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27 febrero 2025

Interpretaciones erróneas sobre la evolución de los Estados Unidos



 

Por Thierry Meyssan

Red Voltaire

28 de enero y 4 de febrero 2025


Vemos que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca está cambiando las reglas del juego internacional. Sin embargo, a menudo malinterpretamos sus acciones: ignoramos las costumbres y tradiciones de su país y proyectamos sobre él nuestros propios debates políticos. Estamos aún más perdidos porque en los últimos años nos hemos adherido más o menos a la ideología de moda en Washington. La consideramos la doxa americana, cuando era sólo un momento de su historia, y olvidamos sus múltiples escuelas de pensamiento.


Todos quedamos sorprendidos cuando el presidente Trump firmó órdenes ejecutivas justo después de su toma de posesión. La prensa europea lo vio como un autócrata que afirmaba su poder. De ninguna manera ! Una buena parte de estos documentos limita el poder del Estado federal en beneficio de los estados federados. Hoy en día, interpretaciones erróneas de este tipo son habituales entre Estados Unidos y Europa.




La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca redistribuye todas las cartas ideológicas, geopolíticas, económicas e incluso militares. De hecho, por primera vez en casi dos siglos, un jacksoniano vuelve a estar en el poder en Estados Unidos. Habíamos olvidado esta manera de pensar (excepto en las películas western) y ya no somos capaces de anticiparla. Sin embargo, Trump ya lleva cuatro años en el poder, pero en ese momento sus propios aliados republicanos le impidieron en gran medida implementar sus políticas, mientras que la prensa demócrata nos aseguró que era un enfermo mental o un fascista.

Curiosamente, los influencers de las redes sociales que defienden su punto de vista sólo nos informan sobre su lucha ideológica contra el protestantismo, nunca sobre su concepción de las relaciones internacionales y menos aún sobre sus ambiciones políticas. Esto es aún más extraño si tenemos en cuenta que, desde las elecciones del 5 de noviembre, el equipo de Donald Trump ha contactado a numerosos influencers en la Unión Europea y el Reino Unido y ha comenzado a pagarles generosamente.

Hay varias maneras de considerar esta contradicción. O bien Donald Trump quiere engañar a los europeos y hacerles ver sus verdaderas intenciones, o bien cree que sólo pueden entender una cosa a la vez. Por nuestra parte, continuaremos nuestro trabajo describiendo las diferentes facetas del personaje sin olvidar ninguna.


La lucha contra la ideología progresista

El wokismo se presenta generalmente como una reacción a la esclavitud y la segregación racial. Los colonos europeos, al darse cuenta de los horrores que habían cometido, intentarían redimirse.

Esta no es mi opinión en absoluto. En mi opinión, el progresismo no tiene nada que ver con estos crímenes. Si adoptamos un punto de vista antropológico, debemos reconocer que existen fenómenos idénticos en todas las grandes religiones. En el cristianismo, fue encarnada por Orígenes, el Padre de la Iglesia del siglo III que se castró para no pecar, o más recientemente por Juan Calvino, famoso por haber aplicado en la República teocrática de Ginebra los mismos métodos que la Inquisición española.

Ahora bien, Estados Unidos se desarrolló a partir de la colonia puritana de Plymouth (Nueva Inglaterra, más precisamente Massachusetts). Eran puritanos, es decir, calvinistas. El Lord Protector, Oliver Cromwell, los había enviado como misioneros, no tanto para convertir a los indios sino a los europeos del muy católico Rey de España. En sus colonias, las mujeres debían llevar velo y la oración era obligatoria. Los homosexuales eran sometidos a azotes, etc. A estos fanáticos se les conoce como los "padres peregrinos" (que no deben confundirse con los "padres fundadores", que son juristas). Se celebran cada año en la fiesta nacional de Acción de Gracias. Fueron ellos quienes importaron la idea de que la política debe ser “pura” y que las estatuas de los herejes deben ser destruidas.

Desde 2014, la expresión “woke” se utiliza para referirse a las personas conscientes de las consecuencias sociales de la esclavitud y la discriminación racial, o incluso, debido a la convergencia de luchas, de la orientación sexual e incluso de género. Este movimiento que busca la “pureza”, en el sentido religioso del término, se ha fijado “buenas prácticas” destinadas a combatir la discriminación racial, ya sea manifiesta o “sistémica”. De hecho, promueve la “discriminación positiva” en favor de todas las minorías.

Es evidente que la esclavitud fue una realidad en Estados Unidos y que esta realidad pasada condiciona los comportamientos actuales. Pero es dudoso que destruir lo que recuerda a esa época resuelva los problemas de nuestro tiempo, y más aún si favorecer a los candidatos negros les permitirá liberarse de la condición de sus antepasados. Todo el mundo percibe instintivamente que los remedios son peores que los problemas que pretenden combatir. Al menos eso es lo que pensaron los residentes de Los Ángeles cuando sus casas fueron devastadas por los incendios. Reflexionaron sobre la ineficacia de los bomberos contratados con base en criterios de discriminación positiva y no en función de su competencia. Este movimiento ha perdido popularidad en Estados Unidos en los últimos años como lo demuestra la expresión ¡ despierto, quebrado! (“¡Despierta, quiebra!”)

El wokismo es una adaptación moderna del puritanismo de los “padres peregrinos”. Pero Estados Unidos es un país compuesto en el que se han mezclado varias culturas.

Hay que reconocer que, así como el Partido Republicano absorbido por los trumpistas se ha vuelto jacksoniano, el Partido Demócrata absorbido por Obama y Biden se ha vuelto "woke". Esto ha dado lugar a muchos malentendidos, ya que Washington en su conjunto ha abandonado ideológicamente el comportamiento tradicional al que está volviendo hoy.

Durante la campaña electoral presidencial, dos jóvenes influencers denunciaron extensamente el progresismo. La periodista negra Candace Owens (que ahora ataca a la pareja Macron) (1) calificó a Black Lives Matter como “un grupo de niños llorones que fingen estar oprimidos para llamar la atención”. Mientras que el gay Milo Yiannopoulos (casado con otro hombre) se ha distinguido por sus parodias del feminismo lésbico y del movimiento LGBTQIA+. Estos dos influencers llevaron a muchas personas negras y homosexuales a no votar por el Partido Demócrata, como sus mayores, sino por Donald Trump.

En su discurso inaugural, Donald Trump anunció el fin de las políticas de acción afirmativa y afirmó que a partir de ahora el gobierno federal sólo reconocerá dos sexos. Es espectacular, pero llega en un momento en el que la gran mayoría de los votantes estadounidenses ya están convencidos de ello (2)




"Excepcionalismo americano"

Donald Trump es un partidario del “excepcionalismo estadounidense” (3); una doctrina según la cual Estados Unidos es "la luz en la colina", querida por Dios para iluminar al mundo.

Esta doctrina, derivada también directamente del ejemplo de los "padres peregrinos", asegura que su viaje fue comparable al de los antiguos hebreos. Los transformó en un “pueblo elegido” porque huyeron del faraón (la monarquía británica que acababa de ser derrocada por Lord Cromwell), cruzaron el Mar Rojo (el océano Atlántico) y descubrieron una tierra prometida (América del Norte). Cada uno de los 47 presidentes de los Estados Unidos, sin excepción, ha reivindicado esta mitología. Esto es lo que subyace tanto a su rechazo de los principios del derecho internacional como a su apoyo al Estado de Israel.

Desde el punto de vista estadounidense (esto no tiene nada que ver con Donald Trump), Washington nunca aceptará rendir cuentas a nadie, especialmente a las Naciones Unidas o sus agencias. Claro, reciclaron a muchos criminales nazis durante la Guerra Fría, claro, masacraron a coreanos, vietnamitas, afganos, iraquíes, libios, palestinos, sirios, etc. pero ninguno de sus presidentes debería ser acusado por ningún tribunal internacional.

