Detalle de los trovadores (minnessänger) reproduciendo música. Codex Manesse o Grosse Heidelberger Liederhandschrift (Biblioteca de la Universidad de Heidelberg - Alemania).
Primera Parte
A manera de prólogo por el editor del blog
Saliéndonos un poco de nuestro esquema, un tema conmovedor constituye, sin duda, las tradiciones guerrero-caballerescas (órdenes de caballería) de antaño. Decidí compartir este tema, que me apasiona, el inmejorable análisis del "Parzival" de Wolfram von Eschenbach.
El libro lo adquirí por pura casualidad en Buenos Aires, hace ya casi 20 años. Una obra que, pese a su relevancia de la narrativa medieval de los minnesänger y los meistersänger, no teníamos el gusto de contar con una traducción a la lengua castellana. Apenas hace dos décadas, en 1999, Ediciones "Siruela" publicó, en Madrid, su primera traducción del "Parzival" de von Eschenbach (432 págs.), reeditada por la misma casa editorial en 2017. Una espléndida y laboriosa tarea a cargo del doctor en Filología Alemana y profesor en la Universidad de Valladolid, Antonio Regales. A decir de un crítico literario era "incomprensible por qué obra tan augusta y señera de las letras alemanas medievales, y tan singular en su concepción de la tradición artúrica, haya permanecido inédita hasta tan tarde en nuestra lengua".
Primera edición en castellano de Parzival, Editorial Siruela. 1999, traducción del Dr. Antonio Regales y epílogo del profesor René Nelli.
La capacidad del Dr. Regales para tan fausto trabajo de traducción y el estudio de la filología alemana es, sin exageración, digno de un genio; trasladar, con sumo esmero, una vieja obra medieval con un lenguaje germánico antiguo hizo posible "la presente edición, meritoria tanto por el cuidado filológico puesto en la versión del difícil texto original cuanto por la literalidad austera con que el traductor ha intentado no desvirtuar el sentido genuino del mismo".
La mayoría de críticos coinciden en que Parzival parece más una adaptación al alemán de la obra de Chrétien de Troyes, "Perceval". "Sin embargo, Parzival es mucho más complejo, rico en símbolos, situaciones, personajes y magia que el Perceval, si bien éste resulta más poético y posee un estilo más refinado. En la obra de Wolfram von Eschenbach nos encontramos en un mundo paganizante, algo bárbaro, de un cristianismo muy primitivo, alejado de los mundos alegóricos de inspiración cisterciense de otras obras artúricas o del ambiente cortesano de Chrétien de Troyes" (cita de la Biblioteca Digital Mundial. Descripción de la obra Parzival)
Para ejemplificar lo complejo de la transcripción de una obra literaria, poesía y prosa épica de la literatura alemana al castellano, se me viene a la mente las traducciones de los poemas del poeta alemán Stefan George (1868-1933), expertos afirmaron que la versión a nuestra lengua de poemas como "Geheimes Deutschland" (Alemania Secreta) no se aproxima ni remotamente a las emociones que despierta el original, expresado ya en un moderno alemán, pero resultó sumamente complicado dado ese estilo poético inescrutable y símbólico de George, generalmente sus obras han sido traducidas primero al inglés y luego al castellano.
No quiero alarmar al lector, leer el "Parzival" de Wolfram por internet nos llevaría meses de intensa lectura (y una pérdida visual asegurada). Lo que vamos a repasar no es su obra, sino dos partes del libro, la Introducción del Dr. Regales y el epílogo, un fabuloso análisis del fallecido profesor René Nelli, historiador francés, poeta, ensayista y hermetista, reconocido internacionalmente como eminencia en la cultura occitana de la Edad Media y el catarismo en particular. René Nelli contribuyó, con su saber, lograr que la epopeya del Grial de Wolfram von Eschenbach, plasmado en "Parzival", sea entendible a los no "iniciados" (solamente por utilizar un término esotérico). En la edición castellana, a cargo de Antonio Regales, encontramos inmerso, a manera de EPÍLOGO, las invalorables apreciaciones de René Nelli.
Como aficionado a la etnografía y cultura alemana ya había publicado antes un interesante trabajo basado en "Secret Germany", de Michael Baigent y Richard Leigh con el fin de conocer algunos tópicos de la cultura germánica y del poeta Stefan George. Los autores explicaban algo que muchos no comprenden por razones políticas, que el verdadero corazón de la vieja Alemania se originó en los alrededores del Rin, en especial en la región que se conocía como Schwaben (Suabia), en las estribaciones septentrionales de los Alpes, limitada al Oeste por el Rin y al este por el río Lech. Suabia, antes del siglo XIV ejercía dominio sobre gran parte de la actual Suiza y el lago Constanza.
Refiriéndose a la Suabia escriben Baigent y Leigh: "Probablemente se trata del paisaje más bello, majestuoso y evocador de toda Alemania. Los viñedos alternan con laderas muy arboladas. Los ríos serpentean a través de valles profundos que se extienden entre colinas escarpadas y selváticas, montañas tupidas y riscos y despeñaderos salientes, en su mayoría coronados por monasterios o castillos. Desde esas alturas fue posible ejercer el control sobre vados, puentes, cruces de caminos y puertos de montaña". En el castillo Hohenstauffen, cerca de Stuttgart, surgió la dinastía que alcanzó sus más grandes logros durante el Sacro Imperio Romano y la cultura de la alta Edad Media, los Hohenstauffen.
Iluminaciones del Codex Manesse o Grosse Heidelberger Liederhandschrift, en la Biblioteca de la Universidad de Heidelberg - Alemania). Representan en su orden a: Hartmann von Aue, Gottfried von Strassburg, Wolfram von Eschenbach y Walther von der Vogelweide.
