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01 mayo 2016

RUSIA, el caos poscomunista (1)


El cómo se pretendió volver tercermundista a Rusia




La vieja historia de querer aplastar al gigante ruso no es nueva, Rusia ha constituido y, seguramente seguirá siendo, por siempre, un baluarte contra la globalización imperial.


Por: Tito Andino U

Si el mundo actual no se ha convertido aun en un centro unipolar manejado por los anglo-americanos y sus socios de las altas finanzas se debe a la tenaz resistencia rusa y de otras pequeñas naciones regionales, éstos se han revelado contra las políticas intervencionistas que destruyen a los estados soberanos, que por cierto, cada vez encontramos menos.

Europa ya no es soberana, los estados-nación se encuentran en vías de extinción en beneficio de una supuesta Unión Europea, que pugna por la abolición de todo derecho nacional, jurisdiccional y competencia. Por ejemplo: ¿Quién ha elegido a los líderes de la UE? Acaso usted o yo hemos elegido a un Durao Barroso como presidente de la Comisión Europea? O, a Herman Van Rompuy ¿presidente del Consejo Europeo?, y así, una cantidad de políticos desconocidos para los europeos (salvo en sus estados o lo que queda de ellos) que manejan nuestro destino.

La lucha o mejor dicho, la resistencia contra las políticas globalizadoras del supuesto ‘libre comercio’ es primordial para evitar la desaparición forzada de la nación-estado. La única forma de impedir que esto se lleva a la práctica es diciendo NO a la continua, paulatina y secreta ampliación del espacio físico y económico que abarca la Unión Europea.

En el fondo, la UE no es más que un instrumento de dominación anglo-americano y un intento burdo por acercarse a las fronteras de la Federación Rusa, con despliegues de fuerzas militares, armamento de última generación, un renovado y modernizado sistema balístico nuclear con la instalación en estados europeos, otrora opuestos a esa iniciativa, de armas atómicas. ¿Por qué? Intentar derrotar a Rusia mediante la coacción y chantaje económico, al cambiar el poder en Moscú el mundo será absolutamente una colonia mercantil donde los Estados Unidos y sus socios británicos impondrán sus reglas de juego.

En el presente mediato, en naciones como la alemana y en los Países Bajos, se ha sentido la ira popular en las urnas, rechazando la incorporación de Ucrania a la Unión Europea, así como cuando los ciudadanos europeos dijeron NO a una Constitución Europea, los testaferros del Poder Oculto buscarán otros medios para engatusar a la población. Pero cada vez se le hace más complicado. Los ciudadanos europeos son más conscientes hoy en día que los norteamericanos quieren imponerles un Tratado de Libre Comercio: USA - UE, que se convertiría en otro golpe bajo a sus ya precarios y debilitados derechos. 

Las guerras del Medio Oriente no son conflictos para destruir a naciones rebeldes como Siria, Irak, Irán, Líbano, ellas son solo un obstáculo para un objetivo más grande: RUSIA es el objetivo final.

Destruyendo a otras naciones como las citadas y afianzando sus alianzas con gobiernos lacayos como Ucrania y ex repúblicas soviéticas, paulatinamente, en aparente silencio, se va cerrando el cerco contra el gigante oso ruso.

Los medios occidentales hablan de ‘agresión’ rusa, del retorno del ‘expansionismo’ y el ‘peligro’ que representan los rusos para Europa y el mundo. La pregunta del millón es, ¿por qué los Estados Unidos y la OTAN se empeñan, no hoy, sino desde hace ya un par de décadas, en rodear a Rusia con bases militares por todos lados de sus fronteras?; ¿por qué la OTAN y sus aliados regionales en el Medio Oriente (Israel y las Monarquías del Golfo) se encuentran encaprichadas en su proyecto yihadista? La respuesta salta a la vista, destruir a Rusia y sus áreas de influencia. Es evidente que el terrorismo islamista será utilizado, nuevamente, en contra de Rusia en el Cáucaso. (Var artículo: QUE VIENEN LOS RUSOS!)



Cartel de  Efim Tsvik: 'Ante la Encrucijada', inspirado en un cuadro de Víctor Vasnetsov. El guerrero plantado ante la encrucijada simboliza la Rusia poscomunista.


¿Alguien recuerda, o mejor decir, alguien sabe cómo destruyeron la Unión Soviética?
(Aclaremos que el redactor de este blog jamás ha sido comunista ni pro-soviético): Estados Unidos y sus aliados manejaron y manipularon los mercados financieros, abarataron el precio del petróleo, con la complicidad de las monarquías del Golfo, forzaron a la intervención militar en Afganistán para combatir a sus agentes (Bin Laden y compañía), entre las principales.

