por Tito Andino
El presente reportaje fue publicado originalmente en 2016 como parte de los artículos "Alemanes en la segunda guerra mundial. Héroes o villanos?". Dado el interés histórico y como se celebra 80 años del intento de golpe de estado contra Hitler -20 de junio de 1944-, los hemos revisado y compartimos ahora un buen segmento de los mencionados artículos como una entrada independiente.
Revisemos el polémico caso del Conde Claus Philipp María Justinian Schenk Graf von Stauffenberg desde otra perspectiva. Aquí no se analizará la famosa "Operación Valkiria" por el simple hecho de que se halla abundantemente investigado y es fácil acceder a cientos de artículos, libros, films y documentales sobre el tema. Hecha la aclaración pasemos al caso de hoy.
Historiadores, ciudadanos y gobiernos de la República Federal de Alemania han proclamado como héroe alemán y salvador del alma nacional al Conde Claus von Stauffenberg. ¿Puede el aristocrático oficial germano ser declarado un héroe?
Un alto porcentaje de los habitantes de la actual Alemania están de acuerdo en que éste personaje representa la expiación del Tercer Reich. Fue él – quien en nombre de sus auténticos camaradas de armas y del pueblo alemán- hizo ver al mundo que en el estado policíaco que era la Alemania nazi también existía la RESISTENCIA, gente honesta que se opuso al régimen y que estuvo dispuesta al sacrificio con el fin de parar la locura del hitlerismo.
Sí, Stauffenberg se constituye en un auténtico héroe de Alemania, al ser una de las pocas figuras de la guerra que es recordada con orgullo por las nuevas generaciones del país. Éste soldado -al igual que muchos otros- se atrevió a levantarse en contra de lo que, al menos él, consideraba la encarnación del mal en el espíritu del pueblo alemán. A su vez, sus detractores lo señalan como un antidemocrático partidario de la restauración de la monarquía, que tanto él, como su actual descendencia directa familiar siguieron optando por el privilegio de mantener sus rasgos aristocráticos; otros retractores lo tildaron como un asesino que intentó acabar con la vida del líder nazi.
¿Héroe o asesino? La historia, el tiempo y la propia gente han permitido juzgar el caso y valorarlo en su justo contexto.
Esta fotografía es una instantánea de un mural del "Gedenkstatte Deutscher Widerstand" - "The German Resistance Memorial Center" (El Centro Memorial de la Resistencia Alemana) en Berlín. En el centro se aprecia al Conde Stauffenberg junto al Coronel Albrecht Mertz von Quirnheim.
Era lógico que las primeras reacciones después del fallido golpe del 20 de julio de 1944 fueran de temor y rechazo de una población adoctrinada u obligada a escuchar únicamente la voz del régimen. Stauffenberg y sus compañeros del complot fueron tildados de "traidores y criminales", tratados como tales por el régimen nazi. “Traidores a la patria” fue una de las percepciones en aquel momento e incluso de muchos alemanes en los primeros años de posguerra. Esto es explicable.
La población alemana de esos tiempos tenía en alto grado los principios de obediencia debida, del honor, de la disciplina y del juramento de fidelidad, viejos rezagos del espíritu marcial prusiano que se impuso como formación no solo militar sino en la educación en general, aquello es algo que no puede borrarse de la noche a la mañana. Así fue como en las dos primeras décadas de posguerra fuera difícil para el simple ciudadano alemán, que ya había repudiado el nazismo, discernir sobre la inmoralidad de ese régimen y las acciones contrarias a la vieja costumbre que se vieron obligados a tomar los miembros de la resistencia aglutinados en la figura del Conde Stauffenberg, les resultaba chocante.
Peter Yorck von Wartenberg, ante el Tribunal que lo condenó a muerte.
