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24 mayo 2025

"Peligro Amarillo" para el mundo ¿Lo es realmente China?



por Tito Andino


Importantes y esclarecedores reportajes sobre las "relaciones" chino-estadounidenses no son cosa del presente, mucho menos la guerra "arancelara" de Mr. Trump contra el "mundo", en particular contra China, esos son asuntos de vieja data e iniciaron no solamente con China sino con la denominada "raza amarilla" en general, un viejo ejemplo de racismo colonial euro-estadounidense que aun perdura en las regiones continental e insulares del Asia.

 

¿Recuerdan por qué inició el conflicto del Pacífico entre Japón y Estados Unidos en 1941?... Por supuesto, Japón demostró una política expansionista que amenazó los intereses económicos y territoriales occidentales en Asia, pero las duras sanciones económicas, restricciones comerciales, embargo petrolero, etc. dejó al Imperio del Japón sin alternativas, o se sometían a las exigencias de Estados Unidos o debían expandirse y apoderarse del Sudeste Asiático en previsión al agotamiento de sus reservas estratégicas, optaron por la segunda alternativa, es decir, la guerra. 



Revista Fortune, septiembre 1942. Ilustración del artista mexicano Miguel Covarrubias. El miedo al peligro amarillo (término peyorativo que inicialmente se dio a los inmigrantes chinos en los Estados Unidos a finales del siglo XIX) volvió a resurgir con fuerza tras el ataque japonés a Pearl Harbor (diciembre 1941). El “peligro amarillo” reflejaba en esa oportunidad un marcado sentimiento antijaponés. En EEUU (al entrar en guerra), sobre todo en los estados del Sur se conservaba un latente racismo, además, una segregación estricta hacia estadounidenses negros y latinos, sin garantías en lo que respecta a derechos civiles. En la gráfica, tomada de una página interior de la revista "Fortune", se explica el uso de estereotipos para representar al "peligro amarillo" (en esa oportunidad los japoneses), en la leyenda se dice: "Puede que no todos los japoneses tengan este aspecto siempre, pero la exageración es en todo momento un arma en manos de los caricaturistas. Covarrubias (el artista) conoce a los japoneses y, por lo tanto, ve el rostro del enemigo cuando se vuelve: el soldado dentudo, el capitalista y el comerciante, los oficiales de labios apretados, el sacerdote fanático, la geisha con forma de muñeca, el campesino sumiso y su esposa, quienes crían a los soldados que completan el ejército que realmente dirige Japón, el Dios Emperador"...



En la actualidad, en honor a la verdad y a la historia, no deberíamos desatar nuestra ira solamente en Trump, él solo cumple el sueño de los multimillonarios y las élites industriales estadounidenses que no se atrevieron en otros gobiernos a implantar las medidas que asume Trump, no como políticas innegociables, sino como medio de presión para sentar a gobiernos del mundo entero a “negociar” sobre aranceles, tratados de “libre” comercio, etc, que solamente benefician a la mayor potencia mundial (o ex potencia económica mundial).

 

Breves antecedentes

Antes de abordar el tema principal del presente hay que dar un repaso al como las potencias coloniales del siglo XIX y XX acabaron con el poderos estado chino que de a poco fue perdiendo soberanía en grandes regiones de su territorio. China brindaba muchas expectativas tanto para el comercio como para la explotación de la tierra debido a su debilidad, en la práctica dejó de ser un estado independiente, repartido por zonas de influencia de las potencias extranjeras. 

Quienes más empeño pusieron fueron los británicos, deseaban dominar la economía china, explotar sus recursos naturales, controlar el comercio, los ferrocarriles, etc. Recordemos las guerras del opio implementadas por el Imperio británico para sojuzgar a la población china desde 1839, el Tratado de Nanking de 1842, otorgó a los británicos el enclave de Hong Kong y una decena de puertos para el comercio exterior. Luego vendría más intereses europeos, entre otros de Francia, que decidieron arrebatar los territorios que habían pretendido en la zona, a eso añadimos el interés japonés, ruso, etc.



Ilustraciones sobre la guerra del opio


El nacionalismo chino reaccionó, a inicios del siglo XX (la rebelión de los boxers,1900-1901); en 1911 una revolución terminó con el imperio e instauró la República de China (La Revolución Xinhai o Revolución Hsinhai, puso fin a la última dinastía imperial de China, la dinastía Qing), las nuevas autoridades buscaron liberar a China de las injerencias extranjeras, además de reconstruir el país, pero bajo la “intermediación” de potencias extranjeras (Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Rusia, Japón y Francia).

