La Moneda Militar Aliada -AMC-
Con el desembarco Aliado en Normandía también desembarcó la "Allied Military currency" (AMC) (Moneda Militar Aliada). Los anglo-estadounidenses no pretendían solo liberar Francia de los nazis, planificaron sustituir la ocupación alemana por el Allied Military Government for Occupied Territories (AMGOT), en cristiano, el Gobierno Militar Aliado de los Territorios Ocupados, más tarde simplemente AMG (Gobierno Militar Aliado) y, solo para Alemania se creó el Consejo de Control Aliado debido a sus cuatro zonas de ocupación (soviética, estadounidense, británica y francesa).
En definitiva, la Moneda Militar Aliada se constituyó en la moneda emitida por las potencias aliadas durante la segunda guerra mundial para las fuerzas aliadas que ingresaban a países liberados o recientemente ocupados, como objetivo de control monetario para proteger las economías locales de la inflación o el debilitamiento de su moneda.
Se emitieron cinco tipos de moneda: Moneda militar aliada alemana (marco); Moneda militar aliada de Austria (chelín); Moneda militar aliada francesa (franco); Moneda militar aliada italiana (lira); Moneda militar aliada japonesa (yen A y yen B): utilizada en Corea, fue emitida para su uso en Japón, pero luego desmonetizada allí antes de que pudiera usarse.
AMC Italia, 100 liras, 1943 - AMC Austria, 1 schilling, 1944
10 Yen (B)
Toda la producción se llevó a cabo en secreto, el esfuerzo de impresión para cada país recibió su propio nombre en clave. La mayoría del papel moneda se imprimió en la Oficina de Grabado e Impresión de los Estados Unidos, pero otra cantidad se emitió en la Unión Soviética y otra por el Ministerio de Finanzas de Japón. En el caso soviético -a su insistencia- se le permitió imprimir billetes para su uso en parte de Alemania; al poder imprimir sus propias notas la URSS ignoró las recomendaciones, emitiendo un gran número de marcos militares (AMM) para sus tropas, una indiscriminada impresión causó problemas de inflación en la Alemania ocupada.
Concretamente, "a los soldados que servían en el extranjero se les pagaba en moneda local en lugar de en su moneda "nacional". La mayor parte del dinero en efectivo que retiraban los soldados iba directamente a la economía local, y en una economía dañada los efectos de una moneda fuerte como el dólar circulando libremente junto con monedas locales más débiles podrían ser muy problemáticos, con el riesgo de una inflación severa.
También había otros problemas. Una vez que los dólares circulaban en una región en guerra, el bando contrario podía utilizar libremente sus propias reservas de dólares como moneda o adquirir reservas para utilizarlas en otros lugares. El alto poder adquisitivo del dólar y su fácil transferencia a los Estados Unidos también suponían un incentivo significativo para el mercado negro. Si bien el uso de monedas locales era eficaz cuando se proporcionaban en cooperación con las autoridades locales, resultaba poco práctico en zonas de combate donde el gobierno podía ser hostil, deliberadamente ambivalente o simplemente inexistente. En esos casos, las autoridades militares emitían una "moneda militar" especial, que se pagaba a los soldados a un tipo de cambio fijo y que los comandantes locales simplemente declaraban de curso legal en las zonas ocupadas". (Control de divisas por parte del ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial: fundamento del fracaso. Rundell, Walter, Pacific Historical Review Nº 30 (1961).
Moneda Militar Aliada -AMC- Francia 1944
El desembarco en Normandía no significaba liberar a Francia, ni que los propios franceses libres tomen decisiones democráticas en la posguerra, los estadounidenses temían que los franceses pudieran experimentar con ciertos estilos de socialismo, al estilo del “Frente Popular” en la década de 1930. Estados Unidos decidió que la Francia “liberada”, a más de otros países europeos, serían gobernados (pongámosle suave, administrados) provisionalmente a través de un gobierno militar de control: AMGOT, y eso se implementó inicialmente en Italia mediante la supervisión de un acuerdo de transición con el fascismo, pero sin Mussolini; la primera instancia de este modelo interaliado de gobierno de territorio ocupado se manifestó en Sicilia después de la Operación Husky en agosto de 1943.
