LA ANSIOSA BUSQUEDA DEL “CHOQUE DE CIVILIZACIONES”
Nota de introducción por el redactor del blog
En esta segunda entrega un análisis pormenorizado del intelectual francés Thierry Meyssan, elaborado en febrero del 2007. Como es habitual en las operaciones encubiertas la misma analogía histórica se repite en el presente.
Luego de
sus implicaciones judiciales en el 2007 por la reproducción de las viñetas de
Mahoma aparecidas en la prensa danesa, el “Charlie Hebdo” siguió obsesionado
por una reacción más digna de ellos. La provocación daría frutos después de
largos años de espera.
Pero,
realmente la provocación causó los acontecimientos de enero del 2015? Muchas
hipótesis conducen a una manipulación de los servicios secretos. Las
investigaciones “oficiales” nos han detallado como un grupúsculo de fanáticos extremistas islámicos
han perpetrado la masacre. Pero, realmente, actuaron por su propia iniciativa o
fueron manipulados para tal cometido?
La
rápida muerte de los presuntos atacantes del “Charlie Hebdo” garantiza el
silencio definitivo de los actores, más el método utilizado para los atentados
demuestran un viejo patrón de procedimiento.
Fue la
masacre de París de enero del 2015 otro ataque de falsa bandera? Algo que
comenté en mi artículo: Masacre en París. Cosas “raras” de los justicieros yihadistas. Lo más intrigante es la velocidad de identificar a los
presuntos autores materiales de la matanza. Y, es que, ya es el colmo, una y
otra vez, reiteradamente, los fanáticos terroristas siempre, por una maldita
coincidencia o, quizá no, tienen la “costumbre”
de “olvidar” uno o más documentos de identidad en el lugar de los hechos
o en los sitios a los que escapan. De allí a ser eliminados es juego de niños.
Lo
analizaremos en la tercera entrega de este interesante tema.
Mas, la
incitación a la violencia, no se ha dado solo a través de horrorosas y obscenas viñetas. El
cine también ha incursionado en la “guerra de civilizaciones”, alimentando las
brasas hirvientes, en septiembre del 2012 se desató una nueva oleada de
protestas, está vez contra un video difundido en los Estados Unidos en que se
denigra al Profeta Mahoma. La cólera fue sentida con fuerza en Pakistán y Afganistán.
La
difusión del film 'La inocencia de los musulmanes', fue claramente un nuevo
intento por prender fuego, es que, el mismo título del film es por si ofensivo,
no se diga el insulto y ridiculización del profeta, usando el término
religioso, raya en la blasfemia. Por favor, eso no es libertad de expresión!
Eso no es otra cosa que provocación, incitación a la violencia, que es
justamente el propósito oculto de quienes difunden esa propaganda.
Para los
intereses tras las sombras, no afecta los “daños colaterales” que una acción de
esa índole pueda causar, los ataques más graves se produjeron en Libia, donde
el embajador de Estados Unidos, Chris Stevens, fue sacrificado en nombre del “choque
de civilizaciones” junto a varios funcionarios en el asalto al consulado
norteamericano en Bengasi.
Pero el
auténtico mundo musulmán – no el wahabita de ciertos reinos intolerantes de
Medio Oriente - no ha caído en la trampa.
El caso
del “Charlie Hebdo” en el 2015 no fue más que el reiterado intento de provocar,
no solo a los musulmanes sino seguir sembrando las raíces del odio en la
población de occidente. Es imprescindible conseguir que la gente exprese su rechazo a todos
los males que se achaca al Islam. Las potencias imperialistas necesitan
justificarse ante sus ciudadanos para sus proyectadas guerras, ya diseñadas por
los estrategas del Pentágono y sus socios europeos. El pueblo llano debe ser cerebralmente lavado para que las guerras de aniquilación cultural que se
avecinan sean aceptadas como un mal menor en defensa de la “civilización”.
Finalmente,
la tercera entrega es un ensayo por mi elaborado: El desfile por la ‘libertad de expresión’ en París, una sucinta revista de las consecuencias del
multitudinario desfile del 11 de enero del 2015 contra el “terrorismo” y por la
“libertad de expresión”. Aclarando que ese artículo ya fue publicado por mí en
el blog a finales de enero.
