Una introducción del editor del blog:
En las últimas entregas hemos estado posteando diferentes artículos sobre el “choque de civilizaciones” y un tema que suele ser delicado: Conspiración. Todos nos hemos preguntado o cuestionado alguna vez: ¿Existe realmente una conspiración mundial de un selecto grupo de personas y organizaciones globales para controlar el destino de la humanidad? La respuesta es SI.
Los continuos y elementales movimientos estratégicos, camuflados muy
sobriamente como relaciones, acuerdos, ayudas internacionales, a través de
diferentes y sutiles técnicas, pretenden imponer
la “globalización” (al estilo capitalista – imperialista). Esa imposición, en
muchos casos coercitiva, de por si constituye una gran conspiración cuyo
objetivo final es implantar un
gobierno mundial único (el Nuevo Orden Mundial como afirman unos, el mundo
unipolar como aseguran otros) con la consecuente pérdida de la identidad
nacional y de la soberanía territorial de los estados.
El presente reportaje es un extracto del libro “Conspirators Hierarchy: The
Story of the Committee of 300”, 1991, escrito por el Dr. John Coleman, un libro
sobre conspiraciones o lo que el poder intocable suele denominar “conspiranoia”
o “teorías de la conspiración”. Coleman no tiene desperdicio, es alguien que el
propio olfato instintivo induce continuar la lectura. Imprescindible, esta obra
se escribió mucho tiempo antes que la Unión Europea vea luz como entidad
política, de allí que encontremos temas que podrían parecer caducos, como el
Club de Roma. Las primeras aportaciones del Dr. Coleman aparecieron ya en el
año 1969.
Naturalmente mucha gente lo ha leído, por lo que no será una novedad. Sin
embargo, es posible (dado el tiempo transcurrido) que una nueva generación de
personas ya adultas no haya escuchado o leído sobre este libro. Otros se habrán
extrañado al escuchar “el Comité de los 300” también conocido como el “Club de
los 300”.
Hoy, me atrevo postear al Dr. Coleman por su trascendental aporte a la
verdad, lejos de todas las críticas y ataques que ha recibido a lo largo de los
años por parte de la prensa comercial y de los gobiernos de turno de
Occidente.
Si en algo soy “maniático” es en la búsqueda del rigor de las fuentes de
consulta investigativa, comprobado o, al menos, contrarrestado por otras fuentes.
Suelo, de plano, rechazar las lecturas de los teóricos conspiranoicos, que los
hay a montones, millares de chiflados o charlatanes inundan el ciberespacio llenos de
suposiciones sin el menor sustento.
Muchos equivocaron el género literario, deberían escribir ciencia ficción, pienso les
iría muy bien.
Coleman es una información fiable a diferencia de miles de páginas web que
resaltan lo inexplicable para defender sus raras teorías. Decía un investigador
muy conocido, de quien me honra su deferencia,
“La palabra clave es la RESPONSABILIDAD. Yo no puedo permitirme el lujo de rajar por los codos, comentando en voz alta la primera conspiración que se me ocurre. Perdería la credibilidad en el acto. ¿Cuantas personas seguirán leyendo la página si empiezo hablar de los ovnis, extraterrestres, fantasmas con una sonrisa amable, etc., etc. Simplemente se trata de credibilidad. Mucha gente en sus correos, con mucha insistencia me están preguntando por los planes secretos de los Iluminati, ofreciendo consejos y ayuda para encontrarles. Como ya he dicho en muchas ocasiones, no se nada de los Iluminati, nunca les he visto, ninguno de ellos jamás me ha saludado, ni me ha dado su tarjeta de visita, ni se presentó en mi casa con amenazas, ni me invitó a cenar a la suya. Lo que es aún más importante, yo, en mis 15 años de investigación, de haber recorrido medio mundo, desde la Biblioteca de Florencia, pasando por el Museo Británico y los Archivos Nacionales en los EEUU, nunca, pero nunca he visto ninguna referencia, ni siquiera oculta a los Iluminati. Con permiso - libros de Dan Brown no cuentan-. Una amiga mía del Banco Mundial (rica, limpia y no Iluminati, supongo porque ningún portero del barrio le había visto en una ceremonia clandestina) me dijo una vez que las personas con el verdadero poder no tienen que hacer absolutamente nada para parar a estos conspiranoicos porque se desacreditan solos. Los que estamos luchando contra la Empresa Mundial, S.A., no podemos permitirnos el lujo de equivocarnos. NUNCA, ni comentar en los chats las incongruencias. Se nos comerán vivos. Por eso, mi objetivo no solamente es de informar, sino de educar, de pensar” (1)
El Dr. Coleman suele ser señalado como uno de los pioneros de las ‘Teorías
de la Conspiración’; en contraparte, afirmo que es uno de los primeros
exponentes que desenmascara una trama urgida por los poderes fácticos para
implantar el control mundial sobre la humanidad a través de diferentes
organizaciones de influencia internacional como la ineficiente Organización de
las Naciones Unidas.
Nadie ha podido refutar que la obra de Coleman trasciende fronteras e idiomas,
convirtiéndose en la “Biblia“ de consulta de muchos escritores de éxito en la
actualidad. Libros referentes al Instituto Tavistock, al Club Bilderberg y
otros que destacan la supremacía mundial de un grupo de hombres y empresas multinacionales
sobre el resto de la humanidad no son otra cosa que una recopilación y ampliación
de los temas planteados por el Dr. Coleman hace muchísimos años y que
posteriores investigadores continúan en el presente.
¿Cuál es el “éxito” de este riguroso investigador? Pues eso, haber sido un
pionero en la investigación de los planes ocultos que las élites del poder
tienen reservado para los simples ciudadanos del planeta. Sin duda Coleman ha
errado mínimamente en sus apreciaciones, pero más que un mal cálculo u observación, se debe a que un determinado plan de
la élite se volvió irrealizable, por tanto, desestimado definitivamente.
