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26 febrero 2018

La batalla de Damasco y de la Ghouta Oriental



Soldados del Ejército Árabe Sirio en los alrededores de Damasco.


Breve prólogo del editor del blog

Más que los bombardeos sirios y rusos sobre las concentraciones terroristas y yihadistas en Damasco Campo - Ghouta Oriental (el cinturón agrícola que rodea Damasco capital), existe un bombardeo mediático de los medios de embrutecimiento masivo a nivel internacional. El solo hecho que la prensa atlantista denomine "rebeldes" a miles de fanáticos terroristas adoctrinados en el yihadismo es cinismo y señal que no existe imparcialidad en la información o, en el mejor de los casos, se deja de exponer las razones por las cuales las fuerzas aéreas de Siria y su aliado ruso atacan posiciones "rebeldes" en zonas pobladas.

Hoy se habla, nuevamente, por parte de los Estados Unidos, de Francia y Gran Bretaña de hacer uso de la fuerza para terminar con la sangría de los civiles, pero nadie informa, salvo como nota marginal, los cueles bombardeos de la coalición estadounidense que mata decenas de civiles sirios en Deir Ezzor, Raqqa y otras regiones sirias y de Irak. Para colmo, los aliados del yihadismo en Occidente se niegan a sepultar una clásica falsa bandera para provocar su intervención armada, la muy conocida "utilización de armas químicas por el régimen de Assad contra los civiles"... ese bulo es un cuento de nunca acabar, sin embargo, sirve de permanente provocación para que el gobierno sirio y los rusos cedan ante las pretensiones de actores foráneos.

Parar la guerra! gritan los desesperados auspiciantes del yihadismo. Lo mismo hicieron ante la inminente liberación de Alepo. No debería extrañarles que también pidan "AUTONOMÍA" para los "martirizados rebeldes" de la Ghouta Oriental, quienes no cesan de lanzar misiles en contra de la ciudad de Damasco. 

De qué va servir la última resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas si los "rebeldes moderados" no van a respetar el alto al fuego? 

Civiles rehenes 'moviles' del yihadismo. Estas imágenes son comunes de observar en diferentes ciudades sirias que están siendo liberadas por el Ejército Árabe Sirio. 

Estimado lector solo pregúntese una cosa, luego concluya quién miente: Por qué los "rebeldes" no permiten que los civiles abandonen la zona de batalla?. Sin duda, las consecuencias de la guerra lo sufren los civiles, aquellos rehenes de los terroristas en la Ghouta Oriental que caen en los bombardeos de las fuerzas gubernamentales porque, básicamente, son escudos humanos de las bandas terroristas; y, por qué nos olvidados -la prensa atlantista- de los civiles de Damasco que soportan a diario el lanzamiento de artefactos explosivos provenientes de la Ghouta Oriental?.

Debemos preguntar a esa prensa, si existe alguna diferencia, selectividad o discriminación, para "informar" entre los lamentables descensos de civiles en Damasco y de la Ghouta Oriental.

Un interesante artículo en inglés expresa lo siguiente: "Contrariamente a la narrativa de "gente vs. poder" que numerosos apologistas del primer mundo han estado presionando para la intervención extranjera occidental, los salafistas culpan ante todo a la apostasía del pueblo por dar origen a la herejía secular del gobierno socialista de Siria. Esto es porque para los salafistas, la religión comienza y termina con las personas, en términos del individuo.

No existe una dimensión sociológica en su razonamiento, invierten la lógica o la vuelven contra él: la ideología del pueblo se convierte en la ideología de los gobernantes. Un apóstata no puede gobernar sobre los justos. La falta de lealtad al Islam es culpa de la gente; los gobiernos solo reflejan esto. Es por eso que hemos visto los innumerables miles de decapitaciones y exterminios de pueblos y ciudades enteras. Esto estuvo lejos de estar limitado a 'fuerzas gubernamentales' o 'políticos pro-Assad'. (Exposing media fraud on East Ghouta: Why aren't civilians leaving the battle zone?)

Panfletos informativos lanzados desde helicópteros a la población civil de la Ghouta Oriental, indicando la forma de salir del asedio yihadista.

Por qué la prensa atlantista no informa que el gobierno sirio (lo hace siempre como en Alepo y otras ciudades) lanza panfletos en la Ghouta Oriental indicando a los civiles cómo escapar de la zona de lucha a un corredor humanitario donde la alimentación, refugio y medicamentos está garantizado. Por qué los yihadistas en la zona atacan deliberadamente áreas civiles matando a niños y civiles que pretenden huir de la batalla. Repito, esto no está pasando hoy, a sucedido siempre en todos los centros urbanos capturados por los yihadistas, los civiles son rehenes y carne de cañón. 

Solo existen dos posibilidades: O los "rebeldes" se oponen por la fuerza a permitir la salida de civiles o, existen muchos combatientes "rebeldes" que tienen familia junto a ellos, negándose aceptar su evacuación (o las dos cosas a la vez).

Quiénes son los "rebeldes moderados" de la Ghouta Oriental, lo sabremos en el reportaje a continuación.

Tito Andino



*****

La batalla de Damasco y de la Ghouta Oriental

Combatientes yihadistas de al Qaeda.


por Serge Marchand / Red Voltaire


La capital siria, Damasco, y el espacio rural al este de esa ciudad, la Ghouta Oriental, son teatro de cruentos combates entre los yihadistas de al-Qaeda –respaldados por el Reino Unido y Francia– y las fuerzas de la República Árabe Siria. Esta última está tratando de liberar a la población de 7 años de ocupación y de imposición de la sharia. Pero las potencias coloniales se oponen a esos esfuerzos.


VIDEO


La capital siria, Damasco, está siendo constantemente bombardeada, desde hace 6 años, por los elementos armados de al-Qaeda atrincherados en la Ghouta Oriental, en el cinturón verde de la ciudad. Estas imágenes muestran los estragos causados por un obús disparado desde la Ghouta Oriental. El proyectil cayó sobre una vivienda del barrio damasceno de Ruk el-Dinh, el 23 de febrero de 2018, donde mató a 3 personas y dejó 15 heridos.


Durante los 6 últimos años, el Ministerio Sirio de la Reconciliación ha firmado más de 1.000 acuerdos de pacificación a lo largo y ancho del país y decenas de miles de elementos armados se han acogido a las numerosas amnistías decretadas a su favor. Esas personas se han reincorporado a la sociedad siria, incluso convirtiéndose a veces en miembros de sus cuerpos armados. Los elementos armados que combatían en la Ghouta Occidental aceptaron los acuerdos y se acogieron a la amnistía, posibilidad que siguen rechazando los de la Ghouta Oriental.

En esa parte del cinturón verde de Damasco, bastante extensa, vivían antes de la guerra más de 400.000 personas. Según la ONU, hoy quedarían allí unas 367. 000. Según el gobierno sirio, la cifra es mucho menor y no pasan de 250.000 personas.

La principal ciudad de esa región, Duma, con una reputación bastante negativa, era conocida antes de la guerra por sus burdeles y su alta concentración de delincuentes y criminales.

El hecho es que esa zona se encuentra hoy bajo control de al-Qaeda, representada allí por el grupo armado que se hace llamar Yesh al-Islam, o sea «Ejército del Islam», y que recibe orientaciones de miembros de las SAS (fuerzas especiales británicas) y de oficiales de la DGSE francesa (inteligencia para el exterior) desplegados en la zona bajo la fachada de la ONG Médicos Sin Fronteras. A la cabeza de Yesh al-Islam está la familia conocida como Alloush o Allouche, poseedora de importantes bienes en Londres.

