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05 enero 2024

Hezbolá: ¿Resistencia Libanesa o Terrorismo Islámico? (II)

 

 

 

Verdades y mentiras sobre "El Partido de Dios"

 

por Tito Andino


Hezbolá o Hezbollah significa "Partido de Dios" en árabe, sus miembros a menudo se denominan como "La Resistencia". Es un partido político, a la vez que se constituye en el movimiento de resistencia musulmán chií de el Líbano, forjado en medio de la guerra civil libanesa (1975-1989), cuenta con su propio cuerpo armado al mismo nivel o hasta superior que el ejército libanés, ejerciendo un significativo poder en el país. 


Introducción


Parte de las siguientes líneas fueron expuestas en este blog hace un año aproximadamente. Dada la relevancia del actual conflicto israelí-palestino y la presencia indiscutible de Hezbolá en la frontera libanesa-israelí es un tema de actualidad debido a la constante hostilidad entre ambas partes. Dejemos de lado el discurso retórico-político de Hezbolá, siendo imperioso volver a repasar cuestiones como, ¿qué mismo es el Hezbolá? y ¿cuál es su verdadera misión? (Ver la primera parte AQUÍ )

Una verdadera guerra es casi probable entre Israel y Hezbolá/Líbano, las repercusiones de esta escalada militar en la frontera sur del Líbano serán dramáticas para la región. La Resistencia Islámica, el brazo armado de Hezbolá, se define como garantía de seguridad para proteger al pueblo y la integridad territorial libanesa junto a las fuerzas armadas. A pesar que Hezbolá no comparte la ideología del movimiento Hamás, siendo incluso grupos antagónicos, apoya al pueblo y a la resistencia palestina en Gaza. Hezbolá es un movimiento político-militar chií, mientras Hamás depende políticamente de la "Hermandad Musulmana" (islam sunní), cuyas acciones las hemos explicado en Hamás y la Hermandad Musulmana




Hezbolá responde en señal de solidaridad con Palestina atacando sitios de ocupación israelí cercanos a las fronteras con el Líbano, como consecuencia es objetivo de las correspondientes represalias y agresiones del ejército israelí a diversas aldeas del sur del Líbano. La resistencia libanesa se defiende con las armas adecuadas demostrando una enorme capacidad de preparación. ¿Hasta cuándo durará este estado de guerra? (para fines de diciembre Hezbolá anunciaba la muerte de más de 120 de sus combatientes desde el 8 de octubre, cuando lanzó sus ataques contra posiciones fronterizas israelíes en respaldo a los palestinos de la Franja de Gaza).

Tras la incursión del Movimiento Hamás (Operación Inundación de Al-Aqsa) y la consecuente movilización del ejército de Israel hacia Gaza, hoy, buena parte de esas tropas están siendo retiradas del enclave palestino, luego de reagruparse serán trasladadas a la frontera norte, no simplemente para proteger su sector fronterizo, la intención es confrontar a Hezbolá. Medios internacionales, como el británico "The Guardian" confirmaron que Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, pidió asestar golpes preventivos a Hezbolá justo tras el ataque de las milicias palestinas. La sorpresa es que Hezbolá tomó la iniciativa con una sucesiva serie de ataques preventivos contra posiciones militares y asentamientos enemigos, lo que de hecho constituye un no declarado segundo frente con respecto al de Gaza.

Israel es una nación que no perdona, las leyes talmúdicas del "ojo por ojo..." tarde o temprano se aplicarán contra el Líbano, acusan al gobierno y a las fuerzas armadas libanesas de no hacer nada por controlar a la milicia chií del Hezbolá. Los efectivos ataques de la resistencia libanesa contra puestos y concentraciones militares, además de asentamientos coloniales, están humillando el orgullo israelí, lo dicen los propios medios en Israel, dejando muy claro que esta humillación no debe proseguir y el momento de la venganza se acerca. Al parecer Hezbolá no se intimida ante las advertencias y de forma resuelta responde a cualquier ataque.

Por sentado, a pesar de la fuerza de combate de Hezbolá ésta tiene escasa oportunidad de hacer frente al poderío aéreo de Israel cuya promesa -no de hoy, viene desde hace buen tiempo- es arrasar el Líbano, volverla a la edad de piedra, dijeron, igual como hacen hoy en Gaza. Israel no emprenderá inicialmente una campaña terrestre en suelo libanés donde la capacidad de su rival puede ocasionarle severos daños, es lógico presumir que la fuerza aérea israelí acometerá primero con una campaña táctica de bombardeos de terror sobre la infraestructura libanesa, sin el menor remordimiento por las víctimas inocentes que ocasione. De ese probable escenario, la pregunta del millón es: ¿intervendrá Irán en defensa de Hezbolá y el Líbano?

Naturalmente nadie en nuestro sano juicio esperamos que esto ocurra. A pesar que no lo vemos públicamente, la diplomacia secreta también mueve sus hilos para impedir una hecatombe regional, los verdaderos estadistas en el mundo (que si existen) están muy activos para impedir una nueva desgracia.



Fichas Técnicas sobre política, religión y Hezbolá  



El siguiente apartado son apreciaciones personales del editor de este blog y razonamientos de eruditos en política del Medio Oriente.  


- Siempre será noticia el mundo islámico, en Occidente tenemos la falsa percepción que el Islam es sinónimo de terrorismo, a lo cual añadiremos que el cristianismo no es sinónimo de santidad.

- Estados Unidos, Francia y Reino Unido no critican nunca al Islam Político Sunní encarnado en la "Hermandad Musulmana" que controla algunas organizaciones sunníes como brazo político de los grupos extremistas. 

- EEUU rara vez ha protestado por las actividades de financiamiento y adoctrinamiento religioso radical de organizaciones terroristas financiadas por las monarquías del Golfo -a menos que esas acciones afecten sus intereses-. Los "únicos" terroristas son los chiíes, ¿no lo sabía?

El pretexto es la religión. Es falso que exista un conflicto entre sunníes y chiíes. Es incuestionable que el verdadero terrorismo es aliado de Occidente: los grupos takfiríes, salafistas financiados y armados por Occidente y las monarquías wahabíes.

- Occidente nos vende la historia hipócrita que las dos grandes escuelas islámicas son enemigas y están en confrontación perpetua. Nada más erróneo y tergiversado.



Soldados del movimiento libanés Hezbolá en Beirut, 15 febrero 2022 (ANWAR AMRO AFP Getty Images)

 

Ni el sunní ni el chií necesariamente son enemigos, es como afirmar que católicos y protestantes están en perpetua guerra solo por su diferencia confesional.  A lo largo de los siglos se han dado guerras entre cristianos, eso no conlleva que haya sido estrictamente por cuestiones religiosas, sino por la explotación de la fe en aras de intereses económicos y políticos.

Sunníes y chiíes han convivido pacíficamente. Toda esta actual destrucción caótica no tiene otro origen que en la división premeditada, gestada por las potencias coloniales para sembrar división en los pueblos musulmanes, de la misma forma, en que dividen y fomentan crisis entre naciones latinoamericanas, asiáticas o en los laboratorios de la muerte que se ha convertido el continente africano.

- Contrario a las afirmaciones tendenciosas de guerras confesionales en el Medio Oriente, como otro ejemplo, la mayor parte de la población y de las fuerzas armadas sirias y libanesas son sunníes, quienes combaten abiertamente al terrorismo engendrado por tergiversadas corrientes sunníes.

Sin rodeos, el terrorismo islámico existe porque las grandes potencias occidentales lo tolera y lo utiliza para sojuzgar a otros pueblos musulmanes. Israel ahora se suma al acusar a Irán y al islam "radical" (chiíes) de llevarnos a una tercera guerra mundial (ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Israel Katz).

- Mientras tanto en Siria e Irak el Estado Islámico, protegido por EEUU, sigue atacando a las fuerzas armadas y poblaciones civiles (el reciente atentado terrorista en Irán lo comprueba), éstos radicales reciben apoyo logístico, protección e información de inteligencia de militares norteamericanos desplegados ilegalmente en la zona de Tanef, este de Siria; o del territorio autónomo del Kurdistán iraquí. 

- A quienes preguntan ¿dónde están los yihadistas "guardianes" de la Fe y la cultura islámica?: Estado Islámico, al Qaeda, al Nusra, etc., incluso dónde están los kurdos? ¿Por qué no aparecen para apoyar la causa palestina? La respuesta está ahí, se hallan bajo abrigo de las bases militares estadounidenses en Siria e Irak, esperando órdenes para perpetrar acciones terroristas en contra de los estados árabes e Irán. 


 

Hezbolá (fotos de archivo)

 

- Las potencias de Occidente (EEUU/Europa) tomaron desde hace mucho una posición respecto a los musulmanes: Apoyo abierto al Islam Político Sunní del radicalismo fundamentalista (wahabismo, salafismo, takfirismo), los "buenos", según ellos, sin importar que de allí surgen los "Hermanos Musulmanes", al Qaeda, Estado Islámico, los Talibán y tantas otras organizaciones yihadistas que combaten a lo ancho del Medio Oriente y África. 

EEUU/OTAN/UE/Israel/Monarquías del Golfo no toleran, reprueban y atacan duramente al Islam Político Chiíta de Irán y sus asociados -"los malos"- según Occidente. El "verdadero terrorismo" -según ellos- viene de los chiíes, con la República Islámica de Irán a la cabeza y todas aquellas naciones que curiosamente son laicas y multi-confesionales con total tolerancia religiosa y etiquetadas como el “Eje del Mal” (Siria, Líbano, Libia, Yemen, Irak). 

“El Eje del Mal”, los “países terroristas”, “el triángulo chiíta” y otras acepciones son conceptos inventados para engañar a la opinión pública mundial en provecho de un programa que pretende justificar la expansión imperialista a costa de la destrucción del mundo árabe y del Oriente Medio.

- El ‘triangulo chiíta’, otra forma de estereotipar desde Occidente a Irán, Siria, Líbano y parte de Irak, no existe en el sentido de la acusación (asociación de países vinculados por su confesión religiosa) dada su diversidad de creencias. Más bien es dable hablar del “Eje de la Resistencia”, término que refleja una status de oposición al imperialismo sin distinción religiosa.

  


El gran opositor político-religioso de Irán (chií), por órdenes de EEUU/OTAN/Israel, ha sido siempre Arabia Saudí (sunní/wahabismo), se enfrentaron discretamente en las recientes invasiones a Irak, Siria, Yemen y otros escenarios. La ilustración señala como la milicia chií del Hezbolá hizo frente a las chequeras del petrodólar saudí. En la actualidad, a pesar de la ira estadounidense, Arabia Saudí e Irán han mostrado mutuas posturas conciliadoras en aras de la defensa del mundo islámico.


- A poca gente se le ha ocurrido pensar que, excepto Irán, mayoritariamente de la fe chií, si respeta las minorías religiosas. Igual acontece en Líbano y Siria donde conviven –mejor dicho– convivían pacíficamente musulmanes de todo género: sunníes, chiíes, alulíes, drusos, yazidíes, junto a cristianos, ortodoxos, católicos, maronitas, judíos, etc.

- Existe una forma sencilla para diferenciar el Islam Político contemporáneo: Los sunníes demuestran a lo largo de su historia un fervoroso intento expansionista -el Califato- mediante la guerra, para ello, se entregaron a las potencias occidentales para recibir protección. Por otro lado, los chiíes han mantenido una posición política de defensa de sus tierras, tradición y cultura, una especie de nacionalismo por así llamarlo, anti-imperialista y no dispuesto a obedecer directrices foráneas, por ello son los "terroristas malos".

El chiísmo, al contrario de lo enunciado sobre el sunnísmo, no es expansionista, no pretende resurgir imperios ni hacer brotar de la nada nuevas naciones. Aglutina la defensa integral de su cultura y de su tierra, al ser porcentualmente una minoría ante el sunnísmo, defiende vigorosamente su legado.

