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13 abril 2020

Planes nazis en la ficción y la realidad (4)


    Arte de André Ducci

La "bomba atómica" de Hitler que nunca existió

por Tito Andino U.


Al llegar al ocaso de la guerra, Hitler prometió la victoria a su pueblo para mantenerlo con espíritu combativo en una lucha ya pérdida y eso solo pudo ser posible con la masiva difusión de la propaganda del régimen. El rumor, mejor dicho, la falsa promesa eran las "armas maravillosas" (o milagrosas) -Wunderwaffen en alemán-, también abreviadas como WuWa, que supuestamente cambiarían el curso de la contienda. Una de esas armas letales no podía ser otra que la bomba atómica. La verdad es que nunca se fabricó. 

Nada de eso sucedió, lo único notable fueron las armas de venganza V-1 y V-2, así como el aparecimiento del primer caza a reacción Me-262, nuevos modelos de armas tácticas como los panzer y hasta nuevos diseños de submarinos. Lo demás no pasó de simples proyectos sobre el papel. No obstante, los estadounidenses y soviéticos sí  tenían como prioridad capturar las mentes que diseñaban esos artilugios.

Los servicios de inteligencia aliados no se dejaron impresionar con la propaganda alemana, su preocupación mayor no se fijaba tanto en las supuestas "armas maravillosas", si no en el cómo hacerse con los técnicos y científicos. Conocían el estudio alemán de la energía atómica y estaban prevenidos sobre una presunta fabricación de un prototipo de bomba atómica.

Se sospechó que la Alemania nazi había iniciado un programa nuclear, las presunciones conducían en ese sentido, los alemanes habían paralizado las exportaciones de uranio de las minas checoeslovacas e incrementado la producción de agua pesada en la Noruega ocupada. En 1943, un grupo especial, parte del Proyecto Manhattan, recibió la orden en clave "ALSOS", para buscar pruebas en el mismo escenario de guerra europeo, capturar las investigaciones alemanas sobre energía nuclear y continuarlas bajo dirección estadounidense.


16 de julio 1945, la prueba Trinity


Los Estados Unidos querían conservar el monopolio de la investigación nuclear, la Operación ALSOS inició ante la posibilidad que los nazis obtengan la bomba atómica que podría definir el rumbo definitivo de la guerra, también debía evitar que esos estudios sean arrebatados por los soviéticos. El General Leslie R. Groves, era el jefe de la operación, Samuel Goudsmit fue el  responsable técnico y el coronel Boris Pash, el jefe militar. Su primera misión fue un éxito. 


Telemark - Noruega, bajo ataque


El 28 de febrero de 1943 se saboteó la fábrica de agua pesada en Telemark - Noruega, en poder de los nazis. Allí quedó definitivamente sellado el avance de la investigación alemana. El siguiente paso era obtener información sobre cuan avanzada estaba la investigación alemana en materia nuclear.

Se procedió a la búsqueda de todos los recursos dispersos en Alemania, la misión se cumplió, pero, los resultados fueron pobres, no por falta de hallazgos sino por el hecho de que la investigación alemana sobre armas nucleares era aun incipiente. 

Es cierto que se localizó un inservible reactor experimental, algunos recipientes de agua pesada, cientos de pequeños cubos de uranio para la experimentación. Unas buenas fotografías y una buena dosis de sensacionalismo sirvieron para todo tipo de especulaciones que fueron sobreexplotadas por escritores (no historiadores) en la posguerra, algunos abiertamente neonazis con el objetivo de engrandecer la "ciencia nazi".

Todos los historiadores y científicos nucleares concuerdan que el proyecto de bomba atómica alemana fue un fracaso, pero existían reservas de uranio para la investigación nuclear. Se sabe que ya en 1938 Otto Hahn y Fritz Strassmann realizaron trabajos en laboratorio de fisión nuclear con uranio, despertando el interés de los nazis. El proyecto nunca pudo corregir sus fallos experimentales en el cálculo de la masa crítica de uranio, así como el defecto del único reactor nuclear construido en Alemania que no proporcionó cruciales datos para desarrollar un arma atómica.


