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11 diciembre 2025

Cinco anecdóticas historias de artistas en los juicios de Nuremberg


Imágenes de la revista Krokodil Nos. 31 y 35 de 1945 del artista Y. Ganfa. Izq. "El último Congreso de Nuremberg del Partido Hitleriano"; derecha: "Razonamiento en la prisión".

Serie especial conmemorativa de los 80 años de los Juicios de Nuremberg (4)

Tercera entrega

Con motivo de conmemorarse en 2025 los 80 años de la constitución de los juicios de Nuremberg, y como algo diferente de lo usual, se ha seleccionado varios trabajos de sitios rusos, siempre tomando como base al proyecto "Nuremberg. El comienzo del mundo" que cuenta con decenas de excelentes artículos desarrollados desde el ámbito histórico y jurídico. El material gráfico es añadido por el editor de este blog. 


Los textos recopilados para este artículo provienen de varias fuentes en ruso.
Los siguientes datos son transcripciones -casi o enteramente textuales- de autores rusos, cuyas fuentes se hallan especificadas en las notas a pie de página. 
Las ilustraciones y fotografías son interpuestas por el editor del blog.


El Tribunal Militar Internacional celebró sesiones abiertas desde el 20 de noviembre de 1945 al 1 de octubre de 1946 para dar máxima difusión a las acciones del nazismo y el castigo impuesto por los crímenes cometidos. Los personajes juzgados que aparecían en las fotografías y films anteriores al proceso no se parecían a los reos sentados en el banquillo de acusados, el brillo había desaparecido, las mejillas estaban hundidas, solo en sus ojos se delataba la furia y la malicia.

De los 350 asientos de la sala, más de 250 estaban acreditados para representantes de la prensa, corresponsales de periódicos, revistas y otros medios de comunicación, entre ellos había cineastas y artistas de algo más de 30 países, quienes plasmaron en sus notas y obras los momentos más significativos del histórico proceso. También se emitieron miles de pases para el público.


El artista soviético Nikolai Zhukov representa a los delegados de los medios en la sala de los Juicios de Nuremberg, 1946

Los artistas soviéticos en Nuremberg

Por la parte soviética los mejores escritores, periodistas y artistas acudieron a cubrir el juicio, estaban apostados a nueve kilómetros del centro de Nuremberg. Stalin aprobó personalmente la lista de 24 los periodistas que serían enviados a Nuremberg, la delegación se amplió gradualmente hasta 45 personas propuestas por la Oficina de Información Soviética y TASS, sus tareas eran mantener la cobertura diaria del juicio internacional.

"En una fría, húmeda y brumosa mañana de noviembre de 1945, dos aviones de transporte Dakota despegaron del Aeródromo Central de Moscú con rumbo al oeste", recordó Daniil Kraminov, director de la sede berlinesa de TASS. Sus nombres, escritos por el auxiliar de vuelo en las hojas de pasajeros, eran bien conocidos en la Unión Soviética, así como fuera de ella. Las naves repletas de renombrados periodistas, famosos corresponsales de guerra, escritores, caricaturistas, directores del cine documental y camarógrafos, despegó rumbo a Alemania. Dadas las condiciones meteorológicas adversas el vuelo de Moscú a Nuremberg fue difícil, se temió lo peor. Como dijo N.A. Sokolov (del colectivo Kukryniksy), el avión tuvo problemas, todos los ocupantes vivieron esa situación con horror, preocupados a su manera, alguien lloraba, alguien estaba al borde de la histeria, pensaron que esto era el final. De pronto alguien dijo en voz alta: "¿Os imagináis lo preciosos que serán los obituarios? … Incluso al borde de la muerte, la gente no perdía el sentido del humor. Por suerte, el avión logró aterrizar con seguridad (Larisa Kolesnikova)

Formaron parte de la delegación que representó a la Unión Soviética en el Tribunal Internacional, entre otros, los Kukryniksy, Boris Efimov, como artistas corresponsales, más tarde se unirían artistas como Nikolai Zhukov, Vladímir Galba en calidad de corresponsal del periódico Pravda. Todos deseaban dibujar a los nazis en el Tribunal, su tarea principal era representar plenamente la personalidad de cada acusado tal como eran, por primera vez tenían la oportunidad de contemplar en vivo los objetos permanentes de sus caricaturas (esta vez podían pintarlas del natural). 


Una fotografía al margen de la Corte de Nuremberg. De izquierda a derecha: artistas Porphyry Krylov, Boris Efimov, David Lowe, Nikolai Sokolov, Mijaíl Kupriyanov. 1946. Foto del archivo familiar del artista B. Efimov


Izq. Nikolai Zhukov en los juicios de Nuremberg, 1946. Derecha, el director y cineasta Roman Karmen


Además de ellos, este grupo incluía a los escritores Boris Polevoy, Vsevolod Ivanov, Semyon Kirsanov (éstos últimos corresponsales de Izvestia); Leonid Leonov y Vsevolod Vishnevsky, corresponsales de Pravda; además Konstantin Fedin, Y. Yanovsky, el poeta Semión Kirsanov, Yuri Yanovsky, el coronel y periodista Yuri Korolkov, el director y cineasta Roman Karmen Lazarevich, el camarógrafo P. Troyanovsky, los fotoperiodistas Yevgeny Khaldey, Alexander Kapustyansky de "Krasnaya Zvezda", entre otros.

    1. Los Kukryniksy

Los tres integrantes del colectivo de artistas gráficos y pintores soviéticos Kukryniksy son Mijaíl Kupriyanov originario de la provincia de Kazán, Porfiry Krylov de Tula y Nikolai Sokolov de Moscú, famosos por su trabajo al estilo de la caricatura política soviética se encargaron de crear sátiras de ese género artístico.

Al finalizar la guerra, los miembros del colectivo ostentaban el rango militar de Mayor del ejército, luego de recibir la orden de partir hacia Alemania, su tarea principal era transmitir plenamente el carácter de cada acusado. Se les entregó abrigos nuevos y documentos con un rango extraordinario, las hombreras de coroneles. Se conservan algunas fotografías en las que posan en Berlín con sus uniformes de coronel del ejército rojo.


Los Kukryniksy con el uniforme de coronel del Ejército Rojo, en la fotografía de la izquierda junto a Alexander Sokolov (hermano de uno de los artistas); en la derecha, junto a M.E. Katukov. Nuremberg Alemania, 1945   


Al llegar a Nuremberg, la delegación se encontró con el comandante del palacio de justicia, un oficial estadounidense, jefe del llamado "campamento de prensa", quien había visto las caricaturas de los artistas (sobre los criminales fascistas), les pidió su autógrafo en uno de las ediciones del periódico Pravda en la que aparecía la famosa caricatura representando el próximo Año Nuevo, en la parte superior, cuatro números en números grandes: 1946, y el último, seis, representaba la soga de ejecución en la horca. El título de la caricatura era corto: "El último dígito". (esa caricatura la publicamos en la entrega anterior, por lo que no la repetiremos aquí)

"Como muestra de gratitud, el comandante, violando las estrictas reglas del juicio, permitió que cada uno de nosotros nos turnáramos para asistir a las sesiones del tribunal, no en los asientos de los periodistas, sino mucho más cerca del banquillo, es decir, frente a los acusados, cerca de la mesa del tribunal militar, en el que estaban sentados los expertos de las cuatro potencias", dijo N.A. Sokolov. "El comandante nos advirtió que no dibujáramos bajo ninguna circunstancia, que lo hiciéramos sin que nos diéramos cuenta, porque solo nos lo permitía a nosotros, los artistas soviéticos, porque le gustan nuestras caricaturas, y no permitirá que nadie más lo haga”.

