Continuación del artículo entrevista al Dr. Valentín Falin, La Segunda Guerra Mundial, perspectiva histórica de un académico ruso
"Uno de los hechos históricos que más fastidia a las antiguas potencias coloniales europeas, a EEUU y otras fuerzas, fue la victoria soviética sobre la Alemania nazi. Es reconocer al mismo tiempo la fuerza de otros modelos, la potencia rusa, su antiguo enemigo ideológico. Por ello la Unión Europea no pierde una oportunidad para culpabilizar a Rusia de estos hechos, denigrando, falsificando o manipulando la historia de esa época a la opinión pública". (Red Voltaire, 2009)
Las siguiente líneas (resumidas) fueron escritas por Leonid Radzikhovski (periodista e investigador ruso) en 2009, en conmemoración de los 70 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial y publicadas por el medio ruso Vzgliad (28 agosto de 2009), traducido por la agencia IPI (Perú), también publicado por Red Voltaire.
Aquí presentamos el esclarecedor punto de vista de éste especialista ruso Leonid Radzikhovski (extractos de su ponencia).
Dibujos trazados sobre hojas de papel originales con el sello oficial de la Cancillería del Reich y del Fuhrer (Hitler) en mayo de 1945, papeles encontrados entre las ruinas de la Cancillería. Estos dibujos corresponden al artista-soldado soviético Boris Ivanovich Prorokov, quien cumplía años precisamente el 9 de mayo de 1945.
"Después de una breve luna de miel a comienzos de los años 1990 (caída del comunismo, esto no influenció las relaciones con los países bálticos), nos encontramos aquí con esta "guerra de historia" que dura ya quince años (para la fecha que fue escrito, 2009) y que no ha parado hasta hoy día (se agudiza más en el presente). Esta disputa se ha puesto muy agria.
Para la mayoría de nuestros conciudadanos (soviéticos de la época), los años 1939 a 1941 son aquellos de una "guerra desconocida" y, de este hecho, sin interés directo. Nosotros conocemos en cambio otra guerra, nuestra guerra, la guerra nuestra, la Gran Guerra Patriótica, entramada el 22 de junio de 1941, y poco nos importaba de saber lo que les ocurría a los polacos, franceses o bálticos. Claro está, los europeos del Oeste ven las cosas de otra manera.
Aún peor, los miembros de la Unión Europea -Polonia, Países Bálticos- y Ucrania, tienen un interés, desde un punto de vista histórico, de situarse como adversarios de Rusia en vez de serlo en contra de Alemania, país que guarda en cambio una postura discreta y humilde en este asunto y con razón… Y si estos países (Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Ucrania) quieren además que la ricachona Alemania abra su billetera y meta la mano al bolsillo -gesto bienvenido en estos tiempos de crisis-, más vale no estar dando cachetadas ni importunando al sujeto (Alemania), en todo caso no más de lo necesario con temas históricos del pasado que pondrían a la adinerada Alemania en una situación embarazosa.
Con Rusia, las cosas son diferentes. Ni un centavo a esperar que les llegue de este lado. Además, contrariamente a Alemania, estamos frente a un país (Rusia) que nunca ha pensado en arrepentirse. Y, finalmente, acusando a Rusia, es decir, poniendo sobre sus espaldas una parte de la responsabilidad de la Segunda Guerra Mundial, aligeramos, se quiera o no, el peso de la culpabilidad de los alemanes.
Un negocio histórico rentable a todo punto de vista. Yo no pretendo que todos los historiadores sean así de cínicos. En realidad, esto es ante todo un asunto de políticos, y los recientes acontecimientos constituyen claramente una lección de política aplicada.
El 23 de agosto, día que se firmó el pacto germano-soviético de no agresión, se ha convertido, a iniciativa del Parlamento Europeo, en el día conmemorativo europeo de las víctimas del estalinismo y del nazismo. ¡ Ojo ! ¡Fíjese en el orden de las palabras!. Tal es pues el desafío que la Unión Europea lanzó a Rusia. Por su parte Moscú adoptó, en mayo de 2009, el decreto 549, cuyo objetivo es oponerse a las tentativas de falsificación de la Historia susceptible de perjudicar los intereses de Rusia, se conformó una Comisión de 28 historiadores (aunque no todos lo son) para combatir las falsedades históricas.