T. Andino
*****
La historia oculta de las «caricaturas de Mahoma»
por Thierry Meyssan
Usted cree conocer a fondo el escándalo de las «caricaturas de Mahoma» y piensa haber formado su propia opinión con pleno conocimiento del asunto. El hecho es que usted ignora la realidad sobre esa importante operación de propaganda tendiente a promover la «guerra de civilizaciones», empezando por el hecho que ninguna de esas caricaturas representa a Mahoma. Thierry Meyssan analiza aquí los lazos que vinculan a los diferentes protagonistas con la administración Bush y el método utilizado para envenenar el debate público, tanto en Oriente como en Occidente.
En la foto arriba, Philippe Val, jefe de redacción de la controvertida
revista satírica francesa Charlie Hebdo, que durante mucho tiempo ha logrado
fabricarse una imagen de publicación progresista y de izquierda. Pero, según
serias investigaciones, resulta más bien lo contrario. Para algunos esta
publicación es un aliado estratégico a la prensa oficialista y neoliberal, para
otros un aliado de los círculos de poder atlantistas.
El 7 de febrero de 2007 comenzó en París el juicio contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo por el llamado escándalo de las «caricaturas de Mahoma». En plena campaña electoral presidencial, importantes personalidades comparecieron para ofrecer su testimonio a favor «del laicismo y de la libertad de expresión».
La prensa y los dirigentes políticos son casi
unánimes. Marcando la pauta en su editorial, el diario atlantista Le Monde
escribe: «El juicio contra Charlie Hebdo pertenece a otra era, a otra época.
Aunque no fue este el argumento presentado por la parte acusadora, hay que
recordar que lo que desencadenó la polémica fue la representación [gráfica] del
profeta Mahoma, que, para el Islam, constituye una blasfemia. Estamos por tanto
ante una querella oscurantista» [1].
Sin prestar oídos a la queja de los reclamantes,
y sin esperar por el veredicto del tribunal, la palabra pública equipara las
asociaciones de musulmanes con grupos oscurantistas, incompatibles con la
República laica y moderna. En nombre del laicismo se estigmatiza a los fieles
de una gran religión. Esta paradoja debe ser para nosotros una señal de alerta:
en nombre del laicismo, se nos empuja a perder el sentido de la tolerancia.
Tenemos que razonar antes de dejar que nos empujen a la «guerra de
civilizaciones» [2].
El laicismo, cuando es verdadero, es hijo de la
Razón. Dediquemos un poco de tiempo al análisis del origen y de las
consecuencias de este conflicto. Veremos entonces que todo fue cuidadosamente
organizado. A pesar de las apariencias, quienes publicaron las caricaturas y
quienes organizaron las manifestaciones en el mundo musulmán en realidad no son
adversarios. Todos actúan de forma organizada y con el objetivo de
enemistarnos.
Las apariencias
En septiembre del año 2005, la prensa danesa
reporta que un autor de literatura para niños trata infructuosamente de encontrar
un ilustrador para un volumen sobre Mahoma ya que los ilustradores tienen miedo
de criticar el Islam. En reacción, el redactor jefe del más importante diario
danés lanza un concurso de ilustradores dentro de su publicación. Muy pronto,
se publican 12 caricaturas.
En noviembre, la Sociedad Islámica de Dinamarca,
estimándose insultada, exige excusas y organiza una manifestación ante las
oficinas del diario. Las partes endurecen sus posiciones y varios periodistas
declaran haber recibido amenazas de muerte. Una delegación de la Sociedad
Islámica de Dinamarca redacta un informe sobre el caso y lanza un llamado de
alerta a la Liga Árabe y a la Organización de la Conferencia Islámica. Once
embajadores acreditados en Copenhague piden una reunión con el primer ministro
danés con vistas a resolver la naciente crisis, pero el primer ministro
argumenta que él no tiene autoridad sobre la prensa y no acepta el encuentro.
La prensa reporta en noviembre que un partido
político paquistaní ofrece una recompensa a quien asesine a uno de los
dibujantes. El primer ministro danés condena la iniciativa pero pronto se sabe
que la noticia era falsa.
