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28 enero 2017

Los intentos por borrar la milenaria historia de Siria




Pedro García Hernández / Prensa Latina


Nota de introducción del redactor del blog.


Hace ya casi un par de años escribí un par de artículos muy leídos por los amables lectores referentes al saqueo y la destrucción de la cultura milenaria en Siria e Irak.

Una de nuestra hipótesis es que ese programa de destrucción masiva del legado de antiguas civilizaciones, realizadas por los “rebeldes moderados” en Siria y por los luchadores por la independencia del ”Sunnistán” en Irak – en ambos casos yihadistas del Estado Islámico mayoritariamente-, es una tarea dirigida por una mano obscura que intenta borrar de la faz de la tierra todo vestigio que desenmascara la ciencia “oficial” del mundo arqueológico. En otros casos, naturalmente, la destrucción es por pura intolerancia de los ignorantes que hacen la 'Yihad', inconscientemente benefician a terceros; y, también, tenemos el negocio puro de antigüedades que mueve cientos de millones de dólares en los mercados negros europeos, vía Turquía.

El mundo respiró aliviado cuando las fuerzas armadas sirias reconquistaron el complejo antiguo de Palmira con apoyo ruso, la UNESCO se felicitó por el éxito y la posible salvación de este patrimonio mundial, científicos, arqueólogos, especialistas en antigüedades de los grandes museos aplaudieron la liberación de manos de las huestes oscurantistas que una y otra vez amenazaron con volar por los aires la histórica ciudad. De inmediato zapadores del ejército ruso iniciaron la proeza de limpiar decenas de miles de minas sembradas en el terreno por los yihadistas, una tarea inmensa en tan corto tiempo.


Soldado ruso en su labor de limpieza de minas en Palmira.


Fue una sorpresa para el mundo que en diciembre del 2016 el Daesh (Estado Islámico) en una feroz ofensiva volviera a capturar. Cómo fue posible eso? La respuesta debería darnos el Mando estadounidense en su “apoyo” para la liberación de Mosul (Irak), desde hace tiempo atrás ya habían anunciado que dejarían un corredor libre para que los yihadistas “abandonen” Mosul, en dirección a la frontera siria. En su clásica imposición de órdenes, el Army US primero ralentizó y luego detuvo la ofensiva del ejército iraquí sobre Mosul (hablamos de los días entre el 2 y 11 de diciembre del 2016). El Estado Islámico aprovechó esa deferencia norteamericana y en largas columnas de tropas y blindados emprendieron un tour ante la mirada de kurdos de las denominadas Fuerzas Democráticas Sirias y norteamericanos, en poco tiempo llegaron a Raqqa (Siria), sin hacerse esperar miles de hombres con blindados, vehículos artillados y, quien sabe con qué otro tipo de apoyo, atacaron masivamente Palmira, capturándola nuevamente.

Conspiración? Por supuesto, la toma de Palmira es otro ejemplo de la doble moral estadounidenses/OTAN. Ellos tenían todos los recursos no solo para alertar a los sirios o rusos (concentrados en liberar Alepo) e incluso podían atacar las largas columnas yihadistas, simplemente no hicieron nada ni comunicaron nada. La única “justificación” es que se tomaran las vacaciones de navidad y año nuevo por anticipado.

El siguiente titular de Prensa Latina, redactado por Pedro García Hernández desde Damasco, nos da una rápida visión actual de lo que hemos tratado en nuestros anteriores trabajos: Es deliberada la destrucción de la historia de las civilizaciones siria e iraquí? y Operación “NUEVO AMANECER”, a la caza de los tesoros de Irak . Luego de leer este interesante artículo recomiendo dar lectura a nuestras anteriores ponencias).

Como siempre gracias por su deferencia.

                                                                                                T. Andino



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Los afanes de quienes ejecutan y promueven la guerra impuesta a Siria intentan borrar el rostro y la identidad de una nación con el saqueo y la destrucción de una historia milenaria y que definió con altas y bajas el desarrollo de la civilización.

Hasta el 2011, cuando la barbarie del terrorismo irrumpió con intenciones económicas enmascaradas en conflictos civiles y religiosos, esta nación del Levante era considerada 'el paraíso de la arqueología'.

En los algo más de 185 mil kilómetros cuadrados del territorio nacional confluían los vestigios de civilizaciones como la Fenicia, Greco-Romana, Palmireña, Bizantina, Arabe- Islámica y de las Cruzadas, una mezcla aún por estudiar y detallar en toda su vasta complejidad histórica.

Cuando las magnitudes del conflicto alcanzaron límites impredecibles dos años después, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) decidió definir en peligro a todos los sitios arqueológicos del país.

