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24 mayo 2025

"Peligro Amarillo" para el mundo ¿Lo es realmente China?



por Tito Andino


Importantes y esclarecedores reportajes sobre las "relaciones" chino-estadounidenses no son cosa del presente, mucho menos la guerra "arancelara" de Mr. Trump contra el "mundo", en particular contra China, esos son asuntos de vieja data e iniciaron no solamente con China sino con la denominada "raza amarilla" en general, un viejo ejemplo de racismo colonial euro-estadounidense que aun perdura en las regiones continental e insulares del Asia.

 

¿Recuerdan por qué inició el conflicto del Pacífico entre Japón y Estados Unidos en 1941?... Por supuesto, Japón demostró una política expansionista que amenazó los intereses económicos y territoriales occidentales en Asia, pero las duras sanciones económicas, restricciones comerciales, embargo petrolero, etc. dejó al Imperio del Japón sin alternativas, o se sometían a las exigencias de Estados Unidos o debían expandirse y apoderarse del Sudeste Asiático en previsión al agotamiento de sus reservas estratégicas, optaron por la segunda alternativa, es decir, la guerra. 



Revista Fortune, septiembre 1942. Ilustración del artista mexicano Miguel Covarrubias. El miedo al peligro amarillo (término peyorativo que inicialmente se dio a los inmigrantes chinos en los Estados Unidos a finales del siglo XIX) volvió a resurgir con fuerza tras el ataque japonés a Pearl Harbor (diciembre 1941). El “peligro amarillo” reflejaba en esa oportunidad un marcado sentimiento antijaponés. En EEUU (al entrar en guerra), sobre todo en los estados del Sur se conservaba un latente racismo, además, una segregación estricta hacia estadounidenses negros y latinos, sin garantías en lo que respecta a derechos civiles. En la gráfica, tomada de una página interior de la revista "Fortune", se explica el uso de estereotipos para representar al "peligro amarillo" (en esa oportunidad los japoneses), en la leyenda se dice: "Puede que no todos los japoneses tengan este aspecto siempre, pero la exageración es en todo momento un arma en manos de los caricaturistas. Covarrubias (el artista) conoce a los japoneses y, por lo tanto, ve el rostro del enemigo cuando se vuelve: el soldado dentudo, el capitalista y el comerciante, los oficiales de labios apretados, el sacerdote fanático, la geisha con forma de muñeca, el campesino sumiso y su esposa, quienes crían a los soldados que completan el ejército que realmente dirige Japón, el Dios Emperador"...


En la actualidad, en honor a la verdad y a la historia, no deberíamos desatar nuestra ira solamente en Trump, él solo cumple el sueño de los multimillonarios y las élites industriales estadounidenses que no se atrevieron en otros gobiernos a implantar las medidas que asume Trump, no como políticas innegociables, sino como medio de presión para sentar a gobiernos del mundo entero a “negociar” sobre aranceles, tratados de “libre” comercio, etc, que solamente benefician a la mayor potencia mundial (o ex potencia económica mundial).

 

Breves antecedentes

Antes de abordar el tema principal del presente hay que dar un repaso al como las potencias coloniales del siglo XIX y XX acabaron con el poderos estado chino que de a poco fue perdiendo soberanía en grandes regiones de su territorio. China brindaba muchas expectativas tanto para el comercio como para la explotación de la tierra debido a su debilidad, en la práctica dejó de ser un estado independiente, repartido por zonas de influencia de las potencias extranjeras. 

Quienes más empeño pusieron fueron los británicos, deseaban dominar la economía china, explotar sus recursos naturales, controlar el comercio, los ferrocarriles, etc. Recordemos las guerras del opio implementadas por el Imperio británico para sojuzgar a la población china desde 1839, el Tratado de Nanking de 1842, otorgó a los británicos el enclave de Hong Kong y una decena de puertos para el comercio exterior. Luego vendría más intereses europeos, entre otros de Francia, que decidieron arrebatar los territorios que habían pretendido en la zona, a eso añadimos el interés japonés, ruso, etc.



Ilustraciones sobre la guerra del opio


El nacionalismo chino reaccionó, a inicios del siglo XX (la rebelión de los boxers,1900-1901); en 1911 una revolución terminó con el imperio e instauró la República de China (La Revolución Xinhai o Revolución Hsinhai, puso fin a la última dinastía imperial de China, la dinastía Qing), las nuevas autoridades buscaron liberar a China de las injerencias extranjeras, además de reconstruir el país, pero bajo la “intermediación” de potencias extranjeras (Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Rusia, Japón y Francia).

La naciente República de China como luego la República Popular China apreciaron a la Revolución de 1911 de manera bastante diferente. “Ambas Chinas reconocen a Sun Yat-sen como el Padre de la Nación, pero en Taiwán, significa "Padre de la República de China". En la China continental, Sun Yat-sen es visto como el hombre que ayudó a derrocar a la dinastía Qing, una condición previa para el estado comunista fundado en 1949. La República Popular China ve la obra de Sun como el primer paso hacia la verdadera revolución en 1949, cuando los comunistas establecieron un estado verdaderamente independiente que expulsó a los extranjeros y construyó una potencia militar e industrial. El padre de la Nueva China es visto como Mao Zedong” (cita Wikipedia, entrada Revolución 1911)


Mao Zedong


Algo de historia de las relaciones chino-estadounidenses.

Muchos han lanzado la pregunta del ¿por qué Estados Unidos no luchó abiertamente contra los japoneses en China durante la segunda guerra mundial y así pudo haber mantenido cierta influencia en ese territorio?

En primer lugar, el Lejano Oriente era casi competencia “privativa” de los imperios coloniales europeos. Fue a raíz de que el Imperio del Japón les arrebatara importantes territorios en Asia y en el Pacífico, por ejemplo, Filipinas, la isla de Guam y de Wake (en aquel entonces territorios estadounidenses), las Islas Orientales Neerlandesas (Indonesia), los territorios británicos de Hong Kong, Myanmar (Birmania), Malasia, Singapur, y otras numerosas islas y territorios importantes como las Islas Salomón, Nueva Guinea, Formosa (hoy Taiwán) etc., por lo que Estados Unidos y sus ahora Aliados entraron en acción, pudiendo solo recuperarse de aquel golpe a mediados de 1942 al demostrar su superioridad industrial en el campo bélico.

Hoy solemos ignorar que Estados Unidos y China fueron aliados durante esa guerra y aunque no hubo una intervención militar masiva estadounidense en territorio chino, decenas de miles de tropas del US Army combatieron en el eje de campo de batalla conocido como "China-Birmania-India". Tras la invasión japonesa, el gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-shek optó por la resistencia en el interior, negándose a la rendición. La resistencia china conllevó a que se unieran a los Aliados en la guerra contra Japón. China, en su esfuerzo de guerra pudo retener en su territorio a un gran número de tropas japonesas indispensables en otros frentes.

Contingentes importantes de los ejércitos de Gran Bretaña, Mongolia y la Unión Soviética, así como tropas de los Estados Unidos (fuerza aérea secreta -los Tigres Voladores-) y de la Mancomunidad de Naciones se involucraron. Debe destacarse el rol de las tropas del Partido Comunista Chino (Mao) en el enfrentamiento contra los japoneses en el norte de China, ayudando a expulsarlos.

Tras Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945 el Ejército Rojo atacó a los japoneses en Manchuria. El avance soviético fue incontenible, en septiembre, los soviéticos se detuvieron en la entrada a Corea, ese mismo día (8 de septiembre), tropas estadounidenses desembarcaron en Inchon (Corea), era el primer aviso de la futura división de Corea.

Japón se rindió el 9 de septiembre, China recuperó Manchuria, Taiwán y las islas Pescadores, como había sido acordado en la Conferencia de El Cairo en 1943. El Kuomintang (gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-shek) fue reconocido por las Naciones Unidas, pero Mao Zedong y el Partido Comunista de China tenían mucho que decir, gracias a la Unión Soviética, incluso gracias a la anterior ayuda militar estadounidense. La guerra civil china se reactivó, los nacionalistas chinos huyeron a Taiwán en 1949 y la República Popular China obtuvo el puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.