En diciembre, la reunión cumbre de la Conferencia
Islámica, y más tarde la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Liga
Árabe, aborda el asunto. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas abre una
investigación sobre el racismo en la prensa danesa. El consejo de ministros del
Consejo de Europa toma nota de la actitud dilatoria del gobierno danés sobre el
asunto señalando que no se trata de una cuestión ligada a la libertad de prensa
sino de un problema de racismo.
En enero de 2006, el primer ministro danés
insiste, en su mensaje de año nuevo, en su preocupación por la libertad de
expresión. El fiscal de Viborg anuncia el sobreseimiento de la denuncia por
blasfemia e incitación al odio presentada por las organizaciones musulmanas.
En febrero, numerosas manifestaciones contra las
representaciones y los intereses daneses tienen lugar a través del mundo. Se
producen quemas de banderas y embajadas así como un boicot contra productos
daneses. La condena del mundo musulmán se extiende a Francia, donde un diario
publicó las caricaturas, y más tarde a toda Europa, que parece ser cómplice.
En París, las caricaturas aparecen publicadas en
France Soir y, más tarde, en Charlie Hebdo lo cual da lugar a una denuncia
penal por parte de la Gran Mezquita de París (GMP) y de la Unión de
Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF). Mientras que la clase dirigente
cierra filas con estas publicaciones, el presidente francés Jacques Chirac
recibe a los denunciantes en el palacio del Elíseo y recuerda que la libertad
de expresión constituye una responsabilidad.
Las contradicciones
Hasta aquí parece tratarse de una historia simple
en la que la sucesión de hechos parece coherente. Hay, sin embargo, una serie
de detalles que suenan falso.
Si el redactor jefe de un importante diario danés
estaba tan preocupado por la imposibilidad de encontrar un ilustrador para un
libro destinado a los niños, ¿cómo fue que acabó publicando una serie de
caricaturas que no tienen nada que ver con ningún tipo de literatura infantil?
El Jyllands-Posten es el diario de más amplia
difusión en Dinamarca. Posicionado a la derecha, el diario realiza desde hace 3
años una violenta campaña contra los inmigrantes. En el marco de esta campaña
ha publicado constantemente artículos y editoriales en los que insinúa que el
Islam es incompatible con la democracia y que es imposible que los musulmanes
se integren a la sociedad danesa. El objetivo de esa intensa campaña es apoyar
la reelección de la coalición gubernamental de Anders Fogh Rasmussen. En 3
años, el Jyllands-Posten inundó Dinamarca con su retórica islamófoba, de la que
el propio primer ministro se ha convertido en vocero.
La coalición liberal conservadora sacó del poder
a los socialdemócratas, quienes habían dominado el escenario político durante
80 años. También llevó al país a cuestionar el Estado-providencia y a lanzarse
en una desenfrenada política de privatizaciones y de desregulación. Siguiendo
una técnica electoral clásica, ante una población que acepta difícilmente estos
bruscos cambios, Anders Fogh Rasmussen ha tratado de evitar el debate sobre las
cuestiones sociales mediante la búsqueda de chivos expiatorios: los
extranjeros.
El local de la revista Charlie Hebdo en París protegido por la policía.
El Consejo de la Prensa de Dinamarca ya había amonestado al Jyllands-Posten, en marzo de 2002, por violación de la deontología periodística cuando el diario subrayó de forma injustificada el origen étnico de personas implicadas en un caso criminal. En aquel entonces, el primer ministro no vaciló en aprovechar la ocasión para apoyar a este diario afirmando que el sector periodístico cedía a la corriente de lo políticamente correcto.
La violencia del Jyllands-Posten también había
sido señalada en el informe sobre el caso de Dinamarca que presentara el
European Network Against Racism, la federación de asociaciones antirracistas
europeas [3]. El informe describía al Jyllands-Posten como una publicación de
extrema derecha. Este observatorio antirracista de la prensa europea realizó un
análisis del contenido de los materiales publicados en ese periódico en el
transcurso de 3 meses. Señaló que el 53% de las crónicas, el 55% de los
artículos, el 70% de las noticias cortas, el 73% de las tribunas libres, el 79%
de los editoriales y el 81% de las cartas de los lectores sobre las minorías
extranjeras presentan a estas últimas de forma negativa.