Del reinado de Federico II (1194-1250), nieto de Federico Barbarroja, de la casa Imperial de los Hohenstauffen, surgió la mística poética del Rin, tal como se expresa en la Nibelunglied (El Cantar de los Nibelungos), épica de comienzos del siglo XIII que sirvió de inspiración para "El Anillo del Nibelungo", de Wagner. Probable es que en aquel ambiente brotara el máximo florecimiento de la alta cultura medieval, cuyas manifestaciones más importantes y perdurables son las obras de Hartmann von Aue, Gottfried von Strassburg, Wolfram von Eschenbach, Walther von der Vogelweide, así como los minnesänger y los meistersänger, que generaron la gran recopilación de poesía lírica, dramática y narrativa de la época. Las fiestas y concursos poéticos se celebraban periódicamente.
Aparte de los logros políticos de Federico II, se lo conoce más por ser una "especie de 'renacentista' anterior al Renacimiento" y su mente resultó una de las más brillantes de la Edad Media. Sin duda, su protagonismo fue decisivo en la fusión de la cultura occidental moderna. Hablaba varios idiomas, escribía poesía, versado en música, filosofía, matemáticas y las enseñanzas esotéricas propias de su época. "Su corte en Sicilia, opulenta, cosmopolita y muy sofisticada, se convirtió en centro de refugio de sabios judíos e islámicos; a través de esa corte se transmitieron a Occidente gran parte de sus conocimientos (por ejemplo, el álgebra y la numeración arábiga). Federico fundó la Universidad de Nápoles con el propósito de propagar y difundir ese saber. No resulta sorprendente que su pensamiento enciclopédico y heterodoxo provocase en el papado tanta antipatía como su expansión territorial. Lo acusaron incesantemente de herejía y, por si eso fuera poco, de apostasía".
Ese fue el entorno en que vivieron Wolfram von Eschenbach y los trovadores (minnesänger) de su época. Ese paisaje de la vieja Alemania perduró muy entrados los siglos, pequeños principados se mantenían casi intactos aun después de la formación del Imperio Alemán (1871), "enclaves de originalidad arcaica y pintoresquismo digno de los hermanos Grimm, con castillos de pan de jengibre y el estilo de vida ruritano que no había cambiado un ápice desde la Edad Media".
La fecha de nacimiento de Wolfram von Eschenbach no es precisa, ciertas fuentes la datan en 1170 y su deceso en el 1220, tampoco certera. Desde aquella época, en la región de Wartburg (Turingia) ya era mencionado como un gran poeta épico y lírico, al prestar sus servicios en la la corte de Hermann I de Turingia. En homenaje, el municipio de su pueblo natal, en el distrito de Ansbach (Bavaria) fue designado Wolframs-Eschenbach (Obereschenbach era su anterior nombre) en 1917, lugar donde se erige un monumento.
Monumento en homenaje a Wolfram von Eschenbach en su pueblo natal,el municipio de Wolframs-Eschenbach, distrito de Ansbach, Baviera
Su obra "Parzival" salió a la luz entre el 1208 y 1210. Suele describírsela como una fascinante combinación de magia, religión y órdenes de caballería en torno a Parzival y su búsqueda del Grial. Según la tradición del manuscrito, la obra, disfrutaba de gran popularidad durante toda la Edad Media. Algunos críticos creen ver en el caballero-poeta una directa relación con los templarios, solo de esa forma podría explicarse su amplio saber sobre el hermético Oriente; se aprecia en él, además, cierta inclinación al catarismo o al menos pro-cátaro, que puede esclarecer su heterodoxia religiosa.
En resumen, la obra relata:
"La historia del joven Parzival quien, tras haber crecido en la soledad del bosque alejado de toda sociedad, desconoce el mundo. Un día se encuentra con unos caballeros y decide abandonar a su madre —que morirá de pena— se aventura al mundo para dirigirse al castillo del Rey Arturo. Parzival es noble pero ignorante de la religión y de las normas de caballería. Debido a esto tiene combate con Ither de Gahaviez, a quien mata y arrebata caballo y armadura. Llega a la corte de Arturo, que lo arma caballero y lo invita a unirse a la Tabla Redonda e inicia sus aventuras, contrae matrimonio con la reina Condwiramurs, que no consigue retener al joven. Un día llega a un lago al que acude el Rey Pescador, Anfortas, para aliviar sus heridas. Parzival es convidado al castillo de Munsalwäsche, donde asiste a numerosos prodigios realizados por el Grial, piedra de origen luciferino y dotada de poderes mágicos, pero causa del sufrimiento del Rey Anfortas. Pasa la noche y Parzival, siguiendo el consejo que había recibido de no ser indiscreto, evita preguntar al Rey Pescador el motivo de sus aflicciones, una pregunta que liberaría a Anfortas y convertiría a Parzival en el nuevo rey del grial, con lo que comete un pecado involuntario y es expulsado del castillo. Toda la velada resulta no ser más que una prueba a la que Parzival estaba predestinado para librar a Anfortas de su penalidades y heredar su trono como rey. Nuestro héroe fracasa en la prueba por no hacer la pregunta. Luego de una larga odisea y una catarsis religiosa, Parzival logra regresar a la corte de Arturo y lo coronan como el nuevo rey del grial".
Solo unos pocos de los manuscritos están iluminados. El ejemplar de la gráfica (arriba) pertenece a la Biblioteca Estatal de Baviera, escrito en gótica cursiva, es uno de los pocos manuscritos iluminados de Parzival cuya existencia se conoce. Desafortunadamente, solo una de las iluminaciones en el códice, que debía ser insertada en espacios que el escritor dejó en blanco, fue ejecutada. El estilo de la pintura sugiere que es muy posible que se haya originado en la Baja Baviera, quizás en Landshut. La calidad y riqueza de esta iluminación da una idea de cuan espléndida hubiese sido esta obra de arte si se hubiese completado. (Biblioteca Digital Mundial).
