En diversos artículos de este blog hemos repasado sobre el sionismo y su estrecha relación con el fundamentalismo cristiano estadounidense. En las notas a pie de página dejaremos algunas referencias para quien quiera volver a darles lectura. El tema evidentemente es demasiado denso, siendo imposible abarcarlo todo en su solo ensayo, hasta nos atreveríamos a señalar que un solo libro dedicado al tema se quedaría corto, la documentación verificable es extensa.
Hay que dejar en claro que el siguiente artículo no es autoría del editor del blog, se trata de una recopilación de diversas fuentes de investigación, en otras palabras es un extracto coordinado y condensado de varios autores, por supuesto, las notas originales pueden ser consultadas en su original, se encuentran en las respectivas notas a pie de página.
Sin más, deseándoles unos días de paz y regocijo.
“Die Religion ... Sie ist das Opium des Volkes” - La religión es como opio para el pueblo.
Dado el origen de la frase esta ha sido tergiversada y “satanizada” en su profundo significado porque lo dijo un elemento peligroso como Karl Marx en 1884. Sin embargo, incluso para un creyente culto no pasará desapercibido la forma en que históricamente se ha impuesto la religión en la psiquis humana, ofreciéndonos el “mundo” de la felicidad eterna en el cielo, más en la tierra tendrás que resignarte y vivir la vida que te dio tu estado social. Aquí no abordaremos cuestiones metafísicas de la ilusión, sumisión y resignación, ni cómo la iglesia constituida y la clase gobernante adormece a la gente oprimida en todas las fases de la historia. Naturalmente, los tiempos modernos en que vivimos nos brinda más libertad de pensamiento y una variada cantidad de formas de “felicidad” y mundos ilusorios (las formas son diversas), pero todas ellas intentan (y lo consigue) adormecer a la humanidad.
El éxito de las religiones consiste en mantener el control de las masas y perennizar la gracia “concedida” por dios a unos pocos “elegidos”, pidiendo a los desafortunados que se resignen a su destino. Allí está el “secreto”, la masa sucia (término que utilizaba Rockefeller), es decir, los desfavorecidos, han sido moldeados en el sentimiento religioso, su cerebro se ha programado para aferrarse a la esperanza de su redención en el cielo, por lo mismo, deben auto resignarse a vivir en un mundo en el que sufrirán injusticia, “sólo” así se gana el derecho para disfrutar de la dicha eterna. Alguien señalaba que es una mezcla de esperanza y fatalismo.
A pesar de que se ha llegado al punto en que la religión ya no es muy importante en Occidente, una gran potencia mundial sigue manipulando no solo su nación sino al orbe entero bajo el estatuto de principios “cristianos”, contándonos que la fe religiosa cristiana es la única esperanza para los desfavorecidos en vista a que la esperanza del cielo es para los pobres.
Para mejor entendimiento, los “amos del mundo” quieren personas muy religiosas, que no rechisten y estén dispuestos a lo peor, jamás deberían pensar en cuestionar las injusticias tangibles de nuestra sociedad. “Total si solo les quedan unas décadas de terrible sufrimiento terrenal ¿para qué perder el tiempo en intentar luchar contra las iniquidades e infamias si creen que les esperan siglos, milenios y hasta millones de años de gozo?”
En este post y en anteriores se analiza como en los Estados Unidos el cristianismo político está fusionado con los principios sionistas, en realidad son quienes dictan las políticas oficiales del estado federal. Los líderes políticos de Estados Unidos si quieren tener probabilidades de ser gobernantes necesariamente tendrán que demostrar ser unos devotos de la fe cristiana en directa relación con el sionismo israelí a quien protegerán ante cualquier circunstancia.
Iniciemos recordando este compendio de artículos con un recuento de una de las organizaciones religiosas más influyentes en Washington. ‘La Familia’ (en un anterior capítulo sobre este tema ya abordamos a la “congregación” denominada ‘The Fellowship’, o simplemente conocida como ‘La Familia’). Se trata de un poderoso grupo de hombres de la política y los negocios, cuya vanidad les lleva a verse a sí mismos como los “elegidos de Dios”. Son de la corriente evangélica protestante, su supuesto cometido o misión es librar al mundo de los males que lo aquejan mediante una “guerra espiritual”, en la realidad se trata de una guerra de destrucción y muerte, como bien se aprecia a lo largo de más de medio siglo de práctica fervorosa. Además, esa guerra “espiritual” canaliza miles de millones de dólares de grandes empresas corporativas a través de conglomerados que por su función están exentas del pago de tributos al fisco. También dejamos en claro que “La Familia”, como una de las corporaciones cristianas (si, usamos el término corporación) es de las más longevas que incide en las decisiones políticas de la Casa Blanca, sin importar cual partido político esté en el poder. Bien han señalado en una interesante referencia que “su objetivo último es imponer un capitalismo bíblico en el planeta”.
“La Familia” no hace proselitismo ni busca captar adeptos en las masas, “lo que la diferencia del resto de grandes organizaciones cristianas de derechas es que no buscan publicidad. No tratan de salvar a las masas. Tienen una idea teológica particular que busca convertir a quienes llaman hombres ‘clave’, a la élite, a personas que ellos creen que pueden desarrollar la sociedad que tienen como ideal. Y el resto, nosotros, podremos vivir en ella sin más” (Jeff Sharlet, “La Familia. Las raíces invisibles del fundamentalismo en Estados Unidos”, libro que inspiró una serie de Netflix).
Conforme aprecia Sharlet y otros entendidos en la temática, la fe y la religión son parte intrínseca de la política y la sociedad estadounidense, de allí que corporaciones como ‘La Familia’, al mejor estilo de los lobbies mantienen alto grado de influencia en las élites dirigentes, pero, no es de sorprenderse, esos dogmas no concuerdan en absoluto con la Biblia. Como buena corporación inclinada a la ultraderecha, “La Familia” inició su “mensaje” atacando al movimiento obrero por ofender a Dios, al mismo tiempo en que el fascismo quedaba arraigado en Europa. Por razones como esas en su círculo solían denominarse “capitalismo bíblico”.
