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04 noviembre 2023

La guerra de los seis días: el mito de un David israelí contra un Goliat árabe

 


Introducción del editor del blog sobre la guerra de Israel contra la Franja de Gaza.

Un prólogo es imperioso debido a la gravedad de un conflicto regional que puede (o no) desatarse en el Cercano Oriente u Oriente Medio, el título de este artículo y su narrativa histórica lo presentamos a continuación de estas puntualizaciones.

La confrontación entre Israel y los palestinos va más allá de lo político, que es lo visible para el mundo, tiene connotaciones más peligrosas para la estabilidad regional y mundial: el impulso religioso y la geopolítica estadounidense. En este post no vamos a tratar prolijamente estos temas, pero si es necesario dejar establecido los principios de un serio problema que puede provocar una hecatombe global.

Primero: El gobierno de Tel Aviv aprueba y se integra al plan para construir el tercer templo en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en el mismo lugar donde se erigió el Domo de la Roca y a escasos metros de la sagrada mezquita de Al-Aqsa. Sin entrar en más detalles, señalemos que se crearon instituciones israelíes con ese propósito y vienen operando desde hace más de una década (por lo menos). El interesado puede buscar en YouTube reportajes en castellano sobre el tema, realizados por creyentes judíos que viven en Israel.




¿Cuál es el dilema? Al-Aqsa junto al Domo o Cúpula de la Roca en el Monte del Templo (Haram al-Sharif), se levantan en la misma explanada del segundo templo judío que fuera destruido por los romanos y que se sugiere como probable ubicación del bíblico Templo de Salomón (el primer templo). Después de la conquista de Jerusalén por los musulmanes en el 638, el califa Abd al-Malik construyó la Cúpula de la Roca en el Monte del Templo entre 691-692, y alrededor del año 711, el hijo de Malik, Al-Walid construyó la mezquita de Al-Aqsa. 

Que decir, el Monte del Templo (Haram al-Sharif) tiene su importancia religiosa tanto para el judaísmo como para el Islam. Los edificios religiosos del Monte del Templo están gestionados por un waqf islámico jordano (waqf es una fundación religiosa según la ley islámica) a pesar de que Jerusalén es controlada totalmente por Israel desde 1967. 

La arraigada cuestión religiosa es sumamente delicada en la actualidad, los extremistas de derecha de Israel (ahora parte del gobierno de Netanyahu) con una noción radical promueven ideologías nacionalistas y fundamentalistas, quieren transformar al estado secular israelí en un estado judío y lo están logrando. Se utilizan a los colonos para provocar e ingresar por la fuerza al Monte del Templo a pesar de la oposición de muchos rabinos. Fanáticos ortodoxos del "Movimiento del Monte del Templo" son parte del gobierno y apoyan al Instituto del Templo en cuya sede tienen todo listo y preparado (réplicas de las reliquias bíblicas judías para el nuevo templo y para el ritual litúrgico como será el sacrificio de la vaca roja). El objetivo es evidente van a reconstruir (o construir) el Tercer Templo. Y ¿cómo?... destruyendo la Cúpula de la Roca. El asalto final de miles de creyentes judíos a Al-Aqsa es cuestión de tiempo, parece importarles muy poco que aquello provocará una verdadera guerra religiosa. Los palestinos de Jerusalén son la principal barrera contra los violentos grupos de colonos, militantes del "Movimiento del Monte del Templo" y hasta del mismo gobierno israelí.



Segundo: Estados Unidos apoya el plan israelí de limpieza étnica. No se necesita ser un docto para entenderlo, hay una agenda conspirativa israelí para limpiar étnicamente a los 2,4 millones de palestinos de la Franja de Gaza, y no solo debe ser visto como exabruptos de fanáticos fundamentalistas y políticos de derecha; Netanyahu, declaró la guerra y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, declara que "no habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible" para el pueblo de Gaza... "estamos luchando contra animales humanos, y estamos actuando en consecuencia". Otros fundamentalistas, del "Orden Mundial" (de ellos), los Estados Unidos despliega dos flotas armadas en el Mediterráneo, rearman (abastecen) con miles de toneladas de bombas para que Israel cumpla su cometido, estacionan un par de miles de soldados en la Palestina ocupada, se coloca a un general estadounidense para "asesorar" a las fuerzas israelíes en su invasión terrestre de Gaza y, rechaza una pausa humanitaria o un alto el fuego. Y la "Ley" internacional no podrá hacer nada, impedir la ayuda médica, sanitaria y alimenticia a la población civil de Gaza, en este caso, no será juzgado nunca como -al menos- tentativa de genocidio y/o crímenes de guerra, en el mejor de los casos por el desplazamiento forzado de alrededor de millones de palestinos de Gaza, porque según un documento del Ministerio de Inteligencia de Israel, es una buena "opción humana" (para que vean que Israel también se  "preocupa" por la situación de los "animales humanos"). No es sensacionalismo ni propaganda pro-palestina. Veamos, ¿dijo o no dijo el primer ministro de Israel -"amablemente"- que hace un llamado a los habitantes de Gaza para que "se vayan ahora"? ¿Es o no una estrategia para lograr el objetivo final que es la expulsión de todos los habitantes de Gaza?

