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25 julio 2020

Estados Unidos: Política, religión y racismo "igualitario".


Primera Parte 

Los "Hermanos Cristianos" en los Estados Unidos

Por Tito Andino U.

En la segunda parte de esta entrega daremos revista a una interesante ponencia de Thierry Meyssan, sobre política y religión, "Estados Unidos, del racismo al ‎racismo igualitario‎". Sin embargo, es necesario previamente puntualizar algunas cuestiones de fondo que no enfoca el artículo del internacionalista francés. En los Estados Unidos existe un grupo de “hermanos” de la más recalcitrante derecha fundamentalista cristiana que conserva una simbiótica relación con la ideología hitleriana y que, incluso, controla el fundamentalismo islámico. (El tema ampliado puede consultarse AQUÍ).

El vínculo se da a través de contactos políticos al más alto nivel, negocios petroleros, transnacionales, banca internacional, tráfico de drogas, blanqueo de dinero. Nos referimos, naturalmente, a la "Hermandad Musulmana" y su alianza con los Fundamentalistas Cristianos de Norteamérica

En realidad a estos grupos de poder no les interesa para nada la religión, se valen de ella. Su único amor y religión es el dinero y el Poder. A la “masa sucia” nos tienen enfrentados entre musulmanes, cristianos y judíos - “guerra de civilizaciones”- lo llaman.  No obstante, hay gente del Poder estadounidense, entre los "Puritanos" y "Evangélicos" que se creen a pie juntillas las profecías y mensajes mesiánicos. 

Esos ´Hermanos´ fundamentalistas cristianos integran la "Fellowship Foundation” (también conocida como “The Fellowship Brotherhood”). ¿Conoce usted quién organiza cada mes de febrero, desde hace más de medio siglo, el “Desayuno Nacional de la Oración”, en Washington D.C., al que suelen concurrir miles de políticos, hombres de negocios y religiosos, donde “oran”, junto al presidente de los Estados Unidos y adornándose, además, con una bonita retórica política?. Si, exacto, es la "Fellowship Foundation", sombría y poderosa multinacional fundada en 1935 por un inmigrante noruego y predicador metodista, pro-nazi, Abraham Vereide. 


Y aunque parezca contradictorio, dentro de la "Fellowship" no hay solo  puritanos y protestantes evangélicos, destacan católicos conservadores, judíos ortodoxos, judíos seglares neoconservadores, fundamentalistas suníes, musulmanes wahabíes, budistas e hinduistas, todos son activos cooperantes de un proyecto que se sirve de Jesús para justificar su acceso a la más altas esferas del gobierno y los negocios. 


Febrero 2015, la presencia del Dalai Lama en el Desayuno Nacional de Oración, también contó con la presencia de Barack Obama y líderes musulmanes.

Conforme analizó el afamado investigador Daniel Estulin (en su libro "Los señores de las sombras"), la "Fellowship Foundation" es una enorme y monstruosa conspiración que desafía la imaginación, una conjura criminal de lunáticos religiosos, fascistas medievales, demagogos delirantes del ‘Final de los Tiempos’, pedófilos, beatos y católicos de nombre que se amparan en el cristianismo y el patriotismo. 

Los multimillonarios industriales, los ricos empresarios, los políticos conservadores, los cristianos de derecha y los manipuladores religiosos de masas de la más baja ralea, conforman una confabulación llamada simplemente “La Familia”. Manipulan la opinión pública e influyen en el gobierno de los Estados Unidos, si es que no lo controlan en su casi totalidad. Tienen su Central en Arlington – Virginia, todos los miembros de la “Familia” son soldados del ejército de Dios y se llaman “hermanos en Jesús”. Presentando a “Jesús” a hombres poderosos, ésta organización cuasi clandestina ha logrado cambiar radicalmente el panorama político de la diplomacia estadounidense.

A los políticos les encanta entrar en el grupo porque para ellos es el modo de eludir responsabilidades de sus actos”. Un ejemplo: El “Hermano” Jerry Boykin, ex jefe militar de Inteligencia de la Secretaria de Defensa en el Pentágono, manifestó repetidamente ante grupos cristianos que el presidente George W. Bush fue elegido por Dios para dirigir la lucha global contra Satanás.

Existen personas dentro de estas organizaciones que literalmente quieran convertir la Tierra en un infierno (guerra convencional y nuclear). El fundamentalismo cristiano “anhela” la llegada del ‘Fin de los Tiempos´, están más activos que nunca. Algunos son posmilenaristas, creen que Jesús no regresará hasta que pasen mil años de dominio cristiano en la Tierra. El deseo de un reino milenarista no es nada nuevo en la historia. Hitler planeaba un “Reich de mil años” en el planeta. De hecho, el reino del “milenio” no es ninguna casualidad estrambótica.

Así como los fundamentalistas islámicos aceptan el terrorismo como arma moral, ¿pueden hacer lo mismo los fundamentalistas cristianos y charlatanes milenaristas?. Sí. Respecto a ese extraño vínculo entre la derecha estadounidense, la ‘Hermandad Musulmana’ y el fundamentalismo Cristiano nos remitimos a nuestro trabajo sobre la "Hermandad Musulmana" (nota a pie de página).

Esa ideología (no debe ser vista como creencia religiosa) ha logrado que la población devota acepte como algo irremediable "su" destino. El fundamentalismo religioso, cualquiera sea la Fé, solo puede llevarnos al camino de la autoinmolación. La cuestión es, ¿quién es más peligroso? El yihadismo intolerante con cientos de candidatos a inmolarse con explosivos o, ¿el fanático fundamentalista cristiano enquistado en el Poder que puede acceder al 'botón nuclear'?

Del libro “El Legado Mesiánico”, de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln (autores del clásico “El enigma Sagrado") resumimos que el moderno fundamentalismo de Norteamérica se origina en el puritanismo del siglo XVII. Su concepción: Hay gente “elegida” que se complace en tener un “pacto” especial con Dios. Entre los “elegidos” se incluyen aquellos personajes que son hoy venerados como “Padres Fundadores” de los Estados Unidos. En este caso, el cristianismo pasó a ser sinónimo de los valores de la Norteamérica conservadora.






Ronald Reagan como presidente de los Estados Unidos junto a sus amigos fundamentalistas calificaron a la extinta Unión Soviética como el “Imperio del Mal”, en el estricto sentido religioso y no metafórico. Para Reagan y otros de su especie, el “anticristo” era la URSS. Algunos estudiosos de las creencias de Reagan están convencidos que la ideología del Armagedón fue la raíz de la política exterior y militar-nuclear de Reagan en relación con la URSS. Los fundamentalistas de la era Reagan pensaban que estaban en guerra contra el “anticristo”, encarnado en el comunismo (todavía hay políticos insensatos de la derecha española que se desagarran la camisa públicamente para "evitar" la llegada del "comunismo").

En 1980, durante la campaña para ser nombrado candidato de su partido a la presidencia, Ronald Reagan, en una entrevista que le hicieron en la televisión, dijo: «Puede que seamos la generación que verá el Armagedón».  Para que la gente “piense” igual que Dios, nos tuvo al borde de la tercera guerra mundial nuclear. Reagan estaba convencido que la batalla final de la tercera guerra mundial, es decir, el Armagedón, se librará en alguna parte del Oriente Medio (Megido, actual Israel). Hablamos de un anticipo mesiánico, de histeria apocalíptica de lo que llaman “los Últimos Días”. El “anticristo” (la URSS, ahora tiene que ser algo diferente) luchará contra las “fuerzas de Dios” (encarnados en los Estados Unidos). 


