por Tito Andino U.
I
INTRODUCCIÓN
Giuseppe Carlo Marino, es un historiador y académico siciliano, especialista en Ciencias Políticas y profesor de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Palermo (Sicilia), su trabajo investigativo es amplio, ha trabajado en varios proyectos de investigación para la RAI (Radio televisión italiana). Esta ponencia está basada, mayoritariamente, en un compendio del magistral estudio de este ilustre intelectual, a él corresponde el mérito de haberse editado una de las obras más completas sobre la mafia siciliana, sus fuentes de información van desde las más dispares disciplinas de la ciencia que revelan no solo un esfuerzo cuantitativo sino cualitativo en el análisis de documentos, archivos judiciales y de gobierno. Marino se adentra peligrosamente en la búsqueda de testimonios concretos en un submundo lleno de baches y peligros donde la omertá esta por encima de cualquier ley.
Giuseppe Carlo Marino con "Historia de la Mafia, un poder en las sombras" y "Los Padrinos y las nefastas virtudes del puro poder", junto a Diego Gambetta en "La mafia siciliana. Un’Industria della Protezione Privata" (1992) son la base de este, anterior y próximos ensayos sobre la mafia (naturalmente existen otras excelentes fuentes de consulta a pie de página).
Aparte de su magnífico aporte a la cultura, debemos destacar el papel del profesor siciliano al desmitificar a la mafia, demostrando que tras bastidores existen poderosos intereses de clase que se plasman en la relación mafia - política, clave sin la cual no podríamos entender a la Onorata Societá ni al fenómeno mafioso.
Antecedentes históricos.
En muchas partes se ha teorizado sobre un concepto que nace -con toda razón- en los métodos que se valió (y se sigue valiéndose) el Imperio Británico para mantener su hegemonía económica mundial. Para algunos investigadores un tipo de mafia surgió de esa política colonialista imperial. "La mafia es una creación del Imperio Británico" afirma el investigador Daniel Estulin. Recordemos que una de las primeras "mafias" que vieron luz en el planeta es precisamente aquella organización británica conocida como la "Compañía de las Indias Orientales" que dedicó sus esfuerzos al contrabando del opio en la China, dando paso a la conocida “Guerra del opio”.
Pero hay una demostración "mafiosa" más antigua en la Corona Británica, la que hemos heredado en el presente: La "Piratería", una modalidad delictiva transnacional que desde aquellos tiempos bien puede ser catalogada como "delincuencia organizada". Los famosos filibusteros y piratas ingleses sin la protección Real no hubiesen alcanzado sus objetivos; el solo hecho que se otorgara títulos nobiliarios a forajidos corsarios denota esa connivencia entre el crimen organizado de la época y el poder político de la Isla.
Pintura que hace referencia al buque británico 'Némesis' destruyendo juncos chinos en 1841 durante la 'Guerra del opio'.
La Reina Isabel I brindó su incondicional apoyo a los piratas ingleses en su lucha contra su rival de la época, la Corona Española (se dice que fue la rivalidad de Isabel I de Inglaterra con Felipe II de España, lo que originó la aparición de los temibles corsarios ingleses). A la larga el sistema británico se impuso, la piratería no solo enriqueció al Imperio Británico sino que debilitó lentamente al Imperio Español que debía esforzarse por proteger sus colonias en las Américas, viéndose obligada a disgregar su flota naval por diversos y distantes puntos de la geografía, la armada inglesa pudo desde entonces enfrentarse a la española. Bien podríamos señalar que, de cierto modo, fueron los corsarios quienes coadyuvaron para convertir Inglaterra y a todo su Reino en una gran potencia naval, la "Reina de los Mares".
Y, en medio de todas esas disputas -un enclave español de la época- Sicilia desarrolló su propio sistema de organización y supervivencia a la ocupación. La "isla del sol" como se conoce a Sicilia ha sido ocupada históricamente por fuerzas extranjeras a lo largo de los siglos, el Imperio Romano, los bizantinos, los árabes, los normandos, los aragoneses, los españoles, los franceses, los Borbones, los piamonteses y los actuales italianos del Norte, hasta fascistas y nazis. (Nótese que en la cultura popular siciliana hasta los italianos ajenos a la Isla son denominados extranjeros).
El origen del vocablo "mafia"
Es posible discutir sobre la etimología de la palabra "mafia", pero no es nuestro cometido, solamente aclaramos un par de conceptos para tener una global idea.
Tomando en cuenta que existió una Sicilia árabe entre el 965-1072, el historiador Diego Gambetta cree que la palabra original podría venir del árabe "mahyas": "bravuconería, orgullo agresivo"; o, según Lo Monaco, viene de "marfud": "desestimado", de donde surgiría el término 'mafiusu plazo', era el ejemplo de una persona arrogante, autoritaria, a la vez que intrépida y orgullosa. Otra definición afirma que se puede rastrear a una fecha concreta la palabra árabe "maha fat" cuya connotación es: "protección, inmunidad, exención". "Mafia", por tanto, conllevaría aquellas acepciones. No obstante, esa terminología árabe es cuestionada por otros expertos "por el hecho de que no se ha establecido ni certificado el uso de la palabra en cuestión antes de la segunda mitad del siglo XIX, dejando ocho siglos de silencio".
Los historiadores italianos (generalmente) suelen rechazar los orígenes del término del árabe, para muchos es un término bastante reciente, tal vez deriva de dialectos regionales italianos como de la Toscana y Calabria. Pasquale Natella recuerda que la palabra 'Maffia' se utilizaba en Vicenza y Trento para mostrar el orgullo y la limpieza glotológica (etimología, lingüística) y así pudo haberse extendido a toda la península a lo largo del siglo XIX y que con mayor fuerza arraigó en territorio siciliano.
Hay muchas interesantes hipótesis sobre la introducción de la palabra 'mafia' en la isla del sol, muy popularizadas en Italia y el mundo, una en principal fue expuesta por Charles Heckethorn, luego tomada por el economista y sociólogo Giuseppe Palomba, Cuando Mazzini luchaba por la unificación del "Reino de Italia", éste partió en misión secreta a Sicilia (1860). "MAFIA" sería simplemente una abreviatura de las palabras italianas: "Mazzini Autorizza Furti Incendi Avvelenamenti" (Mazzini autoriza robos, incendios, envenenamientos). Recordemos que Giuseppe Mazzini coadyuvó a la formación de una Italia moderna e inpendiente, unificando muchos estados, algunos dominados por potencias extranjeras hasta el siglo XIX.
Una publicación de Napoli Cultura y Sociedad reseña un interesante artículo de investigación: "Los Borbones con la Camorra para detener a Garibaldi. Un libro de Iroso reconstruye alianzas y connivencias". .
Hay otras versiones populares que hacen derivar la palabra en la lucha y revueltas populares sicilianas contra la dominación francesa, las denominadas 'Vísperas sicilianas' de 1282. "Morte Alla Francia Italia Anela" (la Muerte de Francia Italia anhela) aunque no se explica que en aquellas épocas (siglo XIII) el idioma italiano no era hablado en Sicilia, mucho menos para formar un acrónimo).
