Temas de análisis e investigación para descubrir los verdaderos motivos que se ocultan entre bastidores y que desembocan en conflictos bélicos. "Detectives de guerra" desenrolla la trama urgida por políticos y fuerzas obscuras que controlan el Poder en el mundo.
Sin duda la guerra entre Libia y Chad es uno de los tantos "conflictos de baja intensidad" desatados durante la Guerra Fría, los grandes bloques o superpotencias mundiales se encontraban en abierta disputa geopolítica por imponer sus sistema más allende de sus fronteras. Y, por supuesto, África fue uno de los encarnizados escenarios de ese enfrentamiento.
No hay que tapar el sol con un dedo, la Libia del Coronel Gadafi se estrenó en el concierto internacional con una demostración de fuerza. Gadafi estaba armado hasta los dientes con material soviético y, con fundamentos o sin ellos, pretendió imponer -seamos más suaves-, trató de sembrar el pan-arabismo en territorio africano. Esa doctrina pan-arabista constituía un auténtico peligro para los intereses de las ex potencias imperialistas y de los Estados Unidos, nada de ello tenía con ver con el fundamentalismo religioso ausipiciado siempre por las potencias coloniales. Recordemos que en aquellos lejanos años 70 Gadafi fue una especie de padre de la unidad libia y promotor de la Unión Africana, así intentó renacer una República Árabe Unida que ya había existido (Egipo y Siria). También Gadafi convertió a Libia en base de apoyo y entrenamiento de organizaciones de liberación nacional de izquierda y de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Gadafi fue declarado enemigo de la "libertad" por Ronald Reagan quien ordenó su asesinato, en abril de 1986 un bombardeo de Trípoli intentó eliminarlo, la tentativa fracasó; luego vendría el incidente de Lockerbie, que minó la voluntad de Gadafi, esa presunta participación libia en el atentado, llevó a la acusación mundial contra Gadafi de apoyar el terrorismo internacional (La Comisión de Investigación de Casos Criminales de Escocia -Scottish Criminal Cases Review Comisión- puso en tela de juicio la participación libia en el atentado terrorista contra aerolíneas Pan Am 103, del 21 diciembre de 1988). Libia se vio forzada a pagar 2.7 mil millones de dólares a las víctimas del supuesto atentado libio, sin que haya reconocido su responsabilidad. Gadafi, el “terrorista”, “miembro” de la coalición del “Eje del Mal”, fue chantajeado para aceptar una inexistente responsabilidad. A cambio Gadafi recibió la seguridad de Occidente de perpetuarlo en el “trono” libio. Fue allí que Gadafí dio un giro radical, se convirtió en aliado de Europa e inició la adquisición de armamento occidental, dejando a los rusos con pocos contratos. Viajó por Europa, besándose con cuanto líder se puso en su camino. Un “gran” amigo consiguió Occidente en este juego, Gadafi viajó por el mundo haciendo “aliados”; pero su destino ya estaba escrito, no en las estrellas, sino en los despachos de los líderes de las potencias de la OTAN. Sería depuesto y asesinado a través de una “espontánea revolución” popular, una supuesta y esperada imposición “democrática” de corte yihadista con apoyo de la OTAN...
Tropas del Chad durante el conflicto libio-chadiano (1986-1987) movilizándose en un vehículo Toyota
Volvamos al tema central de este artículo. Se conoce como "La Guerra de los Toyota" al conflicto que involucró a los estados de Libia, Chad y Francia entre 1986-1987, es un episodio de las frecuentes crisis armadas entre Libia y Chad por la Franja de Aouzou que iniciaron en 1973. No será la primera vez que se utilizará a Toyota como sinónimo de guerra. La más reciente demostración del "poder" de Toyota (nos referimos a la calidad del vehículo) fue su uso en la guerra yihadista contra Irak y Siria, cientos de flamantes todoterreno de esa marca desfilaban por las cuidades conquistadas enarbolando la bandera del Estado Islámico. ¿Quién financió la adquisición de esas flotas? sigue siendo un "misterio"... En cuanto al conflicto Libia y Chad 1986-87, se bautizó como "Guerra de los Toyota" dado el hecho de que las tropas chadianas usaban camionetas de esa marca a las que se adaptaron armas pesadas y misiles antitanque. Atravesando el desierto los Toyota se enfrentaron de igual a igual con los vehículos blindados libios y triunfaron.
La táctica fue tan ingeniosa que es modelo de estudio en la actualidad. Veamos un breve guión:
Las fuerzas libias convirtieron varias aldeas del norte de Chad en verdaderas fortalezas. Además de la zonas fortificadas e infanteria con armas antitanque, las unidades libias están compuestas por tanques T-62 y T-55A, PC BMP-1 y BTR-70.
La MISIÓN de las fuerzas chadianas es atacar y capturar esas fortificaciones libias utilizando la movilidad de las camiones "Toyota" y hasta se planifica una incursión en Libia para capturar la base aérea de Maatan-As-Sarra.
La composición de las fuerzas "Toyota" del ejército del Chad es la siguiente:
3 pelotones de camiones de 50 Cal MG
3 pelotones de camiones de remolque
3 pelotones de camiones RCL
3 pelotones de infantería de camiones
3 x camiones de suministro
2 baterías de artillería de tres tubos.
Los libios sufrieron grandes pérdidas materiales y humanas, algunas fuentes señalan en más de 7.500 soldados libios muertos y pérdidas en equipo militar equivalente a 1.500 millones de dólares. Libia perdió está guerra en particular dejando en el olvido sus exitosas campañas de años anteriores. Como ANEXO en la parte final de este artículo se agrega un interesante video de la "Guerra de los Toyota"
A continuación revisemos un interesante análisis de ese conflicto redactado por Zachary Lynn del portal Sea Lion Press, cuyo título original en inglés es "Forgotten conflicts: The Libyan-Chadian War".
Tito Andino
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Hay innumerables guerras y batallas que aún se recuerdan en la conciencia colectiva del público como la Segunda Guerra Mundial, Corea, Vietnam o la Guerra de Rusia en Afganistán. Incluso las guerras de otro siglo como la guerra de los 30 años o la guerra de Crimea pueden ser bien conocidas. Sin embargo, muchas guerras se libran fuera de la conciencia generalizada del público. Pero todavía tienen sus propias historias que deben contarse.
Este artículo trata sobre una de esas guerras, el oscuro conflicto sobre la Franja de Aouzou. Libia y Chad disputarán durante muchos años esta región desértica rica en minerales y el conflicto se convertiría en ocasiones en una guerra indirecta que involucraba a potencias como Francia y Arabia Saudita. Si bien la serie de batallas conocida como la ´Guerra de Toyota´ recibe la mayor atención, esa fue simplemente una fase de un conflicto de 9 años en África Central.
La descolonización de África había dejado muchas preguntas sobre dónde se suponía que debían estar las fronteras, con fronteras esencialmente establecidas por varias potencias coloniales europeas. La Franja de Aouzou se había considerado parte del África francesa, pero fue entregada al Imperio italiano en 1935 como parte de una política de apaciguamiento hacia Mussolini. Cuando el efímero Reino de Libia surgió en 1951 como estado independiente del desaparecido Imperio italiano, firmó un tratado con Francia en 1955 renunciando a la Franja de Aouzou. Cuando Chad se independizó en 1960, incluyó esa pequeña franja de desierto. Esto era algo que resentiría al posterior gobierno libio.
La guerra comenzaría debido tanto a las ambiciones del dirigente libio Muammar Gaddafi hacia el sur como al factor desestabilizador de la guerra civil chadiana que estalló poco después de la independencia. La existencia de tratados territoriales coloniales europeos contradictorios de 1955, 1935 y 1899 sobre el status de la franja permitió reclamos de jurisdicción, pero la realidad era que el conflicto solo sucedió porque se creía que la franja era rica en depósitos de uranio. Toda la región no tiene más de 10.000 habitantes, de los cuales 1.300 viven alrededor de la ciudad Oasis de Aouzou, por lo que normalmente no valdría la pena luchar por ella, pero las riquezas minerales esperadas cambiaron esa ecuación.
Gráfica captada de Twitter (Periodistán). Añadida por el editor de este blog
La guerra civil de Chad comenzó como una lucha entre el presidente cristiano Francios Tombalbaye y la organización FROLINAT (Frente para la Liberación Nacional de Chad), una fuerza insurgente antigubernamental dominada por musulmanes. Libia apoyaba a FROLINAT contra el presidente Tombalbaye, en 1970 fueron sorprendidos intentando organizar un golpe. En respuesta, Tombalbaye rompería todas las relaciones con Libia e invitaría a Chad a cualquier tipo de oposición libia que pudiera encontrar. Duplicando el despecho, luego procedería a reclamar la región libia de Fezzan con una lógica bastante endeble, justificándola en última instancia como si no fuera diferente del endeble reclamo de Libia sobre la Franja de Aouzou.
Estamos de acuerdo con la idea de que tales reclamos se refieren principalmente al deseo de más tierras en lugar de principios legales, pero tampoco dirijimos el Ministerio de Relaciones Exteriores de ninguna nación, así que aquí estamos.
