis a percibir más claramente. 

Sigamos.

No hay que poner todos los huevos en la misma cesta

Casi al mismo tiempo que sucedía todo lo anterior se detectan una serie de movimientos muy curiosos creando o bien posicionando bajo el control de la Iglesia católica una serie de instituciones bancarias. Es una madeja compleja pero la voy a resumir muy rápido.

En el año 1892 se creaba la Banca Cattolica Vicentina, oficialmente casi una institución de caridad y de “socorro mutuo” dependiente indirectamente de la diócesis de Vicenza. A partir de unos orígenes tan humildes dicha sociedad, nacida para “estimular la solidaridad y la colaboración” entre las fuerzas productivas de una modesta diócesis, empezó a adquirir, muy poco a poco, otras entidades como el Banco Bassano del Grappa,  la Banca Cadorina, la Banca Cattolica Atestina, la Banca Cattolica di Udine, la Banca Cattolica di San Liberale, la Banca Feltrina y la Banca Depositi e Prestiti, la Banca provinciale di Belluno, la Banca Agricola Distrettuale, la Banca Veneziana di Crediti e Conti Correnti, la Banca San Daniele, etc., etc. Ya se sabe, lo que sea por los pobres.

De esta forma, ya entrado el s. XX, a medida que iba creciendo dicha Banca Vicentina pasó a ser conocida como Banca Cattolica del Veneto al convertirse en una fuerza financiera a tener en cuenta en toda esa región del Norte del país. Eso sí, manteniéndose como una institución siempre controlada en la sombra por la Iglesia




Por otra parte en 1896 un abogado de fuertes creencias católicas y muy relacionado con la orden franciscana llamado Giuseppe Tovini creaba en Milán el Banco Ambrosiano, oficialmente una institución privada e independiente pero que por algo pronto pasó a ser conocido como “el banco de los curas” ya que de forma subrepticia era teledirigida también por la Iglesia romana. De hecho entre los miembros del consejo de administración de la entidad en las siguientes décadas encontramos hasta un sobrino del Papa Pío XI; aunque por pura proximidad pasó a ser el Arzobispado de Milán el brazo eclesiástico encargado de vigilar de cerca las actividades de dicho banco. Por supuesto pasado el tiempo el caritativo Giuseppe Tovini fue beatificado.

Finalmente, un poco antes de todo lo que he contado hasta ahora, concretamente en 1887, el Papa León XIII creó una “Comisión para las Causas Pías” la cual durante los siguientes cincuenta años no dejó de ser una especie de institución caritativa muy pequeña. Sin embargo dentro de un rato vamos a ver que llegado un determinado momento esa pequeña institución “para las Causas Pías” iba a cobrar una gran importancia.

Durante el último tercio del s. XIX, una vez perdidos sus territorios y rentas feudales y en un contexto de disminución de las donaciones por la secularización de la sociedad, la Iglesia moderna creó o instrumentalizó una serie de instituciones bancarias a través de las cuales mover dinero y realizar operaciones e inversiones financieras con las que obtener liquidez. 

En esa etapa en todo caso no aparece nada particularmente extraño, nada especialmente sucio, salvo por el caso de la Banca Romana, y aun así no hay evidencias claras de la implicación del Vaticano con aquella institución en la época de su quiebra. Quizás la única pista respecto a esto último es que, como acabamos de ver, la génesis de las instituciones que en adelante iban a controlar una parte sustancial de los fondos de la Iglesia, al menos en Italia, surgieron casi de forma simultánea a la crisis y posterior colapso de la Banca Romana, como si hubiese sido necesario de repente crear alternativas a aquella vía.

Dicho esto hasta 1929 aproximadamente la tónica en las operaciones económicas emprendidas por la Iglesia iba a ser una paciente y cautelosa normalidad haciendo crecer las semillitas plantadas en las instituciones que he enumerado en este epígrafe. Sin embargo en ese año todo iba a cambiar, y no por la famosa crisis del 29 sino debido a algo totalmente diferente.


El pacto


Concordato. 1933

Para entenderlo hay que comprender a su vez el contexto político, no el económico. A ese respecto la gran preocupación de la Secretaría de Estado vaticana entre 1917 y 1991 fue contener la expansión del comunismo, sobre todo en Europa. 

A fin de cuentas la Iglesia es una institución peculiar cuya finalidad es salvar almas y en ese sentido el ateísmo propugnado por el nuevo régimen implantado por los bolcheviques en la URSS a finales de 1917 fue visto por diversos pontífices como una amenaza capital en caso de que lograse extenderse firmemente más allá de los confines del mundo ortodoxo. 

Por tanto, de cara a contener ese peligro mortal que supuestamente se cernía sobre el rebaño de la Iglesia, casi todos los Pontífices del período de entreguerras se mostraron dispuestos a contemporizar con sistemas “autoritarios” en lo político pero que gracias a ello se mostrasen útiles en la lucha contra la expansión del veneno rojo. Es así como se ha de entender por ejemplo el tácito apoyo de la Iglesia a diversos regímenes dictatoriales e incluso fuertemente represivos, caso del implantado en España tras la "Cruzada" nacional encabezada por Franco. También se explica así que el Vaticano firmase un Concordato con la Alemania nazi de Hitler en 1933, o que en el transcurso de las negociaciones para llegar a dicho acuerdo y probablemente por presiones del Vaticano el poderoso Zentrum, un partido católico de Baviera que llegó a ser la tercera fuerza en el Parlamento alemán, se autodisolviese a comienzos de julio de ese mismo año, ahorrándole a Hitler el engorro de tener que deshacerse por las malas de ese obstáculo en su ascenso hacia el poder absoluto.

Siendo sinceros respecto a esto último no es que la diplomacia vaticana desconociese las extravagantes tendencias paganas de parte de la cúpula nazi, su antisemitismo, o su violencia, pero en aquel momento se infravaloró la determinación nazi a la hora de llevar a cabo su delirante programa. Simplemente, como se ha dicho, desde el Vaticano se pensaba que en aquel momento era clave no obstaculizar la implantación de regímenes fuertes en países clave de la geopolítica europea, aunque fuesen dictaduras, incluso hostiles, si con ello se conseguía erigir un muro contra la posible expansión hacia el Oeste del ogro soviético. No se esperaba de esas dictaduras el grado de beligerancia que algunas de ellas acabaron mostrando. 