Zahran Alloush

Desde julio de 2012 hasta su muerte, a finales de 2015, Zahran Alloush anunciaba varias veces por semana que iba a tomar Damasco y que cuando lo hiciera ejecutaría –sin juicio– a todos los «infieles», que son, a su modo de ver, todas las personas que no sean sunnitas. Este individuo impuso la sharia a todos los habitantes de la zona bajo su control, en aplicación de los principios enunciados por el predicador wahabita Abd al-Aziz ibn Baz. Encerró en jaulas a los que cuestionaban su autoridad, ejecutó a gran cantidad de personas, como mi vecino –un simple agente inmobiliario que vivía en el apartamento situado directamente debajo del mío– quien fue degollado en público porque se negó a decir que «Assad es un perro».

Zahran Alloush, quien hasta su muerte fue el jefe de Yesh al-Islam –la franquicia local de al-Qaeda, recordémoslo nuevamente–, recibía armamento de Arabia Saudita a través de Jordania. Con ese armamento llegó a organizar un desfile militar –con tanques y todo–, montado y filmado por el MI6 británico [1].

Cuando el Ejército Árabe Sirio –el ejército regular de la República Árabe Siria– emplazó artillería en el monte Qassium, la montaña que domina la capital, y comenzó a bombardear desde allí las posiciones de Yesh al-Islam, Zahran Alloush puso prisioneros en los techos, utilizándolos como escudos humanos.

Después de la muerte de este individuo, su primo Mohamed Alloush tomó el mando de Yesh al-Islam, a principios de 2016. Este otro miembro de la familia Alloush ya se había hecho célebre lanzando homosexuales desde los techos. No está de más resaltar que Siria protege a los homosexuales, siendo por ello una excepción entre los países musulmanes actuales e incluso en relación con lo que aún sucedía, hace sólo 30 años, en los países occidentales [2].

Sin embargo, Mohamed Alloush fue entronizado como jefe de la delegación de la oposición en las negociaciones de Ginebra, donde exigió –y obtuvo– que los cuadros y esculturas que decoraban el hotel donde se alojó fuesen recubiertos con velos. En medio de aquellas conversaciones, desde la sala de negociaciones, envío por Twitter varios mensajes orientando a sus secuaces que se prepararan para matar a los soldados del «puerco».


Hace sólo unos meses que el Ejército Árabe Sirio “selló” completamente la Ghouta Oriental. Hasta entonces sus habitantes tuvieron la posibilidad de huir. La ONU y la Media Luna Roja tienen libre acceso al lado bajo control de la República. Pero no tienen acceso al otro lado, de donde los yihadistas permiten la salida sólo a sus seguidores para recibir atención médica. Si el Ejército Árabe Sirio registra minuciosamente los camiones cargados de víveres antes de permitir su entrada en la Ghouta es porque en múltiples ocasiones los convoyes de la ONU fueron utilizados para introducir allí armas destinadas a los yihadistas. Los convoyes no pasan sólo si la ONU se niega a permitir que sean verificados.

La Ghouta es una zona agrícola que rodea la capital siria. Cuando la ONU envía productos que no se cultivan allí, su distribución a la población queda en manos de los yihadistas y son ellos quienes imponen precios considerablemente más elevados que los de la capital –a veces 4 veces más altos. Sólo los pobladores que juran lealtad a los yihadistas reciben de estos el dinero que les permite comprar esos productos [enviados por la ONU]. Los pobladores de la Ghouta que se mantienen leales a Damasco están condenados al hambre, impuesta a ellos por los yihadistas.

Durante 6 años, los yihadistas han estado atacando constantemente Damasco desde la Ghouta. Son muy numerosos los damascenos que han muerto desde entonces bajo los cohetes y obuses disparados desde la Ghouta, sin que la comunidad internacional se dignara a expresar ningún tipo de condena. Poco a poco, localidades ocupadas por los yihadistas en la periferia de Damasco han sido liberadas, Daraya, Muadamiyeh al-Cham, Qudsaya y al-Hameh, en agosto de 2016, y después Yobar, Barzeh, Qabun y Tichrin, en febrero de 2017. Los acuerdos firmados entonces estipulaban que los elementos armados que no quisieran acogerse a la amnistía se trasladaran –en medios de transporte facilitados por el gobierno sirio– a Idlib, en el noroeste del país [3]. La única condición era que liberaran a los pobladores.

Una foto de archivo (2017) de un grupo de yihadistas de Ahrar al Sham en las inmediaciones de Damasco. Las características típicas de algunos de esos hombres y algunas vestimentas los delatan como combatientes extranjeros.

La República Árabe Siria acaba de decidir ahora liberar de los yihadistas la Ghouta Oriental. La artillería y la aviación bombardean las posiciones de los yihadistas, tratando de eliminarlos con la menor cantidad de víctimas posible entre los civiles. Durante esa campaña, la circulación de convoyes humanitarios es imposible.

Por su parte, los yihadistas de al-Qaeda siguen disparando obuses hacia la capital. Antes del inicio de la ofensiva bombardeaban principalmente la embajada de Irán, en el barrio residencial de Mezzeh; las sedes de la televisión nacional y del ministerio de Defensa, en la céntrica Plaza de los Omeyas; el Centro Cultural ruso, en pleno centro de la ciudad, y la embajada de Rusia. Ahora los obuses y cohetes de los yihadistas caen en cualquier lugar. Los damascenos y los millones de sirios que rechazan la imposición de la sharia y que han buscado por eso refugio en la capital, bajo la protección del gobierno de la República Árabe Siria, tratan nuevamente de sobrevivir. Más de la tercera parte de los habitantes de Damasco prefieren mantenerse encerrados en sus casas por temor a morir alcanzados en plena calle por el bombardeo de los yihadistas. La cuarta parte de los comercios se mantienen cerrados y los servicios públicos y administraciones estatales han tenido que reducir sus actividades.

Las inevitables víctimas civiles de los bombardeos. Aunque existen bajas entre la población, sumamente lamentable, también es típico encontrarse con videos y fotografías escenificadas por los "rebeldes" para justificar acciones bélicas de las potencias extranjeras que apoyan a los terroristas de al Qaeda en la zona rural de Damasco. Ya hemos visto en múltiples ocasiones a los "cascos blancos" en sus grotescos montajes.

En esta fotografía, aunque no existe evidencia de que sea montaje, es común encontrar un patrón con otras fotografías, niños aparentemente asustados, pero en buen estado y con la cara llena de polvo, mientras sus rescatadores lucen su ropa y rostro limpio.

El Reino Unido y Francia tratan de imponer un cese de las hostilidades de 30 días en la Ghouta. Esos dos países no esconden su respaldo a la familia Alloush ni su hostilidad a la República Árabe Siria en general y a su presidente, Bashar al-Assad, en particular. El Reino Unido y Francia se negaron a asistir a la conferencia de paz de Sochi, donde estuvo representado más del 90% de los sirios –sin la familia Allush [4].

Como medio de solución de un conflicto, la guerra simplifica primeramente los problemas de forma extrema y divide a los hombres en dos bandos –nunca en tres–, contrariamente a lo que pretenden hacer creer los representantes del Reino Unido y Francia. Por desgracia, una guerra se hace matando la mayor cantidad posible de enemigos y tratando a la vez de matar la menor cantidad de partidarios propios, en la medida de lo posible. En todas las guerras, los contrincantes se ven obligados a sacrificar cierto número de sus propios seguidores, sin eso no sería una guerra sino una simple operación de policía.

Cuando la coalición occidental bombardeó la ciudad iraquí de Mosul, el año pasado, para liquidar a unos miles de yihadistas que allí quedaban, mató muchos más civiles que combatientes –entre  9.000 y 11.000 civiles, según las fuentes. Los medios de prensa occidentales saludaron con entusiasmo aquella victoria. Hoy, esos mismos medios occidentales difunden incansablemente las imágenes de dos niñas de la Ghouta en medio de los bombardeos. Ninguno se pregunta quiénes son los familiares de esas dos niñas, ni cómo aprendieron inglés. Ninguno piensa en los demás niños que mueren en Damasco bajo los obuses de los yihadistas. Todos imploran que cese la masacre.

