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15 julio 2019

Las guerras ilegales de la OTAN empiezan por mentiras.




         ENTREVISTA al historiador DANIEL GANSER (II)

Entrevista concedida en alemán y traducida primeramente al francés por Laurent Bénac y Jonas Lismont (29 noviembre 2017), publicada en la página web Arrêt sur info. Traducido para el sitio web UMOYA por Lucía Olmedo León, Sandra Iscan Luengo, Begoña Carrasco González, Marcos Orcástegui Herbera y Ana Olarte de Santiago (Universidad de Salamanca).

Nota previa del redactor del blog 

En esta entrevista de 2017, el historiador y escritor suizo-alemán, Daniele Ganser, describe las operaciones secretas, el terrorismo de falsa bandera y la geoestrategia. Expone de manera rápida y sencilla el juego geopolítico de las grandes potencias occidentales que derivan en los conocidos conflictos bélicos. Un valioso documento que puede ser tomado como un resumen de su más reciente publicación "Illegale Kriege. Wie die NATO - Lander die UNO sabotieren Eine Chronik von Kuba bis Syrien" (2016), "Las guerras ilegales de la OTAN" (con más de 50.000 copias vendidas solamente en Alemania). Junto a otras publicaciones, como "Europa im Erdölrausch" (2012) "Europa intoxicación petrolera" (obra no traducida que describe la lucha mundial por el petróleo) y el ya clásico "Los Ejércitos Secretos de la OTAN" conforman una abundante fuente de datos que permiten un claro entendimiento de lo que persigue realmente la Alianza Atlántica.

Ganser más que un historiador es un investigador nato especializado en la historia contemporánea que corre desde 1945, así como experto en política internacional. El escritor analiza la entrelazada geopolítica de la energía y la política, exponiendo las implicaciones de gobiernos, servicios de inteligencia, guerras encubiertas, la perspectiva geoestratégica de la paz y de la guerra, la globalización y los derechos humanos, su aporte y del mundo científico busca superar las mentiras y brutalidades a través de iniciativas como el Instituto Suizo para la Investigación de la Energía y la Paz (SIPER) que en definitva analiza y desmonta la agenda oculta de las potencias imperiales en relación con la energía y los recursos.





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Daniele Ganser


➤ Pregunta: Señor Ganser, usted es historiador, especialista en la Historia contemporánea desde 1945 y experto en política internacional. Dentro del Instituto Suizo para la Paz y la Investigación Energética (SIPER) que usted creó y dirige, investiga múltiples temas como la energía y la geoestrategia, los conflictos por los recursos y la política económica, la puesta en marcha de guerras secretas y (diría casi paradójicamente) la paz. Su nuevo libro se titula Las Guerras ilegales de la OTAN. Empecemos hablando de él. ¿Qué hace que una guerra sea legal o ilegal?
Daniele Ganser: Generalmente, todas las guerras son ilegales. La Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945, enuncia explícitamente que los Estados deben resolver sus diferencias sin recurrir a la violencia o a las armas. Por tanto, las guerras son claramente ilegales. Sin embargo, existen dos excepciones a esta regla. La primera es la defensa legítima; si un país es atacado, tiene derecho a defenderse militarmente. La segunda es que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas haya votado un mandato explícito en este sentido.

➤ P: En su libro habla de Estados Unidos como un «imperio». ¿Por qué utiliza este término? En Francia, los medios de comunicación y los políticos van a hablar inmediatamente de «antiamericanismo primario». A propósito, ¿este condicionamiento clásico se produce también en la lengua alemana?
Daniele Ganser: Yo soy historiador. Para mí, el término «imperio» es el que se emplea para describir el país más potente en un momento determinado. Así, hubo un Imperio romano a comienzos de nuestra era. No creo que sea «antiitaliano» hablar del Imperio romano. En el siglo XIX, el Imperio británico vivió su apogeo. No es «antibritánico» mencionar este Imperio. Desde 1945, es decir, desde hace más de 70 años, Estados Unidos es el país más potente. No es «antiamericano» decirlo. Es un hecho.

Hoy en día existen cerca de 200 países en el mundo. Sin embargo, si examinamos los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (sin duda, son los cinco países más poderosos o influyentes), una realidad que salta a la vista es que el gasto militar estadounidense asciende a 600.000 millones de dólares al año, una cifra infinitamente mayor que la de cualquier otro país. China gasta alrededor de 200.000 millones anualmente, Rusia, 70.000 millones y Francia y Reino Unido, unos 50.000 millones cada uno. Además, Estados Unidos dispone de 10 portaaviones y Francia, solo de uno (el Charles de Gaulle R91), como Rusia y Reino Unido. China, por su parte, cuenta con dos desde hace poco (aunque el segundo todavía no está en funcionamiento). Estados Unidos tiene bases militares en más de 40 países, como la de Guantánamo en Cuba o la de Ramstein-Miesenbach en Alemania. Francia cuenta con bases militares en 11 países distintos, como Alemania o países africanos como el Chad, Malí, Níger o Yibuti.

Asimismo, el dólar americano es la moneda de referencia a nivel internacional. La divisa más importante de la economía mundial no es ni el euro, ni el rublo, ni el renminbi, ni el franco suizo. Desde 1945, Estados Unidos ha bombardeado más países que cualquier otro en el mundo. La lista de países que ha bombardeado incluye Afganistán, Libia, Siria, Irak, Sudán, Serbia, Corea, Vietnam, Laos, Camboya, Nicaragua, Pakistán, Somalia, Yemen y Cuba; y esta lista no está completa. Por estas razones, y por muchas más, no cabe ninguna duda de que Estados Unidos es claramente un imperio. Yo no veo la televisión ni leo la prensa francesa, así que no sé si este término se usa con frecuencia en Francia, pero los expertos en geopolítica francesa no pueden ignorar que Estados Unidos es la única superpotencia. Aquí, en la Suiza alemana, donde yo vivo, el término «Imperio estadounidense» no se utiliza mucho porque la gente teme que su uso provoque problemas con el Imperio o perjudique las relaciones comerciales.



Daniele Ganser firmando ejemplares de su libro "Las guerras ilegales de la OTAN"

➤ P: Ya que profundiza tanto: usted afirma que Estados Unidos es una oligarquía…
Daniele Ganser: Sí, por supuesto. El expresidente Jimmy Carter dijo en 2015 que Estados Unidos no es una democracia, sino una oligarquía, es decir, un país dirigido por una pequeña clase superior y rica que constituye, como mucho, el 1 % de la población total. Carter explicaba que un candidato a las elecciones presidenciales estadounidenses necesitaba al menos 300 millones de dólares para participar. En Estados Unidos hay más de 320 millones de habitantes, ¿pero cuántos de ellos pueden disponer de esa cantidad? Si no pertenecen a la oligarquía, no tienen ninguna posibilidad de ser un día elegidos presidentes de Estados Unidos. Siempre se elige al presidente entre los ricos. Los 100 senadores también pertenecen a la oligarquía: se reúnen en un Senado que no es un cenáculo de «viejos sabios», sino una asamblea de ricos. De media, la riqueza de un senador ronda los 3 millones de dólares. Aquellos que tienen funciones ejecutivas son incluso más ricos: algunos miembros del Gobierno de Trump no son millonarios, sino multimillonarios. Sus intereses son defender su fortuna y hacerse aún más ricos, algo clásico en un sistema oligárquico. Por tanto, es la oligarquía de Estados Unidos la que dirige este Imperio.

➤ P: Sin embargo, usted, como ciudadano suizo, no es «antiamericano». Incluso explica que se quedó estupefacto cuando constató, «no sin miedo», que «son los países de la OTAN los que, conducidos desde hace 70 años por Estados Unidos, han desencadenado la mayoría de las guerras ilegales y con una impunidad absoluta».
Daniele Ganser: Cuando era estudiante de Historia, viajé en muchas ocasiones a Estados Unidos. Fui a Nueva York, Boston, Miami, Los Ángeles y Seattle, entre muchas otras ciudades. En concreto, los paisajes y la naturaleza estadounidenses son maravillosos. La mayoría de la gente que vive allí es encantadora. Las oligarquías son realmente quienes inician las guerras. Tanto en Estados Unidos como en el exterior, se engaña al ciudadano medio con la propaganda que difunden los medios de comunicación, pues no dejan de repetir que Estados Unidos lucha por la libertad y la democracia. Pero no es más que un cuento chino. No es cierto. Las oligarquías luchan por sus intereses comerciales con el objetivo de aumentar el poder del Imperio estadounidense. He aprendido mucho de los universitarios estadounidenses, como Noam Chomsky, o de periodistas, como William Blum, que conocí y que critican el Imperio de manera virulenta. De hecho, las críticas mejor documentadas y las más pertinentes se encuentran en Estados Unidos. La libertad de expresión existe, y, por ello, pueden expresarse libremente y publicar libros.