En el presente

Para no hacer esta una interminable historia, retrocedamos solamente a la anterior administración estadounidense de Joe Biden. El destacado politólogo francés Thierry Meyssan destacaba en 2023 que el gobierno de Biden volvía a recordar el “peligro amarillo”, esta vez dentro del contexto económico (y no racista imperial como a fines del siglo XIX y todo el siglo XX), decía el decrépito mandatario:

“China robaría nuestras patentes, promovería la corrupción y destruiría el medio ambiente antes de imponer su régimen totalitario por la fuerza. Afortunadamente, Estados Unidos y la OTAN protegerían las democracias y la paz…” (China: ¿el “peligro amarillo” en serio?, 7 diciembre 2021)

Lo único cierto es que el nuevo proyecto de la “Ruta de la Seda” promovido por China es un logro absoluto, consecuencia del trabajo chino, no obstante los problemas y obstáculos que afrontan los países con que negocia, esas naciones si que han visto un progreso. ¿Qué opinan en Estados Unidos y en la UE luego de décadas de imposición de su inviable sistema de intercambio comercial? La reacción, sobre todo estadounidense es protestar y denunciar ante el mundo el retorno del “peligro amarillo” (el éxito chino). Para ahondar más la acusación contra el "peligro amarillo", que no es nueva, se lanza la alarma de una aparente alianza económica entre Chima y Rusia que intentará destruir la civilización cristiana, al menos esa variante de la historia corre desde 1910.




¿Por qué los proyectos y programas de “prosperidad” promovidos por Occidente para todo el globo no han rendido los supuestos frutos deseados? Las acciones para el "desarrollo" del Tercer Mundo a través de la AID desde hace más de medio siglo (tras la “descolonización”) han sido patéticos e intencionados fracasos socio económicos y políticos. Respuesta: A EEUU y la “democrática” Europa (UE) no les conviene el progreso y desarrollo de las naciones (neocolonialismo). 

La administración Biden, opuesta a su predecesor -Donald Trump- declaró que Estados Unidos “competirá” contra China, logró que el G7 se uniera a la lucha de las "democracias" para mantenerse por delante del sistema "totalitario" chino, y la Unión Europea gustosa impuso su contraproyecto “Global Gateway”.

Biden dirigió la “Cumbre Mundial sobre la Democracia”, a la cual -por supuesto- fue invitada Taiwán, “para dar sustancia ideológica a este enfrentamiento”; pero promover la democracia a toda costa tiene sus límites. El Gobierno estadounidense decidió acoger las primeras Cumbres por la Democracia debido a las dificultades a las que se enfrenta el mundo “libre” o la “democracia” mundial, como queramos llamarla.

En noviembre de 2022, desde la Casa Blanca se informó que Estados Unidos y más de cien gobiernos afines en el mundo tomaron medidas significativas para construir democracias más resilientes, combatir la corrupción y defender los derechos humanos… dicen trabajar juntos para resistir la agresión autoritaria, incluida la guerra no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania. Insisten en señalar el deseo “universal de una gobernanza responsable, transparente y respetuosa de los derechos”. La Cumbre apoyó a los medios “libres e independientes” a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE. UU. (USAID)…, protege a los periodistas física, digital y legalmente. USAID costeó la defensa de periodistas, activistas de la sociedad civil y sus organizaciones de difamación que lanzan calumnias para silenciar los informes de sus detractores, inclusive mediante demandas destinadas a silenciarlos. También se habló de la lucha contra la corrupción (Anticorrupción Global) para “garantizar” que los países cumplan con sus compromisos y obligaciones internacionales) …

Las Cumbres fueron más allá, exigieron y siguen exigiendo que Rusia rinda cuentas. En respuesta a la intervención militar en Ucrania por parte de Rusia, “Estados Unidos, en coordinación con aliados y colaboradores, lanzó en marzo el acuerdo multilateral Grupo de trabajo sobre Élites, Apoderados y Oligarcas de Rusia (REPO) para que los responsables y beneficiarios de la maquinaria de guerra de Rusia sean responsabilizados…”. Estados Unidos y sus colaboradores se comprometieron “impulsar el trabajo de los activistas y otros reformadores que trabajan en la primera línea de la renovación democrática”. Además, implementó la “Tecnología avanzada para la democracia”, Biden destinó recursos para “detener la ola de autoritarismo digital, promover una visión positiva para Internet y las tecnologías emergentes, y conectar a miles de millones en todo el mundo con tecnologías digitales e infraestructura respetuosas de los derechos e impulsadas por los valores”, avances tecnológicos que reafirman la democracia en países afines en África y Europa, etc. etc. (citas tomadas de “Hoja informativa: Cumbre por la Democracia: Avances en el Año de Acción”, US Department of State, 29 noviembre 2022).

Como se aprecia del discurso, salvando las diferencias, es un retorno oficializado a una nueva Guerra Fría, no solo en Europa sino en el mundo.

Decía Meyssan en su artículo mencionado, “en nuestra imaginación, la Guerra Fría fue entre la URSS atea y el Occidente religioso, o entre el comunismo y el capitalismo. En realidad, el objetivo era impedir que un bloque con una cultura de la solidaridad ejerciera influencia económica en el bloque dominado por los anglosajones, con una cultura individualista. Esta vez ya no se trataría de defender el derecho a la práctica religiosa y la libre empresa, sino de defender la democracia. En el fondo, se trata todavía de pintar una imagen caricaturesca de una potencia capaz de competir económicamente con los anglosajones, ayer la URSS, hoy China”. (Quiero dejar sentado, una vez más, que el sistema social implantado en la URSS fue un gran fracaso social).

El periodista Lothrop Stoddard acuñó la palabra "untermenschen" utilizada por los nazis, condenando una vieja alianza de chinos y japoneses contra el hombre blanco. Los anglosajones describieron ese momento político como la Caída de Tucídides, en referencia al antiguo historiador que escribió la historia de las Guerras del Peloponeso. En 2017, un famoso politólogo estadounidense, el profesor Graham Allison, explicó: “Lo que hizo que la guerra fuera inevitable fue el crecimiento del poder ateniense y el miedo resultante en Esparta”. De la misma manera, el desarrollo de China está provocando pánico en el "Imperio estadounidense", que se está preparando para la guerra. No importa que este razonamiento ignore las diferencias culturales y aplique un concepto griego a China. Washington está convencido de ello. Sabe que está amenazada por Pekín. (Destinados a la guerra: ¿Podrán Estados Unidos y China escapar de la trampa de Tucídides? , Graham T. Allison, Houghton Mifflin Harcourt (2017), citado por T. Meyssan)

Si el profesor Allison no hubiera sido uno de los asesores de Caspar Weinberger en el Pentágono en la década de 1980, y si hubiera tenido mejor formación, habría comprendido que los chinos no razonan en absoluto como los estadounidenses. Habría escuchado a Beijing protestar contra cualquier proyecto competidor y defender acuerdos en los que todos ganen. No habría entendido esta fórmula en el sentido anglosajón, sino en el chino, para asegurar el éxito de uno sin perjudicar al otro. En el pasado, cuando el Emperador tomaba una decisión, solo podía hacerla cumplir en sus provincias si se aseguraba de que todos vieran en ella algo que fuera beneficioso para él. Como algunos de sus decretos no tenían ningún efecto en esta o aquella provincia, tuvo incluso que crear algo que fuera en interés de esa provincia. El poder del emperador sólo podía mantenerse si no marginaba a nadie, ni siquiera al más pequeño.


Ahora, cada vez que Washington habla de “competencia” con Pekín, China responde que no puede haber tal cosa, que no acepta ni la rivalidad ni la guerra, sino que busca la armonía entre todos a través de relaciones de beneficio mutuo.

 

A continuación, repasemos el resto del importantísimo artículo de Thierry Meyssan, “China: ¿el “peligro amarillo” en serio?” (2021)



"En Chine Le gâteau des Rois et... des Empereurs" ("China - la tarta de reyes y... de emperadores"). Caricatura política francesa de 1898, en el suplemento del "Le Petit Journal", de 16 de enero de 1898. Esta ilustración es una reproducción de la Bibliothèque Nationale de France.  representa los deseos imperialistas hacia China. El pastel representa a China, dividido entre la reina Victoria del Reino Unido, Guillermo II de Alemania que discute con la reina Victoria por un trozo de tierra mientras clava un cuchillo en la tarta en protesta, Nicolás II de Rusia, mira un trozo en particular, la francesa Marianne, se muestra diplomática como si no participara en el reparto, se la representa cercana a Nicolás II, recordando una vieja alianza zarista franco-rusa, el samurái representa a Meiji Tennó (Mutsuhito), emperador del Japón, contemplando cuidadosamente qué trozos tomar. Un funcionario estereotipado de la dinastía Qing levanta las manos para tratar de detenerlos, pero no puede hacer nada.


