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12 marzo 2019

AUSTRIA: 12 marzo de 1938. ¿Reunificación o anexión?


Hitler en el Palacio Imperial Hofburg, Viena 15 de marzo 1938 


por Tito Andino U.


Introducción

Muchos pseudo historiadores "revisionistas" mantienen la tesis que el Anschluss fue pacífico y legal porque una inmensa masa de austríacos dieron la bienvenida a las tropas de la Wehrmacht, por tanto, legitiman su anexión al Imperio alemán. Sin embargo, las aspiraciones de los austríacos habían cambiado desde 1918.

Concluida la guerra y abolido el Imperio Austro-Húngaro se declaró la República de Austria Alemana (Republik Deutschösterreich o Deutsch-Österreich), antes del final de 1918 la población, mediante plebiscitos regionales, expresó su voluntad de unirse a los alemanes, reclamando concesiones territoriales (no fue un plebiscito nacional). Aquellos objetivos eran quiméricos al no contar con apoyo internacional (excepto Alemania). Austria dependía de la decisión de los Aliados quienes rechazaron tales pretenciones; no obstante, el 12 de marzo de 1919 la Asamblea Nacional austríaca declaró al estado como una parte constituyente de la República Alemana. El Tratado de Saint-Germain-en-Laye, 10 de septiembre de 1919, puso las cosas en su cauce, la República de Austria Alemana pasó a denominarse República de Austria (Republik Österreich), prohibiéndose la unificación del país con otro a menos que contara con la aprobación de la Sociedad de Naciones, en razón que el Tratado de Versalles prohibía a Alemania unificarse con Austria. Casi dos décadas después, los nazis alemanes y austríacos se apoyarían en las decisiones anteriores al Tratado de Saint-Germain-en-Laye (1919) para reivindicar la unión.

Con el tiempo las aspiraciones austríacas fueron desde las más variadas posiciones políticas, la anexión ya no era primordial en la agenda, desde consolidar un nuevo estado nacional que rechace definitivamente la vieja monarquía, pasando por un estado autoritario de corte fascista, en mayo de 1934 se promulgó una nueva Constitución y un gobierno conocido como "austrofascismo", dirigido por el canciller Engelbert Dollfuss​ (asesinado por los nazis en julio de 1934), recuerden que en esos tiempos Austria contaba con la protección del régimen fascista italiano (opuesto a los nazis). Otro importante sector de la sociedad austriaca (monárquicos) luchaban por el retorno de los Habsburgo como soberanos del Österreich. Existía celo por cuanto Alemania seguía ostentando oficialmente el nombre de 'Deutsches Reich' (Imperio Alemán creado por la dinastía de los Hohenzollern) no obstante declararse la República (República de Weimar). Austria había sido "rebajada" a una simple República (Republiek Österreich, pese a que su traducción literal significa Imperio Oriental), gran parte de austriacos seguían enorgulleciéndose de su rico pasado, que ostentó, hasta no hace mucho, a través de la casa real de los Habsburgo, es decir, los títulos reales asignados a los emperadores del Sacro Imperio Germánico Romano.

Así que, dejando la propaganda a un lado, ya era minoritario el deseo de los austríacos para anexarse al Imperio Alemán, en 1918-1919 la desolación por el derrumbe del Imperio de los Habsburgo había impulsado en algunos círculos la iniciativa de unirse al Reich alemán.

El Anschluss


Hitler es recibido en Viena, 15 marzo 1938


Típico de este blog, no escribiremos la historia del Anschluss, un tema sobreexplotado, bastará un breve repaso de puntos concretos previos a la anexión. Hace unos día me encontré con una corta reseña referente al Anschluss y el "plebiscito" convocado para "legitimar" una invasión incruenta (característico de los primeros años del nazismo), me decanto por el titular "El plebiscito de Hitler. Cómo anexionarse una nación y legitimarlo sin disimulo" (José Carlos Bermejo). De allí surgió la idea de esta entrada. 

Es histórico que las circunstancias políticas de la época jugaron en favor del nuevo aprendiz de monarca que impuso las reglas para invadir y anexarse forzadamente una nación, la propaganda nazi haría el resto (por supuesto que un segmento importante de ciudadanos austríacos apoyó vivamente el Anschluss):

- Ante la presión desmedida de los nazis (tanto de Alemania como de Austria), el canciller austriaco, Kurt Schuschnigg, planeó los primeros días de marzo de 1938 convocar un plebiscito para el 13 de marzo. No se trataba de una pregunta, sino un llamado a respaldar una "Austria unida, cristiana, social, independiente, germana y libre", es decir no se convocaba para consultar sobre las aspiraciones alemanas de anexión. la noticia se filtró a Berlín.

- Schuschnigg, apremiado por las circunstancias, anuncia el 9 de marzo un referéndum para el 13 de marzo de 1938, Existe ya una pregunta concreta:  Independencia o unión con Alemania.

- Hitler no puede permitirlo, ordena a los nazis austríacos sabotear la realización del referéndum. Por otro lado, Schuschnigg ve esfumarse su deseo de contar con el respaldo internacional​. Alemania cierra las fronteras y moviliza las tropas. Dentro de Austria los nazis locales incitan a la violencia contra entidades estatales para crear el caos (algunos historiadores concuerdan que se intentaba provocar una guerra civil).

- El 10 de marzo, Hitler y su estado mayor de la Wehrmacht discuten el plan de invasión (Operación Otto) y exigen al líder austriaco Seyss-Inquart que ese mismo día busque la forma de anular el plebiscito. Hitler ordena mantener la violencia provocada por los nazis en las ciudades austríacas, esos actos provocan la reacción de las tropas austríacas leales al gobierno.

- La verdadera intención de Hitler es conseguir que el presidente Miklas destituya a Schuschnigg y nombre a Arthur Seyss-Inquart como canciller de Austria, quien, a la vez, debía solicitar el apoyo militar a Alemania para poner fin a la violencia y maquillar la invasión.

- El 11 de marzo, nazis austriacos armados y apoyados con infiltrados de la Gestapo provenientes de Alemania toman el control de la mayoría de entes gubernamentales en toda Austria. El presidente Miklas recibe un ultimátum del propio Hitler que le exige dejar sin efecto el referéndum. Miklas, en un acto de valentía y honor, luego de reunirse con Schschnigg, se niega cancelar el referéndum convocado.

-  El Consejo de Ministros austríaco se reune, al mismo tiempo, Hitler aprueba el plan de invasión y exige el nombramiento de Seyss-Inquart en reemplazo de Schuschnigg, Miklas se niega nombrar al nazi como canciller. Los nazis amenazan con la invasión para esa noche (11 de marzo). Terribles presiones tienen lugar, Miklas una vez más se niega nombrar a Seyss-Inquart. Como último acto, Schuschnigg acepta anular el plebiscito pero no convoca a otro según ahora exigen los nazis austríacos (dentro de tres semanas). Schuschnigg dimite ante el presidente quien no puede conseguir a alguien dispuesto a asumir el cargo de canciller. Un iracundo Hitler exige la renuncia de todo el gobierno austriaco.

- En la práctica, los nazis austríacos imponen por la fuerza su autoridad, cuelgan banderas nazis en los edificios gubernamentales y exigen la toma del poder. En Alemania, Goering comunica a Seyss-Inquart que va a ordenar la invasión de Austria y que toda resistencia será juzgada por consejos de guerra, las tropas alemanas se movilizan para ingresar en Austria el 12 de marzo.

- Hitler ve la necesidad de consultar a Mussolini (protector de Austria) quien por los canales diplomáticos hace saber que no intervendrá en los sucesos a devenir, dejando a los austríacos sin su único aliado. Hitler estalla nuevamente en furia al no recibir comunicado de Viena nombrando a Seyss-Inquart como canciller austríaco, la invasión debe iniciarse esa misma noche (11 de marzo). Se procede a falsificar documentos como el que, supuestamente, redacta Seyss-Inquart como nuevo canciller solicitando apoyo alemán para restablecer el orden en Austria. Hitler ahora exige que Miklas renuncia como presidente.

- A medianoche (ya el 12 de marzo) Miklas nombra a Seyss-Inquart canciller interino, pero él se reserva el derecho a emitir toda medida gubernamental. Seyss-Inquart pide detener la invasión ya que se han aceptado las condiciones alemanas, pero Hitler rechaza el pedido.​

- Tropas alemanas cruzan la frontera austríaca, en muchas partes son vitoreadas, no hay oposición a tal acto, ni reacción internacional. Temprano el nuevo Ejecutivo austríaco jura la Constitución, Seyss-Inquart pide parar la invasión (en vano). El nuevo gobierno austríaco anula el artículo 88 del tratado de paz que impide la unión con Alemania y promulga por decreto la anexión. Miklas dimite (negándose a firmar el decreto de anexión) y designa presidente interino al canciller Seyss-Inquart.
- Nazis austríacos junto a agentes de la Gestapo arrestan a Miklas. Arthur Seyss-Inquart da la bienvenida a las tropas de la Wehrmacht. El 13 de marzo las fuerzas alemanas ocupan sin resistencia toda Austria, siendo recibidos por la población. Hitler que ya se halla en Austria entra en Viena el 15 de marzo.


Marzo 1938, entusiastas austríacos saludan el paso de las tropas alemanas, ante los hechos consumados no queda más que la resignación y los buenos deseos; a la derecha, Hitler saluda a la población de Salzburgo.


En resumen: Las autoridades austríacas pensaban contar con apoyo internacional y apoyo de la población para conservar su independencia. Las cosas hay que llamarlas por su nombre, el Partido Nazi Austriaco planificó bajó las órdenes directas de Hitler un golpe de estado  en Viena, hecho que se materializó el 11 de marzo de 1938, evitando la celebración del referéndum convocado por Schuschnigg (en 1934 intentaron otro golpe de estado, asesinando al canciller Dollfus). El poder que tomaron los sediciosos fue inmediatamente transferido a Berlín, la Wehrmacht ingresa a Austria en plena crisis y chantajes a las autoridades locales. Hasta un nazi como Seyss-Inquart imploró que no se consume la invasión, tuvo que resignarse a las órdenes de su amo y por quien tendría que presentarse al cadalso en 1946.

Cumplida la ambición nazi, una de las primeras medidas implica suprimir la Primera República de Austria (Republik Österreich). Los nazis la degradan a provincia, Ostmark (Marca Oriental). Arthur Seyss-Inquart también ve degradado su codiciado cargo de Canciller a Gobernador General (el cargo de canciller queda suprimido).

Entonces, Hitler anuncia su plebiscito para el 10 de abril de 1938 con el cual legitimará la invasión de marzo. 


Marzo 1938, la extinta República de Austria (en rojo) convertida en la provincia de Ostmark (La Marca Oriental) de la Alemania nazi. Aneriormente explicamos que el nombre oficial de Alemania seguía siendo Deutches Reich (Imperio Alemán) a pesar de que se declaró la República (República de Weimar).


La papeleta del Plebiscito





Explicación de la gráfica y fotografía. Arriba: Observamos la papeleta del plebiscito convocado por los nazis tras la invasión y anexión (Anschluss) de Austria del 12 de marzo de 1938. Apreciemos que la parte principal de la pregunta y el nombre de Adolf Hitler tienen letra más grande y resaltada. La diferencia entre el "Ja" y el "Nein" es tan enorme que podría tratarse de una representación del Planeta Tierra con su satélite. Abajo: Una práctica "guía" para principiantes. Cómo votar por el Führer. Por si alguien no comprendió, el círculo grande es para marcar "SI" y el pequeño para dejarlo vacío.

Esa es la papeleta oficial utilizada el 10 de abril de 1938, cuya traducción dice: "¿Estás de acuerdo con la reunificación de Austria con el Imperio Alemán efectuada el 13 de marzo de 1938 y votas en favor de la lista de nuestro Lider Adolf Hitler?"... ¿Adivinan quién ganó?...  



Propaganda nazi para el referéndum del 10 de abril de 1938: En las ilustraciones a color, la primera dice: "Toda la gente dice el 10 de abril Si!". El otro es una famosa acuarela que se utilizó como tarjeta postal, representa al canciller austriaco Kurt Schuschnigg huyendo de Austria, junto con un sacerdote católico, un político, un judío caricaturizado que sostiene una caja llena de dinero y un miembro de la Juventud Schuschnigg (con un rostro judío igualmente caricaturizado). El grupo angustiado parece ser arrastrado por un muro de banderas nazis que empujan detrás de ellos. El título debajo de la ilustración "Mander, 's ischt Zeit !" (Hombres, ha llegado el momento!) hace eco del histórico llamado a las armas del heroico luchador por la libertad del Tirol, Andreas Hofer.


Bien, ahora entremos en otro detalle, quizá desapercibido. Si alguien se percató de algo interesante escrito en la papeleta y conoce algo de alemán y de su historia, podría afirmar que ¿Austria alguna vez fue parte del Imperio Alemán?. 

A Hitler le tomó tiempo y muchas rabietas justificar la invasión - anexión de Austria. Los ciudadanos de la Marca Oriental (ex austríacos), nueva provincia alemana, no tuvieron otra alternativa  electoral que:

 ¿Estás de acuerdo con la "reunificación"?
Si o No.

Veamos, los nazis utilizaron para el plebiscito la palabra Wiedervereinigung, que significa "reunificar", mientras que el término alemán Anschluss puede ser traducido como: unión, adhesión, anexión, incorporación; o, en otros contextos como: enlace, reunión, conexión y otros significados más, pero nunca se puede utilizar como reunificación. Ahora podrán entender por qué no se utilizó la palabra anschluss para la papeleta del referéndum. Wiedervereinigung pretendía otorgar una inexistente legalidad dentro de un marco jurídico de "causa justa" (ius ad bellum).

La definición de "reunificar" es precisa: "Volver a unir una entidad que en algún momento constituyó una unidad" (RAE).

La frase completa en la papeleta del plebiscito dice: "Wiedervereinigung Österreichs mit dem Deutschen Reich", es decir: "Reunificación de Austria con el Reich alemán".