En otras palabras, el Jyllands-Posten no publicó
las caricaturas para liberar a los ilustradores daneses de una autocensura sino
en el marco de una gran campaña de incitación al odio.
Segunda incoherencia:
¿Por qué dibujos cuyo objetivo es ridiculizar una religión tratan de hacerlo vinculándola al terrorismo?
El concurso de caricaturas fue iniciativa del
responsable del suplemento cultural dominical del diario, Fleming Rose. Este
último se define a sí mismo como «judío sionista» y no se inmuta en lo más
mínimo cuando se le señala que durante los años 1930-40 el Jyllands-Posten fue
partidario del fascismo y del nazismo. Al recibir amenazas de muerte, luego de
la publicación de las caricaturas, Fleming Rose prefirió buscar refugio en
Estados Unidos, a pesar de la protección de la policía danesa.
Fleming Rose es amigo del teórico de la
islamofobia Daniel Pipes [4]. En un artículo fechado el 29 de octubre de 2004,
Rose cuenta sus conversaciones con Pipes y apoya las tesis de este último.
«Pipes está sorprendido de que no haya en Europa una alarma más acentuada ante
el desafío que representa el Islam en el contexto de la caída del índice de
fecundidad y del debilitamiento de la identidad histórica y cultural», escribe
Rose en ese artículo.
Daniel Pipes es el autor de esta célebre fórmula:
«Todos los musulmanes no son terroristas, pero todos los terroristas son
musulmanes». Partiendo de esa base, Pipes aconseja una vigilancia policíaca
sistemática sobre todos los musulmanes en Estados Unidos y en Europa. Los
dibujos publicados por Fleming Rose van más lejos aún: insinúan que todos los
musulmanes son potencialmente terroristas.
La directora del Jyllands-Posten, Merete Eldrup,
está casada con Anders Eldrup, director de la compañía nacional de
hidrocarburos, la Danish Oil and Natural Gas (DONG). Desde hace 5 años, o sea
desde la llegada de la coalición liberal conservadora al poder, Anders Eldrup y
el primer ministro participan en las reuniones anuales del Grupo de Bilderberg.
Este club, extremadamente cerrado, es una emanación de la OTAN y es esta última
quien se encarga de invitar, poner a prueba y aprobar a los mensajeros de
Estados Unidos en Europa.
Desde la primera guerra del Golfo, en 1991, y más
aún desde los atentados de septiembre de 2001, los servicios de la OTAN
desarrollan estudios sobre el tema del enemigo interno. Los suburbios
islamizados de Europa son considerados madrigueras de terroristas. Inmersos en
esa atmósfera, Fleming Rose y Merete Eldrup sólo ven a los musulmanes como
potenciales terroristas.
Tercera incoherencia:
¿Por qué el primer ministro danés desechó la mediación cuando esta aún era posible?
Anders Fogh Rasmussen no sólo es el autor de Fra
socialstat til minimalstat (Del Estado socialista al Estado mínimo). Es también
el hijo espiritual de Uffe Ellemann-Jensen, ex presidente de su partido. Este
último fue durante mucho tiempo el hombre de Washington en Dinamarca. Ministro
de Relaciones Exteriores y viceprimer ministro desde 1982 hasta 1993, elaboró
la doctrina que lleva su nombre y según la cual un pequeño Estado como Dinamarca
puede desempeñar un papel importante en el escenario internacional, abriéndole
la puerta a Estados Unidos. En 1991, logró convencer a la muy reticente opinión
pública danesa de participar en la guerra del Golfo.
También reconoció, antes que cualquier otro país,
la independencia de los Estados del Báltico, provocando así el desmembramiento
de la Unión Soviética ante la onda expansiva de la explosión del bloque del
este. En 1995, se postuló para el puesto de secretario general de la OTAN pero
encontró la rotunda oposición del presidente francés Jacques Chirac, quien
señaló el total alineamiento de Ellemann-Jensen con la política de Washington.
Uffe Ellemann-Jensen, quien ya no está oficialmente vinculado al gobierno, se
pronunció contra las caricaturas.