En un artículo de opinión publicado en 2013 en el New York Times, el presidente ruso Vladimir Putin destacó que es "extremadamente peligroso alentar a las personas a verse a sí mismas como excepcionales, cualquiera sea la motivación" (4). Esta doctrina de hecho induce una diferencia y una jerarquía entre los hombres, como cuando se aplica el concepto teológico de "pueblo elegido" a una realidad política.

A lo largo de su historia, Washington nunca ha aceptado rendir cuentas a los extranjeros. Atribuimos erróneamente algunas de sus decisiones recientes a ideologías actuales, cuando de todos modos se habrían tomado. Por ejemplo, creemos erróneamente que Donald Trump se retiró de los Acuerdos de París sobre la lucha contra el calentamiento global porque piensa que son estúpidos. Ciertamente, no cree que el IPCC sea una academia de ciencias. Pero en cualquier caso, Estados Unidos no podía aceptar firmar acuerdos que los sometieran al juicio de otros. Obama y Biden se posicionaron en contra de la tradición de su país por ideología, Trump se posicionó de acuerdo con su tradición, que también corresponde a su propia ideología.


Libertad, versión occidental

Cuando se fundó Estados Unidos en 1776, 13 años antes de la Revolución Francesa, los padres fundadores no estaban de acuerdo en su concepción de la libertad y los derechos humanos. A diferencia de los volterianos franceses, ellos no pensaron en estas cuestiones desde un punto de vista tanto individual como colectivo. Para ellos, la libertad es simplemente poder hacer lo que quieran en casa. Por eso, por ejemplo, son alérgicos al principio de las cotizaciones sociales obligatorias.

Esta forma de pensar no está exenta de inconvenientes. Así, su concepción de los “Derechos Humanos” está en total contradicción con la concepción francesa de los “Derechos Humanos y Ciudadanos”. Desde un punto de vista anglosajón (se refiere a la tradición británica), se trata únicamente de protegerse de las razones de Estado. Por el contrario, desde el punto de vista de los revolucionarios franceses, se trataba menos de no ser torturado en una comisaría que de participar en la elaboración de las leyes (5).

El debate sobre la libertad de expresión se ve distorsionado por la superposición de rejillas de lectura. La administración Biden ha adoptado una visión consciente de que tiene la responsabilidad de informar al público sobre los peligros del COVID y salvarlo de la enfermedad. Por esta razón ha prohibido todo debate científico y censurado todas las opiniones disidentes. Según la tradición de los "padres fundadores", el Estado federal no tenía derecho a interferir en los intercambios en las redes sociales. Según la tradición volteriana, el Estado tenía derecho, no a prohibir nada, sino a hacer que los tribunales prohibieran los mensajes que habían engañado a los internautas y perjudicado su salud (en este caso, eran los mensajes sobre la obligación universal de ciertos medicamentos los que debían haber sido objeto de persecución).


En 1838, entre 4.000 y 8.000 cheroquis murieron de frío, hambre o agotamiento en el "Sendero de las Lágrimas". En virtud de la Ley de Remoción de los Indios, firmada por el presidente Andrew Jackson, dejaron la costa este de los Estados Unidos a los europeos y acordaron mudarse al sur del río Misisipi. Sin embargo, hoy en día es la única tribu india que ha logrado mantener su modo de vida sin ser erradicada por los europeos. Esta deportación es el ejemplo seguido por Donald Trump para poner fin a la limpieza étnica de Palestina y resolver el conflicto palestino-israelí que se prolonga desde hace 80 años.


El regreso del sureñismo

Estados Unidos ha sido al mismo tiempo sureño y federalista. Los sureños fueron derrotados al final de la Guerra Civil, y sus vencedores impusieron el mito según el cual esta guerra había enfrentado a los esclavistas contra los abolicionistas. En realidad, al principio de la guerra ambos bandos eran proesclavistas y al final ambos bandos eran abolicionistas. La verdadera cuestión de la disputa era si las aduanas eran competencia de los estados o del gobierno federal.

Los jacksonianos, precursores de los sureños, querían un "estado federal mínimo". De esta forma han devuelto muchas competencias a los estados federados. Eso fue lo que hizo Donald Trump cuando los jueces que él nombró apoyaron enviar la cuestión del aborto del estado federal a los estados. Personalmente, no parece tener una opinión firme sobre este tema. Su rival, Kamala Harris, se equivocó, como Woke, al presentarlo como un reaccionario cuando la mitad de los estados federados respetan los derechos de las mujeres y autorizan la interrupción voluntaria del embarazo (IVG). Esta es una de las principales razones de su fracaso.

Cuando Donald Trump anunció la creación de un Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), pretendía desmantelar una administración federal que decide desde Washington cómo debe vivir cada ciudadano incluso a 2.500 kilómetros de distancia. Es cierto que ha confiado la responsabilidad a un libertario, Elon Musk, pero para él no se trata de adelgazar el Estado federal mediante el liberalismo reaganiano. Disolverá miles de agencias gubernamentales, no porque sean caras, sino porque, a sus ojos, son ilegítimas.

En cierto modo, el debate entre sureños y norteños, entre confederalistas y federalistas, recuerda al de los girondinos y los montañeses durante la Revolución Francesa. Sin embargo, en Estados Unidos los estados federados tenían sólo una historia corta, mientras que en Francia las regiones tenían un milenio de historia feudal: París siempre sospechó que devolver el poder a las provincias rehabilitaba el feudalismo.


El expansionismo estadounidense

Estados Unidos, que en el momento de su creación contaba con sólo 13 estados federados, ahora tiene 50, además de 1 distrito federal y 6 territorios. Desde una perspectiva estadounidense (de nuevo, esto no tiene nada que ver con Donald Trump), no han terminado de crecer. Desde la década de 1930, aspiran a absorber toda la plataforma continental de América del Norte, incluidos Canadá, Groenlandia, Islandia e Irlanda, además de México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, sin mencionar todo el Caribe (6).

En ese clima nacional, Donald Trump anunció durante su discurso inaugural que su país llamaría en adelante al Golfo de México "Golfo de América", lo que decretó unas horas más tarde. Además del hecho de que los estadounidenses no se consideran tales, sino como "americanos", esta palabra no se refiere a una denominación local, sino al colonizador Américo Vespucio.

No anunció la anexión de Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá, como había sugerido anteriormente, sino la colonización del planeta Marte.

Sin embargo, contrariamente a los comentarios de la prensa europea, Donald Trump nunca ha hablado de conquistar la plataforma continental norteamericana por la fuerza militar, aunque sí ha mencionado el desarrollo de bases militares en Groenlandia. Como jacksoniano, está interesado en comprar estos territorios. Parece que actualmente está "negociando" de forma especialmente agresiva con Dinamarca la cesión de Groenlandia a cambio de un compromiso de defensa.

Cabe señalar que la administración Trump sigue amenazando a Cuba, hacia la que tiene ambiciones coloniales, pero no a Venezuela, que está fuera de la plataforma continental de América del Norte. Sin embargo, se refiere a ambos estados como "comunistas" y afirma que los trata de la misma manera.

