Parte I
El continente "pobre" habitado por "niños salvajes" a quienes Occidente les llevará siempre "civilización".
por Tito Andino
La lucha de los africanos por su historia, es también la lucha por su libertad.
Hemos explicado en anteriores entradas sobre el despiadado trato de los "civilizados" blancos europeos en el corazón del mundo, no puede ser que sigamos negando todo el sufrimiento que se sigue infringido al ser humano africano. Esto se debe básicamente a una premisa: racismo del colonizador blanco y hasta racismo del árabe del norte de África hacia las etnias autóctonas a quienes impusieron -en gran parte- su religión.
La desgracia del continente "pobre" va más allá del racismo y el tráfico de esclavos por la civilización cristiana. A pesar de estar en pleno siglo XXI, muchas décadas después de obtener su "independencia", la opresión extranjera sigue manejando el destino de los atribulados africanos: guerras intestinas provocadas por intereses foráneos para explotar sus recursos naturales son la principal causa de los conflictos en esta región del mundo. Sumemos los laboratorios de la muerte con los que la cultura europea y estadounidense convierten diversas áreas africanas en campos experimentales de investigación con cobayas humanas para desarrollar distintas epidemias y enfermedades... por racismo.
La Europa Imperial y los Estados Unidos siguen vendiendo la ofensiva tesis (para descerebrados) que tienen que controlar al africano como si de niños se tratase. Thierry Meyssan, politólogo francés señala, analizando el discurso de hace tres años de la presidente de la Comisión Europea, Ursula van der Leyen, que sin tapujos expresó el deber de la UE para restaurar la dominación europea en África, ese momento ha llegado, "Tenemos que hacer uso de la fuerza", dijo la señora. En conclusión, la Comisión Europea quiere imponer su proyecto para devolver a Europa Occidental el predominio indiscutible en su vieja esfera de influencia y dominación mundial de la época colonial de los siglos XVI hasta el siglo XX.
Pero Europa tiene competencia por África, los Estados Unidos está poniendo más empeño en el continente africano ante su evidente declive en otras regiones del planeta. No hablaremos del caso de Níger, solo diremos que los militares golpistas cuentan con el apoyo (no público) de la Casa Blanca en contra de su aliado francés que controlaba al derrocado mandatario... Militares golpistas africanos son en su inmensa mayoría entrenados y adoctrinados por el Pentágono. Quien no quiera entender que EEUU si pelea contra sus socios de la UE-OTAN por intereses económicos y materias estratégicas no entiende nada de geopolítica. Por supuesto, no es una lucha abierta, tanto los EEUU como Europa Imperial provocan brotes de violencia interna entre etnias de un país o una guerra entre distintos estados que surgen "espontáneamente", todos sabemos que son patrocinadas por los "civilizados" blancos (usando a los africanos como proxys) para que usted, estimado lector, siga teniendo la "calidad" de vida en Europa o Norteamérica.
Entonces, una vez más pregunto a los incrédulos, ¿USA lo permitirá?; ¿o los británicos que manejan una agenda separada a la UE?; ¿qué harán los franceses sin el uranio de Níger que puede ser controlado por los EEUU con un "simple" golpe de estado?; ¿habrá una nueva y fratricida guerra en África para defender la "democracia" occidental? Y, la pregunta del millón! ¿Qué harán los USA o la UE, separados o juntos, para frenar la expansión económica de China y Rusia en el continente "pobre"? ¿Si África es pobre por qué todos quieren meter sus narices?...
Según los imperios coloniales, todo es "fácil" para ganarse a la opinión pública respecto a África. Estigmatizar a otras razas no europeas como "salvajes”, incivilizados, etc., resultó en el pasado, un poco de propaganda en el presente ejerce la misma creencia. Siguen disponibles las técnicas ideológicas del "universalismo" y el "deber del hombre blanco" de los países "desarrollados" para “apoyar” a los "subdesarrollados" (neocolonismo del siglo XXI). Un ejemplo, la UE financia la Corte Penal Internacional (CPI) o un Tribunal Penal Internacional (TPI) que establece una supuesta superioridad europea sobre los demás grupos humanos. La UE "pretende, como un maestro de escuela, enseñar a los demás la diferencia entre el Bien y el Mal, otorgando buenas o malas calificaciones" (Meyssan).