                                          soldados sirios

La proclamación de un alto al fuego no tendría ninguna consecuencia práctica. Porque al-Qaeda estaría excluido de ese cese de hostilidades, además de que lo rechazaría. Y la Ghouta Oriental está únicamente bajo control de al-Qaeda.

En esas condiciones, lo que cabe preguntarse es por qué el Reino Unido y Francia promueven la idea de un alto al fuego irrealizable. ¿Por qué Londres y París se empeñan en dar un respiro a al-Qaeda, en detrimento de los civiles a los que oprime?


Serge Marchand


¿Y dónde están los «400 000 rebeldes moderados» que había en la Ghouta?
Los «rebeldes moderados» de la Ghouta
La batalla de Damasco y de la Ghouta Oriental
Exposing media fraud on East Ghouta: Why aren't civilians leaving the battle zone?
"Llevamos años armándolos": ¿Qué ocultan las medias verdades sobre Guta Oriental?
Lo que los medios occidentales no cuentan de Guta Oriental


NOTAS:
[1] «El Reino Unido promociona a los yihadistas», Red Voltaire, 16 de mayo de 2016.
[2] «Daesh y los homosexuales», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 20 de junio de 2016.
[3] Arreglos similares ya se han aplicado anteriormente y han sido rigurosamente respetados por el gobierno sirio. Nota de la Redacción.
[4] «Consenso entre sirios en Sochi», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 6 de febrero de 2018.

18 noviembre 2015

Y siguen apareciendo pasaportes


ATENTADOS EN PARIS


por Jean-Claude Paye
16 noviembre 2015


Por el momento hacemos un paréntesis con la “ruta de la seda”, los acontecimientos en París el último fin de semana son sumamente graves para no mencionarlos urgentemente.

La mayoría de lectores ya estarán bien informados de todo lo sucedido, han leído hasta la saciedad, han mirado videos y escuchando toda clase de rumores. Nuevamente todos los caminos conducen hacia el fundamentalismo yihadista como los actores de los atentados.

Así que sería innecesario comentar sobre los ataques en si. Lo que debe preocupar a la opinión pública es saber quién es el verdadero responsable de los hechos o, quizá hay complicidad o un encubrimiento pernicioso para que radicales puedan actuar impunemente. Se repitió la parodia del “Charlie Hebdo” en la misma capital francesa en el mes de enero?, O, estamos ante un nuevo y estremecedor caso que escapó del control de los todo poderosos servicios de inteligencia franceses, de la OTAN y de los Estados Unidos?

Lo que si no podemos dudar un solo instante es una cosa: Francia –mejor dicho el gobierno francés- está embarrado de estiércol hasta los codos. El democrático gobierno de Hollande y su Ministro de Relaciones Exteriores Fabius han alabado siempre las acciones de los terroristas en Siria, recordemos que según Fabius: “Los chicos de al-Nusra están haciendo muy bien su trabajo”, o al señor  presidente de Francia reconociendo que su gobierno ha suministrado armas letales y de alta tecnología a los “chicos” buenos de Fabius, o recordemos el triste episodio de intervención directa de los servicios secretos franceses en territorio sirio combatiendo junto a los yihadistas, disfrazados de periodistas, entre otras hazañas con el fin de volver a cumplir su sueño de restablecer sus antiguas colonias. (Ver mi artículo: Secretos de la guerra mediática en Siria. )

Tampoco deberíamos quitar crédito a las acciones de los extremistas, éstos son plenamente capaces de actuar con total independencia en cualquier parte, lo han demostrado.

En todo caso, las investigaciones van saliendo a flote, no hay que ser irresponsables y divulgar hipótesis a diestra y siniestra, todavía es muy pronto para saber la verdad… si es que algún momento se nos permitirá conocerla. Las víctimas son reales, una vez más seres inocentes tienen que pagar culpas ajenas y la irresponsabilidad de sus gobernantes. Los simples ciudadanos merecemos ser tratados con respeto, tenemos derechos, no somos instrumento de una política internacional que pregona la codicia por los recursos de otras naciones aun a costa de llevar al sacrificio a su propia gente.

Solidaridad sincera con las víctimas SI, pero nunca solidaridad con un gobierno que está manchado de sangre, la gente de El Elíseo ha buscado infinitas posibilidades para desatar una guerra. Aquí tienen ya la justificación, buena carnicería en Siria señor Holland.

Lo que preocupa y deja dudas, es lo que leerán a continuación. Pasaportes u otros documentos siempre aparecen en la escena del crimen cuando son obra de los yihadistas. Igual que el “Charlie Hebdo” y otros casos análogos.

Las siguientes reflexiones tienen un paralelismo parecido al enfoque que di en el mes de enero con el atentado al diario satírico parisiense.  Masacre en París. Cosas “raras” de los justicieros yihadistas
                                           
  
                                                                                                             T. Andino



                                                  *****

Uno no sabe si reírse o llorar. Desde los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, no hay un atentado terrorista cuyos presuntos culpables no se las arreglen para dejar sus papeles de identidad al alcance de los investigadores. Para el sociólogo Jean-Claude Paye, la aparente estupidez crónica y repetitiva de los terroristas no es otra cosa que un truco del Poder para asustar a la ciudadanía. ¿Cuál es la lógica? La versión oficial es tan absurda que no podemos, ni debemos dudar de ella.





Durante la investigación de las masacres de París, se encontró un pasaporte sirio cerca de los restos de uno de los kamikazes del Stade de France. Ya designado por el presidente Hollande como responsable de los atentados, el «Estado Islámico» reconoció ser responsable de esos actos. Para el gobierno francés, que había declarado querer intervenir en Siria contra el «Estado Islámico» –cuando en realidad quiere hacerlo contra la República Árabe Siria y contra su presidente constitucional Bachar al-Assad, de quien sigue diciendo que «tiene que irse»– se trata de un indicio importante destinado a justificar una operación militar.

Pero no es el gobierno francés el único que recurre al procedimiento del doble discurso apoyando una organización a la que se designa como enemigo y nombrando terroristas a individuos a los que anteriormente se designaba como «luchadores de la libertad». La fabricación de su propio enemigo se ha convertido en el eje de la estrategia occidental, lo cual nos confirma que en la estructura imperial no hay separación entre el interior y el exterior, entre el derecho y la violencia pura, entre la ciudadanía y el enemigo.

En Bélgica, el predicador musulmán Jean-Louis Deni está enfrentando acciones legales «por haber incitado jóvenes a irse a la yihad armada en Siria», ya que se sospecha que tuvo contactos con Sharia4Belgium, grupo calificado como «terrorista», contactos que niega el acusado. Su abogado destacó el doblepensar de la acusación cuando señaló en su alegato ante el tribunal correccional de Bruselas: «Se ha empujado a niños hacia los brazos del Estado Islámico en Siria y son los servicios [de inteligencia] de ustedes quienes lo han hecho» [1]. El abogado defensor apoyó sus acusaciones resaltando el papel que ha desempeñado en el caso un agente infiltrado de la policía federal.


El regreso del significante

En cuanto a las masacres perpetradas en París, parecería que una de las primeras preocupaciones de los terroristas es hacerse identificar lo más rápidamente posible. Pero esa paradoja a penas nos sorprende. El documento de identidad, hallado milagrosamente, que designa claramente al autor de los atentados que acaban de cometerse, se ha convertido en un clásico. Se ha hecho incluso repetitivo, repetición que siempre designa a un culpable perteneciente a un «movimiento yihadista».