El mismo plan quiso establecerse en Francia, con los restos del gobierno de Vichy después de su liberación. El presidente Roosevelt quería un AMGOT en la Francia de Vichy, pero hubo oposición firme a su imposición en el norte de África francés de Vichy.
"Con respecto a Francia, la idea de convertir el país en un protectorado estadounidense de facto aún no se había implementado en el momento del desembarco". En agosto de 1944, el levantamiento de la Resistencia parisina predominantemente comunista pretendía establecer un gobierno francés independiente de los libertadores “anglosajones” que anunciaban políticas que no eran del agrado de la Resistencia. Los franceses libres establecieron el control del país a través del Gobierno Provisional de la República Francesa en nombre de las Fuerzas Francesas Libres y la Resistencia Francesa unida (Fuerzas Francesas del Interior) después de la liberación de París hecha por los franceses, apoyados por las fuerzas estadounidenses, en agosto de 1944.
Estados Unidos no la verían fácil en Francia con De Gaulle y la Resistencia, abandonando el esquema AMGOT para Francia y negociando con De Gaulle, el 23 de octubre de 1944, Washington no tuvo más remedio que avalar su incómoda componenda con De Gaulle y reconocerlo como jefe del Gobierno Provisional de la República Francesa.
Moneda Militar Aliada -AMC- Francia 1944
La implantación de la moneda ACU -Allied Military Currency- para Francia debió suspender sus operaciones como medio de cambio que había comenzado a circular tras Normandía en 1944, había sido impuesta y emitida en Washington por el susodicho Gobierno Militar Aliado para los Territorios Ocupados, sin consentimiento del gobierno francés en el exilio. Estos billetes se conocían como francos AM, (AM: Militares Aliados), impresos en los Estados Unidos. El Gobierno Provisional de la República Francesa consideró a esos billetes de francos AM como dinero falso. La moneda militar aliada perdió rápidamente su valor.
El Gobierno Militar Aliado para los Territorios Ocupados (AMGOT) operó desde septiembre de 1944 hasta junio de 1948. El 20 de junio de 1948, las zonas de ocupación estadounidenses, británicas y francesas de Alemania emitieron una nueva moneda, dejando a un lado a los soviéticos, quienes días después convirtieron sus AMC en una nueva moneda.
1948. Nueva moneda emitida por los Aliados para la región occidental de ocupación en Alemania, aquí se prescinde ya de la terminología de "Moneda Militar Aliada", dando paso al "Deutsche Mark". Un marco alemán (1948) de la Alemania ocupada por los Aliados, circuló a cargo del Comando del Ejército de los Estados Unidos y fue la primera de tres emisiones de moneda de Alemania Occidental de 1948. (La República de Alemania Federal oficialmente nace en 1949)
Billetes de uso soviético en la región de ocupación oriental de Alemania. Explicación: Columna izquierda: Reemisión de billetes anteriores a 1948. En junio de 1948, se colocaron sellos adhesivos en los antiguos billetes de Rentenmark y Reichsmark que circulaban en la zona de ocupación soviética para ampliar su validez mientras se imprimían nuevos billetes. En lenguaje común, estos billetes reeditados se denominaban klebemark ("marcas adhesivas") o kuponmark ("marcas de cupones"). Columna derecha: Billetes de la serie DM de 1948. Los billetes reichsmark y rentenmark reeditados con sellos adhesivos fueron reemplazados por billetes de nuevo diseño el 24 de julio de 1948, en diferentes denominaciones (Mark von der Deutschen Notenbank). Oficialmente la República Democrática Alemana nace en 1949. (East German mark, Wiki).
Una explicación más amplia de como operaba la Moneda Militar Aliada (AMC) es explicada a continuación con el caso de la Moneda Militar Aliada en la Alemania ocupada -el marco AM-, que fue la moneda emitida por AMGOT después del comienzo de la Operación Wild Dog en 1944, para este fin transcribiremos el siguiente artículo de Don Smith publicado en la revista World War II (y reproducido por HistoryNet).
No olviden que las guerras las ganan quienes pueden sostener una sólida economía.