Dada la proximidad ideológica entre los dos “pueblos elegidos”, la administración Trump aborda la cuestión de Israel como si los palestinos fueran indios atacando diligencias. El presidente Andrew Jackson decidió poner fin a las guerras indias negociando tratados con las distintas tribus. Muy pocos se implementaron, pero su gran "éxito" fue con los Cherokees. Los deportó al sur del Mississippi. Resulta que, a pesar del sangriento episodio del “sendero de las lágrimas”, los cherokees fueron los únicos indígenas que respetaron estos acuerdos. Y hoy son la única tribu que ha sobrevivido con su cultura. Juntos dirigen un imperio de casinos. Pero aplicar el mismo método a los palestinos no puede funcionar: los cherokees no se consideran dueños de la “Madre Tierra”, pueden seguir siendo cherokees dondequiera que estén. Los palestinos, por el contrario, están apegados a su tierra y saben que morirán, como cultura, si la pierden.




La sustitución de la guerra por el comercio

Último punto importante para los jacksonianos: la sustitución de la guerra por el comercio. Donald Trump cree que la mayoría de las guerras son masacres innecesarias. Son sólo un medio para manipular a las masas para lograr objetivos indecibles. Como al final muchas veces sólo es una cuestión de dinero, es necesario sustituir las guerras por el comercio.

Esta doctrina funciona muy bien en la mayoría de los casos, sin embargo algunas guerras tienen motivos complejos no relacionados con objetivos comerciales. En estos casos, y sólo en estos, el jacksonismo no funciona.

Por ejemplo, la guerra en Ucrania. Si uno afirma que Rusia quiere anexionarse a su vecino, puede negociar con él algo que satisfaga su apetito sin dañar la integridad de ese país. Pero si uno cree que Moscú quiere sinceramente poner fin a la "Gran Guerra Patria" (la Segunda Guerra Mundial), derrotar a los nazis y a los nacionalistas fundamentalistas (los "banderistas"), entonces ninguna negociación comercial podrá detenerlo.

Éste es el talón de Aquiles de la administración Trump: la guerra en Ucrania no tiene ningún motivo económico, contrariamente a lo que han afirmado los políticos occidentales. Moscú habla en serio cuando exige desnazificar Ucrania. En este punto, Estados Unidos tendrá que ceder o enfrentarlo con dureza.

Si ceden, surgirá un segundo problema: Rusia es un territorio enorme cuyas fronteras (más de 20.000 kilómetros) nadie puede garantizar su defensa. Por eso, Moscú exige tradicionalmente que sus vecinos beligerantes sean neutrales. Éste es el significado del malentendido sobre la OTAN: Rusia reconoce, a través de la Declaración de Estambul (2003), el derecho de cada país a unirse a una coalición militar, pero rechaza que esta membresía abra la puerta al almacenamiento de armas de terceros países en su territorio. Sin embargo, durante la presidencia de Boris Yeltsin, Estados Unidos, advertido en repetidas ocasiones, continuó su presión para incluir a los diversos estados postsoviéticos en la adhesión a la OTAN, excepto Rusia, que sin embargo les pidió que lo hicieran.

Los jacksonianos no tienen motivos para promover la ampliación de la OTAN, pero hacerlo requeriría que abandonaran las políticas expansionistas de los partidos Republicano y Demócrata y se concentraran en las suyas propias: la meseta norteamericana.

Para Donald Trump, no hay duda de que Estados Unidos no tiene motivos para involucrarse en el conflicto ucraniano. Propone silenciar las armas dejando de subvencionar al régimen corrupto de Kiev. Una vez más, la Unión Europea interpreta esta retirada como una invitación a tomar el control. Este es otro error: la UE sólo existe por voluntad de Washington; al involucrarse en Ucrania sin que se lo pida la nueva administración estadounidense, la UE sólo acelerará su disolución.

En cuanto a la guerra comercial, los no estadounidenses se han mostrado sorprendidos por la estrategia del presidente Donald Trump respecto de los aranceles. Creen que esto sólo tiene sentido para proteger sectores económicos, mientras que los jacksonianos creen que también pueden usarse como armas políticas.

Por ejemplo, Donald Trump aumentó durante unas horas los aranceles aduaneros a los productos colombianos al 25%, y amenazó con aumentarlos al 50% la semana siguiente si Bogotá persistía en oponerse a la repatriación de sus nacionales. Fueron levantadas tan pronto como Bogotá repatrió a sus nacionales ilegales.

Lo mismo ocurre con Canadá y México (15%), y con China (10%). La administración Trump, una vez más, no tiene ningún argumento económico, pero sí uno político. Considera que China está suministrando precursores químicos a los cárteles de la droga y que México y Canadá están permitiendo que estas drogas ingresen a Estados Unidos.

En cuanto a la Unión Europea, es algo completamente diferente. La administración Trump pretende reequilibrar su balanza comercial. Podría imponer derechos de aduana del 10%, pero sólo sobre determinados productos. Se trata de un tratamiento convencional de estos derechos, aunque resulta difícil entender cómo encaja con los compromisos asumidos al incorporarse a la Organización Mundial del Comercio (OMC).


Thierry Meyssan

Red Voltaire


(1) "Después de Reino Unido, Alemania y Dinamarca, el equipo de Trump prepara una operación en Francia", Red Voltaire, 16 de enero de 2025.

(2) Donald Trump no intentó negar que unos pocos miembros raros de la especie humana no tienen las características cromosómicas de los machos ni de las hembras. Atacó el hecho de que el Estado federal había impuesto a la sociedad organizarse como si estas excepciones fueran la regla.

(3) Lea las actas de la conferencia organizada por el Centro Carr para la Política de Derechos Humanos: Excepcionalismo estadounidense y derechos humanos, Michael Ignatieff, Princeton University Press (2005).

(4) "Un llamado a la cautela", por Vladimir Putin, New York Times (Estados Unidos), Red Voltaire, 12 de septiembre de 2013.

(5) El británico Thomas Paine, iniciador de la Guerra de Independencia de Estados Unidos, fue elegido diputado por Pas-de-Calais en la Convención Nacional Francesa de 1792. Se negó a votar por la muerte del rey porque, según él, cargar la responsabilidad de las injusticias sobre un solo hombre pondría fin al proceso de transformación de la sociedad. Escribió un libro sobre las dos concepciones opuestas de los Derechos Humanos. Fue el libro más leído durante la Revolución Francesa.

(6) "Trump y Musk, Canadá, Panamá y Groenlandia, una vieja historia", por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 14 de enero de 2025.

21 febrero 2025

Trump y el viejo sueño estadounidense de conquistar Canadá


Ilustración modificada del original de la Revista Orbis, 2022, FPRI (Foreign Policy Research Institute)


por Tito Andino

Resumen de varias lecturas 


Antecedentes

La enfermedad del militarismo estadounidense a través de generaciones está profundamente arraigada en su política exterior, amenazar y/o atacar a otra nación suele ser una reacción "natural". Ahora, con el presidente Trump y sus discursos de doble sentido no parece nada en broma que haya descrito a Canadá como el Estado número 51 de los Estados Unidos, por lógica entendemos que se habla de la anexión total de Canadá. ¿Quimera? Aquí revisaremos esta historia "resucitada" por Mr. Trump. 

Es bueno recalcar que Estados Unidos es la nación menos amenazada del planeta por su ubicación que le brinda gran seguridad, en nuestro tiempo es imposible que fuerzas extranjeras invadan y ocupen los Estados Unidos, aunque las élites finjan estar amenazados; es la única nación con dos departamentos de defensa, uno para defender la patria y otro para ... ¿hacer qué? ¿Proyectar la "defensa" de Estados Unidos fuera de sus fronteras? Los halcones arguyen que otros planean hacer lo que ellos planifican hacer, imaginan que los "otros" tienen planes beligerantes similares a los suyos, así difunden temor en la población para justificar su militarismo.

