por Tito Andino
Este sitio -lo he repetido en varias ocasiones- no relata guerras, ni combates, ni cuantos misiles lanza uno u otro bando, o cuantas victimas producen esos intercambios de misiles. Ahora, de poco sirve repetir los acontecimientos diarios de las batallas entre Israel e Irán cuando tenemos una gran cantidad de información a través de canales de YouTube y prensa alternativa (descartando los medios masivos de desinformación o, mejor dicho, de embrutecimiento masivo). El interés de este blog se sitúa en el análisis geopolítico de los conflictos del mundo contemporáneo.
En este artículo vamos a repasar de la forma más concisa posible el dilema o tragedia iraní a través de las últimas décadas, desde el momento que decidió reclamar su derecho a utilizar la energía nuclear con fines pacíficos, conforme la legislación internacional, cosa que disgustó a Occidente y al pequeño pero belicoso estado de Israel. Han pasado varias décadas desde la declaración de la intención de desarrollar la energía nuclear por parte de Irán, siendo hoy evidente, cristalino, que si Irán hubiese decidido desarrollar armas nucleares por sus propios medios lo habría conseguido hace mucho tiempo y con eso ninguna política de amenazas, intimidaciones o llamadas a “negociaciones” hubiese tenido lugar. Disuasión nuclear se llama el cuento que por ejemplo emplea Corea del Norte.
Es probable, dirán algunos, que las sanciones internacionales e incluso la larga lista de asesinatos selectivos a científicos nucleares iraníes impidieron que Irán obtenga la bomba o mayor tecnología extranjera para su programa nuclear, cabe dentro de una hipotética probabilidad. A groso modo, por diferente canales, Irán hubiese obtenido un arma nuclear si hubiese puesto empeño en ello. Aquí cabe preguntarse, ¿cómo obtuvieron armas nucleares países como Corea del Norte, Pakistán y la India?, o, un mejor ejemplo, ¿cómo se hizo Israel con la bomba atómica y su actual arsenal nuclear?
Apreciamos que la forjada “crisis” nuclear iraní es de larga data, al menos está registrada concienzudamente desde 2003.
Los cancilleres del Grupo 5+1, Irán y la Unión Europea en la firma del Acuerdo Nuclear con Irán en 2015. El gobierno de Barack Obama encabezó las negociaciones.
El 2 de abril de 2015, Irán y las potencias nucleares: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia, más Alemania, -conocidos como el G5 + l, en Lausana - Suiza, llegaron a un acuerdo nuclear que aseguraba el levantamiento de las sanciones impuestas por EEUU y la Unión Europea a la República Islámica de Irán. Un largo proceso que duró más de una década, se pensaba que podría tener un final feliz, pese a la insatisfacción y quejas de Israel. El Organismo Internacional de la Energía Atómica -OIEA- procedió a inspeccionar los reactores nucleares de Irán, los informes fueron favorables por lo que Estados Unidos y sus socios de Europa declararon que no había razones para desconfiar de Irán, asumiendo que el programa nuclear de Irán no tiene fines militares sino una potencial producción energética y la investigación científica en diferentes aspectos no letales.
No obstante, conforme el acuerdo, Irán debió restringir su programa de desarrollo nuclear durante 25 años. En los primeros quince aceptó no edificar nuevas centrales nucleares, eliminar un alto porcentaje de las reservas de uranio enriquecido y comprometiéndose a no enriquecer uranio por encima del 4% en esos 15 años. En los siguientes diez años, es decir hasta 2025, Irán aceptó no llevar a cabo el enriquecimiento de uranio, aceptó recortar la investigación nuclear, reducir casi en dos tercios sus centrifugadoras, el monitoreo e inspecciones periódicas con el propósito de controlar un uso o desvió no autorizado, entre otros puntos. Si en algún momento Irán no cumplía con lo pactado las sanciones volverían a entrar en vigor.