El 'engaño' chino


En la década de 1900, el periodista británico Sax Rohmer expuso la conspiración del "peligro amarillo" en una serie de historias detectivescas basadas en la figura malvada de Fu Manchú.


Se podría pensar que Occidente entró en pánico por el repentino desarrollo económico de China. El acuerdo entre Deng Xiaoping y las multinacionales estadounidenses ha beneficiado a los salarios más bajos y ha provocado una deslocalización a gran escala de fábricas occidentales en China. La clase media está desapareciendo en Occidente, mientras que ha crecido en China y ahora en la mayor parte de Asia. La Comisión Europea, que saludó este fenómeno hace veinte años, comenzó a criticar la organización de la economía china en 2009. De hecho, estas críticas ya existían antes, pero lo que cambió en 2009 fue que, según el Tratado de Lisboa, pasó a ser competencia de Bruselas. Se trata, en cada caso, de robo de patentes, de incumplimiento de normas medioambientales o de nacionalismo económico chino.

Para Pekín es perfectamente aceptable adquirir conocimientos occidentales. Las patentes son una práctica relativamente nueva en el mundo. Fueron inventados en Europa hace dos siglos. Hasta entonces se asumía que nadie era dueño de un invento, que esto debería beneficiar a todos. Los chinos todavía piensan así. Sin querer robarle a nadie, firman acuerdos comerciales con transferencia de tecnología. Luego lo conservan y lo desarrollan.

 

Mañana el "Peligro Amarillo" invadirá los EE.UU. (folleto de propaganda distribuido a soldados estadounidenses)


En los últimos años, Occidente ha trasladado sus industrias contaminantes a China. Ahora les ofende que China tenga estándares ambientales más bajos que ellos, pero no tienen intención de traer industrias contaminantes a casa. El malentendido cultural alcanzó su punto máximo durante la reciente COP26 en Glasgow. Occidente pide descarbonizar la economía global, mientras que China quiere luchar contra la contaminación. Por ello, Pekín firmó una declaración conjunta con Washington para demostrar que no quería ofender a Estados Unidos. El comunicado asegura que los dos países están en la misma página, sin aclarar nada y sin hacer ni el más mínimo compromiso concreto. Ningún diplomático chino ha dicho nunca no a nadie, y esa palabra no existe en su idioma. Desde el punto de vista chino, esta declaración conjunta es un "no" diplomático; desde el punto de vista estadounidense, es una prueba de que todo el mundo cree en el calentamiento global provocado por el hombre. (“Declaración conjunta de Glasgow de Estados Unidos y China sobre el fortalecimiento de la acción climática en la década de 2020”, Red Voltaire, 10 de noviembre de 2021).


En cuanto a las acusaciones de nacionalismo económico, los chinos nunca han ocultado que son nacionalistas y que todavía no han superado el colonialismo del que fueron víctimas. Aunque se han convertido al capitalismo en el comercio internacional, siguen siendo nacionalistas en su producción.

 

Nunca hubo engaño alguno, ni siquiera deseo alguno de ello, por parte de los chinos, sólo la complacencia de Estados Unidos y sus socios de creer que todo el mundo piensa como ellos e ignorar las discretas advertencias de Pekín.

 

El 'imperialismo' chino

 

Documento de entrenamiento de la década de 1950 para oficiales del Pentágono


El principal error se refiere al desarrollo militar de China. En menos de una década, Beijing ha lanzado la producción en masa de armas muy avanzadas. El ejército popular, que en el pasado era principalmente un servicio a la comunidad, es ahora un cuerpo de élite. El servicio militar es obligatorio para todos, pero sólo los mejores entre los mejores pueden aspirar a realizarlo y disfrutar de los beneficios que conlleva. Hace unos años, China sólo era tan buena en lo militar como lo era en número; hoy posee la armada más grande del mundo y es capaz de ensordecer y cegar a los ejércitos de la OTAN pulverizando sus satélites.

¿Pero para qué puede utilizar este refuerzo de hombres y armas? China ha invertido cantidades astronómicas de dinero en la construcción de Rutas de la Seda en el extranjero. Debe garantizar la seguridad de su personal y de sus inversiones en países lejanos. Además, como en la época antigua y medieval, deberá garantizar la seguridad en estas rutas en todo momento. Sus bases militares en el exterior están destinadas únicamente a estos dos fines y no a competir con Estados Unidos ni a invadir el mundo. Por ejemplo, su base en Yibuti le ha permitido proteger sus suministros marítimos de los piratas somalíes. Cabe señalar que Pekín y Moscú lo lograron rápidamente, mientras que la OTAN, que se había propuesto la misma tarea, fracasó por completo (o no quiere hacerlo por cuestiones geoestratégicas) (“Piratas, corsarios y filibusteros del siglo XXI”, Thierry Meyssan, Red Voltaire, 25 de junio de 2010)

Pekín no tiene intención de revivir su desintegración a través de los tratados desiguales que llevaron a que China fuera ocupada y saqueada por ocho potencias extranjeras (Austria-Hungría, Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, Gran Bretaña y Estados Unidos). Es pues perfectamente legítimo que se arme para adaptarse a lo que se han convertido esos poderes. Esto no significa que ella planee comportarse como ellos, sino que quiere protegerse de ellos.

 

Continuaremos con una serie de artículos sobre el “peligro amarillo” en nuestros días y la política de Donald Trump, que en el fondo es lo que siempre anhelaron las élites estadounidenses que hoy dicen estar “alarmadas” por las acciones de Trump.


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Lectura consultada:

China: ¿el “peligro amarillo” en serio?

15 abril 2025

Semblanzas del "indomable" General Smedley D. Butler



por Tito Andino

Revista de libros y artículos sobre el General Butler



El General Smedley Darlington Butler y su valiente defensa de la república.

Smedley Darlington Butler (1881 – 1940) de prominentes ancestros, al iniciar la Guerra Hispano-Estadounidense prometió con 16 años luchar para liberar las colonias de ultramar de la corona española. En 1898 decidió alistarse en la Infantería de Marina, según él, convencido que la explosión del USS Maine en La Habana era un ataque español. Butler fue famoso en su época, durante su carrera militar tuvo diversos destinos como China, Filipinas, Cuba, en Centroamérica se transformó en leyenda del Cuerpo de Marines. Ayudó a ocupar Haití, donde era conocido como "El Diablo". En Nicaragua, las madres solían acallar a sus hijos con el lema: "¡Silencio! El mayor Butler te atrapará". Al retirarse en la década de 1930 lo hizo con el grado de Mayor General y dos Medallas de Honor y cierto número de apodos como "Old Gimlet Eye", "Leatherneck's Friend", "The Fighting Quaker". Pero, indiscutiblemente, Butler fue mejor conocido como orador público, relatando historias como un ex militar crítico del sistema y publicando escritos antibelicistas. Antes de su retiro ya había usado frases en sus discursos como "extorsionador para el capitalismo". 


Izquierda: General de Brigada Smedley Butler, 1927. Derecha: General estadounidense Smedley Butler, ilustración de Colin Verdi.


El golpe de Wall Street

En la década de 1930 los banqueros estadounidenses promovieron un intento de golpe de Estado, eran los tiempos en que se temía al movimiento obrero por la popularidad de la corriente socialista. Wall Street dirigió su mirada al fascismo -creado precisamente para oponerse a los movimientos sociales-, los banqueros intentaron "imponer un dictador títere fascista en la Casa Blanca. Desafortunadamente para la cadena JP Morgan que gestionaba este golpe, el títere que eligieron para su "Mussolini americano" fue un patriótico general retirado llamado Smedley Darlington Butler".