Sería una historia incompleta el no advertir que existe un antecedente al "Parzival" de Wolfram, ya lo hemos citado, Chrétien de Troyes que vivió entre 1150 y 1190, "Perceval y la leyenda del santo grial" o también conocido y traducido como "Perceval o el cuento del grial", cuya elaboración data alrededor del 1180, al parecer Chrétien de Troyes es el iniciador de la tradición caballeresca en la literatura poética, épica y mítica del grial, tenemos constancia bibliográfica que ya había escrito algunas novelas artúricas al servicio de varias cortes.
Una obra de reciente aparición analiza el grial de Chrétien de Troyes, un meritorio trabajo de investigación realizado por Victoria Cirlot, "Luces del Grial" (Alpha Decay, Barcelona, 2018), recopila sus años de estudio y publicación sobre el tema. En el presente, la leyenda del Grial sigue manteniendo latente el mito y los enigmas no resueltos de la tradición cultural del medievo. La autora barcelonesa ante la clásica y recurrente pregunta de qué es, o cómo es el Grial, en una entrevista, responde: "Por lo general, el grial reviste la forma de una copa o de un plato, aunque más que un objeto, es un símbolo. Hay una obra, el “Perlesvaus o El alto libro del grial”, de principios del siglo XIII en que se dice que el grial se le apareció al rey Arturo y que lo hizo en cinco ‘maneras’ diferentes, siendo una de ellas la del cáliz. En la poética del grial, el grial despierta las facultades visionarias: más que ver el grial de lo que se trata es de ver el cuerpo de Cristo que aparece no en una realidad material y física, sino en lo que con Henry Corbin podríamos denominar el ‘mundus imaginalis’."
Selección de ejemplares de las diferentes ediciones y estudios en varios idiomas sobre "Perceval" de Chrétien de Troyes.
La búsqueda del grial en realidad sería una búsqueda de la vida espiritual, explica Victoria Cirlot, opinión compartida por la mayoría de expertos. "En ningún momento los textos medievales plantean que el grial sea un objeto a conquistar. En los primeros textos (1180-1200) la búsqueda plantea un problema de conocimiento, mientras que en una etapa inmediatamente posterior (1200-1230) la búsqueda tiene que ver con la visión, en concreto con ‘la visión abierta’, es decir, con la visión de lo invisible". También, el grial tiene que ver con los sentimientos, la copa se relaciona con el simbolismo del amor místico, no obstante en la obra de Wolfram von Eschenbach también se entrelaza con el amor terrenal.
Algunas notas aclaratorias del editor del blog sobre las ilustraciones que acompañan la temática.
1. Facsímil o facsímile (del latin fac simile: semejante, similar, ‘hacer semejante’) es una reproducción casi idéntica de un documento (generalmente antiguo y de gran valor, como un libro, un manuscrito, un impreso, un mapa o un dibujo a mano alzada). Para conseguir realizar este tipo de reproducciones de alta calidad, lo más habitual es utilizar técnicas fotográficas y de serigrafía, que permiten imitar fielmente los colores, tamaño, defectos y matices del documento original. Esta técnica no suele aplicarse a objetos tridimensionales o pinturas que tengan relieve, como por ejemplo pinturas al óleo. Los facsímiles suelen aplicarse como medida de seguridad en museos y bibliotecas para permitir que los usuarios tengan acceso a una copia exacta del documento original sin arriesgarse a que éste sea robado o se deteriore con el tiempo. La mayoría de bibliotecas nacionales ponen a disposición del público facsímiles de sus documentos más valiosos quedando los originales reservados para usuarios que soliciten expresamente una autorización (Nota de la Wikipedia).
Edición en facsímile. Libro de Manuscritos en pergamino "Parzival". Origen: 1228-1236. Francia, posiblemente en Estrasburgo (otros títulos alternativos al Parzival son Titurel y Tagelieder). Publicado en Stuttgart o Simbach am Inn, por Mueller & Schindler, 1970, con comentarios en alemán. (Bayerische Staatsbibliothek München, CGM 19)
2. Códice, del latín codex: libro manuscrito, documentos pictóricos (imágenes) o pictográficos (escritos mediante "dibujos"). Son fuente histórica de primera mano realizado por escribas con habilidad para pintar con gran maestría, dejan constancia de la cultura, ciencia u otros aspectos, como creencias religiosas, ritos, ceremonias, historia, sistema económico, cronologías, genealogías, alianzas, geografía, entre muchos otros temas. Las Convenciones y codificaciones se relacionan estrechamente con las lenguas y las culturas que las producen (Texto resumido del artículo: Qué son los códices?, Joaquín Galarza). Uno de los más valiosos y famosos códices conservados es El Codex Manesse o Grosse Heidelberger Liederhandschrift (Cod. Pal. germ. 848) perteneciente a la Biblioteca de la Universidad de Heidelberg en el estado de Baden-Wurtemberg, Alemania. Es un manuscrito medieval, copiado e iluminado entre 1305 y 1340 en Zúrich por encargo de la familia Manesse. La copia fue posiblemente ejecutada por Johannes Hadlaub. Dedicado a Wenceslao II, rey de Bohemia, reúne canciones de amor medievales, de la denominada Minne en alto alemán medio. Entre los autores de estos poemas se encuentran célebres Minnesänger (trovadores), como Wolfram von Eschenbach, Walther von der Vogelweide, Hartmann von Aue, Godofredo de Estrasburgo y Tannhäuser.