En teoría, varias reacciones o comportamientos son posibles:
- Nosotros los rusos podemos intentar adoptar la actitud alemana, versión "light" claro está, tipo: "Nosotros no somos los herederos de Stalin, nosotros somos sus víctimas, víctimas del régimen soviético, ¡aún mucho peor de lo que fueron (las víctimas) de Polonia o de los países Bálticos!" (Si nos fijamos o tenemos en cuenta el número de personas afectadas por la represión estalinista, esto es la pura verdad histórica).
- Nosotros los rusos hemos tenido más víctimas de Stalin que los alemanes han tenido de Hitler. Sin embargo, este enfoque va en contra de nuestro orgullo nacional de gran potencia y no cuadra con el mito, mito popular recientemente actualizado, de "eficaz verdugo administrador". En efecto, Stalin fue efectivamente calificado en Rusia como un "eficaz manager".
Pero las cosas son sumamente más graves y complejas.
- Los alemanes se sacan de encima a Hitler y de "su" guerra a grandes gritos (a pesar que siguen pagando como si fuera oro en polvo las pensiones de sus antiguos combatientes nazis): les podemos comprender.
- Pero si nosotros los rusos, si quisiéramos imitarles tendríamos que hacer un verdadero show de equilibrista: ¡repudiar al "malvado Stalin" conservando al mismo tiempo el orgullo de la guerra!
Se podría pretender haber ganado "a pesar de él", pero esto no funcionaría. El instinto elemental del pueblo, de la mayoría de la gente, le suena en la oreja que es muy difícil disociar Stalin de la guerra. Y si lo hiciéramos, la imagen de la guerra perdería su brillo.
La capitalización política de la victoria se hundiría, porque, ¿no fueron a sus pies que se arrojaron los estandartes tomados al enemigo?. Durante el gran Desfile de la Victoria del 24 de junio de 1945 en la Plaza Roja de Moscú, las tropas soviéticas tiraron y amontonaron una pila de emblemas nazis delante de Stalin.
Día de la Victoria. Esta obra del artista Nicolay Babasyuk, titula: "Desfile de la Victoria en Moscú" (1959)
La sociedad y el estado ruso se niegan a repudiar a Stalin, en todo caso no lo harán delante de la "angelical Europa". Peor, nosotros los rusos no podemos hacerlo sin consultar los principios de base. Inclinar nuestra augusta cabeza de gran potencia delante de otros países… La gente, el pueblo vería la expoliación de su victoria, y ¿qué nos quedaría después de todo esto? (Nota del editor del blog: De todas formas, la actual Federación Rusa, a través de su Parlamento y otros órganos estatales han condenado pública y oficialmente los crímenes del estalinismo).
Esto es cierto. Pero por otro lado, "¿es necesario brindar por la Patria, por Stalin y servirnos otro vaso más" como sugirió el líder del Partido Comunista de Rusia en 2009?
No poder disociar la guerra de su comandante en jefe es una cosa y no quererlo hacerlo es otra cosa; otra cosa es designar un tirano indiscutible, reconocido como tal por todo el mundo, en tanto que personalidad histórica de Rusia; ¡y otra cosa es arrodillarse, cabeza inclinada para defenderlo, defender toda su política, incluso aquella de los años 1939 a 1941!
Para la Rusia actual, Stalin es como una maleta histórica sin agarradera (y con un tal contenido interior que más vale no abrir esto)… Pero tampoco se le puede abandonar y olvidar, arrastrar esta maleta tampoco es un trabajo fácil...
¿Entonces, que tipo de defensa se debe adoptar?
- Declarar que Hitler y Stalin, la Alemania nazi y la URSS, tienen una responsabilidad igual -o casi la misma- en el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial, esto es lo que debe ser considerado como una falsificación.- Las acusaciones contra la Alemania no van a ser pasionalmente duras (a causa de los cálculos políticos citados anteriormente pero también porque, esta responsabilidad nunca ha sido negada por Alemania, nadie tiene que molestarse para demostrar esto); en cambio, las críticas contra la URSS serán más duras.- Alemania será acusada de pecados más grandes, pero con menos vigor que lo será la URSS o su heredera actual, Rusia, que será a su vez acusada de menores pecados, pero con mucho más fuerza.- Esto es efectivamente una falsificación.
Claro está, cada uno es libre de interpretar los hechos siguiendo su mala fe. También es cierto que la verdad absoluta en historia no existe, si es por tanto que haya una en alguna parte. Pero, si se acepta de no escribir ficciones y que se considera los simples hechos, está claro que acusar la URSS de haber causado la guerra es por lo menos falta de objetividad.
