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27 julio 2024

La cuestión polaca-ucraniana, disputa territorial tras el fin del imperio de los zares.



 

GEOPOLÍTICA E HISTORIA en la esfera rusa (II)

Este artículo es continuación de Tratado de Brest-Litovsk, Rusia y la cuestión polaca-ucraniana en el presente


Introducción

En un par de entregas anteriores revisamos la entrevista de Tucker Carlson con el presidente de la Federación Rusa. De ese diálogo han surgido varias interrogantes de carácter histórico que -evidentemente- una entrevista no permite explicar (a pesar que el líder ruso se explayó en sus datos sobre la historia). Es interesante señalar que los comentarios del presidente de Rusia pueden ser perfectamente documentados y explicados en amplias ponencias, incluso contradichos, eso es posible desarrollar: temas como la primera y segunda guerra mundial, los conflictos derivados de la revolución rusa, la guerra fría, la OTAN, etc., temática que ha sido abordada en este blog. Sin embargo, un tema sobresale de las otras cuestiones tratadas en la entrevista: la cuestión polaca-ucraniana y la disputa por las posesiones territoriales tras el "desmembramiento" del imperio de los zares rusos

Y ese es precisamente el tema que hemos seleccionado para hoy. ¿Son realmente "hermanos" los pueblos polaco-ucranianos? ¿Les une su eslavismo? o ¿solo comparten su odio hacia la historia pasada con Rusia, sea con el Imperio o con la Unión Soviética? Aquellos países que hoy desatan una ira incomprensible hacia Rusia (países bálticos, Ucrania y Polonia, básicamente) tienen un pasado nada limpio entre la primera y segunda guerra mundial, no destacaron precisamente por sus virtudes humanas y el mundo lo ignora.

Dejamos aclarado que el tema -sin profundizar- fue abordado en el artículo "Tratado de Brest-Litovsk, Rusia y la cuestión polaca-ucraniana en el presente" y también superficialmente en otras ponencias del blog.  

Para esta ocasión es necesario -imperioso diría- valernos de una autoridad sobre la materia, por ello recurrimos al prolijo análisis de un profesional en el campo de la historia, el Dr. Vladislav B. Sotirović, de Lituania, cursista y profesor universitario en varias universidades europeas; analista político internacional, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos y colaborador del sitio web canadiense Global Research. 

El tema desarrollado por el Dr. Sotirović es muy prolijo, amplio, se ha seleccionado algunas disertaciones muy explicativas y "cortas" sobre la cuestión polaco-ucraniana que ha venido publicado en los últimos años. Las siguientes líneas son una reproducción textual de sus investigaciones, se han recopilado varios artículos del autor, pero entre unos y otros se repiten ciertos detalles por lo que algunos párrafos han sido eliminados, ya que el mismo punto es tratado en otro ensayo, sin que en nada afecte el contenido. 

Comencemos con el primer hecho histórico.


*****

por Dr. Vladislav B. Sotirović


I

Las tres particiones de la Mancomunidad Polaco-Lituana. 1772, 1793 y 1795



Imagen. Milicia de Cracovia, una formación de guardia local en la Mancomunidad Polaco-Lituana durante los siglos XVI y XVII (Licencia de dominio público) 1605, autor Balthasar Gebhard, se trata de un fragmento del llamado "Pergamino de Estocolmo". La milicia estaba formada por talleres de la ciudad, se muestran los estandartes de esos talleres: artistas, joyeros, sastres. (Fuente/Fotógrafo Zamek Królewski, Varsovia  / dominio público. Wiki)


Antecedentes históricos

La Polonia histórica (de hecho, la República Polaco-Lituana de las Dos Naciones) se dividió durante las tres particiones en 1772, 1793 y 1795 entre el Reino de Prusia, la Monarquía de los Habsburgo (más tarde Imperio Austríaco y Monarquía Austro-Húngara) y el Imperio Ruso. En ese momento, los gobernantes de estos tres estados que dividían Polonia-Lituania (el Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania) han sido por origen étnico los alemanes: Federico el Grande de Prusia, Catalina la Grande de Rusia y José II de Austria. Significa que la Mancomunidad Polaco-Lituana (establecida en 1569 por la Unión de Lublin), o la República de las Dos Naciones, fue dividida por el acuerdo mutuo de los tres monarcas étnicos alemanes (uno católico romano, uno protestante y uno originalmente protestante, más tarde ortodoxo).



La República Polaco-Lituana de las Dos Naciones o Mancomunidad  (Commonwealth) polaco-lituana en 1619

A partir de la década de 1720, la República de las Dos Naciones se debilitó enormemente desde todos los puntos de vista: político, militar, social, geopolítico y financiero. Como resultado directo, la vida política interna de la República se volvió gradualmente dependiente del poderoso vecino Imperio Ruso. Se hizo evidente durante y después de la Guerra de Sucesión Polaca de 1733-1735 cuando los gobernantes de la última República, Augusto III (1734-1763) y Stanislaw Poniatowski (1764-1795), se volvieron sustancialmente dependientes de Rusia. Con el fin de obtener una mayor independencia de San Petersburgo, se organizó la Confederación de Bar en 1768, seguida de la revuelta polaca que pronto fue reprimida por la intervención directa del ejército ruso.


La Unión de Lublin se unió al Reino de Polonia y al Gran Ducado de Lituania en 1569. (Licenciado bajo el dominio público)


La primera partición (1772)

La Primera Partición de la República en 1772 fue un resultado directo de los intereses geopolíticos rusos en la región de la época, basados en la recuperación de los territorios poblados por rusos ocupados anteriormente durante siglos por el estado polaco-lituano (la primera unión político-estatal polaco-lituana fue en 1385, la Unión de Krevė/Krewo). En 1772, fue la victoria rusa sobre el Imperio Otomano como consecuencia del curso de la guerra ruso-otomana de 1768-1774 lo que alarmó a la monarquía de los Habsburgo hasta tal punto que Viena incluso estuvo dispuesta a ir a la guerra contra Rusia. 

Como mediador para evitar un nuevo conflicto militar europeo entre las grandes potencias, el rey prusiano Federico II (el Grande) propuso a San Petersburgo y Viena simplemente anexionar partes del territorio de la República por sus tres países de tal manera que la ganancia territorial rusa no fuera objetable para la monarquía de los Habsburgo. Sin embargo, como resultado de la Primera Partición de la República en 1772, Rusia se anexionó las regiones más orientales de la República de las Dos Naciones: Livonia polaca, Polatsk, Vitebsk y Mohylew, que tienen las fronteras con Dniéper y Dvina Occidental (93.000 kilómetros cuadrados con 1.300.000 habitantes). El Reino de Prusia se anexionó 36.000 kilómetros cuadrados con 580.000 habitantes (Prusia Occidental, Distrito de Netze y Elbląg, pero no la ciudad-puerto de Danzig/Gdańsk). Finalmente, la monarquía de los Habsburgo recibió 81.000 kilómetros cuadrados con 2.650.000 habitantes (Galicia-Lodomeria con Lemberg/Lwów, Belz, partes de Podolia, Sandomierz y el distrito de Cracovia, pero sin la ciudad de Cracovia en la orilla norte del río Vístula). Las nuevas tierras anexionadas por Viena pasaron a llamarse oficialmente Reino de Galicia-Lodomeria (sin Galitzia Occidental). Eso era, básicamente, el Palatinado de Rus. El nuevo nombre recordaba el título de la antigua corona húngara (Hungría estaba gobernada por los Habsburgo desde 1526). Los reyes húngaros desde el siglo XII reclamaron este territorio de los principados de Galitzia y Volinia (Lodomeria) de la Rus medieval.


La segunda partición (1793)

Después de la partición de 1772, Polonia-Lituania adoptó una constitución el 3 de mayo de 1791 (la primera constitución en Europa y la segunda en el mundo después de la constitución de Estados Unidos de 1787) que otorgaba más poder político a una monarquía hereditaria con el fin de hacer que la estructura interna del país fuera más fuerte y viable para resistir nuevas particiones de la República. Sin embargo, los polacos que se oponían a tal diseño formaron otra confederación militar formada en Rusia: la Confederación de Targowica. Esta confederación cooperaba con las autoridades zaristas rusas con el fin de restaurar las libertades democráticas constitucionales anteriores a 1791 de la aristocracia feudal contra el potencial poder absoluto del gobernante (rey/gran duque). El resultado de tal situación fue la invasión militar por parte de Rusia en 1792 (apoyando las legítimas reivindicaciones de la confederación basadas en su invitación formal a intervenir) que fue seguida por una intervención militar prusiana que terminó con la Segunda Partición de la República en 1793. La monarquía de los Habsburgo no participó en la segunda partición. En esta ocasión, el Imperio ruso volvió a anexionarse partes de los territorios de la antigua Rus de Kiev desde la orilla izquierda del Dvina occidental, incluyendo Minsk, Pinsk y Zelentsi hasta el centro sur del Bug, con Podolia hasta el medio Dniéper (la orilla derecha). De hecho, Rusia incluía unos 250.200 kilómetros cuadrados poblados por 3.000.000 de personas. Esas tierras pertenecían en el siglo XV al Gran Ducado de Lituania, ocupado desde la segunda mitad del siglo XIII en adelante. Prusia, por su parte, incluía en 1793 unos 57.100 kilómetros cuadrados de territorio de Polonia-Lituania poblado por alrededor de un millón de personas de Prusia del Sur (Gran Polonia) y territorio alrededor de Danzig. No obstante, además, a Rusia se le dio el derecho de estacionar sus tropas militares en lo que quedaba en ese momento de Polonia-Lituania y de controlar sus relaciones exteriores. En realidad, los restos de la República de las Dos Naciones pasaron a estar bajo supervisión de San Petersburgo desde 1793.