En la versión oficial del 11 de septiembre, el FBI afirmaba haber hallado el pasaporte intacto de uno de los kamikazes cerca de una de las dos torres pulverizadas por explosiones que desprendieron una temperatura capaz de derretir el acero de las estructuras metálicas de aquellos inmuebles pero que dejaron intacto un documento de papel. La caída del cuarto avión, que se estrelló a campo abierto en Shanksville, también permitió a la policía federal encontrar el pasaporte de uno de los presuntos terroristas. Ese documento, parcialmente quemado, permite sin embargo identificar a su titular porque podían verse su nombre, su apellido y su foto. Pero del avión no quedaba más que un cráter de impacto, ni siquiera un pedazo de fuselaje, sólo este pasaporte parcialmente quemado.


Lo increíble como demostración de la verdad

En el caso de la masacre de Charlie Hebdo, los investigadores encontraron el documento de identidad del mayor de los hermanos Kouachi en el automóvil abandonado en el noreste de París. A partir de ese documento, la policía se da cuenta de que se trata de individuos ya conocidos en los servicios antiterroristas, son los «pioneros del yihadismo francés». Ya se puede iniciar la «persecución». ¿Cómo es posible que asesinos capaces de cometer un atentado con una sangre fría y un control de sí mismos calificados como dignos de profesionales cometan un error tan grande? No “trabajar” con sus papeles de identidad a cuestas es una regla elemental para el más simple ladronzuelo.

Desde el 11 de septiembre de 2001, lo increíble se ha convertido en parte de nuestra cotidianidad. Se ha transformado en la base de la verdad. La Razón ha sido expulsada de nuestro entorno. No se trata de creer lo que se dice sino más bien de aceptar lo que dice la voz que habla, sea cual sea el sin sentido que se enuncie. Mientras más evidente sea ese sin sentido, más ciega tiene que ser la creencia en lo que se afirma. Lo increíble se convierte así en medida y garantía de la verdad.

Prueba del ello es el discurso sobre los casos de Mohamed Merah o de Nemouche. Cercado por decenas de policías, Merah supuestamente logró, burlar la vigilancia de las fuerzas especiales, salir de su domicilio y regresar después a ese lugar para que allí lo abatiera un «francotirador» que supuestamente le disparó en «defensa propia» y con «armas no letales». Merah supuestamente salió de su casa para llamar desde un teléfono público, con intenciones de «esconder su identidad», cuando reconoció su culpabilidad telefoneando a una periodista de France24 [2].

En lo concerniente a Nemmouche, el autor de la matanza del Museo Judío de Bruselas, este personaje no se deshizo de su armamento porque… lo importante para él era revenderlo. Y no se le ocurrió nada mejor que recurrir al medio de transporte internacional más vigilado, transportando las armas que ya había utilizado en un autobús de la línea Ámsterdam-Bruselas-Marsella. Lo que supuestamente permitió su arresto fue un «control de aduana inesperado».


El choque emocional como recurso para construir «la unidad nacional»

En todos los casos, el carácter totalmente increíble de lo que nos presentan nos hace incapaces de reaccionar, nos petrifica, como la mirada de la Gorgona. Nos muestra que hay algo que no funciona en el discurso. Exhibe una falla cuyo efecto no es engañarnos sino fragmentarnos. El relato del desarrollo de los atentados es una exhibición impuesta al espectador. Escapa a toda representación y tiene un afecto paralizante. Esta última resulta no tanto del carácter dramático de los hechos como de la imposibilidad de descifrar lo real. El espectador sólo puede entonces hallar una apariencia de unidad acentuando su propia credulidad ante lo que se le dice. Se produce entonces una fusión entre el espectador y quien dice lo enunciado. Se hace conveniente renunciar a distanciarse de lo que se dice y se muestra, hay que renunciar a preguntar o a recobrar la palabra. La unidad nacional, la fusión entre vigilantes y vigilados, puede entonces instalarse.

La exhibición de las fallas del discurso sobre todos estos atentados tiene como efecto el surgimiento y propagación de una sicosis y la supresión de todo mecanismo de defensa, no sólo ante determinados actos o declaraciones sino ante cualquier acción o declaración del poder, por ejemplo ante leyes como la ley sobre la información de inteligencia, que saca la vida privada de las libertades fundamentales.


Un acto de guerra contra los pueblos

La ley [francesa] sobre la información de inteligencia, votada en junio de 2015, proyecto que ya tenía más de un año, nos fue presentada como una respuesta a los atentados perpetrados contra el semanario humorístico Charlie Hebdo. Esa ley autoriza sobre todo la instalación de «cajas negras» en los proveedores de acceso a internet para capturar en tiempo real los metadatos de los usuarios. También permite la instalación de micrófonos, de dispositivos de localización, de cámaras y de programas informáticos espías.

Quienes se verán sometidos a esas técnicas especiales de investigación no son los agentes de una potencia extranjera sino la población francesa. Así pasa esta a ser tratada como enemiga de un Poder Ejecutivo, que tiene en sus manos el poder de decisión y el «control» de esos dispositivos secretos. Utilizando como pretexto la lucha contra el terrorismo, esta ley legaliza una serie de medidas que ya venían aplicándose, poniendo así a la disposición del Ejecutivo un dispositivo permanente, clandestino y prácticamente ilimitado de vigilancia sobre la ciudadanía.

La ausencia total de eficacia en la prevención de los atentados nos confirma que no eran los terroristas sino, efectivamente, los pobladores de Francia quienes estaban en la mirilla de esa ley. Al modificar la naturaleza de los servicios de inteligencia, pasando del contraespionaje a la vigilancia sobre la ciudadanía, esta ley es un acto de guerra contra la población de Francia. Las masacres que acabamos de ver en París son la parte real de esa guerra.


                                                                                     Jean-Claude Paye


Fuente de consulta: 
Y siguen apareciendo pasaportes
Red Voltaire
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Notas:
[1] Julien Balboni, «Procès de Jean-Louis Denis : ’’Le parquet fédéral a envoyé des jeunes en Syrie"» , DH.be, 12 de noviembre de 2015.

[2] Ver, de Jean-Claude Paye y Tülay Umay, «L’affaire Merah (4/4): Le changement en se taisant: la parole confisquée», Réseau Voltaire, 30 de octubre de 2012.

12 junio 2015

De las viñetas de Mahoma 2005 a las viñetas de Charlie Hebdo 2015 (2)


LA ANSIOSA BUSQUEDA DEL “CHOQUE DE CIVILIZACIONES”




Nota de introducción por el redactor del blog


En esta segunda entrega un análisis pormenorizado del intelectual francés Thierry Meyssan, elaborado en febrero del 2007. Como es habitual en las operaciones encubiertas la misma analogía histórica se repite en el presente.

Luego de sus implicaciones judiciales en el 2007 por la reproducción de las viñetas de Mahoma aparecidas en la prensa danesa, el “Charlie Hebdo” siguió obsesionado por una reacción más digna de ellos. La provocación daría frutos después de largos años de espera.

Pero, realmente la provocación causó los acontecimientos de enero del 2015? Muchas hipótesis conducen a una manipulación de los servicios secretos. Las investigaciones “oficiales” nos han detallado como un  grupúsculo de fanáticos extremistas islámicos han perpetrado la masacre. Pero, realmente, actuaron por su propia iniciativa o fueron manipulados para tal cometido?

La rápida muerte de los presuntos atacantes del “Charlie Hebdo” garantiza el silencio definitivo de los actores, más el método utilizado para los atentados demuestran un viejo patrón de procedimiento.