➤ P: A lo largo de su libro, insiste en la importancia del derecho internacional. Cita a diversos profesores de Derecho que se muestran unánimes. Sin embargo, en Occidente, la prensa partidaria de la OTAN nunca se pronuncia. O, más bien, lo ignora metódicamente cuando los Estados miembros de la OTAN lo infringen. Esta prensa no finge acordarse de ello a menos que estime que un país es enemigo lo pisotea. A modo de ejemplo, no conozco ningún medio francés que haya explicado a nuestros compatriotas que Hollande y Obama cometen un acto de agresión cuando ordenan a su aviación bombardear objetivos en Siria sin el consentimiento del Gobierno sirio, mientras que, en cuanto a Putin, él permanece dentro del estricto marco del derecho internacional cuando los aviones rusos intervienen en ese mismo país con el acuerdo del Gobierno. Otro ejemplo destacable es el siguiente: nadie en Francia se sorprende de que, de manera sucesiva, tres ministros franceses de Asuntos Exteriores (Juppé, Fabius y Ayrault) hayan pedido un cambio de régimen en Siria y, sin embargo, resulta ser una completa violación de la Carta de las Naciones Unidas, que rige el derecho internacional.
Daniele Ganser: Sí, realmente hay un problema con la prensa francesa si no se informa al público de que es ilegal derrocar un Gobierno extranjero o, simplemente, intentar promover un cambio de régimen en un tercer país. Los dirigentes franceses, junto con sus homólogos británicos, estadounidenses, saudís y catarís han intentado derrocar el Gobierno sirio. Hasta el momento, no han tenido éxito, pues Assad sigue en el poder. Evidentemente, esto era algo ilegal en lo que respecta al derecho internacional. A lo largo de la historia, los rusos también han realizado operaciones ilegales. La URSS invadió Checoslovaquia en 1968 y Afganistán en 1979 sin orden del Consejo de Seguridad. Desafortunadamente, las guerras ilegales son frecuentes. En 1956, Francia, de acuerdo con Gran Bretaña e Israel, atacó Egipto durante la crisis del canal de Suez, otro ejemplo de guerra ilegal. Sin embargo, la prensa no suele usar este término. Cuando un concepto no se menciona en los periódicos ni se muestra en televisión, no debería extrañar, entonces, que la gente no se plantee si estas guerras son legales o no, o si es legal armar a grupos militantes en países como Siria o Nicaragua. En mi libro, muestro cómo los países miembros de la OTAN se han involucrado en esas guerras conocidas como «secretas», y, por supuesto, todo esto no lo vemos en los periódicos (o, si no, se falsifica por completo), pero la gente que lee libros puede aprender mucho sobre datos reales.



Ejemplar del libro "Las guerra ilegales de la OTAN". 


➤ P: Hubo manifestaciones enormes en todo el mundo para oponerse a la invasión de Irak por parte de Estados Unidos y de sus aliados británicos en 2003. Sin embargo, desde entonces, estas se han ido olvidando. Al mismo tiempo, esto reveló la arrogancia del Imperio estadounidense y la incapacidad del movimiento pacifista. A partir de ese momento y, a pesar del desastre total que ha desencadenado la destrucción del aparato estatal de Irak, el cambio de los dirigentes franceses (también italianos, alemanes, etc.) ha sido rápido y completo: estos países han llevado a cabo, directa o indirectamente, guerras neocoloniales en Libia y, más tarde, en Siria. De este modo, se sumergió a dos países estables e independientes en un completo caos en nombre de los «derechos humanos» y de la «defensa de la democracia». Es difícil saber si la propaganda que acompañó estas guerras ilegales engaña a la opinión pública. ¿Qué opina usted?
Daniele Ganser: En efecto, Francia y Alemania se opusieron al ataque ilegal de Irak por parte de Estados Unidos y Reino Unido en 2003. Y sí, ciertamente, hubo enormes manifestaciones contra la guerra en París, Nueva York, Londres, Berlín, Roma e, incluso aquí, en Suiza. Participé en la manifestación de Berna, una de las más imponentes que ha habido en Suiza. Esto muestra que millones de personas están en contra de las guerras ilegales. Después, en 2011, cuando Francia, Reino Unido y Estados Unidos bombardearon Libia, no hubo casi ninguna manifestación pacifista. ¿Por qué? Es difícil decirlo, porque allí también se violaron las reglas de la ONU. Francia, Reino Unido y Estados Unidos recibieron un mandato del Consejo de Seguridad para establecer una zona de restricción de vuelo sobre Libia y lo desviaron para efectuar un cambio en el régimen durante el cual Gadafi fue asesinado. No era en absoluto lo que autorizaba el mandato de las Naciones Unidas. Esos «juegos de influencia» (disculpen el eufemismo) desestabilizan regiones enteras. En Francia, mucha gente piensa que es aceptable que Sarkozy bombardeara Libia. Sin embargo, imaginen por un momento la situación contraria, es decir, que Gadafi hubiera bombardeado París. La Carta de la ONU se muestra firme en este asunto: ningún país tiene el derecho de bombardear otro sin que exista un mandato explícito en ese sentido por parte del Consejo de Seguridad. Todos los Estados deben obedecer estas reglas. Si no, nos arriesgamos a que nadie respetase el derecho internacional, algo que sería caótico.

➤ P: Usted cita ejemplos concretos de mentiras de guerra y también se ha interesado en la propaganda diaria y multicanal con la que nos bombardean. Concretamente, comenta el uso que se hace de expresiones orwellianas como «operaciones», «ataques quirúrgicos», «guerras humanitarias», etc.
Daniel Ganser: Sí. Lo cierto es que todas esas guerras ilegales se venden a la opinión pública de los países que las libran, en este caso, a la población de los países miembros de la OTAN, bajo la forma apetecible de honradas misiones humanitarias. Sin embargo, esto no tiene ningún sentido: las guerras humanitarias. Es imposible porque ambos términos son totalmente contradictorios. Las guerras siempre son atroces, horribles y letales. En algunos casos, como la de Libia en 2011 o la de Serbia en 1999, comandos de las fuerzas especiales avivaron las tensiones al armar grupos militares en el país en cuestión.

A menudo, una guerra secreta precede a la fase mediatizada de la guerra. No obstante, le gente sentada frente a su televisor no ve nada de esta etapa previa, la guerra secreta, y se deja manipular. Escribí este libro para explicar esto de manera fácil y simple, pero no simplista, para que incluso los adolescentes pudieran leerlo y comprender qué son las guerras ilegales.

➤ P: Es el autor de Los ejércitos secretos de la OTAN: la Operación Gladio y el terrorismo en Europa [1], una obra traducida a diez idiomas, que consolidó su reputación entre sus pares y que fue vitoreada por numerosas figuras del movimiento pacifista. Impartió clases en la prestigiosa Escuela Politécnica Federal de Zúrich y en la Universidad de Basilea. Además, publicó un artículo sobre el 11 de Septiembre donde critica la versión proporcionada por el Gobierno de Bush y, a partir de entonces, empezaron los problemas. ¿No es cierto?
Daniel Ganser: Es verdad. Mi tesis doctoral versaba sobre la Operación Gladio y los ejércitos secretos de la OTAN. Por tanto, soy un historiador especializado en las operaciones secretas, el terrorismo de falsa bandera y la geoestrategia. Este libro fue bien recibido por la crítica, pero en 2006 publiqué un artículo en un periódico suizo en el que pedía una nueva investigación sobre los atentados del 11-S porque la versión de Bush no es creíble. La embajada de Estados Unidos en Suiza me atacó de forma inmediata porque, a su parecer, todos los que se hacen preguntas sobre ese tema divulgan teorías conspirativas. Aún hoy, la palabra «conspirador» se utiliza para estigmatizar a los investigadores e historiadores como yo y les impide preguntarse sobre el 11-S. Sin embargo, este veto es inaceptable. En general, los historiadores y los científicos siempre deberían tener el derecho a plantearse preguntas. Si no, supondría el fin de la ciencia. Imagínese que le hubiéramos prohibido pensar a Descartes, Galileo o Sócrates. Cuestionarse todo es necesario.