Sokolov dijo que fue muy difícil dibujar, fingía estar escribiendo, cuenta Sokolov que “durante el receso de la sesión, cuando el tribunal se había retirado y los acusados aún estaban en sus asientos, salí de la sala al pasillo y me acerqué a Goering, que estaba sentado primero en la barrera, y me detuve unos segundos, mirándome directamente a los ojos, Goering me reconoció de inmediato. Nos miramos el uno al otro. Leí ira y odio impotentes en los ojos grises y abiertos que se hundieron en mí. Su cabeza se estremeció y sus labios fruncidos se volvieron aún más parecidos a los de una rana. Imaginé lo que podría pensar y sentir en esos segundos cuando me vio. Una de las tres personas que odiaba, nunca fue ahorcada por él, sus ojos se salieron de sus órbitas y sus puños se apretaron con feroz ira”.


Interesantes caricaturas realizadas por el artista Porfiry Krilov (integrante del colectivo Kukryniksy), lo particular de estos dibujos es que están firmados por Krilov y publicados por él como "album de Nuremberg"1945 


Durante el juicio, Goering intentó por todos los medios evitar que pintáramos cubriéndose la cara con las manos. Incluso llegó a un acuerdo con el guardia que lo custodiaba de que no se quedaría a su lado, sino al frente, escondiéndolo de nosotros.

No quedaba nada de esa imagen victoriosa con su bastón dorado del Mariscal Jefe de la Fuerza Aérea del Reich fascista, relata Sokolov. Un naufragio hinchado con manchas rosadas en la cara de un sapo que estaba inclinado. El uniforme raído de color azul grisáceo ha olvidado hace mucho tiempo las numerosas órdenes doradas y cruces de hierro que lo adornaban" (Sokolov N.A. Bocetos de memoria. Moscú, Iskusstvo Publ., 1984).

En 1967, todos los bocetos realizados por los Kukryniksy durante el juicio se utilizaron para crear un gran libro, “La acusación” (Criminales de guerra y sus defensores en los juicios de Nuremberg).


    2. Boris Efimov

Boris Efimov es considerado el patriarca de la caricatura soviética, nació en el siglo XIX y falleció en el siglo XXI. Hubo un momento especial y estelar en la vida del artista en el que las líneas de la política mundial, el destino de la humanidad y su biografía profesional se entrelazaron con un gesto simbólico de la historia: En 1946, en las sesiones del Tribunal de Nuremberg, que condenaron a los principales criminales de guerra de la Alemania nazi, Boris Efimov, hizo lo mismo que sus colegas, mediante el dibujo satírico, creando una fuente histórica visual especial sobre la historia política mundial, entrando en la era de la posguerra, con sus nuevos desafíos y dificultades.


Izq. "Abogados" (Kukryniksy). Derecha, "El borde delantero del banquillo de los acusados", de Boris Efimov


El odio ardiente, el sarcasmo cáustico y la aguda mirada de un psicólogo-observador otorgaron a los dibujos del artista una nitidez y expresividad especiales: a los criminales de guerra se les negó para siempre el derecho a ser considerados personas. La "deshumanización" de los antihéroes del derrumbado Tercer Reich se llevó a cabo en la forma más severa de la estrategia caricaturesca del zoomorfismo. No eran imágenes amenazantes de monstruos peligrosos (como se vio al comienzo de la guerra), sino depredadores miserables y diminutos, las criaturas más odiadas por la gente: ratas, serpientes, buitres, las que se le aparecieron al satírico en el banquillo de los acusados... Justa retribución por los crímenes, la hora de la verdad, que prohibió al fascismo y al nazismo el derecho a estar presentes en la historia de la humanidad: este es el significado y el mensaje de las obras del artista, quien se convirtió en un verdadero documentalista del "Tribunal de la Historia".


Boris Efimov, "el zoológico fascista", 1945


¿Por qué los retratos lacónicos, extremadamente claros en su mensaje ideológico y duramente caricaturizados (al estilo de Efimov) de quienes aparecieron ante el mundo en el banquillo de los acusados en aquella época aún impresionan tanto al espectador? El propio Boris Efimov lo expresó en sus "Reflexiones de un caricaturista": "No basta con exigirle a un artista solo una cultura política básica que le permita juzgar correctamente los hechos y fenómenos. No debemos olvidar otro punto importante: el grado de habilidad artística con el que el autor materializa sus buenas intenciones creativas y transmite al lector sus pensamientos y características correctas. Al fin y al cabo, no solo por el concepto y el contenido, sino también por el nivel de habilidad y gusto demostrados por el artista, se deben juzgar los méritos de una caricatura, como de cualquier otra obra de arte".

Boris Efimov, en la década de 1930, más que otros renombrados artistas, ya era muy popular por  ridiculizar a Hitler y los nazis. Mucho antes que los Kukryniksy fueran amenazados con la horca, Hitler juró que si alguna vez llegaba a Moscú dispararía personalmente al caricaturista Boris Efimov.


Boris Efimov, en la segunda fila, cuarto desde la derecha trabajando durante los juicios de Nuremberg, detrás de él se puede apreciar a los integrantes del colectivo Kukryniksy.


    3. Roman Karmen

El cineasta Roman Lazarevich Karmen (Kornman, apellido de nacimientorelató algunas impresiones sobre los Juicios de Nuremberg. “El Palacio de Justicia es el antiguo edificio del Tribunal de Distrito de Nuremberg. Es uno de los pocos edificios que sobrevivió al bombardeo, y los estadounidenses lo repararon con la ayuda de varios miles de prisioneros de guerra alemanes. El edificio es enorme. Hay muchísimas habitaciones. Fue solo en el tercer mes de mi estancia en Nuremberg que empecé a orientarme en estas interminables salas. Se puede caminar por cientos de pasillos, pasar por delante de las salas, y en cada una de ellas se está llevando a cabo un gran trabajo. Hay un sinfín de centros de comunicación, estaciones de radio, salas para personas, para jueces, salas de la fiscalía, todo tipo de archivos, laboratorios para copiar documentos, laboratorios cinematográficos, salas de montaje. No puedo darles la cifra exacta del aparato judicial de Nuremberg, pero en cualquier caso, por la mañana, cuando los empleados del tribunal llegan en autobuses y coches, se puede ver un flujo incesante de personas: viejos y jóvenes, hombres y mujeres con maletines y sin ellos. Todo el aparato de empleados vive en casas de campo, ya que la ciudad está destruida. Un flujo incesante de coches llega, y toda esta masa de gente es absorbida por el palacio de justicia.


Del archivo de R. Karmen. GOSCATALOG.RF Museo de Cine


Un sistema de pases muy estricto. Este mismo "pase" se te pide a cada paso. En cada cruce, en cada puerta del Palacio de Justicia, hay soldados estadounidenses. Los pases son muy diferentes. Hay un pase para entrar al juzgado, un pase especial para la sala del tribunal y muchos otros pases especiales. El Palacio de Justicia está fuertemente custodiado desde el exterior. Hay varios tanques en las esquinas, y se han utilizado sacos de arena para construir refugios en las esquinas del edificio, donde se apostan guardias armados con ametralladoras.

Nos informaron que las condiciones de filmación eran extremadamente difíciles. Para evitar el ruido en el juzgado, toda la filmación se realizó desde cabinas de cristal. En varias partes de la sala había cabinas de cristal con capacidad para dos personas. Había tres lugares de este tipo en la sala. Se emitía un pase con derecho a filmar durante una hora en esta cabina. Luego algunos salían y llegaban los siguientes.

Hay un sistema de radiodifusión muy complejo. En cada asiento hay auriculares. Al colocarse los auriculares, se tienen cinco botones. Al moverlos, se puede escuchar el discurso de cualquier orador en uno de los cinco idiomas disponibles: inglés, francés, ruso y alemán. Es decir, no al orador directamente, sino a los intérpretes, que inmediatamente repiten sus palabras en otro idioma. Es cierto que, cuando uno de los oradores empieza a hablar más rápido, el presidente del tribunal, Lawrence, lo detiene y le pide que hable más despacio. A menudo dice: "Señor, no les da tiempo a los intérpretes a trabajar"; pero cuando hay un interrogatorio, una declaración repentina de la defensa o un miembro del tribunal hace una pregunta, por supuesto, resulta muy difícil para los intérpretes.