La tercera partición (1795)

La Tercera Partición de la República en 1795 fue el resultado de un último intento de revertir la suerte de la Mancomunidad que comenzó en marzo de 1794 con el comienzo del levantamiento generalizado liderado por Tadeusz Kościuszko (un participante en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos contra Gran Bretaña). Sin embargo, los rebeldes polaco-lituanos finalmente fueron derrotados por Rusia en 1795. En consecuencia, los restos de la República de las Dos Naciones fueron particiones entre la victoriosa Rusia y Prusia y la monarquía no combatiente de los Habsburgo con el fin de mantener un equilibrio geopolítico entre estas tres grandes potencias europeas. En otras palabras, en 1795, Rusia recibió la mayor parte de la República (120.000 kilómetros cuadrados con 1.200.000 habitantes) incluyendo Curlandia, Samogitia, Lituania propiamente dicha con Wilno/Vilna y Troki/Trakai, y Volinia. El Reino de Prusia se anexionó 48.000 kilómetros cuadrados poblados por 1.020.000 personas (Nueva Prusia Oriental hasta el río Neman/Memel, incluyendo Mazovia y una pequeña porción de tierra al noroeste de Cracovia – Nueva Silesia). La monarquía de los Habsburgo ocupó la Galitzia occidental o las tierras más allá del río Vístula hasta el Bug Occidental con 1.500.000 habitantes (18.200 kilómetros cuadrados), incluido el resto de Cracovia (en la orilla derecha del Vístula).




Consecuencia directa de las tres particiones de la República en 1772, 1793 y 1795, tanto el Reino de Polonia como el Gran Ducado de Lituania fueron borrados del mapa político de Europa por las tres grandes potencias europeas: Rusia, la Monarquía de los Habsburgo y Prusia. En suma, el total de adquisiciones territoriales por parte de estos tres vecinos de la República desde 1772 hasta 1795 ha sido el siguiente, el Imperio Ruso: 463.200 kilómetros cuadrados (5.500.000 habitantes); el Reino de Prusia: 141.400 kilómetros cuadrados (2.600.000 habitantes); y la Monarquía de los Habsburgo: 128.900 kilómetros cuadrados (4.150.000 habitantes).


De esta manera, las tres grandes potencias europeas resolvieron la cuestión polaco-lituana en Europa del Este a finales del siglo XVIII. Tal solución estuvo viva en la práctica hasta el final de la Primera Guerra Mundial


En el período de entreguerras, tanto Polonia como Lituania existían como estados nacionales separados que se disputaban la región de Vilna. Sin embargo, en 1939 se produjo la Cuarta Partición de Polonia en la que participaron cuatro vecinos polacos: Alemania, la URSS, Eslovaquia y Lituania.


II  

Los orígenes del conflicto polaco-ucraniano: Ucrania Occidental y Gran Polonia




- El papel de Józef Piłsudski

- La parte oriental de Europa y el final de la Primera Guerra Mundial


Al principio, hay que tener en cuenta que antes del estallido de la Primera Guerra Mundial en el verano de 1914 Polonia ni Ucrania eran estados en el mapa político de Europa. Polonia se consideraba una región histórica, mientras que Ucrania era geográfica.


El final de la Primera Guerra Mundial dio lugar a cambios significativos en las fronteras políticas de Europa Central, Oriental y Sudoriental. Debido a la magnitud de estos cambios y a las recién nacidas guerras regionales sobre la distribución de la tierra que estallaron en varias mini-regiones de la parte oriental de Europa, tuvieron que pasar entre cinco y seis años antes de que finalmente se establecieran y estabilizaran nuevas fronteras entre los estados, al menos hasta 1938.

Polonia estaba dividida a finales del siglo XVIII entre tres poderosos vecinos: el Reino de Prusia, el Imperio de los Habsburgo y el Imperio Ruso, mientras que el actual territorio de Ucrania entre la Monarquía de los Habsburgo (Austria, Austria-Hungría) que tomó su parte occidental, incluida Lvov (Lemberg/Lwów) y el Imperio Ruso, que poseía sus partes oriental y central, incluida Kiev. Aunque, la mayor parte de la Polonia histórica y la Ucrania geográfica fueron gobernadas por Rusia desde 1795 hasta 1917.

Con el fin de cambiar una situación geopolítica de este tipo, se creó antes de la Primera Guerra Mundial una idea de cooperación política entre los polacos y los ucranianos para luchar por la independencia. Empero, detrás de esta idea estaba el proyecto de renacer la Gran Polonia dentro de sus fronteras históricas (antes de las tres particiones de Polonia-Lituania en 1772, 1793 y 1795). El Estado polaco fue restablecido el 11 de noviembre de 1918, pero en ese momento los polacos y los ucranianos ya estaban luchando entre sí por la tierra y las fronteras. El mismo día, Józef Piłsudski (nacido cerca de Vilna en Lituania/Litwa en 1867) fue nombrado por el Consejo de Gobierno de Polonia (de hecho, el gobierno) para el cargo de jefe de Estado con autoridad dictatorial ("Naczelnik"). Su primer deber fue crear el gobierno del recién restablecido estado independiente de Polonia. Fue el líder de Polonia hasta 1922 y desde 1926 hasta 1935 cuando murió. Durante su gobierno la política exterior polaca, especialmente hacia la Rusia soviética/URSS, Lituania y Ucrania, dependió de sus designios y decisiones políticas.


La transformación política de la parte oriental de Europa después de 1918 fue un resultado directo del colapso tanto del Segundo Imperio alemán como del Imperio Austro-Húngaro durante los últimos meses de 1918, así como debido a las inestables fronteras occidentales del antiguo Imperio Ruso (colapsado en 1917) que todavía estaba involucrado en la revolución y la guerra civil. 


La mayoría de los cambios fronterizos en esta mitad de Europa después de la Primera Guerra Mundial fueron el resultado directo de las decisiones tomadas por las potencias de la Entente (Potencias Aliadas asociadas durante la primera guerra mundial) en la Conferencia de Paz de París que comenzó a principios de 1919 y que dieron lugar a cinco tratados de paz, llamados así por los castillos en las afueras de París donde finalmente se firmaron. Cada uno de estos tratados de paz se ocupaba en parte, pero en algunos casos en su totalidad, de los Estados de Europa Central, como era el caso, por ejemplo, de Polonia, que estaba en el conflicto político-militar posterior a la primera guerra mundial con los nacionalistas ucranianos occidentales por la tierra de Galitzia Oriental.

Józef Piłsudski quería hacer realidad la idea de renacer la Polonia independiente durante la primera guerra mundial, ya que veía los tiempos de guerra como una gran oportunidad para restablecer las fronteras de la Polonia histórica (esas fronteras se establecieron en el este a expensas de los eslavos orientales, principalmente rusos, y Rusia). Sin embargo, para ello, la condición previa era la destitución de los tres imperios: Alemania, Austria-Hungría y Rusia. Solo sobre las ruinas de los tres se pudieron recrear las fronteras de la Polonia histórica. Sin embargo, al final de la guerra, se hizo evidente que los lituanos y los ucranianos no apoyarían esta idea y sus designios relativos a la Polonia histórica, ya que en este caso ambos tenían que ser incluidos en Polonia pero no ser independientes

Las fronteras estatales de la Polonia posterior a la primera guerra mundial fueron decididas por la Conferencia de Paz de París por tres medios: 1) A través de decisiones del Consejo de Embajadores; 2) Plebiscitos celebrados bajo la dirección de la Entente; y 3) Por el resultado de la guerra con Ucrania Occidental y la Rusia bolchevique. En cuanto a Polonia, el asentamiento final de sus fronteras orientales se convirtió en el más complejo. De hecho, el primer problema fronterizo se convirtió en Galitzia o, más precisamente, en Galitzia Oriental, donde los polacos declararon la guerra abierta a los ucranianos. El 1 de noviembre de 1918, cuando el gobierno de Austria-Hungría finalmente colapsó en la región, los líderes nacionalistas ucranianos locales proclamaron la independencia de la República Nacional (Popular) de Ucrania Occidental. Este nuevo estado reclamó que toda Galitzia Oriental (hacia el este desde el río San con Lwów) fuera ucraniana, seguida por Bukowina del Norte y la Rus de los Cárpatos. Sin embargo, estas reivindicaciones territoriales fueron inmediatamente desafiadas por los polacos locales que lucharon por toda Galitzia para unirse a la Polonia posterior a la primera guerra mundial. En consecuencia, el resultado fue una guerra polaco-ucraniana que duró desde noviembre de 1918 hasta el verano de 1919, cuando los destacamentos militares galaico-ucranianos occidentales fueron expulsados de Galitzia Oriental, que finalmente pasó a formar parte de la Polonia de entreguerras.  

La mayor parte de esta idea pudo realizarse con el colapso de Rusia durante la guerra (ya que la mayor parte de la Polonia histórica estaba incluida en Rusia) y, por lo tanto, Piłsudski apoyó la derrota rusa ante Alemania y Austria-Hungría. Por esa razón, desde 1908 estaba formando legiones polacas que debían luchar del lado de las Potencias Centrales contra el Imperio Ruso en el Frente Oriental.



Varsovia, 15 junio 1934. De izquierda a derecha: Hans Adolf von Moltke (embajador alemán), el Mariscal de Polonia Józep Pilsudski, el Ministro de Propaganda Joseph Goebbels y el Ministro de Asuntos Exteriores polaco Józep Beck. Previamente, el 26 de enero de 1934, la Alemania nazi y el régimen del mariscal polaco Józep Pilsudski firman el Pacto de No Agresión Germano-Polaco, firmado por el embajador polaco en Berlín, Józep Lipski y el entonces Ministro de Asuntos Exteriores del Reich, Konstantin von Neurath.


La revolución bolchevique antirrusa de octubre/noviembre de 1917, seguida de la Guerra Civil Rusa de 1917-1922, ofreció nuevas posibilidades políticas a varias naciones para obtener la independencia formal o la autonomía dentro de la Rusia posrevolucionaria (de hecho, la URSS). Esa fue exactamente una idea que fue promulgada por Józef Piłsudski durante las últimas dos décadas.