1929 Pactos de Letrán o Pactos Lateranenses


Teniendo presente todo eso volvamos a los años 20 y centrémonos en Italia. Allí se estaba produciendo la consolidación de un régimen de ese tipo, la Italia de Mussolini. En base a las coordinadas descritas el fascismo fue visto por la Iglesia del período como un mal menor con el que se podía negociar y al que se podía, supuestamente, controlar. Tal es así que entre ambos poderes se llegó a un acuerdo histórico en 1929, los Pactos de Letrán o Pactos Lateranenses, mediante los cuales se garantizaba de una vez por todas la absoluta soberanía pontificia sobre unas pocas hectáreas alrededor de la basílica de San Pedro, creándose de forma efectiva un Estado independiente dentro de la propia urbe romana, la Ciudad del Vaticano tal y como la conocemos en la actualidad. Lo que ocurre es que eso, aunque no era evidente en un primer momento, también implicaba a su vez privacidad para instituciones financieras que se instalasen allí. Por tanto, en esencia, desde ese momento el Vaticano se convirtió en varias cosas, entre ellas en un paraíso fiscal en potencia ubicado en medio de la propia capital de Italia. Si bien ya digo que inicialmente nadie se dio cuenta de las posibilidades que esto último implicaba. 




Por otra parte esos pactos con el Estado fascista proporcionaron a la Iglesia una importante aportación de capital (más de 750 millones de liras de la época contantes y sonantes así como 1.000 millones más en bonos del Estado) en tanto que para congraciarse con el Vaticano, y de paso obtener legitimidad ante el católico pueblo italiano, Mussolini aceptó incluir en los mismos una “indemnización” a la Santa Sede ¡¡por la pérdida de los antiguos Estados Papales de cuño feudal ¡¡. Gracias a ello la situación financiera de la Iglesia recibió un fuerte impulso, el cual se consolidó en los años siguientes a través de inversiones realizadas a través del aparato financiero que he descrito hasta ahora así como una especie de holding creado al efecto en Luxemburgo y luego desplazado a Suiza

En ese contexto el cerebro de la estrategia financiera que seguiría la Iglesia los siguientes veinticinco años fue Bernardino Nogara, un oscuro ingeniero y financiero milanés amigo de la familia de Pío XI y al que dicho Papa colocó en 1929 a cargo de una institución especialmente creada para gestionar el dinero obtenido de los pactos con Mussolini: la Amministrazione Speciale della Santa Sede. Institución que luego tendría un largo recorrido en el que no voy a entrar aquí.


Bernardino Nogara

Pues bien, durante los años siguientes el hábil Bernardino transformó parte de los fondos de dinero del Vaticano en reservas de oro, se hizo con importantes participaciones en las principales aseguradoras de Italia así como en la principal empresa de construcción del país y hasta contribuyó -con pingües beneficios- a la compraventa de la munición empleada por las tropas de Mussolini en sus campañas africanas de los siguientes años, particularmente la invasión de Etiopía. Tampoco están muy claras algunas inversiones en industrias farmacéuticas o, sobre todo, los movimientos llevados a cabo durante los años de la II Guerra Mundial. Todo ello por su propia iniciativa en contra de los deseos de la Santa Sede.    Obviamente. 

En cualquier caso la estrategia fue tan amoral como exitosa con lo que pronto el Vaticano se encontró con más dinero en sus manos del que podía canalizar con comodidad a través de los modestos bancos que controlaba indirectamente y por ello se hizo evidente la necesidad de crear una nueva entidad

Es así como durante la guerra, por mandato del polémico Pío XII, la vieja y modesta “Comisión para las Causas Pías” se convirtió en 1942 en el Instituto para las Obras de Religión, IOR, el cual poco a poco pasaría a ser conocido popularmente como el “Banco Vaticano” en tanto que, en parte, pasó a serlo.

El propósito oficial declarado de dicha institución sería en adelante conservar y administrar bienes pertenecientes a los ciudadanos del singular Estado vaticano o que tuviesen por objetivo “obras religiosas o de caridad”. Es decir se trataría en teoría de una especie  de banco privado para los peculiares funcionarios de la Iglesia católica -sacerdotes, abades, monjas, frailes- y dedicado no tanto a proporcionarles rentabilidad como a conservar a buen recaudo sus escasos ahorros y en ocasiones también mantener a salvo otro tipo de pecunios que le fuesen entregados a la Santa Sede “para hacer el bien” por así decirlo. Por ello técnicamente el “Banco Vaticano” no fue nunca considerado un banco al uso ya que oficialmente no se dedica a prestar dinero o realizar inversiones sino solo a servir de caja fuerte al personal que trabaja en la Curia Romana y poco más. Pero por otro lado en un determinado momento, como vamos a ver, su utilidad para la Iglesia estribó en poder centralizar en el mismo Vaticano, donde tiene su sede dicha institución, algunas de sus operaciones financieras más importantes y secretas

Por supuesto, pese a la creación del IOR, el Vaticano siguió controlando en la sombra los bancos de los que hablé antes, pero desde ese momento pasó a poseer en Roma una sucursal bancaria propia e independiente que, por efecto de los Pactos Lateranenses, resultaba opaca para cualquier organismo fiscal, policial o judicial externo. 

En otras palabras, a partir de ese instante lo que los Pactos Lateranenses habían convertido en una posibilidad rebuscada pasó a ser casi definitivamente posible. En adelante era cuestión de tiempo que un señor, digamos de Palermo o de la cercana Nápoles, se acercarse a Roma con una maleta llena de dinero de procedencia indeterminada. Una vez en la ciudad, confundido con los millares de peregrinos y turistas, es posible que el señor en cuestión y su maleta se adentrasen en el Vaticano y contactasen con un funcionario del IOR al que se podría hacer entrega de dicha maleta llena de dinero destinado a “obras de caridad” para que fuese custodiado allí, al abrigo de los ojos del mundo, de forma indefinida, o quizás para que ese dinero fuese transferido a salvo, fuera de las fronteras italianas, a una cuenta en otra institución financiera del extranjero.

Todo ello con la identidad del misterioso propietario de la maleta y de la consiguiente nueva cuenta en el IOR no solo protegida por todas las salvedades que caracterizan a un paraíso fiscal al uso, sino también por las peculiaridades del Vaticano como paraíso fiscal. A saber: posee un “jefe de Estado” que es técnicamente la cabeza de un régimen teocrático de cuño feudal, gracias a lo cual no debe responder de ninguna forma ante un Parlamento, unas elecciones democráticas o controles de algún tipo; y cuyos burócratas son esencialmente fanáticos religiosos, dispuestos a aceptar ciegamente las órdenes de la jerarquía, curtidos en un régimen de comportamiento donde el guardar secretos es una forma de vida y que pueden invocar excusas especiales, como el secreto de confesión, en el improbable caso de ser interrogados.  