Cabe mencionar que la palabra "preventivo" se escucha constantemente en el juicio (preventivo significa advertencia). Y ahora resulta que los campos de concentración donde fueron asesinadas millones de personas fueron una medida preventiva; es decir, estas personas supuestamente podrían haber sido (Goering lo declaró durante los interrogatorios) peligrosas para el estado fascista y fueron conducidas al campo. Detención preventiva, ejecución preventiva, guerra preventiva: todo esto se presenta ante el tribunal, cuando la defensa, intentando proteger a los acusados, se escabulle con sus mezquinas artimañas judiciales.


Arriba: Izq. Camarógrafos de primera línea, abril-mayo 1945,  Boris Dementyev, Boris Sokolov, Majaíl Poselski, Roman Karmen. Foto E. Khaldey (Foto archivo familiar de Natalia Venzher); derecha, corresponsales de guerra soviéticos,  V.A. Temin, B.L. Gorbatov, y R. L. Karmen 1945 (foto MAMM/MDF). Abajo: Izq. Foto marco de la película Roman Karmen en la sala del tribunal, diciembre 1945; derecha, Roman Karmen y el ingeniero de sonido Viktor Kotov en la sala de sesiones del palacio de justicia durante los juicios, 1945-1946.


Karmen relata su "encuentro" con Goering.

“Lo primero que causó la impresión más fuerte, quizás la más fuerte durante todo el juicio, fue lo siguiente. La sesión del tribunal comienza a las 10 de la mañana. A las nueve y media ya estaba allí. Tuvimos que hacer rodaje acústico. Los ingenieros de sonido empezaron a dominar todo este complejo sistema. Mientras entraba de lleno en la sala, me giré y, a unos pasos de mí, vi a un hombre que me miraba muy fijamente. No era otro que Goering. ¡Hermann Goering! Para ser sincero, aunque sabía a dónde iba y sabía que lo vería, la primera impresión fue como si estuviera en un sueño. Este era el mismo Goering que habíamos visto en todas las fotografías, que habíamos visto en los noticiarios alemanes, a quien habíamos visto en muchas caricaturas, a quien habíamos visto como el brillante y condecorado segundo hombre en toda Alemania después del Führer. Este hombre está sentado detrás de una barrera de roble. A su lado está un soldado de enorme estatura, con una braza inclinada en los hombros y una goma elástica en la boca. Los acusados son llevados a la sala desde la prisión, mucho antes de la sesión, en grupos de a tres. No lo sabía, y ahora me he encontrado cara a cara con esta figura”.


Dos fotografías de Hermann Goering en Nuremberg, de 1945 y 1946, respectivamente


     4. El fotoperiodista Yevgeny Khaldei

Un lugar destacado en la colección del Archivo Estatal Ruso de Cine y Documental Fotográfico (RGAKFD) lo ocupan los documentos fotográficos sobre la historia de los Juicios de Nuremberg. Entre los representantes de prensa de 31 países se encontraba el fotoperiodista Yevgeny Ananyevich Khaldei. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se unió a un grupo de corresponsales de guerra que fueron al frente y recorrieron toda la guerra. Yevgeny Khaldei fue enviado en comisión de servicio por TASS para cubrir el trabajo del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg. Sus fotografías del frente, junto con fotografías de otros autores, se presentaron en el juicio como prueba material de los crímenes del fascismo. Sus fotografías no necesitan ser popularizadas (entre otras es autor de la fotografía 'la bandera de la victoria sobre el Reichstag'). 


Izq. La bandera de la victoria sobre el Reichstag. Berlín, 2 de mayo de 1945. Foto de Yevgeny Khaldei. Derecha, la bandera roja en la cuadriga de la Puerta de Brandeburgo en el Berlín derrotado. En el centro, el fotoperiodista de gde guerra de TASS, Yevgeny Khaldei, 2 de mayo de 1945, RIA Novosti.


En Nuremberg transmitió la personalidad de los participantes, la atmósfera de la sala, la solemnidad y apariencia del Palacio de Justicia, los militares de las naciones Aliadas, los fiscales y miembros del Tribunal Militar Internacional, incluyendo sus retratos, los testigos y acusados, los representantes de la prensa y servicios auxiliares; fotografió incluso los cadáveres de los criminales ejecutados tras el veredicto. Yevgeny Khaldei, junto con un grupo de corresponsales fueron los únicos autorizados a fotografiar los cuerpos de los ejecutados tras la sentencia de muerte dictada por el Tribunal Militar Internacional en Nuremberg el 16 de octubre de 1946.

Junto con los emotivos textos de los corresponsales, las fotografías de Yevgeny Khaldei también son emotivas, como si “mordiera” la lente de su cámara en los rostros de los acusados. Tras entrar en contacto con la obra de Yevgeny Khaldei, con su asombroso destino, realmente quise saber más sobre este hombre. Se presentó una oportunidad increíble para hablar con la hija de Khaldei, Anna Efimovna (Yevgenyevna), y escuchar de sus labios las impresiones y los eventos de los Juicios de Nuremberg a partir de las memorias de su padre. Detrás de cada foto de Khaldei hay una historia, confirmada por un documento fotográfico.

Cabe destacar que, durante los Juicios de Nuremberg, Y. Khaldei conoció al legendario fotógrafo estadounidense Robert Capa, quien, al igual que su colega soviético, cubrió los juicios en nombre de su país. Los fotógrafos se profesaban un profundo respeto mutuo, que mantuvieron a lo largo de sus vidas. Robert Capa le regaló a Yevgeny una cámara Speed Graphic con flash. Fue un regalo de la “realeza” para un fotoperiodista soviético. Yevgeny Khaldei podía fotografiar a los principales criminales de guerra no solo en el tribunal, sino también en la celda, y esto solo era posible gracias a su cámara con flash.

Aquí hay una cita de las memorias de Yevgeny:

"Un día, el fotógrafo jefe estadounidense se acercó y nos dijo que si llevábamos flashes, podíamos acompañarlo. Nos llevaron a una sala de unos 40 metros cuadrados. Había mesas contra la pared, sin luz. Había cuatro personas sentadas en cada mesa: Goering, Rosenberg, el almirante Doenitz y von Schirach. Keitel estaba sentado con Jodl. Caminé junto a la pared con mi cámara y tomé una foto con el flash. Keitel se cubrió la cara con la mano. Luego me acerqué a la mesa con Goering. Mientras los demás fotógrafos, estadounidenses y franceses, se acercaban, no dijo nada. Pero en cuanto vio mi uniforme ruso, empezó a gritar: "¡Qué pasa! ¡Ya no podemos comer tranquilos!". Me asustó. Entonces, un teniente estadounidense se acercó y preguntó qué pasaba, por qué Goering gritaba. Dije que no tenía ni idea. Solo quería tomar una foto. El teniente se acercó a Goering y le dijo que dejara de gritar. Pero no paraba. Entonces, el teniente levantó su porra y golpeó a Goering en la nuca. Después de eso, todo quedó en silencio".




Al parecer, el golpe fue perceptible. Al día siguiente, Goering llevaba una bufanda atada al cuello. Khaldei lo capturó en una de sus fotografías. Después de un tiempo, Yevgeny Ananyevich tuvo la oportunidad de fotografiar a Goering de cerca. Robert Capa apuntó su cámara para fotografiar a Khaldei junto a Goering, pero este se cubrió el rostro con la mano. Khaldei contó que Goering no olvidó el golpe con la porra y se cubrió el rostro deliberadamente con la palma de la mano al notar que el fotógrafo ruso quería encuadrarlo. "Así se vengó de la humillación sufrida por Khaldei", recuerda Anna Efimovna.


Izq. El fotoperiodista Yevgeny Khaldei en uniforme militar en Nuremberg con la cámara Speed ​​Graphic regalo de Robert Capa (Foto de R. Capa). Derecha, Yevgeny Khaldei y Hermann Goering durante los Juicios de Nuremberg. noviembre de 1945. Fuente de la foto:  MAMM / MDF (Foto de Robert Capa).