Como todo está escrito en la Biblia, ya conocemos al ganador de antemano, los Estados Unidos, es decir, “Las fuerzas de Dios”, bajo mando de Jesús vencerá la partida. Y, con una ligera variante, es la misma ideología que difundieron los "revisionistas" neo-nazis ultracatólicos, "Traian Romanescu" y Salvador Borrego.

Pero eso no es todo. Existe un mensaje con esta amenaza apocalíptica:

Si te arrepientes ahora, si concientes que te “salven” (los predicadores) y, si das una contribución monetaria a la iglesia, “se le ahorrará toda la carnicería transportándolo a un lugar seguro hasta que se haya resuelto el conflicto. En una variante de este tema, ciertos predicadores fundamentalistas hablan de un momento en la generación presente en que los fieles serán «arrebatados»” (Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln: “El Legado Mesiánico”).


El peligro consiste en que, algunos de estos modernos fundamentalistas norteamericanos enquistados en el poder de la nación nuclear más poderosa del mundo, se creen literalmente todo, como fue el caso del ex presidente Ronald Reagan. 


El presidente Trump y el vicepresidente Pence, recibiendo las bendiciones de los líderes evangélicos de los Estados Unidos quienes respaldan al actual mandatario.

Esta clase de personas se han resignado, para ellos el Apocalipsis es inminente y esperan tal suceso para salvar su “alma”, proclaman estar listos para ingresar en el selecto club de la eterna felicidad celestial con el milenario “Reino de la Segunda Venida”.


Concluyen los afamados investigadores que, 


Si se tolera que la histeria del fundamentalismo norteamericano se convierta en una profecía de esas que por su propia naturaleza contribuyen a cumplirse, una profecía adoptada y aceptada nada menos que por la Casa Blanca, el resultado bien podría ser, de modo harto literal, el fin del mundo. Este fin del mundo no sería el retorno extático de sadoquitas muertos hace siglos y que, cogidos de la mano, darían saltitos por los Campos Elisios, sino la lenta y asfixiante agonía de un invierno nuclear. Si ese es el único sentido que cabe encontrar en la era moderna, verdaderamente la humanidad está en bancarrota y Dios -comoquiera que lo conciban las diversas confesiones- sencillamente habrá malgastado su tiempo”.


Según un comentario en la red social Timblr, a esta lista le faltó agregarse un "pinchazo teocrático de cristofascista". El actual vicepresidente de los Estados Unidos es un devoto cristiano evangélico que anhela la presidencia. Los votos de esta comunidad son decisivos en cualquier elección. Por ejemplo, si usted aspira a ser presidente de los Estados Unidos deberá primero reconsiderar su fe religiosa y hacerla pública, usted no puede darse el lujo de despreciar decenas de millones de votos del cristianismo evangélico. Las encuestas demuestran que más del 50% de la población no votaría por una persona que se declara atea, sino pregunten a Mr. Trump. Es la famosa e hipócrita ideología estadounidense del "puritanismo".


Segunda Parte

Estados Unidos, del racismo al ‎racismo igualitario‎

por Thierry Meyssan


Las reacciones ante el asesinato del ciudadano negro George Floyd a manos de un ‎policía blanco no tienen nada que ver con la historia del esclavismo en Estados Unidos ‎sino más bien –al igual que la oposición del establishment contra el presidente ‎Trump– con un problema de fondo de la cultura anglosajona: el fanatismo puritano. ‎Para entender los acontecimientos actuales en Estados Unidos es importante recordar ‎la extrema violencia interna que sacudió ese país durante las dos guerras civiles ‎estadounidenses: la Guerra de Independencia y la Guerra de Secesión. Pero, ¡cuidado! ‎Lo que la clase política estadounidense predica ahora es un racismo igualitario. Dicho de otra manera: todos iguales… pero separados.



Esto podría ser un cartel humorístico pero por desgracia es un eslogan puritano que debe ‎interpretarse en su sentido más literal. “Black Men are an endangered species”, es decir, “Los ‎hombres negros son una especie en peligro de extinción”.‎

Los Puritanos anglosajones
En 1609, alrededor de 400 fieles de la iglesia inglesa huyeron de su propio país, donde eran ‎considerados fanáticos extremistas, y se refugiaron en la ciudad holandesa de Leiden, donde ‎pudieron vivir según la tradición calvinista, o más exactamente según la interpretación puritana del ‎cristianismo. Probablemente a pedido del rey Jacobo I, enviaron a América dos grupos para ‎luchar allí contra el imperio español. El primer grupo fundó lo que se convertiría en los ‎Estados Unidos de América y el segundo se perdió en Centroamérica. ‎

Posteriormente, los puritanos tomaron el poder en Inglaterra, a través de Oliver Cromwell, ‎decapitaron al rey papista Carlos I, instauraron una República igualitaria (el Commonwealth) y ‎colonizaron Irlanda perpetrando allí grandes masacres contra los católicos. Aquella experiencia ‎sanguinaria fue de corta duración y desacreditó por largo tiempo para los ingleses la noción del ‎Interés General (la Res Publica, expresión latina que da origen a la palabra República).‎

Los 35 Pilgrim Fathers (Padres Peregrinos) zarparon de Leiden a bordo del barco Mayflower, hicieron escala en Inglaterra y ‎cruzaron el océano. Llegaron a Norteamérica en 1620 para ‎practicar allí su religión con toda libertad. Durante su viaje a bordo del Mayflower habían ‎firmado un pacto en el que juraban crear una sociedad modelo –de estricto respeto a la paz y el ‎culto calvinista, vida comunitaria intensa, disciplina social y comportamiento moral estrictos. ‎Crearon la Colonia de Plymouth con la esperanza de construir la «Nueva Jerusalén», después de ‎haber huido del «Faraón» (el rey Jacobo I) y de haber cruzado el «Mar Rojo» (en realidad el ‎Océano Atlántico). Al cabo de un año, organizaron una ceremonia de agradecimiento a Dios por haberlos guiado en su epopeya, celebración que aún se realiza anualmente bajo la denominación ‎de Día de Acción de Gracias (Thanksgiving) [1]. ‎

Aquellos puritanos, que establecieron su capital en Boston, a 60 kilómetros de Plymouth, ‎imponían a sus mujeres el uso de velo y practicaban las confesiones públicas y los castigos ‎corporales. ‎

En el logo de la poderosísima Pilgrim’s Society, la figura del Padre Peregrino aparece junto al león británico y el águila estadounidense.

Esos hechos no son simples mitos que todo estadounidense debe conocer, son parte integrante ‎del sistema político imperante en Estados Unidos

De los 45 presidentes que han pasado por la ‎Casa Blanca, ocho –entre ellos los Bush– son descendientes directos de los 35 «Padres ‎Peregrinos». A pesar de la llegada de decenas de millones de inmigrantes a Estados Unidos y de ‎las apariencias institucionales, la ideología de los puritanos se mantuvo en el poder durante ‎‎cuatro siglos, hasta la elección de Donald Trump. Un club extremadamente cerrado, la Pilgrim’s ‎Society, reúne –bajo la autoridad de la reina de Inglaterra– a muy altas personalidades británicas ‎y estadounidenses. La Pilgrim’s Society instauró la Special Relationship (Relación Especial) ‎entre Londres y Washington, llegando incluso a designar numerosos secretarios y consejeros ‎durante la presidencia de Barack Obama. ‎

Numerosas ceremonias que debían realizarse este año por los 400 años del Mayflower fueron ‎anuladas debido a la lucha contra la epidemia de Covid-19, entre ellas una conferencia que un ‎ex consejero británico de seguridad nacional iba a pronunciar ante la Pilgrim’s Sociey. Las ‎malas lenguas dicen que la epidemia “terminará” al día siguiente de la elección presidencial… si Trump ‎la pierde, para que ese resultado pueda festejarse. ‎