- Una gran "novedad" que nos reveló EEUU en las últimas décadas es que el mayor estado terrorista del mundo no había sido la extinta URSS, ni Corea del Norte, ni Siria, ni Libia y otros que pertenecieron al selecto club del “Eje del Mal”, según los estadounidenses el demonio terrorista ha estado encarnado siempre en IRÁN

- Hezbolá es satanizado como parte del "Eje del Mal" por EEUU (léase por tener una política antiimperialista y pan-arabista). Hezbolá permanece al lado de Irán contra la injerencia externa no musulmana que ahondó la brecha regional entre la Arabia Saudí sunita y el Irán chiíta. La guerra en Siria fue parte de esa ruptura donde apoyaron a bandos opuestos en el conflicto.

¿Qué responsabilidad puede aplicarse a Hezbolá por haber hecho frente al fundamentalismo sectario encarnado en las hordas yihadistas financiadas, entrenadas y armadas por la OTAN, Israel y Monarquías del Golfo, quienes reclutaron mano de obra barata en muchos rincones del mundo islámico y occidental para desestabilizar su país y otros estados?

A lo largo de la frontera compartida por Siria, Irak y Jordania, tropas de operaciones especiales del US Army y fuerzas británicas entrenan grupos "rebeldes" de dudosa identidad nacional (yihadistas y separatistas kurdos). Muy cerca operan fuerzas del Ejército Árabe Sirio, Rusia, Irán y Hezbolá para oponérselos.

 


Combatientes de Hezbolá en uniforme de campaña (fotos de archivo)

 

En 2006, Hezbolá luchó contra Israel en suelo libanés, una sangrienta contienda que duró 33 días, Hezbolá declaró una victoria celebrada en todo el mundo árabe donde la popularidad del grupo aumentó. Fue evidente el gran número de tanques israelíes destruidos, así como su número de bajas.

- Hezbolá apoya directamente la lucha de las Fuerzas de Movilización Popular -Hashid Shaabi- de Irak, conformadas por decenas de grupos combatientes que en su mayoría son musulmanes chiítas y otros grupos sunitas, cristianos y yazidíes contra los extremistas sunníes del ISIS o Estado Islámico. Ironías de la guerra nos llevan a concluir que la tristemente célebre "coalición" liderada por Estados Unidos no "lucha" contra el Estado Islámico en Irak y Siria, desenmascarado como vil engaño. 

- Desde 2013 a 2017 Hezbolá fue una de las fuerzas terrestres de combate decisivas en defensa de Siria. En el campo de batalla demostró su eficacia, sus combatientes lucharon para la supervivencia del gobierno de Bashar al-Assad en los momentos más críticos de la invasión yihadista apoyada por potencias extranjeras.

- Se estima que Hezbolá perdió más de 1.300 combatientes en la guerra anti-yihadista en Siria, más de lo que nunca perdieron luchando contra Israel. Los heridos durante las batallas en Siria dependen de la extensa red y asistencia de la organización. 

Hezbolá luchó contra el verdadero terrorismo en Siria e impidió que se asiente nuevamente el caos en el Líbano. "Nuestros combatientes fueron heridos luchando contra terroristas y protegiendo nuestras fronteras. Están protegiendo a nuestra gente, nuestros pueblos y nuestras ciudades", aseguró un soldado de Hezbolá.

- Según los miembros de Hezbolá, ese sacrificio no se hace por política, es una devoción y lealtad al guardián de la comunidad chiíta mundial (sin fronteras), el clérigo iraní y líder supremo, ayatolá Seyed Ali Jamenei. 

 


Arriba, soldados de Hezbolá combatiendo en territorio sirio. Abajo, las inevitables bajas de guerra, el martirio de un combatiente.

 

- A pesar que grupos chiítas y sunníes, por igual, pregonan la lucha contra Israel, esto no pasa de ser una exaltación al sentimiento patrio y apoyo a Palestina. Como principio, Hezbolá declara lo mismo, pero su tarea básica es convertirse en una fuerza de resistencia de el Líbano, defender la nación ante la ocupación foráneaHezbolá no enfatiza ni fomenta el terrorismo armado como medio de trascender fronteras, ni tiene afán de dominar otras naciones amparándose en la explotación de la fe.

Hezbolá como organización político-militar surgió debido al estado de necesidad del momento, en la lucha por la supervivencia de un estado invadido y ocupado militarmente, se pretendía borrar el Líbano del mapa conforme a la falaz tesis de 'guerra de civilizaciones', utilizando el sectarismo religioso como instrumento asesino.

- Dejando a un lado las arengas políticas, el fin último de Hezbolá no es destruir Israel, sino defenderse de éstesu prioridad es mantener la integridad territorial de el Líbano. Fue imperioso para Hezbolá apoyar a Siria en su guerra contra el terrorismo yihadista puesto que Líbano era el siguiente objetivo de los extremistas aliados de Israel.

- Organizaciones terroristas como el Estado Islámico, manipulados por Israel, manejan un objetivo secreto final, desterrar por siempre las comunidades cristianas de Oriente Mediono en beneficio de los  musulmanes, sino en beneficio de Israel. En ese sentido el extremismo judío es tan peligroso como los revoltosos yihadistas.

- Queda en el campo de la especulación si Israel hace lo que hace en el Medio Oriente para sobrevivir como estado o por un sueño irrealizable. Sin sus padrinos de Occidente y sin sus socios de las monarquías del Golfo no podría perdurar por si solo. Por eso es primordial mantener siempre el caos en países como Líbano, Siria, Irak, Yemen y todo Medio Oriente, la única forma de poder garantizar la seguridad de Israel.


***** 

Las fuentes de consulta son las mismas que constan en la primera parte, más diversas notas de prensa internacional de estos días. 

11 diciembre 2023

Política "antisemita" y fundamentalismo cristiano: el Armagedón y el "fin de los tiempos"


    Fotografía principal, MaremagnumCorbis Documentary via Getty Images

por Tito Andino


Comencemos esta entrada con una necesaria reflexión respecto a la crisis palestino-israelí de actualidad. ¿Protestar -sin injuriar, sin invocar al odio o a la violencia- constituye un acto grave que afecta la "sensibilidad" de Israel? ¿Es eso antisemitismo? ¿Seré yo, a pesar de creer que Israel tiene el derecho a existir como estado, un antisionista? ¿Seré, porque creo en el legítimo derecho a que Palestina sea reconocido como un estado soberano, tal  como establecen diversas Resoluciones de las Naciones Unidas, un antisionista y/o antisemita? ¿Creer en que si es posible la convivencia entre palestinos e israelíes será una conducta antisemita? ¿Será el derecho objetivo a la libertad de expresión (sin ofensas ni calumnias) que describe la brutalidad y desproporcionalidad de una guerra declarada por el gobierno israelí contra "animales humanos" en Gaza, así como la guerra no declarada de Israel contra los palestinos en Cisjordania, un acto de antisemitismo? Mi respuesta simple y corta: No soy ni seré un antisemita ni un antisionista, solo pretendo juzgar con objetividad los conflictos del mundo contemporáneo.


El sionismo no es un fruto del judaísmo, que durante mucho tiempo se opuso a esa ideología. El sionismo es un proyecto imperialista nacido de la ideología puritana británica.

 

El Dr. Paul Craig Roberts refiere en su artículo "Acusaciones sin sentido de antisemitismo: la conciencia moral del mundo occidental ha sido silenciada" (noviembre 2023) que, expresar legítimos sentimientos contra la inhumanidad israelí contra civiles palestinos es "antisemitismo". "Para ser antisemita todo lo que hay que hacer es hacer una crítica, por pequeña o legítima que sea, a cualquier política israelí. Si tu conciencia moral es asaltada, por ejemplo, por la masacre de palestinos en el campo de concentración al aire libre en el que Israel los mantiene inmovilizados, y expresas tus sentimientos legítimos contra tal inhumanidad, eres un antisemita. Por definición, cualquier persona con conciencia moral es antisemita". 

Hecha la aclaración, en las siguientes líneas se explica por qué los estados árabes no confían cien por cien en los líderes políticos de la organización palestina Hamás; así como se explica el respaldo incondicional del cristianismo evangélico al estado de Israel, a pesar que la religión judía rechaza los postulados fundamentalistas cristianos como el "fin de los tiempos", el "Armagedón" y otros principios que no existen en su Fe. Iniciemos:


Hamás y la Hermandad Musulmana

Por absurdo y/o contradictorio que pueda parecer iniciamos resumiendo un inquietante artículo del destacado politólogo internacional Thierry Meyssan, "Lo que se esconde tras las mentiras de Netanyahu y las fintas del Hamás", la razón lógica aparecerá a medida que usted repase las siguientes líneas que, a decir verdad, plantea más interrogantes que respuestas. Según el nombrado analista, tanto Hamás como Netanyahu actúan sin importarles las vidas de los palestinos ni de los israelíes, tras ellos Estados Unidos y Reino Unido son quienes mueven los hilos

¿Cómo pudo el Hamás excavar y acondicionar 500 kilómetros de túneles a 30 metros de profundidad sin llamar la atención? ¿Cómo pudo el Hamás acumular tanto armamento? ¿Por qué Benyamin Netanyahu ignoró a todos los que le avisaron? ¿Por qué Netanyahu desmovilizó las fuerzas de seguridad en la noche del 6 de octubre (2023)? ¿Por qué los responsables de la seguridad se mantuvieron encerrados en la sede del Shin Bet en la mañana del 7 de octubre? ¿Quién activó la "directiva Hannibal" y por qué? ¿QUÉ SE ESCONDE TRAS ESOS MISTERIOS?

Meyssan afirma que la versión que defienden Hamás e Israel es falsa y puede descartarla quien pueda responder las preguntas arriba planteadas. Los combatientes de Hamás, su base, ignoran lo que planean sus dirigentes. Revisemos esta inquietante hipótesis:


Símbolos de la Hermandad Musulmana y del grupo Hamás. El lema de la Hermandad Musulmana es: “Allah es nuestro objetivo. El Profeta es nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La yihad es nuestro camino. Morir en el camino de Allah es nuestra aspiración más elevada”. 

"Todo el conjunto de la operación Hamás-Israel es dirigido por estadounidenses... La Hermandad Musulmana y los sionistas revisionistas, aparentemente enemigos irreconciliables, son en realidad cómplices, a espaldas de los combatientes que conforman la base del Hamás, a espaldas del pueblo palestino y también a espaldas de los soldados israelíes. Y este sería el plan de esos elementos: presentar al Hamás como la única fuerza realmente eficaz frente a la opresión que sufre el pueblo palestino, pero que al mismo tiempo justifica la acción de Israel para liquidar la esperanza de ver nacer un Estado palestino, mientras que la Hermandad Musulmana, gracias a la aureola creada por el sacrificio de los palestinos, se instala en el poder en el mundo árabe. La Hermandad Musulmana será la gran ganadora de la Operación Diluvio de Al-Aqsa… aunque Gaza sea arrasada y los palestinos sean expulsados definitivamente de su tierra". 

Hamás mantiene (primordialmente) la línea de la Hermandad Musulmana. Su objetivo no es liberar Palestina de la ocupación israelí ni fundar un Estado palestino sino instaurar un califato que gobernaría todos los países del Medio Oriente, está dirigida desde Estambul (por el Guía interino Mahmud Hussein); es decir, se pronuncia por mantener la línea ideológica de la Hermandad Musulmana. Otra corriente de Hamás que no es ideológica, lucha realmente por poner fin a la opresión israelí sobre el pueblo palestino.

Revisamos ampliamente una serie de seis artículos, publicados hace algunos años, el objetivo de la Hermandad Musulmana es tomar el poder en todos los países árabes, logró hacerlo brevemente en Egipto, entre 2012-2013, pero millones de egipcios salieron a las calles para condenar al “presidente” Morsi y exigir que el ejército lo expulsara del poder, así lo hizo el general al-Sissi. "Los miembros de la Hermandad Musulmana no son bienvenidos en casi ningún lugar, solo en Qatar y en Turquía y este último país no es un estado árabe. La Hermandad Musulmana está prohibida en la mayoría de los estados árabes, principalmente en Arabia Saudita, donde trató de derrocar al rey en 2013, y en Emiratos Árabes Unidos que provocó la crisis entre Qatar y los demás estados del Golfo Pérsico. En Siria, la Hermandad Musulmana trató de derrocar al gobierno en 1982 y posteriormente participó, junto a la OTAN e Israel, en la agresión occidental contra el Estado sirio de 2011 a 2016. En Túnez, la Hermandad Musulmana está a punto de ser prohibida, después de haber gobernado ese país durante un decenio.