En sus reuniones se discute “sobre lo que Jesús quiere de ellos”. Concebir a Jesús como un hombre fuerte, como una figura autoritaria, ¿es eso bíblico? Pues no. Afirma Sharlet: “La línea argumental en la que se basa este movimiento es la verdad de Jesús y su fortaleza. Esa es para ellos la única verdad. Lo es todo. Y como Jesús es un hombre fuerte, Dios, busca en la tierra hombres fuertes que ejerzan el liderazgo y que se asemejan a ese tipo de perfil y concepto autoritario”. Como se deduce de la historia reciente esos hombres fuertes no necesariamente han estado liderando los Estados Unidos…
Todo aquel político que quiera aspirar a ser presidente de Estados Unidos -sin excepción- primero deberá demostrar que es un buen cristiano, de lo contrario, no lo logrará, debe ser alguien capaz de tomar decisiones fuertes, mano dura de ser el caso. “Mátenlos a todos que Dios los selecciona” es un conocido dicho que ha recorrido el mundo a veces sin importar la religión profesada, pero que nació en el mundo cristiano.
Sharlet concluye expresando que “la religión de élite en los Estados Unidos es el fundamentalismo estadounidense”, a lo que acotaremos que el sionismo cristiano constituye el pilar del fascismo estadounidense.
Foto de archivo de uno de los Congresos de Sionistas Cristianos (Foto
del ICEJ -International Christian Embassy
Jerusalem-
La conexión cristiana
Por increíble que parezca existe un libro que describe de la mejor forma la fusión entre Israel, Wall Street y los gigantes tecnológicos: "Start-up Nation: The Story of Israel's Economic Miracle" (2009) de Dan Senor y Saul Singer, publicado por el Council on Foreign Relations, un auténtico bestseller que fue elogiado por Wall Street Journal y debatido por muchos expertos en el transcurso de los años.
El libro entre otros temas elogia la capacidad de Israel para lanzar 'start-ups' tecnológicas exitosas que reciben grandes financiaciones y luego hacen ricos a sus propietarios. Mejor es pensar el cómo se describe en el libro el crecimiento de una profunda corrupción entre Wall Street, la banca multinacional, el ejército israelí y corporaciones que unieron fuerzas para hacernos dependientes a propósito de tecnologías que no necesitamos, hacernos más tontos y pasivos, todo dentro de un plan a largo plazo que ahora entra en estos momentos en una nueva fase, el control de Palantir y Oracle.
Por otro lado, el libro nos cuenta una burda historia sobre la igualdad en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), describiéndole como no jerárquica, que gestiona la creatividad e improvisación mediante la cooperación entre iguales, que se entendería como que todos (al menos los oficiales) pueden dar sus propias opiniones. Este cuento de hadas es bastante dudoso, en Israel se ha desarrollado una elaborada jerarquía absoluta, invisible a simple vista, pero que se aplican brutalmente a su manera, señala Emanuel Pastreich en su artículo “Cómo Israel y Estados Unidos fueron fusionados por miembros de la clase dominante”.
“Lo que sí es seguro es que la forma en que las FDI se colaron en el campo tecnológico y luego la utilizaron como medio para ampliar su alcance en Washington DC a través de gigantes como Google, Amazon, Oracle y Microsoft, es real. El problema para nosotros es que, hasta que no veamos concretamente cómo se fusionaron exactamente Israel y Estados Unidos, nos veremos atrapados en teorías conspirativas reduccionistas judías que oscurecen los detalles críticos de quién hizo qué y quién es dueño de qué, o en respuestas emocionales a las horribles acciones en Gaza que permiten a los ricos, en Estados Unidos e Israel, desviar la atención de sí mismos”. Eso ha permitido, además, que se etiquete y denuncie como terroristas a quienes si protestan contra la violencia racista de las FDI contra palestinos inocentes. Es fundamental entender cómo hemos llegado hasta aquí, entender esa fea verdad escondida en un cuento de hadas.
Uno de los mejores ensayos escritos sobre el tema es “La historia no contada del ascenso al poder del sionismo cristiano en Estados Unidos”, de Whitney Webb para Mint Press News, describe como la mayor organización pro-israelí en Estados Unidos llegó al poder.
Nunca ha sido un secreto de que la más grande organización pro-Israel de Estados Unidos no está compuesta por judíos, sino por evangélicos cristianos. A menudo se pretende ignorar que el sionismo cristiano tiene sus raíces en el puritanismo que ha perdurado por siglos. cuenta con alrededor de siete millones de miembros, es decir, dos millones más que toda la comunidad judía estadounidense. Se llama Christians United for Israel (CUFI), su actual líder es el polémico predicador John Hagee, la organización suele convocar a eminentes figuras de la política y se codea habitualmente con los jefes de la Casa Blanca (Trump no es la excepción). Aclarando que el estimado de los denominados cristianos sionistas en Estados Unidos fluctúan entre los veinte millones de devotos, y por supuesto, son un sector clave tanto para las donaciones como para las elecciones principalmente del Partido Republicano.
Conforme analizamos en otros estudios de este blog, la CUFI es una más de las varias (muchas) a lo largo del tiempo que profesan defender al estado de Israel y al sionismo bajo el argumento de que un estado étnico judío en Palestina es requisito para el cumplimiento de la profecía del fin de los tiempos y el necesario retorno de Jesucristo a la Tierra (la Segunda Venida).
También creen, junto a los extremistas sionistas religiosos en Israel, que la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca deben ser reemplazadas por un Tercer Templo Judío para dar paso al fin de los tiempos. Sin embargo, también hemos advertido que los sionistas israelíes y los cristianos sionistas rara vez están de acuerdo con el objetivo final al momento de interpretar el fin de los tiempos.
Se trata de una alianza de fanáticos fundamentalistas obsesionados por acelerar la llegada del Apocalipsis, que por increíble que parezca sigue vigente en la actualidad, lo peligroso es que, si bien es cierto, en Estados Unidos ya han estado en el poder, por ejemplo con Ronald Reagan. En Israel, el sionismo religioso ha tomado el poder en el actual gobierno de coalición (Netanyahu y la extrema derecha) presionando hacia la política de destrucción de la mezquita de Al Aqsa y la inminente construcción de un Tercer Templo. Los sionistas cristianos de EEUU tienen ahora de vuelta en el poder un rostro conocido, Donald Trump, presentando veladamente esa visión apocalíptica como principio básico de la política estadounidense en Medio Oriente.