En base al transcurso del tiempo, alrededor del 90% son los hechos
confirmados que siguen sustentando las tesis de Coleman.
No afrontamos un plan temporal, nos enfrentamos a un programa metódico e imperturbable que trasciende gobiernos y generaciones. Es el plan de dominación mundial perpetuo dictado y rediseñado, acorde a las circunstancias y a los tiempos, por obra y gracia de las élites del poder absoluto.
La obra en mención destaca hechos que, con el paso de los años, se materializan como “profecías”, lento, pero a
paso firme, la casi totalidad de los análisis y conclusiones del Dr. Coleman
van cumpliéndose. La agenda de esos grupos de poder debería ser evaluada en el
2050, según este destacado investigador.
Es incuestionable que los grupos de poder vayan alternándose o mutando con el tiempo. O, en definitiva, se trata de diferentes etiquetas para el mismo producto. Para unos el real poder mundial es el Consejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral, el Club de Roma, el Club Bilderberg, la OTAN, la Francmasonería, la Nobleza Negra de Venecia, el Sinarquismo de los Imperios, el Club de las Islas (manejado por el Imperio Británico), el sionismo internacional. Otros apuestan por teorías algo más excéntricas como los Iluminati, los Skull and Bones, la Round Table (Mesa Redonda de Cecil Rhodes), los Jesuitas, el Vaticano, los Caballeros de Malta, los banqueros judíos, los Sabios de Sión y un larguísimo etcétera.
De allí que tratar el tema sobre un verdadero poder en las sombras que
pretende controlar el mundo, ya no con las guerras imperialistas de otrora,
sino con la actual conquista, subordinación, imposición y chantaje de los
mercados económicos, inevitablemente nos llevará a las críticas del poder establecido. Hoy rueda en el prolífero “mercado” de internet más fraudulentas e
inventadas teorías conspirativas que planes concretos del poder mundial.
Esto último, no siempre se debe a fanáticos “conspiranoicos”, también se
trata de técnicas muy sutiles de desinformación masiva que se venden muy bien y
goza del aprecio de millones y millones de clientes en el mundo dispuestos a
creerse tanta majadería que se les presenta.
Las técnicas de manipulación, al estilo Tavistock, como refirió Coleman y posteriores investigadores, se han impuesto a la sociedad porque así demanda los tiempos de la tecnología, los medios masivos de difusión de propaganda tienen esa tarea. La manipulación existe desde que el ser humano razona, una de las primeras técnicas de manipulación, creo entender, es la religión institucionalizada. Hoy, todo esto está controlado por el Poder. ¿Cómo controlan a las masas?: con el miedo, con la degradación de la educación, incluso con la difusión de simbología y con otros métodos que podrán revisar.
Las técnicas de manipulación, al estilo Tavistock, como refirió Coleman y posteriores investigadores, se han impuesto a la sociedad porque así demanda los tiempos de la tecnología, los medios masivos de difusión de propaganda tienen esa tarea. La manipulación existe desde que el ser humano razona, una de las primeras técnicas de manipulación, creo entender, es la religión institucionalizada. Hoy, todo esto está controlado por el Poder. ¿Cómo controlan a las masas?: con el miedo, con la degradación de la educación, incluso con la difusión de simbología y con otros métodos que podrán revisar.
El Dr. Coleman afirmó haber pertenecido a los servicios de inteligencia, de
donde provendría su conocimiento y acceso a documentación Top Secret, también destacó como politólogo. Sus indagaciones serían la causa para haber renunciado
a sus actividades pasando a denunciar públicamente las políticas asesinas de los
gobiernos británico y norteamericano. Ha escrito muchos libros, entre los que
destaca “Conspirators Hierarchy: The Story of the Committee of 300” (´El Club de
los 300´ en su versión castellana). Es uno de los primeros que alertó sobre las actividades del
Instituto Tavistock, que sería un centro donde se programa el lavado cerebral
de los habitantes del planeta a través de diferentes métodos de manipulación de
la conciencia colectiva.
Finalmente, para aquellos que puedan acceder al libro en versión castellana
(y para los que hemos tenido el gusto de leerlo), les asombrará todo el
argumento.
Mucha gente que ha leído este tipo de temas, si no lo sabían, razonarán igual que yo, cientos de libros, decenas de miles de artículos de prensa e internet, a sabiendas o no, tiene como origen el trabajo del Dr. Coleman.
Su libro está
dividido en los siguientes capítulos:
Índice
Hacia
Adelante
Una visión
general y algunos Casos Históricos
Instituciones
mediante las cuales se ejerce el control
Instituciones:
Pasado y Presente / Organizaciones directamente bajo influencia del Comité de
los 300
Cimentaciones
Especiales y Grupos de Interés
Bancos
Asociaciones
Legales y Abogados / Contadores Auditores
Instituciones
Tavistock en los Estados Unidos
Miembros
anteriores y actuales del Comité de los 300
Bibliografía,
resúmenes y notas
Buena lectura.
T. Andino
*****
El Comité de los 300
Dr. John Coleman (2)
El Comité de los 300, con una historia de 150 años, tiene sus orígenes en el Consejo de la "British East India Company", que amasó fortunas con el tráfico de opio de China y la India, convirtíendose, en su tiempo, en la compañía más grande de la Tierra.
Hoy en día, a través de muchas alianzas poderosas, el Comité de los 300, es la fuerza impulsora para crear un "gobierno global totalitario".
La OTAN, la ONU, la "Nobleza Negra", el Instituto Tavistock, el Club de Roma, la Banca Mundial, las multinacionales, y las sociedades secretas, son algunos de sus tentáculos corporativos.