Anders Fogh Rasmussen aplica la «doctrina
Ellemann-Jensen», tendiente a servir de caballo de Troya de Estados Unidos en
Europa. Así que, cuando ejerció la presidencia rotativa de la Unión Europea
durante el segundo semestre del año 2002, fue él quien preparó les acuerdos
secretos entre la Unión Europea y Estados Unidos en el marco de la Nueva Agenda
Transatlántica, acuerdos que fueron firmados el 22 de enero de 2003 y que
autorizaron el secuestro, la detención y la tortura por la CIA y el MI6 de sospechosos
en cualquier lugar de la Unión Europea [5].
Según un informe del Consejo de Europa, la
práctica de secuestros, detenciones y torturas se ha desarrollado
considerablemente. Más de un centenar de víctimas han sido identificadas. Se
trata exclusivamente de musulmanes.
Mientras tanto, Rasmussen publica en el diario
londinense The Times una tribuna libre que firma junto a otros 7 jefes de
gobiernos europeos para tratar de enrolar a la Unión Europea en la guerra de
Irak [6]. En definitiva, Rasmussen acabará enviando a Irak más de 500 hombres,
estacionados en Camp Denevang, cerca de Basora. Al confirmarse que Irak no
disponía de armas de destrucción masiva, una comisión investigadora del
parlamento danés comprueba que –al igual que George W. Bush y Tony Blair–
Anders Fogh Rasmussen mintió de forma intencional a sus conciudadanos para
empujarlos a entrar en la guerra.
No sólo el primer ministro danés no tenía la más
mínimas ganas de aplacar la crisis de las caricaturas sino que esta última
sirve a sus objetivos políticos en la medida en que profundiza la separación
entre las civilizaciones. La tensión fortalece su posición en el ámbito
nacional y favorece la estrategia internacional de sus aliados. Es verdad que
el boicot le costó a Dinamarca pérdidas ascendentes a mil millones de coronas
(134 millones de euros), pero Estados Unidos sabrá seguramente cómo resarcirla.
Un libro publicado por el periodista Toger
Seidenfaden (también miembro del Grupo de Bilderberg) y el historiador Rune
Engelbreth Larsen demuestra efectivamente, basándose en 4 000 documentos
oficiales, que el primer ministro danés hizo todo lo posible por provocar la
crisis. Para ello le mintió deliberadamente a la opinión pública haciéndole
creer que los embajadores de la Liga Árabe exigían una censura religiosa cuando
en realidad pedían un diálogo tendiente a limitar la propagación del racismo
[7].
En su informe anual sobre Dinamarca, el Comité
Europeo Contra el Racismo y el Antisemitismo (que no depende de la Unión
Europea sino del Consejo de Europa) expresa su «gran preocupación» ante el
desarrollo de un «clima de intolerancia y de xenofobia hacia los refugiados y
los solicitantes de asilo así como hacia los grupos minoritarios en general, y
los musulmanes en particular». Menciona al primer ministro danés y al Partido
Popular, miembro de la coalición gubernamental, como responsables directos de
ese fenómeno. Denuncia además la no aplicación sistemática de la ley de
represión contra el racismo [8].
Cuarta incoherencia:
Las caricaturas son tan espantosamente mediocres que, al principio, suscitaron más desprecio que cólera. Entonces, ¿cómo es posible que las caricaturas provocaran en el mundo musulmán más cólera que la ocupación de Palestina, la invasión de Afganistán y los bombardeos contra el Líbano?
Ante la publicación de las caricaturas, varias
organizaciones musulmanas danesas se reunieron para definir una estrategia
común. Presentaron entonces una denuncia por blasfemia (artículo 140 del Código
Penal danés) e instigación al odio y la discriminación contra un grupo de
personas por causa de su creencia religiosa (artículo 266b). Paralelamente a
esa acción colectiva, ciertos participantes de esa asamblea organizaron
manifestaciones y una acción de cabildeo dirigido a los embajadores de Estados
musulmanes acreditados en Copenhague, acción nucleada alrededor de Ahmad Abu
Laban [9], imam de la grupuscular Sociedad Islámica de Dinamarca (Islamik
Trossamfund) y de su amigo Ahmed Akkari, autodesignado vocero de un Comité
Europeo de Defensa del Profeta creado a raíz de todo este asunto. Según ellos
el objetivo era ampliar el debate a la cuestión general de las muestras de
discriminación de las que son víctimas los musulmanes en Dinamarca. Para ello
montaron un expediente de 43 páginas, expediente que ilustraron con
caricaturas, entre las que se encontraban las del Jyllands-Posten.