La capacidad de Khaldei no solo para aprovechar las circunstancias, sino también para crearlas él mismo, resultó muy útil. Durante el juicio, el fotógrafo tuvo la oportunidad de cambiar el punto de disparo: a todos los corresponsales se les prohibió circular por la sala, y todos los participantes ocuparon lugares estrictamente definidos. El lugar de Yevgeny Khaldei en la sala del Palacio de Justicia estaba alejado del banquillo de los acusados, pero el fotógrafo soñaba con fotografiar a Goering de frente. Así pues, Khaldei negoció con uno de los miembros de los servicios auxiliares de la Unión Soviética, sentado en el centro de la sala frente a los criminales de guerra, para que le cediera su lugar. El fotógrafo ocupó este lugar durante un par de horas y pudo fotografiar a Goering desde el ángulo perfecto.


Hermann Goering fotografiado por Yevgeny Khaldei (Imago ITAR-TASS), Nótese que Goering siempre está custodiado por elementos militares estadounidenses, el jefe nazi llegó a un acuerdo con los oficiales para que se pusieran junto a él durante las sesiones del juicio e impedir ser fotografiado y dibujado, lo cual no consiguió, dificultó el trabajo de los fotógrafos y dibujantes pero de todos modos existe una gran cantidad de material fotográfico y caricaturas de Goering  en el banquillo de los acusados. 


No solo los artistas soviéticos se enfocaron en Goering, aquí dos ilustraciones de la británica Laura Knight, reconocida artista oficial de guerra que recibió el encargo de asistir a los juicios de Nuremberg en 1946, trabajó directamente en la sala del tribunal.


Esta historia está rodeada de leyendas y tiene diferentes interpretaciones, pero se presenta a partir de las palabras de Anna Efimovna Khaldei, hija de Yevgeny Ananyevich. En 2017, la colección de archivo de Khaldei se reabasteció con documentos fotográficos transferidos al RGAKFD para su almacenamiento permanente por Anna Efimovna Khaldei. Se trata de 1.860.000 negativos en película. Actualmente, el archivo trabaja en la atribución y la divulgación científica de la nueva colección de documentos fotográficos del autor. Al revisar los documentos fotográficos de las nuevas adquisiciones del autor como miembro de la comisión de verificación experta del RGAKFD, me llamó la atención un documento fotográfico muy interesante.Yevgeny Khaldei con una cámara que le regaló Robert Capa (más arriba publicada). Podemos suponer que Robert Capa lo está fotografiando. Y una nota sobre la foto, hecha (presumiblemente) por Yevgeny Khaldei. Hoy en día, los documentos fotográficos creados por Evgeny Ananyevich Khaldei, incluidos los relacionados con la historia de la Gran Guerra Patria, se han introducido en la circulación científica y son muy solicitados por las estructuras estatales y públicas, así como por los ciudadanos de Rusia y del extranjero. El trabajo en esta invaluable colección continúa... ". (texto de M.A. Chertilina)


    5. Nikolai Zhukov

El artista Nikolai Zhukov trabajó en los Juicios de Nuremberg como corresponsal del periódico Pravda. Durante los 40 días que pasó en la sala del tribunal, creó alrededor de 250 dibujos de acusados, abogados defensores, jueces y testigos de la acusación soviética. Escribió que intentaba dibujar todo aquello en lo que concentraba su atención, lo más fiel posible a la realidad. Intentó capturar las expresiones faciales para captar el estado emocional de los participantes en el juicio. El artista lo logró. Los fotógrafos que también trabajaron en el juicio, pudieron apreciar la precisión y el realismo de sus gráficos. Al contrario de Zhukov, los Kukryniksy estaban encargados de crear caricaturas que siguen siendo una sátira del género artístico.


Jueces, abogados defensores y fiscales en el Tribunal Penal Internacional de Nuremberg, obras del artista Nikolai Zhukov. 1946.


Los acusados, al notar que los estaban dibujando, se cubrieron la cara con periódicos y manos. Hermann Goering solía ocultar el perfil de todos los criminales, y al verlos de frente, se daban la vuelta y se cubrían. Los artistas, sentados en la primera fila de la zona reservada para la prensa, intentaban capturar la apariencia de los acusados. Por ejemplo, Zhukov ideó una maniobra, tomaba unos binoculares sentado un poco más lejos, a unos veinte metros de distancia de los acusados, sostenía los binoculares con la mano izquierda y un lápiz con la derecha, sobre sus rodillas yacía un cuaderno en el que hacía dibujos.

Al compartir sus impresiones, Nikolai Zhukov escribió: “A mis espaldas quedan cuatro años de guerra, que viví como soldado y corresponsal de guerra. Me vi obligado a registrar todo con precisión y fiabilidad, porque mientras dibujaba, todos los horrores de aquella guerra pasaban ante mis ojos”.

“Quiero que los materiales de los Juicios de Nuremberg nunca sean olvidados por las naciones”, escribió en sus memorias. “Deben permanecer siempre como un terrible recordatorio de la plaga fascista que mató a decenas de millones de personas en el crisol de la guerra y provocó un dolor y sufrimiento insoportables a toda la humanidad”. "Cuando miré la figura del presidente del tribunal y la de los acusados", recordó Zhukov, "sentí especialmente su insignificancia, aunque no vestían uniformes de prisión, sino traje y corbata. La imagen exacta de los criminales fascistas era la esencia de sus características más viles y negativas". El artista creía que cualquier caricatura sería excesiva y se alejaría de la verdad expresiva.

Zhukov no se limitó a esbozar las sesiones del juicio. Se interesó por el trabajo de los corresponsales, el grupo de traducción simultánea, que se utilizó y perfeccionó por primera vez en los juicios, la arquitectura del Palacio de Justicia y el mobiliario antiguo, el comportamiento de los guardias estadounidenses y escenas en los pasillos, la forma en que los representantes soviéticos prueban la Coca-Cola, desconocida para ellos. El talentoso lápiz del artista nos dejó numerosos detalles de este singular acontecimiento. En Nuremberg, Zhukov entabló una estrecha amistad con Boris Polevoy y posteriormente ilustró su "Historia de un hombre real".

“La guerra me arrebató la felicidad de mi amado trabajo y la superación personal, me sumió en un mundo de horrores y desgracias humanas. (…) Cientos de veces estuve bajo fuego de mortero y artillería, bajo una lluvia de ametralladoras y brutales bombardeos enemigos. Y si me hubieran dicho entonces que estaría entre los corresponsales del periódico Pravda en los Juicios de Nuremberg en 1946 (…) me habría costado creerlo”.

Nikolai Zhukov tras regresar a Moscú, enfermó y pasó un largo tiempo recuperándose; así de difícil y agotador fue para él abordar el tema de los crímenes, el genocidio y la agresión militar. “No quería quedarme allí (en Nuremberg) ni un día más”, explicó. “Sin embargo, ahora, al revisar toda mi serie de dibujos, llego a la conclusión de que podría haber trabajado aún más y haberlo logrado mejor. Pero esto, al parecer, siempre le pasa a todo el mundo”.

Los recuerdos de los juicios de Nuremberg nunca abandonaron a Zhukov. Su serie principal dedicada al juicio, "Sombras del Pasado", concebida en el tribunal, o como la llaman los historiadores del arte, "La Colección Negra", a pesar de su considerable valor artístico e histórico, nunca se había exhibido ni publicado. Los retratos de los principales criminales nazis de esta serie no aparecieron hasta 1971, poco antes de su muerte. Puede considerarse el último testamento de un soldado de primera línea, un artista y un hombre.



El artista Nikolai Zhukov, retrató a los reos de Nuremberg en 1946. Aquí una parte de los acusados.


Apoyándose en la memoria y guiado por sus propios bocetos, Zhukov dibujó grandes retratos de veintiún acusados ​​en papel negro con pastel blanco (en la serie "Sombras del pasado"), así como dos escenas que representan vívidamente el curso del juicio.