Estados Unidos tiene una base militar encubierta en la región del Negev, el Sitio 512, a pesar de estar confirmado, en Washington se alega que no mantienen ninguna base militar estadounidense dentro del territorio controlado por Israel, ante lo obvio dicen ahora que la instalación está situada dentro de una base israelí.

Estados Unidos, de una u otra forma, intervine en la región movilizando sus flotas navales y reforzando sus bases en la región, previendo posibles ataques a los intereses estadounidenses-israelíes; y, lo que es fundamental: Sus planes, diseños y rediseños del modelo del "Nuevo Medio Oriente" están en peligro, y no es por la amenaza que representa Irán y sus aliados regionales, es porque los millones de árabes ya no comen cuento. Incluso el ambicioso objetivo de la Casa Blanca que estaba por concretarse, el acuerdo de "normalización" entre Arabia Saudita e Israel, está al borde del fracaso, la intención era o sigue siendo lograr una coalición árabe-israelí (dirigida por EEUU) contra Teherán y sus aliados. Lo que más teme Israel es el poder militar disuasivo de Irán y un conflicto regional en que se unificarán (como ya lo están demostrando) el Hezbolá libanés, Ansarolá en Yemen, las fuerzas populares iraquíes, que conforman el denominado "Eje de la Resistencia". El problema que se busca el propio Israel obliga al despliegue militar estadounidense prestos para el caso de una escalada del conflicto porque es una directa y auténtica amenaza a los dominios (intereses) estratégicos de los Estados Unidos. Lo que deben estar meditando en los círculos de poder en Washington es que si el plan israelí-estadounidense de limpieza étnica debe mantenerse... los árabes y el mundo no son indiferentes.

Demos paso a una importante explicación histórica sobre el conflicto de 1967 entre Israel y sus vecinos árabes.

                                                                                             T. Andino


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La Guerra de los Seis Días: 

El mito de un David israelí contra un Goliat árabe


La victoria de los generales de 1967 con el presidente de Israel Zalman Shazar. Foto: Miko Peled


por MIKO PELED

Mint Press News / junio 2020

Título original en inglés: "The Six-Day War: The Myth of an Israeli David Versus an Arab Goliath"


Miko Peled es un escritor y activista de derechos humanos nacido en Jerusalén. Hijo de un general israelí, Miko Peled nos brinda una corta y esclarecedora verdad sobre "la nefasta intención detrás de lo que se presentó al mundo como el heroico triunfo de un Israel superado frente a sus agresivos vecinos árabes".


El 2 de junio de 1967 fue un día tenso en el cuartel general del ejército israelí en Tel Aviv. Durante semanas, los generales de las FDI habían estado presionando al gobierno para que iniciara una guerra y el ambiente era tenso. El primer ministro de Israel, Levi Eshkol, quien también actuó como ministro de Defensa, fue a ver a los generales en el centro de comando de las FDI. Estuvieron presentes todos los generales que componían el alto mando de las FDI. Este encuentro se conoció como el enfrentamiento. Años más tarde, algunos incluso acusarían al ejército de un intento de golpe de Estado.


UN FRAUDE

Uno de los mayores fraudes perpetrados por el ejército israelí es la afirmación de que la Guerra de los Seis Días fue iniciada por Israel debido a una amenaza existencial. Sin embargo, la realidad es que en 1967, el ejército israelí se enfrentó a un gobierno civil electo que estaba menos entusiasmado con las perspectivas de guerra que los generales. Entonces, como se ve claramente en las actas de las reuniones entre los generales de las FDI de esos días, actas que están disponibles en los archivos de las FDI, al ver que el gobierno estaba indeciso, los militares decidieron sembrar el miedo, y lo hicieron de manera muy efectiva, alegando que el estado judío enfrentaba una amenaza existencial y que el ejército debía actuar con decisión.