Para no alargar esta historia que ya ha sido documentada en este blog referente a los Puritanos, las Profecía y Palestina, pedimos -sin tienen interés en repasarlo- revisar las notas a pie de página con los enlaces respectivos, o la opción de dar lectura completa al largo ensayo de Whitney Webb (también en las notas a pie). Dejando aclarado que el rol de los cristianos estadounidenses y europeos en la formación del estado de Israel no nace con la Declaración Balfour de 1917, esos esfuerzos se remontan a siglos atrás, incluso preceden a la fundación oficial del sionismo por Theodore Herzl.
El ex vicepresidente Mike Pence estrecha la mano de John Hagee y pronuncia un
discurso en la Cumbre de Cristianos Unidos por Israel en Washington, D.C. 8 de julio de 2019. (Foto oficial de la Casa Blanca/Flickr)
Los puritanos, rama del protestantismo cristiano, surgida en el siglo XVI ya defendían la inmigración judía europea a Palestina, más tarde estos puritanos llevarían sus creencias a las colonias americanas. De aquí surgieron variedad de interpretaciones sobre lo que la Biblia dice acerca del fin de los tiempos, por ejemplo el "dispensacionalismo" cristiano que en resumen señala que Israel es una nación étnicamente judía establecida en Palestina. John Nelson Derby en el siglo XIX creían que los destinos ordenados por el Dios de Israel y la iglesia cristiana eran completamente separados, los últimos debían ser separados físicamente de la Tierra por Dios antes del periodo predicho de sufrimiento terrenal conocido como la Tribulación, y esa supuesta “Tribulación” iniciaría tras la construcción del Tercer Templo Judío en el Monte del Templo en Jerusalén… la cuestión es que ni entre los cristianos dispensacionalistas se ponen de acuerdo sobre si el rapto ocurrirá antes, durante o después del periodo de la Tribulación. No obstante, el “rapto” recibió apoyo entusiasta en congregaciones de Inglaterra y Estados Unidos.
En este punto la escatología cristiana de Darby coincide con la escatología judía profesada por el rabino Zvi Hirsh Kalisher y una nueva rama del mesianismo judío que creía que los judíos debían trabajar proactivamente para acelerar la llegada de su mesías emigrando a Israel y construyendo un Tercer Templo en el Monte del Templo en Jerusalén.
Es obvio, entonces, que los sionistas cristianos -como serían conocidos más tarde- allanaron el camino para Theodore Herzl, alrededor de 1840 ya había intensas campañas inglesas instando a los judíos a emigrar a Palestina. En Estados Unidos, influenciado por Derby, el predicador Charles Taze Russell, predicaba sobre la necesidad de una inmigración masiva judía a Palestina. La iglesia de Russell daría origen a distintas iglesias entre las que destacan los Testigos de Jehová. Todo esto antes de que se funde el moderno sionismo político. Russell contactó a Edmond de Rothschild y su familia bancaria, así como a Maurice von Hirsch, un acaudalado financiero alemán para exponerles su plan de asentamiento judío de Palestina. Ese mismo plan resurgió años después en el libro sionista “El Estado Judío”, de Theodore Herzl (1896)
Casi al mismo tiempo, otro influyente predicador estadounidense dispensacionalista redactó lo que mucha gente pasa por alto en el actual papel de los cristianos estadounidenses en el desarrollo y la popularización del sionismo. William E. Blackstone pidió al gobierno de Estados Unidos tomar medidas "a favor de la restitución de Palestina a los judíos" y que se celebrara “lo antes posible una conferencia internacional para considerar la condición de los israelitas y sus reclamaciones sobre Palestina como su antiguo hogar, y para promover, de todas las formas justas y adecuadas, el alivio de su sufrimiento". (conocido como el Memorial Blackstone).
John Nelson Derby, Charles Taze Russell, William E. Blackstone
Es para meditar quienes respaldaron el documento de Blackstone: J.D. Rockefeller, J.P. Morgan, William McKinley (futuro presidente de EEUU), Thomas Brackett Reed (presidente de la Cámara); Melville Fuller (presidente del Tribunal Supremo), los alcaldes de Nueva York, Filadelfia, Baltimore, Boston y Chicago; editores del Boston Globe, New York Times, Washington Post y Chicago Tribune, entre otros numerosos miembros del Congreso, así como empresarios y clérigos influyentes. Algunos rabinos fueron incluidos como firmantes, pero el contenido de la petición fue rechazado por la mayoría de las comunidades judías estadounidenses. En otras palabras, el objetivo principal del sionismo, antes incluso de convertirse en un movimiento, era ampliamente apoyado por la élite cristiana estadounidense, pero rechazado por los judíos estadounidenses. (Whitney Webb)
Blackstone sería posteriormente reconocido por varios sectores sionistas estadounidenses como el verdadero "padre fundador del sionismo". Posteriormente, en el gobierno de Woodrow Wilson se solicitó un segundo Memorial Blackstone (1916-1917). Aquí el respaldo ya no fue solo de la élite estadounidense. Se pidió apoyo a organizaciones protestantes, en especial a la Iglesia Presbiteriana. Wilson apoyó el nuevo documento de Blackstone, presentado en privado por el rabino Stephen Wise, que, sobre todo, garantizó el apoyo estadounidense (privado) a la Declaración Balfour. (Arthur Balfour era dispensacionalista cristiano); curiosamente, la única persona que se opuso en el gabinete británico a la Declaración Balfour fue su único miembro judío, Edwin Montagu. Otro dato importante es que la Declaración Balfour y sus antecedentes estaban dirigidas, en diversas etapas, a los miembros de la familia bancaria Rothschild que irían convirtiéndose con el tiempo en firmes partidarios de la causa sionista.
Un personaje tras el éxito de Herzl fue el pastor dispensacionalista inglés William Hechler, figura ignorada en el auge del sionismo, Hechler, más que nadie sentía apasionadamente que la creación de un estado judío en Palestina traería el fin de los tiempos y mostró interés en la construcción del Tercer Templo.
“La alianza Hechler-Herzl es un ejemplo temprano de cómo los sionistas cristianos y los sionistas judíos usaron mutuamente las motivaciones del otro para obtener beneficios políticos, a pesar de que los sionistas cristianos a menudo tienen posturas antisemitas y los sionistas seculares, así como los sionistas religiosos, no tienen alta estima al cristianismo. Este oportunismo tanto por parte de sionistas cristianos como judíos ha sido una característica clave en el auge del sionismo, especialmente en Estados Unidos”.