Entre los cristianos estadounidenses existen dos culturas opuestas: la de los calvinistas ‎o puritanos y la de los católicos, anglicanos y luteranos. Algunas de las 800 iglesias existentes ‎en Estados Unidos se definen resueltamente como pertenecientes a una de esas culturas, que ‎sin embargo existen simultáneamente dentro de la mayor parte de las iglesias estadounidenses ‎ya que el puritanismo carece de corpus teológico definido. Es más bien una forma de pensar. ‎

La Guerra de Independencia de Estados Unidos comenzó en 1773, con el “Motín del Té” (Boston ‎Tea Party). El protagonista de aquel acto de protesta tuvo como abogado defensor a John Adams, ‎otro descendiente directo de uno de los 35 “Padres Peregrinos” y más tarde segundo presidente de ‎Estados Unidos. El llamado a la independencia fue lanzado por el periodista político Thomas ‎Paine, quien no dudó en esgrimir argumentos religiosos, que él mismo no creía ni remotamente. ‎

De cierta manera, la Guerra de Independencia de Estados Unidos es la prolongación, en el ‎nuevo continente, de la Guerra Civil británica que había lidereado Oliver Cromwell. Aquel ‎conflicto resurgirá una vez más, nuevamente en Estados Unidos, con la Guerra de Secesión. En ‎este punto no está de más recordar que la Guerra de Secesión estadounidense no tuvo nada que ‎ver con el esclavismo –al inicio de la guerra, ambos bandos lo practicaban y también ambos ‎bandos lo abolieron durante el conflicto para enrolar a los antiguos esclavos en sus ejércitos. ‎

En Inglaterra, los puritanos fueron derrotados con la República de Oliver Cromwell, pero en ‎Estados Unidos ganaron la Guerra de Independencia y la Guerra de Secesión. El historiador Kevin ‎Phillips, consejero electoral del presidente republicano Richard Nixon –también descendiente de ‎un hermano de uno de los 35 Padres Peregrinos– estudió a fondo este conflicto que ya tiene ‎siglos de duración [2]. Fue así como concibió la estrategia de «la Ley y el Orden» ‎ante el demócrata segregacionista George Wallace durante la elección presidencial de 1968, ‎estrategia que Donald Trump reedita para la elección de 2020. ‎

Todo lo anterior demuestra que las apariencias son engañosas. Las líneas que definen a ‎los bandos no están allí donde todos creen.

- Los puritanos siempre han defendido la igualdad absoluta… pero sólo entre cristianos. Durante ‎mucho tiempo prohibieron el acceso de judíos a los cargos públicos y masacraron a los indios a los que tanto ‎decían amar. Durante la Guerra de Secesión extendieron su igualitarismo a los negros –pero en ‎África austral los puritanos defendieron el apartheid hasta el último momento– dando lugar así al ‎mito que presenta la Guerra de Secesión estadounidense como una guerra antiesclavista. Hoy en ‎día, defienden la idea según la cual la humanidad se divide en razas iguales pero que deben vivir ‎preferentemente separadas y siguen siendo reticentes a lo que llaman «matrimonios ‎interraciales».

- Los puritanos ponen la mentira en el lugar más bajo de su escala de valores. No la consideran ‎una astucia sino siempre como el peor de los crímenes, más grave incluso que el robo y el ‎asesinato. En el siglo XVII castigaban con latigazos el hecho de mentir a un pastor, sin importar ‎la causa de la mentira, así como aún existen leyes estadounidenses que castigan duramente ‎el hecho de mentir a un funcionario federal, sin importar los motivos. ‎

El evangelismo estadounidense

Con el tiempo, sobre todo en el siglo XIX, surgió otra corriente de pensamiento en el seno del ‎cristianismo estadounidense: el evangelismo. Se trata de cristianos de todas las denominaciones ‎que tratan de acercarse al cristianismo original, sobre el cual en realidad no saben ‎prácticamente nada. Por consiguiente, lo que hacen es recurrir ciegamente a los textos sagrados. ‎Al igual que los puritanos, los evangélicos son fundamentalistas, lo cual significan que toman las ‎Escrituras al pie de la letra, como palabra divina, negándose a toda contextualización de los ‎textos. Pero son mucho más pragmáticos que los puritanos ya que tienen una posición de principio ‎sobre todos los temas pero, ante una situación precisa no actúan en función de reglamentos ‎comunitarios sino según su conciencia. ‎

Es fácil burlarse de las absurdas opiniones de los evangélicos contra la teoría de la evolución, pero ‎no se trata de algo fundamental –ellos mismos dejan de lado ese rechazo cuando les parece ‎necesario. Resulta en cambio mucho más importante denunciar la visión puritana de una ‎humanidad dividida en razas diferentes, iguales pero separadas, visión que desgraciadamente casi ‎nadie critica a pesar de sus graves consecuencias cotidianas. ‎

Los puritanos controlaron la política estadounidense hasta 1997, cuando el presidente libertino ‎Bill Clinton prohibió por decreto toda expresión de fe religiosa en las instituciones federales. ‎El resultado fue que la religión se desplazó de la administración hacia el sector privado. Todas ‎las grandes empresas acogieron grupos de plegaria en sus lugares de trabajo. Ese desplazamiento ‎favoreció la aparición pública de los evangélicos en detrimento de los puritanos. ‎

Durante los disturbios frente a la Casa Blanca, el presidente Trump fue ‎a pie hasta la iglesia episcopal Saint John’s para presentarse, Biblia en mano, como el defensor ‎de las convicciones religiosas de todos los cristianos ante el fanatismo de los puritanos.
El regreso del fanatismo puritano
El conflicto entre los puritanos y el resto de la sociedad vuelve a tomar hoy un cariz radical y ‎religioso. En ese conflicto se enfrentan dos mentalidades. Una es idealista, igualitaria –pero en el ‎seno de cada comunidad– y fanática. La otra, a veces más extravagante, comulga con las ‎desigualdades pero es realista. ‎

Después de su fracaso en la última elección presidencial, la puritana Hillary Clinton se planteó la ‎posibilidad de hacerse pastor metodista [3]. Hillary Clinton considera que pecó mucho ‎‎(mantuvo una relación extramarital), Dios la castigó (con la relación de su esposo Bill Clinton con ‎Mónica Lewinsky), pero ella supo hacer acto de contrición (en el seno del influyente grupo de ‎plegaria del Pentágono conocido como The Family [4]) y Dios la redimió. Está convencida de que cuenta con el favor de Dios, se enorgullece de la violencia que ella misma ‎desató contra los pueblos no cristianos, apoya todas las guerras contra los «enemigos de ‎América» (léase de Estados Unidos) y espera ver el regreso de Cristo. 

Donald Trump, por el contrario, no manifiesta ningún interés por la teología, su conocimiento de ‎la Biblia es aproximativo y su fe se limita a lo estrictamente necesario. Considera que ha pecado tanto ‎como cualquier otro pero, en vez de dedicarse a exhibir muestras públicas de arrepentimiento ‎prefiere hablar de logros. Trump duda de sí mismo y compensa su sentimiento de inferioridad ‎mostrando un ego desmesurado. Le encanta la rivalidad con sus enemigos pero sin pretender ‎aniquilarlos. El hecho es que, en vez de pretender continuar guerreando en todas partes, Trump ‎encarna la voluntad de restaurar la grandeza de Estados Unidos («Make America Great Again!»), ‎lo cual lo convierte en ídolo de los evangélicos contra los puritanos. Y además ofrece a ‎los cristianos la opción de reformarse a sí mismos en lugar de tratar de convertir al mundo ‎entero. ‎

Mientras se desarrollaba la campaña electoral de 2016, yo llegué a plantear una interrogante: ‎‎“Estados Unidos, ¿se reforma o se desgarra?” [5]. Opinaba que sólo Donald Trump podía permitir que Estados Unidos siguiese siendo ‎una nación, mientras que Hillary Clinton provocaría una guerra civil y probablemente la disolución ‎del país, en un fenómeno similar al fin de la URSS. Lo que está sucediendo desde la muerte del ‎ciudadano negro George Floyd demuestra que no estaba equivocado. ‎

Hillary Clinton durante la campaña electoral previa a la elección ‎presidencial estadounidense de 2016.

