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21 enero 2019

Recolonización europea y la metamorfosis estadounidense





Dos artículos originales de actualidad, Thierry Meyssan enfoca las grandes contradicciones de la política mundial; por un lado, las pretenciones manifiestas de algunos países europeos por restaurar el viejo modelo imperialista en pleno siglo XXI; y, por otro, la clara actitud del actual gobierno de los Estados Unidos para poner mano dura contra una indefensa Latinoamérica, distrayendo la atención de sus fracasos y presunto abandono de Siria y Afganistán.


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RECOLONIZACIÓN

Thierry Meyssan estima que una de las consecuencias de las desapariciones sucesivas ‎del mundo bipolar y del mundo unipolar es la reaparición de proyectos coloniales. Uno ‎tras otro, los dirigentes de Francia, Turquía y Reino Unido han expresado públicamente ‎el regreso a sus ambiciones coloniales. Está por saber qué forma tomarán esas ‎ambiciones en pleno siglo XXI.‎

El imperio francés
Hace 10 años que venimos señalando como un disparate la voluntad francesa de reinstaurar ‎la autoridad de Francia sobre sus ex colonias. Esa era la lógica de la nominación de Bernard ‎Kouchner como ministro de Exteriores, decisión tomada por el presidente Nicolas ‎Sarkozy al llegar al poder. Sarkozy echó a un lado la noción de «Derechos Humanos» de los ‎revolucionarios franceses y adoptó la de los anglosajones [1]. ‎

Posteriormente, el también presidente francés y amigo de Sarkozy, Francois Hollande, declaró en ‎una conferencia de prensa, cuando asistía a la Asamblea General de la ONU, que era hora de ‎reinstaurar un mandato sobre Siria. Más claramente aún lo dijo después el ex presidente francés ‎Valery Giscard d’Estaing, sobrino del embajador Francois George-Picot (el de los acuerdos Sykes-‎Picot). Y es evidentemente en ese sentido que hay que interpretar la voluntad del actual presidente ‎de Francia, Emmanuel Macron, de continuar la guerra contra Siria, aún sin Estados Unidos. ‎

El Imperio francés, "portador" de la civilización.


Siempre hubo en Francia un «partido colonial», en el estaban representados todos los partidos ‎políticos y que actuaba como un grupo de influencia o de cabildeo al servicio de la clase rica. ‎Como siempre ha sucedido cada vez que a los capitalistas sin escrúpulos se les hace difícil ‎controlar impunemente la fuerza de trabajo nacional, hoy resurge en Francia el mito de la conquista colonial. El principio es el siguiente: Si los “Chalecos Amarillos” se rebelan, ‎continuamos la «explotación del hombre por el hombre» usando a los sirios. ‎

En el pasado, esa forma de dominación se escondía tras «el deber de difundir la civilización», ‎invocado por el político francés Jules Ferry –a cuya memoria Francois Hollande dedicó su ceremonia de ‎investidura presidencial [2]. Hoy en día, el pretexto es proteger a los pueblos ‎cuyos dirigentes son calificados de «dictadores». ‎

Francia no es la única ex potencia colonial que actúa de esa manera. Turquía no tardó en seguirle ‎los pasos. ‎

El imperio otomano
Tres meses después del intento de derrocarlo y asesinarlo frustrado en julio de 2016, ‎el presidente turco Recep Tayyip Erdogan pronunciaba un discurso en la inauguración de la ‎universidad que lleva su nombre (RTEU). Y exponía entonces una muestra de las ambiciones de la ‎República Turca desde que fue creada, así como de las ambiciones de su nuevo régimen [3]. En referencia explícita al «Juramento Nacional» (Misak-i Milli) ‎‎ [4], adoptado ‎el 12 de febrero de 1920 por el Parlamento otomano, Erdogan justificaba su irredentismo. ‎

Sultanes Otomanos. El Imperio Otomano, basado en la ignorancia de sus súbditos, cerró las ‎escuelas del mundo árabe. 


Ese juramento, que constituye la base del paso del Imperio Otomano a la República Turca, reclama ‎los territorios del noreste de Grecia (Tracia Occidental y Dodecaneso) [5], todo Chipre, el norte de Siria (incluyendo las regiones de Idlib, Alepo y Hassakeh), y el norte de Irak ‎‎(incluyendo Mosul).‎

Hoy en día, ese imperio en fase de reconstitución ya ocupa el norte de Chipre (la seudo ‎‎«República Turca de Chipre del Norte»), el noroeste de Siria y una pequeña parte de Irak. Para ‎todas esas zonas, donde Turquía impone el uso de su propia lengua y su moneda, se ha nombrado ‎un wali (gobernador), que tiene una oficina en el palacio presidencial (el Palacio Blanco) que ‎Erdogan hizo construir para sí mismo en Ankara. ‎


El imperio británico

Por su parte, el Reino Unido se ve indeciso, desde hace 2 años, sobre su futuro después del ‎Brexit. ‎