Naturalmente, no debemos dejar de mencionar que el sistema totalitario comunista resultó un fracaso, demostró a lo largo de los años su incapacidad de satisfacer las necesidades internas de la población (y no me refiero solamente a lo material, sino también a otro tipo de valores).

Esas viejas tácticas aplicadas a la extinta URSS, la vemos repetida hoy contra la Federación Rusa:

- Se pretende doblegar a Rusia destruyendo el precio del petróleo, inundando los mercados con hidrocarburos por todos lados y abaratando los precios;

- De hecho, la economía rusa ha entrado en una nueva recesión. La caída del rublo en el mercado internacional es un hecho, es su primera contracción desde 2008 (mas, no en los parámetros que se preveía). Todo esto a expensas de destruir no solamente la economía rusa sino provocar una recesión global;

- El bloqueo comercial y sanciones financieras son otra modalidad (aprovechándose de la situación en Ucrania, el derribo del avión malasio y la reincorporación de Crimen a Rusia);

- Reactivando la amenaza yihadista dentro de la Federación Rusa en el Cáucaso, con los radicales chechenos y otras agrupaciones;

- Finalmente, se ha logrado un objetivo más poderoso, que sirve de propaganda para “demostrar” la amenaza rusa, esta no es otra que la guerra en Siria: Los acontecimientos han llegado a tal punto con la intervención descarada de grandes potencias occidentales y sus aliados del Medio Oriente fomentando la invasión a Siria. Rusia no ha tenido otra opción, proteger sus flancos, apoyando directamente a las fuerzas sirias. En otras circunstancias y con otros actores, lo lógico sería que el mundo occidental llamara a esto: Guerra Humanitaria o intervención en defensa de los derechos humanos, el “Deber de proteger” y otros términos bonitos que se inventan para justificar sus guerras de agresión económicas.

- Las consecuencias de la movilización militar rusa sirve para que Occidente “justifique”, a su vez, el desplazamiento de tropas y bases militares con el pretexto de denunciar el intervencionismo ruso (hoy en Siria, ayer en Afganistán), además es una buena forma de golpear su economía. Una guerra convencional no solo se gana con soldados, ni en el campo de batalla, sino con la capacidad económica para resistir una tarea de tal magnitud.

No sabemos a ciencia cierta si la economía rusa resista largo tiempo este tipo de embistes, pero, los hechos demuestran que Putin ha previsto estas contingencias previamente, si algo acontece no será parecido al rotundo golpe que se dio a la URSS. Rusia está acumulando grandes reservas de oro y otros metales valiosos como resguardo financiero.   

Ahora, luego de la caída del telón de acero en 1989, todo el mundo tenía el convencimiento que la sociedad civil se había impuesto con su racionalidad, aplicando el derecho natural y el sentimiento del estado-nación contra la aplicación forzada del autoritarismo comunista representado por la URSS. Pero solo fue ilusión, esto no fue más que el inicio de una nueva confrontación por el control supremacista del mundo.





Rusia, tras la caída del totalitarismo soviético, estaba en un K.O. técnico, caos, hambre, pobreza, pero tras todo esto estaban las “instituciones económicas más poderosas, trabajando de la mano con elementos criminales, la mafia, respetables organizaciones filantrópicas, comités de expertos de prestigio internacional, organizaciones no gubernamentales, servicios de inteligencia y las principales entidades bancarias occidentales, iniciaron la empresa de destruir Rusia deliberada y meticulosamente. Los recursos rusos son sinónimo de supervivencia, por lo que desestabilizar Rusia se ha convertido en la clave de la supervivencia futura”. Escribe, argumentadamente, el investigador D. Estulin, en su obra ‘Los Señores de las Sombras’

La URSS colapsó en diciembre de 1991, inmediatamente los nuevos “amigos” de Rusia (Estados Unidos) emprendieron la tarea de apoyar al extinto sistema comunista para llevarle a una transición democrática y rumbo al capitalismo. Rusia, en un lapso un poco mayor a una década, dejó de ser un rival o una amenaza a los intereses norteamericanos, no tenías medios para oponerse a los Estados Unidos que lograron el control del petróleo y gas del Asia Central.



El inicio del mayor robo a los recursos de una nación


Entonces, se inició quizá el mayor saqueo de los recursos de una nación, casi olvidada en la actualidad, o tal vez nunca difundido por los medios occidentales, pero no olvidado por Putin y quienes dirigen en la actualidad la Federación Rusa. La extinta URSS manejaba, sin duda, la mayor riqueza mineral del mundo, petróleo, niquel, platino, oro y otros minerales valiosos, incluso su material bélico.