Los partidarios de Hillary Clinton y del Partido Demócrata imponen su ideología. Luchan contra ‎la mentira y destruyen monumentos con el mismo fanatismo conque sus antecesores puritanos ‎quemaban a las “brujas” de Salem. Desarrollan una lectura absurda de su propia sociedad, niegan ‎los conflictos sociales e interpretan las desigualdades únicamente en función de la supuesta ‎existencia de razas humanas diferentes. Desarman los departamentos de policía locales y obligan ‎a las personalidades «blancas» a pedir perdón públicamente por gozar de un privilegio invisible. ‎

En el caso de la supuesta «trama rusa», el fin de los procesos judiciales contra el general ‎Michael Flynn, el efímero primer consejero de seguridad nacional del presidente Trump, y el perdón ‎presidencial concedido al ex consejero de Trump, Roger Stone, han suscitado airadas protestas ‎de parte de los puritanos. Ninguno de esos dos personajes había hecho daño a alguien… pero ‎se atrevieron a mentirle al FBI para mantenerlo alejado de la Casa Blanca. ‎

El alcalde de Minneapolis –la ciudad donde fue asesinado George Floyd– fue humillado en público ‎porque se negaba a disolver la policía municipal, acusada de ser «racista». En Seattle, el ‎consejo municipal acaba de ordenar un drástico recorte del presupuesto de la policía municipal, ‎lo cual no molesta a las clases sociales altas –que viven en residencias protegidas por empresas de seguridad ‎privadas– pero priva de protección pública a quienes no pueden darse el lujo de recurrir a tales ‎empresas de seguridad. ‎

La agencia Associated Press y después el New York Times y Los Angeles Times –pronto ‎lo harán seguramente casi todos los medios estadounidenses– decidieron comenzar a escribir la ‎palabra “Negro” (Black) con mayúscula cuando se refiere a la «raza» (sic) [6], pero no harán lo mismo con la palabra “blanco” (white) porque escribir ‎‎“Blanco” (White) con mayúscula es costumbre arraigada entre los supremacistas blancos ‎‎ [7].‎

El Pentágono se planteó rebautizar las bases militares que portan nombres de personalidades ‎históricas sudistas señaladas como «racistas» y todo el personal civil y militar del US Army (el ‎ejército terrestre) recibió un correo electrónico que denunciaba como «de extrema derecha» ‎sostener que sólo existe una raza humana única –lo cual está científicamente demostrado, ‎aunque en el correo electrónico se dice que es una mentira [8]. Esas iniciativas dieron lugar a una ‎enérgica reacción de parte de la tropa, esencialmente partidaria de Trump, y acabaron ‎fracasando pero indican la existencia de una escalada muy peligrosa. ‎

Se trata de decisiones que muestran una pérdida de la racionalidad colectiva.




Notas:
[1] This Land Is Their Land: The Wampanoag Indians, ‎Plymouth Colony, and the Troubled History of Thanksgiving, David J. Silverman, Bloomsbury ‎Publishing, 2019).
[2] The Cousins’ Wars: Religion, Politics and the Triumph of Anglo-America, ‎Kevin Phillips, Basic Books, 1999.
[3] “Hillary Wants to Preach”, ‎Emma Green, The Atlantic, 6 de agosto de 2017.
[4] The Family: The Secret Fundamentalism at ‎the Heart of American Power, Jeff harlet, Harper Perennial, 2009).
[5] «Estados Unidos, ¿se reforma o se desgarra?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 26 de octubre ‎de 2016.
[6] «Racismo y antirracismo para manipular», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de ‎junio de 2020.
[7] Uppercasing ‘Black’, Dean Baquet y Phil ‎Corbett, The New York Times, 30 de junio de 2020.
[8] «El Ejército de Estados Unidos ‎contra Trump», Red Voltaire, 11 de julio de 2020.


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Lema de los ‘Hermanos Musulmanes”: 


“Alá es nuestro objetivo. El Profeta es nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La yihad es nuestro camino. Morir en el camino de Allah es nuestra aspiración más elevada.”

La conexión con los “hermanos” cristianos

En el capitulo V del libro “Los Señores de las Sombras”, que será la base de este artículo, se extracta esa relación:


“El fascinante y sólido vínculo, de casi un siglo, de la derecha islámica con la derecha fundamentalista cristiana y su simbiótica relación con la ideología nazi hitleriana”.

Esa vinculación va desde negocios petroleros, transnacionales, banca internacional, relaciones exteriores, blanqueo de dinero, contactos políticos de alto nivel, nexos para negociaciones en casos de crisis internacionales, como ejemplo, el caso Irán-Contras. Es conocido que la CIA financió a la ‘Hermandad Musulmana’ y dio entrenamiento a los Muyahidines dentro de un plan conspirativo entre Washington y el Islam derechista para la guerra de Afganistán (bajo ocupación soviética). La Casa Blanca consideraba a la ‘Hermandad Musulmana’ un silencioso aliado para su guerra secreta contra el comunismo.

¿Otra vez la analogía histórica demuestra que la creación de estos grupos por parte de las potencias occidentales los ha convertido en un “monstruo” que se les escapa de las manos? o ¿siguen estando manipuladas por los ‘Señores de las Sombras’ para sus perversos objetivos?. En realidad ocurren los dos casos, suele haber “disidencias” dentro de estas organizaciones, como las discrepancias entre grupos terroristas takfiríes, como el actual Estado Islámico (ISIS) y al Qaeda, que derivan en objetivos distintos pero con el mismo método.

Respecto a la ‘Hermandad Musulmana” y su alianza con los Fundamentalistas Cristianos de Norteamérica solo puedo decir una cosa: los ‘Poderes de las Sombras’ no tienen religión, su única religión y amor es el dinero y el Poder. A nosotros, los de a pie, a la “masa sucia” nos tiene enfrentados entre musulmanes, cristianos y judíos, en una paciente y deslizante perturbadora “guerra de civilizaciones”. No obstante, hay gente del Poder que se cree a píe juntillas las profecías y mensajes mesiánicos, eso lo veremos más adelante.

El lector debe tener en cuenta algo, mientras nos insultamos, agredimos y guerreamos por temas religiosos entre judíos, cristianos y musulmanes (básicamente), los Globalizadores, los Bilderberg, los Poderes en las Sombras, el Imperio Invisible, Empresa Mundial S.A. o como quieran ustedes llamarlos, junto con los ‘Hermanos Musulmanes’ y los prósperos hombres de negocio judíos, se ríen de nosotros. Los dirigentes de esas grandes mega-corporaciones, son cristianos, judíos y musulmanes, ellos se reúnen en secreto para planificar como someternos y destrozar las economías nacionales, parar el desarrollo industrial en beneficio de la industria armamentista (complejo militar industrial), como esclavizarnos “socialmente”; y, ni siquiera se preocuparán por temas baladíes como la religión, ese es su mejor instrumento de división de las masas. (lo digo con respeto, sin intención de ofender a los creyentes).