Aquí nuevamente preguntamos. ¿Cuándo Austria o el Imperio Austro-Húngaro fueron parte del Imperio Alemán? Retrocedamos en la historia y reflexionemos: ¿Alguna vez el Imperio de los Habsburgo (Austria) se fusionó con el Reino de Prusia de los Hohenzollern (Imperio Alemán) o, remontándonos más en el pasado, con la dinastía Hohenstaufen (germánicos propiamente dichos)? 

Los nazis pretendieron reescribir la historia, sobre todo aquella bicefalia entre Prusia y Austria, al convocar a una dudosa, sería bueno decirlo, falsa "reunificación" germana de la invadida y anexada Austria, bautizada como la provincia de la 'Marca Oriental' del Reich Alemán, basado solo por cuestiones lingüísticas o de raza. 

En efecto, los nazis realizaron su plebiscito en abril de 1938. Se negó la posibilidad de realizar campaña por el "NO"; en el supuesto de que se consintiera, ¿cuál avezado austriaco la impulsaría?, puesto que, a los pocos días de la invasión-anexión, ya se contaban por decenas de miles los detenidos (70.000) entre políticos, intelectuales y hasta judíos. Datos confirman que alrededor de 400.000 ciudadanos (10 % de los votantes) fueron excluidos. Una anécdota que recoge la Wikipedia señala que en el poblado de Innervillgraten, donde la votación no estuvo custodiada por la Wehrmacht o las milicias nazis, el resultado fue del 95 % en contra de la anexión.

De todas formas, sería inútil cuestionar el apoyo popular (99.73 % de electores) en favor del "SI"; pero, la forma en que se llevó a cabo el proceso influyó en el resultado. No existió el voto secreto, los ciudadanos estaban obligados a marcar la papeleta a la vista de los SS, aun más, la papeleta debía ser entregada al SS, no había la opción para que el votante introdujera la papeleta en una urna. 

Por otro lado, Austria no fue inmune a las terribles crisis económicas que asolaron Europa tras la posguerra, tiempos de la hiperinflación alemana (1921-1923), luego vendría la Gran Depresión de 1929, Austria también se vió abocada en quiebras del sistema bancario. Las crisis financieras fueron el caldo de cultivo del nazismo, sin ellas no había posibilidad que exaltados "redentores" del mundo sean tomados en cuenta. Imagínese a un simple ciudadano austríaco de aquellos años contemplando extasiado como un coterráneo se apodera de Alemania al punto de declararse Führer, el "Mesías", el "Salvador" que clama por la unión de los pueblos germanos. Cómo no despertar la curiosidad en aquel hombre que llega escoltado por decenas de miles de soldados, hay que salir a las calles, a las carreteras, hay que mirarlo, quizá (piensan los austríacos), a pesar de todo, sea lo mejor para todos...



VIDEO

Anschluss. Versión rápida 
Cómo anexionarse una nación y legitimarlo sin disimulo


El lector tendrá muchas dudas sobre la argumentación de esta ponencia, sobre todo con la famosa "reunificación" (Wiedervereinigung); o, si Austria formó parte en algún momento de la historia del Imperio Alemán. Veamos la siguiente explicación.


Un poco de historia sobre el Sacro Imperio Romano Germánico.

Este mapa muestra el Sacro Imperio Romano en sus máximas expansiones. Durante más de ocho siglo el Sacro Imperio Romano se extendió desde el Mar del Norte hasta el Mar Mediterráneo


Podría cuestionarse está ponencia y presentarse como argumento de la anexión nazi de Austria el hecho histórico que alguna vez los territorios austríacos formaron parte del Sacro Imperio Romano - Germánico. Sin embargo, durante todo ese tiempo no existió una unidad y gobierno centralizado, el Sacro Imperio se conformaba de las típicas monarquías medievales, que se administraban por sí solas y cuyo nexo de unión siempre fue la Iglesia. 

Es más fácil comprender la estructura del Sacro Imperio explicando sus diferencias. Insistiré que nunca se convirtió en un Estado-nación, aglutinaba los más diversos y dispares sistemas de administración, que es otra cosa, les ataba un vínculo de principios católicos-cristiano-romanos que obligaba a rendir tributo a un soberano que reinaba pero no gobernaba, una especie de autoridad o juez sacrosanto embestido por la Iglesia, a quien se recurría en caso de conflictos y divergencias. El Sacro Imperio estaba constituido por los más diversos pueblos y buena parte de su nobleza provenía fuera de la comunidad germano-hablante. Su sistema de "administración" era una verdadera Torre de Babel, existían numerosos territorios (por cientos) gobernados por reyes, príncipes, duques, condes, tanto seculares como eclesiásticos, además de Caballeros Libres del Imperio y Ciudades Libres, existían príncipes-obispos con poder administrativo y eclesiástico.


Hasta inicios del siglo XVI los reyes germanos no eran considerados emperadores, si el Papa no los coronase. El Sacro Imperio o el Emperador no ejercía poder directo sobre los estados que oficialmente regentaba.

Si pudieramos hacer una comparación moderna (con sus notables diferencias naturalmente), sería por ejemplo, la Unión Europea o una organización militar como la OTAN, en que todos se alían para un objetivo común (sin contar con la opinión pública, claro está). Así el Sacro Imperio Romano Germánico, en apariencia, estaba unido para defenderse de enemigos externos, comerciar, resolver sus propias disputas, etc. (eso no quiere decir que no se dieran conflictos armados entre sus componentes, la historia nos dice lo contrario, muy rica en ejemplos).

Propio de la codicia humana, llegaron las guerras, la reforma protestante y otras circunstancias que llevaron a un punto fulminante, la Paz de Westfalia (1648) con el consiguiente declive del Imperio, una vez más, ahí se constató que el emperador solamente era un título  nominal, no ejercía poder real en los 350 estados que se aglutinaban en torno al Sacro Imperio. 



Animación gráfica sobre la evolución del territorio del Sacro Imperio Romano Germánico desde su fundación hasta su desaparición (gráfico tomado de la Wikipedia)



A partir de la "Paz de Westfalia" se inició la constitución de otro sistema de alianzas independientes. "Se agruparon en torno a los grandes Estados europeos con los que tenían identidad religiosa e influencia política, de manera que los Estados católicos del sur se agruparon en torno a Austria-Hungría; los luteranos del norte junto a Brandeburgo (integrante del futuro Reino de Prusia) y el Imperio Sueco, y los del oeste, predominantemente calvinistas, ingresaron a la órbita de influencia de las Provincias Unidas y del Reino de Francia. A todos los efectos, el Sacro Imperio Romano pasó a ser una confederación de Estados de difícil cohesión y rivales entre sí" (cita de la Wikipedia).

El Sacro Imperio desde hace mucho tiempo estaba representado por la Casa Real de los Habsburgo (desde mediados del siglo XV hasta su disolución en 1806 tras ser derrotados en la batalla de Austerlitz por el Primer Imperio francés al mando de Napoleón Bonaparte). Las rivalidades con sus "parientes" prusianos, los Hohenzollern, se desataron a raíz del surgimiento de Prusia que iba aglutinando a otros estados germanos en su entorno, luego vendrían las hostilidades armadas entre ellos.


Confederación del Rín (Rheinbund 1806-1813)


Bonaparte, durante la guerras napoleónicas, ordenó la formación de la Confederación del Rin (Rheinbund,1806-1813) con 16 estados alemanes tras la batalla de Austerlitz en la cual Austria y Rusia fueran derrotadas, téngase en cuenta que Prusia no participa en la contienda. La Confederación del Rin tenía un propósito para Francia, los pequeños estados alemanes serían una zona de amortiguación entre Francia y Europa Central (Austria y Prusia). El Sacro Imperio Romano Germánico se derrumbó en 1806, el emperador Francisco II abdicó al trono imperial y conservó el título de Francisco I de Austria, como emperador, los sucesores de Francisco II continuaron titulándose emperadores de Austria hasta 1918.


Confederación Germánica (1815-1866)


Si pudiéramos decir que hay alguna etapa en la historia en que Prusia y Austria estuvieron juntas propiamente dicho, bajo una denominación común aunque no administrativa, indirectamente fue gracias a Napoleón Bonaparte, en efecto, tras la derrota del Emperador francés en Waterloo (1815) se convocó al Congreso de Viena de 1815, aquí se decide, entre otras cosas, la conformación de la "Confederación Germánica" (Deutscher Bund), con 39 estados alemanes soberanos, incluido el Reino de Prusia, pero presidido por el Imperio Austríaco que ya recelaba del nacionalismo prusiano. Esa "Confederación" no funcionó ya que, generalmente, prusianos y austríacos no se ponían de acuerdo. Ese choque político culminó con la "Guerra de las Siete Semanas" (1866) en que el poderío militar prusiano se impuso, como consecuencia la "Confederación Germánica" se disuelve, formándose en 1867 la "Confederación Alemana del Norte" (Norddeutscher Bund), integrada por 22 estados del norte de Alemania, bajo hegemonía de Prusia, es el antecedente directo para la creación del Imperio Alemán en 1871. En esa nueva "Confederación" Austria es excluida del mundo "germánico".


Mapa de la Confederación Alemana del Norte, en rojo (1867-1871), Austria queda fuera.


El Reino de Prusia se fue imponiendo poco a poco al Imperio Austriaco, un ya presente Bismarck imponía la influencia prusiana en territorios alejados del control austríaco, como Sajonia, Baviera, Württemberg, etc. Sencillamente, Austria estaba en decadencia y no pudo oponerse a la penetración de Prusia en sus territorios (entonces ducados). 

Vendrían las "Guerras Germanas de Unificación", la Guerra Austro-Prusiana de 1866 (la guerra de las siete semanas) tenía un objetivo principal: expulsar a los austriacos de la "Confederación Germánica" y rechazar la "unificación" en torno a la corona de Austria. Bismarck apoyado por el desarrollo industrial de Prusia se convirtió en el temible enemigo de Austria. Otros objetivos secundarios se cumplieron, anexiones territoriales y la destrucción de la influencia austriaca sobre el resto de estados alemanes

¿Qué es lo fundamental de todo esto? 

Prusia expulsa a Austria de la Confederación Germánica, los austríacos reconocieron ese acto. La exclusión de Austria del seno de la comunidad germana fue un hecho consumado política y jurídicamente. En julio de 1867 se crea la "Confederación Alemana del Norte" (23 estados) bajo el predominio del Reino de Prusia. Llegándose al punto culminante tras la "Guerra Franco-Prusiana" (1870-1871), tras la victoria se consigue unificar a los estados alemanes aun renuentes y Guillermo I, Rey de Prusia, se proclama Kaiser del Imperio Alemán en 1871. Desde entonces, la historia de Alemania y Prusia se fusionan hasta el final de la Primera Guerra Mundial con la derrota del Imperio Alemán y la abdicación de Guillermo II.



Los austríacos fueron aliados de los alemanes en la Gran Guerra, pero ello no denotaba ningún deseo de "unificación", solo reflejaba cálculos geopolíticos y alianzas para proteger sus intereses ante el surgimiento de potencias paneslavas como el Imperio Ruso y el reino de Serbia. Como todos sabemos luego del asesinato del archiduque austrohúngaro, Francisco Fernando de Austria, por un ciudadano serbio (de Bosnia), el Kaiser alemán Guillermo II brinda al emperador austrohúngaro, Francisco José I, su apoyo para que Austria-Hungría invada el Reino de Serbia, por lo que Alemania tuvo que asumir su responsabilidad de provocar (e iniciar) la Gran Guerra.

II parte

Un breve repaso sobre los Habsburgo antes y después de la IIGM*

La Primera Guerra Mundial vio cómo la venerable dinastía de los Habsburgo fue depuesta y exiliada, su imperio, Austria-Hungría, destruido; igual sucede con el Imperio Alemán de los prusianos Hohenzollern que abdican al trono.

Un hecho que ha pasado desapercibido es que los Habsburgo, más que ninguna otra dinastía germana, estuvieron a un paso de ser restaurados en el trono austríaco, justo antes de la Segunda Guerra Mundial

Las tensiones internacionales surgidas tras las nuevas fronteras dibujadas después de la Gran Guerra fueron propicias para la propaganda nazi. No obstante Hitler temía a los Habsburgo a quienes veía como su mayor amenaza, incluso después de la toma del poder. El plan nazi de "reunificar" a todos los alemanes en un solo estado-nación significaba que debían iniciar con Austria, pero Mussolini apoyaba la independencia de Austria. 


El archiduque Otto de Habsburgo


Ya que las cosas no funcionaban en los ex estados del imperio austro-húngaro, se estudió la posibilidad de restaurar a los Habsburgo, lo que crearía un bloque fuerte que habría frenado el expansionismo nazi, en esos primeros años, la Alemania nazi era aun militarmente débil, sin importar que dedicara casi todos sus recursos a una economía de guerra y producción de material bélico.

En 1920 el gobierno húngaro votó para restaurar la monarquía, aunque carecían de un monarca, el almirante Miklós Horthy fue nombrado regente y debía entregar el poder al último rey de Hungría, el emperador Carlos I (Kaiser Karl) quien reclamó la corona dos veces en 1921 (los Aliados también se opusieron, aunque para muchos historiadores parece improbable que Gran Bretaña y Francia se arriesgasen a una guerra para evitar que los Habsburgo asuman su herencia húngara).


El Almirante Miklós Horthy, regente de Hungría y aliado de Adolf Hitler, fue el hombre que impidió que los Habsburgo (Archiduque Otto asuma el trono del Reino de Hungría)


Hungría fue durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial un reino nominal, una monarquía sin monarca. Horthy se acercó a Alemania al participar en la división de Checoslovaquia y unirse militarmente al Eje. Gracias a esa alianza recuperó parte del territorio perdido ante Rumania, Checoslovaquia y Yugoslavia.