Con todo, desde el comienzo mismo de la primera guerra mundial, la cuestión polaca se colocó dentro de los designios geopolíticos del Segundo Reich alemán (1871-1918), lo que significó en la práctica que los patriotas y nacionalistas polacos han sido solo observadores sin un poder político y militar real para cambiar el mapa político de Europa Central y Oriental a su favor nacional. En otras palabras, hasta el final de la primera guerra mundial, pudieron observar en silencio los cambios que ocurrieron en esta parte de Europa, incluida la revolución roja bolchevique, la guerra civil rusa entre los rojos y los blancos y, finalmente, la ocupación militar de la actual Ucrania Occidental por parte de las Potencias Centrales.


El propio Józef Piłsudski fue arrestado por los alemanes en el verano de 1917 (estuvo en la prisión alemana de Magdeburgo hasta noviembre de 1918) por la misma razón de que no quería poner sus destacamentos militares (legiones) bajo el mando supremo alemán. Quedó libre cuando el Imperio Ruso ya se había derrumbado debido a la revolución bolchevique pro-alemana. Mientras tanto, el 11 de noviembre de 1918 Polonia proclama su independencia político-nacional, pero sin fronteras estatales claras y acordadas internacionalmente, especialmente en el este (conflicto con la Rusia bolchevique, Lituania y Ucrania). Desde el comienzo de la guerra civil rusa en noviembre de 1917 hasta el final de la Primera Guerra Mundial, hubo una serie de naciones que proclamaron su independencia político-nacional, incluida Polonia (desde Finlandia hasta Azerbaiyán).


*Nota adicionada por el editor del blog: Algunos ejemplos de la aparición de los "estados" efímeros tras la desmembración del Imperio Ruso, tras la revolución de 1917


República Hutsul (enero-junio de 1919): una parte de habla ucraniana de Austria-Hungría, los habitantes se rebelaron en 1919 y declararon una república independiente con la intención de unirse a una Ucrania occidental independiente. El área finalmente fue admitida en Checoslovaquia, convirtiéndose en parte de Ucrania en 1946.

República Popular de Crimea (diciembre de 1917 – enero de 1918): establecida por los tártaros de Crimea, la república fue rápidamente invadida por los bolcheviques, que fueron desalojados nuevamente por las fuerzas ucranianas y alemanas en abril. El país fue invadido nuevamente por el Ejército Rojo en abril de 1919, las fuerzas blancas en junio y finalmente el Ejército Rojo nuevamente en 1921.


República Popular de Kuban (febrero de 1918-noviembre de 1919): después del colapso del imperio, los cosacos de Kuban formaron un gobierno militar y obtuvieron el reconocimiento de Alemania y Turquía. Aunque era anti-bolchevique, la república no se alineó con las fuerzas blancas y fue invadida por el Ejército Rojo en 1919.

Ucrania Verde (abril de 1920 a noviembre de 1922): establecido por los ucranianos siberianos, este aspirante a estado proclamó una unión con Ucrania independiente en 1918 e intentó formar un gobierno varias veces hasta que el Ejército Rojo tomó el control de su territorio en 1922.



República de Lemko Oriental (noviembre de 1918 – enero de 1919): también llamada República de Komancza, fue declarada por personas de Lemko que favorecían unirse a Ucrania independiente en lugar de Rusia. La zona se unió a Polonia en 1919 y se suprimió el movimiento pro ucraniano.

República del Don (mayo de 1918 - marzo de 1920): en respuesta a la llegada del Ejército Rojo, los cosacos del Don, tradicionalmente soldados de élite, levantaron un ejército de 50.000 hombres, que constituían una parte esencial de las fuerzas blancas del sur. Después de su derrota, la cultura cosaca fue reprimida y purgada.


El jefe de Estado polaco consideraba que Ucrania Oriental con Kiev era el sujeto clave para la cuestión del futuro ruso y, por lo tanto, también para Polonia. Tuvo en cuenta varios hechos importantes sobre Ucrania, como su posición geopolítica, su potencial económico, incluida la producción de cereales, carbón, sal, mineral de hierro o acero y, por último, su enorme población, que en ese momento rondaba los 30 millones de personas. Todos estos factores se han tenido en cuenta, ya que Ucrania era un aliado natural de Polonia contra el Imperio Ruso o cualquier forma de Rusia, incluida una bolchevique como sucesora del Imperio Ruso.

Era una época (noviembre de 1918) en la que la autoproclamada República Popular de Ucrania (UPR), de hecho, la actual Ucrania Oriental, luchaba por sobrevivir contra el Ejército Rojo bolchevique, ya que V. I. Lenin no quería reconocer ningún tipo de independencia ucraniana, sino autonomía dentro de la Rusia bolchevique (más tarde la URSS). Las mismas intenciones políticas que tenía con respecto a todos los demás territorios exrusos que habían proclamado su independencia del Imperio ruso en 1917 y 1918, incluida también Polonia. Con ese propósito, los bolcheviques de Lenin organizaron un intento político en noviembre de 1918 para tomar el poder en Polonia que finalmente colapsó. Sin embargo, fue una clara señal para las nuevas autoridades polacas en Varsovia de que los bolcheviques de Lenin son los enemigos de la independencia polaca y de las proyecciones geopolíticas polacas en Europa del Este, incluidas partes de la actual Ucrania, Bielorrusia y Lituania (o en otras palabras, el antiguo Reino histórico de Polonia y el Gran Ducado de Lituania según la Unión de Lublin de 1569). Sin embargo, un nuevo gobierno bolchevique en San Petersburgo comenzó a ocupar militarmente las tierras reclamadas por Varsovia y a bolchevizarlas, lo que se convirtió en el casus belli de la guerra polaco-bolchevique de 1918-1920.


Para tener una mejor posición en la lucha contra los bolcheviques, J. Piłsudski envió a Kiev a finales de noviembre de 1918 una misión diplomática especial que tenía la tarea principal de discutir con las nuevas autoridades ucranianas todas las posibilidades relativas a la cooperación militar polaco-ucraniana.

Con el mismo propósito, en enero de 1919 se envió a Varsovia la delegación ucraniana de Kiev para discutir todos los problemas prácticos relacionados con la formación de la coalición militar antibolchevique polaco-ucraniana. Pero en la práctica, en ese momento, al menos para el lado polaco, tal alianza militar se volvió, de hecho, no tan relevante ya que Polonia no tenía fuerzas armadas que pudieran ayudar sustancialmente a la UPR contra el Ejército Rojo.

Por ejemplo, cuando terminó la Primera Guerra Mundial, el ejército polaco contaba con solo unos 6.000 soldados, aunque su número crecía progresivamente; en dos meses, el ejército polaco tenía alrededor de 110.000 soldados y oficiales voluntarios, pero no pudieron participar con éxito en ninguna acción militar seria al menos hasta la primavera de 1919. Sin embargo, en la realidad el ejército polaco tuvo que participar en las primeras campañas militares serias exactamente contra las fuerzas ucranianas en el territorio de Galitzia Oriental y, por lo tanto, las negociaciones polacas con la parte ucraniana se rompieron ya en enero de 1919.


Galicia Oriental y las Potencias Centrales

La tierra de Galitzia Oriental estaba incluida antes de la primera guerra mundial en Austria-Hungría (parte austriaca) con una composición étnica mixta (como la mayoría de las provincias de la monarquía austro-húngara en ese momento). La población de Galitzia Oriental antes de la primera guerra mundial era de casi 5 millones: la mayoría eran "ucranianos" (3,1 millones), polacos (1,1 millones) y judíos (620.000), seguidos por varias otras pequeñas comunidades etnolingüísticas. Los ucranianos (sea lo que sea que signifique este término étnico en ese momento) tenían el dominio de la población en el campo (aldeas), pero los pueblos y ciudades estaban habitados por las mayorías polacas y judías.

En general, fue la política tolerante de Viena hacia las minorías nacionales lo que dio lugar a que las organizaciones políticas y nacionales ucranianas, polacas y judías coexistieran en paz.

Las organizaciones nacionales ucranianas estuvieron luchando por defender su propia autonomía étnico-regional y por fortalecer la identidad nacional ucraniana entre el pueblo eslavo local.

La realidad sobre el terreno no era tan favorable para la propaganda nacional ucraniana por la misma razón de que, a pesar de que la intelectualidad que aceptaba la identidad etnolingüística ucraniana había progresado rápidamente, por otro lado, un número abrumador del campesinado (la mayoría de la población de Galitzia Oriental) no se vio afectado por la propaganda de la identidad nacional ucraniana.

Otro hecho era que tanto los polacos étnicos como los judíos tenían un claro dominio sobre las áreas de la educación, la cultura, la economía regional y la administración civil. Los polacos consideraban la ciudad de Lwów/Lvov/Lemberg/L'viv (que era el asentamiento de importancia crucial en el este de Galitzia) como una de las ciudades más importantes de la cultura y la nación polaca después de Cracovia, Varsovia y Wilno/Vilnius.


Durante la primera guerra mundial (1914-1918), las Potencias Centrales, pero especialmente Alemania, apoyaron obstinadamente la identidad nacional, el nacionalismo y los objetivos nacionales ucranianos, todos ellos dirigidos contra Rusia y los intereses nacionales rusos.


El 9 de febrero de 1918 en Brest-Litovsk se firmó el tratado de paz entre las Potencias Centrales (Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y el Imperio Otomano) y la República Popular de Ucrania (UPR) – Brotfrieden en alemán ("Pan de Paz", literalmente).

El tratado de paz puso fin a la guerra en Galitzia Oriental y reconoció la soberanía de la UPR. Uno de los puntos más importantes de este tratado de paz fue que las Potencias Centrales victoriosas prometieron a Ucrania algunos territorios que incluían la región de Kholm (poblada por la mayoría de habla polaca). También fue una iniciativa secreta transformar las provincias de Bucovina y Galitzia Oriental en una corona de Austria-Hungría (parte austriaca), pero el plan pronto se convirtió en un tema extremadamente problemático por la razón de que los polacos se opusieron a él, insistiendo en la indivisibilidad de toda Galitzia, en la que tendrían un dominio. En otras palabras, para los polacos, la política pro-ucraniana de las Potencias Centrales durante la primera guerra mundial y especialmente en 1918 no solo fue antirrusa, sino aún más antipolaca. Por lo tanto, debido a la política de Berlín con respecto a la cuestión ucraniana en 1918, el conflicto interétnico entre polacos y ucranianos se volvió, de hecho, inevitable.