Pero el llamado «Expediente Akkari» también
contiene dibujos mucho más insultantes que los del Jylands-Posten, como por
ejemplo uno en el que se ve un musulmán arrodillado en posición de orar
mientras que es sodomizado por un perro. Fue la lectura de ese documento lo que
dio lugar a la movilización de numerosas autoridades árabes y musulmanas,
civiles y religiosas. Así que fue aquel expediente lo que convenció a los
representantes de la opinión del mundo musulmán de que las caricaturas eran
sobre Mahoma y el Islam.
Abu Laban y Ahmed Akkari emprendieron una gira
internacional durante la cual se reunieron con el secretario general de la Liga
Árabe, con el gran mufti del Cairo, con el director de la universidad Al-Azhar,
con el gran mufti de Beirut, con el jeque Faldlalah del Hezbollah, con el
cardenal Sfeir y el gran mufti de Damasco.
Esa gira resulta tanto más sorprendente cuanto
que Abu Laban no debiera haber podido visitar Egipto, país que anteriormente le
había prohibido la entrada a su territorio, al igual que los Emiratos Árabes
Unidos. Laban es, en efecto comandante de un movimiento parcialmente
clandestino, el Hizb ut-Tahrir (Partido de la Liberación), organización que los
nacionalistas árabes no tienen en gran estima.
Creado por el jurista Taqiuddin al-Nabhani en
1953, el Hizb ut-Tahrir afirma querer restablecer el califato otomano que
dominó y oprimió al mundo árabe. Este movimiento tiene muy mala reputación en
los Estados árabes, que lo consideran, con razón o sin ella, como un grupo de
locos manipulados por la inteligencia británica para mantener su influencia en
la región. Su fundador murió en Beirut, en 1977. Aunque este partido se
presenta como una organización no violenta, su programa no deja lugar a dudas
sobre las intenciones que abriga. Prevé la creación de un Estado islámico único
bajo el mando dictatorial de un califa y la aplicación de una interpretación
severa de la shariah. El califa gobernaría con ayuda de un emir de la Jihad
encargado de movilizar a todos los hombres de más de 15 años para hacerle la
guerra a todos los no musulmanes.
Contrariamente a lo que usted pudiera creer, el
cuartel general del Hizb ut-Tahrir no está en Estambul sino en Londres, donde
goza de una fuerte protección policial, a pesar de que el primer ministro Tony
Blair lo ha calificado de organización terrorista. Los principales dirigentes
londinenses del movimiento reciben remuneraciones similares a las de altos
responsables de multinacionales anglosajonas de la informática, a pesar de que
ese tipo de empleo exige una acreditación clasificada como secreto militar.
A falta de ser populares en el mundo árabe, los
partidarios del restablecimiento del califato otomano sí lo son en el seno de
ciertas poblaciones de lengua turca de Asia central. El Hizb ut-Tahrir fomenta
el desorden por toda esa región, incluyendo la zona china de Xin Kiang, sin
distinción de los regímenes en el poder. La compasión se impone cuando sus
miembros son arrestados y torturados por el régimen de Karimov, en Uzbekistán,
pero nada indica que ellos mismos serían más compasivos que sus torturadores si
lograran llegar al poder.
Los Estados de la región no tardaron en
comprender el peligro que representa el Hizb ut-Tahrir. De hecho lo consideran
un instrumento de la CIA y del MI6, como antes lo fueron los muyahidines contra
la URSS [10] y se han unido para combatirlo, siendo este uno de los objetivos
de la Organización de Cooperación de Shangai, la nueva alianza ruso-china.
Incitaciones al odio
El personaje de la caricatura de arriba (Centro de Estudios del Problema Judío de Boloña, 1943) no es Moisés sino una personificación de los judíos en general, a quienes se atribuye la responsabilidad de la Segunda Guerra Mundial. El personaje de la caricatura de abajo (publicada por le diario danés Jylland-Posten, 2005) no es Mahoma sino una personificación de los musulmanes en general, a los que se atribuye la responsabilidad por el terrorismo, que el presidente Bush califica de «Nueva Guerra Mundial». Estos dos dibujos no tienen nada que ver con una supuesta crítica hacia una religión. Son dos caricaturas de propaganda tendientes a estigmatizar a grupos de creyentes. La primera fue utilizada para justificar un genocidio. ¿Cuál es el objetivo de la segunda?