Las imágenes están imbuidas de un profundo simbolismo. Cada acusado es como si un foco lo hubiera sacado de la oscuridad, permitiéndonos ver no solo su apariencia externa, sino también su mundo interior. "Los criminales fascistas tenían una apariencia tal que su imagen exacta era la esencia de sus características, las más viles y negativas, por lo que cualquier caricatura sería un exceso y una desviación de la verdad expresiva", señaló el artista. Las obras de Zhukov están realizadas de forma realista. “No sé, quizá me consideren parcial”, explicó, “pero estoy convencido de que un dibujo veraz y realista debería ser incluso más expresivo que una caricatura, porque una caricatura es un uso hiperbólico de los defectos físicos, llevándolos al ridículo. Nunca se sabe cuánta verdad y metamorfosis creativa hay en esto”. (Texto de Irina Komel)


La defensa de los acusados, de la serie "Sombras del pasado" 

Aviso de copyright ® Las obras de Nicolay Zhukov, retratos y otras imágenes son piezas de las colecciones del Museo Ecológico e Histórico de Volgodonsk. Al copiar información e imágenes, se requiere un enlace al sitio web del Museo Ecológico e Histórico de Volgodonsk, Institución Cultural Presupuestaria del Estado de la Región de Rostov. El derecho de publicación solo se otorga con la autorización oficial de la administración del Museo Ecológico e Histórico de Volgodonsk.


Fuentes de consulta para este artículo

Kukryniksy en los juicios de Nuremberg  por Larisa Efremovna Kolesnikova. investigadora principal del Museo Estatal de V.V. Mayakovski, crítica literaria Honoraria de la Cultura de la Federación Rusa. La autora cita el trabajo de N.A. Sokolov, “Bocetos de memoria”. Moscú, Iskusstvo, Publ., 1984. P. 92.

01 diciembre 2025

Los Juicios de Nuremberg no habrían tenido lugar sin intérpretes



Serie especial conmemorativa de los 80 años de los Juicios de Nuremberg (3)

Segunda entrega


Con motivo de conmemorarse 80 años de la celebración de los juicios de Nuremberg y como algo diferente de lo usual se ha seleccionado el siguiente estudio tomado del magnífico trabajo ruso: El proyecto "Nuremberg. El comienzo del mundo" que cuenta con decenas de excelentes artículos desarrollados desde el ámbito histórico y jurídico. El material gráfico es añadido por el editor de este blog. 

Iniciemos con un resumen del tema.

Se celebraron 403 sesiones judiciales. El juicio se desarrolló simultáneamente en cuatro idiomas. se interrogó a 116 testigos. Se examinaron más de 5.000 pruebas documentales.  Todo lo dicho en el tribunal se taquigrafió, al día siguiente tanto la fiscalía como los abogados defensores recibían las transcripciones. Solo el texto en ruso de la transcripción del juicio comprende 39 volúmenes o 20.228 páginas. Todas las sesiones fueron públicas. 

La bibliografía sobre intérpretes y traducciones en el proceso de Nuremberg abarca una extensa lista de fuentes que incluye artículos, libros y videos de diversos autores y expertos. Se debe mencionar a organizaciones como AIIC (Asociación Internacional de Intérpretes de Conferencia y APTIJ (Asociación Profesional de Traductores e Intérpretes Judiciales y Jurados) que abordan la interpretación judicial y los estudios sobre interpretación simultánea y su evolución, sin dejar de destacar los testimonios de intérpretes.

- Los Juicios de Nuremberg son un hito histórico en la justicia internacional tras la segunda guerra mundial al juzgar a líderes nazis por crímenes contra la humanidad. El proceso se llevó a cabo entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946.

- La importancia de la interpretación simultánea fue crucial para el desarrollo de los juicios, solo ello permitió una comunicación efectiva entre diversas nacionalidades, utilizándose cuatro idiomas oficiales: inglés, francés, alemán y ruso.

- Por primera vez se implementó, en un juicio de esta magnitud, la interpretación simultánea (traducción). Sin la interpretación simultánea los juicios habrían sido mucho más prolongados y complicados y hasta ese entonces era una técnica poco desarrollada.

- El artículo 16 del estatuto del tribunal garantizaba que los acusados fueran entendidos en su lengua, por lo que era fundamental que se requiriera intérpretes con conocimientos en derecho y vocabulario técnico.

- La mayoría de los intérpretes solo tenían formación en interpretación consecutiva. Muchos intérpretes carecían de experiencia previa, pero fueron seleccionados de manera rigurosa.

- Las condiciones de trabajo durante los juicios eran rudimentarias y presentaban varios desafíos para los intérpretes. Los intérpretes debían hablar en voz baja para no interferir con sus compañeros.

- La división del trabajo se organizó en cuatro cabinas con equipos de intérpretes. Se establecieron tres equipos de doce intérpretes, trabajando en turnos de 45 minutos. Cada intérprete trabajaba aproximadamente tres horas diarias, pero estas eran más agotadoras que un día normal de oficina.

- Las cabinas eran pequeñas, incómodas, mal aisladas y con mala insonorización, es decir, condiciones acústicas deficientes, lo que dificultaba la concentración. Se utilizó un sistema de micrófonos que a menudo fallaba, dificultando la interpretación. En general, los auriculares y micrófonos eran primitivos y poco cómodos, afectando la calidad del trabajo. Sobre la marcha, se hicieron mejoras significativas en el equipo.

- Algunos intérpretes se sintieron presionados por los acusados, quienes intentaron manipular la interpretación para beneficiarse en sus defensas. Goering, en particular, utilizó tácticas para cuestionar la precisión de las traducciones y ganar tiempo, solía quejarse de la lentitud de las traducciones, pero era eso lo que le permitía pensar sus respuestas. Goering intentó sembrar desconfianza en el trabajo de los intérpretes, lo que generó quejas hacia ellos. La presión sobre los intérpretes aumentó debido a las críticas de los medios sobre la calidad de las traducciones.

- Los intérpretes enfrentaron una carga emocional debido a la naturaleza de los testimonios, esas emociones afectaron sus decisiones y estrategias de interpretación que pudieron impactar en la calidad de la interpretación. La presión emocional se tradujo en dificultades para traducir fielmente ciertos testimonios.

- Varios intérpretes tenían experiencias traumáticas relacionadas con la guerra, lo que influía en su trabajo. Algunos colapsaron emocionalmente durante el juicio, incapaces de manejar el contenido desgarrador. La experiencia de los intérpretes judíos fue particularmente intensa, ya que muchos habían perdido familiares en la guerra y campos de exterminio.

- Por lo mismo, la figura del monitor fue crucial para asegurar la calidad de la interpretación y la comunicación entre intérpretes y el tribunal. La imparcialidad y neutralidad fueron esenciales, no fueron pocos los intérpretes que tuvieron que ser reemplazados ante su colapso emocional.


        Archivos Nacionales, College Park, MD.


A pesar de esos obstáculos:

Los intérpretes demostraron un alto nivel de profesionalidad aun a falta de formación específica, solo el 5% de los intérpretes examinados tenía experiencia previa adecuada para el trabajo. La mayoría no tenía formación formal en interpretación, pero poseían un gran conocimiento cultural y lingüístico, muchos de ellos eran multilingües con experiencias personales durante la guerra.

En general, los intérpretes demostraron valentía y profesionalismo en un momento histórico crítico, no permitieron que sus sentimientos afectaran la interpretación. Incluso algunos intérpretes tuvieron que corregir a los jueces en cuestiones culturales.

Un documento valioso de consulta recomendada es “La Interpretación simultánea y los juicios de Nuremberg”, de Carmen Suárez Arellano, Universidad de Alcalá, septiembre 2014. Puede ser consultado en PDF en las notas a pie de página.

Buena lectura.

"Los Juicios de Nuremberg no habrían tenido lugar sin intérpretes" 

por Elena Kalashnikova

Nuremberg.media


Cómo el juicio nazi creó un idioma común para todos los países del mundo

 

Sala del Tribunal Militar Internacional, foto Raymond D'Addario, Ejército de EE. UU. 
 

El 20 de noviembre de 1945 se celebró en la Sala N° 600 del Palacio de Justicia la primera sesión del Tribunal Militar Internacional. Esta fecha marca el nacimiento de la moderna interpretación simultánea de conferencias.