El conflicto


Pintura de Wojciech Kossak sobre la Batalla de Leópolis. Durante la guerra polaco-ucraniana (1918-1919), entre las fuerzas de la República Popular Ucraniana Occidental contra la población civil y el ejército regular polaco.

En el otoño de 1918, durante el colapso de la monarquía del Danubio (Austria-Hungría), los trabajadores nacionales de varios grupos étnicos dentro de la monarquía habían estado preparando planes para la creación o el restablecimiento de sus propios estados nacionales (unidos) después de la guerra. Ese fue el caso, así como el de los políticos polacos en Galitzia que querían incluir a toda la región de Galitzia (occidental y oriental) en el estado nacional unido del pueblo polaco. Sin embargo, los trabajadores políticos ucranianos de Galitzia Occidental se opusieron a tal idea polaca y en la noche del 1 de noviembre de 1918 organizaron un golpe de Estado.

Como resultado, ayudados por unidades nacionales ucranianas, lograron ocupar Lvov y otras ciudades en el este de Galitzia. Al mismo tiempo, proclamaron la República Popular de Ucrania Occidental como un Estado ucraniano independiente. Los polacos de Lvov (que eran la mayoría de la ciudad) fueron tomados por sorpresa, pero organizaron una defensa militar (incluidos los escolares) y pronto expulsaron a las fuerzas ucranianas de la mayor parte de la ciudad. Empero, en otras ciudades del este de Galitzia, los ucranianos tuvieron el mayor éxito, excepto en la ciudad de Przemyśl/Peremyshl. Las tropas polacas avanzaron en otras ciudades de la parte occidental de Galitzia Oriental. Por otro lado, Polonia fracasó en varios intentos de resolver este conflicto polaco-ucraniano mediante el arbitraje. En otras palabras, antes de que Polonia proclamara su propia independencia el 11 de noviembre de 1918, la guerra entre las fuerzas polacas y ucranianas ya estaba en marcha por el este de Galitzia y su ciudad más importante: Lvov.

Las fuerzas armadas polacas expulsaron al ejército ucraniano de Lvov el 22 de noviembre de 1918.

Con todo, Lvov estuvo bajo asedio, incluyendo disparos constantes por parte del ejército ucraniano hasta abril de 1919 (cinco meses). Aun cuando, inmediatamente después de que las fuerzas ucranianas se alejaran de Lvov, se produjeron los pogromos contra los judíos en los que murieron hasta 80 personas.

El problema era que los polacos locales acusaron a los judíos de apoyar a la parte ucraniana con respecto al destino de Lvov. Especialmente, las unidades paramilitares judías armadas por el lado ucraniano fueron acusadas por los polacos de política antipolaca en la ciudad.

Durante la guerra entre las fuerzas polacas y ucranianas por Galitzia Oriental en 1918-1919, el bando polaco fue ganando gradualmente al enemigo.

Para la parte ucraniana en el conflicto, el problema crucial fue que los líderes político-militares de Ucrania Occidental no lograron movilizar a la mayor parte del campesinado ucraniano para su curso, ya que los campesinos han estado mucho más involucrados en sus intereses económicos que en los intereses políticos de la existencia. Otro problema/pregunta es hasta qué punto se sintieron "ucranianos" para luchar contra los polacos. En tal situación política, con el fin de atraer a los campesinos para el curso ucraniano, los nacionalistas ucranianos trataron de hacer uso de algunas consignas socioeconómicas y, por lo tanto, prometieron al campesinado una reforma agrícola después de la guerra: la distribución de la tierra (lo mismo que estaba propagando los bolcheviques rusos al mismo tiempo). Pese a lo cual, los nacionalistas ucranianos utilizaron todos los medios de fuerza para movilizar a los campesinos del oeste de Ucrania para que el ejército ucraniano luchara contra los polacos en Galitzia Oriental.


La mediación de la Entente

Después de la Gran Guerra, en 1919 las potencias de la Entente intentaron mediar en esta guerra polaco-ucraniana con el objetivo final de poner fin a la guerra lo antes posible, teniendo en cuenta la conferencia de paz de posguerra en París. De hecho, lo que preferían era prioritario, la lucha contra el bolchevismo ruso y, por lo tanto, la guerra polaco-ucraniana no hacía más que debilitar a las fuerzas europeas contra la política potencialmente agresiva de los bolcheviques que en ese momento apoyaban todo tipo de revoluciones de izquierda en Europa Central. En otras palabras, esta guerra que se estaba produciendo en las fronteras con la Rusia bolchevique impedía la creación de un frente unido antibolchevique polaco-ucraniano que pudiera bloquear una eventual agresión a Europa por parte del Ejército Rojo de Lenin. El primer movimiento práctico de las fuerzas de la Entente en relación con la firma de la paz entre las fuerzas militares ucranianas y polacas se produjo en febrero de 1919, cuando una comisión militar especial dirigida por Francia negoció tanto una tregua como una línea de demarcación entre Polonia y Ucrania. De acuerdo con esta propuesta, la ciudad de Lvov y la región petrolera al sur alrededor de Boryslav tenían que ir a Polonia. En otras palabras, alrededor de 2/3 de Galitzia Oriental se incluirían en Ucrania Occidental.

La comisión de la Entente también decidió que la República Popular de Ucrania Occidental era un Estado fallido, no viable. La verdadera razón de tal conclusión fue el hecho de que el movimiento independentista de Galicia Oriental se basaba sólo en un estrato extremadamente pequeño de intelectualidad, sin un apoyo masivo por parte de la gente, especialmente en el campo. Los nacionalistas y políticos ucranianos, con el fin de atraer a los campesinos locales de Galizia Oriental, les prometieron junto con la reforma agraria, así como casas y castillos de Lvov. Sin embargo, sucedió que los combatientes nacionales de Ucrania Occidental perdieron el control sobre el movimiento campesino que ellos mismos habían inspirado.

De hecho, los líderes polacos implicados en el conflicto aceptaron (a medias) el conjunto de condiciones de paz exigidas por la comisión de la Entente. Sin embargo, las mismas condiciones fueron rechazadas por los líderes ucranianos y, automáticamente, pusieron fin a la tregua polaco-ucraniana previamente acordada. Como consecuencia, las fuerzas armadas ucranianas el 10 de marzo de 1919 comenzaron una nueva ofensiva para ocupar la ciudad de Lvov, que cayó después de diez días. En esencia, eso se convirtió en un verdadero punto de inflexión en la guerra polaco-ucraniana de 1918-1919 por Galitzia Oriental y la creación de una frontera final entre la Polonia recién restablecida y la recién formada Ucrania. Sin embargo, desde mediados de marzo de 1919, fueron los polacos los que tomaron las iniciativas militares y políticas sobre los ucranianos.

Básicamente, se hizo obvio que el lado ucraniano perdería la guerra contra Polonia con respecto a Galitzia Oriental y la ciudad de Lvov. Durante la noche del 14 al 15 de abril de 1919, los polacos lanzaron un fructífero ataque que tuvo como resultado que Lvov ya no estuviera a distancia de fuego de la artillería ucraniana. La ofensiva polaca fue tan exitosa que en mayo de 1919 los polacos tomaron varias otras ciudades de Galitzia Oriental (Stanislawów en polaco o Ivano-Frankivsk en ucraniano), que en ese momento era la sede de las autoridades políticas y militares ucranianas. 

A principios de junio de 1919, los destacamentos militares de Ucrania Occidental controlaban solo algunas áreas de Ucrania Oriental. Lo que sucedió fue la presión de la comisión de la Entente en el lado polaco para detener nuevas ofensivas, y se reanudaron las negociaciones bilaterales de tregua entre Polonia y Ucrania. No obstante, los líderes de Ucrania Occidental no respetaron el acuerdo de tregua y de repente comenzaron una ofensiva el 7 de junio de 1919 con el resultado de recuperar algunas zonas de Galitzia Oriental del lado polaco. Por lo tanto, los polacos culparon a los ucranianos de la prolongación del conflicto militar en Galitzia Oriental, hasta tal punto que los estados de la Entente se vieron obligados a enviar una comisión a la ciudad de Lvov para investigar las graves denuncias sobre crímenes contra la población civil cometidos, de hecho, por ambos bandos. 

Finalmente, la comisión no encontró pruebas relevantes de crímenes de guerra polacos, pero, por el contrario, muchos casos de crímenes de guerra fueron cometidos por la parte ucraniana. Lo que probablemente sea de crucial importancia subrayar aquí es el hecho de que la comisión encontró una recepción muy entusiasta de las tropas polacas por parte de los habitantes de la ciudad como libertadores contra el terror de las "bandas ucranianas".

La comisión compuesta por los representantes de las potencias de la Entente, con el fin de resolver finalmente el problema de Galitzia Oriental, propuso que todo el territorio de esta región fuera ocupado por las tropas polacas y, de hecho, en consecuencia, incluido en el estado nacional polaco posterior a la primera guerra mundial. Por esa razón, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores en París el 25 de junio de 1919 dio permiso abierto al gobierno polaco en Varsovia para lanzar una nueva ofensiva militar en Galitzia Oriental con el propósito final de expulsar a todos los destacamentos militares ucranianos occidentales de la región y ocuparla por completo. Se acordó que el Ejército Haller (armado en Francia) sería enviado a Polonia y desplegado en la lucha contra las unidades comunistas. En el caso de Galitzia Oriental, la autonomía debía concederse dentro de Polonia, y la decisión final sobre el estatus de Galitzia Oriental se decidiría mediante referéndum (pero organizado por las autoridades polacas).