Todos estos eventos fueron observados muy de cerca por el hombre que debería haber sido Rey de Hungría, el Archiduque Otto de Austria, quien tuvo éxito como jefe de la Casa de los Habsburgo tras la muerte de su padre, el emperador Carlos, en 1922. En ese momento, de convirtirse en el Rey nominal de Hungría, era menor de edad, alcanzada la mayoría de edad legal se esperaba que asumiera el trono húngaro, el almirante Horthy lo impidió.

Muy pocas personas se dan cuenta lo cerca que estuvo el Archiduque Otto de ser restaurado al trono austríaco. Según sus propias cuentas, era un trato pactado, el retorno de la Casa de los Habsburgo a Viena estaba planeado. La causa principal del por qué no sucedió en última instancia vino del último lugar del mundo que cualquiera hubiera esperado: Abisinia (lo veremos poco más adelante).

Dentro de Austria el canciller Engelbert Dollfuss prohibió los partidos de oposición, estableció un estado católico y corporativista que los historiadores han denominado "austrofascismo", con lazos muy amistosos con Benito Mussolini, El Duce italiano, en ese entonces, veía con mal ojo a Hitler, inicialmente no le gustaba el jefe de estado alemán, inclusive, después que Hitler llegó al poder y los dos se encontraran cara a cara, Mussolini lo encontraba desagradable. 


Los nazis querían Austria más que a nada e Italia era el único obstáculo para tomarla a la  fuerza. En 1934 Dollfuss fue asesinado por los nazis en un intento de golpe de estado, Mussolini se indignó y desplegó las tropas italianas en la frontera, Hitler retrocedió y "denunció" a los nazis austriacos que mataron a Dollfuss. 

El asesinado canciller prometió a los monárquicos la restauración (no es seguro que haya sido un sincero ofrecimiento), pero cuando se reunió con el archiduque Otto, los dos tenían algo en común: El odio a los nazis. 


Los cancilleres austríacos Engelbert Dollfuss y Kurt Schuschnigg


Kurt von Schuschnigg sucedió a Dollfuss como canciller y para preservar una Austria independiente y alejada de las garras nazis pensó en restaurar la monarquía de los Habsburgo, podía hacerse concluyó, habría quien se oponga en la comunidad europea, pero la decisión final solo dependía de dos hombres: El mismo archiduque Otto y el garante de la independencia austriaca Benito Mussolini.

No hace falta decir que el archiduque Otto estaba listo para asumir el trono, le horrorizaba imaginarse a los nazis tomando el poder en Viena o convertir Austria en un estado de Alemania. Las leyes que prohibían a los Habsburgo pisar suelo austriaco fueron derogadas y se les restituyeron las propiedades. Los nazis enfurecieron, Schuschnigg consultó con Mussolini. ¿Apoyaría Italia o se opondría a la restauración de la monarquía de los Habsburgo en Austria?

La respuesta de Mussolini fue más contundente al informar a Schuschnigg que:


No se opondría a la restauración de la monarquía, sugirió que los lazos italo-austríacos podrían ser cimentados por un matrimonio de los Habsburgo con un miembro de la Casa Italiana de Saboya. Schuschnigg organizó una reunión secreta con el archiduque Otto para informarle que el camino había sido despejado para la restauración de la monarquía. Se acordó todo y Schuschnigg declaró que todo debería estar listo para que la restauración se lleve a cabo el año siguiente (1935).

De pronto surge la crisis de Abisinia (Etiopía)


Benito Mussolini en una de las ceremonias nazis donde quedó "hechizado" por Hitler.


Tras un ataque etíope a un puesto de avanzada italiano a lo largo de la frontera en disputa entre Abisinia y Eritrea, Mussolini lanzó su invasión a Abisinia (hoy Etiopía). La opinión mundial fue muy dura con Italia, Gran Bretaña y Francia la denunciaron en la Sociedad de las Naciones donde se imponen sanciones a Italia. Hitler vio su momento, Alemania no impondría sanciones a Italia, ofreció su amistad. Abisinia es conquistada por las fuerzas italianas en siete meses, Mussolini se volvió contra los Aliados de manera firme e irremediable, lo habían ofendido, el Duce se vuelca hacia Hitler

Desde allí Austria ya no contará con la protección italiana ante las pretensiones nazis, los planes de anexión vuelven a reactivarse en Berlín, tenían que hacerlo antes que el Archiduque Otto pudiera ser instaurado en el trono. Apropiadamente, el plan nazi para la invasión de Austria recibió el nombre en clave de "Operación Otto". 

La pesadilla nazi era que el archiduque Otto pudiera aglutinar no solo a Austria, sino Hungría y Checoslovaquia, bajo la Casa de los Habsburgo, una fuerza que podía -en ese entonces- hacer frente a la Alemania nazi (esto por supuesto no eran más que cálculos y previsiones políticas, no hay constancia que algo así pudiera haber tenido posibilidad de éxito).

Los nazis con las manos libres iniciaron el proceso de intimidación - anexión, Schuschnigg convocó el referéndum sobre la independencia de Austria y Hitler decidió actuar antes que pudiera llevarse a cabo. El único que pudo haberlo detenido era Mussolini pero ya se había arrojado a los brazos de su nuevo amigo. Hitler extasiado renunció para siempre a cualquier reclamo del Tirol del Sur, un pequeño territorio poblado por alemanes cedido a Italia después de la Primera Guerra Mundial, allí no habría Anschluss.

Cuando Mussolini expresó que mantendría en casa a sus tropas, Hitler fue informado vía telefónica por el príncipe Felipe de Hesse, el Führer nazi gritó emocionado:


"Por favor, dile a Mussolini que nunca olvidaré esto ... ¡Nunca, nunca, nunca! ¡Vamos lo que sea! ... Y escucha, firma cualquier acuerdo que quiera ... Puedes decirle otra vez. Le agradezco de todo corazón. ¡Nunca lo olvidaré! ... Siempre que deba estar en necesidad o en peligro, puede estar seguro de que me quedaré con él, llueva o truene..."

El 12 de marzo de 1938, las unidades del ejército alemán ingresaron a Austria, rápida y ordenadamente se logró la anexión.

Consecuencias del Anschluss para los Habsburgo.


Arthur Seyss-Inquart recibe a Hitler en Viena durante el Anschluss; abajo, Seyss- Inquart se reúne con Hitler en Berlín a los pocos días de la anexión.


Aristócratas y monárquicos austriacos fueron arrestados inmediatamente por los nazis, muchos de ellos asesinados, junto con otros que se habían opuesto a la unión. Las leyes contra los Habsburgo en Austria se pusieron en vigencia, se confiscaron nuevamente sus propiedades y el propio Archiduque Otto fue declarado criminal. Sin la unidad que posiblemente brindaban los Habsburgo, fue relativamente fácil para los nazis hacerse con las áreas pobladas alemanas de la antigua Austria-Hungría, los Sudetes, Checoslovaquia y Polonia.
  
Cuando los nazis fueron derrotados en 1945, el Archiduque Otto estuvo visitando su natal Austria, se interesó en comunicar a los aliados occidentales su preocupación por la presencia soviética en Austria. Presentó una propuesta para la Europa central de posguerra, la creación de una "Federación del Danubio" que abarcaría gran parte del antiguo territorio del Imperio de Austria-Hungría. El primer ministro británico Churchill parecía apoyar la idea pero ya había otro gran protagonista, el dictador soviético Josep Stalin, además, los territorios de la federación propuesta estaban dentro de la pactada esfera de influencia soviética. Tampoco en Austria agradó la propuesta del Habsburgo, con el tiempo el Archiduque Otto renunció a su derecho al trono.


El tiempo de reyes y emperadores había terminado, los pueblos de Europa estaban hartos de ir a la guerra y morir en nombre de sus principitos y reyezuelos o dictadores demagogos aspirantes a monarcas.  


Notas:

* La segunda parte de este reportaje es una sinopsis de un tema ya tratado anteriormente: Nazismo y monarquía. Los mapas en su gran mayoría son tomados de la Wikipedia.
El plebiscito de Hitler
Nazismo y Monarquía (II)
Cuando Prusia selló el destino de Alemania
La paz de Westfalia (1648), el día que cambiamos la cruz por la bandera. 

07 marzo 2019

Historia del «Nuevo Orden Mundial»




Nota previa del editor del blog

Un esclarecedor estudio que, a pesar de los tiempos, sigue vigente, es indudable que el término "Nuevo Orden Mundial" está en decadencia por diversos factores. No obstante, la esencia de esta ponencia redactada en 2010 se mantiene intacta por otros medios. Usted debe comprender que no siempre los planes trazados por las élites globalistas tienen éxito, recurriéndose a un plan "B" que tampoco es único (existe la previsión de tener diversos planes estratégicos diseñados a largo plazo y para diferentes escenarios). Las élites no se conforman con ostentar el poder terrenal en el presente, siempre mirarán al futuro y preparan nuevas generaciones para perseverar la continuidad de ese esquema.

El término "Nuevo Orden Mundial" curiosamente fue adoptado por la Alemania Nazi (el "Nuevo Orden" hitleriano) y posteriormente en la posguerra por el círculo industrial financiero que decidió que la era de los políticos había terminado y que en adelante serían ellos quienes conducirían las riendas de la humanidad... (con el consentimiento de quién? ... de nadie) solo basados en la vieja máxima que el poder lo ejercen los más fuertes, en la actualidad debe entenderse como la fuerza político, económico y militar heredera de las viejas tradiciones imperiales, mejor conocida como "globalización".

En 1996, Noam Chomsky presentaba su libro "El Nuevo Orden Mundial (Y El Viejo)", se plantea que, supuestamente, tras la caída del muro de Berlin se terminaba una era e iniciaba otra. El denominado "Nuevo Orden Mundial", dice Chomsky, es como el viejo, pero con otro disfraz. Las reglas básicas siguen perdurando: los débiles están sometidos a la fuerza de la ley, mientras los poderosos se sirven de la ley de la fuerza

No entraré en más detalles, con la respectiva aclaración del traspié de algunos proyectos glabalistas que serán reemplazados por otros, demos lectura a la siguiente ponencia que ha estado a pasos de cristalizarse en todo el mundo, el lector recordará entonces que algunos de estos intentos de "hermanar" a los estados han fracasado por la acción decidida de quienes defienden el verdadero derecho natural y la vigencia del estado - nación.


***

por Pierre Hillard
Red Voltaire 
7 agosto 2010

Presentamos la historia de una corriente ideológica y de las poderosas personas que están detrás de todo esto. Estas buscan el surgimiento de bloques regionales tipo Unión Europea o UNASUR para orientarlos, poco a poco, hacia una forma de Gobierno Mundial. Su objetivo no es impedir las guerras sino extender su poderío financiero y comercial en el mundo entero. Su pensamiento reivindica el proyecto de un «Nuevo Orden Mundial» que debe edificarse sobre las ruinas de los Estados-Naciones. Hoy más que nunca resulta indispensable estudiar este proyecto de globalización político a fin de impedir que el ideal de Unidad Humana se transforme en una pesadilla totalitaria.


Reunidos en Londres, el 2 de abril de 2009, alrededor de la reina inglesa Elizabeth II para la foto, los presidentes y otros jefes de Estado de los veinte países más poderosos del mundo, G-20, quienes tienen previsto discutir en vista de crear un directorio económico mundial.


Con la ratificación del Tratado de Lisboa por los 27 países europeos el 19 de noviembre 2009 y la elección de Herman van Rompuy a la presidencia del Consejo Europeo, así como la decisión de elegir a Catherine Ashton como Alta Representante de la Unión Europea para las Relaciones Exteriores y la Política de Seguridad, la Unión Europea (UE) marcó un giro decisivo en sus ambiciones mundialistas. De esta manera el bloque comunitario de Estados europeos, es decir la Unión Europea, se va dotando, poco a poco, de un nuevo rostro político y dándose un «número telefónico» para retomar la expresión de Henry Kissinger.

Es verdad, hay nuevos arreglos —así como ciertos perfeccionamientos— indispensables afín de asentar definitivamente esta unión regional. En efecto, las rivalidades continúan y perduran entre el presidente del Consejo Europeo, el presidente de la Comisión Europea y la presidencia de turno de seis meses que va girando de un país miembro a otro país miembro. Esta situación molesta e irrita a la administración Obama. [1]. Sin embargo, dotando a la UE de una personalidad jurídica y de una completa primacía del derecho europeo sobre el derecho nacional (es decir el derecho nacional de un país miembro pasa a segundo plano, por eso Suiza y otros Estados europeos no son miembros (...) la UE se ha convertido un poder supranacional), la Unión Europea puede pretender de esta manera (¿a ser un modelo de éxito?) y convertirse en un actor en la escena internacional.

Sería falso afirmar que esta nueva vocación de la UE se hará en una completa independencia con relación al resto del mundo. De hecho, las elites europeístas apoyadas por la oligarquía financiera [mundial] avanzan unidas y en comunión de espíritu y alma con las otras uniones regionales en curso y en formación en el planeta.

En efecto, la Unión Europea es un componente de más en el vasto programa y diseño que conduce poco a poco a la Humanidad al surgimiento de bloques continentales [o regionales] dotados cada uno de una moneda, de una ciudadanía, de un parlamento único, etc. (...), y este conjunto de bloques está llamado a constituir un gobierno —o regencia— mundial. 

Nosotros podemos revelar o citar las siguientes uniones regionales en curso de formación o ya concretizadas:




- La Comunidad Económica Euroasiática (CEEA o (CEEA o Eurasec por Eurasian Economic Community) [2]: creada en octubre de 2000 y reuniendo varios países del antiguo bloque soviético (Rusia, Kazajstán, Bielorrusia, ...), persigue el objetivo de crear una unión aduanera [3] a partir de 2010 con la idea de tener una moneda común interactuando en este conjunto territorial, moneda que podría ser llamada «evraz» [4] o «euras» o tal vez «eurasia» (el nombre exacto de esta moneda todavía no ha sido decidido e incluso puede cambiar por otro nombre no previsto aún.) [5].