Si el Pacto Germano-Soviético no habría sido firmado, la guerra habría tenido lugar de todos modos. La Alemania nazi no podía pararse. El dedo de Hitler ya estaba apretando el gatillo. Este pacto, es cierto, fue para él la última señal que esperaba para tirar, y todo esto estaba precedido de largos años de una "política de pacificación" (apaciguamiento) que sólo sirvió para darle más coraje y valor al agresor nazi.
La culpa no recae únicamente en los dirigentes de la Gran Bretaña y de Francia, sino también, por ejemplo, de los dirigentes polacos, que habían buscado la amistad de Hitler y se habían desenvuelto para ello, desde 1938 (¡sí, ¡sí!) para recuperar un pedazo de territorio de Checoslovaquia desmembrada y sacrificada por los nazis.
Naturalmente, esto no exonera a Stalin, quien fue el único en concluir un pacto secreto con Hitler y esto no solamente "no calmó al agresor" en perjuicio de otros países, como lo hicieron el inglés Chamberlain o el francés Daladier con Checoslovaquia, sino que se anexionó descaradamente territorios: los Países Bálticos, las partes orientales de Polonia, La Carelia finlandesa y la Besarabia rumana.
En fin, a pesar de todo su cinismo malévolo, la política estalinista no ha constituido una excepción. Ella se inserta en la lógica de la política global de Europa, solamente más brutal, más "gánsteril".
El verdugo-tirano de Europa y del mundo, Hitler, fue fabricado con el consentimiento de todos los políticos de Europa, como si hubieran perdido la razón. El proceso fue lanzado por los políticos occidentales, mucho antes que Stalin elabore a su vez los mismos "cálculos maquiavélicos suicidarios".
¿Había otra alternativa a los acuerdos de Múnich de 1938? ¿Había otra alternativa al pacto de Moscú de 1939? ¿Había otra alternativa a la Guerra Mundial? Podríamos discutir de estas cuestiones y asuntos hasta el infinito.
Y esto sería sin duda un debate especial. Si en el transcurso de este debate, se llegaría al menos a no ignorar los hechos evidentes, la falacia quedaría confinada a límites decentes. Pero cuando uno se deshace de los hechos como si estos fuesen superfluos, esto se convierte en una desinformación absurda, de la novalengua o neolengua, según las traducciones literarias, es decir, la forma de hablar para controlar y definir el pensamiento de la población con intereses políticos, tema de actualidad y de interés moral tratado en la novela de George Orwell "1984".
Sea como sea, el punto de vista histórico oficial ruso se apoya por supuesto sobre un conjunto de hechos innegables y que presentados de manera bastante convincente demuestra que la URSS no se puede encontrar a la cabeza en la lista de países causantes o promotores de guerra. Pero tener una reacción más airada frente a los historiadores occidentales, bajo el lema de: "¡Al ataque! ¡Por la Patria, por Stalin!" sería a mi punto de vista no solamente un acto poco heroico, sino extremadamente estúpido.
Nadie puede estar orgulloso de la política de los años 1938-1939. Si la reflexión europea y rusa respecto de estos acontecimientos logra reconocerlo, entonces esto no será seguramente perjudicar los intereses de Rusia ni tampoco su seguridad histórica. Tampoco pienso que esto opondrá Rusia del Occidente.
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ENTREVISTA
La Segunda Guerra Mundial y el Pacto Molotov-Ribbentrop
Dmitri Babich
Alexandr Chubarian
30 septiembre 2009
Alexandr Chubarian, director del Instituto de Historia de la Academia de Ciencias de Rusia, investiga desde 1988 el Pacto Molotov-Ribbentrop, es considerado actualmente en Rusia uno de los expertos más autorizados en la historia de las relaciones ruso-germanas. La entrevista concedida a Dimitri Babich explica los antecedentes al pacto germano-soviético firmado hace 80 años, sus consecuencias, y la visión actual de los acontecimientos ocurridos en aquellos tiempos.
Dos caricaturas del artista polaco-estadounidense Arthur Szyk (1939)
➤ Dmitri Babich: ¿Debe la Rusia contemporánea condenar el Pacto Molotov-Ribbentrop, o todavía tiene vigencia la fórmula expuesta en 1989 de que ese Pacto fue un acontecimiento normal para aquella época, aunque los "protocolos secretos" anexos al pacto fueron un acto amoral por parte de los firmantes?