Finalmente, el ejército polaco dirigido por el propio Piłsudski, el 2 de julio de 1919 inició su decisivo ataque militar contra las tropas militares ucranianas occidentales y logró expulsarlas de todo el territorio de Galitzia Oriental. Hasta el 18 de julio de 1919, las fuerzas de Ucrania Occidental, compuestas por unos 20.000 soldados, cruzaron el río Zbruch y entraron en el territorio de la República Popular de Ucrania. Por lo tanto, el destino de Galitzia Oriental se decidió a favor de Polonia hasta la segunda guerra mundial.                          




Observaciones finales

La guerra entre Polonia y Ucrania Occidental se prolongó desde noviembre de 1918 hasta julio de 1919. Según diferentes estudiosos, la guerra se cobró alrededor de 25.000 vidas de soldados de ambos bandos: alrededor de 10.000 polacos y 15.000 ucranianos, debido a la falta de fuentes, es muy difícil estimar el número de pérdidas entre la población civil. Sin embargo, fue menor que el número total de soldados perdidos combinados de ambos bandos. Otra característica de esta guerra fue el hecho de que las atrocidades cometidas tanto contra la población civil como contra los prisioneros de guerra no han sido a gran escala en comparación con otros casos durante la primera guerra mundial, por ejemplo, Serbia, que perdió alrededor del 25% de su población.

 

Esta guerra entre los bandos polaco y ucraniano, sin embargo, envenenó las relaciones polaco-ucranianas durante décadas y se hizo evidente durante la segunda guerra mundial cuando los ucranianos cometieron un genocidio a gran escala contra los polacos (y los judíos) en Galitzia.


La disputa polaco-ucraniana era por la tierra:

1. Para la parte polaca, los problemas relativos a la pertenencia de Galitzia Oriental no terminaron con la derrota militar de las fuerzas armadas ucranianas occidentales en julio de 1919. El problema siguió siendo el mismo durante las dos décadas siguientes, desempeñando la influencia central en los asuntos internos y externos de Varsovia.

2. Para la parte ucraniana, el problema fue resuelto por J. V. Stalin al final de la segunda guerra mundial, ya que, según su decisión, Galitzia Oriental pasó a ser anexionada por la Ucrania soviética. Los polacos locales se han visto obligados a vivir fuera de su patria, Polonia, hasta el día de hoy, mientras que los ucranianos lograron crear dentro de la URSS una Gran Ucrania mediante la anexión de la tierra de todos los vecinos.

3. No obstante, las potencias de la Entente, preocupadas por la amenaza directa de la exportación de la revolución bolchevique de Rusia a Europa, concedieron Galitzia Oriental (temporalmente) a Polonia, con la intención de crear de esa manera un corredor de defensa más fuerte contra la Rusia bolchevique. El Tratado de Saint Germain firmado en septiembre de 1919 sólo daba Galitzia Occidental (hacia el oeste desde el río San hasta Polonia), dejando, por tanto, la resolución final de la pertenencia de Galitzia Oriental como una cuestión problemática a resolver en el futuro.

4. En diciembre de 1919, el estadista británico Lord Curzon propuso dos posibles líneas fronterizas a lo largo de Galitzia: 1) Una de las cuales serviría como extensión sur de lo que proponía que fueran las fronteras orientales de Polonia. Eso fue aceptado oficialmente para ser nombrado como Línea Curzon. La variante 2), que estaba más al este e incluía Lwów, serviría como frontera con Polonia. En realidad, ninguna de estas soluciones propuestas fue aceptada por Varsovia, cuya anexión de toda Galitzia Oriental fue, en marzo de 1923, reconocida por el Consejo de Embajadores de la Entente.


Dr. Vladislav B. Sotirović

Fuentes del autor:

Los orígenes del conflicto polaco-ucraniano: Ucrania Occidental y Gran Polonia

Las tres particiones de la Commonwealth polaco-lituana. 1772, 1793 y 1795

El conflicto polaco-ucraniano occidental por el este de Galicia en 1918-1919

26 mayo 2023

Tratado de Brest-Litovsk, Rusia y la cuestión polaca-ucraniana en el presente




           GEOPOLÍTICA E HISTORIA en la esfera rusa (I)

por Tito Andino

Recopilación de artículos publicados en este blog


La falta de conocimiento, muchas veces provocado por los medios de embrutecimiento masivo -"prensa libre" suelen autocalificarse-, a través de un meticuloso lavado cerebral nos inculca una percepción errónea de los conflictos del mundo contemporáneo, señalando al "enemigo". Sí, concretamente nos referimos a las profundas raíces de la actual guerra entre Rusia y la alianza Ucrania/OTAN/UE. Los ucranianos y rusos ponen los muertos y los otros se llevan los beneficios.


Existe una presión descomunal del complejo militar occidental junto al capital financiero para hacer prevalecer su modelo de economía de "libre mercado", como si las economías rusa o china no siguieran el mismo patrón, el problema es que el "libre mercado" solo DEBE funcionar bajo la imposición estadounidense y sus socios anglosajones, como ello no es posible en el actual mundo multipolar, la solución es forjar y mantener las guerras sin fin -doctrina militar estadounidense vigente- en las que participa a través de proxys.

Esto no es solo en el campo financiero y militar, los juegos de politiquería se imponen en la ciencia de la historia. Muchos historiadores, periodistas, escritores e intelectuales para sobrevivir se unen a la versión "oficial". Muchas referencias históricas que conocemos las generaciones de las posguerras nos han sido impuestas desde la escuela, por desgracia no todo es real (y con esto no voy a dar espacio al macabro "revisionismo" histórico de la segunda guerra mundial, es decir la versión nazi y neonazi de la historia).

Profundos sentimientos de amor y odio se aprecian en países eslavos del este europeo hacia la histórica Rusia, de la que alguna vez formaron parte ya sea como dominios imperiales o integrados a la extinta Unión Soviética (al final una explicación de este aspecto). Las siguientes líneas se centran en breves pero esclarecedores datos históricos contemporáneos sobre Polonia y Ucrania, una forma de comprender parte de la raíz del actual conflicto bélico ruso-ucraniano.

¿Fueron el Imperio Ruso en la Gran Guerra o la URSS en la Segunda Guerra Mundial quienes desencadenaron aquellas catástrofes humanas?

Resumamos algo de historia.


La Gran Guerra 

(Primera Guerra Mundial)


Los señores de la guerra germanos. Si nos atenemos a la verdadera historia, Erich Ludendorff (izquierda) y Paul von Hindenburg (derecha) fueron los reales gobernantes del Imperio Alemán y los territorios conquistados durante la Primera Guerra Mundial, el Kaiser Guillermo II (centro) era una simple figura decorativa y para el protocolo. 

Alemania dominaba para diciembre de 1917 vastos territorios ocupados durante la Gran Guerra, controlaba toda Europa central y la mayor parte de Europa oriental; Bélgica estuvo bajo su ocupación militar y mantenían una posición firme en el este de Francia. El objetivo bélico era establecer una Gran Germania, una fuerza preeminente en el continente europeo, Gran Bretaña, todavía la nación dominante de la tierra venía en declive desde fines del siglo XIX. Francia estaba más relegada, las guerras napoleónicas de principios del siglo XIX la desangraron. 

En el Imperio Alemán, Paul von Hindenburg compartía los sueños expansionistas de su socio, el general Ludendorff, el Kaiser era solo una figura decorativa. Los dos militares acordaron firmemente en la expansión de las fronteras de Alemania en la medida de lo posible, con la mirada fija principalmente en el Este. Tenían la intención de germanizar y colonizar grandes zonas de Europa central y oriental, como Polonia y los países bálticos de Lituania y Letonia. Hindenburg expresó el 19 de diciembre de 1917, su deseo de obtener las regiones bálticas con fines estratégicos para la próxima guerra. Ludendorff, en particular, quería anexar la antigua provincia de Curlandia, en el oeste de Letonia, de gran relevancia estratégica en el Mar Báltico, Curlandia tenía una historia de dominio germánico que se remonta al siglo XIII y fue el hogar de decenas de miles de alemanes bálticos. A finales del verano de 1915 las fuerzas bajo el mando de Ludendorff capturaron Curlandia del Imperio Ruso. 

Berlín invirtió millones de marcos en tratar de fomentar la revolución en la Rusia zarista, una nación que había estado bajo el dominio de la dinastía Romanov durante más de 300 años. En octubre de 1917, la toma del poder de Vladimir Lenin en Rusia marcó el final de la participación del Kremlin en la Primera Guerra Mundial. La Rusia soviética concluyó un armisticio con el Imperio alemán el 15 de diciembre de 1917. Para el 18 de febrero de 1918, Ludendorff ordenó una invasión alemana en todo el frente oriental a fin de insistir en su punto de vista a Lenin y el 3 de marzo de 1918 los bolcheviques se vieron obligados a firmar un tratado de paz en Brest-Litovsk


Brest-Litovsk


La delegación rusa en Brest-Litovsk para la firma del tratado de paz con las potencias centrales. segundo a la  derecha de la fila superior se distingue a León Trotsky.


Como humillación para Rusia y para demostrar su desprecio por los bolcheviques, Ludendorff concedió de facto la independencia a Finlandia, y en teoría a Polonia y Ucrania, todas antes parte del Imperio ruso, mientras que Estonia, Lituania, Letonia y Bielorrusia serían ocupadas por el ejército alemán. 


También fueron despojados del Kremlin el puerto de Batumi en el Mar Negro y el Óblast de Kars. Ludendorff también dirigió su ira hacia Rumanía para convertirla en un satélite alemán bajo un régimen títere, por el hecho de que los rumanos eligieran inesperadamente unirse al bando aliado en agosto de 1916.

