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30 agosto 2024

Kursk historia de dos ofensivas. ¿El final de la guerra en Ucrania?



I

Introducción por el editor del blog
Entre julio y agosto de 1943 (un mes y medio aproximadamente) tuvo lugar la penetración de fuerzas alemanas al saliente de Kursk, con la consabida contraofensiva soviética. En agosto de 2024, los nazis ucranianos -respaldados- con armamento alemán y de otras potencias occidentales rememoran lo sucedido en Kursk hace ocho décadas. Curiosamente el objetivo es el mismo: matar, robar y destruir todo lo que huela a ruso.


No dedicaremos este artículo a detallar el amor, el orgullo de pertenencia de los descendientes del fascismo de Bandera, hoy entregados al servicio del nazismo en gran parte de las fuerzas ucranianas. Otro detalle que debemos recordar es el interés británico y estadounidense por observar si la Alemania nazi era capaz de someter a la Unión Soviética, ese mismo interés se puede apreciar en 2024 con Rusia. Las fuerzas ucranianas que lanzaron una ofensiva en la región de Kursk están bajo el mando de Gran Bretaña y el visto bueno de Estados Unidos. 

Objetivo: A más de lo arriba señalado, otro objetivo es el geopolítico, la pretensión de siempre, dividir Rusia, separar a sus repúblicas federadas o al menos debilitarla para hacerse con sus inmensos recursos naturales. Apoderarse de los recursos de Rusia representa el futuro de las potencias de Occidente.

Ucrania es usada por EEUU-OTAN-UE, las Fuerzas Armadas de Ucrania dependen por completo de las decisiones y el apoyo militar de Occidente, pero tienen pocas opciones y solo falsas promesas que ni siquiera se refieren al bienestar e intereses del pueblo ucraniano, se trata de que Ucrania se sacrifique para lograr las ambiciones geopolíticas de la OTAN. 

Ese mismo sacrificio está siendo exigido para Georgia, ex república soviética, (Georgia enfrenta un complot para cambiar el actual gobierno neutral), ya en 2008 fue llevada por los asesores militares estadounidenses a una guerra contra una debilitada Rusia por la Osetia del Sur). Y, para colmo, otra ex república soviética, Moldavia, se encuentra en el proceso "democrático" de llevar "paz" a la región llevando la guerra contra Rusia por la región de Transnistria, además, presionada por EEUU/OTAN para acoger en sus bases la flota de aviones F-16 destinados a Ucrania.

¿Notan el patrón?, pequeñas naciones ex soviéticas quieren ser arrastradas a su destrucción -igual que Ucrania- para beneficiar a EEUU/OTAN, lo único que persigue la "democracia" occidental es debilitar militar y económicamente a Rusia usando a naciones débiles para hacerlas ver como víctimas de los perversos rusos.

Volvamos con Ucrania. Lo que hace un grupúsculo de "líderes" ucranianos es utilizar el adoctrinamiento fascista de generaciones en su odio visceral a su propia sangre eslava para servir a Occidente (éstos eslavos fascistas se creen "blancos arios", denominados como "nacionalistas integrales"). Los grupos neonazis, que comparten el poder en Kiev con otros políticos, son presentados como demócratas patriotas que luchan por la "libertad". Como dijo un analista, esto no es solo burlarse del sentido común, es un sacrilegio contra todos aquellos que liberaron a Ucrania y a Europa de la peste del nazismo, un insulto directo.

Pero, ¿qué pasa mientras tanto en los corredores del poder en Berlín? El Gobierno se ha dedicado a una sola cosa: evitar paralelismos entre el intento de invasión neonazi, perdón, ucraniana en la región rusa de Kursk usando armas y equipamiento alemán con los sucesos históricos de la batalla de Kursk en el transcurso de la segunda guerra mundial; y, por supuesto, elude responder sobre la entrega y utilización de ese armamento y suministros alemanes para la ofensiva ucraniana en territorio ruso  (Kursk). Ese uso letal de armas germanas ha sido confirmado por propios medios informativos alemanes. 

El Teniente Coronel (r) de la Bundeswehr, Juergen Rose, expresa: "Esto es exactamente lo que el Gobierno alemán, por supuesto, no quiere comentar, porque sería fatal. Ya que de nuevo, los tanques alemanes ruedan en la cargada de simbolismo zona de la mayor batalla de tanques de la historia mundial, la batalla de Kursk... Es como si la Alemania actual siguiera los pasos del Tercer Reich en la guerra para destruir a la Unión Soviética. Por supuesto, quieren evitarlo a toda costa, porque nosotros somos buenos y los rusos son malos. Es una visión del mundo completamente en blanco y negro".


Arriba: Un tanque Panther alemán después de la Batalla de Kursk, 1943. Abajo: Un tanque Leopard alemán 2A4 fuera de combate tras maniobras de entrenamiento ucraniano (2023).


Un gran número de expertos analistas de estrategia militar discuten si la actual y aparente exitosa contraofensiva ucraniana en Kursk fue diseñada para ganar y mantener terreno dentro de territorio ruso y con esa demostración de fuerza conseguir concesiones diplomáticas en unas hipotéticas negociaciones de paz; o, en opinión de otros, pretende, mejor dicho pretendía, desviar la avasallante ofensiva rusa en el Donbass. Nada. Ucrania no ha obtenido nada de sus pretensiones (supuestas), Rusia no negociará nada que no sea la retirada ucraniana del Donbass; y, por otro lado, no tiene ningún apuro en ir eliminando -de a poco- a las fuerzas de Kiev en territorio ruso, tan cierto que no desvió un solo soldado de su ofensiva en el Donbass. 

La Batalla de Kursk del siglo XXI es una poderosa incursión ucraniana con una fuerza mecanizada de gran movilidad, bajo asesoramiento anglo-americano, con miles de hombres de  formaciones experimentadas (entre otras la 22.ª Brigada Mecanizada y la 82.ª Brigada de Asalto Aéreo) y cientos de carros de combate alemanes (Leopard 2), estadounidenses (Abrams) y británicos (Challenger 2), más blindados de diverso origen europeo en los que destacan los italianos. A pesar que toda operación mecanizada de esta envergadura conlleva el pandemonio logístico del mantenimiento también desplegaron una cantidad significativa de unidades de defensa aérea. 

La ofensiva ucraniana es descollante pero inútil en sus pretensiones y tan peligrosa que ha puesto en riesgo sus líneas de defensa y reservas. Aquí también los analistas coinciden en la probable repetición de la desafortunada ofensiva alemana en la Batalla en las Ardenas 1945 que asombró a todos con un formidable avance inicial que no duró mucho, la superioridad numérica del enemigo pronto enderezó el rumbo, lo que si consiguió la defensa general alemana es debilitar todos sus frentes. Por su lado, los rusos no tienen apremio, van a su ritmo frío e imperturbable pero siempre activo.

Las siguientes líneas profundizan nuestro prólogo.


T. Andino


II


Historia de dos ofensivas. ¿El final de la guerra en Ucrania?

Preguntas estratégicas sin respuesta


        Tanque Leopard II alemán (foto archivo, Getty Images)
 

Dr. Jack Rasmus

Global Research, agosto de 2024

El Dr. Rasmus es autor de los libros 'Central Bankers at the End of Their Ropes', Clarity Press, 2017 y 'Alexander Hamilton and the Origins of the Fed', Lexington Books, 2020. Maneja su propio blog (https://jackrasmus.com); y su programa de radio semanal, Alternative Visions en Progressive Radio Network.


La guerra en Ucrania se encuentra en una encrucijada. Está entrando en una nueva fase. Las estrategias militares y políticas de ambos bandos están cambiando. Tanto Ucrania como Rusia han abierto nuevos frentes y ofensivas: Ucrania en la región fronteriza del norte de Kursk y Rusia en la zona de Járkov y el centro del Donbass de Donetsk. Es probable que se abran más frentes nuevos.

Se estima que las fuerzas totales de Rusia en Ucrania hoy, a finales del verano de 2024, están entre 600.000 (según Ucrania) y 700.000 (según el Ministerio de Defensa de Rusia). Las fuerzas totales disponibles de Ucrania son de alrededor de 350.000. Sin embargo, detrás de estas cifras, ambos lados están movilizando fuerzas adicionales que aún no están comprometidas en la línea de combate. Ucrania está reclutando y entrenando apresuradamente a otros 150.000, mientras que Rusia tiene otros 400.000 en sus fuerzas armadas totales ubicadas en otras partes de Rusia. Rusia también planea tener un ejército de 1,4 millones para fin de año, lo que sugiere reservas de combate adicionales de quizás 300.000, además de sus 700.000 combatientes que ahora están en Ucrania.

De modo que hoy Rusia tiene una superioridad numérica de aproximadamente 2 a 1, tanto en tropas de combate en Ucrania como en reservas potenciales. Lo que significa que una fuerza rusa de 700.000 hombres en Ucrania hoy (e incluso un millón a fin de año) significa que la Operación Militar Especial (SMO) de Rusia simplemente no es una fuerza suficiente para conquistar toda Ucrania. Ni tampoco se pretendió que lo fuera cuando Rusia en febrero de 2022 entró en Ucrania con una fuerza de combate de la SMO de casi 100.000 hombres.

Con fuerzas de combate que llegan incluso a un millón a fin de año, a menos que se produzca un improbable colapso total del ejército de Ucrania, la SMO no es suficiente para tomar Kiev u Odessa; y ciertamente no es suficiente para invadir la OTAN, como a algunos halcones de guerra en Occidente les gusta argumentar para justificar una participación más directa de la OTAN en la guerra.


        Tropas rusas en entrenamiento (EFE)

A modo de comparación histórica, la Unión Soviética necesitó un ejército de 13 millones de hombres para expulsar a los nazis de su territorio; al menos un tercio o 4 millones de ellos estaban involucrados solo en su frente del sur de Ucrania.

Si bien Rusia tiene una clara, aunque no abrumadora, ventaja en cuanto a fuerzas de combate en Ucrania hoy en día, el éxito militar no es sólo una función de números absolutos, sino de cuán bien se pueden concentrar las fuerzas en un frente determinado para permitir una ventaja numérica por un tiempo sobre el adversario. Otros factores también juegan un papel táctico, como el elemento sorpresa, la cantidad y calidad de las reservas que se pueden reunir en puntos y momentos críticos del conflicto, la movilidad de las fuerzas para ser desplegadas rápidamente y la capacidad de engañar al oponente sobre dónde, cuándo y cuánta fuerza se concentrará.