Si el verdadero objetivo de lo que está sucediendo en Gaza no es el futuro de Palestina sino quién regirá los destinos de los estados árabes en general, seguramente veremos en el Medio Oriente una ola de cambios de régimen, siempre a favor de la Hermandad Musulmana, una especie de segunda «primavera árabe»" 

Esta es la razón por la que "los gobiernos árabes están actuando con prudencia: apoyan la creación de un Estado palestino pero se mantienen a distancia del Hamás. Mientras Hamás hace todo lo posible para hacer imposible la creación de un Estado palestino", concluye el estudio de Meyssan.

Con el antecedente expuesto, es un hecho histórico e innegable que la Casa Blanca mantiene y financia a la Hermandad Musulmana como aliado estratégico para controlar al mundo árabe (al menos parte de él); el plan conspirativo entre Washington y el Islam político (derechista) que se inició con la guerra secreta contra el comunismo continúa en vigencia. Es público que la CIA financió a la Hermandad Musulmana y entrenó muyahidines para las guerras de Afganistán, Libia, Yemen, Siria, etc., así como en la actualidad el grupo palestino Hamás es parte integral de la Hermandad Musulmana controlada -ahora- desde Turquía (antes lo fue desde Egipto).


La Fe al servicio de la política 



La mayoría de personas que se insultan y agreden por temas religiosos en redes sociales defendiendo a los palestinos (musulmanes) o a Israel (judíos) por cuestiones "religiosas", no se dan cuenta que ambos son manipulados por cristianos, pero no por cualquier buen cristiano, sino por quienes imponen desde las sombras el real Poder. La mala noticia para los fanáticos de la Biblia es que esos "buenos" cristianos han conformado (siempre) junto a "buenos" Hermanos Musulmanes y a los muy prósperos hombres de negocios judíos, una alianza global para someter a las naciones, la Globalización. Esto no tiene nada que ver con la Fe. 

La gente del verdadero Poder no se preocupa por banales cuestiones religiosas, la aprovechan como su mejor instrumento para dividir a los pueblos. Los poderosos se ríen de nosotros, la "masa sucia" como suelen calificarnos, esos personajes que se mueven en las mega-corporaciones globales pueden ostentar una etiqueta que los identifique como cristianos, judíos o musulmanes, se reúnen libremente para planificar como impulsar o destrozar una economía nacional, debaten como seguir sometiendo al mundo, como esclavizar “socialmente” e incluso para obstaculizar el desarrollo industrial evitando el progreso de los países emergentes. La forma más simple de conseguirlo es fomentando la guerra y conflictos confesionales en beneficio de un criminal propósito.

Los Hermanos Musulmanes están bien relacionados y conforman alianzas con Fundamentalistas Cristianos de Estados Unidos y con grupos de poder económico judíos. Dicho vinculo va desde relaciones exteriores entre estados, contactos políticos de alto nivel, negociaciones en casos de crisis internacional, negocios transnacionales como el petróleo y producción industrial, banca internacional, blanqueo de dinero, etc. Que quede bien claro: Los Titiriteros del Mundo no tienen religión, su única religión y amor es el Poder y el dinero. A la “masa sucia” nos dividen y confrontan en una "guerra de civilizaciones", es decir, enemistad entre musulmanes, cristianos y judíos. Aún así, hay gente del Poder que cree a píe juntillas las profecías y mensajes mesiánicos.

Esa "extraña" simbiosis ideológica entre fundamentalistas cristianos, Hermandad Musulmana, sionismo y ortodoxia política judía (en Israel) se refleja constantemente en poderosos grupos del cristianismo evangélico que respaldan la política de los Estados Unidos, son tan influyentes como los hobbies sionistas. La 'Fellowship Foundation', por citar una, organiza cada año el “Desayuno Nacional de Oración”, en Washington D.C. donde “rezan” con el presidente de los Estados Unidos, constituyen "una enorme y monstruosa conspiración que desafía la imaginación, una conjura criminal de lunáticos religiosos, fascistas medievales, demagogos delirantes del ‘Final de los Tiempos’, pedófilos, beatos y católicos de nombre que se amparan en el cristianismo y el patriotismo. Los ricos empresarios de derechas, industriales multimillonarios, políticos conservadores y cristianos de derechas con los manipuladores religiosos de masas de más baja ralea manipulan la opinión pública para influir en el gobierno. Presentando a “Jesús” a hombres poderosos, esta organización clandestina ha logrado cambiar radicalmente el panorama político de la diplomacia estadounidense. Así es como un movimiento religioso destructor se ha hecho con el control casi total de la maquinaria del gobierno de los Estados Unidos... para controlar la sociedad y el gobierno... Se les perdonan sus trasgresiones  porque se han sometido a Dios... A los políticos les encanta entrar en el grupo porque para ellos es el modo de eludir responsabilidades de sus actos”. 

Lo curioso es que grupos como la "Fellowship" cuentan con "católicos conservadores, protestantes, evangélicos, judíos ortodoxos, judíos neoconservadores de tendencia seglar, fundamentalistas suníes, musulmanes wahabíes, budistas e hinduistas, etc., todos ellos activos cooperantes de un proyecto que se sirve de Jesús para justificar su acceso a la más altas esferas del gobierno y los negocios" (en febrero de 2015, la presencia del Dalai Lama en el Desayuno Nacional de Oración también contó con la presencia de Barack Obama y líderes musulmanes). (Citas del libro "Los Señores de las Sombras", Daniel Estulin, editorial Planeta, 2007)


 La presencia del Dalai Lama en el Desayuno Nacional de Oración, febrero 2015, contó con la presencia de Barack Obama y líderes musulmanes.


Como se observa, esto no tiene nada que ver con la religión, pero sí mucho que ver con la influencia política y económica, es un culto capitalista. Pat Robertson (recientemente fallecido) es el más claro ejemplo del predicador y fundamentalista cristiano, amigo y socio comercial de genocidas africanos como Charles Taylor y Mobutu Sese Seko. Robertson fue empresario televangelista (El Club 700) y activista político de la derecha cristiana. Quienes desean que el fin de los días llegue ya (para "salvar" su egoísta alma) hoy tienen que buscar a Mike Evans, un ex predicador belicista del Club 700, éste "sabio" le animará apoyar a Israel para que bombardee Irán con ayuda estadounidense, "es la única manera de salvar a Israel", dice, y continúa: "Estados Unidos solo puede evitar el Armagedón iniciándolo". Y las congregaciones evangélicas lo aplauden, lo que quiere decir que desean el "gran viaje". Evans no es el único en pedir que el Armagedón comience mañana.

El Dr. Evans escribió recientemente para el Jerusalem Post el artículo "Estados Unidos necesita bombardear Irán", desatando su odio hacia los musulmanes e inculcando a sus fieles y benefactores el sermón de que todo buen cristiano tiene que ser un enemigo de los árabes, de Rusia, de China, "un fanático contra todos y todo lo que no sea de interés para Israel". Y, claro, los buenos cristianos aplauden la masacre de inocentes en Gaza. Evans no está solo, tras él tenemos a la inmensa mayoría de las élites, neoconservadores, corporaciones privadas que fungen como medios de comunicación estadounidenses, sionistas, que alientan el proyecto para la inmediata destrucción de Irán, algunos en Europa como los lores y damas británicas, las viejas dinastías reales, la gran banca, etc., miran con buenos ojos el plan. Estas instituciones de Occidente están en contra de cualquier cosa que se interponga en el camino de la dominación mundial total y el dominio sobre toda la humanidad. (Phil Butler, "¿Están listos los evangelistas estadounidenses para seguir a los sionistas hasta el Armagedón?")


Por raro que le resulte todo esto a personas que si utilizan el sentido común como guía, en vez de lo abstruso de las profecías como la del "Final de los Tiempos" de los lunáticos predicadores de la Biblia, vemos que existe en el mundo islámico un mellizo ideológico, la Hermandad Musulmana. 


Insistamos en algo que ya puntualizamos (perdón por redundar). Los grupos de Poder que pretenden controlar el mundo no priorizan la religión, ese es un aspecto accesorio para sus fines, se valen de la religión para atemorizar a la población, siempre ha sido así desde tiempos inmemoriales. Así vemos como cristianos, judíos y musulmanes de las élites financieras se unen para conformar esa Hermandad Global, donde sus personales creencias místicas quedan relegadas a un segundo o tercer plano. Otra particularidad es que dentro de ese círculo de Poder si hay fanáticos religiosos, como los wahabíes musulmanes, los fundamentalistas apocalípticos cristianos y ciertos ortodoxos políticos judíos (el judaísmo tampoco es uniforme al igual que las otras confesiones).

Por sentado, existe gente dentro de esos grupos que quieren convertir la Tierra literalmente en un infierno (guerra convencional y nuclear), son los fundamentalistas cristianos con sus “oraciones" que claman por la llegada del ‘Fin de los Tiempos’. Esa ideología, que no coincide con los postulados de su fe, consigue que los devotos lo acepten como algo irremediable (en términos religiosos). 

"El fundamentalismo cristiano, moral y teológicamente, cree lo mismo que el fanático fundamentalista islámico, desde puntos de vista diametralmente opuestos. Cada uno de los dos es un reflejo exacto del otro y cada uno de los dos, al verse acorralado, reaccionará de la misma manera. Pero si un hombre tiene un dedo puesto en un botón nuclear, su acto de autoinmolación en nombre de su Dios arrastrará con él a toda la humanidad…”.

Si los fundamentalistas islámicos aceptan el terrorismo como arma moral, ¿por qué no podrían hacer lo mismo los charlatanes milenaristas del fundamentalismo cristiano?... y lo hacen. ¿Quién es más peligroso?, ¿el yihadismo intolerante con cientos de candidatos a inmolarse con explosivos; o, el fanático fundamentalista cristiano enquistado en el Poder que puede acceder al 'botón nuclear'? El fundamentalismo religioso, cualquiera sea la creencia, solo puede llevarnos a un rumbo, la autoinmolación.

El fundamentalismo no se apuntala en el dogma de las virtudes cristianas de caridad, perdón y comprensión, se basa en el concepto de la guerra: en una gloriosa e inexistente lucha entre las "fuerzas de Dios" y las del "Maligno". Así, en el denominado "Proyecto Megido", las sectas cristianas milenaristas podrían escenificar un acto terrorista nuclear del fin del mundo. Un viejo informe del FBI señala que: "la mezcla explosiva de las teorías conspiradoras de la religión apocalíptica y del Nuevo Orden Mundial puede provocar actos de violencia encaminados a precipitar el fin del mundo profetizado en la Biblia". Megido es una colina al norte de Israel y, según una interpretación de las profecías, es allí donde tendrá lugar el final de los tiempos, el Armagedón o batalla final entre las fuerzas de la luz dirigidas por Jesucristo y las fuerzas de las tinieblas al mando de Satanás o el Anticristo.




En el gobierno de Ronald Reagan, los fundamentalistas (presidente incluido) conceptuaban a la extinta Unión Soviética como el “Imperio del Mal” en el sentido religioso y no metafórico, el “anticristo” era la URSS. Algunos estudiosos de las creencias de Reagan están convencidos que la ideología del Armagedón fue la raíz de la política exterior y militar-nuclear de Reagan, esos fundamentalistas pensaban que estaban en guerra contra el “anticristo” (encarnado en el comunismo y la URSS).

