Parte I
¿Por qué se negó ayer y hoy un convenio de seguridad colectiva a Rusia?
por Tito Andino
Este post no estaría completo sin destacar quien es el personaje entrevistado (más adelante), y toda la polémica que ha generado en Canadá y en otros lugares. El profesor Michael J. Carley, profesor titular del Departamento de Historia de la Universidad de Montreal (UdeM), señaló en algunos mensajes (marzo 2022) publicados en Twitter que: "Las tropas rusas luchan contra los fascistas en Ucrania. La evacuación de civiles está bloqueada por las tropas de Azov, los fascistas. El horror del fascismo en Ucrania es cada vez más evidente. Donbass y Mariupol están siendo limpiados de nazis ucranianos". O, "Rusia está ganando la guerra contra los fascistas en Ucrania". Entre otros tuits.
En marzo de 2022, grupos de estudiantes pidieron su sanción, muchos colegas se incomodaron por su apoyo a la invasión rusa de Ucrania. Su cuenta de Twitter fue suspendida y su nombre fue eliminado de la lista de investigadores miembros del Centro de Estudios e Investigaciones Internacionales de la Universidad de Montreal (CERIUM), aunque la dirección de la universidad no envió ninguna advertencia a su catedrático.
El director del CERIUM, Frédéric Mérand, confirmaba la indisposición, e incluso el enfado, del profesorado. "Estamos a favor de la libertad académica, pero no toleramos el revisionismo histórico", señaló. (Al parecer el "revisionismo" neo-nazi parece tener mayor acogida en ciertos círculos de la academia histórica de Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, etc., antes que la profunda revisión de los archivos y de las fuentes historiográficas en general, en las que se basa el profesor Carley para sus críticas reflexiones).
"El señor Carley disfruta de la libertad de expresión como cualquier otro ciudadano. Puede opinar en las redes sociales, aunque choca con las palabras de otros expertos en el tema", asegura Geneviève O'Meara, portavoz de la Universidad de Montreal, aclarando que Michael J. Carley todavía trabaja en la UdeM pero que no enseñará este semestre (2022).
Pero, ¿quién es Michael Jabara Carley? Es un historiador canadiense nacido en 1945 en Brooklyn (Nueva York, Estados Unidos). Estudió en la Universidad George Washington, así como en la Universidad Queen's en Kingston, Ontario. Obtuvo la ciudadanía canadiense en 1976. Se especializó en relaciones internacionales del siglo XX y en la historia de Rusia y la Unión Soviética. Su investigación se ha centrado en las relaciones de la Unión Soviética con Europa Occidental y los Estados Unidos durante los años 1917 y 1945. Sus investigaciones se han copilado en un estudio de tres volúmenes, el primero de los cuales titula, "Stalin's Gamble: The Search for Allies against Hitler, 1930–1936", publicado por la University of Toronto Press (623 pgs.) en julio 2023.
También es autor de "1939: The Alliance That Never Was and the Coming of World War II", "Silent Conflict: A Hidden History of Early Soviet-Western Relations", y "Une Guerre sourde: l'émergence de l'Union soviètique et les puissances occidentales", entre otros estudios de corte académico como ensayos sobre la intervención francesa en la Guerra Civil Rusa (1917-1921), sobre las relaciones soviéticas con las grandes potencias entre las dos guerras mundiales, sobre cuestiones del "apaciguamiento", los orígenes y la conducta de la segunda guerra mundial, y sobre temas principales de actualidad.
Debo dejar puntualizado nuestro interés estrictamente histórico respecto al inmenso estudio académico e historiográfico del profesor Carley, su profesionalidad está por encima de sus inclinaciones políticas y sobre las críticas en su contra. Hace unos años (2019) pudimos apreciar la tremenda capacidad de análisis y búsqueda de archivos de éste catedrático de talla mundial; el blog reprodujo parte de su demoledor artículo titulado "El día que Occidente prefiere olvidar" (redactado en 2015).