El interés alemán expuesto extensamente en sus términos de paz con la nueva Rusia bolchevique se centró en absorber una gran parte del flanco occidental del antiguo Imperio Ruso desde el Báltico hasta el Mar Negroincluyendo Crimea y la actual Ucrania, codiciaba el petróleo, la madera, los depósitos minerales y el grano de estas regiones, lo que garantizaría que Alemania pudiera resistir fácilmente un bloqueo británico en un futuro conflicto

A inicios del año nuevo de 1918 se trató sobre "la cuestión polaca" (políticas imperialistas de Alemania sobre Polonia). Max Hoffmann, una figura más moderada que Ludendorff, propuso una frontera germano-polaca no muy diferente a la frontera actual. No veía ningún sentido en obligar a millones de polacos descontentos con Alemania a permanecer en ella, el kaiser estuvo de acuerdo con las ideas de Hoffmann. Ludendorff no solo se indignó y protestó, fijó las intenciones expansionistas alemanas sobre Polonia, Hindenburg asintió para reforzar la posición de Ludendorff, el Kaiser reevaluó apresuradamente las cosas y aceptó las demandas de los señores de la guerra. 

Pero... en noviembre de 1918 el Imperio Alemán aceptaba, a su vez, las condiciones de un armisticio en el frente Occidental. Alemania no se rindió de forma incondicional sino en los términos acordados en la firma del armisticio de ahí que la derecha alemana hizo popular la leyenda de la "puñalada por la espalda". Se podría aceptar que los ejércitos alemanes no fueron derrotados en el campo de batalla, pero sus últimas grandes ofensivas consumieron todas las reservas y recursos, su economía no daba más, hasta la población se negó a responder a la "llamada patriótica". Los Aliados occidentales tenían el petróleo y los recursos materiales... solo era cuestión de tiempo para lo inevitable.

Si Alemania ganaba la Primera Guerra Mundial era lógico que la forzada paz de Brest-Litovsk se ejecutaría irremediablemente en la historia... (¿habría ocurrido la invasión nazi a Polonia en 1939?), mas, el Imperio Alemán sucumbió ante los aliados. El Tratado de Brest-Litovsk fue abolido, pero Polonia, los estados bálticos y Finlandia no regresaron a manos rusas tras la firma de Versalles en 1919.


Fronteras tras el armisticio de diciembre de 1917 y línea de ocupación hasta marzo de 1918

CRIMEA. Como curiosidad nótese en el mapa los cambios territoriales debidos a la guerra y zonas de ocupación de los imperios centrales. Crimea sigue señalada como territorio ruso y siempre lo fue, al menos tras siglos de dominación del Imperio Otomano. Los bolcheviques al poner obstáculos a la firma de la paz en 1917 "consiguieron" más pérdidas territoriales en 1918. Históricamente, en 1783 el Imperio Ruso logró vencer las guerras contra los otomanos e incorporó Crimea a su territorio. Es la posición estratégica de Crimea la causa de diversos conflictos como la actual guerra ruso-ucraniana/OTAN. Otro ejemplo es la Guerra de Crimea de 1854 contra los británicos. Luego de la Revolución Rusa de 1917 aparecieron regímenes de corta duración proclamando una Crimea soberana. Los bolcheviques retomaron Crimea como parte de Rusia y Crimea se convirtió en una república soviética autónoma dentro de Rusia. En la segunda guerra mundial Crimea cayó bajo poder alemán, luego de la guerra Crimea se degradó de República Soviética Rusa a Oblast ruso (demarcación administrativa equivalente a una región). La transferencia del oblast de Crimea a Ucrania fue una acción administrativa del Presidium del Soviet Supremo, concediendo el gobierno de Crimea de la RSS de Rusia a la RSS de Ucrania el 19 de febrero de 1954, acto atribuido al primer secretario del Partido Comunista, Nikita Khrushchev (ucraniano) sobre la base del "carácter integral de la economía, la proximidad territorial y los estrechos lazos económicos y culturales entre la provincia de Crimea y la RSS de Ucrania...". Descrito por muchos estudiosos como un "gesto simbólico" al conmemorarse el 300ª aniversario de la unión de Ucrania con Rusia por el Tratado de Pereyaslav como se conocía en la Unión Soviética.

 

En el siguiente mapa observamos ya la realidad tras la negativa de la Rusia bolchevique a fines de 1917 retardando la firma de la paz, los ejércitos alemanes volvieron a la acción y ocuparon más territorio ruso.


        Fronteras impuestas por Alemania a Rusia en Brest-Litovsk,    
3 marzo 1918.

Brest-Litovsk, tratado de paz de la Rusia bolchevique con las "potencias centrales", Alemania, el Imperio austrohúngaro, el Imperio otomano y Bulgaria, puso fin a  su participación en el conflicto. Lenin aspiraba una paz sin anexiones ni indemnizaciones. Trotsky consideró los términos de las potencias centrales como duros e inaceptablesRusia perdía ese momento hasta un millón de kilómetros cuadrados de territorio con una población algo mayor a los 56 millones y enormes capacidades industriales. Los alemanes avanzaron hacía Petrogrado (luego Leningrado, actual San Petersburgo). Rusia tuvo que aceptar y ceder (3 de marzo de 1918). Lenin afirmó: "Sí, la paz a la que hemos llegado es inestable en su máxima expresión; el respiro obtenido por nosotros se puede romper cualquier día". Por el Tratado Rusia renunciaba a su soberanía territorial sobre Polonia, Estonia, Lituania, Letonia, Curlandia y Besarabia y las entregaba a Alemania y Austria-Hungría. Debía reconocer la independencia de Ucrania, Georgia y Finlandia; y, entre otras, algunas cesiones territoriales al Imperio Otomano. Además, en un nuevo acuerdo Rusia debía pagar seis mil millones de marcos en indemnizaciones de guerra. Tras su firma esos territorios pasaron a ser controlados y explotados económicamente por los Imperios Centrales. La Gran Guerra continuaba en ese momento en el Frente Occidental​. Brest-Litovsk aunó más la guerra civil rusa entre el ejército blanco y el ejército rojo (noviembre 1917 - junio 1923). En ese convulsionado periodo de guerra civil, las fronteras variaban constantemente, incluso se desató otro conflicto por las delimitaciones territoriales con Polonia que no fueron definidas de forma clara en el Tratado de Versalles (Guerra Ruso-Polaca, 1919–1921). Ucrania y Bielorrusia volvieron a la esfera de control bolchevique durante la guerra civil, en los siguientes años la Unión Soviética intentó recuperar los territorios perdidos en Brest-Litovsk. Tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial, en noviembre de 1939, los soviéticos con el objetivo de recuperar parte de Finlandia se involucraron en la conocida "Guerra de Invierno". La Unión Soviética que había firmado en agosto de 1939 el pacto de no agresión con la Alemania nazi, ocupó los estados bálticos y la zona oriental de Polonia. 


Como vemos, Brest-Litovsk fue producto de la imposición de la fuerza militar alemana que ocupó las regiones occidentales del Imperio Ruso (entre otras cosas pretendía establecer un estado amortiguador entre Alemania y Rusia). Citemos un ejemplo, Bielorrusia fue ocupada por el Imperio Alemán por las armas entre 1917 y 1918, como efecto de la rendición germana se proclamó la República Popular Bielorrusa, al poco llegarían los soviets... y los polacos... En el caso de Bielorrusia, en 1939 fue íntegramente ocupada por la URSS tras su entrada en Polonia (septiembre 1939) y la expulsión de las fuerzas polacas de esos territorios. 

¿Existe un argumento jurídico internacional para que el Tratado de Brest-Litovsk quedara anulado tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial? Esa presunta legalidad dejó de tener vigencia al finalizar la contienda, fue factible por el armisticio (derrota) alemán y la abdicación del Kaiser en 1918, quedó sin efecto el Tratado de Brest-Litovsk, dando paso al Tratado de Versalles de 1919. Todas las pérdidas territoriales de Rusia en la Gran Guerra serían recuperadas en 1940, a excepción de los territorios que conservaron Finlandia y la sucesora del Imperio Otomano, Turquía. Polonia no existía como estado independiente hasta luego del proceso de paz y el Tratado de Versalles que puso fin a la primera guerra mundial "reordenando" el territorio europeo. Durante la Gran Guerra, el territorio polaco estaba dividido entre las potencias imperiales de la época: Imperio Austro-Húngaro, Imperio Alemán e Imperio Ruso.


Las tres Particiones de Polonia

La mano Occidental

En primer lugar, británicos, franceses y estadounidenses organizaron una intervención de gran escala en Rusia preocupados de que el enemigo se apoderara de la enorme cantidad de equipos militares que suministraron al ejército ruso y que almacenaban en los puertos; también les preocupaba el hecho de que docenas de divisiones alemanas iban a ser transferidas al Frente Occidental. Una consecuencia de Brest-Litovsk era la posición que Rusia debía asumir ante los alemanes principalmente, como el cese de toda propaganda contra las Potencias Centrales, la desmovilización total del ejército y marina, otorgar a los alemanes el estatus de nación más favorecida en el comercio hasta 1925, permitir exportaciones libres de aranceles de minerales y otras materias primas a Alemania, señales que fueron vistos como un probable cambio de bando de la ahora Rusia bolchevique

Por ese hecho, durante una Conferencia en diciembre de 1917, los Estados Unidos, Francia y Reino Unido, se pusieron de acuerdo para repartirse el Imperio Ruso en las famosas "zonas de influencia" (también para evitar que el Imperio de Japón llegara a ocupar la región), es igual al método que se aplicó al Imperio Otomano -dividido en zonas de influencia-, pero los turcos se revelaron y triunfaron. En el caso de Rusia, Occidente contaba con la ayuda de los "Blancos" y en medio de la revolución y la guerra civil empezaron a proclamarse diversas repúblicas en territorio del antiguo Imperio de los zares.

Se debe destacar un importante aspecto. Los países Lituania, Letonia y Estonia fueron botines de guerra ocupados como protectorados por Alemania en la Gran Guerra, cuando Rusia aún no era soviética. Conforme el Tratado de Versalles, los alemanes debían retirarse de los territorios que no formaban parte del Imperio Alemán. No obstante y como curiosidad, los aliados exigieron a los alemanes mantener sus tropas en Finlandia, Lituania, Letonia y Estonia para garantizar que la "chusma" (los bolcheviques) no se hicieran con el poder en esos países.