¿Qué obtuvo Irán a cambio? Un supuesto levantamiento internacional de las sanciones económicas y el fin del embargo comercial (que no se cumplió a cabalidad). Es cierto, no hay que ocultarlo, el líder supremo de Irán, ayatolá Alí Jameneí y el ex presidente iraní, Hasan Rohani, fueron criticados por los “Guardianes de la Revolución” por haber concluido este acuerdo. En igual sentido, Israel criticó duramente a sus socios.
Una CRONOLOGÍA de la crisis nuclear que terminó con los acuerdos de 2015, la tenemos registrada de en el siguiente enlace VER AQUÍ.
8 de mayo de 2018, el presidente Donald Trump hace su anuncio desde la Casa Blanca, Estados Unidos abandona el acuerdo nuclear con Irán.
Sin embargo, Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, en su primer mandato, anuncia unilateralmente el 8 de mayo de 2018 que su país abandona el acuerdo firmado por varias potencias internacionales para limitar el programa nuclear iraní; además, vuelve a reestablecer las sanciones anteriores al acuerdo nuclear, advirtiendo que "cualquier país que ayude a Irán también podría ser sancionado". Su pretexto, como siempre, fue que "el acuerdo fue tan mal negociado que incluso si Irán cumple con todo, el régimen estaría al borde de conseguir armas nucleares en un corto periodo de tiempo", terminó acusando a Irán de "patrocinador del terrorismo". Con eso Estados Unidos, una vez más, demostraba a Irán de que jamás serán "amigos".
Desde ese momento (primera presidencia de Trump) la Guerra Hibrida de baja intensidad que se libraba contra la República Islámica de Irán desde hace mucho se incrementa. Aunque Europa intentó respetar los términos del Acuerdo de 2015 tuvieron que unirse a la decisión del jefe, Irán solo podía sobrevivir a través de Rusia, China y Eurasia en sus relaciones de libre comercio.
Desde entonces, en cada oportunidad, Occidente lanza concurrentemente los típicos rumores de vientos de guerra en el Golfo Pérsico y otras zonas del Próximo Oriente, los portaaviones se han desplazado una y otra vez por el Mediterráneo y en las aguas del Golfo, se ha ordenado la movilización de miles de tropas estadounidenses y de la OTAN bajo el pretexto de siempre: “El programa nuclear iraní y el desarrollo de armas de destrucción masiva que ponen en peligro al mundo libre”.
Como indicamos, las tareas de desestabilización de Irán nunca dejó de estar activa desde la revolución islámica (1979), periódicamente se recrudecen, guerra con Irak, asesinatos, deserciones compradas, atentados terroristas, ataques directos israelíes a bases iraníes, nuevas sanciones, reactivación de grupos terroristas armados dentro de Irán o en países fronterizos (kurdos y la secta de la muerte terrorista MEK), generalmente conocidas en Occidente como la “oposición iraní”, bajo el auspicio de Estados Unidos. Y, que decir de la fallida “Primavera Iraní” de enero 2020.
La estratégica posición geopolítica de Irán, “obliga” a las grandes potencias coloniales a meter las manos en sus asuntos, sin el menor resquicio de duda, uno de los factores es el intento de privar a Irán del control estratégico de las rutas de navegación, el petróleo y otros recursos. El Estrecho de Ormuz no es poca cosa, es el embudo del petróleo mundial. No es solo el temor a que Irán desarrolle su propia arma nuclear, es importante terminar con el poder energético de Irán, controlar sus reservas de petróleo y gas natural, de las que Irán ocupa un lugar predominante en el mundo.
Tampoco podemos tapar el sol con un dedo, como consecuencia y para eludir las sanciones, Irán expandió ambiciosos programas geopolíticos regionales que culminaron con sangrientas disputas armadas por su presencia indirecta en Líbano, Siria, Irak, Yemen, eso fue y es evidente. Debemos ser correctos, no se trataba solo de actuar en defensa de la comunidad religiosa chiita, Irán ha intentado consolidarse en la región y por largos años lo consiguió. Por sentado, la decisión de involucrarse en conflictos regionales se debió también a la necesidad de proteger su integridad territorial, sus enemigos en la región son un peligro existencial: Israel y Arabia Saudí (hoy en menor medida), protegidos por EEUU.