Previamente: El acta de rendición incondicional de las fuerzas armadas alemanas se firmó el 7 de mayo de 1945 en Reims, Francia, y la firma del acta final tuvo lugar al día siguiente en Karlshorst, un suburbio berlinés. Del 26 de junio al 8 de agosto de 1945, en Londres, cuatro potencias aliadas -la URSS, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia- adoptaron el Acuerdo sobre la organización del Tribunal Militar Internacional. Nuremberg fue elegida como sede del juicio de los principales criminales nazis. Los organizadores se plantearon la siguiente pregunta: ¿cómo garantizar el entendimiento mutuo entre todos los participantes?

En el Tribunal de Nuremberg, todo era nuevo, incluyendo el debut de la interpretación simultánea internacional. La nueva práctica de la interpretación se inventó e implementó precisamente en el Tribunal: la interpretación simultánea era necesaria para el nuevo mundo. Países y pueblos lograron un acuerdo total: los intérpretes, quienes asumieron quizás la mayor responsabilidad, nunca antes ni después habían hecho algo similar, crearon un espacio único para el diálogo. Los intérpretes simultáneos soviéticos lo pasaron especialmente mal, pero superaron la prueba honorablemente. En aquel entonces, para la mayoría solo existía la traducción escrita y oral.

Técnicos y otros especialistas se dieron cuenta de que la interpretación consecutiva, muy extendida en aquel entonces en las conferencias internacionales, retrasaría el proceso, los estadounidenses sugirieron el uso de la interpretación simultánea. La dificultad es que se produce simultáneamente con la percepción del discurso del orador, mientras que en la interpretación consecutiva el intérprete habla durante las pausas del discurso del orador. En ese entonces, la interpretación simultánea se utilizaba en la práctica internacional, pero solo en la lectura simultánea de un texto previamente traducido o en la traducción consecutiva de un discurso a diferentes idiomas por varios intérpretes simultáneamente.


Parte de los equipos de traductores e intérpretes para los juicios de Nuremberg. Imagen vía Flickr


El equipo de asistentes estadounidenses decidió que, en los Juicios de Nuremberg, los intérpretes simultáneos interpretarían en una sola dirección, a su lengua materna, para evitar el doble estrés psicológico. El siguiente paso: ¿dónde encontrar a estas personas?

Solo el intérprete principal de la delegación francesa, André Kaminker, tenía experiencia en interpretación simultánea de la Escuela de Intérpretes e Intérpretes Simultáneos de Ginebra, fundada en 1941, aún no se había graduado. La selección de candidatos se llevó a cabo en dos etapas.

Los traductores estadounidenses se presentaron en el Pentágono para una prueba de evaluación de sus habilidades de traducción oral y escrita, conocimiento de la terminología militar y legal, y un alto nivel cultural general. Aquellos que superaron las pruebas fueron enviados a Nuremberg para una entrevista con el traductor principal de la delegación estadounidense, Richard Sonnenfeldt.

A finales de octubre de 1945, el coronel Leon Dostert, nombrado jefe del departamento de traducción, y su equipo llegaron a Alemania para supervisar la preparación del equipo de traducción de IBM y continuar la búsqueda de traductores en Europa. Se encontraron futuros intérpretes en Suiza (en su mayoría graduados de la Escuela de Intérpretes de Ginebra), Bélgica, los Países Bajos y otros países cuyos ciudadanos suelen hablar varios idiomas con fluidez. Sin embargo, un mes antes del inicio del juicio, la cuestión de los intérpretes cualificados no se había resuelto. La delegación francesa prometió enviar a sus intérpretes a Nuremberg el 7 u 8 de noviembre, y el juez Lawrence anunció que el equipo británico de intérpretes llegaría a la ciudad el 7 de noviembre.


Izq. Soldados del ejército estadounidense trabajando con grandes cantidades de documentos/pruebas para los juicios de Nuremberg 1945. Derecha, los intérpretes soviéticos también tenían mucho papeleo. Yevgeny Khaldei, Archivo Estatal Ruso de Cine y Fotografía


“La delegación soviética llegó a Nuremberg sin intérpretes, estaban convencidos de que desde la zona estadounidense se encargarían no solo de la solución de todos los problemas económicos y técnicos de los juicios de Nuremberg, sino también de la traducción a cuatro idiomas: inglés, alemán, ruso y francés. Cuando quedó claro que la traducción simultánea en la sala del tribunal solo estaba permitida en la lengua materna del intérprete y que, en consecuencia, la traducción al ruso desde el inglés, el alemán y el francés debía ser realizada por intérpretes simultáneos soviéticos, se informó de ello a Moscú, y allí comenzaron una búsqueda frenética de intérpretes de los otros tres idiomas oficiales del juicio al ruso. En aquel momento, esto resultó ser un asunto bastante complicado. Por eso, la búsqueda de intérpretes se confió a... la NKVD-KGB, que debía completar la tarea prácticamente de la noche a la mañana”. Los empleados bien capacitados de este departamento completaron la tarea dentro de las 24 horas y los intérpretes fueron inmediatamente enviados antes del inicio del juicio. Un segundo grupo, estaba de prisa en camino desde Berlín en enero de 1946, al parecer, no había suficientes traductores en el primer grupo.

Los traductores soviéticos llegaron a Nuremberg desde el cuartel general del Ejército Rojo en Karlshorst o a través de la Sociedad Paneuropea para las Relaciones Culturales con el Extranjero (VOKS). Tenían diferentes formaciones. Las pruebas realizadas a los candidatos demostraron repetidamente que la formación lingüística superior no garantizaba la capacidad de traducir simultáneamente. Además de traductores jurados, en el equipo trabajaban profesores, abogados y militares de carrera. Entre quienes tradujeron del ruso en el juicio también había descendientes de emigrantes, muchos de ellos conocían dos o tres idiomas desde la infancia.


Intérpretes, traductores y fiscales soviéticos en su trabajo conjunto durante los juicios de Nuremberg


Los estadounidenses que encabezaban el grupo de traductores realizaron una prueba a los nuevos traductores. Se leyó un texto en alemán por un micrófono desde el público, que debía traducirse a los demás idiomas de trabajo (ruso, francés e inglés).

Algunos intérpretes tenían otras tareas. Muchos intérpretes simultáneos trabajaron inicialmente en el servicio de traducción, y solo después de semanas o meses fueron transferidos al "acuario". Pero también ocurrió lo contrario: quienes habían estado en campos nazis o eran hijos de estas personas no pudieron soportar el estrés psicológico y acudieron al servicio de traducción. Así, una graduada de la escuela de Ginebra, judía, demostró excelentes habilidades para la traducción simultánea durante las pruebas, pero en el "acuario" no pudo pronunciar palabra. Le dijo al intérprete superior que no podía trabajar al ver a los responsables de la muerte de sus seres queridos.

El trabajo de los intérpretes simultáneos se remuneraba de forma diferente: quienes trabajaban para los estadounidenses recibían la mayor cantidad. Nada menos que 640 intérpretes trabajaron para el lado estadounidense y unos 40 para el lado soviético.

La vida en un "acuario"


“El acuario” (también conocido como la pecera) diseñado para los equipos de intérpretes en los juicios de Nuremberg. Allí se llevaba a cabo simultáneamente la traducción a cuatro idiomas que requerían las habilidades de tres intérpretes por cada idioma.


Los intérpretes simultáneos trabajaban en el "acuario" o “pecera” como les decían en broma. ¿A qué se debe su nombre? Las cabinas contaban con mamparas bajas de cristal en tres de sus lados y una parte superior abierta (hoy en día, la insonorización es un requisito indispensable para el trabajo de un intérprete simultáneo). El "acuario" estaba ubicado al fondo de la sala del tribunal, junto a los banquillos, y constaba de cuatro cabinas para tres personas (inglés, ruso, alemán y francés). Cada una contaba con tres intérpretes, cada una con auriculares y un micrófono de mano.

También se proporcionaron auriculares a todos los presentes en la sala para escuchar el discurso del orador y su traducción a los idiomas oficiales del proceso. El sistema contaba con cinco canales: el primero para el discurso original, el segundo para el inglés, el tercero para el ruso, el cuarto para el francés y el quinto para el alemán. Los auriculares de los intérpretes estaban sintonizados únicamente en el primer canal.