El Conde Peter Yorck von Wartenberg, quien fuera ejecutado en agosto de 1944 como miembro de la conjura golpista, escribió: “Quizás llegue el día en que nuestra actitud se juzgue de otra manera, en que no se nos vea como canallas, sino como premonitores y patriotas”. (1)
El conocido comandante de la Wehrmacht Otto Remer, un pro-nazi reconocido, fue quien impidió el éxito de “Valkiria” dentro de Berlín tras el intento de dar muerte a Hitler, él expresó en los iniciales tiempos de la República Federal Alemana (RFA) que los oficiales alineados contra Hitler fueron “traidores a la patria”. Remer fue cofundador del ultraderechista ‘Partido Socialista Imperial’ (SRP) y en esa condición de político lanzó el grito de “traidores a la patria” contra la aniquilada resistencia alemana. (El SRP fue prohibido dentro de Alemania y Remer sentenciado a tres meses de prisión en 1952, no por su ideología neonazi sino por sus reiterados y ofensivos insultos a la memoria de los ajusticiados por el régimen nazi, pena que no la cumplió al abandonar Alemania).
Tras la constitución de la República Federal de Alemania (RFA) y la creación de la Bundeswehr se ha creído erradamente, por influencia de políticas externas, que no era posible prescindir de los servicios de un "valioso" cuerpo de oficiales no comprometidos con el nazismo y que combatieron en la desaparecida Wehrmacht (lo cual -evidentemente- no fue cierto, muchos de los elegidos sirvieron fielmente a los nazis). Para ese nuevo cuerpo de oficiales, durante largo tiempo, fue un tema tabú referirse a Stauffenberg y su círculo de la resistencia.
En una interesante nota de prensa, descubrimos que la recién formada Bundeswehr rechazó las acciones de los golpistas, “en su lugar, se trató de acudir a las tradiciones militares “positivas” de la propia Wehrmacht y de su antecesora, la Reichswehr de la República de Weimar. De trasfondo estaba también el interés de los antiguos oficiales en imponer el mito de una Wehmacht “limpia” de los crímenes cometidos presuntamente sólo por las SS (el escuadrón de defensa del partido nazi). Así que no fue hasta 1961 en Sigmaringen, en el estado federado de Baden-Wurtemberg, que un cuartel fue nombrado por primera vez como von Stauffenberg”. (2)
Con el devenir de los años, muy largos por cierto, la percepción histórica de la gente común de Alemania fue asumiendo un enfoque más objetivo sobre las razones que motivaron planear la muerte de Hitler, sin que dejemos de resaltar que existió oposición para reconocer el hecho de que parte de la alta oficialidad alemana y de la nobleza hayan sido los responsables de la más decisiva y tardía resistencia al nazismo dentro de Alemania.
No hay que olvidar la posición de la ex República Democrática de Alemania (RDA) y su negativa para aceptar que fueron los nobles y un grupo de oficiales, con una ausencia total de comunistas, quienes organizaran el fallido cambio del curso de la guerra y de la historia (En honor a la verdad, los comunistas alemanes o estaban en campos de concentración, o habían sido asesinados, o habían logrado exiliarse, o pasaron a una clandestinidad pasiva, no tenían posibilidad alguna de organizar una resistencia armada). La RDA simplemente ignoró a esos oficiales y calificó aquel episodio y a sus participes como “agentes reaccionarios del imperialismo estadounidense”.
Previa la unificación de las dos Alemanias se dieron visos de utilización política con la memoria de los conspiradores. En la RDA se celebró precisamente un 20 de julio de 1990 la toma de juramento a los últimos reclutas del Ejército Popular Nacional (NVA). (3)
El entonces Canciller alemán, Gerhard Schroeder (1998-2005) en una de las conmemoraciones expresó que: “Quienes se opusieron a la dictadura del terror nos demostraron que no se traiciona a la patria cuando se ataca la violencia dictatorial que atenta contra la humanidad y la nación propia”. Calificó a los golpistas de julio del 44 como “defensores de los principios humanistas y cristianos”, aunque no siempre han sido recordados por esa acción como héroes. (4)
El ex presidente de Alemania, Joachim Gauck, en un momento de la ceremonia conmemorativa del 70 aniversario de la fallida 'Operación Valkiria'
Uno de los mensajes que más conmovieron a la opinión pública alemana fue el discurso pronunciado por el ex presidente Joachim Gauck, en uno de los actos que recordaba a los militares ajusticiados tras el fracaso de la operación ‘Valkiria’, él, entre otras cosas manifestó que la sublevación nos recordaba la capacidad humana de ser valiente para defender sus derechos y "no ser cómplice cuando los demás están equivocados”. Además dijo "se puede elegir entre actuar o no actuar, entre hablar y callar". Señalaba el ex presidente en su discurso sentirse “orgulloso de un ejército que no hace valer un estado autoritario, sino la resistencia contra la injusticia". (5)
Aquí estamos citando referencias de actos solemnes de varios años atrás por el simple hecho de que, actualmente, se manipulará la memoria de la Resistencia y se utilizará la imagen de las fuerzas armadas alemanas como propaganda de la OTAN contra Rusia (no es necesario explicar el asunto).