Sin embargo, Francia y Nigeria presionarían a las dos naciones para que solucionen las cosas. En una reunión secreta de la que los detalles exactos son en gran parte conjeturas, se cree que Libia acordó pagar a Chad 40 millones de libras esterlinas por la franja de Azouzou. Es cierto que después de esa reunión, las fuerzas libias avanzaron hacia la región y establecieron una base de la fuerza aérea fortificada para proteger su nueva tierra y también que Libia abrió una cuenta para invertir el dinero adeudado en Chad. Sin embargo, a pesar de las afirmaciones de que Tombalbaye estuvo de acuerdo con esto, la única prueba que se ha presentado es una carta posiblemente falsificada en la que Tombalbaye reconoce los reclamos libios sobre la región. Libia, durante la mediación de la ONU, nunca pudo mostrar ninguna otra documentación que pudiera haber legalizado la ocupación. Los historiadores creen que este es el punto en el que Gaddafi decidió que su objetivo era el establecimiento de un estado cliente en Chad, o incluso la anexión. Entonces podría adentrarse más en África Central.
El Presidente François Tombalbaye de Chad, en una foto tomada durante una visita a Israel, octubre de 1959. Y a la derecha, el Coronel Gadafi en los años 70.
El presidente Tombalbaye fue destituido por un golpe de estado en 1975 por el general Noël Milarew Odingar y un militar, anteriormente encarcelado, el general Felix Malloum quien se convirtió en presidente. Malloum rápidamente hizo causa común con el comandante de la milicia islámica Hessan Habré, quien se había separado de FROLINAT por la cuestión de aceptar el apoyo libio, ambos resolvieron luchar contra Libia. Malloum también se acercaría tanto a la ONU como a la Comunidad Árabe en busca de apoyo contra Libia, especialmente cuando Libia redobló su apoyo a FROLINAT contra el Gobierno en la capital chadiana de N'djamena. Esto parecía una apuesta decente para los libios, ya que el ejército chadiano en ese momento estaba mal armado, en su mayoría equipado con rifles, ametralladoras y algunos restos de blindados ligeros de la época colonial, mientras que las fuerzas de FROLINAT tenían armas pequeñas pero modernas y estaban respaldadas por tanques y helicópteros artillados libios.
FROLINAT avanzaría contra el ejército chadiano y capturaría la ciudad de Faya-Largeau en 1978. Había sido defendida por 5.000 soldados, pero aunque superaban en número a FROLINAT, FROLINAT tenía la ventaja blindada y, por lo tanto, la ciudad cayó y el ejército conjunto rebelde / libio continuó moviéndose hacia el sur. Además, 2.500 chadianos fueron hechos prisioneros y el ejército chadiano fue efectivamente diezmado. Fue en la batalla de Ati, a unas 300 millas al norte de la capital chadiana, cuando finalmente se detuvo el avance de FROLINAT. Y no por las fuerzas de Chad, sino por las fuerzas de la Legión Extranjera Francesa y la presencia de la Fuerza Aérea Francesa, ante quienes los libios se negaron a entablar combate por temor a una escalada del conflicto.
Foto de archivo. Miembros de la Legión Extranjera Francesa -LEF- fines de la década de 1970.
La presencia de tropas francesas y libias creó un estancamiento militar que conduciría a algo que de alguna manera casi se parece al juego de tronos con AK-47. Malloum, Habré y Goukouni, el líder de FROLINAT, se convirtieron en los tres jugadores clave en la región del Chad en la región. Después de la derrota de Libia y FROLINAT en Ati, Malloum y Habré tenían fuerzas significativas en N'djamena. Goukouni también tenía fuerzas considerables en Faya-Largeau, sin embargo, su relación con las tropas libias se había derrumbado después de que se negó a adoptar el Libro Verde. Gaddafi cambió su apoyo a una facción menor liderada por Ahmat Acyl. Como era de esperar, la tensión se convirtió en violencia, primero Acyl atacó y fue derrotado por Goukouni, luego estalló la Batalla de N'Djamena entre las fuerzas de Malloum y Habré. En medio de este caos FROLINAT entró en la ciudad para luchar del lado de los musulmanes de Habré contra los cristianos de Malloum. Después de haber obligado a Malloum a retirarse hacia el sur, Goukani y Habré se enfrentarían en un intento de avance de Acyl / Libia desde el norte.
Con el país cayendo cada vez más en la anarquía y los señores de la guerra regionales emergiendo, Nigeria acogería varias conferencias de paz. Allí se acordó que Malloum dimitiría y Goukouni se convertiría en presidente, con Hessan Habré como ministro de Defensa, Acyl como ministro de Asuntos Exteriores y, leal a Malloum, Kamougué como vicepresidente. Este Gobierno de Unidad duraría ... no mucho.
El tratado establecía que las tropas francesas restantes serían reemplazadas por tropas de la Unión Africana y, en medio de esta transición, la milicia de Habré renovaría su lucha contra las milicias de Acyl y Goukouni, finalmente en 1981 Goukouni pidió la ayuda de Gaddafi para derrotarlo. Las tropas libias fueron transportadas en avión más cerca de N'djamena y, ante el ejército libio, Habré fue desalojado de la capital. Huyó a Sudán, pero prometió que volvería. Si bien esta era una amenaza común durante las guerras civiles, Habré en realidad regresaría antes de lo que esperaba.
A finales de 1981, Goukouni y Gaddafi emitieron una comunicación conjunta en la que establecían un objetivo común de unidad entre Libia y Chad. Esto fue recibido con algo parecido al horror por el resto del mundo e incluso la mayor parte del gobierno chadiano y es probable que Goukouni se viera obligado efectivamente a participar en el comunicado, de hecho, retrocedió bajo la presión internacional. Aún así, la presión aumentó y, a pesar de que Gaddafi afirmó que sus tropas estaban en el país para mantener la paz, aceptó retirarse de todo Chad excepto de la Franja de Aouzou. Se prometió más pacificadores africanos para llenar el vacío.
Tropas libias arriban el helicópetero a un poblado en la zona de disputa, La foto corresponde al conflicto de 1986-87
Nadie tuvo en cuenta los planes de Habré. La propia milicia de Habré, la FAN, había recibido apoyo y entrenamiento de Sudán, Egipto, Arabia Saudita y la CIA durante su exilio y ahora era una fuerza formidable. Vio su oportunidad y, tras la retirada de los libios, cruzó la frontera con este ejército, tomando la importante ciudad de Abeche y la capital en unos meses. Goukouni huyó al exilio y el vicepresidente Kamougué también huyó después de que la ayuda libia no se materializara. Hessan Habré declaró que ahora era presidente de Chad, menos de dos años desde que se había ido. Habré comenzó a rodar hacia el norte para reclamar su país, y aunque al principio Libia dudaba en intervenir, pronto terminaría apoyando a Goukouni en la reconstrucción de una milicia para retomar a N'Djamena. En otra batalla en Faya Largeou, Habré fue derrotado y llamó a Francia en busca de ayuda. Francia en este punto estaba haciendo el equivalente diplomático internacional al dar un triste suspiro, esencialmente trazó una línea en la arena. Chad se dividió a lo largo del paralelo 50 entre Habré y Goukouni en 1984 y los próximos años serían relativamente tranquilos, ya que Habré trabajaría para reconstruir su ejército y planificar una nueva ofensiva, no cabía la posibilidad de un Chad permanentemente dividido, en 1987 las fuerzas de Goukouni habían desertado en gran medida y Libia había perdido gran parte de su legitimidad.
Entre 1986-1987, Habré, con el apoyo de Francia, lanzó ofensivas al norte replanteando la guerra civil como una lucha contra la invasión extranjera. En contraste con el ejército derrotado de 1978, el ejército chadiano de 1987 estaba formado por 10.000 soldados bien entrenados, patriotas y motivados. Francia también les había suministrado 400 camionetas Toyota nuevas y misiles antitanque Milán. Los chadianos en ese momento también se habían enterado de que las camionetas pickup no detonarían las minas terrestres libias si se movían a más de 100 kilómetros por hora cuando pasaran sobre ellos. Los libios, aunque contaban con 8.000 hombres, 300 tanques y otras fuerzas en la franja, estaban mal dirigidos y nada motivados.
La decisiva batalla de Fada en enero de 1987 vio a los chadianos usar su velocidad y conocimiento del área para flanquear y destruir las fuerzas libias en su base de comunicaciones en Fada. Esta batalla resultó con apenas 50 bajas chadianas en comparación con 800 libios y decenas de tanques libios destruidos. La Fuerza Aérea Libia participaría en bombardeos, pero los chadianos escondían con frecuencia sus vehículos en el extenso desierto donde los libios no podían encontrarlos. Además, los aviones libios con frecuencia simplemente no volaban, ya que existía el temor de que la fuerza aérea francesa, que había atacado los aeródromos libios en 1986, los derribara. A pesar de una victoria libia en el extremo norte, los chadianos podrían atacar la propia Libia por primera vez, destruyendo la base aérea clave de Maatan-as-Sarra.