Se ha dicho que si Israel tiene derecho a las supuestas "medidas preventivas", amparándose en el derecho a la legítima defensa para atacar en territorios extranjeros a sus supuestas amenazas, lo mismo aplicaría a la política iraní para defender su integridad territorial, fue vital para la supervivencia de Irán, como nación y su derecho a mantener relaciones comerciales con el resto del mundo, defender el derecho de la soberanía siria, cuya caída, ahora, ocasionará aún más el bloqueo del comercio iraní a través del Mediterráneo, imposibilitando que pueda conectarse con Siria y el Líbano vía Irak, por esa razón las naciones enunciadas han sido destruidas.
Incuestionable, también confluyen cuestiones de índole religiosa. Irán es, por usar el término, el protector de los chiíes y apoya a las milicias del Hezbolá (Líbano), Al Hashd Al Shaabi (Irak), Ansarolá (Yemen) en su lucha por la defensa territorial de esos países y en contra de las agrupaciones yihadistas armadas y patrocinadas por Estados Unidos, OTAN, Israel y las monarquías del Golfo Pérsico, que en la práctica son los grupos de desestabilización de la región. Hemos señalado en otras ponencias que grupos como al Qaeda, Estado Islámico, al Nusra, HTS (Hay'at Tahrir al-Sham) y otras organizaciones pertenecen a la corriente que divulga el wahabismo y son utilizadas para desestabilizar a los países que integran (o integraron) el llamado "Eje de la Resistencia".
Como ha venido acontecido en estos recientes años, Irán perdió finalmente esta guerra, Siria cayó, Líbano quedó, una vez más destruido, Yemen resiste como puede bajo una espantosa hambruna, Irak no tiene perspectivas de levantarse por las próximas generaciones.
Desde aquellos años en que Mister Trump decidió terminar unilateralmente el acuerdo nuclear han devenido demasiados sucesos, imposibles de enumerar y explicar, al igual que el acuerdo de 2015, una nueva fase de negociaciones ha operado discretamente, siempre bajo la mala cara de Israel.
Ya es una vergonzosa costumbre las visitas del primer ministro de Israel Netanyahu a la Asamblea General de la ONU, siempre acompañado de un dibujito de una bomba para "advertir" al mundo e implorando que se impida que Irán obtenga un arma nuclear. Por un interminable tiempo Netanyahu ruega a Estados Unidos para iniciar un conflicto que termine con la destrucción de Irán, los pretextos están expuestos y conserva sus partidarios en Washington donde algunos creen que es un mandato "divino", conforme aducen muchos predicadores fundamentalistas de la política.
Israel teme aventurarse solo contra Irán, no importa que digan que su dios los protege, necesita la bendición de la Casa Blanca y el Pentágono. En realidad es Estados Unidos quien controla los componentes clave del sistema defensivo aéreo de Israel (STRATCOM, Comando Estratégico de Estados Unidos), por lo mismo, es imposible que Israel haya desatado esta última guerra contra Irán sin la participación conjunta de Estados Unidos y la OTAN o al menos la promesa de no dejarla sola si la aventura fracasa.
Es un hecho histórico bien documentado en este blog que Israel ha intentado bombardear las instalaciones nucleares de Irán en 2008, 2010, 2011, 2012, 2018, etc. ¿Por qué se abortaron esas incursiones planificadas anteriormente? Las operaciones fueron canceladas por la oposición de algunos ministros y servicios de inteligencia israelí y porque no tuvieron suficiente respaldo de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, que expresaron sus dudas sobre la eficacia y objetivos de la acción. Sobre todo lo anterior, Estados Unidos/OTAN, incluso ante la ira israelí, trabajaron secretamente con el gobierno iraní el 'Acuerdo Nuclear' suscrito en 2015. En 2018 Netanyahu estimó el momento oportuno cuando Trump rompió unilateralmente el Acuerdo Nuclear.
