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08 septiembre 2025

Lecciones de historia económica para la "superioridad moral" de Europa




por Tito Andino


Del “Sistema Continental” de Bonaparte a las sanciones antirrusas de la UE  

 

¿Para qué todo esto? ¿Infligir una derrota estratégica a Rusia? Desde Bruselas nos mienten diciendo que la inversión en Ucrania es una inversión por la "paz", pero esa "inversión" es a costa de la seguridad social de los europeos, a la vez que pretenden robar los activos rusos depositados en bancos europeos.

Los medios atlantistas exigen a Rusia asumir su culpabilidad, haciéndose de la vista gorda de que fue Ucrania quien atacó durante muchos años a sus propios ciudadanos del Donbass. Rusia viene proponiendo desde décadas tratados para la Seguridad Colectiva en Europa, incluso la federalización de Ucrania que garantice la estabilidad de las regiones ruso parlantes, Rusia advirtió que ignorar sus intereses llevaría a una crisis. Se rieron de ella y ahora se culpa a quien durante decenios evitó que se viva el escenario actual. Solo en la sede de la Unión Europea se cree que no hay problemas, cuando los europeos de a pie tienen que afrontar elevados precios de gas y electricidad para sus hogares, aumentó más del doble; también repercutió en la producción industrial de Alemania donde se ha reducido casi al 10%, Francia ha perdido decenas de miles de puestos de trabajo en el sector energético y el Reino Unido registra niveles récord de inflación en medio siglo. Pero no, von der Leyden y sus amigos dicen cínicamente, amparados en su "superioridad moral", que todo marcha por el sendero correcto hacia la "paz"

Esa "superioridad moral" es celebrada por gente como el británico David Lammy, ministro de justicia del Reino Unido (y ex ministro de asuntos exteriores), quien sigue atizando la brasa para saquear los activos rusos y dárselos a Ucrania. Ha celebrado una última transferencia de 1.300 millones de dólares de los intereses de los activos rusos confiscados en Europa para continuar la guerra de Ucrania. Esas transferencias arbitrarias autorizadas por Londres y otros países de la UE hacia Ucrania ascienden hasta ahora a 11.000 millones de dólares. Parece poco, más, la "moral superior" de Europa ha clavado el ojo de la codicia en el real botín, 300.000 millones rusos de dólares congelados que desean se confisquen en su totalidad.

Inventar "legalidades" para este robo es lo que busca Bruselas en sus "debates", convencidos de que no acarreará consecuencias para la futura seguridad financiera de Europa. La UE quiere saltarse las legislaciones nacionales, leyes comunitarias europeas y el derecho internacional ¿Por qué recurrir al robo? porque los "moralistas superiores" de Europa afrontan un déficit de alrededor de 60.000 millones de dólares que no pueden cubrir para seguir manteniendo la guerra.

No existe precedente jurídico en el mundo para ejecutar tal atraco, ninguna ley que puedan aducir. Tendrían que declarar la guerra a Rusia para apoderarse del "botín de guerra". Cómo no se atreverán a eso, la Comisión Europea deberá presentar un plan. Mecanismos se barajan, hablan de transferir los activos rusos a una sociedad instrumental SPV gestionada por Bruselas, es decir, un nuevo fondo que debe contar con el respaldo de la mayoría de los estados del bloque comunitario y garantes que no pertenezcan al mismo, presumiblemente Estados Unidos, Australia o Canadá. (SPV, conocida como Sociedad con Cometido Específico o Entidad con Cometido Específico. Es una especie de sociedad de cartera pasiva creada para mitigar el riesgo financiero y jurídico mediante la delimitación de activos y pasivos específicos. Se considera “alejada de la quiebra” debido a su identidad jurídica separada que garantiza el aislamiento si ocurre lo contrario con esas entidades jurídicas).

No obstante, para que opere el robo, CDD Euroclear, Bélgica, donde se encuentra la mayoría de los activos rusos inmovilizados en Europa, dejó claro que no asumirá los riesgos sola. Es por eso que la "superioridad moral" de Europa se conforma -por el momento- con ir extrayendo de a poco los intereses de los activos rusos, que no son privados, son fondos del Banco Central de Rusia, y conforme las leyes y regulaciones internacionales, los fondos de los bancos centrales gozan de inmunidad, están protegidos. Puede que, por alguna razón -en este caso la guerra en Ucrania- justificara un congelamiento de activos rusos, pero estos deben mantenerse en esa condición: permanecer inmovilizados. El mero hecho de que los intereses se destinen a Ucrania es ya un robo; para ser menos duros, es ilegal la incautación y el uso de los ingresos generados de los fondos rusos retenidos.  

Las acciones que promueve la "superioridad moral" de Europa acabará con el sistema de confianza y legalidad para proteger y respaldar los recursos estatales, trastornará para mal la economía mundial porque no es otra cosa que politizar el sistema financiero. Como dicen los analistas, es "un suicidio geopolítico de consecuencias catastróficas".

La expectativa está en saber ¿cómo va a reaccionar Rusia? ¿quién va a pagar las consecuencias?... ¿los británicos, la Unión Europea, los ucranianos en especies (territorios)? y, no nos referimos a los territorios que Rusia reivindica como parte de su integridad territorial, confirmados por referéndum (Donbass, Zaporiyia, Jerson, Crimea), en realidad serán los territorios que están bajo la jurisdicción del régimen de Kiev, como las regiones de la antigua Novarrusia (Odessa, Nokolaev y otros). Una cosa es cierta, en Moscú no se molestarán en acudir a tribunales ostensiblemente controlados por el poder occidental. "¿Para qué gastar tinta en papeles si se puede cobrar en tierra firme?", señala un medio alternativo. 

Sobre los británicos, Dimitri Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, ante la imposibilidad de que compensen a Rusia por los robos, "propuso confiscar los bienes muebles e inmuebles de la propia corona o la incautación de las joyas de la corona británica, todavía hay suficientes de esas en diferentes lugares, incluso en Rusia". Señaló que cualquier incautación ilegal de fondos rusos congelados o de ingresos generados a partir de ellos se convertirá en territorio adicional y otras propiedades de Ucrania, dejando marcado el camino que usará Rusia como una compensación urgente y ejemplar, los ladrones pagarán en especies. Medvedev tachó a Ucrania de país 404, un estado fallido, sin personalidad jurídica, sin soberanía real, un estado que ha dejado de existir y que solo se sostiene gracias al apoyo de las potencias occidentales. De persistir la ambición británica-UE, Ucrania podrá considerarse -literal- un botín de guerra para los rusos. Para ser más claros, dada la probable inexistencia de Ucrania como sujeto de derecho internacional, cualquiera de sus territorios puede ser tomado por Rusia como una compensación lógica y legítima debido a los robos en que incurre la "superioridad moral" de los dueños de la Unión Europea y sus socios del eterno corsario británico.


Dicho lo anterior, revisemos dos fundamentales razonamientos históricos y económicos que Europa se niega aceptar, empecemos por la actualidad.


Jefes de Gobierno de la Unión Europea, que no es lo mismo que jefes de estado de los países de Europa. António Costa: (Presidente del Consejo Europeo); Ursula von der Leyen: (Presidenta de la Comisión Europea); y, Kaja Kallas: (Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad). (Photo: AP, derechos de autor).


“Señorías, den un paso al frente para presenciar el mayor espectáculo de la Tierra: el espectacular circo de tres pistas del masoquismo económico de la Unión Europea, donde todas las políticas están diseñadas para perjudicar a los europeos mientras ayudan a todos los demás, y los maestros de ceremonias se dan palmaditas en la espalda por su superioridad moral mientras la carpa se quema a su alrededor”.