También, en nuestra línea de tiempo, hay críticos respetados que no comparten la opinión de erigir a Stauffenberg y sus compañeros como héroes. Una apreciación en tal sentido apareció ya en 2009 en el diario ‘Süddeutsche Zeitung’, en una nota de prensa el historiador británico Richard Evans expresaba que "es incorrecto declarar como súper héroe a este estricto anti-demócrata". Stauffenberg (y los otros complotados) –afirma Evans- “estaba más motivado por la convicción de que era imposible ganar la guerra desatada por los nacionalsocialistas, que por una verdadera oposición ideológica a su doctrina. O al menos así lo revelan intercambios epistolares y otros documentos escritos por algunos de estos oficiales a los que los historiadores han tenido acceso”. (Este punto de vista del estudioso británico surgió a raíz del estreno del film “Valkiria” protagonizado por el actor Tom Cruise). (6)
Al respecto añadiremos, en cierto punto la posición del señor Evans es cierta. Recordemos que en los años iniciales de consolidación del hitlerismo en el poder todo fue posible debido al consentimiento de la alta oficialidad alemana, fueron los militares quienes permitieron el ascenso de Hitler, convencidos que era la única manera de volver a crear unas fuerzas armadas poderosas, pero, no necesariamente compartieron la posición de Hitler de planificar desde el inicio una guerra de agresión contra otras naciones europeas. En principio, el mismo Stauffenberg no se opuso al nacionalsocialismo. De esa fascinación inicial por el Führer, de una parte del cuerpo de oficiales, fue naciendo la desilusión y el presagio de que esa política de “cañones si, mantequilla no” solo conduciría a una guerra de insondables consecuencias.
Para la fecha en que se perpetró el atentado contra Hitler la guerra estaba pérdida, tanto Stauffenberg como muchos otros oficiales habían despreciado la obediencia incondicional al nazismo. No fue ese momento en que llegaron a ser conscientes que había que parar toda esa locura y los crímenes del régimen a lo largo del territorio europeo. Fueron diversos factores, circunstancias e imprevistos los que no permitieron a Stauffenberg u otros desafectos actuar antes. La historia así lo tiene registrado con los numerosos intentos de atentar mortalmente contra Hitler por parte del mismo grupo que luego se aglutinó tras la figura de Stauffenberg. VER: ¿Y si Hitler hubiese sido asesinado en 1938?
No hay que olvidar un detalle de suma importancia para la historia. El grupo de conspiradores de Stauffenberg y otros grupos de la Resistencia Civil, como el denominado 'Círculo Kreisau', venían ya operando desde los lejanos años 30 y, no fue solamente un posicionamiento circunstancial, es decir, que la guerra estaba pérdida, para pasar a la acción, definitivamente no.
Los opositores al régimen, al menos el grupo relacionado con Stauffenberg, habían decidido mucho tiempo antes romper el juramento de fidelidad y obediencia a Hitler (y no a Alemania) - al que fueron obligados todos los oficiales alemanes-. El círculo de la conspiración, de la duda inicial en terminar con la vida del jefe de estado o esperar que el nazismo se hunda solo para iniciar desde las ruinas la regeneración moral de la nación, decidió pasar a la acción intentando librarse de Hitler.
La fecha (20 de julio de 1944), no fue una imposición tardía y calculada por el desastre bélico, fue consecuencia de las anteriores tentativas fracasadas y quizá la última opción posible de la Resistencia Alemana.