Llegados a este punto puede que a algún lector le choque la asociación que llevo haciendo unos párrafos de las palabras “paraíso fiscal” y Vaticano. Lo cierto es que si bien no hay problemas en considerar a Mónaco, Liechtenstein o Luxemburgo como “paraísos fiscales”, pocas veces esas palabras se relacionan con el Vaticano en un párrafo impreso en un libro o pronunciado en un medio de comunicación. Obviamente la naturaleza esencial del Vaticano es otra, como destino turístico, como foco espiritual o como subestimado centro diplomático. Pero es que eso nos lleva a olvidar que también ha sido otra cosa en una fase muy concreta de su historia de la que voy a empezar a hablar ahora.

Antes de eso debo aclarar que en realidad en lo último que he contado hay una debilidad. Realmente en la historia del misterioso señor con una maleta llena de dinero que se acerca al Vaticano a ponerlo a salvo fallan dos detalles. Al margen de que en los años 40 con la Guerra Mundial y más adelante la ocupación nazi de Roma eso se hacía complicado, por decir algo, está la cuestión de que el hipotético señor para completar con éxito la transacción en aquellos primeros años del IOR necesitaría un pasaporte vaticano y la complicidad de algún tipo de un miembro del IOR.

Esas condiciones ya puedo decir que no se dieron en los siguientes treinta años. Pero el caso es que pasado ese tiempo… llegó un momento en que se dieron. Y, al darse, el IOR del Vaticano se convirtió en un escondite seguro y muy valioso por su invisibilidad pública para políticos corruptos de la democracia cristiana y para la mafia. Así como suena.


Giovanni Montini, Pablo VI, Papa desde 1963 a 1978  


Hasta aquí he explicado en detalle la compleja maraña de hechos que pusieron las bases para que algo tan grave como lo que he dicho pudiera cristalizar. Pero como he confesado, aún faltaban detalles. Así que ahora hay que explicar cómo se solventaron esos detalles y quienes lo hicieron posible.

Para ello hay que pegar otro pequeño saltito, esta vez hasta finales de los años 60 y principios de los años 70, concretamente hasta el Papado de Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, más conocido como Pablo VI, Pontífice romano entre 1963 y 1978.  

Los tres monos sabios, el señor lobo, los fascistas y los mafiosos

Ese Papa tomó en su momento varias decisiones que tiempo después iban a tener gran repercusión. Para empezar fue él quien elevó al cardenalato y otras dignidades a tres prometedores clérigos: Albino Luciani, Karol Wojtyła y a Joseph Ratzinger, los que acabarían siendo los tres siguientes Papas en la línea sucesoria. En cierta forma la camarilla que controló el Vaticano durante el último medio siglo se formó en aquel entonces

Por otra parte Pablo VI conocía muy bien el Banco Ambrosiano desde su etapa como Arzobispo de Milán cargo al que había accedido en 1954 y gracias al cual empezó a ser conocido como el “arzobispo de los pobres”. Pues bien, una vez ya elegido Pontífice es cuando se produce el ascenso en la jerarquía de dicha entidad bancaria, de un oscuro individuo llamado Roberto Calvi.

Calvi era milanés (igual que lo habían sido casi todos los financieros de los Papas, caso de Giuseppe Tovini o Bernardino Nogara), hijo de un funcionario de banca, había militado en movimientos estudiantiles fascistas pero tras el final de la IIª Guerra Mundial había recibido refugio en el Banco Ambrosiano en 1947. Allí ejerció de eficiente funcionario hasta que en los años 70 se convirtió primero en director general y luego presidente de dicha entidad; una empresa teóricamente privada pero como ya se ha dicho controlada de facto en la sombra desde el arzobispado de Milán y el Vaticano a través del Instituto para las Obras de Religión que era su máximo accionista


Roberto Calvi, el Banquero de Dios


Asimismo bajo la sombra de Pablo VI ascendió y prosperó otro curioso personaje llamado Paul Marcinkus, estadounidense nacido en Chicago de padres lituanos a quien Pablo VI tomó bajo su protectora ala durante su etapa de Arzobispo de Milán. En base a esa confianza, una vez convertido en Pontífice es a Marcinkus a quien Pablo VI encomendó la organización de sus viajes pastorales. Con el tiempo el fiel Marcinkus pasó a encargarse también de la protección del Papa durante dichos desplazamientos y fue durante el desempeño de dicha tarea cuando se produjo el hecho que asentó para siempre la fuerte relación de confianza existente entre ambos hombres.



Paul Marcinkus


A finales de 1970 durante un viaje a Filipinas, en el propio aeropuerto de Manila, un pintor surrealista boliviano de nombre Benjamín Mendoza intentó apuñalar al Papa y, aunque apenas logró herirlo superficialmente en el costado, la levedad del ataque se debió a la rápida intervención de varios de los clérigos que rodeaban al Pontífice romano y que impidieron que la situación pasase a mayores.  

Realmente el mérito de identificar y detener al agresor correspondía al obispo Dennis Galvin y sobre todo al secretario personal del Pontífice, Pasquale Macchi, que fue quien se jugó al tipo para detenerlo abalanzándose sobre él. Pero, al formar parte de los clérigos que rodeaban al Papa y sujetaron a Mendoza, de alguna forma Marcinkus logró atribuirse todo el mérito de haber evitado lo peor pese a que en parte fueron los fallos de la seguridad planificada por él los que posibilitaron que el agresor se acercase hasta el Papa sin ninguna dificultad. 


Benjamín Mendoza intenta atacar a Pablo VI


En cualquier caso, gracias al crédito hábilmente obtenido tras aquellos sucesos, unos meses después Marcinkus fue puesto a la cabeza del Instituto para las Obras Religiosas. Y es a partir de aquí donde la realidad empieza a superar a la ficción.

Marcinkus era un tipo ambicioso y con unas amistades extrañas en el mejor de los casos. De hecho, al margen de sus cargos religiosos, es probable que ya en este momento de su vida hubiese entrado a formar parte de la masonería junto con otros pesos pesados de la Curia vaticana de la época como el Secretario de Estado del Vaticano Jean Marie Villot, el propio secretario papal Pasquale Macchi antes citado, Roberto Tucci el director de Radio Vaticana, o el subdirector de L´Osservatore romano, órgano oficioso del Vaticano. 