Cyrus Scofield es el hombre más responsable que nadie de popularizar el sionismo cristiano entre los evangélicos estadounidenses, aquel de la “Biblia de Referencia Scofield”, una versión de la Biblia del Rey Jaime cuyas anotaciones fueron escritas por Cyrus Scofield (Scofield, sin formación teológica formal, afirmó tener un “Doctorado en divinidad”), en su anterior “vida” era conocido como un abogado corrupto, pero tras asociarse con predicadores dispensacionalistas, su conversión lo transformó del "difunto abogado, político y timador en general" que se había deshonrado cometiendo "muchos actos maliciosos", en un hombre al servicio de Dios.
“La Biblia de Scofield se hizo espectacularmente popular entre los fundamentalistas estadounidenses poco después de su publicación, en parte porque fue la primera Biblia anotada que intentó interpretar el texto para el lector, así como porque se convirtió en el texto central de varios seminarios influyentes que se fundaron tras su publicación en 1909. Entre las muchas anotaciones de Scofield se encuentran afirmaciones que desde entonces se han convertido en centrales del sionismo cristiano, como la anotación de Scofield en Génesis 12:3, que dice que quienes maldigan a Israel (interpretados por los sionistas cristianos como el Estado de Israel desde su fundación en 1948) serán maldecidos por Dios y quienes bendigan a Israel serán bendecidos de forma similar.
William Hechler - Cyrus Scofield
Los sionistas cristianos modernos, como el pastor John Hagee de 'Cristianos Unidos por Israel' (CUFI), han citado frecuentemente esta interpretación que se originó en Scofield para defender posturas extremas pro-Israel. Hagee en 2014 dijo: “Hay que volver a lo básico, con el hecho de que en Génesis (capítulo 1), Dios creó el mundo e hizo una promesa muy solemne (Génesis 12:3): 'Bendeciré a los que os bendigan y maldeciré a los que os maldicen'. Desde ese momento, cada nación que alguna vez bendijo a Israel ha sido bendecida por Dios. Y cada nación que alguna vez ha perseguido al pueblo judío, Dios la aplastó. Y así Él continuará".
Luego vendría el papel del predicador dispensacionalista y defensor del Tercer Templo, Billy Graham, con estrechas relaciones con varios presidentes, entre ellos Dwight Eisenhower, Lyndon Johnson y Richard Nixon. Como vemos el poder político de la teología dispensacionalista se trasladó drásticamente de los aposentos privados de los pasillos del poder al discurso político estadounidense dominante.
Surgieron predicadores evangélicos como Jerry Falwell con la fundación de la 'Mayoría Moral' que generaba millones de dólares anuales en la década de 1970 y su posterior investigación por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) por "fraude y engaño" y "insolvencia grave" en la gestión financiera de su ministerio.
El famoso Falwell es uno de los impulsores de una ampliación de las relaciones entre líderes evangélicos estadounidenses y el partido Likud de Israel, según se desprende de la lectura del libro “El fin de los días: fundamentalismo y la lucha por el Monte del Templo”, del historiador israelí Gershom Gorenberg. Menachem Begin fue de los primeros líderes de gobierno de Israel en aprovechar el entusiasmo evangélico por Israel para convertirlo en apoyo político y económico.
La Mayority Moral (Mayoría Moral) siguió sujeta a escándalos y denuncias federales por fraude y corrupción; sin embargo, quedará señalada como la organización que convirtió a la derecha evangélica cristiana en una fuerza política importante en Estados Unidos, promoviendo políticas extremadamente pro-Israel, aumentando el gasto en defensa, adoptando un enfoque reaganista (Ronald Reagan) ante los desafíos de la Guerra Fría, así como políticas internas conservadoras, además de marcar un claro punto de inflexión en la relación evangélica entre Israel y Estados Unidos y ganar los votos de los votantes evangélicos, apoyaron abiertamente al Partido Likud y sus ambiciones que continúan en el presente.
Billy Graham - Jerry Falwell
De ese apoyo, en Israel surgió el programa del Ministerio de Turismo israelí de ofrecer a los líderes evangélicos estadounidenses viajes gratuitos de "familiarización" a Israel (principios de la década de 1980). El más reciente caso de “turismo evangélico” se dio a inicios de diciembre de este 2025, 1.000 pastores sionistas cristianos de Estados Unidos visitaron Israel durante una semana, el viaje fue financiado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, confirmó el diario israelí Haaretz. La misión de los pastores es estratégica, encargarles difundir la lucha contra el antisemitismo y llegar a la juventud de sus comunidades porque se ha dicho que Israel está perdiendo la guerra ideológica y necesitan de los evangélicos sionistas para luchar esta guerra.
Por sentado que los sionistas cristianos están convencidos de que, según la Biblia, el estado de Israel tiene derecho a toda la tierra de la Palestina histórica y eso incluye Cisjordania. Como apreciamos volvemos a esa visión que se origina en el dispensacionalismo misma que es contraria al par de milenios de “la tradición cristiana ya que es rechazada por la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa Oriental y muchas denominaciones protestantes, pero tiene una influencia significativa en la política exterior de Estados Unidos”. Durante un discurso ante la multitud de pastores en el yacimiento arqueológico de Shiloh en Cisjordania, el pastor evangélico Mike Evans respondió a las recientes declaraciones del vicepresidente JD Vance y del presidente Trump sobre no apoyar la anexión israelí de los territorios palestinos a los que se llama Judea y Samaria. Evans se refirió a “la política del Dios que dio origen a América y la política del Dios que dio esta tierra a estas personas”, refutando que no debería impedirse el derecho a anexar para Israel las tierras de Judea y Samaria porque son tierras bíblicas. También dijo que el movimiento MAGA (de Trump) se basa en la Biblia y "en el Dios de este libro, el Dios de Israel".
El embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee "comisionó" a los asistentes como "embajadores" para apoyar al estado de Israel, mientras el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu pidió a los pastores: "Levantaos y hacéis que os cuente. Di la verdad. Habla con los jóvenes. Habla para que te cuenten. Cuento contigo y sé que harás lo que hay que hacer. Eso es lo que exige nuestro destino".