Fue la masacre de París de enero del 2015 otro ataque de falsa bandera? Algo que comenté en mi artículo: Masacre en París. Cosas “raras” de los justicieros yihadistas. Lo más intrigante es la velocidad de identificar a los presuntos autores materiales de la matanza. Y, es que, ya es el colmo, una y otra vez, reiteradamente, los fanáticos terroristas siempre, por una maldita coincidencia o, quizá no, tienen la “costumbre”  de “olvidar” uno o más documentos de identidad en el lugar de los hechos o en los sitios a los que escapan. De allí a ser eliminados es juego de niños.

Lo analizaremos en la tercera entrega de este interesante tema.

Mas, la incitación a la violencia, no se ha dado solo  a través de horrorosas y obscenas viñetas. El cine también ha incursionado en la “guerra de civilizaciones”, alimentando las brasas hirvientes, en septiembre del 2012 se desató una nueva oleada de protestas, está vez contra un video difundido en los Estados Unidos en que se denigra al Profeta Mahoma. La cólera fue sentida con fuerza en Pakistán y Afganistán.

La difusión del film 'La inocencia de los musulmanes', fue claramente un nuevo intento por prender fuego, es que, el mismo título del film es por si ofensivo, no se diga el insulto y ridiculización del profeta, usando el término religioso, raya en la blasfemia. Por favor, eso no es libertad de expresión! Eso no es otra cosa que provocación, incitación a la violencia, que es justamente el propósito oculto de quienes difunden esa propaganda.

Para los intereses tras las sombras, no afecta los “daños colaterales” que una acción de esa índole pueda causar, los ataques más graves se produjeron en Libia, donde el embajador de Estados Unidos, Chris Stevens, fue sacrificado en nombre del “choque de civilizaciones” junto a varios funcionarios en el asalto al consulado norteamericano en Bengasi.

Pero el auténtico mundo musulmán – no el wahabita de ciertos reinos intolerantes de Medio Oriente - no ha caído en la trampa.

El caso del “Charlie Hebdo” en el 2015 no fue más que el reiterado intento de provocar, no solo a los musulmanes sino seguir sembrando las raíces del odio en la población de occidente. Es imprescindible conseguir que la gente exprese su rechazo a todos los males que se achaca al Islam. Las potencias imperialistas necesitan justificarse ante sus ciudadanos para sus proyectadas guerras, ya diseñadas por los estrategas del Pentágono y sus socios europeos. El pueblo llano debe ser cerebralmente lavado para que las guerras de aniquilación cultural que se avecinan sean aceptadas como un mal menor en defensa de la “civilización”.  

Finalmente, la tercera entrega es un ensayo por mi elaborado: El desfile por la ‘libertad de expresión’ en París, una sucinta revista de las consecuencias del multitudinario desfile del 11 de enero del 2015 contra el “terrorismo” y por la “libertad de expresión”. Aclarando que ese artículo ya fue publicado por mí en el blog a finales de enero.


                                                                                            T. Andino 



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La historia oculta de las «caricaturas de Mahoma»


por Thierry Meyssan

Usted cree conocer a fondo el escándalo de las «caricaturas de Mahoma» y piensa haber formado su propia opinión con pleno conocimiento del asunto. El hecho es que usted ignora la realidad sobre esa importante operación de propaganda tendiente a promover la «guerra de civilizaciones», empezando por el hecho que ninguna de esas caricaturas representa a Mahoma. Thierry Meyssan analiza aquí los lazos que vinculan a los diferentes protagonistas con la administración Bush y el método utilizado para envenenar el debate público, tanto en Oriente como en Occidente.

En la foto arriba, Philippe Val, jefe de redacción de la controvertida revista satírica francesa Charlie Hebdo, que durante mucho tiempo ha logrado fabricarse una imagen de publicación progresista y de izquierda. Pero, según serias investigaciones, resulta más bien lo contrario. Para algunos esta publicación es un aliado estratégico a la prensa oficialista y neoliberal, para otros un aliado de los círculos de poder atlantistas.


El 7 de febrero de 2007 comenzó en París el juicio contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo por el llamado escándalo de las «caricaturas de Mahoma». En plena campaña electoral presidencial, importantes personalidades comparecieron para ofrecer su testimonio a favor «del laicismo y de la libertad de expresión».

La prensa y los dirigentes políticos son casi unánimes. Marcando la pauta en su editorial, el diario atlantista Le Monde escribe: «El juicio contra Charlie Hebdo pertenece a otra era, a otra época. Aunque no fue este el argumento presentado por la parte acusadora, hay que recordar que lo que desencadenó la polémica fue la representación [gráfica] del profeta Mahoma, que, para el Islam, constituye una blasfemia. Estamos por tanto ante una querella oscurantista» [1].

Sin prestar oídos a la queja de los reclamantes, y sin esperar por el veredicto del tribunal, la palabra pública equipara las asociaciones de musulmanes con grupos oscurantistas, incompatibles con la República laica y moderna. En nombre del laicismo se estigmatiza a los fieles de una gran religión. Esta paradoja debe ser para nosotros una señal de alerta: en nombre del laicismo, se nos empuja a perder el sentido de la tolerancia. Tenemos que razonar antes de dejar que nos empujen a la «guerra de civilizaciones» [2].

El laicismo, cuando es verdadero, es hijo de la Razón. Dediquemos un poco de tiempo al análisis del origen y de las consecuencias de este conflicto. Veremos entonces que todo fue cuidadosamente organizado. A pesar de las apariencias, quienes publicaron las caricaturas y quienes organizaron las manifestaciones en el mundo musulmán en realidad no son adversarios. Todos actúan de forma organizada y con el objetivo de enemistarnos.


Las apariencias

En septiembre del año 2005, la prensa danesa reporta que un autor de literatura para niños trata infructuosamente de encontrar un ilustrador para un volumen sobre Mahoma ya que los ilustradores tienen miedo de criticar el Islam. En reacción, el redactor jefe del más importante diario danés lanza un concurso de ilustradores dentro de su publicación. Muy pronto, se publican 12 caricaturas.

En noviembre, la Sociedad Islámica de Dinamarca, estimándose insultada, exige excusas y organiza una manifestación ante las oficinas del diario. Las partes endurecen sus posiciones y varios periodistas declaran haber recibido amenazas de muerte. Una delegación de la Sociedad Islámica de Dinamarca redacta un informe sobre el caso y lanza un llamado de alerta a la Liga Árabe y a la Organización de la Conferencia Islámica. Once embajadores acreditados en Copenhague piden una reunión con el primer ministro danés con vistas a resolver la naciente crisis, pero el primer ministro argumenta que él no tiene autoridad sobre la prensa y no acepta el encuentro.

La prensa reporta en noviembre que un partido político paquistaní ofrece una recompensa a quien asesine a uno de los dibujantes. El primer ministro danés condena la iniciativa pero pronto se sabe que la noticia era falsa.

En diciembre, la reunión cumbre de la Conferencia Islámica, y más tarde la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe, aborda el asunto. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas abre una investigación sobre el racismo en la prensa danesa. El consejo de ministros del Consejo de Europa toma nota de la actitud dilatoria del gobierno danés sobre el asunto señalando que no se trata de una cuestión ligada a la libertad de prensa sino de un problema de racismo.

En enero de 2006, el primer ministro danés insiste, en su mensaje de año nuevo, en su preocupación por la libertad de expresión. El fiscal de Viborg anuncia el sobreseimiento de la denuncia por blasfemia e incitación al odio presentada por las organizaciones musulmanas.

En febrero, numerosas manifestaciones contra las representaciones y los intereses daneses tienen lugar a través del mundo. Se producen quemas de banderas y embajadas así como un boicot contra productos daneses. La condena del mundo musulmán se extiende a Francia, donde un diario publicó las caricaturas, y más tarde a toda Europa, que parece ser cómplice.