Licio Gelli 


En ese sentido la particularidad de la masonería italiana de la época –y de ahí la presencia de tantos religiosos- era su carácter furibundamente anticomunista y conservador, por lo cual albergaba en su seno a antiguos señalados fascistas como Licio Gelli, un tipo del que se podrían hacer tres entradas como ésta contando solo sus trapos sucios, por ejemplo de joven estuvo implicado en la desaparición de veinte toneladas de oro procedente de Yugoslavia.

Llegados a este punto se dio la coincidencia de que el muy bien relacionado Gelli por un lado conocía a mafiosos como Michele Sindona, los cuales poseían maletas de dinero de procedencia dudosa que deseaban guardar a buen recaudo. Por otro lado Gelli conocía a políticos de signo democristiano moderadamente corruptos y siempre dispuestos a mirar hacia otro lado si valía la pena. Asimismo Gelli también trataba ocasionalmente con eclesiásticos y gente relacionada con la estructura financiera del Vaticano que igual que él formaban parte del mundillo masónico, aunque no se sabe muy bien si tomándoselo en serio, solo como pasatiempo pintoresco, o como informadores del Papado de cara a controlar e influir en lo que se cocía allí. En cualquier caso toda esa gente ligada a la estructura financiera vaticana, hagamos memoria, tenía en sus manos un paraíso fiscal por completo impenetrable al que todavía no se le había sacado jugo. Finalmente entre ese grupo de gente que movía dinero para el Vaticano y que intimaba ocasionalmente con Gelli también había seglares con similar pasado fascista olvidado, como Roberto Calvi, recordemos, el tipo que estaba en esos primeros años 70 haciéndose con la gestión del Banco Ambrosiano. ¿Cómo se conjugaron todos esos factores?. No se sabe con seguridad.




Lo que hoy sabemos es que Marcinkus desde el mismo momento en que se hizo cargo del IOR buscó centralizar y coordinar varias de las instituciones financieras instrumentalizadas por la Iglesia, antes dispersas. Por ello, para empezar, bajo Marcinkus el IOR afianzó su posición de control en el consejo de administración del Banco Ambrosiano como primer accionista del mismo al poseer una quinta parte de sus acciones. En adelante el Banco Ambrosiano pasaría a ser la herramienta a través de la cual saldría a la luz el dinero que a su vez llegaba a la Iglesia por los secretos cauces de las donaciones “caritativas” al IOR con sede en el propio Vaticano.

De cara a potenciar su nuevo instrumento clave, en 1972 y “por las malas”, Marcinkus le quitó el control de la Banca Cattolica del Veneto a otro de los protegidos del Papa y por entonces patriarca de Venezia, Albino Luciani, solo para a continuación entregarle el 37% de las acciones de dicha entidad financiera al Banco Ambrosiano, poniendo de facto a dicha banca véneta bajo control del Ambrosiano. De esta forma Marcinkus alineaba su artillería para ganar potencia de fuego y poder acometer empresas ambiciosas. 

A su vez, operando desde el Banco Ambrosiano, Roberto Calvi, previsiblemente por órdenes de Marcinkus aunque nunca se pudo probar nada, creó toda una red de cuentas y de filiales en países lejanos y paraísos fiscales. Así por ejemplo construyó en Nassau una filial bajo el nombre de Cisalpine Overseas Bank proceso que repitió en otros países como Perú.

Es de suponer que la idea era la siguiente: en adelante, señores misteriosos pero muy caritativos, ocasionalmente pertenecientes a la mafia, podían depositar dinero en el impenetrable y completamente opaco IOR del Vaticano, a salvo del fisco o la Justicia italianas. Luego desde allí, en cierta forma como pago a la Iglesia por esos servicios, una parte de ese dinero se movía hacia el Banco Ambrosiano y, desde él, se desperdigaba y desaparecía a través de múltiples cuentas secretas ocultas en paraísos fiscales distribuidos por todo el mundo. Todo ello con la connivencia de funcionarios y políticos pertenecientes a la democracia cristiana, quienes de vez en cuando también se beneficiaban del entramado de cara a sus propios fines. Por su parte, una vez dispersado el dinero internacionalmente, la Iglesia podía usar esos fondos escondidos para, digamos, operaciones especiales en las que el fin justificaba los medios.  

A su manera Marcinkus se encontraba con una herramienta potencialmente muy poderosa en sus manos. 


El problema es que también era muy peligrosa si algo de todo esto salía a la luz porque alguien de los implicados en esta cadena se volviese codicioso o descuidado. Qué operaciones eran esas para las que se usaba el dinero, qué salió mal, qué pasó después de que saliese mal, o qué relación tiene todo esto con cosas que han sucedido últimamente en el Vaticano?.


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13 junio 2019

Tiananmén: 30 años después



Una reciente foto de las clásicas marchas policiales en la Plaza Tiananmén, Beijing (mayo 2019)


Nota previa por el editor del blog

Estos días se dan grandes protestas en Hong Kong contra una probable ley de extradición, nos recuerda un hecho similar acaecido hace ya 30 años, los sucesos en la Plaza de Tiananmén - Pekín (Beijing), en junio de 1989. Después de tres décadas las notas contradictorias están vigentes. Naturalmente, esos puntos de vista difieren según la óptica de quienes intentan desacreditar a la República Popular China y de quienes creen ver que las autoridades chinas actuaron con moderación. Es innecesario insistir en las largas versiones made in USA o de sus aliados occidentales que hablan de miles de muertos, heridos, desaparecidos, presos políticos, etc.; no dejando de resaltar que también tenemos versiones más "moderadas" o "negacionistas de la masacre" provenientes de esas mismas fuentes pro estadounidenses. 

Será difícil saber cuántas personas murieron realmente, muchos concuerdan que en la Plaza Tiananmén no murió nadie, sino en sus cercanías donde si se dieron enfrentamientos entre manifestantes y tropas. No estamos para ocultar los hechos, existe suficiente evidencia de que la violencia desatada cegó la vida de ciudadanos chinos y de soldados gubernamentales, pero si debe quedar establecido el desmesurado circo mediático de la prensa estadounidense que siempre magnífica algún acontecimiento negativo en el patio del "enemigo". 


Plaza Tianenmén en Beijing (Pekín). El hombre solitario que frenteó en avance de los tanques el 5 de junio de 1989.