Así inicia un interesante y esclarecedor artículo de la crisis moral de “nuestros” líderes de la UE. A propósito, ¿quién les eligió para ocupar las máximas instancias de ese monstruo burocrático llamado Unión Europea? El reciente artículo en mención titula “How to Bankrupt a Continent and feel morally superior about it”, que literalmente se traduce “Cómo llevar a un continente a la bancarrota y sentirse moralmente superior”.

Comienza analizando a Francia. “¿Por qué aprender de los errores cuando puedes repetirlos con creciente entusiasmo?”, las autoridades financieras francesas han hecho “desaparecer 44.000 millones de euros del gasto del gobierno francés mientras que de alguna manera espera que los votantes franceses aplaudan. Quién necesita ajustes por inflación cuando tiene claridad moral, Francia continúa enviando tres mil millones de euros en ayuda militar a Ucrania. Es el tipo de gimnasia matemática que haría llorar de envidia a un acróbata de circo”.

Viene Alemania, Friedrich Merz interpreta el acto de “Contradicción del bienestar alemán”, ¡declara que el sistema de bienestar de Alemania es “financieramente insostenible” y al mismo tiempo lo expande! Es una hazaña de imposibilidad lógica que desafía las leyes de las matemáticas, la economía y el razonamiento humano básico. El sistema está matemáticamente condenado: Para 2050, Alemania tendrá un promedio de 1,3 trabajadores que mantendrán a cada jubilado. Al mismo tiempo implementan 11 mil millones de euros en recortes internos y “solo” han recortando la ayuda a Ucrania en 4 mil millones de euros. 

“La pura audacia es impresionante. El gobierno de Merz les dice a los alemanes que no pueden permitirse mantener su propia red de seguridad social mientras les da lecciones sobre sus obligaciones morales de financiar guerras extranjeras”.

Y la Comisión Europea: Más paquetes de sanciones -estamos ya ante el decimonoveno- que en nada afectan a los rusos, al contrario, los enriquecen, Rusia está ganando más que antes de que iniciaran las sanciones, en contraparte, esos paquetitos de sanciones perjudican a los europeos por la pura incompetencia burocrática.

En lugar de comprar gas ruso directamente por un euro, los europeos ahora compran el mismo gas ruso a través de intermediarios por cuatro euros. Los tres euros adicionales se destinan a las ganancias rusas y las tarifas de los intermediarios, mientras que los europeos se felicitan por su pureza moral. ¡Es genial! ¿Por qué pagar precios normales cuando puedes pagar precios cuádruples por el mismo producto mientras financias el cofre de guerra de tu enemigo?

La verdadera obra maestra es la estafa de la independencia energética. Los líderes europeos han logrado la notable hazaña de hacer que Europa dependa completamente del GNL estadounidense que cuesta cuatro veces más que el gas ruso, al tiempo que lo llaman "autonomía estratégica". Los ejecutivos estadounidenses se ríen literalmente en sus aviones corporativos mientras vuelan entre reuniones con funcionarios rusos sancionados y sesiones de venta de gasolina sobrevalorada a tontos europeos”. Las empresas estadounidenses están negociando en secreto para volver a los proyectos rusos, al mismo tiempo, venden a los europeos GNL premium para reemplazar el gas ruso. Los únicos ganadores están a la vista: los accionistas estadounidenses y las arcas estatales rusas.

Los burócratas de Bruselas pueden sentirse bien con su claridad moral mientras el continente se desindustrializa, mientras ven cómo sus industrias huyen a China y Estados Unidos. Se ha creado sistemas de bienestar que atraen a más beneficiarios que contribuyentes, sistemas insostenibles que los líderes europeos se niegan a reformar porque aparentarían racismo.

En conjunto, sobre las ayudas a Ucrania, esa es “la joya de la corona de la estupidez europea: están implementando 100.000 millones de euros en austeridad interna anual mientras envían 162.000 millones de euros en ayuda a Ucrania. Los europeos están recortando sus propios gastos para financiar aventuras militares en el extranjero a las que la mayoría de los europeos se oponen” (encuestas revelan que el 61% de los europeos piensa que sus países van en la dirección equivocada).

Es la operación de señalización de virtudes más costosa en la historia de la humanidad”. Decenas de millones de europeos se enfrentan a la pobreza y sus gobiernos envían miles de millones al extranjero. Bruselas sigue encontrando dinero para aventuras en el extranjero mientras declara insostenible el gasto interno (altos costos de la vivienda, inflación de los alimentos, facturas de energía que destruyen la competitividad industrial…)

Para rematar, “Papá” (Donald Trump) exige a Europa invertir 600.000 mil millones de dólares en los Estados Unidos para solventar su propia crisis económica y que Europa - OTAN asuma el aumento del gasto en defensa por país del 5%, gasto que, evidentemente, va para el complejo militar industrial de los EEUU.

Los ciudadanos de Europa nos percatamos de estas jugarretas, ¿pero, y los “líderes” de Europa?... contentos con su “pureza moral”. El proyecto europeo se ha convertido en un pacto suicida continental disfrazado de liderazgo moral. “La historia se maravillará de cómo los líderes europeos lograron convertir el continente más rico del mundo en una advertencia sobre los peligros de la postura moral sobre la gobernanza práctica. Han logrado lo imposible: empobrecer a los ciudadanos europeos mientras enriquecen a sus enemigos, todo mientras se felicitan por su superioridad ética”.

“Bravo, Europa. Has convertido el gobierno continental en arte escénico, y la actuación es una tragedia disfrazada de obra de moralidad”.

Una verdadera lección de historia económica que, sin embargo, la Unión Europea está repitiendo, fue escrita hace más de 200 años, “nuestros” líderes (sigo insistiendo, ¿quién les eligió?) no han aprendido nada de esa experiencia. Revisemos.


El sistema continental de Napoleón y el costo humano de la guerra económica

 

           Retrato de Napoleón Bonaparte generado por IA


por Tyler Turman

Mises Institute (mises.org) / agosto 2025


Hace doscientos cincuenta y seis años, nació una de las figuras más importantes de la historia. Napoleón Bonaparte, emperador de los franceses, amo de Europa. El pequeño cabo, pasó de ser un oscuro niño corso a redibujar el mapa de todo un continente y dejar un legado que continúa reverberando a través de los siglos y dando forma a nuestro mundo actual. Hay muchos nombres y títulos que podemos darle al difunto genio militar, pero el astuto estratega económico no es uno de ellos.

Entre los muchos errores que definieron la eventual caída de Napoleón, pocos fueron tan ambiciosos y catastróficos como el Sistema Continental, un embargo comercial diseñado para paralizar la economía británica. Lo que siguió fue una de las lecciones más completas de la historia sobre por qué las sanciones comerciales fracasan e inevitablemente dañan a la gente común más que a sus objetivos previstos.

En noviembre de 1806, Napoleón había conquistado o se había aliado con todas las potencias importantes del continente europeo, con notables victorias contra los austriacos, prusianos y rusos en las guerras de la Tercera y Cuarta Coalición. Gran Bretaña, el enemigo más firme de Napoleón, era el único oponente que le quedaba. Después de la sorprendente victoria del almirante británico Nelson sobre la armada franco-española en la batalla de Trafalgar, que confirmó el dominio británico de los mares, Napoleón se dio cuenta de que una invasión de Gran Bretaña era imposible. En lugar de derrotar a los británicos en tierra, Napoleón, siguiendo un patrón repetido por los gobiernos a lo largo de la historia, recurrió a la guerra económica.