La naciente República de China como luego la República Popular China apreciaron a la Revolución de 1911 de manera bastante diferente. “Ambas Chinas reconocen a Sun Yat-sen como el Padre de la Nación, pero en Taiwán, significa "Padre de la República de China". En la China continental, Sun Yat-sen es visto como el hombre que ayudó a derrocar a la dinastía Qing, una condición previa para el estado comunista fundado en 1949. La República Popular China ve la obra de Sun como el primer paso hacia la verdadera revolución en 1949, cuando los comunistas establecieron un estado verdaderamente independiente que expulsó a los extranjeros y construyó una potencia militar e industrial. El padre de la Nueva China es visto como Mao Zedong” (cita Wikipedia, entrada Revolución 1911)


Mao Zedong


Algo de historia de las relaciones chino-estadounidenses.

Muchos han lanzado la pregunta del ¿por qué Estados Unidos no luchó abiertamente contra los japoneses en China durante la segunda guerra mundial y así pudo haber mantenido cierta influencia en ese territorio?

En primer lugar, el Lejano Oriente era casi competencia “privativa” de los imperios coloniales europeos. Fue a raíz de que el Imperio del Japón les arrebatara importantes territorios en Asia y en el Pacífico, por ejemplo, Filipinas, la isla de Guam y de Wake (en aquel entonces territorios estadounidenses), las Islas Orientales Neerlandesas (Indonesia), los territorios británicos de Hong Kong, Myanmar (Birmania), Malasia, Singapur, y otras numerosas islas y territorios importantes como las Islas Salomón, Nueva Guinea, Formosa (hoy Taiwán) etc., por lo que Estados Unidos y sus ahora Aliados entraron en acción, pudiendo solo recuperarse de aquel golpe a mediados de 1942 al demostrar su superioridad industrial en el campo bélico.

Hoy solemos ignorar que Estados Unidos y China fueron aliados durante esa guerra y aunque no hubo una intervención militar masiva estadounidense en territorio chino, decenas de miles de tropas del US Army combatieron en el eje de campo de batalla conocido como "China-Birmania-India". Tras la invasión japonesa, el gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-shek optó por la resistencia en el interior, negándose a la rendición. La resistencia china conllevó a que se unieran a los Aliados en la guerra contra Japón. China, en su esfuerzo de guerra pudo retener en su territorio a un gran número de tropas japonesas indispensables en otros frentes.

Contingentes importantes de los ejércitos de Gran Bretaña, Mongolia y la Unión Soviética, así como tropas de los Estados Unidos (fuerza aérea secreta -los Tigres Voladores-) y de la Mancomunidad de Naciones se involucraron. Debe destacarse el rol de las tropas del Partido Comunista Chino (Mao) en el enfrentamiento contra los japoneses en el norte de China, ayudando a expulsarlos.

Tras Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945 el Ejército Rojo atacó a los japoneses en Manchuria. El avance soviético fue incontenible, en septiembre, los soviéticos se detuvieron en la entrada a Corea, ese mismo día (8 de septiembre), tropas estadounidenses desembarcaron en Inchon (Corea), era el primer aviso de la futura división de Corea.

Japón se rindió el 9 de septiembre, China recuperó Manchuria, Taiwán y las islas Pescadores, como había sido acordado en la Conferencia de El Cairo en 1943. El Kuomintang (gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-shek) fue reconocido por las Naciones Unidas, pero Mao Zedong y el Partido Comunista de China tenían mucho que decir, gracias a la Unión Soviética, incluso gracias a la anterior ayuda militar estadounidense. La guerra civil china se reactivó, los nacionalistas chinos huyeron a Taiwán en 1949 y la República Popular China obtuvo el puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.


En el presente

Para no hacer esta una interminable historia, retrocedamos solamente a la anterior administración estadounidense de Joe Biden. El destacado politólogo francés Thierry Meyssan destacaba en 2023 que el gobierno de Biden volvía a recordar el “peligro amarillo”, esta vez dentro del contexto económico (y no racista imperial como a fines del siglo XIX y todo el siglo XX), decía el decrépito mandatario:

“China robaría nuestras patentes, promovería la corrupción y destruiría el medio ambiente antes de imponer su régimen totalitario por la fuerza. Afortunadamente, Estados Unidos y la OTAN protegerían las democracias y la paz…” (China: ¿el “peligro amarillo” en serio?, 7 diciembre 2021)

Lo único cierto es que el nuevo proyecto de la “Ruta de la Seda” promovido por China es un logro absoluto, consecuencia del trabajo chino, no obstante los problemas y obstáculos que afrontan los países con que negocia, esas naciones si que han visto un progreso. ¿Qué opinan en Estados Unidos y en la UE luego de décadas de imposición de su inviable sistema de intercambio comercial? La reacción, sobre todo estadounidense es protestar y denunciar ante el mundo el retorno del “peligro amarillo” (el éxito chino). Para ahondar más la acusación contra el "peligro amarillo", que no es nueva, se lanza la alarma de una aparente alianza económica entre Chima y Rusia que intentará destruir la civilización cristiana, al menos esa variante de la historia corre desde 1910.