En mi artículo, invitaba a los lectores a reflexionar sobre el edificio 7 del World Trade Center (7 WTC), la tercera torre que se desplomó en Nueva York ese día sin que ningún avión hubiera chocado contra ella. ¿Por qué se cayó? Eso aún no queda claro. Solo hay dos posibilidades: el incendio o la demolición controlada. En mi artículo, cité a un experto suizo en seguridad de edificios que decía que parecía mucho más una demolición controlada. Dos años más tarde, en 2008, el NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos) publicó un informe donde negaba esta posibilidad y atribuía la culpa del derrumbe al incendio. No sé si es verdad o mentira. A día de hoy, más de 2.000 arquitectos e ingenieros agrupados en la asociación AE911Truth de Richard Gage exigen una nueva investigación que verse sobre las causas del derrumbamiento porque, según ellos, hay muchos elementos que prueban la hipótesis de la demolición controlada. No sé qué ocurrió el 11-S ni cuáles fueron las razones del desplome del WTC 7, pero apoyo la petición de una nueva investigación porque necesitamos conocer toda la verdad.

➤ P: La versión alemana de la Wikipedia (y, en menor medida, la inglesa y la francesa) le presentaron durante mucho tiempo (incluso le siguen presentando) como un «teórico de la conspiración». Respecto a esto, el documental El lado oscuro de Wikipedia demuestra en profundidad cómo funciona «la policía del pensamiento» vigente en el sitio. Muestra cómo un puñado de personas anónimas ha tergiversado las reglas éticas de la enciclopedia en línea para, por decirlo de alguna manera, «proteger» a los lectores de ideas que creen inadecuadas. En el capítulo en el que habla de Afganistán, vuelve a la carga sobre los atentados del 11-S y cita los análisis de David R. Griffin o Richard Gage, entre otros. Como los países de la OTAN sabotean a la ONU, la edición francesa de ´Guerras ilegales´ se publicó en la editorial especializada en geopolítica Éditions Demi Lune, está claro que los periodistas en Francia, que podrían sacar gran provecho leyéndole, van a ignorarle conscientemente, incluso si la edición original viene de una de las editoriales suizas más antiguas y reputadas…
Daniel Ganser: Wikipedia ataca a todas las personas que se cuestionan el 11-S. Es algo bastante extraño. Durante años, el artículo sobre mi carrera disponible en Wikipedia (en alemán) era muy bueno. Después, hice públicas mis dudas sobre el 11-S, y el 7 WTC en particular, y pedí una nueva investigación. Entonces, de repente, mi artículo se volvió acusador: ¡me había convertido en un «teórico de la conspiración»! Por supuesto, no soy nada de eso: simplemente soy un historiador suizo que hace su trabajo. No obstante, esto debería hacerles reflexionar cuando se den cuenta de que un pequeño grupo de personas controla la enciclopedia más utilizada en el mundo y es capaz de eliminar las correcciones de un público mucho más numeroso si así lo decide. El documental que ha mencionado lo explica muy bien. En lo que respecta a los medios franceses, no sé si hablarán de mi nuevo libro, eso no depende mí.

➤ P: Su libro es un best seller en los países de habla alemana. ¿La prensa se ha hecho eco de la obra? Si no, ¿cómo explica el increíble éxito que ha obtenido para ser una obra que trata sobre geopolítica, historia militar y relaciones internacionales? Imagino que no esperaba este recibimiento.
Daniele Ganser: Se han vendido más de 50.000 ejemplares en menos de un año. ¡Claro que estoy contento! Además, aprovecho la ocasión para agradecer a mis lectores su interés. Para empezar, pienso que la razón por la que tanta gente ha comprado y leído este libro es que está escrito en estilo simple, accesible para todos. Además, les ofrece una visión entre bastidores: muchas personas saben que los políticos mienten, que la televisión y los medios mienten, pero no saben muy bien cómo se elaboran esas mentiras ni cómo se disemina la propaganda de las guerras ilegales. Y la gente ha aprovechado el libro para instruirse e informarse sobre la cuestión, lo que me alegra profundamente. Tengo un gran número de críticas muy positivas, lo cual siempre es satisfactorio.

➤ P: Por otro lado, ha impartido conferencias en salas completamente llenas y, además, las que se han subido en versión original a Internet cuentan con miles de reproducciones cada una. Imagino que se alegra al ver que una buena parte de sus lectores son jóvenes que tratan de entender el mundo en el que viven y que dan mucha importancia a la cuestión de la paz. Me atrevería incluso a añadir que estos jóvenes hacen todo lo contrario a los medios de comunicación alineados, que no son más que portavoces de los políticos belicistas y que lo único que hacen es tocar los tambores de guerra constantemente (en casos como Yugoslavia, Kosovo, Afganistán, Libia y Siria).
Daniele Ganser: Es cierto. Hay muchos jóvenes de entre 15 y 25 años que asisten a mis conferencias o ven mis vídeos en Internet. No han sido los medios de comunicación alemanes los que han conducido mi libro hacia el éxito, sino Internet y las presentaciones realizadas en los países germanófonos que pueden encontrarse en YouTube. De hecho, mis diez conferencias más populares cuentan con más de cinco millones de reproducciones, una cantidad abismal teniendo en cuenta el tema del que tratan. Por desgracia, la mayor parte de los vídeos están en alemán. Solo di una presentación en francés en París en 2016. No me siento cómodo cuando hablo en francés y me es fácil hacerlo en alemán o en inglés y suelo dar prioridad a los países germanófonos.


Libros de Daniele Ganser publicados en alemán

➤ P: Al parecer, el público alemán se cuestiona de nuevo los fundamentos de la OTAN. De hecho, en sus obras ha recordado que muchas voces se alzaron pidiendo la disolución de la Alianza Atlántica con la caída del muro de Berlín, la reunificación alemana, la fragmentación del bloque soviético y la desaparición del Pacto de Varsovia. Además de que esto no sucedió, la OTAN se convirtió en una alianza ofensiva, especialmente en zonas como Serbia. Además, creció rápidamente, pues hoy cuenta con 29 Estados miembros, y se extendió hacia el este, justo hasta la frontera con Rusia. Este desplazamiento es ciertamente preocupante, ¿verdad?
Daniele Ganser: Efectivamente. La OTAN creció tras la caída del muro de Berlín en 1989. En principio, la Alianza Atlántica se concibió como una estrategia estrictamente defensiva y afirmaba que nunca atacaría a un Estado, sino que reaccionaría en caso de que lo hicieran con alguno de sus miembros. Sin embargo, el imperio estadounidense cambio de doctrina y el resto de Estados miembros siguieron sus pasos. Serbia fue bombardeada en 1999 de manera completamente ilegal. En Alemania, el partido de Los Verdes de Joschka Fischer y el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder participaron en el ataque junto a Bill Clinton. Este hecho sucedió ante el desconcierto de numerosos militantes del movimiento pacifista alemán.

➤ P: En algunas reseñas de su libro he leído reproches por citar algunos extractos del famoso discurso de Gadafi en la ONU. Creo que es una crítica totalmente incongruente dado que uno de los capítulos de Guerras ilegales de la OTAN versa justamente sobre el conflicto libio. ¿Se le tilda también de “amigo” del presidente ruso Putin o del sirio Bashar al-Assad porque presenta un punto de vista crítico hacia la OTAN y porque no está completamente de acuerdo con lo que narran los medios de comunicación sobre la crisis ucraniana y la guerra siria?
Daniele Ganser: Lo que explico en mi libro es muy simple: las grandes potencias, como Estados Unidos o Francia, no deberían atacar a países pequeños como Libia o Siria. Esto no es ni justo ni legal y lo único que aporta es más caos. Me expreso como ciudadano suizo originario de un país que, como sabrá, es pequeño. No nos gusta ver cómo se pisotea el derecho internacional. ¿Qué pasaría si las grandes potencias decidiesen no respetar la Carta de las Naciones Unidas? ¿Qué sucedería si Estados Unidos y Rusia, o cualquier otro de los 5 miembros del Consejo de Seguridad se atacasen entre ellos? Podría dar lugar a una guerra nuclear y nadie quiere que esto suceda, ¿verdad? Sin embargo, en Siria los cazas y bombarderos estadounidenses confluyen con los rusos en el mismo espacio, pero llevan a cabo operaciones separadas, por lo que corren el riesgo de enfrentarse de manera directa. Sin duda, se trata de una situación peligrosa. Espero que no pase nada, pero es fundamental exigir el respeto global de la Carta de las Naciones Unidas. No solo es la intención del movimiento pacifista mundial, sino de toda la humanidad.