Vuelve a ser evidente que la OTAN pretende reescribir la historia transformándola en una lucha gloriosa de la democracia en contra del nazismo y negando el rol protagónico de la URSS para derrotar el fascismo en Europa. Carley refuta la rebuscada tesis atlantista que ahora afirma que fue Stalin quien apuñaló por la espalda a Gran Bretaña y Francia para favorecer a los nazis. Bastaría recordar que en esos momentos Francia y la Gran Bretaña eran los dos más grandes imperios coloniales del mundo; y, también sería bueno recordar que la Segunda Guerra Mundial inició en octubre de 1938 cuando Neville Chamberlain y Edouard Daladier acordaron con Hitler y Mussolini despedazar a Checoslovaquia. Ni checos, ni rusos fueron "invitados" a Múnich a repartirse ese territorio, un necesario paso previo para aislar a la URSS.
Nadie quiere recordar en la democrática Europa que los totalitarios comunistas de la URSS hicieron lo razonablemente posible para apoyar la seguridad colectiva de Europa y la resistencia checoslovaca contra la agresión nazi.
Michael Carley, nos recuerda que: "para Chamberlain, una alianza con la URSS en contra de Alemania nazi era una última opción, o una opción inexistente. Era más atractiva la idea de llegar a un acuerdo con Hitler. Una alianza con la URSS en contra de la Alemania nazi significaba la guerra. Si hay un Estado que merece ser condenado por haber saboteado la seguridad colectiva en los años 1930, es más bien Gran Bretaña y no la URSS. Los británicos rechazaron repetidamente propuestas soviéticas a favor de la creación de una alianza antinazi, o bloquearon el mejoramiento de las relaciones francesas con Moscú".
"¡Ustedes quieren la guerra!", fue la acusación principal que los conservadores y la derecha europea lanzaron contra quienes buscaban organizar la resistencia contra la agresión nazi. Stalin lo comprendió. Fue solo a mediados de 1939, cuando ingleses y franceses seguían resistiéndose a organizar un frente común contra la Alemania nazi, que Stalin aceptó conversar con Hitler. Para el gobierno soviético, Múnich fue la gota que colmó el vaso y que condujo directamente al pacto de no agresión germano-soviético, el pacto de no agresión de Múnich era exactamente lo mismo. Si los occidentales estaban tan furiosos era porque Stalin había logrado lo que ellos no habían podido obtener el año anterior en Múnich. Aquello era un sálvese quién pueda, no una estrategia de seguridad a largo plazo. Era una maniobra que solo incentivaría al agresor, tal y como lo comprobaría Stalin en junio de 1941, concluye Carley.
Respecto a la Seguridad Colectiva es un tema que en principio abarca sistemas políticos, regionales o globales, cada estado acepta que la seguridad de uno les concierne a todos, comprometiéndose a llevar a cabo una respuesta colectiva en caso de amenaza o una brecha en la seguridad del sistema. El potencial agresor es disuadido ante la perspectiva de una unión del resto frente a él (wikipedia).
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), constituida en 1994, no pasa de ser un foro multilateral para el diálogo y la negociación entre el Este y el Oeste, intentó dar continuidad a la época de la distensión cuando se denominaba CSCE (Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa, formada el 1 agosto 1975) cuyas regulaciones incluían una serie de compromisos acerca de cuestiones político-militares, económicas, medioambientales y de derechos humanos que eran parte del núcleo del denominado “proceso de Helsinki”.
La CSCE funcionó mediante reuniones y conferencias basadas en los compromisos de los Estados participantes y podían ampliarse o revisarse periódicamente. Con el fin de la Guerra Fría, en la Cumbre de París de noviembre de 1990 se reorientó la trayectoria de la CSCE dotándole de instituciones permanentes y de ciertas capacidades operativas que culminarían con la decisión de la Cumbre de Budapest de Jefes de Estado (diciembre de 1994) en que la CSCE pasó a denominarse OSCE, con 57 estados participantes en América del Norte, Europa y Asia.
Insistiendo que el objetivo de la OSCE era (o es) trabajar para alcanzar y mantener estabilidad, paz y democracia a través del diálogo político... Diciéndolo objetivamente, según la propia página web de la OSCE es un foro de diálogo político sobre una amplia gama de cuestiones relativas a la seguridad, mejora la vida de las personas y las comunidades por su carácter integrador... bla bla bla... Aseguraba la OSCE que "ayuda a salvar diferencias y a fomentar la confianza entre los Estados mediante la cooperación en materia de prevención de conflictos, gestión de crisis y rehabilitación posconflicto". En fin, emotiva declaración de principios, "mediante su red de operaciones sobre el terreno, la OSCE aborda cuestiones que afectan directamente a nuestra seguridad común, entre ellas el control de armamentos, el terrorismo, la buena gobernanza, la seguridad energética, la trata de personas, la democratización, la libertad de los medios de comunicación y las minorías nacionales".