La ‘Hermandad Musulmana’, según Daniel Estulin, tiene vínculos directos en la actualidad con los Hermanos o Fundamentalistas Cristianos de la “Fellowship Foundation”.


La 'Fellowship Foundation', breve repaso

Cada mes de febrero, desde hace más de medio siglo, miles de políticos, hombres de negocios y religiosos acuden al “Desayuno Nacional de Oración”, en Washington D.C. En este acto “rezan” con el presidente de los Estados Unidos. En realidad el desayuno es organizado por la Fellowship Foundation, sombría y poderosa multinacional fundada en 1935 por un inmigrante noruego y predicador metodista, pro nazi, Abraham Vereide. 

Un ejemplo:





Captura de pantalla de la cuenta de Facebook (10 febrero 2015) de D. Todd Christofferson del Quórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia Mormona (el nombre oficial del mormonismo es La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. ¿Sugestivo nombre verdad? Evoca precisamente el ‘Fin de los Tiempos’) Traducción: 

“Asistí al Desayuno Nacional de Oración esta mañana en Washington, DC. Hubo un auténtico espíritu de buena voluntad entre los más de 3.000 asistentes, incluyendo a personas de 130 países diferentes. El presidente estadounidense, Barack Obama habló sobre nuestra necesidad de humildad y reconocer nuestra dependencia de Dios. Fue alentador presenciar los líderes del gobierno y otros de tantos colores políticos diferentes unidos en la fe y súbitamente proclamando su amor por el Señor”.

La retórica política siempre es muy bonita. La Fellowship Foundation, afirma Daniel Estulin, es una enorme y monstruosa conspiración que desafía la imaginación, una conjura criminal de lunáticos religiosos, fascistas medievales, demagogos delirantes del ‘Final de los Tiempos’, pedófilos, beatos y católicos de nombre que se amparan en el cristianismo y el patriotismo. Los ricos empresarios de derechas y los manipuladores religiosos de masas de más baja ralea manipulan la opinión pública para influir en el gobierno. Presentando a “Jesús” a hombres poderosos, esta organización clandestina ha logrado cambiar radicalmente el panorama político de la diplomacia estadounidense.

Según un ex agente de operaciones de inteligencia: “el invento del Desayuno de Oración anual de la Fellowship Foundation es un simple pretexto para celebrar reuniones al más alto nivel en cuanto a inteligencia y crimen organizado bajo la sonrisa aprobadora de Jesús”. Nunca se sabe cuándo va a ser necesaria la mano amiga de Jesús  para formar una indeseable coalición de voluntarios.
 
La simbiosis entre industriales multimillonarios, políticos conservadores y cristianos de derechas se ha convertido en una confabulación secreta llamada simplemente “La Familia”. Así vemos como un movimiento religioso destructor se ha hecho con el control casi total de la maquinaria del gobierno de los Estados Unidos.
  
La Fellowship Foundation, también conocida como “The Fellowship Brotherhood”, no es un simple grupo de presión estadounidense de donantes ricos del Partido Republicano, cuenta con personal en la política, en el mundillo del espionaje, en el complejo militar-industrial y entre los dirigentes religiosos para controlar la sociedad y el gobierno.

La Central de la Fellowship se encuentra en Arlington – Virginia, su casa es conocida como “Los Cedros”. En este recinto se “lleva en su corazón a los pobres” (no a los pobres que mueren de hambre), sino a los “pobres de espíritu”, porque de ellos será el Reino: los senadores, generales y primeros ministros que acuden a Arlington en limusinas negras, cochazos y enormes todoterrenos de lujo para reunirse entre si, para reunirse con Jesús y para rendir homenaje al dios de “Los Cedros”. Igual que en la secta religiosa con una mentalidad similar, el Opus Dei, todos los miembros de la “Familia” son soldados del ejército de Dios y se llaman “hermanos en Jesús”.

Otra fuente, afirma que “la Fellowship procura a nuestros Hermanos cobertura cristiana. Se les perdonan sus trasgresiones  porque se han sometido a Dios (la Fellowship)”. “A los políticos les encanta entrar en el grupo porque para ellos es el modo de eludir responsabilidades de sus actos”. Lo dudan? Un ejemplo: El “Hermano” Jerry Boykin, ex jefe militar de Inteligencia de la Secretaria de Defensa en el Pentágono, manifestó repetidamente ante grupos cristianos que el presidente George W. Bush fue elegido por Dios para dirigir la lucha global contra Satanás.



¿Quiénes integran esta “Hermandad cristiana”?


Dentro de la Fellowship se cuenta católicos conservadores, protestantes evangélicos, judíos ortodoxos, judíos neoconservadores de tendencia seglar, fundamentalistas suníes, musulmanes wahabíes, budistas e hinduistas, todos ellos activos cooperantes de un proyecto que se sirve de Jesús para justificar su acceso a la más altas esferas del gobierno y los negocios. (¿Todavía hay un incauto que se cree el cuento de los “Protocolos de los Sabios de Sion”?.


Febrero 2015, la presencia del Dalai Lama en el Desayuno Nacional de Oración, también contó con la presencia de Barack Obama y líderes musulmanes.


Su absoluta devoción por Jesús tiene poco que ver con la religión, pero sí mucho que ver con la influencia política y económica que vende una regeneración del mundo previa a un milenio de dominio global cristiano. Como dijo un veterano funcionario del Pentágono en una declaración oficiosa: “La Fellowship no tiene nada que ver con Dios ni con Jesús; es un culto capitalista”. Pat Robertson es el más claro ejemplo del predicador y fundamentalista cristiano, amigo y socio comercial de genocidas africanos como Charles Taylor y Mobutu Sese Seko. (Nota del editor del blog: en el Libro “Los señores de las sombras” hay una descripción de nombres de miembros de esta Hermandad).


¿Cuál es el objetivo de la Fellowship?

Aquí debemos hacer una puntualización: Los grupos de Poder que pretenden controlar el mundo no priorizan la religión, ese es un aspecto accesorio para sus fines, se valen de la religión para atemorizar a la población, siempre ha sido así desde tiempos inmemoriales. Así vemos como cristianos, judíos y musulmanes, de las élites financieras se unen para conformar una Hermandad Global, donde sus personales creencias místicas quedan relegadas a un segundo o tercer plano. Otra particularidad es que dentro de ese círculo de Poder haya fanáticos religiosos, como los wahabíes musulmanes, los fundamentalistas apocalípticos cristianos y ortodoxos judíos (El judaísmo tampoco es uniforme al igual que las otras principales confesiones del mundo).

Que haya gente dentro de esos grupos que quieran convertir la Tierra literalmente en un infierno (guerra convencional y nuclear) son aspectos que deben ser valorados desde otra óptica (en la parte final de este artículo veremos un análisis sobre el fundamentalismo cristiano y su “anhelo” por la llegada del ‘Fin de los Tiempos’).

En los párrafos inmediatamente anteriores analizamos la posición política-económica de los ‘Hermanos’ de la Fellowship, que es lo primordial para ellos. En su aspecto religioso, algunos son posmilenaristas, lo que quiere decir que creen que Jesús no regresará hasta que pasen mil años de dominio cristiano en la Tierra. El deseo de un reino milenarista no es nuevo en la historia. Hitler planeaba un “Reich de mil años” en el planeta. De hecho, el reino del “milenio” no es ninguna casualidad estrambótica.

Si los fundamentalistas islámicos aceptan el terrorismo como arma moral, ¿pueden hacerlo los fundamentalistas cristianos y charlatanes milenaristas?. 