➤ P: Como historiador, ¿cómo explicaría que la propaganda de guerra siga funcionando igual de bien tanto antes como durante el conflicto hasta el punto de que la población de los Estados «democráticos» apoye acciones, más que ilegítimas, ilegales? ¿Cómo es que no se desacreditan métodos tan sucios como, por ejemplo, caracterizar al enemigo de ser el «nuevo Hitler»? Respecto a la primera pregunta, pongo «democráticos» entre comillas, puesto que ha escrito que no se consultó a la población alemana a la hora de tomar la histórica decisión (que viola la Constitución) de que la las Fuerzas Armadas alemanas participasen en la guerra Siria. Esto también sucedió en Estados Unidos, Francia y Reino Unido, pues no se consultó al pueblo sobre la decisión de llevar al ejército a la guerra.
Daniele Ganser: La propaganda de guerra siempre se basa en usar el arma del miedo, puesto que la población es muy vulnerable al miedo. Por eso, se suele recurrir a este sentimiento, muchas veces de la mano del odio. Cuando ambos se asocian, es fácil movilizar a poblaciones enteras a favor de la guerra. Cuando se divulgan historias que cuentan que Saddam Hussein posee armas de destrucción masiva, se genera miedo en la población, independientemente de que sea cierto o no. Cuando se señaló a Saddam como responsable del 11-S –un momento de miedo intenso–, se activó también el factor odio. Más adelante, los historiadores dieron marcha atrás y explicaron que Saddam Hussein no tuvo nada que ver con el atentado y que ni siquiera poseía armas de destrucción masiva, ¡pero fue demasiado tarde! La guerra ilegal ya había comenzado y mucha gente murió. A través de la unión entre miedo, odio y mentiras, la política consigue una combinación excelente.

En un capítulo de mi libro, hablo de la guerra de Vietnam que comenzó Estados Unidos en 1964. El imperio estadounidense afirmó entonces que los norvietnamitas habían atacado un barco estadounidense en el golfo de Tonkín, acción que desencadenó un sentimiento de miedo y odio en el país. Muchos años después, los historiadores descubrieron que el ataque nunca había sucedido: era otra mentira. La mayoría de las guerras ilegales empiezan por mentiras. De igual modo, dedico un capítulo a Cuba. En 1961, Estados Unidos afirmó ante el Consejo de Seguridad de la ONU que pilotos cubanos habían bombardeado su propio país antes de refugiarse en Estados Unidos porque odiaban el régimen de Fidel Castro. Esta historia también era falsa.

➤ P: Insisto en su determinación política, ya que, desgraciadamente, salvo algunas excepciones significativas (los que primero me vienen a la mente son Lacroix-Rix, Jacques Pauwels o Michael Parenti, entre otros), los historiadores no se caracterizan generalmente por su honestidad. El reciente documental estadounidense de Burns y Novick sobre la guerra de Vietnam que ha difundido la página web Arte es un ejemplo esperpéntico de ello. Aunque su versión «corta» dura casi nueve horas, los realizadores lograron la proeza de no mostrar los incidentes del golfo de Tonkín como una manipulación del Gobierno de Johnson. También se olvidaron de mencionar que la guerra de Vietnam, al igual que los bombardeos de Laos y de Camboya, era simple y llanamente ilegal en el plano del derecho internacional. Aunque estos acontecimientos datan de hace, como mínimo, 50 años, se conforman con decir que la implicación de las fuerzas armadas estadounidenses en Camboya «se mantuvo en secreto», lo que es muy diferente. Por tanto, tenemos derecho a pensar que este documental —presentado en todo el mundo como admirable, radical y casi revolucionario, ya que también les cede la palabra a los vietnamitas― difunde, en realidad, propaganda de guerra (John Negroponte, presentado como diplomático, interviene de manera recurrente) y es culpable de ocultar crímenes de agresión, el más grave según el Tribunal de Núremberg.
Daniele Ganser: No he visto ese documental. Lo que puedo decir, sin riesgo de equivocarme, es que, si un documental sobre la guerra de Vietnam no explica a su audiencia que esta guerra fue ilegal y que empezó por una mentira, entonces, o pretende manipular, o no se ha investigado los suficiente.


Bombardero B-52 arrojando su carga mortal sobre Vietnam.


➤ P: A pesar de todas esas mentiras y todas esas guerras, ¿consigue mantenerse optimista?
Daniele Ganser: Por supuesto. Soy padre de dos niños. Tengo la esperanza de que la «familia humana» sea capaz de poner fin a la mayoría de las mentiras y a la brutalidad por la que todavía se caracterizan las relaciones internacionales. Soy completamente consciente de que, en el siglo XXI, tenemos que hacer frente a muchos retos. Sin embargo, ninguno podrá resolverse con violencia. Además, me doy cuenta de que cada vez lo comprende más gente. Se crean más redes en Internet para inventar soluciones alternativas, para acabar con los ciclos y otras espirales de violencia al boicotear las cadenas de televisión y los periódicos que piden la guerra o que la apoyan. Así que sí, hay esperanza. El ser humano siempre puede progresar en el camino de la consciencia. Francia ha conocido la monarquía y, actualmente, vive en democracia. Eso es un progreso histórico. Hubo un tiempo en el que las mujeres no tenían derecho a voto (en Suiza, en Francia, en Inglaterra, en Estados Unidos, etc.). Actualmente, sí lo tienen, lo que también es un progreso histórico. Espero que, en un futuro próximo, sepamos respetar la Carta de las Naciones Unidas y el progreso histórico que constituye. Esto es posible y esta excelente idea beneficiará a la totalidad de la gran familia humana.

➤ P: En conclusión, me gustaría hacerle dos preguntas relacionadas con la actualidad. La presente situación en Venezuela recuerda mucho a la de los meses que precedieron el derrocamiento de Salvador Allende en Chile (país del que no se habla en el libro). También recuerda a la de justo después de la Revolución cubana, con la Operación Mangosta, cuyo objetivo era minar la popularidad del nuevo poder saboteando la economía de la isla.
Daniele Ganser: Es cierto, la situación actual en Venezuela es extremadamente inestable, pero no soy un experto. Por eso, no voy a hacer ningún comentario al respecto. Por supuesto, a lo largo de la historia, se ha demostrado repetidas veces que el Imperio estadounidense ha derrocado gobiernos extranjeros de manera ilegal. El golpe de Estado de 1973 en Chile es un claro ejemplo.

➤ P: Aunque el contexto histórico (y geopolítico) sea muy diferente, al leer el capítulo sobre Cuba (y el largo desarrollo sobre la Crisis de los misiles) resulta inevitable pensar en la crisis «actual» (por así decirlo, ya que empezó en 1993) entre Corea del Norte y el Imperio estadounidense. Esta crisis parece ilustrar el propósito mismo de su libro, es decir, que la violación recurrente del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas sobre la prohibición de la violencia da lugar a más conflictos. El régimen norcoreano ―que ya ha estado en guerra contra Estados Unidos, durante la cual se consideró utilizar armas nucleares― probablemente, se sentiría menos amenazado si los países miembros de la OTAN no hubieran intervenido para llevar a cabo cambios de régimen en Irak, en Libia y en Siria sin contar el resto de casos que usted describe en el libro.
Daniele Ganser: Actualmente, hay fuertes tensiones entre el Imperio estadounidense y Corea del Norte que, afortunadamente, no han acabado en guerra. Cuando ven que Estados Unidos bombardea países ilegalmente y de manera impune, algunos pequeños Estados pueden sentir la tentación de pensar que las armas nucleares los protegerán, que son su único medio para defenderse, lo único que detendrá al Imperio estadounidense. Sin embargo, creo que no es una buena reflexión. Me parece que sería más prudente respetar la Carta de las Naciones Unidas. Hay nueve potencias nucleares: los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia) e India, Pakistán, Israel y Corea del Norte. Cuantos más Estados nuclearizados haya, más frágil será el sistema. La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) contabiliza actualmente más de 16.000 ojivas nucleares por todo el mundo. Un armamento tal es capaz de destruir el planeta varias veces, pero solo tenemos uno, y creo que debemos cuidarlo.

Gracias, Sr. Ganser.


Daniele Ganser. Entrevista


Entrevista con Daniele Ganser. Primera parte


La ESTRATEGIA DE LA TENSIÓN. El terrorismo no reconocido de la OTAN.

(1) Historia de los Ejércitos Secretos de la OTAN

11 julio 2019

LA ESTRATEGIA DE LA TENSIÓN. El terrorismo no reconocido de la OTAN





ENTREVISTA al historiador DANIEL GANSER (I)

Realizada por SILVIA CATTORI, Zurich (Suiza), diciembre 2007

Daniele Ganser, reconocido historiador y profesor de la Universitäit St. Gallen, Suiza (2012-2018), cuando presentó su libro "Los Ejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo en Europa occidental" impartía clases de historia moderna y contemporánea en la Universidad de Basilea, Suiza (2006-2011). Daniel Ganser es fundador y Director del Instituto Suizo para la Investigación por la Paz y Energía (SIPER Swiss Institute for Peace and Energy Research),​ este Instituto estudia la lucha mundial por el petróleo e  investiga la posibilidad de lograr una transición a suministros de energía 100% renovable que permita la solución pacífica a los conflictos globales.  Además, es Presidente de ASPO-Suiza (Association for the Study of Peak Oil and Gas).​ Por sus trabajos de investigación ha sido calificado (por sus detractores) como un "teórico de la conspitación".