Con la esperanza de matar de hambre a su enemigo irreconciliable para que se rindiera, Napoleón instituyó el Sistema Continental con el Decreto de Berlín de 1806, que proclamaba que "todas las Islas Británicas están declaradas en estado de bloqueo", prohibiendo a Francia o a cualquiera de sus aliados importar productos británicos a Europa. Napoleón intensificó el embargo con el Decreto de Milán de 1807 al ordenar la incautación de cualquier barco que comerciara o navegara desde cualquier puerto británico, incluso si el barco pertenecía a un país neutral. Napoleón, en resumen, buscó criminalizar el comercio con Gran Bretaña en toda Europa continental.


El Sistema Continental o Bloqueo Continental fue una audaz estrategia económica implementada por Napoleón Bonaparte en 1806 durante las Guerras Napoleónicas. Con el objetivo de socavar la fortaleza económica de Gran Bretaña, Napoleón buscó aislar a las Islas Británicas mediante la imposición de un embargo comercial integral en todo el continente europeo. Interpretación Mapa del Imperio Francés 1812. (Mapa de Wiki)

  Administrado directamente        Sistema continental       Aliados o dependendientes de Francia


En teoría, la guerra comercial de Napoleón parecía lógica. Gran Bretaña dependía en gran medida del comercio para mantener su posición como superpotencia mundial. Una política de exclusión, sacando a los británicos del mercado europeo, donde se vendía el 37,8 por ciento de sus bienes nacionales y el 78,7 por ciento de sus reexportaciones, habría devastado su economía. Al cortar el comercio británico con sus socios comerciales vitales (Rusia, Suecia, Portugal, Hamburgo y los Países Bajos), Napoleón también esperaba utilizar el vacío comercial para reforzar la industria francesa redirigiendo la demanda hacia un bloque comercial imperial estrechamente controlado en el que Francia era el principal productor y beneficiario. Con la mayor parte de Europa occidental y central bajo su control tras el Tratado de Tilsit, si alguien podía orquestar un embargo tan amplio, era el propio dueño de Europa.

Sin embargo, la realidad era muy diferente, y la guerra comercial finalmente devastó a Francia y sus aliados a través de cadenas de suministro tensas, contrabando generalizado, bloqueos inaplicables y guerras ruinosas.

Desde el principio, la superioridad naval británica hizo que el Sistema Continental fuera en gran medida ineficaz debido a la incapacidad de Napoleón para hacer cumplir el embargo o evitar que los barcos británicos llegaran a los puertos europeos. Los miembros del gobierno británico literalmente se rieron de la política de Napoleón, declarando que bien podría haber bloqueado la luna ya que Francia apenas tenía un barco en el océano para hacer cumplir su orden, luego de su derrota en Trafalgar.

Si bien los británicos podían bloquear efectivamente los puertos franceses con su flota, las medidas coercitivas y explotadoras de Napoleón en tierra se enfrentaron a la tarea imposible de monitorear miles de millas de costas europeas con agentes de aduanas. Sin una forma de hacer cumplir el bloqueo en el mar, el sistema demostró ser extremadamente poroso y prosperó el comercio ilícito a través del contrabando y los mercados negros. A los europeos les gustaba los productos británicos, lo que les daba a los contrabandistas el incentivo para evadir las restricciones a través de lugares como España, Portugal, Dinamarca y puertos a través de las costas del Adriático y el Mediterráneo. En resumen, el Sistema Continental era poco más que un bloqueo de papel que mató de hambre al imperio de Napoleón mucho más que a su adversario británico.

Francia, mientras tanto, se enfrentó a una escasez crítica de algodón ya que la mayoría de sus fabricantes cerraron sus fábricas. Las industrias francesas que dependían del comercio exterior colapsaron, con el 80% de las refinerías de azúcar en Burdeos y más del 65% de las 1700 empresas textiles en París cerrando en 1809, mientras que las industrias de construcción naval y refinación de azúcar en Nantes y Ámsterdam nunca se recuperaron por completo. Los ingresos aduaneros cayeron de 60,6 millones de francos en 1807 a 11,9 millones en 1809. La inflación se disparó en todo el continente a medida que los productos básicos como el azúcar, el café, el tabaco, la seda y el algodón se enfrentaban a una escasez crónica.

La agitación económica provocada por el Sistema Continental fue tan grande que, cuando Francia y sus aliados comenzaron a eludir el sistema, las poblaciones locales no solo lo toleraron, sino que lo celebraron. El contrabando incluso se consideraba un oficio útil y una ocupación honorable, en la medida en que evitaba la ruina del estado. El propio Napoleón finalmente reconoció el fracaso del sistema en 1811, cuando el Decreto St. Cloud abrió el suroeste de Francia y la frontera española al comercio británico, lo que en sí mismo fue una admisión tácita de que el bloqueo perjudicó a la economía francesa más que a la británica.

En los años posteriores al Decreto de Berlín, Holanda, Heligoland, Trieste, Gibraltar, Salónica, Sicilia y Malta se convirtieron en centros de contrabando y contrabando. A los pocos meses del Decreto de Berlín, 1.475 barcos llegaron a Hamburgo sin impedimentos, transportando cargamentos con mercancías británicas estimadas en 590.000 toneladas. El comercio ilícito entre Gran Bretaña y Holanda tuvo un valor de más de 4,5 millones de libras esterlinas entre 1807 y 1809, y los barcos comerciales británicos evitaron las sanciones volando bajo banderas falsas. En 1809, Gran Bretaña exportó bienes por valor de 10 millones de libras esterlinas al sur de Europa a través del contrabando. En 1811, más de 800 barcos de contrabando operaban solo en el Mediterráneo. En resumen, al impedir el comercio oficial, que al menos podría haber sido gravado, Napoleón solo logró estimular el surgimiento de mercados negros.

Todo este contrabando coincidió con las acciones hipócritas de las élites políticas francesas, incluida la emperatriz Josefina, que continuó comprando los mismos lujos británicos prohibidos a los ciudadanos comunes. Los agentes de aduanas demostraron ser notablemente susceptibles a los sobornos, y algunos de los alguaciles de Napoleón cosecharon los beneficios del contrabando en el mercado negro. El mariscal Massena ganó tres millones de francos con el contrabando mientras estaba estacionado en Italia; el mariscal Murat, nombrado rey de Nápoles, regularmente hacía la vista gorda ante las operaciones de contrabando; El mariscal Bernadotte, nombrado príncipe heredero de Suecia, desafió abiertamente el Sistema Continental en 1812 al abrir el comercio con Rusia. Incluso el propio hermano de Napoleón, el recién bautizado rey de Holanda, Luis Bonaparte, dejó de hacer cumplir el bloqueo porque vio lo dañino que era el bloqueo para los medios de vida de sus súbditos. Napoleón pasó a anexar Holanda después de la debacle, y más tarde anexó Hamburgo por problemas similares. En guerras comerciales como el Sistema Continental, la gente siempre pierde, mientras que los arquitectos de tales políticas encuentran formas de escapar de las consecuencias de su propia creación.


Una ilustración satírica de la Escuela Francesa de 1807, grabado en color. El ministro inglés leyendo el decreto imperial a Jorge III (1738-1820) declarando que las Islas Británicas están sujetas a un bloqueo. 21 de noviembre de 1807. Biblioteca Nacional, París, Francia / Bridgeman Images



Debido a que Napoleón no tenía forma de hacer cumplir el bloqueo, el incumplimiento por parte de las naciones aliadas y neutrales erosionó aún más el sistema y obligó a Napoleón a luchar contra una serie de intervenciones militares cada vez mayores que finalmente destruyeron su imperio. Cuando Portugal se negó a unirse al sistema, Napoleón lanzó una campaña ruinosa en la Península Ibérica que, después de una guerra posterior en España, mató a más de 200.000 soldados franceses durante seis años y minó a Francia de hombres, armamentos y recursos valiosos. En 1810, Rusia, después de haber disfrutado de décadas de comercio mutuamente rentable con Francia, comenzó a desafiar el Sistema Continental. Esto condujo a la desastrosa invasión de Rusia por parte de Napoleón en 1812, que se cobró más de 500.000 bajas, paralizó la Grande Armée y provocó un sufrimiento incalculable para la población civil de Europa Oriental y Central, que se vio obligada a soportar brutales campañas en Europa del Este y Alemania.