En París, las caricaturas aparecen publicadas en France Soir y, más tarde, en Charlie Hebdo lo cual da lugar a una denuncia penal por parte de la Gran Mezquita de París (GMP) y de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF). Mientras que la clase dirigente cierra filas con estas publicaciones, el presidente francés Jacques Chirac recibe a los denunciantes en el palacio del Elíseo y recuerda que la libertad de expresión constituye una responsabilidad.


Las contradicciones

Hasta aquí parece tratarse de una historia simple en la que la sucesión de hechos parece coherente. Hay, sin embargo, una serie de detalles que suenan falso.

Si el redactor jefe de un importante diario danés estaba tan preocupado por la imposibilidad de encontrar un ilustrador para un libro destinado a los niños, ¿cómo fue que acabó publicando una serie de caricaturas que no tienen nada que ver con ningún tipo de literatura infantil?

El Jyllands-Posten es el diario de más amplia difusión en Dinamarca. Posicionado a la derecha, el diario realiza desde hace 3 años una violenta campaña contra los inmigrantes. En el marco de esta campaña ha publicado constantemente artículos y editoriales en los que insinúa que el Islam es incompatible con la democracia y que es imposible que los musulmanes se integren a la sociedad danesa. El objetivo de esa intensa campaña es apoyar la reelección de la coalición gubernamental de Anders Fogh Rasmussen. En 3 años, el Jyllands-Posten inundó Dinamarca con su retórica islamófoba, de la que el propio primer ministro se ha convertido en vocero.

La coalición liberal conservadora sacó del poder a los socialdemócratas, quienes habían dominado el escenario político durante 80 años. También llevó al país a cuestionar el Estado-providencia y a lanzarse en una desenfrenada política de privatizaciones y de desregulación. Siguiendo una técnica electoral clásica, ante una población que acepta difícilmente estos bruscos cambios, Anders Fogh Rasmussen ha tratado de evitar el debate sobre las cuestiones sociales mediante la búsqueda de chivos expiatorios: los extranjeros.


                          El local de la revista Charlie Hebdo en París protegido por la policía.


El Consejo de la Prensa de Dinamarca ya había amonestado al Jyllands-Posten, en marzo de 2002, por violación de la deontología periodística cuando el diario subrayó de forma injustificada el origen étnico de personas implicadas en un caso criminal. En aquel entonces, el primer ministro no vaciló en aprovechar la ocasión para apoyar a este diario afirmando que el sector periodístico cedía a la corriente de lo políticamente correcto.

La violencia del Jyllands-Posten también había sido señalada en el informe sobre el caso de Dinamarca que presentara el European Network Against Racism, la federación de asociaciones antirracistas europeas [3]. El informe describía al Jyllands-Posten como una publicación de extrema derecha. Este observatorio antirracista de la prensa europea realizó un análisis del contenido de los materiales publicados en ese periódico en el transcurso de 3 meses. Señaló que el 53% de las crónicas, el 55% de los artículos, el 70% de las noticias cortas, el 73% de las tribunas libres, el 79% de los editoriales y el 81% de las cartas de los lectores sobre las minorías extranjeras presentan a estas últimas de forma negativa.

En otras palabras, el Jyllands-Posten no publicó las caricaturas para liberar a los ilustradores daneses de una autocensura sino en el marco de una gran campaña de incitación al odio.


Segunda incoherencia:
¿Por qué dibujos cuyo objetivo es ridiculizar una religión tratan de hacerlo vinculándola al terrorismo?

El concurso de caricaturas fue iniciativa del responsable del suplemento cultural dominical del diario, Fleming Rose. Este último se define a sí mismo como «judío sionista» y no se inmuta en lo más mínimo cuando se le señala que durante los años 1930-40 el Jyllands-Posten fue partidario del fascismo y del nazismo. Al recibir amenazas de muerte, luego de la publicación de las caricaturas, Fleming Rose prefirió buscar refugio en Estados Unidos, a pesar de la protección de la policía danesa.

Fleming Rose es amigo del teórico de la islamofobia Daniel Pipes [4]. En un artículo fechado el 29 de octubre de 2004, Rose cuenta sus conversaciones con Pipes y apoya las tesis de este último. «Pipes está sorprendido de que no haya en Europa una alarma más acentuada ante el desafío que representa el Islam en el contexto de la caída del índice de fecundidad y del debilitamiento de la identidad histórica y cultural», escribe Rose en ese artículo.

Daniel Pipes es el autor de esta célebre fórmula: «Todos los musulmanes no son terroristas, pero todos los terroristas son musulmanes». Partiendo de esa base, Pipes aconseja una vigilancia policíaca sistemática sobre todos los musulmanes en Estados Unidos y en Europa. Los dibujos publicados por Fleming Rose van más lejos aún: insinúan que todos los musulmanes son potencialmente terroristas.

La directora del Jyllands-Posten, Merete Eldrup, está casada con Anders Eldrup, director de la compañía nacional de hidrocarburos, la Danish Oil and Natural Gas (DONG). Desde hace 5 años, o sea desde la llegada de la coalición liberal conservadora al poder, Anders Eldrup y el primer ministro participan en las reuniones anuales del Grupo de Bilderberg. Este club, extremadamente cerrado, es una emanación de la OTAN y es esta última quien se encarga de invitar, poner a prueba y aprobar a los mensajeros de Estados Unidos en Europa.

Desde la primera guerra del Golfo, en 1991, y más aún desde los atentados de septiembre de 2001, los servicios de la OTAN desarrollan estudios sobre el tema del enemigo interno. Los suburbios islamizados de Europa son considerados madrigueras de terroristas. Inmersos en esa atmósfera, Fleming Rose y Merete Eldrup sólo ven a los musulmanes como potenciales terroristas.


Tercera incoherencia:
¿Por qué el primer ministro danés desechó la mediación cuando esta aún era posible?

Anders Fogh Rasmussen no sólo es el autor de Fra socialstat til minimalstat (Del Estado socialista al Estado mínimo). Es también el hijo espiritual de Uffe Ellemann-Jensen, ex presidente de su partido. Este último fue durante mucho tiempo el hombre de Washington en Dinamarca. Ministro de Relaciones Exteriores y viceprimer ministro desde 1982 hasta 1993, elaboró la doctrina que lleva su nombre y según la cual un pequeño Estado como Dinamarca puede desempeñar un papel importante en el escenario internacional, abriéndole la puerta a Estados Unidos. En 1991, logró convencer a la muy reticente opinión pública danesa de participar en la guerra del Golfo.

También reconoció, antes que cualquier otro país, la independencia de los Estados del Báltico, provocando así el desmembramiento de la Unión Soviética ante la onda expansiva de la explosión del bloque del este. En 1995, se postuló para el puesto de secretario general de la OTAN pero encontró la rotunda oposición del presidente francés Jacques Chirac, quien señaló el total alineamiento de Ellemann-Jensen con la política de Washington. Uffe Ellemann-Jensen, quien ya no está oficialmente vinculado al gobierno, se pronunció contra las caricaturas.

Anders Fogh Rasmussen aplica la «doctrina Ellemann-Jensen», tendiente a servir de caballo de Troya de Estados Unidos en Europa. Así que, cuando ejerció la presidencia rotativa de la Unión Europea durante el segundo semestre del año 2002, fue él quien preparó les acuerdos secretos entre la Unión Europea y Estados Unidos en el marco de la Nueva Agenda Transatlántica, acuerdos que fueron firmados el 22 de enero de 2003 y que autorizaron el secuestro, la detención y la tortura por la CIA y el MI6 de sospechosos en cualquier lugar de la Unión Europea [5].

Según un informe del Consejo de Europa, la práctica de secuestros, detenciones y torturas se ha desarrollado considerablemente. Más de un centenar de víctimas han sido identificadas. Se trata exclusivamente de musulmanes.

