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22 abril 2021

¿Tendrán los aliados de Washington que ‎morir por Kiev?‎




Nota de introducción por el editor del blog

Mucha gente pretende ignorar que Estados Unidos / OTAN juegan a la guerra en las narices rusas e incitan a los neonazis ucranianos a provocar incidentes esperando la reacción "comunista", nada nuevo. Al fin y al cabo ese es el rol de la Alianza Atlántica desde su creación, preparar el Apocalipsis nuclear ante la amenaza soviética (ayer) y rusa (hoy).


Debido a las guerras imperialistas de los siglos XVIII hasta inicios del XX que fueron forjando los mapas de Europa, no es fácil determinar si una guerra de agresión ha sido provocada por Rusia. Aquí -debemos ser claros- la ocupación militar de la Europa Oriental fue negociada entre los Aliados en la segunda guerra mundial, tras la liberación de esos países por los soviets. La guerra de Afganistán es una excepcionalidad y demuestra lo poco afortunada que resulta una aventura guerrerista impopular. Por descontado no haremos de la vista gorda al apoyo soviético por el mundo durante la Guerra Fría en los diversos conflictos de "baja de intensidad" y al apoyo abierto a los llamados "movimientos de liberación nacional". El comunismo sucumbió, la URSS desapareció y Rusia renació y sigue siendo codiciada por sus riquezas naturales, los depredadores financieros internacionales que dirigen Occidente están al acecho. (VER: Rusia, el caos poscomunista)

Si la actual Rusia es tan capitalista como lo son sus "enemigos": EEUU/OTAN, ¿cuál es el problema? GEOPOLÍTICA. Estados Unidos se niega a perder el privilegio de ser la única superpotencia militar, económica e industrial. ¿Cómo sacar a Rusia de los mercados internacionales?, provocando guerras con sus vecinos, fomentando el separatismo interno a través del terrorismo, sancionando a terceros países y compañías que desarrollan proyectos conjuntos de gran calado como el Nord Stream 2 que entorpece el inmenso negocio energético de famosas y peligrosas transnacionales, etc., etc. 

Centrémonos en el tema de hoy. Si la OTAN, bajo mando de EEUU, juega a defender Europa (Defender Europe 2021) y moviliza decenas de miles de soldados a las fronteras de Rusia y un grupo de buques de guerra estadounidenses se dirigen al Mar Negro, al mismo tiempo los nazis de Kiev vuelven a prender el caldero en esas mismas demarcaciones, ya que sus tropas están mejor entrenadas y equipadas por sus socios occidentales, ¿cuál es la consecuencia? Miles de tropas y tanques rusos desplegados cerca de la frontera con Ucrania, subida de tensión en el Dombás (frontera rusa-ucraniana). Rusia otorgó la nacionalidad a más de medio millón de personas de las proclamadas "Repúblicas Populares" de Donetsk y Lugansk. Defender el Dombás, sin duda, resultará una operación sangrienta y peligrosa.

Entonces, el pudor internacional se vuelve elocuente, Occidente teme una invasión rusa a Ucrania, "reduzca la escalada" piden a gritos a Moscú. ¿La respuesta rusa?, sus movimientos son fruto de los ejercicios amenazantes de la OTAN en Europa. Desde Washington, Mr. Biden públicamente califica a Putin de "asesino" y al poco lo llama por teléfono´, ! oye  Vladimir "¿nos reunimos los próximos meses?!". 

EEUU/OTAN no tienen otra opción que negociar ya que es "imposible lograr la superioridad militar sobre Rusia", además, el "movimiento de tropas de Rusia siempre pareció retórico por parte de un país que renunció a su deseo de gustar y ahora quiere que Occidente le tema", intentan disuadir, comenta un interesante artículo de la BBC "¿Por qué Putin pretende más asustar a Occidente que invadir Ucrania" (17 abril 2021). 

Analicemos a continuación el caso desde el punto de vista de uno de los mejores politólogos del mundo.