En 1934, Smedley Darlington Butler testificó ante el Congreso, dijo que los banqueros de Wall Street se habían acercado a él para organizar un golpe fascista contra Franklin Roosevelt. Butler ciertamente había sido testigo muchas veces en su carrera de cómo las empresas cambiaban un gobierno que les resultaba desagradable. "Mi interés", expresó, "es mantener una democracia". El caso es que en 1932, Franklin D. Roosevelt fue elegido presidente de Estados Unidos con su programa New Deal. FDK quería, entre otras cosas, una estricta supervisión gubernamental del sistema bancario, lo que disgustó a muchos en Wall Street y bien pudieron haber organizado ese golpe de estado que denunció Butler en 1933, dando testimonio bajo juramento ante el Congreso en 1934 (sus declaraciones fueron ridiculizadas por los medios de comunicación). Afirmó que le habían propuesto liderar un golpe fascista en Estados Unidos. Butler señaló que Gerald MacGuire, empresario de Wall Street, le preguntó si estaría dispuesto a liderar un ejército de 500.000 veteranos, la "Legión de Estados Unidos", grupo reaccionario que estaba feliz de utilizar bates de béisbol para poner fin a huelgas y manifestaciones por los derechos civiles. Según Butler, el plan era dirigir a estos veteranos bajo una nueva organización y, con la ayuda de una marcha hacia Washington tomar el poder real en el país (sin demasiada violencia), Roosevelt permanecería como jefe de estado ceremonial. MacGuire siempre negó todo al ser interrogado, sus afirmaciones fueron confusas y contradictorias, declaró que la "Legión" era solo una organización rompehuelgas. No hubo pruebas suficientes para condenar a nadie. El informe concluyó que probablemente Butler estaba diciendo la verdad y, en un informe secreto desclasificado hace pocos años, se comprobó que el Congreso si había tomado en serio las afirmaciones de Butler, corroboradas por otras investigaciones. 


En 1936, Roosevelt hizo la siguiente declaración: “Un gobierno controlado por el capital organizado es tan peligroso como un gobierno controlado por el crimen organizado. Nunca antes en nuestra historia estas potencias habían estado tan unidas contra un candidato como lo están hoy. Me odian unánimemente y agradezco su odio”. 


En 1935, algunos de los discursos más populares de Butler fueron compilados en un libelo de 52 páginas llamado "War Is a Racket" caracterizando los conflictos bélicos como algo "llevado a cabo para el beneficio de unos pocos, a expensas de muchos", aspiraba poder detener la próxima guerra.

Matthew Ehret en "New CP Documentary: Why Assume there will be Another Election? The 1934 Bankers Coup Revisited" (agosto 2022, que incluye un esclarecedor documental en inglés) establece que esa etapa histórica inició con la demolición orquestada del sistema financiero en 1929, la "solución milagrosa económica del fascismo y la eugenesia alimentada por Wall Street y Londres entre 1930 y 1934 y la historia de la guerra de Roosevelt con los tentáculos de la oligarquía financiera en Londres y Wall Street". 


Caída y retiro de Butler


El general de marina Smedley Butler inspecciona a un recluta en el depósito del Cuerpo de Marines, 14 de enero 1927 (Centro de Historia de San Diego -anteriormente Sociedad Histórica de San Diego-)


Aún en servicio, momentos que el país experimentaba la Gran Depresión, se apreciaba el desarrollo del fascismo y el militarismo en Europa, Butler se opuso a su propagación. Estuvo bajo arresto domiciliario después de que contara, durante un discurso en 1931, una historia sobre Mussolini atropellando a un joven. El "caso" Mussolini, es relatado por Butler basado en una experiencia del periodista Cornelius Vanderbilt. Vanderbilt había estado en un coche con Benito Mussolini cuando atropellaron y mataron a un joven que cruzaba la calle. Mussolini le dijo al conductor que siguiera conduciendo y que la vida del muchacho era insignificante. Mussolini y su gobierno en ese momento estaban siendo ampliamente elogiados por todos los medios de comunicación estadounidenses y la élite estadounidense en general. Consideraron la Italia de Mussolini un gran modelo que Estados Unidos debería seguir. Admiraban especialmente sus esfuerzos por aplastar el trabajo de los sindicatos y el comunismo. Cuando el general Butler denunció a Mussolini por este incidente de atropello y fuga, el Ejército de los EEUU siguió procedimientos en contra de Butler. F.D. Roosevelt (más tarde Presidente) fue uno de los que salió en defensa de Butler.

Tras ese suceso Butler optó por el retiro mediante un artículo: "¡Al diablo con los almirantes! Por qué me retiré a los cincuenta", publicado en la revista Liberty (5 de diciembre de 1931). En su retiro evitó hablar sobre el Cuerpo de Marines, concentrándose en temáticas del crimen, gansterismo, imperialismo, guerra y paz. Tenía un público para sus historias, denunció su pasada participación como militar en los violentos métodos del imperialismo. "Yo era un gánster del capitalismo"

Butler fue el marine más condecorado de su época, se transformó en un crítico abierto de la guerra, escribió que la guerra siempre ha sido una estafa, "posiblemente la más antigua, fácilmente la más rentable, seguramente la más cruel. Es la única de alcance internacional. Es la única en la que las ganancias se contabilizan en dólares y las pérdidas en vidas".

A nivel personal, tras su retiro pronunció más de 1300 discursos en pueblos y ciudades, dijo que necesitaba dinero pero rechazó un puesto de gerente de personal en una gran corporación, "por supuesto, eso simplemente significaba mantener engañados a los trabajadores" dijo el General. Smedley Butler prefería improvisar su estilo en las conferencias públicas y recibía una paga por sus entusiastas discursos, no por  disertaciones. 


Nota: Hablar sobre éste General estadounidense nos llevaría muchas horas de lectura. La mejor "estrategia" para condensar sus innumerables discursos críticos contra el gansterismo financiero de su país es tomando no solo sus citas, sino los análisis de expertos sobre su visión del mundo, extraídos de libros y artículos que se mencionan en esta ponencia y que también se agregan como notas a píe de página.


En el artículo de Spenser Rapone "Stop those gangsters of capitalism" (Detengamos a esos mafiosos del capitalismo), junio 2019, cita a "War is a racket" de Smedley Butler (La guerra es un fraude), "basado en discursos que dio a los veteranos en la Marcha del Bono de 1932, se ha convertido casi en un cliché en el mundo del activismo contra la guerra. Sin embargo, su incisiva crítica de la guerra perpetua sigue siendo una acusación tan buena de nuestro tiempo como cualquier otra". Ahora más que nunca.

No es necesario fetichizar a Butler, idealizado por ser un veterano de guerra. Si bien expresaba simpatías socialistas y pidió el fin de las guerras de agresión de Estados Unidos, nunca rechazó por completo el americanismo. Rapone afirma que "si realmente vamos a condenar la última iteración del imperialismo perpetuo estadounidense, debemos condenarla desde una posición que ve las estructuras políticas y económicas existentes de Estados Unidos como la base sobre la que se basa el complejo militar-industrial".

En 1932 el movimiento de veteranos descontentos de la Primera Guerra Mundial -Bonus Army- afectados por la Gran Depresión, exigía los pagos adeudados por el Gobierno Federal, fueron reprimidos. Butler les dijo: "Nunca he visto un americanismo tan fino como el que exhiben ustedes. Usted tiene tanto derecho a tener un lobby aquí como cualquier empresa siderúrgica. Me enoja muchísimo que mucha gente hable de ti como vagabundo. Por Dios, en 1917 y 1918 no hablaban de ustedes como vagabundos".

En 1935, Walter Wilson para el New Masses publicó: "Dónde está Smedley Butler", recordó que el general asistió a una reunión de veteranos de izquierda en Nueva York, Butler dijo que los periódicos de la metrópoli habían tratado de impedir que viniera: "Me dijeron que encontraría un nido de comunistas aquí. Les dije '¡Qué diablos!' En 1917, el gobierno reclutaba muchachos para el ejército; entonces no preguntaban cuáles eran las ideas políticas de un hombre; simplemente preguntaban si tenía un cuerpo sano y una espalda fuerte".