El FBI así lo cree. Un informe denominado “Proyecto Megido”, emitido antes de terminar el siglo XX, el FBI advertía que las sectas cristianas milenaristas podrían utilizar el principio del siglo XXI para escenificar un acto terrorista nuclear del fin del mundo. En el informe se afirmaba: “La mezcla explosiva de las teorías conspiradoras de la religión apocalíptica y del Nuevo Orden Mundial puede provocar actos de violencia encaminados a precipitar el fin del mundo profetizado en la Biblia”. Megido es una colina al norte de Israel y, según una interpretación de las profecías, es allí donde tendrá lugar el final de los tiempos, el Armagedón o batalla final entre las fuerzas de la luz dirigidas por Jesucristo y las fuerzas de las tinieblas al mando de Satanás o el Anticristo. (Sobre este asunto lo veremos más adelante).

Por extraño que parezca todo esto a personas que utilizan el sentido común como guía en vez de lo abstruso de las profecías  del Final de los Tiempos de los lunáticos predicadores de la Biblia, existe en el mundo musulmán, como hecho demostrado, un mellizo ideológico de la Fellowship, se llama “Hermandad Musulmana”.



Islamismo, fascismo y terrorismo


Uno de los vínculos que se puede establecer entre el fundamentalismo islámico y el cristianismo y el nazismo es el que se da entre el multimillonario saudí Adnam Khashoggi y el ex presidente del Partido Demócrata Edwin Pauley, otro miembro de la Fellowship. Pauley dirigió una empresa petrolera denominada “Zapata” junto a George H. Bush (el primer Bush presidente). El padre de Bush, el senador Prescott Bush, era un conocido colaborador de los nazis.

Poco después del Watergate, los miembros de la  familia real saudí y los millonarios petroleros tejanos establecieron una alianza. Khashoggi y Sheik Kamal Adham, entonces director de inteligencia saudí (1963-1979), cuñado del rey Faisal y enlace clave de la CIA en el mundo árabe, fundaron la Arabian Shield Development Corporation en Texas. Uno de los  inversores fue el millonario saudí jeque Mohamed Salem bin Mahfouz. Bin Mahfouz era presidente de la Fundación Internacional para el Desarrollo (IDF, siglas en inglés), compartía la misma dirección de Oxford con el Centro de Estudios Islámicos de Oxford y la Organización Caritativa Internacional Islámica (IIRO, siglas en inglés), grupo que el gobierno italiano y el servicio secreto alemán consideraban que apoyaba a al Qaeda con fondos zakat, el impuesto religioso bancario conforme a la ley islámica.


        El millonario saudí jeque Mohamed Salem bin Mahfouz



El zakat es crítico para la financiación de los grupos extremistas islámicos. El Centro de Estudios Islámicos de Oxford se ha beneficiado enormemente de onerosas donaciones  anuales de la familia Bin Laden. El “sindicato” del jeque Mohamed Salem bin Mahfouz llevó a cabo grandes operaciones bancarias inspiradas por la CIA para antiguos agentes de la CIA como Osama bin Laden, Saddam Hussein y Manuel Noriega.

Para entender las relaciones de derecha-derecha, Islam Radical-fundamentalismo cristiano y sus más de 80 años de colaboración muy estrecha con la ideología nazi, utilizaremos la figura de suizo-alemán que se convirtió al Islam, Albert Friedrich Armand Huber, conocido como Ahmed Huber. La oficina del Departamento de Estado americano de la coordinación de contraterrorismo identificó a Huber en noviembre 2001 como “eje central del mecanismo de la financiación de Osama bin Laden.”

En Egipto, Huber cuajó una amistad muy estrecha con Gran Muftí de Jerusalén, Amin al-Husseini, amigo personal de Hitler quien además colaboró activamente con los nazis en la Segunda Guerra Mundial. El Muftí, la eminencia religiosa de los musulmanes palestinos, organizó un batallón de Waffen SS de Bosnio-musulmanes “Hanjar”. Mientras que estudiaba Islam en Egipto, Huber se hizo gran amigo de Johann von Leers, un alto cargo del Ministerio de Propaganda nazi y ayudante cercano de Joseph Goebbels. Van Leers se traslado a Egipto en los medianos de los años 50 donde él, igual que Huber convirtió al Islam, cambiando su nombre a Omar Amin von Leers.

La conexión de Huber-von Leers, Nazi-Egipto ocurrió al mismo tiempo que la CIA, dirigido por un fanático antisemita, Allen Dulles, estaba trabajando con el gobierno de Gamal Andel Nassar en Egipto entrenando a las fuerzas de seguridad del estado egipcio. Dulles, Kermit Roosevelt, nieto del presidente Theodore Roosevelt y la CIA pagaron a cien comandos ex nazis de las SS para entrenar a los egipcios con el dinero robado de los nazis y recuperado de los judíos muertos en los campos de concentración. Esa operación altamente secreta lo llevaba a cabo Reinhard Gehlen que dirigía la inteligencia militar del frente Oriental durante la guerra. Gehlen, a su vez, contrató los servicios del mejor asesino del momento, el legendario y temido ex coronel de SS, Otto Skorzeny. Con Skorzeny, Egipto convirtió en lugar seguro para los criminales nazis y sus cómplices de la CIA.

Incluso antes de la Segunda Guerra Mundial, los nazis y los extremistas Islámicos empezaron en forjar sus lazos ideológicos y operativos. Del lado Islamista, la persona más responsable del contacto continuo entre los fascistas y los fundamentalistas Islámicos es Sayyid Qutb, fundador del movimiento Salafista en la tradición extrema del wahabismo.  Qutb era un intelectual muy de estilo de Goebbels que mejor moldeó las visiones extremista de la ‘Hermandad Musulmana’ entre los años 30 y 50 del siglo XX.

Otro vínculo entre la CIA, grandes empresas petrolíferas y Arabia Saudita es Club Safari, una organización hecha a medida en la imagen del Circulo Pinay europeo – agentes de inteligencia, políticos, hombres de negocio de Arabia Saudita, Egipto y los EEUU. Terrorismo era un producto lógico de esa alianza explosiva.





El primer vinculo concreto que entrelazaba a la ‘Hermandad Musulmana’, la CIA, gobierno estadounidense, los wahabíes, Osama bin Laden y el terrorismo internacional remonta hacia el año 1977, cuando la CIA financió a la Hermandad Musulmana en la preparación de la guerra en Afganistán. Los fondos secretos de la CIA servían para entrenar a los muyahidines en el primer acto concreto de la colaboración entre Washington e Islam radical: la guerra en Afganistán.

Las raíces del conflicto afgano se remontan a la mezquita de al-Azhar en Cairo, el centro ideológico de la actividad de la ‘Hermandad Musulmana’. Robert Dreyfuss en su libro “El juego de diablo: como los EEUU fomentaron el fundamentalismo Islámico” lo explica de la siguiente manera: “Ellos volvieron a Afganistán y formaron una rama de la Hermandad, la Sociedad Islámica. Más tarde, estos mismos `profesores´, como les llamaron formarían la columna vertebral de los mujaheedin que lucharon contra las tropas soviéticas. Los tres `profesores´ principales eran Abdul Rasul Sayyaf, Burhanuddin Rabbani y Gulbuddin Hekmatyar”. Sayyaf y Hekmatyar, dos elementos clave de la inteligencia de la CIA y traficantes de droga con mayúscula han sido apoyados desde el principio por la Inteligencia Pakistaní y financiada con el dinero de los Sauditas.