El engaño funcionó y durante los tres días siguientes, Eshkol se vio obligado a ceder. Renunció a su cargo como ministro de Defensa y se lo dio al jefe del Estado Mayor retirado del ejército, el general Moshe Dayan. Los generales de las FDI consiguieron la guerra que tanto deseaban. Iniciaron un asalto masivo contra Egipto, reduciendo el ejército egipcio a cenizas y apoderándose de toda la península del Sinaí. Como resultado, las FDI pudieron capturar el mayor arsenal de material militar de fabricación rusa fuera de la Unión Soviética.

Israel haría un buen uso del conocimiento que venía con este botín.


El primer ministro israelí Levi Eshkol, en el centro, es fotografiado con el general Peled, a la derecha, alrededor de 1967. Foto: Miko Peled


También capturó a miles de soldados egipcios que estaban estacionados en el desierto del Sinaí y fueron sorprendidos desprevenidos. Según los testimonios de oficiales israelíes, al menos dos mil prisioneros de guerra egipcios fueron ejecutados allí mismo y enterrados en las dunas.

Pero los generales no estaban satisfechos. Aprovecharon la oportunidad que se les brindó y decidieron aprovecharla al máximo. Sin ninguna discusión, y mucho menos la aprobación del gobierno civil electo, el ejército procedió a tomar la Franja de Gaza, Cisjordania y algo que los generales habían estado ansiosos por tomar durante muchos años, los fértiles Altos del Golán sirios, ricos en agua, triplicando el tamaño del Estado de Israel. Finalmente habían completado la conquista de Palestina y empujado la frontera oriental de Israel hasta el río Jordán.

El ejército se movió como una excavadora, destruyendo ciudades y pueblos tanto en los Altos del Golán como en Cisjordania. Como resultado, innumerables sirios que vivían en los Altos del Golán y cientos de miles de residentes palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este se convirtieron en refugiados.


EL MITO DE LA AMENAZA

Como declararon los propios generales durante sus reuniones previas a la guerra, todo el asunto se trataba de aprovechar una oportunidad para iniciar una guerra que sabían que ganarían, y no de evitar alguna amenaza existencial. De hecho, la palabra "oportunidad" se menciona varias veces en sus discusiones y la palabra "amenaza" no se menciona en absoluto.

Un general que estuvo presente en la reunión del 2 de junio fue mi padre, el general Matti Peled. Según los relatos de algunos de sus camaradas que estaban allí, relatos que luego verifiqué leyendo las actas de las reuniones, se puso de pie y le dijo al Primer Ministro Eshkol que el ejército egipcio era un ejército mal preparado y que, por lo tanto, Israel debía aprovechar la oportunidad para destruirlo. Afirmó que el ejército egipcio, que en ese momento se estaba recuperando de una guerra en Yemen, necesitaría al menos un año y medio o dos años antes de estar preparado para la guerra. Los otros generales estuvieron de acuerdo. Mi padre fue más allá y dijo que el comando de las FDI "exige saber por qué este ejército que nunca ha perdido una batalla" está siendo retenido. No dijo ni una palabra sobre una amenaza.


El general Matti Peled en el campo de batalla, junio de 1967. Foto: Miko Peled


Más de las actas de la reunión del general se incluyen en mi libro, "El hijo del general", pero está claro que Israel inició la guerra, no por preocupación por la seguridad de Israel, sino por el deseo de demostrar su poder y usarlo para lograr ganancias territoriales. Para cualquiera que preste atención, el resultado de la guerra demostró que no era posible que hubiera una amenaza militar para Israel. Sin embargo, la gente se conmovió tanto con la historia del pequeño David defendiéndose de la embestida del malvado Goliat que se dejaron llevar por el fraude.