T. Andino 

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El presidente de Ucrania, Zelensky visitando a las tropas en el este de Ucrania en días pasados, aprovechó para pedir a la OTAN su admisión (foto EPA)


por Thierry Meyssan


La existencia en Ucrania de dos culturas –una supuestamente europea y otra rusa– esa ‎una singularidad que proporciona a Washington un terreno de maniobra ‎contra Moscú. Hace semanas que resuenan los tambores de la guerra. Pero ninguno de ‎los aliados de Washington quiere morir por Kiev ni inmolarse contra Rusia.‎


Las fuerzas armadas de Estados Unidos

1- Los anglosajones ven a los rusos como un enemigo hereditario. Los consideran gente ‎despreciable y destinada, desde los tiempos de Otón I –en el siglo X–, a ser esclavos, como ‎lo indica el término utilizado para denominarlos (en inglés, la palabra slave designa tanto a ‎los esclavos como a los pueblos que pertenecen a la etnia eslava). En el siglo XX, ‎los anglosajones estaban contra la URSS, supuestamente porque esta era comunista; ahora están ‎contra Rusia… sin saber por qué. ‎

2- Segundo adversario para los anglosajones: los enemigos que ellos mismos crearon al desatar ‎contra ellos una «guerra sin fin», desde el 11 de septiembre de 2001. Se trata de las ‎poblaciones del Medio Oriente ampliado (o Gran Medio Oriente), región donde los anglosajones ‎vienen destruyendo desde entonces los diferentes países, sin importar que sean ‎aliados o adversarios, para hacerlos «regresar a la edad de piedra» y poder explotar así las ‎riquezas de esa región, siguiendo la estrategia Rumsfeld/Cebrowski‎.‎

3- Tercer adversario: China, cuyo desarrollo económico puede relegarlos al segundo lugar. ‎Los anglosajones estiman no tener más opción que la guerra. Al menos eso es lo que piensan ‎sus politólogos, que hablan incluso de la «trampa de Tucídides», en referencia a la guerra que, por ‎razones similares, se libró entre Esparta y Atenas.

‎4- Los diferendos con Irán y Corea del Norte vienen sólo mucho después en relación con los tres ‎que acabamos de enumerar. ‎


Joe Biden ha sido siempre “el hombre del Pentágono”.‎ Biden en visita oficial a Moscú e 2011 (foto Reuters)


La Orientación Provisional sobre Seguridad Nacional de Joe Biden y la Evaluación Anual de Amenazas elaborada por su Comunidad de ‎Inteligencia así lo remachan constantemente desde diferentes puntos de vista. ‎

Librar tres guerras a la vez resultaría extremadamente difícil, así que el Pentágono busca ‎actualmente cómo jerarquizar las prioridades y emitirá su informe al respecto en junio. El más ‎profundo secreto rodea el trabajo de la comisión encargada de esa evaluación. Ni siquiera ‎se conoce quiénes la componen. A pesar de ello, la administración ya está focalizándose ‎contra Rusia. ‎

Sin importar que seamos independientes o sumisos al «Imperio estadounidense», tenemos que ‎dejar de mirar para otro lado. Los Estados Unidos de América no tienen otro objetivo que ‎destruir la cultura rusa, destruir las estructuras de los Estados en los países árabes y, a la larga, ‎destruir la economía china. Absolutamente nada de esto está relacionado con la defensa legítima ‎del pueblo de Estados Unidos. ‎

No hay ninguna otra manera de explicar por qué Estados Unidos dedica a sus ejércitos sumas tan ‎astronómicas que sobrepasan varias veces los presupuestos militares de aquellos que Washington ‎presenta como «amigos» o «enemigos». Según el Institute for Strategic Studies de Londres, ‎el presupuesto militar de Estados Unidos es al menos igual a la suma de los presupuestos de ‎los 15 países más armados del mundo.‎


Comparación de los presupuestos militares de los 15 países que ‎más fondos dedican a ese sector (en miles de millones de dólares estadounidenses).‎ Fuente: Institute for Strategic Studies - 2016

Los temas de enfrentamiento con Rusia

Estados Unidos está inquieto ante la recuperación de Rusia. Después de haber registrado una ‎brutal caída de la esperanza de vida –que disminuyó en al menos 5 años entre 1988 y 1994– ‎Rusia recuperó y sobrepasó ampliamente –en más de 12 años– la esperanza de vida registrada ‎en tiempos de la Unión Soviética, aunque la esperanza de vida saludable de los rusos todavía es ‎una de las más bajas de Europa. La economía rusa está diversificándose, principalmente en el ‎sector agrícola, pero Rusia sigue dependiendo de sus exportaciones energéticasWashington ve la construcción del gasoducto Nord Stream 2 como una amenaza porque ‎liberaría a Europa occidental de su actual dependencia del petróleo estadounidense. Las fuerzas ‎armadas de la Federación Rusa se han renovado, su complejo militar-industrial es más eficiente ‎que el del Pentágono y Rusia ha adquirido una importante experiencia militar en Siria. ‎

Al mismo tiempo, el regreso de Crimea a la Federación Rusa y una posible reincorporación del ‎Donbass son en parte un golpe para la dependencia de Ucrania del Imperio estadounidense –‎Crimea y el Donbass no son de cultura occidental.