La manipulación en Francia
France Soir fue la primera publicación que
reprodujo las caricaturas en Francia. Este diario, que en aquel momento se
encontraba en quiebra, era entonces objeto de feroces luchas de influencia
entre los financistas que aspiraban a apoderarse de su control. El personal
encargado de tomar las decisiones editoriales en el seno de la publicación está
ligado en aquel entonces a un misterioso posible comprador del diario cuyo
nombre sólo saldrá a relucir varios meses más tarde. Se trata del comerciante
de armas Arcadi Gaydamak, presidente de Betar (la milicia del Likud) y del club
de fútbol que también lleva ese nombre y candidato a la alcaldía de Jerusalén.
Su identidad se mantuvo en secreto durante el mayor tiempo posible debido a la
existencia de una orden internacional de arresto por fraude fiscal contra este
personaje.
Una semana más tarde, las caricaturas aparecen de
nuevo, en Charlie Hebdo. Como ya demostrara anteriormente en nuestro sitio web
Cedric Housez, el semanario satírico viene concentrándose, desde finales del
año 2003, en la denuncia del peligro musulmán tomando posición contra la
participación de Tariq Ramadan en el Forum Social Europeo, por la prohibición
del velo, contra la política de Francia hacia el mundo árabe, a favor de la
política de Israel, etc. [11]
Tanto en el caso de France Soir, como en el de
Charlie Hebdo, la publicación de las caricaturas es la prolongación de ya
viejas campañas de prensa al servicio de la ideología neoconservadora de la
«guerra de civilizaciones». Y resulta eficaz ya que la clase dirigente francesa
finge, de forma casi unánime, no ver el aspecto antimusulmán del asunto y
expresa su apoyo a tan “bella” manifestación de la libertad de expresión. La única
voz discordante será la de Jacques Chirac, quien subraya que «Francia, país
laico, respeta todas las religiones y todas las creencias».
Yendo un poco más lejos aún en el campo de la
hipocresía, Charlie Hebdo publica "El mafiesto de los doce". Este documento
denuncia el islamismo como el nuevo totalitarismo [12] que se opone a la
libertad de expresión. Entre sus firmantes se encuentran, además del propio
director de Charlie Hebdo, Philippe Val, la diputada mitómana holandesa Ayaan
Hirsi Ali, los periodistas Carolina Fourest y Antoine Sfeir y el ensayista
Bernard Henry-Levy.
La Gran Mezquita de París y la Unión de
Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF) presentaron ante la justicia una
denuncia contra Charlie Hebdo. Varios candidatos a la presidencia de Francia
expresaron su apoyo al semanario satírico, en nombre de la «libertad de
expresión». Primero fueron Corinne Lepage (Cap 21) y Dominique Voynet (de los
Verdes), mediante una petición. Más tarde lo hicieron François Bayrou (UDF) y
François Hollande (representante de Segolene Royal, Partido Socialista), al
comparecer como testigos durante la vista de la causa. Y finalmente, también lo
hizo Nicolas Sarkozy (UMP) en carta dirigida al tribunal. Jacques Chirac, cuya
intervención había tenido lugar al principio de la polémica, no se expresó de
nuevo, pero ofreció su abogado a la GMP y a la UOIF. La justicia dará su
veredicto el 15 de marzo de 2007.
Nicolas Sarkozy (candidato presidencial francés
por la derecha en las elecciones de 2007) desempeñó un papel sui generis. En el
momento de la publicación de las caricaturas, en su calidad de ministro del
Interior y de Cultos, se negó a tomar medidas de carácter jurídico y aconsejó a
las asociaciones que forman parte del Consejo de los Musulmanes de Francia que
se encargaran de hacerlo. Posteriormente, para sorpresa de estas asociaciones,
envió en el último minuto a los abogados de Charlie Hebdo una carta de apoyo a
la publicación. Lo cual explica las dudas del Consejo de los Musulmanes de
Francia ante la posibilidad de renunciar en masa.