Bonito, ¿verdad?, pero la OSCE como cualquier entidad internacional pasó a ser manipulada por los intereses de los círculos político-militares de Occidente (EEUU/OTAN).
Nunca aparecieron las garantías ofrecidas a Rusia por medio de Acuerdos de Seguridad Colectiva ante su lógica preocupación: la expansión de bases militares de la OTAN hacia sus fronteras, incumplieron las promesas (garantías) occidentales de "ni un paso hacia el Este" (Rusia).
Son parecidas garantías de seguridad colectiva que los más grandes imperios coloniales del mundo (Gran Bretaña - Francia) negaron -en la década de 1930- a la Unión Soviética esperando que la Alemania nazi la aplastara. En pleno siglo XXI, Europa -obedeciendo a los Estados Unidos- se negó a entablar reales acuerdos para un estatuto de seguridad colectiva que acoja garantías respeto a la soberanía rusa y del resto de Europa. Como expresamos en un post anterior "Tanto en los años 30 del siglo XX como en los años 20 del siglo XXI, Europa y la UE/OTAN, respectivamente, solo parecen haber tenido un objetivo: Destruir la URSS y destruir Rusia, en su orden. ¿Por qué?"... ya lo hemos explicado.
Volvamos con Michael J. Carley, el 1 de diciembre de 2022 concedió una entrevista a The Postil Magazine (página web en inglés de corte cristiano), no para hablar sobre la guerra en Ucrania, sino sobre la historia de la Seguridad Colectiva en la Europa del siglo XX.
Como dice The Postil, es un gran placer y honor discutir su trabajo con él en la siguiente entrevista.
Parte II
De la seguridad colectiva:
Una entrevista con Michael Jabara Carley
➤ The Postil: Usted ha escrito una trilogía sobre la Gran Guerra Patria, que es la Segunda Guerra Mundial experimentada por la Unión Soviética. La primera parte de este estudio magistral se publicará próximamente. ¿Cuál es su objetivo general?
Michael Jabara Carley (MJC): Mi trilogía, como yo la llamo, trata de los orígenes y la conducta temprana de la Segunda Guerra Mundial y la Gran Guerra Patriótica (Velikaia Otechestvennaia voina). El VOV es el nombre dado a la guerra en la historia soviética y rusa que surgió de la invasión alemana de la URSS el 22 de junio de 1941. Mi trabajo abarca desde enero de 1930 hasta diciembre de 1941. Mi proyecto se tituló por primera vez "A Near-run Thing: The Improbable Grand Alliance of World War II", apoyado por una beca de investigación "Insight" del Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y Humanidades de Canadá. Mi objetivo inicial era escribir una historia narrativa de cómo la URSS, Gran Bretaña y los Estados Unidos, potencias hostiles entre sí durante los años de entreguerras, se convirtieron en aliados contra la Alemania nazi y el Eje. El trabajo evolucionó de un solo volumen previsto en tres que tratan de las relaciones soviéticas con las grandes y menores potencias europeas y los Estados Unidos.
➤ The Postil: ¿Hay alguna diferencia entre una historiografía occidental de la Segunda Guerra Mundial y una rusa?
MJC: Oh sí, la diferencia es enorme. Durante la guerra, estaba claro para todos los que tenían ojos para ver que el Ejército Rojo jugó un papel clave en aplastar a la Wehrmacht nazi y ganar la guerra en Europa. Los Estados Unidos y Gran Bretaña desempeñaron papeles secundarios. Después de 1945 la guerra se convirtió en un importante objeto de propaganda en la Guerra Fría. La nueva narrativa era que Estados Unidos o Churchill ganaron por sí solos la guerra en la que la URSS era prácticamente invisible.
En los medios occidentales, historias, iconografía, películas de Hollywood, cómics, más recientemente videojuegos, el Ejército Rojo es invisible. El momento clave en la guerra fue la operación Overlord, el desembarco de Normandía, cuando en realidad, fueron un anticlímax, grandioso sin duda, en una guerra cuyo resultado ya había sido determinado por el Ejército Rojo. En el contexto de la Guerra Fría, era normal que Estados Unidos buscara de varias maneras borrar los recuerdos del papel soviético en la guerra, porque de lo contrario, ¿cómo podría retratar a la URSS como un enemigo comunista amenazante?