Desatada la Gran Guerra, Estados Unidos aspiraba obtener derechos comerciales neutrales, es decir, quería comerciar con los dos bandos beligerantes: Alemania y Gran Bretaña. Pero, ni alemanes ni británicos estaban para juegos, se opusieron a esa política americana. Gran Bretaña llegaría a detener y abordar barcos estadounidenses sospechosos de llevar mercancías a Alemania; los alemanes fueron más lejos, su fuerza de submarinos empezaron a hundir barcos mercantes de los Estados Unidos, entonces el presidente Woodrow Wilson planteó una guerra submarina "restringida"... y los alemanes aceptaron (un submarino tenía que avisar a su objetivo que estaba a punto de ser torpedeado para evacuar al personal del barco). Solo en 1917 Alemania ejerció la guerra submarina sin restricciones cuando los británicos sutilmente inclinaron a su bando a los Estados Unidos (EEUU declara la guerra a Alemania en abril de 1917).


Filadelfia, miles personas se congregan en torno a una réplica de la Estatua de la Libertad para celebrar la victoria, ratificada el 11 noviembre 1918


Parecida doctrina aplicó en la segunda guerra mundial, mientras proclamaba el clásico discurso en defensa de la democracia contra el totalitarismo nazi en Europa, apoyando al imperio británico, silenciosamente su maquinaria industrial en Alemania operaba sin restricciones en favor de los nazis, solo el cambio del viento en su contra a fines de 1941 le obligó a entrar en una guerra que no quería, fue Hitler que, sorpresivamente, le declaró la guerra, EEUU nunca había desarrollado un plan de guerra contra Alemania. 

La elección de América fue priorizar la defensa del Hemisferio para disuadir una supuesta invasión alemana o japonesa al continente americano, Estados Unidos persuadió a otras naciones para instalar bases militares en Terranova (que aún no era parte de Canadá), Groenlandia, Bermudas y el noreste de Brasil (y otras fuera del continente). Brasil no pudo ser, en su lugar, se eligió un sitio en la Guyana británica, incluso en las islas Galápagos (Ecuador). Estados Unidos estableció bases en esos lugares y en gran parte las mantuvo durante la Guerra Fría.

La estrategia tuvo que enfocarse en otras premisas más ambiciosas, archivando sus planes de conquista anteriores a la segunda guerra mundial, ahora anhelaba dominar los océanos, ese intento -obviamente- iba en contra de la reina de los mares en guerra contra la Alemania nazi. Estados Unidos ya controlaba el Pacífico, penetrar en el Atlántico implicó aliarse con Gran Bretaña y sus dominios: Australia, Canadá, Terranova, Nueva Zelanda y Sudáfrica, porque sin la flota británica, la fuerza naval de los Estados Unidos seguía siendo inferior en esos momentos. 

Y esa es la estrategia que eligió EEUU, la que se mantiene hasta hoy.


Mapa mundial de 1940. Mapa de las bases navales estadounidenses y británicas en los océanos Atlántico y Pacífico, Revista Life, 16 de septiembre de 1940.

Planes de Guerra de EEUU 

Algunos planes de guerra estadounidenses se desclasificaron en 1974, están disponibles en los Archivos Nacionales en Washington D.C. Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, 1918 y 1939, EEUU desarrolló y aprobó como política nacional tres planes de guerra principales: 

- Un Plan de Guerra NARANJA contra Japón; 

- Un plan de guerra VERDE contra México; y,

- Un plan de guerra ROJO contra Canadá-Reino Unido. 

Alemania tenía un código de color NEGRO, pero nunca existió un Plan de Guerra Negro contra la amenaza nazi. 

Existieron otros planes de guerra, como el Plan Especial VIOLET (1925) para intervenciones en América Latina y el Caribe; el Plan de Guerra BLANCO (1920) para suprimir insurrecciones internas (no llegó a desarrollarse ni aprobarse).

Estados Unidos también planeó una guerra de dos frentes contra Gran Bretaña y Japón porque las dos potencias marítimas se aliaron desde 1902 hasta 1923. Esa versión se la conoce como "Rojo-Naranja", pero los estrategas concluyeron que no tenía los recursos necesarios para ese escenario, tendría que elegir luchar entre el Atlántico o el Pacífico en la guerra angloamericana del Pacífico que nunca ocurrió.



La guerra angloamericana del Pacífico que no ocurrió, el Plan de Guerra Rojo, captura de pantalla de una película explicativa.


Cronología del Plan de Guerra ROJO contra Canadá 

A pesar que los libros de historia no reconocen el "US War Department’s “Joint Army and Navy Basic War Plan - Red” para invadir Canadá en la década de 1930 (aunque se esbozó desde los años 20), es cierto que el Plan de Guerra ROJO ya no es noticia, es una vieja historia (al igual que la "soberanía" sobre el Canal de Panamá y la estratégica Groenlandia); no obstante, las nuevas generaciones posiblemente desconocen estos hechos.

Con Mr. Trump se ha recordado esa vieja "tradición" de querer anexarse Canadá. Desde las guerras por la independencia, un alto porcentaje de los pobladores de las colonias británicas del Norte se opusieron a formar parte de la naciente república revolucionaria de los Estados Unidos; además, mucha gente leal al Imperio Británico abandonó la recién constituida Unión Americana y emigraron a las tierras de la nueva frontera del norte (Tratado de París, 1783). Entre 1812-1815 hubo una guerra contra el Imperio británico y sus aliados de América del Norte, pero esencialmente se mantuvo el status quo.  

La primera divulgación del Plan de Guerra ROJO data de 1935, cuando por error de la imprenta del gobierno se hizo público un presupuesto secreto del Congreso para construir bases aéreas camufladas para ataques sorpresa en Canadá (Bases de defensa aérea: audiencias ante el Comisión de Asuntos Militares, Cámara de Representantes, Septuagésimo Cuarto Congreso), el New York Times y el Toronto Globe lo informaron. 

 

Primeros antecedentes al PLAN ROJO:


Estados Unidos mantuvo la intención de "anexionarse varios territorios de la Norteamérica Británica que culminó con la difunta Ley de Anexión de 1866, sin mencionar la Compra de Alaska en mayo de 1867, dos meses antes de la Promulgación de la Ley de la Norteamérica Británica, que llevó a la creación del Dominio de Canadá o Confederación del 1 de julio de 1867". (Prof. Michel Chossudovsky) (Por Confederación refiere al proceso de unión federal en el que las colonias británicas de América del Norte formaron el Dominio de Canadá, antes Norteamérica Británica).

El proyecto de ley para anexar Canadá presentado en 1866 no prosperó en la Cámara de Representantes, consistía en un plan de invasión que entraría en vigor si hubiese sido ratificado por el presidente de los EEUU, Andrew Johnson. El documento incluía "los territorios de la Norteamérica británica desde Terranova y las Provincias Marítimas hasta la Columbia Británica, extendiéndose hacia el norte hasta el territorio de la Bahía de Hudson y el Territorio del Noroeste limitando con la "América rusa" (es decir, Alaska)... Consistía en la confiscación pura y simple de tierras públicas. También implicaba el control de EE.UU sobre el sistema ferroviario transcanadiense, las vías fluviales, los canales, así como el control sobre la vía marítima de San Lorenzo. La división territorial de la Norteamérica británica se describe en ese proyecto de ley. Los diversos "estados canadienses" constituyentes se ajustarían a las leyes de los Estados Unidos al establecer su legislatura.

Como vemos el proyecto de anexión de 1866 se frenó por la adopción de la Ley Británica Norteamericana en 1867, creación del Dominio de Canadá.


EL PLAN ROJO

El Plan de Guerra ROJO fue el más grande de todos los planes de guerra estadounidenses de las primeras décadas del siglo XX. Es un documento de 94 páginas, estampado con la palabra "SECRETO" en la portada, bajo el mando del general Douglas MacArthur, nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos en 1930 y quien participó activamente en la planificación de la invasión de Canadá entre 1930 - 1937. Pero, fue el Secretario de Guerra, general Patrick J. Hurley (1929-1933), quien desempeñó el rol decisivo en su formulación y aprobación.