Para que la gente “piense” igual que Dios, nos tuvieron al borde de la tercera guerra mundial nuclear. Reagan estaba convencido que la batalla final de la tercera guerra mundial, es decir, el Armagedón, se librará en alguna parte del Oriente Medio. En 1980, Ronald Reagan, en entrevista televisada dijo: "Puede que seamos la generación que verá el Armagedón". Hablamos de un anticipo mesiánico, de histeria apocalíptica de lo que llaman “los Últimos Días”. El “anticristo” (URSS o alguien diferente) luchará contra las “fuerzas de Dios” (encarnados en los Estados Unidos). Como todo está escrito en la Biblia, ya conocemos al ganador de antemano. “Las fuerzas de Dios”, bajo mando de Jesús vencerá en la partida

Eso no es todo, existe un mensaje con esta amenaza apocalíptica: Si no te arrepientes ahora, si conscientes que te “salven” (los predicadores) y, si das una contribución monetaria a la iglesia, "se te ahorrará toda la carnicería transportándote a un lugar seguro hasta que se haya resuelto el conflicto. En una variante de este tema, ciertos predicadores fundamentalistas hablan de un momento en la generación presente en que los fieles serán «arrebatados»". 

El peligro consiste en que, algunos de estos fundamentalistas modernos norteamericanos enquistados en el poder de la nación nuclear más poderosa del mundo, se creen literalmente todo, como fue el caso del ex presidente Reagan. Esta clase de personas se han resignado a que el Apocalipsis sea inminente y esperan tal suceso para salvar su “alma”, proclaman estar listos para ingresar en el selecto club de la eterna felicidad celestial con el milenario “Reino de la Segunda Venida”.

"Si se tolera que la histeria del fundamentalismo norteamericano se convierta en una profecía de esas que por su propia naturaleza contribuyen a cumplirse, una profecía adoptada y aceptada nada menos que por la Casa Blanca, el resultado bien podría ser, de modo harto literal, el fin del mundo. Este fin del mundo no sería el retorno extático de sadoquitas muertos hace siglos y que, cogidos de la mano, darían saltitos por los Campos Elíseos, sino la lenta y asfixiante agonía de un invierno nuclear. Si ese es el único sentido que cabe encontrar en la era moderna, verdaderamente la humanidad está en bancarrota y Dios -como quiera que lo conciban las diversas confesiones- sencillamente habrá malgastado su tiempo". (citas entre comillas de los últimos párrafos son tomadas del libro "El Legado Mesiánico", de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln. Ediciones Martínez Roca, 2006)


... El problema es que la religión judía no cree en estas chorradas milenaristas cristianas, no encaja para nada en su doctrina mesiánica (a la espera del Mesías judío, tal como ellos lo identifican). Entonces, ¿cuál es el juego del cristianismo evangélico?, ¿cómo encaja el sionismo cristiano y su cegado celo por respaldar la política genocida y expansionista del estado de Israel?. La respuesta corta es que las élites tienen otra agenda secreta que las devotas bases ignoran; así funciona la política en cualquier ámbito.


El judío secular y el ortodoxo no político defienden como cualquier religión, que el judaísmo es solo espiritual. Y, toda religión, proclama desde el amor a los semejantes hasta la justicia y la paz. El verdadero judaísmo es Mesiánico (esperan a su Mesías) y es universalista (como el cristianismo), esperan el establecimiento del "Reino de Dios en la Tierra" (de otra forma). Nada extraño que no proclame cualquier religión monoteísta, pero ese mesianismo judío no tiene nada de comparación con el cristianismo, los judíos rechazan el "Apocalipsis" que se encuentra en el "Libro de las Revelaciones" o "Revelación de Juan" que fue redactado a fines del primer siglo de la era cristiana y en idioma griego (último libro del Nuevo Testamento). No deseo ahondar más en este punto, pero hay que destacar la ira -literal- que desatan los cristianos evangélicos en Israel cuando insensatamente intentan predicar a Jesús en comunidades ortodoxas judías, a eso yo llamaría provocación (!evangelizar a los judíos!), más de uno(a) ha recibido al  menos un buen puntapié. Tampoco nos vamos a poner teológicos, así que si os interesa el tema... a investigar.


El sionismo cristiano


Algunos de los máximos líderes de Estados Unidos han sido grandes impulsores del Movimiento Cristiano Sionista de América con la falsa religión de Cristianos Unidos por Israel (CUFI). El sionismo, movimiento internacional para el regreso del pueblo judío a Sión, la tierra de Israel, en su origen fue un movimiento político, hoy se ha transformado en una ideología. Las raíces del sionismo la encontramos en el Génesis (capítulos 12 y 15), Dios hace un pacto con Abraham prometiéndole que sus descendientes heredarían la tierra entre Egipto y el río Éufrates. Pero el trasfondo religioso del judaísmo no tenía nada que ver con el sionismo. El sionismo cristiano viene a constituirse en el respaldo de los "gentiles" al sionismo judío en base a las promesas bíblicas a Israel (Jeremías 32 y Ezequiel 34). Los sionistas cristianos son en su generalidad evangélicos, respaldan de cualquier forma al estado de Israel. Según los dispensacionalistas se cumple la profecía cuando los judíos regresan a la Tierra Prometida, una señal de que el mundo ha entrado en el fin de los tiempos.


El sionismo es sólidamente fuerte dentro de las comunidades cristianas evangélicas de Estados Unidos, la mayoría religiosa del país, suele denominársele "sionismo cristiano", sus características: anti-islámicos y anti-palestinos (no debemos caer en el error de pensar que la población aprueba la política guerrerista de sus gobiernos). La mayoría de las confesiones cristianas políticamente se alinearon con el Partido Republicano (a excepción de las iglesias cristianas afroamericanas y otras minorías confesionales que se inclinan mayoritariamente por los Demócratas). 

Estos grupos pro-sionistas (y los hay a lo largo del mundo) tienen intereses político-económicos, como ultraconservadores cristianos (católicos también) ofrecen incondicionalmente su respaldo a Israel justificando crímenes con una falsa connotación religiosa amparados en la Biblia. Un considerable conjunto de éstos sionistas cristianos influyen en los gobiernos de Estados Unidos y Europa, avalan que los sionistas judíos de Israel expongan sin tapujos esa naturaleza violenta, desproporcionada y represiva contra los árabes israelíes y palestinos de Gaza y Cisjordania, amparándose en principios talmúdicos como "ley divina".

Si sectores del judaísmo rechazan la ideología sionista, lo que no es ninguna novedad y si otros se oponen a Israel como estado, "¿cuánto tiempo más puede continuar este experimento psicopático en la expresión más radical del colonialismo del siglo XXI?" (Anthony J. Hall). En estos momentos (guerra contra Gaza) es incontrastable que se percibe una importante división reflejado en numerosas manifestaciones en defensa de los palestinos, por un lado entre los sionistas cristianos y judíos, que ejercen autoridad y poder económico; y, por otro lado, la "simple" mayoría de ciudadanos judíos y no judíos.

Desde hace mucho los cristianos evangélicos estadounidenses, con notable influencia en todos los gobiernos, se convirtieron gratuitamente, dada la interpretación literal de la biblia, en los mejores lobbies pro-Israel. Los votos de esta comunidad son decisivos en cualquier elección. El caso es que, si usted aspira a ser presidente de los Estados Unidos deberá primero reconsiderar su fe religiosa y hacerla pública, usted no puede darse el lujo de despreciar decenas de millones de votos del cristianismo evangélico. Las encuestas demuestran que más del 50% de la población no votaría por una persona que se declara atea (el famoso "puritanismo" americano). De allí que es fácil encontrar la explicación del por qué los mandatarios estadounidenses -aunque cristianos fervientes (casi todos)- coloquen sobre sus cabezas la kipá al visitar Israel (por supuesto que el uso de la kipá es obligatorio en cualquier recinto sagrado judío, profese o no la fe judía).

Quien se declara antisionista, siendo cristiano -incluso católico- debe siempre tener presente que es su propia confesión la que defiende ciegamente y vuelve intocable al sionismo, no solo en los Estados Unidos o el Reino Unido (con el anglicanismo), o en el resto de Europa con los protestantes y hasta en regiones del  "tercer mundo" donde es común encontrarnos con pobres comunidades cristianas que alaban y lanzan loas al "Señor de Israel" (eso en sí no es criticable, uno puede entregarse a la fe que su consciencia le diga). Intento demostrar que el sionismo no necesita ninguna exclusiva "conspiración judía" para "apoderarse del mundo". Por lo mismo, es imperativo destacar la totalmente absurda tesis que el antisemitismo es una 'amenaza existencial' para los judíos en Occidente


El ex presidente Trump y su vicepresidente Pence, recibiendo las bendiciones de los líderes evangélicos de los Estados Unidos quienes respaldaron al ex gobernante (foto archivo).


Es el cristianismo evangélico y otras confesiones pro-sionistas predominantes en Norteamérica y Europa, a través del liderazgo político de la mayor potencia mundial, quienes influyen en la política internacional pro-Israel (no al revés). No obstante, coloquialmente suele decirse que son instituciones manejadas por "judíos", eso significaría que la élite "superior" blanca, que siempre aplica las reglas del sometimiento a las naciones débiles (siguiendo el modelo nazi), de forma incondicional se "inclinaría" ante una "raza inferior", si debemos creer la tesis de una "conspiración mundial judía".  


Antisemitismo y Antisionismo

Debemos adentrarnos en el polémico tema del antisemitismo. 

El supuesto "antisemitismo" se ha disparado en todo el mundo por el desproporcionado conflicto que desata Israel contra la región de Gaza. Como nunca antes, medios de comunicación globales e incluso gobiernos e instituciones internacionales protestan por la carnicería humana en contra de una población indefensa. Es que, digámoslo seriamente, a nadie con algo más de dos centímetros de frente puede decírsele que Israel está en guerra, Israel no tiene un ejército enemigo que se lo oponga, llámenlo como quieran (grupo terrorista si es necesario), pero Hamás ni ninguna otra organización política palestina conforman un ejército, los palestinos simplemente se rebelan, resisten a ser exterminados, no tienen la más mínima posibilidad de vencer militarmente, defendiéndose con lo que puedan obtener. Ergo, Palestina va ganando la "guerra" moral al denunciar las atrocidades en contra de los civiles. Ese es el miedo de Israel y para aplacar la crítica mundial recurren al viejo chantaje del "antisemitismo" y piden que el mundo -ahora sí- debe levantar la voz de protesta y luchar contra el odio.

Como al inicio de esta ponencia, el mundo se plantea más interrogantes que respuestas. ¿Qué hizo el sionismo para captar un inmenso poder -no solo en Estados Unidos y Europa, en el mundo occidental en general? Estamos conscientes que por temor a ser llamados antisemitas se prefiere guardar silencio o repetir el mantra "Israel tiene derecho a la legitima autodefensa", o -de plano- unirse a la "cruzada" antiterrorista. Es evidente que cualquier político o empresario puede ser arruinado si es tildado de antisemitismo mediante una acusación sin sentido, solo por expresar que no es moral ni legal lo que Israel hace con los habitantes de Gaza y el resto de Palestina; "la masa sucia" (los simples ciudadanos del mundo) como no existimos, no contamos con ese privilegio de la atención de los medios, salvo excepcionales circunstancias como pacíficas marchas públicas.

Los estadounidenses si que tienen problemas para controlar a los furibundos miembros del gobierno israelí, y los pocos con conciencia que alzaron la voz, que no apoyan los crímenes de guerra israelíes, serán obligados a dimitir, acusados de antisemitismo. Está claro que el único pueblo de la Tierra que puede hacer lo que quiera -negando el derecho a contradecirles- es Israel. Israel y el sionismo no pueden recibir críticas ante su impudicia.

Los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y otros aliados prohíben las manifestaciones contra el genocidio de los palestinos, contra el despojo territorial y el robo de su propiedad como si de actos antisemitas se tratara, incluso se ha llegado a prohibir la exhibición de la bandera palestina cuando la realidad es que Palestina es un estado observador de las Naciones Unidas y sus símbolos tienen reconocimiento mundial. En los EEUU firmas de abogados y corporaciones se hallan reuniendo los nombres de universitarios que protestan contra el genocidio, formarán parte de las listas negras para impedirles conseguir empleo en el futuro, desde inicios de noviembre los principales bufetes de abogados en los EEUU se dirigieron a las más prestigiosas universidades con amenazas si no detenían a los estudiantes de derecho "eliminando el antisemitismo". Es una sentencia que ninguno de ellos recibirá ofertas de empleo de las poderosas firmas de abogados.