Al parecer, según otros investigadores, el término 'mafia' habría surgido "entre 1862 y 1863 cuando se representó en Palermo con gran éxito el drama popular de Giuseppe Rizzoto y Gaetano Mosca titulado 'I mafiusi di la Vicaria'. La representación de esta obra hizo de la palabra Mafia una expresión corriente para designar a los grupos de individuos violentos y temibles, ligados entre ellos por misteriosos lazos secretos y dedicados a actividades delictivas o inconfesables".
No entraré en más detalles sobre el 'folklore popolare', esta ponencia no se ha planteado para dilucidar cuestiones lingüísticas, sino otros fines didácticos. Lo interesante de esta reseña es que la mafia ha trascendido siempre, aun desde su etimología, guarda ese hermetismo que le convierte en un símbolo de poder y atracción.
II
La Onorata Societá
Una definición más moderna de mafia, dentro de la Sicilia rural, significa la existencia de una organización encargada de extorsionar a los propietarios y campesinos mediante la intimidación.
En la obra de Giuseppe Carlo Marino, podemos apreciar una definición muy aceptada sobre la mafia, la que un antiguo prefecto de esa región italiana decía en 1875 (Guido Fortuzzi):
"Yo definiría la mafia como la especulación de uno sobre la vileza de otro, con el fin de despojarlo de su patrimonio bajo amenaza de muerte, o de imponerle con similar amenaza cualquier acción u omisión que redunde en provecho del especulador. El primer origen de todos los males... es el aborrecimiento que se tiene a las fatigas del trabajo y la consiguiente avidez de procurarse un medio de vida sin el: de donde la camorra y la mafia, que suelen desnudar a sus semejantes para vestirse a sí mismas mediante la intimidación y el fraude, siempre que se evite el aborrecido trabajo... El espíritu, en suma, de superchería y de prepotencia, unido al de la rapacidad y la inercia, son los coeficientes de la mafia".
De los voluminosos libros de Marino extraemos otro concepto:
"Existen por lo menos dos líneas fundamentales de interpretación historiográfica. Según la primera de ellas, muy difundida en el publicismo y en las opiniones comunes, la mafia sería un fenómeno de 'criminalidad organizada', capaz, en algunas ocasiones, de involucrar y condicionar la política; según la otra, más bien minoritaria por ser más difícil de entender, la mafia sería por el contrario y sobre todo un singular fenómeno político siciliano orgánicamente relacionado con un hábito social consistente en la utilización sistemática de la violencia y la criminalidad".
El autor se inclina por la segunda tesis. Afirma que la mafia guarda una profunda relación con la histórica cultura siciliana y de sus clases dominantes ya que son precisamente las élites las artífices de la hegemonía cultural y la mentalidad y hábito popular.
En la Europa del siglo XIX la industrialización y la expansión del comercio se desarrollaban a pasos agigantados (lo cual también incrementó las disputas coloniales y la rivalidad entre potencias imperialistas); sin embargo, en la "Isla del Sol" la clase burguesa seguía apegada a la tradición de servir a la aristocracia, forjándose un sistema que fomentaba la predilección 'a dedo'. Una burguesía mafiosa y parasitaria se enquistó en el poder, y he aquí la diferencia con cualquier otro común sistema de clases, los grandes señores han sido el poder... siempre. Sin embargo, el fenómeno siciliano indica una notable diferencia.
La corrupción, los favoritismo y el desgobierno eran notorios. Los burgueses terratenientes se olvidaron de laborar sus tierras y las entregaron para que las trabajen los "gabellotti" (aparceros) quienes con los años se transformaron en los Señores de la isla, surgió un nuevo esquema en la estructura social en que se hablaba de códigos, obediencia y respeto, todo enmarcado en el silencio, aglutinándose en torno a la sobria figura de un líder, el Capo de la Familia (Jefe de familia, no en el sentido literal de lazo sanguíneo, sino de una Hermandad) que ejercería poder dentro de los límites de una circunscripción territorial. A esas "familias" empezaron a denominarlas 'Mafia', así surgió la 'Onorata Societá'.
Esa "cultura mafiosa", que con el transcurso del tiempo fue dirigida por la Onorata Societá, penetró y se impuso en otros ámbitos de la sociedad. Su propia Ley tenía mayor rango ético y fuerza moral porque a la larga beneficiaba más a la gente que las leyes impuestas por las fuerzas extranjeras que ocuparon Sicilia durante largo tiempo, antes que se consolidará la unidad de Italia.
El tema ha sido tratado ampliamente. Incluso tenemos varias clasificaciones sobre la mafia, desde diferentes perspectivas históricas o enfoques particulares de los historiadores. Para algunos, la mafia nace en la época Borbónica, llegando a establecer periodos evolutivos como aquella etapa descrita como la 'Vecchia Mafia' (1800 - 1950); la renacida mafia de posguerra (1950 - 1970) y la que suele describirse como la 'Nova Mafia', que corre desde la década de los 70 del siglo pasado al presente.