El plan preveía la posibilidad de una guerra con el Reino Unido dada la interferencia de Estados Unidos en el comercio mundial de la Commonwealth británica. Es falso que el plan de guerra ROJO fuera un plan de contingencia aduciendo que deberían invadir Canadá para evitar que los británicos lo usaran como escenario para atacar a los Estados Unidos, el plan estaba orientado explícitamente para la conquista de Canadá, la misión de las fuerzas estadounidenses era lograr su control completo. 

El plan desarrollado pretendía tomar el puerto de Halifax, capturar las centrales hidroeléctricas canadienses, cerca de las Cataratas del Niágara. La invasión a gran escala se diseñó en tres frentes: desde Vermont hasta Montreal y Quebec; de Dakota del Norte para tomar Winnipeg; y desde el medio oeste para capturar las minas de níquel de Ontario. La esperanza estadounidense era que los británicos entonces demandaran la paz.


Mapa del Plan Rojo,1930, invasión de EEUU a Canadá

Además, el Plan presumía que la armada británica tomaría las Filipinas, Guam, Hawai y el Canal de Panamá, estas pérdidas se compensarían con la conquista de Canadá. Hay que señalar que el Plan ROJO no aspiraba luchar contra los británicos, se centraba en conquistar Canadá, que en la codificación por colores tenía color CRIMSON (Crimson en su traducción se refiere al color carmesí, un color rojo fuerte inclinado al púrpura. Hemos conservado el término inglés para marcar las diferencias).  

El objetivo del US Army era: "ULTIMADAMENTE, OBTENER EL CONTROL COMPLETO DEL CRIMSON" (en mayúsculas). El borrador de 1924 expresaba que los Estados Unidos "tienen la intención de mantener a perpetuidad todo el territorio CRIMSON y ROJO ganado... El gobierno del Dominio (de Canadá) será abolido". El borrador de 1928 declaraba que "debería dejarse bastante claro a Canadá que en una guerra sufriría gravemente". 

El Plan de Guerra ROJO fue aprobado en mayo de 1930 (presidencia de Herbert Hoover) a nivel de Gabinete por el Secretario de Guerra y el Secretario de Marina, insistamos, no era un plan de defensa. Estados Unidos comenzaría la guerra, e incluso si Canadá declarara neutralidad, debía ser invadida y ocupada. El borrador de 1930 también recalcaba que "grandes partes del territorio CRIMSON se convertirán en teatros de operaciones militares con el consiguiente sufrimiento de la población y la destrucción generalizada y la devastación del país..."

En diciembre de 1930, el Agregado Naval de EE.UU en Ottawa hizo un informe de espionaje a la Junta Mixta sobre la falta de preparación de Canadá para la guerra, el plan  se aceleró durante la década de 1930. En octubre de 1934, el Secretario de Guerra y el Secretario de Marina aprobaron una enmienda autorizando el bombardeo estratégico de Halifax, Montreal y la ciudad de Quebec por "operaciones aéreas inmediatas a la mayor escala posible". Una segunda enmienda, también aprobada a nivel de gabinete, dirigida al Ejército de Estados Unidos: "PARA HACER TODAS LAS PREPARACIONES NECESARIAS DESDE EL ESTABLECIMIENTO DE LA GUERRA PARA EL USO DE LA GUERRA QUÍMICA, INCLUYENDO EL USO DE AGENTES TÓXICOS, DESDE LA INICIACIÓN DE HOSTILIDADES, ESTÁ AUTORIZADO ... " (en mayúsculas). El uso de gas venenoso se concibió como acción "humanitaria" que haría que Canadá se rindiera rápidamente y salvara vidas estadounidenses. (Comandante A.S. Carpender y coronel W. Krueger (1934), memorando a la Junta Conjunta, 17 de octubre de 1934, disponible en el Archivo Nacional de EE.UU en documentos adjuntos al Plan de Guerra Rojo). 


Jefe de Estado Mayor del Ejército de EE. UU, General Douglas MacArthur

En marzo de 1935, el general Douglas MacArthur propuso una enmienda que convierta a Vancouver en un objetivo prioritario comparable a Halifax y Montreal, aprobado en mayo de 1935. En agosto de 1935, Estados Unidos realizó grandes maniobras militares, con más de 50.000 soldados practicando una invasión motorizada de Canadá. Seguían afirmando que lo único que interesa es la defensa, pero que la mejor defensa contra el ataque es una ofensiva preventiva contra los lugares donde se origina. El 10 de agosto de 1935, el proyecto de ley fue promulgado por el presidente Roosevelt.

En 1939, cuando el mundo se movilizaba para luchar contra el fascismo, la Escuela de Guerra del Ejército y la Escuela de Guerra Naval de EEUU establecieron prioritariamente la tarea de coordinar sus fuerzas para el proyecto "Overseas Expeditionary Force to Capture Halifax from Red-Crinsom Coalition" (Fuerza Expedicionaria en el Extranjero para capturar Halifax de la Coalición Rojo-Crimson). "Lamentablemente" tuvo que ser archivado ese mismo año tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial.


El mapa del mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial (Post War New World Map) trazado por Maurice Gomberg (probablemente un seudónimo de algún(os) miembro del movimiento tecnocrático) aparecido en 1941. Estados Unidos se extiende desde Canadá hasta el Canal de Panamá e incluye Groenlandia.

Y, ¿qué pensaban en Canadá?

Lo sabían. El gobierno federal y el ejército canadiense estaban plenamente conscientes de los planes "secretos" de sus vecinos. Se elaboraron planes de guerra de contingencia en caso de un ataque estadounidense contra el Dominio de Canadá: "Esquema de Defensa Nº 1. Plan de contingencia de contraataque, en caso de una invasión estadounidense". 

"El "Plan de Defensa Nº 1" fue abandonado en 1931 por el jefe del Estado Mayor de Canadá, A.G.L. McNaughton (tras la adopción del "Plan de Guerra Rojo" en 1930), sobre la base de que "los estadounidenses ganarían inevitablemente una guerra de este tipo y no tenía sentido actuar sobre un plan de contingencia". Además, "la decisión decisiva del gobierno conservador del primer ministro R. B. Bennett, que llegó al poder en agosto de 1930, fue abandonar el plan de defensa nacional de Canadá. Esta decisión constituyó un reconocimiento de facto de la hegemonía estadounidense en América del Norte". (M. Chossudovsky).



Ampliación del mapa "Post War New World Map" (Maurice Gomberg) Estados Unidos se extiende desde Canadá hasta el Canal de Panamá e incluye Groenlandia.

En el presente

El ex primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, en carta abierta al elegido presidente Donald Trump (12 enero 2025) señalaba "los insultos totalmente inaceptables y las amenazas sin precedentes a nuestra propia soberanía por parte del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump"... "También queremos proteger el Ártico. Pero Estados Unidos se niega a reconocer el Paso del Noroeste, insistiendo en que es una vía fluvial internacional, a pesar de que fluye a través del Ártico canadiense como aguas canadienses. Necesitamos que Estados Unidos reconozca el Paso del Noroeste como aguas canadienses".

Los derechos jurisdiccionales de Canadá se vieron afectados en 2002 con la creación del Comando Norte de los Estados Unidos (USNORTHCOM). El NORTHCOM tiene la responsabilidad de los Estados Unidos continentales, Canadá, México, partes del Caribe y las aguas contiguas en los océanos Atlántico y Pacífico hasta 500 millas de la costa de América del Norte.

Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa anunció unilateralmente (sin consultar al gobierno de Canadá) que la jurisdicción territorial del NORTHCOM (tierra, mar, aire) se extendía desde la cuenca del Caribe hasta los territorios árticos canadienses y el Polo Norte. Esto significa que Estados Unidos se dio a sí mismo el derecho de desplegar sus fuerzas armadas por aire, tierra y mar en todo Canadá, incluidas las vías fluviales internas. Para buen entendedor: México, partes del Caribe y Canadá hasta el Ártico están bajo la jurisdicción militar del Comando Norte de los Estados Unidos.

El ex primer ministro Jean Chrétien se negó a unirse al Comando Norte de los Estados Unidos (NORTHCOM) en diciembre de 2002. Esa negativa provocó que George Bush -unilateralmente- establezca una autoridad militar binacional interina denominada Grupo de Planificación Binacional (BPG), ampliando la jurisdicción del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) de Estados Unidos y Canadá para cubrir el mar, la tierra y las "fuerzas civiles". No reconocido en los documentos oficiales, el BPG preparó la fusión de NORAD y NORTHCOM, creando así las condiciones de facto para que Canadá se uniera al Comando Norte de los Estados Unidos.

El 28 de abril de 2006 se firmó un acuerdo negociado a puerta cerrada entre Estados Unidos y Canadá, sin debate previo en el Parlamento canadiense, luego la Cámara de los Comunes aprobó un hecho consumado, firmado por los dos gobiernos. NORAD todavía existe de nombre, pero su estructura organizativa es la misma que NORTHCOM, en términos prácticos, NORAD quedó fusionado con USNORTHCOM, de hecho, la desaparición de la soberanía canadiense tuvo lugar en ese acto.

"Canadá ya no tiene una política exterior independiente. Bajo un Comando Norteamericano integrado de los Estados Unidos, Canadá se ha visto obligado a abrazar la doctrina militar preventiva de Washington, su falsa "guerra global contra el terrorismo" se ha utilizado como pretexto para librar una guerra en Oriente Medio, el Sudeste Asiático y el África subsahariana" (Chossudovsky).

De lo visto, una anexión de facto está en juego, Canadá puede dejar de funcionar como nación soberana, "solo" falta la incorporación política de Canadá como el Estado Nº 51 de los Estados Unidos de América.


El logo del NORTHCOM se dibuja desde Canadá hasta el Canal de Panamá.


Epílogo 

Floyd Rudmin en "Secret War Plans and the Malady of American Militarism" (2006) hace los siguientes cuestionamientos.

"¿Cuál es la mentalidad y la línea ilógica que lleva a los profesionales militares, oficiales del gabinete ejecutivo y congresistas a planificar y preparar la guerra contra un aliado y un buen vecino? ¿Bases secretas en la frontera? ¿Ataques sorpresa? ¿Bombardeo estratégico de ciudades pobladas? ¿Primer uso inmediato de gas venenoso? Al mismo tiempo que planeaban esto para Canadá, no planearon la guerra contra el fascismo alemán, una gran amenaza para Estados Unidos. Claramente, algo estaba mal en el pensamiento de muchos tomadores de decisiones civiles y militares de alto nivel" (y sigue estándolo).

El núcleo del militarismo sigue poniendo en peligro a Estados Unidos, está llevándola a la bancarrota, al desdén y al deshonor, y eso no es nuevo. Las causas fundamentales de la guerra no se pueden encontrar en la geopolítica contemporánea, ni en la personalidad de los gobernantes, como piensan muchos críticos de la guerra. Hay algo mal en un nivel mucho más profundo de la cultura política estadounidense. 

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Fuentes consultadas

Planes secretos de guerra y la enfermedad del militarismo estadounidense

Donald Trump Calls for the Annexation of Canada. Déjà Vu. General Douglas MacArthur Was to Bomb Vancouver, Halifax, Montreal and Quebec City. This Is No Joking Matter

Planes estadounidenses de entreguerras

Canada’s Sovereignty in Jeopardy: “51st State”, Déjà Vu: The Militarization of North America under President Donald Trump

Trump y Musk, Canadá, Panamá y Groenlandia, una vieja historia

Estos eran los coloridos planes de Estados Unidos para la guerra con el resto del mundo

Mapa de 1942. El Nuevo Orden Mundial

ANEXOS a varios documentos AQUÍ

15 febrero 2025

Los Ricos y el Poder





por Mario R. Fernández y Nora Fernández


Nota previa del editor

Un interesante y fundamentado artículo sobre el poder y la riqueza en el mundo. Un tema de actualidad que ilustra la forma en que se mueve la política mundial interrelacionada con el capital financiero. Análisis de forzosa lectura para entender, entre otras cosas, que podemos esperar de un multimillonario -Donald Trump- en el gobierno de los Estados Unidos. 

Suele llamar la atención cierta admiración e influjo casi "místico" de personas comunes hacia la gente rica y el complejo entramado de las élites para perpetuarse en la cumbre del poder y del dinero. 

Para aquellos fanatizados con las teorías conspiranoicas se advierte que este artículo no pretende desenmascarar a los supuestos líderes objeto de esas populares y divertidas especulaciones, esa "información" se vende muy bien a un amplio y crédulo sector de la población. El ensayo refiere a un complejo entramado de gente y mega empresas multibillonarias conocidas (que no se ocultan en el anonimato) tanto de la vida política como empresarial, que de forma pública (previas conferencias privadas) suelen anunciar la imposición de reglas  que pueden ser calificadas como imposición de un único orden económico internacional (globalización) o como algunos suelen definirla, la "Empresa Mundial S.A.". 

Para la gente poderosa resulta irrelevante las confesiones religiosas o el origen racial de quienes comparten una visión unipolar del manejo de la economía para su fin único: enriquecimiento y control político. ¿Conspiración? Sí, en el estricto sentido del término, estos acuerdos de multinacionales, gobiernos y gente particular muy rica lo definiríamos como tal; y, al ser sus protagonistas personajes públicos, independientemente de su ascendencia étnica o sus particulares creencias "espirituales", las teorías conspiranoicas no tienen sustento lógico a pesar del criterio errado de la mayoría. Lo expresado y lo que va a leer es una realista descripción de lo que muchos definen como "gobierno mundial en las sombras" u otros títulos rimbombantes.

El siguiente artículo apareció en 2016 y sigue estando tan vigente como si hubiese sido escrito hoy.

T. Andino

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Gráfica meramente referencial del libro "La Arquitectura del Poder. Cómo los ricos y poderosos modelan nuestro mundo", 



"La humanidad enfrenta serios problemas en su diario vivir; los pueblos tienen que acarrear lastres que en su mayoría no han creado, desastres del medio ambiente, sufrimiento y miedo a la guerra, la represión, el crimen  y el abuso por sus semejantes, la carencia de un trabajo estable y digno, la pobreza y la miseria y la falta de servicios básicos de higiene y de salud que afecta a más de un tercio de los habitantes del mundo. Pero además las mayorías en casi todas las sociedades del planeta tienen que acarrear, casi como si les llevara en brazos, a los ricos del mundo. Los ricos son una especie de animal grande y peligroso, parasitarios y dañinos y hombres en su mayoría, aun cuando hay mujeres ricas también, que aunque nacidos en cualquier extracto social ocupan las elites del poder y del dinero, verdaderos barones del poder, y hoy han acumulado dinero como nunca antes en la historia moderna, que manipulan todo lo que les interese manipular y que persiguiendo sus intereses pueden ser criminales pero no pagan por ello.