Recordemos que en "Los Ejércitos secretos de la OTAN" se sostiene la tesis que a lo largo de 60 años, Estados Unidos organizó en Europa atentados falsamente atribuidos a la izquierda y a la extrema izquierda para desacreditarlas ante los electores. Esa estrategia perdura hoy en día, como medio de propiciar el miedo hacia el Islam y de justificar las guerras por el petróleo. 

La entrevista realizada por la periodista, escritora e investigadora suiza, de origen italiano, Silvia Cattori, tras la publicación de la referida obra. Silvia Cattori posee amplia experiencia y contactos con el mundo diplomático y agencias de las Naciones Unidas. 

Esta entrevista es un valioso documento histórico no solo para quienes no han tenido oportunidad de leer sus libros, sino que se convierte en un documento histórico de trascendencia de la política europea de posguerra.

Para compreder el concepto de la "estrategia de la tensión" un buen ejemplo es suficiente, en uno de sus artículos Manlio Dinucci lo explica: 


"El golpe de estado de Kiev no debe interpretarse como un hecho aislado sino como un episodio de la estrategia de la OTAN dentro del antiguo espacio del desaparecdo Pacto de Varsovia..Lo que realmente está en juego en esta escalada no es la incorporación de Ucrania a la Unión Europea sino la anexión de Ucrania por parte de la OTAN. Esta forma de actuar de Estados Unidos y la OTAN es una verdadera estrategia de la tensión".

Y eso es lo que acontece en otras partes del mundo, Libia, Siria, Líbano, Yemen, etc., son otros buenos ejemplos.

t. andino


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Daniele Ganser

➤ Silvia Cattori: Su libro dedicado a los ejércitos secretos de la OTAN [1], se da a la tarea de explicar que la estrategia de la tensión [2] y el terrorismo de falsa bandera [3] implican grandes peligros. Su libro informa cómo la OTAN, durante la guerra fría –en coordinación con los servicios de inteligencia de los países de Europa Occidental y el Pentágono–, utilizó ejércitos secretos, reclutó espías en los círculos de la extrema derecha, y organizó actos de terrorismo que eran atribuidos a la extrema izquierda. Cuando uno se entera de eso, no puede menos que preguntarse qué puede suceder hoy en día a espaldas nuestras.
Daniele Ganser: Es muy importante entender lo que realmente representa la estrategia de la tensión y cómo funcionó durante aquel período. Eso nos puede ayudar a aclarar el presente y a ver mejor en qué medida se sigue aplicando. Poca gente sabe lo que significa esa expresión de estrategia de la tensión. Es muy importante hablar de ella, y explicarla. Es una táctica que consiste en cometer atentados criminales y atribuirlos a otro. El término tensión se refiere a la tensión emocional, a aquello que crea un sentimiento de miedo. El término estrategia se refiere a aquello que alimenta el miedo de la gente hacia determinado grupo.

Esas estructuras secretas de la OTAN habían sido equipadas, financiadas y entrenadas por la CIA, en coordinación con el MI6 (los servicios de inteligencia británicos), para combatir a las fuerzas armadas de la Unión Soviética en caso de guerra, pero también, según la información de la que hoy disponemos, para cometer atentados terroristas en diferentes países [4]. Es así cómo, desde los años 70, los servicios secretos italianos utilizaron esos ejércitos secretos para fomentar atentados terroristas con el objetivo de sembrar el miedo en el seno de la población y de acusar luego a los comunistas de ser los autores. Era la época en que el Partido Comunista tenía un poder legislativo importante en el Parlamento. La estrategia de la tensión estaba concebida para desacreditarlo, debilitarlo, impedirle acceder al poder ejecutivo.


Una de las portadas en inglés de "Nato’s secret armies" de Daniele Ganser (Los Ejércitos Secretos de la OTAN)

➤ Silvia Cattori: Aprender lo que eso quiere decir es una cosa. ¡Pero sigue siendo difícil creer que nuestros gobiernos hayan podido permitir que la OTAN, los servicios de inteligencia de Europa Occidental y la CIA actuaran como una amenaza para la seguridad de sus propios ciudadanos!
Daniele Ganser: La OTAN era el núcleo de esa red clandestina vinculada al terror. Le Clandestine Planning Committee (CPC) y el Allied Clandestine Committee (ACC) eran subestructuras clandestinas de la alianza atlántica, hoy en día claramente identificadas. Incluso hoy, cuando eso está comprobado, sigue siendo difícil saber qué hacía cada cual. No existen documentos que prueben quién daba las órdenes, quién organizaba la estrategia de la tensión, de qué manera la OTAN, los servicios de inteligencia de Europa Occidental, la CIA, el MI6 y los terroristas reclutados en los círculos de extrema derecha se repartían los papeles.

La única certeza que tenemos es que dentro de aquellas estructuras clandestinas había elementos que utilizaron la estrategia de la tensión. Los terroristas de extrema derecha explicaron en sus declaraciones que eran los servicios secretos y la OTAN quienes los apoyaban a ellos en aquella guerra clandestina. Pero cuando se les piden explicaciones a miembros de la CIA o de la OTAN –cosa que yo he hecho durante varios años– estos se limitan a decir que pudo haber quizás algunos elementos criminales que escaparon a su control.

➤ Silvia Cattori: ¿Esos ejércitos secretos estaban activos en todos los países de Europa Occidental?
Daniel Ganser: Mediante mis investigaciones, yo aporté la prueba de que esos ejércitos secretos existían no sólo en Italia, sino en todo el oeste de Europa: en Francia, en Bélgica, Holanda, Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Turquía, España, Portugal, Austria, Suiza, Grecia, en Luxemburgo, en Alemania. Al principio se pensó que había una estructura de guerrilla única y que, por tanto, todos estos ejércitos secretos habían participado en la estrategia de la tensión, por consiguiente, en atentados terroristas. Pero es importante saber que no todos estos ejércitos secretos participaron en los atentados. Y comprender también lo que los diferenciaba, ya que tenían dos actividades diferentes.

Lo que hoy se ve claramente es que estas estructuras clandestinas de la OTAN, comúnmente llamadas Stay behind [5], estaban concebidas, al principio, para actuar como una guerrilla en caso de ocupación de Europa Occidental por parte de la Unión Soviética. Estados Unidos decía que esas redes de guerrilla eran necesarias para enfrentar la falta de preparación de la que habían adolecido esos países durante la invasión alemana.

Muchos de los países que conocieron la ocupación alemana, como Noruega, querían sacar lecciones de su propia incapacidad para resistir a la ocupación y se dijeron que, en caso de una nueva ocupación, debían estar mejor preparados, disponer de otra opción y poder contar con un ejército secreto en caso de derrota del ejército clásico. En el seno de aquellos ejércitos secretos había gente honesta, patriotas sinceros, que solamente querían defender su país en caso de ocupación.

➤ Silvia Cattori: Si entiendo bien, estos Stay behind cuyo objetivo inicial era prepararse para una posible invasión soviética, fueron desviados de ese objetivo y utilizados para combatir a la izquierda. A partir de ahí, es difícil de entender, ¿por qué los partidos de izquierda no investigaron y denunciaron antes estos hechos?
Daniele Ganser: Si tomamos el caso de Italia, se ve que, cada vez que el Partido Comunista se dirigió al gobierno para obtener explicaciones sobre el ejército secreto que operaba en ese país bajo el nombre de código de Gladio [6], nunca hubo respuesta, bajo pretexto del secreto de Estado. No fue hasta 1990 que Giulio Andreotti [7] reconoció la existencia de Gladio y sus vínculos con la OTAN, la CIA y el MI6 [8].

Es también en ese entonces que el juez Felice Casson logró probar que el verdadero autor del atentado de Peteano, que estremeciera Italia en 1972 y del que hasta entonces se había responsabilizado a militantes de extrema izquierda, era [en realidad] Vincenzo Vinciguerra, miembro de Ordine Nuovo, un grupo de extrema derecha. Vinciguerra también habló de la existencia de este ejército secreto Gladio. Y explicó que, durante la guerra fría, aquellos atentados clandestinos habían causado la muerte de mujeres y niños [9]. También afirmó que este ejército secreto controlado por la OTAN tenía ramificaciones por toda Europa. Cuando esa información se dio a conocer, se produjo una crisis política en Italia. Y fue gracias a las investigaciones del juez Felice Casson que se supo [de la existencia] de los ejércitos secretos de la OTAN.