INTERVENCIÓN DIVINA

Hay una historia que escuché del rabino Moishe Beck, un venerado rabino ultraortodoxo que solía vivir en Jerusalén y se mudó a Nueva York. Le pregunté por qué decidió irse después de la Guerra de los Seis Días. Me dijo que estaba sentado en un refugio antiaéreo en el barrio de Me'a Sha'arim de Jerusalén y que se oía el sonido de los bombardeos no muy lejos de allí. En un momento dado, la gente podía escuchar aviones de la Fuerza Aérea israelí volando sobre sus cabezas y comenzó a referirse a los éxitos de las FDI como una señal de intervención divina. Le parecía aborrecible que la gente viera la fuerza militar estatal sionista, a la que consideraba criminal, como una intervención divina. Tan pronto como pudo, tomó a su familia y, con muy pocos recursos, salió de Jerusalén. No quería que sus hijos crecieran en una atmósfera que idolatrara al ejército israelí, o a cualquier otro ejército.

Muchos años después, mientras estaba sentado con amigos ultraortodoxos en Nueva York, me preguntaron si era cierto que la victoria de 1967 era tan impredecible que incluso las personas que eran seculares la veían como una intervención divina. No había nada divino en el asalto israelí y en el robo de tierras árabes. Ni en 1967 ni en ningún otro momento. El ejército israelí estaba bien preparado, bien armado y bien entrenado, y los generales sabían que la victoria era inevitable.


LA ESCRITURA EN LA PARED

De hecho, Israel había tenido la intención de ocupar la Ribera Occidental y los Altos del Golán muchos años antes de 1967 y la guerra presentaba la oportunidad perfecta. En las memorias del segundo primer ministro de Israel, Moshe Sharet, describe una reunión que tuvo lugar en Jerusalén en 1953 en la que estuvieron presentes dignatarios de todo el mundo. El primer primer ministro de Israel, David Ben-Gurion, también estuvo presente.

Una de las presentaciones que se dieron en esta reunión fue la de mi padre, entonces un joven y prometedor oficial de las FDI. Dio la charla en inglés, que hablaba bien, y entre otras cosas, declaró en términos inequívocos que las FDI estaban preparadas para el momento en que se diera la orden de "empujar la frontera oriental de Israel a su lugar natural, el río Jordán". En otras palabras, tomar Cisjordania y completar la conquista de la Palestina histórica.


Generales de las FDI en el campo de batalla alrededor de 1967. Rabin, a la izquierda, Bar-Lev, en el centro, Peled, a la derecha. Foto: Miko Peled


Hoy sabemos que Israel tenía planes para ocupar e imponer su propio gobierno militar en Cisjordania a principios de 1964. También es bien sabido que Israel inició escaramuzas con el ejército sirio a principios de la década de 1960 con la esperanza de que Siria iniciara una guerra.


EL USS LIBERTY

En la mañana del 8 de junio de 1967, en medio de la guerra, el USS Liberty se encontraba a unas 17 millas de la costa de Gaza, en aguas internacionales. Al ser un barco de recopilación de inteligencia, no tenía capacidad de batalla y estaba armado solo con cuatro ametralladoras de calibre cincuenta para protegerse de abordajes no deseados. Durante varias horas a lo largo de ese día, aviones de reconocimiento de la Fuerza Aérea israelí habían estado sobrevolando el Liberty en lo que parecían intentos de identificarlo. La tripulación no se sentía amenazada, sino todo lo contrario, Israel era un aliado de Estados Unidos.

Luego, a las 14:00 horas (2:00 PM hora local) y sin previo aviso, aviones de combate israelíes lanzaron un ataque contra el USS Liberty. El ataque incluyó cohetes, disparos de cañón e incluso napalm, una combinación tóxica e inflamable de gel y petróleo que se adhiere a la piel y causa quemaduras graves.

El ataque terminó con 34 marineros estadounidenses muertos y 174 heridos, muchos de ellos de gravedad. Mientras los heridos eran evacuados, un oficial de la Oficina de Inteligencia Naval les ordenó que no hablaran con la prensa sobre su terrible experiencia.

A las tres semanas del ataque, la Armada publicó un informe de 700 páginas exonerando a los israelíes, afirmando que el ataque había sido accidental y que los israelíes se habían retirado tan pronto como se dieron cuenta de su error. El secretario de Defensa, Robert McNamara, sugirió que todo el asunto debería olvidarse. "Estos errores ocurren", concluyó McNamara. El deseo de Estados Unidos de ver las armas soviéticas que Israel tenía en su poder tuvo algo que ver con la facilidad con la que el Pentágono barrió este asunto debajo de la alfombra.