La siguiente fotografía a pesar de haber sido reproducida cientos de veces en diferentes sitios e idiomas, rara vez describe quienes son los personajes (salvo especializados medios estadounidenses). Se trata de gánsters italo-americanos, arrestados por el Departamento de Policía de Cleveland, a quien corresponde esta fotografía, en el Hotel Statler, el 5 de diciembre de 1928. Dieciocho de ellos fueron encontrados armados. En la foto aparecen catorce de los veintitrés hombres arrestados. Giuseppe Profaci está en el centro, sentado en la silla de ruedas (había tenido un reciente accidente). Sam DiCarlo de Buffalo está detrás de él. Joseph Magliocco está a la derecha de DiCarlo. Pasqualino Lolordo de Chicago está sentado a la derecha de Profaci. Los otros arrestados fueron Pasqualino Lolordo, Giuseppe Giunta, Frank Alo, Tony Bella, Emanuele Cammarata, James Intravia, Sam Oliveri y Giuseppe Sacco de Chicago; Giuseppe Profaci, Giuseppe Magliocco, Vincenzo Mangano, Giuseppe Traina, Andrea Lombardino, Salvatore Lombardino, Giuseppe Palermo y Michael Russo de Nueva York y Nueva Jersey; Ignazio Italiano y Giuseppe Vaglica de Tampa; Giovanni Mirabella y Calogero SanFilippo de St. Louis; Paul Palazzola de Gary, Indiana; y Sam Tilocco de Cleveland. (Los sospechosos dieron varias historias para explicar su presencia en Cleveland. Los oficiales aceptaron solo las historias contadas por Mangano y Traina, y esos dos líderes de la mafia fueron liberados rápidamente. El resto fue interrogado por la policía y funcionarios de inmigración y luego procesados). Los mafiosos fueron detenidos en Cleveland tras la pista que seguía la policía sobre una presunta convención de mafiosos italo-estadounidenses en el Hotel Statler en Euclid Avenue y East 12th Street. La policía expresó su certeza de que otros delincuentes organizados se estaban quedando en otra parte de la ciudad. Los rumores indicaban que Al Capone de Chicago había sido visto en el área.Algunos historiadores han sugerido, erróneamente, que esa reunión de Cleveland fue la primera convención formativa de la mafia de los EE. UU. (Varios escritores se han referido a la sociedad criminal como la "Unione Siciliana"). En realidad, una red nacional de la Mafia había estado en vigencia durante muchos años, y las reuniones de los mafiosos ocurrían regularmente. Se han ofrecido otras explicaciones. Algunos dicen que la convención fue convocada para reasignar las mafias del inframundo tras los recientes asesinatos de pandillas, para resolver los desacuerdos del hampa en Chicago o para reconocer la ascensión de Profaci al rango de jefe de familia. Sin embargo, los problemas locales o regionales no justificarían la convocatoria de una convención nacional. Parece mucho más probable que el propósito de la convención fuera reconocer al nuevo jefe de jefes de la Mafia de Estados Unidos, Giuseppe Masseria, tras la muerte de Salvatore "Toto" D'Aquila. Desde los albores de la Era de la Prohibición, Masseria había reunido a la familia criminal más fuerte y rica del país y el reciente asesinato de D'Aquila, en una calle de Manhattan, hizo que el nombramiento de Masseria como Jefe de jefes fuera una mera formalidad. Aunque la base de operaciones de Masseria estaba en la ciudad de Nueva York, muchos de sus parientes residían en Cleveland; los aliados de Masseria en Cleveland habían derrotado recientemente allí a una facción pro-D'Aquila. La ciudad habría sido una selección completamente apropiada para una coronación de Masseria. Los críticos de este punto de vista señalan que Masseria y sus aliados no estaban entre los detenidos en el Hotel Statler. Por supuesto, con gran parte de su familia en el área, no habría habido ninguna razón para que Masseria se quedara en ningún hotel. Y la policía expresó públicamente su decepción por el hecho de que la incursión apresurada en el Statler permitió que otros congresistas escaparan. Giuseppe "Joe The Boss" Masseria fue uno de los primeros "capos" o jefe de la Mafia de Nueva York, estuvo a cargo de la más tarde denominada familia 'Genovese' entre los años 1922-1931. Durante esa época se consagró como el mafioso más poderoso de la ciudad. Su manejo buscaba preservar los viejos ideales de la Mafia siciliana tales como el “honor”, la “tradición”, el “respeto” y la “dignidad”, métodos que, a sus espaldas, eran criticados por muchos de sus subordinados. Murió asesinado el 15 de abril de 1931 mientras cenaba en compañía de Lucky Luciano en el "Scarpato's", uno de sus restaurantes favoritos en Coney Island. Tras su muerte Lucky Luciano asumió la jefatura de la familia. (Tomado de 'Caught in Cleveland'. The writers of wrongs)
Los "Padrinos" y los "padrinazgos"
Fotografía del 1 julio de 1954, el funeral del padrino de la Mafia, Calogero Vizzini -Don Caló- en la foto se aprecia a Francesco Paolo Bontate (Don Paolino Bontá) y Giuseppe Genco Russo, otros importantes Padrinos. Foto Licence Getty Images.
Como ya podemos esbozar un concepto de la mafia, también es fundamental que comprendamos que eran los "PADRINOS" y los "PADRINAZGOS".
El sistema social siciliano ha estado marcado en otros tiempos por los "señores de la roba", en otras palabras, los grandes propietarios de la tierra e inmuebles, los barones, los latifundistas, los gabelloti, los caballeros y los prelados y en la época contemporánea los "honorables" diputados y los notables de la política.
Esta ilustre lista de Señores, salvo excepciones, no era la más indicada para entablar su férrea amistad con los delincuentes (los bandidos y forajidos rurales y otros provenientes de las clases populares de los centros urbanos). "Era necesario que se contara con fiduciarios y mediadores capaces de hablar de frente con la delincuencia de poca monta, que hablaran su propio lenguaje, poder aleccionarlos, ganarse su "respeto" y doblegarlos sin excepción a las exigencias estratégicas del sistema".
He aquí el origen del "Padrino". Aquel personaje que frenteaba a la delincuencia, tenía que ser autoritario y, sobre todo, respetado. Este personaje se popularizaría como "El Padrino", que
"no era más que un fiduciario o mediador o, más concretamente, era el titular de las funciones de 'gobierno social' que le habían otorgado, para un determinado territorio muy bien delimitado, toda la comunidad de los "señores de la roba". De esta manera ascendía a una función social que lo convertía en algo similar a un aristócrata de la delincuencia, una especie de 'barón' de los delincuentes. De ahí el tratamiento de Don que se antepone a su nombre de pila".
Generalmente, la elección de este personaje se la hacía entre la gente de baja condición, un hombre del pueblo con madera de criminal era ascendido a tareas de gobierno. Pero la bendición provenía siempre de arriba, eso estaba fuera de cualquier discusión, tenía que ser el mediador de los "señores de la roba" para adquirir la autoridad "padrinal". Este carismático hombre ya dotado de la plenitud de títulos y funciones de gobierno "emanaba el aroma de los oscuros demonios del latifundio. de los salones aristocráticos, extrañamente mezclado con los sudores de los esfuerzos, las aventuras y las bellaquerías populares; un olor agrio de poder y prepotencia, noble y burgués a la vez, que para muchísimos sicilianos era un perfume".
Los aspirantes a "Padrino" eran numerosos y esos galones no eran fáciles de conseguir, tenían que hacer "méritos" con reiteradas y positivas muestras de aptitud criminal y saber imponer la propia autoridad -explica Marino - (solo mucho después se instauraría excepcionalmente la praxis de transmisión hereditaria de padre a hijo). Pero la historia nos demuestra que no solo los de "abajo" eran elevados a capos.
"a veces, semejante papel se podía atribuir directamente a un auténtico aristócrata, a un barón de verdad con su propio escudo de armas, o bien a un caballero, un profesional, un intelectual, un cura o un diputado, siempre y cuando tuvieran una personalidad especialmente hábil y falta de escrúpulos, pero se trataba de excepciones".
Izquierda, Salvatore Lucania, adoptó el nombre de Charles "Lucky" Luciano, nacido en Lercara Friddi - Sicilia en 1897, falleció en 1962 en Nápoles, es reconocido como el padre del Crimen Organizado estadounidense, fundó la "Comisión", también impulsó el desarrollo del Sindicato nacional del Crimen en los Estados Unidos. Luciano pertenecía a la familia criminal Genovese, siendo su primer jefe; es reconocido como el primer Don o Padrino de los Estados Unidos, en la posguerra fue el cerebro del tráfico de la heroína. Derecha, Joseph Charles Bonanno, nacido en 1905 en Castellammare del Golfo, Sicilia, falleció en mayo del 2002 en los Estados Unidos, considerado como un auténtico Padrino. Fuera de cualquier contexto popular nacido del cine y la literatura estos dos personajes son señalados como quizá los únicos auténticos Godfather's (Padrinos) en los Estados Unidos, muy diferentes a los simples 'Bosses' de Familia u otros matones popularizados por Hollywood.
