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12 marzo 2015

Sombras siniestras destruyen Irak y Siria (2)


OPERACIÓN “NUEVO AMANECER”
A LA CAZA DE LOS TESOROS DE IRAK


Por: Tito Andino U.


              Bagdad 2003. Soldados norteamericanos en el interior del Museo Nacional de Irak.



Era el 10 de abril del 2003, tropas de la coalición liderada por los Estados Unidos han tomado completamente Irak. “Subrepticiamente” cientos de saqueadores asaltan el Museo Nacional y la Biblioteca Nacional de Irak en Bagdad y prenden fuego a todo, hasta la Universidad de Bagdad ardió dos veces el mismo día. El desmadre dura hasta el 12 de abril.

Las poderosas tropas internacionales que han devastado la nación iraquí se ven “impotentes” de controlar a los forajidos, a pesar de tener apostados tanques de guerra en las puertas de los museos y cientos de soldados aun sedientos de abrir fuego al “enemigo”. Nada pasó, impasivas fuerzas de ocupación cerraron sus ojos y permitieron uno de los atracos más espectaculares de la historia.

Desde inmemoriales tiempos la Mesopotamia y su actual heredera, Irak, ha mantenido una colosal colección que resguarda millones de piezas arqueológicas, esculturas y objetos de inapreciable valor cultural e histórico, que han servido para reconstruir nuestro pasado. En tantas guerras, a través de los milenios nunca se vio un saqueo parecido a lo ocurrido en abril del 2003 teniendo como observadores a las que muchos consideran las mejores tropas del mundo. No solo fueron la Biblioteca y el Museo de Bagdad, miles, si, miles de excavaciones arqueológicos de la época de uruk, sumeria, babilónica, acadia, caldea, asiria, persa, de las primeras civilizaciones islámicas que por milenios poblaron esa región fueron profanados.



 Tanques de guerra en la entrada del Museo Nacional
  


¿Quiénes asaltaron el Museo Nacional de Irak?

Todo fue deliberado, se permitió que cientos de hambrientos y desesperados iraquíes, mezclados con delincuentes comunes, funcionarios corruptos, mafias organizadas de traficantes de arte y antigüedades e incluso soldados de la coalición participaran en el atraco y reparto del “botín de guerra” para luego negociarlo en el mercado negro a codiciosos coleccionistas privados.

Las evidencias son inequívocas, hoy con seguridad se puede confirmar que la repacería estaba organizada por iraquíes bajo “solicitud” de foráneos coleccionistas de arte. Así, desconocidos saqueadores se valieron de instrumentos sofisticados para cortar vidrios de seguridad, también se observó la presencia de grúas y camiones durante tres días en Bagdad y Mosul.

Aparentemente se consiguió el delito perfecto, ¿a quién acusar en particular? Vendrá a la mente “Fuente Ovejuna”. El “pueblo” lo hizo, no hay culpables, no se puede acusar a un colectivo entero, no hay responsabilidades, el caso se cierra. El Museo Nacional de Irak en Bagdad era uno de los tres museos arqueológicos más importantes del mundo, y guardaba tesoros auténticos, los primeros relieves y las obras escritas más antiguas en la historia del mundo. 



Fotos de la Biblioteca Nacional de Bagdad, rescatando los libros que se salvaron del fuego destructor.


Cuando los saqueos e incendios terminaron, a las tropas de la coalición internacional se les ocurrió la brillantísima idea de resguardar los edificios atacados, eso sucedió el 16 de abril. Los verdaderos héroes en estos casos, siempre son los conservadores y trabajadores de los museos, quienes lograron salvar muchas colecciones escondiéndolas en sitios seguros; pero, archivos, catálogos y otros registros arqueológicos no tuvieron la misma suerte.

Cómo iban a proteger ese patrimonio, si previamente sus bombas teledirigidas asolaron Irak sin respetar el probable efecto destructor contra el irreemplazable arte milenario y el subsiguiente caos surgido luego de la caída del régimen iraquí, desde los más diversos sectores, inclusive de los propios iraquíes se advertía a las tropas de ocupación que debían proteger los tesoros de la nación de los depredadores (americanos incluidos). Hay demasiada evidencia en la prensa describiendo a las patrullas fuertemente armadas del ejército americano observando impasiblemente el espectáculo.