Esto merece una breve explicación. Gran parte del grupo de conspiradores que se unirían más tarde a Stauffenberg ya estaban operativos desde el ascenso al poder por los nazis. El general Hans Oster (teniente coronel, por esos años) tenía planes para asesinar a Hitler desde 1936. Para 1938 existía una sólida estructura civil-militar dispuesta a pasar a la acción. Oster era colaborador del Almirante Wilhelm Canaris, jefe de la Abwehr, contaban con el general Ludwing Beck, jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Witzleben y otros para llevar a cabo un golpe de estado contra Hitler en caso de iniciarse la guerra. El 20 de julio de 1944, los mismos personajes: Oster, Beck, Canaris, Witzleben y muchos otros jefes militares, de la policía de Berlín, comandantes de tropas locales, autoridades civiles, diplomáticos, líderes religiosos, hombres de letras e intelectuales (muchos nombres de la resistencia olvidados de las páginas de la historia) participaron unidos por el liderazgo de un subordinado, el teniente coronel Claus von Stauffenberg.
La residencia del Conde Helmuth James von Moltke en Kreisau. El ‘Círculo Kreisau’ fue un grupo de resistencia civil en la Alemania nazi. Desde 1940 von Moltke junto a Peter Yorck von Wartenburg iniciaron contactos con opositores de diferentes áreas de la sociedad alemana, también tenían contacto con la resistencia militar. Moltke fue siempre partidario de una solución pacífica y contra el atentado a Hitler, pero otros miembros idearon y participaron en el golpe de estado. Se le denominó ‘Círculo Kreisau’ después que la Gestapo descubriera a este grupo opositor. Claus von Stauffenberg no fue militante del círculo Kreisau pero mantuvo siempre estrecho contacto con sus miembros.
Es necesario introducir otra nota que nos puede aclarar aun más el panorama de la época. Una interesante entrevista brindada por Sebastian von Stauffenberg, sobrino de Claus von Stauffenberg. Reproducimos los extractos más importantes para mejor entendimiento. La entrevista completa el lector podrá revisarla en la nota de enlace.
- “¿Cómo ve hoy Alemania a Claus von Stauffenberg?
Oficialmente está considerado un héroe, aunque puede usted encontrar páginas en internet donde se dicen toda clase de barbaridades contra él: traidor, asesino que quiso matar a nuestro Führer, culpable de que perdiéramos la guerra... fíjese. La guerra ya estaba perdida cuando se produjo el atentado. Después del 45, el gobierno alemán no sabía qué hacer con respecto al tema. Ignoraron a su viuda, pero 10 años después le concedieron una pensión ya como general, así que lo ascendieron después de su muerte y pusieron su nombre en muchas calles del país.
- ¿Y en los colegios, en la opinión pública, entre los jóvenes?
Hasta el año 75 digamos que había una idea negativa de Claus. Lo sabemos bien porque en Alemania se hacen encuestas periódicas sobre lo que piensa la gente del nazismo. Más tarde, la generación del 98 no podía tolerar que un aristócrata y además militar fuera quien quisiera acabar con el monstruo en lugar de haberlo hecho un comunista o un obrero. Hasta que, años después, un documental de televisión, independiente y riguroso, dio un vuelco a su imagen. La gente empezó a considerarlo ya como un hombre bueno, con principios y valiente.
Hitler se propuso entonces aniquilar a toda mi familia, explica Sebastian, pero en los interrogatorios, la Gestapo se dio cuenta de que la viuda no estaba al tanto de nada. Está claro que su marido había previsto mantenerla al margen para evitar que la torturaran en caso de fracaso. Sin embargo, los mandaron a todos a campos de concentración hasta que acabó la guerra un año después. En el campo nació su quinto hijo, una niña.
- ¿La película resulta favorable para el personaje real?