➤ The Postil: ¿Podría hablarnos de los otros dos volúmenes de la trilogía?
MJC: Volumen 1: La apuesta de Stalin: La búsqueda de aliados contra Hitler, 1930-1936, explora los esfuerzos de la Unión Soviética para organizar una alianza defensiva contra la Alemania nazi, en efecto reconstruyendo la Entente anti-alemana de la Primera Guerra Mundial.
El volumen 2: La fallida Gran Alianza de Stalin: La lucha por la seguridad colectiva, 1936-1939 cubre el período comprendido entre mayo de 1936 y agosto de 1939. Estos fueron los últimos tres años de paz en Europa durante los cuales ocurrieron las grandes crisis del período anterior a la guerra (la guerra civil española, Anschluss y la traición de Múnich de Checoslovaquia) y los últimos esfuerzos soviéticos para organizar una alianza antinazi.
El volumen 3: El gran juego de Stalin: guerra y neutralidad, 1939-1941 cubre la primera fase de la guerra en Europa, en particular la desaparición de Polonia, la Guerra de Invierno entre la URSS y Finlandia, la caída de Francia, la batalla de Gran Bretaña y la acumulación e invasión nazi de la URSS. Todo esto ocurre dentro del marco más amplio de la diplomacia soviética y las operaciones de inteligencia y los fracasos de Stalin para interpretar correctamente los signos de la intención de Hitler de destruir a la Unión Soviética.
➤ The Postil: Su trabajo se ha centrado en los registros de archivos rusos. ¿Hubo alguna sorpresa que le hizo repensar su(s) posición(es)?
MJC: Mi trabajo se ha centrado en fuentes de archivo rusas y fuentes de archivo occidentales (entre otras, francesas, británicas, estadounidenses, etc.). Las fuentes rusas indican, y esto será una sorpresa para algunas personas, que la política exterior soviética llevada a cabo por el Comisariado de Asuntos Exteriores (NKID) funcionó como la de cualquier otro ministerio de relaciones exteriores. Buscó definir y proteger los intereses nacionales soviéticos, tal como los percibía el NKID, y se promovía entre los líderes soviéticos, especialmente en el Politburó (en efecto, el gabinete soviético), que con el tiempo se convirtió en sinónimo de una sola persona, Iosif Vissarionovich Stalin. En la década de 1920 esto significó tratar de mejorar las relaciones políticas y económicas con las principales potencias occidentales. Ningún país era demasiado pequeño para escapar a la atención y el cortejo de NKID. En la década de 1930 significaba tratar de construir una alianza antinazi para contener a la Alemania hitleriana o derrotarla en la guerra si la contención fallaba. La primera generación de diplomáticos soviéticos era bien educada (o autodidacta), multilingüe, sofisticada y buena en sus trabajos.
¿Así que? ¿Qué es tan sorprendente acerca de estos "descubrimientos"? Varias generaciones de historiadores occidentales han sostenido que la política exterior soviética fue hecha por la Internacional Comunista o Comintern y tenía la intención de perseguir la revolución socialista mundial y no la protección de los intereses nacionales soviéticos. Estos no existían. Mi libro anterior Silent Conflict trata sobre la complicada interacción del NKID, el Comintern, Stalin y el Politburó en la década de 1920. Baste decir que la historiografía occidental tradicional requiere una revisión basada en el estudio de los archivos rusos. Ahora tenemos historias antes de la apertura de los archivos soviéticos e historias después de su apertura.
➤ The Postil: La era soviética está dominada en gran medida por Joseph Stalin. ¿Hay aspectos sobre él que son ignorados o malinterpretados por los historiadores occidentales?
MJC: La gente ha estado escribiendo libros sobre Stalin desde los años de entreguerras. Su reciente biógrafo Stephen Kotkin nos recuerda que era un "ser humano". Él era eso, pero, por supuesto, los seres humanos también pueden ser asesinos en serie. Stalin era lo que era, entre otras cosas, crudo, cínico, vengativo, asesino. Daba poco valor a la vida humana y prescindía libremente de ella.