La historia de África del argentino Luis César Bou merece una mención, cita al estudiado Mahmood Mamdani (ugandés de tercera generación de ascendencia india de la Universidad de Pittsburgh, EEUU) quien señalara que sus ancestros y todo africano son un tipo humano en buena medida infantiles, en su aspecto y psicología, por lo mismo, según Mamdani, un ser humano tipo infantil no puede ser una mala persona. Como resultado de este temperamento el africano es el único ser humano feliz (esto escribió en1998). Remató expresando que "el negro es un niño, y con los niños no se puede hacer nada sin autoridad". Para Bou, el profesor de Pittsburgh cree que los africanos negros "son felices por infantiles. No son malos porque no les da la inteligencia para tanto. En Argentina a esto le llamamos ser un "boludo alegre"; y cita a un premio nobel, el teólogo y filósofo Albert Schweitzer, (refiriéndose al africano) que dijo: "Desde ya que todo niño necesita la protección de un adulto, que sepa educarlo desde su lugar de autoridad".
Bou comenta: " !¡Qué hermoso soporte para el colonialismo! ¡Cómo los occidentales van a dejar a estos niños huérfanos! La ideología colonialista convirtió a los negros en niños que nunca crecen, en niños Peter Pan de la Tierra de Nunca Jamás. Demos gracias por no haber tenido un padre como Schweitzer. Esto tuvo su expresión más evidente en la forma en que el blanco se dirigía al negro en las colonias, llamándole boy, muchacho. Hasta hace poco, en muchos sitios del Sur de EEUU, el negro era el boy, independientemente de su edad: Un blanco de 18 años se dirigía a un negro de 60 llamándole boy. Por supuesto que los niños no pueden ser hacedores de historia, como no sea de una historia pueril".
El famoso filosofo Friedrich Hegel manifestaba (alrededor de 1825): "Lo que entendemos como África es lo segregado y carente de historia, o sea lo que se halla envuelto todavía en formas sumamente primitivas, que hemos analizado como un peldaño previo antes de incursionar en la historia universal". Incluso Marx y su teoría hablaba de África como una "comunidad primitiva" y como "solución" propuso que la historia precolonial era la historia del desarrollo de las fuerzas productivas...
"El racismo fue y sigue siendo hoy uno de los avatares de la explotación del hombre por el hombre: Sin racismo y xenofobia el valor de la fuerza de trabajo del africano sería mucho más alto. La discriminación racial en Europa o EE.UU es funcional al sistema. De la misma manera que los esclavos no hubieran podido venderse como ganado si no hubieran sido estimados como animales de labor, es necesario que los inmigrantes de hoy sean considerados inferiores, para pagarles un salario inferior. En ese contexto, su cultura de origen nunca puede ser valorada correctamente (si es que hay que valorar a una cultura) por quienes comparten el consenso ideológico del mundo desarrollado" (Bou).
Ahora repasemos un poco de historia del colonialismo en África.
Mapa político de África
Parte II
La partición colonial final de África a principios del siglo 20
Por Vladislav B. Sotirović
Copyright © Investigación Global, 2023
Título original en inglés:
The Final Colonial Partition of Africa at the Turn of the 20th Century. El Dr. Vladislav B. Sotirović es un ex profesor universitario en Vilnius, Lituania. Investigador asociado del Centro de Estudios Geoestratégicos y colaborador de Global Research.
El “Continente Negro” de África hasta finales de la octava década del siglo XIX era un territorio poco conocido, especialmente sus partes centrales que han sido desconocidas para los europeos. Hasta la década de 1880, las potencias de Europa occidental conocían principalmente los litorales africanos y su interior inmediato. Sin embargo, no se sabía exactamente qué había dentro del continente, excepto por la existencia de algunas organizaciones estatales tribales en forma de monarquías asentadas por pueblos cazadores tradicionales.