Una visión general y algunos casos históricos
Un número sin duda considerable de personas tenemos conocimiento de que los gobernantes del mundo en que vivimos no son en realidad los que manejan los hilos de la política y la economía, tanto a escala nacional como internacional. Esto ha llevado a muchos a buscar la verdad en publicaciones de contracorriente, boletines dirigidos por quienes, como yo, se han esforzado – no siempre con éxito – por descubrir la causa de la incurable dolencia que aqueja a los Estados Unidos. Nuestra investigación no se ha visto coronada por el éxito en todas las ocasiones. Pero sí hemos averiguado que la humanidad anda en tinieblas, y en su mayor parte le tiene sin cuidado la suerte que aguarda a su país, o bien no se molesta en indagarlo. El sector más amplio de la población ha sido manipulado para reaccionar de dicha manera, y esa actitud resulta ventajosa para el gobierno secreto.
Con frecuencia oímos decir: "Están haciendo
esto", "están haciendo aquello". Quienes hacen esas cosas son
capaces de cometer las mayores barbaridades impunemente. Aumentan los impuestos
o envían a nuestros hijos a morir en guerras que no reportan beneficio alguno a
nuestra patria. Son personajes invisibles que escapan a nuestro alcance,
nebulosos hasta la desesperación cuando queremos demandarlos. Nadie puede
identificar claramente de quiénes se tratan. Este estado de cosas se ha
mantenido así durante décadas. A lo largo de las páginas de este libro
identificaremos a esos personajes misteriosos. A partir de ahí, corresponderá
al público corregir la situación en que se encuentra.
El Comité
de los 300 está integrado por una clase dirigente intocable a la que pertenece la
reina de Inglaterra, la de los Países Bajos, la de Dinamarca y las diversas
familias reales europeas. A la muerte de la reina Victoria, dichos aristócratas
llegaron a la conclusión de que la única manera de hacerse los amos del mundo
era asociarse con poderosísimos magnates de la industria internacional, que no
pertenecían a su linaje. De esta forma, ganaron acceso al máximo poder aquellos
a quienes la reina de Inglaterra gusta llamar plebeyos.
A fin de hacerse una idea del enorme alcance de
la conspiración a la que nos referimos vendría bien enumerar en este momento
algunos de los objetivos trazados por el Comité de los 300 con vistas a su
conquista y dominio del mundo. Es
preciso entender claramente las razones por las que la energía nuclear es tan
detestada en la mayoría de los países, y por qué al falso movimiento
ambientalista – creado y costeado por el Club de Roma – se le pidió que
declarara la guerra a dicha fuente energética. Generando fuerza eléctrica
barata y abundante a partir de reactores nucleares, los países en vías de
desarrollo se volverían poco a poco independientes de la ayuda externa
norteamericana y podrían consolidar su soberanía. La electricidad producida a
partir de la energía atómica es la clave para que los países atrasados salgan
del subdesarrollo en el que el Comité de los 300 les ha ordenado permanecer.
A menor ayuda externa, menor sería el control de
los recursos naturales de los diversos países por parte del FMI. La idea de que
las naciones en vías de desarrollo rigieran su propio destino era anatema para
el club de Roma y su Comité de los 300 que dirige el mundo. Hemos visto la
oposición a la energía nuclear utilizada con éxito para bloquear el progreso,
de conformidad con los planes del Club para el crecimiento cero en al era
post-industrial.
Instituciones mediante las cuales se ejerce el control
El Club de Roma
¿Cómo pueden los conjurados tener al mundo en sujeción, y más concretamente a los Estados Unidos y Gran Bretaña? Uno de los interrogantes que surgen con más frecuencia es: ¿cómo puede una sola entidad estar al tanto de lo que sucede en todo momento, y de qué manera ejerce su dominio? En este libro procuraremos responder a esa y otras preguntas. La única forma de afrontar la realidad del éxito de la conspiración es nombrar y comentar algunas de las sociedades secretas, organizaciones de fachada, organismos gubernamentales, bancos, compañías de seguros, empresas multinacionales, la industria petrolera y los cientos de miles de entidades y fundaciones cuyas figuras más destacadas componen el Comité de los 300, máxima institución que lleva las riendas del mundo desde hace al menos un siglo.
Como ya se han publicado bastantes libros sobre
el Consejo de Relaciones Exteriores y la Trilateral, pasaremos a hablar
directamente del Club de Roma y de la fundación alemana Marshall.
Para algunos fue una sorpresa descubrir que el
Club de Roma y la entidad que lo financia, la cual ostenta el titulo de
Fundación Alemana Marshall, eran dos asociaciones de confabulados que realizan
sus actividades bajo el auspicio de la Organización del Tratado del Atlántico
Norte, y, que en su mayor parte, los
ejecutivos que integran el Club de Roma proceden de la OTAN. Fue el Club de
Roma el que formuló los principios que esta última organización reivindica como
suyos, y el que – por intermedio de Lord Carrington, socio del Comité de los
300, dividió a la OTAN en dos fracciones: un grupo de presión política
(izquierdista) y la alianza militar originaria.
El Club de Roma sigue siendo uno de los brazos
más importantes del Comité de los 300, en lo que se refiere a política
exterior; el otro es el grupo de los Bilderberg. Se formó en 1968 a partir de
miembros incondicionales del grupo original fundado por Morgenthau a raíz de
una llamada telefónica del difunto Aurelio Peccei instando a lanzar con
urgencia una nueva campaña con objeto de acelerar la planificación del Gobierno
Internacional Único, actualmente conocido como Nuevo Orden Internacional. De
todos modos, el primer nombre me parece más exacto.
El llamado de Peccei fue respondido por los más
subversivos planificadores del futuro que se pudieron seleccionar en Estados
Unidos, Francia, Suecia, Gran Bretaña, Suiza y Japón.
Entre 1968 y 1972, el Club de Roma se transformó
en una entidad cohesiva integrada por neocientíficos, mundialistas,
planificadores del futuro e internacionalistas de toda calaña. Uno de los
delegados lo describió con estas palabras: "Nos hemos convertido en la
túnica de diversos colores de José", en alusión al personaje bíblico.