En las fotografías superiores se observa el famoso reactor alemán para investigación nuclear (experimental, es decir, era inservible para producir una bomba atómica) en la ciudad de Haigerloch, estado de Baden-Wurtenberg, formaba parte del famoso Instituto de física Kaiser Wilhelm como parte del Proyecto Uranio. A decir de los científicos de la época y actuales, el reactor alemán no tenía como objetivo directo construir una bomba atómica, fue construido para el estudio de la fisión. Se instaló en una bodega de cerveza bajo la iglesia del castillo en Haigerloch. Un comando estadounidense capturó la planta del reactor el 24 de abril de 1945, el reactor fue desmantelado pero no se llegó a demoler las instalaciones. En la actualidad es un centro turístico, el "Museo de la Bodega Atómica", que contiene una réplica del reactor. En la foto inferior observamos a militares estadounidenses, miembros del comando especial ALSOS luego de localizar gran parte de los cubos de uranio experimentales que al parecer Heisenberg los ocultó en las cercanías de Haigerloch.


Entrada al Museo del Castillo de Haigerloch, lugar elegido para la investigación nuclear alemana.

La existencia del arma nuclear nazi es un mito, pero no lo era el estudio teórico e investigación; ni tampoco fue un mito la captura de técnicos y científicos que estudiaban su potencial.

Las cabezas visibles del Programa de Energía Nuclear Alemán, conocido como Proyecto Uranio, incluye a conocidos científicos como: Werner Karl Heisenberg, (creador del principio de incertidumbre); Otto Hahn (fisión nuclear); Kurt Diebner, Walther Gerlach, Max von Laue, Paul Harteck, Carl Friedrich von Weizsäcker, Karl Wirtz, Erich Bagge, Horst Korsching, Walther Bothe, Hans Geiger. 


Quizá los más conocidos integrantes del proyecto Uranio. Las fotografías están en el mismo orden de la lista de arriba.

La Batalla de Berlín  tuvo sus secretos, y uno de ellos fue el apremio soviético por requisar las reservas de uranio que se conservaba en el Instituto de Física Kaiser Wilhelm en Berlín-Dahlem (en el presente se denomina Instituto de Física Max-Planck), los científicos que laboraban allí también eran un apetecido botín para la NKVD. Al capturar el Centro científico, las tropas soviéticas al mando del general Khrulev se hicieron cargo del uranio y laboratorios de investigación. Se dice que el botín reportado fue de 250 kilos de uranio natural, tres toneladas de óxido de uranio y 20 litros de agua pesada. Entre los pocos científicos que fueron retenidos por los soviets se encontraban Peter Thiessen y Ludwig Bewilogua, los demás ya habían abandonado Berlín hace un buen tiempo.



El Instituto de Física Kaiser Wilhelm (arriba), construido en Berlín con fondos de la Fundación filantrópica Rockefeller de América / Archivos de la Sociedad Max Planck, Berlín-Dahlem

Por su lado, la operación ALSOS se saldó con la detención de diez científicos para evitar su captura por la parte soviética. Gouldsmit, director científico de ALSOS, físico de origen holandés, conocía muy bien a sus colegas alemanes, fue muy preciso al afirmar que "una de las causas del fracaso del proyecto atómico alemán fue el propio carácter totalitario de su gobierno". (Myths Around the German Atomic Bomb, Samuel Gouldsmit, 1947). 


En las fotografías de arriba, de izquierda a derecha: Responsables de la Operación ALSOS, General Leslie Groves, Coronel Boris Pash y el científico, Samuel Gouldsmit. Abajo: en el mismo orden, responsables (en diferentes etapas del Centro de Investigación del Ejército de Peenemünde (Heeresversuchsanstalt Peenemünde -HVP-) Wernher von Braun, General Walter Dornberger y el SS Hans Kammler.


Una de esas causas del fracaso alemán suena ridícula, pero verdadera. Nadie puede desconocer que los nazis eran anti-intelectuales, quemaron los libros, rechazaron la física teórica calificándola de ciencia "judeo-marxista", intentaron reemplazar la ciencia con principios "mágicos". La pseudo ciencia nazi priorizó temas como la teoría del "hielo eterno" (de Hans Horbinger); la teoría de la "tierra cóncava" (de Peter Bender) y otras aventuras "místicas".