Antes del inicio de la novena década del siglo XIX, solo las zonas litorales del continente africano estaban bajo dominio colonial directo y explotación económica por parte de los europeos occidentales: los portugueses fueron los primeros colonos del África negra. Sin embargo, Francia fue la primera potencia de Europa occidental que se involucró más profundamente en la conquista de zonas más grandes de África (norte o árabe) cuando la provincia otomana de Argelia comenzó a ser ocupada gradualmente a partir de 1830 (hasta 1870). En el territorio del litoral de África occidental había algunas pequeñas colonias francesas y británicas (Senegal, Sierra Leona, Gold Coast, Lagos y Gabón) junto con un antiguo territorio colonial portugués en Angola. Portugal tenía, así como en el sureste de África, su gran colonia de Mozambique en el valle de Zambezi. La colonia del Cabo en el extremo sur de África a principios del siglo XX estaba bajo el dominio de los colonos británicos enfrascados en una rivalidad con la población local tanto del Estado Libre de Orange como de Transvaal (el territorio al norte del río Vaal, hoy la tierra alrededor de Pretoria y Johannesburgo).
La partición colonial final de África por parte de los europeos occidentales comenzó en 1882 con la ocupación británica de Egipto y terminó en 1912 con la ocupación italiana de Libia (provincias otomanas de Cirenaica, Tripolitania y Fezzan).
Antes de 1882, aparte de la Argelia francesa y la Angola y Mozambique portuguesas, las potencias de Europa occidental tenían posesiones en África restringidas únicamente a muchos puestos comerciales, estaciones militares y las islas de Zanzíbar y Madagascar. Sin embargo, en las siguientes dos décadas, todo el continente africano quedó ocupado y dividido entre las grandes potencias de Europa occidental. Las fronteras entre los territorios coloniales dentro del continente se dibujaron principalmente con regla y lápiz, generalmente en Londres, París y Berlín.
Alrededor de 1900, había en África 40 unidades políticas en las que estaba dividido el continente. En 36 de ellos existía dominio o control directo de Europa occidental. De hecho, solo Etiopía, que luchó contra los intentos coloniales italianos a mediados de la década de 1880, y Liberia, debido a sus estrechos vínculos financieros con Estados Unidos, han gozado de verdadera independencia, no formado parte de los imperios coloniales de Europa occidental. En 1912, Francia fue el mayor beneficiario, ya que controlaba casi 4 millones de los 11,7 millones de kilómetros cuadrados de África (de hecho, 1/3). Las colonias francesas se dividieron en dos grandes territorios: el África occidental francesa y el África ecuatorial francesa.
Una de las preguntas centrales en este asunto es: ¿Qué factores contribuyeron a esa política imperialista-colonial de Europa occidental en África (o en otros lugares) a principios del siglo XX? En realidad, había varios ingredientes cruciales:
- El progreso del exitoso proceso de industrialización en Europa occidental estableció una mayor demanda de nuevas fuentes naturales, fuerza laboral y mercados.
- La colonización fue una de las varias salidas para resolver las tensiones sociales contemporáneas dentro de las sociedades de Europa occidental (por ejemplo, la idea de Joseph Chamberlain, que vio la colonización como una salida).
- Las rivalidades geopolíticas entre los estados de Europa occidental se trasladaron fuera de Europa, pero en particular a África. De hecho, esto significó más precisamente que muy a menudo los incidentes geopolíticos entre las potencias de Europa occidental, especialmente entre comerciantes competidores, en África alcanzaran en varios casos el estatus de grandes crisis internacionales que podrían provocar incluso guerras paneuropeas.
- Las iniciativas emprendidas por los agentes locales de Europa occidental, que se produjeron en rápida sucesión, pusieron en marcha la indigna competencia por la posesión territorial de África. Fue el resultado del apoyo dado por los países metropolitanos a las actividades descoordinadas de sus ciudadanos y contratistas en esos lugares. De hecho, ellos (como Cecil Rhodes, por ejemplo) decidieron que la manera favorita de salir de los enfrentamientos político-militares a gran escala, ya fuera con unidades políticas africanas o con otros estados de Europa occidental, era simplemente ocupar alguna tierra africana antes de que los demás hicieran lo mismo.