- La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) [6] unión creada en mayo 2008, este bloque prevé pasar de una lógica sub-regional a una identidad regional mediante la fusión en una sola organización, es decir uniendo el Mercosur y el Pacto Andino, reuniendo a todos los Estados del continente sudamericano (a excepción de la Guyana francesa, de las islas británicas Sandwich y Malvinas). El ideal buscado es la de lograr un parlamento y moneda única [7] y una ciudadanía [o nacionalidad] común. El UNASUR mantiene lazos privilegiados con su modelo europeo en el marco de una asamblea parlamentaria Euro-Latinoamericana llamada EUROLAT [8].




- El Sistema de Integración Centroamericano (SICA) [9] creado en diciembre de 1991, este grupo de países centroamericanos persigue los mismos objetivos de los citados anteriormente [es decir para Sudamérica], particularmente busca la creación de una moneda única y común a este bloque sobre todo después de la cumbre realizada en San Pedro de Sula (Honduras) en diciembre de 2008.




- El lanzamiento de la Organización de la Unidad Africana (OUA) [10] en 1963 permitió pasar a una situación más ágil y dinámica, y a partir de los años 1999-2000, con la creación de la Unión Africana (la UA en la ciudad de Durban, África del Sur en julio de 2002) y de la «Nueva Asociación para el Desarrollo del África» (NEPAD) [11]. Los objetivos buscados (comisión regional, parlamento panafricano, corte africana de derechos humanos, etc.) está calcada sobre el modelo europeo. [12].




- El Consejo de Cooperación del Golfo (Golf Cooperation Council, GCC) [13] creado en 1981, tiene como objetivo la de lograr una unión más solida y estrecha entre los países del Golfo (Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos). Busca también conseguir una moneda común que se prevé haga su aparición para los años 2010-2011. El nombre que recibirá esta moneda —según lo han afirmado algunas personalidades —es el «Khaleeji». Sin embargo, a pesar que la idea de dotarse de una moneda común ha sido validada, su nombre no ha sido confirmado oficialmente por el momento. [14].




- Una Unión Asiática también va cuajando poco a poco bajo la conducción de tres actores principales: Japón (CEAT, Council on East Asian Community), China (NEAT, the Network of East Asian Think Tank) y Corea del Sur (EAF, the East Asia Forum). Desde el 1 de enero de 2010, China y el ASEAN (siglas en inglés para designar la «Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) crearon el espacio geográfico más grande de librecambismo en el mundo, al cual se han asociado Corea, Japón, Australia y Nueva Zelandia. Ella debe permitir «acelerar este proceso de regionalización» como lo dice con gran gusto el señor Xu Ningning, Secretario General del Consejo Económico China-ASEAN [15].



Prosperity Partnership Of North America. Una idea de una unión Norte-Americana fue lanzada en marzo del 2005 en Texas (Waco) entre los presidentes de Estados Unidos, Canadá y México en el marco del PSP (Prosperity Partnership Of North America), es decir, Asociación para la Prosperidad y Seguridad de Norteamérica [16]. El objetivo buscado era alcanzar teóricamente en el transcurso del año 2010, la instauración de un perímetro político, económico y militar unificado entre los tres Estados [17]

Una nueva unidad monetaria llamada «amero» o «dólar norte-americano» (la designación de esta nueva moneda todavía no ha sido confirmada) y deberá remplazar el dólar estadounidense y canadiense así como al peso mexicano [18]. Esta mutación pasa por el desplome del dólar estadounidense actual y tendrá entonces una repercusión en todo el sistema financiero y monetario mundial. Esta crisis sistemática global (política, financiera, monetaria y geopolítica) debe agravarse en la primera mitad del año 2010 para que pueda favorecer la llegada e implantación de este Nuevo Orden Mundial, tan deseado por los amos y otros poderosos señores oligárquicos del sistema.

Finalmente, estaba previsto teóricamente para el 2015 la instauración de un bloque Euro-Atlántico unificado política, económica y militarmente [19]

En ese sentido podemos señalar que el Parlamento Europeo ha adoptado una resolución el 26 de marzo de 2009, tratando la «situación de las relaciones transatlánticas, esto ocurrió después de haber finalizado las últimas elecciones presidenciales en los Estados Unidos (con la victoria de Barack Obama)». Esta resolución tiene el mérito y la fuerza de recordar todos los acuerdos políticos, económicos y militares concluidos por ambas partes situadas en cada extremo del océano Atlántico, es decir, por un lado los EEUU y por otro lado Europa (mejor dicho la Unión Europea) [20].




Para que esta lista de datos que menciono pueda estar completa tengo que evocar un acontecimiento, un hecho muy importante que ocurrió durante la Cumbre de jefes de gobierno en la ciudad de Aquila en Italia (8-10 de julio de 2009), cumbre donde los presidentes hablaron de diversos temas muy importantes (crisis económica, clima, etc.) y que la mayor parte de la prensa comercial ha silenciado deliberadamente, ha omitido nformar a la opinión pública mundial.

Durante una entrevista con los periodistas, el presidente ruso Medvedev presentó y mostró un prototipo de moneda mundial, era una pieza de moneda fabricada en Bélgica y en la cual estaba grabada una frase en inglés que decía: «Unidad en la Diversidad» [21]. Esta presentación del presidente ruso constituye una prueba que un cambio mayor está en curso de gestación en los círculos secretos del poder. Por la primera vez, un presidente presentaba un ejemplar de una moneda capaz de poder ser la referencia monetaria única de toda la humanidad [22].



El presidente ruso Medvedev presentando un prototipo de moneda mundial durante la cumbre del grupo G-8 en Italia


El gesto del presidente ruso vienen a sustentar las palabras de Herman van Rompuy, quien durante su discurso de agradecimiento, luego de ser nombrado Presidente del Consejo de la Unión Europea, no dudo un solo momento en decir una frase llena de insinuaciones: «2009 es también el primer año de una gobernación mundial con la instauración del G-20 en plena crisis financiera» [23].

Esta afirmación, —viniendo de la parte de un partidario de la gobernación mundial— debe llevarnos a reflexionar y a formularnos la siguiente pregunta: ¿Cómo hemos llegado a esta situación? En efecto, la descripción de estas diversas uniones regionales, algunas en formación, otras ya concretizadas, en el marco de una autoridad única —con la implosión interna del Estado (gobierno) que la componen [24]— no es el fruto de una casualidad. Esta mutación resulta de un largo trabajo, de una labor y de mucho empeño por parte de las oligarquías financieras [25] y grupos elitistas políticos que han trabajado largo y tendido por el intermedio de think-tanks y otras fundaciones, para llegar al punto donde hemos llegado. 

(Nota de la redacción: un think-tank resulta ser frecuentemente centros propagadores de ideas provenientes de un lobby, que bajo la cobertura de «instituto de investigación» trabajan ideológicamente para convencer a las poblaciones civiles de la veracidad e importancia de los propósitos que conducen. A pesar de contar con especialistas, profesionales u otros intelectuales, el objetivo de un think-tank es de convencer a la gente de lo que ellos realmente tienen interés, y es ahí que se encuentra la manipulación).


La Oligarquía anglo - sajona y sus príncipes

El público francés es desgraciadamente ignorante y no conoce quiénes son los verdaderos actores [amos] de la política mundial (el autor siendo francés se dirige al público de su país, nota de la redacción). Estos actores de la política mundial no muestran sus rostros, prefieren el anonimato o generalmente se mueven entre los bastidores, ejerciendo sus talentos fuera de las pantallas de televisión, fuera de formaciones o partidos políticos, pero imponen sus decisiones e intereses. 


Para poder comprender mejor la desastrosa situación en la que se encuentran los defensores de la causa nacional (del Estado-Nación en cada país) a comienzos del siglo XXI, basta con recordar los principales rasgos y el papel eminentemente importante que ha jugado y juega la poderosa elite financiera y aristocrática anglo-sajona. Esta siempre ha constituido un Estado dentro del Estado.

Podemos situar en el tiempo el momento en que estas elites (barones, príncipes y otros nobles) se aprovecharon para tomar influencia y poder. Esto ocurrió durante la instauración de la «Gran Carta» el 15 de junio de 1215. Después de la derrota del rey Juan I de Inglaterra, más conocido como Juan sin Tierra, el 27 de julio de 1214, en la batalla de Bouvines, frente al rey Felipe II de Francia, llamado también Augusto.

En esas circunstancias, los barones ingleses se aprovecharon para reivindicar privilegios políticos y financieros. En adelante, la monarquía británica, la Corona inglesa estará obligada de componer y colaborar con una casta social que emplea la fuerza, el poder financiero y ambiciones comerciales. Es desde esa época que nació una elite ávida, reivindicativa y orgullosa. Es ella misma la que ha originado la existencia de estos grupos de presión, más conocidos como lobbies (cabildeos) y que por diversas vías, es decir por la finanzas, el espionaje o control de los medios de comunicación, ejercen enormes presiones sobre el poder político.

Este último, es decir el poder político [los políticos más precisamente], es dependiente del apoyo y sobre todo del dinero contante y sonante para poder mantenerse en el poder –por eso está obligado de tener en cuenta los intereses y consejos emanando de esta casta

Los think-tanks, fundaciones, grupos elitistas son los herederos y descendientes de un estado de espíritu elitista y mercantil, de un modo de vida selectivo y exclusivo. Estos cenáculos se han convertido en los centros exclusivos e imperativos de una minoría activa que condiciona incluso el avenir del mundo anglo-sajón y, poco a poco, del universo entero.

Contrariamente al concepto político francés que somete cualquier actividad o interés privado para favorecer primeramente el interés del Estado nacional, prioritario en ese sentido, es decir, el interés común del pueblo, estas organizaciones político-comerciales no dependen de ninguna autoridad nacional. Desde muy temprano, estos grupos elitistas ejercieron sus talentos para cimentar sus intereses de casta. Desde la Edad Media, compañías como London Staplers, London Mercers Company, o incluso British East India Company (la BEIC en el siglo XVII) han sido las puntas de lanza del imperialismo británico.

Hay que precisar también que esta aristocracia comercial ha sabido pasar el relevo a sus herederos y descendientes, llevando siempre la antorcha de la conquista y del control de las riquezas, de generación en generación. «Siempre más» para tomar una expresión dicha por François de Closets (periodista y realizador francés). 

La derrota francesa en América del Norte condujo a la firma del Tratado de París del 10 de febrero de 1763, esto puede ser considerado como el acto de nacimiento y el ascenso en potencia de la oligarquía británica. En efecto, la perdida de la Nueva Francia (territorios del actual Canadá y EEUU) otorga a la Corona Británica un continente entero lleno de riquezas, de fabulosas materias primas y prácticamente despoblado. La incapacidad de la monarquía francesa para poblar estos vastos territorios e integrarlos a la esfera de la civilización greco-romana, hace inclinar la balanza, es decir todo este espacio geográfico pasa bajo la influencia del mundo anglo-sajón. Inculcados de una creencia mesiánica, las elites conquistadoras angloamericanas, en contacto con sus homólogos británicos estaban listos ya y determinados a imponer su modelo al resto del mundo.

Después de las guerras de la Revolución Francesa y la derrota de Napoleón I en el año 1815, el poderío anglo-sajón ya no tiene rival en los mares. Potencia demográfica, poblamiento de vastos territorios en América del Norte, en África austral, en Australia y Nueva Zelandia le ayuda a implantar colonias y controlar puntos estratégicos en diversas partes del mundo (Gibraltar, Hong Kong …), controlando así territorios en varios continentes, implementación de tecnología de punta y un sector bancario con buen rendimiento permitieron a estas aristocracias comerciales de Londres y de Nueva York comenzar a soñar en un control del mundo bajo los auspicios de la City [centro de negocios de Londres] y de Wall Street [bolsa de New York]. Un hombre ha encarnado de manera emblemática este ideal: el señor Cecil Rhodes.

Cecil Rhodes (1853-1902) [26]



Cecil Rhodes fue un gran defensor del Imperio Británico, emigra a África austral en donde su personalidad y sus cualidades intelectuales excepcionales le permiten hacer fortuna en el sector del diamante. Fue gracias a él que surgió y se desarrolló la industria del diamante mediante la creación del grupo De Beers, en relación y con el apoyo de Nathaniel Mayer Rothschild (1840-1915). Su fortuna colosal le abre las puertas de la colonia británica. 

Cecil Rhodes prepara el terreno para que el Estado Sudafricano (dominio del Imperio Británico) tome forma y pueda nacer como país, hecho que se concretizará años después de su muerte (1910). 

Su influencia financiera y política le permite controlar vastos territorios a los cuales les da su nombre: Rhodesia. Territorios divididos más tarde en Rhodesia del Norte y Rhodesia del Sur, estos países son hoy en día las actuales repúblicas de Zambia y Zimbabue.

Trabaja febrilmente para realizar un proyecto colonial, su idea es la de construir una inmensa línea de ferrocarril que parta de Ciudad del Cabo hasta El Cairo (Egipto). En su visión de preservar y defender el Imperio Británico, las vías de comunicación jugaban una función primordial para la explotación de variadísimas riquezas. El desarrollo de las vías de comunicación (bajo todas sus formas [27]) es la clave para el buen funcionamiento del Imperio. Este precepto es en inicios del siglo XXI de gran actualidad [28]. Las vías de comunicación constituyen las arterias irrigando el imperio comercial y político.

Más allá del buen funcionamiento del Imperio Británico, un ideal superior no concretizado mortifica enormemente a Cecil Rhodes. En efecto, convencido de la superioridad de la «raza» anglo-sajona, Cecil Rhodes concibe una [estrategia] política a fin de conservar esta supremacía: la unión de todos los países anglo-sajones o, más exactamente, la instauración de un bloque reuniendo el Imperio Británico y los Estados Unidos de Norteamérica.

Este conjunto debe convertirse, según Cecil Rhodes, en el zócalo, la base, la fundación que permitirá el nacimiento de un Estado Mundial animado de los principios y de la filosofía de la aristocracia comercial anglo-sajona.
A fin de lograr este objetivo, él estimó necesario reclutar personalidades destacadas y con educación universitaria superior, que incitadas por el mismo ideal, serían apoyadas [por Cecil Rhodes] para ocupar puestos claves en diversos sectores, es decir en la economía, la finanza, el ejército, la educación, la inteligencia ligada al espionaje e incluso en el periodismo y la prensa.