Alexandr Chubarian: En los últimos años, el interés de la opinión pública por los acontecimientos relacionados con el Pacto Molotov-Ribbentrop ha crecido considerablemente, y el tono de los debates cada vez adquiere formas categóricas e irreconciliables.
La intensidad y ardor de las disputas no se debe a la aparición de nuevos documentos sino a interpretaciones antagónicas de los hechos derivados de ese acontecimiento histórico. La tensión que impera no se debe a discrepancias entre historiadores y expertos. La confrontación que observamos es el producto de convulsiones de orden ideológico y político promovidas en la sociedad.
La situación empeora por actitudes preconcebidas que predomina en países vecinos, en particular, impulsadas por políticos influyentes en las repúblicas Bálticas y Polonia. Este factor ha politizado al máximo un asunto que debería ser material de investigación exclusiva para los historiadores.
La transparencia siempre ha dado mejores resultados que negar lo que es evidente. En su tiempo, la postura de la Unión Soviética fue sensiblemente vulnerable porque las autoridades soviéticas con obstinación negaron la existencia de los protocolos secretos anexos al Pacto Molotov-Ribbentrop. Pero el reconocimiento y publicación de esos protocolos precisamente en tiempos de la URSS hace 30 años, ha reforzado nuestra postura y es una prueba de que Rusia rompió definitivamente con la política del silencio para comprender su historia.
➤ Dimitri Babich: Y no obstante, entre los historiadores predomina el debate en cuanto a que el Pacto Molotov-Ribbentrop fue el detonante de la II Guerra Mundial que comenzó una semana después de su firma, el 23 de agosto de 1939. Como es bien sabido, el 1 de septiembre de 1939 las tropas alemanas invadieron Polonia seguros de que la URSS no ayudaría a los polacos. ¿Está usted de acuerdo con esta tesis?
Alexandr Chubarian: No, no estoy de acuerdo. Conozco muy bien ese punto de vista, que entre otras cosas, se cita para argumentar la responsabilidad compartida que tiene la Alemania nazi y supuestamente la Unión Soviética en el inicio de la II Guerra Mundial. Esa tesis quedó reflejada en una resolución aprobada por la Asamblea del Parlamento de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) ignorando acontecimientos evidentes que tuvieron lugar antes de que comenzara la guerra.
Hitler decidió invadir Polonia mucho antes de firmar el pacto de no agresión con la URSS, y en la primavera de 1939, ya había puesto en marcha los preparativos de la agresión, incluso fijo el 26 de agosto de 1939 como la fecha tentativa para el asalto, pero el ejercito alemán no pudo cumplir ese plazo y emprendió la invasión el 1 de septiembre.
Hay que destacar que el destino del Pacto germano-soviético firmado el 23 de agosto fue incierto hasta el último momento de su concertación. Esto quiere decir que independientemente del resultado de sus negociaciones con la URSS, Hitler no tuvo ninguna duda en cuanto a sus planes de invadir Polonia. Inglaterra y Francia brindaron garantías a Polonia precisamente por la misma razón, es decir, Londres y París sabían con seguridad que Alemania se preparaba para la guerra, y el viaje urgente que hizo el ministro Ribbentrop a Moscú fue por la misma causa, el diplomático alemán tenía que terminar ese asunto pendiente con los soviéticos antes de comenzar la invasión de Polonia.
➤ Dmitri Babich: Y no obstante, después de que Hitler invadió Polonia Inglaterra y Francia declararon la guerra a Alemania, mientras que la URSS, no sólo permaneció al margen, sino que firmó con Alemania un tratado de amistad en septiembre de 1939. ¿Acaso no fue una muestra de apoyo al agresor?
Alexandr Chubarian: Es indiscutible que los protocolos secretos anexos al Pacto Molotov-Ribbentrop, la firma del tratado de amistad en septiembre de 1939 y la resolución impuesta en la URSS entre 1939 y 1940 que prohibió criticar la doctrina nacional-socialista fueron actos amorales que se merecen la condena que posteriormente se hizo tanto en Rusia y en el exterior.
Y a pesar de todo, los acontecimientos ocurridos en esos días no pueden explicarse únicamente bajo la óptica de que "Hitler decidió invadir a sus vecinos y Stalin se convirtió en su cómplice". Soy partidario de que la investigación de la historia debe apoyarse en el estudio amplio de todos los factores implicados en los sucesos claves relacionados con las naciones y sus pueblos.