El Sistema Continental fue mucho menos dañino para Gran Bretaña que para Francia y sus aliados, que sufrieron terriblemente por el bloqueo. Si bien las contramedidas de Napoleón causaron un estancamiento en el comercio británico con el continente, Gran Bretaña compensó la pérdida diversificando sus redes internacionales, abriendo nuevos mercados en otras partes del mundo. Las exportaciones británicas incluso aumentaron de 37,5 millones de libras esterlinas en 1804-06 a 44,4 millones de libras esterlinas en 1814-16 y, a pesar de los esfuerzos de Napoleón, el PIB de Gran Bretaña aumentó cada año bajo las sanciones, mientras que las industrias en el continente sufrieron debido a la falta de materiales que antes proporcionaban los comerciantes británicos.

Ningún gobierno puede vigilar el comercio en vastos territorios cuando las poblaciones locales dependen del comercio para sobrevivir. En un nivel básico, Napoleón no pudo hacer cumplir el bloqueo y, lo que es más importante, de hecho, las poblaciones locales no querían imponerlo. Napoleón necesitaba que todos los estados aliados, anexionados o clientes cesaran por completo el comercio con Gran Bretaña, mientras que el bloqueo naval británico convencional era suficiente para lograr sus propios fines. Aunque el Sistema Continental fue diseñado para aislar y paralizar el poder económico británico y fortalecer la hegemonía de Francia, no logró ninguna de las dos cosas y resultó mucho más perjudicial para los franceses que para los británicos, y dejó a los ciudadanos comunes de ambos partidos en peor situación que los demás.

El Sistema Continental se erige como el experimento más completo de la historia en guerra económica, y su fracaso más definitivo. A medida que los líderes contemporáneos continúan lidiando con las disputas comerciales, el desastre del Sistema Continental ilustra que las guerras comerciales a menudo son inaplicables, estratégicamente contraproducentes e invariablemente castigan a los vulnerables más que a nadie. Para evitar repetir los errores de la historia, los líderes deben priorizar la cooperación sobre la confrontación, minimizando el costo humano de la guerra económica.

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Fuentes:

Diversas publicaciones de la prensa escrita.

24 mayo 2025

"Peligro Amarillo" para el mundo ¿Lo es realmente China?



por Tito Andino


Importantes y esclarecedores reportajes sobre las "relaciones" chino-estadounidenses no son cosa del presente, mucho menos la guerra "arancelara" de Mr. Trump contra el "mundo", en particular contra China, esos son asuntos de vieja data e iniciaron no solamente con China sino con la denominada "raza amarilla" en general, un viejo ejemplo de racismo colonial euro-estadounidense que aun perdura en las regiones continental e insulares del Asia.

 

¿Recuerdan por qué inició el conflicto del Pacífico entre Japón y Estados Unidos en 1941?... Por supuesto, Japón demostró una política expansionista que amenazó los intereses económicos y territoriales occidentales en Asia, pero las duras sanciones económicas, restricciones comerciales, embargo petrolero, etc. dejó al Imperio del Japón sin alternativas, o se sometían a las exigencias de Estados Unidos o debían expandirse y apoderarse del Sudeste Asiático en previsión al agotamiento de sus reservas estratégicas, optaron por la segunda alternativa, es decir, la guerra. 



Revista Fortune, septiembre 1942. Ilustración del artista mexicano Miguel Covarrubias. El miedo al peligro amarillo (término peyorativo que inicialmente se dio a los inmigrantes chinos en los Estados Unidos a finales del siglo XIX) volvió a resurgir con fuerza tras el ataque japonés a Pearl Harbor (diciembre 1941). El “peligro amarillo” reflejaba en esa oportunidad un marcado sentimiento antijaponés. En EEUU (al entrar en guerra), sobre todo en los estados del Sur se conservaba un latente racismo, además, una segregación estricta hacia estadounidenses negros y latinos, sin garantías en lo que respecta a derechos civiles. En la gráfica, tomada de una página interior de la revista "Fortune", se explica el uso de estereotipos para representar al "peligro amarillo" (en esa oportunidad los japoneses), en la leyenda se dice: "Puede que no todos los japoneses tengan este aspecto siempre, pero la exageración es en todo momento un arma en manos de los caricaturistas. Covarrubias (el artista) conoce a los japoneses y, por lo tanto, ve el rostro del enemigo cuando se vuelve: el soldado dentudo, el capitalista y el comerciante, los oficiales de labios apretados, el sacerdote fanático, la geisha con forma de muñeca, el campesino sumiso y su esposa, quienes crían a los soldados que completan el ejército que realmente dirige Japón, el Dios Emperador"...


En la actualidad, en honor a la verdad y a la historia, no deberíamos desatar nuestra ira solamente en Trump, él solo cumple el sueño de los multimillonarios y las élites industriales estadounidenses que no se atrevieron en otros gobiernos a implantar las medidas que asume Trump, no como políticas innegociables, sino como medio de presión para sentar a gobiernos del mundo entero a “negociar” sobre aranceles, tratados de “libre” comercio, etc, que solamente benefician a la mayor potencia mundial (o ex potencia económica mundial).

 

Breves antecedentes

Antes de abordar el tema principal del presente hay que dar un repaso al como las potencias coloniales del siglo XIX y XX acabaron con el poderos estado chino que de a poco fue perdiendo soberanía en grandes regiones de su territorio. China brindaba muchas expectativas tanto para el comercio como para la explotación de la tierra debido a su debilidad, en la práctica dejó de ser un estado independiente, repartido por zonas de influencia de las potencias extranjeras. 

Quienes más empeño pusieron fueron los británicos, deseaban dominar la economía china, explotar sus recursos naturales, controlar el comercio, los ferrocarriles, etc. Recordemos las guerras del opio implementadas por el Imperio británico para sojuzgar a la población china desde 1839, el Tratado de Nanking de 1842, otorgó a los británicos el enclave de Hong Kong y una decena de puertos para el comercio exterior. Luego vendría más intereses europeos, entre otros de Francia, que decidieron arrebatar los territorios que habían pretendido en la zona, a eso añadimos el interés japonés, ruso, etc.



Ilustraciones sobre la guerra del opio


El nacionalismo chino reaccionó, a inicios del siglo XX (la rebelión de los boxers,1900-1901); en 1911 una revolución terminó con el imperio e instauró la República de China (La Revolución Xinhai o Revolución Hsinhai, puso fin a la última dinastía imperial de China, la dinastía Qing), las nuevas autoridades buscaron liberar a China de las injerencias extranjeras, además de reconstruir el país, pero bajo la “intermediación” de potencias extranjeras (Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Rusia, Japón y Francia).

La naciente República de China como luego la República Popular China apreciaron a la Revolución de 1911 de manera bastante diferente. “Ambas Chinas reconocen a Sun Yat-sen como el Padre de la Nación, pero en Taiwán, significa "Padre de la República de China". En la China continental, Sun Yat-sen es visto como el hombre que ayudó a derrocar a la dinastía Qing, una condición previa para el estado comunista fundado en 1949. La República Popular China ve la obra de Sun como el primer paso hacia la verdadera revolución en 1949, cuando los comunistas establecieron un estado verdaderamente independiente que expulsó a los extranjeros y construyó una potencia militar e industrial. El padre de la Nueva China es visto como Mao Zedong” (cita Wikipedia, entrada Revolución 1911)


Mao Zedong


Algo de historia de las relaciones chino-estadounidenses.