Así, asemejándose a un ejército, estas diferentes personas, como si se tratasen de jesuitas predicadores de la globalización, convergiendo hacia un mismo objetivo, a fin de formar y forjar los espíritus y las mentes de los demás en sus respectivos países, al mismo tiempo que desarrollan las estructuras político-económicas conduciendo al nacimiento de un Estado Comercial Mundial.

En su mente, para concretizar ésta ambición titánica y que exige mucho esfuerzo, el magnate piensa que es indispensable crear «becas de estudios Cecil Rhodes» (Rhodes Scholarships en inglés). Cecil Rhodes no tuvo la suerte de ver concretizarse su ideal estando en vida. Fue solamente en el año 1904 que sus más íntimos colaboradores lanzan las primeras becas de estudio llevando su nombre en la Universidad de Oxford. El sociólogo francés Auguste Comte decía con ironía que «los muertos gobiernan a los vivos». Esta frase puede aplicarse a Cecil Rhodes.

Sus conceptos han moldeado el mundo del siglo XX y comienzos del siglo XXI. 

Sin necesidad de nombrarlos a todos, podemos citar algunos beneficiarios [ganadores] de estas becas de estudio Cecil Rhodes: por ejemplo el Primer ministro australiano Bob Hawke (1981/1993); James Woolsey, director de la CIA (1993/1995); Wesley Clarke, comandante militar de la OTAN (Alianza Atlántica) durante el decenio de los años 1990 y principal conductor de la destrucción de la Yugoslavia en marzo 1999; el presidente estadounidense Bill Clinton (promoción 1968) e incluso James William Fullbright (senador del Arkansas, EEUU, gran figura de la política estadounidense) [29].

La política de Cecil Rhodes no hubiese podido alcanzar las dimensiones que conocemos sin el apoyo de sus más cercanos e íntimos colaboradores. Aquí tampoco podemos citar la larga y consecuente lista de nombres que figuran a la lectura de la carta de la Anglo-American Etablishment establecida por Carroll Quigley.

Los hombres que rodeaban a Cecil Rhodes se caracterizaban por algo muy peculiar: ellos ocupaban los puestos claves en los diferentes sectores de la sociedad británica en la segunda mitad del siglo XIX [30]. Ellos han determinado el avenir del mundo de una manera implacable. En esta larga lista, nosotros retendremos tres personajes:


Alfred Milner (1854-1925)



Una de las figuras más representativas y emblemáticas del pensamiento de Cecil Rhodes después de su muerte, considerado también como su sucesor e hijo espiritual, fue Alfred Milner (1854-1925, llamado también Lord Milner). Entre sus numerosas actividades, podemos citar como ejemplo, director de la London Joint Stock Bank, jefe del gabinete de guerra del Primer ministro inglés Lloyd George cuando estalla la Primera Guerra Mundial (1914-1918). 

Durante este conflicto bélico, un acontecimiento determinante para las generaciones futuras va ocurrir en noviembre de 1917. En efecto, en esa fecha aparece la «Declaración Balfour» (del nombre de un hombre político inglés llamado Arthur James Balfour), quien afirmaba bajo los auspicios del gobierno británico la necesidad de crear una patria judía en Palestina y su reconocimiento.

Dicho reconocimiento fue oficializado rápidamente por una carta dirigida a la atención de Walther Rotschild quien era el intermediario con el movimiento sionista en Gran Bretaña. En realidad, el verdadero redactor de esta declaración fue Alfred Milner. Como lo explicó posteriormente Carroll Quigley, la «Declaración Balfour» debió llamarse más bien «Declaración Milner». [31].

Philipp Kerr (1882-1940, convertido más tarde en lord Lothian) fue el secretario privado de Lloyd George. Cabe precisar que Philipp Kerr era la correa de transmisión en los intercambios políticos entorno al Primer ministro inglés y, en ese sentido, era el verdadero pívot por donde pasaban los contactos y decisiones del conjunto del «grupo Milner» [32]. Posteriormente Philipp Kerr fue nombrado embajador del Reino Unido en Washington.

Finalmente, podemos evocar el papel jugado por Lionel Curtis (1872-1955). A parte de su participación en los trabajos del Tratado de Versalles, él fue el autor [inventor] de la expresión «Commonwealth of Nations» cuya aplicación data de 1948. Como lo ha revelado Carroll Quigley, esta expresión nació durante las reuniones de trabajo cuyo objetivo era encontrar una frase adecuada para preparar al Imperio Británico a las mutaciones políticas que conducían a una reorganización mundial. Estas sesiones de trabajo llamando a una Commonwealth remontan al año 1916 [33]. Recordemos igualmente para finalizar, que Lionel Curtis jugó una función determinante, en 1919, cuando fundó el think-tank inglés Royal Institute of International Affairs (RIIA conocido también como el Chatham House).

Para comprender como funciona la mecánica de la mundialización [globalización] y cómo ella se ha ido implantando poco a poco en el mundo es necesario estudiarla como si se tratara de un inmenso rompecabezas. Hay que examinar cada pieza de este rompecabezas e ir construyéndolo para tener una visión definitiva de lo que representa. Por tal razón, para pasar a otro escalón de este sistema, nosotros recordamos al lector que debe guardar al espíritu estos diferentes elementos y factores que le permitirán ver finalmente el panorama completo de este conjunto. Será únicamente de esta manera que nosotros podremos comprender como funciona este «Monstruo».


La Sociedad Fabiana (Fabian society) [34]


La Sociedad Fabiana [35] es un instituto que floreció por vez primera en Londres en el año 1884 bajo la impulsión del político inglés Sydney Webb (1859-1947) y de su esposa Beatrice Webb, podemos incluir también al escritor irlandés George Bernard Shaw (1856-1950). La vanguardia de esta sociedad se consolidó bajo la influencia de un promotor [divulgador activista] del socialismo llamado Robert Owen (1771-1858) [36], que a su vez transmitió sus ideas y enseñanzas a John Ruskin (1819-1900), profesor universitario a Oxford [37] y terminó influenciando finalmente a Cecil Rhodes [38]. Otras personalidades impregnadas del ideal socialista cristiano como Frederik Derrison Maurice (1805-1872) prepararon el terreno durante el siglo XIX para que la fundación de la Sociedad Fabiana devenga una realidad. El nombre de «Fabiana» (Fabian en inglés) fue tomado en referencia al nombre de un general romano de la época de las Guerras Púnicas llamado Quinto Fabio Máximo (hacia los años 200 antes de Jesucristo), conocido también como Fabius Cunctator (el «Temporizador» es decir el que retrasa).

Luchando frente al general cartaginés Aníbal, el militar romano practicaba una estrategia de guerrilla que consistía en no acelerar las cosas (los ataques) a fin de esperar el desgaste del enemigo y lograr así su objetivo (victoria), podríamos decir conseguirlo a «fuego lento».

Es este método, el de un cambio gradual, suave pero implacable lo que caracteriza como marca de fábrica a la Sociedad Fabiana

Ella defiende el principio de una sociedad sin clases, que debe conducir a la síntesis del socialismo (Estado benefactor) y del capitalismo (leyes del mercado), fusión que debe conducir a la implantación de una economía monopolística en el marco de un Gobierno Estatal Globalizado. Y para que se concreticen las ambiciones de la Sociedad Fabiana, sus dirigentes estiman que es necesario ir despacio, paso a paso, o según su expresión por «graduación». La influencia de esta sociedad es inmensa porque numerosos políticos ingleses han sido miembros de la Sociedad Fabiana. [39].

Sin embargo, su influencia tuvo más repercusión y su pensamiento alcanzó mayor auge cuando la Sociedad Fabiana se vio involucrada en la creación de la London School of Economics (LES) en 1895 gracias a la labor pionera de Sydney Webb. Esta prestigiosa escuela superior de enseñanza económica que ha diversificado sus disciplinas con el tiempo, ha formado en un espíritu fabiano, varias generaciones de dirigentes ingleses pero también numerosos estudiantes del mundo entero. Estos últimos, en gran parte, han llegado a ser importantes cuadros o dirigentes en la vida política o económica de su país de origen.

Como ejemplo podemos citar al ex-presidente de la Comisión Europea, el italiano Romano Prodi; al antiguo presidente John Kennedy; a la reina de Dinamarca Margarita II; a Pierre Trudeau (Primer Ministro canadiense); al especialista en hacer lobby (o cabildeo), miembro de numerosos think-tanks, Richard Perle (conocido también bajo el seudónimo del «príncipe de las tinieblas»); al financiero Georges Soros (fundador de los institutos Open Society repartidos en el mundo entero); al antiguo consejero del fallecido presidente francés François Mitterrand, el senor Erik Orsenna e incluso podemos incluir al cantante rock de los Rolling stones, Mike Jagger (¡entró hace tan sólo un año! [40]), toda esta gente se ha sentado en las sillas de esta escuela. La London School of Economics gracias a la acción de la Sociedad Fabiana ha contribuido a formatear el espíritu de numerosas personalidades en el mundo. Pero la influencia de esta sociedad ha evolucionado y esto gracias al trabajo de uno de sus miembros, el escritor Herbert George Wells (1866-1946).


H.G. Wells (1866-1946)


Impregnado del ideal fabiano, H.G. Wells supo desarrollar sus puntos de vista en los numerosos libros que escribió. Autor de best-seller como El hombre invisible, La máquina del tiempo, La guerra de los mundos, este escritor inglés supo encontrar la manera de propagar sus convicciones en una obra publicada en 1928: La conspiración abierta [41] (Open conspiracy en inglés), obra preconizando el advenimiento de un Estado (gobierno) mundial sin clases, capaz de controlar todo («una nueva comunidad humana» según la propia expresión de H.G. Wells).

Una ala política [de esta ideología] busca un método para reducir drásticamente la población mundial y la utilización de la eugenesia. En efecto, desde un principio, H.G Wells presentó sus teorías en una obra poco conocida y cuyo título: La Destrucción liberadora (The World Set Free en inglés), corresponde exactamente a la expresión de la logia masónica Ordo ab Chao. Este libro apareció en 1914. Esta obra cuenta la historia de una guerra generalizada que va conducir [a la humanidad] a la creación de un Estado (gobierno) Mundial constituido en diez bloques («10 circunscripciones» según la frase del mismo autor) [42]. Es en este libro —recordamos nuevamente que fue publicado en 1914— que encontramos por primera vez la expresión «Nuevo Orden Mundial» [43]. Mucho más tarde, en 1940, H.G. Wells vuelve a repetir sus ideas, esta vez no deja dudas a los que dudan, publica un libro cuyo título será: El Nuevo Orden Mundial [44].

Todos estos miembros y representantes fabianos frecuentaban y colaboraban estrechamente con el equipo de Cecil Rhodes y luego con el de Lord Milner. Así se fue forjando un verdadero clan, una entidad, con un espíritu y objetivo común: la concretización de un Estado (gobierno) mundial, era esto lo que motivaba a estas diversas personas. Estas elites anglo-sajonas, que son los sucesores históricos y legítimos [así como los continuadores] de las aristocracias comerciales de la Edad Media, han continuado concentrando sus fuerzas en el seno de diversos clubs [e institutos] como el Pilgrim Society fundado en 1902 en Londres y en New York [45]. Pero el pensamiento de este movimiento va conocer una aceleración en 1910 con la creación de la Round Table.



La Round Table y sus «críos» [46]



La Round Table (Mesa Redonda) [47], es la heredera de un pasado multisecular de tradiciones místicas, financieras y elitistas, y marca una etapa decisiva en los preparativos debiendo conducir a un Estado (gobierno) mundial. En efecto, bajo los auspicios de Lord Milner y sus seguidores, este instituto de alta gama fue creado en estrecha colaboración y comunicación con las elites financieras estadounidenses a fin de asentar la predominancia del mundo anglo-sajón y buscar así el advenimiento del Estado (gobierno) mundial. 

Otras Round Tables fueron creadas en todos los dominios y colonias del Imperio Británico e incluso en los Estados Unidos. Queriendo compartir las ambiciones de Cecil Rhodes, financieros de renombre comenzaron a integrarse al equipo de Lord Milner, como por ejemplo Alfred Beit (1853-1906), Sir Abe Bailey (1864-1940) y la familia Astor. Otros grupos vinieron a juntarse a estos iniciadores del mundialismo de la Round Table, financieros tales que J.P Morgan [48], el banco Lazard e incluso las familias Rockefeller y Whitney [49].

Antes de continuar el estudio de las «bondadosas obras de caridad» de la Round Table, es indispensable de precisar lo siguiente: estas conocidas familias de la mundialización (o globalización), a pesar de compartir un ideal común, no pudieron evitar de pelearse entre ellos mismos y por sus propios desacuerdos internos. Podemos constatar dos causas: la primera es tan vieja como el mundo, se llama rivalidad. Las rivalidades a causa de las ambiciones y de personas ambiciosos buscando cada vez más poder, más influencias y más riquezas, a fin de ocupar los mejores puestos del poder, desafortunadamente la historia de esta aristocracia comercial está plagada de estos hechos. Este fenómeno es tan viejo como la misma historia del Hombre.

En efecto, bajo la engañosa apariencia de gozar de una unidad monolítica se escondían dos corrientes de pensamiento en competición. Ambas corrientes, a pesar de todo, persiguían [y persiguen] el mismo objetivo: la instauración de un Estado (gobierno) mundial. Sin embargo, la primera versión defiende la óptica de la constitución de un bloque anglo-sajón unificado (Imperio Británico asociado a los Estados Unidos), esta base, este zócalo o cimiento anglo-estadounidense sería para ellos la columna vertebral permitiendo al resto del mundo asociarse.