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Parte II
El dinero militar impreso por los aliados provocó un frenesí en el mercado negro en el Berlín de la posguerra
Fuerzas de ocupación estadounidenses y soviéticas en Alemania se encontraron con dinero en efectivo, tanto legal como de otro tipo.
por Don Smith
5/20/2022 (World War II)
- 12/6/2024 (HistoryNet)
"Allied Military Marks" AMM
"Allied Military Marks" - AMM
En abril de 1944, el Departamento de Guerra de los Estados Unidos estaba consumido por pensamientos sobre Francia. La Operación Overlord, la invasión de Normandía, estaba a solo unas semanas de distancia, y los planificadores de guerra estadounidenses y británicos estaban enredados en los detalles de la ejecución de la invasión anfibia más grande del mundo. Mientras Washington y Londres se centraban en Overlord, una decisión poco advertida tomada en otras partes del Pentágono puso en marcha una cadena de acontecimientos que condujo a uno de los primeros conflictos importantes entre los estadounidenses y un aliado principal en tiempos de guerra, la Unión Soviética. El asunto costó a los contribuyentes estadounidenses cientos de millones de dólares, avergonzó a los Departamentos del Tesoro y de Guerra, y marcó la pauta de la tensa relación que se avecina entre las dos florecientes superpotencias. ¿Cuál fue la causa del problema? Dinero.
"Allied Military Marks" - AMM
Trayendo el tocino
Las fuerzas de ocupación necesitan dinero que puedan gastar en las economías locales, para comprar bienes y contratar trabajadores. Frank A. Southard Jr., asesor financiero del Cuartel General de las Fuerzas Aliadas en el Mediterráneo, detalló en su libro de 1946 Finances of European Liberation las muchas necesidades de reparación y reconstrucción a las que se enfrentaron los Aliados al liberar u ocupar países: "En el Teatro del Mediterráneo, por ejemplo, se tuvieron que reconstruir 1.500 millas de carreteras. Una sección de la base estadounidense en Italia gastó más de 11 millones de horas-hombre en la reparación de carreteras". Los aliados contrataron a empresas locales para producir todo tipo de bienes, como "productos de laminación, levadura, muebles, carbón y coque, y piezas de repuesto", escribió Southard, y agregó que "se compraron cantidades considerables de alimentos frescos, principalmente frutas y verduras, en los mercados locales". La población local también necesita acceso a un suministro de efectivo para sus propios negocios y necesidades personales.
Pero, ¿qué pasa si no hay dinero local, o no hay suficiente? Las fuerzas enemigas en retirada podrían destruir los suministros de dinero, como intentaron hacer los alemanes cuando abandonaron Sicilia. O las instalaciones de impresión de dinero podrían haber sido arrasadas en la batalla. En estos casos, las fuerzas de ocupación tenían que llevar consigo su propia moneda. (Un exceso de oferta de Marcos Militares Aliadas, o AMM, introducidas para financiar la ocupación de una Alemania devastada después de la guerra, causó molestos problemas financieros para los Estados Unidos).
"Allied Military Marks" - AMM (Marcos Militares Aliados)
Dejando huella
Los estadounidenses no querían usar dólares en el extranjero, por varias razones. En Europa, el objetivo era que Alemania asumiera los costos de la ocupación. Si los alemanes no tenían acceso a ningún dólar, eso hacía más fácil asegurarse de que estaban pagando los costos de ocupación con sus propios fondos y monedas nacionales. Además, a los funcionarios estadounidenses les preocupaba que los dólares pagados por los militares en el extranjero pudieran terminar en Estados Unidos, lo que en un volumen lo suficientemente alto podría provocar inflación. Finalmente, y lo que es más inquietante, el Departamento de Guerra temía que los dólares estadounidenses gastados en Alemania pudieran llegar a manos de los nazis, quienes luego podrían dar ese dinero a sus operativos en los EE.UU. para financiar operaciones de espionaje o sabotaje. Por lo tanto, los estadounidenses querían una moneda de ocupación que solo pudiera usarse dentro de los países ocupados.