La muerte armada en manos de casi un centenar de grupos terroristas se expandió desde el fondo de las cavernas del inframundo por toda la nación, alentada por quienes desde los grandes centros de poder nunca han podido admitir un desarrollo alternativo civilizado y que con todos los posibles defectos en su evolución, definen la historia de la Humanidad.

Más de 900 sitios arqueológicos, yacimientos o simples vestigios geográficos, fueron objeto de un vandalismo que incluyó saqueos con fines lucrativos de valiosas piezas, o dinamitar símbolos y asesinar a especialistas. Todo con un afán diabólico de destrucción ilimitada.

La furia arrasadora se centró a partir de los seis sitios declarados desde 1979 como Patrimonio de la Humanidad: Ciudad Vieja de Damasco, Palmira, Casco Histórico de Bosra, centro antiguo de Alepo, el Crac de los Caballeros y las Aldeas del Norte del país.

Otros, propuestos con ese objetivo desde el año 1999 quedaron en suspenso y no dejaron, sin embargo, de recibir el embate aniquilador como las Norias de Hama, Ugarit, Ebla, Tell Hariri, Apamea, Malula o el Castillo de los Cruzados, en Tartus.

Un testimonio, el de Nima Mohrtain, especialista encargada de la conservación del Crac de los Caballeros, en la carretera que une a Homs con Tartus, habló con pasión de cómo rehabilitaron los lugares destruidos y de qué manera los cabecillas aprovechaban la ignorancia de los elementos terroristas para incendiar, borrar y destruir cualquier vestigio posible.

Justo lo que fuera capilla del oratorio del Crac muestra una expresión en latín tallada en la roca: 'Si eres un hombre de mucho dinero, belleza y prepotencia, no tienes nada'. No la borraron porque no pudieron entender lo que decía y al fin, les importó poco, afirmó la especialista.

El Crac, construido en 1034, y sucesivamente reparado a través de los años, llegó a ser visitado por más de seis mil persona en un solo día, relató.

Tal interés por el conocimiento fue apreciado también por los reporteros de Prensa Latina en varias visitas a Malula, Homs, el casco histórico de Damasco, Sednaya o Palmira, la histórica llamada Joya del Desierto, actualmente vuelta a ocupar por el Estado Islámico, Daesh, cuyos integrantes dinamitaron la mayor parte de los milenarios monumentos y construcciones de la ciudad.




La destrucción del complejo histórico en Palmira. Tremendas explosiones realizadas por el Estado Islámico han pulverizado parte de la antigua civilización


A la fecha, un documentado mapa interactivo elaborado por las autoridades culturales y patrimoniales sirias muestra con bastante exactitud 758 sitios arqueológicos en toda Siria con destrucciones totales, parciales o de menor grado en las 13 provincias del país.

Pero a ese vandalismo se unen las excavaciones ilegales con afanes de lucro propiciadas por el Daesh en más de medio centenar de lugares de las zonas ocupadas y que, según datos, conforman un panorama total de pérdidas estimadas en cerca de 10 mil millones de euros (algo más de 11 mil millones de dólares).

Multitud de documentos publicados, no solamente por las autoridades sirias, señalan que la mayoría de lo saqueado se hace por encargo, con un intermediario que, por ejemplo, vende un mosaico bizantino por miles de dólares y que termina en manos de coleccionistas privados millonarios de Europa, Francia, Alemania, Estados Unidos o los países del Golfo.

Por lo regular, ese tráfico es sobre la base de piezas pequeñas saqueadas porque si pudieran, hubieran cargado otras monumentales, impotencia 'comercial' que les hace dinamitarlas como el Templo de Bel, en Palmira.

Esa red de contrabando de lo saqueado es 'muy difícil de detectar' para la Interpol, muy pocas veces eficiente en muchos otros detalles a pesar de fundarse en 1923 y estar, aparentemente integrada, por representantes de 190 naciones con sede en Lyon, Francia.

A pesar de todo este dramático 'expediente', la Dirección General de Antigüedades y Museo, por medio de su director, Maamouth Abdel Karim, asegura que un buen por ciento de las piezas más valiosas están en 'lugares seguros' gracias al esfuerzo conjunto de personal especializado, simples pobladores, autoridades provinciales y el de las unidades del Ejército sirio.




Artículos de Referencia:

OPERACIÓN “NUEVO AMANECER” A LA CAZA DE LOS TESOROS DE IRAK


Es deliberada la destrucción de la historia de las civilizaciones siria e iraquí?




Fuente original del presente artículo:

Prensa Latina

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