En el ámbito de la política exterior, tuvo una relación más o menos normal con el NKID y su liderazgo hasta las purgas. En la década de 1930 su principal interlocutor de NKID era Maksim M. Litvinov, el comisario o narkom para asuntos exteriores. Las interacciones de Stalin con Litvinov fueron las de un jefe de gobierno con su ministro de Asuntos Exteriores. Hubo toma y daca en ambos lados, pero la mayor parte del tiempo hasta 1939 Stalin apoyó las recomendaciones políticas de Litvinov. No siempre, pero la mayoría de las veces. Es un lado "normal" de Stalin que a veces pasamos por alto debido a su crueldad y las purgas.
➤ The Postil: En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, ¿cómo vio o entendió Occidente a Stalin y a la Rusia soviética? Y, del mismo modo, ¿cómo veía Stalin a Occidente?
MJC: El "oeste" no tenía una visión uniforme de Stalin. Estaba la visión de los principales medios de comunicación de él como comunista sediento de sangre. En algunos círculos gubernamentales, en el Ministerio de Relaciones Exteriores británico, por ejemplo, fue percibido como un "realista" despiadado que buscaba asegurar su propio poder. La iconografía occidental, los carteles políticos, las caricaturas, etc., son ricos en su representación de Stalin, entre otros papeles, como un vampiro que se alimenta de la sangre de inocentes. Esta fue una visión consistente de él durante los años de entreguerras con cierta moderación en la década de 1930, cuando los realistas occidentales -Winston Churchill es el más conocido de estas personas- reconocieron la necesidad de cooperar con la URSS contra la Alemania nazi. Los "realistas" siempre fueron una minoría entre las élites gobernantes occidentales y nunca fueron capaces de imponer esta política en el gobierno hasta la invasión nazi de la URSS. Por supuesto, los comunistas occidentales estaban más dispuestos a reconocer a Stalin como el gran líder de la URSS. Tuvieron que o fueron expulsados de los partidos europeos o purgados cuando Stalin puso sus manos sobre ellos. Sin embargo, hubo excepciones a la regla cuando los comunistas (en Francia, por ejemplo) podían iniciar cambios de política aceptados en Moscú.
En cuanto a Stalin, siguió siendo comunista, pero estaba dispuesto a cooperar con las potencias occidentales contra Hitler tanto en la década de 1930 como después de junio de 1941. Operamos bajo diferentes sistemas sociales, dijo a menudo, pero esto no debería impedirnos reconocer intereses comunes y cooperar contra enemigos comunes.
➤ The Postil: Luego, está el año notorio, 1932, con su Gran Hambruna, en el que murieron de cinco a siete millones. ¿Fue esta hambruna "estrategia política", limpieza étnica (Holodomor), un desastre natural o algo más?
MJC: Solo trato de pasada este tema en mi trabajo porque la hambruna no afectó a la política exterior, pero el mejor tratamiento reciente de la hambruna está en el segundo volumen de la biografía de Stalin de Kotkin. Kotkin argumenta que la hambruna fue el resultado de varios factores, políticos, económicos, climáticos e infestaciones de insectos. No estaba dirigido a Ucrania como una forma de genocidio o "limpieza étnica". La hambruna afectó a todo el cinturón de granos soviético, siendo Kazajstán el más afectado.
➤ The Postil: Al año siguiente, 1933, llevó a Adolf Hitler al poder. ¿Cómo veían Stalin y los soviéticos a Hitler?
MJC: La reacción soviética inicial a la asunción del poder de Hitler a principios de 1933 fue tratar de mantener la política de "Rapallo" de relaciones tolerables con Alemania. La hostilidad nazi hacia la URSS en 1933 fue tan intensa que el mantenimiento de Rapallo se hizo imposible y en diciembre de 1933 el Politburó aprobó un cambio en la política de seguridad colectiva contra la Alemania nazi. Esto significó en efecto la reconstrucción de la Entente de la Primera Guerra Mundial contra la Alemania Guillermina. Litvinov se convirtió en el gran portavoz soviético de esta política, pero no era su política personal, era la de Stalin y el gobierno soviético. Stalin era el gobierno soviético. Ninguna política, grande o pequeña, podría aprobarse sin su consentimiento.
➤ The Postil: Los años previos a 1939 son complejos y a menudo poco comprendidos, especialmente en lo que respecta a las motivaciones y preocupaciones de la Rusia soviética. ¿Vieron venir los soviéticos una guerra?