Ante el estudio de tal o cual fenómeno o acontecimiento como el inicio de la II Guerra Mundial, es indispensable analizar todos los factores implicados y no limitarse a destacar uno o dos momentos o circunstancias por alguna razón cómoda o favorable. El pacto Molotov-Ribbentrop fue un fenómeno político-diplomático muy complejo. Y para hacer una valoración objetiva, es necesario tener en cuenta los antecedentes históricos que determinaron muchos aspectos de este asunto.
Es por eso que nosotros desviamos nuestra atención a sucesos ocurridos en 1938. Y no porque queramos obligar a nuestros colegas occidentales recordar el Tratado de Múnich. Simplemente, si no se tiene en cuenta el factor que tuvo Múnich, no es posible explicar las razones que obligaron a Stalin a firmar un pacto de no agresión con la Alemania nazi.
Hasta la firma del Acuerdo de Múnich, en Europa había un consenso muy sólido en cuanto a Hitler y su régimen. Todas las potencias europeas, Inglaterra, Francia y la URSS mantuvieron una actitud muy negativa ante el régimen nazi impuesto en Alemania en 1933. La firma del acuerdo de Múnich hecho por tierra ese consenso. Desde el punto de vista moral, el acuerdo de Múnich y el pacto Mólotov-Ribbentrop son muy parecidos el uno del otro, porque ambos documentos fueron suscritos de espaldas a aquellos pueblos cuyos destinos dependió de lo concertado en esos acuerdos.
En Múnich, el 29 de septiembre de 1938, los representantes de Checoslovaquia estaban en una habitación contigua a la sala donde se reunieron los firmantes. Y sin consultar en absoluto su opinión, las partes (Inglaterra y Francia en un bando y Alemania e Italia por el otro) determinaron el destino de ese país.
A diferencia del Pacto Molotov-Ribbentrop, el tratado de Múnich no trató sobre esferas de interés sino que directamente estableció la entrega a Alemania de parte de Checoslovaquia (una tercera parte de su territorio, el 40% de su industria y cerca de cinco millones de habitantes). En esencia el tratado de Múnich fue la repartición de un país soberano entre otros estados.
Y la URSS no estuvo en Múnich. Stalin tenía mucha desconfianza a las democracias occidentales, más que el resto recelaba de Inglaterra y después de la firma del tratado de Múnich, vio las intenciones de Londres de aislar a Moscú.
➤ Dmitri Babich: ¿Y por qué de todas maneras, Stalin prefirió pactar con Hitler en lugar de los aliados occidentales? Sus oponentes afirman que Inglaterra, Francia y Polonia no pudieron aceptar las condiciones exigidas por Moscú de permitir el paso de las tropas soviéticas por sus territorios. Con los años, se pudo ver que Stalin después de entrar en el territorio de un país, muy pocas veces permitió a ese país actuar por su cuenta.
Alexandr Chubarian: Recordemos las negociaciones británicas-franco-soviéticas que tuvieron lugar en Moscú en el verano de 1939. En esas negociaciones se habló de las posibilidades de ayudar a los países de Europa Oriental en el caso de una agresión por parte de Hitler.
Las garantías para las repúblicas bálticas se abordaron en junio de 1939, y en agosto transcurrieron conversaciones interminables sobre Polonia y Rumania. El 20 de agosto, los franceses informaron a los soviéticos que había logrado convencer al ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Józef Beck, y que Varsovia estaba dispuesta a permitir el paso de las tropas soviéticas por su territorio.
Pero por parte de Polonia no hubo ninguna declaración oficial. Y de esta manera, quedó sepultada definitivamente la cooperación entre Inglaterra y Francia con la URSS, antes de la firma del pacto Molotov-Ribbentrop.
En cuanto a si Stalin hubiese ocupado Polonia, Rumania u otro país por cuyo territorio pasaran las tropas soviéticas, previo acuerdo con los aliados occidentales, se trata de una hipótesis bastante discutible. Hubo ejemplos de países a los que la URSS impuso su régimen político, pero también hubo países donde las tropas soviéticas entraron y salieron dejando que esos países se desarrollaran de la forma en que quisieron. Me refiero a Irán, Austria, y Finlandia después de la Guerra a pesar de que un delegado soviético formó parte de la Comisión de Control de los Aliados. Y no obstante, todos esos países conservaron su autonomía. Eso mismo pudo ocurrir con Polonia, si Francia Inglaterra le hubiesen proporcionado garantías fiables.