En los territorios occidentales del continente negro africano (al sur del Sahara en los amplios territorios de Sudán), los franceses tomaron las iniciativas locales centrales. Lo crucial fue que el ejército francés intentara ocupar el territorio del río Senegal hacia el alto río Níger.
De hecho, Francia negó en Europa la venganza militar contra Alemania (Prusia) por la derrota de 1870-1871 durante la guerra franco-prusiana, cuando después de la guerra los alemanes ocuparon (las tierras históricas de habla alemana) de Alsacia y Lorena (Lotaringia). Sin embargo, Francia, con la aprobación alemana, buscó la gloria imperial en las polvorientas sabanas al sur del Sahara en África (la región de Sudán).
No obstante, esa política francesa condujo al conflicto con el imperialismo británico en Gambia y Sierra Leona, seguido por estados africanos como Samory o al-Hajj Umar. La rivalidad anglo-francesa existió a lo largo del litoral de África occidental en las zonas de la Costa Dorada (la penetración británica comenzó en 1874), Togo (junto con la rivalidad con Alemania), Dahomey y Yoruba. Después de la decisión unilateral británica de invadir y ocupar Egipto en 1882, la política francesa hacia el Reino Unido se deterioró significativamente. Sin embargo, después de 1882, hubo intervenciones coloniales de otros estados de Europa occidental (Alemania, Bélgica e Italia) que finalmente dividieron África. Una vez que comenzó la partición del continente, África quedó colonizada en poco tiempo: tres décadas.
Colonias en África en el siglo XIX y antes de la Primera Guerra Mundial (Haga click para mayor resolución)
Después del viaje transafricano de Henry Morton Stanley de Este a Oeste en 1874-1877 y especialmente por el río Congo en África Central, el rey belga Leopoldo II (1865-1909) puso a Stanley a su servicio personal. HM Stanley regresó en 1879 a la región del Bajo Congo, donde estableció el marco del gran territorio privado como dominio personal del rey belga Leopoldo II (Estado Libre del Congo) en la cuenca del río Congo, rica en recursos naturales. Sin embargo, tanto la exploración como las actividades políticas de Stanley estimularon a los demás estados de Europa occidental a hacer lo mismo en África.
Por ejemplo, el italiano de Brazza concluyó varios acuerdos con los líderes tribales africanos locales y, cuando regresó a Europa, Francia aceptó sus reclamos. Las tropas francesas de Gabón ocuparon el territorio del Congo francés, que pronto pasó a formar parte de la región del África Ecuatorial Francesa. Por supuesto, tal comportamiento francés provocó inmediatamente respuestas del Reino Unido y Portugal en la región, pero debido a Alemania, esto quedó en nada. En otras palabras, Berlín compró el pensamiento francés de venganza militar por los territorios perdidos ante Alemania durante la guerra franco-alemana de 1870-1871, tras lo cual Prusia unificó Alemania permitiendo a Francia tener manos libres en África. Al mismo tiempo, Alemania estaba chantajeando al Reino Unido por la ocupación británica de Egipto en 1882.
Alemania Unida (el Segundo Imperio Alemán) entró en la lucha por África ocupando tierras en cuatro regiones muy separadas: Togo (entre las posesiones británica y francesa), el Camerún en 1884 (entre la Nigeria británica, el África ecuatorial francesa y el Río Muni portugués), el África sudoccidental alemana (entre colonias británicas y portuguesas) y el África oriental alemana desde 1885, cuando se ocupó Dar es Salaam (entre posesiones belgas, británicas y portuguesas). Por lo tanto, las colonias africanas alemanas eran como cuñas entre las colonias de otras potencias imperialistas de Europa occidental. En consecuencia, las actividades coloniales francesas y alemanas en África occidental llevaron a Londres a ser más activa en la región, particularmente para asegurar el territorio que más tarde pasó a ser conocido como Nigeria (rico en petróleo natural). Sin embargo, el lejano interior de África Occidental fue dejado a los colonos franceses que a finales del siglo XIX arrasó toda la región del Sudán Occidental (conocido como Sudán francés).