Uno de los errores más comunes tanto del cine como del público en general es creer que un Boss (Jefe de una Familia) es un "Padrino". Nada más alejado de la realidad.
El gran y conocido mafioso siculoamericano -Joseph Bonanno- (también conocido en esos círculos como 'Joe Bananas' describe esa diferencia sustancial entre un Padrino y un Boss:
"Los miembros de una Familia (cosca) pueden pertenecer a cualquier estamento social. Algunos tienen buen carácter, otros lo tienen malo; algunos son ricos, otros pobres; algunos son buenos y otros malos. Para que funciones esta especie de colaboración, tienen que jurar obediencia a un solo hombre, el Padre. Ésta es la figura simbólica que los mantiene unidos. Es el coordinador y el conciliador. Es el mediador y el juez. Es el que mantiene las conexiones. Es el hombre que pone las cosas en su sitio cuando la vida se complica.
El Padre tiene que ser un hombre imparcial. Tiene que tratar con una gran variedad de personas, tanto en el interior de la Familia como fuera de ella; tiene que tratar con hombres razonables y hombres que solo entienden el lenguaje de la fuerza. Como un jefe de Estado, un padre de familia tiene que ser tan hábil en el uso de la diplomacia como en el de la fuerza. Esta es una condición fundamental de la humanidad. Tal como dijo Maquiavelo en El Príncipe".
Según Marino, el Padrinazgo era una verdadera institución que imponía desde la fascinación del mito, la defensa de los "valores" tradicionalistas, la "legitimidad" de las funciones políticas e ideológicas del territorio. Y aunque definiciones como las de Bonanno dan cierta "aureola" al Padrino, la norma general era que esa estructura de poder era totalitaria, imponer 'respeto' y obediencia significaba, muchas veces, ganársela mediante una drástica violencia.
Un gran capo de la mafia seguía siendo un boss, aun más con aquella emigración a los Estados Unidos, un boss "americanizado", señala Marino, habría tenido dificultades para que se le reconozca como un verdadero padrino de la mafia porque carecía de la cultura y los títulos adecuados para gozar de una verdadera condición Padrinal. "Lo que generalmente le falta a un boss para parecerse a un auténtico Padrino es estatus" (característico de Sicilia). Raras excepciones en Norteamérica fueron el mismo Joseph Bonanno y Lucky Luciano, aunque limitados al circunscrito círculo de sus cómplices.
"El boss, por mucho que intente presentarse e imponerse como un Padrino, es casi siempre y exclusivamente un jefe de banda o bien, más correctamente, un gánster; suele ser criminal puro y simple, cualesquiera que sean sus aptitudes y a veces sus métodos, en algún modo toscos e improvisados, para rodearse de una fuerza integrada por otros criminales". Aquí podemos situar a personajes como Alphonse Gabriel Capone - Al Capone-Hasta personajes míticos de cine como "Don Vito Corleone", de la famosa saga "The Godfather", del escritor Mario Puzzo, por esas características, no encaja en el rol de un auténtico "Padrino", la explicación de Marino es que "cuesta atribuir a este personaje un legítimo título de don. Se trata ciertamente de un boss. Es decir, de un gran capo de la mafia".
No me extenderé más, la función de este artículo es orientar al lector que desconoce este tipo de cuestiones, de seguir desglosando el tema solo podría acarrear confusión. El tema implica una tremenda complejidad en todo contexto.
La tradicional mafia siciliana
"El mundo esta plagado de mafias, pero la histórica, la madre de todas la mafias, es la siciliana. Pobres potentados, bandoleros y políticos, narcotraficantes, clérigos y notables conforman la impresionante historia de esta sociedad". Giuseppe Carlo Marino
La mafia en su origen y sentido literal es un fenómeno totalmente siciliano, cuya expansión a otras regiones como a los Estados Unidos se debió a las corrientes migratorias sicilianas.
La mafia de verdad es la siciliana, no hay otras, afirma Giuseppe Carlo Marino. Denominar “mafia” a cualesquiera otra organización criminal no es correcto por varios factores que serán analizados. Una férrea unidad y alianza entre los denominados gatopardos de la aristocracia nacionalista y los bandidos rurales originaron la mafia siciliana a fines del siglo XVIII. Pero el uso de la palabra "maffia" (con dos efes) apenas apareció alrededor de 1863.
Ese pacto histórico se ha conservado imperturbable durante un par de siglos. Y, esta no es una concepción "romántica", al contrario, es un pacto de sangre que ha llevado a la consumación no solo de negocios sucios sino a muertes y asesinatos siniestros, todos impartidos desde algún rincón de la vieja Sicilia. La fuerza bruta se impuso durante siglos en la región y fue profundizándose en el interior de Italia. En los primeros años del siglo XX la mafia ya se imponía en Italia, Marino señala que cada día en los pueblos de Sicilia había un muerto, por lo menos. "Quien resistía a la mafia, pues, se moría. Sobre todo, se mataba los jefes de los movimientos campesinos".
El escritor desmitifica la arraigada creencia popular sobre supuestas virtudes de los mafiosos ya que se trató del ascenso de la burguesía mafiosa al Poder.
“La mafia nunca ha sido tampoco nada parecido a una elemental expresión de protesta popular contra los poderosos. Es la representación de una clase emergente de prepotentes, de una burguesía parasitaria, decidida a abrirse camino de forma desaprensiva para compartir el poder de los señores”.
La mafia alimentó la perpetuación de un estado corrupto, pobre y atrasado desde la más profunda Sicilia rural latifundista, dividió al bandido rural y al urbano y fomentó la emigración de sus componentes a tierras americanas.
La Mafia, en cierto aspecto y durante un largo tiempo fue considerada una "burguesía que ha visto destruido su desarrollo", la mafia siciliana incursionó en Norteamérica a través de una "internacional" Cosa Nostra y mantuvo su asociación con la política, ahora sin importarle si es de derecha o de izquierda, forjó lazos con la masonería (caso de la Logia P2), fomentó el asesinato político y en ocasiones se ha relacionado con los servicios secretos.
Marino es tajante al señalar que:
- La mafia siciliana tiene características peculiares que la distinguen de otras organizaciones delictivas.
- Por la complejidad de los procesos culturales que la han generado y alimentado en el tiempo y por las especificidades de su larga historia, la mafia siciliana no ha sido y no es nunca circunscribible a la simplificación de un fenómeno criminal.
- La mafia no puede ser estudiada en sus manifestaciones criminales por una infinidad de disciplinas científicas, pero para conocerla y comprenderla a fondo es preciso reconstruir sus vicisitudes con los instrumentos propios de la historiografía.