En los capítulos "¿Quién obtiene las ganancias?" y "¿Quién paga las facturas?" (del libro de Butler) se citan datos extraídos de audiencias del Senado sobre la especulación durante la Guerra Mundial. Las víctimas fueron los contribuyentes y una generación de jóvenes cuyas mentes fueron torcidas por la manipulación psicológica, sobre la cual Butler señala:

 

"Los obligaron a 'dar la vuelta'; a considerar el asesinato como algo a la orden del día... Los utilizamos durante un par de años y los entrenamos para que no pensaran en absoluto en matar o ser asesinados". Muchos quedaron "destruidos mentalmente, porque no pudieron dar el último giro" para regresar a la vida civil. A los hombres se les hacía sentir vergüenza si evitaban el servicio militar. La propaganda de guerra fue "tan cruel que incluso Dios participó en ella". Los clérigos, reconociendo que "Dios está de nuestro lado", incitaron a los soldados a "matar, matar, matar". Hacer que el "mundo sea seguro para la democracia", "la guerra para poner fin a las guerras" y otros "hermosos ideales fueron pintados para nuestros muchachos que fueron enviados a morir". Les dijeron que sería una "aventura gloriosa". Y les pagaban 30 dólares al mes, menos las deducciones por los bonos Liberty, que luego se vendían con descuento y contribuían a las ganancias de los banqueros "en el engaño de los precios manipulados de los bonos Liberty". (cita en el libro de Hans Schmidt)


Butler también se asoció con grupos pacifistas. En 1935 tuvo una asociación de dos años con la "Liga Contra la Guerra y el Fascismo", un frente unido de socialistas, comunistas y varios grupos eclesiásticos, universitarios, sindicales y de mujeres. En Cleveland, a principios de 1936, pronunció una charla titulada "La guerra es un Fraude" como orador principal del Tercer Congreso contra la Guerra y el Fascismo. Butler se opuso a toda intervención militar en el extranjero y rompió con la Liga cuando ésta favoreció la intervención durante la Guerra Civil Española. En una reunión dijo: "¿Qué diablos es asunto nuestro lo que está pasando en España?". (citado de Hans Schmidt)


Fotografía del General Smedley Butler (Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, fecha indeterminada) 

La tesis que Butler planteaba sobre la guerra era que: "Se lleva a cabo para el beneficio de unos pocos, a expensas de muchos. Con la guerra, unas pocas personas hacen grandes fortunas". Si bien solo unos pocos se benefician en última instancia de la destrucción provocada por la guerra imperialista, las ganancias de esos pocos continúan creciendo. Y eso a menudo incluye a los comandantes de las guerras, muchos altos mandos de alto rango, después de su carrera militar, a menudo se encuentran en la junta ejecutiva de algunos de los especuladores de guerra más notorios, como Lockheed Martin, Raytheon o Northrop-Grumman. De hecho, la internalización de la condición de profesionales por parte de los altos mandos es su fuerza motriz, como observó Butler en ese discurso emblemático:


"Los soldados y marineros profesionales no quieren desarmarse. Ningún almirante quiere estar sin barco. Ningún general quiere estar sin un mando. Ambos significan hombres sin trabajo. No están a favor del desarme".


Es necesario frustrar el lobby de los militaristas -decía- dictándose leyes que restrinjan al ejército a funciones defensivas porque gran parte de la guerra es un fraude. Ese era su lenguaje común contra la guerra y el imperialismo, parte de una tradición estadounidense que se remonta al siglo XVIII. La contribución particular de Butler fue su retractación, denunciando la guerra por motivos morales después de haber sido un guerrero condecorado y haber pasado la mayor parte de su vida como miembro del ejército. El tema sigue siendo vigorosamente patriótico y nacionalista, denunciando al imperialismo como una desgracia arraigada en la codicia de unos pocos privilegiados.

Spenser Rapone concuerda con todos en que el afán de lucro de la guerra existe junto con una relación de poder que refuerzan la perpetuación de la presencia militar global de Estados Unidos. "Nuestra relación con las fuerzas armadas de Estados Unidos, y cómo desmantelar su propio funcionamiento, consiste en uno de los pilares de nuestra lucha política. Destruir el complejo militar-industrial es solidarizarse con los pueblos de Afganistán, Irak, Siria, Palestina y tantos otros lugares que han sufrido bajo el yugo del militarismo estadounidense, ya sea directa o indirectamente. ¿Cómo lo hacemos?"

"Vivimos en una época en la que la religión cívica del patriotismo es tan odiosa como siempre. Todos estamos profundamente alienados. Entonces, ¿por qué siquiera tratar de hacer el trabajo, cuando nuestras capacidades organizativas están demasiado limitadas? Propongo que aquí es donde los veteranos pueden hacer mejor su parte, sea cual sea, desde contra-reclutar, hablar públicamente o simplemente interactuar con miembros de las fuerzas armadas que parecen expresar dudas.

Lo hacemos reconociendo que nuestro servicio en el ejército fue para servir a los intereses del imperio. Punto. Dicho esto, también conocemos el panorama de esa organización. Por lo tanto, sabemos cómo hablar de las formas específicas de frustración por las que podrían estar pasando los miembros del servicio. Pero la clave no es relacionarse con ellos como soldados, sino como seres humanos. Resistir las presiones del servicio militar es afirmar tu humanidad frente a una organización que depende de tu propia deshumanización para funcionar".

Rapone enfatiza que la noción misma de "veterano", como una categoría mística que nos ofrece mayores conocimientos, debe ser dejada de lado. Nuestro conocimiento de las fuerzas armadas no es diferente de cualquier otra forma de conocimiento experiencial de un trabajo anterior. La única forma en que las fuerzas armadas de EE.UU pueden seguir funcionando es si los que habitan sus filas continúan siguiendo órdenes.

"Es nuestra responsabilidad moral y ética inspirar continuamente a los soldados a disentir, socavar la propaganda militar y pedir la retirada de las fuerzas militares estadounidenses en todo el mundo". Smedley Butler testificó en 1935, pero sus palabras hicieron poco para evitar las atrocidades que se avecinaban en la Segunda Guerra Mundial. Lo que tenemos que hacer es exigir aparentemente lo imposible, es decir, la destrucción y el desmantelamiento de las fuerzas armadas de Estados Unidos, y la transformación radical de las relaciones sociales existentes en Estados Unidos. Cuando War is a Racket ya no ofrezca ninguna resonancia para nuestra época actual, solo entonces sabremos que hemos cumplido esta tarea". ("Stop those gangsters of capitalism", Spenser Rapone)


Fotografía del General Smedley Butler en 1927

"El problema no es solo que la política exterior de Estados Unidos sea codiciosa y que sus intenciones sean malas; es que incluso cuando sus intenciones son buenas, también puede producir desastres". 

(Patrick Iber, profesor asociado de historia en la Universidad de Wisconsin-Madison y autor de "Ni paz ni libertad: la guerra fría cultural en América Latina").

 

"¿Qué convirtió a Smedley Butler en un crítico de la política exterior estadounidense? El infante de marina que se volvió contra el imperio estadounidense", se cuestiona Patrick Iber en un artículo de enero de 2022 analizando el libro "Gánsteres del Capitalismo. Smedley Butler, los marines y la creación y el desmontaje del imperio de Estados Unidos", de Jonathan M. Katz, (el libro no es solo una biografía de Butler, profundiza otros aspectos del imperialismo). 

Butler dijo cosas como estas:

 

"Pasé 33 años y 4 meses en servicio activo como miembro de la fuerza militar más ágil de nuestro país: el Cuerpo de Marines. Y durante ese período pasé la mayor parte de mi tiempo siendo un hombre musculoso de clase alta para las grandes empresas, para Wall Street y para los banqueros. En resumen, yo era un extorsionador del capitalismo". (publicado en la revista socialista "Common Sense" en 1935)


Por ejemplo, la intervención de Estados Unidos en Cuba se dirigió a frenar los cambios sociales por los que los cubanos habían estado luchando en su independencia. "El presidente McKinley, que había tratado de comprar Cuba a España en 1897, interpretó que la "estabilidad" en Cuba significaba que las relaciones de propiedad se mantendrían en gran medida intactas. El poeta y mártir José Martí, que murió en combate en 1895, había previsto tales imposiciones, preguntando: "Una vez que Estados Unidos esté en Cuba, ¿quién lo expulsará?". 

A pesar de la autorización para la guerra el Congreso prohibió a los Estados Unidos adquirir territorio directamente (lo haría con Puerto Rico y las Islas Vírgenes). EEUU con la "Enmienda Platt" en la Constitución de Cuba convirtió a la isla en un protectorado. La enmienda otorgaba al gobierno estadounidense el derecho de intervenir con el propósito de "mantener un gobierno adecuado para la protección de la vida, la propiedad y la libertad individual"; además del arrendamiento de un terreno que pudiera servir como estación carbonera o naval: la Bahía de Guantánamo (100 años después, la Bahía de Guantánamo es además una prisión y el sitio negro más notorio de la guerra contra el terrorismo).