El manuscrito está decorado con 138 miniaturas (iluminaciones), muestran escenas caballerescas y de los autores. La nobleza se muestra en armadura con sus escudos de armas heráldicos. Los autores se representan según escenas descritas en sus canciones. Como el manuscrito fue recopilado más de 100 años después de la muerte de ellos, la semblanza de los retratos ni la heráldica son auténticas. El Codex Manesse tiene 426 hojas de pergamino y un formato de 35,5 x 25 centímetros. Fue escrito en letra gótica. No fue copiado sucesivamente, pero fue recopilado, dejando espacios para posibles entradas nuevas. (Fuente Wikipedia)
El manuscrito está decorado con 138 miniaturas (iluminaciones), muestran escenas caballerescas y de los autores. La nobleza se muestra en armadura con sus escudos de armas heráldicos. Los autores se representan según escenas descritas en sus canciones. Como el manuscrito fue recopilado más de 100 años después de la muerte de ellos, la semblanza de los retratos ni la heráldica son auténticas. El Codex Manesse tiene 426 hojas de pergamino y un formato de 35,5 x 25 centímetros. Fue escrito en letra gótica. No fue copiado sucesivamente, pero fue recopilado, dejando espacios para posibles entradas nuevas. (Fuente Wikipedia)
Cuatro páginas de la colección del Codex Manesse (Grosse Heidelberger Liederhandschrift -Cod. Pal. germ. 848). Biblioteca de la Universidad de Heidelberg. En su orden tenemos el Registro, al Kaiser Heinrich, Godofredo de Estrasburgo y Tannhäuser.
3. Poema "Willehalm" Wolfram Von Eschenbach. Este trabajo también está acompañado de diferentes ilustraciones códices, como el manuscrito iluminado más antiguo de tungsteno para el poema "Willehalm" de Wolfram von Eschenbach. Las páginas individuales del poema "Willehalm" se guardan en dos colecciones europeas: la Biblioteca Nacional Austriaca en Viena y el Museo Nacional Germánico en Nuremberg. Algunas de las páginas se conservan en una condición fragmentaria. Estas hojas son importantes porque se produjeron alrededor de 1270 y representan la copia más antigua del poema de Wolfram. La "Biblioteca Digital Mundial" describe el "Willehalm" de Wolfram von Eschenbach: (Fragmentos):
"Willehalm es una epopeya compuesta por Wolfram von Eschenbach poco después de finalizar su Parzival, entre 1210 y 1220. A pesar de que la obra contiene 13.988 versos pareados, parece estar inconclusa. La fuente llegó a manos de Wolfram por medio de Hermann I, Landgrave de Turingia (reinó entre 1190 y 1217). Por sus características particulares es una versión desconocida del antiguo poema francés Aliscans, un chanson de geste (un poema épico sobre las leyendas de Carlomagno) compuesto a finales del siglo XII. Los temas principales son las guerras de Carlomagno y sus sucesores. Aliscans pertenece al extenso ciclo de epopeyas cuya figura central era el legendario Guillermo de Orange, quien se asemeja, hasta cierto punto, a Guillermo de Tolosa, un primo de Carlomagno que luchó contra los sarracenos alrededor del año 800. Solo existen diez fragmentos de un manuscrito, otrora amplio y magníficamente ilustrado, de 230 hojas con 1380 escenas ilustradas (el «GroßeBilderhandschift»), cuya procedencia puede ser Sajonia o Turingia. Ocho hojas del códice se conservan en Munich y los dos pequeños fragmentos restantes, en Nuremberg. Los dibujos coloridos del contorno, generalmente tres por página, son paralelos al texto, que aparece en columnas ligeramente más anchas. Ofrecen una interpretación de los versos a los que acompañan sirviéndose de una gran riqueza de símbolos.
Al ser esta una de las epopeyas cortesanas alemanas más antiguas, la abundancia y el poder expresivo de las ilustraciones —especialmente evidente en los gestos de los personajes— hacen de ella una de las series más maravillosas. A menudo, este códice original es considerado uno de los manuscritos más espléndidamente ilustrados de la Alemania de la Edad Media. Presuntamente, se cortó en varios pedazos en el siglo XVI y después se utilizó como material de cubierta. La Biblioteca Estatal de Baviera adquirió los dos primeros fragmentos en 1829. Los diez últimos fragmentos conocidos (hasta el momento) fueron adquiridos en 1959 y en 1968 de una colección privada".
La edición en facsimil de "Willehalm" de Wolfram von Eschenbach. El poema explora temas de batallas, pérdida de héroes, crueldad y peleas, fruto de una guerra religiosa iniciada por los familiares de Giburc. Wolfram enfoca otros puntos de vista en el tema sobre las cruzados y la guerra contra los infieles, alejándose del entendimiento de su época sobre la lucha contra los paganos como algo dictado por el reino celestial. Wolfram consideró a los paganos y cristianos en el mismo nivel. Está escrito en alemán y latín. La decoración incluye 117 miniaturas que ilustran y animan los eventos descritos en el poema: el mundo del amor cortés en la vida medieval, la corte y los caballeros. La edición facsimil del manuscrito "Willehalm" fue publicada por Akademische Druck-u. Verlagsanstalt (ADEVA) en 1974. (Österreichische Nationalbibliothek, Viena. Codex Vindobonensis 2670)
Con las notas aclaratorias, ahora, es momento de repasar lo ofrecido. Antes de conocer las enseñanzas del profesor Nelli (en la siguiente entrega), que, sin temor a equivocarme, muchos no comprendieron inicialmente el mensaje que transmite el "Parzival" de Wolfram (me incluyo), la presente es una especie de "iluminación", la "piedra filosofal" del entendimiento de ese inmenso y épico poema, por ello iniciamos con la introducción del Dr. Regales.
Buena lectura
Tito Andino U.
***
Otros ejemplares de diferentes ediciones y estudios en varios idiomas sobre "Parzival" de Wolfram von Eschenbach.
Todas las ilustraciones y sus notas aclaratorias; los subrayados, negrillas y algunas cursivas, de la introducción del Dr. Regales corresponden al editor de este blog.
*****
Introducción a Parzival
por Antonio Regales
El Parzival, de Wolfram von Eschenbach, es un excelente ejemplo del interés que suscita la Edad Media para el hombre de nuestros días. Con el Fausto, de Goethe, y el Cantar de los Nibelungos constituye uno de los principales mitos de la cultura alemana.