MJC: No hay la menor duda de que el liderazgo soviético vio venir la guerra. La Alemania nazi era el gran peligro para la paz y la seguridad europeas. A Litvinov y otros diplomáticos soviéticos les gustaba citar a sus homólogos occidentales Mein Kampf, el libro más vendido de Hitler, que describía sus planes para la conquista europea. Francia y la URSS fueron identificadas como objetivos de la conquista alemana. Alemania necesitaba Lebensraum, espacio vital adicional en la URSS. Los eslavos, los judíos, los romaníes eran especies inferiores de seres humanos buenos solo para la esclavitud o la muerte.
➤ The Postil: ¿Cuál fue el papel de Gran Bretaña y Francia en este sentido? ¿Sospechaban más de Hitler o de Stalin, o de ambos por igual? ¿Y por qué no podían formar una alianza con Stalin contra Hitler?
MJC: La respuesta a esta pregunta es complicada y es el tema de Stalin's Gamble, vol. 1 de mi trilogía. En Francia y Gran Bretaña, el anticomunismo fue una fuerza impulsora, aunque su intensidad fluctuó de vez en cuando durante los años de entreguerras. Las élites políticas y económicas eran en gran medida anticomunistas, pero no del todo, como he señalado anteriormente. Esto fue especialmente cierto durante la década de 1930 después de que Hitler se convirtiera en canciller alemán. Un diplomático soviético señaló que la gran pregunta de la década de 1930 era ¿quién era el enemigo número 1, la Alemania nazi o la Unión Soviética? Las élites occidentales, con importantes excepciones, obtuvieron la respuesta incorrecta a esta pregunta. El fascismo fue el gran baluarte contra la revolución comunista o socialista, la ideología surgida de la crisis del capitalismo durante los años de entreguerras. Recuerde, Alemania no era el único estado fascista, el Duce Benito Mussolini había tomado el poder en Italia en 1922. En Francia y Gran Bretaña había actitudes tolerantes hacia los fascistas italianos. Si tan solo Hitler suavizara los bordes duros del nazismo y adoptara el fascismo "más suave" de Mussolini, sería más fácil aceptarlo. Para numerosos conservadores europeos, la Alemania hitleriana no era un enemigo sino un aliado potencial contra la izquierda.
Cuando los diplomáticos soviéticos trataron de advertir del peligro nazi, muchos homólogos occidentales no compraron el argumento de que Hitler era el problema. Esto fue especialmente cierto después del estallido de la guerra civil española en julio de 1936. A muchos conservadores les pareció que el comunismo podría echar raíces en España y luego extenderse a Francia. ¡Qué catástrofe! Entonces, cuando los diplomáticos soviéticos advirtieron sobre la Alemania hitleriana, los conservadores, la derecha política, pero también extendiéndose hacia el centro político y el centro-izquierda, vieron esto como un ardid de guerra para extender el comunismo en Europa. La seguridad colectiva y la asistencia mutua contra el enemigo común no funcionaron como argumento, porque las élites europeas no veían o no querían ver a Hitler como un enemigo común. El Ministerio de Asuntos Exteriores británico estaba en contra de la seguridad colectiva y en contra del antifascismo como argumentos a favor de la unidad. El anticomunismo fue un impedimento importante para una alianza anglo-franco-soviética contra Hitler, incluso en 1939, cuando la guerra parecía cada vez más inevitable.
➤ The Postil: Luego está Polonia. ¿Cómo caracterizaría la visión polaca de Hitler, especialmente teniendo en cuenta que Polonia estuvo aliada con la Alemania nazi hasta 1939 (un hecho poco conocido)? ¿Cuáles eran las ambiciones y motivaciones de Polonia?
MJC: Sí, luego estaba Polonia. Yo lo llamo la mofeta en la pila de leña de la seguridad colectiva, pero no fue la única. Un estado polaco reapareció en el mapa de Europa en 1918 al final de la Primera Guerra Mundial. Era intensamente nacionalista. Durante 1919-1920 Polonia buscó restablecer sus fronteras de 1772, como una gran potencia europea. Esto llevó a la guerra con la Rusia soviética y a una paz blanca, firmada a principios de 1921, que no satisfizo a ninguna de las partes. Polonia no restableció sus fronteras de 1772, pero obtuvo importantes territorios poblados por Ucrania y Bielorrusia, que la Rusia soviética vio como perdidos debido a la debilidad militar.