En este punto, Francia intervino para mediar en un alto el fuego, antes de que Habré los arrastrara a una invasión de la propia Libia. Gaddafi había sido efectivamente humillado. El hecho de que Chad hubiera aplastado a los libios y provocado la huida de una parte razonable del ejército había arruinado su capacidad para ser visto como una gran potencia militar. Estados Unidos le había proporcionado a Chad misiles Stinger, por lo que la Fuerza Aérea de Libia era ahora una amenaza vacía. Gadafi retuvo el control sobre la franja de Azouzou, sin embargo, independientemente de lo mucho que los libios no pudieran soportar a Habré, ahora tenían que reconocerlo como presidente. La cuestión de la franja de Azouzou sería llevada a la Corte Internacional de Justicia para su mediación. El propio Habré fue derrocado por uno de sus comandantes de campo, Idriss Deby, en 1990, sus ocho años en el poder estuvieron marcados por abusos de derechos humanos a gran escala.
La Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista fue el nombre oficial que recibió Libia durante el período entre 1977 y 2011, luego de la proclamación en la Declaración de Sabha de la Yamahiriya (‘Estado de las masas’) por el líder de la entonces República Árabe Libia, el coronel Muamar el Gadafi, en el poder desde 1969. En esta declaración, Libia oficialmente se convierte en un Estado socialista regido por la ideología de la «tercera teoría universal», y el coronel Gadafi traspasa el poder ejecutivo al Congreso General del Pueblo mientras creaba para él un nuevo cargo superior, el de «Hermano Líder y Guía de la Revolución». En 2011, durante la llamada «Primavera Árabe», el gobierno de Gadafi y la Yamahiriya fueron derrocados y sustituidos por el Estado Libio tras una insurrección armada de corte islamista en una parte del país, insurrección que contó con el respaldo de la OTAN, que estableció una zona de exclusión aérea y bombardeó objetivos gadafistas, bajo el amparo de la ONU (cita interpuesta, tomada de Wiki).
¿Podría la bandera verde de la Jamahiriya Árabe Libia haber ondeado sobre todo Chad? En 1994, la franja de Azouzou votó para ser reintegrada a Chad por 15-1. Libia aceptó y el conflicto terminó.
Hay mucho potencial para especular con la historia alternativa en esta guerra, a pesar de ser un área que rara vez se toca. Varias de las intervenciones francesas se llevaron a cabo durante elecciones políticas en Francia y la percepción pública ligeramente diferente podría haber asegurado que Francia no se involucrara. Libia muy bien podría haber ocupado y anexado Chad si Francia no se hubiera inmiscuido. Animado por el éxito en Chad, ¿podría Libia haber entrado en Níger o en la República Centroafricana? Eso parece posible, ya que ninguno de los dos países es conocido por ser estable o incluso funcional en gran medida. Por supuesto, tales pretensiones habrían sido inquietantemente inestables y podrían haber llevado a una caída mucho más fea de Libia.
Por otro lado, Chad es rico en uranio. Si bien no se ha encontrado en Azouzou, está presente en el sur. ¿Podría Gaddafi con un suministro de uranio haber construido armas nucleares?... ese es un pensamiento alarmante. En esos años, Gaddafi era visto como una seria amenaza para la paz regional, ¿podría Egipto haberse involucrado finalmente? O incluso los Estados Unidos bajo un presidente que se tomó en serio los planes de Gaddafi.
En una inclinación más extrema, ¿podría Gaddafi anexar Chad y romper el tabú internacional sobre la anexión de territorios en el mundo en tiempos de guerra? Desde la Segunda Guerra Mundial ha existido una moratoria no oficial sobre tales cosas. ¿Podríamos ver el colapso de la moratoria cuando las naciones decidieran que es hora de lanzarse contra un enemigo elegido, siempre y cuando las potencias lo apoyen?
El motor de la Guerra de Libia han sido los
intereses de una oligarquía económica francesa cristalizada en torno a Sarkozy,
y el lobby sionista de los Estados Unidos
y Reino Unido.
El senador Joseph Lieberman fue quien transmitió
una petición de Tel-Aviv a la Casa Blanca en febrero de 2011, exigiendo que
Obama suministrase armas, asesoramiento y dinero a los rebeldes para poder
establecer una zona de exclusión aérea sobre Libia. Otro senador, Lindsey
Graham, declararía en la CNN que "Mi recomendación para la OTAN y la
Administración es cortar la cabeza de la serpiente: ir a Trípoli y empezar a
bombardear".
En una carta abierta a la House of Republicans,
una serie de personajes de la política estadounidense pedían que Washington se
saltase las resoluciones "humanitarias" de la ONU de marzo de 2011 y
empezase a armar a los "rebeldes" para derrocar a Gadafi y propiciar
un cambio de régimen. Los firmantes: Elliot Abrams, John Podhoretz, Robert y
Fred Kagan, Lawrence Kaplan, Robert Lieber, Michael Makovsky, Eric Eldelman,
Kenneth Weinstein, Paul Wolfowitz (que tuvo un papel esencial apoyando la
Guerra de Iraq en 2003), Randy Schneunemann y el neocon William Kristol, quien
en la Fox declaró simplemente "No podemos dejar a Gadafi en el poder, y no
vamos a dejar a Gadafi en el poder".
En la edición del 22 de agosto de 2011 del
"Financial Times", un artículo titulado "Libia ahora necesita
botas sobre el terreno", Richard Haass, el presidente del poderoso CFR
(Consejo de Relaciones Exteriores), finalmente reconocía abiertamente que las
operaciones en Libia tenían por objetivo derrocar a Gadafi (ni rastro de
"proteger a la población civil" o brindar "ayuda humanitaria").
La Guerra de Libia puede interpretarse en buena
medida como una operación comercial por parte de las petroleras angloamericanas
y francesas para resarcirse de las posiciones perdidas respectivamente en Iraq
(a favor de Irán y China) e Irán (cuando Francia aceptó retirar su petrolera 'Total' debido a las sanciones internacionales sobre Teherán).
¿QUIÉNES
SON "LOS REBELDES LIBIOS"?
En Libia NO ha habido un cambio de régimen por
"revueltas populares". Gadafi era extraordinariamente popular, no
sólo en Libia, sino en buena parte de África subsahariana. Las famosas
"revueltas de Libia" no han sido sino un golpe de Estado, un
alzamiento por parte de una porción del Ejército y otros cuadros de mando del
régimen libio. Estas facciones gubernamentales se desgajaron de la autoridad de
Trípoli cuando Gadafi anunció otra ronda de nacionalizaciones petroleras. Dicha
acción iba a privar a estos señores de acaparar beneficios y erigirse en la
versión libia de los jeques árabes del Golfo. Así tenemos por ejemplo al
presidente del CNT (Consejo Nacional de Transición), Mustafá Abdul Jalil,
antiguo ministro de justicia de la Yamahiriya. Jalil fue invitado a Londres
para discutir su participación de los beneficios petroleros. En la práctica,
puede decirse que es simplemente un disidente gadafista sobornado por
Occidente. Lo mismo puede decirse de Mahmud Jibril, alto funcionario económico
que había intentado "neoliberalizar" el país con una oleada de
privatizaciones, y que no veía con buenos ojos el proyecto de redistribución de
riqueza que Gadafi había anunciado en 2008. Seis meses antes del conflicto
libio, Jibril, cuyo modelo de Estado económico liberal era Singapur, se había
reunido en Australia con Bernard-Henri Lévy, un "intelectual"
francés, para discutir sobre la formación del Consejo Nacional de Transición y
el derrocamiento de Gadafi. En cuanto estalló la rebelión en Bengasi, Jibril
voló inmediatamente a Cairo, para encontrarse con el igualmente rebelde Consejo
Nacional Sirio y con Lévy de nuevo. Puede ser una de las razones por las que el
nuevo gobierno libio ha reconocido al CNS como el gobierno legítimo de Siria.
En cuanto a los "rebeldes libios"
propiamente dichos, la mayoría ni siquiera son propiamente libios, sino
soldados qataríes y jordanos, así como mercenarios y muyahidines
saudíes (concretamente del príncipe Bandar), emiratenses, kuwaitíes,
ex-talibanes, ex-"presos" de Guantánamo, al-qaederos pakistaníes e
incluso contratistas colombianos y mexicanos (de hecho, en el vídeo de la
captura de Gadafi se ha podido escuchar a varios "rebeldes libios"
hablando en español iberoamericano). Esta heterogénea tropa ha estado
activamente asesorada desde primeros de marzo de 2011, puede que antes, por la
CIA, el MI6, la Inteligencia francesa y grupos de operaciones especiales de
EEUU y Reino Unido. Buena parte de estos combatientes son la respuesta de los
petro-regímenes del Golfo a la ayuda brindada por EEUU durante las revueltas
populares en lugares como Bahrein y Yemen ―que fueron sofocadas con tremenda
brutalidad pero que, a diferencia de Libia, no han suscitado una respuesta por
parte de "la Comunidad Internacional". La presencia de combatientes
del Golfo era tan obvia para las fuerzas lealistas de Gadafi que a menudo, para
distinguir a los "rebeldes", les bastaba hablarles en árabe libio. Si
la respuesta era en árabe del Golfo, se les tiroteaba sin más.