La Resolución 559, junio de 2023, del Congreso de EE.UU acusa a Irán de poseer armas nucleares,. Tácitamente da "luz verde" para desatar la guerra contra Irán, reconociendo y apoyando la libertad de acción de sus aliados. La amenaza israelí se ha concretado el 13 de junio del 2025. Cuesta mucho creer, pese a la negación de Trump, que el ataque no haya sido consentido por Estados Unidos, quien se verá “obligado” a apoyar a su amigo si las cosas no marchan bien.
El confrontamiento irano-israelí ha iniciado con bombardeos sorpresa y asesinatos en territorio iraní y la siguiente fase de intercambio (ataques) mutuo de misiles. Irán optó por lo lógico, al no tener la capacidad tecnológica para hacer frente a las fuerzas aéreas de Israel, Estados Unidos y la OTAN, emprendió el diseño y desarrollo de misiles balísticos capaces de causar severos daños a su enemigo.
Israel soñaba con esta guerra a pesar de los daños que pueda encajar, este es el momento anhelado por décadas, maneja el mismo pretexto para acabar de una vez por todas con Irán, quiere destruir las instalaciones nucleares porque sabe que Irán no posee el arma nuclear y ya no podrá sentirse tentado a desarrollarla; las cosas no le salieron bien a Israel, por el momento ha causado el efecto contrario y otro no deseado, los iraníes se verán obligados a obtener el arma nuclear disuasoria. Israel puede estar seguro, pese al discurso hipócrita negándolo, de que de buena o mala gana, Estados Unidos, Gran Bretaña, la OTAN intervendrán en su apoyo. Estados Unidos e Israel también manejan un sistema integrado de defensa aérea desde 2009, el sistema integra las defensas antimisiles de Israel con la red global de detección de misiles de Estados Unidos, que incluye satélites, barcos Aegis en el Mediterráneo, el Golfo Pérsico y el Mar Rojo, radares e interceptores con base en tierra. Desde 2017 está activa la base permanente de defensa aérea de los EEUU en el desierto del Néguev.
Sin ser cansino, según Israel, no habrá paz mientras se mantenga el régimen de los ayatolás en Teherán. El trabajo sucio israelí al aliarse con el yihadismo sunní enemigo de Irán ha dado frutos en Siria, destruir al gobierno sirio no era el objetivo, Bashar al Assad era solo un obstáculo, "el camino a Teherán pasa por Damasco", dijo Netanyahu, y de pasó acabó con la resistencia de Hezbolá en el Líbano. Siria ya no existe como amenaza, la fuerza aérea israelí dispone de libertad de acción en el espacio aéreo sirio, Bagdad no tiene el menor recurso material tecnológico para impedirlo, el camino se acorta hacia Teherán. ¿Qué significa eso? Si Irán no “negocia”, las imposiciones que ya están preparadas, habrá guerra, si no se “rinde” quizá se desate una gran guerra en Oriente Medio y Asia Central. La gran meta, el objetivo del siglo XXI de Israel es destruir Irán, si es necesario usando artilugios nucleares. Puede que Israel piense que ha llegado el momento adecuado.
Retrocedamos a las “conversaciones”, “diálogos”, “negociaciones” a las que se ha visto obligado a acudir Irán desde 2018. El Líder Supremo de Irán estaba negociando en secreto con la administración Biden un nuevo acuerdo nuclear para antes del 5 de noviembre de 2024, fecha de las elecciones presidenciales en EEUU, que las ganó Trump. Se cree, es una hipótesis, que esa decisión iraní de “negociar”, mejor dicho, verse obligado a llegar a un nuevo acuerdo pudo haber sido la sentencia del Eje de la Resistencia, Siria cayó. ¿Una trampa? En esos momentos el Líder Supremo y el mando del IRGC optaron por no arriesgarse a una Tercera Guerra Mundial. ¿Irán fue chantajeado por Occidente?, presumiblemente. El electo presidente Trump prometió atacar las instalaciones nucleares iraníes, las amenazas israelíes y estadounidenses de destruir el país persa han sido constantes si no "negocia" un estatus nuclear. Así llegó el 13 de junio de 2025, a dos días de una nueva reunión con Estados Unidos, Israel atacó a traición.