El liderazgo polaco se vio situado entre dos grandes potencias potencialmente hostiles, y así explicó su política exterior como ni una ni la otra. Pero cuando llegó el momento, el liderazgo polaco siempre se inclinó hacia Alemania. En enero de 1934 Polonia firmó un pacto de no agresión con Alemania. Las ofertas soviéticas de acercamiento fueron rechazadas. En los años siguientes, Polonia actuó como saboteador de la seguridad colectiva y trabajó contra la diplomacia soviética. En todas partes de Europa central y oriental, los diplomáticos advirtieron que Polonia marchaba hacia su ruina si continuaba con una política pro-alemana y anti-soviética. No diría que Polonia fue un "aliado" nazi, pero ciertamente fue cómplice en 1938 cuando cooperó con Alemania para provocar el desmembramiento del estado checoslovaco. Por sus problemas, Polonia obtuvo una pequeña porción del territorio checoslovaco. Increíblemente, en 1939 continuó saboteando los intentos de concluir una alianza anglo-franco-soviética. Lo hizo hasta el mismo día en que la Wehrmacht nazi invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939.
➤ The Postil: ¿Fue el Pacto Molotov-Ribbentrop de 1939 el intento soviético de frustrar la guerra, o fue una reacción a la Conferencia de Múnich de 1938, en la que Occidente pensó que había ganado la "paz en nuestro tiempo"?
MJC: El pacto de no agresión nazi-soviético no fue un intento soviético de frustrar la guerra, fue un intento de mantenerse al margen de la guerra y permanecer neutral. Sí, en parte, fue una reacción a los acuerdos de Múnich, pero fue más que eso. Fue el resultado directo de seis años de intentos soviéticos fallidos de construir una gran alianza antinazi. Uno por uno, los posibles miembros de esta gran alianza fallida se desvanecieron: los Estados Unidos en la primavera-verano de 1934, Francia paradójicamente a fines de 1934 (en un proceso más complicado), Italia, sí, la Italia fascista en 1935, Gran Bretaña en febrero de 1936 y Rumania en agosto de 1936. Uno tras otro se alejaron; y Polonia, por supuesto, el saboteador de la seguridad colectiva, la proverbial mofeta en la pila de leña, nunca contempló una alianza con la URSS contra Alemania. Moscú siempre fue el aliado indeseable, el mayor enemigo, aunque, paradójicamente, era la única opción de salvación de Polonia.
La Unión Soviética no podía, por sí sola, organizar la asistencia mutua contra la Alemania nazi. La seguridad colectiva tenía que ser una gran coalición política de izquierda a centro-derecha, una unión sagrada de la Primera Guerra Mundial, de defensa nacional de todos los partidos políticos contra un enemigo común. En Occidente nadie lo quería; nadie quería a la Unión Soviética como aliado (con la excepción de comunistas y "realistas"; un embajador soviético los llamó "cuervos blancos") en una posible alianza de guerra, en una situación en la que no había acuerdo sobre el enemigo común. Incluso Checoslovaquia, el aliado potencial más necesitado, no iría con todo con la URSS. Ningún país de Europa del Este lo haría sin Francia y Gran Bretaña, pero Francia no marcharía sin Gran Bretaña, y Gran Bretaña no marcharía en absoluto.
Esta es una historia complicada relatada en los volúmenes 1 y 2 de mi trilogía. En el gran encubrimiento de la historia genuina de los orígenes de la Segunda Guerra Mundial después de 1945, fue el corolario necesario de la propaganda de la Guerra Fría borrar el papel principal del Ejército Rojo en la destrucción de la Wehrmacht. Al principio, los historiadores revisionistas comenzaron a armar la historia, comenzando con los "hombres culpables", los apaciguadores, que prepararon el camino a la catástrofe. Sin embargo, fue la publicación de los documentos del gobierno soviético en la década de 1990, lo que permitió el surgimiento de una narrativa más compleja, construida con la ayuda de los ojos soviéticos. En esta narrativa, Stalin, el "ser humano", comprensiblemente no podía confiar en los gobiernos británico y francés, confabulador, manipulador, reacio, para ser aliados totales contra la Alemania nazi incluso en agosto de 1939.