Es imperioso recalcar la cuestión del supuesto antisemitismo y las manifestaciones “contra el antisemitismo” organizadas por los gobiernos de Estados Unidos y Europa como una contra-manifestación ante espontáneas marchas ciudadanas en diversas ciudades occidentales que protestan contra los crímenes de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel). Destaca Thierry Meyssan en "Cómo Netanyahu falsifica la actualidad" (noviembre 2023) que,

"Como todas las guerras, la guerra de Israel contra la población palestina incluye un enfrentamiento mediático. La Resistencia palestina no necesita relatar la injusticia que motiva su lucha porque esa injusticia está a la vista de todos. Pero Israel sí se ve obligado a tratar de convencer a todos de su “buena fe” y eso, al cabo de tres cuartos de siglo de constantes violaciones del Derecho Internacional, está lejos de ser tarea fácil. Para lograr que la opinión pública occidental respalde su causa, relativizando la masacre que se perpetra en Gaza, Israel estimula la organización de manifestaciones de apoyo en los países de Occidente. Ante la imposibilidad de exhortar a la gente a salir a la calle para expresar respaldo a un ejército que está cometiendo un genocidio, el Mossad sugiere la realización de manifestaciones “contra el antisemitismo”. 

El Mossad también ha utilizado a veces otro argumento: afirma que los inmigrantes árabes apoyan al Hamás y son por consiguiente antisemitas, así que los estados europeos tendrían que tomar medidas para proteger a “sus” judíos. La manifestación organizada en Washington denunció la supuesta barbarie del Hamás, reunieron miles de personas, principalmente cristianos sionistas; la de París se centró en la lucha contra el antisemitismo. Pero ninguna de las dos atrajo las ingentes masas de manifestantes que se esperaba, incluso numerosas asociaciones judías boicotearon la manifestación de Washington, comenta Meyssan.


Manifestantes del grupo de campaña 'Voz Judía por la Paz' protagonizan una protesta dentro del Edificio del Capitolio de Estados Unidos en Washington DC. EFE/EPA/WILL OLIVER, octubre 2023.


Dentro del contexto de lo explicado, es norma común del gobierno de Israel difundir declaraciones de "antisemitismo" para perturbar a la opinión pública, sutil forma de presionar a los gobiernos occidentales para apoyo económico y militar. Desde su fundación lo ha hecho con Alemania, inicialmente para que pague por concepto de compensaciones y reparaciones para las “victimas de la guerra” debido a la política genocida del nazismo; otras tantas indemnizaciones por el expolio de la riqueza de la judería europea, hasta el  presente el Congreso Mundial Judío plantea juicios a los banqueros suizos por miles de millones de dólares que corresponden a los activos nazis depositados en cuentas suizas. ¿Deberíamos recordar que el Estado de Israel se  creó en 1948 y que las víctimas (y otras presuntas víctimas) del nazismo eran ciudadanos de diversos estados, a excepción de Israel, país que no existía?.

Israel sobrevivió sus primeras décadas gracias a las reparaciones alemanas, a la ayuda norteamericana, a los regalos franceses e ingleses y a los donativos de la Diáspora. En el caso alemán puede incluso insinuarse que es un caso de chantaje, los israelíes siguen recaudando jugosas divisas de Alemania, medida que puede ser puesta en práctica casi indefinidamente y capaz de asegurar el equilibrio de las finanzas del Estado de Israel.

Tel-Aviv necesita ciertas y periódicas dosis de antisemitismo, por ello se complace cuando energúmenos de extrema derecha, supremacistas blancos y neonazis se dedican a calumniar y ofender por simple odio y discriminación, sin saberlo coadyuvan con la "causa" israelí, es decir: solidaridad internacional, nuevas ayudas financieras y provisión de sofisticado armamento para luchar contra las hondas palestinas. 

Es necesario saber diferenciar. 

Respecto al antisionismo Israel suele decir que es una máscara que oculta a los antisemitas, intenta (parece conseguirlo en ocasiones) unificar estos dos conceptos, pero ser antisemita o ser antisionista, no es la misma cosa. Como importante curiosidad, la mayoría de los judíos practicantes estadounidenses son antisionistas, mientras que la mayoría de los judíos europeos son sionistas, siendo los poderosos y ricos grupos de cabildeo (lobbies) sionistas quienes imponen su influencia en las decisiones políticas de los Estados Unidos.

El antisemitismo es tan antiguo como el origen del cristianismo (en Europa estaba ya presente con el imperio romano), continúo en la edad media (pogroms) bajo la iglesia católica y tuvo su versión más desalmada durante el dominio nazi de Europa. El antisemitismo europeo en su época más infame acusaba colectivamente a los judíos de haber matado a Cristo y hasta de haber provocado la degeneración de la raza aria... Hay que recordar - a algunos- que el judaísmo es una religión, no una raza, mala "noticia" para los seguidores de Hitler, contrario a lo que él afirmaba en sus caprichos políticos, no existe una raza judía. 

Antisemitismo significa "prejuicio u odio a los judíos". Todos estamos de acuerdo que semitas son también los pueblos árabes, pero el término quedó vigente en el sentido como es conocido desde el siglo XIX cuando un periodista alemán, Wilhelm Marr, definió el antisemitismo como denotación del odio a los judíos y otras tendencias "liberales" atribuidas a los judíos. El antisemitismo se compara con la forma más común de xenofobia: el racismo, sancionado por la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y que forma parte de la legislación penal en una gran mayoría de países del mundo. 

El término antisionismo -que ya existía- se consolidó a raíz de la declaración de independencia del estado de Israel. El sionismo -sin más rodeos- es el movimiento político que luchó por el establecimiento de un estado judío y que hoy protege al estado independiente de Israel. El sionismo no es un movimiento religioso, así como Israel no es (todavía) un estado judío (aunque así se lo denomina desde la declaración de independencia, las cosas vienen cambiando desde el 2018 con las nuevas leyes fundamentales). 

Es bueno comprender que el sionismo heredó la creencia "supremacista judía arraigada especialmente en los comentarios talmúdicos escritos durante y después de la era de Babilonia. El trato degradante de los no judíos ha sido trazado, renovado y elaborado en muchos comentarios escritos por los autores rabínicos del Talmud hasta el día de hoy. Esta herencia talmúdica se fusionó en el momento de la creación del sionismo a finales del siglo XIX, con el espíritu generalizado del nacionalismo imperialista etnocéntrico que impregnó la era victoriana durante su cenit. El núcleo del proyecto sionista implicaba la creación de una nación judía mayoritariamente europea que se inyectaría en el reino árabe en el punto de unión de Europa, Asia y África". (Los judíos que constituyeron el estado de Israel fueron en su mayoría de origen europeo) (Prof. Anthony J. Hall, "Is the Zionist Project Over? Applied Zionism Demonstrates Its Radical Extremism")

Podemos considerar el antisionismo como un acto u opinión de carácter político público que protesta contra el nacionalismo judío que persigue imponer un proyecto colonial en Palestina. En la actualidad suele decirse popularmente que el antisionista es un "opositor" al supuesto "Nuevo Orden Mundial Sionista" (NWO), por lo que el sionismo hasta cierto punto (no del todo) remplazó al antisemitismo. 


El actual presidente de los EEUU, Joe Biden, durante una visita a Israel en 2010, cuando era vicepresidente (Administración Obama) Fotografía: Ariel Schalit/AFP/Getty Images


Diversos foros internacionales entre estados han debatido por décadas sobre la naturaleza del sionismo. Así el extinto Movimiento de Países No Alineados concluyó que el sionismo "amenaza la paz y la seguridad del mundo" y pidió oponerse a esa ideología "racista e imperialista"; en igual sentido se pronunció la Organización de la Unidad Africana (OUA): el sionismo impone una "política destinada a oprimir la dignidad y la integridad del ser humano". Y, lo más trascendental, en 1975 la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución 3379, determinando que el sionismo es una "forma de racismo y de discriminación racial" (10 de noviembre de 1975). Presiones del Poder Mundial lograron dejar sin vigor esa Resolución en 1991.


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Notas:

"Los Señores de las Sombras", Daniel Estulin, editorial Planeta. 2007

"El Legado Mesiánico", de Michael Baigent, Richard Leigh y H. Lincoln. Ediciones Martínez Roca. 2006

Cómo Netanyahu falsifica la actualidad

Is the Zionist Project Over? Applied Zionism Demonstrates Its Radical Extremism

LA HERMANDAD MUSULMANA

Meaningless Accusations of Anti-Semitism: The Moral Conscience of the Western World Has Been Silenced

Apuntes sobre el sionismo

Are American evangelists ready to follow the Zionists to Armageddon?

Más lectura de artículos de prensa de actualidad. 

18 noviembre 2023

El enfrentamiento con John F. Kennedy casi hizo estallar el programa nuclear de Israel



 

Avner Cohen / William Burr

Haaretz (3 mayo de 2019)

Título original en inglés: "How a Standoff With the U.S. Almost Blew Up Israel's Nuclear Program"


 Rememorando los 60 años del asesinato del presidente John F. Kennedy


Introducción por el editor del blog

Este es un artículo de seguimiento de las entradas anteriores: Jack Ruby: La pistola humeante de Israel y ¿Mató Israel a los Kennedy?, ponencias del investigador francés Laurent Guyénot. Esta tercer entrega destaca en importancia debido a su publicación original, el reconocido periódico de Israel, "Haaretz", del 3 de mayo de 2019. Los autores del reportaje son Avner Cohen y William Burr. El primero dicta clases "de estudios de no proliferación" en The Middlebury Institute of International Studies, una escuela de posgrado de Middlebury College (Monterey - California), Cohen es autor del libro "Israel y la bomba". En cuanto a Burr, es analista sénior en el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, dirige el Proyecto de Documentación Nuclear y es editor de su propia página web "The Nuclear Vault".

En términos generales, es demostrable que Estados Unidos e Israel mantuvieron una tensa relación diplomática en el gobierno de John F. Kennedy. Por muy curioso que parezca, los registros oficiales anteriores a esa "amistad inamovible" casi que han desaparecido desde el asesinato de JFK en noviembre de 1963. Pero, ¿qué exactamente ha sido borrado de los archivos? La audaz decisión de Kennedy de intentar evitar que Israel obtenga armas nucleares, esto fue un gran secreto durante medio medio siglo. Curiosamente ha sido un medio israelí (no es el único que lo hecho, otras publicaciones anteriores pasaron desapercibidas) quien destapó el interés mundial por esta historia.

No sabemos si Cohen y Burr, conscientes o no, desvelaron con su reportaje pistas que bien puede relacionarse o conducirnos a un "leitmotiv" para el asesinato de JFK. Ellos señalan que, en efecto, una dura disputa entre Estados Unidos e Israel por las armas nucleares tuvo lugar, la grave crisis pudo haber sido también el detonante para la renuncia de Ben-Gurión, el "padre de Israel", precisamente en junio de 1963, aunque aquello más bien prolongó la tan esperada respuesta oficial del gobierno de Israel a un "ultimátum" de Estados Unidos porque el nuevo gobierno necesitaba tiempo para "estudiar" el caso. El nombrado primer ministro Levi Eshkol aceptó finalmente una inspección secreta estadounidense a Dimona (mediados de enero de 1964), los hechos son confusos, los inspectores informaron que la visita fue "tan completa y exhaustiva como el tiempo lo permitió" (visita incompleta de pocas horas), señalaron no haber encontrado evidencia de actividades relacionadas con armas nucleares. Curiosamente los inspectores demostraron asombro y se preguntarían ¿para qué tanto trasto en un pequeño país, dado que "no pasó nada"? Habrán "concluido" que Israel quiere producir exceso de energía para brindarles a sus vecinos árabes... 

Israel tuvo que reconocer un buen tiempo más tarde que el reactor de Dimona funcionaba desde 1963. Las evidencias demuestran que Israel robó uranio de Estados Unidos (cientos de kilos de uranio altamente enriquecido U-235 a través de la empresa estadounidense NUMEC que producía combustible nuclear para la Marina de los Estados Unidos. Esa empresa tenía relaciones directas con la ´Oficina de Relaciones Científicas´ de Israel, acrónimo del servicio secreto israelí LAKAM). Francia proveyó el agua pesada e inicialmente entregó uranio, con eso se fabricaron las primeras bombas atómicas de Israel. Charles De Gaulle fue nombrado presidente de Francia en 1958, se dice que entendía que la cooperación nuclear con Israel tenía fines pacíficos (energía nuclear para uso civil). De Gaulle y Kennedy se percatarían que el asunto iba por la vía militar.