Estos últimos factores (reservas, sorpresa, movilidad, etc.) son importantes y a veces decisivos, pero no por ello menos secundarios: la concentración de fuerzas es siempre la táctica militar principal. Hasta ahora hemos visto a Ucrania y a Rusia concentrar sus respectivas fuerzas, aunque en frentes diferentes y separados por cientos de kilómetros. La cuestión es qué frente es el más importante desde el punto de vista estratégico.


El acontecimiento estratégico clave de 2024 

El acontecimiento clave de la guerra de este verano de 2024 es la concentración de fuerzas rusas numérica y cualitativamente superiores en la zona central del Donbass. Rusia ha disfrutado de una ventaja numérica en fuerzas de combate en el Donbass, así como en superioridad aérea y en fuerzas de misiles y artillería durante al menos el año pasado desde el fracaso de la ofensiva ucraniana del verano de 2023. Esta ventaja y superioridad rusa en el Donbass se ha incrementado aún más este verano de 2024 como resultado de la retirada de Ucrania del Donbass este verano de algunas de sus mejores brigadas. Ucrania envió estas mejores brigadas del Donbass a la región fronteriza del norte de Kursk para participar el 6 de agosto en la invasión ucraniana del territorio ruso de Kursk. Ese desplazamiento de las fuerzas ucranianas dejó su frente del Donbass débilmente defendido. En cambio, Rusia no ha trasladado ninguna de sus fuerzas del Donbass al frente de Kursk, pero ha aumentado sus fuerzas en el Donbass. Este acontecimiento es quizás el cambio estratégico más importante en la guerra de este verano de 2024.


Qué frente y qué ofensiva (el Kursk de Ucrania o el Donbass de Rusia) es más importante para el resultado final de la guerra probablemente se decidirá en los próximos meses, y definitivamente antes de fin de año, 2024.


En las batallas que ahora se libran en esos dos frentes –Kursk y Donbass– podríamos estar presenciando, de hecho, el comienzo del final de la guerra en Ucrania.


       Tropas ucranianas en camino a Kursk (Reuters)

Como resultado de la retirada de algunas de las mejores brigadas ucranianas del Donbass, las fuerzas rusas están teniendo cada vez más éxito en ese frente, tomando aldea tras aldea y avanzando hacia el oeste, hacia los bastiones clave de Ucrania: Pokrovsk, en el centro del Donbass, así como hacia Slavyansk, en el norte del Donbass. Si Rusia toma Pokrovsk y Slavyansk, la guerra en el este de Ucrania habrá terminado de hecho, al menos en las antiguas provincias de Lughansk, Donetsk, Zaporozhie y Kherson, en el este de Ucrania. La línea de combate casi con toda seguridad se moverá rápidamente hacia el oeste, hacia el río Dniéper.

En cambio, es difícil ver qué espera lograr estratégicamente Ucrania con su penetración en la provincia rusa de Kursk. ¿Podrá cambiar el curso de la guerra a favor de Ucrania? Es muy improbable, dada la continua ventaja de Rusia en fuerzas de combate, armamento y superioridad aérea. Lo que plantea la pregunta: ¿cuáles fueron los motivos y objetivos de Ucrania para su ofensiva en Kursk y podrá alcanzarlos?


La ofensiva de verano de Ucrania en Kursk 




La ofensiva ucraniana contra Kursk, lanzada el 6 de agosto de 2024, ha tenido cierto éxito inicial. Ucrania concentró inicialmente fuerzas numéricamente superiores en la frontera de Kursk (como lo había hecho a principios del verano en la frontera de Járkov al sureste de Kursk).

En vísperas de su ofensiva de agosto en Kursk, Ucrania anunció públicamente que sus concentraciones de tropas frente a Kursk y al norte de la ciudad de Járkov eran movimientos estrictamente defensivos para prepararse ante las esperadas invasiones rusas desde el norte, que se rumoreaba que serían inminentes durante la primavera de 2024. Sin embargo, en retrospectiva, el anuncio de Ucrania de que sus fuerzas en las fronteras de Járkov y Kursk eran estrictamente defensivas parece haber sido un engaño militar. El ejército ucraniano reveló recientemente que Ucrania se había estado preparando en junio para una ofensiva contra Rusia en Kursk.

Se plantea entonces la cuestión: ¿cuáles eran los motivos y objetivos de Ucrania al trasladar tropas desde el Donbass y otras zonas de Ucrania (también desde la frontera entre Bielorrusia y Ucrania) y concentrarlas en su frontera norte con Járkov y Kursk? Si no era para defenderse de una nueva ofensiva rusa en el norte, sino para lanzar una ofensiva propia, ¿cuáles eran (y son) los objetivos de Ucrania?

En preparación para la ofensiva de Kursk en agosto, Ucrania trasladó brigadas de combate de todo el país y las concentró en la frontera de Kursk en julio, incluidas muchas de sus mejores brigadas en Donbass, así como algunos de sus 95.000 hombres en posiciones defensivas en la frontera de Kharkov. Ucrania incluso trasladó tropas de su frontera con Bielorrusia a Kursk, aparentemente gracias a un acuerdo con Bielorrusia para reducir sus respectivas fuerzas en la frontera entre Bielorrusia y Ucrania (un acuerdo que, según se informa, ha sido rescindido recientemente). Por último, Ucrania también envió a algunos de sus nuevos reclutas con un entrenamiento mínimo en preparación para la ofensiva de Kursk.

En resumen, Ucrania ha trasladado a la región de Kursk hasta un tercio de sus brigadas, es decir, unas 150.000, de las cuales quizá la mitad sean brigadas de combate. En Vovchansk quedó una fuerza reducida y en el Donbass una fuerza gravemente reducida. Además, se dice que algunas brigadas ucranianas han regresado a la frontera bielorrusa después de la ofensiva de agosto.

Con una fuerza de combate acumulada de alrededor de 70.000 hombres, Ucrania aplastó fácilmente la escasamente vigilada frontera rusa de Kursk, que estaba protegida por guardias fronterizos y otras unidades no probadas, a pesar de que Ucrania invadió Kursk inicialmente con unos 12.000 soldados, desde el 6 de agosto ha reunido y concentrado al menos otros 60.000 hombres.


Un tanque ruso destruido yace al costado de una carretera cerca de Sudzha, en la región de Kursk, Rusia, el viernes 16 de agosto de 2024. Esta imagen fue aprobada por el Ministerio de Defensa de Ucrania antes de su publicación. (Associated Press)


Esto quizás sugiere que Ucrania no ha terminado de cruzar la frontera hacia Rusia en otros lugares a lo largo de la frontera norte. Algunos analistas sugieren que Ucrania planea lanzar otra ofensiva más al noroeste de Kursk en lo que se llama la región fronteriza de Bryansk. O alternativamente, justo al suroeste de Kursk en la frontera de Belgorod. Incluso hay rumores de otra ofensiva por parte de Ucrania en el extremo suroeste de la provincia de Zaporozhie, cuyo objetivo es tomar la planta de energía nuclear de Zaporozhie actualmente bajo control ruso. Sin embargo, es discutible dónde podría Ucrania reunir esas fuerzas de combate adicionales.

En respuesta, Rusia envió inicialmente fuerzas especiales y marines para controlar el avance de Ucrania, que se ha ralentizado significativamente. Y, según se informa, fuerzas mecanizadas están en camino al frente de Kursk desde otros lugares de Rusia. El enclave de Kursk se ha convertido ahora en quizás el campo de batalla más intenso de la guerra hasta la fecha.

Lo que sugieren las posibles ofensivas y frentes en Kursk y otros frentes en Ucrania es que Ucrania está desesperada por lograr que Rusia retire sus fuerzas, superiores y cada vez más eficaces, del Donbass para frenar sus avances cada vez más rápidos en esa región, pero hasta ahora parece que Rusia no lo ha hecho.


La ofensiva rusa Jarkov-Vovchansk

Hay otra historia paralela aquí: antes de la ofensiva ucraniana de agosto en Kursk, las fuerzas rusas habían entrado a principios de mayo en la provincia ucraniana de Járkov, cerca de la ciudad fronteriza ucraniana de Vovchansk, situada a sólo 40 kilómetros al norte de la segunda ciudad más grande de Ucrania, Járkov. Esa ofensiva rusa se lanzó con una pequeña fuerza de sólo 15-20.000 hombres, aunque Rusia sabía que Ucrania había concentrado 95.000 tropas en una línea defensiva justo al sur de la frontera. El resultado fue previsible: la ofensiva rusa en Járkov se estancó rápidamente y se produjo un punto muerto en torno a la ciudad de Vovchansk, al menos hasta hace muy poco.

Por tanto, surge una segunda pregunta paralela: ¿por qué Rusia cruzó la frontera cerca de Járkov-Vovchansk con una concentración de fuerzas tan insuficiente, enfrentándose a lo que sabía que eran 95.000 soldados ucranianos atrincherados en posiciones defensivas? Es evidente que el objetivo no podía haber sido tomar la ciudad de Járkov. Entonces, ¿cuál era?


La ofensiva rusa en el Donbass


     Mapa muestra las regiones de Donetsk y Luhansk (Donbass). Este mapa no refleja la actual situación militar entre Ucrania y Rusia.

El acontecimiento estratégico militar más importante de la guerra de este verano de 2024 no es la invasión ucraniana de Kursk, sino el hecho de que, para poder llevar a cabo su ofensiva en Kursk, Ucrania ha dejado su frente del Donbass seriamente debilitado. Tan débil, de hecho, que la ofensiva rusa en el Donbass se intensifica casi a diario con un éxito creciente.

Hay tres direcciones en las que Rusia se está moviendo hacia el oeste en el Donbass. La más importante es el Donbass central, donde Rusia está prácticamente a las puertas de la ciudad ucraniana de Pokrovsk, un centro estratégico. Pokrovsk es una intersección de vías férreas y carreteras que suministra a las fuerzas ucranianas la mayor parte de sus armas y suministros al centro y sur del Donbass. Si cae en manos de Rusia, los suministros a la mayoría de sus fuerzas en el Donbass central corren un gran riesgo. Igualmente importante es el hecho de que al oeste de Pokrovsk hay pocas líneas y fortificaciones para las operaciones de defensa de Ucrania. La carretera está abierta al río Dniéper en el extremo oeste, la siguiente línea de defensa natural de Ucrania. Pero el Dniéper representa la pérdida de toda la provincia de Donetsk y su completa liberación por parte de Rusia.

Un poco más al norte de Pokrovsk se encuentra una ciudad igualmente estratégica, Slavyansk, y su vecina ciudad más grande, Kramatorsk. Slavyansk es análoga en términos de apoyo logístico de Ucrania para el norte de Donbass. Si también cae, caerá también el resto del norte de Donetsk y la provincia de Lughansk. Los avances rusos también han comenzado en esta región, a través de Siversk e Izyum.