Muchos han lanzado la pregunta del ¿por qué Estados Unidos no luchó abiertamente contra los japoneses en China durante la segunda guerra mundial y así pudo haber mantenido cierta influencia en ese territorio?

En primer lugar, el Lejano Oriente era casi competencia “privativa” de los imperios coloniales europeos. Fue a raíz de que el Imperio del Japón les arrebatara importantes territorios en Asia y en el Pacífico, por ejemplo, Filipinas, la isla de Guam y de Wake (en aquel entonces territorios estadounidenses), las Islas Orientales Neerlandesas (Indonesia), los territorios británicos de Hong Kong, Myanmar (Birmania), Malasia, Singapur, y otras numerosas islas y territorios importantes como las Islas Salomón, Nueva Guinea, Formosa (hoy Taiwán) etc., por lo que Estados Unidos y sus ahora Aliados entraron en acción, pudiendo solo recuperarse de aquel golpe a mediados de 1942 al demostrar su superioridad industrial en el campo bélico.

Hoy solemos ignorar que Estados Unidos y China fueron aliados durante esa guerra y aunque no hubo una intervención militar masiva estadounidense en territorio chino, decenas de miles de tropas del US Army combatieron en el eje de campo de batalla conocido como "China-Birmania-India". Tras la invasión japonesa, el gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-shek optó por la resistencia en el interior, negándose a la rendición. La resistencia china conllevó a que se unieran a los Aliados en la guerra contra Japón. China, en su esfuerzo de guerra pudo retener en su territorio a un gran número de tropas japonesas indispensables en otros frentes.

Contingentes importantes de los ejércitos de Gran Bretaña, Mongolia y la Unión Soviética, así como tropas de los Estados Unidos (fuerza aérea secreta -los Tigres Voladores-) y de la Mancomunidad de Naciones se involucraron. Debe destacarse el rol de las tropas del Partido Comunista Chino (Mao) en el enfrentamiento contra los japoneses en el norte de China, ayudando a expulsarlos.

Tras Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945 el Ejército Rojo atacó a los japoneses en Manchuria. El avance soviético fue incontenible, en septiembre, los soviéticos se detuvieron en la entrada a Corea, ese mismo día (8 de septiembre), tropas estadounidenses desembarcaron en Inchon (Corea), era el primer aviso de la futura división de Corea.

Japón se rindió el 9 de septiembre, China recuperó Manchuria, Taiwán y las islas Pescadores, como había sido acordado en la Conferencia de El Cairo en 1943. El Kuomintang (gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-shek) fue reconocido por las Naciones Unidas, pero Mao Zedong y el Partido Comunista de China tenían mucho que decir, gracias a la Unión Soviética, incluso gracias a la anterior ayuda militar estadounidense. La guerra civil china se reactivó, los nacionalistas chinos huyeron a Taiwán en 1949 y la República Popular China obtuvo el puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.


En el presente

Para no hacer esta una interminable historia, retrocedamos solamente a la anterior administración estadounidense de Joe Biden. El destacado politólogo francés Thierry Meyssan destacaba en 2023 que el gobierno de Biden volvía a recordar el “peligro amarillo”, esta vez dentro del contexto económico (y no racista imperial como a fines del siglo XIX y todo el siglo XX), decía el decrépito mandatario:

“China robaría nuestras patentes, promovería la corrupción y destruiría el medio ambiente antes de imponer su régimen totalitario por la fuerza. Afortunadamente, Estados Unidos y la OTAN protegerían las democracias y la paz…” (China: ¿el “peligro amarillo” en serio?, 7 diciembre 2021)

Lo único cierto es que el nuevo proyecto de la “Ruta de la Seda” promovido por China es un logro absoluto, consecuencia del trabajo chino, no obstante los problemas y obstáculos que afrontan los países con que negocia, esas naciones si que han visto un progreso. ¿Qué opinan en Estados Unidos y en la UE luego de décadas de imposición de su inviable sistema de intercambio comercial? La reacción, sobre todo estadounidense es protestar y denunciar ante el mundo el retorno del “peligro amarillo” (el éxito chino). Para ahondar más la acusación contra el "peligro amarillo", que no es nueva, se lanza la alarma de una aparente alianza económica entre Chima y Rusia que intentará destruir la civilización cristiana, al menos esa variante de la historia corre desde 1910.




¿Por qué los proyectos y programas de “prosperidad” promovidos por Occidente para todo el globo no han rendido los supuestos frutos deseados? Las acciones para el "desarrollo" del Tercer Mundo a través de la AID desde hace más de medio siglo (tras la “descolonización”) han sido patéticos e intencionados fracasos socio económicos y políticos. Respuesta: A EEUU y la “democrática” Europa (UE) no les conviene el progreso y desarrollo de las naciones (neocolonialismo). 

La administración Biden, opuesta a su predecesor -Donald Trump- declaró que Estados Unidos “competirá” contra China, logró que el G7 se uniera a la lucha de las "democracias" para mantenerse por delante del sistema "totalitario" chino, y la Unión Europea gustosa impuso su contraproyecto “Global Gateway”.

Biden dirigió la “Cumbre Mundial sobre la Democracia”, a la cual -por supuesto- fue invitada Taiwán, “para dar sustancia ideológica a este enfrentamiento”; pero promover la democracia a toda costa tiene sus límites. El Gobierno estadounidense decidió acoger las primeras Cumbres por la Democracia debido a las dificultades a las que se enfrenta el mundo “libre” o la “democracia” mundial, como queramos llamarla.

En noviembre de 2022, desde la Casa Blanca se informó que Estados Unidos y más de cien gobiernos afines en el mundo tomaron medidas significativas para construir democracias más resilientes, combatir la corrupción y defender los derechos humanos… dicen trabajar juntos para resistir la agresión autoritaria, incluida la guerra no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania. Insisten en señalar el deseo “universal de una gobernanza responsable, transparente y respetuosa de los derechos”. La Cumbre apoyó a los medios “libres e independientes” a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE. UU. (USAID)…, protege a los periodistas física, digital y legalmente. USAID costeó la defensa de periodistas, activistas de la sociedad civil y sus organizaciones de difamación que lanzan calumnias para silenciar los informes de sus detractores, inclusive mediante demandas destinadas a silenciarlos. También se habló de la lucha contra la corrupción (Anticorrupción Global) para “garantizar” que los países cumplan con sus compromisos y obligaciones internacionales) …

Las Cumbres fueron más allá, exigieron y siguen exigiendo que Rusia rinda cuentas. En respuesta a la intervención militar en Ucrania por parte de Rusia, “Estados Unidos, en coordinación con aliados y colaboradores, lanzó en marzo el acuerdo multilateral Grupo de trabajo sobre Élites, Apoderados y Oligarcas de Rusia (REPO) para que los responsables y beneficiarios de la maquinaria de guerra de Rusia sean responsabilizados…”. Estados Unidos y sus colaboradores se comprometieron “impulsar el trabajo de los activistas y otros reformadores que trabajan en la primera línea de la renovación democrática”. Además, implementó la “Tecnología avanzada para la democracia”, Biden destinó recursos para “detener la ola de autoritarismo digital, promover una visión positiva para Internet y las tecnologías emergentes, y conectar a miles de millones en todo el mundo con tecnologías digitales e infraestructura respetuosas de los derechos e impulsadas por los valores”, avances tecnológicos que reafirman la democracia en países afines en África y Europa, etc. etc. (citas tomadas de “Hoja informativa: Cumbre por la Democracia: Avances en el Año de Acción”, US Department of State, 29 noviembre 2022).