En líneas generales, el programa previsto del
Club de Roma consistiría en crear y difundir ideas postindustriales en los
Estados Unidos, junto con movimientos de contracultura como los empeñados en la
difusión de la droga, la revolución sexual, el hedonismo, el satanismo, la
brujería y el ambientalismo, El instituto Tavistock, El Instituto de
Investigaciones de Stanford, el Instituto de Relaciones Sociales y de hecho
todo el amplio espectro de los centros de investigación de psiquiatría social
aplicada, o bien contaban con delegados en la junta directiva del Club de Roma,
o desempeñaban una misión orientadora en la tentativa de la OTAN de llevar a
cabo lo que denominan la conspiración acuariana.
El Club
de Roma es una organización general coordinadora, una especie de matrimonio
entre financistas angloamericanos y las familias que integran la ancestral
Nobleza Negra europea, en particular la nobleza de Londres, Venecia y Génova. La clave para el
dominio exitoso del mundo está en su capacidad para crear y dirigir atroces
recesiones económicas y futuras depresiones financieras. El Comité de los 300
aspira generar convulsiones sociales a escala planetaria, seguidas de depresiones,
pues ve en ellas un medio de allanar el terreno para sucesos de mayor
trascendencia, un método para ocasionar que ingentes masas de seres humanos de
todo el orbe se conviertan en futuros beneficiarios de su sistema de
beneficencia social.
El Club de Roma posee su propia central de
inteligencia, y toma prestados además agentes de la INTERPOL de David
Rockefeller. Todos los organismos de inteligencia de los EE.UU cooperan muy
estrechamente con él, así como la KGB y el Mossad o Servicio de Inteligencia
Israelí.
¿Cuáles son sus objetivos? ¿Qué se propone esa minoría selecta tan secreta?
Sus integrantes se hacen llamar también “los
olímpicos”, pues están convencidos de que igualan en poder y talla a los
legendarios dioses del Olimpo, los cuales al igual que su dios Lucifer, se han
ensalzado a sí mismos por encima de nuestro Dios verdadero.
Tienen
el convencimiento de que por derecho divino se les ha encomendado la
consecución de las siguientes metas:
El establecimiento de un gobierno internacional
único o Nuevo Orden Mundial con una iglesia unificada y un sistema monetario
común bajo la dirección de ellos. Pocos saben que el Gobierno Internacional
inició la fundación de su iglesia entre los años veinte y los años treinta, al
comprender la necesidad de canalizar en la dirección deseada por ellos la fe
inherente a todo ser humano.
- La destrucción
irremediable de toda identidad y orgullo
nacional.
- El
aniquilamiento de la religión, y más en particular de la cristiana. La
única excepción será la creada por ellos que mencionamos más arriba.
- El dominio de cada habitante del planeta
mediante técnicas de condicionamiento
psicológico y de lo que Brzezinski denominó tecnotrónica, con la cual se
crearían robots humanos y se implantaría un espeluznante sistema al lado del
cual el Terror Rojo de Félix Dzerzhinsky parecerá un juego de niños.
- El fin de toda industria y de la producción de
fuerza eléctrica generada a partir de la energía nuclear, en lo que llaman sociedad postindustrial de crecimiento cero.
Sólo serán autorizadas las industrias de computación y los servicios. Las
empresas norteamericanas que queden serán trasladadas a países como México,
donde la mano de obra esclavizada es abundante. Los desempleados a consecuencia
de la desaparición de las industrias se transformarán en adictos a la heroína o
a la cocaína, o integrarán las estadísticas del proceso de eliminación
delineado en el informe “El mundo en el año 2000”.
- Legalización
de la droga y la pornografía.
- Despoblamiento
de las grandes ciudades, de conformidad con el ensayo llevado a cabo por el
régimen de Pol Pot en Camboya. Es interesante destacar que el plan genocida del
dictador asiático fue formulado aquí en los Estados Unidos por una de las
fundaciones de investigación financiadas por el Club de Roma. Otro dato
interesante es que actualmente los 300 tratan de reinstaurar a los carniceros
de Pol Pot en Camboya.
- Eliminación
de todo adelanto científico salvo los que sean considerados provechosos para el
Comité de los 300. La producción de energía atómica con fines pacíficos es
uno de los blancos principales. Los experimentos de fusión en frío que
actualmente (1992) se llevan a cabo son objeto de burla y desprecio por parte
del Club y de sus chacales en la prensa. Un soplete de fusión debidamente
empleado pondría a nuestra disposición unos recursos naturales inagotables a
partir de las sustancias más comunes, y el Club ya no podría seguir insistiendo
en "la falta de recursos naturales".
- Por medio de guerras de limitado alcance en los
países desarrollados y de la aniquilación mediante el hambre y las enfermedades
de la población de países del tercer mundo, ocasionar de aquí al año 2050 la muerte de 3000 millones de seres
humanos, a los que califican de inútiles consumidores de alimentos. El Comité
de los 300 encargó a Cyrus Vance la redacción de un informe al respecto que
expusiera los medios más eficaces de llevar a efecto semejante genocidio. Dicho
informe lleva por titulo “El Mundo en el año 2000” y fue aprobado por el
presidente Carter para el gobierno estadounidense y a nombre del mismo, y
aceptado por Edwin Muskie, a la sazón secretario de estado. Según las
condiciones fijadas en el informe, la población de los Estados Unidos. Deberá
haber descendido a 100 millones para el año 2050.
- Debilitar
la fibra moral de la nación y desmoralizar a la clase obrera mediante la
generalización masiva del desempleo. Cuando el número de puestos de trabajo
disminuya a causa de las normas introducidas por el Club de Roma con vistas al
crecimiento cero postindustrial, los operarios, sumidos en el desaliento y la
desesperación, buscarán refugio en el alcohol y la droga. Por medio del rock y
de los alucinógenos, se instará a los jóvenes a revelarse contra el status quo,
lo cual socavará a la familia como institución social y acabará por destruirla.