En resumen, si Pokrovsk y Slavyansk caen ante Rusia, se acabará la partida en el frente del Donbass ante Ucrania. Los avances de Rusia sugieren que esto probablemente ocurrirá antes de las elecciones estadounidenses de noviembre o poco después. La cuestión es que la retirada de Ucrania de algunas de sus mejores fuerzas del Donbass hacia su frente de Kursk, sin duda aceleró los avances de Rusia que ahora están en marcha en el Donbass. Y si el Donbass cae, Ucrania no tendrá otra opción que abandonar sus posiciones más al sur en la frontera de Zaporozhie también, o de lo contrario quedar cercada allí.

Los acontecimientos de los últimos meses en el Donbass plantean una tercera cuestión estratégica: ¿ha decidido Ucrania sacrificar efectivamente el Donbass para lanzar su ofensiva en Kursk?

Los analistas militares de ambos lados parecen no entender por qué Ucrania y Rusia han tomado las decisiones que han tomado en este momento crítico de la guerra en el verano de 2024: Rusia en mayo pasado en Járkov, Ucrania este verano en Donbass y Kursk, y la decisión de Rusia de mantener firme su ofensiva en Donbass.

¿Cuáles son entonces algunas de las posibles explicaciones que barajan los analistas al intentar explicar los objetivos de estas dos ofensivas (Ucrania en Kursk y Rusia en Járkov-Donbass)?


Algunas preguntas estratégicas sin respuesta:

Resumamos estas preguntas estratégicas y ofrezcamos algunas posibles respuestas.


Pregunta 1. ¿Por qué Ucrania invadió Kursk? ¿Cuáles son sus posibles objetivos y puede alcanzarlos? 

 

Los tanques de batalla Challenger 2 ondeando la bandera ucraniana (foto de archivo)

Los analistas militares están por todas partes especulando sobre por qué Ucrania invadió Kursk. Algunos dicen que el objetivo era apoderarse de la planta nuclear rusa ubicada al sur de la ciudad de Kursk y a menos de 100 millas de la frontera. Al apoderarse de la planta, Ucrania la usaría luego como pieza de chantaje en las negociaciones con Rusia.

Otro objetivo planteado es que Ucrania pretende utilizar el territorio capturado como moneda de cambio en las negociaciones con Rusia, que al parecer varios países terceros han estado tratando de organizar, aunque hasta ahora sin éxito.

En términos de tácticas militares, existe otra especulación: la invasión ucraniana tenía como objetivo obligar a Rusia a transferir brigadas de su frente en el Donbass a Kursk, y de ese modo frenar los avances rusos en el Donbass que parecen estar acelerándose.

Otra especulación es que Ucrania pretendía crear una zona de "amortiguación" a lo largo de la frontera antes de que Rusia lanzara su propia ofensiva en la región. Eso sugiere que la invasión ucraniana tenía como objetivo impedir que Rusia abriera un frente ofensivo propio a lo largo de la frontera norte.

Otra opinión es que el verdadero objetivo de la ofensiva de Ucrania ha sido hacer que Putin parezca débil ante las élites y el público rusos, que ahora exigen una respuesta rusa más agresiva a la invasión. La ofensiva de Kursk, según esta opinión, es provocar a Rusia a una respuesta agresiva más extrema que le permitiría a Zelenski recibir más ayuda militar letal de la OTAN (como los misiles estadounidenses Storm Shadow y ATACMS y los F-16 con misiles) y el permiso de la OTAN para usarlos para atacar el interior de Rusia.

Es posible que un poco de todo lo anterior sean motivaciones para la ofensiva de Ucrania: en lo que se refiere a apoderarse de la planta nuclear de Kursk, si ese fuera el objetivo, ya ha sido neutralizada y Ucrania prácticamente no tiene ninguna posibilidad de llegar a la planta de Kursk ahora que las masivas defensas rusas bloquean su camino.

La explicación de que el objetivo de la ofensiva de Kursk es obligar a Rusia a trasladar unidades militares del Donbass a Kursk tampoco parece haber sido aceptada hasta ahora. Rusia tiene suficientes reservas en otras partes del territorio ruso y las está trasladando al frente de Kursk.

La especulación de que Zelensky autorizó la ofensiva de Kursk como moneda de cambio de "tierra por tierra" en futuras negociaciones también se ve desmentida por los acontecimientos recientes desde el 6 de agosto: Putin ha declarado públicamente que no habrá negociaciones con Ucrania mientras sus fuerzas permanezcan en territorio ruso, ya sea en Kursk o en Donbass.

La idea de que Ucrania obtenga una zona de protección nunca ha sido convincente. ¿Por qué Ucrania agotaría sus recursos militares en otros lugares y se arriesgaría a perder más territorio (Donbass) para proteger territorio (Frontera Norte) que aún no ha perdido?

Parece, por tanto, que el objetivo más probable de la ofensiva de Kursk en Ucrania era, y sigue siendo, político: provocar a Rusia a una respuesta extrema para que Ucrania restablezca el apoyo occidental que se está desvaneciendo para continuar la guerra. Zelenski necesita que Rusia escale la situación para permanecer en el poder en Ucrania. En toda la OTAN, el apoyo para proporcionar armas y municiones militares está disminuyendo. Occidente cree además que la financiación de la guerra y la economía de Ucrania está resuelta, proporcionada por los 300.000 millones de dólares confiscados en activos rusos. Sin embargo, los medios occidentales casi a diario se han vuelto cada vez más críticos con la guerra, reconociendo que no se puede ganar. Zelenski necesita, por tanto, demostrar que Ucrania todavía tiene la capacidad de luchar y la OTAN necesita proporcionar aún más armamento porque Rusia está intensificando la guerra. Zelenski se da cuenta de que necesita una mayor participación directa de las tropas de la OTAN, no solo armamento. Actualmente, la OTAN está participando en operaciones terrestres con técnicos que operan armas avanzadas de la OTAN, mercenarios, así como altos oficiales de la OTAN y planificadores de guerra sobre el terreno. Necesitará aún más. No puede impresionar a la OTAN para que proporcione más con las pérdidas en el Donbass. Podría convencer a los halcones de guerra de la OTAN con ofensivas en Rusia como Kursk.


Pregunta 2. ¿Ha decidido Ucrania sacrificar efectivamente el Donbass?

 


Un cartel de propaganda ruso-soviético de 1921 que dice "El Donbass es el corazón de Rusia"

Las pruebas sobre el terreno sugieren firmemente que Ucrania puede haber decidido sacrificar territorio en el Donbass y tal vez toda la región en su conjunto. Su defensa en el Donbass estaba empezando a resquebrajarse mucho antes de la ofensiva de Kursk, desde la pérdida de la estratégica ciudad de Avdeyevka en el Donbass a principios de este año. Ahora las pérdidas allí se están acelerando después de que Ucrania retiró algunas de sus mejores brigadas del Donbass y las trasladó a Kursk.

Para Ucrania, el frente norte de Kursk es estratégicamente más importante que el Donbass. Su posición en futuras negociaciones con Rusia y el apoyo occidental en general se debilitaban mientras perdía el Donbass. La toma de territorio ruso en el norte podría apuntalar esa pérdida de apoyo y fortalecer su posición. En resumen, proteger la ciudad de Járkov y el territorio ucraniano fuera de las cuatro provincias de Rusia en el este es estratégicamente más importante para Ucrania que conservar el Donbass. Ucrania no puede conservar el Donbass al final y tanto la OTAN como Ucrania lo saben. La opinión en Occidente sugiere cada vez más que Ucrania debería aceptar entregarle el Donbass y las cuatro provincias. Pero Ucrania no puede simplemente retirarse en el Donbass y entregarlo sin parecer débil e incluso a punto de perder la guerra. Eso aceleraría la retirada del apoyo de la OTAN. Por lo tanto, Zelenski necesitaba otro éxito en otra parte si Ucrania estaba inevitablemente a punto de perder el Donbass. De ahí la ofensiva de Kursk.


Pregunta 3. ¿Por qué Rusia invadió la región de Járkov con una fuerza insuficiente?

Rusia cruzó la frontera a principios de mayo pasado en la región de Járkov, pero no para capturar la gran ciudad ucraniana de Járkov. Para ello se necesitaría quizás una fuerza ofensiva rusa de al menos medio millón de hombres. Rusia sabía, además, que una gran fuerza ucraniana de hasta 95.000 hombres, según los informes, estaba concentrada entre la frontera y la propia ciudad de Járkov, a apenas 80 kilómetros al sur. ¿Por qué entonces Rusia abrió ese frente con sólo 15-20.000 soldados? La única explicación posible es que Rusia entró en Járkov con una fuerza insuficiente para conseguir que Ucrania retirara sus fuerzas del Donbass para proteger Járkov, cosa que hizo. De lo contrario, la explicación para enviar una fuerza de 15.000 hombres contra 90.000 hombres es una locura militar. Y no hay pruebas de que durante toda la guerra Rusia haya sido militarmente tonta en sus despliegues de fuerza ofensiva.


Pregunta 4. ¿Rusia fue tomada por sorpresa por la invasión de Kursk?

 

Tanques ucranianos Leopard 2A4 destruidos en diferentes batallas en el Donbass

Hay que admitir que Rusia fue claramente sorprendida por la ofensiva ucraniana en Kursk. Puede que se haya dejado engañar por Ucrania de que su concentración de fuerzas en el lado ucraniano de la frontera de Kursk en el verano fue estrictamente defensiva, diseñada para enfrentarse a Rusia si hubiera invadido ese lugar. También es posible que Rusia haya visto las limitaciones impuestas hasta la fecha por Estados Unidos y la OTAN al uso por parte de Ucrania de ATACMS y misiles de crucero para atacar en el interior de Rusia como prueba de que la OTAN y Estados Unidos no permitían a Ucrania intensificar los ataques directamente en Rusia. Antes del 6 de agosto, los ataques de Ucrania en el interior de Rusia se limitaban a los drones ucranianos. Rusia puede haber interpretado que estas limitaciones de la OTAN significaban que Ucrania no tendría "luz verde" para cruzar la frontera rusa con grandes fuerzas terrestres. Esto -combinado con el hecho de que Rusia malinterpretó la concentración de fuerzas de Ucrania en su lado de la frontera como sólo defensiva- puede haber llevado a Rusia a suponer erróneamente que Ucrania no montaría una ofensiva en Kursk.


Pregunta 5. ¿Estamos asistiendo a la creciente importancia de las reservas en la guerra?