Aquellos "rebeldes" que sí son libios son
principalmente radicales musulmanes y gente vinculada con Al-Qaeda, procedentes
esencialmente de Derna y Bengasi, al Este del país, y cuyo objetivo es imponer
la Sharia en Libia, cosa que por cierto van a conseguir. A toda esta morralla
se le debe que hayamos escuchado innumerables gritos de "¡Allah
akbar!" en diversos vídeos sobre los "rebeldes" filtrados a la
opinión pública, igual que en el caso de los "rebeldes sirios".
Estos "rebeldes" no son, ni mucho
menos, una fuerza homogénea, igual que no ha sido homogénea la fuerza
multinacional que ha atacado Libia. Las diversas facciones "rebeldes"
incluso han combatido entre ellas, especialmente en Trípoli, debido a sus
procedencias tan diversas, sus intereses tan divergentes y especialmente por
las concesiones petrolíferas de diversas multinacionales extranjeras.
Finalmente, dos son las banderas que se han impuesto en Libia. Una es la
antigua bandera monárquica del rey Idris ―un títere de los angloamericanos. La
otra es la de Al-Qaeda.
COMIENZA LA GUERRA
La Guerra de Libia forma parte de la primavera
árabe y los "movimientos espontáneos" de Occidente. Se trata de un
conjunto de movimientos variopintos, patrocinados por fundaciones y ONGs del
tipo USAID, Albert Einstein Institution, NED, NDI, IRI, ACIL, ICNC, CIPE, Safe
Democracy Foundation, CEIP, etc. Y ver aquí. Estas organizaciones son fachadas
legales de la CIA que operan en el extranjero bajo la excusa de expandir la
democracia liberal, con el verdadero objetivo de privatizar los recursos,
propiciar cambios de régimen y abrir las puertas a la influencia extranjera.
La resolución 1973 de la ONU (17 de marzo de
2011), propuesta por Francia, Líbano y Reino Unido, fue adoptada para
"tomar todas las medidas necesarias" para "proteger a los
civiles y a las áreas pobladas bajo amenaza de los ataques". Esto incluía
crear una zona de exclusión aérea sobre Libia, es decir, "desmilitarizar"
su espacio aéreo, impedir que la aviación militar libia se echase al cielo. En
la práctica, la zona de exclusión aérea tomó un cariz bien distinto. La
resolución 1973, desde el principio, se basó en una mentira: la mentira de que
Gadafi había bombardeado a su pueblo en febrero. El Ministerio de Asuntos
Exteriores de Rusia, que monitorizó Libia desde el principio con satélites del
Ejército, afirmó tajantemente que Gadafi no había emprendido ningún bombardeo.
"La primera víctima de la guerra es la verdad",
dice la conocida frase de un senador americano. En este caso, la mentira del
bombardeo sirvió para tres cosas:
1- Para que la OTAN atacase Libia, lanzando EEUU
su "Operación Amanecer de la Odisea", con el único objetivo de servir
de ala aérea a los "rebeldes", impedir que las fuerzas gadafistas se defendiesen,
asegurar el petróleo y arrasar las infraestructuras civiles y militares de
Libia.
2- Para legitimar a Jalil, quien tuvo un pretexto
para dimitir como ministro de justicia, desmarcándose así del régimen de Gadafi
y lavando su cara para pasar, en tiempo récord, a ser presidente del Consejo
Nacional de Transición.
3- Para poporcionar una envoltura humanitaria a
un paquete en el que no hay más que una intervención militar violenta a favor
de sórdidos beneficios monetarios, petrolíferos y geoestratégicos.
Los únicos países que han voceado una crítica
seria y enérgica contra la chapuza de la Guerra de Libia han sido Rusia,
Turquía e Irán. En Occidente, la única política que ha sido mínimamente honesta
con Libia ha sido Marine Le Pen. Libia ha pasado a formar parte de otras
víctimas de la mentira como Serbia (bombardeos humanitarios para proteger a los
"pobres e indefensos" albanokosovares), Afganistán (atentados del 11
de Septiembre) e Iraq (armas de destrucción masiva).
Entretanto, otros regímenes árabes, como Yemen y
Bahréin, han reprimido verdaderas manifestaciones masivas con increíble
brutalidad, sin que los medios de comunicación de Occidente les condenasen ni
se rasgasen las vestiduras lo más mínimo. Así, las tropas saudíes pudieron
entrar con tanques en Manama, irrumpir en hospitales (incluyendo el Centro
Médico Salmaniya), violar a las enfermeras, hacer fuego contra ambulancias,
practicar detenciones ilegales, ametrallar al grueso de una manifestación desde
carros blindados y helicópteros Cobra made in USA, utilizar gases nerviosos,
etc. Incluso desaparecieron "misteriosamente" los órganos de muchos
cadáveres (como ya ha pasado y sigue pasando en Kosovo con los serbios) y un
preso murió torturado en la cárcel en circunstancias poco claras. Todo bajo la
atenta mirada de la V Flota de los Estados Unidos, estacionada en Bahréin. No
hubo resolución ni contra Arabia Saudí ni contra la familia real Khalifa (una
casta sunnita que gobierna despóticamente un país chiíta, con el único objetivo
de contener la influencia iraní en el Golfo Pérsico). No sólo no se brindó
nigún apoyo a los rebeldes bahreiníes, sino que hasta se les tachó de
extremistas en los medios de comunicación occidentales (por ejemplo, en "El
País"). Este repugnante e hipócrita doble estándar está totalmente en
contradicción con los elevados valores morales, solidarios, humanitarios y
caritativos que, nos hacen creer, mueven cada intervención de la OTAN.
ORGANIZACIÓN
TERRORISTA DEL ATLÁNTICO NORTE —CRÍMENES DE GUERRA DE LA OTAN EN LIBIA
El atlantismo no parece haber cambiado su
naturaleza piratesca, saqueadora y mercenaria desde que Drake y Hawkins
atacaban a los barcos españoles en el Siglo XVI. El nuevo nombre de la
operación de bombardeo sobre Libia ("Protector Unificado") es una
cruel burla. José Riera, el nuevo embajador español en Libia, ha dejado claro
que hay mucho que hacer y reconstruir, ya que Libia ha quedado totalmente
destruida, pero no por los bombardeos de la OTAN o las atrocidades de los
rebeldes, sino... ¡por "cuarenta años de dictadura"! La desfachatez e
hipocresía de los políticos occidentales clama al cielo y debe ser denunciada.
La realidad sobre la "intervención
humanitaria" es que la OTAN, con la excusa de proteger a los civiles de
supuestos bombardeos… ha bombardeado a esa misma población civil y se ha
cargado casi todas las infraestructuras económicas de Libia, condenando a la
población a la miseria, la hambruna, la sequía y la enfermedad. Más de 14.000
misiones de bombardeo han devuelto el país a la edad media. En Septiembre, el
nuevo ministerio de sanidad del gobierno rebelde ha hablado de 30.000 muertos y
50.000 heridos sólo en los primeros 6 meses de guerra. La verdadera cifra de
muertos en los 9 meses de guerra podría ser mucho mayor: el periodista Thomas
C. Mountain habla de 30.000 bombas lanzadas (sin contar 100 misiles de
submarinos británicos y estadounidenses) y 60.000 civiles muertos, sólo hasta
finales de agosto. Repasemos brevemente los cargos contra la OTAN:
1- La
OTAN ha bombardeado a la población civil. Ha destruido pueblos,
barrios residenciales, universidades, un mercado de verduras y hasta una
escuela de síndromes de Down en Trípoli. También ha bombardeado edificios
gubernamentales muy valiosos: uno de los primeros edificios bombardeados la
OTAN fue la Agencia Libia Anti-Corrupción de Trípoli, el objetivo de este
bombardeo era destruir documentos sobre políticos libios que se quedaban con
beneficios petroleros y los depositaban en bancos suizos ―estos políticos
casualmente fueron los mismos que se pasaron inmediatamente al bando
"rebelde". Un obispo católico, Giovanni Innocenzo Martinelli,
denunció los sanguinarios "éxitos" de las misiones de bombardeo en
Trípoli, que incluyen 40 muertos civiles al colapsar un edificio en el distrito
de Buslim.
Video
Así ha quedado Sirte (video).
2- La
OTAN ha bombardeado infraestructuras vitales. Se trata de los
"objetivos de uso dual", así llamados porque pueden ser usados tanto
por civiles como por militares (puentes, carreteras, edificios, refugios,
acueductos, tendido eléctrico, generación eléctrica, fábricas, etc.). Esta táctica, que ya se vio en la Guerra del
Líbano de 2006, viola totalmente la resolución 1973 de la ONU, por lo cual se
han dado casos de pilotos y altos oficiales que se niegan a obedecer las
órdenes, sabiendo que en el futuro se les podrá someter a consejo militar y
procesar por crímenes de guerra.
3- La
OTAN ha empleado armas químicas y armas de destrucción masiva. Uranio empobrecido,
gas mostaza, bombas termobáricas, fósforo blanco y bombas-racimo. A menudo ha
acusado a las fuerzas gadafistas de utilizar estos métodos, al tiempo que
impedía que los periodistas y ONGs accedieran a los lugares de los hechos para
verificarlos.