Otro vínculo entre la derecha americana, la ‘Hermandad Musulmana’ y el fundamentalismo Cristiano tiene dos nombres propios: Michael Ledeen y Richard Perle. Ledeen es miembro de ultra conservador, pro-Israel American Enterprise Institute. Perle, durante más de 20 años ha sido consejero de los presidentes republicanos en materias de estrategia internacional y, un agente secreto del estado de Israel. En los años 80, Ledeen y Perle utilizaban a Hekmatyar como hombre-anuncio de la resistencia anti-sovietica, mientras que Hekmatyar estaba trabajando activamente con los terroristas de Hezb-i-Islami en minar las influencias americanas en Afganistán.

Un libro, escrito por Robert Baer, ex CIA titulado “Durmiendo con el diablo: Como Washington vendió su alma a las Sauditas por el Petróleo” explica esas incongruencias mejor que ningún otro libro que he leído últimamente. Baer dice: “En el fondo, existía un secreto sucio en Washington: La Casa Blanca miraba a los radicales wahabíes de la Hermandad Musulmana como un aliado silencioso, una arma secreta contra el comunismo. Para el gobierno americano…si Alá estaba de acuerdo en luchar en nuestra banda, perfecto. Si Alá decidía que los asesinatos políticos estaban permitidos, también nos convenía, siempre y cuando nadie hablaba de esas cosas en compañía refinada de personas de la alta sociedad”.

Otro vinculo muy llamativo entre varias organizaciones de occidente e Islam he encontrado en la figura de Youssef Nada, uno de los fundadores del banco al Taqwa, el brazo de la financiación de la Hermandad. Nada esta vinculado, aunque de forma muy indirecta al Club Bilderberg. Su nombre aparece en la lista secreta de los miembros extra oficiales de un prestigioso think tank, Pio Manzu. Otros notables que compartían el mantel con Youssef Nada en Pio Manzu han sido Gianni Agnelli y Henry Kissinger. Además de sus vínculos con terrorismo y la Hermandad, Nada colaboraba con la inteligencia militar alemana durante la Segunda Guerra Mundial, además de ser la figura clave en organizar la huida de Muftí de Alemania a Egipto vía Suiza a finales de la guerra.

El sin fin de vínculos entre la extrema derecha - nazis - Islam wahabí -fundamentalismo cristiano - tampoco termina allí. Puedo hacer un libro de 500 páginas poniendo un caso tras otro, afirma Daniel Estulin. Por ejemplo, otro vinculo ya nombrado es Adnan Khashoggi, uno de los principales traficantes de armas que ganó su primer dinero actuando como intermediario para los negocios de la familia bin Laden. En 1985, Khashoggi, intimo amigo del Bush padre y Bush hijo, pidió un préstamo de $35 millones de dólares de banco Saudi National Comercial, controlado por aquel entonces por Sheik Mahfouz, un importante miembro de la red de financiación secreta de la CIA para comprar armamento militar para Irán. Esa operación, más tarde llegó a conocerse como Irán-Contra. El interlocutor de Khashoggi era miembro de la secta fundamentalista, Oliver North.


  

Lo que es aún más alucinante, es como todos estos personajes se unen de forma absolutamente sublime. Por ejemplo, Sheik Mahfouz es socio de varias empresas de George Bush y Khashoggi. La hermana del Sheikh Mahfouz es una de las cuatro mujeres de Osama bin Laden. Es decir, Osama y Mahfouz son cuñados. Es decir, en el mundo del universo extremista, de derecha europea, derecha islámica, Osama bin Laden duerme con la hermana del socio de Bush y Khashoggi. La verdad, estoy absolutamente convencido es mucho, muchísimo más extraña que la ficción.

Estulin, no guarda silencio, al final del Capítulo V de su libro “Los Señores de las Sombras” (que hemos extractado en este post) asegura que a pesar de que hemos visto muchos casos que ilustran el vínculo entre la CIA y la “Hermandad Musulmana”, la lista de episodios es inmensa. Todo queda claro, los discretos y nauseabundos vínculos entre el enemigo de nuestro enemigo, la CIA, el gobierno de los Estados Unidos y el fundamentalismo cristiano representando por la Familia de la Fellowship.

La conexión wahabí es evidente: 

El pirata aéreo Mohamed Atta fue identificado como “Hermano Musulmán”. Otros “hermanos” implicados en el 11-S eran Khalid Shaik Mohamed y Ramzi Yousuf, cerebros de los atentados con bombas contra el World Trade Center en 1993. Así como el lugarteniente de Osama bin Laden, el egipcio Ayman al Zawahiri; Sami al Arian, un informático palestino-estadounidense y amigo íntimo de George W. Bush, este amigo del ex presidente estadounidense clamó por la sangre  de los infieles norteamericanos e israelíes en una reunión de musulmanes: “Hoy nos reunimos para rendir homenaje  a la ausencia de nuestros mártires y al río de sangre  que ha manado y que no se extingue, de matanza en matanza y de martirio en martirio, ¡de yihad a yihad!. Con amigos como éstos (de Bush), ¿quién diablos necesita enemigos?.

Sin embargo, éstos no serían los únicos vínculos entre nazis de derechas e islamistas radicales, según un periodista de investigación de la BBC, Grez Palast, afirma que fruto de su averiguaciones sobre la familia real saudí y sus socios, estaban satisfechos como Osama bin Laden había promocionado muy bien el wahabismo en Oriente Medio, en esa reunión estaban presentes el príncipe Turki al Faisal (socio de Bush padre e hijo); Khalid bin Mahfouz (de quien ya hemos hablado); el jeque Abdullah Bakhsh (inversor clave del fallido consorcio petrolero de Bush hijo, Arbusto Energy); y, Adan Khashoggi ( ya mencionado).

Daniel Estulin, termina su trabajo afirmando que hay una variedad de sucias maquinaciones  al servicio de promotores financieros engranados en un guión de agentes dobles-triples-cuadrúples, contraagentes y contracontraagentes. La codicia, la maldad, la duplicidad y la astucia eran repugnantes, pero, curiosamente, esta vez no me hacía bullir la sangre. Lo digo solo por señalar que, una vez que se traza el mapa de este submundo, ya nada te sorprende.

“La fe no establece territorios para hacer distinciones, y las distinciones arraigadas en la costumbre y la ambición son baladíes a los ojos de Dios”.


Una reflexión final sobre el fundamentalismo cristiano*


















Este apartado es un resumen de uno de los mejores libros escritos sobre el tema, a pesar que la idea general de la obra se enmarca en los orígenes del cristianismo, no deja de topar sus consecuencias milenaristas a través de la historia. Estamos hablando de otro gran best seller, “El Legado Mesiánico”, de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln (autores del clásico “El enigma Sagrado”). A continuación un resumen con sus reflexiones.  

El moderno fundamentalismo en Norteamérica se origina en el puritanismo del siglo XVII y su concepción de que hay gente “elegida” que se complace de tener un “pacto” especial con Dios. Entre los “elegidos” se incluían aquellos personajes que hoy son venerados como “Padres Fundadores” de los Estados Unidos. El cristianismo pasó a ser sinónimo de los valores de la Norteamérica conservadora.

En nuestra historia reciente tenemos un caso muy particular. El fundamentalismo no se apuntala en el dogma de las virtudes cristianas de caridad, perdón y comprensión, se basa en el concepto de la guerra: en una gloriosa e inexistente lucha entre “fuerzas de Dios” y las del “Maligno”. 