Ahora que ha pasado ya dos años y medio de guerra, está empezando a cansar a ambos bandos en términos de hombres y material. Por tanto, la disponibilidad de suficientes reservas está empezando a desempeñar un papel relativamente más importante a medida que la guerra ha continuado. No sólo las reservas en el sentido de la cantidad de tropas de combate disponibles, sino también su experiencia en combate, entrenamiento y disponibilidad de armas y municiones se están convirtiendo en un factor cada vez más crítico en la conducción de la guerra. Esto suele suceder en la guerra cuando el conflicto se prolonga, excepto cuando un bando tiene una ventaja abrumadora en fuerza sobre el otro. Puede que ese haya sido el caso en las guerras de Estados Unidos en Irak, Libia, Yugoslavia, Panamá y otros lugares, pero no fue así en Vietnam ni en Ucrania. Aquí ha empezado a notarse la ventaja a largo plazo de Rusia en materia de reservas.

Es cierto que Rusia, al negarse a trasladar reservas del Donbass, ha tenido que comprometer reservas de otras partes de Rusia, pero tiene esas reservas. Ucrania no. La ofensiva de Kursk muestra que Ucrania probablemente ha comprometido la mayor parte de sus reservas restantes en ese frente. Y tuvo que trasladar brigadas de Bielorrusia, Járkov y el Donbass para la ofensiva de Kursk, y acortar el entrenamiento de los nuevos reclutas. Ucrania se está acercando al final de sus reservas humanas y no puede obtener un aumento de armas y municiones de la OTAN que necesita si la guerra se intensifica, como está ocurriendo ahora, tanto en Kursk como en el Donbass. La OTAN ha dispuesto la financiación continua para Ucrania durante 2025 confiscando los activos de 300.000 millones de dólares de Rusia en los bancos del G7 que fueron congelados al comienzo de la guerra. Además, el suministro de armas de la OTAN se está ralentizando, ya que los inventarios de la OTAN se están agotando; ya no puede acelerar la entrega de armas a Ucrania como lo hizo en 2022-23. Tampoco tiene la voluntad política de enviar soldados directamente a Ucrania, aunque está construyendo la mayor base militar y aérea de la OTAN en la actualidad en el este de Rumania, a decenas de kilómetros de Odessa, donde ya tiene estacionados miles de tropas aerotransportadas francesas y estadounidenses. Si la OTAN interviene alguna vez sobre el terreno, probablemente será sobre todo para impedir que Rusia se apodere del crucial puerto marítimo ucraniano de Odessa, sin el cual ni siquiera un Estado residual de Ucrania en el oeste podrá mantenerse.


Pregunta 6. ¿Cuáles son las opciones estratégicas de Rusia en relación con la invasión de Kursk y su ofensiva en el Donbass?

 

Posible mapa con el desenlace final del conflicto ruso-ucraniano 

La estrategia rusa no cambiará mucho en el Donbass. Seguirá avanzando, probablemente incluso más rápido. Las fuerzas ucranianas en el Donbass pueden incluso colapsar allí antes de fin de año, y Ucrania se retirará hacia el oeste, al río Dniéper, abandonando así cualquier control sobre el territorio que comprende las cuatro provincias rusas. En cuanto al frente de Kursk, Rusia probablemente sellará la fuerza ucraniana que actualmente ocupa el país, traerá nueva división blindada, artillería y fuerzas aéreas rusas y seguirá golpeando a esas fuerzas ucranianas hasta que se debiliten y se retiren por su propia cuenta. Eso probablemente sucederá poco después de las elecciones estadounidenses de noviembre. Ucrania intentará aferrarse a Kursk para tratar de asegurarse un mayor apoyo estadounidense antes de que Biden deje el cargo en enero próximo. Sin embargo, las probabilidades son significativas de que no pueda lograrlo.


Consecuencias políticas de las ofensivas de Kursk y Donbass 

La opinión pública rusa ha fortalecido la posición de Putin en la guerra como consecuencia de las dos ofensivas. Su problema ahora no es garantizar que la opinión pública rusa siga apoyando a su gobierno y al SMO, sino que segmentos cada vez mayores de la opinión pública rusa y de los medios de comunicación rusos ahora le exigen que emprenda acciones militares aún más agresivas en respuesta a la invasión de Kursk.

El desafío de Putin ahora es no caer en la provocación de Kursk de Ucrania, abandonar el SMO y escalar el conflicto a una guerra de invasión aún más intensiva y más amplia que requeriría una fuerza militar mucho mayor que la SMO y caer en la trampa de los halcones de guerra de la OTAN de usar una escalada rusa como excusa para lograr que la OTAN se involucre aún más directamente en el terreno en la guerra de lo que ya está.

Zelenski claramente quiere llevar los acontecimientos en esa dirección, es decir, un conflicto más directo entre Rusia y la OTAN. Esa es quizás la razón principal detrás de la ofensiva de Kursk. Pero Putin en última instancia quiere algún tipo de acuerdo negociado, aunque en las dos condiciones que Rusia anunció a principios de este verano. Por lo tanto, es probable que espere hasta el resultado de las elecciones estadounidenses para determinar si es necesario abandonar la SMO para un conflicto más amplio. Zelenski y el liderazgo de Ucrania están desesperados e imprudentes; Putin es calculador y generalmente tiene en cuenta el panorama político más amplio.

Por el momento, sin embargo, las condiciones de Putin para iniciar las negociaciones anunciadas hace un par de meses (es decir, que Ucrania abandone las cuatro provincias y acepte la neutralidad) están descartadas. Evitar la posibilidad de negociaciones (que China estaba tratando de organizar el pasado mes de julio) también puede haber sido parte del objetivo de la ofensiva ucraniana en Kursk. Ucrania y Zelensky tienen un largo historial de fingir interés en las negociaciones como una tapadera para una escalada planeada. Las maniobras diplomáticas de Ucrania en Pekín en julio y en Qatar en agosto son evidencia de que Ucrania no tiene intención de negociar nada en serio. Todo lo contrario. Aunque nada es inminente, Estados Unidos y Rusia pueden seguir explorando la posibilidad de negociaciones a través de canales secretos, como lo han hecho en los últimos meses, pero está claro que no habrá negociaciones de ningún tipo hasta después de las elecciones estadounidenses como pronto y, más probablemente, hasta que termine la administración Biden el próximo 20 de enero de 2025.

Durante todo el verano, entre las élites de la OTAN y los medios de comunicación occidentales ha ido creciendo la opinión de que Ucrania no puede conservar el Donbass ni las otras provincias que Rusia se anexionará desde 2022. Los continuos éxitos de Rusia en la ofensiva del Donbass confirman aún más esa opinión y la consolidan si Rusia toma Pokrovsk el mes próximo. Por el contrario, la opinión de la élite de la OTAN puede cambiar aún más hacia la posibilidad de permitir que Ucrania ataque dentro de Rusia utilizando ATACMS, misiles de crucero e incluso F-16 para permitir que Ucrania se quede con el territorio de Kursk mientras pierde el Donbass. La prueba de este cambio de las élites de la OTAN será evidente si Estados Unidos permite en las próximas semanas más envíos de misiles de crucero Storm Shadow del Reino Unido a Ucrania. Perder el Donbass significa lógicamente arriesgar aún más los dados militares en Kursk y la frontera norte.

Los neoconservadores y los halcones de guerra de Estados Unidos intentarán crear una mayor escalada en la guerra de Ucrania entre ahora y enero de 2025 para hacer que sea extremadamente difícil para cualquier nuevo presidente estadounidense elegido en noviembre reducir los compromisos de Estados Unidos y la OTAN con Ucrania, y mucho menos retirarse.

Si Harris gana en noviembre, es casi seguro que las políticas de la administración Biden hacia la guerra continuarán. Harris será maleable para el establishment de la política exterior y los neoconservadores que han estado manejando la política exterior y las guerras de Estados Unidos desde al menos 2001 y quizás incluso antes, desde fines de los años 1990. Si Trump gana -y el Estado profundo le permite asumir el cargo en enero sin una gran crisis constitucional en Estados Unidos (lo que es más probable que no)- es poco probable que Trump pueda poner fin a la guerra de Ucrania en el corto plazo después de asumir el cargo el 20 de enero. Incluso con Trump en el cargo, la guerra continuará hasta bien entrado el año 2025. 

 

El único factor que puede acelerar un final más temprano de la guerra es que Rusia debilite los recursos militares de Ucrania hasta tal punto que esas fuerzas colapsen efectivamente en los frentes de Donbass y KurskRusia nunca tuvo la intención de "conquistar" toda Ucrania, incluida Kiev. La misión de Putin siempre ha sido expulsar a las fuerzas ucranianas de las provincias de habla rusa y luego garantizar algún tipo de neutralidad por parte de lo que queda del Estado ucraniano.


Pero antes de que eso suceda, Rusia tendrá que hacer retroceder definitivamente a Ucrania a través de la frontera de Kursk y tomar las ciudades estratégicas de Pokrovsk y Slavyansk en el Donbass. Sólo entonces se hará evidente el fin del juego. Sólo entonces las fuerzas ucranianas se retirarán a lo que quede de Ucrania. Sólo entonces Estados Unidos y la OTAN decidirán reducir las pérdidas y abandonar por completo el "Proyecto Ucrania".

Dr. Jack Rasmus

27 julio 2024

La cuestión polaca-ucraniana, disputa territorial tras el fin del imperio de los zares.



 

GEOPOLÍTICA E HISTORIA en la esfera rusa (II)

Este artículo es continuación de Tratado de Brest-Litovsk, Rusia y la cuestión polaca-ucraniana en el presente


Introducción

En un par de entregas anteriores revisamos la entrevista de Tucker Carlson con el presidente de la Federación Rusa. De ese diálogo han surgido varias interrogantes de carácter histórico que -evidentemente- una entrevista no permite explicar (a pesar que el líder ruso se explayó en sus datos sobre la historia). Es interesante señalar que los comentarios del presidente de Rusia pueden ser perfectamente documentados y explicados en amplias ponencias, incluso contradichos, eso es posible desarrollar: temas como la primera y segunda guerra mundial, los conflictos derivados de la revolución rusa, la guerra fría, la OTAN, etc., temática que ha sido abordada en este blog. Sin embargo, un tema sobresale de las otras cuestiones tratadas en la entrevista: la cuestión polaca-ucraniana y la disputa por las posesiones territoriales tras el "desmembramiento" del imperio de los zares rusos

Y ese es precisamente el tema que hemos seleccionado para hoy. ¿Son realmente "hermanos" los pueblos polaco-ucranianos? ¿Les une su eslavismo? o ¿solo comparten su odio hacia la historia pasada con Rusia, sea con el Imperio o con la Unión Soviética? Aquellos países que hoy desatan una ira incomprensible hacia Rusia (países bálticos, Ucrania y Polonia, básicamente) tienen un pasado nada limpio entre la primera y segunda guerra mundial, no destacaron precisamente por sus virtudes humanas y el mundo lo ignora.