La segunda corriente tiene una visión diferente. Estima que no es necesario privilegiar el nacimiento de un Imperio anglo-sajón donde los demás países vendrían acoplarse. Preconiza más bien el advenimiento de un mundo en donde ningún país tenga la capacidad de imponer su ley o su filosofía política. Los partidarios de esta segunda vía tratan de crear una especie de «caldo de cultivo» generalizado, unificador de la humanidad entera en un solo bloque sin ninguna distinción. 


Estamos frente a un diferendo de visiones entre los partidarios de un mundialismo [globalización] anglo-sajón y los partidarios de un mundialismo [globalización] planetarizado.

Durante la Primera Guerra Mundial el tiempo transcurrió como si se tratase del juego del sube-baja, pasando de un mundo a otro mundo. Es difícil de citar en detalle el importante papel que desempeñaron las elites anglo-estadounidenses durante este conflicto mundial [50], podemos afirmar sin equivocarnos la relevante misión cumplida por el sueco Olof Aschberg (1877-1960) a la cabeza de su banco Nya Banken de Estocolmo. Él fue el gran financiero sirviendo de intermediario entre las elites de Wall Street (New York) y la City (Londres) de un lado y los dirigentes bolcheviques del otro lado

Su apodo era el «banquero de Revolución Mundial». Como nos lo recuerda el investigador Antony Sutton, el banco de Olof Aschberg tenía una filial en Londres —el Bank of North Commerce —, cuyo presidente era el Sr. Earl Grey, un importante miembro del equipo de Cecil Rhodes y de Lord Milner [51].

Este último [Lord Milner] jugó una función capital en el seno de la oligarquía anglo-sajona. Además de su desbordante actividad citada anteriormente, fue el mismo Lord Milner quien supo convencer al Primer ministro inglés Lloyd George de apoyar incondicionalmente a la revolución bolchevique de Lenín

Estos hechos históricos ocurridos e importantes para la evolución y avenir del mundo se concretizaron después de la visita a Londres, a finales de 1917, de William Boyce Thompson (1869-1930), acompañado de un representante del banco JP Morgan, Thomas W. Lamont (1870-1948) [52]. Esta persona, miembro del directorio ejecutivo del Banco Federal US (EEUU), es decir de la Fed [Reserva Federal], W.B Thompson era al mismo tiempo un agente al servicio de la oligarquía en el seno de la Cruz Roja estadounidense presente en la ciudad de Petrogrado [hoy San Petersburgo] en 1917.

Bajo esta cobertura, William Boyce Thompson pudo entrar en contacto con los revolucionarios rusos bolcheviques y entregarles la suma de un millón de dólares [enorme suma de dinero para esa época] [53]. En su viaje de regreso a New York, hizo una escala en Londres para remitir un memorándum a Lloyd George recordándole de seguir apoyando la revolución [rusa] bolchevique. Lord Milner, gran admirador de Karl Marx, apoyó a su vez a William Boyce Thompson en sus negociaciones a fin de convencer más a Lloyd George en ese sentido.

La revolución bolchevique no habría visto el amanecer sin el apoyo determinante de la oligarquía comercial anglo-estadounidense [54].

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, las potencias comerciales anglo-sajonas —que salían victoriosas de esta conflagración mundial— se encontraban en buenas condiciones, mientras que Francia salía de la guerra demográfica y financieramente arruinada. El Tratado de Versalles no garantizó la seguridad de Francia frente a una Alemania disminuida y dependiente en gran parte de los préstamos [bancarios] anglo-sajones acordados a su economía.

Francia se encontró paralizada e impotente frente a los ricos tesoreros y cajeros anglo-sajones y su situación se agravó más cuando estos financieros prefirieron acordar sus préstamos —mediante los planes de inversión Dawes (1924) y Young (1928) — que colocaba la economía alemana bajo la tutela de los bancos londinenses y neoyorquinos [55], y que fueron determinantes para el refortalecimiento del poderío industrial germánico y nazi

En efecto, gigantescos complejos industriales de acero y de química (IG Farben y Vereinigte Stahlwerke), indispensables para hacer la guerra, nacieron en Alemania en el decenio 1920-1930. La derrota francesa frente a Alemania en 1940, es decir al inicio de la Segunda Guerra Mundial, encuentra sus causas en parte a la acción y comportamiento financiero-comercial de los anglo-sajones a favor de recuperación económica y técnica de la Alemania nazi (sobre todo en los sectores del acero, del combustible sintético y del caucho) [56].

Edward Mandell House (1854-1938)


Paralelamente a esta política, las elites anglo-estadounidenses decidieron preparar desde los años 1918-1919 una mutación en la Round Table. En efecto, en vista de conseguir una mayor eficacia, se decidió crear dos think-tanks uno a cada orilla del Atlántico [es decir uno en los EEUU el otro en Inglaterra] cuya misión consistía en convertirse en los motores propagandísticos de la política extranjera de estos dos países. Del lado inglés fue la creación en 1919, bajo el patrocinio de Lionel Curtis —un colaborador más de Lord Milner— del Royal Institute of International Affairs (RIIA, conocido también como Chatham House) [57].

Era el mismo Lionel Curtis quien promovía una Commonwealth federativa capaz de integrar poco a poco los diferentes países del mundo [58]. Estos objetivos eran defendidos y apoyados en los EEUU por Clarence Streit (1896-1986) [59], un periodista corresponsal del New York Times acreditado ante la Sociedad de Naciones (y ganador también de una beca de estudios Cecil Rhodes, promoción 1920), y por otro lado, el representante estadounidense del «grupo Milner», el Sr. Frank Aydelotte [60].

Del lado estadounidense fue la creación del Council on Foreign Relations (CFR) [61] en 1921 bajo el patrocinio de un personaje que desempeñó una posición central, el coronel Edward Mandell House (1854-1938). Consejero íntimo del presidente Wilson [62], este coronel fue el pívot entre el grupo Milner y los «poderosos» de Wall Street (JP Morgan, Vanderlip, Rockefeller, Warburg, …). En esta lista incompleta, nosotros podemos citar un nombre importante, Paul Warburg, que estuvo a la cabeza de la Reserva Federal US (la Fed) desde su creación en 1913.

Este banco oligárquico privado, independiente en sí y ajeno al poder central gubernamental [el gobierno de EEUU no tiene control sobre sus actividades] es responsable de la emisión monetaria nacional —del dólar estadounidense— [63], es decir una entidad privada comportándose como un Estado dentro del Estado. Fue el mismo Paul Warburg quien dirigió el CFR desde su fundación. Estamos ante un caso, ante un complicado entretejido de responsabilidades de primera magnitud en el seno de la oligarquía anglo-sajona.

Ya hablaremos más del Sr. Paul Warburg cuando abordemos el capítulo dedicado a Pan-Europa.

La síntesis de toda la tarea realizada por el coronel House, cuaja por así decir sola, cuando éste publicó su libro —una obra maestra en la mística mundialista [o globalizadora]—, libro que tiene como título: Philip Dru, administrator [64] escrito en 1912. Esta novela evoca un Golpe de Estado conducido por un oficial [militar de carrera estadounidense] de la academia castrense de West Point (es decir el mismo Philip Dru) logrando instaurar una dictadura en los Estados Unidos de Norteamérica y suprimir la constitución del país.

De manera semejante a Lord Milner, el coronel House no duda en evocar sus convicciones profundas cuando afirma que su héroe en la novela (Philip Dru) impone «un socialismo tal como lo habría soñado Karl Marx». 

House describe también en el capítulo 52 de su libro su ideal de unificación de la totalidad del bloque Norte-Americano, hecho que ya ha sido consolidado desde el lanzamiento oficial del proyecto en la ciudad de Waco (Texas, EEUU) en marzo del 2005 y como lo hemos explicado al comienzo de este artículo. 

Sólo podemos constatar [con sorpresa] que estas elites han anunciado — ¡hace más de cien años! — como iban a desarrollarse los acontecimientos. 

La telaraña mundialista [globalizadora] ha sabido reforzar su influencia gracias al nacimiento de un instituto destinado a jugar una función de primer orden en la construcción europea: la Pan-Europa.


Pan-Europa, trampolín de la globalización [mundialización]


La creación de la Pan-Europa se debe a la labor de un aristócrata austriaco de madre japonesa llamado Richard de Coudenhove-Kalergi (1894-1972). El objetivo declarado de Coudenhove-Kalergi era impedir que vuelvan a repetirse las atrocidades de la Primera Guerra Mundial. Esta buena intención a primera vista escondía un plan secreto, la consolidación de un objetivo que Coudenhove-Kalergi tenía en mente. En efecto, el movimiento de Coudenhove-Kalergi va indicar cuál es la dirección a seguir y para convencer a los demás de seguir su rumbo, su agrupación presenta un informe a la Sociedad de Naciones en 1925 (precursora de la ONU]. Su objetivo es unificar toda Europa a fin de integrarla en una organización política mundial única. Y para lograrlo, él menciona en su informe la necesidad de crear [primeramente] «continentes políticos», cuyo conjunto debería constituir [más tarde], una federación de federaciones, este era el plan y pensamiento de Coudenhove-Kalergi [65].

Sus afirmaciones federalistas correspondían exactamente a las aspiraciones y objetivos buscados por la Sociedad Fabiana. Aprovechándose del apoyo de estos aliados, Coudenhove-Kalergi organiza en 1926 el primer congreso Pan-Europeo en la ciudad de Viena (Austria), con los auspicios de su presidente de honor, el Sr. Aristide Briand (1862-1932) [66] quien era al mismo tiempo presidente del consejo de ministros del gobierno francés. Fue durante este congreso, que reunía y contaba con participantes de diversas nacionalidades, [67] que se decidió de debatir para elegir cuál sería el himno europeo. Y fue en ese momento que se escogió la Oda a la Alegría de Beethoven [68], y que es hoy en día el himno de la Unión Europea.

Los objetivos de la Pan-Europa fueron revelados con gran pompa en su carta de «Principios Fundamentales» que estipula lo siguiente: 

«(…) La unión Pan-Europea declara consagrarse [a preservar] el patriotismo europeo, cúspide [valor supremo] de las identidades nacionales de todos los europeos. En una época de interdependencias y de desafíos mundiales, solamente una Europa fuerte y políticamente unida puede garantizar el avenir [futuro] de sus pueblos y entidades étnicas. La unión Pan-Europea reconoce la autodeterminación de los pueblos y el derecho de los grupos étnicos al desarrollo cultural, económico y político (…)» [69].

Richard de Coudenhove-Kalergi (1894-1972)


Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, Coudenhove-Kalergi, estuvo refugiado en los Estados Unidos dedicándose a la enseñanza en la New York University organizando seminarios del tipo —Research for a postwar european federation («investigaciones para una federación europea post-bélica»)—, favorable al federalismo europeo

De regreso en Europa en 1946, es decir cuando finalizó la guerra, él contribuye enormemente a la creación de la Unión Parlamentaria Europea, la cual favoreció a su vez y posteriormente, en 1949, la creación del Consejo de Europa [70]. Fortaleciendo su influencia en todos los países (Estados), esta organización europea tiene bajo su mando diversas representaciones nacionales encargadas de difundir el ideal de su padre fundador [71], quien después de haber recibido en 1950 la más importante condecoración europea, el Premio Carlomagno [72], pasó la antorcha de la misión al Sr. Otto de Habsbourg en 1972 y este a su vez al Sr. Alain Terrenoire.

Se puede comprender mejor el impacto que tiene esta agrupación, [el instituto] Pan-Europa, si analizamos por ejemplo, cual es la verdadera esencia que mueve o genera la guerra: el dineroLas fuentes de financiamiento de este instituto nos dejan ver la insondable y vigorosa complicidad de su principal dirigente y líder máximo con los demás actores de la globalización [mundialización].

En efecto, aparte de gozar del apoyo de mecenas industriales y financieros, el Sr. Coudenhove-Kalergi se benefició del patrocinio del banquero Max Warburg, representante del banco alemán en Hamburgo. Como lo hemos visto anteriormente, su hermano Paul (trabajando en la rama estadounidense) se encontraba a la cabeza de la Fed (Reserva Federal de EEUU) y del CFR.

Ahora podemos comprender porque Coudenhove-Kalergi tenía luz verde para cooperar y negociar con los medios financieros de Wall Street y sus socios en Londres. Esta complicidad entre el fundador de la Pan-Europa y los medios mundialistas [globalizadores] iba proporcionalmente en aumento, cuando sabemos que Max Warburg era miembro del ejecutivo de IG Farben Alemania mientras que su hermano Paul Warburg, era miembro del ejecutivo de la rama IG Farben Estados Unidos [73](Nota del editor del blog: Los Warburg eran una rica familia judía alemana. En la década de 1930, a pesar del surgimiento del Partido Nazi, Max Warburg tenía esperanza para el futuro de Alemania. Desde 1933 laboró en la junta directiva del Reichsbank alemán bajo el mando de Hjalmar Schacht. Max Warburg vendió su banco porque las leyes de Nuremberg de 1935 dieron inicio a la campaña de "Arianización", emigró a los Estados Unidos en 1938).

La llegada de Adolf Hitler al poder, como lo explica el investigador Antony Sutton, sólo se puede comprender por la poderosa ayuda que recibió el dictador alemán por parte de los industriales y financieros anglo-sajones por intermedio de sus homólogos germanos. En este asunto, el director del Reichsbank, el Sr. Hjalmar Schacht (1877-1970), jugó un papel clave como intermediario. Su trabajo ganaba en importancia a medida que este personaje subía en los escalones del poder, hasta alcanzar el puesto de Ministro de Economía del III Reich, puesto que ocupó de 1934 a 1939.

El remonte y progreso económico de la Alemania nazi gracias a estos apoyos permitió a Hitler continuar con una política militarista que él nunca hubiese podido entamar ni aplicar en una Alemania arruinada, si no hubiese solucionado antes las esenciales necesidades básicas de la población alemana.

Por estas confabulaciones, complicidades y fechorías con el régimen nazi Hjalmar Schacht debió ser juzgado y condenando a la pena de muerte durante el Proceso de Núremberg al finalizar la Segunda Guerra Mundial, proceso que juzgaba a todos los responsables nazis, pero curiosamente él fue absuelto.

