Una visión en caricaturas del artista de Leningrado Vladimir Galba.
por Tito Andino
para la selección de textos e ilustraciones
Hace 80 años, entre el 14 y 27 de enero de 1944 uno de los más dramáticos episodios de la Segunda Guerra Mundial, el asedio de Leningrado (900 días de duración), fue levantado por el Ejército Rojo.
"Aquí radica una de las mayores paradojas de la guerra y la paz en los tiempos modernos. Hoy, el aniversario del asedio de Leningrado se ha convertido, sin duda, en una ocasión que Estados Unidos y muchos de sus aliados europeos preferirían no recordar. Sin embargo, tampoco se debe pasar por alto su relevancia contemporánea". (M.K. Bhadrakumar)
También debe destacarse que el gobierno ruso ha exigido (marzo 2023) a la República Federal de Alemania que reconozca oficialmente -entre otras atrocidades del régimen nazi- al sitio de Leningrado como un acto de genocidio.
Esta entrada no debatirá la historia de la sitiada ciudad rusa de Leningrado por los ejércitos alemán-finlandés (1941-1944). Como señalamos en "La batalla de Leningrado en caricaturas" los medios de consulta de esa épica resistencia se encuentra vasta y prolijamente reseñada en la historiografía mundial. Como innovación, recordemos aquellos terribles años con el arma que desquició a Hitler y los mandos nazis, el humor satírico antifascista.
Necesariamente volveremos a recrear pocas caricaturas de "La batalla de Leningrado en caricaturas", pero la particularidad de este post es que nos centraremos en las figuras del exquisito lápiz artístico del maestro de Leningrado Vladimir Galba, acompañado de un resumen del por qué el arte puede matar en la guerra (lamentablemente es imposible abarcar toda su obra).
Y, como es obvio, este post es un homenaje a los artistas de Leningrado de aquellos sangrientos días.
Vladimir Alexandrovich Galba (apellido real Halberstadt) (1908-1984)
Artista de la era soviética, poeta, artista gráfico, cartelista, autor de grotescos dibujos animados antinazis, ilustrador de libros. Miembro de la Unión de Artistas de la URSS y de la Unión de Periodistas de la URSS, Artista de Honor de la RSFSR. Desde 1926, como dibujante, colabora con los periódicos Leningradskaya Pravda, Vecherniy Leningrad, las revistas Neva, Ogonyok, Veselye Kartinki, etc., colaboró con las editoriales Goslitizdat, Detgiz, Soviet Writer, Pravda, entre otras. Desde 1939 fue artista de la asociación "Lápiz de Combate". De 1945-1946 como artista-corresponsal asistió a los juicios de Nuremberg. Su trabajo continúo tras la pos-guerra y durante la "Guerra Fría", haciendo lo que amaba hasta el final de su vida. Fue galardonado con el título de "Artista de Honor de la RSFSR".
Como recordaba el poeta Mijaíl Dudin, los habitantes de Leningrado esperaban con la misma impaciencia los informes del gobierno como las caricaturas de Galba y sus excelentes textos que ridiculizaba a los líderes fascistas, solían aparecer casi a diario en periódicos como el "Leningradskaya Pravda" y en la reconocida "TASS Windows".
El nombre de Vladímir Galba estaba en la lista de enemigos personales de Hitler, en la URSS era el número 5 (Yuri Levitan, locutor de radio soviético era el número 1). El Führer prometió colgar al artista en la Plaza del Palacio inmediatamente después de la captura de la ciudad por las tropas de la Wehrmacht (la misma amenaza corrió contra artistas como los Kukryniksy y otros).
Cuando laboraba para "Lápiz de Combate" Galba participó en operaciones de combate reales. Así es como sucedió la siguiente anécdota.
Ofensiva alemana contra los carteles satíricos
Primavera de 1942, Frente de Leningrado: Los nazis se lanzan al ataque contra los... dibujos animados de Vladimir Galba. Como resultado de la tenaz batalla, los alemanes sufren grandes pérdidas y retroceden a sus posiciones.