Como se aprecia del discurso, salvando las diferencias, es un retorno oficializado a una nueva Guerra Fría, no solo en Europa sino en el mundo.

Decía Meyssan en su artículo mencionado, “en nuestra imaginación, la Guerra Fría fue entre la URSS atea y el Occidente religioso, o entre el comunismo y el capitalismo. En realidad, el objetivo era impedir que un bloque con una cultura de la solidaridad ejerciera influencia económica en el bloque dominado por los anglosajones, con una cultura individualista. Esta vez ya no se trataría de defender el derecho a la práctica religiosa y la libre empresa, sino de defender la democracia. En el fondo, se trata todavía de pintar una imagen caricaturesca de una potencia capaz de competir económicamente con los anglosajones, ayer la URSS, hoy China”. (Quiero dejar sentado, una vez más, que el sistema social implantado en la URSS fue un gran fracaso social).

El periodista Lothrop Stoddard acuñó la palabra "untermenschen" utilizada por los nazis, condenando una vieja alianza de chinos y japoneses contra el hombre blanco. Los anglosajones describieron ese momento político como la Caída de Tucídides, en referencia al antiguo historiador que escribió la historia de las Guerras del Peloponeso. En 2017, un famoso politólogo estadounidense, el profesor Graham Allison, explicó: “Lo que hizo que la guerra fuera inevitable fue el crecimiento del poder ateniense y el miedo resultante en Esparta”. De la misma manera, el desarrollo de China está provocando pánico en el "Imperio estadounidense", que se está preparando para la guerra. No importa que este razonamiento ignore las diferencias culturales y aplique un concepto griego a China. Washington está convencido de ello. Sabe que está amenazada por Pekín. (Destinados a la guerra: ¿Podrán Estados Unidos y China escapar de la trampa de Tucídides? , Graham T. Allison, Houghton Mifflin Harcourt (2017), citado por T. Meyssan)

Si el profesor Allison no hubiera sido uno de los asesores de Caspar Weinberger en el Pentágono en la década de 1980, y si hubiera tenido mejor formación, habría comprendido que los chinos no razonan en absoluto como los estadounidenses. Habría escuchado a Beijing protestar contra cualquier proyecto competidor y defender acuerdos en los que todos ganen. No habría entendido esta fórmula en el sentido anglosajón, sino en el chino, para asegurar el éxito de uno sin perjudicar al otro. En el pasado, cuando el Emperador tomaba una decisión, solo podía hacerla cumplir en sus provincias si se aseguraba de que todos vieran en ella algo que fuera beneficioso para él. Como algunos de sus decretos no tenían ningún efecto en esta o aquella provincia, tuvo incluso que crear algo que fuera en interés de esa provincia. El poder del emperador sólo podía mantenerse si no marginaba a nadie, ni siquiera al más pequeño.


Ahora, cada vez que Washington habla de “competencia” con Pekín, China responde que no puede haber tal cosa, que no acepta ni la rivalidad ni la guerra, sino que busca la armonía entre todos a través de relaciones de beneficio mutuo.

 

A continuación, repasemos el resto del importantísimo artículo de Thierry Meyssan, “China: ¿el “peligro amarillo” en serio?” (2021)



"En Chine Le gâteau des Rois et... des Empereurs" ("China - la tarta de reyes y... de emperadores"). Caricatura política francesa de 1898, en el suplemento del "Le Petit Journal", de 16 de enero de 1898. Esta ilustración es una reproducción de la Bibliothèque Nationale de France.  representa los deseos imperialistas hacia China. El pastel representa a China, dividido entre la reina Victoria del Reino Unido, Guillermo II de Alemania que discute con la reina Victoria por un trozo de tierra mientras clava un cuchillo en la tarta en protesta, Nicolás II de Rusia, mira un trozo en particular, la francesa Marianne, se muestra diplomática como si no participara en el reparto, se la representa cercana a Nicolás II, recordando una vieja alianza zarista franco-rusa, el samurái representa a Meiji Tennó (Mutsuhito), emperador del Japón, contemplando cuidadosamente qué trozos tomar. Un funcionario estereotipado de la dinastía Qing levanta las manos para tratar de detenerlos, pero no puede hacer nada.


El 'engaño' chino


En la década de 1900, el periodista británico Sax Rohmer expuso la conspiración del "peligro amarillo" en una serie de historias detectivescas basadas en la figura malvada de Fu Manchú.


Se podría pensar que Occidente entró en pánico por el repentino desarrollo económico de China. El acuerdo entre Deng Xiaoping y las multinacionales estadounidenses ha beneficiado a los salarios más bajos y ha provocado una deslocalización a gran escala de fábricas occidentales en China. La clase media está desapareciendo en Occidente, mientras que ha crecido en China y ahora en la mayor parte de Asia. La Comisión Europea, que saludó este fenómeno hace veinte años, comenzó a criticar la organización de la economía china en 2009. De hecho, estas críticas ya existían antes, pero lo que cambió en 2009 fue que, según el Tratado de Lisboa, pasó a ser competencia de Bruselas. Se trata, en cada caso, de robo de patentes, de incumplimiento de normas medioambientales o de nacionalismo económico chino.

Para Pekín es perfectamente aceptable adquirir conocimientos occidentales. Las patentes son una práctica relativamente nueva en el mundo. Fueron inventados en Europa hace dos siglos. Hasta entonces se asumía que nadie era dueño de un invento, que esto debería beneficiar a todos. Los chinos todavía piensan así. Sin querer robarle a nadie, firman acuerdos comerciales con transferencia de tecnología. Luego lo conservan y lo desarrollan.

 

Mañana el "Peligro Amarillo" invadirá los EE.UU. (folleto de propaganda distribuido a soldados estadounidenses)


En los últimos años, Occidente ha trasladado sus industrias contaminantes a China. Ahora les ofende que China tenga estándares ambientales más bajos que ellos, pero no tienen intención de traer industrias contaminantes a casa. El malentendido cultural alcanzó su punto máximo durante la reciente COP26 en Glasgow. Occidente pide descarbonizar la economía global, mientras que China quiere luchar contra la contaminación. Por ello, Pekín firmó una declaración conjunta con Washington para demostrar que no quería ofender a Estados Unidos. El comunicado asegura que los dos países están en la misma página, sin aclarar nada y sin hacer ni el más mínimo compromiso concreto. Ningún diplomático chino ha dicho nunca no a nadie, y esa palabra no existe en su idioma. Desde el punto de vista chino, esta declaración conjunta es un "no" diplomático; desde el punto de vista estadounidense, es una prueba de que todo el mundo cree en el calentamiento global provocado por el hombre. (“Declaración conjunta de Glasgow de Estados Unidos y China sobre el fortalecimiento de la acción climática en la década de 2020”, Red Voltaire, 10 de noviembre de 2021).


En cuanto a las acusaciones de nacionalismo económico, los chinos nunca han ocultado que son nacionalistas y que todavía no han superado el colonialismo del que fueron víctimas. Aunque se han convertido al capitalismo en el comercio internacional, siguen siendo nacionalistas en su producción.

 

Nunca hubo engaño alguno, ni siquiera deseo alguno de ello, por parte de los chinos, sólo la complacencia de Estados Unidos y sus socios de creer que todo el mundo piensa como ellos e ignorar las discretas advertencias de Pekín.