Sin embargo, unos meses antes, más de 1.000 rabinos y académicos judíos del mundo, destacan de los Estados Unidos, Reino Unido, UE e Israel, firmaron una carta abierta declarando que el pueblo judío "enfrenta una grave crisis moral, acusaron al estado de Israel de usar el hambre como arma en Gaza, pidieron el fin del bloqueo que ha provocado, de forma intencionada, el que millares de mujeres y niños sufran desnutrición. Se apeló a "la reputación moral no solo de Israel, sino del propio judaísmo".
Para esas fechas, el Primer Congreso Antisionista Judío que tuvo lugar del 13 al 15 de junio de 2025 en Viena, Austria, tuvo como tarea ampliar las voces judías contra el sionismo ratificando el apoyo al movimiento global por la justicia y la liberación en Palestina. “Es hora de que los judíos se unan en la lucha contra el sionismo, el apartheid y el genocidio”, proclamaron. Este Congreso al unificar las voces judías en contra del sionismo hacen “un llamado para aquellos judíos israelíes que desean formar parte de una entidad democrática e igualitaria, desde el río hasta el mar”.
Retrocedamos un poco y volvamos a la historia de Falwell, el gran amigo de Menachem Begin y también de Benyamín Netanyahu a quien calificó en 1998 de "el Ronald Reagan de Israel". En esa ocasión, incluso medios como The New York Times describieron el encuentro como una visita destinada a "reforzar su base de apoyo tradicional en Estados Unidos. Los grupos cristianos conservadores han sido durante mucho tiempo fervientes partidarios de Israel debido a su importancia religiosa para el cristianismo".
Pero Falwell y los políticos israelíes de derechas no están exentos de controversias, se acusó al evangélico pro-Israel Falwell de declaraciones antisemitas. “En un sermón en 1999, Falwell expuso su interpretación de la profecía del fin de los tiempos, ampliamente compartida por los evangélicos sionistas cristianos, de que la Segunda Venida seguiría no solo a la creación del Estado de Israel, sino también a la construcción de un Tercer Templo en el Monte del Templo, desde donde reinaría una figura conocida por los cristianos como el "Anticristo". Al responder a su propia pregunta retórica sobre si el Anticristo está "vivo y bien hoy", Falwell afirmó que "probablemente porque cuando aparezca durante el periodo de tribulación será una falsificación adulta de Cristo. Por supuesto que será judío".
Los comentarios de Falwell fueron inmediatamente condenados por varios grupos judíos, incluida la Liga Antidifamación (ADL) pro-Israel. De allí surge en Israel que esa es una "posición teológica común" entre los evangélicos estadounidenses que "solo apoyan a Israel para sus propios fines cristológicos". "Nos ven solo como los que preparan la venida de Jesús", afirman autoridades religiosa de Israel, siendo "una gran decepción tras más de 30 años de diálogo; todavía están en la Edad Media".
Otro dispensacionalista influyente en la política fue el conocido literato Hal Lindsey en la era de gobierno de Ronald Reagan, el presidente incluso lo invitó a intervenir en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional sobre planes de guerra nuclear y llegó a ser consultor de varios miembros del Congreso y el Pentágono. Pero Lindsey y los suyos solo incurrieron en más dudas entre los judíos israelíes. El citado historiador israelí Gershom Gorenberg señala que Lindsey ve a los judíos como desempeñando "dos roles centrales" en la escatología dispensacionalista cristiana:
Sigue primando -a pesar de su insistencia en el amor por los judíos- la clásica polémica cristiana antijudía: Son 'el pueblo judío que crucificó a Jesús' y el arquetipo de quienes ignoran la verdad de la profecía. El segundo rol es cumplir profecías a pesar de sí mismos… Según Lindsey: "Solo queda un evento más para preparar completamente el terreno para el papel de Israel en el último gran acto de su drama histórico. Es decir, reconstruir el antiguo Templo..."
“Como revelan los comentarios de Falwell y Lindsey, las visiones escatológicas del dispensacionalismo suelen percibir al pueblo judío como poco más que peones que deben cumplir ciertos requisitos - por ejemplo, establecer el Estado de Israel, conquistar Jerusalén, construir un Tercer Templo- para acelerar la salvación y el "éxtasis" de los cristianos evangélicos. Mientras tanto, se espera que los judíos en Israel que no se conviertan al cristianismo mueran de forma horrible, aunque algunos sionistas cristianos en los últimos años, han intentado ajustar esta postura teológica aún común”.
Así las cosas, en 2017 ante el grupo sionista cristiano CUFI, Netanyahu dejó claro que gran parte de este apoyo "absurdo" provenía de evangélicos estadounidenses, afirmando que "Estados Unidos no tiene mejor amigo que Israel e Israel no tiene mejor amigo que América, e Israel no tiene mejor amigo en América que vosotros". Dentro de Israel, medios como Haaretz argumentan que los políticos israelíes, en especial Netanyahu, buscan apoyo de grupos evangélicos a pesar de sus matices antisemitas y del hecho de que actúan por interés propio en la persecución de sus objetivos políticos.
Richard Silverstein, académico y periodista, en un artículo de 2017, afirmó que para la derecha nacionalista israelí: “El judaísmo no es un valor espiritual, es una manifestación física del poder en el mundo. Estos israelíes entienden que no todos los judíos son sus "hermanos". Algunos judíos son demasiado efeminados, demasiado liberales, demasiado humanos, demasiado universalistas. Estos judíos son los restos que serán arrastrados por la marea de la historia. Los nacionalistas israelíes necesitan reemplazar a estos aliados judíos tradicionales y lo han hecho encontrando nuevos: evangélicos cristianos, dictadores africanos, neonazis europeos. El sionismo, tal y como lo definen, es menos un movimiento dedicado a la ética y más uno dedicado al interés propio".
John Hagee ha destacado tras el ocaso de Falwell. Hoy. Hagee y otros predicadores dirigen la vanguardia del sionismo cristiano y del activismo político sionista cristiano, entre los que se incluye un hijo de Falwell. La doctrina oficial de Hagee es la escatología dispensacionalista que cree que los cristianos están bíblicamente obligados a apoyar a Israel y lo ha expandido a otros círculos evangélicos. Prácticamente fue Hagee quien despertó a una ya casi olvidada organización: 'Cristianos Unidos por Israel' o CUFI, ahora apodada el “AIPAC cristiano”. CUFI se alineó con los neoconservadores desde la administración Bush y entre otras influencias políticas han llegado a dirigir el ya desaparecido 'Project for a New American Century' -PNAC-, y forman parte de la junta ejecutiva del grupo neoconservador 'Foundation for the Defense of Democracies' (FDD); y, para ser más precisos, hoy son una “parte vital de la seguridad nacional de Israel".