Último factor, la presencia militar rusa en Siria ‎frena el proyecto estadounidense de destrucción política contra los pueblos de la región

“Si quieres matar a tu perro, di que tiene rabia”

No cabe duda de que fue el presidente Joe Biden quien abrió las hostilidades al calificar ‎al presidente ruso de «asesino». Antes de Biden, las dos superpotencias nunca habían ‎intercambiado injurias, ni siquiera en tiempos de las acusaciones sobre el Gulag. Su interlocutor ‎le respondió cortésmente y le propuso un debate público, que Joe Biden rechazó. ‎

Estados Unidos ve el mundo sólo a corto plazo. Ese país no se percibe a sí mismo como ‎responsable de su legado. Para Washington, los “pérfidos” rusos han amontonado más de ‎‎100.000 hombres cerca de Ucrania y se disponen a invadirla, como hicieron los soviéticos ‎en Polonia, Hungría y Checoslovaquia. Sólo que, en aquella época, no se trataba de Rusia sino ‎de la URSS, y en Moscú no regía la doctrina de Putin sino la doctrina Brejnev y el propio Brejnev ‎no era ruso… era ucraniano. ‎

Al contrario de los estadounidenses, los rusos sí tiene una visión del mundo a largo plazo. ‎Para ellos, los bárbaros estadounidenses han venido poniendo en peligro el equilibrio de las potencias ‎desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. Inmediatamente después, el 13 de diciembre ‎de 2001, el presidente George Bush hijo anunció que Estados Unidos se retiraba del Tratado ‎sobre Misiles Antibalísticos (el Tratado ABM). Después, Estados Unidos incorporó a la OTAN –‎uno por uno– prácticamente todos los antiguos miembros del desaparecido Pacto de Varsovia y ‎de la extinta Unión Sovietica, violando así el compromiso que Washington había contraído antes ‎de la disolución de la URSS. Esta política fue confirmada en 2008, en la Declaración ‎de Bucarest. ‎

Todo el mundo conoce la particularidad de Ucrania, con una cultura occidental en su parte oeste ‎y una cultura rusa en el este. Ucrania se mantuvo políticamente congelada durante 15 años, ‎hasta que Washington organizó allí una seudo revolución y puso a sus títeres en el poder –títeres ‎que son neonazis. Moscú ‎reaccionó con suficiente rapidez y la población de Crimea proclamó su independencia y decidió ‎‎(por vía de referéndum) reincorporar ese territorio a la Federación Rusa. Pero Moscú vaciló ‎en cuanto a qué hacer sobre el Donbass y desde entonces se ha limitado a entregar pasaportes ‎rusos a los habitantes de esa región, que ven en Rusia su única esperanza. ‎


La administración Biden

Desde que era senador, el hoy presidente Joe Biden se dio a conocer presentando al Senado las ‎disposiciones legislativas concebidas por el Pentágono. Ya como presidente, Biden se ha rodeado ‎de neoconservadores. Nunca nos cansaremos de recordar esto: los neoconservadores son ‎militantes trotskistas reclutados por el presidente republicano Ronald Reagan, y desde entonces ‎siempre se han puesto del lado del poder, exceptuando el paréntesis del presidente jacksoniano ‎Donald Trump. El hecho es que los neoconservadores han cambiado constantemente de bando, ‎poniéndose lo mismo del lado del Partido Republicano que del lado del Partido Demócrata, pero ‎siempre del lado del poder. ‎

Durante la «revolución de color» de la plaza Maidán –en 2013-2014–, Joe Biden, quien era ‎entonces vicepresidente de la administración Obama, defendió apasionadamente a los neonazis ‎ucranianos, agentes de las redes stay-behind de la OTAN. Biden dirigió entonces las operaciones en Kiev con una colaboradora del ‎Departamento de Estado, Victoria Nuland (el esposo de Victoria Nuland, Robert Kagan, es uno de ‎los fundadores del Project for a New American Century, el órgano encargado de recoger fondos ‎para el republicano George Bush hijo). ‎