En Alemania, cuando los socialistas del SPD supieron, en 1990, que en su país –como en todos los demás países europeos– había un ejército secreto, y que aquella estructura estaba vinculada a los servicios secretos alemanes, hicieron un escándalo y acusaron al partido demócrata-cristiano (CDU). Este último reaccionó diciendo: si ustedes nos acusan, nosotros diremos al público que ustedes también, con Willy Brandt, estuvieron implicados en esa conspiración. Aquello coincidía con las primeras elecciones de la Alemania reunificada, elecciones que el SPD esperaba ganar. Los dirigentes del SPD entendieron que no se trataba de un buen tema electoral, y finalmente dieron a entender que aquellos ejércitos secretos estaban justificados.

En el Parlamento Europeo, en noviembre de 1990, se elevaron voces para decir que no se podía tolerar la existencia de ejércitos clandestinos, ni dejar sin explicación actos de terror cuyo verdadero origen no estaba aclarado, que había que investigar. El Parlamento Europeo protestó entonces por escrito ante la OTAN y el presidente George Bush padre. Pero no se hizo nada.

Sólo se instrumentaron investigaciones públicas en Italia, Suiza y Bélgica. Son estos los tres únicos países que pusieron un poco de orden en cuanto a este asunto y que publicaron un informe sobre sus ejércitos secretos.




➤ Silvia Cattori: ¿Cuál es la situación hoy en día? ¿Es posible que esos ejércitos clandestinos sigan activos? ¿Pudiera haber estructuras nacionales secretas que no estén bajo control de los Estados?
Daniele Ganser: Para un historiador es difícil contestar esa pregunta. No disponemos de un informe oficial país por país. En mis libros, yo analizo hechos que puedo probar.

En lo tocante a Italia, hay un informe que dice que el ejército secreto Gladio fue suprimido. Sobre la existencia del ejército secreto P 26 en Suiza, hubo también un informe del parlamento, en noviembre de 1990. Por tanto, esos ejércitos clandestinos, que habían almacenado explosivos en escondites a través de toda Suiza, fueron disueltos.

Pero en los demás países no se ha hecho nada. En Francia, aunque el presidente Francois Mitterrand había dicho que todo eso era cosa del pasado, se supo después que esas estructuras secretas seguían existiendo cuando Giulio Andreotti dio a entender que el presidente francés estaba mintiendo: «Usted dice que los ejércitos secretos ya no existen. Pero, durante la reunión secreta del otoño de 1990, ustedes los franceses estaban presentes. No diga entonces que eso ya no existe». Mitterand se disgustó bastante con Andreotti porque, después de esa revelación, no le quedó más remedio que rectificar su propia declaración. Más tarde el ex jefe de los servicios secretos franceses, el almirante Pierre Lacoste, confirmó que esos ejércitos secretos existían también en Francia, y que Francia también había estado implicada en atentados terroristas [10].

Así que es difícil decir si todo eso quedó atrás. Incluso si las estructuras Gladio hubiesen sido disueltas, es posible que se hayan creado otras nuevas manteniendo esta técnica de la estrategia de la tensión y de las False flag.

➤ Silvia Cattori: ¿Es posible pensar que, luego del derrumbe de la URSS, Estados Unidos y la OTAN hayan seguido desarrollando la estrategia de la tensión y las False flag en otros frentes?
Daniele Ganser: Mis investigaciones se concentraron en el período de la guerra fría en Europa. Pero se sabe que hubo False flags en otros lugares, donde está probada la responsabilidad de los Estados. Por ejemplo, están los atentados de 1953 en Irán, atribuidos primero a los comunistas iraníes. Luego se comprobó que la CIA y el MI6 habían utilizado agentes provocadores para orquestar el derrocamiento del gobierno de Mohamed Mosadegh, en el marco de la guerra por el control del petróleo. Otro ejemplo: los atentados de 1954 en Egipto, atribuidos primeramente a los musulmanes. Más tarde se probó que, en lo que se llamó el caso Lavon [11], los verdaderos autores fueron los agentes del Mossad.

En este caso, Israel buscaba lograr que las tropas británicas no salieran de Egipto sino que se quedaran, para garantizar también la protección de Israel. Ahí tenemos ejemplos históricos que demuestran que la estrategia de la tensión y las false flags fueron utilizadas por Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel. Todavía tenemos que continuar las investigaciones en ese sentido ya que, en su historia, otros países también han utilizado la misma estrategia.

➤ Silvia Cattori: ¿Esas estructuras clandestinas de la OTAN, creadas después de la Segunda Guerra Mundial, bajo la influencia de Estados Unidos, para dotar a los países europeos de una guerrilla capaz de resistir ante una invasión soviética, sirvieron finalmente nada más que para realizar acciones criminales contra ciudadanos europeos? ¡Todo hace pensar que Estados Unidos buscaba otra cosa!
Daniele Ganser: Tiene usted razón en abordar ese tema. Estados Unidos estaba interesado en el control político. Ese control político es un elemento esencial de la estrategia de Washington y de Londres. El general Geraldo Serravalle, jefe del Gladio, la red italiana Stay-behind, pone un ejemplo de ello en su libro. Él cuenta que entendió que Estados Unidos no estaba interesado en la preparación de esa guerrilla en caso de invasión soviética cuando vio que lo que les interesaba a los agentes de la CIA, que asistían a los ejercicios de entrenamiento del ejército secreto que él dirigía, era asegurarse de que aquel ejército funcionara de forma que fuese posible controlar las acciones de los militantes comunistas. Lo que temían era la llegada de los comunistas al poder en países como Grecia, Italia y Francia. Ese era, por consiguiente, el objetivo de la estrategia de la tensión: orientar e influenciar la política de ciertos países de Europa Occidental.

➤ Silvia Cattori: Usted habló del elemento emocional como factor importante en la estrategia de la tensión. Por consiguiente, el terror, cuyo origen es indefinido, incierto, el miedo que provoca, sirve para manipular a la opinión. ¿No estamos viendo actualmente los mismos métodos? Ayer se sembraba el miedo al comunismo. ¿No se está sembrando ahora el miedo al Islam?
Daniele Ganser: Si, hay un paralelismo muy claro. Durante los preparativos de la guerra contra Irak se dijo que Sadam Husein tenía armas biológicas, que existía un vínculo entre Irak y los atentados del 11 de septiembre o que existía una relación entre Irak y los terroristas de Al-Qaeda. Pero no era cierto. Mediante esas mentiras se quería hacer creer al mundo que los musulmanes querían extender el terrorismo por todas partes, que la guerra era necesaria para combatir el terror. Pero la verdadera razón de la guerra es el control de los recursos energéticos. La geología demuestra que las riquezas en gas y en petróleo se concentran en los países musulmanes. Quien quiere acapararlos tiene que recurrir a ese tipo de manipulaciones.

No se puede decir que ya no hay petróleo puesto que el máximo de la producción global –el «peak oil» [12]– va a producirse probablemente antes de 2020, así que hay que apoderarse del petróleo en Irak, porque la gente diría que no se puede matar niños para tener el petróleo. Y tendrían razón. (Nota interpuesta por el editor de este blog: La entrevista data del 2007, por entonces todavía se creía firmemente en la teoría del "pico de petróleo", es decir, se pensaba que hasta 2020 se llegaría al máximo posible de explotación del oro negro y que desde ahí la curva sería descendente, por lo que habría que apoderarse de las reservas hidrocarburíferas. En la actualidad está demostrado que existen tantas y ricas reservas de petróleo por el mundo que cálculos conservadores estiman que como mínimo durarán hasta comienzos del próximo siglo. Si no fuera así, pregúntese para que se construyen hoy tantos oleoductos y se desatan guerras para los trazados de las rutas por países no afínes con las políticas atlantistas básicamente?). 

Tampoco se le puede decir a la gente que en el Mar Caspio hay reservas enormes y que se debe hacer un oleoducto hacia el Océano Indico pero que, como no se puede pasar por Irán que está al sur ni pasar por Rusia que está por el norte, hay que pasar por el este, por Turkmenistán y Afganistán y que, por tanto, hay que controlar ese país. Es por eso que se califica a los musulmanes de «terroristas». Es una gran mentira, pero si se repite mil veces que los musulmanes son «terroristas» la gente acabará por creérselo y por decirse a sí misma que esas guerras antimusulmanas son útiles; y acabarán olvidando que hay muchas formas de terrorismo, que la violencia no es obligatoriamente una especialidad musulmana.