4- Los
"rebeldes" han cometido numerosas atrocidades y crímenes de guerra
contra población civil desarmada. Esto incluye el asesinato de 267 partidarios de
Gadafi en Sirte, 100 personas muertas al estallar una bomba tras el funeral de
Gadafi, el asesinato a traición del anciano jefe de la tribu Warfalla (la más
numerosa e importante de Libia), el asesinato de 120 miembros de dicha tribu en
Bengasi, el terrorismo contra los pobladores de Tawerga, leales a Gadafi, el
empalamiento de niños, la decapitación de soldados gadafistas, el ahorcamiento
sin juicio de opositores y el asedio de Beni Walid, durante el cual los
rebeldes y la OTAN impidieron a las ONGs suministrar agua, comida y
medicamentos a los resistentes. Los rebeldes también se han dedicado al saqueo,
a la violación, al linchamiento y al vandalismo en las localidades que han
tomado, y lo más probable es que la mayor parte de sus atrocidades no lleguen
nunca a la opinión pública occidental.
5- Los
"rebeldes" han llevado al cabo una limpieza étnica en toda regla
contra los negros. Gadafi era muy popular en África subsahariana y acogía
a numerosos inmigrantes de esta región. También contaba con la lealtad de
muchas tribus como los tuareg, y con unidades de mercenarios negros. El
resultado es que todos los negros, incluso los negros libios que simplemente
trabajan como obreros de la construcción, están bajo sospecha de ser
mercenarios gadafistas, y se les está liquidando sistemáticamente.
6-
Gadafi ha sido asesinado sin juicio y violando el tan cacareado "derecho
internacional". Los "rebeldes libios" no han tenido empaque en
secuestrar a un hombre de 70 años, herido y aturdido por un bombardeo,
insultarlo, maltratarlo, humillarlo, golpearlo, torturarlo y finalmente
lincharlo, todo sin dejar de gritar Allah akbar. También podemos añadir a esto
la profanación de las tumbas de los padres de Gadafi por parte de yihadistas, o
el asesinato de Mutassim Gadafi a manos de unos individuos que no hacen más que
gritar Allah akbar.
Para colmo, tanto la OTAN como buena parte de la
prensa occidental se han dedicado a manipular datos para intentar criminalizar
al régimen gadafista. Así, hemos podido ver cómo desenterraban en Abu Salim una
fosa común de supuestos represaliados por Gadafi que luego resultaron ser
huesos de camellos (caso no muy distinto a los huesos de cabra y perro de
Órgiva, Granada, que los subvencionados de la "memoria histórica"
quisieron hacer pasar por 2.000-4.000 represaliados del franquismo), hemos
visto a los atlantistas utilizando gas mostaza en Beni Walid y luego acusando a
Gadafi de hacerlo, hemos visto a los periodistas de la BBC entrando en un
hospital de Trípoli lleno de cadáveres putrefactos, sin decir quiénes fueron
los verdaderos asesinos, etc.
Trípoli antes de los bombardeos.
Los vergonzosos titulares de la prensa occidental en general y
angloamericana en particular, mostraron bien hasta qué punto la objetividad y
la imparcialidad saltaron por la ventana desde el instante en el que Libia se
enemistó con el poder del dólar. "La primera víctima de una guerra es la
verdad". El mensaje para el resto del mundo: esto es lo que les pasa a los
que no doblan la cerviz ante las potencias hegemónicas de la globalización
capitalista y neoliberal, esto es lo que les pasa a los regímenes que rechazan
la globalización. Que vayan tomando nota Siria, Líbano, Irán, Sudán del Norte,
Bielorrusia, Corea del Norte, Cuba, Myanmar, Turkmenistán y Venezuela.
LIBIA EN
EL GRAN TABLERO:
LA ATLANTIZACIÓN DEL MEDITERRÁNEO
El Atlántico está perdiendo poco a poco su
importancia estratégica. En 2008, la mayor parte del flujo comercial marítimo
se lo llevó el Pacífico, con 20 millones de TEUs (contenedores de 20 pies),
seguido muy de cerca por el Mediterráneo, con 18,2 millones. El Atlántico sólo
vio un flujo de 6,2 millones. Esta tendencia parece que va a persistir, por un
lado porque, desde la adopción del euro y el atentado del 11-S, Europa y
Norteamérica han dejado paulatinamente de comerciar, volviéndose ambos
continentes hacia Asia Oriental. Y por otro lado, existen proyectos, como el
Corredor Mediterráneo, que tienden a restarle más protagonismo aun al
Atlántico. Además, la nueva doctrina geoestratégica del America’s Pacific
Century, enunciada por el Departamento de Estado en Noviembre de 2011, desde
luego que no ayuda a reforzar el atlantismo propiamente dicho. ¿Caminamos hacia
un, valga el palabro a falta de otro mejor, "pacifismo"? Cabría
recordar que, para construir su "red de relaciones privilegiadas" con
el Atlántico y Europa, Washington tuvo que arrasar el corazón de nuestro
continente para quitarse del medio al "macho-alfa" regional:
Alemania. No fue mediante la diplomacia, sino mediante la guerra, el bombardeo
masivo y la represión, que se erigió el atlantismo ―y lo mismo podría decirse
de las relaciones de Washington con Tokio. ¿Se erigirá el
"pacifismo", o Chimerica, sobre la destrucción del
"macho-alfa" de Asia Oriental?
Sea como fuere, estas no son buenas noticias para
el eje atlantista, que ahora debe esforzarse aun más para garantizar su
influencia en el Mediterráneo, a costa de Rusia, China y, en menor medida, las
potencias de la Europa continental. El establecimiento del Estado de Israel en
1948 fue el primer gran paso de este proceso. La desintegración de Yugoslavia
en 1992 y la neutralización de Serbia en 1999 fue otro, y la Primavera Árabe de
2011, el más reciente. Atlantizar el Mediterráneo ¿significa desestabilizarlo y
balcanizarlo para que el comercio Europeo se oriente al Atlántico y el chino al
Pacífico, por la inviabilidad de las rutas navales China-Europa? ¿Significa
militarizarlo? ¿Le conviene al atlantismo la expansión del radicalismo islámico
por todo el Mediterráneo? Al menos eso parece ser lo que está favoreciendo la
OTAN en nuestro mar.
Libia es el país africano con más costa en el
Mediterráneo. A pesar de que en el pasado había intentado llevarse bien con
todo el mundo, su tendencia a partir de la crisis crediticia en EEUU fue
estrechar rápidamente lazos con Rusia, China y dos países que Gadafi pensaba
podían beneficiar a Libia: Italia y Francia. Como hemos visto antes, en la
provincia de Cirenaica, que es donde estalló la rebelión,
"casualmente" había 75 compañías chinas distintas y 36.000
trabajadores chinos (y no sólo obreros, sino también ingenieros, empresarios,
funcionarios del Partido y personal de Inteligencia) trabajando en unos 50
proyectos petrolíferos, ferroviarios e inmobiliarios, en los que China había
invertido miles de millones de dólares. Que el Mediterráneo albergue un trozo
de China es inaceptable para el atlantismo, del mismo modo que albergue un
trozo de Rusia: la base naval y de Inteligencia de Tartus (Siria), desde donde
se monitoriza todo tipo de movimientos en Chipre, Israel, Suez y Oriente Medio.
Para las potencias atlantistas, el Mediterráneo
tiene una cara y una cruz: la cara es que dicho mar es una enorme ría que les
permite internarse profundamente en la "Isla Mundial" e interferir en
Eurasia y África. La cruz es que estos movimientos dependen del control de
puntos estratégicos y de toda una red de puertos y bases muy alejados de las
metrópolis ―este control es extremadamente caro y exige una corriente continua
de capital.
La perspectiva de "Oceanía" (entendiéndose como tal el concepto
geopolítico de vocación marítima y basado en Estados Unidos y Reino Unido). En
la idea anglosajona-israelí del Mare Suus (Mar Suyo) el Mediterráneo es un
inmenso lago interior, una ría, que les permite a las potencias marítimas
penetrar profundamente en "Eurasia" (entendiéndose por tal el
concepto geopolítico basado en Europa y la Federación Rusa), estableciendo
bases-portaaviones-lanzamisiles al fondo del lago (Israel y Georgia) y en otros
lugares estratégicos (Marruecos, Albania-Kosovo, Rumanía, España), pasando al
Mar Rojo, al Golfo Pérsico y al Índico, interviniendo en los asuntos internos
de infinidad países y accediendo a sus recursos. El estrecho de Gibraltar es
clave en esta estrategia. También son claves los contraataques del Kremlin en
forma de bases navales (como la de Sebastopol en Ucrania o Tartus en Siria) y
de "rusoductos" gasíferos —uno por el Báltico (Nord Stream), otro por
el Mediterráneo (South Stream) y otro por África (Trans-Saharan)— que no vienen
representados en el mapa.