- El fenómeno mafioso siciliano benefició tanto a las clases dominantes como al pueblo, esta comprensión implica, por tanto, no solo enterarnos de historias y crónicas de los "Padrinos", sino adentrarnos en procesos políticos y sociales de la Italia tradicional, sus ámbitos de influencia, alianzas y hasta relaciones internacionales. Una tarea nada fácil.
Por fuerza, delincuencia y poder deben ir siempre juntas. Apreciamos con claridad que la evolución del fenómeno mafioso se inicia en la cúspide del poder, ellos eran los verdaderos mafiosos y la cadena desciende hasta la verdadera delincuencia, los bandidos sicilianos, la historia de Sicilia así nos demuestra.
Desde siglos los auténticos mafiosos fueron "los grandes terratenientes que usaban a los bandidos, a los bandoleros como fuerza armada. Todo esto produjo un sistema perverso que crece hasta la base social y hace posible que el fenómeno se reproduzca desde abajo, pero nace en la cúpula del poder político y ésta es la dirección estratégica del negocio”, afirma Giuseppe Marino.
La “mafiosidad” no se vincula solamente a lo criminal, la mafia implica una cultura y tradición que incluso llega a bendecir los actos de los mafiosos y reivindica una especie de legalidad propia. Una mafia para ser considerada como tal debe reunir un entorno de crimen, tradición y complicidad de las élites locales. Uno de los lemas de la mafia siciliana es: “Sólo la sangre no traiciona”.
Entonces, nos encontramos ante la realidad de que hasta el clero es partícipe. A través de las iglesias locales sicilianas también es posible entender el carácter originario del fenómeno mafioso, es decir, el arraigo en la cultura popular con una impropia alianza con la Fé. Sería precisamente "la perversión del sentimiento religioso la que haría que la mafia echara más raíces en Sicilia". El fraile Mario Frittitta escribió en 1995 un libro dedicado a una región siciliana, en su relato comenta: "El siciliano siempre ha sentido al Estado como un extraño que no interviene para hacer justicia contra la afrenta recibida. Entonces debe apañárselas solo con la ayuda de ciertos personajes. El capo mafioso es el que puede, por la fuerza, hacer justicia de inmediato".
El caso del mencionado clérigo es patente, estuvo en prisión por encubridor de un prominente mafioso, Pietro Aglieri, el fraile admitió haber oficiado misa y administrado los sacramentos en la guarida del capo; se le acusaba de haber aconsejado al mafioso que no se arrepintiera en caso de captura ya que "arrepentirse y acusar a los demás no es de cristianos". En su defensa se aducía que su misión era convertir a los mafiosos y ofrecer servicios religiosos a los fugitivos. Al obtener su libertad en noviembre de 1997, el fraile fue ovacionado por el pueblo de Sicilia, "una gran multitud, fervorosa e indignada, celebra el triunfo de su párroco... centenares de manos lo aplauden, levantan sus manos y le acarician el hábito desgarrado, imploran su bendición. Misterios de Sicilia", razona Marino.
El autor afirma que pueden citarse centenares de ejemplos por el estilo, hasta en los más altos niveles del clero, lo que confirma esa extraña conexión de la práctica mafiosa con la realidad religiosa. Se dice que altas autoridades eclesiásticas se encontraban "más a gusto con personajes de alto nivel mafioso, apreciados como 'hombres de orden' que con los adversarios de la mafia, de costumbre sospechosos de comunismo".
El caso del mencionado clérigo es patente, estuvo en prisión por encubridor de un prominente mafioso, Pietro Aglieri, el fraile admitió haber oficiado misa y administrado los sacramentos en la guarida del capo; se le acusaba de haber aconsejado al mafioso que no se arrepintiera en caso de captura ya que "arrepentirse y acusar a los demás no es de cristianos". En su defensa se aducía que su misión era convertir a los mafiosos y ofrecer servicios religiosos a los fugitivos. Al obtener su libertad en noviembre de 1997, el fraile fue ovacionado por el pueblo de Sicilia, "una gran multitud, fervorosa e indignada, celebra el triunfo de su párroco... centenares de manos lo aplauden, levantan sus manos y le acarician el hábito desgarrado, imploran su bendición. Misterios de Sicilia", razona Marino.
El autor afirma que pueden citarse centenares de ejemplos por el estilo, hasta en los más altos niveles del clero, lo que confirma esa extraña conexión de la práctica mafiosa con la realidad religiosa. Se dice que altas autoridades eclesiásticas se encontraban "más a gusto con personajes de alto nivel mafioso, apreciados como 'hombres de orden' que con los adversarios de la mafia, de costumbre sospechosos de comunismo".
Estos datos hacen comprender el carácter originario del fenómeno mafioso siciliano que consiste en su arraigo en la cultura popular, "un arraigo tan profundo que permite una tan impropia como convencida alianza con la religión, que es tradicionalmente la viga maestra del sistema de creencias y valores tradicionales".
Otro de los "valores" del sentimiento mafioso radica en que: "la mafia encuentra su fuerza en la omertá -la ley del silencio-, y se hace inexpugnable en la estructura social de la familia, considerada sagrada y único lugar seguro. En efecto, se dice que la sangre no traiciona".
Al adoptar el lema de la "sangre", la Familia constituye el órgano administrador de todas las actividades de la mafia y oponerse a las decisiones vinculantes de la Familia era algo (o sigue siendo) casi imposible. Tal es el código de honor de los mafiosos sicilianos y sus "primos" de la Cosa Nostra estadounidense. Un círculo en que la Omertá (Ley del Silencio) es su propia ley como parte intrínseca del juramento de la Familia. Tanto en Sicilia como en los Estados Unidos "para ser un hombre de honor basta con mirar siempre hacia otro lado y guardar siempre silencio".
Por supuesto, estos conceptos corresponden exclusivamente a aquella vieja mafia, pero ya hemos aclarado, esa clásica mafia latifundista se transformó con el tiempo en otra cosa, "la pseudomafia, organización delictiva que ha invadido todas las fuentes de beneficio y de poder". El fin de la vieja mafia latifundista dio origen a la famosa frase "La Mafia no existe" y a la transición -en la época de posguerra- a una mafia urbana incursionando con éxito en el poder político estatal.
A estas alturas ya debe estar muy claro que el fenómeno mafioso se circunscribe a una relación entre mafia y poder. El profesor Marino explica más detalles.
"Antiguamente la mafia garantizaba a los terratenientes de Sicilia la defensa, los movimientos populares y las organizaciones populares que se iban desarrollando para llegar a la justicia social. La mafia era una especie de fuerza usada por las clases dominantes para salvaguardar sus privilegios sociales. Hoy la situación es mucho más compleja. Sin embargo, los aspectos esenciales de esta antigua dinámica no han cambiado. También hoy en día si la mafia no se elimina es porque hay alguien que está interesado en que las cosas se queden así y esto no es obra de una sola persona: es alguien que coincide con un grupo social y este es de los privilegiados”.