Mientras tanto, Rasmussen publica en el diario londinense The Times una tribuna libre que firma junto a otros 7 jefes de gobiernos europeos para tratar de enrolar a la Unión Europea en la guerra de Irak [6]. En definitiva, Rasmussen acabará enviando a Irak más de 500 hombres, estacionados en Camp Denevang, cerca de Basora. Al confirmarse que Irak no disponía de armas de destrucción masiva, una comisión investigadora del parlamento danés comprueba que –al igual que George W. Bush y Tony Blair– Anders Fogh Rasmussen mintió de forma intencional a sus conciudadanos para empujarlos a entrar en la guerra.

No sólo el primer ministro danés no tenía la más mínimas ganas de aplacar la crisis de las caricaturas sino que esta última sirve a sus objetivos políticos en la medida en que profundiza la separación entre las civilizaciones. La tensión fortalece su posición en el ámbito nacional y favorece la estrategia internacional de sus aliados. Es verdad que el boicot le costó a Dinamarca pérdidas ascendentes a mil millones de coronas (134 millones de euros), pero Estados Unidos sabrá seguramente cómo resarcirla.

Un libro publicado por el periodista Toger Seidenfaden (también miembro del Grupo de Bilderberg) y el historiador Rune Engelbreth Larsen demuestra efectivamente, basándose en 4 000 documentos oficiales, que el primer ministro danés hizo todo lo posible por provocar la crisis. Para ello le mintió deliberadamente a la opinión pública haciéndole creer que los embajadores de la Liga Árabe exigían una censura religiosa cuando en realidad pedían un diálogo tendiente a limitar la propagación del racismo [7].

En su informe anual sobre Dinamarca, el Comité Europeo Contra el Racismo y el Antisemitismo (que no depende de la Unión Europea sino del Consejo de Europa) expresa su «gran preocupación» ante el desarrollo de un «clima de intolerancia y de xenofobia hacia los refugiados y los solicitantes de asilo así como hacia los grupos minoritarios en general, y los musulmanes en particular». Menciona al primer ministro danés y al Partido Popular, miembro de la coalición gubernamental, como responsables directos de ese fenómeno. Denuncia además la no aplicación sistemática de la ley de represión contra el racismo [8].


Cuarta incoherencia:
Las caricaturas son tan espantosamente mediocres que, al principio, suscitaron más desprecio que cólera. Entonces, ¿cómo es posible que las caricaturas provocaran en el mundo musulmán más cólera que la ocupación de Palestina, la invasión de Afganistán y los bombardeos contra el Líbano?

Ante la publicación de las caricaturas, varias organizaciones musulmanas danesas se reunieron para definir una estrategia común. Presentaron entonces una denuncia por blasfemia (artículo 140 del Código Penal danés) e instigación al odio y la discriminación contra un grupo de personas por causa de su creencia religiosa (artículo 266b). Paralelamente a esa acción colectiva, ciertos participantes de esa asamblea organizaron manifestaciones y una acción de cabildeo dirigido a los embajadores de Estados musulmanes acreditados en Copenhague, acción nucleada alrededor de Ahmad Abu Laban [9], imam de la grupuscular Sociedad Islámica de Dinamarca (Islamik Trossamfund) y de su amigo Ahmed Akkari, autodesignado vocero de un Comité Europeo de Defensa del Profeta creado a raíz de todo este asunto. Según ellos el objetivo era ampliar el debate a la cuestión general de las muestras de discriminación de las que son víctimas los musulmanes en Dinamarca. Para ello montaron un expediente de 43 páginas, expediente que ilustraron con caricaturas, entre las que se encontraban las del Jyllands-Posten.

Pero el llamado «Expediente Akkari» también contiene dibujos mucho más insultantes que los del Jylands-Posten, como por ejemplo uno en el que se ve un musulmán arrodillado en posición de orar mientras que es sodomizado por un perro. Fue la lectura de ese documento lo que dio lugar a la movilización de numerosas autoridades árabes y musulmanas, civiles y religiosas. Así que fue aquel expediente lo que convenció a los representantes de la opinión del mundo musulmán de que las caricaturas eran sobre Mahoma y el Islam.

Abu Laban y Ahmed Akkari emprendieron una gira internacional durante la cual se reunieron con el secretario general de la Liga Árabe, con el gran mufti del Cairo, con el director de la universidad Al-Azhar, con el gran mufti de Beirut, con el jeque Faldlalah del Hezbollah, con el cardenal Sfeir y el gran mufti de Damasco.

Esa gira resulta tanto más sorprendente cuanto que Abu Laban no debiera haber podido visitar Egipto, país que anteriormente le había prohibido la entrada a su territorio, al igual que los Emiratos Árabes Unidos. Laban es, en efecto comandante de un movimiento parcialmente clandestino, el Hizb ut-Tahrir (Partido de la Liberación), organización que los nacionalistas árabes no tienen en gran estima.

Creado por el jurista Taqiuddin al-Nabhani en 1953, el Hizb ut-Tahrir afirma querer restablecer el califato otomano que dominó y oprimió al mundo árabe. Este movimiento tiene muy mala reputación en los Estados árabes, que lo consideran, con razón o sin ella, como un grupo de locos manipulados por la inteligencia británica para mantener su influencia en la región. Su fundador murió en Beirut, en 1977. Aunque este partido se presenta como una organización no violenta, su programa no deja lugar a dudas sobre las intenciones que abriga. Prevé la creación de un Estado islámico único bajo el mando dictatorial de un califa y la aplicación de una interpretación severa de la shariah. El califa gobernaría con ayuda de un emir de la Jihad encargado de movilizar a todos los hombres de más de 15 años para hacerle la guerra a todos los no musulmanes.

Contrariamente a lo que usted pudiera creer, el cuartel general del Hizb ut-Tahrir no está en Estambul sino en Londres, donde goza de una fuerte protección policial, a pesar de que el primer ministro Tony Blair lo ha calificado de organización terrorista. Los principales dirigentes londinenses del movimiento reciben remuneraciones similares a las de altos responsables de multinacionales anglosajonas de la informática, a pesar de que ese tipo de empleo exige una acreditación clasificada como secreto militar.

A falta de ser populares en el mundo árabe, los partidarios del restablecimiento del califato otomano sí lo son en el seno de ciertas poblaciones de lengua turca de Asia central. El Hizb ut-Tahrir fomenta el desorden por toda esa región, incluyendo la zona china de Xin Kiang, sin distinción de los regímenes en el poder. La compasión se impone cuando sus miembros son arrestados y torturados por el régimen de Karimov, en Uzbekistán, pero nada indica que ellos mismos serían más compasivos que sus torturadores si lograran llegar al poder.

Los Estados de la región no tardaron en comprender el peligro que representa el Hizb ut-Tahrir. De hecho lo consideran un instrumento de la CIA y del MI6, como antes lo fueron los muyahidines contra la URSS [10] y se han unido para combatirlo, siendo este uno de los objetivos de la Organización de Cooperación de Shangai, la nueva alianza ruso-china.




Incitaciones al odio
El personaje de la caricatura de arriba (Centro de Estudios del Problema Judío de Boloña, 1943) no es Moisés sino una personificación de los judíos en general, a quienes se atribuye la responsabilidad de la Segunda Guerra Mundial. El personaje de la caricatura de abajo (publicada por le diario danés Jylland-Posten, 2005) no es Mahoma sino una personificación de los musulmanes en general, a los que se atribuye la responsabilidad por el terrorismo, que el presidente Bush califica de «Nueva Guerra Mundial». Estos dos dibujos no tienen nada que ver con una supuesta crítica hacia una religión. Son dos caricaturas de propaganda tendientes a estigmatizar a grupos de creyentes. La primera fue utilizada para justificar un genocidio. ¿Cuál es el objetivo de la segunda?