Los gobiernos en el exilio de países liberados como Francia, Bélgica y Holanda tampoco querían que Estados Unidos usara dólares. Era el "fuerte deseo de nuestros aliados evitar la introducción de monedas extranjeras en sus economías", dijo el subsecretario de Estado para las Áreas Ocupadas, John Hilldring, a un comité del Senado en 1947. Si los dólares estadounidenses estuvieran en circulación, el intercambio probablemente favorecería a los dólares y las monedas locales perderían valor.
"Allied Military Marks" - AMM (Marcos Militares Aliados)
Así que, en cambio, incluso mientras la guerra continuaba, los estadounidenses imprimieron miles de millones de dólares en monedas de ocupación: marcos alemanes, liras italianas, yenes japoneses, coronas checas, etc. Las monedas estaban en las mismas denominaciones que el dinero local al que complementarían, pero tenían diferentes marcas. Las marcas impresas para su uso en Alemania fueron etiquetadas como "Alliierte Militärbehörde" (Autoridad Militar Aliada). Los estadounidenses finalmente produjeron más de 500 millones de billetes de lo que llegó a conocerse como "Marcos Militares Aliadas" o AMM. Su valor nominal total era de más de 15.000 millones de marcos.
A principios de 1944, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos contrató a una empresa estadounidense de impresión de billetes para crear las placas de impresión grabadas para AMM y tenía copias preliminares de los billetes en febrero. Los estadounidenses, que ya estaban planeando producir moneda de ocupación en todos los teatros de la guerra, tomaron la delantera y se ofrecieron a imprimir todo el AMM que las fuerzas estadounidenses, británicas y rusas necesitarían en la Alemania ocupada. Los británicos aceptaron, pero los soviéticos se opusieron. El subsecretario Hilldring le dijo al comité del Senado que a los rusos les preocupaba que si los estadounidenses imprimían todo el AMM aliado, los soviéticos podrían no tener suficiente dinero para la ocupación cuando lo necesitaran. Hilldring parafraseó el argumento ruso: "Acordamos usar su moneda, pero no podemos confiar en que la imprima y la lleve al otro lado del mundo a Moscú a tiempo para que se la entreguemos a (el general soviético) Zhukov y sus tropas". Los rusos, en cambio, insistieron en recibir copias de las planchas de impresión; los soviéticos imprimirían entonces su propio AMM. El subsecretario de Guerra Howard Petersen testificó ante el mismo comité del Senado que, en abril de 1944, el "gobierno ruso envió una nota a los Estados Unidos declarando que si las placas no se entregaban a los rusos, el gobierno soviético se vería obligado a preparar de forma independiente marcos militares para Alemania" que tendrían su "propio patrón".
Los estadounidenses y los británicos se opusieron a que dos conjuntos diferentes de AMM circularan por la Alemania de la posguerra y pasaron la mayor parte de marzo de 1944 tratando de convencer a los soviéticos de que aceptaran el plan estadounidense. Querían que la economía de Alemania se recuperara lo más rápido posible, ya que una economía alemana fuerte disminuiría la necesidad de que los Aliados gastaran enormes sumas para alimentar y sostener al país derrotado. La principal zona industrial de Alemania, el Ruhr, se encontraba en el noroeste, que sería la zona de ocupación británica. Las principales zonas de cultivo de alimentos se encontraban en el este de Alemania, la zona soviética. Para que Alemania se recuperara económicamente -y se alimentara a sí misma- los alemanes tenían que poder comerciar en todo el país, no sólo dentro de las zonas de ocupación. "El uso de una moneda diferente por parte de cada una de las fuerzas invasoras habría perjudicado la adopción de políticas económicas y financieras comunes" para la Alemania ocupada, declaró Andrew Overby, del Departamento del Tesoro, ante el comité del Senado.