 

El 'imperialismo' chino

 

Documento de entrenamiento de la década de 1950 para oficiales del Pentágono


El principal error se refiere al desarrollo militar de China. En menos de una década, Beijing ha lanzado la producción en masa de armas muy avanzadas. El ejército popular, que en el pasado era principalmente un servicio a la comunidad, es ahora un cuerpo de élite. El servicio militar es obligatorio para todos, pero sólo los mejores entre los mejores pueden aspirar a realizarlo y disfrutar de los beneficios que conlleva. Hace unos años, China sólo era tan buena en lo militar como lo era en número; hoy posee la armada más grande del mundo y es capaz de ensordecer y cegar a los ejércitos de la OTAN pulverizando sus satélites.

¿Pero para qué puede utilizar este refuerzo de hombres y armas? China ha invertido cantidades astronómicas de dinero en la construcción de Rutas de la Seda en el extranjero. Debe garantizar la seguridad de su personal y de sus inversiones en países lejanos. Además, como en la época antigua y medieval, deberá garantizar la seguridad en estas rutas en todo momento. Sus bases militares en el exterior están destinadas únicamente a estos dos fines y no a competir con Estados Unidos ni a invadir el mundo. Por ejemplo, su base en Yibuti le ha permitido proteger sus suministros marítimos de los piratas somalíes. Cabe señalar que Pekín y Moscú lo lograron rápidamente, mientras que la OTAN, que se había propuesto la misma tarea, fracasó por completo (o no quiere hacerlo por cuestiones geoestratégicas) (“Piratas, corsarios y filibusteros del siglo XXI”, Thierry Meyssan, Red Voltaire, 25 de junio de 2010)

Pekín no tiene intención de revivir su desintegración a través de los tratados desiguales que llevaron a que China fuera ocupada y saqueada por ocho potencias extranjeras (Austria-Hungría, Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, Gran Bretaña y Estados Unidos). Es pues perfectamente legítimo que se arme para adaptarse a lo que se han convertido esos poderes. Esto no significa que ella planee comportarse como ellos, sino que quiere protegerse de ellos.

 

Continuaremos con una serie de artículos sobre el “peligro amarillo” en nuestros días y la política de Donald Trump, que en el fondo es lo que siempre anhelaron las élites estadounidenses que hoy dicen estar “alarmadas” por las acciones de Trump.


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Lectura consultada:

China: ¿el “peligro amarillo” en serio?

15 marzo 2025

El Plan Marshall sin eufemismos



por Tito Andino


El Plan Marshall, oficialmente, "European Recovery Program" (ERP) (Programa de Recuperación Europea) para la asistencia económica de los Estados Unidos en la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. 


El proyecto inició con la entrega de alimentos y suministros a los puertos franceses y holandeses para toda Europa, luego se proporcionó maquinaria industrial. Debe reconocerse que los Estados Unidos, previamente, suministraron ayuda a millones de personas que vivían en campos de refugiados a través de la Administración de Socorro y Rehabilitación de las Naciones Unidas y otras organizaciones.



El Programa de Recuperación Europea (Plan Marshall) se instituyó políticamente como programa de ayuda financiera y técnica a la destruida Europa Occidental en la posguerra. El secretario de Estado de EE.UU. George C. Marshall, se encargó de establecer un plan de cuatro años para reconstruir ciudades, industrias e infraestructuras dañadas, además de eliminar las barreras comerciales entre países europeos y fomentar el comercio entre 16 naciones europeas y Estados Unidos.


Cartel del "European Recovery Program" (ERP)


En abril de 1948, se crearon dos agencias para implementar el Plan Marshall: En Estados Unidos, la Administración de Cooperación Económica (ECA), y en Europa, la Organización para la Cooperación Económica Europea (OECE). 

Previamente, se conformaron reuniones de trabajo en 1947 entre Estados Unidos y países de Europa Occidental, se extendieron "invitaciones" a la Unión Soviética y los estados de Europa Oriental alineados, éstos se negaron a participar ya que asumían que Estados Unidos interferiría en sus asuntos nacionales -como a la larga así aconteció-.  De hecho, la naciente Agencia Central de Inteligencia (CIA) obtuvo el 5% del Plan Marshall, utilizando estos fondos para promover los intereses de Estados Unidos en la región y fomentar la subversión en otros lugares.


Carteles de propaganda del "European Recovery Program" (ERP) - Programa de Reconstrucción Europea o Plan Marshall.

El Plan Marshall tuvo otro antecedente, la Doctrina Truman, porque la paz no había llegado completamente. A pesar de que Grecia era apoyado por tropas británicas, libraba una guerra civil contra los comunistas. En febrero de 1947, los británicos comunicaron a Truman que no podían seguir manteniendo sus soldados en Grecia. Truman decidió que Estados Unidos pagaría la permanencia de las tropas británicas en Grecia. Se dijo también que Turquía corría peligro de agresión de la Unión Soviética y el Congreso votó a favor de brindar ayuda a Turquía. 

El 12 de marzo de 1947, Truman dijo que era el deber de Estados Unidos interferir con una política hacia la URSS, la "contención", a eso se denominó "Doctrina Truman", que realmente provocó el "miedo de guerra", consiguiendo se autorice invertir dinero en el complejo militar-industrial, aunque George C. Marshall expresara: "Nuestra política no está dirigida contra ningún país, sino contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el caos".


El presidente Harry Truman y el general George Marshall

El Secretario de Estado George C. Marshall, en discurso del 5 de junio de 1947,  destacó que "es lógico que Estados Unidos haga todo lo que pueda para ayudar al retorno de la salud económica normal en el mundo, sin la cual no puede haber estabilidad política ni paz asegurada". Fue por esto que Marshall visitó Europa en 1947, de regreso, en discurso señaló que toda Europa estaba pobre y se temía que pudieran convertirse en comunistas, dijo que Europa era "un caldo de cultivo de odio". Expresó la necesidad de que Estados Unidos entregara 17.000 millones de dólares en ayuda para rehabilitar la economía europea y parar al comunismo. De esa forma, en julio de 1947, Gran Bretaña y Francia y otros países de Europa occidental solicitaron ayuda económica.


General George Marshall (Getty Image). También fue conocido como el arquitecto de la expansión militar estadounidense y fundador del "Estado profundo" estadounidense.  Marshall recibió el Premio Nobel de la Paz en 1953 "por proponer y supervisar el plan para la recuperación económica de Europa". 

Inicialmente, el Congreso de los Estados Unidos se opuso a entregar el dinero para la ayuda; diversos factores hicieron que el Congreso votara a favor de "Marshall Aid", el 31 de marzo de 1948. El presidente Harry Truman suscribió el Plan Marshall el 3 de abril de 1948. (Se pensó extenderlo más allá del período cuatrienal, quedando estancado con el inicio de la guerra de Corea en 1950). Entró en vigor ese mismo año y durante un período de tiempo rápido entregó 15.000 millones de dólares (un 5% del producto interno bruto de Estados Unidos) (Varias fuentes hablan de 13, 16 y hasta 17 mil millones) para la reconstrucción y paliar necesidades de la población que estuvo al borde de la hambruna puesto que la producción agrícola e industria se encontraba colapsada, al igual que las infraestructuras del transporte. 


Carteles de propaganda estadounidenses 

Sin embargo, parte de los recursos se destinaron a ayudas económicas, otra parte del gasto se dilapidó en suministros militares y armas, señalando que cada nación debía elegir entre diferentes formas de vida, pero que apoyarían la libertad. En el fondo se trataba de un plan de expansión estadounidense contra el "totalitarismo".