Del interés que suscitó en su tiempo nos hablan los más de 80 manuscritos conservados (16 de ellos completos), algo inaudito para una obra medieval. También fue uno de los primeros libros editados por la imprenta (1477), una de las primeras obras medievales traducidas (por Johann Jakob Bodmer, en el siglo XVIII) y uno de los primeros textos editados con criterios modernos (por Christian H. Myller, en 1784, y, ya críticamente, por Karl Lachmann, en 1833). No obstante, a pesar de la ingente bibliografía que se le ha dedicado desde las más diversas ramas del saber, sigue guardando celosamente muchos de sus principales misterios.
Nada sabemos seguro de Wolfram von Eschenbach, que no es citado en ningún documento fuera de su propia obra. Suele aceptarse que nació en la pequeña ciudad que hoy se llama Wolframs-Eschenbach (Franconia). Según la Ehrenbrief (1462) del poeta Jakob Püterich von Reichertshausen, allí se encontraba su tumba por entonces, algo que confirma también en 1608 un ciudadano de Nuremberg llamado Kre. Desde 1268 aparece documentada en Eschenbach una familia de señores de Eschenbach. Allí tenían posesiones los condes de Wertheim, citados en el Parzival. La lengua de la obra es francón central, con elementos bávaros. Algunos conceden excesiva importancia a un pasaje en el que Wolfram se cuenta entre los bávaros, y le asignan erróneamente ese origen.
Por complejos razonamientos de cronología comparada entre varios autores medievales, junto con algún dato histórico que figura en su obra, se suele fijar la vida de Wolfram entre 1170 y 1220, y la elaboración del Parzival entre 1200 y 1210.
Representación de Wolfram von Eschenbach. Iluminación del Códice Manesse. S. XIV, fol. 149. Universitätsbibliothek Heildelberg.
Aunque se suele decir que Wolfram era noble, no hay datos precisos sobre su adscripción estamental. En el famoso Manuscrito de Manesse, que recoge lo esencial de la poesía lírica alemana medieval, figura ciertamente con un blasón (con dos hachas o dos banderas verticales), pero ese códice procede del siglo XIV, cuando el autor del Parzival ya era leyenda. Algunos de los mejores conocedores de Wolfram no consideran determinante su frase, en el segundo libro del Parzival, «schildes ambet ist mîn art», que parece significar «propio de mi ser es el oficio de las armas», y no «soy por nacimiento un caballero», como ha solido entenderse tradicionalmente.
Aunque a un autor tan irónico y caprichoso como Wolfram casi nunca hay que tomarlo al pie de la letra, es probable que, según nos cuenta, los ratones no tuvieran mucho que comer en su casa. La propia vida del escritor era entonces particularmente difícil, pues la adquisición del manuscrito fuente, el pergamino, la tinta, las copias o las pizarras de cera costaba mucho. Hasta Jean Paul, en el siglo XIX, los escritores dependían en Alemania de la generosidad de los mecenas. Después se enfrentaron con la dura realidad del mercado. Entre los probables mecenas de Wolfram cabe destacar al conde Hermann de Turingia (citado en el Willehalm), a uno de los barones de Durne y a uno de los condes de Wertheim.
Además del Parzival, Wolfram escribió dos obras épicas en verso. El Willehalm trata del encuentro del cristianismo y el paganismo en el sur de Francia; el Titurel, de una historia de amor que termina trágicamente. De su producción lírica se conservan cinco alboradas y dos canciones de amor, todas ellas en el estilo propio del autor.
La educación de Wolfram fue discutida mucho tiempo. La expresión del Parzival «ine kan decheinen buochstap» fue tomada literalmente por muchos («yo no sé ni una letra»), con lo que convirtieron a nuestro autor en analfabeto.
En realidad, Wolfram tiene una cultura amplia, aunque autodidacta. Ello no quiere decir, por el otro extremo, que todos los ingredientes de teología, derecho, geografía, historia, astronomía, magia, botánica, mineralogía, etc., que aparecen en el Parzival, supongan unos conocimientos sólidos en esos campos. Más bien parece que se trata de conocimientos de segunda mano o de ideas recibidas del clérigo asesor de la corte. Por lo demás, Wolfram se siente con razón orgulloso de su oficio de poeta.
En cualquier caso, nuestro escritor dominaba suficientemente el francés y, quizá, también el latín. Muchos de los errores que se le han atribuido en la traducción de la fuente francesa no lo son en realidad, sino que buscan determinados rasgos estilísticos y efectos en sus oyentes (creación verbal, dislocación de los nombres, efectos grotescos o cómicos). Y muchos errores ciertos son comunes en la época, pues no existían diccionarios para poder evitarlos.
En conexión con el problema de la formación de Wolfram está el de las fuentes del Parzival.
Tres fragmentos de obras clásicas medievales que sin duda conocía Wolfram von Eschenbach. De izquierda a derecha: El Cantar de los Nibelungos, Kaiserchronik y el Rolandslied.
Wolfram conoce muy bien las obras de Heinrich von Veldeke, Hartmann von Aue y Walther von der Vogelweide, a los que cita expresamente. También demuestra conocer la Kaiserchronik, el Straburger Alexander, el Tristrant, de Eilhart von Oberg, el Cantar de los Nibelungos y la poesía de Reimar. Es evidente que conocía también el Rolandslied, el Eraclius, de Otte, y la enciclopedia denominada Lucidarius. Por ciertas alusiones, cabe imaginar que tampoco desconocía otras obras de la literatura alemana de su tiempo. Por otro lado, Wolfram utiliza las obras de Chrétien de Troyes (Perceval, Erec et Enide, Lancelot, Cligés), así como otras de la literatura francesa medieval (en particular, el Roman de Thèbes, Athis et Prophilias, Tristan, de Tomás de Bretaña, y Roman de Brut, de Wace).