A todas luces, la Mafia no es esa imagen idílica que nos brinda el cine y la televisión, que también enfocan la demencial práctica asesina de sus miembros. Conocemos por esos medios y otro tipo de publicaciones a famosos gánsters, pero, sin duda, existen los verdaderos "Padrinos" que no son públicos, rara vez hacen ostentación de riqueza o poder, no obstante acumulan una autoridad siniestra e intocable, conforman los selectos círculos de la política italiana y de las altas finanzas.
Los tentáculos del poderío de la Mafia es vasto, aglutina tanto al clérigo, al político, al banquero y otros notables que se asocian tanto con logias masónicas y asesinos, con narcotraficantes y otros bandidos. Todos dispuesto a ofrecer algo para el engranaje de la maquinaria crimen-política.
Conscientes que el fenómeno mafioso no debe ser valorado exclusivamente como acciones del crimen organizado debemos reconocer la existencia de una "cultura mafiosa" que ha estado vigente desde por lo menos dos siglos atrás, Marino denomina esa cultura "mafiosidad". La clase dominante ha forjado ideas, métodos y valores transformándolas para su uso y beneficio, uniendo la tradición y la religión en una "cosmogonía popular". En otras palabras, logró, con éxito, justificar y bendecir las actividades criminales de los mafiosos. "De ahí que el término "mafiosidad" sea de exclusiva aplicación a la criminalidad social enquistada en la historia de Sicilia".
En la foto de arriba, la pancarta reza "la mafia está compuesta de hombres que pueden ser derrotados, siempre que se desee", durante una manifestación popular en Sicilia tras el asesinato de los jueces Giovanni Falcone, instructor del maxiproceso de Palermo contra la Mafia y director general del Ministerio de Justicia italiano, murió asesinado el 23 de mayo de 1992 en Sicilia a consecuencia de un atentado con una bomba de 1000 kilos; y, del juez Paolo Borsellino, asesinado en Palermo el 19 de julio de 1992, también con un coche bomba estacionado frente a la vivienda de su madre, crímenes atribuidos a Salvatore Riina, jefe de los "Corleoneses"; el sucesor de Riina, Bernardo Provenzano, también fue acusado del asesinato de Borsellino.
Es lógico cuestionarnos:
Si poder y mafia van juntos, por qué se combate a la mafia en Italia, por ejemplo?. El profesor siciliano tiene la respuesta: Lo que se ataca es al crimen organizado, no al sistema mafioso. "Esta lucha se justifica, según la historia, en los casos en que la criminalidad organizada moleste al poder político y el Estado reacciona, con todos sus instrumentos a su alcance y dirigidos por la clase privilegiada, por la mafia, para sacudirse lo que le estorba”.
La realidad en América Latina es igual, organismos estatales tienen relación con el crimen organizado y eso les da poder. La situación suele revertirse cuando "se genera una situación de riesgo y de peligro para el poder político, que tendrá que sacudirse lo que le incomoda para volver a gestar una suerte de renacimiento de la criminalidad".
Tan cierto es esta afirmación que es justamente lo que sucedió con el famoso capo colombiano Pablo Escobar; sin embargo, tras su desaparición, las organizaciones de narcotráfico siguen proliferando y generando miles de millones de dólares en ganancias anuales y solo un porcentaje va a los bolsillos de los jefes narcos. Cosa parecida es lo que está sufriendo hoy México, el narcotráfico se encubó desde el poder, pero sus métodos ocasionaron una degeneración social masiva que requiere una acción gubernamental para "sanarla".
La pregunta seguirá siendo la misma para el caso mexicano, la actual "guerra del estado contra el narcotráfico" es en verdad un combate contra el sistema criminal enquistado en el poder o esa guerra está limitada a combatir las organizaciones delictivas?. El número de muertes producidas en esa guerra, según cálculos conservadores, sobrepasa los 170.000 desde que Vicente Calderón decretará la movilización de las fuerzas armadas para combatir a los Carteles mexicanos, la cifra puede duplicarse por el efecto dominó que genera esa violencia con la tasa de asesinatos de la delincuencia común. Terrible, ni siquiera guerras convencionales entre naciones alcanzaría tales cifras en tan corto periodo de tiempo.
III
Diferenciando la "Mafia" de otras organizaciones del crimen.
Marino diferencia las organizaciones criminales, marcando claramente las fronteras que las separan con la "clásica" mafia siciliana.Dentro del proceso histórico refleja la transformación del poder en la organización, que llevó a los "corleoneses" -una mafia rural- a enfrentarse con la vieja mafia urbana, usando el bandolerismo rural, el asesinato y el terror, los corleoneses incursionaron en el tráfico de drogas y de las armas, mientras la "conservadora" mafia urbana, la "verdadera mafia" mantenía sus negocios dentro de la política, la corrupción, las comisiones, la especulación, la prostitución y el juego.
Ya hemos repasado que la palabra mafia fue utilizada por primera vez para referirse a una organización criminal original en Sicilia, conocida como la 'Onorata Societá', tras su expansión, sobre todo a Norteamérica definie con mayor precisión a la 'Cosa Nostra', término que se hizo público en el mundo durante el juicio del primer arrepentido de la mafia italo-american, Joe Valachi.
Utilizar el término "Mafia" en la actualidad es erróneo cuando solo pretendemos designar a una o diversas pero poderosas organizaciones criminales alrededor del mundo; el término se utiliza genéricamente en todas partes, pero no guarda ninguna relación histórica-sociológica con la auténtica mafia, reiteramos, aquella organización nacida y desarrollada en la Sicilia rural como un conjunto de pequeñas asociaciones, regidas por la ley de la omertá (silencio) y que consolidó un inmenso poder en la isla, resurgida con mayor fuerza después de la segunda guerra mundial.
"Mafia" debe (o al menos debería) ser utilizado -en la actualidad- para definir solamente aquellas organizaciones que nacieron en la Isla del Sol y las que se establecieron en otros lugares teniendo su origen en Sicilia, de donde recibieron su "bendición". Hablamos de un enmarcado periodo que tuvo sus ciclos históricos, por tanto, hechos del pasado.
La original Mafia fue algo diferente a los fenómenos criminales que representan en el presente organizaciones italianas como la `Ndrangheta calabresa o la Camorra napolitana (que aun conservan muchos de los principios de la mafia tradicional). Más alejadas de ese concepto, pero valiéndose de algunos de esos métodos tenemos las organizaciones criminales japonesa, china, turca, rusa, colombiana, mexicana, albanesa, etc. Si, todas tienen una orientación en común: son en esencia de naturaleza criminal frente a la mafia siciliana a la cual no se la puede simplificar solo a la dimensión de un fenómeno criminal.
Es cierto que con el paso del tiempo la mafia tradicional ha tenido que dar el gran salto, ha mutado, ha "evolucionado" para sobrevivir, pero su esquema, su organigrama y control se mantiene (o se mantuvo) casi intacto. La vieja mafia todavía existe en Italia (la Onorata Societá) y su hermana en los Estados Unidos (Cosa Nostra); y, aunque lo "clásico" perdura, incursionó hace mucho en otros negocios, su influencia fue diversificándose de la extorsión, del contrabando, de las apuestas, la prostitución, hasta la piratería y el tráfico de drogas, su ahora principal fuente de dinero ilícito, consiguientemente, incursionó en el lavado de activos a través de intachables firmas de negocios e instituciones de diferente índole que le ha convertido en una inmaculada empresa.