¿Blasfemia o incitación al odio?
Reproducimos aquí la caricatura más polémica. En
ella aparece un hombre que lleva un turbante que en realidad es una bomba.
Según el Jyllands-Posten, el personaje es Mahoma y la caricatura ridiculiza a
los extremistas que invocan al Profeta en la práctica del terrorismo. Sin
embargo, el turbante del personaje lleva inscrita la profesión de fe de los
musulmanes: «Dios es grande y Mahoma es su profeta». Por consiguiente, el
personaje no es Mahoma sino un musulmán emblemático. El objetivo del
turbante-bomba es asociar su imagen con la de un terrorista. Este mensaje
estigmatiza a los musulmanes en su conjunto y constituye una instigación al
odio castigada por la ley en cualquier sociedad democrática.
O sea, se habla indebidamente de las «caricaturas
de Mahoma» cuando en realidad se trata de caricaturas sobre los musulmanes
[13].
En un primer momento, parecía indudable para el
tribunal que no se trataba de una crítica hacia una religión sino de una
injuria y/ó difamación contra un grupo de personas por causa de la supuesta
pertenencia de estas últimas a una religión. En efecto, el tribunal no aceptó
una denuncia de una asociación religiosa que quería defender a las personas que
creen en el Islam, pero si aceptó las de la GMP y la UOIF ya que los estatutos
de esas dos asociaciones incluyen la defensa de los derechos de sus miembros
como miembros de la sociedad y no como creyentes. Sin embargo, en un segundo
tiempo, el presidente del tribunal dejó que la vista se desarrollara como si se
tratara de un juicio sobre el derecho a criticar el Islam.
En este caso, ya se sabe, en este momento, que
los principales protagonistas mintieron (el Jyllands-Posten en cuanto a sus
objetivos, el primer ministro danés en lo tocante a los reclamos de los
embajadores árabes, la Sociedad Islámica de Dinamarca sobre el carácter de las
caricaturas y Abu Laban sobre su propio compromiso político). También se sabe
que todos estos protagonistas están vinculados a la administración de Estados
Unidos, que se dedica a promover la «guerra de civilizaciones».
Thierry Meyssan
Red Voltaire
febrero 2007
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-----------
NOTAS:
[1] «Procès d’un autre âge»,
editorial, Le Monde, 7 de febrero de 2007.
[2] «La "guerra de
civilizaciones"» por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de diciembre de
2004.
[3] ENAR
Sshadow report 2004 Danemark, ENAR, pp. 40-43.
[4] «Daniel Pipes, experto del
odio», Red Voltaire, 12 de julio de 2005.
[5] «La Unión Europea autorizó
por escrito las prisiones secretas de la CIA desde enero de 2003», Red
Voltaire, 15 de diciembre de 2005.
[6] «Europe
and America must stand united», The Times, 29 de enero de 2003. Ver
análisis en «La crise irakienne divise l’Europe entre atlantistes et
indépendantistes», Voltaire, 30 de enero de 2003.
[7] Karikaturkrisen. En
undersøgelse af baggrund og ansvar por Toger Seidenfaden y Rune Engelbreth
Larsen, Gyldendal, København 2006.
[8] Tercer informe sobre
Dinamarca, aprobado el 16 de diciembre de 2005 y dado a conocer el 16 de mayo
de 2006, ECRI, Consejo de Europa.
[9] Ahmad Abu Laban murió de
cáncer el 1º de febrero de 2007.
[10]
«Enemies bought, friends sold: John Laughland The Uzbek upheaval is seen as a
’people power’ movement but is likely to cement US control of the region», The
Guardian, 19 de mayo de 2005
[11] «Venderle a la izquierda
el “choque de civilizaciones”» por Cédric Housez, Red Voltaire, 5 de septiembre
de 2005.
[12] «Choque de civilizaciones:
el viejo cuento del “nuevo totalitarismo”» por Cédric Housez, Red Voltaire, 25
de septiembre de 2006.
[13] Sólo uno de los dibujos
del Jyllands-Posten representa a Mahoma. Pero no se trata de una caricatura. Es
el único dibujo destinado a ilustrar un libro para niños.