¿Por qué los proyectos y programas de “prosperidad” promovidos por Occidente para todo el globo no han rendido los supuestos frutos deseados? Las acciones para el "desarrollo" del Tercer Mundo a través de la AID desde hace más de medio siglo (tras la “descolonización”) han sido patéticos e intencionados fracasos socio económicos y políticos. Respuesta: A EEUU y la “democrática” Europa (UE) no les conviene el progreso y desarrollo de las naciones (neocolonialismo). 

La administración Biden, opuesta a su predecesor -Donald Trump- declaró que Estados Unidos “competirá” contra China, logró que el G7 se uniera a la lucha de las "democracias" para mantenerse por delante del sistema "totalitario" chino, y la Unión Europea gustosa impuso su contraproyecto “Global Gateway”.

Biden dirigió la “Cumbre Mundial sobre la Democracia”, a la cual -por supuesto- fue invitada Taiwán, “para dar sustancia ideológica a este enfrentamiento”; pero promover la democracia a toda costa tiene sus límites. El Gobierno estadounidense decidió acoger las primeras Cumbres por la Democracia debido a las dificultades a las que se enfrenta el mundo “libre” o la “democracia” mundial, como queramos llamarla.

En noviembre de 2022, desde la Casa Blanca se informó que Estados Unidos y más de cien gobiernos afines en el mundo tomaron medidas significativas para construir democracias más resilientes, combatir la corrupción y defender los derechos humanos… dicen trabajar juntos para resistir la agresión autoritaria, incluida la guerra no provocada e injustificada de Rusia contra Ucrania. Insisten en señalar el deseo “universal de una gobernanza responsable, transparente y respetuosa de los derechos”. La Cumbre apoyó a los medios “libres e independientes” a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE. UU. (USAID)…, protege a los periodistas física, digital y legalmente. USAID costeó la defensa de periodistas, activistas de la sociedad civil y sus organizaciones de difamación que lanzan calumnias para silenciar los informes de sus detractores, inclusive mediante demandas destinadas a silenciarlos. También se habló de la lucha contra la corrupción (Anticorrupción Global) para “garantizar” que los países cumplan con sus compromisos y obligaciones internacionales) …

Las Cumbres fueron más allá, exigieron y siguen exigiendo que Rusia rinda cuentas. En respuesta a la intervención militar en Ucrania por parte de Rusia, “Estados Unidos, en coordinación con aliados y colaboradores, lanzó en marzo el acuerdo multilateral Grupo de trabajo sobre Élites, Apoderados y Oligarcas de Rusia (REPO) para que los responsables y beneficiarios de la maquinaria de guerra de Rusia sean responsabilizados…”. Estados Unidos y sus colaboradores se comprometieron “impulsar el trabajo de los activistas y otros reformadores que trabajan en la primera línea de la renovación democrática”. Además, implementó la “Tecnología avanzada para la democracia”, Biden destinó recursos para “detener la ola de autoritarismo digital, promover una visión positiva para Internet y las tecnologías emergentes, y conectar a miles de millones en todo el mundo con tecnologías digitales e infraestructura respetuosas de los derechos e impulsadas por los valores”, avances tecnológicos que reafirman la democracia en países afines en África y Europa, etc. etc. (citas tomadas de “Hoja informativa: Cumbre por la Democracia: Avances en el Año de Acción”, US Department of State, 29 noviembre 2022).

Como se aprecia del discurso, salvando las diferencias, es un retorno oficializado a una nueva Guerra Fría, no solo en Europa sino en el mundo.

Decía Meyssan en su artículo mencionado, “en nuestra imaginación, la Guerra Fría fue entre la URSS atea y el Occidente religioso, o entre el comunismo y el capitalismo. En realidad, el objetivo era impedir que un bloque con una cultura de la solidaridad ejerciera influencia económica en el bloque dominado por los anglosajones, con una cultura individualista. Esta vez ya no se trataría de defender el derecho a la práctica religiosa y la libre empresa, sino de defender la democracia. En el fondo, se trata todavía de pintar una imagen caricaturesca de una potencia capaz de competir económicamente con los anglosajones, ayer la URSS, hoy China”. (Quiero dejar sentado, una vez más, que el sistema social implantado en la URSS fue un gran fracaso social).