En su defensa las autoridades americanas de ocupación y la Casa Blanca gobernada por George W. Bush alegaron que no podían prever tal acontecimiento. Pero el Pentágono elaboró una lista de sitios, en el que constaba el Museo Nacional, que no eran susceptibles de bombardeo y debían ser protegidos en su plan “shock and awe”. Ese memorando existe y está firmado por el general Jay Garner, con fecha 26 de marzo de 2003. Nadie cumplió la orden, únicamente se hizo efectivo tras la caída del régimen de Sadam Hussein.

En efecto, no lo bombardearon, más, consintieron y colaboraron en su saqueo. Una vez más, mienten, encubriendo un crimen sancionado por la Convención de la Haya de 1954 que garantiza la seguridad de los tesoros artísticos en tiempos de guerra. Además, los estados se han comprometido cumplir con la Convención de la UNESCO de 1970 en París referente a las Medidas que deben adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales.

El Brigadier General, Vincent Brooks, el 15 de abril 2003, en la sede del Centrom (Mando Central del ejército norteamericano) dio una rueda de prensa y resignado dijo que: “No creo que nadie previera que las riquezas de Irak iban a ser saqueadas por el pueblo de Irak”. El diario estadounidense ‘The Guardian’ relataba para esas fechas que los jefes de las fuerzas armadas americanas negaron varias peticiones de apoyo realizada por autoridades iraquíes del Museo Nacional de Irak. Ningún oficial del ejército norteamericano pidió disculpas por su omisión.

Días posteriores a los hechos, se publicaron directrices para que los militares e incluso el FBI ayudaran a recuperar lo saqueado, se llegó a proponer que la Administración americana ofrezca amnistía y recompensas a quienes hayan encontrado arte iraquí. Como consuelo a los pobres, Colin Powell dio su palabra que los Estados Unidos ayudarían a reconstruir el Museo Nacional de Bagdad.


Planificando el saqueo de Irak

 


 












La pregunta que nunca será confesada por ninguna autoridad norteamericana es la siguiente¿Era parte de la estrategia militar estadounidense  el expolio del patrimonio cultural iraquí? Respuesta: SI.


El 20 de marzo del 2003 inició la “Operación Nuevo Amanecer”, junto al deseo fervoroso de apoderarse del petróleo iraquí, entre las fuerzas estadounidenses, un plan secreto se maneja lejos de las indiscretas miradas de los otros socios de la coalición internacional, apropiarse ilegalmente de los tesoros arqueológicos de Iraq. Hay quien ha expresado que la Casa Blanca quería dar un mensaje al mundo, que sintiera el peso simbólico de la destrucción del régimen de Iraq.

Unos 6 meses antes de la invasión de IRAK, los altos mandos militares estadounidenses se habían reunido con el presidente Bush. El tema top secret – los tesoros del país, la cuna de civilización -. Entre los asistentes, los representantes de algunos billonarios americanos, los más destacados coleccionistas de arte, miembros del gobierno, altos mandos militares, secretario de Defensa Rumsfeld, Jim Baker III, Colin Powell y Price, por aquel entonces jefe de los mercenarios de Blackwater y por último máximos representantes de Fellowship Foundation, los cristianos fundamentalistas extremistas con su versión particular de la historia de la humanidad".


Objetivo de la “Operación Nuevo Amanecer”

"Hacerse con el botín entero de la riqueza iraquí y de un plumazo borrar de la faz de la tierra las pruebas que apuntan que muchos de los hechos de la Biblia han sido copiados de las culturas milenarias de Mesopotamia. El problema para el gobierno americano: ¿cómo asegurarse de que las piezas robadas por las tropas de ocupación americana sean originales y no copias hechas por algunos de los máximos expertos del mundo árabe. Saddam Hussein, obviamente, sabía que lo primero que iban a robar era el patrimonio cultural del país”. (1)

Entre los convocados a la reunión, miembros del American Council for Cultural Policy, ACCP (Consejo Americano de Política Cultural), que se integra por 

“coleccionistas de Arte, investigadores de antigüedades, de culturas antiguas y de arte antiguo, comerciantes de Arte, directores de Museos y los abogados de los principales museos, todo un entramado de negocios y de información privilegiada de una Elite de personas, muchas de las cuales ya tenían antecedentes en el tráfico y posesión de cuadros y objetos valiosos, involucrados, por ejemplo, en exposiciones de Arte procedentes directamente del botín nazi”.(2)

 


                                El estandarte de Ur. Museo Nacional de Irak.