Poco después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, la primer ministro británica Theresa ‎May viajó a Estados Unidos. Dirigiéndose a los responsables del Partido Republicano, la señora ‎May propuso reinstaurar el liderazgo anglosajón sobre el resto del mundo [6]. Pero el presidente Trump fue reelecto precisamente por los opositores de los ‎sueños imperiales y para liquidar estos últimos, no para compartirlos. ‎

Presa de la decepción, la señora May viajó entonces a China para proponer al presidente Xi ‎Jinping controlar con él los intercambios internacionales. Le dijo que la City estaba dispuesta a ‎garantizar la convertibilidad de las monedas occidentales en yuanes [7]. Pero el presidente Xi no fue electo para entrar en negocios con la heredera de la ‎potencia que desmanteló su país y que le impuso la guerra del opio. ‎

La señora May trató entonces de aplicar una tercera fórmula con la Commonwealth [8]. Algunas de las ex colonias de la Corona, como la India, registran hoy un fuerte ‎crecimiento y pudieran convertirse en valiosos socios comerciales. Simbólicamente, el delfín de la ‎Corona, el príncipe Charles, fue nombrado presidente de la Commonwealth. Y la señora May ‎anunció que por fin se vería un Reino Unido «global» (Global Britain). ‎

En una entrevista concedida al Sunday Telegraph –edición del 30 de diciembre de 2018– el ‎ministro británico de Defensa, Gavin Williamson, expuso su análisis de la situación. Desde ‎el fiasco del Canal de Suez –en 1935–, el Reino Unido aplicaba una política de descolonización y ‎retiraba sus tropas del resto del mundo. Hoy mantiene bases militares permanentes sólo en Gibraltar, ‎en Chipre, en la isla Diego García y en las islas Malvinas (Islas Falklands, según la denominación ‎imperial). Hace 63 años que Londres viene contando con la Unión Europea, entidad que Winston ‎Churchill imaginó pero sin intenciones de que Inglaterra entrara en ella. El Brexit viene a ‎poner fin a la política del Reino Unido como miembro de la Unión Europea. En lo adelante, «el ‎Reino Unido regresa como potencia global». ‎

El sol nunca se pone en el Imperio Británico. Imagen de Archivo: Federación Imperial, Mapa del Mundo que muestra la extensión del Imperio Británico en 1886


Y ya Londres está tratando de abrir dos nuevas bases militares permanentes. La primera estaría en ‎Asia (en Singapur o Brunei) y la segunda en Latinoamérica, probablemente en Guyana, para ‎participar en la nueva etapa de la estrategia Rumsfeld-Cebrowski de destrucción de las regiones ‎del mundo no implicadas en el proceso de globalización. La guerra en Latinoamérica comenzaría ‎con una invasión contra Venezuela por parte de Colombia (país con un régimen ‎proestadounidense), Brasil (país con un régimen proisraelí) y Guyana (país bajo control británico). ‎

Sin molestarse, como Francia, en inventar grandes discursos, el Reino Unido construyó un imperio ‎con ayuda de las transnacionales, poniendo los ejércitos británicos al servicio de estas últimas. Los ‎británicos dividieron entonces el mundo en dos. Su soberano era rey de Inglaterra –donde tenía ‎que someterse a la tradición política– y emperador de las Indias –donde reemplazaba a la antigua ‎Compañía de Indias y actuaba como autócrata. ‎

La descolonización fue consecuencia de la guerra fría, fue impuesta a los países de Europa ‎occidental por el dúo Estados Unidos-URSS, se mantuvo durante la etapa del mundo unipolar ‎pero su cuestionamiento ya no encuentra obstáculo desde que Estados Unidos anunció que ‎se retira del «Medio Oriente ampliado» (o «Gran Medio Oriente)». ‎

Es difícil prever qué forma adoptará la colonización futura. Las diferencias en los niveles de ‎educación hicieron posible la colonización del pasado. ¿Y ahora?‎


Metamorfosis

RETIRADA ESTADOUNIDENSE DE SIRIA Y AFGANISTÁN 



Reproducimos el artículo, publicado en el diario sirio Al-Watan, donde Thierry ‎Meyssan aborda la retirada de las fuerzas militares estadounidenses ilegalmente ‎presentes en suelo sirio. Este trabajo incluye informaciones que los medios de difusión ‎occidentales han preferido ignorar y que aclaran cómo llegó el presidente Trump a ‎decidir la retirada, con sus aliados sauditas y qataríes y en coordinación con Rusia. ‎

‎Siria se había convertido en un campo de batalla para las naciones de todo el mundo. ‎Estados Unidos y Rusia se hallaban allí frente a frente. El 20 de diciembre de 2018, Washington ‎decidió retirarse sin ningún tipo de compensación. ‎

Esa fecha quedará inscrita en la historia del mundo como la más importante desde la disolución de ‎la Unión Soviética, el 26 de diciembre de 1991. Durante 27 años, el mundo había sido unipolar. ‎Estados Unidos era la primera potencia económica y militar, amo único de los ‎acontecimientos. ‎