De todo esto, sagaces investigadores intuyen que Israel, a través de James Angleton, agente doble dentro de la unidad de contrainteligencia de la CIA, tuvo los medios para desarrollar una trama que culminó con el magnicidio de Kennedy. ¿Cabría esa posibilidad?

Tras el asesinato de JFK el nuevo presidente Lyndon B. Johnson inició la "altruista" tarea de apoyar económicamente a Israel, además de brindarle todo tipo de armamento; en otras palabras, Johnson autorizó a Israel construir sin restricciones su propio arsenal nuclear.

El artículo  original de Cohen y Burr (Haaretz) ha sido reproducido por otros sitios -principalmente en inglés-. Por ejemplo, la conocida SOTT lo publicó íntegramente bajo el título: "Declassified after 56 years: JFK was engaged in 'existential' battle with Israel over its nuclear weapons program" (Desclasificado después de 56 años: JFK estaba involucrado en una batalla "existencial" con Israel por su programa de armas nucleares). 

Pero, si usted está más interesado en saber Cómo Israel construyó un programa nuclear justo delante de las narices de los estadounidenses (haga click en el subrayado), Avner Cohen y William Burr presentaron en Haaretz (17 de enero de 2021) una versión más prolija del tema nuclear (en esta ponencia se enfoca más la oposición del presidente Kennedy al desarrollo nuclear con fines militares de Israel).

No prologuemos más, dejemos que Cohen y Burr nos relaten su propia investigación.

T. Andino


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El ultimátum de Kennedy, la respuesta "enfermiza" de Ben Gurión y una inspección nuclear "fiasco": documentos recientemente desclasificados arrojan luz sobre la crisis diplomática que algunos temían que pudiera conducir a una redada estadounidense en la planta israelí de Dimona.


A lo largo de la primavera y el verano de 1963, los líderes de Estados Unidos e Israel –el presidente John F. Kennedy y los primeros ministros David Ben-Gurion y Levi Eshkol– se enzarzaron en una batalla de voluntades de alto riesgo sobre el programa nuclear de Israel. Las tensiones eran invisibles para la opinión pública de ambos países, y sólo unos pocos altos funcionarios, a ambos lados del océano, eran conscientes de la gravedad de la situación.

En Israel, los que sabían vieron la situación como una crisis real, como un ex asesor científico de alto nivel, el profesor Yuval Ne'eman, le dijo a uno de nosotros (Avner Cohen) hace 25 años. Ne'eman recordó que Eshkol, el sucesor de Ben-Gurión, y sus asociados vieron a Kennedy como un verdadero ultimátum para Israel. Incluso hubo un alto funcionario israelí, me dijo Ne'eman, el ex comandante de la Fuerza Aérea de Israel, el mayor general Dan Tolkowsky, que seriamente albergaba el temor de que Kennedy pudiera enviar tropas aerotransportadas estadounidenses a Dimona, el hogar del complejo nuclear de Israel.

Lo que estaba en juego era el futuro del programa nuclear de Israel. Kennedy, con un compromiso excepcionalmente fuerte con la no proliferación nuclear, estaba decidido a hacer todo lo posible para evitar que Israel produjera armas nucleares. Ben-Gurion (y más tarde Eshkol) estaban igualmente decididos a completar el proyecto de Dimona. Para ellos, la capacidad nuclear era una póliza de seguro indispensable contra las amenazas existenciales a Israel. El intercambio entre el presidente estadounidense y los dos primeros ministros ilustra tanto la tenacidad de Kennedy como la obstinación de los líderes israelíes.

A principios de esta semana (mayo 2019), publicamos -en el sitio web del Archivo de Seguridad Nacional- una colección de casi 50 documentos estadounidenses de los archivos estadounidenses que iluminan por primera vez el alcance total de esta confrontación secreta estadounidense-israelí. La colección incluye no sólo todo el intercambio de mensajes entre los líderes -Kennedy, Ben-Gurion y Eshkol-, sino también muchos documentos estadounidenses relacionados, algunos de los cuales fueron desclasificados y sólo estuvieron disponibles en los últimos meses.

Estos incluyen un informe completo de los inspectores estadounidenses que visitaron Dimona en 1964; memorandos en los que altos funcionarios de la Casa Blanca deliberaban sobre cómo tratar con el primer ministro; y evaluaciones de inteligencia que habían analizado si el reactor nuclear de Israel estaba, como insistían los israelíes, realmente destinado a un uso pacífico.


(Notas y fotografía incorporadas por el editor del blog) El Presidente Kennedy firma el Tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares en la Sala de Tratados de la Casa Blanca. (Fotografía de Robert Knudsen, en la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy, Boston. 7 de octubre de 1963). El Tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares en la atmósfera, en el espacio exterior y bajo el agua es un tratado internacional que prohíbe todas las pruebas de detonaciones de armas nucleares, salvo las realizadas en el subsuelo. Fue elaborado para detener la carrera armamentística y para combatir la contaminación atmosférica de residuos nucleares ocasionada por tales ensayos. Fue ratificado el 5 de agosto de 1963 y entró en vigencia el 10 de octubre de 1963. Contradictoriamente, el desarme y la cooperación global, impulsados por la "Doctrina Kennedy", chocaba con una premisa dominante durante los años de Kennedy, la necesidad de contener el comunismo a toda costa (Vietnam, Laos, Cuba...). En ese ambiente de Guerra Fría la llamada de Kennedy a "la unión y a la fuerza militar unidas en la lucha contra el comunismo" fue una prerrogativa.  


Kennedy, la no proliferación e Israel


Más que cualquier otro país, fueron sus tratos con Israel los que impresionaron al presidente Kennedy tanto en la complejidad como en la dificultad de detener la proliferación nuclear.


En el otoño de 1960, poco después de la elección de Kennedy, la administración saliente de Eisenhower se enteró por primera vez del reactor Dimona que Israel y Francia habían comenzado a construir en secreto durante 1958.

La CIA emitió una Estimación Especial de Inteligencia Nacional (SNIE, por sus siglas en inglés) que determinó que "la producción de plutonio para armas es al menos uno de los principales propósitos de este esfuerzo". Además, la estimación predijo que si el mundo árabe creyera que Israel estaba adquiriendo una capacidad de armas nucleares, causaría "consternación" y se culparía a Estados Unidos y Francia por su presunto apoyo al proyecto.

En una sesión informativa en la Casa Blanca el 19 de enero de 1961, la víspera de su toma de posesión, Kennedy preguntó qué países estaban buscando la bomba. "Israel e India", le dijo el secretario de Estado saliente, Christian Herter, y agregó que el reactor de Dimona, entonces recién descubierto, sería capaz de producir 90 kilogramos de plutonio apto para armas en 1963, suficiente para 10 a 15 armas nucleares. Herter instó a Kennedy a presionar para que se inspeccionara Dimona antes de que Israel introdujera tales armas en Oriente Medio.

Aunque Kennedy tuvo que abordar una variedad de temas difíciles desde el principio, que iban desde los planes de la CIA para una invasión de Cuba hasta una crisis sobre Laos, a los pocos días de asumir el cargo comenzó a instar a Ben-Gurion a aceptar una visita de Estados Unidos a Dimona, insistiendo en que una visita era una condición para las buenas relaciones diplomáticas. Al responder, Ben-Gurión se demoró, citando una crisis de gabinete que tenía que ser resuelta.

En abril de 1961, momento en el que Ben-Gurion, que había dimitido como primer ministro el 31 de enero, en protesta por la conducta de sus colegas con respecto al asunto Lavon, encabezaba un gobierno provisional, el embajador israelí en Washington, Avraham Harman, dijo a la administración que Israel había aceptado una visita a Dimona por parte de funcionarios estadounidenses. El 20 de mayo, dos científicos de la Comisión de Energía Atómica, U. M. Staebler y J. W. Croach, Jr., visitaron el sitio. Su equipo directivo explicó que la justificación tecnológica del proyecto era adquirir experiencia en la construcción y explotación de reactores nucleares que pudieran utilizarse en el futuro para la generación de energía con fines pacíficos.

A partir de documentos estadounidenses, sabemos que el equipo de AEC estaba "satisfecho de que no se les ocultó nada y de que el reactor tiene el alcance y el carácter pacífico descritos anteriormente". Esta visita sentó las bases para una reunión entre Ben-Gurión y Kennedy en Nueva York, el 31 de mayo de 1961.


Kennedy y Ben-Gurion, en mayo de 1961, posteriormente mantuvieron una tensa comunicación respecto a las armas nucleares de Israel (© DPA / AFP)


La justificación que Ben-Gurion presentó a Kennedy durante esa reunión, celebrada en el Hotel Waldorf Astoria, era coherente con lo que el equipo directivo de Dimona había dicho a los científicos estadounidenses: el proyecto nuclear era de naturaleza pacífica; Se trataba de energía y desarrollo. Sin embargo, la narrativa del líder israelí también dejó un pequeño margen de maniobra para un futuro cambio de rumbo. Su advertencia se redujo a unas pocas palabras: "Por el momento, los únicos propósitos son la paz. ... Pero veremos qué pasa en Oriente Medio. No depende de nosotros" (cursivas añadidas).


La segunda visita 'espontánea'

La reunión con Ben-Gurion ayudó a despejar las cosas durante algún tiempo, pero no eliminó las dudas y sospechas estadounidenses sobre las intenciones nucleares de Israel. A partir de junio de 1962, los estadounidenses comenzaron a tratar de organizar una segunda visita a Dimona, pero no lograron avanzar. No fue sino hasta el 26 de septiembre de 1962, después de frecuentes solicitudes durante varios meses, finalmente se realizó una visita de este tipo.

Hasta hace poco, poco se sabía de los documentos estadounidenses sobre esa segunda visita a Dimona, excepto que el embajador de Estados Unidos en Israel, Walworth Barbour, se refirió a ella como "indebidamente restringida a no más de 45 minutos". Documentos recientemente desclasificados arrojan nueva luz sobre la visita. El documento clave es un memorándum, escrito el 27 de diciembre de 1962 por el subdirector de la Oficina de Asuntos del Cercano Oriente, Rodger Davies, al secretario adjunto Philip Talbot, en el que se detalla la historia de la segunda visita.

Después de que los dos científicos visitantes de AEC, Thomas Haycock y Ulysses Staebler, inspeccionaran el pequeño reactor suministrado por Estados Unidos en Nahal Sorek, inesperadamente se les ofreció un recorrido turístico por el Mar Muerto. Más tarde, mientras los conducían de regreso a su hotel, su anfitrión les dijo que estaban cerca del reactor de Dimona y que se podía organizar una reunión con el director. El director no estaba allí, pero se reunieron y fueron informados por el ingeniero principal, quien les dio un recorrido de 40 minutos por las instalaciones. La frase final del informe afirma que "los inspectores no estaban seguros de si eran invitados de sus anfitriones científicos o estaban en una inspección. Aunque no han tenido tiempo de ver toda la instalación, y aunque hubo algunos edificios en los que no entraron, pudieron confirmar el carácter investigador de la instalación".

La naturaleza poco convencional de la visita despertó sospechas en Washington, especialmente en la comunidad de inteligencia. Durante una reunión interinstitucional, se citó a un experto en inteligencia de alto nivel, probablemente el subdirector de inteligencia Ray Cline, diciendo que "los objetivos inmediatos de la visita pueden haber sido satisfechos, (pero) ciertos requisitos básicos de inteligencia no lo fueron". También se observó que "había ciertas incoherencias entre el primer y el segundo informe de inspección".