La transición entre la "vieja" y "nueva" mafia tuvo su costo, una ola de violencia y asesinatos en Italia que repercutió ostensiblemente desde los 60, 70, 80 y 90s del siglo pasado, igual fenómeno se apreció en los Estados Unidos (aunque mucho antes).
La Mafia continúa actuando en su tradicional ámbito. Las peligrosas secuelas políticas que deja su presencia dentro de la política, el control sindical, la contratación pública y hasta el manejo de fondos de organismos europeos son hoy áreas en que también han incursionado algunas redes criminales italianas (La 'Ndrangheta, por ejemplo).
Por otro lado, en el presente, organizaciones criminales italianas como la Camorra, la Sacra Corona Unita y la ‘Ndrangheta, a pesar de su gran número de integrantes, conservan un anonimato vital para su supervivencia, siguen agrupándose en torno a una "Familia de Sangre" con un "Padrino" al frente, controlan sus territorios y se expanden fuera del país sin necesidad de hacer aliados extranjeros. A pesar que sabemos de su existencia no son tan conocidas como creemos, hoy se han transformado en peligrosos grupos no solo dentro de Italia, sino en Europa y el mundo.
Las organizaciones criminales de hoy o la internacional del crimen.
Actualmente existen en el mundo centenas de organizaciones criminales calificadas como "mafías", es común etiquetarlas así, sin embargo, lo hemos explicado, la concepción clásica del término impide tal denominación al carecer éstas de los "titulos hereditarios"; incluso los medios informativos suelen caer en ese error. Hoy, 'mafia' es un nombre genérico que describe organizaciones delictivas que ganan cientos de millones de dólares anuales, como los carteles de la droga colombianos o mexicanos.
Se califica como mafias a organizaciones como la Yakuza japonesa que desenrrolla sus tentáculos incluso en la política y la corrupción financiera, fieles a sus códigos optan por el suicidio "ritual" cuando caen en desgracia.
En la China, las famosas Tríadas, en realidad son varias organizaciones criminales que operan desde Hong Kong, Taiwán y la China continental, se habla de más de 150.000 integrantes. Se dedican al tráfico ilegal de personas y prostitución, a la producción y falsificación clandestina de textiles y productos de grandes marcas, han incursionado en el negocio del tráfico de la heroína desde sus propios campos de producción en países como Laos y Tailandia; blanquean sus ganancias no en la China sino en otros países; también se han especializado en el fraude a través de la falsificación de tarjetas bancarias de crédito, se habla de su incursión en actividades de sicariato (crímenes por encargo) y hasta en el área médica con clínicas clandestinas y falsificación de medicamentos. Sus tentáculos llegan a diferentes confines del mundo con la "diáspora" china.
En Turquía la denominada "Mafyya" con miles de integrantes, dedican sus actividades ilegales preferentemente al trafico de heroína y de armas, también se han visto involucrados en el tráfico de órganos, tráfico de personas, prostitución, la clásica extorsión por protección y el mundo de los juegos (casinos).
Nos olvidabamos de una organización que fue y de hecho sigue siendo muy conocida y peligrosa, la mafia ruso-israelí. En la Rusia poscomunista el crímen organizado fue el amo de un imperio, manipularon los mercados financieros con ganancias de cientos de millones de dólares robados al pueblo y al estado. Los gánsters rusos vieron luz a raíz de la desintegración de la URSS, la 'mafia' rusa “Vorovskoi Mir” (Mundo de Ladrones) fue en principio fundada por antiguos oficiales del KGB, veteranos de la guerra de Afganistán y oficiales retirados de la rama de la inteligencia en las fuerzas armadas.
Según el investigador Daniel Estulin, en Rusia esos grupos combinados crearon alianzas de conveniencia para impulsar la malversación económica a niveles increíbles que terminaron desplomando la URSS. Toda una operación planificada y clandestina de desmantelamiento económico apoyada por especuladores financieros e importantes bancos del mundo, la Mafia de Estados Unidos y la italiana y los servicios de inteligencia occidentales. Rusia, durante algunos años, se convirtió en un estado gánsteril controlado por los nuevos oligarcas rusos, muchos de ellos de origen israelí, que le otorga la denominación "mafia ruso-israelí".
Otras organizaciones conocidas a las que suelen calificarlas de mafia son la albanesa (transporte de heroína a Europa y América), la mafia chechena con iguales actividades, los carteles colombianos y mexicanos de la droga. En fin sería largo hacer una lista de organizaciones criminales.
EXTRACTO de una entrevista a Giuseppe Carlo Marino
REVISTA PROCESO (México). 1 octubre 2007
El narco, brazo operativo de mafias ocultas en el poder político
El catedrático e historiador italiano Giuseppe Carlo Marino, nacido en Palermo - Sicilia en 1939, en una de sus tantas conferencias impartidas.
Respecto a la crisis mexicana derivada de la "guerra contra el narco", Giuseppe Carlo Marino expone sus puntos de vista. En una serie de conferencias impartidas en México (2007), Giuseppe Carlo Marino hizo notar los errores de usar las fuerzas armadas en contra de las organizaciones narcotraficantes.
La lucha contra el crimen organizado suele fracasar cuando se pretende únicamente combatirla por la vía de la represión armada, lo cual solo puede conducir al fracaso, el ejemplo mexicano es el resultado más vivo; y, aunque el camino es a paso lento en Italia la lucha contra la mafia ha sido un proceso de "revolución política", ésta “fue el arma para vencer a los mafiosos en Italia”, afirma Marino, además señala que cuando se usa la fuerza armada contra las organizaciones del narcotráfico puede suceder que se termine siendo víctima del propio sistema mafioso que se ha enquistado en el poder, sin que nos percatemos se terminará maniatado por un poder que se oculta en la sombra.
Se puede ordenar “cazar a los narcos, mientras que, al mismo tiempo, los resortes mafiosos se mueven en otra dirección para conservar intocado el sistema que dirige a las mafias y que está en la cúpula del mismo poder político”. El poder del narcotráfico en México no radica en el uso de la violencia, el narcotráfico es ya una fuerza de carácter económico, y como se mueven enormes capitales, los carteles mexicanos pueden disponer de personas con diferentes perfiles.
“Los narcos son como la periferia de un proceso mafioso de mayor alcance, no son la fuerza decisiva más importante, es una particular organización criminal que ya no es sólo una sociedad que sirve como intermediaria entre la sociedad del sur de América y Estados Unidos en el tráfico de drogas: la mafia mexicana produce sus drogas y esa es una realidad desde hace varios años”.
No obstante de esa enorme capacidad operativa que demuestra el narcotráfico al disponer de economistas, abogados, contadores y otros técnicos que le permite mover grandes capitales, Marino insiste que “el narco es sólo el brazo operativo de un poder mafioso más grande que se oculta en las sombras del poder político”.