John Hagee (derecha) de Cristianos Unidos
por Israel, entrega el premio Defensor de Israel al ex vicepresidente Mike
Pence (centro) en Arlington, Virginia, el 17 de julio de 2023.
Su influencia actual llega a las cercanías del poder en las dos administraciones de Donald Trump. Hagee ha influido en el gobierno de Trump y, aunque no formó parte de la junta oficial de asesores evangélicos de Trump (primer mandato) sí lo fueron varios de sus aliados. Trump prometió personalmente a Hagee llevar a cabo los planes para trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén y participó en las negociaciones del denominado y fracasado "Acuerdo del Siglo" destinado a traer "paz" al conflicto israelo-palestino. Hagee oró: “Israel y el pueblo judío necesitan nuestras oraciones y nuestra defensa como nunca antes… La Biblia manda”…
El ex vicepresidente Mike Pence (ferviente sionista cristiano) y el secretario de Estado y exdirector de la CIA Mike Pompeo (primer mandato Trump) fueron impulsores de la "guerra santa". Para Whitney Webb: “El sionismo cristiano tiene una larga historia en la política estadounidense, pero nunca ha conquistado el púlpito supremo de la Casa Blanca. Administraciones pasadas solían emplear un lenguaje bíblico general en referencia a Israel, pero nunca la teología evangélica del sionismo cristiano había estado tan cerca del aparato de formulación de políticas del poder ejecutivo”. (esta cita es discutible ya que en el gobierno de Ronald Reagan se apreció una política encaminada al Armagedón bíblico mediante el uso de armas nucleares. Ver referencias en las notas a pie de página).
Las preocupaciones de que Estados Unidos ha estado bajo la influencia del sionismo religioso extremista y del sionismo cristiano seguirá impidiendo que el país actúe como un "mediador honesto" en el conflicto Israel-Palestina. Si Mike Pence fue un convencido, Donald Trump no se queda atrás, es un abierto sionista cristiano: sin embargo, fue Mike Pompeo el más abierto sobre sus creencias religiosas respecto al fin de los tiempos para la toma de decisiones como jefe del Departamento de Estado de Estados Unidos, una especie de remembranza de Ronald Reagan.
Un reciente artículo de Kevork Almassian (octubre 2025) titulado “Trump’s “New Middle East” and the Theology of Power” (El 'Nuevo Oriente Medio' de Trump y la teología del poder) describe como Washington convirtió la profecía en política y la fe en poder de fuego. “Si la política es teatro, este fue el apocalipsis representado en directo”.
En su última visita a Israel Donald Trump declaró el amanecer de un "nuevo Oriente Medio", anunció la fusión de la teología y la geopolítica, es decir, un acuerdo sagrado entre el cielo y el complejo militar-industrial. Vallas publicitarias en Jerusalem decían: "Ciro el Grande está vivo". El mensaje es evidente: Donald Trump es el salvador del Israel moderno, el Ciro de nuestros tiempos, el hombre que reconoció la anexión de los Altos del Golán para Israel. El presidente lo justificó: lo hizo todo como un "favor" a sus donantes. Trump el nuevo "Ciro el Grande", significa, según las escrituras judías, el hombre que allanará el camino para el Tercer Templo, para ello habrá que destruir uno de los máximos símbolos del Islam, la mezquita de Al-Aqsa (Ciro, el emperador pagano, permitió la reconstrucción del Segundo Templo). ¿Reaccionarán las petro-monarquías del Golfo?, ¿los 'defensores' del Islam en La Meca alzarán la voz en nombre del mundo árabe? Seamos sinceros: no.
Esas dictaduras o regímenes árabes que dicen defender el Islam ya optaron por cambiar Palestina por sus multimillonarios proyectos de prestigio, sus nuevas "ciudades inteligentes" del proyecto 'Visión 2030' mientras ven arder la cuna de su civilización. Dice el autor de este artículo que “los 'Acuerdos de Abraham' simplemente han formalizado lo que ya era cierto: Israel ya no necesita la paz con los árabes. Solo necesita su silencio”.
Israel, Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Baréin, están coordinando, bajo órdenes del CENTCOM (Mando Central de EEUU) la "arquitectura de seguridad regional", comparten inteligencia, mientras condenan las acciones de Israel en Gaza ante la ONU. “Condena de día, cooperación de noche, ya sabes, la flexibilidad moral de los estados árabes modernos”.
Quizá ese sea el verdadero significado de este "Nuevo Oriente Medio". No paz, ni justicia, ni siquiera estabilidad, sino un mundo reordenado por la marca divina. Donde el campo de batalla es sagrado, la bomba bendecida y las víctimas olvidadas. “Hay algo más profundo y casi escatológico. El "Nuevo Oriente Medio" de Trump no es solo un proyecto geopolítico; es una cuestión teológica. La alianza entre los evangélicos estadounidenses y los sionistas israelíes es un matrimonio de apocalipsis. Cada uno cree que ayuda a cumplir la profecía. Uno espera al Mesías, el otro espera la Segunda Venida. Simplemente se olvidaron de preguntar qué pasa entre medias”.
El presidente Trump y el ex vicepresidente Pence, recibiendo las bendiciones de los líderes evangélicos de los Estados Unidos quienes respaldaron al actual mandatario en su primer mandato. En la fotografía inferior Paula White, su nueva asesora espiritual, lo "bendice" acompañada de un ferviente grupo de espirituales almas cristianas (segundo mandato)
Los evangélicos en el poder y el sueño de una nación cristiana en Estados Unidos es una realidad muy bien disimulada. El nacionalismo religioso de larga data sigue consolidándose en la política estadounidense principalmente en el partido Republicano, hoy impulsada por la agrupación MAGA, que por ridículo que parezca ven en Donald Trump el elegido por Dios… Este tipo de asociaciones milenaristas anhelan transformar la democracia en una teocracia, ejercer el peso del evangelismo en la moral y el voto, escribe Antonella Marty en una publicación aparecida en octubre de este año. “El nacionalismo cristiano sostiene que el país debe regirse por valores cristianos para cumplir una misión divina y que fue fundado como una nación cristiana. En el fondo, es una batalla por definir qué es realmente Estados Unidos”.