Nota del editor del blog: Sigue siendo tema de acalorado debate la célebre Conferencia de Berlín 1884-1885 cuya hipótesis principal de muchos historiadores refiere a la "repartición europea de África", ¿qué tan verídico es esa aseveración?, lo repasamos brevemente en un anexo final.
Todas las grandes potencias de Europa occidental involucradas en la competencia por la partición de África tenían diseños geopolíticos y económicos de amplio alcance. Por ejemplo, Alemania planeaba ocupar las posesiones portuguesas y al menos parte del Congo. De esta manera, Berlín crearía un imperio grande y rico en África Occidental y Central.
París tenía las mismas ambiciones imperiales en el África Occidental Francesa, que se extendía desde el mar Mediterráneo en el norte hasta el río Congo en el sur. Con el fin de contrarrestar la penetración más profunda de Francia y Alemania en África, Londres impulsó sus políticas expansionistas desde tres direcciones:
1) Colonos británicos (Cecil Rhodes Company “Pioneer Column” en 1890) desde Cape Colony hacia el norte a través del territorio de Bechuana (más tarde Bechuanalandia Británica) y el Estado Libre de Orange vía Transvaal hasta el lago Tanganica (estableciendo las provincias de Rhodesia del Sur y Rhodesia del Norte);
2) Compañía Imperial Británica de África Oriental desde Mombasa que establece el África Oriental Británica (más tarde Kenia) hasta el lago Victoria (Uganda fue ocupada en 1893; y,
3) Desde Egipto vía Sudán hasta Gondokoro donde se encontraron con las tropas británicas de Uganda. Entre Egipto y Uganda, se estableció el Sudán anglo-egipcio (Condominio Sudán-Anglo-Egipcio) en 1899.
La idea era formar una franja continua de posesiones coloniales británicas desde Alejandría en Egipto hasta Ciudad del Cabo en Cape Colony (futura Sudáfrica). Sin embargo, entre las posesiones británicas del norte y del sur en esta supuesta franja continua existían el África Oriental Alemana y el Congo Belga. Es importante señalar que diseños geopolíticos y económicos tan diferentes enfrentaron al Reino Unido y a Francia en Fashoda (hoy en Sudán del Sur) en 1898 (Incidente de Fashoda, el 18 de septiembre) y casi condujeron a enfrentamientos militares directos y probablemente una guerra entre los dos estados, ya que ambos querían conectar sus dispares posesiones coloniales (África Ecuatorial Francesa con la Somalilandia francesa versus el Sudán anglo-egipcio británico con Uganda).
Las colonias alemanas en el sudeste y suroeste de África tuvieron un impulso directo para el resurgimiento de las ambiciones imperialistas portuguesas en el continente. Al mismo tiempo, la amenaza real de la expansión afrikaner (grupo étnico sudafricano predominante descendiente de colonos holandeses que llegaron por primera vez al Cabo de Esperanza en 1652) llevó a la penetración británica en el interior de África Central hasta la colonia alemana de África Oriental Alemana. Estos territorios conquistados se conocieron más tarde como Rhodesia, Zambia y Malawi. La fuerza impulsora detrás de ese expansionismo colonial británico hacia África Central fue el industrial y político Cecil Rhodes. De manera similar, la colonización alemana en África Oriental (Tanganica o África Oriental Alemana) produjo una contrapolítica británica cuando el Primer Ministro del Reino Unido, Lord Salisbury, reclamó los territorios alrededor de los Grandes Lagos (más tarde Uganda) y el territorio intermedio hasta el litoral (África Oriental Británica, más tarde Kenia). Después de 1882, el poder colonial británico en Egipto fue sacado de esa provincia para intervenir en los asuntos de Sudán, que se había rebelado contra Egipto en 1881 bajo el líder religioso islámico, el Mahdi (Estado Mahdista en Sudán, 1881-1898).