Dejamos aclarado que el tema -sin profundizar- fue abordado en el artículo "Tratado de Brest-Litovsk, Rusia y la cuestión polaca-ucraniana en el presente" y también superficialmente en otras ponencias del blog.  

Para esta ocasión es necesario -imperioso diría- valernos de una autoridad sobre la materia, por ello recurrimos al prolijo análisis de un profesional en el campo de la historia, el Dr. Vladislav B. Sotirović, de Lituania, cursista y profesor universitario en varias universidades europeas; analista político internacional, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos y colaborador del sitio web canadiense Global Research. 

El tema desarrollado por el Dr. Sotirović es muy prolijo, amplio, se ha seleccionado algunas disertaciones muy explicativas y "cortas" sobre la cuestión polaco-ucraniana que ha venido publicado en los últimos años. Las siguientes líneas son una reproducción textual de sus investigaciones, se han recopilado varios artículos del autor, pero entre unos y otros se repiten ciertos detalles por lo que algunos párrafos han sido eliminados, ya que el mismo punto es tratado en otro ensayo, sin que en nada afecte el contenido. 

Comencemos con el primer hecho histórico.


*****

por Dr. Vladislav B. Sotirović


I

Las tres particiones de la Mancomunidad Polaco-Lituana. 1772, 1793 y 1795



Imagen. Milicia de Cracovia, una formación de guardia local en la Mancomunidad Polaco-Lituana durante los siglos XVI y XVII (Licencia de dominio público) 1605, autor Balthasar Gebhard, se trata de un fragmento del llamado "Pergamino de Estocolmo". La milicia estaba formada por talleres de la ciudad, se muestran los estandartes de esos talleres: artistas, joyeros, sastres. (Fuente/Fotógrafo Zamek Królewski, Varsovia  / dominio público. Wiki)


Antecedentes históricos

La Polonia histórica (de hecho, la República Polaco-Lituana de las Dos Naciones) se dividió durante las tres particiones en 1772, 1793 y 1795 entre el Reino de Prusia, la Monarquía de los Habsburgo (más tarde Imperio Austríaco y Monarquía Austro-Húngara) y el Imperio Ruso. En ese momento, los gobernantes de estos tres estados que dividían Polonia-Lituania (el Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania) han sido por origen étnico los alemanes: Federico el Grande de Prusia, Catalina la Grande de Rusia y José II de Austria. Significa que la Mancomunidad Polaco-Lituana (establecida en 1569 por la Unión de Lublin), o la República de las Dos Naciones, fue dividida por el acuerdo mutuo de los tres monarcas étnicos alemanes (uno católico romano, uno protestante y uno originalmente protestante, más tarde ortodoxo).



La República Polaco-Lituana de las Dos Naciones o Mancomunidad  (Commonwealth) polaco-lituana en 1619

A partir de la década de 1720, la República de las Dos Naciones se debilitó enormemente desde todos los puntos de vista: político, militar, social, geopolítico y financiero. Como resultado directo, la vida política interna de la República se volvió gradualmente dependiente del poderoso vecino Imperio Ruso. Se hizo evidente durante y después de la Guerra de Sucesión Polaca de 1733-1735 cuando los gobernantes de la última República, Augusto III (1734-1763) y Stanislaw Poniatowski (1764-1795), se volvieron sustancialmente dependientes de Rusia. Con el fin de obtener una mayor independencia de San Petersburgo, se organizó la Confederación de Bar en 1768, seguida de la revuelta polaca que pronto fue reprimida por la intervención directa del ejército ruso.


La Unión de Lublin se unió al Reino de Polonia y al Gran Ducado de Lituania en 1569. (Licenciado bajo el dominio público)


La primera partición (1772)

La Primera Partición de la República en 1772 fue un resultado directo de los intereses geopolíticos rusos en la región de la época, basados en la recuperación de los territorios poblados por rusos ocupados anteriormente durante siglos por el estado polaco-lituano (la primera unión político-estatal polaco-lituana fue en 1385, la Unión de Krevė/Krewo). En 1772, fue la victoria rusa sobre el Imperio Otomano como consecuencia del curso de la guerra ruso-otomana de 1768-1774 lo que alarmó a la monarquía de los Habsburgo hasta tal punto que Viena incluso estuvo dispuesta a ir a la guerra contra Rusia. 

Como mediador para evitar un nuevo conflicto militar europeo entre las grandes potencias, el rey prusiano Federico II (el Grande) propuso a San Petersburgo y Viena simplemente anexionar partes del territorio de la República por sus tres países de tal manera que la ganancia territorial rusa no fuera objetable para la monarquía de los Habsburgo. Sin embargo, como resultado de la Primera Partición de la República en 1772, Rusia se anexionó las regiones más orientales de la República de las Dos Naciones: Livonia polaca, Polatsk, Vitebsk y Mohylew, que tienen las fronteras con Dniéper y Dvina Occidental (93.000 kilómetros cuadrados con 1.300.000 habitantes). El Reino de Prusia se anexionó 36.000 kilómetros cuadrados con 580.000 habitantes (Prusia Occidental, Distrito de Netze y Elbląg, pero no la ciudad-puerto de Danzig/Gdańsk). Finalmente, la monarquía de los Habsburgo recibió 81.000 kilómetros cuadrados con 2.650.000 habitantes (Galicia-Lodomeria con Lemberg/Lwów, Belz, partes de Podolia, Sandomierz y el distrito de Cracovia, pero sin la ciudad de Cracovia en la orilla norte del río Vístula). Las nuevas tierras anexionadas por Viena pasaron a llamarse oficialmente Reino de Galicia-Lodomeria (sin Galitzia Occidental). Eso era, básicamente, el Palatinado de Rus. El nuevo nombre recordaba el título de la antigua corona húngara (Hungría estaba gobernada por los Habsburgo desde 1526). Los reyes húngaros desde el siglo XII reclamaron este territorio de los principados de Galitzia y Volinia (Lodomeria) de la Rus medieval.


La segunda partición (1793)

Después de la partición de 1772, Polonia-Lituania adoptó una constitución el 3 de mayo de 1791 (la primera constitución en Europa y la segunda en el mundo después de la constitución de Estados Unidos de 1787) que otorgaba más poder político a una monarquía hereditaria con el fin de hacer que la estructura interna del país fuera más fuerte y viable para resistir nuevas particiones de la República. Sin embargo, los polacos que se oponían a tal diseño formaron otra confederación militar formada en Rusia: la Confederación de Targowica. Esta confederación cooperaba con las autoridades zaristas rusas con el fin de restaurar las libertades democráticas constitucionales anteriores a 1791 de la aristocracia feudal contra el potencial poder absoluto del gobernante (rey/gran duque). El resultado de tal situación fue la invasión militar por parte de Rusia en 1792 (apoyando las legítimas reivindicaciones de la confederación basadas en su invitación formal a intervenir) que fue seguida por una intervención militar prusiana que terminó con la Segunda Partición de la República en 1793. La monarquía de los Habsburgo no participó en la segunda partición. En esta ocasión, el Imperio ruso volvió a anexionarse partes de los territorios de la antigua Rus de Kiev desde la orilla izquierda del Dvina occidental, incluyendo Minsk, Pinsk y Zelentsi hasta el centro sur del Bug, con Podolia hasta el medio Dniéper (la orilla derecha). De hecho, Rusia incluía unos 250.200 kilómetros cuadrados poblados por 3.000.000 de personas. Esas tierras pertenecían en el siglo XV al Gran Ducado de Lituania, ocupado desde la segunda mitad del siglo XIII en adelante. Prusia, por su parte, incluía en 1793 unos 57.100 kilómetros cuadrados de territorio de Polonia-Lituania poblado por alrededor de un millón de personas de Prusia del Sur (Gran Polonia) y territorio alrededor de Danzig. No obstante, además, a Rusia se le dio el derecho de estacionar sus tropas militares en lo que quedaba en ese momento de Polonia-Lituania y de controlar sus relaciones exteriores. En realidad, los restos de la República de las Dos Naciones pasaron a estar bajo supervisión de San Petersburgo desde 1793.


La tercera partición (1795)

La Tercera Partición de la República en 1795 fue el resultado de un último intento de revertir la suerte de la Mancomunidad que comenzó en marzo de 1794 con el comienzo del levantamiento generalizado liderado por Tadeusz Kościuszko (un participante en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos contra Gran Bretaña). Sin embargo, los rebeldes polaco-lituanos finalmente fueron derrotados por Rusia en 1795. En consecuencia, los restos de la República de las Dos Naciones fueron particiones entre la victoriosa Rusia y Prusia y la monarquía no combatiente de los Habsburgo con el fin de mantener un equilibrio geopolítico entre estas tres grandes potencias europeas. En otras palabras, en 1795, Rusia recibió la mayor parte de la República (120.000 kilómetros cuadrados con 1.200.000 habitantes) incluyendo Curlandia, Samogitia, Lituania propiamente dicha con Wilno/Vilna y Troki/Trakai, y Volinia. El Reino de Prusia se anexionó 48.000 kilómetros cuadrados poblados por 1.020.000 personas (Nueva Prusia Oriental hasta el río Neman/Memel, incluyendo Mazovia y una pequeña porción de tierra al noroeste de Cracovia – Nueva Silesia). La monarquía de los Habsburgo ocupó la Galitzia occidental o las tierras más allá del río Vístula hasta el Bug Occidental con 1.500.000 habitantes (18.200 kilómetros cuadrados), incluido el resto de Cracovia (en la orilla derecha del Vístula).




Consecuencia directa de las tres particiones de la República en 1772, 1793 y 1795, tanto el Reino de Polonia como el Gran Ducado de Lituania fueron borrados del mapa político de Europa por las tres grandes potencias europeas: Rusia, la Monarquía de los Habsburgo y Prusia. En suma, el total de adquisiciones territoriales por parte de estos tres vecinos de la República desde 1772 hasta 1795 ha sido el siguiente, el Imperio Ruso: 463.200 kilómetros cuadrados (5.500.000 habitantes); el Reino de Prusia: 141.400 kilómetros cuadrados (2.600.000 habitantes); y la Monarquía de los Habsburgo: 128.900 kilómetros cuadrados (4.150.000 habitantes).