Desde su fundación, los Estados Unidos se ha presentado como una nación “puritana”, defensora de un orden social protegido por la religión. Y en el presente es lo mismo, “discursos presidenciales, días nacionales de oración, fallos de la Corte Suprema, juramentos sobre la Biblia, apertura de sesiones legislativas con oración o incluso en los billetes del dólar. Presidentes como Wilson, Truman, Reagan, Bush y Trump han declarado al país como una “nación cristiana”. Con las innovaciones tecnológicas de la televisión aparecieron los televangelistas para controlar los medios, influir en la moral y el voto, y asegurándose tener buenas relaciones estratégicas con la Corte Suprema. Ya hemos repasado la historia de la Fellowship (La Familia) o de personajes como el pastor evangélico Billy Graham en la época de la Guerra Fría, la de su hijo Franklin Graham que continuó la “cruzada” de su padre, el televangelista y magnate Pat Robertson, la Mayoría Moral de Jerry Falwell, etc.
Iglesias y fundaciones expandieron la influencia cristiana en la política, y los políticos tenían que dedicarles devoción porque sin ellas no podrían optar a un alto cargo, así es como respaldaron a candidatos presidenciales como Ronald Reagan y Donald Trump (por citar dos nombres de los más convencidos cristianos sionistas. Jimmy Carter era un presidente abiertamente evangélico, pero se negó a fusionar fe y poder). Se dice que Donald Trump “está consolidando un modelo que fusiona religión con poder estatal y corporativo”. Ha creado la Oficina de Fe de la Casa Blanca, liderada por la pastora Paula White, su principal asesora espiritual, quien afirmó que “decirle ‘no’ al presidente Trump es decirle ‘no’ a dios”. Sin embargo, Jeffry Epstein parece haber sido más una especie de dios vivo e influyente…
El interesante artículo de Antonella Marty concluye con estas latentes palabras: “A lo largo de la historia, las peores atrocidades se han cometido en nombre de dios. Hoy, todavía se lucha y mata por textos antiguos de procedencia incierta, mientras Estados Unidos está saturado de fanáticos religiosos, políticos mesiánicos y pastores que se enriquecen con la esperanza de otros. Ahora, este fenómeno se expande por toda América Latina”.
Nada ha cambiado, desde hace décadas ha sido expuesto a la opinión pública el hecho de que decenas de pastores poseen mansiones, jets privados, estilos de vida lujosos, financiados con fondos de la iglesia o del ministerio; no es desconocido que tras esa fachada de piedad cristiana se esconde una red que se aprovecha de las donaciones destinadas a la labor espiritual para sostener una ostentosa riqueza, es el peligro de la autoridad no supervisada de instituciones evangélicas independientes. Los feligreses de base confían en sus líderes y no se cuestionan los abusos de poder que llegan incluso al crimen y otras formas sutiles de control: “coacción emocional, manipulación disfrazada de lenguaje espiritual e indoctrinamiento político enmarcado como instrucción moral. El ejemplo perfecto de esto es la demanda recurrente de apoyo incondicional a Israel.
Tras el asesinato de Charlie Kirk (y probablemente antes) han aparecido grietas en lo que antes parecía un apoyo evangélico inquebrantable a Israel, especialmente entre los conservadores jóvenes que han dejado de simpatizar ciegamente. “Muchos creyentes jóvenes ven el coste humanitario en Gaza como incompatible con sus ideales morales y cristianos, o se sienten frustrados por la ayuda militar estadounidense y los enredos extranjeros que contradicen la retórica de "América Primero". Los críticos también sugieren que el apoyo evangélico a Israel fue históricamente cultivado por poderosos actores financieros y políticos, incluidos donantes pro-Israel, que trataban a los jóvenes como un grupo demográfico para asegurar un respaldo duradero y generacional a las políticas entre EEUU e Israel. El reciente cambio entre los evangélicos jóvenes sugiere que, cuando los costes morales de la guerra se volvieron imposibles de reconciliar con la fe, gran parte de esa lealtad cultivada comenzó a desmoronarse. Kirk se había vuelto reacio a defender a Israel, lo que ha aumentado las sospechas sobre las circunstancias de su muerte y ha planteado dudas sobre una posible influencia extranjera”.
“Dentro del mercado evangélico del poder de Estados Unidos”, es un artículo escrito por Freddie Ponton que finaliza expresando: “Esta unión de la fe evangélica y el apoyo inquebrantable a Israel, a menudo enmarcada explícitamente a través de la prisma del sionismo, se ha convertido en una característica definitoria, aunque complicada, de ciertas redes eclesiásticas estadounidenses. Lo que antes se presentaba como solidaridad espiritual se ha fusionado con el tiempo con la estrategia política, creando una mezcla potente donde la convicción moral y la ambición geopolítica se cruzan. Los feligreses, especialmente los creyentes más jóvenes, a menudo se les presenta la lealtad pro-Israel como una prueba de fe, dejando poco espacio para debates matizados o vacilaciones morales. Los críticos argumentan que esta dinámica transforma el compromiso espiritual en un mecanismo de influencia: los financiadores, los operadores políticos e incluso los intereses extranjeros pueden aprovechar redes religiosas para cultivar una lealtad política a largo plazo, planteando profundas cuestiones éticas sobre el papel de la fe en la configuración de políticas y la conciencia de la próxima generación".

Otro ferviente cristiano sionista, el ex presidente de Estados Unidos Joe Biden, durante una visita a Israel en 2010,
cuando era vicepresidente (Administración Obama). Fotografía Ariel
Schalit AFP/Getty Images
Para cerrar este ensayo en que compaginamos una variedad de artículos sobre el sionismo cristiano e Israel debe quedar en evidencia el “Cómo el sionismo cristiano distorsiona las Escrituras para servir al imperio” y por qué la obsesión de América por 'bendecir a Israel' pone en riesgo a la Iglesia, al mundo y a la verdad.
El Dr. Mathew Maavak describe como en la entrevista de Tucker Carlson (junio 2025) al senador estadounidense Ted Cruz éste último mostró no solo una alarmante ignorancia geopolítica, sino también una descarada disposición a distorsionar las escrituras en defensa de su apoyo inquebrantable a Israel. El versículo que citó - Génesis 12:3 - fue truncado descaradamente, una táctica común utilizada para otorgar legitimidad divina al excepcionalismo sionista en la profecía del Fin de los Tiempos. Este versículo se ha convertido en la base teológica de una cosmovisión militante conocida como sionismo cristiano.