El problema principal de las fuentes es que Wolfram se distancia expresamente de Chrétien y cita en seis ocasiones al provenzal Kyot como fuente verdadera. Flegetanis, un investigador pagano, habría escrito el manuscrito en árabe, que Kyot habría hallado en Toledo. Ahora bien, todos los esfuerzos por encontrar un Guiot o Guizot semejante han resultado baldíos, por lo que dentro de la Filología Alemana predomina hoy la idea de que se trata de una invención de Wolfram, quizá para defenderse de la fama, que le atribuían sus contemporáneos, de poeta demasiado libre en el seguimiento de las fuentes.
La fuente principal del Parzival es el Perceval le Galois o el Conte du Graal, de Chrétien de Troyes, que consta de 9.234 versos y carece de final. Con sus 24.810 versos el Parzival constituye una de las obras más extensas de la literatura medieval alemana y se distancia notablemente del texto francés. La obra de Wolfram no es una versión libre de la de Chrétien, sino una obra nueva, que puede y debe estudiarse también como una obra autónoma. Con razón se considera a Wolfram como uno de los autores más originales de la Edad Media. Las propias fuentes de Chrétien son básicamente desconocidas, aunque se piensa que se sirvió del material céltico transmitido por recitadores franceses. Wolfram aumenta unos episodios, acorta o suprime otros y añade algunos totalmente nuevos. También cambia los nombres y los caracteres de los personajes. El Perceval es para él como un guión, a partir del cual escribe su propia obra. Los contenidos principales que toma de Chrétien son la dualidad del mundo artúrico y del Grial y la dualidad de los protagonistas (Gawan y Parzival). Las diferencias principales están en la pintura de los caracteres, en la reflexión filosófica, religiosa y política y en el estilo.
Parzival en un duelo con el derrotado Gawan. Manuscrito de Parzival de Wolfram von Eschenbach. Hagenau, taller Diebold Lauber, c. 1443-1446, Cod. Pal. Ger. 339, fol. 499R. (Codex Palatinus Germanicus) Universidad de Heildelberg.
No se sabe si Wolfram utilizó algún texto francés para completar lo que falta en la narración de Chrétien (el final y los antecedentes de la historia). Sí parecen advertirse influencias de la propia literatura alemana. Por ejemplo, en los dos matrimonios de Gahmuret podría haber recibido la idea de la Eneida, de Heinrich von Veldeke. Las fuentes latinas —Liber lapidum, de Marbod, Polihistor, de Solino, y la Crónica de Guillermo de Tiro— probablemente sólo llegaron a él por divulgaciones o por asesoramientos.
En cuanto a la forma de trabajo, lo más probable es que Wolfram escribiera (o dictara para que escribiera otro) en pizarras de cera y que un escriba pasara luego los versos al pergamino. Hay razones formales para creer que se utilizaban pizarras de 30 versos.
Para comprender la originalidad del Parzival en toda su extensión es preciso confrontarlo, siquiera brevemente, con las otras obras de la literatura precortesana y cortesana alemana. El marco histórico (aproximadamente desde 1170 a 1230) es sumamente agitado. Es el mejor reflejo de la llamada anarquía feudal. Rige ampliamente el derecho del más fuerte. La sociedad está sumida en una grave crisis política y religiosa. Los emperadores alemanes tratan de imponer su dominio frente a los señores territoriales y frente al papado, que pretende a menudo el poder universal. Frente al poder de la Iglesia, cada vez más secularizada, se producen movimientos de seglares que pretenden volver a las raíces del cristianismo y hablar directamente con Dios, sin intermediación de la Iglesia. También aparecen sectas, como las de los cátaros o los valdenses, que minan el propio edificio teológico de la Iglesia. Las cruzadas proporcionan una nueva y más tolerante visión de las sociedades paganas.
Wolfram von Eschenbach, Parzival. Manuscrito pág.1, 1 ss (inicio del prólogo). Biblioteca Universitaria de Heidelberg, Codex Palatinus Germanicus, 339, fol. 6r). Taller Diebold Lauber en Hagenau, c. 1443-1446. El Prólogo de Parzival comienza con una imagen general de la situación humana, que se establece como una vaga cita. "Ist zwiffel hertzen noch gebur...". En un escrito del Alto alemán medio (Mittelhochdeutsch), las primeras líneas: "Ist zwiffel herzen nachgebuhr, daz mouz der sele werden sur". Una nueva traducción del alto alemán, después de Dieter Kühn, es ya entendible: "Wenn Zweifel nah beim Herzen wohnt" (Si la duda vive cerca del corazón, Eso debe ser amargo para el alma). Pero, tratamos con poesía épica, su estilo es singular, de ahí que la traducción de Antonio Regales inicia el Parzival: "Si la duda anida en la vecindad del corazón, habrá de nacer amargura en el alma".
En ese contexto la literatura alemana precortesana y cortesana cumple una función muy distinta a la de la etapa anterior. Si antes era un privilegio de los clérigos y se nutría principalmente de los textos religiosos, ahora es un exponente de las pretensiones culturales de la nobleza feudal. En una época de crisis, se trata de presentar un programa, un ideal, por utópico que parezca. En la práctica, esta literatura, originariamente promovida por la baja nobleza, acabó por presentar un modelo atractivo para todos los nobles y para el propio emperador. Si bien se mira, se trata de una literatura didáctica, al servicio de los intereses de la nobleza feudal. El caballero, con todas sus virtudes, era algo que los nobles debían imitar. Era como un espejo que se oponía a la triste realidad de aquel entonces.