De esta manera, las tres grandes potencias europeas resolvieron la cuestión polaco-lituana en Europa del Este a finales del siglo XVIII. Tal solución estuvo viva en la práctica hasta el final de la Primera Guerra Mundial


En el período de entreguerras, tanto Polonia como Lituania existían como estados nacionales separados que se disputaban la región de Vilna. Sin embargo, en 1939 se produjo la Cuarta Partición de Polonia en la que participaron cuatro vecinos polacos: Alemania, la URSS, Eslovaquia y Lituania.


II  

Los orígenes del conflicto polaco-ucraniano: Ucrania Occidental y Gran Polonia




- El papel de Józef Piłsudski

- La parte oriental de Europa y el final de la Primera Guerra Mundial


Al principio, hay que tener en cuenta que antes del estallido de la Primera Guerra Mundial en el verano de 1914 Polonia ni Ucrania eran estados en el mapa político de Europa. Polonia se consideraba una región histórica, mientras que Ucrania era geográfica.


El final de la Primera Guerra Mundial dio lugar a cambios significativos en las fronteras políticas de Europa Central, Oriental y Sudoriental. Debido a la magnitud de estos cambios y a las recién nacidas guerras regionales sobre la distribución de la tierra que estallaron en varias mini-regiones de la parte oriental de Europa, tuvieron que pasar entre cinco y seis años antes de que finalmente se establecieran y estabilizaran nuevas fronteras entre los estados, al menos hasta 1938.

Polonia estaba dividida a finales del siglo XVIII entre tres poderosos vecinos: el Reino de Prusia, el Imperio de los Habsburgo y el Imperio Ruso, mientras que el actual territorio de Ucrania entre la Monarquía de los Habsburgo (Austria, Austria-Hungría) que tomó su parte occidental, incluida Lvov (Lemberg/Lwów) y el Imperio Ruso, que poseía sus partes oriental y central, incluida Kiev. Aunque, la mayor parte de la Polonia histórica y la Ucrania geográfica fueron gobernadas por Rusia desde 1795 hasta 1917.

Con el fin de cambiar una situación geopolítica de este tipo, se creó antes de la Primera Guerra Mundial una idea de cooperación política entre los polacos y los ucranianos para luchar por la independencia. Empero, detrás de esta idea estaba el proyecto de renacer la Gran Polonia dentro de sus fronteras históricas (antes de las tres particiones de Polonia-Lituania en 1772, 1793 y 1795). El Estado polaco fue restablecido el 11 de noviembre de 1918, pero en ese momento los polacos y los ucranianos ya estaban luchando entre sí por la tierra y las fronteras. El mismo día, Józef Piłsudski (nacido cerca de Vilna en Lituania/Litwa en 1867) fue nombrado por el Consejo de Gobierno de Polonia (de hecho, el gobierno) para el cargo de jefe de Estado con autoridad dictatorial ("Naczelnik"). Su primer deber fue crear el gobierno del recién restablecido estado independiente de Polonia. Fue el líder de Polonia hasta 1922 y desde 1926 hasta 1935 cuando murió. Durante su gobierno la política exterior polaca, especialmente hacia la Rusia soviética/URSS, Lituania y Ucrania, dependió de sus designios y decisiones políticas.


La transformación política de la parte oriental de Europa después de 1918 fue un resultado directo del colapso tanto del Segundo Imperio alemán como del Imperio Austro-Húngaro durante los últimos meses de 1918, así como debido a las inestables fronteras occidentales del antiguo Imperio Ruso (colapsado en 1917) que todavía estaba involucrado en la revolución y la guerra civil. 


La mayoría de los cambios fronterizos en esta mitad de Europa después de la Primera Guerra Mundial fueron el resultado directo de las decisiones tomadas por las potencias de la Entente (Potencias Aliadas asociadas durante la primera guerra mundial) en la Conferencia de Paz de París que comenzó a principios de 1919 y que dieron lugar a cinco tratados de paz, llamados así por los castillos en las afueras de París donde finalmente se firmaron. Cada uno de estos tratados de paz se ocupaba en parte, pero en algunos casos en su totalidad, de los Estados de Europa Central, como era el caso, por ejemplo, de Polonia, que estaba en el conflicto político-militar posterior a la primera guerra mundial con los nacionalistas ucranianos occidentales por la tierra de Galitzia Oriental.

Józef Piłsudski quería hacer realidad la idea de renacer la Polonia independiente durante la primera guerra mundial, ya que veía los tiempos de guerra como una gran oportunidad para restablecer las fronteras de la Polonia histórica (esas fronteras se establecieron en el este a expensas de los eslavos orientales, principalmente rusos, y Rusia). Sin embargo, para ello, la condición previa era la destitución de los tres imperios: Alemania, Austria-Hungría y Rusia. Solo sobre las ruinas de los tres se pudieron recrear las fronteras de la Polonia histórica. Sin embargo, al final de la guerra, se hizo evidente que los lituanos y los ucranianos no apoyarían esta idea y sus designios relativos a la Polonia histórica, ya que en este caso ambos tenían que ser incluidos en Polonia pero no ser independientes

Las fronteras estatales de la Polonia posterior a la primera guerra mundial fueron decididas por la Conferencia de Paz de París por tres medios: 1) A través de decisiones del Consejo de Embajadores; 2) Plebiscitos celebrados bajo la dirección de la Entente; y 3) Por el resultado de la guerra con Ucrania Occidental y la Rusia bolchevique. En cuanto a Polonia, el asentamiento final de sus fronteras orientales se convirtió en el más complejo. De hecho, el primer problema fronterizo se convirtió en Galitzia o, más precisamente, en Galitzia Oriental, donde los polacos declararon la guerra abierta a los ucranianos. El 1 de noviembre de 1918, cuando el gobierno de Austria-Hungría finalmente colapsó en la región, los líderes nacionalistas ucranianos locales proclamaron la independencia de la República Nacional (Popular) de Ucrania Occidental. Este nuevo estado reclamó que toda Galitzia Oriental (hacia el este desde el río San con Lwów) fuera ucraniana, seguida por Bukowina del Norte y la Rus de los Cárpatos. Sin embargo, estas reivindicaciones territoriales fueron inmediatamente desafiadas por los polacos locales que lucharon por toda Galitzia para unirse a la Polonia posterior a la primera guerra mundial. En consecuencia, el resultado fue una guerra polaco-ucraniana que duró desde noviembre de 1918 hasta el verano de 1919, cuando los destacamentos militares galaico-ucranianos occidentales fueron expulsados de Galitzia Oriental, que finalmente pasó a formar parte de la Polonia de entreguerras.  

La mayor parte de esta idea pudo realizarse con el colapso de Rusia durante la guerra (ya que la mayor parte de la Polonia histórica estaba incluida en Rusia) y, por lo tanto, Piłsudski apoyó la derrota rusa ante Alemania y Austria-Hungría. Por esa razón, desde 1908 estaba formando legiones polacas que debían luchar del lado de las Potencias Centrales contra el Imperio Ruso en el Frente Oriental.



Varsovia, 15 junio 1934. De izquierda a derecha: Hans Adolf von Moltke (embajador alemán), el Mariscal de Polonia Józep Pilsudski, el Ministro de Propaganda Joseph Goebbels y el Ministro de Asuntos Exteriores polaco Józep Beck. Previamente, el 26 de enero de 1934, la Alemania nazi y el régimen del mariscal polaco Józep Pilsudski firman el Pacto de No Agresión Germano-Polaco, firmado por el embajador polaco en Berlín, Józep Lipski y el entonces Ministro de Asuntos Exteriores del Reich, Konstantin von Neurath.


La revolución bolchevique antirrusa de octubre/noviembre de 1917, seguida de la Guerra Civil Rusa de 1917-1922, ofreció nuevas posibilidades políticas a varias naciones para obtener la independencia formal o la autonomía dentro de la Rusia posrevolucionaria (de hecho, la URSS). Esa fue exactamente una idea que fue promulgada por Józef Piłsudski durante las últimas dos décadas.


Con todo, desde el comienzo mismo de la primera guerra mundial, la cuestión polaca se colocó dentro de los designios geopolíticos del Segundo Reich alemán (1871-1918), lo que significó en la práctica que los patriotas y nacionalistas polacos han sido solo observadores sin un poder político y militar real para cambiar el mapa político de Europa Central y Oriental a su favor nacional. En otras palabras, hasta el final de la primera guerra mundial, pudieron observar en silencio los cambios que ocurrieron en esta parte de Europa, incluida la revolución roja bolchevique, la guerra civil rusa entre los rojos y los blancos y, finalmente, la ocupación militar de la actual Ucrania Occidental por parte de las Potencias Centrales.


El propio Józef Piłsudski fue arrestado por los alemanes en el verano de 1917 (estuvo en la prisión alemana de Magdeburgo hasta noviembre de 1918) por la misma razón de que no quería poner sus destacamentos militares (legiones) bajo el mando supremo alemán. Quedó libre cuando el Imperio Ruso ya se había derrumbado debido a la revolución bolchevique pro-alemana. Mientras tanto, el 11 de noviembre de 1918 Polonia proclama su independencia político-nacional, pero sin fronteras estatales claras y acordadas internacionalmente, especialmente en el este (conflicto con la Rusia bolchevique, Lituania y Ucrania). Desde el comienzo de la guerra civil rusa en noviembre de 1917 hasta el final de la Primera Guerra Mundial, hubo una serie de naciones que proclamaron su independencia político-nacional, incluida Polonia (desde Finlandia hasta Azerbaiyán).


*Nota adicionada por el editor del blog: Algunos ejemplos de la aparición de los "estados" efímeros tras la desmembración del Imperio Ruso, tras la revolución de 1917


República Hutsul (enero-junio de 1919): una parte de habla ucraniana de Austria-Hungría, los habitantes se rebelaron en 1919 y declararon una república independiente con la intención de unirse a una Ucrania occidental independiente. El área finalmente fue admitida en Checoslovaquia, convirtiéndose en parte de Ucrania en 1946.

República Popular de Crimea (diciembre de 1917 – enero de 1918): establecida por los tártaros de Crimea, la república fue rápidamente invadida por los bolcheviques, que fueron desalojados nuevamente por las fuerzas ucranianas y alemanas en abril. El país fue invadido nuevamente por el Ejército Rojo en abril de 1919, las fuerzas blancas en junio y finalmente el Ejército Rojo nuevamente en 1921.


República Popular de Kuban (febrero de 1918-noviembre de 1919): después del colapso del imperio, los cosacos de Kuban formaron un gobierno militar y obtuvieron el reconocimiento de Alemania y Turquía. Aunque era anti-bolchevique, la república no se alineó con las fuerzas blancas y fue invadida por el Ejército Rojo en 1919.