Józef Piłsudski


Joseph Klemens Piłsudski (5 diciembre 1867 -12 de mayo de 1935). Nació cerca de Vilnius (Lituania) parte del Imperio Ruso (la “Polonia Rusa”). Su orientación política y objetivo era lograr la independencia de Polonia principalmente de Rusia dentro de las fronteras históricas de Polonia tal como existió antes de 1795 (la Tercera Partición de Polonia-Lituania). Por sus actividades antirrusas, J. Piłsudski fue exiliado en 1887 a Siberia. En 1892 regresó a Polonia y fundó un periódico clandestino de propaganda para hacer campaña por la independencia de Polonia. En 1914 organizó destacamentos de voluntarios polacos para unirse al ejército de Austria-Hungría en el frente oriental y luchar contra Rusia. Después de la revolución rusa de febrero de 1917, exigió a Alemania garantizar la independencia definitiva de Polonia, las autoridades alemanas rechazaron el requisito y fue internado entre 1917-1918. En la Polonia recién independizada, se convirtió en jefe de estado entre 1918 y 1922 y jefe de estado mayor del ejército polaco entre 1918 y 1923. Durante la guerra polaco-rusa después de la Primera Guerra Mundial, J. Piłsudski logró expandir las fronteras orientales de Polonia a expensas de la Rusia bolchevique. En 1926, organizó y dirigió un golpe militar y disolvió el Parlamento. Hasta su muerte fue ministro de Guerra e inspector general de las fuerzas armadas pero no logró modernizar ni el ejército ni la economía.


En 1921, el líder político militar polaco Joseph Pilsudski con apoyo británico y francés emprendió contra Ucrania una ofensiva preparada por los franceses. El objetivo de sus socios occidentales era que el ataque continuara hasta Moscú! Una empresa muy riesgosa el estilo hitleriano veinte años después. Los aliados europeos de Occidente propusieron a los alemanes el siguiente plan: Los alemanes debían suministrar las fuerzas que, desde los países bálticos, lancen una ofensiva contra Petrogrado (el comando de esa operación fue confiado al general Avalov, un señor de la guerra ruso y uno de los comandantes del ejército Blanco durante la Guerra Civil Rusa), pero la dirección general debía ser responsabilidad de los generales alemanes. Cosa rara en la mentalidad militarista prusiana, en esta ocasión se negaron a participar en una acelerada aventura y como consecuencia la operación de Pilsudski fracasó. El Tratado de Paz de Riga en 1921 impedía a los países bálticos involucrarse en el futuro en otros conflictos.

También Polonia había aprovechado la revolución y posterior guerra civil en Rusia para apoderarse de un vasto territorio del antiguo imperio zarista durante la guerra ruso-polaca de 1919-1921. Este territorio, que se conocería de manera bastante inexacta como "Polonia Oriental", se extendió por varios cientos de kilómetros al este de la famosa Línea Curzon que debería haber sido la frontera oriental del nuevo estado polaco, al menos según las potencias occidentales, los padrinos de la nueva Polonia al final de la Gran Guerra. La región estaba poblada por rusos blancos y ucranianos, en los años siguientes Varsovia debía "polonizarla" tanto como fuera posible trayendo colonos polacos. 


La segunda guerra mundial


Caballería ucraniana desfilando frente a Hans Frank, gobernador general nazi del territorio del Gobierno General de Polonia ocupada (septiembre 1939, Lviv, Ucrania). foto colorizada

Nadie puede negar la hostilidad polaca y ucraniana occidental hacia la Unión Soviética (como hoy ante Rusia). Había conexión "ideológica" entre polacos y el nuevo gobierno nazi de Alemania (y luego con la Ucrania ocupada por los nazis). Esas élites eran antisemitas y aceptaron el concepto de "judeo-bolchevismo" (complot judío que supuestamente dice que el marxismo y el comunismo son parte de una infame conspiración judía, que la Unión Soviética es producto de un plan revolucionario judío, una "Rusia gobernada por los judíos"). 

Pilsudski, a pesar de sus conceptos, no era un iluso, concluyó dos tratados de no agresión con sus dos poderosos vecinos. Con la Unión Soviética en 1932 y con la Alemania nazi en 1934.

Antes y después de la muerte de Pilsudski, los líderes polacos continuaron soñando con la expansión territorial hacia las fronteras de la mítica "Gran Polonia". Realizar ese sueño solo era factible hacia el este: Ucrania y parte de la Unión Soviética. El régimen cuasi fascista polaco tenía un rival en ese sueño, Alemania que desde antes de la primera guerra mundial aspiraba el mismo objetivo; y, a pesar de sus disputas con Alemania y gozar de una formal alianza con Francia (ayuda a Polonia en caso de conflicto con Alemania), los polacos seducían a los nazis con la esperanza de ser socios en la conquista del "espacio vital" de los territorios soviéticos.


La foto corresponde a una reunión en Varsovia (15 junio 1934). De izquierda a derecha: Hans Adolf von Moltke (embajador alemán), el Mariscal de Polonia Józep Pilsudski, el Ministro de Propaganda Joseph Goebbels y el Ministro de Asuntos Exteriores polaco Józep Beck. Previamente, el 26 de enero de 1934, la Alemania nazi y el régimen del mariscal polaco Józep Pilsudski firman el Pacto de No Agresión Germano-Polacofirmado por el embajador polaco en Berlín, Józep Lipski y el entonces Ministro de Asuntos Exteriores del Reich, Konstantin von Neurath.


Al firmar Polonia en 1934 el ´Pacto de no Agresión´ mutuo con la Alemania nazi por 10 años permitió que en 1935 Hermann Goering visitara Varsovia y propusiera al gobierno cuasi fascista de Polonia aliarse para la futura expansión hacia el Este. Les prometió una buena parte de Ucrania y otros territorios como trofeo de guerra

"El acercamiento de Varsovia a Berlín reflejó la megalomanía y la ingenuidad de los líderes polacos, que creían que su país era un gran poder del mismo calibre que Alemania, uno que Berlín respetaría y trataría como un socio de pleno derecho. Los nazis encendieron esta ilusión, porque al hacerlo debilitaron la alianza entre Polonia y Francia. El Vaticano alentó también las ambiciones orientales polacas, que esperaban que se produjeran considerables dividendos de las conquistas de la Polonia católica en la mayor parte ortodoxa de Ucrania, consideradas como maduras para la conversión al catolicismo". 

El régimen polaco se frotó las manos, tenía un aliado (los nazis) que le haría prosperar territorialmente. 

El 17 de marzo de 1938 (siguiendo el ejemplo del Anschluss austríaco), los polacos presentaron a Lituania un ultimátum para la cesión de territorios o caso contrario, dejaban en claro su amenaza de ocupar el país, exigen un cambio en la Constitución en la que: Vilna, ocupada por los polacos desde 1922 ceda territorios, en menos de 24 horas los lituanos deben aceptar estas demandas bajo amenaza de ocupar el resto del pequeño país. Hubo choques armados, la aviación polaca entró en acción; las noticias reales apenas se informaron en el extranjero, a excepción de "Pravda" en la URSS. Alemanes y polacos acordaron una nueva línea demarcatoria, cuando se llevó a cabo la ocupación de Checoslovaquia. Los historiadores callan en el presente

Polonia hizo todo lo posible para obstaculizar el establecimiento de un sistema de seguridad colectiva en Europa. El Ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Józef Beck, escribió el 19 de septiembre de 1938 al Embajador polaco en Berlín, Józef Lipski antes de su reunión con Hitler: "... en el último año, el gobierno polaco rechazó cuatro veces la propuesta de interferencia internacional de unirse en defensa de Checoslovaquia".

Una nueva "iniciativa" de Hitler decía: "Checoslovaquia es una criatura artificial", logró que los polacos, el 20 de septiembre de 1938, tengan la garantía nazi de apoyo militar si Polonia se ve envuelta en una guerra con Checoslovaquia por la región de Teshin (Silesia), se llegó a un acuerdo total sobre una acción militar coordinada germano-polaca contra Checoslovaquia. En esas circunstancias el gobierno militar polaco denuncia el Tratado polaco-checoslovaco sobre las minorías nacionales y presenta un ultimátum el 22 de septiembre, exigiendo la anexión de los territorios checoeslovacos con población polaca. 

El régimen militar polaco actuó del mismo modo que sus socios nazis, en base a ultimatúms y agresiones. La actitud de Polonia hacia su vecino oriental, la Unión Soviética, fue aún más hostil. Pilsudski y otros nacionalistas polacos soñaban con una reaparición del gran imperio de Polonia-Lituania de los siglos XVII y XVIII que se había extendido desde el Báltico hasta el Mar Negro. 


Que los socios alemanes de la época al poco traicionaran a Polonia solo significa una cosa, los polacos no leyeron Mein Kampf. 

 

Conferencia de Múnich, septiembre 1938. Checoslovaquia es sacrificada para "apaciguar" a Hitler. Stalin se dirige al cuarteto: "¿Qué, no hay una silla para mí?" (Artista británico LOW)


En un esclarecedor articulo "The Origins of the Polish-Ukrainian Conflict: West Ukraine and Greater Poland" (Los orígenes del conflicto polaco-ucraniano: Ucrania occidental y la Gran Polonia) el Dr. Vladislav B. Sotirović, ex profesor universitario en Vilnius - Lituania e investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, así como habitual colaborador  de Global Research, señala:

"Desde el principio, debe tenerse en cuenta que antes del estallido de la Primera Guerra Mundial en el verano de 1914, ni Polonia ni Ucrania eran estados en el mapa político de Europa. Polonia se consideraba una región histórica, mientras que Ucrania era geográfica". La mayor parte de la Polonia histórica y la Ucrania geográfica fueron gobernadas por Rusia desde 1795 hasta 1917. (Ucrania y Rusia fueron una sola desde 1654).

Como se dijo más arriba Polonia fue dividida (fines del siglo XVIII) entre el Reino de Prusia (luego Imperio Alemán), el Imperio de los Habsburgo (Austria-Hungría) y el Imperio Ruso. En cuanto a Ucrania, entre la Monarquía de los Habsburgo con su parte occidental, incluida Lvov y el Imperio Ruso en la parte central y oriental, incluida Kiev. 