Incluso los críticos judíos de la política estatal israelí expresan consternación ante el analfabetismo histórico y la grosería teológica que alimentan esta ideología en expansión dentro de los círculos evangélicos estadounidenses, apodado un "culto de la basura de caravanas", una fusión de analfabetismo bíblico, fervor apocalíptico y delirio geopolítico.
“El sionismo cristiano prospera gracias a la ignorancia y a la apropiación selectiva de las escrituras. Aunque a menudo se presenta como antiguo e inmutable, en realidad es un fenómeno relativamente moderno, que surgió junto con el auge del sionismo político a finales del siglo XIX. En lugar de tratar las escrituras como sagradas, distorsiona el canon bíblico en una herramienta maleable, una que debe ajustarse a los imperativos ideológicos del momento. En una nación como Estados Unidos, que ha estado en guerra durante casi el 95% de su existencia, esta distorsión suele servir como cobertura teológica para una doctrina de "guerra sin fin", con versículos seleccionados a dedo usados para bautizar la agresión geopolítica y la creación de nuevos enemigos”.
Ronald Reagan, el santo pseudo-religioso del conservadurismo estadounidense, invocó repetidamente esta herejía interpretativa para enmarcar la Guerra Fría como una batalla cósmica contra el "imperio del mal". Hasta hoy, millones de evangélicos estadounidenses y protestantes fundamentalistas en todo el mundo siguen viendo a Rusia como el enemigo eterno del propio Dios. No debe subestimarse el alcance e influencia de esta subcultura pseudo-teológica.
Volviendo al senador Cruz, ante Tucker Carlson invocó Génesis 12:3 para justificar el apoyo inquebrantable de Estados Unidos a Israel, su cita fue notablemente selectiva. El versículo completo dice: "Y bendeciré a los que os bendigan y maldeciré al que os maldice; y en ti serán bendecidas todas las familias de la tierra”.
Esta demás señalar que esta es una promesa profética hecha al patriarca Abraham, que apunta en última instancia a su descendencia, Y según Gálatas 3:16, "todas las familias de la tierra" reciben la reconciliación con Dios. Si esa bendición es universal y mesiánica en su alcance, ¿dónde está entonces la exclusividad étnica o nacional que tan a menudo se atribuye al Israel actual?
Los cristianos sionistas en Estados Unidos creen que la identidad judía colectiva es “divina” y sus adversarios son deshumanizados como monstruos de fantasía. Curiosa e irónicamente, “los persas (iraníes) tradicionalmente han disfrutado de una representación mucho más favorable en las escrituras judías. Por tanto, la enemistad geopolítica moderna es una aberración histórica, no una necesidad teológica”.
¿En qué momento la solidaridad se convierte en sacrilegio, y el apoyo a Israel requiere una rendición teológica total? Pregunta el Dr. Maavak. Él razona el por qué es muy crítico con el sionismo cristiano: Es una ideología que santifica cualquier crimen de guerra porque, según sus seguidores, la "bendición" personal de Dios depende de la lealtad política a un estado-nación moderno.
“Gran parte de los evangélicos están dispuestos a interpretar cualquier suceso mundano como un respaldo divino al papel central de Israel en la profecía del Fin de los Tiempos. Tal es el reflejo esquizoide de la teología sionista cristiana: los signos divinos solo son válidos cuando refuerzan el guion. Cualquier otra cosa, por más cruda que sea, se descarta como coincidencia o interferencia satánica.
Los sionistas cristianos han cantado Génesis 12:3 con tanta frecuencia y con tanto celo que pocos dentro de sus filas se detienen a poner a prueba el versículo con la Escritura o la realidad empírica. Hagámoslo ahora. Génesis 12:3 dice: «Bendeciré a los que os bendigan y al que os maldice...»
Si interpretamos esto como un mandato general para la política exterior a nivel estatal, las pruebas deben ser evidentes. Así que pregúntate: ¿Están los aliados más leales de Israel hoy en día, especialmente en Occidente, realmente "bendecidos"? Estados Unidos, probablemente está más dividida internamente que en cualquier otro momento desde la Guerra Civil. Sus ciudades están en decadencia, la falta de hogar y la adicción a las drogas son rampantes, las relaciones raciales están en su punto más bajo y casi el 40% de los estadounidenses no puede permitirse un gasto de emergencia de 400 dólares sin pedir prestado, vender la reliquia familiar o endeudarse. Y, sin embargo, miles de millones en ayuda incondicional siguen llegando a Israel, año tras año. Europa Occidental no sale mejor… India, que no forma parte de Asia Oriental, tiene una población enorme y profundamente pro-Israel y resulta ser una de las naciones más 'malditas' en la Tierra”.
Así -señala Maavak- la pregunta prácticamente se plantea sola: Si Génesis 12:3 se está utilizando para evaluar la política exterior hacia Israel, ¿quién está siendo bendecido exactamente y quién está siendo maldito?
¿Por qué es esencial enfrentarse una y otra vez a la narrativa del sionismo cristiano? Porque la ideología religiosa que difunden sus seguidores (principalmente de la política) no tiene nada que ver con el cristianismo auténtico. Es una peligrosa falsificación teológica - una guarida de lobos disfrazados de cordero, tal y como advirtió Mateo 7:15. Lejos de defender la fe, el sionismo cristiano pone en peligro activamente a los cristianos en todo el mundo. En su celo por defender la Pax Americana, idolatrar al estado moderno de Israel y forzar la inserción de los acontecimientos actuales en un guion apocalíptico forzado, sacrifica comunidades cristianas reales en los altares de la geopolítica y la fantasía escatológica…
Lo digo claramente: No tengáis comunión con estos idólatras asesinos (1 Corintios 5:11). Invocan a Cristo pero sirven a las ambiciones del imperio, a las ilusiones del hombre y a los artilugios de Satanás”. (Mathew Maavak)
Sin otras pretensiones teológicas….
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Fuentes relacionadas en este blog:
¡El culto más peligroso del mundo! - Sionismo cristiano
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Política "antisemita" y fundamentalismo cristiano: el Armagedón y el "fin de los tiempos"
Estados Unidos: Política, religión y racismo "igualitario".
Fuentes de consulta para el presente artículo:
La esperanza del cielo es para los pobres (video Youtube)
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