"Triple golpe a Hitler", finalmente Europa decidió aliarse con la URSS ya muy entrada la guerra. Caricatura de 1944, de K.L. Butorov
➤ Dmitri Babich: Es decir, sencillamente, ¿Hitler le propuso a Stalin una variante más ventajosa que Inglaterra y Francia?
Alexandr Chubarian: En las conversaciones con Inglaterra y Francia el asunto sobre los territorios que posteriormente fueron incluidos en la zona de los intereses soviéticos se discutió únicamente desde el punto de vista del paso de las tropas soviéticas, en este caso, Hitler avanzó más y propuso dividir la zona de intereses.
Pero como quedo demostrado posteriormente, Hitler cumplió sus promesas durante un plazo muy corto. Ya en noviembre de 1940, cuando Mólotov viajó a Berlín y las relaciones entre la URSS y Alemania ya estaban deterioradas, Hitler le espetó al jefe de la diplomacia soviética. "¿Y quien le dijo a usted que tendrían el derecho de anexarse esos territorios? ¡Esto no se desprende del pacto!", dijo entonces Hitler. Y esta es precisamente la gran lección que se desprende de los acontecimientos ocurridos entre 1938 y 1941 en Europa.
Cada vez que los países por separado intentan garantizar su propia seguridad a costa de otros, y de paso ignoran las amenazas que pueden ser comunes, la seguridad colectiva es la que sale perdiendo y junto con ella, la seguridad de cada uno de los países por separado.
Hasta el último momento de 1941, cuando estalló la guerra, todos los países de Europa intentaron pactar con Hitler. El líder nazi prometió todo a todos y después, también a todos los engañó.
➤ Dmitri Babich: A partir de su punto de vista, ¿considera usted que Alemania y la URSS no son los únicos responsables de la repartición de Polonia en septiembre de 1939?
Alexandr Chubarian: Las potencias occidentales también tienen cierto grado de responsabilidad en esos acontecimientos. Cuando el 17 de septiembre las tropas soviéticas entraron en las regiones orientales de Polonia, en Inglaterra se oyeron voces sobre la necesidad de declarar la guerra a Alemania y de imponer sanciones contra la URSS.
Pero al final, el gobierno británico se limitó a dar garantías de seguridad a Polonia únicamente en sus fronteras orientales, y no adoptó ningún tipo de sanciones contra la URSS. Al contrario, expreso satisfacción ante el hecho de que las tropas soviéticas se detuvieron en la denominada línea Curzon, es decir la línea que dividió a Polonia y la URSS después de la declaración de independencia de Polonia en noviembre de 1918.
➤ Dmitri Babich: ¿De qué forma Inglaterra expresó satisfacción por la entrada de las tropas soviéticas a la parte oriental de Polonia?
Alexandr Chubarian: En declaraciones del ministerio británico de Asuntos Exteriores, el Gabinete Militar e incluso el Parlamento de Inglaterra. Es más, no se emprendió ninguna campaña o acto de repudio contra la URSS. No hubo siquiera un disparo en 1939 para defender Polonia.
Tampoco se intentó la más mínima demostración de acciones de guerra para desviar la atención de las tropas alemanas de Polonia. Con las repúblicas bálticas la situación fue similar, los países occidentales no reconocieron la anexión de las repúblicas bálticas a la URSS jurídicamente, pero aceptaron la anexión como hecho consumado. De esta manera, los países occidentales también son responsables por los acontecimientos que ocurrieron en ese entonces en Europa Oriental.
No sólo Stalin y Hitler practicaron la diplomacia secreta. Ya siendo primer ministro británico, tras la dimisión de Austen Chamberlain en el verano de 1940, Winston Churchill escribió una carta a Stalin en la que le propuso firmar un pacto secreto entre Inglaterra y la URSS. A cambio de la lealtad de la URSS a Inglaterra, Churchill prometió a Stalin que nadie sabría sobre el pacto suscrito y que tras la victoria sobre Alemania, Inglaterra reconocería de hecho la pertenencia de las repúblicas bálticas a la URSS.
➤ Dmitri Babich: ¿Esa carta, ha sido publicada? ¿Cómo respondió Stalin a la propuesta?
Alexandr Chubarian: Esa carta se conserva en el archivo del ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS, copia de esa carta se encuentra en los archivos británicos, y yo la publiqué en mi libro. Según testimonios hablados, después de leer la carta, Stalin sonrió maliciosamente y dijo: "Este promete que reconocerá después de la guerra todo lo que todos reconocerán de hecho". Por lo visto, a Churchill le interesó muy poco el destino de las repúblicas bálticas.