El Departamento del Tesoro pidió orientación al Departamento de Guerra. El Departamento de Guerra expresó su preocupación de que la solicitud rusa de planchas de impresión se convirtiera en una fuente de fricción importante entre los inquietos aliados. Un cable del 13 de abril de 1944 del embajador de EE.UU. en la U.R.S.S., W. Averell Harriman, reafirmó la intención soviética de imprimir su propia moneda de ocupación si no recibían las planchas de impresión de la AMM. Los británicos instaron a los estadounidenses a dar las placas a los rusos. A pesar de que el Tesoro sabía que proporcionar las placas de AMM a los rusos podría resultar en un flujo incontrolado de dinero de la ocupación hacia Alemania, pronto accedió y el 18 de abril la Oficina de Grabado e Impresión entregó un suministro de placas, papel y tintas para AMM a la Embajada Soviética en Washington, D.C. Los estadounidenses habían dado literalmente a los rusos una licencia para imprimir dinero.
"Allied Military Marks" - AMM (Marcos Militares Aliados)
Gasto excesivo
Quince meses después, en julio de 1945, las fuerzas de ocupación estadounidenses entraron en Berlín. Encontraron una ciudad devastada, una economía destrozada, un pueblo destrozado y una fuerza de ocupación soviética llena de dinero. A muchos soldados soviéticos no se les había pagado durante meses, incluso años. Cuando las fuerzas de ocupación soviéticas se instalaron en Berlín, el Ejército Rojo pagó a miles de soldados sus salarios atrasados, pero en AMM, no en rublos. Los rusos no permitían que sus militares volvieran a convertir la AMM en rublos, por lo que una vez que los soldados regresaran a Rusia, su salario no valdría nada.
Los soldados soviéticos comenzaron a comprar cualquier cosa bonita que pudieran encontrar en Berlín. "Salieron a comprar bicicletas, relojes, joyas, cualquier cosa que pudieran usar ellos mismos o enviar a casa", dijo el coronel Frank Howley, el primer jefe del gobierno militar estadounidense en Berlín. "Lo que no compraron, lo robaron, que fue mucho". Los precios de los lujos, especialmente los portátiles, se dispararon. Pero solo quedaban unos pocos bienes de consumo fáciles de transportar en un Berlín devastado por la guerra.
Un soldado soviético compra un reloj de pulsera a un fotógrafo del ejército estadounidense (arriba). Los soviéticos codiciaban los relojes y los precios se dispararon: un reloj de Mickey Mouse (abajo) se describió como "más valioso que una baratija tachonada de joyas de Cartier". (Fred Ramage/Keystone Features/Getty Images)
(Richard Levine/Alamy)
Los estadounidenses, en cambio, tenían muchas cosas bonitas. Los relojes de pulsera, los cigarrillos, los productos del Planeta X, atraían poderosamente al soldado ruso promedio. Relojes de pulsera especialmente. Los rusos veían los relojes de pulsera como un signo visible de "riqueza y una posición establecida, incluso exaltada, en la vida", explicó Howley. "Los campesinos nunca tuvieron relojes". Howley dijo que los soldados rusos se acercaban a los estadounidenses pidiendo "uhre, uhre" (en alemán para "reloj" o "relojes") y que "algunos soldados rusos llevaban media docena de relojes. Un reloj de Mickey Mouse valía más que una baratija de Cartier con joyas tachonadas". Y los rusos tenían dinero para pagar.
Ese verano, Berlín se convirtió en un enorme mercado al aire libre. "En el mercado negro alrededor de la Puerta de Brandeburgo, los rusos, Joes y Tommies hacen un negocio animado", escribió el Servicio de Prensa del Chicago Tribune a principios de agosto, mientras que un artículo de AP en septiembre informó: "Durante más de dos meses, Berlín ha sido la 'capital mundial de los relojes'", y agregó que "los soldados del Ejército Rojo proporcionaron un mercado aparentemente insaciable para los relojes estadounidenses, pagando hasta 1.500 dólares por una baratija de cara de radio con un fuerte tictac". (Un reloj PX típico cuesta 20 dólares). El general Harry Vaughan visitó Berlín ese verano como ayudante militar del presidente Truman en la Conferencia de Potsdam y más tarde se jactó de haber vendido un reloj de 50 dólares por 500 dólares.