➤ Silvia Cattori: En definitiva, esas estructuras clandestinas quizás hayan sido disueltas, ¿pero la estrategia de la tensión puede haber continuado?
Daniele Ganser: Exactamente. Es posible que las estructuras hayan sido disueltas y que se hayan formado otras nuevas. Es importante explicar que, en la estrategia de la tensión, la táctica y la manipulación funcionan. Nada de eso es legal. Pero, para los Estados, es más fácil manipular a la gente que decirle que el objetivo es apoderarse del petróleo de los demás

Sin embargo, no todos los atentados son consecuencia de la estrategia de la tensión. Pero es difícil saber cuáles son los atentados manipulados. Incluso aquellos que conocen la cantidad de atentados manipulados por Estados para desacreditar a un enemigo político pueden enfrentarse a un obstáculo psicológico. Después de cada atentado, la gente siente miedo, está confundida. Es muy difícil acostumbrarse a la idea de que la estrategia de la tensión, la estrategia de las False flag, es una realidad. Es más fácil aceptar la manipulación y decirse: «Hace 30 años que me mantengo informado y nunca he oído hablar de esos ejércitos criminales. Los musulmanes nos atacan, por eso los estamos combatiendo».




➤ Silvia Cattori: Desde 2001, la Unión Europea instauró medidas antiterroristas. Enseguida resultó que esas medidas permitieron que la CIA secuestrara gente, que la llevara a lugares secretos para torturarla. ¿No se han convertido un poco los Estados europeos en rehenes de su propia sumisión a Estados Unidos?
Daniele Ganser: Los Estados europeos han tenido una actitud bastante débil ante Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Después de haber afirmado que las prisiones secretas eran ilegales, le dejaron las manos libres. Lo mismo sucedió con los prisioneros de Guantánamo. En Europa se oyeron voces que decían: «No se puede privar a los prisioneros de la defensa de un abogado». Cuando la señora Angela Merkel mencionó esta cuestión, Estados Unidos dio a entender claramente que Alemania estaba un poco implicada en Irak, que sus servicios secretos habían ayudado a preparar esta guerra y que, por consiguiente, tenía que callarse.

➤ Silvia Cattori: En ese contexto, en que todavía quedan muchas zonas oscuras, ¿qué clase de seguridad puede aportar la OTAN a los pueblos que supuestamente debe proteger, si permite ese tipo de manipulación por parte de los servicios secretos?
Daniele Ganser: En lo tocante a los atentados terroristas manipulados por los ejércitos secretos de la red Gladio durante la guerra fría, es importante poder determinar con claridad cuál es la implicación real de la OTAN en este asunto, saber qué fue lo que realmente sucedió. ¿Eran actos aislados o actos secretamente organizados por la OTAN? Hasta el día de hoy, la OTAN se ha negado ha hablar de la estrategia de la tensión y del terrorismo durante la guerra fría. La OTAN rechaza toda pregunta sobre Gladio.

Hoy en día, la OTAN se está utilizando como un arma ofensiva, cuando esa organización no fue creada en realidad para desempeñar ese papel. A la OTAN se le dio ese sentido el 12 de septiembre de 2001, inmediatamente después de los atentados de Nueva York. Los dirigentes de la OTAN afirman que la razón de su participación en la guerra contra los afganos es la lucha contra el terrorismo. Pero la OTAN corre el riesgo de perder esa guerra. Se producirá entonces una gran crisis, habrá debates. Lo cual permitirá entonces saber si la OTAN está librando, como lo afirma, una guerra contra el terrorismo, o si nos encontramos en una situación análoga a la que conocimos durante la guerra fría, con el ejército secreto Gladio, situación en la que existía un vínculo con el terror.

Los años venideros dirán si la OTAN actuó al margen de la misión para la cual había sido creada, que era la de defender a los países europeos y Estados Unidos en caso de invasión soviética, acontecimiento que nunca se produjo. La OTAN no fue fundada para apoderarse del petróleo o del gas de los países musulmanes.

➤ Silvia Cattori: Sería incluso comprensible que Israel, país que está interesado en ampliar los conflictos en los países árabes, empuje a Estados Unidos en ese sentido. Pero no se ve cuál puede ser el interés de los Estados europeos en implicar sus tropas en guerras decididas por el Pentágono, como en Afganistán.
Daniele Ganser: Yo creo que Europa está confundida. Estados Unidos está en una posición de fuerza, y los europeos tienen tendencia a pensar que es mejor colaborar con el más fuerte. Pero habría que reflexionar un poco más. Los parlamentarios europeos ceden fácilmente a la presión de Estados Unidos, que reclama cada vez más tropas en tal o más cual frente. Mientras más ceden los países europeos, más se someten y más problemas van a tener que enfrentar, y serán problemas cada vez más grandes.

En Afganistán, los alemanes y los británicos están bajo las órdenes del ejército estadounidense. Estratégicamente, no se trata de una posición interesante para esos países. Ahora Estados Unidos ha pedido a los alemanes que envíen también a sus soldados al sur de Afganistán, a las zonas donde más dura es la lucha. Si los alemanes aceptan, corren el riesgo de ser masacrados por esas fuerzas afganas que rechazan la presencia de cualquier ocupante. Alemania debería preguntarse seriamente si no tendría que retirar sus 3000 soldados de Afganistán. Pero, para los alemanes, desobedecer las órdenes de Estados Unidos, siendo un poco sus vasallos, es un paso difícil.

➤ Silvia Cattori: ¿Qué saben las autoridades que actualmente nos gobiernan sobre la estrategia de la tensión? ¿Pueden seguir así, permitiendo que los guerreristas fomenten golpes de Estado, que secuestren y que torturen gente sin reaccionar? ¿O cuentan todavía con medios para impedir esas actividades criminales?
Daniele Ganser: No lo sé. Como historiador, yo observo y tomo nota. Como consejero político, siempre digo que no se puede ceder a las manipulaciones tendientes a sembrar el miedo y a hacernos creer que los «terroristas» son siempre musulmanes. Yo digo que se trata de una lucha por el control de los recursos energéticos, que hay que encontrar la forma de sobrevivir a la escasez energética. De esa forma no se resuelven los problemas, sino que los agravamos.

➤ Silvia Cattori: Cuando observamos la demonización de los árabes y de los musulmanes a partir del conflicto israelo-palestino, uno piensa que eso no tiene nada que ver con el petróleo.
Daniele Ganser: Sí, en ese caso sí. Pero, en la perspectiva de Estados Unidos, de lo que se trata es de una lucha por el control de las reservas energéticas del bloque euroasiático que se sitúa en esa «elipse estratégica» que comienza en Azerbaiyán, pasa por Turkmenistán y por Kazajstán y llega hasta Arabia Saudita, Irak, Kuwait y el Golfo Pérsico. Es precisamente ahí, en esa región, en la que se desarrolla esa supuesta guerra «contra el terrorismo», que se concentran las más importantes reservas de petróleo y gas.

A mi entender, no se trata de otra cosa más que de un rejuego geoestratégico en el cual la Unión Europea sólo puede salir perdiendo ya que si Estados Unidos toma el control de esos recursos y la crisis energética empeora, simplemente dirá: «Ustedes quieren gas, quieren petróleo. Está bien. A cambio, queremos esto y esto otro». Estados Unidos no va a dar el petróleo y gas gratis a los países europeos. Poca gente sabe que el «peak oil», el máximo de la producción, ya se alcanzó en el Mar del Norte y que, por consiguiente, la producción de petróleo en Europa –la producción de Noruega y Gran Bretaña- está en declive.

El día que la gente se dé cuenta que esas guerras «contra el terrorismo» son manipuladas, y que esas acusaciones contra los musulmanes son en parte propaganda, se va a quedar sorprendida. Los Estados europeos tienen que despertar y entender por fin cómo funciona la estrategia de la tensión. Y tienen que aprender también a decirle que no a Estados Unidos. Además, en Estados Unidos también hay mucha gente que no quiere esta militarización de las relaciones internacionales.





➤ Silvia Cattori: Usted también ha investigado sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 y es coautor de un libro [13] junto a otros intelectuales preocupados por las incoherencias y contradicciones de la versión oficial de dichos acontecimientos y de las conclusiones de la comisión investigadora creada por el presidente Bush. ¿No teme que lo acusen de «teoría conspiracionista»?
Daniele Ganser: Mis estudiantes y otras personas siempre me han preguntado: ¿si esta «guerra contra el terrorismo» está realmente vinculada con el petróleo y el gas, los atentados del 11 de septiembre no pueden haber sido manipulados también? ¿O es una coincidencia que los musulmanes de Osama Ben Laden hayan actuado exactamente en el momento en que los países occidentales empezaban a comprender que habría una crisis del petróleo? Así que empecé a interesarme en lo que se había escrito sobre el 11 de septiembre y a estudiar también el informe oficial que fue presentado en junio de 2004.