La importancia del control español sobre la
entrada del Mediterráneo quedó de manifiesto en 1973, cuando Franco y Carrero
Blanco prohibieron a Washington emplear sus bases españolas para apoyar a
Israel durante la guerra del Yom Kippur. La guerra vino en el contexto de una
enorme crisis (que no fue petrolera como nos han contado, sino monetaria, del dólar)
y produjo un embargo petrolero ―que afectó poco a nuestro país, gracias al
petróleo que nos mandaba Saddam Hussein desde Iraq. Actualmente, tanto Siria
como Libia, Gaza, Líbano y Argelia (y Serbia antes de taponarse su salida
marítima con el estado artificial de Montenegro) son desafíos a la
atlantización del Mediterráneo. Al norte, la situación se repite con el Báltico
y los Estados-tapón (Estonia, Letonia, Lituania y Polonia). Tanto el Báltico
como el Mediterráneo son empleados por Washington para atenazar a Rusia,
contener su expansión hacia Europa y frustrar un entendimiento entre Berlín y
Moscú.
Teoría del "Mare Nostrum". Una potencia continental eurasiática
acerroja Gibraltar y Suez, blindando el Mediterráneo y haciendo sus países
costeros tan inaccesibles al poder marítimo como Suiza o Bielorrusia.
"Oceanía" perdería su acceso a Estados como Georgia, Libia, Kosovo,
Rumania o Siria, pero seguiría teniendo acceso a Israel (a través del Golfo de
Aqaba), a Arabia Saudí y a Iraq. Israel (a menos que se bloquease Aqaba)
pasaría a ser un nuevo canal de Suez, una "bisagra de emergencia"
entre el Mediterráneo y el Mar Rojo. Sin embargo, abastecer a Israel a través
de esta nueva ruta, muchísimo más larga, entrañaría un coste muchísimo mayor, y
no está el horno del dólar para bollos. Si el coste económico de este apoyo
fuese mayor que el coste de una guerra contra Eurasia, habría guerra.
El Imperio Romano fue la primera y última
potencia que consiguió asegurar plenamente todo el Mediterráneo. Tras la caída
de Roma, el Mediterráneo se convirtió en un caos de potencias enfrentadas
(bizantinos, vándalos, árabes, normandos, cruzados, aragoneses, venecianos,
genoveses, turcos, españoles, franceses, británicos, israelíes, etc.), hasta
nuestros días. Durante la Segunda Guerra Mundial, Carrero Blanco aconsejó a
Franco no entrar en el conflicto a favor del Eje a menos que los alemanes
tomasen el canal de Suez, así acordaron Franco y Hitler en Hendaya. El plan
sería frustrado por la derrota de Rommel en El Alamein. Durante el franquismo,
hubo entendimientos entre Franco y el líder egipcio Nasser que incomodaron
mucho al eje atlantista, que temía se pudiese estrangular a la nueva potencia
mediterránea: Israel. Hoy en día, incluso aunque se acerrojasen Gibraltar y
Suez, Israel podría seguir manteniéndose gracias a su minúscula franja costera
en el Mar Rojo (a menos que desde Egipto
y Jordania se bloquease el Golfo de Aqaba).
Las potencias oceánicas tienen que danzar
alrededor de las masas de tierra, colarse por los estrechos, establecerse en
islas y ascender por las cuencas fluviales. Para una potencia oceánica,
controlar, abastecer y sostener un punto costero lejano entraña un coste
enorme, coste que actualmente el atlantismo sólo puede cubrir gracias a su
control de las rutas comerciales y a su monopolio sobre la moneda de reserva
mundial. Para una potencia continental, en cambio, cerrar un estrecho es mucho
más fácil, ya que el teatro de operaciones está cercano y en muchas ocasiones
ni siquiera es necesario echarse a la mar.
La pesadilla de Oceanía y el único modo de "eurasiatizar" el
Mediterráneo al 100%: que Eurasia, como "Estado comercial cerrado",
se aproveche de sus masas de tierra, cerrando a cal y canto los estrechos.
Oceanía pierde definitivamente su acceso a países como Israel, Iraq o Arabia
Saudí, y se convierte en lo que nunca debió dejar de ser: la periferia del
mundo. (Seguiría teniendo acceso a los Emiratos Árabes Unidos y por tanto al
Golfo Pérsico, a menos que se hiciese algo para bloquear la salida de Al-Fujayrah
en el emirato de Abu Dhabi). En este proyecto, cobran una importancia capital
Yemen y el Cuerno de África. Estas zonas precisamente se han vuelto
altísimamente inestables a medida que ha aumentado el comercio entre Asia
Oriental y Europa. Tanto Gadafi como Irán y China estaban/están muy
involucrados en el Mar Rojo actualmente.
Esta serie de mapas hace más fácil entender por
qué la obesión del atlantismo anglo, desde Clement Attlee hasta Hillary
Clinton, ha sido asegurar el liberalismo y "la libertad de navegación en
todos los mares": se trata del ideal del "Mare Liberum",
formulado por el holandés Hugo Grocio en 1630, en contraposición a quienes
querían someter el mar a leyes, como el inglés John Selden con su doctrina del "Mare
Clausum" de 1635.
FUTURO
DE LIBIA Y PRÓXIMOS PASOS DEL ATLANTISMO EN ÁFRICA
La Libia gadafista era un Estado estable que
mantenía a raya al radicalismo islámico y que destinaba la mayor parte de su
petróleo a la Unión Europea. Con la caída de Gadafi, varias son los guiones
posibles para Libia, pero tres cosas están claras.
1- El
nuevo gobierno va a destinar la mayor parte de su petróleo a países como
Estados Unidos, Reino Unido y Francia, en detrimento de otros como Italia,
Alemania, España, China y Rusia. Los beneficios de la explotación petrolera ya no
se quedarán en Libia, sino que engrosarán los bolsillos de las multinacionales
y de una nueva oligarquía de petroleros autóctonos mafiosos, al estilo de los
jeques árabes del Golfo. El pueblo libio va a hundirse en la miseria.
2- Libia
puede convertirse, previa intervención militar, en una base de la OTAN, del mismo modo que
Afganistán, Iraq, Albania y Kosovo. Bengasi puede pasar a albergar un nuevo
Camp Bondsteel (la mega-base estadounidense en Kosovo). Su cercanía a Europa
debería ser motivo de preocupación: puede ser una fuente de narcotráfico, trata
de blancas, crimen organizado, tráfico de órganos y de armas, inmigrantes y
terrorismo (ver cómo los arsenales gadafistas acabaron en manos de Al-Qaeda).
3- Libia
va a ser un país inestable. El orden de la época de Gadafi y la Yamahiriya no
volverá. Probablemente la resistencia lealista gadafista tardará mucho en
sofocarse y el escenario será comparable a Iraq. Esta inestabilidad se
contagiará a Sudán, la franja del Sahel y el Cuerno de África además de África
guineana y el Congo. El Mediterráneo no se salvará.
4- El
islamismo radical ganará posiciones en Libia. Por lo pronto ya hemos visto
la bandera negra de Al-Qaeda ondeando en el palacio de la justicia de Bengasi,
y hemos visto al CNT hablando de imponer la Sharia en el país. Más info aquí
sobre la presencia de Al-Qaeda en Libia. Los combatientes islamistas en Libia
serán empleados después en otros escenarios del mundo musulmán para
desestabilizar a los enemigos del atlantismo.
5- Libia
va a convertirse en un país emisor de refugiados e inmigrantes. La Libia gadafista
era un país lo bastante avanzado como para, no sólo no emitir apenas emigrantes
a Europa (sin contar estudiantes becados y similares), sino además atraer inmigrantes
de Egipto, Túnez, media África y hasta China. Ahora es previsible que la cosa
cambie y que Libia se convierta en un país tercermundista de refugiados,
damnificados, desheredados y muertos de hambre, que, desesperados, se
precipitarán sobre Italia primero y el resto de la UE después. Por añadidura,
los trabajadores subsaharianos que antes emigraban a Libia, ahora lo harán a la
UE. La avalancha de negros que Gadafi predijo se precipitaría sobre Europa si
él caía, puede desencadenarse bien pronto, especialmente si tenemos en cuenta
que la caída de Gadafi va a desestabilizar Argelia, Chad, Níger, Sudán,
República Centroafricana, Cuerno de África, etc. Esto no sería un problema si
la política migratoria de Europa no estuviese controlada por multinacionales
codiciosas y políticos vendidos, pero no es el caso.
Como hemos visto más arriba, los intereses del
atlantismo en África son muchos, y no se detienen en Libia. Washington ha
mandado fuerzas especiales a la República Centroafricana, y la independencia de
Sudán del Sur es el primer paso para frustrar los intereses chinos en África
Central. El nuevo país sudanés es un Estado-tapón que evita que el Atlántico y
el Mar Rojo se comuniquen a través de dos enormes países (Congo y Sudán).
Argelia, país extraordinariamente rico en gas natural y que busca
desesperadamente una salida al atlántico a través del Sahara Occidental, ha
acogido a Aisha Gadafi y se niega a extraditarla. El presidente argelino
Abdelaziz Buteflika temía tanto la acción extranjera que, durante los
bombardeos de la OTAN sobre Libia, ni siquiera le cogió el teléfono a Gadafi.
Cuando, el 22 de febrero de 2011, la Liga Árabe suspendió a Libia como miembro,
Argelia fue uno de los dos Estados
que se opuso. El otro fue Siria.