Al ser preguntado si creía viable que los gobiernos negocien con las mafias? Responde:
"No se trata de una negociación en realidad, sino un acuerdo orgánico. Eso se había realizado parcialmente en Italia entre la mafia, los partidos políticos y el gobierno y surgió cuando se dieron cuenta de que no se terminaba con la delincuencia metiendo a la cárcel a los mafiosos". Sobre el combatir a las mafias por el poder político, Marino lo cree posible, pero uno puede convertirse en "víctima de su propio sistema sin saberlo, sin tenerlo consciente. Es decir, mientras vaya a cazar a los delincuentes, cerca habrá personajes ligados a los intereses que los narcos han estrechado".
“En México no tiene sentido, desde mi punto de vista, una lucha sólo militar: se tiene que hacer, sobre todo, una lucha política. Se tendría que purificar el Estado de la corrupción que le afecta y que es la mejor alimentación de la mafia, pues se juntan dos fuerzas poderosas: poder legal e ilegal”.
Según explica Marino, si no hay resultados convincentes, si el pueblo no entiende la lucha militar, entonces el riesgo es que la gente se vaya de lado de los narcos y no de parte de la lucha antimafia. “Si el poder no se transforma como una fuerza capaz de juntar la autoridad con la justicia social, se crean los huecos a través de los cuales la mafia convence al pueblo de que es mejor obedecer a la mafia que al otro poder que ejerce la represión"
–Entonces ¿Cuál es la mejor estrategia para combatir a la mafia?
–"La mafia no puede combatirse con métodos mafiosos: hay que hacerlo con el Estado de derecho que está en contra de la negación del derecho. Un exceso de militarización crea las condiciones para que se realicen enormes injusticias, pues la militarización casi siempre prefiere el juicio sumario, rápido. Eso determina una situación en la que unos inocentes pueden ser torturados, todo esto aparentemente hace fácil ganarle a la mafia, pero no es así: se hace más fuerte el poder mafioso".
Para Marino la alternativa es combatir la delincuencia organizada con inteligencia, pero ello no funcionará si no se lleva a cabo una "revolución cultural", con procesos claros y leyes adecuadas, como la expropiación inmediata de todos los bienes de origen mafioso. “Eso no es todo, pues la realidad de la mafia es muy compleja. Si se pone en la cárcel a cien narcos, por ejemplo, en poco tiempo surgirán mil más para sustituirlos. Para que se rompa este círculo es necesario que la gente entienda que estar del lado de los mafiosos significa estar contra sus propios intereses".
“Es indispensable también que el dinero decomisado se regrese a la sociedad, que se transforme en beneficios, que se respete el derecho al trabajo, que la riqueza de los mafiosos fluya en los beneficios sociales. Si un gobierno opera con estos criterios, obtiene el consenso máximo de la población y se rompe el guión que junta al pueblo con los narcos, por citar el caso de México, el cual se ha construido mediante la repartición del dinero al pueblo. Por ello, es fundamental una política de bonificación social y todo esto hace posible el objetivo más importante: que se garantice la reprobación social de la mafia”.
Marino concluye:
“La mafia en todo el mundo está mezclada. Son una sociedad nefasta multiétnica que podemos definir como un cáncer que ataca a la economía globalizada. La mafia es el parásito de la globalización y, al mismo tiempo, el soporte financiero de muchos países, entre ellos México... El comercio de las drogas y su producción es sólo un sector de las actividades económicas de la mafia; porque en el ejercicio de este comercio, la mafia ha amasado enormes ingresos y ahora es más importante para la mafia el problema de cómo lavar y de cómo volverlo a reinvertir".
EPÍLOGO:
Arriba: Salvatore "Toto" Riina, uno de los últimos grandes capos sicilianos, jefe de los Corleonesi, considerado como uno de los últimos 'U Capu di 'i Capi (en siciliano), Jefe de jefes, fue detenido en Palermo en 1993 y llevado a juicio, condenado a cadena perpetua por múltiples crímenes, murió en prisión en noviembre de 2017 por un cáncer a la edad de 87 años. Abajo: El sucesor de Riina, al parecer fue otro de los grandes capos, Bernardo Provenzano, detenido en abril del 2006 tras estar más de cuarenta años prófugo de la justicia.
Marino desvela muchos otros misterios en su libro sobre "Los Padrinos". Su investigación histórica señala quienes en realidad eran aquellos hombres que se ganaban el respeto y honor, "investidos de autoridad para premiar o castigar a sus súbditos, y capaces de desempeñar una función tan relevante en la historia de la política internacional. Personajes inmortales, distintos de los simples bosses (jefes) de la más cruda y elemental criminalidad, su conversión en víctimas de una siniestra fascinación, sujetos movidos por el deseo hacia el puro poder, dentro del contexto de una tradición cultural y siguiendo su estela criminal desde Italia hasta América".
Si en "Los Padrinos", Marino nos esbosa a los grandes Jefes de jefes de la Mafia (Padrinos) debe quedar claro que éstos no deben ser confundidos con los simples "Bosses" (Jefes) de una Familia. En "Historia de la Mafia" explica, desde sus orígenes, el modus operandi de la mafia dentro de la política y el poder, fenómeno que hoy ya no es particular de Italia, en cualquier parte del mundo se cuecen las habas, cada cual tiene sus propias características, se trata del cómo ostentar el poder en provecho de un grupo que no es necesariamente delincuencial.
La premisa de esta ponencia es que no debemos olvidar lo que realmente es el centro de todo:
Existe un nexo entre el poder político-económico (y hasta religioso) con la Mafia. A eso dedicaremos próximas entregas: 'La Mafia como Política'.
Marino no ve otra opción para luchar contra el fenómeno que una “revolución cultural” que produzca cambios fundamentales, es decir, eliminar las prácticas y costumbres de la tradición siciliana. Aunque parezca un proceso que hará derramar mucha sangre, la experiencia italiana actual da la razón a Marino, una alicaída mafia no ha generado más violencia que la habitual en cualquier sociedad que reprime el crimen, poco a poco la ley va imponiéndose o, al menos, el mafioso ya no da señales de reaccionar violentamente, se oculta, mantiene un perfil bajo, pero es posible que siga en sus cabildeos en las altas esferas.
Marino cree que las nuevas generaciones están marcando el cambio, el delito, el crimen organizado perdurará, como en cualquier sociedad, pero dejará de ser un mito, un patrón al cual emular.
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Fuentes consultadas
"Historia de la mafia: Un poder en las sombras".- Giuseppe Carlo Marino. Ediciones B Barcelona, 2002, 532 págs.
"Los Padrinos y las nefastas virtudes del puro poder".- Giuseppe Carlo Marino. Ediciones B Barcelona, 2004, 688 págs.
"La mafia siciliana. Un’Industria della Protezione Privata".- Diego Gambetta. Editora Einaudi Torino, 1992, 410 págs.
Página 12. Guillermo Saccomanno
El Manifiesto. José Vicente Pascual
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