Este relato es muy popular, suceso histórico que periódicamente era recordado en la URSS y en la actual Federación Rusa, pero poco conocido en el mundo. Las siguientes líneas son recopiladas y condesadas de diversos medios informativos rusos (notas a pie de página). Aquí un compendio:
Vladimir Galba: "El globo de Goering", 1942. El texto dice: "Ni una bomba caerá sobre Alemania. f) Goering".
Vladimir Galba arribó a su destino, la 291ª División de Fusileros ubicada en la estación de Pesochnaya (suburbios de Leningrado). Los soldados se alegraron mucho al tenerlo en sus filas y compitieron para pedirle que dibujara algo para ellos, lo invitaron a comer gachas concentradas de trigo sarraceno. Sin perder su humor natural en pleno asedio de la ciudad, se puso manos a la obra.
Galba sujetó una hoja de papel grueso a la pared de troncos de la caseta con botones, tomó un lápiz con una mina blanda. Unos minutos más tarde, la multitud se echó a reír al ver a Hitler, que parecía un perro callejero. Entonces el artista pintó un cerdo gordo, Goering, un mono malvado, Goebbels. Y cuando apareció otra caricatura, la risa fue una locura. Un francotirador del Ejército Rojo le dijo a Galba: "¡Lo estás haciendo muy bien, cáustico y preciso! ¿Podrías sacar al enemigo de su escondite?" - "Lo intentaremos", Vladimir Alexandrovich sonrió misteriosamente.
En uno de los regimientos de la división en plena retirada sugirió: "Permítanme dibujar caricaturas de Hitler y sus secuaces. Los agrandaremos y los pondremos encima de la posición más avanzada, dejemos que lo miren desde el otro lado". Era necesario que salgan de su escondite, "ahí es cuando los romperemos como locos". Los oficiales políticos dudaron. Al siguiente día Galba trajo dos dibujos, los instructores políticos los miraron y se echaron a reír. En medio de la risa se pusieron serios y dijeron: "Pero es... Cómo decir... No es del todo decente, o algo así..." Se sabe que el instructor político recibió una orden para organizar esta operación.
Al mismo tiempo, apareció el plan para esa inusual operación de combate. Después de algunas deliberaciones, se volvió a dibujar las caricaturas en cuatro grandes hojas de gasa obtenidos del batallón médico que se cosieron en dos paneles de 3 x 4 metros, fue una propuesta del profesor político Frolov (ampliar los dibujos). Encontraron la forma de hacerlo. Los combatientes dividieron las caricaturas en cuadrados y la transfirieron al lienzo en proporción. De esta manera, la caricatura creció hasta alcanzar el enorme tamaño. Por la noche, se extendía frente a las trincheras fascistas, los exploradores instalaron una lona en dos postes, la segunda se colgó en un soporte metálico de la línea eléctrica. La operación nocturna fue un éxito y a la mañana siguiente el público pudo admirar las obras del artista Galba. Según testigos presenciales, la exposición fue un gran éxito.
Izq. Himmler. Con un revólver y un látigo en las patas, Himmler es un hijo de puta: la Gestapo. Derecha: Hitler. El principal Cerbero (devorador de carne) de la vil manada resultó gravemente herido en el Este. Siente que su fin es inminente, - Cuidemos el plazo. Son tarjetas de la serie "Perros fascistas con correa" de V. Galba (1943)
Está claro que tan pronto como amaneció y los nazis lo vieron todo, los soldados soviéticos escucharon risas homéricas "desde el otro lado", luego, las órdenes igualmente fuertes de los oficiales. Y entonces comenzó un tiroteo frenético con todo tipo de armas y morteros contra los objetivos fijos. Los alemanes saltaron de sus trincheras para arrancar la enorme caricatura del Führer. En el lado soviético abrieron fuego y obligaron a los nazis a retirarse a sus posiciones. Como resultado, la caricatura burlona e indecente de Hitler con agujeros en muchos lugares de la lona colgó frente a ellos durante mucho tiempo, revoloteando en el viento y haciendo reír a la audiencia.