Cuando uno se mete en ese tema, lo primero que nota es que existe un gran debate planetario sobre lo que realmente sucedió el 11 de septiembre de 2001. La información que tenemos no es muy precisa. Lo que nos lleva a interrogarnos en ese informe de 600 páginas es que ni siquiera se menciona el tercer edificio que se derrumbó aquel día. La comisión se refiere solamente al derrumbe de las «Torres Gemelas».

Pero hay un tercer edificio, de 170 metros, que también se derrumbó; el llamado WTC 7. En el caso de ese edificio se habla de un pequeño incendio. Yo hablé con profesores que conocían bien la estructura de esos edificios. Ellos dicen que un pequeño incendio no puede destruir una estructura de esas dimensiones. La historia oficial sobre el 11 de septiembre, las conclusiones de la comisión, no son creíbles. Esa falta de claridad pone a los investigadores en una situación muy difícil. También reina la confusión sobre lo que realmente sucedió en el Pentágono. En las fotos que tenemos, resulta difícil encontrar un avión. No se ve cómo puede haber caído un avión allí.

➤ Silvia Cattori: El parlamento de Venezuela pidió a Estados Unidos que aportara más explicaciones para aclarar el origen de esos atentados. ¿No debería ser ese el ejemplo a seguir?
Daniele Ganser: Hay muchas imprecisiones sobre el 11 de septiembre. Los parlamentarios, los universitarios, la ciudadanía, pueden pedir cuentas sobre lo que realmente sucedió. Yo pienso que es importante seguir preguntando. Se trata de un hecho que nadie puede olvidar. Todo el mundo recuerda dónde se encontraba en aquel preciso momento. Resulta increíble que depués de años todavía no se haya aclarado eso.

➤ Silvia Cattori: Parece como si las instituciones no quisieran poner en duda la versión oficial. ¿Es posible que se hayan dejado manipular por la desinformación organizada por estrategas de la tensión y de las False flag ?
Daniele Ganser: Uno es manipulable si tiene miedo. Miedo de perder el trabajo, miedo de perder el respeto de la gente que queremos. No se puede salir de esta espiral de violencia y de terror si nos dejamos vencer por el miedo. Es normal tener miedo. Pero hay que hablar abiertamente de ese miedo y de las manipulaciones que lo generan. Nadie puede escapar a sus consecuencias. Eso es aún mucho más grave en la medida en que los responsables políticos a menudo actúan bajo el efecto de ese miedo. Hay que buscar la fuerza necesaria para decir: «Sí, tengo miedo de saber que esas mentiras están haciendo sufrir a la gente; sí, tengo miedo de pensar que ya no queda mucho petróleo; sí, tengo miedo de pensar que el terrorismo del que nos hablan es resultado de manipulaciones, pero no me voy a dejar intimidar».

➤ Silvia Cattori: ¿Hasta qué punto países como Suiza participan actualmente en esta estrategia de la tensión?
Daniele Ganser: Yo pienso que no existe una estrategia de la tensión en Suiza. Ese país no ha tenido atentados terroristas. Lo que sí es cierto, en Suiza como en otras partes, es que los políticos que tienen miedo de Estados Unidos, de la posición de fuerza de ese país, tiene tendencia a decirse a sí mismos que Estados Unidos es un buen amigo y que no nos conviene enemistarnos con ese país.

➤ Silvia Cattori: ¿Esa forma de pensar y de tapar las mentiras de la estrategia de la tensión, no los hace cómplices de los crímenes a las que esta da lugar; comenzando por los periodistas y los partidos políticos?
Daniele Ganser: Pienso, en lo personal, que todo el mundo –periodistas, universitarios, políticos– tiene que reflexionar sobre las implicaciones de la estrategia de la tensión y de las False flag. Es verdad que nos encontramos ante hechos que escapan a toda comprensión. Por eso es que, cada vez que hay atentados terroristas, tenemos que interrogarnos y tratar de entender qué es lo que hay detrás [de esos hechos]. Sólo cuando se admita oficialmente que las False flag son una realidad, será posible establecer una lista de las False flag qua han tenido lugar a través de la historia y podremos ponernos de acuerdo sobre lo que habría que hacer.

El tema que me interesa es la búsqueda de la paz. Es importante abrir el debate sobre la estrategia de la tensión y tener en cuenta que se trata de un fenómeno totalmente real. Porque, hasta que no se haya reconocido su existencia, no habrá posibilidad de actuar. Por eso es importante explicar lo que realmente significa la estrategia de la tensión. Y, cuando se entienda, no podemos dejarnos llevar por el miedo y por el odio contra un grupo.

Hay que tener en cuenta que no es un solo país el que está implicado; que no son solamente Estados Unidos, Italia, Israel o los iraníes sino que eso sucede en todas partes, aunque algunos países están más implicados que otros. Hay que entender, sin acusar a tal país o a tal persona. El miedo y el odio no ayudan a progresar sino que paralizan el debate. Veo muchas acusaciones contra Estados Unidos, contra Israel, contra Gran Bretaña, o –del otro lado– contra Irán, Siria. Pero la búsqueda de la paz nos enseña que no se debe lanzar acusaciones basadas en la nacionalidad, y que no debe haber odio ni miedo; que lo más importante es explicar. Y esa comprensión será beneficiosa para nosotros todos.

➤ Silvia Cattori: ¿Por qué su libro sobre los ejércitos secretos de la OTAN, que se ha publicado ya en inglés y se ha traducido al italiano, al turco, al esloveno, y muy pronto al griego, no se ha publicado en francés?
Daniele Ganser: No he encontrado todavía un editor en Francia. Si algún editor está interesado en publicar mi libro, vería con mucho gusto que lo tradujeran al francés. (Nota del editor del blog: A la fecha de la entrevista no se había publicado la edición francesa del libro. Posteriormente fue lanzada por la editorial Broché bajo el título: "Les Armées Secrètes de l'OTAN: Réseaux Stay Behind, Opération Gladio et Terrorisme en Europe de l'Ouest")


Daniele Ganser - Silvia Cattori

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Las guerras ilegales de la OTAN empiezan con mentiras

Notas:


[1] Nato’s secret Armies: Terrorism in Western Europe por Daniele Ganser, prefacio de John Prados. Editorial Frank Cass, 2005. ISBN 07146850032005
[2] Fue después del atentado de la Piazza Fontana, en Milán, en 1969, que esta expresión se mencionó por vez primera.
[3] False flag operations (operaciones bajo bandera falsa) es la expresión que se utiliza para designar las acciones terroristas realizadas en secreto por gobiernos u organizaciones pero que aparecen como hechos cometidos por otros.
[4] «Stay-behind: les réseaux d’ingérence américains» por Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 20 de agosto de 2001.
[5] Stay behind (lo que quiere decir: quedar detrás en caso de invasión soviética) es el nombre dado a las estructuras clandestinas entrenadas para hacer una guerra de partisanos.
[6] Gladio designa el conjunto de los ejércitos secretos europeos que se encontraban bajo la dirección de la CIA.
[7] Presidente del Consejo de ministros, miembro de la democracia cristiana.
[8] «Informe Andreotti sobre la Operación Gladio» documento del 26 de febrero de 1991, Biblioteca de la Red Voltaire.
[9] «1980: carnage à Bologne, 85 morts», Réseau Voltaire, 12 de marzo de 2004.
[10] «La France autorise l’action des services US sur son territoire» por Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 8 de marzo de 2004.
[11] Affaire Lavon, debido al apellido del ministro de Defensa israelí que tuvo que dimitir cuando el Mossad fue desenmascarado como participante en actos criminales
[12] Ver: «Odeurs de pétrole à la Maison-Blanche», Réseau Voltaire, 14 de diciembre de 2001. «Les ombres du rapport Cheney» por Arthur Lepic, 30 de marzo de 2004. «Le déplacement du pouvoir pétrolier» por Arthur Lepic, 10 de mayo de 2004. «Dick Cheney, le pic pétrolier et le compte à rebours final» por Kjell Aleklett, 9 de marzo de 2005. «L’adaptation économique à la raréfaction du pétrole» por Thierry Meyssan, 9 de junio de 2005.
[13] 9/11 American Empire: Intellectual speaks out, dirigido por David Ray Griffin, Olive Branch Press, 2006

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