Cualesquiera que fueran las dudas sobre el valor final de la inteligencia obtenidas de la segunda visita, el Departamento de Estado transmitió sus conclusiones a otros países. Unas semanas después de la segunda visita, justo cuando se desarrollaba la crisis de los misiles cubanos de octubre de 1962, el Departamento de Estado comenzó a informar discretamente a los gobiernos seleccionados que Dimona era un proyecto nuclear pacífico.


Principios de 1963: Estados Unidos renueva el interés

Sin embargo, a principios de 1963, resurgieron las preocupaciones sobre Dimona. A finales de enero, Kennedy había recibido una nueva Estimación de Inteligencia Nacional, titulada "El problema árabe-israelí", que destacaba el potencial armamentístico del reactor de Dimona. Sobre el potencial nuclear de Israel, el NIE llegó a la conclusión de que la instalación entraría en funcionamiento a finales de ese año y que para el año siguiente, 1964, "si se operaba a su máxima capacidad para la producción de plutonio apto para armas, el reactor podría producir suficiente plutonio para una o dos armas al año".

Para producir plutonio, Israel necesitaría una instalación para separarlo del combustible gastado del reactor, y el NIE reconoció que en ese momento la inteligencia estadounidense no tenía "ninguna evidencia para confirmar o negar la existencia de una instalación de separación". El NIE señaló que los israelíes habían hecho declaraciones contradictorias sobre una planta de reprocesamiento, incluidas declaraciones en 1961 (durante la reunión Ben-Gurion-Kennedy) de que planeaban construir una planta piloto, y en 1962 (aparentemente durante la segunda visita de Dimona) de que no tenían tales planes. Como indica nuestra colección, los israelíes dijeron a los inspectores estadounidenses en enero de 1964 que habían retrasado la construcción de una planta piloto para el reprocesamiento.

En reacción a la estimación de inteligencia, el funcionario del Consejo de Seguridad Nacional, Robert Komer, sugirió que Israel "intentará producir un arma en algún momento de los próximos años y podría tener una capacidad muy limitada para 67-68". En retrospectiva, y basándonos en publicaciones anteriores sobre este tema, podemos decir que esa evaluación resultó ser acertada. Komer informó al presidente que "estamos planeando una mejor mirada (a Dimona) en el próximo mes más o menos".


El reactor de Nahal Sorek. Después de que dos científicos visitantes de la Comisión de Energía Atómica inspeccionaran esta pequeña instalación suministrada por Estados Unidos, inesperadamente se les ofreció un recorrido turístico, que terminó con una parada en Dimona. (© Alon Ron)


A principios de febrero, los funcionarios estadounidenses caracterizaron la segunda visita a Dimona como un "fiasco" e instaron a nuevas ideas dentro de la AEC, el Departamento de Estado y probablemente la Casa Blanca sobre cómo Estados Unidos podría monitorear el reactor de manera efectiva y sistemática. Una de las conclusiones fue que un régimen de inspección eficaz exigiría visitas semestrales. La razón de la frecuencia propuesta era puramente técnica: para rastrear la extracción de plutonio apto para armas, debe haber dos visitas anuales, porque los reactores de producción operan en un horario mucho más corto que los reactores de investigación.

Semanas más tarde, a principios de marzo, Kent Sherman, director de la Oficina de Estimaciones Nacionales, que preparó las NIE, firmó una estimación de inteligencia en la que detallaba las graves consecuencias de la nuclearización israelí. "La política de Israel hacia sus vecinos se volvería más dura, en lugar de menos... Sería ... tratar de explotar las ventajas psicológicas de su capacidad nuclear para intimidar a los árabes y evitar que causen problemas en las fronteras". Además, al tratar con los Estados Unidos, Israel "utilizaría todos los medios a su alcance para persuadirlos de que aceptaran e incluso apoyaran su posesión de capacidad nuclear".

El 25 de marzo de 1963, el presidente Kennedy y el director de la CIA, John A. McCone, discutieron sobre el programa nuclear israelí. Según McCone, Kennedy planteó la "cuestión de que Israel adquiera capacidad nuclear", y McCone proporcionó a Kennedy la estimación de Kent de las consecuencias negativas anticipadas de la nuclearización israelí. Según McCone, Kennedy instruyó entonces al asesor de Seguridad Nacional McGeorge Bundy para que guiara al secretario de Estado Dean Rusk, en colaboración con el director de la CIA y el presidente de la AEC, para que presentara una propuesta "sobre cómo podría instituirse alguna forma de salvaguardias internacionales o bilaterales de Estados Unidos para protegerse contra la contingencia mencionada". Eso también significaba que la "próxima inspección informal del complejo de reactores israelí (debe)... se emprenderá con prontitud y... ser lo más minucioso posible".

A los pocos días, esta petición presidencial se tradujo en acciones diplomáticas. El 2 de abril, el embajador Barbour se reunió con el primer ministro Ben-Gurion y le presentó la solicitud estadounidense de su "consentimiento para visitas semestrales a Dimona (entre ellas los estadounidenses se referían a ellas como 'visitas de inspección') tal vez en mayo y noviembre, con pleno acceso a todas las piezas e instrumentos de la instalación, por parte de científicos estadounidenses calificados". Ben-Gurión, aparentemente tomado por sorpresa, respondió diciendo que el tema tendría que posponerse hasta después de la Pascua, que ese año terminó el 15 de abril. Para resaltar aún más el punto, dos días después, el subsecretario Talbot convocó al embajador israelí Harman al Departamento de Estado y le presentó una gestión diplomática sobre las inspecciones. Este mensaje a Ben-Gurion fue la primera salva en lo que se convertiría en la confrontación más dura entre Estados Unidos e Israel sobre el programa nuclear israelí.


El intercambio Kennedy-Ben Gurión

Se esperaba que Ben-Gurion respondiera a la solicitud de Estados Unidos sobre Dimona en su próxima reunión con el embajador Barbour, después de Pesaj (la pascua judía). El primer ministro israelí no estaba preparado, ni política ni psicológicamente, para enfrentarse a un presidente estadounidense decidido. Tampoco, sin embargo, podía aceptar visitas semestrales, lo que habría sido un golpe mortal para Dimona. En cierto sentido, Ben-Gurion se encontró atrapado por su promesa original de "propósito pacífico" que tenía como objetivo evitar una confrontación con los Estados Unidos.

Ben-Gurion decidió tratar de evitar la confrontación y evadir la cuestión nuclear tratando de persuadir a Kennedy para que pensara en la situación general de seguridad de Israel. El primer ministro necesitaba cambiar el tema de la conversación de la demanda específica de Kennedy de visitas estadounidenses dos veces al año a Dimona a una discusión más amplia y urgente sobre la situación estratégica general de Israel. Pero, ¿cómo podía hacer eso? ¿Cómo podría evadir la demanda de Kennedy?

Ben-Gurión pronto tuvo la oportunidad de cambiar de tema. El 17 de abril de 1963, Egipto, Siria e Irak firmaron la Proclamación de la Federación Árabe, en la que llamaban a una unión militar para lograr "la liberación de Palestina". Tal retórica no era nueva en ese momento y no está claro si Ben-Gurion realmente vio la proclamación como una amenaza existencial para Israel. Sin embargo, le dio una oportunidad de oro para argumentar que Israel se enfrentaba precisamente a eso y, por lo tanto, por implicación tácita, que Israel estaba justificado en sus esfuerzos por generar una "póliza de seguro".

El 26 de abril, más de tres semanas después de la demanda original de Estados Unidos sobre Dimona, Ben-Gurion respondió a Kennedy con una carta de siete páginas que se centraba en cuestiones generales de seguridad israelí y estabilidad regional. Afirmando que Israel se enfrentaba a una amenaza sin precedentes, Ben-Gurión invocó el espectro de "otro Holocausto" e insistió en que la seguridad de Israel debía estar protegida por garantías de seguridad externas conjuntas, que serían extendidas por Estados Unidos y la Unión Soviética. ¿Por qué Ben-Gurión hizo esta propuesta fantástica y poco realista en este momento? Probablemente estaba tratando de proporcionar a los EE.UU. una justificación tácita para el verdadero propósito de Dimona, sin declararlo explícitamente y sin contrarrestar o rechazar directamente las demandas de Kennedy.

Kennedy, sin embargo, estaba decidido a no permitir que Ben-Gurion cambiara de tema. El 4 de mayo, respondió al primer ministro, asegurándole que mientras "estamos observando de cerca los acontecimientos actuales en el mundo árabe", la alarma del líder israelí sobre la Proclamación de la Federación Árabe fue exagerada. En cuanto a la propuesta de Ben-Gurión de una declaración conjunta de superpotencias, Kennedy desestimó tanto su practicidad como su sabiduría política. Kennedy estaba mucho menos preocupado por un "ataque árabe temprano" que por "un desarrollo exitoso de sistemas ofensivos avanzados que, como usted dice, no podría ser abordado por los medios disponibles en ese momento".

Junto con la carta, el embajador Barbour se reunió con Ben-Gurion para aclarar aún más la solicitud estadounidense de visitas semestrales a Dimona. Aunque los registros de esta reunión siguen siendo clasificados, Kennedy y sus asesores sospechaban que Ben-Gurion estaba iniciando un proceso de negociación sobre las visitas a Dimona, es decir, vinculando las visitas a otros posibles objetivos israelíes, como la obtención de una garantía de seguridad. Barbour recibió instrucciones de recordarle al líder israelí que él y otros altos funcionarios ya habían aprobado las inspecciones incondicionalmente.


Una fotografía  de marzo de 2014 muestra una vista parcial de la planta nuclear de Dimona en el desierto del Negev, sur de Israel (Jack Guezafp, vía Getty Images)

La respuesta desdeñosa de Kennedy no disuadió a Ben-Gurión. En otra larga y emotiva respuesta a la carta de Kennedy del 4 de mayo, Ben-Gurion continuó su esfuerzo anterior por cambiar la conversación al mismo tiempo que explicaba indirectamente el verdadero propósito de Dimona. Cuando el alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, Gideon Rafael, vio el borrador, aconsejó no enviarlo, argumentando que la carta "parece enferma" (holani, en el hebreo original), y que "el primer ministro no debe hablar de algo que parece enfermo". Ben-Gurion generalmente rechazaba el consejo editorial y, fiel a su estilo, insistía en mantener tanto su tono como su longitud.

A primera vista, la carta parece ignorar por completo a Dimona, como si el primer ministro hubiera pasado por alto o descartado por completo la carta de Kennedy y las recientes solicitudes de visitas de Estados Unidos. En cambio, en el tono de un viejo estadista que lo había visto todo, Ben-Gurión escribió sobre sus impresiones sobre el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser y su panarabismo, trazando una analogía entre el egipcio, junto con otros líderes árabes contemporáneos, y Hitler:

"Conociéndolos estoy convencido de que son capaces de seguir el ejemplo nazi. De hecho, Nasser está adoptando la ideología nacionalsocialista de los nazis. Durante muchos años, el mundo civilizado no tomó en serio la declaración de Hitler de que uno de sus objetivos era el exterminio mundial del pueblo judío. No tengo ninguna duda de que algo similar podría suceder a los judíos en Israel si Nasser lograra derrotar a nuestro ejército".

Reconociendo el punto de vista de Kennedy de que una garantía de seguridad conjunta entre Estados Unidos y la Unión Soviética era políticamente imposible, Ben-Gurión sugirió ahora un amplio acuerdo bilateral de seguridad entre Estados Unidos e Israel que incluiría lo siguiente: un suministro de armas estadounidenses equivalente a lo que los árabes recibían de la Unión Soviética, la transformación de Cisjordania en una zona desmilitarizada, y "un plan de desarme general entre Israel y los estados árabes bajo un sistema de inspección internacional mutua y de control".

Esta fue una larga lista de ideas y propuestas poco realistas. Una vez más, Ben-Gurión pudo haber tenido la intención de transmitir a Kennedy su justificación para el proyecto Dimona, evitando expresarla explícitamente. Al recordarle a Kennedy que otro Holocausto era posible y sugerir (indirectamente) que Israel no podía obtener una garantía de seguridad externa creíble, estaba señalando efectivamente al presidente por qué Israel quería una disuasión nuclear en primer lugar.