No se puede negar lo acontecido porque es público y hasta oficial que muchos soldados fueron atacados y quemados vivos dentro de los tanques y vehículos militares, como también es de conocimiento público la existencia de las "madres de Tiananmén" que claman por una investigación y castigo para los responsables de la represión (un grupo que inicialmente contaba con 180 miembros, hoy son menos de 50, debido a que han ido falleciendo debido a su avanzada edad), algunas expresaron que debe eliminarse la culpa atribuida a los manifestantes, declarado por el Partido Comunista Chino, por provocar los disturbios contrarrevolucionarios y el calificativo de agitadores a los manifestantes. Otro hecho conocido es el autoexilio de muchos que participaron en las protestas.

Sin embargo, una versión más imparcial, apegada a los hechos históricos, nos conduce a la típica injerencia extranjera, tanto en la difusión de bulos desinformativos como en la intervención directa a través de agentes contratados para incentivar la violencia en las protestas populares embanderadas por el sector estudiantil, sin duda esas eran justas reivindicaciones. En resumen:

- Gene Sharp, estadounidense, conocido por su aparente política de defensa de la no violencia como lucha contra el poder, fue uno de los estrategas de las nacientes "revoluciones de color". Gene Sharp se encontraba precisamente esos días en Pekín motivando a grupos encabezados por Zhao Ziyang (ex primer ministro chino, que destacó por la implantación de reformas para una economía de mercado).‎

- Muchos investigadores internacionales creen ver que las manifestaciones en la plaza Tiananmén fueron aprovechadas por simpatizantes del entonces primer ministro Zhao ‎Ziyang para intentar dar un golpe de estado, es decir, los estudiantes y comunes manifestantes no estaban al tanto de esas actividades. Zhao Ziyang fue expulsado del partido por su apoyo a las protestas y pasó bajo arresto domiciliario hasta su deceso en 2005

‎ 
Fotografía de AP, presuntamente captada en la Plaza Tiananmén de Beijing, el 4 de junio de 1989, cuando tropas y tanques pusieron fin a las protestas, se aprecia en la foto a civiles caídos entre las bicicletas retorcidas.


¿Quién dice que no hubo violencia?, por supuesto que la hubo, no solo murieron manifestantes, la misma prensa occidental aclara que decenas de soldados fueron linchados, otros fueron quemados vivos por "pacíficos manifestantes" que atacaron a cientos de vehículos militares en las cercanías de la Plaza Tiananmén. Las tropas intervinieron con fuerza tras la orden del dirigente chino, Deng Xiaoping.

Bajo el mandato de Deng Xiaoping China emprendió las reformas económicas de liberalización de la economía socialista, base del actual crecimiento económico y en la que Zhao Ziyang participó. Puede concluirse que los dramáticos sucesos conocidos coloquialmente como "la masacre de Tiananmén" formó parte de una evidente lucha por el poder, una tentativa de golpe de estado apoyado por Occidente que aspiraba, en su beneficio, liberalizar la economía y política de China mediante una serie de reformas.

Los siguientes reportajes no os dejará indiferentes, son una traducción de sus originales en inglés, la intención es lograr que el lector reflexione. ¿Quién miente a quién? ¿Murieron realmente miles de personas en el fatídico 4 de junio de 1989?.

t. andino


I parte

Masacre de la Plaza de Tiananmén - Datos, ficción y propaganda

(versión traducida, tomada del original en inglés) "TIANANMEN SQUARE MASSACRE – FACTS, FICTION AND PROPAGANDA"


Desfile en la Plaza Tiannamén


"En la medida en que se puede determinar a partir de la evidencia disponible, NADIE murió durante esa noche en la Plaza de Tiananmén". 

¡¿Qué?! ¿Quién haría una afirmación propagandística tan descarada? ¿El Partido Comunista de China? No. Lo dijo de hecho Jay Mathews, quien era el jefe de la Oficina de Beijing del Washington Post en 1989. Escribió un artículo sobre el tema de las protestas en la plaza de Tiananmén del 4 de junio de 1989 para la revista Columbia Journalism Review "The Myth of Tiananmen. And the price of a passive press" (El mito de Tiananmén. Y el precio de una prensa pasiva) (1).

De hecho, muchos periódicos occidentales, incluidos el New York Times y el Washington Post, han admitido ocasionalmente que nadie murió en la Plaza de Tiananmén, pero solo para volver a la historia de la "masacre", por alguna razón desconocida. Por ejemplo, el 13 de junio de 1989, el reportero del New York Times, Nicholas Kristoff (que estaba en Pekín en ese momento) escribió: "La televisión estatal incluso ha mostrado una película de estudiantes marchando pacíficamente hacia afuera de la plaza [de Tiananmén] poco después del amanecer como prueba de que ellos [los manifestantes] no fueron asesinados". (2) En ese artículo, también se desacreditó la afirmación de un artículo sensacionalista de que los soldados chinos armados con ametralladoras simplemente acribillaron a los manifestantes pacíficos en la Plaza de Tiananmén. 

Pero, ¿murieron personas en China? Sí, alrededor de 200 a 300 personas murieron en enfrentamientos en varias partes de Beijing, alrededor del 4 de junio de 1989 y aproximadamente la mitad de los que murieron eran soldados y policías. (3) (Tiananmen: the Empire’s Big Lie)

Un cable de Wikileaks de julio de 1989 (4) también revela los testimonios de un diplomático latinoamericano y su esposa: "Pudieron entrar y salir de la plaza [Tiananmén] varias veces y no fueron acosados por las tropas. Habiendo permanecido con los estudiantes [...] hasta la retirada final, el diplomático dijo que no hubo tiroteos masivos en la plaza ni en el monumento". 

¿Pero qué hay del icónico "hombre del tanque"? Bueno, si ve el video completo, puede apreciarse que los tanques se detuvieron y dejaron que el hombre saltara sobre el tanque. Eventualmente se va ileso. De hecho, casi no hay fotos o videos de soldados disparando o matando gente (lo que no significa que no haya ocurrido, pero es un punto a tener en cuenta) (nota del editor: también -siempre apegado a la verdad- en el audio original se escuchan, lejos de estas escenas y en intervalos detonaciones de armas automáticas).

Video



La propaganda no sólo implica exageración, sino también omisión. Los medios de comunicación occidentales rara vez muestran imágenes de tanques y vehículos militares quemados o de soldados chinos brutalmente asesinados por los manifestantes de Pekín. 