Hoy, los ricos ya no son simples  millonarios como hace algún tiempo atrás, hoy las fortunas son de miles de millones de dólares, si usamos la moneda estadounidenses; forman élites muy reducidas en números si los comparamos al resto de los privilegiados, no son el uno por ciento de la población total como tanto se dice en medios oficiales y no oficiales, sino mucho menos, pero si cuentan con una plataforma de apoyo de entre el uno y el cinco por ciento de los más acomodados, que le sirven a la elite dominante de escolta y sustento o base social, además del apoyo casi incondicional de las clases medias, estas representan el lado “presentable” de un sistema de acumulación totalmente injusto cuando se lo examina. La elite dominante cuenta con la escolta de otros ricos inferiores, que forman una especie de pirámide de acomodados, a quienes se suman altos administradores y políticos que ayudan a la elite dominante a manejar el aparato político mundial, cuenta la elite además con no pocos adulones profesionales y aspirantes a millonarios que incluyen incluso a hampones que trafican drogas, personas y servicios.





Estados Unidos, desde hace más de 200 años, ha sido un país favorable a la especie parasitaria de los más ricos, y por eso allí se ha multiplicado con particular facilidad, no tiene tanto que ver con condiciones biológicas particulares sino con un ambiente ideológico que desde el siglo 19 viene justificando la acumulación de riqueza a cualquier costo y como fundamental razón de ser, algo que observó el entonces cientista político francés Alexis de Tocqueville cuando escribió su libro, un clásico, “Democracia en América”. 

Durante su estadía en Estados Unidos entre 1830-31, Tocqueville observó el marcado individualismo y la aceptación sin cuestionamiento de una forma de entender la realidad que simplemente se sobreentiende. En su libro dice que 

“los americanos no tienen escuela de filosofía propia poco les importan las escuelas de filosofía en que Europa está dividida…Y sin embargo es fácil percibir que casi todos los habitantes de los Estados Unidos conducen su entendimiento de forma similar y lo gobiernan por las mismas reglas, vale decir, sin tomarse nunca el trabajo de definir las reglas, tienen un método filosófico común a todo el pueblo”. Y agrega: “Pero si voy más lejos, y busco entre las características la principal…descubro que cada americano apela solo al esfuerzo individual de su propio entendimiento…” algo que Tocqueville entiende tiene limitaciones. De ese individualismo dominante con foco en el ahora se llega fácilmente a la sobrevaloración de los logros personales, al vivir sin historia y a la admiración a los ricos cuando la sociedad tiene un foco totalmente material. El desarrollo norteamericano fue material y los ricos siguen siendo admirados, ejemplo de triunfo personal, un triunfo sea como sea y pese a quien pese. 


El Rockefeller Center de New York


Las revistas Forbes, Fortuny, Bloomberg, Businessweek, demuestran esa admiración continuamente, los ricos son vacas sagradas y la carrera es una escalera infinita hacia la mayor riqueza. Los ricos, expuestos como celebridades y disfrazados de generosos aparecen allí con nombre y apellido, pero allí solamente se hacen carne, sin explicación, sin exploración de lazos de poder o historia, allí son genios salidos de la nada y al hacerse carne de esta forma se los transforma en intocables, se hace impensable criticarlos en otros medios de prensa.  

De los más ricos, los “billionaires”, que no pasan de 2000 en todo en el mundo, con fortunas personales de más de mil millones de dólares, más de un cuarto de ellos son ciudadanos de Estados Unidos, pero no faltan representantes de Alemania, India o Brasil. Lo irónico hoy es la existencia de “billionaires” chinos y rusos, algo que nadie podría haberse imaginado hace apenas treinta años. La historia está llena de sorpresas, y los nuevos muy ricos en China, que pasan de 200, hicieron sus fortunas de la forma clásica: explotando simplemente a los trabajadores de su país y especulando luego con las fortunas logradas. Los magnates rusos, que no alcanzan a 100, son un caso único en la historia: formaron sus fortunas violentamente, de la noche a la mañana saqueando y robando directamente los bienes del estado posterior al derrumbe de la Unión Soviética, muchos los llaman por eso “lumpen burguesía” recordándoles sus raíces antisociales directas.



La Trump Tower en la Quinta Avenida, Manhattan – New York



Sería injusto, sin embargo, dividir a los ricos en más y menos meritorios, pues en esto de hacerse de fortuna, y aunque todos los grandes ricos han usado métodos diferentes en la acumulación de su riqueza, algunas veces a través de un producto o creándose un proyecto, otras veces aprovechándose de explotar a otros, extorsionando o engañando, o robando directamente o en negocios ilícitos, no puede haber excepción en el uso de métodos antisociales: nadie se enriquece sin ejercer un nivel de criminalidad. Detrás de toda empresa, sea un banco, una compañía de seguros, una administradora o colocadora de fondos de pensión, un gran supermercado, una fábrica, una mina, una procesadora de alimentos u otros, lo que no pertenece al estado o no está en manos de una cooperativa, es de seguro una pirámide donde las decisiones las toman los más ricos aun cuando figuren como accionistas y cuenten con un servil bien remunerado y a veces hasta famoso que le pone cara pública a la empresa. Y, serán siempre los accionistas menores quienes absorban las pérdidas cuando las haya, que los más ricos muy bien entendidos de lo que sucede abandonaran la empresa a tiempo llevándose todas las ganancias.

Pero los ricos saben que mantener una imagen es fundamental, ninguno de ellos quiere llegar a viejo con gran fortuna pero con fama de ladrón y de asesino, es por ello que se encargan con dedicación a asegurarse de tapar lo mejor posible todos las conductas antisociales que les aseguraron su fortuna y usan la publicidad y la manipulación para crearse una imagen de benefactores y generosos -ahora que tienen todo lo que quieren pueden invertir lo necesario en verse bien.

La primera generación de toda fortuna tiene siempre mucho que ocultar, de allí que su preocupación no sea sólo con hacer más y más dinero sino con incrementar su nivel de influencia social y política, incrementar influencia ayuda a los ricos a aumentar su riqueza también, pero además corrompe la administración de los bienes comunes y del estado y a los servidores públicos a todos los niveles, y con ello los ricos se aseguran total impunidad, la justicia y las responsabilidades civiles no les aplica como al resto y la corrupción aumenta y facilita el parasitismo de los ricos que viven literalmente de los demás manipulando el o los estados a su gusto. 

La segunda generación tiene más fácil tarea porque el proceso mismo genera la impresión de que al haber heredado la riqueza no se los puede responsabilizar de cómo se generó. La segunda generación se ve a sí misma y los demás la ven como más saneada. Los logros de la primera generación facilitan el continuo proceso de enriquecimiento de la segunda: la preocupación por alcanzar niveles de influencia en la sociedad les ha otorgado poder que usan para continuar corrompiendo a la administración del estado y enriqueciendo ahora de forma más parasitaria. El estado en sus diferentes niveles les otorga todas las facilidades y los protege incluso del pago de impuestos y royalties, a veces tan bajos que son ridículos. El estado les asegura subsidios para sus empresas, contratos con soborno (lo que en Estados Unidos es un ejercicio legal), el uso de la infraestructura y servicios públicos gratis. Además, el estado en los últimos 35 años les ha asegurado la adquisición de empresas estatales a precios de ganga, y gracias a la desregulación de todo les garantiza creciente espacio para que saqueen. El robo más obsceno quizás de la historia es el de la última crisis del 2008 con el rescate financiero a grandes bancos con dineros públicos y a cambio de papeles especulativos sin valor real.





El mundo occidental sufre una continua pérdida de trabajos en la industria manufacturera; hasta los empresarios más pequeños con alguna posibilidad de ganancias en la actividad de algún producto o servicio, ya sea en áreas rurales o en centros urbanos, también están en continuo peligro de desaparecer. Muchas empresas pequeñas y-o medianas han sucumbido o han sido absorbidas por otras más grandes que simplemente las compran para cerrarlas por lo que los pequeños empresarios tienen que conformarse con empresas que apenas se solventan. 