En efecto, Hjalmar Schacht estaba ligado sólidamente a la aristocracia comercial anglo-sajona. Su padre, el estadounidense William Schacht, había trabajado 30 años en el seno de la filial Equitable Life Assurance de Berlín (Alemania) [74]Su hijo era pues, desde su nacimiento, un miembro más por herencia, un socio más trabajando para el sistema mundialista globalizador. 

Estas afirmaciones cobran más valor cuando sabemos además que el señor Hjalmar Schacht era miembro desde 1918, del comité ejecutivo del Nationalbank für Deutschland (Banco Nacional de Alemania), junto al banquero Emil Wittenberg, miembro a su vez del comité ejecutivo del primer banco soviético creado en 1922, es decir el banco Ruskombank [75]. Dicho banco soviético estaba dirigido por un banquero sueco … Olof Aschberg [76] personaje que hemos citado al comienzo de este artículo. Para continuar comprendiendo este atolladero de nombres y conexiones, para seguir mareándonos aún más en estos nexos y círculos de los poderosos, podemos precisar que el director de la filial extranjera de la Ruskombank, es decir el norteamericano Max May [77], ocupaba el puesto de vice-presidente de la Guaranty Trust Company, una filial del banco JP Morgan [78] que era a su vez uno de los cimientos financieros de Wall Street

En este asunto, un importante cargo estadounidense de Wall Street trabajaba en el seno de la elite bancaria soviética. Además, añadiremos para concluir, que la colaboración de Hjalmar Schacht con este sector se veía reforzada por los lazos de amistad con el patrón [dueño] del Banco de Inglaterra, el Sr. Norman Montagu. Ahora podemos comprender mejor porque Hjalmar Schacht nunca tuvo que preocuparse de ser juzgado por su participación en el régimen nazi de Adolf Hitler[79]

El apoyo que ofreció la aristocracia comercial y apátrida anglo-sajona al comunismo, al nazismo así que el apoyo para que Franklin Delano Roosevelt [80] tomara el poder en los Estados Unidos , —como lo explica en su trilogía Wall Street el autor Antony Sutton—, era una forma de experimento actuando en un marco regional, es decir, por un lado en la Unión Soviética, por otro en la Alemania nazi, y otro en los Estados Unidos [81]

Bajo diferentes formas de denominación, Antony Sutton concluye que estas ideologías, llamadas de maneras diversas «socialismo soviético», «socialismo colectivo» (para el nacional-socialismo nazi) y «socialismo de Nuevo trato» (New Deal norteamericano), todas eran simplemente las diferentes caras de un socialismo monopolístico; ideal [o modelo] de organización que debe conquistar el mundo a nivel planetario en este amanecer del siglo XXI y en el marco del «Nuevo Orden Mundial».

La guerra de 1939-1945 es en cierta forma el resultado de todo este trabajo de fondo que permitió que se vaya torciendo, que se vaya girando despacio hacia la trayectoria de otro mundo: la instauración y surgimiento de dos bloques aparentemente antagonistas y obedeciendo perfectamente al principio hegeliano de la tesis y de la antítesis. Sin embargo, estos dos mundos estaban irrigados por las mismas fuentes financieras. Entonces, por tal motivo, era posible de seguir preparando el terreno, el ordenamiento, debiendo permitir el advenimiento y realización [concretización] de un Estado [gobierno] mundial.


El periodo posterior a 1945, un futuro prometedor


Podemos señalar tres momentos esenciales en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial: 1946, 1947 y 1948. Quien reactiva la idea de unificar Europa es Winston Churchill y lo hace en un discurso que pronuncia en Zurich, el 19 de septiembre de 1946: 

«Tenemos que construir una especie de Estados Unidos de Europa» [82], declara Churchill en ese discurso. Palabras que regocijan a Richard de Coudenhove-Kalergi, quien sabe que dispone del apoyo de Churchill. Trabajando por su parte a favor de la reactivación del ideal europeo, el fundador de la Pan-Europa expuso la historia de su obra y los proyectos a realizar en un libro titulado Yo escogí a Europa. El autor del prefacio es… Winston Churchill.


Winston Churchill (1874-1965)


Con la reunión de Montreux, que se desarrolla en Suiza en agosto de 1947, la segunda etapa constituye un paso decisivo hacia el fortalecimiento de las bases del Estado Mundial que viene preparándose. En efecto, representantes europeos [83] y estadounidenses [84] defensores del principio de un federalismo mundial deciden crear dos institutos, bajo la dirección del jurista suizo Max Habicht [85], cuya eficacia se hace sentir: el «Movimiento Mundial Federalista» (World federalist movement, WFM) y la «Unión de Federalistas Europeos» (Union of European Federalists, UEF).

En el marco de la reunión de Montreux, el WFM presentó su magna carta, favorable al establecimiento de principios fundamentales para la instauración de un Estado mundial con una base federativa. Hay que reconocer que 63 años después de la formulación de aquellos principios sus deseos se han concretado ampliamente. En efecto, el documento señala:

«Nosotros, federalistas mundiales, estamos convencidos de que la creación de la confederación mundial es el problema fundamental de nuestra época. Hasta tanto no se resuelva, todas las demás cuestiones –nacionales o internacionales– quedarán sin respuestas válidas. No se trata de escoger entre la libre empresa o la economía dirigida, ni entre el capitalismo y el comunismo, sino entre el federalismo y el imperialismo».

Entre otras cosas, esta Declaración propone los siguientes principios: 

«Limitación de las soberanías nacionales» con «el traspaso de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial a la Confederación», «creación de una fuerza armada supranacional». Y subraya en particular algo que cobra gran actualidad en este principio del siglo XXI al señalar que «una perspectiva federalista justa debe integrar los esfuerzos realizados en los ámbitos regional y funcional. La formación de uniones regionales –en la medida en que no constituyan un fin en sí mismas y no exista el peligro de que den lugar a la formación de bloques– puede y debe contribuir al buen funcionamiento de la Confederación mundial». Al final de esa Declaración se precisa que se debe favorecer la creación de una «Asamblea Constituyente Mundial» [86].

Paralelamente a la creación del WFM, nace en Montreux la Unión de Federalistas Europeos (UEF, siglas en inglés). Varios trabajos de vanguardia habían preparado el terreno con anterioridad. En efecto, bajo la influencia de la Pan-Europa de Coudenhove-Kalergi, se había fundado en 1934 la Europa Union, que defendía el ideal de una Europa unificada según el principio federal e inspirada en el modelo suizo [87]. Cuatro años más tarde, en noviembre de 1938, se había creado la Federal Union, bajo la influencia de los fabianos Lord Lothian et Lionel Curtis [88]

La Federal Union es una rama de UEF, al igual que las diferentes «filiales» en países como Francia (UEF France), Alemania (Europa Union Deutschland), Italia (UEF Italia), etc. Es importante precisar que, al igual que las muñecas rusas que se meten una dentro de otra, la UEF es una rama del World Federalist Movement (WFM) [89]

Nos encontramos, por lo tanto, ante un instituto europeo que trabaja a favor del federalismo y que adopta simultáneamente los trabajos del WFM, pero a escala planetaria.

¿Por qué resulta entonces tan importante mencionar la misión de la UEF? 

Este instituto federalista se encuentra bajo la dirección del inglés Andrew Duff, diputado del Parlamento Europeo bajo la etiqueta de los «liberaldemócratas» [90]. También es miembro del European Council on Foreign Relations (ECFR, o «Consejo Europeo de Relaciones Exteriores» [91] creado en 2007 [92], y hermano gemelo del CFR estadounidense creado en 1921. Es también Andrew Duff quien, en estrecha colaboración con la Fundación Bertelsmann y con el diputado Johannes Voggenhuber, dio lugar a la reactivación del proyecto de constitución europea después del fracaso de aquel texto en los referendos de Francia y Holanda en 2005 [93].

El Tratado de Lisboa nunca hubiera visto la luz –o por lo menos habría sido mucho más difícil– sin el apoyo y las convicciones de Andrew Duff. Su fuerza reside, por otro lado, en demostrar que la influencia de los ya difuntos Cecil Rhodes y Lord Milner se hizo sentir durante la elaboración de la constitución europea (la llamada «Constitución Giscard», preludio del Tratado de Lisboa) en 2003 y 2004. En efecto, el «Grupo Milner» y los fabianos siempre fueron favorables a la unificación de Europa, a condición de que fuera bajo la dirección de los anglosajones.

Durante las dos guerras mundiales, Londres y Washington no podían tolerar los intentos de alcanzar una unidad europea bajo la dirección de Alemania, que era una potencia terrestre, ya que la talasocracia anglosajona se vería entonces marginada de los problemas del Viejo Continente. Cosa que Coudenhove-Kalergi, ya había comprendido, como puede comprobarse a través de la lectura de su discurso de 1950. No es por lo tanto nada injustificado el interesarse en el Secretario General encargado de teleguiar los trabajos de la «Constitución Giscard», el inglés John Kerr. El currículum vitae de Kerr nos informa que dirige una compañía petrolera, la Royal Dutch Shell, y que fue además embajador de Gran Bretaña en Estados Unidos. Sus vínculos con la aristocracia comercial anglosajona también revelan que es miembro del comité de dirección encargado del reclutamiento de las élites en el marco de las «becas de estudio Cecil Rhodes» [94].


Como puede verse, el éxito de los objetivos mundialistas es algo previsto a muy largo plazo… pero que va concretándose.

Y, finalmente, el Congreso de La Haya, realizado del 7 al 10 de mayo de 1948, con Winston Churchill como presidente de honor y con la participación de cerca de 800 militantes paneuropeos [95], dejó sentadas las primeras bases de una Europa unificada. Los verdaderos autores de la historia a menudo se mueven entre bastidores, como en el caso de Retinger, quien trabaja para el CFR y el RIIA, cuya acción fue determinante en el desarrollo de las estructuras mundialistas [96].


Bilderberg, New age y Trilateral


La primera reunión del Grupo de Bilderberg tuvo lugar en Oosterbeck, Holanda, en mayo de 1954. Se dice que ese grupo elitista simplemente adoptó el nombre del hotel en que se alojaban los participantes, aunque existen dudas en ese sentido. Su creación se debe, en todo caso, al trabajo de Joseph Retinger, aunque también hay que mencionar a varios «peces gordos» del mundialismo, como el inevitable David Rockefeller (presidente del CFR y del Chase Manhattan Bank, entre otras conocidísimas instituciones).

Los miembros del Grupo de Bilderberg constituyen «la crema y nata» de la clase política, económica y financiera del mundo atlantista. Los medios occidentales no mencionan más que muy raramente sus reuniones y, en cuanto a que el Grupo sea tema de reportajes… ¡ni hablar! [97].

Las reglas que rigen su organización y las intervenciones de los participantes son una copia estricta de las que rigen en el Royal Institute of International Affairs (RIIA, principio conocido como la «regla de Chatham House»). También en este caso la familia Rhodes y Milner ha dejado su impronta. En realidad, las élites que se mueven en el Grupo de Bilderberg imponen ampliamente sus propias condiciones en materia de política, de economía y en cuestiones financieras. El caso del belga Etienne Davignon resulta especialmente impresionante. Vicepresidente de la Comisión Europea de 1981 a 1985, Etienne Davignon es el gran pachá de ese grupo elitista. Fue él quien invitó al político belga Herman van Rompuy a someterse a una especie de examen oral por el puesto de presidente del Consejo Europeo ante los representantes del Grupo de Bilderberg, el 12 de noviembre de 2009, especialmente ante el ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, en Val Duchesse, en las afueras de Bruselas [98].

Dicho claramente, había que comprobar si Herman van Rompuy tenía la capacidad necesaria para servirle de algo al sistema. Y parece que el examen fue satisfactorio porque le dieron el puesto, o sea reunía las condiciones exigidas.

El príncipe Bernhard van Lippe-Biesterfeld (1911-2004)


La designación del primer presidente del Grupo de Bilderberg, el príncipe Bernhard (1911-2004), por Joseph Retinger y sus seguidores, no es ninguna casualidad. En efecto, en los años 1930 este príncipe alemán había sido miembro de las SS [nazis], más exactamente, de la Reiterkorp SS (caballería) y de Farben Bilder, una filial de IG Farben. Casado en 1937 con la heredera del trono de los Países Bajos, la princesa Juliana, su hija, la reina Beatriz, es una activa participante de las reuniones del Grupo de Bilderberg.

El pasado más que nebuloso [por no decir negro] del príncipe Bernhard y su nominación a la cabeza del Grupo de Bilderberg era también un medio de mantenerlo bajo control. En efecto, es más fácil teledirigir a alguien hacia objetivos bien definidos cuando ese alguien tiene unos cuantos esqueletos en el armario [cadáveres en su curriculum]. La designación de este príncipe alemán convertido en ciudadano holandés era seguramente de gran importancia ya que también fue utilizado en otro sector. 

Tenemos que abordar ahora un tema al que conceden gran importancia los teóricos del mundialismo: la ecología.

La legítima protección de la flora y la fauna adquiere un carácter muy diferente bajo la influencia de los partidarios del Nuevo Orden Mundial. En efecto, estos desvían las mentes hacia una divinización de la naturaleza que se asocia con el movimiento New Age. 

Se trata del principio que identifica a «Gea» [también llamada Gaya. NdT.] como la «Madre Tierra» [99]. Numerosos institutos se dedican a propagar esa tendencia filosófica, en particular el WWF (World Wild Fund for nature), que promueve la protección de la naturaleza. Su creación, en 1961, se debió al trabajo de varios personajes miembros del movimiento mundialista.