Con este fin, el Comité de los 300 asignó al Instituto Tavistock la preparación
de un plan maestro. Tavistock encargó al Instituto de Investigaciones de
Stanford la elaboración del plan, con la dirección del profesor Willis Harmon.
Más tarde, la empresa llegó a ser conocida como conspiración acuariana.
- Evitar que en todo el mundo la gente pueda
decidir su propio destino. Con miras a ello, se creará una crisis tras
otra, y luego se manejarán dichas crisis. Ello confundirá y desmoralizará hasta
tal punto a la población que ante la superabundancia de opciones se
generalizará la apatía. En el caso de los Estados Unidos ya existe un organismo
que tiene como fin el manejo de crisis. Se trata de la FEMA, siglas en inglés
de la Secretaría Federal de Manejo de Emergencias, cuya existencia descubrí en
1980.
- Promocionar
a grupos rufianescos de música rock como los Rolling Stones (pandilla de
degenerados que goza ampliamente del favor de la nobleza negra europea) y todos
los conjuntos a los que Tavistock convirtió en grandes figuras a partir de los
Beatles. Seguir promoviendo el fundamentalismo cristiano, del cual se servirán
para fortalecer el estado sionista israelí identificando a los judíos con el
mito del pueblo escogido de Dios y contribuyendo con sumas bien cuantiosas a lo
que dichos fundamentalistas erróneamente consideran una causa religiosa que
favorece al cristianismo.
- Exportar a todo el mundo el ideario de la liberación religiosa al objeto de minar a
toda religión existente y más en particular la cristiana. Esto empezó con
la teología de la liberación, de origen jesuita, que acarreo la caída del
régimen de los Somoza en Nicaragua y que en la actualidad destruye El Salvador
– cuya guerra civil se arrastra ya embarcada por un cuarto de siglo - , Costa
Rica y Honduras. Una entidad muy activamente embarcada en la llamada teología
de la liberación es la misión Maryknoll, de tendencia comunista. Ello explica
la amplia cobertura dada por los medios al asesinato de unas supuestas monjas
de la orden Maryknoll hace unos años en El Salvador.
- Provocar el colapso total de la economía a escala internacional y desatar un
caos político absoluto.
- Tomar en
sus manos la dirección de toda política exterior e interior en los Estados
Unidos.
- Otorgar
el máximo apoyo a instituciones supranacionales como la ONU, el FMI, el
Banco Internacional de Pagos y el Tribunal Internacional de Justicia y, en la
medida de lo posible, disminuir la eficacia de las instituciones nacionales
eliminándolas gradualmente o sometiéndolas a la autoridad de las Naciones
Unidas.
- Infiltrarse
en todos los gobiernos y sembrar la subversión en ellos, corroyendo
internamente la integridad de las naciones que estos representan.
- Organizar
un aparato terrorista de alcance internacional y negociar con sus agentes
cada vez que estos lleven a cabo sus violentas acciones.
- Tomar
las riendas de la enseñanza en los Estados Unidos con la finalidad de
llevarla a la ruina más completa.
Muchos
de estos objetivos, los cuales enumeré por primera vez en 1969, se han
alcanzado ya o están en avanzada vías de
ejecución.
Si tenemos en cuenta los ilimitados caudales que
tienen a su disposición, así como cientos de gabinetes de estrategia y 5000
ingenieros sociales, y siendo un hecho que tienen en sus manos los medios de
difusión, la banca y la mayor parte de los gobiernos, se comprende que nos las
estamos viendo con un problema de proporciones gigantescas, al cual ninguna
nación está en condiciones de hacer frente en este momento.
Como he afirmado con tanta frecuencia, se nos ha
hecho creer que el problema al que me refiero tiene su origen en Moscú. Nos han lavado el cerebro para que creamos
que el comunismo es la mayor amenaza que enfrentamos los norteamericanos.
No hay tal. El mayor peligro radica en la multitud de quintacolumnistas
infiltrados entre nosotros. Nuestra Constitución nos advierte que vigilemos al
enemigo interno. Esos enemigos sirven al Comité de los 300 y ocupan posiciones
clave en nuestra jerarquía gubernamental.
Debilitamiento de los Estados Unidos
El Club de Roma tiene la seguridad de haber
debilitado a los Estados Unidos, según órdenes del Comité de los 300. Tras años
de librar una guerra contra los habitantes de esta nación, ¿quién puede poner
en duda que ha cumplido en efecto su misión? Basta echar un vistazo a nuestro
alrededor para ver hasta qué punto se ha arruinado la moral: droga,
pornografía, rock, libertinaje sexual, el núcleo familiar prácticamente
desmoronado, lesbianismo, homosexualidad y por último el espeluznante asesinato
de millones de niños inocentes a manos de su propia madre. ¿Acaso ha existido
alguna vez en la historia crimen tan infame como el aborto generalizado?
Dada la ruina espiritual y moral de los Estados
Unidos, con nuestra industria destrozada, millones de desempleados, las grandes
ciudades transformadas en horrendos antros donde se cometen los crímenes más
inimaginables, con un índice de asesinatos que casi triplica el de otros
países, millones de personas sin hogar y la corrupción en las esferas del
gobierno alcanzado proporciones endémicas, ¿quién va a negar que los Estado
Unidos están a punto de desplomarse roídos por la carcoma, para caer en las
garras acechantes del Gobierno Internacional de la Nueva Era?
El Club
de Roma ha logrado su objetivo de dividir las confesiones cristianas. Ha
reunido un ejército de carismáticos, fundamentalistas y evangélicos que apoyan
ardientemente el estado sionista de Israel. Durante el genocidio que fue
la Guerra del Golfo me llovieron cartas que preguntaban cómo me podía oponer a
"una guerra cristiana justa contra Irak". ¿Cómo podía yo dudar que el
respaldo de los cristianos fundamentalistas a la guerra (del Comité de los 300)
contra ese país oriental no estaba acorde con los principios de la Biblia? A
fin de cuentas, ¿no había rezado Billy Graham con el presidente Bush justo
antes de dar inicio a las primeras andanadas? ¿Acaso no predice la Escritura
"guerras y rumores de guerra?"