En Níger puede encontrarse Said Gadafi, que,
protegido por mercenarios sudafricanos, se llevó a dicho país las reservas de
oro libias (que puede utilizar para financiar una resistencia armada) y
numerosas obras de arte. El gobierno de Niamey se niega a extraditarlo. Lo
mismo reza para Saadi, otro hijo de Gadafi que escapó a Níger el 11 de
Septiembre de 2011 con la ayuda de veteranos de las fuerzas especiales de Rusia
e Iraq. Níger es también importante por sus reservas de uranio (controladas por
la compañía francesa Areya, pero también en el punto de mira de China), por su
frontera con Nigeria (que tiene grandes reservas de hidrocarburos) y por
utilizar el franco-CFA como moneda de reserva.
El atlantismo parece estar usando los viejos
lazos de Francia con África subsahariana para penetrar en lo más profundo del
continente, con el objetivo expreso de contener la expansión de la influencia
china. Al atlantismo le interesa especialmente frustrar el gasoducto
trans-sahariano ―que en buena medida no deja de ser otra tenaza rusa igual que
el Nord Stream y el South Stream― y desestabilizar Argelia, Níger y el norte de
Nigeria, para que todo el gas y petróleo nigerianos se orienten a las rutas
marítimas. También es de particular interés hacer todo lo posible para
desestabilizar las zonas interiores del Congo y países limítrofes, para que los
abundantes recursos congoleños se dirijan hacia el Oeste (costa atlántica) en
lugar de hacia el interior (Mar Rojo, Puerto Sudán). La desestabilización de la
mitad norte de Nigeria (donde se ha implantado la Sharia) tiene también por
objetivo evitar que sus hidrocarburos encuentren salida hacia el Norte (Argelia
y la Unión Europea) a través de Níger.
La zona idónea para balcanizar todo este espacio
es cerca de la triple frontera de Argelia-Mali-Níger, donde tiene su base AQMI
(Al-Qaeda en el Magreb Islámico) y donde podrían encontrarse los hijos de
Gadafi. AQMI es realmente todo un ejército privado y una red de Inteligencia
con contactos en el ámbito saudí, marroquí y anglosajón, y opera en buena parte
del Sahel (ataques a tropas gubernamentales, control de regiones enteras,
secuestro de turistas y voluntarios de ONGs, etc.), desestabilizándolo y
brindando cassus belli para la intervención de potencias extranjeras
(especialmente Francia mediante su Legión Extranjera y EEUU con AFRICOM).
Precisamente Gadafi prestaba apoyo a los gobiernos de Mali, Níger y Argelia
para que luchasen contra esta milicia y estabilizasen la zona, ya que sin
estabilidad regional, el gasoducto trans-sahariano no es viable.
Níger es por ello una especie de encrucijada
estratégica. No sólo parte por la mitad las rutas norte-sur (Argelia-Nigeria),
sino que también parte por la mitad una importantísima ruta este-oeste: el Sahel, una franja semi-árida que va
desde el Atlántico hasta el Mar Rojo. En particular, la porción del Sahel que
incluye la cuenca del río Níger, fue clave históricamente para el florecimiento
de muchos imperios africanos (como los almorávides, la época próspera de
Timbuktu y una variedad de reinos
subsaharianos) que obtenían su poder y enormes riquezas de este núcleo, los
recursos que albergaba (especialmente oro) y las rutas que se entrecruzaban en
él. La tendencia de los almorávides, canalizada por la geografía, fue dirigirse
hacia el Norte, invadiendo las actuales Marruecos y Argelia y penetrando
finalmente en España. Finalmente, en el Sahel tiene sus bases el recientemente
organizado Frente de Liberación Libio (LLF
por sus siglas inglesas, también conocido como "Resistencia Verde"),
un ejército de resistentes gadafistas.
La geografía, los yacimientos de hidrocarburos y las infraestructuras
energéticas señalan los pasos del atlantismo en África. Las rutas norte-sur
(gasoducto trans-sahariano), que conectan el Mediterráneo con el Atlántico, y
las rutas este-oeste (franja del Sahel), que conectan el Mar Rojo con el
Atlántico, se cruzan en Níger, un país intermedio que es el candidato perfecto
para balcanizar todo este espacio desmantelando la "cruz", y que es
clave para dominar el corazón de África. También es de notar el papel de España
e Italia como receptoras de gran cantidad de hidrocarburos africanos y
transmisoras de energía a Europa (papel que se incrementaría enormemente si
Nigeria se conectase a la red de gasoductos). El atlantismo quiere evitar a
toda costa que se formen rutas terrestres estables y que los países se
emancipen de la dependencia de las rutas marítimas. Por tanto, es una mala
noticia para el eje Washington-Londres-Tel-Aviv que el gas y el petróleo se
dirijan hacia el interior continental en lugar de hacia los puertos marítimos.
España y Argelia
La energía es probablemente el principal móvil en
la estrategia de las grandes potencias modernas, es por ello que los
hidrocarburos tienen un papel tan importante en la geopolítica. De ellos, el
carbón fue el primer protagonista, luego el petróleo ha sido durante mucho
tiempo el tesoro más codiciado, y en tiempos recientes, el gas natural ha ido
adquiriendo un protagonismo cada vez mayor. Los "rusoductos" de
Europa del Este han causado graves problemas diplomáticos y son el eje del
acercamiento germano-ruso. La diplomacia del gas natural es tan importante para
Rusia que el actual Presidente ruso, Dimitri Medvedev, fue anteriormente
presidente de la compañía estatal gasífera Gazprom. El campo gasífero de Pars
del Sur es una de las razones de la adjudicación del Mundial de fútbol de 2018
a Qatar, el Green Stream era el eje de las relaciones italo-libias, el South
Stream amenaza con provocar la resurrección de Serbia y el gasoducto proyectado
de Irán-Pakistán-India es un gravísimo problema para Estados Unidos, que se ha
opuesto vehementemente al proyecto y está haciendo lo posible por
desestabilizar Pakistán (a quien pidió formalmente en Enero de 2010 que
cancelase el proyecto, sin éxito), especialmente la región de Baluchistán y las
provincias tribales. Hamid Karzai (presidente de Afganistán) y Zalmay Khalilzdad
(ex-embajador de EEUU en la ONU, Afganistán e Irak), trabajaron ambos
antiguamente para la petrolera Unocal (actualmente parte de Chevron), que tenía
intereses gasíferos en el Caspio y Asia Central; el objetivo era construir un
gasoducto (el TAP, no confundir con el TAP adriático, que es parte del South
Stream ruso) que canalizase el gas del Caspio ―evitando expresamente a Rusia y
a Irán― directamente hacia la costa pakistaní, donde sería saqueado por las
compañías multinacionales. Esto ha sido frustrado por la decisión de
Turkmenistán de exportar gas exclusivamente a Irán, Rusia y China.
Todo esto da una idea acerca de la importancia
que la estrategia del gas está adquiriendo en el tablero mundial. El gas
natural es el hidrocarburo menos contaminante, más barato, más abundante y más
eficiente que existe, y además las reservas gasíferas actuales durarán
supuestamente 60 años: dos décadas más que las reservas petrolíferas (Nota del editor del blog: Volvemos a reiterar que el llamado "pico de petróleo" fue un fraude o un error ya desmentido científica y políticamente). El gas
natural se emplea extensamente en la calefacción, la cocina, producción de energía,
fertilizantes y también han empezado a aparecer los primeros vehículos que
funcionan a base de gas (y se está trabajando en producir aviones). El
atlantismo desearía que no hubiese ni un solo gasoducto en toda Eurasia, o que,
en todo caso, los gasoductos fuesen directamente a parar a puertos y espacios
marítimos controlados por él [1].
En el mapa de más arriba hemos visto que la
relación de España y Argelia guarda algunas inquietantes similitudes con la
relación entre Italia y Libia. Antaño, los intereses españoles en Argelia
venían representados por el peligro de la piratería berberisca, Orán, Argel y
otras plazas. Ahora, vienen de la mano del gas natural. Desde 1996, existe un
gasoducto, el Maghreb-Europe (también llamado gasoducto Pedro Durán Farell),
que conecta el importante campo gasífero de Hassi R’Mel (Argelia) con Córdoba y
el resto de la red ibérica y europea. Este gasoducto tiene un problema, y es
que pasa por Marruecos, forzando a Europa a estar pendiente de las veleidades
de la monarquía alahuita, totalmente adicta a Washington. De hecho, el gobierno
marroquí figura en la lista de socios comerciales y operadores del gasoducto
(Sonatrach, Reino de Marruecos, Enagás, Metragaz y Transgas).
Por ello, se construyó otro gasoducto, el Medgaz,
que unía directamente Argelia con España, concretamente con el importante
gasoducto Almería-Albacete. La fecha de inauguración del Medgaz, que libra a
España y a Europa de su dependencia gasífera de Marruecos, es sorprendente: 1
de Marzo de 2011, en plena primavera árabe y dos semanas antes de las
resoluciones de la ONU sobre Libia. Quizás el único problema planteado por el
Medgaz es que se encuentra en una zona geológicamente inestable (véase el
terremoto de Lorca el 11 de Mayo de 2011).