Mapa de África en 1886, con la delimitación de la cuenca del Congo y las posesiones europeas –la mayoría de ellas en la costa africana. (Tomado de Rare Maps.com)
Simultáneamente, el éxito colonial francés en África occidental después de 1871 (ocupación de Gabón en el Congo occidental, conquista del antiguo estado de Dahomey en 1893 y avance hacia el lago Chad en las tres direcciones) obligó al Reino Unido a movilizar los recursos de la Royal Niger Company con el fin de ocupar los emiratos de Nupe e Ilorin, y participar en varios enfrentamientos militares tanto con las fuerzas coloniales francesas como con las unidades políticas africanas locales dentro de su zona comercial. Esta tensión colonial franco-británica alcanzó su punto máximo en 1898, cuando el comandante francés Marchand, después de dos años de marcha desde Gabón, casi chocó con las tropas británicas en Fashoda, en el río Nilo Blanco. En esta ocasión, Londres y París apenas evitaron una guerra abierta.
Después de la ocupación británica de Egipto en 1882, la partición de África, que comenzó como un proceso bastante pacífico, empezó ahora a provocar cada vez más derramamiento de sangre. Los italianos invadieron Etiopía desde la Somalia italiana (ocupada en 1889-1892) y Eritrea en 1895, pero las tropas etíopes infligieron una dura derrota a los italianos en Adowa en 1896. En 1898-1899, alrededor de 20.000 sudaneses murieron durante la ocupación británica del estado mahdista. De manera similar, las tropas de colonos británicos dirigidas por Cecil Rhodes estuvieron involucradas en serios enfrentamientos armados con Matabele y Mashona mientras avanzaban hacia el norte desde Cape Colony. En general, las tropas coloniales blancas de Europa occidental, especialmente las británicas, empezaron a depender cada vez más del rifle de repetición (repetidor) y del cañón Maxim (construido en 1884).
El conflicto colonial en Sudáfrica alcanzó su punto máximo durante la Guerra de los Bóers de 1899-1902, en la que Londres finalmente consiguió con gran dificultad el control del territorio de Transvaal con ricas minas de oro (descubiertas en 1886) y ocupó las repúblicas afrikaner. Fue en 1896 cuando comenzaron los enfrentamientos militares con el fallido Jameson Raid que destruyó significativamente la influencia política personal de Cecil Rhodes pero no su política de colonización, ya que fue apoyada y continuada por Chamberlain (el Secretario Colonial del Reino Unido) y Milner (el Alto Comisionado en Ciudad del Cabo). De hecho, los pueblos africanos, por un lado, en muchos casos se opusieron amargamente a las políticas coloniales de las grandes potencias de Europa occidental, pero por otro, nunca se unieron con el propósito de ofrecer una resistencia más fuerte y, al mismo tiempo, se los pudo abordar fácilmente poco a poco.
A principios del siglo XX, entre unos pocos estados africanos que todavía tenían una cierta independencia, Libia fue invadida por Italia en 1911 (la guerra ítalo-otomana de 1911-1912), y Marruecos sobrevivió hasta 1912 antes de dividirse entre Francia y España (Sáhara español, hoy Sáhara Occidental, incluida la colonia española de Río de Oro establecida en 1885). En el resto de África, excepto Etiopía y Liberia, ondeaban algunas de las banderas coloniales de Europa Occidental.
En conclusión, a pesar de la rapidez y aparente facilidad de la partición final, en casi todas partes los colonizadores de Europa occidental encontraron resistencia por parte de la población local a su brutal invasión del “Continente Negro” entre 1882 y 1912. Sin embargo, gran parte de la resistencia fue enfrentada poco a poco y a menudo utilizaron a otras tribus africanas como aliadas, pero cierta resistencia fue mucho más seria, como la de Samori ante los colonizadores franceses en África occidental en 1887-1896, mientras Etiopía y Liberia experimentaban la independencia. En todos los casos de colonización exitosa, la política de los europeos occidentales fue dividir y vencerás (divide et impera). Los europeos occidentales, sin embargo, tenían una abrumadora superioridad técnica en materia de equipamiento militar.