Efectivamente, tenemos que mencionar aquí a los hermanos Aldous y Julian Huxley. El primero es el autor de un libro profético, Un mundo feliz (en inglés Brave New World), publicado en 1932, verdadero programa político mundialista bajo la apariencia de una novela de ciencia ficción en la que habla de un Estado mundial reinante sobre una humanidad sumisa y jerarquizada como resultado de manipulaciones genéticas

El autor vivió toda su vida utilizando las drogas más diversas para alcanzar una «forma de misticismo». Tales delirios, característicos del medio, también afectaron a su hermano, Julian Huxley, partidario de la eugenesia y primer director general de la UNESCO (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en 1946. Esta mentalidad característica de los hermanos Huxley se debe a la influencia de su abuelo por parte de padre, Thomas Huxley (1825-1895). Este biólogo y feroz defensor de los principios de Darwin [100] transmitió esos conceptos a sus nietos para que el mundo entero se beneficiara con ellos. Agreguemos a lo anterior que la red y los vínculos que unen a la familia mundialista son verdaderamente estrechos ya que uno de los estudiantes de Thomas Huxley se llamaba nada más y nada menos que…. H.G. Wells [101].

El análisis de esta especie de relevo de generaciones permite una mejor comprensión de la permanencia del mundialismo y del progreso de su influencia.

Podemos ver ahora el vínculo entre la pasada acción de aquellos hombres y la fundación de WWF en 1961. Esta última se debe, en efecto, a Julian Huxley [102]. WWF contribuye a la divulgación de ese ideal panteísta y constituye una de las ramas de acción del mundialismo. No por casualidad el primer presidente de WWF fue precisamente… el príncipe Bernard, también dirigente del Grupo de Bilderberg [103], que presidió de 1962 a 1976. Entre las personas que han presidido WWF se encuentran también John Loudon, quien, al igual que John Kerr, fue además presidente de la compañía petrolera Royal Dutch Shell

Este conglomerado petrolero anglo-holandés es uno de los viveros del Nuevo Orden Mundial. Hay que precisar además que el príncipe Felipe, esposo de la reina de Inglaterra Isabel II, también dirigió WWF de 1981 a 1996.

David Rockefeller (1915-2017)


A esta lista de actores proveniente de una larga tradición político-comercial podemos agregar el papel de la Trilateral, creada en 1973 por David Rockefeller y Zbigniew Brzezinski (miembros ambos del CFR), mentor este último del presidente estadounidense Barack Obama. 

La Trilateral reagrupa tres zonas geográficas desarrolladas económicamente: Norteamérica, Europa y Japón.

Brzezinski, recuerda que personalidades francesas como Simone Veil, Robert Marjolin, Raymond Barre e incluso Hubert Vedrine han aportado apoyo a la Trilateral, agrega que los Estados se ven «ante problemas cada vez más diversos: financieros, económicos y estratégicos y que tienen cada vez menos posibilidades de resolver, sin proceder al menos a una concertación más estrecha, en su propio interés y en el del resto del mundo».

Como medio de enfrentar esos desafíos, el autor precisa incluso que la Trilateral dio origen a la creación del G-7 [104]. Las estrechas relaciones de la Trilateral con el mundo industrial y el de los thinks-tanks se han evidenciado en particular con la Red Política Transatlántica (la TPN, siglas en inglés) [105]

En efecto, el presidente de la rama europea de la Trilateral, Peter Sutherland, preside además la rama europea de la TPN. Este irlandés dirigió también el banco de inversión Goldman Sachs, que a su vez determina por debajo de la mesa la política económica del presidente Obama, y fue además, entre otras cosas, jefe de la Comisión sobre la Competencia (de 1985 a 1989) bajo la presidencia de Jacques Delors [106]

Para rematar, Peter Sutherland es también el director de la escuela fabiana London School of Economics [107]. El ciclo se cierra cuando sabemos que John Kerr –ya mencionado anteriormente– es también miembro de la rama europea de la Trilateral [108]

Como ya hemos podido comprobar, las élites políticas y económicas vienen convergiendo desde hace mucho tiempo hacia la instauración de un Orden Mundial Unificado [109]. El panorama quedaría sin embargo incompleto si no mencionáramos aquí las declaraciones de las autoridades de la Iglesia Católica.

Una Iglesia Católica al servicio del Nuevo Orden Mundial

Seamos creyentes o no, lo cierto es que el estudio de los principios de base de cualquier confesión debe realizarse con toda objetividad. Hay que estudiar los preceptos que defiende y observar si su discurso y acción corresponden o no a su doctrina. En el caso de la Iglesia Católica, el concepto defendido desde hace 2000 años se basa en la supremacía de Dios sobre el hombre.

Las Escrituras y la tradición constituyen el basamento intocable, la base misma de la fe según los términos consagrados, definidos por el sucesor de San Pedro, el Papa. 

Marcado por el pecado original, el hombre debe aceptar someterse a una autoridad superior y obedecer el conjunto de preceptos que la Iglesia Católica defiende. Es ese el caso de numerosas iglesias protestantes

Un cambio fundamental se produce, sin embargo, con el Concilio Vaticano II (1962-1965). Este concilio es resultado de una larga corriente de reflexiones provenientes de numerosos hombres de iglesia, pero también de personajes exteriores a ella, desde el siglo XIX.

Al cabo de una larga lucha entre los defensores de la tradición y los progresistas, estos últimos lograron imponer su propia visión durante la gran reforma de Vaticano II. Se trataba, para ellos, de adaptar la iglesia a las múltiples innovaciones políticas, técnicas y sociales que marcan la evolución del mundo. Para los defensores de la tradición es todo lo contrario. Es el mundo el que tiene que adaptarse a los principios de la iglesia. La humanización, que debía implicar la promoción de los derechos humanos, y su colaboración con las instancias internacionales, fueron claramente expresadas en 1963 en la encíclica Pacem in Terris (Paz en la Tierra) del Papa Juan XXIII [110]. Recordando los progresos de la ciencia y la técnica que llevan a «intensificar su colaboración y a fortalecer su unión» dentro del género humano, se trata de fortalecer el «bien común universal» que los Estados no logran ya garantizar, según la encíclica.

Es por ello que el documento agrega, muy lógicamente, que


«En nuestra época, el bien común universal plantea problemas de dimensiones mundiales. Sólo pueden ser resueltos por una autoridad pública cuyo poder, constitución y medios de acción tengan también dimensiones mundiales y que pueda ejercer su acción sobre el planeta en toda su extensión. Es por lo tanto el orden moral en sí lo que exige la constitución de una autoridad pública con competencia universal».

Después de expresar su deseo de que ese «poder supranacional» no sea instaurado por la fuerza, la encíclica aprueba la Declaración de Derechos Humanos de 1948, con excepción de algunas objeciones. Agrega que «Consideramos esa Declaración como un paso hacia el establecimiento de una organización jurídico-política de la comunidad mundial» [111]

Ese cambio de rumbo de la Iglesia Católica es la marca de fábrica de todos los Papas desde Vaticano II. En su mensaje de navidad de 2005, el Papa Benedicto XVI exhorta a los hombres a emprender «la edificación de un Nuevo Orden Mundial» [112]

Resulta por lo tanto totalmente lógico que Benedicto XVI haya lanzado un llamado al establecimiento de una «autoridad política mundial» en su encíclica Veritas in caritate [113], en julio de 2009. Recordando la interdependencia mundial, el Papa llama «con urgencia a reformar la ONU al igual que la arquitectura económica y financiera internacional con vistas a convertir en una realidad concreta el concepto de familia de naciones (…)» [114].


Hacia una Asamblea Parlamentaria Mundial

La creación de grandes uniones políticas regionales que se rigen por leyes comunes como diferentes componentes del Estado mundial tendría que estar representada en el seno de una asamblea única. Ese es el objetivo de la «Asamblea Parlamentaria de las Naciones Unidas» (APNU) [115]

Esa ambición es la lógica continuación de los sueños de unificación mundial que defienden los teóricos del mundialismo (fabianos y asociados).

Nada aparece por casualidad. Los acontecimientos, personajes e institutos del pasado dan sus frutos, que conducen a la construcción de esa especie de torre de Babel. Por consiguiente, el accionar del WFN (World Federalist Movement), creado como ya vimos en 1947 en Montreux, se inscribe en la lógica del trabajo que ya venía realizando.

De la misma manera, el WFN dio origen, en 1992, a la elaboración del primer gran documento que exhorta al establecimiento de una asamblea parlamentaria mundial en el seno de las Naciones Unidas: The case for a United Nations Parliamentary AssemblyEl objetivo de una asamblea parlamentaria de las Naciones Unidas») por parte del canadiense Dieter Heinrich [116]

Numerosos trabajos y conciliábulos se han desarrollado posteriormente en el senado canadiense, en el Parlamento Europeo, durante el Foro del Milenio del año 2000 en Nueva York, en el 12º congreso de la Internacional Socialista, etc., para terminar, en septiembre de 2003, con la creación de un «Comité por una ONU democrática». Les remitimos aquí a la versión en alemán ya que, como veremos, las autoridades políticas alemanas desempeñan en esto un papel de primer plano: Komitee für eine Demokratische UNO (KDUN) [117].

El KDUN es el mascarón de proa de un comité ejecutivo [118] que trabaja por la creación de un Parlamento Mundial. Sus trabajos cuentan con la participación de otro instituto ya mencionado anteriormente: el WFM. 

Queda por agregar a lo anterior la «Sociedad de Pueblos Amenazados» (Gesellschaft für bedrohte Völcker), instituto alemán que trabaja por la emancipación de los grupos étnicos y colabora estrechamente con la UFCE (Unión Federalista de Comunidades Étnicas Europeas) [119] y con una ONG inglesa, la 2020 Vision Ltd [120].

El KDUN, que tiene su sede en Berlín, anuncia sus aspiraciones cuando estipula en sus estatutos su voluntad de construir una sociedad cosmopolítica que favorezca las integraciones continentales [121]. En su comité de dirección encontramos representantes provenientes de los medios políticos y científicos.

Hay que subrayar que todas las corrientes políticas alemanas están representadas en ese comité de dirección, con excepción de los ex comunistas (die Linke) [122]. También encontramos en ese comité a un personaje clave, Armin Laschet. Este político dio origen al informe elaborado en 2003, en el que se llama a dotar a la Unión Europea de una sede permanente [123] después de la adopción del «Tratado Giscard» (actualmente conocido como «Tratado de Lisboa»). Ejerce una influencia decisiva ya que también dirige el comité de dirección del Prix Charlemagne [124]. Por otra parte, la presencia del eurodiputado alemán Jo Leinen en el seno de la dirección del KDUN resulta particularmente significativa en la medida en que el propio Leinen desempeñó un papel determinante en la adopción del Tratado de Lisboa [125].

Fue en abril de 2007 que el KDUN lanzó su campaña a favor de un Parlamento Mundial, bajo la dirección de su presidente, Andreas Bummel. Autor de un libro titulado Internationale Demokratie EntwickelnDesarrollar la democracia internacional») [126], Bummel es un ex miembro del partido liberal alemán, el FDP, cuyo presidente, Guido Westerwelle, es ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Angela Merkel desde septiembre de 2009. Es también colaborador de la «Sociedad de Pueblos Amenazados», que dirige Tilman Zulch (miembro del comité de dirección del KDUN) y del World Federalist Movement (WFM) de Nueva York [127].

Todos estos personajes trabajan por lograr la instauración de ese nuevo órgano mundial. Como se precisa en los textos oficiales:

«(…) La APNU pudiera conformarse en una primera etapa con delegados de parlamentos nacionales y regionales que reflejen sus posiciones políticas. Una APNU incluiría por lo tanto miembros de partidos minoritarios que no forman parte del gobierno. En una etapa posterior, la APNU pudiera ser elegida directamente. Una APNU sería así un órgano único y legítimo que representaría la voz de la ciudadanía sobre cuestiones de orden internacional. Los participantes en la campaña consideran que una APNU, después de creada, evolucionaría para, de simple órgano de consulta, pasar a convertirse en un parlamento mundial con verdadero derecho de información, participación y control» (…) [128].

Esas ambiciosas perspectivas para la APNU, expuestas abiertamente, se amplían más aún cuando se recuerda el apoyo que aportó Benedicto XVI al establecimiento de una «autoridad política mundial». Obviamente, los dirigentes de la APNU saludaron de forma entusiasta la encíclica papal [129].

Conclusión

Esta rápida descripción de la historia de los promotores del mundialismo, desde la Edad Media hasta el comienzo del siglo XXI, demuestra que se trata de una corriente muy antigua. Se basa en la avaricia ilimitada y la búsqueda de un ideal de control total de las riquezas del planeta. 

Su evolución ha venido acelerándose a medida que los «sacerdotes» del mundialismo, sucesores de Nimrod, lograban imponer su propia manera de pensar a favor del Nuevo Orden Mundial

Desde la caída del muro de Berlín, los acontecimientos han venido acelerándose, al igual que la crisis. El decenio que comenzamos en el año 2010 será decisivo para la humanidad ya que el mundialismo, según la doctrina de estas élites, es un mesianismo apurado.




Documentos adjuntos en PDF (idioma inglés)


The History of the Fabian Society, por Edward R. Pease


The Open Conspiracy, por H.G. Wells


The New World Order, por H.G. Wells


Wall Street and the bolshevik revolution, por Antony Sutton


Wall Street and FDR, por Antony Sutton


Wall Street and the rise of Hitler, por Antony Sutton


Union Now : A Proposal for a Federal Union of the Democracies of the North Atlantic, por Clarence Streit


Philip Dru: Administrator, A Story of Tomorrow, 1920-1935, por Edward Mandell House


Internationale Demokratie entwickeln / Developing International Democracy, por Andreas Bummel


The Anglo-American Etablishment, por Carroll Quigley


Sobre la traducción y las notas al pie de página

Este artículo fue traducido del francés para Red Voltaire por S.C. & H.V. Asociados / Agencia IPI, Informe de Prensa Internacional, Perú.

El editor de este blog ha decidido omitir las notas al pie de página debido a lo voluminoso del material, son 129 citas que ocupan un gran espacio (tanto como el artículo). En todo caso en el enlace original algún interesado puede revisarlas con toda comodidad. 
AQUI ENLACE Notas a pie de página 

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