           Archivos Nacionales, College Park, MD.


La empresa estadounidense IBM suministró gratuitamente el equipo más moderno: el sistema modernizado “Hushaphone”, mientras que el gobierno estadounidense pagó el envío y la instalación.

El 20 de noviembre de 1945, a las 09:30 hora local, los fiscales y abogados ocuparon sus puestos, y 12 intérpretes simultáneos ocuparon el "acuario". A las 09:45, soldados de la policía militar estadounidense hicieron entrar a 20 acusados, quienes se sentaron bancos dispuestos en dos filas. A las 10:00, el alguacil dijo: "¡Atención! ¡De pie! ¡El tribunal está en sesión!". Los jueces subieron al podio y se inauguró la sesión. Los intérpretes se encuentran entre los protagonistas de los Juicios de Núremberg. Desde el primer día, sus vidas estuvieron sujetas a un estricto programa elaborado por Doster y sus asistentes.


Dos fotografías que destacan lo junto que se encontraba el "acuario" de los intérpretes y el banquillo de los acusados. Arriba en el lugar designado para los oficiales monitores se aprecia al Crnl. Leon Dostert, detrás E. Peter Uiberall y Joachim von Zastrow. Archivos Nacionales de EE.UU., College Park,MD,  - La fotografía inferior ha sido tomada de Hulton Archive, Getty Image


En el departamento de traducción había 5 grupos: 

1) intérpretes simultáneos (36 personas), 
2) intérpretes consecutivos (12 intérpretes de otros idiomas), 
3) traductores escritos (8 secciones de 20-25 personas; 15-18 traductores prepararon traducciones "en bruto", 8 las editaron; 10 mecanógrafos fueron asignados a cada sección),  
4) taquígrafos (12 por cada idioma),  
5) editores de transcripciones (más de cien traductores editaron transcripciones y las compararon con grabaciones de audio).

El número de intérpretes se mantuvo constante durante todo el proceso. Los equipos "A", "B" y "C" (12 intérpretes cada uno) trabajaron por turnos. Por la mañana, el equipo "A" trabajó 85 minutos en el "acuario": tres intérpretes se sentaron en la cabina, cada uno con un idioma de trabajo asignado. Uno interpretó y dos esperaron su turno. En cuanto se escuchó otro idioma, el primer intérprete le pasó el micrófono a su compañero.


Izq. La intérprete soviética Tatyana Ruzskaya (Dominio público) - Derecha, la intérprete Margot Bortlin traduce del ingles al alemán (Dominio público, vía Wikimedia Commons)



En ese momento, los intérpretes simultáneos del Equipo B seguían el proceso con auriculares en la sala N° 606, junto a la sala del tribunal. Estaban preparados para sustituir a sus colegas en la sala si no podían continuar trabajando o cometían errores graves de traducción. Los intérpretes del Equipo B elaboraron glosarios basándose en la traducción simultánea de sus colegas del Equipo A. Así se desarrolló un glosario terminológico único y se garantizó un estilo de traducción uniforme.

La fiscalía utilizó numerosos documentos en alemán como prueba. Los traductores prepararon sus traducciones para que los intérpretes tuvieran los nombres y números propios necesarios; el supervisor de turno entregó estos materiales antes del inicio de la audiencia. Sin embargo, los traductores no siempre tenían tiempo, y entonces los intérpretes recibían copias en alemán para su traducción a primera vista.

Tras 85 minutos de sesión, los equipos cambiaron: el "A" se dirigió a la sala 606 y el "B" al "Acuario". A las 13:00, el presidente del tribunal anunció un receso de una hora, tras el cual ambos equipos continuaron trabajando de la misma manera. El equipo "C" descansó ese día. En los días libres del "Acuario", los intérpretes del "C" revisaron las transcripciones y asistieron a los intérpretes escritos y orales en las reuniones a puerta cerrada del MVT.


Izq. Mesa de intérpretes en inglés,detrás mesa de intérpretes en francés, a su izquierda el oficial monitor  o jefe de turno de los intérpretes. A la derecha, visión general de los intérpretes en el Tribunal Militar (foto de Raymond D'Addario, Ejército de EE. UU)


Entre la cabina de inglés y la mesa del alguacil se encontraba el jefe de turno de los intérpretes. Sus funciones incluían garantizar el funcionamiento del equipo de interpretación y supervisar la calidad de la traducción. También era el intermediario entre los jueces y los intérpretes simultáneos. Frente a él había dos botones: uno amarillo y otro rojo. El amarillo indicaba al presidente que el orador debía hablar más despacio: el intérprete no seguía el ritmo o le pedía que repitiera lo que se decía (la velocidad óptima para la interpretación simultánea en aquel momento era de 60 palabras por minuto); el rojo informaba de un problema: un ataque de tos del intérprete o una avería del equipo.

Cada uno de los tres equipos trabajaba en la "pecera" un promedio de tres horas diarias, cuatro días a la semana. El tribunal sesionaba todos los días, excepto los domingos, de diez de la mañana a cinco de la tarde, con una hora de descanso para almorzar. Este horario se mantuvo sin cambios después del 18 de abril de 1946, cuando el coronel Leon Dostert fue reemplazado como jefe del departamento de traducción por el capitán Alfred Steer.



El inglés, el francés, el ruso y el alemán fueron los idiomas oficiales de los juicios de Nuremberg. Los intérpretes proporcionaron traducciones simultáneas de las actas. Aquí se muestra la centralita con los cables que transmiten la traducción a los participantes en el juicio. El dispositivo de interpretación en la sala, la grabación en disco y película se controla mediante este panel. (Nuremberg-Alemania, noviembre de 1945. Rf.1911-45 Archivos Nacionales EEUU)



Traducción simultánea de emociones

La mayoría de los intérpretes que trabajaron en el juicio tenían menos de treinta años y el más joven de ellos tenía dieciocho.

Palabras indecentes

Algunos intérpretes se negaron a traducir declaraciones que consideraban indecentes o intentaron suavizarlas. Por ejemplo, un testigo de la defensa habló sobre las condiciones de los prisioneros en un campo de trabajo, que supuestamente contaba con una biblioteca, una piscina y un burdel. La joven intérprete estadounidense que tradujo el testimonio de este testigo al inglés titubeó en su última palabra y guardó silencio. El juez presidente Lawrence intervino con la pregunta: "¿Y qué tenían allí?". En ese momento, se escuchó la voz masculina del jefe de turno de los intérpretes: "¡UN BURDEL, Su Señoría!". También hubo casos en los que los intérpretes simultáneos emplearon eufemismos. Al traducir el testimonio de un guardia de un campo de concentración, el intérprete tradujo las palabras "podías orinar sobre los judíos" por "podías ignorar a los judíos". En ambos casos, los intérpretes fueron reemplazados porque, en opinión de Alfred Steer, distorsionaron gravemente el testimonio.

Bajo gran estrés psicológico, los intérpretes a veces cometían errores. Una joven intérprete soviética, por ejemplo, estaba traduciendo el testimonio de Goering y no entendió la expresión "política del Caballo de Troya". Al tropezar, no pudo seguir traduciendo, y el juez presidente se vio obligado a suspender la sesión.


Izq. Los traductores utilizando una máquina IBM durante una sesión del Tribunal Militar Internacional (foto Museo del Holocausto)  - Derecha, Robert H. Jackson actuando como fiscal jefe de los Estados Unidos en la sesión inaugural del 20 de noviembre de 1945.


Los acusados ​​solían comenzar sus respuestas con la palabra "Ja" ("sí"), que, traducida literalmente, podía equivaler a una admisión de culpabilidad. El fiscal, por ejemplo, preguntaba: "¿Se dio cuenta en ese momento de que sus actos eran de naturaleza delictiva?", a lo que el acusado respondía: "Ja...". Pero en este caso, "Ja" era un relleno para la pausa que el acusado necesitaba para reflexionar. Peter Überall instruyó a los intérpretes que prestaran especial atención a esta palabra alemana y que no la tradujeran como una respuesta afirmativa hasta estar completamente convencidos de que el acusado realmente estaba expresando su acuerdo con la afirmación del fiscal.