El juego con la manipulación del mercado fue tremendo, se realizaron operaciones colosales de subasta de rublos por cientos de miles de millones a cargo del crimen organizado, dinero que salió de Rusia. Todo iba a ser desmantelado en una operación combinada, pero clandestina, codo a codo entre los servicios de inteligencia occidentales, especuladores financieros e importantes bancos, la Mafia de Estados Unidos y la italiana (Cosa Nostra), más el aporte de los Criminales rusos surgidos con el fin de la URSS, es decir, la mafia rusa “Vorovskoi Mir” (Mundo de Ladrones) en alianza con viejos oficiales del KGB, ex veteranos de Afganistán y oficiales del ejército retirados, según Estulin, estos grupos combinados crearon alianzas de conveniencia para impulsar la malversación económica a niveles increíbles, de esa forma (y de otras) apoyaron el desplome de la URSS.

En el libro ‘Gangster’s Paradise’ del británico D. Gayatt tomamos algo importante: “…poco a poco se hizo evidente que las enormes cantidades de rublos exportados no eran simple papel de colores. Sin perder tiempo, la mafia, ahora rica en rublos, se dispuso a saquear los abundantes tesoros naturales de Rusia. Platino, piedras preciosas, petróleo, madera, materias primas estratégicas, cobalto, cobre, bronce, titanio y todo tipo de valiosa maquinaria, fueron a parar a subastas fraudulentas. Casi sin valor en el mercado internacional, fueron repatriados a través de unos 260 bancos controlados por la mafia que surgieron por doquier en el país”.

No debemos olvidar algo, el Partido Comunista estaba metido también en el rollo, al igual que los grupos descritos arriba, el Partido encargó al KGB actuar en igual sentido: robo masivo de propiedades y recursos naturales del Estado, inundar el mercado extranjero de rublos, vender ilegalmente materias primas y blanquear las ganancias en Occidente. Daniel Estulin es categórico al señalar que: “Sobre esta base, a todos los niveles de la jerarquía del partido, se produjo una creación masiva de bancos del partido, empresas conjuntas y sociedades anónimas en 1990 y 1991”. Sin duda, el Comité Central del Partido dispuso la ocultación de sus propiedades en la naciente economía de mercado rusa. El presidente Yeltsin se negó a tomar medidas.

El objetivo secreto de todo esto (claro que esta parte lo desconocían todos los grupos criminales y políticos rusos en ese entonces) era permitir que los gánsteres financieros norteamericanos y otros socios se apoderen y controlen las reservas de gas y petróleo de Asia Central con la inexistente resistencia a las operaciones militares del US Army. De una manera brillante, silenciosa, destruyeron la base económica de Rusia y según expertos se pretendía regresar a Rusia a los tiempos de un país tercermundista. Según el propio Yeltsin, Rusia se convirtió  en una “superpotencia del crimen, en una mafiocracia” (la Rusia de Yeltsin, por supuesto).

El siguiente paso, con la connivencia de Yeltsin, fue crear reformas democráticas y un ligero impulso económico, pero evitando que Rusia resurja como competencia a nivel mundial contra los Estados Unidos. Empezaba la tarea del FMI y la era Clinton para “apoyar’ a la nueva economía y democrática Rusia.



Yeltsin hizo lo habitual en estos casos, aceptar préstamos internacionales (la imposición de ‘ayudas’) a cambio  de emitir obligaciones (deuda). Si no pagas pierdes la garantía subsidiaria (que garantiza el préstamo). Las garantías rusas, no está demás decirlo, eran las acciones de las principales industrias estatales. En otras palabras: Préstamos por acciones.  Así, si el gobierno ruso no podía rembolsar los préstamos, los bancos tenían derecho a subastar acciones en áreas energéticas, recursos naturales, industrias, etc.

Así fue como en la década de los 90, los Estados Unidos gozaron de la supremacía mundial, controlando incluso los mercados rusos, Rusia en ese lapso dejó de funcionar como un estado, se vio en graves aprietos para alimentar a su población y su capacidad militar disuasiva se vino a pique.

La historia de esa negra etapa de la historia rusa se vuelve interminable, con todos estos episodios que más asemejan al guión de una obra cinematográfica, pero que fue real, tan real que parece ficción.

Entonces, surgió Putin. Los problemas llegaron, no para los rusos ni para Rusia, sino para los Estados Unidos, los buitres financieros, para los nuevos oligarcas rusos y la mafia ruso-israelí.   

Así las cosas, Europa y el mundo en general está acorralado por la ambición, no de un estado, sino por un conglomerado de hombres de las altas finanzas y negocios más inescrupulosos que controlan el Poder político y económico de Norteamérica.


En la siguiente entrega:


Manteniendo el orden de secuencia de este artículo, recordaremos quién es el señor Mijail Khodorkovsky y la “hazaña” que casi le lleva a ser presidente de Rusia valiéndose de los millones de su ex empresa petrolera ‘Yukos’, naturalmente bajo el auspicio del mundo libre “comercial” de Occidente.


RUSIA, el caos poscomunista (2)

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