ANEXO del editor del blog
La "Conferencia de Berlín"
La Conferencia de Berlín (entre el 15 de noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885), debería ser mejor descrita como "el mito sobre la Conferencia de Berlín" ya que se considera, generalmente, como el momento en el que las potencias coloniales europeas se sentaron a la mesa para repartirse el continente africano. Sin embargo, en realidad la conferencia no dividió el continente, más si generó las condiciones para hacerlo, en esos momentos la colonización aún no constaba como un objetivo primordial. Una breve explicación basada en algunas investigaciones:
En el libro "The Sharing of Black Africa", el historiador francés Henri Brunschwig desenrolla la hipótesis sobre las erradas interpretaciones sobre esa Conferencia que en si no alteró la situación preexistente en relación con el continente africano. Brunschwig explica por qué la interpretación que se le da es una afirmación tardía (en contra del real propósito de la Conferencia) y que solo apareció alrededor de la Primera Guerra Mundial. Antes ningún historiador, ni diplomático, ni político habían puesto a la Conferencia de Berlín como un acto que específicamente tratara sobre el reparto europeo del África. Cabe destacar que a ese evento diplomático, a más de los imperios europeos, fueron invitados a participar representantes del Imperio Otomano y de los Estados Unidos de América.
A partir de principios del siglo XX aparecieron en Francia muchas obras de literatura histórica que en su gran mayoría representaron a la Conferencia de Berlín como el momento clave en que las naciones de Europa se unieron para dividirse entre sí el continente africano. Los documentos de la época son claros, indican que la división de África no estaba en la agenda (la lectura de la ponencia principal de esta entrada también va por ese camino, y no brinda la menor atención a la mencionada Conferencia). En sinopsis, puntualicemos por qué seguimos creyendo la hipótesis del "reparto africano".
"La Conferencia de Berlín había consagrado la doctrina del interior. Con base en esa doctrina, la posesión de un territorio en la costa daba derecho a las regiones del interior de una determinada nación, las cuales podían retirar sus fronteras indefinidamente, hasta toparse con una posesión, zona de influencia o un estado vecino. Si se aplicara al continente africano, la doctrina del interior del continente garantizaría a las naciones europeas derechos de propiedad sobre las regiones del interior del continente, basados en la posesión de regiones costeras -estas últimas ya prácticamente ocupadas por los europeos cuando se celebró la conferencia-. Por tanto, en la práctica, esta doctrina podría apreciarse como la división de África. Sin embargo, no hay ninguna referencia a este principio en las actas generales de Berlín, lo que hace que sea erróneo decir que la ocupación de la costa definió la división del interior del continente".
La “carrera por África” -especialmente en las dos últimas décadas del siglo XIX- tuvo un enfoque central: el río Congo, cuyo dominio impulsó las disputas sobre esta región.
- Hasta la década de 1880 solo las regiones costeras del continente africano habían sido ocupadas por los europeos.
- Las resoluciones de la Conferencia fueron más modestas. Alemania y Francia, ya antes habían decidido los tres puntos básicos de los debates en Berlín: 1) libertad de comercio en la cuenca y el estuario del río Congo; 2) libertad de navegación en los ríos Congo y Níger; y, 3) formalidades ha cumplirse para que nuevas ocupaciones en la costa de África se consideraran efectivas.
- Los representantes europeos reunidos en Berlín también definieron las reglas de legitimación de futuras anexiones en las costas del continente africano. A partir de ese momento, para que las nuevas posesiones o protectorados se consideraran eficaces, sería necesario enviar una notificación a los demás países firmantes del acta, para facilitar posibles reclamaciones. El artículo específico del acta se refiere únicamente a las regiones costeras del continente africano, dejando de lado las regiones del interior. Ese acto desmiente las interpretaciones del reparto de África mediante la Conferencia de Berlín.
- La trata de esclavos fue otro tema debatido en Berlín, aparece brevemente en el documento final de la reunión, solo mereció un párrafo. La prohibición del tráfico no se extendería a todo el territorio africano, sino que se limitaría a la zona alrededor del río Congo. En la práctica no fue así, fue una de las principales justificaciones de las incursiones coloniales.
- Otro elemento que contribuyó a consolidar la falsa imagen de la Conferencia fueron las representaciones gráficas (caricaturas en su mayoría) que aparecieron a lo largo del evento y publicadas en los periódicos de la época que hacían alusión al "reparto de África".