Conforme lo aseveró el general alemán Walter Dornberger, director de pruebas en Peenemünde, los científicos alemanes fueron forzados a retrasar la investigación de la V-2 debido a las creencias ocultistas de los jerarcas nazis, los ensayos no podían ejecutarse sin aprobación de los "teóricos" de la cosmogonía horbigeriana que antes necesitaban "saber" como reaccionaria el cielo con los cohetes en la estratosfera, temían que eso podría ocasionar algún desastre sobre la Tierra

Los nazis rechazaron las teorías físicas de Einstein, Fermi, Teller y muchos otros que emigraron a los Estados Unidos, allí radica el poder atómico estadounidense. El "culto" nazi saboteó la investigación científica y proyectos que podrían haber cambiado el curso de la historia. 

La Alemania nazi derrochó más dinero en la Ahnenerbe, que los EEUU en fabricar la primera bomba atómica


Fantaseando con la bomba nuclear nazi




Decenas de historias sobre el desarrollo del arma nuclear alemana son solo fantásticos relatos de escritores de posguerra plasmados en libros nada serios y hasta en la clásica historia alternativa; por sentado, se basaban en reales investigaciones de los ingenieros y científicos alemanes de la era nazi. Cómo llegaron a obtener esa información? Fueron los propios estadounidenses quienes públicamente expusieron la investigación atómica alemana. 

Podemos divagar largamente con los mitos nazis de la bomba atómica, hay mucha tinta regada por todos lados, la mayoría de las "fuentes" que se encuentran en internet menosprecian el valor o, peor aún, desconocen el uso de la historiografía. 

Revisemos algunos relatos de fantasía muy populares y fáciles de encontrar en páginas web "especializadas"


Modernas recreaciones artísticas de las armas maravillosas nazis

Algunos dicen que los planes nazis para el uso de la energía nuclear fueron manejados, supuestamente, de forma "independiente" (es decir, "habían" varios planes). Defensores del nazismo ("pacifistas neonazis") afirman que ese trabajo solo se encaminaba al estudio de la física teórica, para nada relacionada con un programa militar, a lo mucho, señalan, serviría para fabricar reactores para submarinos

Otro caso presume que el programa del físico alemán von Ardenne (hablaremos de él en siguientes artículos), contaba con participación militar, en  laboratorios subterráneos de Berlín, buscando la separación del uranio 235 enriquecido con la técnica de centrifugación del uranio. Pero eso solo fue posible desarrollar en la posguerra por el mismo von Ardenne, bajo custodia soviética. Los norteamericanos del "Proyecto Manhattan" usaron costosos y diferentes sistemas. También se dice que el General SS Kammler compartía trabajo con la Luftwaffe en un programa nuclear independiente y que luego se fusionaría con uno de los otros programas secretos.



Sencillos instrumentos del aparato experimental de Fisión Nuclear de Otto Hahn en 1938, ubicado en el Instituto Kaiser Wilhelm de química, hoy se exhiben en el Deutsches Museum Munich

Se llegó a afirmar (siempre a través de populares escritores de posguerra) que la SS intentaba, en 1943, montar en Hungría las bombas atómicas de toda futura investigación sin participación de la Wehrmacht. Y claro, la clásica leyenda que el SS Hans Kammler desapareció después de la guerra, para luego aparecer, ya sea en los Estados Unidos o según la "CIA" en Rusia, en cualquier "caso" dedicado al programa nuclear.  

Otra fantástica historia muy bien lograda (seguramente elaborada para servir a algún guión de película en Hollywood) relata que previa la batalla de Kursk, los alemanes habrían ensayado una bomba de formidable potencia y pequeño tamaño. Una combinación de material fusionable de uranio y explosivo convencional. Esa "historia" pretende vender el hecho que los alemanes, a mediados de 1943, ya habían probado con eficacia el uso de material atómico como bomba de uso militar. Y aún hay más, para que el relato sea más creíble se decoró la falsa historia con otro timo, los alemanes habían comunicado por teletipo diplomático a todas sus embajadas en Europa... Deberíamos preguntarnos, para qué divulgar tan alto secreto?.

Un hecho que si es cierto, pero que no formaba parte de los supuestos planes para invadir América fue el arribo en submarino de un comando de saboteadores alemanes a New York con la intención de atentar contra las infraestructuras básicas (Operación Pastorius, junio 1942), que culminó en un fiasco por la traición de uno de sus integrantes.  



Dos fantásticas animaciones sobre el bombardero atómico nazi a la ciudad de New York. En primer plano un bombardero Horten, el Ho 229 (ala voladora sobre NY); y, abajo: explosión nuclear en la urbe neoyorquina.