Izq. Goebbels. Sigue siendo un bastardo espeluznante, se es un cruce entre un perro y un pato fascista. Derecha. Goering. El chucho se ha adornado con medallas y cruces, y pronto recibirá otra cruz, de simple madera de álamo temblón. Tarjetas de la serie "Perros fascistas con correa" de V. Galba (1943)
Y entonces los nazis lanzaron un nuevo ataque contra el arte. El ataque terminó tristemente para ellos. Decenas de cadáveres de soldados enemigos quedaron tendidos en tierra de nadie. Se gastó mucha munición. Uno de los lienzos de Galba fue destrozado por las balas. El otro fue retirado por los exploradores de la línea eléctrica por la noche para ser enviado al Museo del Ejército Soviético, donde se conserva hasta el día de hoy.
Las caricaturas representaban a Hitler, en uniforme, con gorra y... sin pantalones, ni siquiera calzoncillos. "Por desgracia, las reglas de la ética no nos permiten describir con exactitud el contenido de los dibujos realizados con un espíritu puramente rabelesiano. Como relató más tarde el comandante retirado Fokine, testigo de este suceso, los lienzos mostraban a Hitler mirando la silueta de Leningrado que se asomaba en la distancia". En el primer dibujo Galba representó la Fortaleza de San Pedro y San Pablo erizada de bayonetas a la izquierda. Y a la derecha, dibujó a un Hitler altiva y sonriente, justo debajo de sus dos satélites descarados, Ryti y Tanner. Y marcó el número: 1941. La expresión en el rostro del Führer y su manada era altanera, una figura en una pose juvenil. Fascista: "Ahora podemos informar que todo Leningrado está en nuestras manos". El segundo dibujo, marcado como 1942, todo estaba representado de la misma manera, solo que bajo una luz diferente: el Führer nazi y sus secuaces lucían patéticos, los rostros de los bandidos estaban arrugados, las figuras hundidas, las poses eran cómicas. Partes individuales del cuerpo de Hitler complementaban los rostros de sus colaboradores más cercanos en hechos sangrientos. En esta caricatura el texto breve e ingenioso decía: "Después de una larga estancia cerca de Leningrado".
"CERCA DE LENINGRADO. (Escrito en el directorio: Todo LENINGRADO). Finalmente podemos informar: "Todo Leningrado está en nuestras manos". Ilustración del libro "Grito relámpago y aullido de Fritz" (1944). Es una interesante variante de la caricatura original de 1942 "Ahora podemos informar que todo Leningrado está en nuestras manos". Autoría: V. Galba
Tal vez este fue el raro caso en que la sátira ayudó a derrotar al enemigo, no en el sentido figurado, sino en el sentido más literal. Los intentos de eliminar las caricaturas de la línea del frente convirtieron a los soldados alemanes que realizaban esa tarea en objetivos para los francotiradores del frente de Leningrado. Los contemporáneos recuerdan que, al hablar de esto, V. Galba bromeaba: "era el caso mismo cuando la sátira mataba en el acto".
Solo hay una cosa que lamentar: Vladimir Aleksandrovich Galba no pudo incluir esos dibujos de la épica batalla en sus álbumes publicados repetidamente por razones éticas hasta el final de su vida. Bueno, el arte requiere sacrificio.
"Cuando la risa es un arma", de V.V. Inchik, es el título del libro de caricaturas y dibujos realizados durante la Gran Guerra Patria y el Sitio de Leningrado por Vladimir Galba. Editor: Universidad Estatal de Arquitectura e Ingeniería Civil de San Petersburgo, 2008 (120 pág). El álbum contiene 100 dibujos publicados por Galba en periódicos, revistas, libros y también en forma de carteles.
Al regresar de la línea del frente a la ciudad sitiada, Galba comenzó a preparar nuevos ataques satíricos contra los invasores. Agotado, pero sin haber perdido el sentido del humor, durante los meses más difíciles del bloqueo no vivió en su casa, sino en la redacción de "Leningradskaya Pravda".
Otros dibujos, carteles y posters de Vladimir Galba
"Para nosotros. Bases U.S.", 1968
Izq. Boceto de la caricatura "!Nueva cerveza vuelve con la vieja levadura"; derecha, "NUEVA CERVEZA DE MÚNICH en su vieja levadura. La llamada plaga racial nacional-democrática, que son todas estas personas abiertamente reconocidas. Una vez más los revanchistas se volvieron locos en las cervecerías de Múnich. Al parecer se olvidaron ¡Cómo ayer sus Führers estaban colgados de una soga!, Serie "Lápices de Lucha", V. Galba, 1967.