En su nueva y monumental biografía del primer primer ministro de Israel, Ben-Gurion: A State at Any Cost, que se publicara en inglés (2019), el historiador israelí Tom Segev lee esta carta como si Ben-Gurion estuviera considerando renunciar a Dimona a cambio de algún tipo de garantía de seguridad. No creemos que Ben-Gurión haya considerado seriamente abandonar el proyecto nuclear. Sí, Ben-Gurion estaba presionando para obtener garantías de seguridad, pero siendo realistas, debe haber sabido que ese objetivo no estaba en las cartas, siempre y cuando los vecinos de Israel no la reconocieran. Desde la perspectiva de Kennedy, proporcionar a Israel garantías de seguridad habría sido una clara señal de favoritismo hacia ella, y habría socavado las relaciones de Estados Unidos con los estados árabes.

Kennedy, sin embargo, no cedió ante Dimona, y los desacuerdos se convirtieron en un "dolor de cabeza" para él, como escribió Robert Komer más tarde. La confrontación con Israel se intensificó cuando el Departamento de Estado transmitió la última carta de Kennedy a la embajada de Tel Aviv el 15 de junio para que el embajador Barbour la entregara inmediatamente a Ben-Gurion. En la carta, Kennedy desarrollaba su insistencia en las visitas semestrales con un conjunto de condiciones técnicas detalladas. La carta era similar a un ultimátum: si el gobierno de Estados Unidos no podía obtener "información confiable" sobre el estado del proyecto Dimona, el "compromiso y apoyo de Washington" podría estar "seriamente comprometido".

Pero la carta nunca fue entregada a Ben-Gurión. El telegrama con la carta de Kennedy llegó a Tel Aviv el sábado 15 de junio, un día antes del anuncio de la renuncia de Ben-Gurión, una decisión que sorprendió a su país y al mundo. Ben-Gurion nunca explicó, por escrito u oralmente, lo que lo llevó a renunciar, más allá de citar "razones personales". Negó que su movimiento estuviera relacionado con cuestiones políticas específicas, pero la cuestión de hasta qué punto la presión de Kennedy sobre Dimona jugó un papel sigue abierta a la especulación hasta el día de hoy.


La primera crisis de Eshkol

El 5 de julio, menos de diez días después de que Levi Eshkol sucediera a Ben-Gurion como primer ministro, el embajador Barbour le entregó una primera carta del presidente Kennedy dirigiéndose a él como el nuevo líder de Israel. La carta era prácticamente una copia de la carta no entregada del 15 de junio a Ben-Gurión, con solo unas pocas líneas de felicitación añadidas en la parte superior. Desde el mensaje del presidente Dwight Eisenhower a Ben-Gurión, durante la crisis de Suez en noviembre de 1956, exigiendo una retirada inmediata de Israel de la península, un presidente estadounidense no había sido tan directo en su demanda con un primer ministro israelí. Cuando Yuval Ne'eman lo presenció, fue inmediatamente evidente para Eshkol y sus asesores que las demandas de Kennedy eran similares a un ultimátum y, por lo tanto, constituían una crisis en ciernes.

Un atónito Eshkol, en su primera y provisional respuesta, el 17 de julio, pidió más tiempo para estudiar el tema y para consultas. Eshkol confió al embajador Barbour su "sorpresa" por la declaración de Kennedy de que el compromiso y el apoyo de Estados Unidos a Israel podrían estar "seriamente comprometidos". El primer ministro señaló que si bien esperaba que la amistad entre Estados Unidos e Israel creciera bajo su mandato, "Israel haría lo que tuviera que hacer por su seguridad nacional y para salvaguardar sus derechos soberanos". Barbour, aparentemente queriendo mitigar la franqueza de la carta, le aseguró a Eshkol que la declaración de Kennedy era "objetiva": los críticos de las fuertes relaciones entre Estados Unidos e Israel podrían complicar la relación diplomática si Dimona no era inspeccionada.


Foto de 1968, el presidente Johnson saluda a Levi Eshkol. A diferencia de Kennedy, Johson entregó a los israelíes todo lo que requerían y mucho más (© Lynn Pelham/The LIFE Picture Collection/Getty Images)


Más adelante en la discusión, nos enteramos por los documentos recién desclasificados, Eshkol hizo una pregunta contundente que Ben-Gurion nunca se había atrevido a hacer: ¿Cómo reaccionaría Washington a una propuesta israelí de "consultar de antemano" con Estados Unidos, "en el caso de que, en algún momento en el futuro distante", los acontecimientos en Oriente Medio hicieran necesario "embarcarse en un programa de armas nucleares?", Barbour, por supuesto, no estaba autorizado a responder a una pregunta tan hipotética, por lo que reafirmó la opinión de Estados Unidos de que la "introducción" de armas nucleares en Oriente Medio sería "especialmente grave". Sin duda, Barbour entendió el significado de la pregunta de Eshkol: estaba insinuando, abierta pero tentativamente, que había circunstancias concebibles bajo las cuales Israel podría "embarcarse en un programa de armas nucleares".

El 19 de agosto, después de seis semanas de consultas que generaron al menos ocho borradores diferentes, Eshkol entregó a Barbour su respuesta escrita a las demandas de Kennedy. Comenzó reiterando las garantías pasadas de Ben-Gurión de que el propósito de Dimona era pacífico. En cuanto a la solicitud de Kennedy, Eshkol escribió que, dada la relación especial entre los dos países, había decidido permitir visitas regulares de representantes estadounidenses al sitio de Dimona. Sobre el tema específico del cronograma, Eshkol sugirió, como lo había hecho Ben-Gurion en su última carta a Kennedy, que a finales de 1963 sería el momento de la primera visita: para entonces, escribió, "el grupo francés nos habrá entregado el reactor y llevará a cabo pruebas y mediciones generales de sus parámetros físicos a potencia cero".

Eshkol fue explícito en que la primera visita debería celebrarse antes de la fase de puesta en marcha, pero fue vago sobre la frecuencia propuesta de las visitas. Eshkol hizo caso omiso de la demanda de Kennedy de giras bianuales, al tiempo que evitó un desafío frontal a la solicitud de Kennedy. "Habiendo considerado esta solicitud, creo que podremos llegar a un acuerdo sobre el futuro calendario de visitas", escribió Eshkol. En resumen, el primer ministro dividió la diferencia: para poner fin a la confrontación, aceptó las "visitas regulares" de científicos estadounidenses, pero no aceptó la idea de la visita rápida que Kennedy quería y evitó hacer un compromiso explícito de inspecciones semestrales. La respuesta apreciativa de Kennedy no mencionó estas divergencias, sino que asumió un acuerdo básico sobre "visitas regulares".

Las ambigüedades de la respuesta de Eshkol se entendieron en Washington, pero se minimizaron. En un memorándum detallado que el secretario de Estado interino, George Ball, escribió a Kennedy, la evaluación general fue positiva: la respuesta de Eshkol, "aunque no es del todo lo que queríamos, probablemente representa lo máximo que podemos esperar". La vaguedad de Eshkol sobre la demanda más importante de Kennedy, las visitas dos veces al año a Dimona, fue bien reconocida, pero "preferimos darle (a Eshkol) el beneficio de la duda, confiando en nuestra interpretación, la declaración oral del primer ministro de que el futuro acuerdo 'no dará problemas'". Resultó que la insistencia de Kennedy en realizar visitas semestrales nunca fue aceptada, aunque permaneció en la agenda de Estados Unidos.

A raíz de la carta de Eshkol, la primera de las tan buscadas visitas regulares de inspección a Dimona tuvo lugar a mediados de enero de 1964, dos meses después del asesinato de Kennedy. Los israelíes dijeron a los visitantes estadounidenses que el reactor había entrado en estado crítico solo unas semanas antes, pero esa afirmación no era exacta. Israel reconoció años más tarde que el reactor de Dimona entró en funcionamiento a mediados de 1963, como había asumido originalmente la administración Kennedy.

Tanto Estados Unidos como los israelíes mantuvieron la visita en secreto, y las filtraciones a la prensa se contuvieron durante más de un año. La inspección se llevó a cabo en el transcurso de un solo día en lugar de los dos días solicitados por los inspectores. La reducción del tiempo hizo que no se vieran algunos edificios y partes de ellos, aunque los inspectores informaron de que la visita fue "tan completa y exhaustiva como el tiempo lo permitió". Sus hallazgos no levantaron sospechas de actividades relacionadas con las armas, pero fue "la impresión del equipo de que el sitio de Dimona y el equipo ubicado allí representaban un proyecto ambicioso para un país de las capacidades de Israel".

La cuestión del posible reprocesamiento por parte de Israel del combustible gastado para obtener plutonio continuó atormentando a la inteligencia estadounidense a lo largo de la década de 1960. Nadie estaba seguro de si Israel ya tenía un sitio secreto de reprocesamiento o si aún no había construido uno.


Mirando hacia atrás

Sin embargo, en retrospectiva, el intercambio de cartas de 1963 entre Kennedy y Ben-Gurion y Eshkol fue el clímax de la batalla que el líder estadounidense libró contra el proyecto nuclear israelí a lo largo de su presidencia. Para Kennedy, lo que estaba en juego era más importante que el estatus del programa nuclear de Israel. Lo que estaba en juego era el destino de su esfuerzo por detener la proliferación nuclear mundial. Israel fue el primer caso de este tipo que tuvo que enfrentar la administración Kennedy en el que tuvo alguna influencia política. Si Kennedy fracasó en detener las aspiraciones nucleares de Israel, ¿cómo podría detener a otros, como India?

Para Ben-Gurion, Dimona fue el proyecto más preciado en el que estuvo involucrado durante su última década en el cargo. El establecimiento del Centro de Investigación Nuclear del Néguev fue el resultado de las ansiedades más profundas del primer ministro sobre el futuro de Israel, los temores de un anciano que intentó compartir con Kennedy en su carta de finales de abril de 1963. El proyecto Dimona fue probablemente también el esfuerzo más divisivo, desafiante y ambicioso que se había atrevido a abordar como líder de Israel. Con razón o sin ella, Dimona, a los ojos de Ben-Gurión, era necesaria para asegurarse de que otro Holocausto nunca pudiera sucederle a Israel. Si Kennedy hubiera prevalecido en su demanda de inspecciones semestrales, ese objetivo nunca se habría logrado. Para Ben-Gurion, abandonar a Dimona habría arrojado una gran sombra sobre su legado.

Desde una perspectiva contemporánea, es difícil, tal vez imposible, entender cuán vulnerable e incierto era el futuro del proyecto Dimona durante la primavera y el verano de 1963. Si Estados Unidos hubiera estado realmente decidido a suspender su "compromiso y apoyo al bienestar de Israel" si Ben-Gurión no cumplía con las demandas de Kennedy, Israel probablemente no habría podido completar el proyecto Dimona como estaba planeado. La crisis fue también una crisis de confianza mutua: ambas partes estaban muy comprometidas con sus objetivos, pero ninguna quería romper la relación bilateral. Nunca sabremos cuán inquebrantable habría sido el presidente Kennedy en el tema de Dimona, si hubiera vivido para cumplir su mandato completo (o incluso dos mandatos) como presidente. Su determinación nunca fue puesta a prueba por completo, aunque podemos ver que estaba bastante decidido.

Resultó que la insistencia de Kennedy en las visitas semestrales a Dimona no se llevó a cabo. Los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos seguían interesados en ese programa, y el presidente Lyndon B. Johnson planteó el tema a Eshkol, pero nunca presionó mucho sobre el tema de la manera en que lo había hecho Kennedy.

Al final, el enfrentamiento entre el presidente Kennedy y dos primeros ministros israelíes dio lugar a una serie de seis inspecciones estadounidenses del complejo nuclear de Dimona, una vez al año entre 1964 y 1969. Nunca se llevaron a cabo bajo las estrictas condiciones que Kennedy expuso en sus cartas.

Si bien el sucesor de Kennedy permaneció comprometido con la causa de la no proliferación nuclear y apoyó las visitas de inspección estadounidenses en Dimona, estaba mucho menos preocupado por obligar a los israelíes a cumplir con los términos de Kennedy. En retrospectiva, este cambio de actitud puede haber salvado el programa nuclear israelí.


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