Carteles de propaganda Plan Marshall

Los mayores beneficiarios fueron las principales potencias industriales, Gran Bretaña que recibió una cuarta parte, Francia menos de una quinta parte y Alemania Occidental. Se dedujo que la recuperación de esas naciones implicaba la recuperación europea en general; por lo mismo, no todos se beneficiaron por igual. Italia, ex aliada de la Alemania nazi y otros que declararon "neutralidad" recibieron poca asistencia per cápita que los países que lucharon junto a Estados Unidos. La gran paradoja era la Alemania Occidental que se constituiría en República en mayo de 1949, toda la Alemania Nazi sufrió daños severos en la guerra, y para Estados Unidos era esencial levantarla para mantener la estabilidad económica regional... la otra Alemania debería apañárselas como pudiera tras la "Cortina de Hierro".


Carteles europeos del ERP


Propuestas del Plan Marshall:

"Reemplazar, ampliar y reconstruir la infraestructura privada y gubernamental;

Eliminación de cuellos de botella en la producción;

Reintroducir el consumo a un nivel políticamente aceptable;

Crear la Unión Europea de Pagos y proporcionar fondos para su apoyo;

Respaldar el comercio internacional en lugar del comercio bilateral;

Poner fin a la escasez mundial de dólares. 

Pero, el Plan Marshall tenía "condicionalidad": los estados receptores tenían que dar su consentimiento a lo siguiente:

Expandir el comercio sobre una base multilateral en toda Europa;

Avanzar hacia la conversión de moneda;

Trabajar para abolir la discriminación contra las importaciones estadounidenses;

Promover recortes del gasto público;

Relajar los controles gubernamentales, como el racionamiento;

Impulsar las exportaciones a Estados Unidos". 

* (Fuente: ¿En qué consistía el Plan Marshall?) 


Cartel del "French Comitee of Liberation", 1943-1944; y, "Defensa Unida", 1952

Suele pensarse erróneamente que el Plan Marshall fue el origen de la Guerra Fría, debido a que un objetivo declarado era impedir la expansión del comunismo en Europa, forjando la constitución de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), alianza militar entre EEUU y Europa en 1949 (más Canadá). 

El Plan Marshall de "cooperación para la paz, la libertad y un nivel de vida" terminó creando en 1948 el Tratado de Bruselas sobre Defensa Mutua, siendo la base para la OTAN. También surgió la idea en la administración Truman de unos "Estados Unidos de Europa", influyendo en la futura Unión Europea. Se fundó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) en 1950 de la que surgió en 1958 la Comunidad Económica Europea (CEE), que finalmente se transformó en la Unión Europea en 1993.


Carteles europeos del Plan Marshall


                        Cartel de propaganda en neerlandés: "Juntos trabajando, juntos fuertes"


Críticas y detractores

Objetivamente se ha dicho que Estados Unidos optó por el camino de la expansión encubierta de ayuda para controlar política y económicamente a los estados europeos. Se considera que se utilizó el chantaje para enfrascarse en planes de guerra contra la Unión Soviética

Como estrategia de Estados Unidos en la Guerra Fría, el subsecretario de Estado Dean Acheson, dijo el 8 de mayo de 1947: "construyendo la estabilidad política y económica mundial, promoviendo la libertad humana y las instituciones democráticas, fomentando políticas comerciales liberales y fortaleciendo la autoridad de los Estados Unidos".

Por eso -evidentemente- la URSS rechazó la ayuda Marshall, Stalin prohibió a los países de su órbita pedir dinero; como contramedida, en octubre de 1947 creó el Cominform y en enero de 1949 se constituyó el COMECON, la unión de los países comunistas de Europa del Este. Stalin controlaba las economías de la Cortina de Hierro.


Una ilustración soviética satirizando el Plan Marshall. Artista: Juli Ganfa (1950)

Se cuestiona que el Plan Marshall comenzó cuando Europa Occidental ya se había encaminado hacia su recuperación (un poco dudoso); hay quienes aseguran que "las inversiones estadounidenses representaron menos del 3% de los ingresos nacionales combinados de los países que los recibieron, con un crecimiento relativamente modesto del PIB en estos países durante el período de cuatro años que estuvo en vigor el plan". Empero, hasta 1952, último año del plan, "el crecimiento económico en los países que habían recibido fondos había superado los niveles anteriores a la guerra, un fuerte indicador del impacto positivo del programa, al menos económicamente". Los países beneficiados no tuvieron que reembolsar a los Estados Unidos, el dinero se otorgó en forma de subvenciones; sin embargo, "esos países devolvieron aproximadamente el 5% por ciento del dinero para cubrir los costos administrativos de la implementación del plan".(History, "Plan Marshall)


Carteles promoviendo las virtudes del Plan Marshall 

El Plan Marshall tenía -por supuesto- otros propósitos. Estados Unidos y su economía buscaba mercados para exportar; y, como las economías europea y japonesa estaban endeudadas y en ruinas, el plan ofrecía mucho papel moneda fresquito -recién impreso- es decir, préstamos de dólares para comerciar, con toda probabilidad eso evitó que sus aliados de Europa occidental tomaran la vía socialista. 

Hay que diferenciar dos momentos, una arranca en plena guerra, 1943-1944, con la llegada de la Moneda Militar Aliada -AMC- (Allied Military currency, al respecto ver AQUI), impresa en Estados Unidos y emitida para las fuerzas aliadas que ingresaban a países liberados o recientemente ocupados, como una forma de control monetario, evitando el uso del dólar, eso duró hasta 1948, coincidiendo con la entrada en vigor del Plan Marshall -dólares asignados a los gobiernos para la reconstrucción de Europa-.

Los Estados Unidos al ser quienes menos resultaron afectados por las consecuencias destructivas de la guerra, pudieron ofrecer su producción de alimentos, bienes e industria a todo el mundo, en esos momentos era el único comercio disponible. Los países europeos, fuertemente endeudados con Estados Unidos, para comerciar con ellos urgían de los muy escasos dólares estadounidenses. "Los EE.UU. fueron capaces de afirmar su ascendencia sobre los franceses, británicos y holandeses (las antiguas grandes potencias) para que nunca volvieran a ser dominantes. Los británicos, que en 1945 estaban mejor que cualquier otro lugar de Europa, fueron tratados con dureza. El sistema de préstamo - arriendo se interrumpió inmediatamente después de que terminó la guerra, sólo los británicos se vieron obligados a pagarlos".


Carteles europeos promocionando el Plan Marshall


El Plan Marshall fue una ruptura limpia, brindó a Europa las divisas para comprar productos estadounidenses; y, sí, ayudó a una rápida recuperación y contuvo la ascendente popularidad de los partidos comunistas de Europa occidental. El plan incluyó a los perdedores: Alemania, Japón e Italia, "la motivación estadounidense para todo esto era totalmente egocéntrica antes de que esto pareciera demasiado altruista". (El Plan Marshall: proteger a Europa del comunismo)

Evitándose reescribir el Tratado de Versalles de 1919, sin castigo económico a los perdedores, Japón y Alemania fueron capaces de recuperar sus economías rápidamente, alejando los peligros del enemigo soviético, tan enemigo de los Estados Unidos como en apariencia fue la Alemania nazi. 

Recordemos que después de la Revolución Rusa de 1917, Estados Unidos y Europa pretendieron destruir Rusia y el naciente estado soviético, lo invadieron entre 1918/19. La historia se repitió en la década de 1930, se rechazó un tratado de seguridad colectiva contra el nazismo y se alentó disimuladamente a la Alemania nazi a destruir la URSS. Los préstamo-arriendo se acabaron junto con el final de la guerra, la URSS y Rusia lo pagaron íntegramente en el transcurso de las décadas posteriores.



Carteles europeos Plan Marshall 

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Fuentes de consulta:
Plan Marshall

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