En época del gobierno de Ronald Reagan, los fundamentalistas (presidente de la nación inclusive) conceptuaban a la extinta Unión Soviética como el “Imperio del Mal”, ese calificativo debe ser tomado en sentido religioso y no metafórico, para Ronald Reagan y otros fundamentalistas el “anticristo” necesariamente tenía que ser la URSS. Algunos estudiosos de las creencias de Reagan afirman estar convencidos que la ideología del Armagedón era la raíz de la política exterior y militar-nuclear de Reagan en relación con la Unión Soviética. Los fundamentalistas de la era Reagan pensaban que estaban  en guerra contra el “anticristo” (encarnado en el comunismo y la URSS).

Para que la gente “piense” igual que Dios, nos tuvo al borde de la tercera guerra mundial nuclear. Reagan estaba convencido que la batalla final de la tercera guerra mundial, es decir, el Armagedón, se librará en alguna parte del Oriente Medio. Hablamos de un anticipo mesiánico, de histeria apocalíptica de lo que llaman “los Últimos Días”. El “anticristo” (URSS o alguien diferente)  luchará contra las “fuerzas de Dios” (encarnados en los Estados Unidos). Como todo está escrito en la Biblia, ya conocemos al ganador de antemano. “Las fuerzas de Dios”, bajo mando de Jesús vencerá en la partida. Pero eso no es todo, existe un mensaje con esta amenaza apocalíptica: Si no te arrepientes ahora, si concientes que te “salven” (los predicadores) y, si das una contribución monetaria a la iglesia, “se le ahorrará toda la carnicería transportándolo a un lugar seguro hasta que se haya resuelto el conflicto. En una variante de este tema, ciertos predicadores fundamentalistas hablan de un momento en la generación presente en que los fieles serán «arrebatados»” (Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln: “El Legado Mesiánico”).

El peligro consiste en que, algunos de estos fundamentalistas modernos norteamericanos enquistados en el poder de la nación nuclear más poderosa del mundo, se creen literalmente todo, como fue el caso del ex presidente Ronald Reagan. Esta clase de personas  se han resignado que el Apocalipsis sea inminente y esperan tal suceso para salvar su “alma”, proclaman estar listos para ingresar en el selecto club de la eterna felicidad celestial con el milenario “Reino de la Segunda Venida”.

En un artículo del “Post” de Washington, así como en  “Guardian”, Ronnie Dugger, conocido periodista escribía en aquellas fechas: “...los norteamericanos podrían preguntarse con razón si su presidente (Reagan) está predispuesto personalmente, por obra y gracia de la teología fundamentalista, a esperar algún tipo de Armagedón que empiece con una guerra nuclear en el Oriente Medio”. Y añade: “Si se produce una crisis en el Oriente Medio y amenaza con convertirse en una confrontación nuclear, ¿cabría que el presidente Reagan estuviera predispuesto a creer que ve la llegada de Armagedón y que ésta es la voluntad de Dios?”

Según el propio difunto ex presidente, ciertos “teólogos”, no identificados, le han dicho que en ningún momento antes en la historia del mundo hubo “tantas profecías juntándose unas con otras”. En 1980, durante la campaña para ser nombrado candidato de su partido a la presidencia, Ronald Reagan, en una entrevista que le hicieron en la televisión, dijo: «Puede que seamos la generación que verá el Armagedón».

En 1983, Reagan afirmó que cuando leía a los profetas del Antiguo Testamento y “las señales anunciadoras del Armagedón”, le resultaba difícil no pensar en la probabilidad de que la batalla se librase en la actual generación (en su época). Reagan decía que los profetas antiguos habían descrito con precisión los tiempos que ahora estaba experimentando el mundo contemporáneo. Según el “Times” de Washington, James Mills, político californiano, recuerda una conversación durante la cual el presidente habló largo y tendido del Armagedón. Según parece, después de citar las profecías de Ezequiel, dijo: “Todo está encajando. Ya no puede tardar mucho”. En otra ocasión se afirma que Reagan expresó a Jerry Falwell (de la fundamentalista Liberty Federation): “Sí, en efecto. Me dijo, durante la campaña... ‘Jerry, a veces creo que nos dirigimos muy aprisa hacia el Armagedón ahora mismo’ ”.


En la parte izquierda una vista aérea de la colina donde se hallaba la ciudad de Megido, destruida por Tutmosis III. Su nombre en hebreo es Armaggedon, que significa Montaña de Megido. Este escenario fue testigo de otras dos grandes batallas: En 609 a.c. el Reino de Egipto triunfó ante el reino de Judá; y, en 1918, durante la primera guerra mundial los británicos lograron una decisiva victoria sobre el Imperio Otomano, la conquista de Palestina. Es aquí, según el ‘Apocalipsis’, donde se librará la ‘batalla final’, el ‘Armagedón, es decir el ‘Final de los Tiempos’  entre las fuerzas del bien y del mal. Un deseo fervoroso de los fundamentalistas cristianos. Megido y sus ruinas fueron declarados ‘Patrimonio de la Humanidad’ desde el año 2005.



El fundamentalismo religioso, cualquiera sea la religión, solo puede llevarnos a un rumbo, la autoinmolación.


Esa ideología (yo la concibo como ideología y no como creencia religiosa) ha logrado que la población devota la acepte como algo irremediable (en término místico - religioso). Hemos apreciado como, moral y teológicamente, el fanático fundamentalista lo anhela en cientos o miles de casos con los yihadistas en Medio Oriente. Pero, “el fundamentalista cristiano está convencido exactamente de lo mismo, desde un punto de vista diametralmente opuesto. Cada uno de los dos es un reflejo exacto del otro y cada uno de los dos, al verse acorralado, reaccionará de la misma manera. Pero si un hombre tiene un dedo puesto en un botón nuclear, su acto de autoinmolación en nombre de su Dios arrastrará con él a toda la humanidad…”.

Pero las personas, la humanidad, en general, no concebimos ni deseamos esas cosas de autoinmolarnos en un infierno nuclear. Otros quieren (y así ha sido siempre) pensar por nosotros. En el caso de destrucción de toda la civilización, no podemos afirmar que ello será causado por el mismo ‘hombre’, será obra de un grupúsculo de determinados fanáticos con Poder. Por ejemplo: Los árabes, en su totalidad, no desean destruir Israel, tampoco los israelíes, unívocamente, desean acabar con los árabes.

“Si se tolera que la histeria del fundamentalismo norteamericano se convierta en una profecía de esas que por su propia naturaleza contribuyen a cumplirse, una profecía adoptada y aceptada nada menos que por la Casa Blanca, el resultado bien podría ser, de modo harto literal, el fin del mundo. Este fin del mundo no sería el retorno extático de sadoquitas muertos hace siglos y que, cogidos de la mano, darían saltitos por los Campos Elisios, sino la lenta y asfixiante agonía de un invierno nuclear. Si ese es el único sentido que cabe encontrar en la era moderna, verdaderamente la humanidad está en bancarrota y Dios -comoquiera que lo conciban las diversas confesiones- sencillamente habrá malgastado su tiempo”.

¿Quién es más peligroso?


¿El yihadismo intolerante con cientos de candidatos a inmolarse con explosivos; o, el fanático fundamentalista cristiano enquistado en el Poder que puede acceder al 'botón nuclear'?.


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NOTA FINAL: El trabajo de Daniel Estulin en esta segunda entrega sobre la “Hermandad Musulmana” puede ser revisado en su totalidad en su libro “Los Señores de las Sombras”, publicado en 2007 por editorial Planeta. Aquí solo se presenta un compendio de algunas partes de su investigación, en su libro se encuentran detalladas profundamente todos los datos bibliográficos de la investigación.

* Esta parte ha sido comentada y citada del fabuloso libro “El Legado Mesiánico”.- Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln. Ediciones Martínez Roca, 2006. España. Igualmente las citas bibliográficas se encuentran correctamente ordenadas dentro de aquel estudio.

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