Un mapa de la evolución del Imperio Ruso

El estado polaco fue restablecido el 11 de noviembre de 1918, pero en ese momento los polacos y los ucranianos ya estaban luchando entre sí por la tierra y las fronteras. Józef Piłsudski fue designado por el Consejo de Gobierno de Polonia como jefe de estado con autoridad dictatorial, su primer deber fue crear el gobierno del recién restablecido estado independiente de Polonia. 

El final de la Primera Guerra Mundial fue la gran oportunidad para restablecer las fronteras de la Polonia histórica a expensas de los eslavos orientales, principalmente Rusia. Sin embargo, era evidente que los lituanos y los ucranianos no apoyarían esa idea, ya que esos dos países deberían ser incluidos en Polonia, sin independencia. En parte el proyecto pudo materializarse con el colapso de Rusia (la mayor parte de la Polonia histórica estaba incluida en Rusia). Piłsudski apoyó la causa alemana y austro-hungara, formó legiones polacas para luchar del lado de las Potencias Centrales contra el Imperio Ruso en el Frente Oriental.

"La revolución bolchevique antirrusa de octubre/noviembre de 1917, seguida de la Guerra Civil Rusa de 1917-1922, ofreció nuevas posibilidades políticas a varias naciones para obtener la independencia formal o la autonomía dentro de la Rusia posrevolucionaria (la URSS). Esa fue exactamente una idea promulgada por Józef Piłsudski durante las últimas dos décadas".

Pero, la realidad fue otra, la cuestión polaca también fue diseñada por el Reich alemán (1871-1918), los nacionalistas polacos fueron meros observadores sin poder político y militar y miraron resignados la ocupación militar de la actual Ucrania occidental por las potencias centrales. Piłsudski fue arrestado por los alemanes en 1917 por no aceptar que las legiones polacas queden bajo el mando supremo alemán. 

El 11 de noviembre de 1918 Polonia proclamó su independencia pero sin fronteras estatales claras o bajo consenso internacional en el este, se dieron los conflictos con la Rusia bolchevique, Lituania y Ucrania. En esos momentos (noviembre de 1918) la autoproclamada República Popular de Ucrania (UPR) -actual Ucrania Oriental- luchaba contra el Ejército Rojo, Lenin no quiso reconocerla y solo ofrecía autonomía dentro de la Rusia bolchevique (luego URSS). Eso era lo mismo que se ofrecía a todos los demás territorios ex-rusos que habían proclamado su independencia del Imperio Ruso en 1917 y 1918 (incluida Polonia). Un nuevo gobierno bolchevique en San Petersburgo comenzó a ocupar militarmente la tierra reclamada por Varsovia y la bolchevizó, que se convirtió en la casus belli para la guerra polaco-bolchevique de 1918-1920.

Piłsudski planteó discutir todos los problemas prácticos relacionados con la formación de la coalición militar antibolchevique polaco-ucraniana, el problema era que Polonia no tenía suficientes fuerzas armadas que pudieran ayudar eficazmente a la UPR contra el Ejército Rojo. Curiosamente, el ejército polaco tuvo sus primeras campañas militares serias exactamente contra Ucrania en el territorio de Galicia Oriental, por tanto, las negociaciones polaco-ucranianas fueron cortadas en enero de 1919, concluye el Dr. Sotirović.

La parte Occidental de Ucrania, más católica y ucranianoparlante, formó parte de Polonia entre 1919 y 1939 como resultado de la guerra polaco-ucraniana de 1918-1919. Y son precisamente parte de esos territorios que el actual mandatario ucraniano -Zelensky- está ofreciendo a Polonia por involucrarse más en el conflicto con Rusia respaldados por EEUU y OTAN que se están jugando el todo al intentar transformar a la ya "rabiosa y resentida Polonia" antirrusa en la nueva potencia militar de la UE para hacer frente a los rusos. Bien comenta el destacado analista internacional Pepe Escobar que, cualquier "negociación" hacia la "paz" enmascara posponer, por un tiempo, el plan maestro original: desmembrar y destruir a Rusia.


El presente reflexionando sobre el pasado 


 Alexander Maratovich Samsonov, "Desfile de la Victoria" (2004)


Finalizamos este ensayo con una retrospectiva opinión del periodista e investigador ruso Leonid Radzikhovski. Debe quedar constancia que su análisis fue publicado el 28 agosto de 2009 por el medio ruso Vzgliad, también publicado por Red Voltaire (2009), por lo mismo, sus palabras no deben ser vistas como propaganda rusa en 2023. Leamos algunos extractos de su ponencia.

"Los miembros de la Unión Europea -Polonia, Países Bálticos- y Ucrania, tienen un interés, desde un punto de vista histórico, de situarse como adversarios de Rusia en vez de serlo en contra de Alemania, país que guarda en cambio una postura discreta y humilde en este asunto y con razón… Y si estos países (Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Ucrania) quieren además que la ricachona Alemania abra su billetera y meta la mano al bolsillo -gesto bienvenido en estos tiempos de crisis-, más vale no estar dando cachetadas ni importunando al sujeto (Alemania), en todo caso no más de lo necesario con temas históricos del pasado que pondrían a la adinerada Alemania en una situación embarazosa.

Con Rusia, las cosas son diferentes. Ni un centavo a esperar que les llegue de este lado. Además, contrariamente a Alemania, estamos frente a un país (Rusia) que nunca ha pensado en arrepentirse. Y, finalmente, acusando a Rusia, es decir, poniendo sobre sus espaldas una parte de la responsabilidad de la Segunda Guerra Mundial, aligeramos, se quiera o no, el peso de la culpabilidad de los alemanes.

- Nosotros los rusos podemos intentar adoptar la actitud alemana, versión "light" claro está, tipo: "Nosotros no somos los herederos de Stalin, nosotros somos sus víctimas, víctimas del régimen soviético, ¡aún mucho peor de lo que fueron (las víctimas) de Polonia o de los países Bálticos!" (Si nos fijamos o tenemos en cuenta el número de personas afectadas por la represión estalinista, esto es la pura verdad histórica).

- Nosotros los rusos hemos tenido más víctimas de Stalin que los alemanes han tenido de Hitler. Sin embargo, este enfoque va en contra de nuestro orgullo nacional de gran potencia y no cuadra con el mito, mito popular recientemente actualizado, de "eficaz verdugo administrador". Stalin fue efectivamente calificado en Rusia como un "eficaz manager".

Pero las cosas son sumamente más graves y complejas.

- Los alemanes se sacan de encima a Hitler y de "su" guerra a grandes gritos (a pesar que siguen pagando como si fuera oro en polvo las pensiones de sus antiguos combatientes nazis): les podemos comprender. 

- Pero si nosotros los rusos, si quisiéramos imitarles tendríamos que hacer un verdadero show de equilibrista: ¡repudiar al "malvado Stalin" conservando al mismo tiempo el orgullo de la guerra! Se podría pretender haber ganado "a pesar de él", pero esto no funcionaría. El instinto elemental del pueblo, de la mayoría de la gente, le suena en la oreja que es muy difícil disociar Stalin de la guerra. Y si lo hiciéramos, la imagen de la guerra perdería su brillo.


Mikhail Ivanovich Khmelko (1919 - 1996) - "Triunfo de la patria victoriosa" (1949)

La capitalización política de la victoria se hundiría, porque, ¿no fueron a sus pies que se arrojaron los estandartes tomados al enemigo?. Durante el gran Desfile de la Victoria del 24 de junio de 1945 en la Plaza Roja de Moscú, las tropas soviéticas tiraron y amontonaron una pila de emblemas nazis delante de Stalin. 

La sociedad y el estado ruso se niegan a repudiar a Stalin, en todo caso no lo harán delante de la "angelical Europa". Peor, nosotros los rusos no podemos hacerlo sin consultar los principios de base. Inclinar nuestra augusta cabeza de gran potencia delante de otros países… La gente, el pueblo vería la expoliación de su victoria, y ¿qué nos quedaría después de todo esto? 

(Nota del editor del blog: De todas formas, la actual Federación Rusa, a través de su Parlamento y otros órganos estatales han condenado pública y oficialmente los crímenes del estalinismo y este blog -conforme varios artículos- es decididamente anti-estalinista. Y, sí, repitámoslo, es imposible disociar a Stalin de la guerra y del triunfo soviético).


No poder disociar la guerra de su comandante en jefe es una cosa y no quererlo hacer es otra cosa; otra cosa es designar un tirano indiscutible, reconocido como tal por todo el mundo, en tanto que personalidad histórica de Rusia; ¡ y otra cosa es arrodillarse, cabeza inclinada para defenderlo, defender toda su política, incluso aquella de los años 1939 a 1941 !


Las acusaciones contra Alemania no van a ser pasionalmente duras (a causa de los cálculos políticos citados anteriormente pero también porque, esta responsabilidad nunca ha sido negada por Alemania, nadie tiene que molestarse para demostrar esto); en cambio, las críticas contra la URSS serán más duras.

Alemania será acusada de pecados más grandes, pero con menos vigor que lo será la URSS (o su heredera actual, Rusia), que será a su vez acusada de menores pecados, pero con mucho más fuerza. Esto es efectivamente una falsificación.

Claro está, cada uno es libre de interpretar los hechos siguiendo su mala fe. También es cierto que la verdad absoluta en historia no existe, si es por tanto que haya una en alguna parte. Pero, si se acepta de no escribir ficciones y que se considera los simples hechos, está claro que acusar a la URSS de haber causado la guerra es por lo menos falta de objetividad.

El verdugo-tirano de Europa y del mundo, Hitler, fue fabricado con el consentimiento de todos los políticos de Europa, como si hubieran perdido la razón. El proceso fue lanzado por los políticos occidentales, mucho antes que Stalin elabore a su vez los mismos "cálculos maquiavélicos suicidarios".


Nikolay Babasyuk, "Desfile de la victoria en Moscú" (1951)

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