En un artículo del 5 de junio de 1989, el Wall Street Journal describió algo de esta violencia: 

"Docenas de soldados fueron sacados de los camiones, golpeados severamente y dejados por muertos. En una intersección al oeste de la plaza, el cuerpo de un joven soldado, que había sido golpeado hasta la muerte, fue desnudado y colgado del costado de un autobús".  (5)

Arriba, un joven policía quemado y colgado por los "manifestantes"; abajo, vehículos militares destruidos.


Entonces, ¿qué pasó exactamente? 

Para entender el caos, comenzemos con las dos personas más importantes de esta historia: Hu Yaobang y James Lilley

Hu Yaobang fue Presidente y Secretario General del Partido Comunista Chino (PCCh). Durante varios años antes de las protestas de 1989, Yaobang había sido un "reformador" y era muy popular entre los jóvenes. Murió el 15 de abril de 1989, y es seguro decir que sin su muerte probablemente no habría habido drama en China ese año. 

Inicialmente, los estudiantes universitarios se reunieron en la Plaza de Tiananmén sólo para llorar su muerte. Pero en un día o dos, Estados Unidos se dio cuenta de que cientos de miles de jóvenes se congregarían en Pekín. Se consideraba el momento perfecto para un golpe de Estado, ya que el resto del mundo estaba desmantelando el comunismo ese año. Así, el 20 de abril de 1989 (cinco días después de la muerte de Yaobang) James Lilley, un veterano de la CIA con 30 años de experiencia, fue nombrado embajador de Estados Unidos en China. 

Un artículo del Vancouver Sun (17 de septiembre de 1992) describió el papel de la CIA en las protestas y la violencia: "La Agencia Central de Inteligencia tenía fuentes entre los manifestantes [de la Plaza de Tiananmén]"... y "Durante meses antes de las protestas, la CIA había estado ayudando a los activistas estudiantiles a formar el movimiento antigubernamental". (6) 




Además de la CIA, dos personas prominentes contribuyeron con su "experiencia": George Soros y Zhao Ziyang. Soros es legendario por organizar movimientos de base en todo el mundo. En 1986, había donado un millón de dólares (que era mucho dinero en China en aquellos días) al "Fondo para la Reforma y la Apertura de China". Durante los tres años siguientes, el grupo de Soros cultivó y entrenó a muchos líderes estudiantiles en favor de la democracia, quienes entraron en acción en 1989. El Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, o NED) también abrió oficinas en China en 1988. El NED es otra organización de cambio de régimen patrocinada por el gobierno de los Estados Unidos. 


George Soros, Gene Sharp, Zhao Ziyang


Actuando como una "quinta columna" dentro del gobierno chino estaba el primer ministro de China y nuevo secretario general del Partido Comunista, Zhao Ziyang. Ziyang era un gran fanático de la privatización y Milton Friedman y su cercano asesor, Chen Yizi, dirigían el Instituto para la Reforma Económica y Estructural de China, un influyente centro de estudios neoliberal. Después de las protestas, Soros y su ONG fueron prohibidos en China y Zhao Ziyang fue purgado y puesto bajo arresto domiciliario por el resto de su vida; y Chen Yizi escapó a Estados Unidos. 

Otro occidental que desempeñó un papel importante en la agitación en la Plaza de Tiananmén fue Gene Sharp, autor de los manuales de "Revoluciones de Color" y el protagonista de un aclamado documental llamado "Cómo empezar una revolución". Estuvo en Pekín durante las protestas y escribió sobre ello. Por supuesto, no reveló su papel, pero no es difícil de imaginar. Sharp ha sido acusado de tener fuertes vínculos con una variedad de instituciones estadounidenses, incluyendo la CIA, el Pentágono e instituciones relacionadas con los republicanos, es decir, el Instituto Republicano Internacional, la Corporación RAND y el Fondo Nacional para la Democracia

Mirando los grandes carteles en inglés que citan los ideales estadounidenses, el hecho que las protestas no eran tanto un movimiento de "base" como la obra del gobierno de Estados Unidos está claro para todos, excepto para los más ingenuos. 


Tianenment pancartas de protesta en inglés


Otros dos hechos importantes a tener en cuenta son que el gobierno chino no impuso la ley marcial hasta el 20 de mayo de 1989, y no hubo grandes enfrentamientos entre los militares y el pueblo hasta el final. Aquí hay una foto de manifestantes dando comida a los policías chinos: 





En cuanto a los estudiantes, no eran un grupo monolítico. Estaban comprendidos en varias categorías diferentes:

- Los que sufrían de malestar económico. La inflación estaba subiendo por las nubes en China en la década de 1980. En 1988, los precios de los bienes de consumo y de los alimentos subieron un 26%. Las matrículas universitarias también estaban subiendo, y muchos graduados no podían encontrar buenos trabajos. Irónicamente, todo esto fue el resultado de la liberalización y la rápida transición a una economía de estilo occidental.

- Jóvenes idealistas que realmente querían democracia, libertad de expresión, libertad de prensa, etc.

- Líderes estudiantiles sin escrúpulos, la mayoría de los cuales escaparon de China con la ayuda de agentes de inteligencia de EE.UU.; la CIA lo llamó "Operación Yellowbird". Inmediatamente después de las protestas, estos estudiantes llegaron a los Estados Unidos y fueron a Yale, Harvard, Princeton, etc., gracias a la generosa financiación del gobierno de los Estados Unidos.

- Provocadores y matones que constituían una minoría, pero que podían aumentar significativamente la tensión. Esta estrategia, basada en la psicología del dominio de la mafia, funciona muy eficazmente en todo el mundo. Muy pocas personas, por ejemplo, se dan cuenta de que algunos de estos provocadores también tenían armas.


 Matones de Tiananmén con armas.


Una de los líderes estudiantiles de las protestas de Tiananmén, Chai Ling, dijo durante una entrevista:

"Quería decirles [a los estudiantes] que esperábamos un derramamiento de sangre, que se necesitaba una masacre que derramara ríos de sangre a través de la plaza de Tiananmén, para despertar a la gente. ¿Pero cómo podría decirles esto? ¿Cómo podría decirles que sus vidas tendrían que ser sacrificadas para ganar?"

Ella escapó de China un par de días antes del 4 de junio de 1989.  (nos recuerda las protestas de "Maidán" en Kiev en 2014, que provocaron la muerte de más de 100 personas a raíz de la destitución del presidente ucraniano. Es un secreto a voces que Estados Unidos estuvo directamente involucrado en los hechos). 