De lo anterior nace otra leyanda, en ese 1943 los nazis planificaron un ataque aéreo contra New York, a través del OKL (Alto Mando de la Luftwaffe) al mando de Hermann Goering. Para hacer más creíble la fantasía, la "bomba" nazi coincidió con la cantidad de kilotones de la bomba que se usaría sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Para buen entendedor, y conforme los rumores de siempre, la bomba atómica usada contra los japoneses era una bomba capturada a los nazis!

A más del género fantasioso, al estilo artístico del dieselpunk, con bonitos y entretenidos relatos de la bomba atómica nazi, tenemos un interesante libro "Waffen und Geheimwaffen des deutschen Heeres. 1933-1945" de Fritz Hahn (2003); en la parte práctica incorpora más de 350  fotografías y documentos, dibujos, bocetos y esquemas de construcción de armamento. Sin embargo en la pág. 168, Tomo II (el libro también se encuentra disponible en un solo volumen), reproduce un documento alterado, se trata de un supuesto plano de 1944 que relaciona un proyecto del cohete A-9/A-10 con carga explosiva convencional de 1 y 2 toneladas, capaz de bombardear New York por medio de aviones especiales, que aún no se habían inventado. Se describe detalles técnicos del arma, las secuelas de un ataque, daños, víctimas, onda expansiva, etc. Afirma el autor que "los parámetros de este artefacto se parecen a los de la bomba de Hiroshima de modo asombroso", incluso más alto.  



Roller coaster Designed to bomb U.S.A. literalmente "roller coaster" se traduce como "Montaña Rusa", es decir, el A-9 / A-10 se concibió (en el papel) como un arma que sube y baja a través de la estratósfera y ionosfera hasta impactar en el objetivo, en nuestro caso, sobre New York (gráfica de "Popular Science", octubre 1947).


En la Segunda entrega de esta serie de artículos, ya publicamos esta gráfica explicativa del A9 / A10 de la revista "Popular Science" (octubre de 1947), de como supuestamente funcionaría el arma para bombardear Estados Unidos (es muy diferente a lo que relata el libro en mención). La revista lo describía como misiles robot alemanes en bombarderos tripulados. Supuestamente, estos aparatos habrían de arrojar bombas a través del Atlántico si la invasión de Europa se hubiera retrasado tan solo seis meses (pero ese tipo de avión no existía). También se ha dicho que el "bombardeo con cohetes de Nueva York estaba programado para principios de 1946". Aquello era imposible (cabe la hipótesis que un cohete de esas características haya sido ensayado como prototipo en alguna prueba, no existe constancia documental, lo más seguro es que estamos ante otro "invento nazi" bosquejado solo en el papel). 


Arriba, esquema e ilustración del proyecto de bombardero alemán Silbervogel; abajo, una gráfica ilustrada de otro diseño futurista, el bombardero Arado 555, también capaz de llegar a New York.

Un diseño exótico de bombardero (solo en la mesa de dibujo) fue el Silbervogel ("Silver Bird"), bombardero suborbital propulsado por cohetes, el sueño de  Eugen Sänger. Se habría disparado a la estratosfera y podría cruzar el Atlántico a 5.000 kilómetros por hora y capaz de lanzar sus bombas sobre América, finalmente aterrizaría en Japón. Otro diseño (en el papel) fue el Arado 555 que tendría gran autonomía y que podría llegar a New York.



Los bombarderos pesados alemanes de arriba para abajo: Me 264 "Amerika Bomber"; Ju 390 "Amerika" (los dos prototipos); y, el He 177 que en la práctica fue el único bombardero operacional de largo alcance utilizado por la Lutfwaffe en la IIGM, se construyeron cerca de 1200 ejemplares. Naturalmente, los alemanes poseían otro tipo de bombarderos pesados pero ninguno de largo alcance como el He 177

En el mundo real, los nazis apenas intentaron obtener un bombardero de largo alcance para la Luftwaffe que pudiera ser capaz de atacar a los Estados Unidos continentales, el Me 264, conocido como "Amerika Bomber", un bombardero al estilo de las fortalezas volantes americanas. También Junker diseño otro prototipo, el Ju 390 "Amerika". También se dedicó esfuerzos para el estudio del bombardero He 277 (una versión más moderna del operativo y convencional bombardero pesado He 177), con un sistema de bombardeo a gran altura y alcance de 6.500 kilómetros, más que suficiente para llegar a New York y capaz de transportar cinco toneladas en bombas (nunca fue construido, ningún prototipo de fuselaje se completó). 