Nosotros estamos muy contentos de que se de una imagen honesta y real de Claus. Los lobbies judíos que tienen un gran poder mediático, sobre todo en EEUU y en Hollywood, siempre han querido que se asocie uniforme alemán con nazismo. Oficial alemán, igual a malo, sin matices. Y eso no es justo. Hay que contar de una vez para siempre que en Alemania había de todo, que muchos alemanes, incluida mi familia, estaban horrorizados con las atrocidades que se cometían. Que Hitler organizó la desaparición sistemática de los judíos, pero también de los gitanos, de los homosexuales, de los comunistas, de cualquier opositor. Mató de tifus y de hambre a cientos de miles de prisioneros rusos, violando todas las leyes internacionales de la guerra. Y había mucha gente que estaba en contra de esa ideología asesina. Hubo otros militares antes que idearon también acabar con Hitler aunque los planes no salieron adelante. Nosotros estamos muy orgullosos de Claus von Stauffenberg”. (7)
Sin embargo, el hijo de Claus von Stauffenberg, Berthold María Schenk Graf von Stauffenberg (nacido en 1934, mayor general de la Bundeswehr, el militar con más tiempo en servicio activo -38 años- pasó a retiro en 1994), expresó en entrevista de 2007 a la CBC News (Canadá) su preocupación por la película "Valkiria", aduciendo que el actor que interpreta a su padre es miembro de la Iglesia de la Cienciología, temía que la película pudiera volverse "horrible y kitsch" (Kitsch, palabra prestada del alemán, término aplicado al arte y al diseño que se percibe como una imitación ingenua, excesivamente excéntrica, gratuita o de gusto banal).
En el presente, el grupo de conspiradores del 20 de julio son considerados verdaderos héroes de la resistencia antinazi. "Aquí murieron por Alemania", reza la placa conmemorativa en su homenaje en la Blenderstrasse (hoy Stauffenbergstrasse), lugar donde tuvo lugar el complot y el fusilamiento de Claus von Stauffenberg, sede del actual Ministerio de Defensa. Desde 1999, cada 20 de julio es día de celebración nacional, la Bundeswehr toma juramento a los nuevos soldados y el Gobierno Federal rememora y honra la memoria de los golpistas, transformando esta gesta como un acontecimiento de política nacional.
Reflexiones finales sobre el Conde Claus von Stauffenberg
"Solamente en el simbolismo se puede apreciar la hazaña y osadía del complot, que al menos expío las culpas de los alemanes, esa redención moral y hasta espiritual es la que en la actualidad sirve de contexto para la defensa de la conciencia y el alma alemana en su conjunto contra el nazismo".
Es cierto que el plan para deshacerse de Hitler fue un fracaso para los conspiradores, no se consiguió ningún objetivo. Pero, el fallido golpe permitió que el mundo entienda que no todos los alemanes eran nazis o estaban en favor de las políticas criminales del régimen hitleriano. Una de las consignas de los complotados era señalar que el poder no puede basarse en el crimen.
Una interesante proclama se escuchó en la madrugada del 21 de julio de 1944 por la radio de Hamburgo, captada por los ingleses. No se sabe a ciencia cierta quién fue el interlocutor, o si ese mensaje captado por las ondas radiales era en efecto verídico o una argucia propagandística de los aliados. Más el mensaje era completamente válido para el pueblo alemán en esas lúgubres fechas de destrucción de la nación. El mensaje radial fue transcrito y reproducido por el ‘Times’ de Londres el 22 de julio de 1944, dice:
“Achtung, camaradas. Achtung, soldados.
Achtung, oyentes de Alemania.
Preparaos para una declaración de la máxima importancia. Camaradas, la muerte de Claus von Stauffenberg significa la llamada clara y potente a la acción, la llamada a la lucha con todos los medios que disponemos, la llamada para que los oficiales alemanes sigamos luchando hasta destruir a Hitler.
Hoy Hitler se ha visto obligado a reconocer que algunas secciones del cuerpo alemán de oficiales, aquellos que son decentes y honrados, se han puesto en su contra. Ya no puede negar que los oficiales alemanes han pasado ha organizar la resistencia contra él. Se intenta paralizar esa lucha de la resistencia y pretende hablar de “una reducida claque de traidores y destructores”, que sepa lo siguiente: hay más de un Stauffenberg, hay más de cien, aquí hay miles de Stauffenberg. Camaradas, los oficiales alemanes que están con nosotros son los que han mantenido limpios sus uniformes y aquellos para los cuales el honor y el deber siguen siendo principios inamovibles. Se trata de nuestros hombres. Hoy apelo a los oficiales que todavía no han establecido contacto con nosotros; donde quiera que estén apostados, sea en el frente o en las reservas, que dejen de obedecer las órdenes de Hitler y sus secuaces” (8)
Lastimosamente el estado policiaco que fue el régimen hitleriano se encargó de eliminar toda la disidencia entre la oficialidad y los civiles alemanes, miles terminaron enganchados dentro de los calabozos de la Gestapo, sus familias separadas y sobre todo, la guerra total del Dr. Goebbels cobraría todavía millones de víctimas hasta que la bestia del nazismo fuera sepultada en Berlín.