El periodista Lothrop Stoddard acuñó la palabra "untermenschen" utilizada por los nazis, condenando una vieja alianza de chinos y japoneses contra el hombre blanco. Los anglosajones describieron ese momento político como la Caída de Tucídides, en referencia al antiguo historiador que escribió la historia de las Guerras del Peloponeso. En 2017, un famoso politólogo estadounidense, el profesor Graham Allison, explicó: “Lo que hizo que la guerra fuera inevitable fue el crecimiento del poder ateniense y el miedo resultante en Esparta”. De la misma manera, el desarrollo de China está provocando pánico en el "Imperio estadounidense", que se está preparando para la guerra. No importa que este razonamiento ignore las diferencias culturales y aplique un concepto griego a China. Washington está convencido de ello. Sabe que está amenazada por Pekín. (Destinados a la guerra: ¿Podrán Estados Unidos y China escapar de la trampa de Tucídides? , Graham T. Allison, Houghton Mifflin Harcourt (2017), citado por T. Meyssan)

Si el profesor Allison no hubiera sido uno de los asesores de Caspar Weinberger en el Pentágono en la década de 1980, y si hubiera tenido mejor formación, habría comprendido que los chinos no razonan en absoluto como los estadounidenses. Habría escuchado a Beijing protestar contra cualquier proyecto competidor y defender acuerdos en los que todos ganen. No habría entendido esta fórmula en el sentido anglosajón, sino en el chino, para asegurar el éxito de uno sin perjudicar al otro. En el pasado, cuando el Emperador tomaba una decisión, solo podía hacerla cumplir en sus provincias si se aseguraba de que todos vieran en ella algo que fuera beneficioso para él. Como algunos de sus decretos no tenían ningún efecto en esta o aquella provincia, tuvo incluso que crear algo que fuera en interés de esa provincia. El poder del emperador sólo podía mantenerse si no marginaba a nadie, ni siquiera al más pequeño.


Ahora, cada vez que Washington habla de “competencia” con Pekín, China responde que no puede haber tal cosa, que no acepta ni la rivalidad ni la guerra, sino que busca la armonía entre todos a través de relaciones de beneficio mutuo.

 

A continuación, repasemos el resto del importantísimo artículo de Thierry Meyssan, “China: ¿el “peligro amarillo” en serio?” (2021)



"En Chine Le gâteau des Rois et... des Empereurs" ("China - la tarta de reyes y... de emperadores"). Caricatura política francesa de 1898, en el suplemento del "Le Petit Journal", de 16 de enero de 1898. Esta ilustración es una reproducción de la Bibliothèque Nationale de France.  representa los deseos imperialistas hacia China. El pastel representa a China, dividido entre la reina Victoria del Reino Unido, Guillermo II de Alemania que discute con la reina Victoria por un trozo de tierra mientras clava un cuchillo en la tarta en protesta, Nicolás II de Rusia, mira un trozo en particular, la francesa Marianne, se muestra diplomática como si no participara en el reparto, se la representa cercana a Nicolás II, recordando una vieja alianza zarista franco-rusa, el samurái representa a Meiji Tennó (Mutsuhito), emperador del Japón, contemplando cuidadosamente qué trozos tomar. Un funcionario estereotipado de la dinastía Qing levanta las manos para tratar de detenerlos, pero no puede hacer nada.


El 'engaño' chino


En la década de 1900, el periodista británico Sax Rohmer expuso la conspiración del "peligro amarillo" en una serie de historias detectivescas basadas en la figura malvada de Fu Manchú.


Se podría pensar que Occidente entró en pánico por el repentino desarrollo económico de China. El acuerdo entre Deng Xiaoping y las multinacionales estadounidenses ha beneficiado a los salarios más bajos y ha provocado una deslocalización a gran escala de fábricas occidentales en China. La clase media está desapareciendo en Occidente, mientras que ha crecido en China y ahora en la mayor parte de Asia. La Comisión Europea, que saludó este fenómeno hace veinte años, comenzó a criticar la organización de la economía china en 2009. De hecho, estas críticas ya existían antes, pero lo que cambió en 2009 fue que, según el Tratado de Lisboa, pasó a ser competencia de Bruselas. Se trata, en cada caso, de robo de patentes, de incumplimiento de normas medioambientales o de nacionalismo económico chino.