Ese tipo de aviones, dadas sus características podría inducir a pensar que se construirían para que el programa nuclear sea funcional.  Hasta se discute si un prototipo de los mencionados realizó un viaje de prueba a tan solo 20 kilómetros de la costa estadounidense en 1944. 



Recreación de un modelo a escala del Boeing B17G Flying Fortress, que vende la empresa Airfix. Este clásico bombardero pesado de la USSAF en su versión definitiva incorporó una serie de mejoras de los modelos anteriores.

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos poseía miles y diversas variantes de super fortalezas volantes -bombarderos pesados- (Flying Fortressy), los nazis apenas poseían algunos modelos de esos aviones y prototipos para experimentar. 

Como hemos resaltado, las historias "oficiales" relatadas por "historiadores" y "académicos" con una vasta "historiografía" de respaldo, sobreabundan en internet. Veamos un resumen de otras fantasías populares sobre la "Uraniumbombe" alemana (bomba de uranio) que se repite cientos de veces.

- Iniciemos con un par de autores serios, Geoffrey Michael Brooks y Rainer Karlsch afirman en Hitler's Terror Weapons (2002) y Hitler's Bomb (2005), respectivamente, que un equipo dirigido por Kurt Diebner lograron detonar un dispositivo nuclear cerca de Ohrdruf en Turingia en marzo de 1945 (nada de ello ha sido demostrado). Brooks especula que la Ofensiva de las Ardenas fue impulsada por la necesidad de Alemania de conservar los sitios de lanzamiento de cohetes V-2 en los Países Bajos que apuntaban a Londres. La idea era equipar los cohetes con bombas de uranio e intentar forzar a los británicos a salir de la guerra en el último momento.



En la vida real. Cerca de la ciudad de Ohrdruf se encuentra Jonastal (Valle de Jonás / Jonas Valley), Distrito de Gotha, Turingia. Este lugar fue un campo de prisioneros de guerra, subsidiario al campo de concentración de Buchenwald, estuvo dirigido por el SS Hans Kammler, allí miles de prisioneros cavaron 25 túneles en la montaña bajo estricto secreto, las obras nunca finalizaron y fue abandonado antes del final de la guerra, no sin antes haber sido asesinados los prisioneros que allí laboraban. Las posibilidades son varias para la construcción de esos túneles: puestos de mando y comunicaciones, otra fábrica para la producción de la V2 y otras armas, bunkers militares... El sitio cayó en poder de fuerzas estadounidenses el 4 de abril de 1945, siendo el primer campo liberado por el US Army, después los soviéticos lo utilizaron como campo de entrenamiento militar y las fuerzas armadas alemanas lo utilizan hoy con igual propósito. Los rumores señalaban la existencia de testigos y que en ese lugar se hicieron pruebas de armas atómicas el 4 marzo de 1945. Se dice que alguien observó "una luz brillante, tan brillante como cientos de rayos, roja por dentro y amarilla por fuera" y que una poderosa tormenta cruzó las montañas. Un parecido estruendo se habría escuchado el 12 de marzo (según un único testigo:  Cläre Werner). De allí surge la especulación que consta en varios libros, es decir, el equipo del científico Kurt Diebner probó algún tipo de dispositivo nuclear. Sin embargo jamás se encontró evidencia alguna que dejaría rastros incluso en la actualidad. A pesar de ser un sitio restringido (por ser área de entrenamiento militar, el sitio suele  ser visitado por exploradores y buscadores de tesoros). Lo que si existe es monumentos en Jonastal y sus alrededores dedicados a las víctimas del cercano campamento de Ohrdruf.

- El supuesto test atómico en la Isla de Rügen (cerca de Peenemünde), del 12 de octubre de 1944, el periodista italiano Luigi Romersa, el mismo del reportaje de la liberación de Mussolini en el Gran Sasso, afirmó que el Duce le encargó verificar el avance alemán de las "armas maravillosas". Según él, visitó en Turingia las instalaciones secretas para el lanzamiento del V-2, lo más "sorprendente", fue "testigo" de una prueba de la bomba atómica alemana totalmente operativa; "testificó" ese hecho en varias revistas europeas en la posguerra, afirmando que se tomaron fotografías (no hay constancia de ninguna). Sin duda, las palabras de aliento de Hitler y las mentiras de Romersa fueron suficientes para que opere un cambio radical en la lamentable situación personal del Duce que hizo el rídiculo público al hablar sobre la bomba (atómica) lista para el uso, de la que los alemanes disponían tres (según Mussolini). 