Pero antes de que aparezca este tipo de héroe en la literatura clásica cortesana, tenemos otros modelos. El héroe de las leyendas de santos es un modelo de comportamiento religioso. El héroe de la literatura precortesana -el del Rolandslied o el del König Rother, por ejemplo- se diferencia aún bastante del de la literatura cortesana. Es cierto que tiene ya algunas características similares, como las virtudes guerreras o la fuerza del amor, pero se diferencia, con todo, esencialmente de él. Además de ser más refinado y estar más orientado al mundo terrenal, el héroe cortesano lucha por metas individuales, no para realizar la idea de poder de un soberano. No se trata ahora, como antes en el Rolandslied, de cumplir los designios de Dios convirtiendo por la fuerza a los españoles, paganos y de costumbres libidinosas, con lo que se legitimaban las ambiciones imperialistas de Carlomagno y sus sucesores, sino de conseguir la gloria y la felicidad de cada cual.
Chrétien o Hartman von Aue (Erec, Iwein) no presentan un héroe perfecto desde el principio, sino un protagonista que, a través de unas aventuras y de unos conflictos personales, va convirtiéndose en ese héroe. El rey Arturo es sólo primus inter pares. Su corte no es prestigiosa por su poder ciego y absoluto, sino por el prestigio individual alcanzado por sus miembros.
En el Parzival el mundo del Grial se opone esencialmente al de la Tabla redonda. Es un mundo superior, como se evidencia en que Gawan, representante del mundo artúrico, es secundario respecto a Parzival y en que éste, después de ingresar en la Tabla redonda, dirige todos sus esfuerzos a culminar su vida ingresando en la comunidad del Grial.
Mientras que en el Erec y en el Iwein sólo se ofrece una humanización de los usos y abusos de la nobleza, y prácticamente sin problemática religiosa, en el mundo del Grial, tal como lo pinta Wolfram, se encuentra toda una respuesta, aunque utópica, a los grandes problemas de su tiempo. Se defiende aquí la idea de un imperio fuerte, cuya función sería asegurar la justicia y la paz, y la de una sociedad secularizada, en la que los ciudadanos hablan directamente con Dios sin pasar por el tamiz de la Iglesia.
Merlín introduce a Galahad en la Tabla Redonda. Pintura del siglo XV en la Biblioteca Nacional de Francia. Esta ilustración es de la búsqueda del Santo Grial y la muerte de Arturo, atribuida al mapa de Gautier. Galahad (Galaz; o en galés: Gwalchavad) es un caballero de la Mesa Redonda del rey Arturo y es uno de los tres que alcanzan el Grial.
La sociedad del rey Arturo es al principio caótica y adquiere su máximo prestigio tras la victoria de Gawan en la aventura del Schastel Marveile. Arturo funciona entonces en su verdadero papel: como conciliador. La comunidad del Grial tiene en común con la de la Tabla redonda el boato, la educación y el código caballeresco.
Pero la diferencia es esencial, pues la comunidad del Grial está dirigida directamente por Dios, que manifiesta su voluntad en las inscripciones del propio Grial. Wolfram parece haberse inspirado aquí en los templarios, a los que les estaba prohibido entonces el amor a la mujer. El principio del Grial no es la aventura, como en la Tabla redonda, sino la humildad, como en muchos movimientos religiosos de la época.
Muy llamativa también es la ausencia de la Iglesia en el Parzival. No se nos llega a decir si Parzival es bautizado y educado cristianamente por su madre, que ni siquiera le ha explicado en un principio quién es Dios. Los matrimonios se realizan en el lecho, no en la iglesia. Y así podríamos seguir aportando ejemplos. No obstante, la cuestión religiosa es tan esencial para la obra como lo era para la sociedad de su tiempo. Se trata, sencillamente, de ese otro tipo de sensibilidad religiosa a la que hemos hecho referencia.
Especialmente controvertido ha sido también el tema de la culpa o del pecado de Parzival, un tema, como tantos otros en la investigación de la obra, particularmente difícil. La culpa principal de Parzival es no haber hecho a Anfortas la pregunta sobre su salud. Visto teológicamente, sin embargo, esto no era un pecado mortal, entre otras cosas porque no había consciencia de actuar mal. Este requisito falta incluso en otros casos llamativos, como en la muerte de su pariente Ither, que recuerda el mito de Caín y Abel, o en la muerte de su madre, que no puede resistir la idea de que Parzival quiera ser caballero. Hay quien, no obstante, ha visto en la omisión de la pregunta un pecado contra la caridad cristiana. Otros se inclinan por una falta contra la fidelidad feudal. Hay quien pone el acento en el odio contra Dios que manifiesta Parzival. Otros ven la culpa, más bien, en la muerte de Ither, que va en contra del código de la caballería. Por mi parte, creo que en las culpas de Parzival se dan, en distinto grado, tres ingredientes: primero, la culpa general del hombre, heredada del pecado de Adán (no por casualidad le habla de ella Trevrizent); segundo, la ignorancia (especialmente llamativa en la juventud); y, tercero, las transgresiones de hecho, religiosas y del código ético de la caballería. Chrétien se centra en la aventura religiosa y deja en segundo plano la caballeresca. Aunque al faltar el final del Perceval no sabemos cómo resolvería el conflicto entre el hombre religioso y el caballero, sus sucesores se inclinaron por la victoria del comportamiento religioso: el reino de Arturo acaba destruido por sus pecados. Wolfram, sin embargo, propone una armonía entre los dos tipos de comportamiento.
Parzival und Condviramur. Página del manuscrito iluminado que se conserva en la Universidad de Heilderberg. Codix Palatinus Germanicus, Cod. Pal. germ. 339, I. Buch, Blatt 135r von Diebold Lauber, Hagenau. Año 1440. Universität Heidelberg. El pasaje que narra esta historia la encontramos en el libro Cuarto del Parzival de Wolfram. Parzival llega a Beaurepaire (Pelrapeire en otras versiones) es presentado a la reina Condviramur (Condwiramurs o Condoir-amour), una hermosa mujer, la más bella dama que había conocido. El reino de Condviramur se defendía del asedio del ejército de Clamide, joven y orgulloso rey de Brandigan, rechazado en su solicitud amorosa a la reina. Parzival se puso al servicio de la reina, quien le relata sus tribulaciones, Parzival promete servirla y librarla de Kingrun, senescal de Clamide; en el duelo con espada, Kingrun promete su rendición. Parzival y Condviramur contraen nupcias luego de la victoria, ella le entrega su país con todos sus castillos. No obstante, Clamide se resiste perder a la reina, acude personalmente a Beaurepaire y ataca la ciudad, siendo derrotado. Parzival se enfrenta a Clamide en un singular duelo, parzival lo vence y el país queda liberado del acoso. Luego, Parzival se separa de su esposa para visitar a su madre y luego, continúa la busqueda de aventuras; ese era su deseo, y Condviramur lo dejó partir. Condviramur (Condwiramurs o Condoir-amour) la Reina de Beaurepaire o Pelrapeire es la madre de los hijos de Parzival: Lohengrin y Gardeis.