Esas cartas dejaron entrever la eficiencia con
que ha desempeñado su labor el Instituto Tavistock. Los fundamentalistas
cristianos constituyen una fuerza formidable a favor del Estado de Israel, ni
más ni menos que como estaba previsto. Qué lástima que tan buenos cristianos no
caigan en la cuenta de que son burdas marionetas del Club de Roma y de que sus
opiniones y creencias no son propias: las formularon para ellos los cientos de
gabinetes de estrategia del Comité de los 300 que se hallan repartidos por la
geografía de los EE.UU. Es decir, que como cualquier otro sector de la
población estadounidense, los cristianos fundamentalistas y evangélicos han
sido objeto de un concienzudo lavado de cerebro.
Es posible que a algunos les cueste aceptar la
idea de una conspiración a escala internacional porque muchos autores han
obtenido lucro a costa de ella. Otros dudan que se puedan promover con éxito
unas actividades de semejante alcance. Observando el enorme aparato burocrático
de nuestra nación, preguntan: "¿Cómo quieren que creamos que unos señores
particulares tengan más poder que el Gobierno?" Esto se debe a que no
comprenden que el Gobierno es parte de la maquinaria de la conspiración. Los
que eso afirman piden pruebas fehacientes, y no es tan fácil hallar tales
pruebas.
Otros dicen: "¿y qué? ¿Qué me importa a mí
que haya una conspiración? Si yo ni me molesto en votar." Esa era
precisamente la forma en que se preveía que reaccionara el grueso de la
población estadounidense. El pueblo de nuestro país está sumido en el
desaliento y la confusión, fruto de la guerra que se libra contra nosotros
desde hace años. Hay muchas más probabilidades de que un pueblo desmoralizado y
despistado acoja con los brazos abiertos la llegada de una gran figura que
prometa resolver todo problema y garantice una sociedad ordenada en la que no
exista el desempleo y con las disputas internas reducidas al mínimo. A ese
dictador - eso será ni más ni menos - lo recibirán calurosamente.
Programados para el cambio, listos para la destrucción
Ese mismo Comité de los 300 ha establecido mecanismos y sistemas de control mucho más ineludibles que nada que se haya visto hasta ahora. No son necesarias sogas ni cadenas para sujetarnos. Se nos ha lavado el cerebro hasta hacernos renunciar al derecho a portar armas que nos otorga la Constitución; abandonar la Constitución misma; permitir que las Naciones Unidas dirijan nuestra política exterior y que el FMI dicte la política fiscal y monetaria de nuestro país; tolerar que el Presidente vulnere impunemente la ley de los Estado Unidos invadiendo otro país y secuestrando al jefe del estado. En resumidas cuentas, nos han condicionado al extremo de que aceptemos a nivel nacional casi sin rechistar cada uno de los ilícitos perpetrados por el gobierno de nuestro país.
Gracias al Club de Roma, nuestra capacidad
tecnológica ha sido superada por Japón y Alemania, los países a los que - según
nos dicen- derrotamos en la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo ha sido posible tal
cosa? Porque, por un lado, hombres como el Dr. Alexander King, y por otro,
nuestra ceguera mental inducida nos han hecho incapaces de reconocer el
desmoronamiento de nuestras instituciones educativas y sistemas de enseñanza.
Por esa ceguera nuestra, ya no formamos los suficientes ingenieros y
científicos para mantener el puesto que ocupábamos entre las naciones
industrializadas. Gracias al Dr. King, a quien muy pocos conocen en los Estados
Unidos, la enseñanza ha caído a su nivel más bajo en el país desde 1786.
Estadísticas facilitadas por el Institute for Higher Learning indican que los escolares
actuales leen y escriben peor que los de 1786.
La meta era mentalizar a la nación para efectuar
cambios programados y que se acostumbrara hasta tal extremo a ellos que cuando
se produjeran transformaciones radicales éstas fueran prácticamente imperceptibles.
En los últimos años la decadencia se ha acelerado hasta tal punto que en la
actualidad el divorcio no acarrea estigma alguno, el suicidio alcanza tasas
históricas que no horrorizan a muchos, y desviaciones de las normas sociales y
aberraciones sexuales en otro tiempo innombrables en círculos decentes hoy son
moneda corriente y no suscitan protestas. ¿Somos capaces de reconocer que el
país va cuesta abajo y sin frenos? No, no lo somos. Cuando los que nos
dedicamos a hacer ver la verdad al pueblo norteamericano descubrimos que un
gobierno menor, privado y bien organizado dentro de la Casa Blanca cometía
incesantes fechorías, fechorías que atentaban contra la esencia misma de la
nación y las instituciones republicanas en las que ésta se apoya, se nos dijo
que no preocupáramos al público con esas revelaciones. Una forma común de
reaccionar era decir: "No queremos saber nada de esas conjeturas".
Cuando la máxima autoridad elegida del país tuvo
la osadía de poner las leyes de la ONU por encima de la Constitución de los
Estados Unidos - delito por el cual se podía demandar al Presidente - la
mayoría de la gente lo vio como lo más natural del mundo. Cuando la máxima
autoridad elegida del país emprendió una guerra sin una declaración oficial por
parte del Congreso, los medios informativos callaron ese detalle y los
ciudadanos lo aceptamos una vez más antes que encarar la verdad.