Los soldados estadounidenses vendían a los soviéticos productos del PX, cigarrillos, incluso partes de su equipo militar, que los rusos pagaban en AMM. "Los marcos se están acumulando por miles en los bolsillos de los soldados", escribió AP en septiembre. "No es nada que un conductor de jeep o un empleado muestren un dinero que, si fuera billete verde, valdría entre 5.000 y 15.000 dólares". AMM tuvo una tasa de conversión de 10 por dólar estadounidense. Y, lo que es más importante, a diferencia de sus homólogos rusos, las tropas estadounidenses podrían convertir los AMM de nuevo en dólares. El escenario que los estadounidenses temían en 1944 se estaba cumpliendo.
En 1945 surgieron mercados negros ilegales en todo Berlín, donde los alemanes comunes vendían productos a los soldados aliados con dinero en sus manos. (Popperfoto vía Getty Images)
MÁS DINERO, MÁS PROBLEMAS
El ejército esperaba que las tropas extranjeras recibieran parte de su paga en moneda local. Esto permitió a los soldados estadounidenses ir de compras, ir a restaurantes y bares, y pagar a los lugareños para que lavaran su ropa. Los Departamentos de Guerra y del Tesoro nunca tuvieron la intención de que las tropas extranjeras tuvieran grandes cantidades de moneda extranjera. En cambio, los soldados estadounidenses en Berlín estaban inundados de AMM.
Anndrew Overby, del Tesoro, le dijo al comité del Senado por qué eso era un problema para los contribuyentes estadounidenses, que en última instancia eran responsables de pagar el AMM. Si un soldado estadounidense en Berlín presentaba una pila de AMM para convertirla en dólares, era difícil, a menudo imposible, para el oficial de finanzas determinar qué porcentaje de esos AMM provenía de la paga autorizada y qué porcentaje provenía de la actividad del mercado negro. Por lo tanto, la mayoría de las veces, los funcionarios de finanzas simplemente cambiaban los marcos por dólares estadounidenses, especialmente al principio de la ocupación, antes de que se introdujeran controles más estrictos. Los soldados usaban esos dólares para transferir dinero a casa o comprar bonos de guerra u otros instrumentos de ahorro.
Los soldados con pilas sospechosamente grandes de AMM descubrieron otras formas de convertir su dinero del mercado negro en dólares. Compraban artículos pequeños y caros, como joyas, que eran fáciles de transportar (y revender) en Estados Unidos a los berlineses o en el PX, lo que, al igual que otros servicios de apoyo a los soldados, permitía a los soldados pagar en AMM. Del mismo modo, iban a las oficinas de correos militares, compraban hojas de sellos postales y los enviaban a casa. Luego, los familiares devolvían las hojas a las oficinas de correos de los Estados Unidos para reembolsos en efectivo. Los soldados también utilizaron AMM para pagar a Western Union y a la Radio Corporation of America por mensajes por cable y llamadas telefónicas a casa.
Además de convertir el pago de los soldados en dólares, las oficinas de finanzas del Ejército de EE.UU. también estaban obligadas a cambiar a dólares el AMM que el PX recibía de todos los clientes autorizados, como los trabajadores de la Cruz Roja, los civiles del ejército y las personas desplazadas que habían sido contratadas para proteger las instalaciones estadounidenses. Las compañías civiles que el ejército autorizó a hacer negocios con soldados en Alemania, como Western Union y RCA, también pidieron al ejército que canjeara su moneda de ocupación. El resultado: una enorme cantidad de AMM, gran parte de ella producida indudablemente por placas rusas, se intercambió por dólares estadounidenses reales.
Las bien surtidas Bolsas de Correos del Ejército de EE.UU. en Alemania proporcionaban un valioso suministro de bienes que los soldados vendían a sus homólogos soviéticos por puñados de AMM. El gobierno de EE.UU. estaba obligado a honrar a la AMM, haciendo saltar por los aires el presupuesto de ocupación. (foto: Ejército de los Estados Unidos)
El Pentágono pidió al Teatro Europeo de las Fuerzas de los Estados Unidos, el primer comando del ejército de posguerra en Europa, que implementara controles monetarios. Pero muchos comandantes del ejército en Europa se opusieron. En el verano de 1945, la atención del ejército en Europa se centró en el traslado de miles de tropas al Pacífico para la invasión de Japón. En otoño, el ejército se centró en la desmovilización y el redespliegue, y el entusiasmo por el control de cambio de divisas fue limitado. Las unidades en Europa se reorganizaban constantemente a medida que se enviaban a casa tropas experimentadas. Eso dejó a muchos líderes inexpertos en los niveles de mando más bajos, los niveles donde se producía la mayor parte del cambio de divisas.