Se necesitaba una masacre para derribar al Partido Comunista. Cuando eso no sucedió, se creó la narrativa de la masacre porque la percepción es realidad, esa es la historia que luego pasaron los medios de comunicación occidentales para ser canalizada a los cerebros de los ciudadanos occidentales con el fin de "crear la realidad". Y las personas con las mejores narrativas son las ganadoras. Es un bucle de retroalimentación.

Los líderes de China pueden no ser muy buenos en el arte del poder blando, pero entienden que la historia de China en los últimos doscientos años está llena de devastación como resultado del colonialismo y las guerras civiles. La estabilidad y la unidad no sólo son principios fundamentales de Confucio, sino que son vitales hoy en día para el progreso económico de China. La realidad geopolítica de hoy, sin embargo, es que Estados Unidos está haciendo todo lo que puede para detener el ascenso de China, por medios sucios o justos. La perpetuación por parte de los gobiernos y medios de comunicación occidentales de las mentiras y la propaganda sobre la "masacre" en la plaza de Tiananmén sólo sirve para confirmar las sospechas del gobierno chino sobre las intenciones de Occidente. 

¿Estará mejor China con la libertad de expresión, la libertad de prensa y una mayor transparencia? Absolutamente. Sin embargo, ese es un viaje que la sociedad china tiene que hacer bajo sus propios términos. Sólo China puede decidir la velocidad y la dirección de sus reformas. Si bien los acontecimientos de Tiananmén fueron trágicos, no cabe duda de que el pueblo chino aprecia el increíble progreso que ha logrado el país desde 1989. Lamentablemente, la élite política y corporativa estadounidense no lo aprecia.



II Parte
No, 10,000 personas no murieron en la represión de Tiananmen en 1989 en China.

De acuerdo con un cable diplomático británico recientemente liberado, al menos 10.000 personas murieron en la Plaza Tiananmen en junio de 1989.


En los últimos dos días, ha aparecido alguna variación del cable en múltiples medios de comunicación occidentales, desde la BBC hasta la AFP. Todos los artículos dirán que el cable diplomático secreto fue enviado por el embajador de Gran Bretaña en China, Alan Donald, desde Pekín a Londres, el 5 de junio de 1989. La estadística de "10,000 muertos" llegó a través de un "amigo secreto" de Donald en el Consejo de Estado del gabinete chino, los artículos se añaden debidamente. Algunos incluso enumeran los detalles más "horribles", como, por ejemplo, "los APC luego pasaron por encima de los cuerpos una y otra vez para hacer tartas (to make ´pie´)  y los restos recogidos por bulldozers".

Estos artículos son, hasta cierto punto, reescrituras de un artículo de HK01 (enlace en chino) publicado en inglés en 2017 por Hong Kong Free Press (7) (Declassified: Chinese official said at least 10.000 civilians died in 1989 Tiananmen massacre, documents showy todos son informes "objetivos" en la medida en que, Alan Donald envió un cable citando la figura de un supuesto funcionario anónimo. Sin embargo, esta es la cuestión de la objetividad en el periodismo: no significa nada cuando lo que informaste no es cierto.

Digamos esto claramente, por adelantado: 10,000 personas no murieron en Tiananmén en la represión, ni en la Plaza ni en las calles aledañas. 

Inicie Google y encontrará que uno de los conteos de muertes más citados (y el más alto) es 2,600, supuestamente dado por la Cruz Roja China. (Como escribió Nicholas Kristof el 21 de junio de 1989, “Algunas de las estimaciones iniciales de miles de muertes, incluida la estimación estadounidense [de 3.000 muertos], se basaron en informes de que la Cruz Roja China había contabilizado 2.600 muertes. Pero la Cruz Roja China ha negado haber dicho algo así, y esto parece haber sido una consecuencia de otros dos rumores que utilizaron de manera diversa la cifra de 2,600 para describir la cantidad de estudiantes que faltaban y la cantidad de estudiantes que fueron asesinados".

Más tarde, Kristof ganaría un Premio Pulitzer por su cobertura del movimiento por la democracia en China.) Los estudiantes dijeron en la mañana del 5 de junio que "al menos 500 personas podrían haber muerto en la represión". Incidentalmente, el rango de 500 a 2,600 se cita en un cable estadounidense desclasificado desde entonces, que también señala "lesiones de hasta 10,000". Human Rights Watch cita 2,000. El sitio web de la Universidad George Washington tiene una fascinante "historia desclasificada" de la represión de Tiananmén, el sitio web describe el Documento 31, un cable enviado desde Beijing a Washington DC, el 22 de junio de 1989:

Contrariamente a informes anteriores en los medios de comunicación occidentales, el cable afirma que muchas, si no la mayoría, de las muertes asociadas con la represión ocurrieron en Changan Avenue y otras calles que rodean la plaza, en lugar de la propia Plaza de Tiananmén. El documento considera que la idea de que los militares podrían haber sufrido más víctimas que los civiles es "inconcebible", pero sostiene que "las muertes de civiles probablemente no alcanzaron la cifra de 3.000 utilizada en algunos informes de prensa", pero cree que la cifra presentada por la Cruz Roja China de 2,600 militares y civiles muertos con 7,000 heridos no es "una estimación irrazonable".




De nuevo, eso dice la embajada americana. Entonces son "2,600", así que la cifra exacta de víctimas nunca ha sido corroborada: era difícil obtener información precisa en el caos, y hubo muchos actores con agendas avanzadas (podría decirse que algunos incluso dentro del gabinete chino), pero no hay un número de cinco dígitos. En cualquier momento desde el 4 de junio de 1989, ha estado en seria discusión. Simplemente no hay corroboración, ni de las veintenas de periodistas occidentales en el terreno esa noche fatídica, ni de las Madres de Tiananmén que todavía están cabildeando por la verdad hoy, de nadie.

Pero, ¿qué pasa con esta afirmación de un erudito sobre China?, como se cita en AFP:

"... El sinólogo francés Jean-Pierre Cabestan dijo que la cifra británica era creíble, señalando que los documentos estadounidenses recientemente desclasificados dieron una evaluación similar. "Esas son dos fuentes bastante independientes que dicen lo mismo" (Cabestan, profesor de la Universidad Bautista de Hong Kong).