De lo contrario, por su culpa, alguien podría ser declarado culpable de algo que no hizo y ahorcado. Al fin y al cabo, en cuanto la palabra «sí» se registra en el protocolo, quien la pronunció se considera condenado.


¿Cómo trataban los acusados ​​a los intérpretes?

Algunos, como Goering y Rosenberg, los criticaban con frecuencia. Otros, por el contrario, sentían un gran respeto por su labor e intentaban ayudarlos. Antes del juicio, durante conversaciones con el psicólogo militar estadounidense Leon Goldensohn, el prisionero Hans Frank se dirigía a Trieste, el intérprete de Goldensohn, como "Señor Intérprete". Albert Speer escribió en sus memorias: "Sin embargo, en la sala solo veíamos rostros hostiles y nos encontrábamos con dogmas gélidos. La excepción era la cabina de los intérpretes simultáneos. Desde allí, uno podía esperar una reverencia amistosa". Hans Fritzsche incluso escribió "Recomendaciones para los oradores" durante el juicio, que distribuyó a todos los acusados. Por ejemplo, aconsejaba construir oraciones de forma que el verbo semántico estuviera más cerca del principio, lo que facilitaba considerablemente el trabajo de los intérpretes. Hjalmar Schacht y Speer ayudaban a menudo a los intérpretes sugiriendo equivalentes de palabras y expresiones alemanas difíciles.


Acusados ​​alemanes en Nuremberg, sesión del 23 de noviembre de 1945 (Archivos Nacionales EEUU)

Hermann Goering, el más buscado por la prensa, fotografiado utilizando los auriculares de traducción simultánea.  


El escritor Arkady Poltorak, quien encabezó la secretaría de la delegación soviética en el juicio, rindió un homenaje especial a los traductores soviéticos en su libro “Epílogo de Núremberg”:

Junto al banquillo de los acusados ​​había cuatro cabinas de cristal. En ellas se ubicaban tres traductores. Cada grupo traducía de tres idiomas a su lengua materna, el cuarto. Por consiguiente, el equipo de traducción de la delegación soviética incluía especialistas en inglés, francés y alemán, y todos ellos traducían al ruso. Por ejemplo, uno de los abogados defensores habla (en alemán, por supuesto); el micrófono está en manos de Zhenya Hoffman. El juez presidente interrumpe repentinamente al abogado con una pregunta. Zhenya le pasa el micrófono a Tanya Ruzskaya. La pregunta de Lord Lawrence es traducida. Ahora el abogado defensor debe responder, y el micrófono vuelve a manos de Hoffman...

Pero el trabajo de nuestro "cuerpo de traducción" no se limitó a esto. La transcripción de la traducción tuvo que ser cuidadosamente editada, comparándola con las grabaciones, donde el ruso se alternaba con el inglés, el francés y el alemán. Además, era necesario traducir diariamente una gran cantidad de documentos en alemán, inglés y francés que la delegación soviética recibía.

Sí, había mucho que hacer, y agradecí al destino que nuestros traductores no solo estuvieran suficientemente cualificados (la mayoría con formación lingüística especializada), sino, no menos importante, fueran jóvenes y físicamente fuertes. Esto les ayudó a soportar una carga de trabajo tan considerable. Hoy, mientras escribo estas líneas, quisiera recordar con cariño a Nelly Topuridze y Tamara Nazarova, Sergei Dorofeev y Masha Soboleva, Liza Stenina y Tanya Stupnikova, Valya Valitskaya y Lena Voitova. Su trabajo concienzudo y cualificado fue fundamental para el éxito de los Juicios de Nuremberg. Muchos historiadores, economistas, filósofos y abogados soviéticos, que tienen la oportunidad de acceder a los valiosos archivos de los Juicios de Nuremberg en su lengua materna, les están profundamente agradecidos. (…) No puedo dejar de mencionar aquí a Tamara Solovieva e Inna Kulakovskaya, Kostya Tsurinov y Tanya Ruzskaya. Tras graduarse en el Instituto de Historia, Filosofía y Literatura de Moscú, cada uno de ellos trabajó durante varios años en la Sociedad Paneuropea para las Relaciones Culturales con el Extranjero. Nos enorgullecía constatar su gran desarrollo en comparación con los traductores de otros países. Cuando la transcripción final corregida llevaba la firma de Kulakovskaya o Solovieva, cabía esperar que un futuro historiador que estudiara el archivo de Nuremberg no tuviera motivos para quejarse. Además, con experiencia en la comunicación con figuras culturales extranjeras, éstos camaradas nuestros ayudaron constantemente a los trabajadores de la delegación soviética a encontrar un lenguaje común con sus colegas estadounidenses, ingleses y franceses.


Izq. Betty Stark, secretaria del coronel Telford Taylor, del personal ejecutivo estadounidense en los juicios, operando el dial de intérpretes (foto Bettmann Archive Getty Images) Derecha, Tatiana Stupnikova, traductora soviética en los juicios de Nuremberg (Dominio público)


Contábamos con muchos menos intérpretes que las delegaciones de otros países. Y quizás incluso tenían más trabajo que nuestros socios en el tribunal. Y aquí todos tuvimos la oportunidad de comprobar en la práctica cuál era la nueva actitud soviética hacia el trabajo. El príncipe Vasilchikov, que estaba al servicio de los estadounidenses, preguntó a nuestros intérpretes simultáneos con desconcierto:

- Escuchen, señores, ¿por qué siguen traduciendo documentos? No les pagan por ello.

Los intérpretes simultáneos, que dedicaban gran parte de su energía a sus tareas directas, se vieron efectivamente liberados de cualquier otra traducción. Sin embargo, Kostya Tsurinov, Tamara Solovieva, Inna Kulakovskaya y Tanya Ruzskaya no pudieron permanecer indiferentes cuando sus compañeras -las «documentalistas» Tamara Nazarova o Lena Voitova- se desplomaban bajo el peso de su trabajo.

Nuestra regla no escrita de ayuda mutua entre camaradas también se demostró claramente de otra manera. Como ya he mencionado, siempre había tres personas sentadas en las cabinas de interpretación de cada país. Los discursos de los oradores del tribunal a veces duraban una hora o más. En tales casos, el intérprete del idioma correspondiente trabajaba con la máxima tensión, y los otros dos podían escuchar, por así decirlo, con la suficiente atención, para no perderse ni un solo comentario en "su" idioma. Los intérpretes estadounidenses, ingleses y franceses en tales situaciones solían leer algún libro interesante o simplemente relajarse. Nuestros chicos casi siempre escuchaban juntos al orador y ayudaban a su compañero intérprete en la medida de sus posibilidades.

Durante la traducción simultánea, incluso el traductor más experimentado inevitablemente va a la zaga del orador. Mientras traduce el final de una frase recién pronunciada, ya está escuchando y recordando el principio de la siguiente. Si el discurso incluye una larga lista de nombres, títulos y números, surgen dificultades adicionales. Y aquí los compañeros de turno de nuestros traductores siempre acudían al rescate. Solían anotar todos los números y nombres en una hoja de papel que estaba frente al traductor, y este, al llegar al lugar correcto, leía las notas sin forzar demasiado la memoria. Esto no solo evitaba errores, sino que también aseguraba la total coherencia de la traducción.

Para ser justos, no puedo evitar notar que esta forma de ayuda mutua entre camaraderías pronto se generalizó entre los traductores de otras delegaciones. Aquí está, aunque pequeño, ¡pero aun así un triunfo de nuestra moralidad!


Sección destinada a los periodistas acreditados, también utilizando el sistema de traducción simultánea. Fotos de la colección Arthur Bondar. 


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Fuente principal de consulta: 


Otras lecturas recomendadas: 




La Interpretación simultánea y los juicios de Núremberg . Carmen Suárez Arellano, Universidad de Alcalá, septiembre 2014 ARCHIVO PDF

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