El gran atraco y posterior incendio del Museo Nacional de Irak que recuerda las épocas de Neron y Caligula y el gran incendio de Alejandría, ocasionaron la pérdida estimada de unos 35 mil artículos, Los ladrones conocían lo que deseaban apoderarse, según las autoridades iraquíes, solo en ese museo, desde objetos de arte, esculturas, obras de arquitectura segmentadas, cerámicas, jarrones, los inestimables sellos de cilindro sumerios, monedas antiguas de toda especie, tallados en metales antiguos, las tablillas cuneiformes. Los expertos contaron la desaparición de cuarenta  piezas de celebridad universal.

Miles de piezas salieron clandestinamente del país por las rutas preferidas: Turquía, Israel, Líbano, preferentemente rumbo a Suiza, de allí, luego de los “trámites” de rigor, tomaron diversos destinos. Muchos objetos han sido recuperados, sin embargo debemos resaltar que aparecieron en los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Suiza, Japón.

El Doctor Waleed Saleh, tiene sospechas muy tenebrosas. Dice, no solo fue saqueo, incendio, ruina, sino, un verdadero complot internacional para destruir toda resistencia de la población iraquí:

miles de profesores universitarios, historiadores, investigadores, intelectuales, eruditos, académicos y otros profesionales, la mejor parte preparada desde el punto de vista cultural y científico, están en las tumbas, desaparecidos o han marchado al exilio. Irak está en estos momentos carente de esas capacidades. Más de 300 profesores universitarios han sido ejecutados y conozco a muchos médicos, hombres de ciencia, historiadores y escritores, sin vínculo alguno con el gobierno de Saddam Hussein, que han sido asesinados, vejados y torturados, sin causa o justificación alguna.
Esto es la prueba más fehaciente del odio de los agresores a la inteligencia, a la educación y a la cultura humana. Las fuerzas reaccionarias desean mantener a mi país en la ignorancia, en la más absoluta de las tinieblas culturales, porque creen que un pueblo sumido en la incultura, puede ser esclavizado y dominado más fácilmente”.(3)

En el diario francés ‘Le Monde’, la escritora iraquí May Muzzafar, en mayo de 2003 comentó:

 “Al destruir la herencia de Irak, su pueblo, su arquitectura, milenios de cultura de la humanidad quedaron barridos. Las fuerzas invasoras del país más poderoso de la tierra atravesaron vastos océanos, pisotearon los cuerpos martirizados de niños, mujeres, hombres jóvenes y maduros, utilizando la tecnología militar más moderna para apoderarse de los pozos de petróleo iraquíes. Desgraciadamente, las fuerzas de la coalición no solamente mataron y humillaron al pueblo y la cultura de Irak, también abofetearon a la civilización. El legado que Irak acaba de perder con esta guerra le pertenecía a toda la humanidad.”

 




La administración Bush - Cheney junto a su inefable Rumsfeld, el primer Ministro Británico Blair y hasta el presidente del gobierno español Aznar, entre otros, junto a los altos mandos estadounidenses en Irak ya han pasado a la historia como los primeros depredadores de la civilización del siglo XXI. Ellos consintieron e incluso aprobaron el mayor atraco al patrimonio cultural de la humanidad registrado en los anales del tiempo.

Estos personajes socavaron la paz mundial con el pretexto de las inexistentes armas de destrucción masiva de Hussein. En “búsqueda” de lo imaginario emplearon propiamente otras armas de destrucción masiva: los bombarderos de terror con poderosas bombas de racimo y la utilización de artilugios explosivos tan poderosos que hasta las tropas británicas sobre el terreno pensaban que se estaba utilizando bombas nucleares.   

En la ignominia de sus actos serán recordados por haber permitido el saqueo, destrucción e incendio de la Biblioteca Nacional, con millones de ejemplares  y del Museo Nacional de Bagdad con todas las reliquias de las grandes civilizaciones antiguas.

La historia se repite hoy en Siria y se vuelve a repetir en Irak. Los responsables son los mismos pero con otros actores.


El Museo Nacional de Irak reabre 12 años después de haber sido saqueado




THE VIRTUAL MUSEUM OF IRAK
Para que puedan apreciar el Museo de Irak les dejo este enlace: 
The virtual museum of Iraq 
Una vez finalizado el corto vídeo de introducción podrán seleccionar cualquiera de las civilizaciones que deseen.
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NOTAS:



 LECTURAS RECOMENDADAS:

Cultura y barbarie  Aquí encontrara decenas de documentos en orden cronológico sobre: Destrucción y robo de antigüedades; Destrucción de libros; Destrucción de la Educación; profesores universitarios asesinados para eliminar a la clase intelectual iraquí.
LA BARBARIE CULTURAL DE LOS NORTEAMERICANOS Interesante colección de seis artículos sobre el saqueo a los museos iraquíes.

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