Filipinas, destino de Butler tras dejar Cuba, también había estado luchando por la independencia de España y por el cambio social. El presidente McKinley razonó que los filipinos no eran aptos para el autogobierno, y que las islas podrían perderse fácilmente a manos de otra potencia, por lo que Estados Unidos no tenía más remedio que tomar las islas y "elevar" a sus residentes. El ejército estadounidense terminó enfrascado en una larga guerra de guerrillas. 

Conservar el territorio filipino -en los planes estadounidenses- les abriría el acceso al gran mercado chino, y China resultó ser el próximo destino de Butler. Allí, Estados Unidos intervino en la Rebelión de los Bóxers como parte de una alianza de ocho naciones para sofocar el movimiento anti-extranjero. Butler fue herido en combate pero marchó hacia la Ciudad Prohibida (aún era un joven militar). Las tropas saquearon y mataron indiscriminadamente a residentes chinos en Pekín. "Supongo que no deberíamos haber tomado nada, pero la guerra es un infierno de todos modos y ninguno de nosotros estaba en el estado de ánimo para mejorarla", escribió Butler.

Patrick Iber (artículo mencionado) refiere en que "el imperialismo de esta época fue alimentado por un sentido de superioridad civilizatoria y racial. En el extremo más suave del espectro, esto justificaba el control condescendiente, y en el extremo brutal, justificaba el asesinato y la deshumanización". Los costos de la ocupación generaron descontento: los informes sobre la conducta de Estados Unidos en Filipinas y en China horrorizaron a algunos. Mark Twain escribió con ironía en 1901: "Debe haber dos Américas: una que libere al cautivo, y otra que le quite la nueva libertad a un cautivo y se pelee con él sin nada en qué fundarla; luego lo mata para obtener su tierra". 

"La versión particular de "elevación" en Estados Unidos era en gran medida comercial. Los infantes de marina se encontraron construyendo infraestructura y emprendiendo iniciativas de salud pública que permitirían el buen funcionamiento del comercio internacional. Pero el "comercio" estaba frecuentemente representado por intereses comerciales concretos. En las décadas siguientes, Butler se encontraría en Panamá, país que Estados Unidos ayudó a separarse de Colombia para poder construir allí un canal. Intervino en conflictos civiles en Nicaragua y Haití, lo que llevó a largas ocupaciones estadounidenses de ambos países. Se suponía que la "diplomacia del dólar" de la época -una política de tratar de atraer a los bancos privados estadounidenses a la gestión de las finanzas de los países más pobres- reemplazaría las guerras de ocupación al estilo filipino "sustituyendo las balas por dólares". Pero también requirió muchas balas, ya que a menudo eran los marines los que terminaban defendiendo propiedades e inversiones estadounidenses. Los Estados Unidos se apoderaron de las aduanas sin aumentar los ingresos y dirigieron el reembolso a los bancos estadounidenses, privando a los gobiernos de fondos para el desarrollo".

"Butler se encontró con frecuencia lidiando con intereses financieros y corporativos que presionaban al gobierno de los Estados Unidos para que actuara. Le molestaba. Las cartas de Butler a casa en la década de 1910 contienen los inicios de los sentimientos antiimperialistas que expresaría en la década de 1930". En 1914, Butler también tomó parte de la ocupación de la  ciudad mexicana de Veracruz porque las compañías petroleras estadounidenses alentaban proteger sus inversiones durante la Revolución Mexicana

En Nicaragua, donde la intervención de los marines ayudó a establecer un gobierno conservador que aceptaría la gestión financiera de Estados Unidos, escribió: "Lo que me enoja es que toda la revolución está inspirada y financiada por estadounidenses que tienen inversiones salvajes aquí y quieren hacerlas buenas poniendo un gobierno que declarará un monopolio a su favor". A veces, estos sentimientos estaban sazonados con un racismo abierto hacia la gente de los países a los que fue enviado. "Es terrible que estemos perdiendo a tantos hombres luchando las batallas de estos malditos cerdos, todo porque (el banco de Wall Street) Brown Bros. tiene algo de dinero aquí". 

En Haití, el propio Butler fue responsable para la construcción de carreteras, reclutando mano de obra no remunerado que se aplicaba con violencia, incluso matando a los que intentaban escapar. "¿No es eso esclavitud?", preguntó un sobreviviente. Más de la mitad de las reservas de oro de Haití fueron llevadas a Nueva York en 1914, la ocupación continuó de 1915 a 1934. Haití tuvo que pagar "indemnizaciones" de guerra, la última en 1947 al National City Bank de Nueva York, actual Citibank. (Haití igualmente tuvo que pagar indemnizaciones a Francia por llegar a ser el segundo país "libre" de América, a través de una masiva revuelta de esclavos y guerra de guerrillas librada por esclavos negros y personas de color libres contra el ejército colonial francés y los propietarios de esclavos entre los años 1791 y 1804).

En el más citado artículo del General Butler para el Common Sense en 1935, escribió:


"Ayudé a que México y especialmente Tampico fueran seguros para los intereses petroleros estadounidenses en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba un lugar decente para que los muchachos del National City Bank recaudaran ingresos. Ayudé en la violación de media docena de repúblicas centroamericanas para el beneficio de Wall Street. El historial de extorsión es largo. Ayudé a purificar a Nicaragua para la casa bancaria internacional de Brown Brothers en 1909-12. Traje luz a la República Dominicana para los intereses azucareros estadounidenses en 1916. Ayudé a que Honduras fuera "correcta" para las compañías fruteras estadounidenses en 1903. En China, en 1927, ayudé a garantizar que Standard Oil siguiera su camino sin ser molestada... Mirando en retrospectiva, creo que podría haberle dado a Al Capone algunas pistas para operar su negocio en tres distritos de la ciudad. Nosotros, los Marines, operamos en tres continentes". ("Maverick Marine. General Smedley D. Butler and the Contradictions of American Military History", University Press of Kentucky, 1987, por Hans Schmidt)

 

Fotografías del General Smedley Butler

Como la mayoría de las potencias imperiales, Estados Unidos describió su ocupación como "altruista". Pero su idea de altruismo colocó los intereses comerciales y la "estabilidad" política de Estados Unidos en primer lugar. Los que se rebelaron fueron brutalmente reprimidos, insistieron en cambios en la Constitución para permitir la propiedad extranjera de la tierra, eso requería la disolución de la legislatura de Haití a punta de pistola. Las fuerzas de ocupación estadounidenses trabajaron con las élites locales para imponer su visión del orden social, bloqueando las desigualdades existentes y desmantelando los mecanismos a través de los cuales podrían abordarse. Mucho después de que las tropas estadounidenses se hayan ido, estos legados permanecen (Iber).


Jonathan Katz es autor de "Gangsters of Capitalism: Smedley Butler, The Marines, and the Making and Breaking of America's Empire" (2022). Mientras su libro estaba en prensa (2021), el US Army se retiraba de Afganistán tras 20 años de guerra que trajo más prosperidad al norte de Virginia que al propio Afganistán. Al mismo tiempo, la administración Biden buscó un contratista privado para reclutar guardias de habla criolla para operar un centro de detención de migrantes en la Bahía de Guantánamo, probablemente para haitianos detenidos en el mar. Todo esto hace que Butler, cuya vida debemos recordar, sea tan relevante como si estuviera escribiendo ayer.

"La principal preocupación del gobierno de Estados Unidos nunca será el bienestar de las personas ocupadas, siempre será el de los estadounidenses, y esto producirá resentimiento. Es posible que reconozcan que la presencia de Estados Unidos cambia el equilibrio interno de poder en las sociedades hacia el autoritarismo. Los estadounidenses a menudo dan por sentadas sus propias buenas intenciones, que les cuesta entender la resistencia a sus intentos de controlar y cambiar el mundo" (J. Katz)




La explicación de Butler para esto, por supuesto, es que los intereses empresariales están moviendo los hilos, manipulando la política exterior en su beneficio. De acuerdo con esta forma de pensar, el ejército estadounidense proporciona las tropas de choque del capital global, en una conspiración para asegurar la rentabilidad de las corporaciones estadounidenses. Trate de encontrar la mentira, si quiere, en la declaración de Butler... No hay ninguna. (el autor se refiere a la cita del artículo del General Butler para el Common Sense en 1935, descrito en párrafos arriba).