En el otoño de 1945, los medios de comunicación estadounidenses se hicieron eco de la historia. "Los soldados estadounidenses enviaron a casa más dinero en agosto de lo que sacaron de la ventanilla de pago", dijo la AP en septiembre, señalando que "las cifras publicadas hoy por la oficina de finanzas del distrito de Berlín mostraron que se pagaron 3.044.224 dólares a las tropas de ocupación, que luego invirtieron 3.153.517 dólares en giros postales, cuentas de transferencias personales, bonos de guerra y depósitos de soldados". Washington sabía que tenía que pagar por todos los AMM impresos en Rusia que los soldados estadounidenses habían canjeado.
Pagar la cuenta
En junio de 1947, el Senado celebró audiencias sobre el asunto AMM, donde Overby y otros funcionarios estadounidenses dieron su testimonio. Para entonces, sin embargo, el ejército había resuelto el problema. En 1946 cambió a los certificados de pago militar, o "scrip", para pagar a las tropas en Alemania. El scrip solo se aceptaba en los puntos de venta autorizados, como el PX, lo que limitaba en gran medida la capacidad de los soldados para usar su paga para actividades del mercado negro, además de que el ejército comenzó a regular estrictamente la capacidad del personal estadounidense para convertir las monedas locales y de la ocupación en dólares. Pero el daño ya estaba hecho. En junio de 1947, el proyecto de ley había llegado. El costo para los contribuyentes estadounidenses de cubrir el AMM redimido fue de 250 millones de dólares más de lo que Washington había presupuestado para el dinero de la ocupación en Alemania, aproximadamente 3.000 millones de dólares en dinero de hoy. No es de extrañar que el Senado estuviera enojado.
Pero muchos comandantes y tropas, especialmente aquellos que sirvieron en combate, sintieron que se habían ganado el derecho de beneficiarse de alguna manera de sus experiencias en tiempos de guerra. Esas tropas, y sus familias y amigos, también eran votantes. El teniente general Lucian Truscott, que comandó el Quinto y el Decimoquinto Ejército en Italia, y reemplazó a George S. Patton como comandante del Tercer Ejército en Alemania, habló en nombre de millones de soldados cuando argumentó ante el comité del Senado:
El soldado (americano) no veía ninguna razón por la que no debiera vender los artículos personales que había comprado, o que le habían sido enviados desde su casa, si así lo deseaba... Cartas desde casa, periódicos y radios le informaban de que muchos en su país que no habían sufrido sus penurias estaban sacando beneficios de la guerra, según él sentía, a su costa. No veía ninguna razón por la que no pudiera obtener un pequeño beneficio ahora que tenía, por primera vez, una pequeña oportunidad de hacerlo.
El teniente general Lucian Truscott defendió a los soldados durante las audiencias del Senado de 1947 sobre el asunto AMM. (Biblioteca del Congreso)
Muchos estadounidenses seguían temiendo -junto con el senador Styles Bridges de New Hampshire, que presidió el comité que investigó el asunto de la AMM- que, como él mismo dijo, "una gran suma de sus dólares de impuestos" se hubiera utilizado para "proporcionar un viaje gratis a los rusos a través del dinero de la imprenta de nuestra propia invención". Comprensible. Pero, en la primavera de 1944, Washington había tenido problemas mucho mayores de los que preocuparse, incluido el apaciguamiento de su polémico aliado del este. Por lo tanto, el episodio de los Marcos Militares Aliadas terminó como uno de los muchos efectos secundarios desafortunados pero inevitables que ocurren cuando los gobiernos llevan a cabo operaciones enormes, como una guerra mundial. El contribuyente estadounidense terminó proporcionando un "viaje gratis", como temía el senador Bridges, pero a los soldados estadounidenses, no a los rusos.
Don Smith
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