Cuando estalló la Guerra del Golfo, maquinada y
organizada por nuestro presidente (Bush), no sólo toleramos alegremente la más
descarada de las censuras, sino que hasta nos lo tomamos a pecho creyendo que
era buena para alcanzar el objetivo de la guerra. El Presidente mintió, April
Glaspie mintió, el Departamento de Estado mintió. Decían que la guerra estaba
justificada porque se había advertido a Saddam Hussein que no metiera la mano
en Kuwait. Cuando por fin se hicieron públicas las comunicaciones cablegráficas
entre la embajadora y el Departamento de Estado, una caterva de senadores
norteamericanos se lanzó a defender a Glaspie; tanto demócratas como
republicanos, daba igual. El pueblo, nosotros, dejamos impunes sus abyectas
mentiras.
Nos dicen que ganamos la Guerra del Golfo. Sin
embargo, la amplia mayoría de los estadounidenses no repara en que la ganamos a
costa de la dignidad y el honor de nuestra nación, que yacen pudriéndose en las
arenas del desierto de Kuwait e Irak, junto a los cadáveres de las tropas
iraquíes a las que aniquilamos en la retirada previamente acordada de Kuwait y
de Basora. No fuimos capaces de cumplir la palabra empeñada de que nos
atendríamos a la convención de Ginebra y no los atacaríamos. "¿Qué
prefieren - preguntaron los que nos manejan -, victoria o dignidad? No se
pueden tener las dos cosas a la vez".
Para los oligarcas y plutócratas que integran el
Comité de los 300, el narcotráfico tiene una doble finalidad: en primer lugar,
generar ingentes sumas de dinero, y en segundo, convierte a largo plazo a un
amplio sector de la sociedad en una masa de autómatas drogados más fáciles de
dominar que quienes no estén enviciados, ya que la rebelión se castigará
cortando el suministro de heroína, cocaína y otros alucinógenos. Ellos
requieren la legislación de la droga a fin de que se pueda establecer un
monopolio mediante el cual la drogodependencia alcance gran difusión, a medida
que cientos de miles de obreros constantemente desempleados recurran a los
estupefacientes en busca de alivio.
En uno de los documentos más secretos del Royal
Institute for Internal Affaire, se describe - parcialmente- el plan:
" [...] Desengañados con el cristianismo y
con el desempleo generalizado, quienes lleven cinco años o más desocupados
abandonarán la iglesia y se volverán a la droga en busca de consuelo. A partir
de ese momento será imperioso ejercer un dominio absoluto del comercio de
narcóticos, al objeto de que los gobiernos de todos los países que se hallen
sometidos a nuestra jurisdicción dispongan de un monopolio que dirigiremos
nosotros como suministradores. [...] Se crearán bares que expendan droga a los
revoltosos y descontentos. Los sediciosos en potencia se convertirán en
inofensivos adictos sin voluntad propia. [...]"
El mundo del futuro
Resumen:
Las aspiraciones del Comité de los 300 son generar las siguientes situaciones:
- El
establecimiento de un gobierno mundialista y un sistema monetario común bajo la
tutela de una oligarquía permanente, hereditaria y no elegida, cuyos
miembros se escogerán entre sí mediante un sistema feudal semejante al del
Medioevo. Con dicha entidad universal de gobierno, se pondrá coto a la
explosión demográfica mediante limitaciones al número de hijos por familia,
enfermedades, guerras y hambres, hasta que la población mundial se estabilice
en mil millones de seres humanos útiles para la clase dirigente, distribuidos
en zonas rígidas y claramente definidas.
- La clase
media desaparecerá y sólo quedarán siervos y mandatarios. Las leyes serán
uniformadas por medio de una red internacional de tribunales que se guiarán por
un mismo código, apoyados por un organismo universal de policía y un ejército
supranacional que imponga el cumplimiento de la ley en el territorio de los que
una vez fueron países, y que ya no estarán delimitados por fronteras. El sistema se basará en el del estado
benefactor: quienes obedezcan al gobierno internacional único y se subordinen
al mismo serán retribuidos con los medios para subsistir; los que se
rebelen morirán de hambre o serán proscritos, convirtiéndose con ello en blanco
de todo el que desee quitarles la vida. Estará prohibida la posesión privada de
armas de fuego o de cualquier otra clase.
- Sólo se
permitirá la práctica de una religión, la de la iglesia del Gobierno
Universal. El culto a Lucifer y la hechicería serán reconocidos como materias
de estudio en el sistema educativo estatal, y no habrá colegios privados ni
religiosos. Las iglesias habrán sido infiltradas por la subversión. En los
tiempos del gobierno internacional, el cristianismo habrá pasado a la historia.
- Toda
persona será adoctrinada en la creencia de que es una criatura del Gobierno
Universal. A este fin, se la marcará con un número que facilite su
identificación, número que figurará en los archivos centrales del ordenador de
la OTAN en Bruselas. En un momento dado, todo agente del Gobierno Universal
tendrá acceso a dicho número. Los archivos generales de la CIA, el FBI, las
policías locales y estatales, el Ministerio de Hacienda, la FEMA y la seguridad
social serán ampliados en extremo y constituirán la base de datos relativos a
cada habitante de los Estados Unidos.
- El
matrimonio será ilegal. La familia ya no existirá como la conocemos en la
actualidad. Los niños serán separados de sus padres a temprana edad y criados
bajo la tutela del Estado. A título experimental, esto ya se hizo en Alemania
del Este en tiempos de Eric Honecker: los hijos de ciudadanos sospechosos de
rebeldía eran puestos bajo la custodia del Estado.
- Se
promoverá la pornografía, la cual será de exhibición obligada en todo cine
y teatro, sin excluir los temas de la homosexualidad y el lesbianismo.
- También será forzoso el consumo de drogas recreativas. A cada uno se le asignará una
cantidad que podrá adquirir en los establecimientos de venta que el Gobierno
Universal habrá diseminado por el planeta. Se extenderá el empleo de sustancias
que permitan manipular la mente, y serán igualmente de uso obligatorio. Se las
administrará por medio de los alimentos y del suministro del agua potable sin
conocimiento ni permiso de los consumidores. En los bares de narcóticos,
atendidos por empleados del super gobierno, la clase esclavizada pasará sus
horas de asueto. De esa manera, las
masas se convertirán en una suerte de animales dominados, sin voluntad propia,
que se comportarán como tales.