Para Pekín es perfectamente aceptable adquirir conocimientos occidentales. Las patentes son una práctica relativamente nueva en el mundo. Fueron inventados en Europa hace dos siglos. Hasta entonces se asumía que nadie era dueño de un invento, que esto debería beneficiar a todos. Los chinos todavía piensan así. Sin querer robarle a nadie, firman acuerdos comerciales con transferencia de tecnología. Luego lo conservan y lo desarrollan.

 

Mañana el "Peligro Amarillo" invadirá los EE.UU. (folleto de propaganda distribuido a soldados estadounidenses)


En los últimos años, Occidente ha trasladado sus industrias contaminantes a China. Ahora les ofende que China tenga estándares ambientales más bajos que ellos, pero no tienen intención de traer industrias contaminantes a casa. El malentendido cultural alcanzó su punto máximo durante la reciente COP26 en Glasgow. Occidente pide descarbonizar la economía global, mientras que China quiere luchar contra la contaminación. Por ello, Pekín firmó una declaración conjunta con Washington para demostrar que no quería ofender a Estados Unidos. El comunicado asegura que los dos países están en la misma página, sin aclarar nada y sin hacer ni el más mínimo compromiso concreto. Ningún diplomático chino ha dicho nunca no a nadie, y esa palabra no existe en su idioma. Desde el punto de vista chino, esta declaración conjunta es un "no" diplomático; desde el punto de vista estadounidense, es una prueba de que todo el mundo cree en el calentamiento global provocado por el hombre. (“Declaración conjunta de Glasgow de Estados Unidos y China sobre el fortalecimiento de la acción climática en la década de 2020”, Red Voltaire, 10 de noviembre de 2021).


En cuanto a las acusaciones de nacionalismo económico, los chinos nunca han ocultado que son nacionalistas y que todavía no han superado el colonialismo del que fueron víctimas. Aunque se han convertido al capitalismo en el comercio internacional, siguen siendo nacionalistas en su producción.

 

Nunca hubo engaño alguno, ni siquiera deseo alguno de ello, por parte de los chinos, sólo la complacencia de Estados Unidos y sus socios de creer que todo el mundo piensa como ellos e ignorar las discretas advertencias de Pekín.

 

El 'imperialismo' chino

 

Documento de entrenamiento de la década de 1950 para oficiales del Pentágono


El principal error se refiere al desarrollo militar de China. En menos de una década, Beijing ha lanzado la producción en masa de armas muy avanzadas. El ejército popular, que en el pasado era principalmente un servicio a la comunidad, es ahora un cuerpo de élite. El servicio militar es obligatorio para todos, pero sólo los mejores entre los mejores pueden aspirar a realizarlo y disfrutar de los beneficios que conlleva. Hace unos años, China sólo era tan buena en lo militar como lo era en número; hoy posee la armada más grande del mundo y es capaz de ensordecer y cegar a los ejércitos de la OTAN pulverizando sus satélites.

¿Pero para qué puede utilizar este refuerzo de hombres y armas? China ha invertido cantidades astronómicas de dinero en la construcción de Rutas de la Seda en el extranjero. Debe garantizar la seguridad de su personal y de sus inversiones en países lejanos. Además, como en la época antigua y medieval, deberá garantizar la seguridad en estas rutas en todo momento. Sus bases militares en el exterior están destinadas únicamente a estos dos fines y no a competir con Estados Unidos ni a invadir el mundo. Por ejemplo, su base en Yibuti le ha permitido proteger sus suministros marítimos de los piratas somalíes. Cabe señalar que Pekín y Moscú lo lograron rápidamente, mientras que la OTAN, que se había propuesto la misma tarea, fracasó por completo (o no quiere hacerlo por cuestiones geoestratégicas) (“Piratas, corsarios y filibusteros del siglo XXI”, Thierry Meyssan, Red Voltaire, 25 de junio de 2010)

Pekín no tiene intención de revivir su desintegración a través de los tratados desiguales que llevaron a que China fuera ocupada y saqueada por ocho potencias extranjeras (Austria-Hungría, Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, Gran Bretaña y Estados Unidos). Es pues perfectamente legítimo que se arme para adaptarse a lo que se han convertido esos poderes. Esto no significa que ella planee comportarse como ellos, sino que quiere protegerse de ellos.

 

Continuaremos con una serie de artículos sobre el “peligro amarillo” en nuestros días y la política de Donald Trump, que en el fondo es lo que siempre anhelaron las élites estadounidenses que hoy dicen estar “alarmadas” por las acciones de Trump.


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Lectura consultada:

China: ¿el “peligro amarillo” en serio?

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