Tampoco debemos pensar que Irán actuó ingenuamente, el liderazgo iraní tomó la decisión de no desatar una guerra mundial, pero aquel acto pudo implicar el sacrificio de Hezbolá y Siria (del "eje de la resistencia", en general). Irán no ha bajado la guardia -reposicionándose a la defensiva- es consciente que Israel quiere destruirlo, a pesar de cualquier acuerdo que pudiera concluir secretamente con otros. Deberíamos olvidarnos del rumor de que existe un acuerdo militar entre Rusia e Irán, no existe tal cosa, algo distinto es que se haya rubricado un acuerdo de cooperación e intercambio tecnológico y militar, algo distinto a un pacto o alianza militar.
¿Quién protegerá a Irán? Nadie (salvo el apoyo diplomático de China y Rusia). La diplomacia, por supuesto actuará, intentará una "tregua" entre Irán e Israel; otro escenario es que los quinto-columnistas activos en Irán derroquen, con apoyo extranjero, al gobierno de los ayatolás.
Conclusión
Finalmente, a lo largo de las últimas décadas, Irán ha llegado a comprender que negociar con Estados Unidos -siempre bajo presión- significa la política mafiosa del: “Aceptas mis reglas o te mueres”. Los hechos actuales (junio 2025) son claros. Trump mintió, siempre lo ha hecho con sus mensajes de paz, dice no querer más guerras, bonita forma de seducir a sus potenciales víctimas, y eso debe tenerlo bien descubierto Rusia. No es verdad lo que anuncia Trump (“paz”), porque sencillamente esa no es la política exterior de Estados Unidos, una nación que vive de la guerra, su principal industria está destinada a desarrollar y producir armamento que lo venderá a precio de oro luego de fomentar conflictos por el mundo, a propósito, la guerra le viene bien a Estados Unidos en estos tiempos de crisis interna.
El plan Israelí pese a sus rotundos bombardeos y asesinatos ha fracasado, en vista de eso, ahora sí, “llamamos al diálogo” vocifera Trump, él y Netanyahu están alarmados ante la seriedad de la respuesta iraní. Trump pide diálogo urgente, ordena a sus funcionarios contactar con Teherán, mientras sus flotas aéreas y marítimas se desplazan a la zona de guerra. Irán ya debe haber asimilado que no es posible un “diálogo” bajo presión y amenaza militar. Los iraníes no tienen ninguna garantía, los han engañado una y otra vez. Estados Unidos, como intermediario de Israel, dio la cara en las anteriores “conversaciones”, pero todo fue una cruel treta, la traición estaba servida, ya no son sujetos de confianza cuando te apuñalan por la espalda, burlándose del gobierno y del pueblo de Irán.
¿Sobre qué pueden hablar, con que cara los representantes de EEUU pueden mirar a las autoridades iraníes, quienes si confiaron en la palabra del otro?; para colmo, Estados Unidos reconoció que estaba engañando a los iraníes para que Israel ataque y asesine a los científicos, a su cúpula militar y sus familias, cuando han llamado al pueblo iraní a “revelarse” contra sus gobernantes. Es imposible que pueda haber confianza, todo resquicio de esperanza que todavía existía ha desaparecido tras el miserable acto de traición. Estados Unidos e Israel han roto cualquier certidumbre de diálogo en un tema tan delicado como es la cuestión nuclear, quien sabe, provocando una desgracia de escala global, cuyas consecuencias serán impredecibles, a menos que opere una verdadera diplomacia, si los ánimos se calman.