AFP no especifica el "documento estadounidense recientemente desclasificado", podría ser el mismo que el Hong Kong Free Press  menciona en su informe: "En 2014, Next Magazine informó sobre los archivos desclasificados de la Casa Blanca, que estimaron que 10,454 murieron y 40,000 resultaron heridos ". No pude encontrar el artículo de la Revista en cuestión, pero esa cifra de 10,454 aparece solo en otro lugar, también de 2014, como señala Axios: "En 2014, NTDTV informó  que un informante chino expresó 10,454 muertes". Axios no señala que NTDTV es una de las armas de propaganda de Falun Gong. "Esta estimación es más alta que las estimaciones anteriores"

No pocos medios de comunicación occidentales han optado por informar un número aleatorio, probablemente fabricado como un hecho, estos artículos representan una bofetada en la cara de académicos que han dedicado tiempo real a investigar las protestas de Tiananmén. Incluso se siente como una afrenta a Liu Xiaobo, quien negoció con éxito con las tropas para permitir que los estudiantes salgan seguros de la Plaza de Tiananmen. Causará que los liberales chinos bien fundamentados, incluidos  los muchos que vivieron esa era, que saben más de lo que dirían públicamente, sacudan la cabeza ante la prensa occidental, que podrían haber considerado un aliado. Le dará munición al Global Times. Influirá en la conversación de manera incorrecta: los resultados de Google para el "número de muertos de Tiananmén" muestran actualmente la cifra de 10,000 en la parte superior, contaminando la primera página; y puede esperar ver "10,000 muertos en Tiananmén" en sus feeds de Facebook pronto, seguramente.

La tragedia de Tiananmén, llámela masacre, si lo prefiere, no me opongo, sigue siendo una plaga para la psiquis colectiva china. Es una herida que ha sido cauterizada pero nunca curada, y la pus tiñe la legitimidad del partido gobernante. 

El compromiso tácito entre el gobierno y la gente que siguió: no hables de política y puedes hacerte rico, es extremadamente severo y se ve peor con cada año que pasa. Pero es algo que la población en general ha aceptado, en parte debido a lo molesto, desordenado y calamitoso que es la verdad: una de las mejores generaciones de China se vio arruinada por una protesta que ambas partes desean ahora que hubiera terminado un día antes. No importa si murieron 100 o 3,000 personas, las consecuencias perduran hasta el día de hoy y millones han sido impactadas. No necesitamos "10,000 muertos en Tiannamén" ocultando esta verdad.

Otra razón por la que esta historia importa es porque el telegrama del embajador Alan Donald revela claramente, a menos que estuviera cortando toda la tela, que había un funcionario chino de alto nivel que simpatizaba con los manifestantes estudiantiles para decirle a un diplomático extranjero: "4 niñas estudiantes heridas les rogaron por sus vidas, pero fueron bayoneadas. Una niña de 3 años resultó herida, pero a su madre le dispararon cuando fue en su ayuda, al igual que otras seis personas que lo intentaron. Se les dijo a 1000 sobrevivientes que podían escapar a través de Zhengyi Lu, pero luego fueron segados por posiciones M/G especialmente preparadas", al mismo tiempo que se pasaban la bolita, culpando a los "60% de primitivos iletrados" del 27 Ejército de la provincia de Shanxi.




Supuestamente alguien del Consejo de Estado (chino) intentó alertar a un diplomático británico, qué hermosa revelación, si es cierta. Esa sería la historia, y una que no se cuenta lo suficiente: cómo hubo un intenso desacuerdo dentro del Partido Comunista Chino, incluso en el círculo íntimo de Deng Xiaoping, como revela la memoria póstuma de Zhao Ziyang, sobre cómo manejar a los manifestantes y sobre la dirección de la nación misma. Hubo disidencia dentro del partido.

Tal vez eso sea demasiado matiz para los editores con sede en Londres, París o Nueva York que han trabajado horas en días festivos. Y lo entiendo, es más sencillo teclear en un SEO-amigable, como Google, un título como “REVEALED: 10,000 killed in China’s 1989 crackdown” (REVELADO: 10,000 muertos en la represión de 1989 en China) que llamar a un erúdito especialista en China como Geremie Barmé y solicitar un contexto -quien escribió para el documental La puerta de la paz celestial, la mejor película que se haya hecho sobre las protestas- . 

No quiero ser demasiado duro con la prensa libre, en estos días podría hacer una pausa. Es solo que creo que podemos hacerlo mejor, objetivamente. 


Los cables del embajador británico Alan Donald desde Pekín a Londres.

En resumen:
Los mencionados cables refieren que en junio de 1989, una estimación mínima de 10.000 personas murieron en la represión del ejército chino contra manifestantes a favor de la democracia en la Plaza de Tiananmen, en Beijing. El cable desclasificado casi 30 años después fue tomado por AFP de los Archivos Nacionales de Gran Bretaña. El relato de Donald describe la violencia desatada la noche del 3 al 4 de junio cuando el ejército entró en Beijing para poner fin a siete semanas de protestas. Según Donald, durante el avance, los transportes blindados de personal abrieron fuego contra la multitud (tanto civiles como soldados) luego los atropellaron. Donald dice que su fuente es una persona que "estaba transmitiendo la información que le había dado un amigo cercano que actualmente es miembro del Consejo de Estado" en el gabinete chino.
Siguiendo la tónica de Donald, cuando los soldados llegaron a la Plaza de Tiananmen, "los estudiantes comprendieron que se les dio una hora para salir de la plaza, pero después de cinco minutos los APC atacaron" (APC: transportes blindados de personal). "Los estudiantes enlazaron los brazos, pero fueron derribados, incluidos los soldados. Los APC pasaron por encima de los cuerpos una y otra vez para hacer 'pie' y luego recogerlos con el bulldozer, permanecieron (los soldados) incinerando y luego drenando por los desagües". 

Fuente original en inglés:

TIANANMEN SQUARE MASSACRE – FACTS, FICTION AND PROPAGANDA
No, 10,000 were not killed in China’s 1989 Tiananmen crackdown

Notas:

(1) The Myth of Tiananmen. And the price of a passive press
(2) Turmoil in China; Tiananmen Crackdown: Student's Account Questioned on Major Points
(3) Tiananmen: the Empire’s Big Lie
(4) LATIN AMERICAN DIPLOMAT EYEWITNESS ACCOUNT OF JUNE 3-4 EVENTS ON TIANANMEN SQUARE
(5) WSJ Archives: 25 Years Ago in Beijing, A ‘Movement Unlikely to Die’
(6) Vancouver Sun CIA Tiananmen
(7) Declassified: Chinese official said at least 10,000 civilians died in 1989 Tiananmen massacre, documents show

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