Muy original es Wolfram también en la atención que presta al parentesco, que convierte en algo fundamental de la obra. La mayoría de los incontables personajes del Parzival son parientes. Sin embargo, se establecen claras prioridades: los linajes de Titurel, primer rey del Grial, y Mazadan confluyen sólo en Parzival. También se advierte que la línea padre-hijo aparece a menudo perturbada (Arturo pierde a su único hijo; Parzival y su hermano Feirefiz crecen sin padre, etc.). Con frecuencia los parentescos se descubren tarde (por ejemplo, cuando Parzival mata a Ither o cuando lucha con Feirefiz). Cuanto más se sabe de los parientes, mejor se comprende uno mismo. En otro sentido, algunos parientes (como Feirefiz para Parzival) funcionan psicoanalíticamente como proyecciones del propio yo (la lucha contra Feirefiz es la lucha de Parzival consigo mismo).
Parzival y el pagano Feirefiz se enfrentan. La primera ilustración corresponde al manuscrito iluminado que se conserva en la Universidad de Heilderberg. Codix Palatinus Germanicus, Cod. Pal. ger. La segunda es la representación que encontramos en la edición facsímile del Libro de Manuscritos en pergamino "Parzival". Origen: 1228-1236. Francia, posiblemente en Estrasburgo, publicado por Mueller & Schindler, 1970, con comentarios en alemán. (Bayerische Staatsbibliothek München, CGM 19)
En conexión con esto desearía apuntar otro rasgo singular del Parzival, que contribuye también a su modernidad: el profundo respeto al paganismo. No sólo se trata de episodios aislados, sino de que la obra en su conjunto propone un modelo ideal de sociedad (utópica) en la que los cristianos y los paganos viven en armonía y tolerancia. Oriente y Occidente quedan subsumidos en esa sociedad universal, regida inmediatamente por Dios y orientada a conseguir el orden, la justicia, la paz y el bienestar de todos los súbditos. En la sociedad del Grial los cristianos y los paganos tienen los mismos derechos. Esta igualdad de derechos queda concretada y realzada al ser hermanos el cristiano Parzival y el pagano Feirefiz. Oriente y Occidente tendrían el mismo tipo de sociedad feudal, la misma cultura y la misma ideología. Es cierto que, al bautizarse Feirefiz y extender el cristianismo en Oriente, Wolfram parece pensar que la unidad futura se hará bajo el cristianismo; pero ello no quita nada a la idea de tolerancia que distingue a toda la obra. Es el amor fraternal entre Wolfram y Feirefiz —y no la Iglesia, siempre ausente— el que simboliza la nueva sociedad universal tolerante. Incluso en el duelo entre los dos hermanos resulta vencedor en todos los sentidos el pagano Feirefiz, algo impensable en la literatura de aquel tiempo.
Wolfram tiene un estilo sumamente peculiar. En realidad, en el Parzival hay dos planos de la narración. El autor no se conforma con contar cosas, sino que interviene con comentarios, noticias y apelaciones al oyente, que queda perfectamente implicado en los hechos. Wolfram cambia a menudo bruscamente de plano. Le gusta sorprender, romper la monotonía. El elemento cómico le sirve también para dar vivacidad al relato. Es un prototipo del narrador omnisciente, que domina toda la narración y sabe engarzar sabiamente las aventuras y los temas y motivos del relato. Wolfram es famoso, por otro lado, por su oscuridad y por su constante juego con el lenguaje. En ninguna otra obra de la literatura alemana se siente el traductor tan desamparado, a pesar de la ingente bibliografía. Wolfram es tan peculiar en el uso del lenguaje, tan oscuro, tan caprichoso y tan elíptico, que a menudo no se sabe a ciencia cierta lo que de verdad quiere decir. Lo que el traductor lamenta es, sin embargo, otro rasgo positivo de originalidad que contribuyó a enriquecer decisivamente la expresión literaria en alemán.
En resumen, el Parzival alumbra incontables caminos que forman parte no sólo de la conciencia del hombre medieval, sino también de la del hombre en general y de la de nosotros mismos en particular. Las incontables aventuras de la obra son, en última instancia, los esfuerzos por construir nuestro propio yo y por conocernos mejor.
Nota sobre la traducción
La traducción se basa en la edición más prestigiosa del texto medieval del Parzival, que sigue siendo la de Karl Lachmann (1833), en su sexta y séptima ediciones (1926 y 1952, respectivamente). Se han mejorado, sin embargo, con algunas pequeñas correcciones de la crítica especializada, en particular las de la edición de Dicter Kühn (Francfort del Meno 1994). En esta primera traducción al castellano se han tenido en cuenta la bibliografía especializada, de la que se recoge aquí solo una pequeña muestra, y las traducciones a otros idiomas, si bien ha primado siempre la amorosa dedicación y el fiel respeto al texto original.
Continua en el siguiente enlace:
El Grial en la etnografía
René Nelli. Epílogo del Parzival de Wolfram von Echenbach (en su versión castellana).
Continua en el siguiente enlace:
El Grial en la etnografía
René Nelli. Epílogo del Parzival de Wolfram von Echenbach (en su versión castellana).