➤ Dmitri Babich: Pero Churchill únicamente se tuvo que "tragar" la anexión de las bálticas, mientras que Stalin organizó y dirigió esa anexión. Resulta entonces, que de todas maneras, la mayor responsabilidad de todo recae sobre Rusia.
Alexandr Chubarian: De todas maneras, la responsabilidad recae sobre la URSS y no sobre Rusia. Aplicar el principio de que Rusia es el principal heredero de la URSS para resolver asuntos de responsabilidad histórica es una empresa arriesgada y demasiado compleja.
Vale la pena recordar el hecho de que un grupo muy limitado de personas por el lado soviético tuvieron relación directa con el proceso final para la preparación del documento. Stalin, Molotov y Voroshilov, que condujo las negociaciones con los franceses y los británicos. Incluso el futuro dirigente soviético Nikita Jrushev, que en ese tiempo ya era miembro del Buró Político del Partido Comunista de la URSS supo sobre el pacto únicamente en la noche del 23 de agosto después de que fue suscrito.
Actualmente, políticos de Polonia y las repúblicas bálticas intentan que este asunto sea discutido por organizaciones internacionales, y algunas entidades del poder como por ejemplo el parlamento de Lituania ha exigido a la Rusia contemporánea el pago de compensaciones por el "periodo de ocupación".
¿Qué se pude hacer en este caso? Si la actitud de los oponentes no fuera radical, posiblemente la reacción de Rusia hubiera sido más moderada. Hay que tener en cuenta de que se trata de una historia que pasó hace muchos años y su estudio debe tener un carácter más teórico que práctico.
¿Cómo se puede pedir cuenta a la generación actual sobre los actos de Stalin y sus colaboradores sobre los cuales los ciudadanos de la URSS no tuvieron información?
Y no es posible equiparar el estalinismo con el nazismo al menos porque el sistema soviético demostró la capacidad de que pudo cambiar su esencia: los protocolos secretos del pacto Molotov-Ribbentrop fueron publicados en tiempos del presidente soviético Mijail Gorbachov, el carácter criminal de esos protocolos fue reconocido y condenado cuando todavía existía la Unión Soviética.
En cambio, el régimen hitleriano nunca demostró su capacidad de transformarse. El régimen nazi siempre estuvo relacionado con la práctica abierta del genocidio de otros pueblos. El estalinismo ideológicamente no se basó en el genocidio, su esencia siempre la ocultó tras consignas propagandísticas y populistas y el pueblo soviético fue su víctima principal.
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ANEXO
Resolución del Parlamento Europeo -19 septiembre 2019- sobre la importancia de la memoria histórica europea para el porvenir de Europa
El documento integro de 22 puntos se encuentra anexado en el artículo La "guerra" por encontrar al culpable del inicio de la segunda guerra mundial. (Ver)
Extractos:
– Vista la declaración realizada por el vicepresidente primero Frans Timmermans y la comisaria Vĕra Jourová el 22 de agosto de 2019, víspera del Día Europeo en Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo,– Vista la Resolución 1481 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, de 26 de enero de 2006, sobre la necesidad de una condena internacional de los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios,– Vista la Decisión Marco 2008/913/JAI del Consejo, de 28 de noviembre de 2008, relativa a la lucha contra determinadas formas y manifestaciones de racismo y xenofobia mediante el Derecho penal,– Vista la Declaración de Praga sobre la Conciencia Europea y el Comunismo, adoptada el 3 de junio de 2008,– Vista su Declaración sobre la proclamación del 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo, adoptada el 23 de septiembre de 2008,– Vista su Resolución, de 2 de abril de 2009, sobre la conciencia europea y el totalitarismo,– Visto el informe de la Comisión, de 22 de diciembre de 2010, sobre la memoria de los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios en Europa (COM(2010)0783),– Vistas las Conclusiones del Consejo, de 9 y 10 de junio de 2011, sobre la memoria de los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios en Europa,– Vista la Declaración de Varsovia pronunciada el 23 de agosto de 2011, con ocasión del Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo,– Vista la declaración conjunta realizada el 23 de agosto de 2018 por representantes del Gobierno de los Estados miembros en conmemoración de las víctimas del comunismo,– Vista su histórica Resolución sobre la situación en Estonia, Letonia y Lituania, aprobada el 13 de enero de 1983 como respuesta al «Llamamiento Báltico» de 45 ciudadanos de esos países,– Vistas las resoluciones y declaraciones sobre los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios adoptadas por varios Parlamentos nacionales,– Visto el artículo 132, apartados 2 y 4, de su Reglamento interno,...