Ahora, en 2021, el presidente Biden ha decidido nombrar a Victoria Nuland secretaria de Estado adjunta. ‎En tiempos de la administración Obama, Victoria Nuland contó con la colaboración del entonces ‎embajador de Estados Unidos en Ucrania, Geoffrey Pyatt, hoy embajador en Grecia. En cuanto ‎al hoy secretario de Estado de Joe Biden, Antony Blinken, hay que destacar que es juez y parte ‎ya que es de origen ucraniano por parte de madre. Aunque Blinken fue educado en París por el ‎segundo esposo de su madre –el abogado Samuel Pisar, quien fue consejero del presidente ‎Kennedy–, el hoy secretario de Estado es de pensamiento neoconservador. ‎


La preparación del enfrentamiento contra Rusia

A mediados de marzo de 2021, Estados Unidos organizó con sus socios de la OTAN las ‎maniobras Defender-Europe 21, que continuarán hasta junio. Se trata de retomar el ‎mega-ejercicio Defender-Europe 20, cuya envergadura y duración se vieron finalmente limitadas ‎debido a la epidemia de Covid-19. Defender-Europe 21 es un gigantesco despliegue de tropas y ‎material de guerra en la realización de un simulacro de enfrentamiento contra Rusia. Todo eso ‎se desarrolla al mismo tiempo que un ejercicio con bombarderos estratégicos en Grecia, ‎en presencia del ya mencionado embajador estadounidense Geoffrey Pyatt.‎

El 25 de marzo, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski publicó la nueva Estrategia ‎de Seguridad ucraniana, precisamente tres semanas después de ‎que el presidente Biden publicara la de Estados Unidos. ‎

En respuesta a la OTAN, Rusia emprendía entonces sus propios ejercicios militares en su frontera ‎occidental, incluyendo su frontera con Ucrania, y enviaba además tropas adicionales a Crimea e ‎incluso a Transnistria. ‎

- El primero de abril, el secretario de Defensa de Estados Unidos telefoneó a su homólogo ucraniano ‎sobre un posible incremento de la tensión con Rusia. El presidente ucraniano Volodimir Zelenski hizo entonces una declaración en ‎la cual dijo estar vigilando los ejercicios rusos y afirmó que estos podían ser provocaciones. ‎

- El 2 de abril, el Reino Unido organizó una reunión de sus ministerios de Defensa y de Exteriores ‎con los de Ucrania, bajo la dirección del ministro británico Ben Wallace, quien estuvo particularmente activo en el ‎conflicto del Alto Karabaj.‎

- El 2 de abril, el presidente Biden llamó al presidente ucraniano para garantizarle su apoyo ‎contra Rusia. Según el Atlantic Council, Biden anunció al presidente ucraniano su decisión de ‎entregarle un centenar de aviones de combate (F-15 y F-16) y un avión de vigilancia radioelectrónica E-2C,‎ actualmente estacionados ‎en la base aérea de Davis-Monthan.‎

- El 4 de abril, el presidente de la Comisión de la Cámara de Representantes estadounidense para ‎las fuerzas armadas –Adam Smith, del Partido Demócrata– negociaba con parlamentarios ‎ucranianos fuertes subvenciones para el ejército de Ucrania a cambio del posicionamiento ‎ucraniano contra el gasoducto Nord Stream 2.‎


El presidente ucraniano Zelenski y el director de las fábricas de armamento ‎Ukroboronprom hicieron discretamente un viaje relámpago a Qatar el 5 de abril de 2021.

- El 5 de abril, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski hizo una visita relámpago a Qatar. ‎Oficialmente fue para desarrollar las relaciones comerciales con Qatar, el principal proveedor de ‎armas de los yihadistas. Según nuestras informaciones, en ese viaje se habló de un eventual ‎financiamiento de combatientes. Entre los acompañantes del presidente ucraniano estaba Yuriy ‎Gusev, el director general de la industria militar Ukroboronprom. Fue este personaje quien envío ‎misiles antiaéreos a los terroristas del Emirato Islámico (Daesh), por orden de Qatar.‎

- El 6 de abril, Lituania, que en el pasado protegía el oeste de Ucrania dentro de su propio ‎imperio, fue informada sobre la situación militar durante un contacto entre su ministro ‎de Defensa y su homólogo ucraniano.‎


El presidente ucraniano Zelenski se reúne con el presidente del ‎Comité Militar de la OTAN, el 7 de abril de 2021.


- El 6 y el 7 de abril, el general británico Stuart Peach, presidente del Comité Militar de la OTAN, ‎viajaba a Ucrania para precisar las reformas necesarias para que ese país pueda ser miembro de ‎la alianza atlántica. ‎

- El 9 de abril, en cumplimiento de la Convención de Montreux, el Pentágono comunicó a Turquía ‎su intención de hacer transitar buques de guerra a través de los estrechos de los Dardanelos y ‎del Bósforo. ‎

Habiendo hablado ya de armas y dinero con el emir Tamin ‎en Qatar, el presidente ucraniano Zelenski viajó a Turquía, el 10 de abril de 2021, para ‎conversar con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan sobre el envío de hombres.