El mensaje sigue siendo válido hoy en día, el nazismo -aparentemente- desapareció de la faz de la tierra, pero su doctrina no ha muerto y cientos de psicóticos supremacistas agitan las brasas para revivirlo en Europa.
En general, la figura de Stauffenberg es vista actualmente como la de un verdadero héroe alemán; su acción, junto a las de otros complotados, se considera un supremo acto de heroicidad, ellos (la Resistencia) actuaron no por ambiciones personales sino por reivindicar el honor de su patria mancillada por otros alemanes. Por eso, el valiente esfuerzo conjunto de aquellos conspiradores tiene que ser recordado como un alzamiento heroico contra la barbarie que representó el nazismo y no ser utilizado políticamente en estos convulsos tiempos de política europea.
Para el alemán del presente y para quienes estudian la ciencia de la psicología con su aplicación en el consciente colectivo, Stauffenberg constituye la antítesis del “heroísmo colectivo” propugnado por el nazismo. Sin lugar a dudas y sin exageración, Stauffenberg es apreciado como el “sucesor directo de las figuras heroicas, épicas y ‘desmesuradas’ de la literatura y la historia del siglo XIX”. También constituye una importante figura heroica del siglo XX, un hombre de acción y, a la vez, reflexivo, cosa rara en los estereotipos de lo que nos han enseñado constituyen los héroes.
El Conde alemán tenía no solo un compromiso político sino que lo complementaba con una latente moralidad, siendo sus ideales sobre la cultura y el espíritu una de sus fuentes de inspiración. De esa forma, Stauffenberg deja ver lo mejor que puede dar el pueblo alemán y lo que puede llegar a ser. (9) Estos aspectos de la vida personal de Stauffenberg fueron analizados en nuestro ensayo sobre el poeta alemán Stefan George y la "Alemania Secreta".
Claus von Stauffenberg pronunció momentos antes de su ejecución la misteriosa frase: “Es lebe unser geheimes Deutschland!”
(Viva nuestra Alemania Secreta).
La frase ha sido, en primer lugar, muy mal traducida o mal interpretada en diferentes libros y foros. “Larga vida a la sagrada Alemania” es erróneo. Bien, incluso, pudo suceder que las últimas palabras de Stauffenberg sufrieran el clásico error de transmisión oral, de boca en boca, hasta tergiversar el sentido de la oración o le han buscado un sentido práctico a unas extrañas palabras. La frase correcta y su traducción es la que aquí hemos señalado: "Viva nuestra Alemania Secreta!".
¿Pero, qué tiene que ver esto de la “Alemania Secreta” de Stauffenberg con el fracasado golpe de estado y fallida tentativa de asesinato de Hitler? En un anterior ensayo dedicamos tiempo a descifrar de manera exhaustiva el significado histórico de la mencionada frase y otras motivaciones que culminaron en la “Operación Valkiria”.
Los biógrafos de Stauffenberg han venido cuestionándose que influencia tuvo el poeta Stefan George en el futuro círculo de conspiradores, suele plantearse la interrogante: ¿Fue el complot contra Hitler un plan motivado por nacionalistas místicos alemanes? Excepto por pocos miembros del Círculo de George, la mayoría de conspiradores estaba integrado por militares, autoridades civiles y miembros de la aristocracia.
*****
* Este artículo está inspirado en la magnifica obra de Michael Baigent y Richard Leigh "Secret Germany" (versión en castellano, edición de 2009, editorial Martínez Roca). La versión original en inglés titula: "Secret Germany: Claus Von Stauffenberg and the Mystical Crusade Against Hitler" (1994)
(2) Ibidem.
(3) Ibidem
(6) De "traidores" a "héroes" de la resistencia antinazi. Artículo citado.
(8) Germany Secret.- Ob Cit. Pág. 324-325
(9) Ibidem