por: Tito Andino U.
Con el caos reinante en Ucrania, Europa y los Estados Unidos pretenden silenciar y hacernos olvidar el trágico pasado reciente, este año se conmemora el septuagésimo aniversario del final de la segunda conflagración mundial, del triunfo de la razón contra la cosmovisión fantasmagórica del nuevo orden mundial hitleriano que pretendía implantar su ideología destructiva de nuestra civilización y llevarnos a una supuesta paz, prosperidad y evolución en un Reich que perduraría mil años.
Persiste en el presente aquellas cenizas no
apagadas del odio, intolerancia y sinrazón, por la mente de los fanáticos
políticos ultraderechistas ucranianos se pasea el anhelo frustrado de sus
ideólogos, que inculcaban un nacionalismo tan atroz como la pseudo filosofía
nazi. Sus actuales herederos anhelan y rememoran ese pasado, para ellos
glorioso, que mancilla la dignidad humana y lo reemplaza por un culto que
proclama el advenimiento de una cultura y raza superior, el resurgir del
fascismo en su esencia más macabra, el nazismo.
Los mal llamados
“revolucionarios” del Maidán representan
el germen que pretende inocular a toda la sociedad ucraniana ese virus del
pasado, afortunadamente, el pueblo de Ucrania no comparte ese credo y rechaza
el envenenamiento de la conciencia colectiva. Es lógico que el poder actual
(Presidente Petro Poroshenko ) que
heredó de manos de un grupo ilegal, que a su vez asumió el control del país
arbitrariamente, tiene la capacidad de
arrogarse ’’el sentir popular”, pero la sociedad ucraniana, inclusive la
afín a occidente, física e
ideológicamente, partidaria de la incorporación a la Unión Europea, no tolera
los excesos de la doctrina nazi que el auto proclamado gobierno de Kiev pregonó
en sus espectrales marchas con antorchas que evocaron las obscuras noches
hitlerianas y esas demostraciones continúan a vista y paciencia de la comunidad
internacional.
La no intromisión y el poco interés de la mayoría de ucranianos occidentales, en los acontecimientos que provocaron el cambio de gobierno, es la regla. Los radicales extremistas de derecha, mejor conocidos como los “revolucionarios del Maidán”, entre los principales grupos cabe recordar al “Pravy Sector” (Sector Derecho) y “Svoboda” (Libertad) y otras organizaciones acólitas con fuerzas de choque, por numerosas que sean, no representan el pensamiento colectivo de las poblaciones occidentales de Ucrania, que no desearon ni remotamente que se orqueste una lucha represiva contra los habitantes de las regiones orientales de tendencia prorusa, quienes amenazados en su identidad, producto de la estupidez política de estos pseudo “revolucionarios”, hoy proclaman la federalización o independencia de Ucrania para que sus derechos políticos, lingüísticos y territoriales sean respetados.
AP/ Sergei Chuzavkov
Las fuerzas armadas del país a regañadientes se han movilizado y tomado partido (miles de soldados rasos se han negado atacar a ciudadanos del este de Ucrania), no en respaldo de los fascistas ungidos a si mismos como gobierno, sino para preservar la unidad territorial del estado, la policía se ha negado en múltiples ocasiones a reprimir con armas de fuego a los partidarios del federalismo e independentistas, las poblaciones civiles locales han contenido y apaciguado a las unidades militares y policiales dispuestos a mancharse de sangre. El régimen no tuvo y sigue sin tener otra opción que no sea recurrir a sus grupos extremistas, las autoridades de Kiev reclutan grupos paramilitares neonazis para incrementar sus contingentes en la bautizada “Guardia Nacional” (Dnieper, Donbass, entre otros grupos) o en las agrupaciones del Ministerio del Interior como el Batallón Azov, famosos por ser los “hombres de negro” que hacen el trabajo sucio de represión.