- El 10 de abril, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan recibió en Estambul al presidente ‎ucraniano Zelenski, supuestamente en el marco de consultas regulares entre Turquía y Ucrania. ‎Contando ya con la luz verde de Qatar, Turquía –país miembro de la OTAN– inició ‎de inmediato el reclutamiento de yihadistas de diversas nacionalidades presentes en Siria para ‎enviarlos a luchar en el Donbass (este de Ucrania). Instructores militares turcos llegaron ‎rápidamente al puerto de la ciudad de Mariupol, donde ya tiene su sede la Brigada Islamista ‎Internacional, creada por el presidente turco Erdogan y su homólogo ucraniano de aquella ‎época, Petro Porochenko, con tártaros que siguen órdenes de Estados Unidos, para utilizarlos ‎contra Rusia. ‎



Actuando con toda lógica, la Federación Rusa enviaba tropas a su frontera ‎con Ucrania. Los otros miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación ‎en Europa (OSCE) solicitaron a Moscú explicaciones sobre sus maniobras y recibieron respuestas ‎evasivas. El Documento de Viena, de 1999, estipula que los Estados miembros de la OSCE deben ‎proporcionarse entre sí las indicaciones necesarias sobre los movimientos de sus tropas y ‎material de guerra. Pero es sabido que los rusos no funcionan como los occidentales –‎informan a su opinión pública y sus socios o interlocutores sólo cuando han terminado sus ‎despliegues. ‎

- Dos días después, el G7 publicaba una declaración sobre los movimientos rusos… pero ‎sin mencionar los despliegues de la OTAN y Turquía. El G7 elogiaba además la contención de Ucrania y ‎exigía a Rusia «poner fin a sus provocaciones».‎

- El 13 de abril, en ocasión de la reunión de los ministros de Exteriores de los países miembros de ‎la OTAN con la Comisión Ucrania/OTAN, Estados Unidos recurrió a la “artillería pesada” ‎invitando a todos los miembros de la alianza atlántica –donde nadie quiere morir sólo porque ‎los ucranianos no logran divorciarse– a aportar su apoyo a Kiev y a denunciar la «escalada» ‎de Rusia. El secretario de Estado ‎de Biden, Antony Blinken, tuvo una larga reunión con el ministro ucraniando de Exteriores, ‎Dimitro Kuleba. ‎Washington bogaba inexorablemente hacia la guerra. ‎

Súbitamente, el presidente Joe Biden distendió la atmósfera telefoneando al presidente ruso ‎Vladimir Putin. Le propuso un encuentro cumbre –aunque antes había rechazado con desdén la ‎propuesta de Putin de proceder a un debate público, propuesta que Putin emitió después del ‎insulto público proferido por Biden. Después de esa iniciativa, parecía posible evitar la guerra. ‎

- Sin embargo, el 14 de abril, el secretario de Estado Blinken convocó a los principales aliados de ‎Estados Unidos –Alemania, Francia, Italia y Reino Unido– para movilizarlos.‎


El presidente estadounidense Biden clarificó su posición sobre Rusia el 15 ‎de abril de 2021.

- El 15 de abril, el presidente Joe Biden expuso su visión del conflicto, expulsó 10 diplomáticos ‎rusos y adoptó sanciones contra Rusia, acusándola no sólo de haber ofrecido primas por matar ‎soldados estadounidenses en Afganistán sino también de haber atacado los sistemas informáticos ‎del gobierno de Estados Unidos utilizando un programa informático de SolarWinds. ‎

Como era previsible, Rusia expulsó un número similar de diplomáticos estadounidenses. Pero ‎además tendió una trampa a un diplomático ucraniano, al que arrestó en flagrante delito de ‎espionaje, en posesión de documentos rusos clasificados como secreto militar. ‎

Siguiendo siempre la misma línea, el presidente ucraniano Zelenski se reunió con el presidente ‎francés Emmanuel Macron y con la canciller alemana Angela Merkel. Estos últimos deploraron la ‎‎«escalada rusa»… pero se mostraron evasivos en cuanto a qué pasará en lo inmediato. ‎En definitiva, si Estados Unidos y Rusia van a conversar… es demasiado temprano para ir ‎a morir por Kiev. ‎


Thierry Meyssan 

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