Este proceso de monopolización y acumulación sin fronteras, llamado globalización, destruye las economías locales gracias a la firma de tratados que no son de “libre comercio” sino documentos legales para los más ricos y sus empresas que crecen en su monopolio, acumulan crecientes derechos sin responsabilidades, aseguran la libre circulación de mercancías y servicios (incluso financieros) mientras ponen en jaque incluso a los estados mismos –estos, últimos garantes de sus aventuras de enriquecimiento y paganinis de toda especulación fallada. Lo irónico: la diatriba repetitiva de los políticos representantes de los ricos (casi todos ellos) en su aparente continua preocupación por la existencia misma, y prosperidad, del llamado “pequeño negocio o empresa” –una preocupación tan irreal como hipócrita que se entiende más bien como una burla surrealista. 

La producción industrial y la agricultura, en Europa y en Norteamérica, tuvieron desde 1870 al 1900 un desarrollo en gran escala, en parte debido a las innovaciones tecnológicas en factorías, en minas y en el campo, lo que resultó en más acumulación de dinero para los ricos. En Estados Unidos esta fue la llamada “época dorada” (Gilden Age en inglés) durante la cual los ricos disfrutaron en forma casi obscena de una libertad plena de explotar a sus trabajadores y especular con la complicidad de autoridades políticas y administrativas. Pero, para fin del siglo 19 emergían esperanzas de cambio gracias a grandes luchas de parte de la clase trabajadora, lucha que aumentó con el logro del sufragio universal, el aumento de la participación política y la creciente organización sindical. De esta forma se consiguieron básicos derechos laborales y sociales y se constató una vez más que es la resistencia a la opresión y la lucha por los derechos lo que detiene el avance del poder de los ricos al subirle el precio a su abuso, y no un simple proceso civilizatorio.





Durante el siglo 20 los enfrentamientos continuaron por lo que algunos magnates tuvieron que reconocer la necesidad de lidiar de otra manera con los oprimidos e incluso aplicar algunas reformas recomendadas por los social liberales de entonces. No faltaban los ricos que no querían negociar derechos pues estaban convencidos de que la gente de trabajo no se merecía nada. En ese tiempo el odio de clases era muy visible: la mayoría de la gente del pueblo odiaba a los ricos y su institucionalidad liberal, y los ricos odiaban a la gente del pueblo. 

Pero con la llegada de la Primera Guerra Mundial en 1914, el conflicto de clases disminuyó, reemplazado por un nacionalismo aparatoso, oportunidad que los ricos usaron para extorsionar a los trabajadores a que peleen y mueran en sus guerras de dominio.

La Primera Guerra Mundial fue planeada por un puñado de ricos en una mesa para lidiar con las competencias por mercados entre los países imperialistas mismos; enviaron a millones de soldados a la carnicería más grande hasta ese entonces, una tragedia para hombres, mujeres y niños de Europa y el mundo colonizado. Los ricos responsables de esa tragedia comenzaban de nuevo a florecer unos años después y el resultado fue la Segunda Guerra Mundial y el fascismo, de nuevo el mundo sufre una gran destrucción de vidas y bienes, pero terminada esta guerra los ricos y sus empresas ocupaban lugares de importancia incluso en Alemania, Italia y Japón los países derrotados –olvidado quedaba nuevamente el sufrimiento y la muerte de millones de seres humanos que por supuesto no eran parte de las élites acaudaladas. 

Y aunque el resultado de ambas guerras no fue exactamente el esperado por las élites, pues los fascistas no terminaron con la “amenaza comunista”, tuvieron que crear y luego ampliar el Estado de Bienestar Social en los países de Europa Occidental, Norteamérica y algunos otros, el argumento en contra de los pueblos no cejó y algunos ricos continuaban predicando contra el peligro de “malacostumbrar” a los pobres –o sea a la mayoría de los ciudadanos. En estos tiempos la carta a jugar para los ricos fue la propaganda, Alex Carey (científico australiano) lo explica muy bien en “Taking the Risk Out of Democracy” (Quitándole el riesgo a la Democracia). La propaganda fue usada como arma de persuasión en la Primera Guerra Mundial por el gobierno de Woodrow Wilson, Estados Unidos. Tuvo resultados asombrosos, tanto que las empresas se apropiaron de la estrategia bajo el nombre de “relaciones públicas”. Hitler mismo, y su partido Nazi, fue un gran admirador del sistema de propaganda aplicado en Estados Unidos, idea de la que se apropió e integró en su máquina de terror y de guerra. 

El sistema propagandístico se fue desarrollando durante todo el siglo 20, aumentando en sutileza y detalle e incluyendo entre sus herramientas la nueva idea de las “fundaciones” -organizaciones que los ricos crean para mostrar su filantropía y generosidad con la sociedad al tiempo que persiguen sus propias agendas y se niegan firmemente a la justicia de salarios más equitativos y continuados proyectos de justicia social. Parte del esfuerzo propagandístico de los más ricos es mandar a escribir sus biografías sesgadas para demostrarse como auténticos. 

La amenaza  del comunismo o del socialismo como alternativas estaba ya casi desaparecida para el año 1990 año en que los centros de propaganda se extienden aún más, con colaboradores llegados desde la izquierda e incluso de sectores radicales, han sido de gran utilidad en afirmar la legitimidad de la acumulación de riqueza en manos de unos pocos y la desesperanza en cuanto a hacer cambios liberadores. 




Wall Street. Un símbolo del corazón financiero de New York, el Gran Toro (Charging Bull). Es una alegoría de la fuerza, en este caso, el poder económico de los Estados Unidos, representa la “prosperidad y el optimismo de los “supervivientes” de la crisis bursátil de 1987. Hay también un juego de palabras oculto: en la jerga de Wall Street, el término bullish se usa comúnmente para designar las subidas de la bolsa”.



Cuando los seres humanos eran cazadores y recolectores dependían unos de los otros, un pequeño grupo homogéneo que no podía tolerar la existencia de individuos con conductas antisociales pues ponían en peligro la existencia misma del grupo todo. Entonces a los antisociales se los abandonaba o eliminaba, simplemente, los esquimales por ejemplo empujaban al insistente antisocial al agua helada, otros grupos los eliminaban de otras formas, todos entendían que los antisociales no eran buenos pero además entendían que no eran funcionales. Los antisociales de nuestros días no sufren esta suerte, al contrario, dominan al resto, son tan dañinos para la supervivencia de la especie como cuando éramos cazadores y recolectores pero no son tan diestramente condenados

Han creado su mundo, en el reinan, controlan, deciden para detrimento de la especie entera. Cargan los dados continuamente a su favor, reciben los premios y honores, destruyen naciones, favorecen crímenes, implementan robos, especulan para acumular más y más riqueza que es poder, escapan de toda responsabilidad porque la responsabilidad es colectiva aunque el daño sea de un pequeño grupo, juegan el juego de ganarlo todo sin invertir nada, tienen al mundo del cuello con un revolver apuntado a la sien pero son admirados. Lo peor es que son un terrible ejemplo de ser humano pero los admiran y emulan. Durante una buena parte del siglo 20 muchos ricos eran más cautelosos, pero la impunidad ha aumentado y se vive una gran Jauja. Dominan los medios de comunicación, la mayor parte de la producción y comercialización de alimentos, semillas, medicamentos, fondos de pensión, instituciones financieras, la cultura: una plutocracia nos tiene de rehén y faltan las alternativas".


Mario R. Fernández y Nora Fernández

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NOTA: Las negrillas, subrayados y fotografías con su descripción han sido intercaladas por el editor del blog.

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