Ucrania Verde (abril de 1920 a noviembre de 1922): establecido por los ucranianos siberianos, este aspirante a estado proclamó una unión con Ucrania independiente en 1918 e intentó formar un gobierno varias veces hasta que el Ejército Rojo tomó el control de su territorio en 1922.



República de Lemko Oriental (noviembre de 1918 – enero de 1919): también llamada República de Komancza, fue declarada por personas de Lemko que favorecían unirse a Ucrania independiente en lugar de Rusia. La zona se unió a Polonia en 1919 y se suprimió el movimiento pro ucraniano.

República del Don (mayo de 1918 - marzo de 1920): en respuesta a la llegada del Ejército Rojo, los cosacos del Don, tradicionalmente soldados de élite, levantaron un ejército de 50.000 hombres, que constituían una parte esencial de las fuerzas blancas del sur. Después de su derrota, la cultura cosaca fue reprimida y purgada.


El jefe de Estado polaco consideraba que Ucrania Oriental con Kiev era el sujeto clave para la cuestión del futuro ruso y, por lo tanto, también para Polonia. Tuvo en cuenta varios hechos importantes sobre Ucrania, como su posición geopolítica, su potencial económico, incluida la producción de cereales, carbón, sal, mineral de hierro o acero y, por último, su enorme población, que en ese momento rondaba los 30 millones de personas. Todos estos factores se han tenido en cuenta, ya que Ucrania era un aliado natural de Polonia contra el Imperio Ruso o cualquier forma de Rusia, incluida una bolchevique como sucesora del Imperio Ruso.

Era una época (noviembre de 1918) en la que la autoproclamada República Popular de Ucrania (UPR), de hecho, la actual Ucrania Oriental, luchaba por sobrevivir contra el Ejército Rojo bolchevique, ya que V. I. Lenin no quería reconocer ningún tipo de independencia ucraniana, sino autonomía dentro de la Rusia bolchevique (más tarde la URSS). Las mismas intenciones políticas que tenía con respecto a todos los demás territorios exrusos que habían proclamado su independencia del Imperio ruso en 1917 y 1918, incluida también Polonia. Con ese propósito, los bolcheviques de Lenin organizaron un intento político en noviembre de 1918 para tomar el poder en Polonia que finalmente colapsó. Sin embargo, fue una clara señal para las nuevas autoridades polacas en Varsovia de que los bolcheviques de Lenin son los enemigos de la independencia polaca y de las proyecciones geopolíticas polacas en Europa del Este, incluidas partes de la actual Ucrania, Bielorrusia y Lituania (o en otras palabras, el antiguo Reino histórico de Polonia y el Gran Ducado de Lituania según la Unión de Lublin de 1569). Sin embargo, un nuevo gobierno bolchevique en San Petersburgo comenzó a ocupar militarmente las tierras reclamadas por Varsovia y a bolchevizarlas, lo que se convirtió en el casus belli de la guerra polaco-bolchevique de 1918-1920.


Para tener una mejor posición en la lucha contra los bolcheviques, J. Piłsudski envió a Kiev a finales de noviembre de 1918 una misión diplomática especial que tenía la tarea principal de discutir con las nuevas autoridades ucranianas todas las posibilidades relativas a la cooperación militar polaco-ucraniana.

Con el mismo propósito, en enero de 1919 se envió a Varsovia la delegación ucraniana de Kiev para discutir todos los problemas prácticos relacionados con la formación de la coalición militar antibolchevique polaco-ucraniana. Pero en la práctica, en ese momento, al menos para el lado polaco, tal alianza militar se volvió, de hecho, no tan relevante ya que Polonia no tenía fuerzas armadas que pudieran ayudar sustancialmente a la UPR contra el Ejército Rojo.

Por ejemplo, cuando terminó la Primera Guerra Mundial, el ejército polaco contaba con solo unos 6.000 soldados, aunque su número crecía progresivamente; en dos meses, el ejército polaco tenía alrededor de 110.000 soldados y oficiales voluntarios, pero no pudieron participar con éxito en ninguna acción militar seria al menos hasta la primavera de 1919. Sin embargo, en la realidad el ejército polaco tuvo que participar en las primeras campañas militares serias exactamente contra las fuerzas ucranianas en el territorio de Galitzia Oriental y, por lo tanto, las negociaciones polacas con la parte ucraniana se rompieron ya en enero de 1919.


Galicia Oriental y las Potencias Centrales

La tierra de Galitzia Oriental estaba incluida antes de la primera guerra mundial en Austria-Hungría (parte austriaca) con una composición étnica mixta (como la mayoría de las provincias de la monarquía austro-húngara en ese momento). La población de Galitzia Oriental antes de la primera guerra mundial era de casi 5 millones: la mayoría eran "ucranianos" (3,1 millones), polacos (1,1 millones) y judíos (620.000), seguidos por varias otras pequeñas comunidades etnolingüísticas. Los ucranianos (sea lo que sea que signifique este término étnico en ese momento) tenían el dominio de la población en el campo (aldeas), pero los pueblos y ciudades estaban habitados por las mayorías polacas y judías.

En general, fue la política tolerante de Viena hacia las minorías nacionales lo que dio lugar a que las organizaciones políticas y nacionales ucranianas, polacas y judías coexistieran en paz.

Las organizaciones nacionales ucranianas estuvieron luchando por defender su propia autonomía étnico-regional y por fortalecer la identidad nacional ucraniana entre el pueblo eslavo local.

La realidad sobre el terreno no era tan favorable para la propaganda nacional ucraniana por la misma razón de que, a pesar de que la intelectualidad que aceptaba la identidad etnolingüística ucraniana había progresado rápidamente, por otro lado, un número abrumador del campesinado (la mayoría de la población de Galitzia Oriental) no se vio afectado por la propaganda de la identidad nacional ucraniana.

Otro hecho era que tanto los polacos étnicos como los judíos tenían un claro dominio sobre las áreas de la educación, la cultura, la economía regional y la administración civil. Los polacos consideraban la ciudad de Lwów/Lvov/Lemberg/L'viv (que era el asentamiento de importancia crucial en el este de Galitzia) como una de las ciudades más importantes de la cultura y la nación polaca después de Cracovia, Varsovia y Wilno/Vilnius.


Durante la primera guerra mundial (1914-1918), las Potencias Centrales, pero especialmente Alemania, apoyaron obstinadamente la identidad nacional, el nacionalismo y los objetivos nacionales ucranianos, todos ellos dirigidos contra Rusia y los intereses nacionales rusos.


El 9 de febrero de 1918 en Brest-Litovsk se firmó el tratado de paz entre las Potencias Centrales (Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y el Imperio Otomano) y la República Popular de Ucrania (UPR) – Brotfrieden en alemán ("Pan de Paz", literalmente).

El tratado de paz puso fin a la guerra en Galitzia Oriental y reconoció la soberanía de la UPR. Uno de los puntos más importantes de este tratado de paz fue que las Potencias Centrales victoriosas prometieron a Ucrania algunos territorios que incluían la región de Kholm (poblada por la mayoría de habla polaca). También fue una iniciativa secreta transformar las provincias de Bucovina y Galitzia Oriental en una corona de Austria-Hungría (parte austriaca), pero el plan pronto se convirtió en un tema extremadamente problemático por la razón de que los polacos se opusieron a él, insistiendo en la indivisibilidad de toda Galitzia, en la que tendrían un dominio. En otras palabras, para los polacos, la política pro-ucraniana de las Potencias Centrales durante la primera guerra mundial y especialmente en 1918 no solo fue antirrusa, sino aún más antipolaca. Por lo tanto, debido a la política de Berlín con respecto a la cuestión ucraniana en 1918, el conflicto interétnico entre polacos y ucranianos se volvió, de hecho, inevitable.


El conflicto


Pintura de Wojciech Kossak sobre la Batalla de Leópolis. Durante la guerra polaco-ucraniana (1918-1919), entre las fuerzas de la República Popular Ucraniana Occidental contra la población civil y el ejército regular polaco.

En el otoño de 1918, durante el colapso de la monarquía del Danubio (Austria-Hungría), los trabajadores nacionales de varios grupos étnicos dentro de la monarquía habían estado preparando planes para la creación o el restablecimiento de sus propios estados nacionales (unidos) después de la guerra. Ese fue el caso, así como el de los políticos polacos en Galitzia que querían incluir a toda la región de Galitzia (occidental y oriental) en el estado nacional unido del pueblo polaco. Sin embargo, los trabajadores políticos ucranianos de Galitzia Occidental se opusieron a tal idea polaca y en la noche del 1 de noviembre de 1918 organizaron un golpe de Estado.

Como resultado, ayudados por unidades nacionales ucranianas, lograron ocupar Lvov y otras ciudades en el este de Galitzia. Al mismo tiempo, proclamaron la República Popular de Ucrania Occidental como un Estado ucraniano independiente. Los polacos de Lvov (que eran la mayoría de la ciudad) fueron tomados por sorpresa, pero organizaron una defensa militar (incluidos los escolares) y pronto expulsaron a las fuerzas ucranianas de la mayor parte de la ciudad. Empero, en otras ciudades del este de Galitzia, los ucranianos tuvieron el mayor éxito, excepto en la ciudad de Przemyśl/Peremyshl. Las tropas polacas avanzaron en otras ciudades de la parte occidental de Galitzia Oriental. Por otro lado, Polonia fracasó en varios intentos de resolver este conflicto polaco-ucraniano mediante el arbitraje. En otras palabras, antes de que Polonia proclamara su propia independencia el 11 de noviembre de 1918, la guerra entre las fuerzas polacas y ucranianas ya estaba en marcha por el este de Galitzia y su ciudad más importante: Lvov.

Las fuerzas armadas polacas expulsaron al ejército ucraniano de Lvov el 22 de noviembre de 1918.

Con todo, Lvov estuvo bajo asedio, incluyendo disparos constantes por parte del ejército ucraniano hasta abril de 1919 (cinco meses). Aun cuando, inmediatamente después de que las fuerzas ucranianas se alejaran de Lvov, se produjeron los pogromos contra los judíos en los que murieron hasta 80 personas.

El problema era que los polacos locales acusaron a los judíos de apoyar a la parte ucraniana con respecto al destino de Lvov. Especialmente, las unidades paramilitares judías armadas por el lado ucraniano fueron acusadas por los polacos de política antipolaca en la ciudad.

Durante la guerra entre las fuerzas polacas y ucranianas por Galitzia Oriental en 1918-1919, el bando polaco fue ganando gradualmente al enemigo.