USS "Liberty" tras sufrir ataques navales y aéreos de Israel, 8 junio 1967 (foto Military.com) Foto y pie de foto agregado por el editor de este blog (no corresponde al artículo original en inglés)

En 2003, casi cuarenta años después de los hechos, se estableció la "Comisión Moorer", una comisión independiente presidida por el almirante retirado Thomas H. Moorer, de la Marina de los Estados Unidos, para investigar el ataque. La comisión incluía a un ex jefe del Estado Mayor Conjunto, un ex comandante adjunto del Cuerpo de Marines, almirantes retirados y un ex embajador. Entre sus conclusiones se encuentran las siguientes:

Que las lanchas torpederas israelíes ametrallaron a los bomberos del Liberty, a los camilleros y a las balsas salvavidas que habían sido bajadas al agua para rescatar a los heridos más graves".

Que temiendo un conflicto con Israel, la Casa Blanca impidió deliberadamente que la Armada de los Estados Unidos saliera en defensa del USS Liberty al retirar el apoyo de rescate militar de la Sexta Flota mientras el barco estaba siendo atacado (...) nunca antes en la historia naval estadounidense se había cancelado una misión de rescate cuando un barco estadounidense estaba bajo ataque".

Que los miembros sobrevivientes de la tripulación fueron amenazados con "un consejo de guerra, encarcelamiento o algo peor" si exponían la verdad".

Que debido a la continua presión del lobby pro-israelí en los Estados Unidos, este ataque sigue siendo el único incidente naval serio que nunca ha sido investigado a fondo por el Congreso".

(Nota del editor de este blog: Un artículo detallado sobre el "incidente" con el USS Liberty puede ser consultado en Cuando Israel atacó a Estados Unidos)

 

En cinco días se acabó. La guerra terminó como se esperaba, con una victoria masiva israelí. Las FDI destruyeron los ejércitos de los países árabes a su alrededor. El saldo fue de 18.000 soldados árabes y 700 soldados israelíes muertos.

En retrospectiva, uno haría bien en dejar de llamar a lo que ocurrió en junio de 1967 una guerra, sino más bien un ataque israelí contra sus países vecinos. El nombre de Guerra de los Seis Días no fue una coincidencia. Israel tomó el nombre de las escrituras judías, más específicamente del libro de oraciones, donde se ve referencia tras referencia a la creación divina o Los Seis Días de la creación.


MIKO PELED


ANEXO: 


"The General's Son: Journey of an Israeli in Palestine(El hijo del general: El viaje de un israelí en Palestina), abril 2016, Miko Peled (autor) Editor Libros del Mundo Justo. Segunda edición. Reseña del libro:

"Un poderoso relato, del activista por la paz israelí Miko Peled, de su transformación de un joven que había crecido en el corazón de la élite de Israel y sirvió con orgullo en su ejército a un intrépido defensor de la lucha no violenta y la igualdad de derechos para todos los palestinos e israelíes. Su viaje refleja en muchos sentidos la transformación que su padre, un general israelí muy condecorado, había sufrido tres décadas antes. Alice Walker contribuyó con un prólogo a la primera edición en el que escribió: "Hay pocos libros sobre la cuestión Israel/Palestina que me parezcan tan esperanzadores como este".


"Injustice: The Story of the Holy Land Foundation Five" (Injusticia: la historia de los Cinco de la Fundación Tierra Santa),Miko Peled autor, Editor Libros del Mundo Justo, febrero 2018. Reseña del libro:

"En julio de 2004, agentes federales allanaron las casas de cinco familias palestino-estadounidenses y arrestaron a los cinco padres. El primer juicio de los "Cinco de la Fundación Tierra Santa" terminó con un jurado indeciso. La segunda, marcada por procedimientos muy cuestionables, resultó en sentencias muy largas, por "apoyar el terrorismo" al donar a organizaciones benéficas con las que el propio gobierno de Estados Unidos y otras agencias internacionales respetadas habían trabajado durante mucho tiempo. En 2013, el activista de derechos humanos y escritor Miko Peled comenzó a investigar este caso. Discutió los errores judiciales con los abogados de los hombres y escuchó a las familias de los hombres sobre los efectos devastadores que el caso tuvo en sus vidas. También viajó a los remotos complejos penitenciarios federales donde los hombres fueron detenidos para realizar entrevistas profundas. Injustice traza el curso laberíntico de este caso, presentando una imagen aterradora de la extralimitación gubernamental en los Estados Unidos posteriores al 9 de septiembre".

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