Pero Estados Unidos perdió hace 3 años su predominio en el plano económico, al ser ‎sobrepasado por China. Y después perdió, ante Rusia, su condición de primera potencia mundial ‎en materia de guerra convencional. Ahora acaba de perder también el estatus de primera ‎potencia nuclear ante las armas hipersónicas rusas. ‎

El presidente Trump y el general Mattis, jefe del Departamento de Defensa, cumplieron la promesa ‎de retirar el apoyo de Estados Unidos a los yihadistas. También han cumplido su promesa de ‎retirar las tropas estadounidenses tanto de Siria como de Afganistán. ‎

Para Mattis, sin embargo, el fin de la coalición contra el Emirato Islámico (Daesh), que reunió ‎‎73 países alrededor de Estados Unidos, es el preludio de la disolución de la OTAN. ‎Como soldado, Mattis no puede aceptar el riesgo de que Estados Unidos se quede sin alianzas. ‎El presidente Trump, por el contrario, señala que la decadencia de Estados Unidos ya no permite ‎seguir metiéndose en guerras. Para Donald Trump, es imposible para Estados Unidos seguir ‎lidereando a sus aliados y lo más urgente es reparar la economía estadounidense. ‎

US Army en Siria


La decisión del presidente Trump es resultado de una intensa reflexión. ‎Esa decisión se anuncia después del viaje a Damasco –la capital siria– del viceprimer ministro ‎ruso Yuri Borisov, quien dirige el complejo militaro-industrial ruso. Para eso dispone de un ‎presupuesto especial que escapa a toda forma de influencia o control occidental y que ni siquiera ‎es parte del presupuesto oficial del Estado. Durante la estancia de Borisov en Damasco, la Federación Rusa y la República Árabe Siria llegaron a una serie de acuerdos en virtud de los cuales ‎la labor de reconstrucción y las relaciones económicas futuras entre ambos países se desarrollarán ‎únicamente en rublos y a partir de un banco especial, que no tendrá nada que ver con el dólar ‎estadounidense. ‎

La decisión de Trump se anunció también después del viaje a Damasco de un jefe de Estado árabe, ‎el presidente sudanés Omar el-Bechir, quien fue recibido por el presidente sirio Bachar al-Assad. ‎El presidente de Sudán representaba a los jefes de Estado de Estados Unidos, Arabia Saudita y ‎Qatar. En cuanto el presidente sudanés comunicó al presidente Trump lo que había conversado ‎con el presidente sirio Assad, se anunció la retirada de las fuerzas estadounidenses ilegalmente ‎presentes en suelo sirio. ‎

Se mencionó una incorporación –con ayuda de Irán– de los combatientes kurdos al ejército de la ‎República Árabe Siria, previa intervención de la principal milicia chiita iraquí. ‎

Al mismo, el «Trato del Siglo», que sigue sin darse a conocer, ya está en marcha. El Hamas ya ‎no está luchando contra Israel sino que está recibiendo financiamiento israelí a través de Qatar. ‎La monarquía jordana tendrá que aceptar como súbditos a los palestinos, exponiéndose así a que ‎estos la derroquen. El régimen israelí de apartheid reinante en Tel Aviv sufrirá en los próximos ‎años la misma suerte que el apartheid sudafricano. ‎

El mundo no está evolucionando como hubiésemos creído que lo haría: de un sistema unipolar ‎hacia un sistema multipolar. Existe ciertamente, por un lado, la unión euroasiática ruso-china pero... ya no hay Occidente. Cada país de la OTAN se ve bruscamente ante una especie de ‎independencia y es probable que algunos tomen ciertas iniciativas, creyendo saber lo que tienen ‎que hacer. Incluso es posible que estallen guerras entre ellos. ‎

Todo lo que habíamos aprendido sobre el mundo está cambiando. Comienza una nueva era. ‎


Thierry Meyssan



Fuentes originales

Recolonización
Metamorfosis
Al-Watan (Siria)

NOTAS: 
[1] La diferencia entre ambas nociones ‎de los derechos humanos fue el principal tema de debate durante la Revolución Francesa. ‎La incompatibilidad entre ambas nociones fue incluso tema del The Rights of Man de Thomas ‎Paine, que llegó a ser el más vendido durante la Revolución Francesa.
[2] «Francia, según Francois Hollande», por Thierry ‎Meyssan, Red Voltaire, 31 de julio de 2012.
[3] «La estrategia militar de la nueva Turquía», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 13 de octubre de 2017.
[4] «Juramento Nacional turco», Red Voltaire, 28 de enero de 1920.
[5] «Erdogan da a entender que Turquía se prepara para invadir Grecia», Red Voltaire, 20 de febrero de 2018.
[6] “Theresa May ‎addresses US Republican leaders”, por Theresa May, Voltaire Network, 27 ‎de enero de 2017.
[7] «El Brexit redistribuye las cartas de la geopolítica mundial», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 27 de junio de 2016.
[8] «La nueva política exterior británica», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 4 ‎de julio de 2016.

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