 


La manipulación en Francia

France Soir fue la primera publicación que reprodujo las caricaturas en Francia. Este diario, que en aquel momento se encontraba en quiebra, era entonces objeto de feroces luchas de influencia entre los financistas que aspiraban a apoderarse de su control. El personal encargado de tomar las decisiones editoriales en el seno de la publicación está ligado en aquel entonces a un misterioso posible comprador del diario cuyo nombre sólo saldrá a relucir varios meses más tarde. Se trata del comerciante de armas Arcadi Gaydamak, presidente de Betar (la milicia del Likud) y del club de fútbol que también lleva ese nombre y candidato a la alcaldía de Jerusalén. Su identidad se mantuvo en secreto durante el mayor tiempo posible debido a la existencia de una orden internacional de arresto por fraude fiscal contra este personaje.

Una semana más tarde, las caricaturas aparecen de nuevo, en Charlie Hebdo. Como ya demostrara anteriormente en nuestro sitio web Cedric Housez, el semanario satírico viene concentrándose, desde finales del año 2003, en la denuncia del peligro musulmán tomando posición contra la participación de Tariq Ramadan en el Forum Social Europeo, por la prohibición del velo, contra la política de Francia hacia el mundo árabe, a favor de la política de Israel, etc. [11]

Tanto en el caso de France Soir, como en el de Charlie Hebdo, la publicación de las caricaturas es la prolongación de ya viejas campañas de prensa al servicio de la ideología neoconservadora de la «guerra de civilizaciones». Y resulta eficaz ya que la clase dirigente francesa finge, de forma casi unánime, no ver el aspecto antimusulmán del asunto y expresa su apoyo a tan “bella” manifestación de la libertad de expresión. La única voz discordante será la de Jacques Chirac, quien subraya que «Francia, país laico, respeta todas las religiones y todas las creencias».

Yendo un poco más lejos aún en el campo de la hipocresía, Charlie Hebdo publica "El mafiesto de los doce". Este documento denuncia el islamismo como el nuevo totalitarismo [12] que se opone a la libertad de expresión. Entre sus firmantes se encuentran, además del propio director de Charlie Hebdo, Philippe Val, la diputada mitómana holandesa Ayaan Hirsi Ali, los periodistas Carolina Fourest y Antoine Sfeir y el ensayista Bernard Henry-Levy.

La Gran Mezquita de París y la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF) presentaron ante la justicia una denuncia contra Charlie Hebdo. Varios candidatos a la presidencia de Francia expresaron su apoyo al semanario satírico, en nombre de la «libertad de expresión». Primero fueron Corinne Lepage (Cap 21) y Dominique Voynet (de los Verdes), mediante una petición. Más tarde lo hicieron François Bayrou (UDF) y François Hollande (representante de Segolene Royal, Partido Socialista), al comparecer como testigos durante la vista de la causa. Y finalmente, también lo hizo Nicolas Sarkozy (UMP) en carta dirigida al tribunal. Jacques Chirac, cuya intervención había tenido lugar al principio de la polémica, no se expresó de nuevo, pero ofreció su abogado a la GMP y a la UOIF. La justicia dará su veredicto el 15 de marzo de 2007.

Nicolas Sarkozy (candidato presidencial francés por la derecha en las elecciones de 2007) desempeñó un papel sui generis. En el momento de la publicación de las caricaturas, en su calidad de ministro del Interior y de Cultos, se negó a tomar medidas de carácter jurídico y aconsejó a las asociaciones que forman parte del Consejo de los Musulmanes de Francia que se encargaran de hacerlo. Posteriormente, para sorpresa de estas asociaciones, envió en el último minuto a los abogados de Charlie Hebdo una carta de apoyo a la publicación. Lo cual explica las dudas del Consejo de los Musulmanes de Francia ante la posibilidad de renunciar en masa.


¿Blasfemia o incitación al odio?

Reproducimos aquí la caricatura más polémica. En ella aparece un hombre que lleva un turbante que en realidad es una bomba. Según el Jyllands-Posten, el personaje es Mahoma y la caricatura ridiculiza a los extremistas que invocan al Profeta en la práctica del terrorismo. Sin embargo, el turbante del personaje lleva inscrita la profesión de fe de los musulmanes: «Dios es grande y Mahoma es su profeta». Por consiguiente, el personaje no es Mahoma sino un musulmán emblemático. El objetivo del turbante-bomba es asociar su imagen con la de un terrorista. Este mensaje estigmatiza a los musulmanes en su conjunto y constituye una instigación al odio castigada por la ley en cualquier sociedad democrática.

O sea, se habla indebidamente de las «caricaturas de Mahoma» cuando en realidad se trata de caricaturas sobre los musulmanes [13].

En un primer momento, parecía indudable para el tribunal que no se trataba de una crítica hacia una religión sino de una injuria y/ó difamación contra un grupo de personas por causa de la supuesta pertenencia de estas últimas a una religión. En efecto, el tribunal no aceptó una denuncia de una asociación religiosa que quería defender a las personas que creen en el Islam, pero si aceptó las de la GMP y la UOIF ya que los estatutos de esas dos asociaciones incluyen la defensa de los derechos de sus miembros como miembros de la sociedad y no como creyentes. Sin embargo, en un segundo tiempo, el presidente del tribunal dejó que la vista se desarrollara como si se tratara de un juicio sobre el derecho a criticar el Islam.

En este caso, ya se sabe, en este momento, que los principales protagonistas mintieron (el Jyllands-Posten en cuanto a sus objetivos, el primer ministro danés en lo tocante a los reclamos de los embajadores árabes, la Sociedad Islámica de Dinamarca sobre el carácter de las caricaturas y Abu Laban sobre su propio compromiso político). También se sabe que todos estos protagonistas están vinculados a la administración de Estados Unidos, que se dedica a promover la «guerra de civilizaciones».



Thierry Meyssan
Red Voltaire
febrero 2007
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NOTAS:
[1] «Procès d’un autre âge», editorial, Le Monde, 7 de febrero de 2007.
[2] «La "guerra de civilizaciones"» por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de diciembre de 2004.
[3] ENAR Sshadow report 2004 Danemark, ENAR, pp. 40-43.
[4] «Daniel Pipes, experto del odio», Red Voltaire, 12 de julio de 2005.
[5] «La Unión Europea autorizó por escrito las prisiones secretas de la CIA desde enero de 2003», Red Voltaire, 15 de diciembre de 2005.
[6] «Europe and America must stand united», The Times, 29 de enero de 2003. Ver análisis en «La crise irakienne divise l’Europe entre atlantistes et indépendantistes», Voltaire, 30 de enero de 2003.
[7] Karikaturkrisen. En undersøgelse af baggrund og ansvar por Toger Seidenfaden y Rune Engelbreth Larsen, Gyldendal, København 2006.
[8] Tercer informe sobre Dinamarca, aprobado el 16 de diciembre de 2005 y dado a conocer el 16 de mayo de 2006, ECRI, Consejo de Europa.
[9] Ahmad Abu Laban murió de cáncer el 1º de febrero de 2007.
[10] «Enemies bought, friends sold: John Laughland The Uzbek upheaval is seen as a ’people power’ movement but is likely to cement US control of the region», The Guardian, 19 de mayo de 2005
[11] «Venderle a la izquierda el “choque de civilizaciones”» por Cédric Housez, Red Voltaire, 5 de septiembre de 2005.
[12] «Choque de civilizaciones: el viejo cuento del “nuevo totalitarismo”» por Cédric Housez, Red Voltaire, 25 de septiembre de 2006.
[13] Sólo uno de los dibujos del Jyllands-Posten representa a Mahoma. Pero no se trata de una caricatura. Es el único dibujo destinado a ilustrar un libro para niños.

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