El modelo de Butler produce ideas. Las empresas estadounidenses presionan para que la política exterior de Estados Unidos satisfaga sus necesidades, y el destino de la propiedad estadounidense recibe una deferencia desproporcionada. Pero reducir la política exterior de EE.UU a un "complot de negocios" puede producir una especie de antiimperialismo barato, en el que el mal comportamiento es simplemente el resultado de grupos de presión o intereses ocultos. Su simplicidad a veces desplaza las situaciones más complejas que también se presentan. (NdelE: No analizaremos aquí esas situaciones complejas)

El artículo de Iber termina con otra de esas ironías del destino. Comenta que Jonathan Katz (autor del libro mencionado), en uno de sus viajes a Haití, habló con trabajadores de la construcción explicándoles que la mayoría de los estadounidenses no tienen idea de que su país alguna vez haya ocupado Haití, la mayoría de los trabajadores se rieron. Uno fue incrédulo. "¡No creo que los estadounidenses no sepan de eso!", gritó. ¿Cómo es posible? A veces el mundo es un lugar vulgar, donde otros pagan el precio de la ignorancia estadounidense.




"Maverick Marine. General Smedley D. Butler and the Contradictions of American Military History", University Press of Kentucky, 1987 (Marine rebelde. General Smedley D. Butler y las contradicciones de la historia militar estadounidense) de Hans Schmidt, es la fuente de los siguientes extractos que tratan de algunos de los posteriores y radicales pronunciamientos de Butler tras su retiro como militar.

Schmidt da un enfoque diferente a la personalidad de Butler, dice de él, "su retórica antiimperialista y anticapitalista fue claramente compensada por un vigoroso apoyo a la ley y el orden internos. Asimismo, su tema pacifista se complementó con un inquebrantable apoyo militarista a la defensa nacional. Siempre fue el patriota y el marine combatiente, nunca el pacifista llorón o el ideólogo complicado". 

Mantuvo cierto grado de credibilidad en todo el espectro político y publicó sus puntos de vista radicales en foros tan diversos como Woman's Home Companion, Reader's Digest, Common Sense y New Masses. Butler en Common Sense escribió cinco artículos (revista socialista en 1935-36). Butler se convirtió en un destacado portavoz de la Liga Contra la Guerra y el Fascismo, que muchos consideraban dominada por los comunistas. Incluso cuando la tolerancia hacia la disidencia se redujo con la llegada de la guerra a finales de los 30, siguió siendo un portavoz popular en el círculo de los veteranos. 

En enero de 1932, Nation informó que Butler había caracterizado al ejército estadounidense como "una agencia glorificada de recaudación de facturas" y que había dicho que "no le gustaría ver a un chico mío marchar con un collar de Wall Street alrededor del cuello".

Butler convirtió la analogía entre imperialismo y crimen interno en una acusación explícita. Su argumento estaba arraigado en la moralidad convencional, cuando se utilizaba para vencer la injusticia y el atraso y difundir el estilo de vida estadounidense, el uso de la fuerza era bueno; por el contrario, la fuerza utilizada para el mal era tanto más odiosa cuando estaba contaminada por el engaño y la hipocresía. La fascinación popular por el gansterismo (las docenas de películas de gánsteres de Hollywood cada año) proporcionaba una jerga conveniente que Butler utilizaba para transmitir una convicción que había evolucionado a partir de toda una vida de experiencia militar y policial.

Denunció las manipulaciones políticas de los gánsteres desde al menos 1912. Su renuncia a la guerra como un escándalo y al imperialismo como gansterismo coincidía exactamente con su invectiva contra Capone. La lucha contra el crimen en el país se sustentaba en ideales de elevación y juego limpio, los mismos que los fundamentos oficiales para la intervención en el extranjero. El abuso del ejército con fines corruptos en el extranjero equivalía a la corrupción policial en el país. La lógica era ineludible una vez que se había prescindido de los símbolos patrióticos, la retórica piadosa y el legalismo engañoso que habían flotado en una larga sucesión de expediciones militares al extranjero.

Smedley Butler tuvo una sorprendente reputación en la comunidad policial como experto y defensor de las policías estatales y federales, al mismo tiempo que exponía puntos de vista de izquierda sobre el capitalismo y el imperialismo. Señaló al FBI como el brillante ejemplo de cómo el gobierno federal debería responder al crimen. Butler dijo en 1936 en Chicago que el FBI era uno de los pocos departamentos gubernamentales "que no olía a gloria". 

El FBI estaba al tanto del supuesto complot de Wall Street de 1934, aparentemente no investigó. La afinidad de Butler con Hoover reflejaba lo que el historiador Samuel Walker lamentó como una tendencia hacia una autoridad altamente centralizada por la cual a los ejecutivos de la policía se les daba "discreción casi completa" para hacer lo que quisieran, J. Edgar Hoover demostró que las técnicas del profesionalismo y la eficiencia podían pervertirse fácilmente" (Historia crítica de la reforma policial, 1977, Samuel Walker). 

E.Z. Dimitman, reportero del Philadelphia Public Ledger, en la década de 1920, cubrió los esfuerzos de Butler para hacer cumplir la Prohibición. En ese momento, Butler estaba cedido por los Marines a la policía de Filadelfia, donde ocupó el cargo de Director de Seguridad Pública. En 1926, Dimitman acompañó a Butler en un crucero de 26 días desde Brooklyn a San Diego. La serie resultante de treinta capítulos, llamada "Smashing Crime and Vice", se publicó en cien periódicos. Butler donó la mitad de los ingresos a un fondo para procesar a los políticos que interfirieron con la fuerza policial de Filadelfia.

Su principal colaboración con Dimitman fue el libro de 1935 "La guerra es una estafa" (52 páginas). Fue condensado en Reader's Digest como suplemento de un libro, precedido por Lowell Thomas elogiando el "coraje moral y físico" de Butler... Incluso sus oponentes admiten que en su postura sobre cuestiones públicas, el general Butler ha estado motivado por la misma ardiente integridad y leal patriotismo que ha distinguido su servicio en innumerables campañas de la Marina.

En una serie de discursos de radio de 1935 en la WCAU de Filadelfia, con alcance nacional, apoyó el proyecto de ley Connery que prohibía el uso de equipos federales por parte de la Guardia Nacional contra los huelguistas. "Una vida vale menos que un cristal": "Un matón contratado por las fábricas golpea con una cachiporra en la cabeza a un huelguista... Los matones contratados o la policía, o tal vez la guardia nacional, quienquiera que esté allí para proteger la propiedad, se emocionan y comienzan a disparar, y tal vez un huelguista o una víctima inocente, una mujer o un niño recibe un disparo". 

Siguiendo los artículos de John Spivak de 1935 sobre "La conspiración fascista de Wall Street", el New Masses publicó "Dónde está Smedley Butler" (Walter Wilson). Se comenta que mucha gente consideraba a Butler como un demagogo, éste le dijo a Wilson que las grandes empresas y Wall Street eran los enemigos, empeñados en "los mismos trucos utilizados por los dictadores europeos para mantener al capitalismo en la cima del montón económico". Los trabajadores tenían absoluto derecho a hacer huelga y llamarlos bolcheviques era sólo un pretexto para la represión. Butler respaldaba a la Federación Estadounidense del Trabajo, pero criticó su liderazgo. Aunque Butler admitía aspectos antidemocráticos y la necesidad de reformas, creía firmemente en la democracia estadounidense. 


Portadas modernas de "War is a Racket", 1935 (La guerra es una estafa), del General Smedley D. Butler de la Infantería de Marina de Estados Unidos. El opúsculo de 52 páginas fue publicado en Nueva York por la editorial Round Table Press Inc. Básicamente es un resumen de la recopilación de muchos de sus discursos que solían tener (muchos) igual título. Refiere principalmente a las guerras contemporáneas de los EEUU como aventuras imperialistas en beneficio de Wall Street. Propuso la idea que las fuerzas armadas de los EEUU debían utilizarse solo con fines de defensa; y, eventualmente podría declarar guerras ofensivas si hubieran sido aprobadas en plebiscitos limitados, en que únicamente votarían aquellos que pudieran ser llamados a filas (en realidad esta parte suena utópico). El original contiene cinco breves capítulos escritos con un tono enérgico, comenzaba con el capítulo I "La guerra es un escándalo"; Cap. II ¿Quién recibe las utilidades?; Cap. III ¿Quién paga las cuentas?; Cap. IV ¡Cómo acabar con esta estafa!; y, Cap. V ¡Al diablo con la guerra! En esencia -dice Butler- la guerra y el imperialismo son funciones de la codicia de los capitalistas en "territorio recién adquirido, rápidamente explotado por unos pocos, los mismos pocos que arrancaron dólares de la sangre de la guerra". Para unos pocos, este fraude, como el contrabando y otros fraudes del hampa, genera beneficios extravagantes, pero el costo de la operación siempre se transfiere a la gente, que no se beneficia.