Aún así, Trump, en nombre de Israel, seguirá buscando un acuerdo nuclear más “blando” para Irán, intentará organizar una nueva ronda de conversaciones ofertando “mejoras” a su anterior propuesta, proposiciones que, por cierto, descartará la desnuclearización de Israel.
No hay nada más que analizar, las palabras del secretario de estado Marco Rubio, refiriéndose a los iraníes al momento del ataque traicionero de Israel y el asesinato del alto mando militar iraní, es elocuente: "Deberían haberme escuchado, les di un aviso de 60 días, Hoy es el día 61, pero todos con los que yo trataba están muertos".
Repitámoslo, solo existió un plan de acción, valerse de los “diálogos”, de las supuestas conversaciones, como un subterfugio o artimaña, incluso se transmitió la sensación de que la evacuación del personal estadounidense de las embajadas, de civiles y militares en la región no era más que otra estrategia para influir en las “negociaciones”, relajar a Teherán para que se centre exclusivamente en llegar a un acuerdo y espere tranquilamente en casa la llegada del 15 de junio, fecha que nunca llegó, Israel los atacó el viernes 13 en pleno shabat.
La opinión pública mundial se adhirió a la idea de que el “pacifista” Trump ordenaba continuar los diálogos. Desde hace mucho toda la trama fue un inmenso montaje diplomático, activando el mecanismo para atraer a Teherán a una falsa sensación de seguridad, Trump preparó a Irán para el último ataque letal de Israel. Trump engaño a Irán, con una mano planteó el tema sobre las negociaciones nucleares, con la otra mano Trump siguió armando a Israel. No hay que extrañarse, es la política de Trump, presenta “propuestas”, si es rentable se hace, sino se ataca a traición, el ejemplo en este sentido es el chantaje mundial de Trump con el tema de los aranceles o el ofrecimiento de poner fin a la guerra en Ucrania, cuando sigue respaldando a los ucronazis.
La gran impostura de Israel y Donald Trump operó conforme lo planeado, diseñado para que Irán bajara la guardia, en el peor de los casos confiara que se trataba de la típica presión estadounidense buscando sus intereses... y en pleno shabat vino el vil ataque traicionero. El conflicto desatado por Israel ha dejado al descubierto las contradicciones y mentiras de Trump. "Lamentablemente" la defensa de Israel no es capaz de interceptar la totalidad de los misiles lanzados por Irán, como lo fue en gran medida ante las acciones de represalia iraníes de abril de 2024. No hay de otra, deberá activarse la fase de defensa conjunta Israel / EEUU.
El objetivo final de Israel y de Estados Unidos es no permitir la existencia del régimen de Irán. Los dos “hermanos” (EEUU-Israel) están de acuerdo en que hay que eliminar al gobierno iraní, o si les gusta el término régimen iraní, que así sea. Esa es la única manera de terminar con el programa nuclear. Prohibir el libre desarrollo energético de las naciones del “tercer mundo”, es la consigna, en especial impedir que Irán enriquezca uranio. En pocas palabras, destruir Irán es el objetivo. Irán ha sido agredido, fue atacado y hace bien en defenderse. Israel disparó primero, atacó por la espalda.
La narrativa de más de tres décadas de los dos caínes pasó del no podemos permitir que Irán enriquezca uranio con fines civiles, conforme las regulaciones del tratado de no proliferación de armas nucleares, peor que llegue a poseer armas nucleares, al no vamos a permitir que el régimen de Irán exista. Hay que destruir Irán.
Somos cortos de memoria, la historia nos viene restregando en la cara la verdad. Estados Unidos permanece firme en la doctrina criminal de Brzezinski, aquel famoso político del ajedrez de la geopolítica mundial (“El Gran Tablero de Ajedrez: La Primacía Estadounidense y sus Imperativos Geoestratégicos”) que consta de cinco fases: Controlar a Ucrania, separar Europa de Rusia, subyugar a Rusia, destruir Irán, aislar China. El plan ha fracasado en la tercera fase, por lo que tienen que seguir adelante con el cuarto punto.
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