Es posible que la OTAN lleve al cabo una tentativa de desestabilización del
régimen argelino. Para ello, podría combinar acciones de AQMI con alguna
"rebelión popular" financiada desde el extranjero. El atlantismo teme
que Rusia, Argelia, Irán y Turkmenistán formen un cártel gasífero, una especie
de OPEP del gas. Argel está bien relacionado con Moscú desde la época
soviética. En Marzo de 2006, Putin se convirtió en el primer mandatario ruso en
visitar Argelia desde el presidente soviético Nikolai Podgorny en 1969. Los temores
a una política gasífera común entre Argelia y Rusia se manifestaron en el
"Financial Times" de Londres (23 de Mayo) y en "Le Monde"
de Francia (29 de Junio).
Buena parte del material de la Armada argelina es
de origen ruso, incluyendo dos corbetas "Tiger" compradas en Julio de
2011. También resultan interesantes las relaciones argelinas con Italia, a cuya
empresa Orizzonte Sistemi Navali ha pedido un buque desconocido (probablemente
un transporte anfibio de tipo "San Giorgio"). El acercamiento de
Italia a Rusia, Argelia y Libia es un fenómeno inevitable que el atlantismo no
ve con buenos ojos.
AFRICOM Y EL PROYECTO ATLANTISTA PARA ÁFRICA
Mandos regionales del pentágono.
El Pentágono divide el planeta en varias
porciones geoestratégicas, que, reveladoramente, tienen mucha más coherencia
que la actual red de alianzas militares. Durante mucho tiempo, África fue parte
de EUCOM, el mando europeo, fundado en 1952 y con sede en Stuttgart, Alemania.
El hecho de que los asuntos africanos se controlasen desde Europa se debía
probablemente a que la mayor parte de África aun estaba en manos de potencias
europeas, y a que Europa nunca perdería sus contactos con África. Por
contraste, la influencia de EEUU en el continente negro todavía era casi
inapreciable.
Entre 2006 y 2008, coincidiendo con la irrupción
diplomática y comercial de China en África (varios mandatarios chinos hicieron
giras por todo el continente asegurando contratos, invirtiendo dinero y
construyendo infraestructuras), se creó un mando nuevo para África, AFRICOM. En
un principio, la sede estuvo también en Stuttgart, quizás porque ningún país
africano permitió establecer semejante centro de espionaje y desestabilización
en su territorio (sólo Liberia, cuyo derecho naval es de risa, se ofreció), o quizás
porque EEUU aun no había ocupado militarmente ningún país africano. Sudáfrica,
Nigeria y Libia se opusieron abiertamente a que se estableciese un cuartel
general en su continente.
Sin embargo, en 2008 se supo que Marruecos (el
caballo de troya del atlantismo en África, igual que Reino Unido lo es en
Europa) había aceptado albergar el cuartel general de AFRICOM, o al menos uno
de sus sub-mandos regionales. Se trata de Tan Tan, cerca de Wad el-Drâa (ver
aquí). El emplazamiento se encuentra al lado de lo que antes era la frontera
entre Marruecos y el Sahara Español, 300 kilómetros al este de la isla española
de Lanzarote. La excusa para establecer la base ha sido apoyar a las flotas
estadounidenses que entran y salen del Mediterráneo, hacer frente a "catástrofes
naturales"… y luchar contra el oportuno problema del terrorismo,
concretamente la "amenaza" de Al-Qaeda en el Magreb Islámico, o AQMI.
Esto viene enmarcado en la Iniciativa Anti-Terrorista Transahariana (TSCTI por
sus siglas inglesas), aprobada por el Congreso de los Estados Unidos para
"estabilizar" buena parte del Sahel… y otros países de propina. La
verdadera excusa es controlar-desestabilizar el Sahel para impedir la formación
de un bloque regional estable y para tener un motivo para intervenir en lugares
tan ricos en recursos y posición estratégica como Argelia, Nigeria o Níger.
La nueva base aeronaval estadounidense de Tan-Tan es la instalación militar
más grande del continente africano, con una superficie de mil hectáreas.
También se está construyendo un reactor nuclear.
Tanto Yibuti como Sudán del Sur y Etiopía son
otras dos candidatas perfectas para albergar instalaciones militares
estadounidenses de AFRICOM, cuya independencia es aun solo nominal y sigue
dependiendo en buena medida de EUCOM. Es vital para AFRICOM obtener una gran
base en el Nilo o cerca (Sudán del Sur, Etiopía, Uganda, Kenia...). Libia desde
luego puede convertirse a largo plazo en una enorme base de la OTAN, y no hay
duda de que la Guerra de Libia, y las operaciones venideras, ayudarán a
afianzar AFRICOM definitivamente.
Pero entretanto, hay más movimientos por parte de
Marruecos: la monarquía alahuí ha emprendido la construcción de otra base (ver
aquí) en Kasar Seghir (Ksar Sghir, o la antigua Alcazarseguir), a 20 kilómetros
de Ceuta y justo enfrente de la costa de Tarifa. Esta base viola el acuerdo
oficioso vigente entre España, Reino Unido y Marruecos: no construir más bases
militares en la zona estratégica del estrecho. Aunque en los medios de
comunicación españoles estas noticias han pasado mayormente desapercibidas (el
fútbol y el corazón acaparan más atención, y no por casualidad), ambos
movimientos en Marruecos son particularmente inquietantes en tanto se dirigen
estratégicamente contra las únicas posesiones españolas en África: las Islas
Canarias, Ceuta y Melilla. Estas dos últimas NO están garantizadas por la OTAN:
si Marruecos atacase la España continental, tendríamos el apoyo de la OTAN...
pero en caso de que las víctimas fuesen Ceuta y Melilla, estaríamos solos
contra un país apoyado por EEUU, Reino Unido y probablemente Francia.
Nueva base militar marroquí en el estrecho de Gibraltar. Ambas bases son
una respuesta del eje atlantista a la progresiva pérdida de protagonismo del
Atlántico en el gran tablero mundial. La Libia gadafista, enemiga de Marruecos,
como Argelia, hubiera podido ser un socio estratégico muy interesante para
España, pero mientras Madrid esté sometida a las directrices de Washington,
nuestro país no defenderá nunca sus verdaderos intereses.
CONCLUSIONES
Libia fue atacada porque:
• Estaba a punto de pedir oro en vez de dólares a
cambio de su petróleo.
• Iba a utilizar oro para respaldar una nueva
moneda de reserva, y tenía en esto el apoyo de Dominique Strauss-Kahn y el
Banco Central chino.
• Iba a establecer esta nueva moneda común en
quizás el 70% del continente africano.
• Con la Unión Africana, amenazaba crear un
bloque geopolítico que podría vertebrar al continente africano y cerrarlo en
banda a los saqueos de bancos y multinacionales extranjeros.
• Su política de dar préstamos a gobiernos
africanos estaba suplantando la influencia de los bancos internacionales.
• Creaba su propio dinero libre de deuda y de
interés, en vez de pedirlo prestado como crédito a interés a un banco privado
controlado por extranjeros.
• Estaba imponiendo condiciones demasiado duras a
las compañías petroleras angloamericanas y abriendo las puertas a la influencia
china y rusa en el Mediterráneo, justo en un momento en el que EEUU está
decidido a cortar de tajo la expansión china por África.
• Su decisión de emprender otra ronda de
nacionalización del petróleo entró en conflicto con oligarquías autóctonas que
pretendían convertirse en jeques del Mediterráneo.
• Estaba a punto de permitir la construcción de
una o dos bases navales rusas en sus costas (Trípoli y/o Bengasi).
• Estaba activamente involucrada en Sudán, el
Cuerno de África y la franja del Sahel, y hubiera podido proporcionarle a China
un puente estable desde el Índico hacia el Mediterráneo sin tener que pasar por
Suez.
• Lejos quedan los tiempos en los que EEUU podía
controlar un continente por las buenas. Tras la irrupción de China en África,
el dólar por sí mismo no basta. Al ser papel mojado, debe ser respaldado a
tiros y misilazos.
• Gadafi le tomó mal la medida a la OTAN. Pensaba
que estaba lo bastante dividida como para no atacarlo, pero se equivocaba,
sobre todo en lo que respecta a Francia.
• Libia e Iraq se parecen en muchas cosas. Ambos
emprendieron un proceso de modernización para ser autárquicos en tecnología,
industria, alimentación y política monetaria, y ambos fueron arrasados.
Por caricaturesca que pueda parecer, esta imagen no difiere mucho de la
realidad de la Guerra de Libia. Anterior capítulo LIBIA: Tragedia en el Mare Nostrum (III)
NOTAS
[1] Ver aquí cómo las rutas
continentales asiáticas (en buena medida vertebradas en torno a la antigua Ruta
de la Seda), mucho más sencillas y rápidas, podrían restarle un protagonismo
descomunal a la ruta marítima tradicional para llevar el petróleo del Golfo
Pérsico a Asia Oriental. El único motivo por el que estos proyectos no se
consolidan es por las inestabilidades regionales artificiales que azotan la
región y frustran las relaciones diplomáticas. El primer interesado y promotor
de la mayor parte de dichas inestabilidades es el atlantismo.
PUBLICACION ORIGINAL
EUROPA SOBERANA
Tragedia en el Mare Nostrum - qué domonios pasa con Libia