Tal como estaban las cosas, los británicos y los franceses dejaron que su aliado Polonia soplara en el viento cuando Alemania lo invadió. Stalin asumió correctamente que Francia y Gran Bretaña se sentarían de brazos cruzados mientras Alemania y la URSS luchaban en el este. ¿Habrían sido más leales a la URSS de lo que lo habían sido a Polonia? Por supuesto que no, si le preguntas a Stalin. Sin embargo, la guerra está llena de lo inesperado. La URSS terminó librando una guerra terrestre prácticamente sola contra la Alemania nazi desde junio de 1941 hasta septiembre de 1943 e incluso después del desembarco de Normandía todavía llevaba la carga principal de luchar sobre el terreno. Eso, por supuesto, es otra historia.
➤ The Postil: La Segunda Guerra Mundial, cuando estalló, fue el resultado del fracaso diplomático por parte de Gran Bretaña, Francia y Polonia. ¿Es esta una evaluación justa?
MJC: He respondido a esta pregunta en mis respuestas anteriores, pero sí, Gran Bretaña, Francia y Polonia tienen una gran responsabilidad por el fracaso en organizar una gran alianza temprana en Europa contra Hitler.
➤ The Postil: ¿Podrían los aliados haber derrotado a Hitler sin los soviéticos?
MJC: No, y esta no es una conclusión hecha en retrospectiva. El argumento principal de los "realistas" occidentales era que sin la URSS, Francia y Gran Bretaña no podrían ganar una guerra contra la Alemania nazi y ciertamente la perderían. Gran Bretaña no tenía ejército del que hablar, dos divisiones podían ser enviadas a Francia en caso de guerra. El ejército francés no podía luchar solo contra una invasión alemana. Por otro lado, el Ejército Rojo podría movilizar a la vez 100 divisiones, de hecho, más, contra la Alemania nazi. Churchill y el ex primer ministro David Lloyd George lo dijeron claramente en la Cámara de los Comunes durante la primavera de 1939. La victoria era imposible sin una alianza con la URSS. Hagan los cálculos de las contribuciones relativas a las botas sobre el terreno: Gran Bretaña, dos divisiones; la URSS, 100. Esto sin mencionar las 35 divisiones checoslovacas antes de la traición de Múnich. A las élites gobernantes francesas y británicas les gustaba contar a cada enemigo dos veces y a los aliados potenciales en absoluto.
➤ The Postil: En su libro, Conflicto silencioso: una historia oculta de las primeras relaciones soviético-occidentales, usted discute las relaciones soviéticas con Occidente. ¿Cómo los categorizaría? ¿Y estos primeros años marcaron la pauta para la Guerra Fría?
MJC: Con la notable excepción de las relaciones soviético-alemanas y la conclusión del tratado de Rapallo (primavera de 1922) que regularizó las relaciones soviéticas con la Alemania de Weimar, las relaciones soviético-occidentales eran pobres. El anticomunismo era un obstáculo insuperable para mejorar las relaciones, aunque había "realistas", especialmente en Francia, que abogaban por el acercamiento. La Comintern estaba activa en China, donde un gran movimiento revolucionario estaba en marcha. Gran Bretaña tenía especialmente importantes intereses comerciales en China amenazados por el movimiento revolucionario. Veo este período como el comienzo (o etapa 1) de la Guerra Fría que terminó en 1941. La hostilidad occidental-soviética en la década de 1920 fue un impedimento para construir una alianza antinazi en la década de 1930.
➤ The Postil: Occidente ha tenido durante mucho tiempo una rusofobia profundamente arraigada. ¿A qué se debe esto?
MJC: La rusofobia no es realmente un tema tratado directamente en mi trabajo. Es una forma de racismo occidental contra Rusia, motivado en estos días por la amenaza rusa a la dominación mundial de Estados Unidos. Este es un tema para otra discusión.
➤ The Postil: ¿Hay otros proyectos que estés investigando?
MJC: Estoy avanzando en años, y la publicación de mi trilogía tomará mi tiempo, inshallah, durante los próximos dos años. Veo la trilogía como la piedra angular de mi trabajo como historiador y autor. Después de que se publique la trilogía, como espero que sea, ¿quién sabe?
➤ The Postil: Profesor Carley, muchas gracias por su tiempo.