Seamos claros:
Sin la movilización del ‘Sector Derecho’ y otras milicias de matones armados como los ‘Patriotas de Ucrania’, las ‘Autodefensas del Maidán’, ‘Svoboda’, ‘14ª Centuria’, ‘Asamblea Social Nacionalista’ o de un grupo conocido como ‘UNA-UNSO’ (Asamblea Nacional de Ucrania adiestrada por la OTAN en el 2006 en Estonia), entre otros, que vigilan la actuación de la policía y fuerzas armadas, el actual gobierno del Presidente Poroshenko no existiría, como tampoco hubiese existido el gobierno títere e ilegitimo del interino primer ministro Yatseniuk y del ex presidente interino Turchynov; y, sin la movilización armada de los hombres de las antorchas y uniformes hitlerianos, Kiev no podría reprimir la rebeldía de las regiones orientales, sin mencionar la garantía de apoyo logístico en armas, medios financieros y humanos (mercenarios) que ofrece Estados Unidos y la Unión Europea, sin ellos el gobierno de Kiev tambalearía y los radicales de derecha continuarían fantaseando y añorando su tan codiciado sueño, su estado fascista.
Igual que ayer, hoy los “revolucionarios del
Maidán” actúan como instrumento del nuevo fascismo encubierto por el complejo
militar industrial, por las multinacionales y financieras globalizadoras, los
nazis de Kiev son necesarios para el poder oculto en las sombras y cuando dejen
de ser útiles serán rechazados y suprimidos, como uno de sus jefes, el
ultranacionalista Alexader Muzychko alias 'Sashko Biliy'.
De triunfar o no, los nazis ucranianos no tienen
futuro, ellos lo saben, sin embargo se empeñan en continuar el trabajo sucio,
al fin y al cabo, como dicen los genetistas, la memoria atávica perdura, en
este caso, un buen fascista lo es con garrote y pistola en la mano y celebrando
los natalicios de sus execrables ejemplos de pureza racial de antaño.
Todo el mundo debe
comprender que los Estados Unidos y la Unión Europea no defienden la integridad
de Ucrania. Así como nos mintieron ayer con la cruzada por impartir la
democracia en Irak, Afganistán, Libia, Siria y un largo etcétera, hoy acuden
‘patriótica’ y ‘desinteresadamente’ a socorrer Ucrania, seguramente de las
“fuerzas del eje del mal”. Los globalizadores son aves de rapiña, en este caso
buenos depredadores de los recursos naturales de las naciones, una vez saciada
su sed de riqueza, las abandonan en “democracia”.
Foto/
AFP El senador norteamericano John
McCain en Ucrania apoyando al líder fascista de Svoboda, Oleg Tiagnibok y al
Primer Ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk.
Pero, también el mundo debe comprender que no es solo el apoderamiento de la riqueza de los estados lo que buscan las elites del poder mundial, la globalización es la meta primordial de norteamericanos y pan europeístas, mas, para conseguirlo, previamente, Rusia debe ser destruida económica, política y socialmente, imperativamente el objetivo final es aplastar a Rusia y para ello deben allanar el camino destruyendo Irán y Siria como objetivos secundarios para acorralar al oso ruso, por eso es importante Ucrania, solo así el imperialismo conseguirá implantar su modelo unipolar. Veladamente Barak Obama ya amenazó a Rusia por la crisis ucraniana al haberse colocado del “lado equivocado de la historia”…
Pero, también el mundo debe comprender que no es solo el apoderamiento de la riqueza de los estados lo que buscan las elites del poder mundial, la globalización es la meta primordial de norteamericanos y pan europeístas, mas, para conseguirlo, previamente, Rusia debe ser destruida económica, política y socialmente, imperativamente el objetivo final es aplastar a Rusia y para ello deben allanar el camino destruyendo Irán y Siria como objetivos secundarios para acorralar al oso ruso, por eso es importante Ucrania, solo así el imperialismo conseguirá implantar su modelo unipolar. Veladamente Barak Obama ya amenazó a Rusia por la crisis ucraniana al haberse colocado del “lado equivocado de la historia”…