Descartado el relato de Romersa al no existir evidencia de nada, diremos que la isla báltica de Rugen tenía su valor estratégico militar. Sí existe constancia de una extraña expedición a Rugen autorizada por las máximas instancias. Bajo el más estricto sigilo un grupo de científicos especialistas en radar, al mando del Dr. Heinz Fisher, conocido por sus trabajos sobre los rayos infrarrojos, desembarcaron en Rugen provistos de modernos aparatos de radar. Los aparatos se apuntaron al cielo, en un ángulo de cuarenta y nueve grados por varios días, pero nada hay que detectar en la dirección elegida, podría tratarse de un ensayo. Entonces al equipo de científicos se les da una explicación: "El Führer tiene buenas razones para creer que la Tierra no es convexa, sino cóncava. No habitamos en el exterior del Globo, sino en su interior, como en una esfera. El objeto de la expedición es demostrar científicamente esta verdad. Gracias a la reflexión de las ondas del radar, que se propagan en línea recta, se obtendrán imágenes de puntos extraordinariamente alejados en el interior de la esfera. El segundo objeto de la expedición es obtener, por reflexión, imágenes de la flota inglesa anclada en Scapaflow...". Martin Gardner relata esta loca aventura de la isla de Rugen en su obra In the Name of Science. El propio doctor Fisher aludiría a ella, después de la guerra. El profesor Gerard S. Kuiper, del Observatorio del Monte Palomar, escribió en 1946 una serie de artículos de aquella expedición para "Popular Astronomy": "La marina y aviación alemanas, creían en la teoría de la Tierra cóncava, les resultaría particularmente útil para señalar la posición de la flota inglesa, y que la curvatura cóncava de la Tierra permitiría observaciones a gran distancia por medio de los rayos infrarrojos, menos curvados que los rayos visibles". El ingeniero Willy Ley (amigo de Wernher von Braun) registra los mismos hechos en su estudio de mayo de 1947: "Seudociencias en el país nazi". (Estos hechos los trancribimos integramente en Pseudo ciencia en el país nazi) 

- Otra descabellada "historia" afirma que la explosión de Tunguska (Siberia) fue producto de un ataque atómica alemán, el 23 de febrero de 1945, Stalin lo ocultó... y se dijo que eso sucedió en 1908, siendo una falsificación de los servicios secretos de Stalin... Según un aficionadillo de la historia, "bombardear una remota y deshabitada región de Siberia ofrecía varias ventajas, seguramente inexplicables para cualquiera que no estuviese familiarizado con la psicología del jefe del Reich".  Conforme éste y otros genios de la "historia", parece que Hitler tuvo la brillante idea de bombardear una zona inhóspita de Siberia para evitar el odio y las represalias de las tropas soviéticas ya presentes en Alemania. "Tunguska, advertía a Stalin y sus Aliados de la existencia del arma atómica"... Es decir, el pobre Führer quería "persuadir a los anglo-americanos de que era mejor firmar un acuerdo, o de lo contrario podía bombardear New York, Washington". Según quien escribió este disparate, Hitler estaba convencido que los rusos advertirían a los americanos de la explosión de Tunguska ya que eran susceptibles de un ataque atómico nazi. "En la mente de Hitler, Tunguska era por tanto el sitio ideal para dejar caer la primera bomba atómica operativa de la historia, una bomba idéntica a la de Hiroshima".




Tunguska

Pues nada... guión para una serie de televisión al estilo de "The Man in the High Castle". En todo caso, al no "pararle bolas" (hacer caso) los Aliados a Hitler con su "demostración" atómica en Tunguska, a Hitler no le dejaban otra opción que realizar un ataque directo contra New York u otra ciudad de la costa este americana

Como vemos, la "magnificencia" del führer nazi era tal que lo único que quería era forzar una alianza con occidente... o sí no... Fantasías como estas abundan... los ejemplos bastan.


Nota: El tema sobre los científicos alemanes y la investigación nuclear será retomado cuando abordemos el tema de la Operación Paperclip (en siguientes entregas).

VER: Artículos relacionados de esta serie:


Planes nazis en la ficción y la realidad.

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