Butler fue en principio partidario del New Deal, luego criticaría lo que consideraba astutos preparativos de FDR para la guerra. En 1935, dijo que Estados Unidos estaba "derivando rápidamente hacia otra guerra a través de la dictadura. Los líderes políticos de este país están a favor de otro conflicto para encubrir sus errores". A principios de 1936, anticipando los primeros movimientos encubiertos de Roosevelt hacia el sistema de alianzas de la Segunda Guerra Mundial, Butler abogó por exigir que el secretario de Estado leyera toda la correspondencia diplomática por radio para impedir compromisos secretos. El estancamiento del gasto militar había terminado y Butler se apresuró a dar la alarma

Las intervenciones navales habían "obligado a los países pequeños a ceder ante los deseos de nuestros intereses comerciales", aunque después de la Gran Guerra se tocaba la expansión naval solo en términos defensivos, en realidad el recrudecimiento del imperialismo "en desacuerdo directo" con la legislación de neutralidad vigente siempre estuvo en primer término. La marina no "poseía un solo plan que no contemplara un ataque a otro país. Su verdadera política es el lema imperialista bigotudo 'la mejor defensa es la ofensiva'... poder navegar hacia aguas extranjeras y atacar a su enemigo del momento en la primera oportunidad".

Al oponerse a la remilitarización de la política exterior estadounidense, pidió una defensa viable que excluya las capacidades imperialistas, así ningún enemigo extranjero o posible coalición podría invadir Estados Unidos. Butler era claramente un aislacionista militar, no estaba en contra de los militares como tales. Era aislacionista sólo en la medida en que denunciaba las intervenciones militares en el extranjero, que consideraba equivalentes al imperialismo (o al gansterismo internacional, como él había llegado a entenderlo y detestarlo), analiza el libro de Schmidt. Butler insistió en una enmienda constitucional exigiendo un referéndum nacional antes de la declaración de guerra. 

Un momento crítico para la remilitarización fue la Ley de Expansión Naval (Vinson) de 1938 para la construcción de acorazados, portaaviones y cruceros para crear una armada de dos océanos con capacidades de ataque de largo alcance. Butler testificó extensamente en las audiencias del Comité de Asuntos Navales del Senado sobre su carrera pasada "corriendo por el mundo custodiando latas de Standard Oil" y "robando a pequeños países de América Central y del Sur en interés de Wall Street". 

Butler no vivió para ver el debate "internacionalista" versus "aislacionista" pervertido hasta este punto. Pero podía prever claramente la venidera santificación intervencionista de la guerra y pasó sus últimos años intentando desmitificarla. La agresión japonesa a China no le impresionó: "Resulta que Japón es el enemigo este año. El año que viene puede que sea otro... Lo siguiente puede ser que amemos a los japoneses hasta la muerte". "Los marines, soldados y cañoneras en China deberían regresar a casa. Los ciudadanos estadounidenses deberían largarse de China y permanecer fuera... dejar que los intereses financieros que lloran allí enarbolen sus propias banderas y luchen contra sus propios desconciertos". Estados Unidos debe abandonar Filipinas, Hawái, Alaska y Puerto Rico, a los que añadió el Canal de Panamá, en lugar de luchar por ellos, dijo.

Sobre Europa, expresó que Estados Unidos no tuvo nada que ver con el "acaparamiento de tierras de Hitler" o con las "promesas que Gran Bretaña y Francia hicieron a Polonia". En su antología de 1939, "Neutrality" en Common Sense, habló de una supuesta superioridad moral estadounidense, admitiendo que, junto con "el 90% del pueblo estadounidense", simpatizaba con los aliados occidentales. Pero que eso no era motivo para intervenir o rearmarse más allá de "una defensa de hierro por la que ni una rata podría arrastrarse".

Con el movimiento por la paz ejerciendo presión pública a la administración intervencionista de Roosevelt, exhortó a los veteranos de guerra: "Son ustedes los que van a morir y sangrar, no el grupo de agitadores de banderas de Wall Street". Se adaptó una resolución contra la guerra, pedían la obligatoriedad de neutralidad y retirada de todas las fuerzas estadounidenses de suelo extranjero. A medida que el movimiento por la paz decayó ante el totalitarismo y el militarismo, se encontró con un desprecio cada vez mayor en la prensa intervencionista. En marzo de 1939, el Time lo ridiculizó.


El mayor general Smedley Butler se dirige al “Ejército de Bonificación” de casi 16.000 veteranos de la Primera Guerra Mundial,  Washington, DC, en 1932

La guerra era una realidad había iniciado en 1937 en el Lejano Oriente y desde 1939 en Europa, las perspectivas de mantener a Estados Unidos fuera se desvanecían rápidamente. "Las transmisiones de radio de Butler, varias de ellas en cadenas nacionales, se transmitían con una voz emotiva, ronca y grave, se caracterizaron por un lenguaje colorido y frecuentes aforismos, condenando a los "perros de guerra" y la guerra como "un escándalo mezquino, cruel y, sí, inmundo". En una transmisión de octubre de 1939 presentada por el senador Clark, instó a las madres de Estados Unidos a no permitir que sus hijos fueran enviados al extranjero como "carne de cañón" (Schmidt).

A inicios de 1940, Butler tuvo seis semanas de agotadora gira de conferencias, en ese tiempo Alemania lanzó su Blitzkrieg en el norte y el oeste de Europa. Escribió a la líder de un grupo de Mujeres Republicanas Independientes que estaba cansado y con mala salud, por lo que tendría que aplazar un discurso: "Espero que se dé cuenta de que estoy a punto de morir dando discursos y siento que debo tomar un descanso este verano ya que mis compromisos terminan en junio. Además, estoy seguro de que no sirve de nada hablar más sobre este asunto de la guerra. La gente de Estados Unidos es tonta si quieren que les disparen a sus hijos y mantener a Franklin Roosevelt en un pedestal, simplemente tendrán que hacerlo".

El 22 de mayo pronunció un último discurso, advirtió que Estados Unidos no debería entrar en "pánico" por el colapso militar británico y francés. Inglaterra no estaría acabada hasta que se hunda su armada; para entonces Hitler estaría demasiado débil para atacar a Estados Unidos. Los estadounidenses deberían defender únicamente a su propio país, "todo lo demás es una maldita estafa comercial de algún tipo". Butler mostraba la tensión de una larga enfermedad que le había hecho perder veinticinco libras. 

El mayor general Smedley Butler falleció el 21 de junio de 1940, momentos previos a que una delegación francesa firmara el armisticio ante las tropas hitlerianas, curiosamente rearmadas en buena parte con los préstamos de los banqueros de Wall Street y modernizada su máquina de guerra usando las filiales del complejo industrial estadounidense con sedes en Alemania. 

Con seguridad hubiera rechazado que, en su memoria, fuera puesto en servicio en 1941 el destructor USS Smedley D. Butler. 


El mayor general Smedley Butler denunciando en diciembre de 1935, en un corto film (Universal Newsreel), un complot golpista fascista en Estados Unidos contra FDK en 1933

Fuentes:

"Stop those gangsters of capitalism"

New CP Documentary: Why Assume there will be Another Election? The 1934 Bankers Coup Revisited

DE GEPOOGDE STAATSGREEP VAN WALL STREET IN 1933

The Marine Who Turned Against U.S. Empire

Maverick Marine: General Smedley D. Butler and the Contradictions of American Military History

File:Universal Newsreel - Gen. Butler bares "plot" by fascists

The ‘Business Plot’ to Overthrow Franklin D. Roosevelt

La guerra es una estafa, por el General Smedley Buter

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