Para la parte ucraniana en el conflicto, el problema crucial fue que los líderes político-militares de Ucrania Occidental no lograron movilizar a la mayor parte del campesinado ucraniano para su curso, ya que los campesinos han estado mucho más involucrados en sus intereses económicos que en los intereses políticos de la existencia. Otro problema/pregunta es hasta qué punto se sintieron "ucranianos" para luchar contra los polacos. En tal situación política, con el fin de atraer a los campesinos para el curso ucraniano, los nacionalistas ucranianos trataron de hacer uso de algunas consignas socioeconómicas y, por lo tanto, prometieron al campesinado una reforma agrícola después de la guerra: la distribución de la tierra (lo mismo que estaba propagando los bolcheviques rusos al mismo tiempo). Pese a lo cual, los nacionalistas ucranianos utilizaron todos los medios de fuerza para movilizar a los campesinos del oeste de Ucrania para que el ejército ucraniano luchara contra los polacos en Galitzia Oriental.


La mediación de la Entente

Después de la Gran Guerra, en 1919 las potencias de la Entente intentaron mediar en esta guerra polaco-ucraniana con el objetivo final de poner fin a la guerra lo antes posible, teniendo en cuenta la conferencia de paz de posguerra en París. De hecho, lo que preferían era prioritario, la lucha contra el bolchevismo ruso y, por lo tanto, la guerra polaco-ucraniana no hacía más que debilitar a las fuerzas europeas contra la política potencialmente agresiva de los bolcheviques que en ese momento apoyaban todo tipo de revoluciones de izquierda en Europa Central. En otras palabras, esta guerra que se estaba produciendo en las fronteras con la Rusia bolchevique impedía la creación de un frente unido antibolchevique polaco-ucraniano que pudiera bloquear una eventual agresión a Europa por parte del Ejército Rojo de Lenin. El primer movimiento práctico de las fuerzas de la Entente en relación con la firma de la paz entre las fuerzas militares ucranianas y polacas se produjo en febrero de 1919, cuando una comisión militar especial dirigida por Francia negoció tanto una tregua como una línea de demarcación entre Polonia y Ucrania. De acuerdo con esta propuesta, la ciudad de Lvov y la región petrolera al sur alrededor de Boryslav tenían que ir a Polonia. En otras palabras, alrededor de 2/3 de Galitzia Oriental se incluirían en Ucrania Occidental.

La comisión de la Entente también decidió que la República Popular de Ucrania Occidental era un Estado fallido, no viable. La verdadera razón de tal conclusión fue el hecho de que el movimiento independentista de Galicia Oriental se basaba sólo en un estrato extremadamente pequeño de intelectualidad, sin un apoyo masivo por parte de la gente, especialmente en el campo. Los nacionalistas y políticos ucranianos, con el fin de atraer a los campesinos locales de Galizia Oriental, les prometieron junto con la reforma agraria, así como casas y castillos de Lvov. Sin embargo, sucedió que los combatientes nacionales de Ucrania Occidental perdieron el control sobre el movimiento campesino que ellos mismos habían inspirado.

De hecho, los líderes polacos implicados en el conflicto aceptaron (a medias) el conjunto de condiciones de paz exigidas por la comisión de la Entente. Sin embargo, las mismas condiciones fueron rechazadas por los líderes ucranianos y, automáticamente, pusieron fin a la tregua polaco-ucraniana previamente acordada. Como consecuencia, las fuerzas armadas ucranianas el 10 de marzo de 1919 comenzaron una nueva ofensiva para ocupar la ciudad de Lvov, que cayó después de diez días. En esencia, eso se convirtió en un verdadero punto de inflexión en la guerra polaco-ucraniana de 1918-1919 por Galitzia Oriental y la creación de una frontera final entre la Polonia recién restablecida y la recién formada Ucrania. Sin embargo, desde mediados de marzo de 1919, fueron los polacos los que tomaron las iniciativas militares y políticas sobre los ucranianos.

Básicamente, se hizo obvio que el lado ucraniano perdería la guerra contra Polonia con respecto a Galitzia Oriental y la ciudad de Lvov. Durante la noche del 14 al 15 de abril de 1919, los polacos lanzaron un fructífero ataque que tuvo como resultado que Lvov ya no estuviera a distancia de fuego de la artillería ucraniana. La ofensiva polaca fue tan exitosa que en mayo de 1919 los polacos tomaron varias otras ciudades de Galitzia Oriental (Stanislawów en polaco o Ivano-Frankivsk en ucraniano), que en ese momento era la sede de las autoridades políticas y militares ucranianas. 

A principios de junio de 1919, los destacamentos militares de Ucrania Occidental controlaban solo algunas áreas de Ucrania Oriental. Lo que sucedió fue la presión de la comisión de la Entente en el lado polaco para detener nuevas ofensivas, y se reanudaron las negociaciones bilaterales de tregua entre Polonia y Ucrania. No obstante, los líderes de Ucrania Occidental no respetaron el acuerdo de tregua y de repente comenzaron una ofensiva el 7 de junio de 1919 con el resultado de recuperar algunas zonas de Galitzia Oriental del lado polaco. Por lo tanto, los polacos culparon a los ucranianos de la prolongación del conflicto militar en Galitzia Oriental, hasta tal punto que los estados de la Entente se vieron obligados a enviar una comisión a la ciudad de Lvov para investigar las graves denuncias sobre crímenes contra la población civil cometidos, de hecho, por ambos bandos. 

Finalmente, la comisión no encontró pruebas relevantes de crímenes de guerra polacos, pero, por el contrario, muchos casos de crímenes de guerra fueron cometidos por la parte ucraniana. Lo que probablemente sea de crucial importancia subrayar aquí es el hecho de que la comisión encontró una recepción muy entusiasta de las tropas polacas por parte de los habitantes de la ciudad como libertadores contra el terror de las "bandas ucranianas".

La comisión compuesta por los representantes de las potencias de la Entente, con el fin de resolver finalmente el problema de Galitzia Oriental, propuso que todo el territorio de esta región fuera ocupado por las tropas polacas y, de hecho, en consecuencia, incluido en el estado nacional polaco posterior a la primera guerra mundial. Por esa razón, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores en París el 25 de junio de 1919 dio permiso abierto al gobierno polaco en Varsovia para lanzar una nueva ofensiva militar en Galitzia Oriental con el propósito final de expulsar a todos los destacamentos militares ucranianos occidentales de la región y ocuparla por completo. Se acordó que el Ejército Haller (armado en Francia) sería enviado a Polonia y desplegado en la lucha contra las unidades comunistas. En el caso de Galitzia Oriental, la autonomía debía concederse dentro de Polonia, y la decisión final sobre el estatus de Galitzia Oriental se decidiría mediante referéndum (pero organizado por las autoridades polacas).

Finalmente, el ejército polaco dirigido por el propio Piłsudski, el 2 de julio de 1919 inició su decisivo ataque militar contra las tropas militares ucranianas occidentales y logró expulsarlas de todo el territorio de Galitzia Oriental. Hasta el 18 de julio de 1919, las fuerzas de Ucrania Occidental, compuestas por unos 20.000 soldados, cruzaron el río Zbruch y entraron en el territorio de la República Popular de Ucrania. Por lo tanto, el destino de Galitzia Oriental se decidió a favor de Polonia hasta la segunda guerra mundial.                          




Observaciones finales

La guerra entre Polonia y Ucrania Occidental se prolongó desde noviembre de 1918 hasta julio de 1919. Según diferentes estudiosos, la guerra se cobró alrededor de 25.000 vidas de soldados de ambos bandos: alrededor de 10.000 polacos y 15.000 ucranianos, debido a la falta de fuentes, es muy difícil estimar el número de pérdidas entre la población civil. Sin embargo, fue menor que el número total de soldados perdidos combinados de ambos bandos. Otra característica de esta guerra fue el hecho de que las atrocidades cometidas tanto contra la población civil como contra los prisioneros de guerra no han sido a gran escala en comparación con otros casos durante la primera guerra mundial, por ejemplo, Serbia, que perdió alrededor del 25% de su población.

 

Esta guerra entre los bandos polaco y ucraniano, sin embargo, envenenó las relaciones polaco-ucranianas durante décadas y se hizo evidente durante la segunda guerra mundial cuando los ucranianos cometieron un genocidio a gran escala contra los polacos (y los judíos) en Galitzia.


La disputa polaco-ucraniana era por la tierra:

1. Para la parte polaca, los problemas relativos a la pertenencia de Galitzia Oriental no terminaron con la derrota militar de las fuerzas armadas ucranianas occidentales en julio de 1919. El problema siguió siendo el mismo durante las dos décadas siguientes, desempeñando la influencia central en los asuntos internos y externos de Varsovia.

2. Para la parte ucraniana, el problema fue resuelto por J. V. Stalin al final de la segunda guerra mundial, ya que, según su decisión, Galitzia Oriental pasó a ser anexionada por la Ucrania soviética. Los polacos locales se han visto obligados a vivir fuera de su patria, Polonia, hasta el día de hoy, mientras que los ucranianos lograron crear dentro de la URSS una Gran Ucrania mediante la anexión de la tierra de todos los vecinos.

3. No obstante, las potencias de la Entente, preocupadas por la amenaza directa de la exportación de la revolución bolchevique de Rusia a Europa, concedieron Galitzia Oriental (temporalmente) a Polonia, con la intención de crear de esa manera un corredor de defensa más fuerte contra la Rusia bolchevique. El Tratado de Saint Germain firmado en septiembre de 1919 sólo daba Galitzia Occidental (hacia el oeste desde el río San hasta Polonia), dejando, por tanto, la resolución final de la pertenencia de Galitzia Oriental como una cuestión problemática a resolver en el futuro.

4. En diciembre de 1919, el estadista británico Lord Curzon propuso dos posibles líneas fronterizas a lo largo de Galitzia: 1) Una de las cuales serviría como extensión sur de lo que proponía que fueran las fronteras orientales de Polonia. Eso fue aceptado oficialmente para ser nombrado como Línea Curzon. La variante 2), que estaba más al este e incluía Lwów, serviría como frontera con Polonia. En realidad, ninguna de estas soluciones propuestas fue aceptada por Varsovia, cuya anexión de toda Galitzia Oriental fue, en marzo de 1923, reconocida por el Consejo de Embajadores de la Entente.


Dr. Vladislav B. Sotirović

Fuentes del autor:

Los orígenes del conflicto polaco-ucraniano: Ucrania Occidental y Gran Polonia

Las tres particiones de la Commonwealth polaco-lituana. 1772, 1793 y 1795

El conflicto polaco-ucraniano occidental por el este de Galicia en 1918-1919

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