B. Considerando que hace 80 años, el 23 de agosto de 1939, la Unión Soviética comunista y la Alemania nazi firmaron un Tratado de no Agresión, conocido como el Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, por el que Europa y los territorios de Estados independientes se repartían entre estos dos regímenes totalitarios y se agrupaban en torno a esferas de interés, allanando así el camino al estallido de la Segunda Guerra Mundial;
C. Considerando que, como consecuencia directa del Pacto Molotov-Ribbentrop, al que le siguió el Tratado de Amistad y Demarcación nazi-soviético de 28 de septiembre de 1939, la República de Polonia fue invadida en primer lugar por Hitler y, dos semanas después, por Stalin, lo que privó al país de su independencia y conllevó una tragedia sin precedentes para el pueblo polaco...
E. Considerando que, mientras que los crímenes del régimen nazi fueron evaluados y castigados gracias a los juicios de Núremberg, sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos...
F. Considerando que, en algunos Estados miembros, las ideologías comunista y nazi están prohibidas por ley;
G. ... para los países europeos que sufrieron la ocupación soviética y las dictaduras comunistas, la ampliación de la Unión, que comenzó en 2004, supuso su regreso a la familia europea, a la que pertenecen...
K. Considerando que, a pesar de que el 24 de diciembre de 1989 el Congreso de los Diputados del Pueblo de la URSS condenó la firma del Pacto Molotov-Ribbentrop, junto con otros acuerdos celebrados con la Alemania nazi, las autoridades rusas negaron, en agosto de 2019, ser responsables de este acuerdo y de sus consecuencias, y en la actualidad están fomentando la idea de que Polonia, los Estados bálticos y Occidente fueron los verdaderos instigadores de la Segunda Guerra Mundial...
2. Pone de relieve que la Segunda Guerra Mundial, la guerra más devastadora de la historia de Europa, fue el resultado directo del infame Tratado de no Agresión nazi-soviético de 23 de agosto de 1939, también conocido como Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, que permitieron a dos regímenes totalitarios, que compartían el objetivo de conquistar el mundo, repartirse Europa en dos zonas de influencia;
3. Recuerda que los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad; recuerda, asimismo, los atroces crímenes del Holocausto perpetrado por el régimen nazi...
4. ... la importancia de mantener viva la memoria del pasado, puesto que no puede haber reconciliación sin memoria, y reafirma su posición unida contra todo régimen totalitario sea cual sea su ideología de base;
6. Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión;
7. Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión ...
8. Pide a todos los Estados miembros que conmemoren el 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo a escala tanto nacional como de la Unión...
9. Pide a los Estados miembros que condenen y contrarresten todas las formas de negación del Holocausto, incluidas la trivialización y la minimización de los crímenes cometidos por los nazis y sus colaboradores, y que eviten su banalización en el discurso político y en los medios de comunicación;
10. Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado...
13. Declara que la integración europea como modelo de paz y reconciliación ha sido una opción libre de los pueblos de Europa para comprometerse en favor de un futuro compartido y que la Unión Europea tiene la responsabilidad especial de promover y proteger la democracia, el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho, no solo dentro sino también fuera de la Unión Europea;
14. Señala que, a la luz de su adhesión a la Unión y a la OTAN, los países de Europa Central y Oriental no solo han regresado a la familia europea de países democráticos libres...
15. Sostiene que Rusia sigue siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;
16. Muestra su profunda preocupación por los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético...
17. Expresa su preocupación por el hecho de que se sigan usando símbolos de los regímenes totalitarios en la esfera pública y con fines comerciales, y recuerda que varios países europeos han prohibido el uso de símbolos nazis y comunistas;
19. Condena el hecho de que las fuerzas políticas extremistas y xenófobas en Europa recurran cada vez más a la distorsión de los hechos históricos y utilicen símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, como el racismo, el antisemitismo y el odio hacia las minorías sexuales y de otro tipo;
20. ... prohíban efectivamente los grupos neofascistas y neonazis y cualquier otra fundación o asociación que exalte y glorifique el nazismo y el fascismo o cualquier otra forma de totalitarismo, dentro del respeto del ordenamiento jurídico y la jurisdicción nacionales...
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