- El sistema económico funcionará del siguiente
modo: la clase dirigente permitirá que se produzca el mínimo imprescindible de
alimentos y servicios para mantener los campamentos en que trabajarán
multitudes de esclavos. Toda riqueza se atesorará en las arcas de los
integrantes de la élite del Comité de los 300. A toda persona se la adoctrinará en el concepto de que su supervivencia
depende en todo del Estado. El mundo será gobernado mediante decretos
emitidos por el mencionado Comité, los cuales de inmediato cobrarán valor de
ley. Experimentalmente, Boris Yeltsin impone la voluntad del club en Rusia
mediante decretos de ese estilo. No existirán tribunales de justicia, sino de
castigo.
- La
industria habrá de ser destruida en su totalidad, junto con las plantas de
producción de energía nuclear. Sólo los integrantes del Comité de los 300 y sus
elitistas tendrán privilegio de beneficiarse de los recursos de la tierra. La
agricultura y la ganadería estarán en manos del Comité, que fiscalizarán
rigurosamente la producción de alimentos. Conforme comiencen a entrar en vigor
estas medidas, grandes contingentes de población urbana serán transferidos a
regiones apartadas. Quienes se opongan serán exterminados a la manera del
experimento que llevó a cabo Pol Pot en Camboya.
- Los enfermos incurables y los ancianos habrán
de someterse ineludiblemente a la
eutanasia. Para el año 2050 habrán sido eliminados al menos 3.000 millones
de consumidores inútiles de alimentos por medio de guerras de alcance limitado,
epidemias orquestadas de enfermedades virulentas, y hambre. El suministro de
energía, alimento y agua se mantendrá al nivel mínimo de subsistencia para los
ajenos a la élite.
- Todo producto farmacéutico, médico, dentista y
profesional de la salud, esencial o no, estará registrado en el banco de datos
del computador central. Será imposible
recetar un remedio o prescribir atención médica sin autorización expresa de
los agentes responsables de imponer la autoridad en cada municipio.
- No habrá
moneda ni dinero en efectivo en posesión de las masas. Toda transacción se
llevará a cabo mediante una tarjeta de cobro automático en la que figure el
número de identificación del portador. A quien trasgreda el reglamento
establecido por el Comité de los 300 le será inválida la tarjeta por un tiempo
que variará con arreglo a la naturaleza y gravedad de la violación.
- El
Gobierno Universal llevará las riendas de todas las agencias noticiosas y
órganos de prensa. Métodos de lavado cerebral se harán pasar por
entretenimiento, de la misma manera en que se practicaba y se convirtió en
técnica refinada en los Estados Unidos. A los jóvenes a los que se aparte de
los padres desleales se les impartirá una educación concebida especialmente
para embrutecerlos. Jóvenes de ambos sexos serán adiestrados como vigilantes en
los campos de trabajo del Gobierno Internacional.
Por lo anterior, es evidente que queda mucho por
hacer para la instauración del Nuevo Orden Mundial. Hace tiempo que el Comité de
los 300 ha perfeccionado los planes para desestabilizar la civilización tal
como la conocemos en la actualidad.
En
Europa Occidental se está construyendo una federación de estados con una
estructura de gobierno que incluye una moneda común. Una vez logrado esto, el
sistema de la Unión Europea se extenderá por etapas a los Estados Unidos y
Canadá. De forma lenta pero inexorable, las Naciones Unidas se están
transformando en un sello de aprobación del Gobierno Universal: Estados Unidos le
dicta lo que tiene que hacer, como vimos cuando la Guerra del Golfo.
El impresionante secreto que envuelve al Comité de
los 300 hace que muchos pongan en entredicho su existencia. Ningún órgano
informativo ha hecho jamás mención de dicha jerarquía conspiradora. Por
consiguiente, y como era de esperar, la gente reacciona con incredulidad. El Comité
de los 300 está en su mayor parte en manos del monarca británico, en la
actualidad la reina Isabel II.
No hay entidad que escape al dominio del Comité,
y salta a la vista que éste ejerce un férreo control en el terreno de las
comunicaciones. Si echamos un vistazo a la RCA, descubriremos que su directorio
se compone de personalidades británicas y estadounidenses que descuellan en
organizaciones como el Consejo de Relaciones Exteriores, la OTAN, el Club de
Roma, la Comisión Trilateral, la Francmasonería, Skull and Bones, el grupo
Bilderberg, Round Table, la Sociedad Milner y la Jesuits-Aristotle Society.
Entre ellos se contaba David Sarnoff, que se trasladó a Londres hacia la misma
época que Sir William Stepherson se instaló en la sede neoyorquina de la RCA.
El gobierno invisible del Comité de los 300 está
ejerciendo una presión inmensa sobre los Estados Unidos. A fin de reformar el país para mal. Si
logramos evitar que se nos despoje de la libertad, retrasaremos
considerablemente el progreso hacia el establecimiento del gobierno
supranacional. La instauración del mismo es una empresa de proporciones
impresionantes que exige gran habilidad, talento organizativo y dominio de los
gobiernos y su política. La única organización capaz de llevar a cabo tan
ciclópea tarea con esperanza de éxito es el Comité de los 300. Acabamos de ver
hasta qué punto se ha acercado al éxito total.
La batalla para evitarlo será, ante todo, de
carácter espiritual.
NOTAS:
(1) Cita del escritor e investigador Daniel Estulin, autor de una serie de libros investigativos sobre el Club Bilderberg, al hablar sobre conspiración y paranoia.
(2) El Comité de los 300.- John Coleman.- También se puede encontrar el
mismo estracto del texto en diferentes websites bajo el título “El Club de los
300”.